CLASE 4 Modulo 1 Entrenamiento

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CLASE #4 MODULO 1

ENTRENAMIENTO
PROFETICO
LA VOZ DE DIOS

TIENE QUE VER CON LA PERSONA QUE TRAE EL MENSAJE

En la Biblia Samuel oyó la voz de Dios y no se percato de quién le hablaba (1 S 3).Samuel percibió
la voz, y le contesta “heme aquí”; al no ver a nadie corrió hacia Elí, creyendo que fue él quien le
habló. La voz de Dios era real, la respuesta de Samuel fue correcta, pero no producto de un
entendimiento iluminado, por eso el Señor no continúa su conversación hasta que el joven no
entendiera con quien estaba tratando. TU NIVEL DE REVELACIÓN, LIMITA TU NIVEL DE RELACIÓN
CON DIOS .

Fue el entrenamiento de Elí, lo que le permitió relacionarse correctamente con un Dios de orden
(protocolo espiritual). Note el alto respeto con que Samuel se conducía en su relación con Dios; él
no hizo uso del nombre sagrado, como le indicó Elí hacer. Esta era la gran diferencia entre Samuel
y los hijos de Elí. (1 S. 2) Ellos trataban lo profético con dejadez; consideraban todo este rigor
como fanatismo. Este es el ejemplo más claro de la necesidad y beneficio en la labor de
entrenamiento en el desarrollo del servidor de Cristo.

COMO OIR A DIOS HABLAR

1. Voz: Percibimos como si fuera una voz audible pero no lo es, Dios habla a nuestros oídos
espirituales (Ro. 8:16). El que tiene oídos, oiga lo que el Espíritu dice (Ap. 2:7). Los que
acompañaban a Saulo de Tarso camino a Damasco no oyeron la voz que él escuchó. No debemos
estar esperando una gruesa voz autoritativa que truene desde el cielo.

La voz a que nos referimos es muy común en los creyentes, pero pasa por desapercibida debido a
que, el Espíritu frecuentemente la habla en primera persona y la percibimos como si fuera de
nosotros mismos. Tú vas a conocer que la idea que te llega, es de Dios; detente y escríbela. Tienes
que desarrollar tu percepción espiritual dando importancia a las cosas que percibes del Espíritu.
Jesús prometió que enviaría otro consolador, el Espíritu Santo, el cual nos guiará. “Entonces tus
oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano
derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda.” Is. 30:21

2. El ver del espíritu: de la misma forma en que los ojos físicos ven también los ojos espirituales
ven cosas espirituales. Los dones de revelación son los ojos de tu espíritu (Palabra de sabiduría,
palabra de ciencia y discernimiento de espíritus 1 Co. 12). Los ojos de carne no pueden ver lo que
es espiritual (Jn. 14:17). Antiguamente se le llamaba “vidente” al profeta, por su habilidad de ver
en la dimensión espiritual. Un hombre recibió la vista espiritual por la oración de otro (2 Rey.
6:17). En el libro de Apocalipsis está la recomendación: “unge tus ojos con colirio para que veas”
(Rev. 3:18). Esos ojos no son lo físicos si no los espirituales. Es la voluntad de Dios que eduquemos
nuestra facultad de la visión para ver lo espiritual. Jesús entrenó sus ojos para ver lo que Dios ve y
para ser ciego a lo que el mundo presenta (“¿quién es ciego, sino mi siervo?” Is. 42:19). Jesús dijo
que él hacia lo que veía al Padre hacer (Jn. 5:19). No es el plan de Dios que estés viendo sapos y
culebras, y cosas fatalistas, sino lo que Dios ve. No se deje intimidar por los que viven viendo
pecado en los demás; están haciendo inútil la sangre de Cristo que quita el pecado. Dios mismo ha
dicho que él no se acuerda más de nuestras iniquidades, pero estos religiosos pretenden ser más
santos que Dios (Is. 43:25; Jer. 31:34: Jn. 1:29). Todos los que se pasan viendo pecados, terminan
cometiendo esos mismos pecados que ven. Cuando tú ves (este ver abarca las demás formas de
habla divina) en el espíritu aquello que pides a Dios, ya tienes la respuesta, aun cuando no está
visible a los ojos carnales. Recuerde esta ley espiritual: “LO QUE VEMOS EN EL ESPÍRITU
RECIBIMOS EN LA EXPERIENCIA.” “Por tanto, nosotros todos, mirando… somos transformados…
por el Espíritu del Señor.” 2 Co 3:18

