Uca Land Reform
Uca Land Reform
Uca Land Reform
PRESENTADO POR:
FÁTIMA CAROLINA RAMÍREZ CRUZ
SANDRA YOLANDA PORTILLO LEMUS
GABRIELA NATALÍ PACHECO REYES
SAMUEL EDGARDO MERINO VARGAS
SECRETARIA GENERAL
CELINA PÉREZ RIVERA
LECTOR
MARIO SALOMÓN MONTESINO CASTRO
AGRADECIMIENTOS
Con este trabajo que culminamos y que marca el inicio de otra etapa de nuestras vidas,
deseamos agradecer:
A nuestros amigos, que siempre tuvieron una palabra de ánimo y estímulo en este arduo
recorrido.
A nuestra asesora, licenciada Amy Angel; segundo lector, doctor Mario Montesino; y doctor
Óscar Cabrera, por su apoyo académico durante la realización de este trabajo con sus
observaciones y aportaciones oportunas.
“Porque aquello que parece irrealizable e insostenible es la razón para creer que un
mundo mejor es posible”.
Siglas y abreviaturas……………………………………………………………………………...… i
Introducción…………………………………………………………………………...……………. iii
4. Seguridad alimentaria……………………………………………………………………….. 34
4.1 Conceptualización……………………………………………………………………… 34
4.2 La seguridad alimentaria: una problemática estructural…………………………... 35
4.2.1 Autosuficiencia alimentaria…………………………………………………….. 35
4.2.2 Ayuda alimentaria……………………………………………………………….. 37
4.2.3 Dependencia alimentaria……………………………………………………….. 37
4.3 La oferta de alimentos y los precios…………………………………………………. 38
4.4 Patrones de consumo…………………………………………………………………. 39
4.5 La población rural y la seguridad alimentaria……………………………………….. 40
4.5.1 El empleo rural y la seguridad alimentaria…………………………………… 40
3. Economía campesina…………………………………………………..…………………… 72
3.1 El cultivo de café y la población campesina………………...…………………….… 73
3.2 Un nuevo cultivo: El algodón…………………………….……………………........... 76
3.3 El camino hacia la industrialización………………….………………………………. 77
3.4 Guerra civil y crisis del modelo agroexportador……………………..……………… 80
3.5 Paz después del conflicto, ¿mejores condiciones para el campesino?…….….... 81
Conclusiones………………………………..……………………………………………………. 135
Bibliografía…………………………………..………………………………………………...….. 138
Anexos……………………………………..…………………………………………………….... 146
Anexo 1…………………………..…………………………………………………………….. 146
Anexo 2……………………..………………………………………………………………….. 149
Anexo 3………………..……………………………………………………………………….. 162
ÍNDICE DE TABLAS
ÍNDICE DE ESQUEMAS
ÍNDICE DE GRAFICAS
i
IRA: Instituto Regulador de Abastecimiento
ii
INTRODUCCIÓN
En las últimas dos décadas, el sector agropecuario salvadoreño ha sufrido cambios que han
afectado el desempeño y la importancia que este sector juega en la economía del país. Esto
se explica por una serie de factores mayormente asociados con políticas gubernamentales
que han profundizado aún más la problemática agropecuaria ya existente.
Por otra parte, es lógico pensar que si el desempeño del sector agrícola ha ido descendiendo
a lo largo de los últimos años, dicha situación se reflejará en la calidad de vida de las
personas que se encuentran íntima y directamente ligadas a ese sector, como lo son los
ocupados en labores agropecuarias.
Los bajos ingresos de las personas ocupadas en el sector agropecuario las colocan en una
situación vulnerable a la hora de satisfacer sus necesidades alimentarias. En base a lo
anterior, toma relevancia el término de seguridad alimentaria.
Este documento consta de tres capítulos. En el primero se hará un análisis teórico del sector
agropecuario, incluyendo ámbitos como la producción, circulación y consumo de alimentos, y
iii
cómo estos posibilitan o no, la consecución de la seguridad alimentaria en el país y
especialmente de la zona rural.
Lo anterior se hará con el fin de definir las diferentes categorías que nos permitirán
comprender las características estructurales de la economía agrícola, y a la vez precisar las
tendencias que han permitido el abandono de este sector como eje de acumulación.
iv
CAPÍTULO I. MARCO TEÓRICO
La agricultura juega un papel fundamental para asegurar alimentos a la población. Por esta
razón podemos decir que dentro de un proceso de desarrollo, la función primaria de la
agricultura debe de ser la producción de bienes suficientes, los cuales se destinan a
satisfacer las necesidades alimentarias de la población. (PNUD, 2010)
A mediados del siglo pasado comenzó a surgir el pensamiento de que la industrialización era
lo mejor que deberían fomentar los países tanto desarrollados como subdesarrollados para
lograr un desarrollo y crecimiento económico sostenido. Esta forma de pensar era la
predominante, por lo tanto la mayoría de propuestas para el desarrollo iban encaminadas al
crecimiento del sector industrial. Se le restó importancia al sector agrícola, incluso se
desarrollaron políticas que solo terminaron agravando más la situación del sector.
1
Se esperaba que los países subdesarrollados tuvieran una respuesta alentadora y
positiva de crecimiento como la que se había dado con la industrialización en los
países desarrollados. Pero había una enorme diferencia en la forma de efectuar dicho
cambio estructural, en los desarrollados el proceso de industrialización se había dado
casi de forma natural a consecuencia de la expansión de la tecnología,
descubrimientos científicos y el progreso del comercio. En cambio, en los
subdesarrollados, este proceso se quiso hacer pero de una manera forzada, lo cual
trajo consecuencias.
Por este mismo contraste se quiso entonces transferir conocimiento y tecnología proveniente
de los países industrializados hacia los países subdesarrollados. Pero este proceso no es
sencillo, debido a que la cultura de la población de los países subdesarrollados no está
acorde ni existe una familiarización con las ideas de progreso tecnológico, las ciencias y
ahora más recientemente con la organización económica a gran escala.
Aun así, se siguió insistiendo en que lo mejor era desarrollar las industrias no agrícolas y, por
lo tanto, el sector agrícola tenía que transferir mano de obra, la cual sería tomada como
fuerza de trabajo en el sector industrial. También tenía que tener la función de proveer
alimentos a toda la población que emigraba a las ciudades, así como también a las que ya
se encontraban ahí.
Hasta hace poco los especialistas en desarrollo se han dado cuenta que en
aquel entonces existía una ignorancia de la estructura del sector agrícola en las
sociedades tradicionales y la debilidad de las relaciones culturales y
económicas entre la población rural y agrícola, lo cual conllevo a consecuencias
graves. (Southworth et al., 1970: 3)
Hubo un gran desplazamiento de la población rural a los cascos urbanos, y uno de los
grandes problemas que desencadenó fue que los suministros alimentarios necesarios no
siguieron a esos emigrantes.
2
No se han podido generar excedentes de mercado, ni eficaces canales de mercado en la
agricultura. Aquí es donde se presenta una paradoja, y es que los países
predominantemente agrícolas no son capaces de suministrar los suficientes alimentos a su
población, con lo cual se ven obligados a importar lo necesario para cubrir esas deficiencias
alimentarias. Con esto disminuye la posibilidad de importar productos que contribuirían a los
procesos de desarrollo, como los productos industriales que servirán -por una parte- para
aumentar la baja productividad existente en la agricultura. (Southworth et. al, 1970)
Esa baja productividad puede limitar el crecimiento económico. Se debe dar énfasis al
desarrollo de la agricultura en nuestros países. Pero esto no significa que se va a dejar de
lado el sector industrial; debe de existir vínculos entre los dos sectores. Relaciones
reciprocas entre sí, de ayuda y estímulo hacia el otro.
Se tiene que dar prioridad a la agricultura dentro del proceso de desarrollo. Una razón es
porque la agricultura tiene el papel específico y fundamental de satisfacer las necesidades
con respecto a la alimentación (Malassis, 1977). Y como se ha mencionado anteriormente
ese es un verdadero problema en los países subdesarrollados, debido a que la alimentación
no está asegurada para la población, puesto que si no se estanca va decreciendo. Tener
asegurada la alimentación es importante para mejorar el nivel de nutrición y para hacer
frente al crecimiento demográfico.
3
Según Malassis (1977), otra razón por la cual darle prioridad a la agricultura tiene que ver
con el papel que tiene la agricultura en los equilibrios económicos más fundamentales como
la balanza de empleo, balanza de pagos y entre ahorro e inversión. Es necesario modernizar
la agricultura y elevar el nivel de vida para evitar que grandes cantidades de personas del
sector agrícola se trasladen hacia las ciudades a ritmos superiores a los de crecimiento de
puestos de trabajo no agrícolas. Con esto evitaría un aumento del desempleo en las
ciudades y los problemas que este conlleva.
Existen también otras razones que refuerzan lo dicho anteriormente, y tienen que ver con las
estructuras del ingreso y del consumo en las zonas rurales:
4
sobre el ingreso global como consecuencia de aumentos de los ingresos
agrícolas y rurales. (FAO, 2004b: 8)
Contribuir al desarrollo del sector agrícola puede estar sumamente relacionado con el
combate a la pobreza y el hambre. Según la FAO (2004b: 9) en la última década han surgido
sólidas evidencias empíricas de que “el crecimiento agrícola no solo es eficaz para aliviar la
pobreza rural, sino que es más eficaz que el crecimiento industrial para reducir la pobreza
urbana”.
