Reseña Glorias Navales

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RESEÑA GLORIAS NAVALES

El 21 de mayo será el aniversario número 140 del Combate Naval de Iquique y del
combate naval de Punta Gruesa, y como bien se nos ha ensañado desde nuestra
infancia, es también el aniversario de la gesta heroica de don Arturo Prat con sus
hombres y de Carlos Condell, con su célebre estrategia naval, en una Guerra que
costó más de 14.000 vidas entre ambos bandos. Hoy, conmemoramos y nos
llenamos de admiración por el arrojo de ese noble capitán, por la lealtad hacia su
bandera, hacia su nación, su sacrificio y cualquier otra virtud digna de ser
promovida.

Pero mucho antes de hinchar nuestro pecho con emociones solemnes o antes de
imbuir a las nuevas generaciones de fervor por lo nacional, lo naval o militar,
debemos preguntarnos ¿Por qué Arturo Prat se inmortalizó como héroe nacional
al entregar su vida en este tan recordado hito? o ¿Qué hacía allí la armada
Chilena, bloqueando al puerto peruano?

Pues corría el año 1874, 5 años antes de los eventos que hoy recordamos, y los
gobiernos de Chile y Bolivia pactaron como límite entre ambas naciones, el
paralelo número 24 latitud sur, bajo la condición de que el gobierno boliviano
mantuviese estáticos los impuestos a las empresas chilenas instaladas en su
territorio, empresas dedicadas explotación de salitre, una industria muy lucrativa
en ese momento. Cuatro años después, el gobierno de Bolivia decide subir los
impuestos anteriormente acordados, claramente rompiendo el pacto acordado con
nuestro país.

Chile responderá ocupando militarmente Antofagasta, mientras que Perú se verá


involucrado en este conflicto puesto que mantenía un tratado secreto, que le
comprometía militarme a la defensa mutua con su país vecino; Bolivia. De esta
manera, los intereses territoriales, el nacionalismo, las alianzas, el fracaso de las
negociaciones y sobre todo el interés sobre el negocio del salitre, claramente por
encima del interés por la vida humana, conducirá a estos tres países a la Guerra.

Para nuestro país, será de vital importancia estratégica tomar el control de las
costas del océano pacífico antes de comenzar cualquier acción terrestre y es en
esta etapa de la Guerra, que un día 21 de mayo de 1879 el monitor Peruano
Huáscar, se enfrenta a la corbeta esmeralda, y aun cuando esta es hundida tras
un intenso y célebre combate, este encuentro significó una victoria pírrica para el
Perú, que a pesar de haber ganado en Iquique, solo hundió una embarcación
anticuada para la época como la esmeralda, pero en punta gruesa perdió a su
navío más importante, la embarcación blindada ‘’la independencia’’ a manos de
Carlos Condell en una embarcación mucho menor, la Covadonga. Este desenlace
favorecerá a Chile, que al final de la guerra terminará tomando posesión del
territorio de Antofagasta e Iquique, los cuales pertenecieron alguna vez a Bolivia y
Perú respectivamente.

Esto conmemoramos este día, 140 años de la hazaña heroica de Arturo Pratt, de
la astucia de Condell, conmemoramos 140 años de promover la valentía y el
sacrificio por la bandera como ideal de vida. Pero lo cierto es que no podemos
reducir este aniversario al combate naval de Iquique, la Guerra que enmarca esta
conmemoración, arrastro a la guerra a más de 27.000 chilenos durante cuatro
años y acabó con la vida de más 14.000 personas, 140.000 familias quedaron de
luto y las relaciones con nuestros países vecinos, nuestros países hermanos,
quedaron resentidas hasta el día de hoy.

Bolivia quedó sin salida al océano, acordado en el tratado de paz y amistad de


1904 y Perú perderá Arica e Iquique, lugares donde las casas de sus ciudadanos
peruanos fueran marcadas con cruces negras para que fueran acosados y
empujados a dejar su hogar. Hasta tratado de lima de 1929 donde definitivamente,
se entrega este territorio a Chile.

Estos eventos rodean esta efeméride, si bien, conmemoramos las hazañas, la


valentía y la entrega de nuestros héroes, sin lugar a dudas necesitamos también
reflexionar sobre los hechos que los circundan. Nuestro deber como educadores
no está cumplido si todo lo simbólico de estas fechas nos aleja de la indudable
realidad histórica; toda guerra es cruel, toda guerra es brutal, toda guerra es el
fracaso del entendimiento y no importa cuántas explicaciones podamos darle a los
hechos. Es un acto cruel e irracional poner una bandera, un símbolo antes que la
vida de miles de personas.

Por esto, en esta conmemoración, no solo les pido esta reflexión, les exijo, como
la futura generación que son ustedes, que sepan separar el heroísmo del
atropello, el amor por la patria del odio a hacia mi vecino, les exijo aprender a
separar la gloria de la soberbia.

Muchas gracias.

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