“Él le dijo: Cosa difícil has pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te será hecho así; más si
no, no.” 2 R 2:10 Aun la salvación la recibimos por un ver. El que mira a Cristo será salvo, como el
que miraba a la serpiente en el desierto no moría de la mordedura. La visión espiritual no es solo
en cuanto a objetos, sino también en cuanto a planificación y objetivos. Como Eliseo así todo
profeta en la congregación tiene que buscar obtener la misma visión que Dios le dio al líder. Si tú
tienes tu propia visión, estas causando división (dos visiones). El que tenga una visión distinta a la
del líder, está mal-posicionado en ese cuerpo; hará daño a otros y a sí mismo. Es muy frecuente
ver a ministros en formación, caer en esta trampa; el enemigo juega con el ego del novato.
Muchos permanecen en un ministerio aun cuando no comparten la visión; se quedan por no
perder el sueldo, el reconocimiento y la popularidad.

Los ojos espirituales pueden ver aun cuando estamos:

1) Despiertos: Visiones

2) Durmiendo: Sueños (son los más frecuentes en el A.T. y fueron imitados por los farsantes “Yo
he oído lo que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira en mi nombre, diciendo: Soñé,
soñé.” Jer. 23:25).

Cuando Dios te da un sueño, no todos los detalles del sueño tienen significado. Normalmente es
una sola palabra o idea siendo comunicada por la parte del sueño que más claro se te hace; no te
rompas la cabeza tratando de buscar el significado de cada detalle.

3) Éxtasis: percibimos de una forma en que no podemos distinguir si estamos en el espíritu o en el


cuerpo físico. (Hch 10:10) Lo que uno ve en cualquiera de estos estados de consciencia puede
subdividirse en base a su forma de interpretación:

1)UNA VISIÓN ABIERTA- es una visión que significa precisamente lo que uno ve y no un
significado secundario. Pablo vio una visión donde un varón macedonio le decía “pasa a
Macedonia y ayúdanos”; esta visión significaba exactamente eso, que se dirigiera hacia macedonia
(Hch, 16:9).

2) UNA VISIÓN SIMBÓLICA- esto es cuando tenemos que recibir la interpretación de lo que
vemos. Juan vio siete estrellas que simbolizaban los siete ángeles de las siete iglesias. Cuando el
sueño es de Dios, Él mismo lo interpreta. Es común que Dios utilice figuras de las historias bíblicas
para darnos lo que significa; especialmente si se trata de un creyente que conoce las Escrituras.
Dios puede hacer uso de símbolos con significados específicos a nuestra cultura; él no va a utilizar
un símbolo de una cultura que no conocemos. Tienes que prestar atención y pedir la
interpretación para que no pierdas el beneficio del conocer de antemano. “el avisado ve el mal y
se esconde; mas los simples pasan y reciben el daño” Pr. 22:3

Lo que percibimos con nuestros ojos espirituales puede venir en diferentes formas:

a) Un retrato o cuadro: David vio el ángel de Jehová entre el cielo y la tierra, con su espada
desnuda en la mano (1 Cr. 21:16). Los ángeles son espíritus y no se pueden ver con los ojos
carnales.

b) Un suceso de eventos (como si fuera una película) que pueden ser presentes, pasados, o
futuros. Este es el caso de Saulo cuando vio que Ananías llegaba y oraba por él poniéndole las
manos (Hch 9:12).

c) Unas palabras escritas. Ezequiel vio un libro escrito por delante y por detrás (Ez. 2:9,10).

3. EL SENTIR DEL ESPÍRITU; hemos sido hechos un cuerpo con Cristo. “Porque de la manera que el
cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, empero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos,
son un cuerpo, así también Cristo.” 1 Co 12:12 Hay ocasiones donde Dios no escoge el usar
palabras ni visiones, sino el poner en nosotros un sentir. Esta forma es la más común en la
dispensación del Espíritu. “Porque el mismo Espíritu da testimonio á nuestro espíritu que somos
hijos de Dios.” Ro 8:16 “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe” Gal 5:22 “¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta
la piedra?” Jer. 23:28 Esté pendiente del sentir que el Espíritu pondrá en usted; esta comunicación
puede ser en diferentes formas: a) Usted puede sentir lo que Dios siente con respecto a una
persona o circunstancia. Ese sentir puede ser de aprobación (amor, gozo, profunda paz,
entusiasmo, compasión), o desacuerdo (ardor del corazón, inquietud, contristarse, pesadez).
Cuando un creyente ha pasado en la presencia de Dios el tiempo que le es requerido, sentirá una
aprobación divina. El sentir más frecuente, es el de una paz/serenidad profunda en el corazón.
¡Detente y consulta con Dios en ti, mirando a tu sentir interior!