“El crecimiento agrícola reduce las desigualdades entre los pobres y los lleva por encima de
la línea de pobreza… hacer hincapié en la agricultura para mejorar la distribución del ingreso
no resulta en un crecimiento lento. Los sectores son más complementarios que
competitivos”. (Mellor, citado en FAO, 2004b: 12)
5
2.1 Estructura de producción
Los anteriores cambios, conjugados con las modificaciones en los elementos fundamentales
para la realización de la actividad agrícola, como son: “la condición natural de la producción,
que en este caso es la tierra; la fuerza productiva humana, que proporciona el trabajo; y los
medios de producción utilizados” (Martínez y Vidal, 1995: 195), nos pueden dar un panorama
extenso sobre cómo se lleva a cabo actualmente la producción agroalimentaria mundial.
6
el que el sector moderno es el que tiende a establecer su predominio y conlleva a la
desaparición del sector tradicional debido al uso de técnicas atrasadas por parte de éste.
Para Celso Furtado, si bien en todos los países capitalistas ha existido este dualismo en sus
etapas iniciales en su proceso de desarrollo, en los países subdesarrollados este dualismo
habría adquirido un carácter estructural permanente.
Arias (1989) explica la heterogeneidad estructural del sistema productivo como la producción
de bienes para la agroexportación, para los sectores medios y para los dueños del capital y
la producción de bienes para la clase trabajadora.
7
de consumo centrado en la carne, el cual desplazó los regímenes nutricionales
locales, al menos por lo que toca a las clases medias y altas”. (Arias, 1989: 55)
Esta producción utiliza técnicas modernas que permite cierta acumulación de capital e
integración vertical dentro de algunos subsistemas. La producción avícola, el arroz, el azúcar
y marginalmente maíz y frijol son representativos de esta clase de producción.
8
intermedios como fertilizantes, plaguicidas y semillas mejoradas, además, se usan algunas
formas culturales modernas.
Para la escuela de la dependencia existe una alianza económica, social y política entre el
capital externo y las élites locales. En esta alianza existen suficientes ganancias que hacen
que dicha alianza sea provechosa económicamente para ambos actores, de lo cual una
parte se exporta como ganancias del capital extranjero y otra se consume en bienes de lujo
para la élite dominante; luego de este proceso no queda mucho para el proceso de
acumulación capitalista interno.
“Los grupos internos que detentan el poder político en la periferia están vinculados
comercialmente con el centro, luego, no les interesa cambiar la división internacional del
trabajo de la cual extraen grandes rentas”. (Cademartori, 2003: 6)
La producción cerealística mundial de trigo y maíz tiene lugar mayoritariamente en los países
desarrollados, así como algunas frutas y legumbres, como papas, uvas y manzanas, y el
caso de la leche, carne y huevos. En cambio, los países subdesarrollados son los principales
productores de azúcar, café, cacao, té, bananas y cítricos, de materias primas como el
caucho y las fibras vegetales y el tabaco. (Martínez y Vidal, 1995)
9
Lo anterior concuerda con la tesis antes expuesta de la heterogeneidad estructural en la que
tratándose de una economía dependiente, fundamentada en una estructura agraria orientada
hacia el exterior, subordina la dinámica económica de las condiciones y límites que impone
el mercado exterior de productos tradicionales de exportación, enfocándose en productos
como el cacao, café y azúcar.
En lo que respecta a los productos como el café, los principales productores a nivel mundial
para el último trimestre de 2010 son los países de Brasil, Vietnam, Colombia, Indonesia,
India, México, Etiopía, Guatemala, Perú y Honduras, entre los cuales se reparte más del
75% de la producción mundial. (USDA, 2010)
En el caso del cacao, para el período 2009-2010 África se posicionó como el primer
productor, con una participación de 70%; América Latina participó con un 14% y Asia y
Oceanía con 1.8%. (ICCO, 2010)
Por otra parte, según la FAO, el 99.5% de la producción mundial de azúcar se concentra en
los países subdesarrollados, destacando con un 47% América Latina y el Caribe; y los
2
Ver anexos 1.1, 1.2, 1.3 y 1.4
10
países desarrollados participan con 41.7% de la producción mundial, del cual 16.8% están
integrados a la Unión Europea. (FAO, 2004a)
En parte esta división internacional del trabajo se debe a las condiciones geográficas y
climáticas correspondientes a cada país, razón por la cual la siembra de algunos cultivos se
imposibilita por estas condiciones naturales. Sin embargo, no es el único factor determinante
para esta división.
Esta división internacional del trabajo ha ido sufriendo en los últimos años, en especial por
dos razones; la primera porque la producción primaria de los países desarrollados se ha
enfrentado al problema de los excedentes agrícolas y ganaderos que han obligado a
políticas de reducción de la producción y a una readecuación de dicha división internacional
de trabajo agrícola; y la segunda porque en los países subdesarrollados se ha realizado un
esfuerzo considerable por aumentar los cultivos y su producción agrícola, tanto alimenticia
como de materias primas para la exportación. (Martínez y Vidal, 1995: 198)
Martínez y Vidal (1995) mencionan que una de las principales características estructurales
de la producción agroalimentaria mundial es que los países desarrollados producen y
consumen más insumos industriales para la agricultura, en cambio, la economía
subdesarrollada, menos tecnificada, tiene una menor productividad, excepto en las
plantaciones.
Esta característica estructural deja entrever que existe una dicotomía clara entre países
desarrollados y subdesarrollados, la cual se refleja en reparto de los recursos mundiales
agrícolas.
Por una parte, los países desarrollados poseen más cultivo de tierra que los
subdesarrollados en relación a su superficie terrestre. Por otro lado, dichos países
11
desarrollados sólo necesitan dedicar una mínima parte de sus recursos humanos a la
agricultura; mientras que en nuestros países, aunque de forma declinante, la agricultura
sigue siendo la actividad más desarrollada por la población. (Martínez y Vidal, 1995: 195)
Por lo tanto, al tratarse de una agricultura intensiva en mano de obra da lugar a que exista
una superpoblación relativa en la agricultura de los países subdesarrollados, la cual es
producto de su no acceso a los medios de producción agrícola a escala mundial, en especial
de los medios industriales.
Así como el ámbito de la producción posee sus propias características estructurales, así de
igual forma pueden encontrarse en el ámbito de la circulación.
Una de las principales que menciona Martínez y Vidal (1995) es que, en términos de valor, el
comercio de importaciones y exportaciones tiene lugar mayoritariamente en los países
desarrollados.
12
Hasta el 2003 la OMC contabilizó las 15 principales economías importadoras y exportadoras
de productos agrícolas. El 81.8% de las exportaciones mundiales se encuentran
concentradas en 15 países3, con un 42.2% de las éstas que corresponden exclusivamente a
la Unión Europea, Estados Unidos con un 11.3% y Canadá, Brasil y China con un 5%, 3.6%
y 3.3%, respectivamente. (OMC, 2004)
El comercio internacional de la producción agrícola está dominado por conflictos que tienen
sus raíces en el proteccionismo de países desarrollados a sus producciones
agroalimentarias en detrimento de la producción que se realiza en los países
subdesarrollados, producto del cual los términos de cambio de las exportaciones de estos
sufren un grave deterioro. (Martínez y Vidal, 1995: 200)
3
Los 15 miembros de la Unión Europea la OMC los contabiliza como un solo país.
13
conseguir la cuota más grande posible dentro del mercado mundial. (Martínez y Vidal, 1995:
200)
Para que estas intervenciones directas dejen de ser practicadas por los países, debido a su
influencia en los precios de los productos agrícolas, han surgido políticas para la eliminación
de estas prácticas subsidiarias en acuerdos internacionales y a través de la vigilancia de la
OMC4, generando a largo plazo una reducción de este tipo de apoyos distorsionantes. Sin
embargo, eso no significa que tales distorsiones no existan, ya que aun predominan en la
mayoría de los países más desarrollados5.
La división mundial del trabajo desde esa teoría de las ventajas comparativas se planteó de
tal manera que los países que disponen de más mano de obra que de capital tienen que
especializarse en productos agrícolas y materias primas, mientras que aquellos con más
capital que trabajo, producto de un mayor desarrollo tecnológico, deberían dedicarse a
productos de mayor intensidad tecnológica.
Sin embargo, como lo hemos analizado anteriormente, esta división internacional del trabajo
ha sufrido cambios fundamentales. Si bien de acuerdo a la división del trabajo planteada por
4
Ver anexo 1.5
5
Ver anexo 1.6
6
Esta teoría fue perfeccionada posteriormente por Ohlin, que incluyó entre los factores locales la relación expresa entre
capital y trabajo en las funciones de producción.
14
la teoría de las ventajas comparativas eran los países subdesarrollados quienes exportaban
alimentos a los desarrollados, actualmente son estos últimos los que se han convertido en
los principales exportadores de productos agrícolas y de alimentos procesados.
Es de tal manera que los países subdesarrollados dependemos cada vez más de la
importación de alimentos para la alimentación de su población, ya que su modelo de
producción se ha dirigido hacia la producción agrícola destinada a la agroexportación, en
detrimento de la producción interna de alimentos.
