Ambiente Geo
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Para el momento en que nace Cristo, roma es gobernado por Octavio César Augusto y el territorio
de palestina es un dominio del imperio romano.
Palestina está ubicada en el corredor que une el extremo oriental de la fértil media luna, con el
extremo occidental, es decir, es el estrecho que bordea al mediterráneo desde lapenínsula de Sinaí
hasta los montes de Líbano.
Desde el segundo milenio antes de Cristo, dicho territorio había venido siendo ocupado
parcialmente por los descendientes de Abraham, allí había tenido lugar el desarrollo del moviendo
profético monoteísta desde el siglo VIII a. de C. Desde el punto de vista religioso dicho movimiento
era de reafirmación monoteísta, ya que el monoteísmo sereconocía desde los primeros momentos,
desde Abraham. Los profetas son los que escriben el “Antiguo testamento”, a ellos se les debe la
primera parte de la biblia, es por ello que cuando nace Cristo ya hay una tradición monoteísta
hebraica sumamente larga.
Fue en este ambiente que surgió un nuevo comportamiento religioso. Al principio los romanos
pensaron que solamente se trataba de una secta judía más, pues había varias de ellas en su territorio.
Este grupo de judíos seguía las enseñanzas de un líder llamado Jesús. De a poco este movimiento
fue ganando adeptos que no eran judíos, y así fue quedando claro que se trataba de una nueva
religión. Este nuevo culto sería conocido como Cristianismo.
Jesús era considerado el hijo del Dios único al que veneraban los judíos. El judaísmo esperaba la
llegada del Mesías, un hombre que estaría lleno del espíritu de Dios, y fue Jesús quien ocupó este
lugar para los que optaron por el cristianismo.
En el Imperio Romano los primeros cristianos fueron fuertemente perseguidos a causa de su fe. Los
castigos eran variados y en algunos casos llegaban a la muerte. Sin embargo el cristianismo
continuó propagándose durante unos 300 años.
La persecución terminó en el siglo IV, cuando la religión fue legalizada por Constantino I, quien se
había vuelto cristiano antes de asumir como emperador. Como gobernante, Constantino ofreció
protección a los cristianos y permitió que construyeran iglesias por todo el Imperio. Posteriormente,
en el año 380, el emperador romano Teodosio declaró que el Cristianismo Católico era la religión
oficial del Imperio Romano y proscribió todas las otras prácticas religiosas.
Libres para ejercer su culto, los cristianos comenzaron a organizar su iglesia en parroquias que eran
supervisadas por curas. Estas parroquias se agrupaban en diócesis, que eran conducidas por los
obispos. Luego de la caída del Imperio Romano de Occidente, el obispo de Roma comenzó a
reclamar autoridad sobre los demás y se dio a sí mismo el título de Papa.
Aunque las parroquias de la Europa occidental terminaron aceptando la autoridad del Papa, las
iglesias orientales, dentro del Imperio Bizantino, no lo hicieron así. En consecuencia surgieron dos
grandes iglesias cristianas que aún subsisten hasta el día de hoy: la Iglesia Católica Romana y la
Iglesia Católica Ortodoxa.
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48. Los siete sacramentos corresponden a todas las etapas y todos los momentos importantes de
la vida del cristiano: dan nacimiento (bautismo) y crecimiento (confirmación, eucaristía),
curación (reconciliación, unción de los enfermos) y misión a la vida de fe (matrimonio,
orden sagrado) de los cristianos (cfr CIC 1210).
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50. Los ritos visibles bajo los cuales los sacramentos son realizados, significan y realizan las
gracias propias de cada sacramento, dan fruto en quienes los reciben con las disposiciones
requeridas (CIC 1131). El Espíritu Santo dispone a la recepción de los sacramentos por la
Palabra de Dios y por la fe que acoge la Palabra en los corazones bien dispuestos. Así los
sacramentos fortalecen y expresan la fe (CIC 1133). El fruto de la vida sacramental es a la
vez personal y eclesial. Por una parte, este fruto es para todo fiel, la vida para Dios en Cristo
Jesús. Por otra parte, es para la Iglesia crecimiento en la caridad y en su misión de
testimonio (CIC 1134)
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60. En una comunidad recién nacida, pronto surge el deseo de avanzar por medio de
otros servicios: el de la caridad a favor de los necesitados, el de la enseñanza, que
refuerza la catequesis, el de la liturgia estrechamente ligado a las celebraciones del
culto, y muchos otros más.
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62. En la Iglesia, existen ministerios ordenados, que corresponden al episcopado (los obispos),
al presbiterado (los sacerdotes) y al diaconado (los diáconos), cuya tarea consiste en enseñar
la fe y presidir los sacramentos.
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64. Pero también existen otros ministerios que se dan a los laicos. Oficialmente, son dos estos
ministerios: el lectorado, que tiene como directa responsabilidad la proclamación de la
Palabra de Dios y su enseñanza en la comunidad, y el acolitado que se refiere a la
distribución de la Eucaristía.