Antes de casarte, antes de la entrevista de trabajo, antes de tomar un examen o de hacer un


negocio, ora y humíllate ante Dios hasta que él te de la victoria en el espíritu; esta es la ventaja de
tener a Cristo. ¡Si no sientes paz, cancela la boda! El que te lo dijo que se ofenda si quiere. ¡Que se
pierda el pasaje ya comprado, pero no salgas a la calle sin la paz de Dios! Se guiado por el Espíritu
en ti y no por un mediador. Enamórate del Espíritu Santo, él quiere revelar a Cristo en ti…

b) El Espíritu le puede dejar sentir en su cuerpo lo que otra persona está sintiendo en el
momento. A esto también se le llama el “pararse en la brecha” en intercesión por otra persona.
También se denomina compasión; es un padecer con el otro (Mt. 14:14). “Jesús, profundamente
conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima.” Jn. 11:38
Zac. 2:8 Si la persona está en sufrimiento, usted sentirá sufrimiento; si la persona está en dolor en
alguna parte de su cuerpo, usted puede sentir que le duele a usted esa misma parte del cuerpo.
No se confunda cuando en una visita a un hogar, sienta como si padeciera algo nuevo en su
cuerpo. El Señor le puede estar mostrando lo que realmente está ocurriendo tras las apariencias.
Esto será una guía para su oración de intercesión que rompa con la opresión del enemigo en esa
familia.
c) El sentir en el espíritu, a veces puede percibirse como si fuera en nuestro cuerpo carnal.
sentír la mano de Dios acariciar mi cabeza,una lluvia etc. En la Biblia un hombre sentía como si
tuviese fuego en sus huesos (Jer. 20:9), y los discípulos camino a Emaús sentían que ardían sus
corazones (Lc. 24:32). Estos tipos de percepciones nos transmiten una idea relacionada con el tipo
de experiencia. Asociamos la caricia a una aprobación, la lluvia a prosperidad, el fuego al Espíritu
Santo; es Dios hablándonos por medio de símbolos.

4. OTRA FORMA EN QUE DIOS NOS HABLA ES QUE ‘SIMPLEMENTE SABEMOS’ y no podemos
explicar cómo obtuvimos la información, esto es revelación (palabra de ciencia). El Espíritu Santo
nos comparte una fracción de información acompañada de una sensación de espiritualidad. Fue de
esta forma que el Padre le reveló a Pedro la identidad de Jesús cuando él dijo: “tú eres el Cristo”.
Es una forma tan sutil, que en la mayoría de las ocasiones no nos damos cuenta. Tienes que
entrenar tu atención para estar sensible a los movimientos del Espíritu en ti; el consolador vive en
tu cuerpo. Pedro no se percató de lo que había ocurrido (Mt. 16:17). Sed sobrios y velad porque
vuestro adversario el Diablo es un imitador y pretende usar el mismo formato que Dios usa. Pedro
no se detuvo a meditar en la idea que le surgió y comenzó a darle consejos de mala fuente a Jesús
(Mt 16:23). Estemos prestos para escuchar y tardos para hablar. Si esperas y preguntas al Espíritu
Santo en ti, Él te aclarará.

5. DIOS NOS HABLA A TRAVÉS DE LA PALABRA EN LA BIBLIA. Cuando leemos la palabra con
reverencia y en oración, notaremos que una fracción nos llama la atención. De todo lo que hemos
leído, hay un verso que impacta nuestro espíritu y sabemos que es una palabra para nuestro
momento actual. Hay ocasiones donde el verso es tan adecuado, que pareciera que fue escrito por
causa de nosotros. Escriba el verso, la fecha y lo que usted percibe que Dios le está diciendo; se
sorprenderá cuando lo lea un tiempo después. Haga este ejercicio y vera que Dios está involucrado
en todo lo que tiene que ver con usted. Todo nuevo creyente puede comenzar a ser guiado por el
Espíritu de inmediato, si se da la lectura y meditación de la palabra (Sal. 1:1,2). 6. Dios puede
hablarnos por nuestras cuerdas vocales. Proferimos palabras que no han sido procesadas por
nuestro razonamiento. “Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón” Ro.
10:8