Por otra parte, también durante los últimos veinte años, han tenido lugar
cambios importantes en la ubicación de nuestra región en la división
internacional del trabajo. Ahora América Latina destina su producción de
alimentos más al consumo interno que a la exportación y sus exportaciones de
manufacturas vienen creciendo comparativamente más que las de sus
productos primarios, en particular los alimenticios. (Arroyo, et al., 1985: 88)
A pesar de este cambio en la división internacional del trabajo, la región aún conserva su
posición destacada en la exportación de ciertos productos agrícolas en los cuales Europa y
Estados Unidos no poseen ventajas comparativas, como el café, el azúcar, el banano y el
15
cacao. “Al mismo tiempo surgen nuevos productos de exportación o se verifica una cierta
relocalización intrarregional de exportaciones tradicionales”. (Arroyo, et al., 1985: 84)
Esta división internacional actual del comercio agrícola si bien ha permitido un aumento
creciente de los volúmenes de alimentos básicos intercambiados en los mercados
internacionales, también ha profundizado el déficit alimentario de los países
subdesarrollados que los obliga a aumentar sus importaciones de alimentos básicos.
Desde el punto de vista del nivel de vida, la agricultura de subsistencia significaría que la
actividad agrícola tendría que asegurar al campesino y a su familia un mínimo vital en las
sociedades tradicionales. Sin embargo, desde el punto de vista de la producción final sería
aquella producción que está total o parcialmente destinada a la satisfacción de las
necesidades de la población agrícola. En cambio, por la vía del consumo, la agricultura de
subsistencia sería aquella en la que la totalidad de la producción es consumida por sus
productores. (Malassis, 1977: 94)
16
El término de autoconsumo se refiere a la facultad de un grupo de poder
obtener algunos de los requerimientos físicos de subsistencia de los recursos
del área límite en que habita. Comprende la producción para el uso y el
consumo del grupo productos. La vida basada en el autoconsumo
inevitablemente aísla y mantiene un nivel cultural exiguo en extremo. (Pearse,
1975: 127)
Pero en los lugares en que la presión sobre la tierra ha sido muy intensa, el
campesino no puede ganarse la vida ni con la combinación del autoconsumo y
la producción comercial, y tiene que complementar su ingreso con la venta de
su trabajo en el mercado, ya sea en las propiedades vecinas o en migraciones
estacionales, o bien por medio de la artesanía, usando materiales adquiridos
fuera, o convirtiéndose ellos mismos en comerciantes. (Pearse, 1975: 128)
Uno de los rasgos importantes sobre el consumo de alimentos agrícolas está íntimamente
ligado a lo que ya se explicó anteriormente en la estructura de producción y en la de
comercialización, y es que en las últimas décadas la dependencia alimentaria de los países
subdesarrollados sobre países desarrollos en lo que respecta a productos como cereales,
carnes, frutas y verduras se ha acentuado.
17
Las importaciones latinoamericanas de productos agropecuarios han incrementado en
relación con las efectuadas por países en desarrollo en su conjunto. No obstante, la balanza
de comercio exterior de productos agropecuarios por parte de estos países ha incrementado
en valores absolutos. Entonces, se trata de un problema no de producción agropecuaria,
sino de qué se está produciendo, cómo y para quiénes. Es decir, ¿asegura nuestra
producción la seguridad alimentaria de nuestra población, sin depender exclusivamente de
alimentos importados?
Para responder esa interrogante, primero debe discutirse qué se entiende por seguridad
alimentaria. En base a lo que se mencionó anteriormente, queda claro que seguridad
alimentaria no puede comprenderse simplemente con una balanza comercial agropecuaria
superavitaria. Más bien debe considerarse la capacidad de los países para autoabastecerse
en una proporción razonable de los alimentos básicos populares.
Martínez y Vidal (1995) acuña el término alimentación correcta y hace mención a que es
aquella cuyo aporte calórico proteínico, graso, vitamínico, mineral, etc., del consumo
alimentario es suficiente y proporcionado.
1. Por el consumo insuficiente de los componentes alimenticios para mantener una vida
saludable. Es el caso de la subalimentación y desnutrición.
2. Por el consumo excesivo de calorías, proteínas, etc. Es el caso de la
sobrealimentación.
3. Por el desequilibrio (por exceso o por defecto) entre los componentes nutricionales.
Se trata, entonces, de malnutrición. (Martínez y Vidal, 1995, 201)
Estos casos se pueden ver plasmados en la estructura agroalimentaria mundial. Por un lado,
en los países desarrollados la sobrealimentación es un problema que se trata de paliar por
medio de la producción de productos que no engorden; mientras que en los países
18
subdesarrollados millones de personas mueren por enfermedades asociadas a la
subalimentación, cuya expresión más extrema es el hambre.
Teniendo esta vulnerabilidad las familias pobres, en virtud de la situación del hambre y la
desnutrición, el control de los alimentos se vuelve un arma de presión y de negociación de
políticas por parte de los países desarrollados y de las empresas transnacionales
productoras de alimentos. (Arroyo et al., 1985: 79)
Por otra parte, como se explicó anteriormente, las diferencias en el consumo calórico,
proteínico y de grasas entre los países desarrollados y subdesarrollados son muy marcadas.
19
Es de esta manera en que la comercialización de los alimentos se vuelve excluyente y
paradójico, en que por un lado existen excedentes alimentarios, pero por otra un hambre
extrema aqueja a la población mundial.
Por tanto, los países subdesarrollados se encontrarían en la mayoría de los casos en una
situación de autosuficiencia en productos secundarios para la alimentación, pero dependen
en una mayor o menor medida del aprovisionamiento externo para atender los
requerimientos calóricos y proteínicos de la población latinoamericana, lo cual pone en
riesgo la seguridad alimentaria de dichos países si la oferta de los países que proveen sufre
20
alguna caída, o aumentan sus precios, o simplemente no se crea la demanda interna
necesaria para la adquisición de los alimentos vía importaciones.
Para ello es conveniente entender que la palabra campesino expresa rasgos culturales
comunes, actitudes políticas, así como formas de respuestas a situaciones, siendo esto
posible gracias a la existencia de un grupo autorreproductor de semejantes, que transmite
generacionalmente estas características. (Pearse, 1975)
7
Una explicación acerca del comportamiento de la economía de subsistencia se presenta en Montesino (2011)
21
Es decir, se considera la subsistencia como la suma de bienes materiales así como los
servicios de los que dispone una familia en el curso de su existencia. Esta subsistencia es
entendida por el campesinado como los “alimentos, bebidas, vivienda, y equipo domestico,
en su mayor parte provenientes del producto de las tierras familiares o vecinas”. (Pearse,
1975: 125)
Por lo tanto, la agricultura se convierte en la actividad productiva principal que les provee de
los bienes necesarios para existir, donde la actividad se desarrolla sobre todo para el
autoconsumo, en tanto el agricultor se provee para sí mismo como para su grupo los
requerimientos físicos necesarios para su subsistencia.
Si bien los campesinos producen para su autoconsumo, siendo éste el objetivo principal de
la actividad económica; de igual manera procuran producir un excedente que les permita
obtener los demás bienes necesarios a través del intercambio, aunque esto no debe
confundirse con la lógica capitalista de la obtención de plusvalía, sino entendida como una
producción excedentaria que permita reponer las energías necesarias para la próxima
cosecha.
Según Pearse, “además del conjunto de bienes destinados al consumo familiar y la semilla
del año siguiente, deben producirse excedentes para obtener el efectivo o los bienes para la
compra o el trueque de artículos de consumo adicionales, reposiciones de capital y pagos de
rentas o impuestos”. (Pearse, 1975: 128)
Es de considerar que los elementos de subsistencia más importantes son las fuentes de
agua y alimentos energéticos de origen tanto animal como vegetal. Por lo tanto, la tierra
toma especial relevancia en la actividad agrícola; según la FAO (2004b), aparte de la mano
de obra, la tierra es considerada el factor más importante de la producción agrícola.
22
independencia, también de ella proceden. El hombre es propiamente aquel ateo
de la fábula griega, que si tocaba la tierra con los pies, se volvía invencible, y
cuando dejaba de asentarse en ella, perdía su valor y sus fuerzas”. (Masferrer,
citado en FUSADES, 2004)
Se considera por tanto que una persona “está subocupada cuando, a pesar de su voluntad,
trabaja menos tiempo de lo que podría o si trabaja plenamente, lo hace en actividades poco
productivas o que le procuran niveles de ingresos anormalmente bajos” (Bouvier y Maturana,
1975: 210). Además de que se observa el subempleo cuando el salario no corresponde al
salario mínimo legal.
23
productividad e ingreso limitado que obtiene del trabajo familiar utilizado en su
explotación, lo cual está relacionado en gran medida con los métodos primitivos
de producción que usa generalmente, la escasa asistencia técnica y crediticia
que recibe y los precios reducidos que se le pagan en caso de venta de sus
productos.” (Bouvier y Maturana, 1975: 212)
Esta primitiva forma de producir, sumado al limitado acceso recursos necesarios para la
producción, afecta al trabajador obligándolo generalmente a trabajar temporalmente, o bien a
cambiar de domicilio y hasta de actividad.
Por tanto, para el subempleo rural se nos presenta la migración como un mecanismo de
salida para mejorar su situación de marginación. Sin embargo este fenómeno se manifiesta
de manera distinta en los países desarrollados y subdesarrollados, por un lado en los países
desarrollados la migración de lo rural a lo urbano ocurre por el desarrollo más acelerado de
los centros urbanos de igual manera que se da la mecanización agrícola; a diferencia de los
países subdesarrollados donde ocurre todo lo contrario debido a que esta migración se
produce por el grado de miseria y precariedad que se tiene en la zona rural.