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66. Aparte de estos dos ministerios oficiales, cada comunidad va organizando diversos servicios.
Entonces quienes presiden dicha comunidad, responsabilizan a algunos laicos de otras
tareas. Así, la comunidad avanza por una nueva etapa hacia la madurez, se consolida y
organiza.
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La arquitectura cristiana es casi tan variada como lo son las formas en que las comunidades de
creyentes se organizan para celebrar y comunicar su fe. En la Biblia no existe indicación alguna
sobre la forma que deben tener los templos cristianos ni sobre los elementos simbólicos o utilitarios
que deben contener. En realidad, el cristianismo nació sin tener siquiera en mente que habrían de
tener la necesidad de construir lugares especiales para desarrollar sus actividades. Hasta el siglo IV
la iglesia no construyó templos, y esto por diversas razones, entre las principales es que no tenía el
poder económico, político y social para hacerlo. Las primeras generaciones creían en el inmediato
regreso de Cristo y no se preocupaban por construir templos. El primer edificio que se reconoce en
la actualidad como una modificación y adaptación consciente para celebrar un culto cristiano, según
la investigación arqueológica, se encuentra en la ciudad de Dura-Europos, a las orillas del río
Éufrates, la que en el año 256 fue adaptada para celebrar la liturgia, incluyendo la realización de
bautismos, como lo atestigua la gran pila bautismal que contiene, a la cual se desciende a través de
varios escalones.
Los espacios construidos por la iglesia para actividades litúrgicas son una aparición muy tardía.
Desde que la Iglesia se convirtió en una fuerza social y política importante dentro de las estructuras
del Imperio Romano, lo que hizo fue tomar edificios ya existentes y adaptarlos a sus necesidades.
La forma más representativa a partir del siglo IV fue la basílica, que en su origen era una especie de
juzgado civil, aunque también cumplía otras funciones administrativas del Imperio. Adaptadas y
dispuestas interiormente con algunas modificaciones y mobiliario específico, las basílicas cumplían
bien los requisitos para ser usadas para actividades litúrgicas. Desde entonces el nombre basílica
entró el vocabulario arquitectónico como propio de las iglesias, pero en su origen, como su nombre
revela (basilikos, basileía: “gobernante”, “reino”), estaban al servicio de funciones de gobierno.
A partir del siglo V las iglesias cristianas empezaron un proceso de transformación paulatino, donde
los cambios formales obedecían principalmente a las tradiciones constructivas propias de cada
región y a las necesidades específicas de cada comunidad (por ejemplo: protección contra ataques,
densidad de afluencia a la misa, desarrollo de aspectos litúrgicos, etcétera).
Con el inicio de la Edad Media, y hasta el siglo XIII aproximadamente, no hay un estilo
arquitectónico de mayor impacto en la arquitectura cristiana que el románico (Machado, 2001). Las
iglesias de este periodo generalmente son masivas, claras en su formalidad, con gran predominio del
muro espeso y sólido, con pocas ventanas. Son iglesias construidas en un mundo inestable, de un
cristianismo en expansión y al mismo tiempo a la defensiva, donde la liturgia acontece en un
espacio interior protegido, con poca luminosidad, y en un proceso creciente de simbolización y
ritualización de los actos litúrgicos.
TIPOS:
A pesar de la irrupción de la Reforma protestante, tuvo que pasar aún mucho tiempo para que
surgiera una arquitectura que se pudiera denominar protestante, es decir, una que reflejara en su
forma y organización espacial las concepciones teológicas, los cambios litúrgicos y las
circunstancias históricas distintivas de esta nueva expresión cristiana. Lo que sí se manifestó casi de
manera inmediata y que tuvo repercusiones en algunos aspectos visuales, fueron loscambios en las
representaciones pictóricas y escultóricascomo consecuencia de los debates teológicos y las
descalificaciones mutuas. La arquitectura cristiana había alcanzado ya en el siglo XV una gran
vitalidad formal y riqueza visual, tanto en la pintura como en la escultura. Y debido a la importancia
simbólica y medial de lo visual, es de entenderse que pronto ambos bandos beligerantes llevaran sus
ataques a este plano, unos defendiendo los usos y costumbres y otros atacándolos.
Si afirmamos que la arquitectura evangélica es tan variable como las denominaciones que la
conforman, la pentecostal lleva esta diversidad todavía más lejos y debido a las mismas
circunstancias: la extrema diversidad de tradiciones pentecostales existentes, exacerbada por los
múltiples contextos climáticos, socioculturales y religiosos donde se encuentran insertas estas
comunidades y ante los cuales su arquitectura con frecuencia se convierte en un manifiesto de
identidad y una forma de autoidentificación religiosa. Debido a esta variedad, también en este
apartado me conformaré con destacar sólo algunas de las invariantes más representativas de la
arquitectura pentecostal, sabiendo que no hay modelos puros que puedan considerarse
representativos.