ESTUDIAR PARA SER PROFETA

Los dones son repartidos por Dios según su voluntad. No puedes convertirte en profeta (ni otro
ministerio) por ir a un instituto o seminario; es un llamado divino en la vida del creyente. Los
estudios son para los que ya tienen el don ministerial y desean desarrollarlo. En las Escrituras los
ministros recibían su entrenamiento yendo a servir a otro profeta. Eliseo servía a Elías, Josué
servía a Moisés, Samuel servía a Eli, los doce discípulos servían a Jesús, marcos servía a Bernabé,
Timoteo y Tito servían a Pablo… La teoría sin un modelo de vida, sin una transferencia de espíritu,
ni una contribución al éxito de otro ministro, es letra que mata.

En la biblia vemos varios centros de convivencia profética, donde el Espíritu Santo se sentía a
gusto en posar sobre hombres. El hacer grupos proféticos es parte de la naturaleza profética. Un
profeta viejo puede impartir su experiencia a los nuevos; como lo hizo Elí con Samuel. Eliseo
asumió el liderazgo cuando Elías ascendió al cielo (2 R 2:15). Un ministro ungido puede poner una
palabra inspirada por el Espíritu en tu boca e instruirte en cuanto a su entrega. En 2da de Reyes
cap. 9, vemos a Eliseo llevando de la mano a un joven profeta. En el versículo 3, él le da una
palabra breve, pero vemos que cuando él comunica la palabra profética, añade elementos que
traen más claras instrucciones de cuál es la visión del Espíritu (v.6). El Señor nos dará más si nos
sometemos a la unción y damos tiempo a que la palabra madure en nosotros.. “El que creyere, no
se apresure” (Is. 28:16), no te salgas del ritmo profético; esto es entrenando a operar bajo
autoridad. Jesús puso unas breves palabras en labios de los discípulos, y esa palabra creció hasta
formar el Nuevo Testamento.

CENTROS PROFÉTICOS:

1) Ramá o Ramataim de Zofim (1 S. 1.19; 2.11): este era el centro de operaciones de Samuel. En
él se congregaban los que tenían el llamado a lo profético, para recibir entrenamiento. Es más fácil
fluir en el Espíritu en presencia de gente que ya andan en Él; aun lo carnales podían despertar sus
espíritus adormecidos en ese ambiente. Es posible que fuera en este lugar donde David recibió la
unción profética que luego muestra en los Salmos. “Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra,
Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.” Sal 110:1 “Huyó, pues, David, y escapó,
y vino a Samuel en Ramá, y le dijo todo lo que Saúl había hecho con él. Y él y Samuel se fueron y
moraron en Naiot.” 1 S 19:18 “Entonces Saúl envió mensajeros para que trajeran a David, los
cuales vieron una compañía de profetas que profetizaban, y a Samuel que estaba allí y los presidía.
Y vino el Espíritu de Dios sobre los mensajeros de Saúl, y ellos también profetizaron.” 1 S 19:20
Había un lugar en la cercanía llamado Naiot. Uno de los significados de esta palabra era ‘moradas’.
Existían comunidades formadas por los profetas y sus familias.

2) Betel: Betel significa ‘casa de Dios’; es interesante ver que el Señor coloca un foco profético en
este lugar. Dios desea que en su casa, su iglesia, hayan profetas. Hay profetas que funcionan en la
casa de Dios y hay profetas silvestres, sin una casa. El profeta debe conocer a que casa Dios le ha
asignado, y no prostituirse yendo de casa en casa. “Y saliendo a Eliseo los hijos de los profetas que
estaban en Betel, le dijeron: ¿Sabes que Jehová te quitará hoy a tu señor de sobre ti? Y él dijo: Sí,
yo lo sé; callad.” 2 R 2:3

3) jordán: centro profético en tiempos de Elías. “Y Elías le dijo: Te ruego que te quedes aquí,
porque Jehová me ha enviado al Jordán. Y él dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré.
Fueron, pues, ambos. Y vinieron cincuenta varones de los hijos de los profetas, y se pararon
delante a lo lejos; y ellos dos se pararon junto al Jordán.” 2 R 2:6,7