Pero al darse esta migración, no significa que el problema del subempleo rural este resuelto,
más bien se traslada el problema del subempleo a lo urbano; y no solo se trasladan recursos
humanos no calificados, también se contribuye a “encarecer los costos de urbanización, a
trasladar la pobreza y hacerla políticamente explosiva, a agudizar el desempleo abierto en la
ciudad, a presionar hacia abajo los salarios urbanos, especialmente los no calificados y, por
último, a debilitar el poder de negociación de la organización sindical urbana” (Bouvier y
Maturana, 1975: 207).
Por tanto, en esta migración lo que ha aumentado es el empleo informal, es decir, las
actividades por cuenta propia, comercio ambulante y todo tipo de actividades informales en
donde se ha refugiado el trabajo no calificado que proviene de la zona rural.
24
necesidades básicas a través de la venta de su fuerza de trabajo, para garantizar su
supervivencia.
Sin embargo, en aquellos lugares donde existe una presión hacia la tierra, por la misma
escases, se imposibilita la subsistencia del campesino exclusivamente a través del
autoconsumo, y se vuelve necesario complementar su ingreso con la venta de su fuerza de
trabajo al mercado. (Pearse, 1975: 128)
25
La participación del Estado fue un aspecto fundamental para la incorporación de la economía
campesina al capitalismo, actuando a través de distintos mecanismos que permitieran
“mantener los niveles de reproducción y acumulación del capital” (Arias, 1988: 53); pero
siempre manteniéndose al margen de los sectores productivos y sin afectar los intereses de
la burguesía.
La participación del Estado desde la conformación del modelo agroexportador ha estado muy
marcado a través de la ejecución de políticas económicas. Con políticas salariales, así como
el freno a la organización de los trabajadores; también con políticas de precios de los bienes
salarios, permitiendo que el costo de la reproducción de la fuerza de trabajo se mantuviera a
niveles bajos; además, de políticas de fomento a la producción con exenciones arancelarias.
Además, una característica presente en el desarrollo del cultivo del café, es que se trata de
un cultivo de carácter temporal, que responde a condiciones naturales y, por lo tanto,
requiere de empleo temporal, sobre todo para la época de recolección. Esta característica no
es exclusiva para el caso salvadoreño y se presenta “en ciertos países latinoamericanos
debido a la especificación en algunos productos de exportación, como café, algodón, arroz y
azúcar, cultivados en grandes haciendas” (Bouvier y Maturana, 1975: 211). Sin embargo,
este trabajo temporal coexiste a la par de la economía campesina de subsistencia.
Entonces, es posible ver como a través de las políticas públicas la economía campesina se
constituye en el sector que provee de productos agrícolas al sector urbano, en el aspecto
26
productivo. En el siguiente cuadro podemos observar de manera resumida las funciones que
desempeña la economía campesina:
Cabe subrayar que la tendencia del monocultivo, es decir, la orientación hacia la agricultura
de exportación, ocupa los mejores recursos en lo que se refiere a tierra y trabajo, dejando en
desventaja a las demás actividades que son destinadas a los campesinos marginados.
Es posible ver en este modelo agroexportador una dinámica distributiva excluyente, donde
las políticas públicas estaban orientados a los intereses de los grandes propietarios de la
tierra, de igual manera, el hecho de que se mantuvieran los salarios bajos crearon un
obstáculo a la formación de un mercado interno dinámico. (Aguiar, 2007)
27
global ya no solo es en base a la agroexportación, ahora se da a través de la manufactura
que funciona bajo formas capitalistas. (Arias, 1988: 62)
28
café requería la abolición de éstas a finales del siglo XIX. La participación de las políticas
públicas fue esencial para que se diera este suceso.
Es preciso destacar que la abolición de este tipo de propiedad a través de las reformas
liberales respondía a la demanda creciente por parte del exterior a los productos agrícolas,
en ese sentido, la tierra se convirtió en uno de los recursos más codiciados (Barrera, 2008).
Por tanto, se nos presentan “cambios en la balanza de poder entre las comunidades
indígenas y los terratenientes ladinos interesados en producir para los mercados
internacionales” (Lindo, 2002: 223; citado en Barrera, 2008: 27).
Si bien estos sectores se complementan uno con el otro, nos muestran claras diferencias en
cuanto a “las formas de apropiación de los recursos, tierra, agua y tecnología y crédito; en su
diversa organización productiva y en su inserción en los mercados nacionales e
internacionales” (Arias, 1989: 56).
La tierra constituye uno de los recursos más importantes en el sector rural, ya que no sólo
determina el nivel de producción, también contribuye a establecer el nivel de ingreso. Es la
tenencia de la tierra una de las condiciones que nos explica en buena medida cual es el
grado de precariedad del campesino.
29
La tenencia de la tierra toma relevancia en la mayoría de países donde este recurso es una
de las principales formas de riqueza rural o de la economía del país como un todo; así
mismo, la posesión de la tierra puede determinar un estatus social, y el al mismo tiempo
constituir una fuente de poder que permite incidir políticamente. (FAO, 2004b)
Sin embargo, en los países latinoamericanos, donde se observa una economía estratificada,
en la que a la par del latifundio se desarrolla el minifundio, la tenencia de la tierra es un tema
de conflicto. Así pues, un cambio estructural puede surgir de una reforma agraria.
Según Malassis, las reformas agrarias “se presentan como el medio de reducir las
diferencias que resultan de la distribución de la tierra y del trabajo”, así como también
“tienden a destruir la supervivencia de las relaciones feudales o semifeudales, que humillan a
los campesinos en su dignidad, y que además frenan o bloquean el crecimiento”. (Malassis,
977: 227)
30
resultado de la expansión, en el siglo XVI, de las economías occidentales; sin embargo, ésta
se desarrolla, en el siglo XIX, en con la expansión capitalista. (Malassis, 1977)
Por tanto, se nos presenta en las zonas rurales, en cuanto al empleo un cierto equilibrio;
como la existencia de un empleo temporal, que surge dentro de la economía campesina, y
31
que además proporciona mano de obra al sector capitalista que se encuentra en un proceso
constante de concentración de la tierra. Se puede explicar esto de la siguiente manera:
Por un lado los minifundistas y los familiares en edad de trabajar, mas los
campesinos sin tierra, constituían una reserva de fuerza de trabajo no calificada
que podía ser utilizada por las explotaciones que necesitaban mano de obra
adicional; por otro lado la posibilidad de ser contratados y recibir un salario
hacia más soportable la supervivencia de una estructura desigual de la
propiedad de la tierra y explicaba al mismo tiempo la permanencia en el campo,
aun en condiciones muy pobres, de una importante masa de trabajadores sin
preparación para afrontar la complejidad de un medio urbano. (Bouvier y
Maturana, 1975:, 215).
Las relaciones de intercambio no son exclusivas del modo de producción capitalista, más
bien se nos presenta con especificaciones distintas según sea el modo de producir. Así
pues, en el modo de producción capitalista, será necesario conocer la dotación de recursos
que posee cada persona cuando se involucra en el proceso intercambio. Es decir, “el
intercambio capitalista no deriva de la producción especializada, sino del monopolio clasista
en la propiedad de los medios de producción” (Bhaduri, 1987: 16).
De este modo el campesino debe entrar en el mercado, y ofrecer como única mercancía su
fuerza de trabajo. Este intercambio se pone de manifiesto en el trabajo temporal que se ve
32
obligado a realizar el campesino de subsistencia, así como el trabajador que carece
totalmente de medios de producción.
En el proceso productivo, la fuerza de trabajo crea valor, dicho valor no solo responde al
tiempo de trabajo necesario que la fuerza de trabajo requiere para reproducirse, sino que
crea un excedente, del cual se apropia el capitalista. En este sentido, “la plusvalía producida
por el exceso de ese tiempo de trabajo necesario constituye la base de los beneficios
capitalistas” (Bhaduri, 1987: 16).
Sin embargo, la apropiación del excedente no solo se limita al mercado laboral, esto se
debe a que buena parte de la economía campesina de subsistencia no está del todo
separada de los medios de producción, y encontramos a pequeños propietarios de la tierra
que producen una parte para su autoconsumo, y otra parte que les sirve para procurar su
existencia.
Además, se nos presenta el hecho de que cada vez más el campesino debe recurrir al
mercado para satisfacer sus necesidades de subsistencia, requiriendo muchas veces de
préstamos de consumo o de adquisición de insumos, necesarios para la producción.
Convirtiéndose, en este sentido, el capital financiero en otro mecanismo importante de
extracción del excedente.
33
4. Seguridad Alimentaria
4.1 Conceptualización
De lo anterior se puede concluir en tres propósitos que deben perseguirse con la seguridad
alimentaria: asegurar una producción alimentaria adecuada, conseguir la máxima estabilidad
en el suministro de los alimentos y garantizar el acceso a los alimentos disponibles a toda la
población, sobre todo a los de menores ingresos.
34
La FAO también define que para la consecución de la seguridad alimentaria se requiere de
las siguientes condiciones:
El acceso a los alimentos puede ser suplido básicamente a través de dos vías: la primera es
obtener los alimentos por medio de la producción local; la segunda es hacerlo por medio de
importaciones. Esto significa además que los países tienen que tomar la decisión de
incentivar la producción de alimentos para el consumo local o diversificar la producción local
hacia bienes que se puedan exportar para generar los ingresos que permitan adquirir
alimentos importados.
