DERECHO SOCIAL Clase 1 - Introduccion A La Materia

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 5

Derecho Social – Clase 1

P á g i n a |1

INTRODUCCIÓN A LA MATERIA.

1. El derecho social. Concepto. Contenido.

El derecho social es el ordenamiento normativo e institucional que regula las


relaciones individuales y colectivas del trabajo asalariado, prestado por unos sujetos (los
trabajadores) por cuenta y a favor de otros (los empleadores), estando a cargo de éstos la
satisfacción de la remuneración y otros deberes impuestos por el sistema jurídico
imperante, establecido según cierta distribución del poder socio-económico en el grupo
humano regulado. Alberto Sosa concluye que el Derecho Social es un sistema, no una
simple acumulación de nomas con fin y destinatarios comunes, y lo justifica en base a que
dicho derecho tiene presupuestos teóricos y responde a un modelo de sociedad, que le da
utilidad y coherencia.

Como sostiene Palomeque López, en la propia raíz de la relación de trabajo


asalariado se halla instalado un conflicto social de carácter estructural: la contraposición
de intereses entre quienes dominan los medios de producción y quienes aportan
exclusivamente trabajo dependiente.

Las diferentes definiciones de “Derecho Social” aportadas por los autores prestan
coincidencias en cuanto a ciertas particularidades, por ejemplo, en torno a la condición de
prestación dependiente del sujeto trabajador, personal e intransferible, a la índole de
ajenidad a esa actividad –en tanto es realizada para y por cuenta de otro-, y al tipo
oneroso que ese trabajo tiene. Queda sentado también que ese trabajo es libre
voluntario, entendiendo que la referencia a esa libertad debe ser precisada en cuanto a su
significación, teniendo en cuenta los efectos de las condiciones impuestas por la
confrontación social.

 El Derecho Social es un derecho especial, en el sentido que regula ciertas


relaciones sociales específicamente diferenciadas que por sus características y
significación han sido deliberadamente abstraídas del ordenamiento jurídico común,
rigiéndose, en consecuencia por sus propios principios y un método particular, adecuados
a la finalidad de esta rama jurídica. Sin embargo, esta especialidad no debe ser entendida
como absoluta, dado que no se excluye la aplicación supletoria del derecho común en
tanto éste no se halle en contraposición con los principios propios instituidos por el
derecho del trabajo.
 Está compuesto por normas preponderantemente imperativas, que limitan
la autonomía de la voluntad de los particulares y hacen irrenunciables los beneficios
concedidos.
Derecho Social – Clase 1
P á g i n a |2

 Está en constante movimiento, bajo la cambiante influencia de las


concepciones ideológicas que pugnan en cada circunstancia histórica.
 Contiene una fuente nueva de creación de normas, donde se fijan convenios
y establecen acuerdos no sólo con efectos puramente constitutivos, sino que tienen
efectos normativos o reguladores.

2. El trabajo humano como objeto de la disciplina.

Los seres humanos deben ejercer esfuerzo para obtener la satisfacción del
conjunto de sus necesidades. Tal como se encuentra organizada la sociedad humana, los
medios para la vida no están a disposición inmediata de los hombres sino que éstos han
de procurárselos por la realización de una actividad propia y personal. Históricamente se
ha producido en estas formaciones sociales una desigualdad interna de sus miembros,
donde quienes tengan la fuerza de imposición determinarán la situación de cada individuo
en relación a la totalidad grupal. Es en la manera de territorializar esas ubicaciones donde
los seres humanos expanden, acotan o suprimen su libertad.

El trabajo humano no es entonces sólo la realización de una actividad, sino que


asume ahora el carácter de una categoría cultural y social que expresará los intereses y los
fines del poder instituido. Habrá, así, trabajo libre y trabajo subordinado. El trabajo del
hombre es, de tal manera, energía necesariamente desplegada por el propio sujeto, pero
con valor ambivalente: para satisfacer sus necesidades propias, por un lado; y para servir
funcionalmente al grupo de dominación, por otro.