4) Gilgal: Eliseo presidia sobre profetas en este lugar. Tal como Jesús, este profeta dio una
demostración de que se puede usar la unción para resolver el problema del pan nuestro de cada
día. El poder para prosperar que Dios ha provisto para tiempos difíciles, viene a través del
ministerio profético. La ausencia de este ministerio en la iglesia es la clave a la perpetua miseria
económica de los fieles creyentes. El látigo de la falta de dinero en los creyentes es el resultado
directo de haber excomulgado los profetas del púlpito. “Creed a sus profetas y seréis
prosperados” (2 Cr. 20:20). “Vino entonces un hombre de Baal-salisa, el cual trajo al varón de Dios
panes de primicias, veinte panes de cebada, y trigo nuevo en su espiga. Y él dijo: Da a la gente para
que coma. Y respondió su sirviente: ¿Cómo pondré esto delante de cien hombres? Pero él volvió a
decir: Da a la gente para que coma, porque así ha dicho Jehová: Comerán, y sobrará. Entonces lo
puso delante de ellos, y comieron, y les sobró, conforme a la palabra de Jehová.” 2 R. 4: 42-44
“Eliseo volvió a Gilgal cuando había una grande hambre en la tierra. Y los hijos de los profetas
estaban con él, por lo que dijo a su criado: Pon una olla grande, y haz potaje para los hijos de los
profetas… Después sirvió para que comieran los hombres; pero sucedió que comiendo ellos de
aquel guisado, gritaron diciendo: ¡Varón de Dios, hay muerte en esa olla! Y no lo pudieron comer.
El entonces dijo: Traed harina. Y la esparció en la olla, y dijo: Da de comer a la gente. Y no hubo
más mal en la olla.” 2 R. 4:38-41

5) Jericó: otro de los centros proféticos mencionados. Eliseo les recuerda el principio profético: tú
no eres el único que escucha lo que el Espíritu está hablando. La revelación de Dios es múltiple y
simultanea hacia sus profetas. Eliseo también conocía que, los planes de Dios se pueden cambiar
por el poder de la insistencia. Jesús mismo enseñó que si insistimos podemos recibir lo que
pedimos. Eliseo respondió: “…yo lo sé: callad.” Cuando recibas algo del Espíritu y no te den lugar
para decirlo, se humilde, detente y no trates de ayudar a Dios; seguro que el Señor tiene mil
formas distintas de lograr su objetivo. El Espíritu no obliga al hombre a que escuche. “Y se
acercaron a Eliseo los hijos de los profetas que estaban en Jericó, y le dijeron: ¿Sabes que Jehová
te quitará hoy a tu señor de sobre ti? El respondió: Sí, yo lo sé; callad.” 2 R. 2:5

6) La Iglesia: vemos Profetas que se habían concentrado primero en Jerusalén y luego fueron
movidos por el Espíritu hacia Antioquia donde causaron un florecimiento de lo profético. Al igual
que en el A.T., el Espíritu Santo persiste en hacer uso de profetas para el desarrollo del plan de
Dios para con el hombre. Estas personas ayudaban en la iglesia a hacer lo que fuera necesario
(ministraban=ser un servidor público), hablaban palabras inspiradas (‘profetes’- profetas) y daban
clases (‘didaskalos’-instructor, maestros) Hch. 13:1. “En aquellos días unos profetas descendieron
de Jerusalén a Antioquía.” Hch 11:27 “Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía,
profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Níger, Lucio de Cirene, Manaén el que se
había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo. Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el
Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.” Hch 13:1.

EL PROFETA RETADO POR EVIDENCIAS CONTRARIAS.

No tenga miedo en fluir en lo profético, pues el equivocarse no es pecado mortal. Solo desarrolle
confianza en el Espíritu Santo en usted hasta el punto en que pueda resistir las evidencias
contradictoras de la palabra que ha hablado.

Dios lo hará y confirmara que así es.

Cuando hay incredulidad en la persona, aun las palabras certeras pueden ser negadas como
falsas, pues la incredulidad ciega a la persona. Hay veces que la persona no hace eso
conscientemente sino bajo el efecto enceguecedor de la incredulidad. Tenemos que ser pacientes
y sacarlos de la mano como a inválidos. Ante el reto a tu ministración, detente y espera. Da lugar
al Espíritu Santo a responder el mismo a ese reto. Dios te dará una palabra de sabiduría en la
forma en que debes conducirte. Es bueno hacer uso del siento o percibo de Dios antes que del ‘así
dice el Señor’. Si de veras te equivocaste, no es el fin del mundo. reflexionado sobre esto. La
mayoría de las iglesias no están preparadas para dar lugar al crecimiento y desarrollo de los
profetas; rápidamente los asesinan como falsos ministros.

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