35
4.2.1 Autosuficiencia alimentaria
36
4.2.2 Ayuda alimentaria
“Así podemos explicar por qué las importaciones de los países en desarrollo comenzaron a
descender en 1984-1985 y las exportaciones alcanzaron su nivel más elevado, pese a ser el
año de mayor nivel de ayuda alimentaria de cereales." (Arias, 1989: 72)
Pero esta solución parece no ser la más adecuada debido a que no resuelve el problema de
forma estructural, sino más bien se vuelve un paliativo para el problema alimentario mundial,
y más bien vuelve dependientes a los países que lo reciben.
37
Según Arias (1989), es de esta manera en que la dependencia alimentaria se convierte en
un tipo de sujeción hacia los países productores de cereales y granos básicos, y esa
sujeción seguirá siempre que sea necesario importar más alimentos para mantener el nivel
de oferta.
Los mercados de los productos agrícolas en los países subdesarrollados se caracterizan por
una oferta fluctuante que obedece mayormente a las condiciones producidas por fenómenos
naturales y lo que tiene como resultado que la fluctuación de los precios sea muy variable.
Otro factor que igualmente influye en el comportamiento de los precios de los alimentos es el
precio fijado por los agricultores. En el caso de los campesinos, estos procuran mantener un
ingreso suficiente para su subsistencia, lo cual implica satisfacer sus necesidades básicas,
conservar algo para su autoconsumo y cumplir con sus compromisos financieros. (Malassis,
1977)
En muchas ocasiones los precios de venta son fijados por compradores mayoristas, que a su
vez disponen de redes de comercialización que se encargan de distribuir la producción, que
establecen condiciones de venta y entrega de la producción agrícola. Este y los anteriores
aspectos sobre la situación de los mercados agrícolas y las condiciones desiguales de
distribución y comercialización no son los adecuados para estimular el trabajo agrícola
campesino y de esta manera promover el desarrollo rural. (Malassis, 1977)
38
4.4 Patrones de consumo
Según Arroyo et al., el consumo de alimentos depende de variables como “la disponibilidad
interna de los alimentos agrícolas, el nivel de desarrollo económico y socio-cultural, la
distribución del ingreso, el grado de urbanización y el tamaño de las familias”.(Arroyo et al.,
1985)
39
mismo tiempo, en ciertos países algunos productos tradicionales oriundos de la
economía campesina aumentaron de precio.
f) Ha habido ciertos efectos sobre los precios y el nivel de consumo de los alimentos
procesados que se derivan de los mercados oligopólicos en que operan las empresas
transnacionales y de sus prácticas de creación de demanda.
Al evaluar los efectos sociales que han tenido los cambios profundos en la producción y
distribución en la actividad agrícola es necesario analizar el esquema de producción y
acumulación rural, que implican tantos cambios tecnológicos y en las formas de producción,
además de una revalorización de las necesidades que influyen en la decisión sobre los
destinos de la inversión y de los que se benefician del desarrollo rural.
El problema radica en que las condiciones de vida en el sector agrícola siempre han sido
precarias, son muchos los factores que inciden en tales condiciones, principalmente la forma
de la tenencia de tierra, la importancia que tiene la mano de obra para la producción, los
bajos salarios, las relaciones sociales de producción, etc.
En general se puede afirmar que las condiciones de vida del campesino no dependen
únicamente de factores ligados con la producción directa de alimentos o de materias primas,
sino que depende de aspectos socioeconómicos que son consecuencia del papel que el
Estado y la sociedad asignan al sector.
40
naturales disponibles- el subempleo rural sigue afectando a grandes masas de
trabajadores marginados del progreso y constituye una de las formas más
típicas que adopta el subdesarrollo en los países latinoamericanos. (Bouvier y
Maturana, 1975: 206)
La evolución del empleo en el sector rural es de suma importancia en las condiciones de vida
de los campesinos. A medida que se profundiza el proceso de transformación de pasar de la
agricultura de subsistencia, del campesino minifundista, a asalariado; puede existir la
posibilidad concreta de no absorber a toda la mano de obra desplazada de las actividades
campesinas; esto no solo provocará la profundización de la crisis de empleo y el
agudizamiento de la pobreza, a su vez será inviable el desarrollo de un mercado interno, que
proporcione a la estrategia de producción un carácter endógeno.
Según Arias, esta transformación “debilitará la capacidad del sector agropecuario para
entender la oferta creciente de alimentos y generará una mayor dependencia e inseguridad
alimentaria" (Arias, 1989: 165).
El tema de la seguridad alimentaria está sobretodo relacionado con la extrema pobreza y con
la accesibilidad que la población de un país tiene, o no, a los bienes alimentarios que le
permitan reproducir su fuerza de trabajo de una manera eficiente, que permita mantener a la
población en las condiciones adecuadas para ser productivos.
41
alimentos es, por sus consecuencias, la más grave y urgente de erradicar.
(CEPAL, 2004: 7)
Según la CEPAL, el acceso económico está sujeto a tres factores socioeconómicos que son:
“la propiedad sobre los factores productivos –tierra, capital y/o trabajo-, la diversificación y
características de fuentes de ingreso y la capacidad de producción e intercambio”. (CEPAL,
1987; citado en Rubio y Hernández, 1992: 19)
Sin embargo, la agricultura de subsistencia está caracterizada por poseer parcelas con poca
extensión de tierra, que junto con otros aspectos, hacen que la productividad sea tan baja
que obliga a los campesinos a vender su fuerza de trabajo para poder obtener ingresos que
le permitan cubrir sus necesidades.
Según Bouvier y Maturana, “la existencia del subempleo agropecuario está estrechamente
relacionado con el monto de la población, la estructura de tamaño y tenencia de las
explotaciones, los sistemas de abastecimiento de insumos y de obtención de créditos, los
circuitos de comercialización y otros factores que inciden en la producción” (Bouvier y
Maturana, 1975: 213).
En la mayoría de los casos el trabajo que se realiza es temporal, o bien se emigra a la zona
urbana para procurar su subsistencia; sin embargo, este fenómeno migratorio simplemente
traslada el problema del subempleo de lo rural a lo urbano, debido a que se trata de mano de
obra no calificada. En cualquiera de los casos no se mejora la situación rural y los ingresos
del campesino se ven cada vez más limitados, impidiendo el acceso a los alimentos.
42
CAPÍTULO II. CONTEXTO HISTÓRICO
Para poder realizar un análisis estructural del agro salvadoreño hay que tomar en cuenta la
evolución de la estructura agraria que se ha tenido desde hace muchos años, ya que es el
comportamiento de ésta el que marcará un serio problema de concentración de tierras en
pocas manos, así como también la utilización de ese recurso (tierra) en la producción de
bienes que han tenido una mayor demanda internacional. Es por esta razón que se parte el
análisis desde el añil hasta la actualidad.
Fue en el siglo XVI con la venida de los colonos que se introdujo el añil en El Salvador, esto
fue en gran medida por la expansión de la producción textil que se estaba dando en Europa.
En este periodo se conforma la hacienda, mediante un sistema de repartimiento de mano de
obra indígena. Asimismo, el excedente económico era extraído a los indígenas mediante el
régimen de la encomienda, el cual consistía en cobrarles fuertes tributos. Esto va a servir
para la organización de la producción añilera y viene a transformar grandemente la
estructura económica-social del país.
Existía un pequeño grupo de la elite dueños de las haciendas añileras, estos eran
principalmente españoles y criollos, que gozaban de un status más alto en la sociedad,
debido en gran parte por el acceso exclusivo a la educación, al crédito y a su influencia
política. La otra pequeña parte de la población se dedicaba a la agricultura, y no tenían
ninguna posibilidad de entrar al círculo de la élite. Desde ese entonces es la pequeña élite
quien controla el sector exportador.
El auge de la producción y exportación del añil duró hasta mediados del siglo XIX, después
de ese periodo dicha producción fue decayendo hasta casi desaparecer. Este
comportamiento se debió al hecho de que en Europa, a mediados del siglo XIX, se
43
inventaron los colorantes sintéticos; lo que provocó una disminución de la demanda de este
producto a nivel mundial y por consiguiente sus precios disminuyeron en el mercado
internacional. Esto generó impactos negativos en la población, como la disminución del
empleo.
Por esa razón fue que los gobiernos republicanos de la época optaron por medidas como
exenciones de impuestos por diez años para las personas que plantasen más de 5,000
arbustos, exenciones de impuesto a la exportación de dicho producto, etc. De esta manera el
café fue tomando fuerza y su producción requería más tierra cultivable. De modo que para
1880, el número de plantas en Santa Ana era alrededor de cuatro millones y medio, y en La
Libertad cerca de dos millones y medio de arbustos. (CSUCA, 1976)
La expansión del cultivo del café requería cada vez más de tierras de origen volcánico que
estuvieran ubicadas especialmente en la parte céntrica y occidental del país. Pero estas
tierras estaban ocupadas principalmente por los ejidos y tierras comunales, aunque este
régimen de tenencia no significó mayores problemas para la producción del añil, sí viene a
plantear a la clase dominante del país medidas de decisiva importancia para la acumulación
de capitales en el agro salvadoreño, por lo cual fueron necesarias medidas políticas
drásticas que tuvieron grandes consecuencias en la estructura social. (CSUCA, 1976)
Fue así que el 5 de febrero de 1881 se decretó la Ley de Extinción de Tierras Comunales y
en mayo de 1882 se abolieron las tierras ejidales, tierras que como se mencionó
anteriormente eran aptas para la producción de café. Estas profundas reformas en la
estructura de la tenencia de la tierra marcan históricamente el carácter heterogéneo de la
estructura agraria en el país.