La dependencia es característica sustancial del vínculo l aboral. Consiste en la


situación de subordinación en que el sujeto trabajador queda en relación con su
empleador. Se excluye la idea de igualdad contractual. Quien requiere
imprescindiblemente obtener recursos de subsistencia no está en la posibilidad de un
ejercicio razonablemente aceptable de su autonomía de la voluntad, sino que
prevalecerán las motivaciones subjetivas más íntimamente ligadas a su situación
existencial.

3. La revolución industrial. El trabajo asalariado.

La Revolución Industrial estalló entre 1780 y 1790, implicando que por primera
vez en la historia humana, se liberó de sus cadenas al poder productivo de las sociedades
humanas, que desde entonces se hicieron capaces de una constante multiplicación de
hombres, bienes y servicios. Esto es lo que ahora se denomina “despegue (take off) hacia
Derecho Social – Clase 1
P á g i n a |3

el crecimiento autosostenido”. Ninguna sociedad había sido capaz de romper los muros
que se imponían periódicamente a la producción. Este take off fue, probablemente, el
acontecimiento más importante de la historia del mundo. Y si empezó con el take off,
puede afirmarse que concluyó con la construcción del ferrocarril y la creación de una
fuente de industria pesada en Inglaterra.

Por fortuna, eran necesarios pocos refinamientos intelectuales para hacer la


Revolución Industrial. Sus inventos técnicos fueron sumamente modestos, y en ningún
sentido superaron a los experimentos de los artesanos inteligentes en sus tareas. Hasta su
máquina más científica –la giratoria de Vapor- no requirió más conocimientos físicos que
los asequibles en la mayor parte del siglo.

Un puñado de terratenientes de mentalidad comercial monopolizaba la tierra,


que era cultivada por arrendatarios que, a su vez, empleaban a gentes sin tierras o
propietarios de pequeñísimas parcelas. Los arrendamientos rústicos eran numerosísimos y
los productos de las granjas dominaban los mercados; la manufactura se había difundido
hacía tiempo en el campo no feudal. La agricultura estaba preparada, pues, para cumplir
sus tres funciones fundamentales en una era de industrialización: aumentar la producción
y la productividad para alimentar a una población no agraria en rápido y creciente
aumento; proporcionar un vasto y ascendente cupo de potenciales reclutas para las
ciudades y las industrias; y suministrar un mecanismo para la acumulación de capital
utilizable por los sectores más modernos de la economía.

El hombre de negocios estaba indudablemente en un proceso de ganar más


dinero, dado a la prosperidad y expansión económica de casi toda Europa en esa época.
Las primeras manifestaciones de la Revolución Industrial ocurrieron en una situación
económica especial, en la que el crecimiento económico surgía de las decisiones
entrecruzadas de innumerables empresarios privados e inversores, regidos por el principal
imperativo de la época: comprar en el mercado más barato para vender en el más caro. Se
requerían dos cosas: primero, una industria que ya ofrecía excepcionales retribuciones
para el fabricante que pudiera aumentar rápidamente su producción total, si era
menester, con innovaciones razonablemente baratas y sencillas, y segundo, un mercado
mundial ampliamente monopolizado por la producción de una sola nación.

La industria británica, como todas las demás industrias algodoneras, tuvo su


origen como un subproducto del comercio ultramarino, que producía su material crudo y
los artículos de algodón indio que ganaron los mercados. Dentro de esas zonas, la
industria británica había establecido un monopolio a causa de la guerra, las revoluciones
de otros países y su propio gobierno imperial. El algodón les ofrecía perspectivas
astronómicas para tentar a los negociantes particulares a emprender la Revolución
Derecho Social – Clase 1
P á g i n a |4

Industrial, y una expansión lo suficientemente rápida como ara requerir esa revolución.
Pero, por fortuna, también ofrecía las demás condiciones que la hacían posible. Los
nuevos inventos que lo revolucionaron –por ejemplo, la máquina de hilar- eran
relativamente sencillos y baratos y compensaban enseguida sus gastos de instalación con
una altísima producción.