Santa Sofía se construyó entre los años 532 y 537, inmediatamente después de la destrucción
de la primitiva basílica constantiniana debido a un incendio que brotó durante la llamada
Insurrección de Nika, en el mismo año 532.
Santa Sofía es una iglesia palatina construida junto al palacio imperial y como el emperador
quería realizar una construcción eminentemente grandiosa con el fin de manifestar así su
poder, mandó llamar a dos ingenieros especializados en construcciones militares porque se
consideraba que así podría ejecutarse una obra con más innovaciones técnicas que si la
dirigiese un arquitecto. Estos ingenieros fueron Isidoro de Mileto y Antemio de Tralles.
Trabajaron en este edificio más de diez mil obreros y sabemos, especialmente por Procopio,
que prácticamente todas las provincias del Imperio enviaron sus materiales más preciados
para la decoración de esta iglesia. El elemento más grandioso es su gran cúpula, pero se
hundió en torno al 550 y tuvo que ser reconstruida entre los años 558 y 562 por Isidoro el
Joven, sobrino de Isidoro de Mileto.
Como característica fundamental, se trata de un edificio en el que se compatibilizan a la
perfección la tendencia basilical con su sentido dinámico y ritmo longitudinal y la tendencia
centralizada con la cúpula como elemento principal. La primera cúpula iba cubierta con un
mosaico de oro. La definitiva, al parecer, llevaba como decoración una enorme cruz. Parece
evidente que la iglesia de Santa Sofía no presentaba mosaicos figurativos.
Las principales características estéticas de la basílica son:
• Materiales ricos y exóticos que buscan el destello de las piedras y de las teselas de los
mosaicos con el fin de diluir la estructura arquitectónica y de crear un ambiente trascendente
que fuese manifestación de Dios y de su lugarteniente en la tierra, Justiniano.
• Perfección técnica de la obra, irrepetible en la arquitectura del mundo Mediterráneo.
El exterior es similar a la de los otros edificios de estilo bizantino: achaparrado, muy
voluminoso, donde destaca la cúpula pero no de manera estilizada, sino muy baja y con un
tambor poco desarrollado. Los minaretes son producto de la invasión turca.
El interior es, sin embargo, soberbio. Se accede desde un atrio y tiene dos exonártex. La
planta es cuadrangular (70 x 77 metros aproximadamente), en la que hay dos ejes
perfectamente diferenciados: este-oeste y norte-sur. En el eje este-oeste es donde nos
encontramos con el planteamiento característico de una planta centralizada, pues está
presidido sobre una enorme cúpula que está levantada sobre pechinas y se soporta sobre
cuatro grandes pilares. Esta cúpula mide 32 metros de diámetro y está formada por 40
plementos curvos en cada uno de los cuales hay una ventana que ilumina directamente la
nave y que en determinados momentos del año y del día provoca el efecto "cúpula
colgante".
Pese a la centralización, los ingenieros fueron capaces de desarrollar una serie de elementos
que hacen que impere el eje este-oeste hacia el ábside. Para ello, lanzan de pilar a pilar unos
muros que cubren totalmente las naves laterales y que forman arcos sujetos por pilares.
Además, debido al gran tamaño de la cúpula, tuvieron que transmitir los empujes a unas
semicúpulas que a su vez los transmiten a unos cuartos de cúpulas que hay en los extremos y
que tienen forma de nicho.
Todo ello termina en un presbiterio formado por un tramo cubierto por bóveda de cañón y
una exedra semicircular cubierta por una bóveda de horno que al exterior se muestra
poligonal. Al otro extremo hay un tramo cubierto por una bóveda de cañón que da al nártex.
Las naves laterales están cubiertas por bóvedas de arista que alternan con tramos cubiertos
por bóveda de cañón, que coinciden con los contrafuertes. En el piso de tribuna la cubrición
se hizo a base de pequeñas cupulitas. Hay una gran diferencia de altura entre las naves
laterales y la central.
La iglesia primitiva era prácticamente igual a la actual, por lo que se supone que lo que hizo
Isidoro el Joven cuando la cúpula primitiva se hundió fue agrandar los pilares para que no
volviera a ocurrir.
Probablemente en el siglo VII u VIII se tuvieron que añadir unos enormes contrafuertes. La
decoración del interior se debe a reformas turcas, la decoración vegetal destaca de manera
especial.
1. Para poder ilustrar que significaba este exceso decorativo o horror vacui, hay que
recurrir a ejemplos italianos (iglesias de San Vital y San Apolinar Nuovo y en Clase de
Rávena, la catedral de San Marcos de Venecia o las iglesias sicilianas como la catedral de
Monreale) o a pequeñas iglesias de monasterios griegos o eslavos.
Iglesia del monasterio de Hosios Lukas. De arriba a abajo: Pantocrátor con virgen, ángeles
y santos como intercesores en la cúpula. Natividad en una de sus trompas que todavía
conserva el mosaico original del siglo XI. Ábside con Teothokos. Iconostasis con iconos.
Mármol de colores veteado en el zócalo y primer piso.