44
Por un lado, permitió la existencia de una concentración privada de la tierra, y por otro,
favoreció el proceso de proletarización de los campesinos. Al separar al productor directo de
sus medios de producción se está proletarizando, lo que implica que el salario, el cual no
representa el valor total de la fuerza de trabajo, se convierte ahora en una parte fundamental
en la renta de la familia campesina. Al no cubrir la totalidad de su fuerza de trabajo, éste
tendrá que complementarse con la agricultura de subsistencia. (Vásquez et al., 1988)
En la tabla 2 se puede observar que es por las circunstancias descritas anteriormente que se
da la consolidación del café desde mediados del siglo XIX hasta más o menos los años
treinta del siglo XX. Tanto la producción, la exportación del café y las tierras utilizadas para la
explotación de este producto incrementaron en el periodo señalado, a excepción del año
1932 que se observa una disminución, periodo en el que la gran crisis mundial estaba
afectando a la economía mundial.
45
Tabla 2. Producción y exportación de café, 1860-1932
Año Producción Exportación Tierras en uso
(quintales) (quintales) (hectáreas)
1860 11.000 - 850
1876 100.000 - 7.700
1877 146.330 - 11.300
1880 200.000 166.000 15.400
1881 - 200.000 -
1885 300.000 - 23.100
1890 600.000 - 46.200
1891 575.000 - 44.200
1893 600.000 - 46.200
1895 - 431.230 -
1896 - 252.937 -
1901 556.000 437.326 42.000
1902 400.000 - 30.800
1905 775.000 620.391 60.000
1910 772.000 618.347 59.000
1916 988.674 777.326 61.000
1920 1.026.715 817.108 73.000
1924 1.304.347 1.061.065 80.000
1929 1.413.492 1.017.021 98.000
1932 1.357.321 862.065 97.000
Fuente: El Salvador, Anuario Estadístico; Montis, Informe Documentado; Lever, Central América; Diario Oficial, 19
de febrero de 1878, p.170 citado en Lauria-Santiago (2003: 213)
Fue en la década de los 30 que se crean reformas como la bancaria para resolver problemas
de las deudas que habían sido contraídas con los bancos y no habían sido canceladas, así
como para instaurar una nueva estrategia para el sector financiero. Las que más se destacan
son las vinculadas a la creación del Banco Central de Reserva, que serviría para centralizar
y regular la emisión de dinero; y la creación del Banco Hipotecario, que introdujo créditos de
largo plazo tanto para la zona urbana como rural; además, bajó las tasas de interés como
medida para disciplinar el régimen crediticio que se había seguido hasta la fecha.
46
comerciales a compradores y beneficiadores de café para que éstos a su vez
compren o habiliten café a terceras personas. (CSUCA, 1976: 11)
Sin embargo, estas medidas no fueron suficientes para que la gran represión no afectara
enormemente a El Salvador. Ésta causó una gran crisis de desocupación en las regiones
dedicadas al cultivo del café, lo que conllevó en gran medida a la insurgencia campesina de
los años treinta en el país. Esto a su vez originó grandes corrientes migratorias en El
Salvador, existiendo desplazamientos de personas desde las regiones occidental y céntrica
hacia el oriente del país y hacia países fronterizos, especialmente a Honduras.
En el momento de la crisis, las tierras para el cultivo del café tenían ya un espacio geofísico
determinado. Pero en la década de los cuarenta, se dio un aumento en los precios del café
(ver tabla 3) lo que vino a estimular su producción en el país, generando una expansión de
este cultivo. Según CSUCA (1976) entre los años 1946 y 1948 el área que se dedicaba a las
plantaciones de café aumentó un 30%, esta expansión se dio mayormente por la
incorporación de tierras marginales abandonadas al sector cafetalero.
Con lo que respecta a la burguesía cafetalera, ésta optó por tecnificar su hacienda
cafetalera. Asimismo, de 1950 a 1961 se da un aumento de la superficie cosechada de
22.7%, mientras que la producción aumenta a un ritmo más intenso todavía; y la
productividad por hectárea de café oro pasa de 592 a 730 kilogramos. (CSUCA, 1976: 24)
Como es de esperar, observando la historia del país, en este periodo también va a existir
una política agrícola que está orientada a la producción y promoción de bienes que son
demandados internacionalmente. El Estado salvadoreño impulsó medidas como la creación
de la Cooperativa Algodonera Salvadoreña en 1940, y la construcción de la carretera Litoral
en 1958, que permitiera la creación de un sistema de transporte necesario para el desarrollo
y comercialización del algodón. Estas medidas posibilitaron un aumento en la superficie
cosechada entre 1950 y 1961 del 162% (CSUCA, 1976), la superficie cultivada pasó de
19,222 a 81,797 hectáreas.
48
Además, la producción de la caña de azúcar se da también en algunas zonas costeras y en
las llanuras de la meseta interior del país; tierras que, como se dijo anteriormente, eran
destinadas al cultivo de granos básicos y ganadería.
De tal manera que con estos tipos de producción, el habitante del campo es desalojado de
las tierras que el ocupaba para la agricultura de subsistencia. Por lo tanto, se ve obligado a
proletarizarse, es decir, a vender su fuerza de trabajo por salarios que no alcanzan para
satisfacer sus necesidades básicas.
Tabla 5. Extensión cultivada de los granos básicos entre 1950 y 1961 (en hectáreas)
Granos Año 1950 Año 1961
Maíz 178.938 219.575
Arroz 11.433 12.591
Frijol 29.176 30.401
Maicillo 86.436 120.175
Fuente: (CSUCA: 1976: 31)
Con respecto a la introducción del cultivo de algodón y caña de azúcar, no fue indispensable
hacer cambios en el régimen de tenencia de la tierra. Lo que se hizo en ese momento fue
que se basó en el derecho jurídico sobre ésta (tierra), desplazando así a los pequeños
productores de granos básicos.
49
1.2 Industria dependiente del excedente agrario
El Estado incentivó la naciente industria, creando así instituciones que servirían para el
fomento de la producción de granos básicos, entre ellas el Banco de Fomento Agropecuario,
el Instituto Regulador de Abastecimiento, entre otros. Sin embargo, el objetivo detrás de
estas medidas era abaratar los costos salariales para la expansión y mantenimiento de la
industria. Este abaratamiento iba a posibilitarse con el apoyo a la producción de granos
básicos y manteniendo una política de control de precios. Con esto se fue desvalorizando la
fuerza de trabajo a través de la reducción en el valor de los medios de consumo improductivo
del obrero. (Vásquez et al., 1988)
50
las grandes extensiones de tierra permitiéndoles obtener mayores ingresos económicos y
poder político. La tabla 6 nos muestra datos de concentración de la tierra en 1971:
Este problema estaba en muchos países de América Latina, lo que generó en algunas
ocasiones una lucha política de bloques, uno comunista y el otro liberal. Ante el triunfo de la
revolución cubana en los años cincuenta, los Estados Unidos de América creó la ALPPRO
(Alianza Para el Progreso), con propuestas de reformas estructurales con el objetivo que se
ejecutaran revoluciones controladas y así frenar el avance del comunismo. Así surge la
Reforma Agraria, como la reforma más importante, cuya finalidad era la de hacer que la
distribución de la tierra fuera menos desigual en los países latinoamericanos.
Aunque en el país hubo intentos de Reforma Agraria antes de 1980, estos no lograron
sobrevivir ya que los propietarios ubicados en el poder político boicotearon todos esos
intentos, para que ellos no salieran perjudicados. Este alargamiento de tiempo en la
51
ejecución de la Reforma Agraria provocó que al realizarse esta en 1980, no tuviera los
resultados que se esperaban, puesto que había llegado demasiado tarde, en una situación
donde ya se estaba desencadenando el conflicto armado en El Salvador.
El primer proyecto de Reforma Agraria se dio bajo la presidencia de Arturo Armando Molina
en 1976. Por lo que se creó en 1975 el Instituto Salvadoreño de Transformación Agraria,
quien iba a ser el encargado de expropiar los inmuebles que fueran necesarios para así
lograr un cambio en la estructura de tenencia de la tierra. También iba a desempañar
funciones de capacitación a los campesinos, ayudas para la organización campesina, apoyo
en la comercialización, etc.
Sin embargo, como ya se dijo anteriormente el poder político existente, incapaz de realizar
acciones encaminadas al bien común, fue incluso en contra del designio de los EE.UU.;
mermando todo intento de realización de la Reforma.
La Reforma Agraria como tal, se propuso en 1979 al haber cambio en el poder, y fue
propuesta por una junta cívico-militar, basada en un acuerdo entre el Partido Demócrata
Cristiano y la Fuerza Armada.
La ejecución de la Fase II era muy importante, comprendía las unidades productivas entre
100 y 500 has. Con ella se absorberían gran parte de las mejores tierras del país, utilizadas
para el cultivo de los productos de agroexportación (café, algodón y caña de azúcar). La
tabla 7 nos muestra el área que iba a ser afectada por la Fase II.