Entonces, puede afirmarse que el algodón fue la primera industria revolucionada,


convirtiéndose en el primer paso de la Revolución Industrial. Esto no es subestimar los
esfuerzos realizados para la renovación industrial en otras ramas de la producción, pero:
en primer lugar, todas ellas empleaban a muy poca gente; segundo, su poder de
transformación era mucho más pequeño; tercero, la expansión de la industria algodonera
fue tan grande su peso en el comercio exterior británico tan decisivo, que dominó los
movimientos de la economía total del país.

Como consecuencia de la rápida expansión, el progreso distaba mucho de ser


uniforme, dando lugar a la primera crisis general capitalista. Sus más graves consecuencias
fueron sociales: la transición a la nueva economía creó miseria y descontento, materiales
primordiales de la revolución social. En efecto, la revolución social estalló en la forma de
levantamientos espontáneos de los pobres en las zonas urbanas e industriales. Sin
embargo, desde el punto de vista de los capitalistas, esos problemas sociales sólo
afectaban al progreso de la economía si se derrocaba el orden social establecido.

Después de 1815, las ventajas se vieron cada vez más neutralizadas por la
reducción del margen de ganancias. La Revolución Industrial y la competencia causaron
una constante y dramática caída en el precio del artículo terminado, pero no en los
diferentes costos de producción. La industria se veía obligada a mecanizarse a
racionalizarse y a aumentar su producción y sus ventas, sustituyendo por un volumen de
pequeños beneficios por unidad la desaparición de los grandes márgenes.

Ninguna economía industrial puede desenvolverse más allá de cierto punto hasta
que posee una adecuada capacidad de bienes de producción. Pero también es evidente
que, en las condiciones de la empresa privada, la inversión de capital necesario para ese
desarrollo no puede hacerse fácilmente, por las mismas razones que la industrialización
del algodón o de otras mercancías de mayor consumo. El problema es, sencillamente,
cómo encontrar con rapidez buenos y vastos mercados al alcance de los fabricantes.

Ninguna de las innovaciones de la Revolución Industrial encendería las


imaginaciones como el ferrocarril. Apenas se demostró en Inglaterra que era factible y útil,
se hicieron proyectos para construirlo en casi todo el mundo occidental. La razón era,
indudablemente, que ningún otro invento revelaba tan dramáticamente al hombre la
Derecho Social – Clase 1
P á g i n a |5

fuerza y la velocidad de la nueva época. Desde un punto de vista económico, su gran coste
era su principal ventaja. Su capacidad para abrir caminos hacia países separados del
comercio mundial por el alto precio de los transportes, el gran aumento de velocidad y el
volumen de las comunicaciones terrestres iban a ser, a la larga, de la mayor importancia.
Los ferrocarriles generaron gran inversión, lo que logró resolver virtualmente y de una vez
todos los problemas del crecimiento económico.

El primer factor que hubo de movilizarse y desplegarse fue el trabajo, pues una
economía industrial significa una violenta y proporcionada disminución en la población
agrícola y un aumento paralelo en la no agrícola. Lo cual implica un brusco aumento en el
suministro de alimentos, principalmente agrarios, lo cual implica en sí una “revolución
agrícola”. En términos de productividad económica, la transformación social fue un éxito;
en términos de sufrimiento humano, una tragedia, aumentada por la depresión agrícola.
Pero desde el punto de vista de la industrialización también tuvo consecuencias
deseables, pues una economía industrial necesita trabajadores. El afán de liberarse de la
injusticia económica y social era el estímulo más efectivo, al que se añadían los altos
salarios en dinero y la mayor libertad de las ciudades.

También podría gustarte