52
Tabla 7. El Salvador: Área cultivada por productos de exportación que sería objeto de
afectación por la Fase II
Área Cultivada Porcentaje del
Cultivo
(Has) Área
Caña de Azúcar 4,614 13.5
Café 44,795 30.5
Algodón 25,625 30.4
Total 75,034 74.4
Fuente: Checchi and Company, Land Reform in El Salvador, pág. 94 citado en Latino 1982: 50
Esta fase constituía la parte medular de la Reforma Agraria, por lo dicho anteriormente. Sin
embargo esta se canceló, en gran medida por la oposición de algunos miembros influyentes
que pertenecían a varios sectores económicos y políticos del país, y con la negativa de los
dueños de las propiedades que abarcaría esta fase. Por esta razón, es que no fue posible
alterar realmente la estructura agraria en el país, convirtiendo así a la Reforma Agraria
solamente en un instrumento de contrainsurgencia.
La Fase III traspasó a los campesinos que alquilaban tierras un máximo de 7 has. Esta se
ejecutó el 28 de abril de 1980. El área que cubriría la Fase III era de 178,056 has que
correspondía al 9.6% del área agrícola (Latino, 1982). Esta fase creó conflictos entre los
propietarios anteriores y los nuevos, ya que algunos campesinos fueron desalojados de las
parcelas que se les había otorgado. Además, los campesinos se vieron en la necesidad de
buscar trabajo asalariado en otra parte para sobrevivir, ya que existían graves problemas de
financiamiento y con lo que tenían no les era posible cultivar sus parcelas.
53
similares condiciones). (Montes, Segundo, “El Salvador La Tierra, Epicentro de
la Crisis”, en Boletín de CC EE y SS No. Julio-Agosto, 1986 pág. 244-245 citado
en Vásquez et al., 1988: 43-44)
Con respecto a la producción de granos básicos, los resultados dejados por la Reforma
Agraria tampoco son alentadores. Ya que al haber repartido las tierras, es de esperar que se
empiecen a cultivar los productos que tienen mayor apoyo y demanda internacional,
siguiendo la misma lógica de años anteriores. En este sentido son las cooperativas las que
tuvieron una mejor posibilidad para estos cultivos, ya que los pequeños agricultores
dedicados mayormente al cultivo de subsistencia, o sea, de granos básicos, no tuvieron
posibilidades de generar una producción abundante. Esto es porque no hubo el suficiente
apoyo para ese tipo de cultivo.
En la década de los noventa, al terminar el conflicto armado, y con la firma de los Acuerdos
de Paz en 1992, se introducen medidas que van a generar grandes cambios en el país. En lo
que respecta al sector agropecuario, se le va a deterior aun mas, y se va a desmantelar todo
el aparato de ayuda que se había hecho décadas anteriores para este sector. Se pasa de un
intervencionismo del Estado a la eficiencia del mercado como mejor asignador de recursos.
Esto fue así, debido a que desde 1989 se habían introducido programas de ajuste y
estabilización de la economía, con el supuesto objetivo de generar un crecimiento sostenido.
Pero, el problema fue que estas medidas se tradujeron en desatención y exclusión para el
sector agropecuario.
Además, la pérdida de importancia del sector agropecuario, tuvo que ver con los cambios en
la dinámica de los diferentes rubros que componen al sector. Comparando con el año 1978,
justo antes del la Reforma Agraria y el conflicto armado, en la tabla 8 se puede observar que
después de ese año la actividad agrícola tradicional entró en crisis, ya para el año 2000 la
producción de algodón y café venían disminuyendo, exceptuando la caña de azúcar. En el
caso del algodón, para el año 2000 su cultivo prácticamente había desaparecido.
Por otra parte, los sectores que mostraron un dinamismo importante fueron la caña de
azúcar y la avicultura. Aunque es importante resaltar, que la avicultura a partir de los años
noventa hasta la fecha, tiene pocos vínculos con el sector agrícola del país. Esto es así,
54
debido a que su principal insumo, el maíz, no es obtenido de la producción nacional, sino
que se importa maíz amarillo del mercado internacional, que trae como consecuencia la
reducción de los precios del maíz blanco que se produce localmente. (Bigit y Calles, 2000)
Bajo los Acuerdos de Paz se introdujo el Programa de Transferencia de Tierras (PTT), que
adicionó modificaciones en la estructura de tenencia de la tierra. Este programa era diferente
al de Reforma Agraria, con el PTT no hubo expropiaciones; sino que se creó un Banco de
Tierras, quien junto con el ISTA compraba propiedades a quienes quisieran vender y luego
las trasladaban a los beneficiarios.
La tabla 9 nos muestra el alcance de la Fase I y III de la Reforma Agraria y del PTT. A pesar
de que se redistribuyeron más de 350,000 has, el impacto que se pretendía generar para
reducir la pobreza no fue tan grande, esto es debido, como se explicó antes, al
funcionamiento que ha tenido el sector agropecuario. Además, todavía se observa en el país
el problema de concentración de la tierra, según un estudio de PRISMA (Cuéllar et al., 2002)
en el año 1996 aproximadamente 350,000 personas eran campesinos sin tierra y
desempleados.
55
Tabla 9. El Salvador: Alcance de la redistribución de tierras bajo la Reforma Agraria y
el PTT (Hectáreas)
Hectárea por
Hectáreas Beneficiarios
beneficiario
Fase I de la
215,000 37,000 5.8
Reforma Agraria
Fase II de la
80,000 47,000 1.7
Reforma Agraria
PTT 106,232 36,597 2.9
Total 401,232 120,597
Fuente: World Bank (1997); Mejía y Merlos (1999) citados en Cuéllar et al., (2002: 26)
Ante esta situación, el Estado lo que propulsó fue la existencia de un mercado de tierras (una
liberalización del mercado de tierras), al cual los campesinos sin tierra podrían acceder, ya
sea mediante compra o arrendamiento. Esto caracterizó a la década de los noventa, debido
a la introducción del modelo neoliberal en el país. Se puso mayor importancia también a las
ventajas comparativas y se redujo el papel del Estado en la economía.
Con respecto a la tenencia de la tierra, lo que se dio fue una reestructuración, ya que con
este nuevo modelo el objetivo era ahora los derechos de propiedad individuales sobre la
tierra, esto para asegurar la seguridad de la propiedad. Por esta razón, muchas de las
propiedades colectivas que existían fueron desapareciendo y se hicieron titulaciones de
tierras a personas individuales. “Un estudio de PRISMA sostiene que dicha medida dio lugar
a que de los 31 mil beneficiarios de la Fase I, 10 mil optaran por la propiedad individual de
sus parcelas y 14 mil se inclinaran por la propiedad individual de un pequeño terreno para
vivienda y cría de animales u hortalizas a pequeña escala”. (Navas, 1999: 12)
Además, en 1996 se aprobó la Ley del Régimen Especial de la Tierra en Propiedad de las
Asociaciones Cooperativas Comunales y Comunitarias, con lo cual se liberalizaron las
tierras de la Reforma Agraria y se colocaron en el mercado de tierras. Esta ley permitiría a
los beneficiarios de la Reforma Agraria vender sus tierras con toda libertad, así como
también les admitía a los productores agrícolas deducir de la venta de la tierra, el valor de los
saldos en mora con el sistema financiero u otra institución del Estado. (Navas, 1999)
Sin embargo, esta creación del mercado de tierras ha venido arrastrando consecuencias
hasta la actualidad, afectando grandemente a los pequeños productores. Primero porque
este mercado tiene restricciones tanto legales como burocráticas, hay serios problemas en el
registro de la propiedad debido a atrasos administrativos y falta de accesibilidad al crédito.
56
Aunado con el hecho que todo lo anterior se da en un contexto de escasa rentabilidad de las
actividades del productor rural que dependen de:
Existe una ausencia casi total de activos productivos en el caso de los pequeños
productores, como se observa en la tabla 10, por ejemplo, para el año 1998, son los
productores con mayores ingresos los que tienen la capacidad de obtener algún tipo de
activo. Los productores con ingresos mayores a 10,000 colones cuentan con el 86% de los
activos de apoyo a la producción, por otra parte se puede observar que todos los demás
productores con menores ingresos solo poseen el 14% de dichos activos.
Tabla 10. Activos productivos de pequeños productores según ingreso anual, 1998
(Porcentajes)
Ingreso familiar anual (colones)
Categoría del
De 2,001 a De 5,001 a Más de Total
activo De 1 a 2,000
5,000 10,000 10,000
Infraestructura 0.0 0.0 1.1 36.6 37.7
Maquinaria 0.0 0.0 0.0 22.6 22.6
Equipo 4.3 4.3 3.2 26.8 38.6
Otro 0.0 1.1 0.0 0.0 1.1
Total 4.3 5.4 4.3 86.0 100.0
Fuente: CEPAL, Encuesta socioeconómica a productores rurales, 1998 citado en Amaya et al., (2000: 29)
57
Como se observa en la gráfica 1, el porcentaje de crédito agropecuario con respecto al
crédito total ha disminuido de una manera drástica a partir de 1991 hasta la fecha, llegando a
representar en 2007 solamente el 3.21% del total de créditos otorgados. Esto se debe en
gran medida a que el sector agropecuario es de poco tamaño, tiene reducido volumen de
operaciones y presenta características de dispersión. (Bigit y Calles, 2000)
20.0
15.0
10.0
5.0
0.0
Además, el poco crédito que es otorgado al sector muestra una preferencia hacia la
producción de café y azúcar, ambos cultivos son de exportación. La variabilidad de los
precios internacionales representa un riesgo implícito en estos rubros, y este es un factor
que condiciona la rentabilidad de ambos productos. En la tabla 11 se puede observar que en
el periodo determinado casi todo el crédito agropecuario es otorgado a este tipo de cultivos y
una mínima parte es otorgada a los pequeños productores de granos básicos.
58
Tabla 11. Proporción de créditos a la producción de granos básicos y cultivos
tradicionales de exportación respecto al crédito agropecuario 1990-2005 (porcentajes)
% Cultivos tradicionales
% Granos básicos/crédito
Años de exportación/crédito
agropecuario
agropecuario
1990 2.8 92.0
1991 2.2 93.6
1992 1.7 93.8
1993 0.9 96.6
1994 1.0 96.2
1995 0.8 96.8
1996 1.5 96.4
1997 0.8 98.2
1998 0.8 93.7
1999 1.2 94.9
2000 0.8 97.6
2001 0.7 98.1
2002 4.7 86.9
2003 8.6 82.6
2004 9.5 74.9
2005 10.5 69.0
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la CEPAL
También se presenta el problema del alto precio de los fertilizantes utilizados para la
producción, situación que afecta más duramente a los pequeños productores puesto que
eleva sus costos, haciéndose más difícil todavía pagar sus créditos adquiridos. En la tabla 12
se muestran los precios de los principales fertilizantes utilizados, urea y sulfato de amonio.
En la década de los noventa se presenta una baja en los precios de estos insumos, sin
embargo, a partir del año 2000 estos precios han venido incrementándose
considerablemente.
59
Tabla 12. Precios de los principales fertilizantes 1990-2006 (Dólares por tonelada)
Años Urea Sulfato de
amonio
1990 370.80 515.25
1991 497.15 553.34
1992 397.39 546.92
1993 557.06 664.35
1994 265.13 151.76
1995 362.20 174.93
1996 374.48 184.36
1997 303.15 186.28
1998 246.58 158.64
1999 221.33 132.31
2000 229.10 152.60
2001 277.50 186.70
2002 262.10 191.90
2003 278.20 200.90
2004 356.70 228.10
2005 411.00 240.60
2006 427.00 241.00
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la CEPAL
Por lo tanto, el productor al no poder capitalizarse para invertir en activos para la producción,
se determina a su vez su forma de participación en las operaciones de compraventa y
arriendo de la tierra.
60
esta producción se encuentra el maíz, que conformaba gran parte de la dieta de la población
que trabajaba en las plantaciones de añil y cacao.
Posteriormente surge el cultivo del café, cuya introducción en el país data desde el período
colonial, cuando era cultivada en pequeña escala por algunas comunidades en la Provincia
de San Salvador; pero su consolidación como un cultivo de exportación inicia con más fuerza
a partir de la segunda mitad del siglo XIX.
Además, la exportación del café también necesitó la construcción de caminos, puertos y vías
férreas en las regiones donde las necesidades del movimiento del café así lo exigieron.
(Castellanos, 2001)
Medidas como esas son las que fueron necesarias para el cambio en la estructura
económica y el surgimiento de las bases de un nuevo modelo basado en la agroexportación,
que ya empezaba a presentar un rápido aumento en el nivel de exportaciones.
Por ejemplo, las exportaciones crecieron de 4.85% en 1865, a 30.93% en 1873. Pero es
hasta 1875 que el valor de las exportaciones de café superaron al del añil, y siguió
aumentando hasta los primeros años de la década de los 30’s que llegó a representar
aproximadamente un 90% de la producción vendida en el exterior. (CSUCA, 1976)
61
Así hacia el fin de la década de los veinte y principios de los años treinta
encontramos que el café viene a ser de lejos el primer producto de
exportación, basado en una organización de producción que combina el
latifundio y el minifundio en forma directa, a través del “colonato”, o indirecta
con el sostenimiento de una economía de subsistencia en la periferia del
gran latifundio que aporta mano de obra al mercado de trabajo en tiempos
de cosecha. (CSUCA, 1976)
El periodo comprendido entre 1929 y 1935 es el primer gran momento de crisis del modelo
agroexportador, en el que se dio una caída brusca del crecimiento económico y una crisis de
acumulación debido a la baja en los precios internacionales del café.
Para el año 1931 las exportaciones disminuyeron un 54% y las importaciones más del 74%8,
esto debido a que el precio del café disminuyó un 56%, y pasó de 42.45 colones el quintal en
1926 a 18.76 colones en 1931. (CSUCA, 1976)
Ya para 1932, debido a que el precio internacional del café había descendido a 14.9 colones
por quintal, se liberó de impuestos de exportación como una forma de reforzar la tasa de
ganancia de los grandes cafetaleros y a través de ellos dar ocupación a cortadores y peones
en el tiempo de la cosecha. (Castellanos, 2001)
Por otra parte, aunque en el año 1943 las exportaciones de café a Estados Unidos
disminuyeron de 31% a 13%, para 1935 el 66% de la producción de café era destinado a
Estados Unidos, mientras que el 33% restante era para los países europeos. Sin embargo, al
estallar la guerra, los mercados europeos fueron bloqueados. Los Estados Unidos
comprendió la gravedad de la situación y las alteraciones que los precios del grano podrían
sufrir en su mercado interno, por ello se firmó en 1940 en Washington un acuerdo, El Pacto
Internacional del Café.
Este pacto estableció un sistema de cuotas libres y reguladoras entre los países productores
por tres años para garantizar a cada país latinoamericano una exportación promedio, en la
que la cuota libre se vendía a Estados Unidos a un precio establecido de antemano y la
8
Pese a seguir manteniendo la estructura del régimen aduanero de corte liberal.
62
cuota reguladora era retenida para poder ser vendida con posterioridad a un precio inferior
en el mercado internacional o en el mercado interno o se podía destruir. Es así como
Estados unidos absorbió un 80 y 95% de la producción en lo que duró la guerra.
(Castellanos, 2001)
Para superar la crisis económica y los efectos negativos que tuvo sobre la agroexportación,
los esfuerzos se canalizaron hacia el reforzamiento del mismo modelo con una base
militarizante, aunque los precios del café en el mercado internacional aún no eran muy
favorables.
El cultivo del algodón había estado presente de manera paralela con la expansión de la
industria textil pero solamente se producía para el mercado interno9. Pero es a partir de 1950
aproximadamente que la producción de algodón para la exportación aumenta rápidamente
en relación a lo producido. Y en cuanto al cultivo de la caña de azúcar, este logró
posicionarse en el tercer lugar de importancia en los productos de agroexportación luego de
la II Guerra Mundial.
9
Al fin de la II Guerra Mundial solamente se exportaba la cuarta parte del algodón cosechado. (CSUCA, 1976)
63
cafetalera, las exportaciones negativas anteriores provenientes de la
dependencia de un solo producto de exportación, y las “presiones” que
generaban las nuevas teorías sobre la modernización surgidas después de
la segunda Guerra Mundial. (Rubio, 1988: 18)
Por otra parte, a inicios de la década de 1950 comienza a cobrar importancia la participación
del Estado para facilitar la inversión en otros sectores o actividades económicas, así como
las transferencias directas por medio de la captación de impuestos a las exportaciones del
café, y una fuerte orientación de las actividades públicas hacia la creación de la
infraestructura necesaria para la expansión agrícola e industrial de El Salvador.
De tal manera que el nuevo sector comercial-industrial salvadoreño se apoyó en las teorías
económicas que promovían el crecimiento hacia adentro por medio de la sustitución de
importaciones promovida por el Estado. Esta tarea de planificación general de la economía
se extendería entonces hacia abastecer de igual manera los servicios de salud, educación,
etc.
64
duplicó y el valor total de las exportaciones de ese rubro ascendió de 22.8
millones de colones a 44 millones de colones. Los ingresos derivados de la
exportación de café se mantuvieron en el orden de los 225 millones de
colones. (Castellanos, 2001: 251)
En 1956 vuelve a surgir una nueva crisis en los precios internacionales del café, pasando de
150 colones por quintal en 1957 a 98.8 colones por quintal en 1959, lo que generó que a
pesar que se mantuviera el volumen de café exportado, el valor decreciera en un 35.1%
aproximadamente. Igualmente sucede con el algodón, que luego del inicio de la guerra de
Corea, su precio comienza a bajar y pasa de 70 colones por quintal en casi toda la década
del 50 hasta 56.6 colones por quintal en 1959. Asimismo, también se redujo la producción
de maíz y arroz. (Castellanos, 2001)
El cultivo del azúcar, sin embargo, se sostenía en base a los altos precios en el mercado
interno con relación a los del mercado exterior. La razón radicaba en la poca actitud de las
tierras salvadoreñas para el cultivo de la caña de azúcar y el monopolio de los productores
azucareros.
Por otra parte, el gran apoyo que el Estado concedió a la agroexportación y hacia la industria
de sustitución no cumplió con los objetivos de transformación industrializante de la sociedad
que se había planteado al inicio de una sustitución progresiva de las importaciones y
diversificación de exportaciones.
Además, se impulsó un proceso de reforma agraria que resultó fallida en sus intentos de
incremento en la producción y contribución al desarrollo ya que este proceso no se
acompañó de reformas estructurales que involucraran a los intermediarios, prestamistas,
65
comerciantes, sector industrial, mercado interno, empresas, Estados, en fin, que todos los
agentes estuviesen articulados. (Roldan y Moreno, 1989)
Durante la década del 60 se inició un proceso de inversión que se destinó hacia una
producción de bienes industriales de consumo no duradero, en una primera etapa; y al
desarrollo de bienes intermedios, sin dejar de lado la del consumo no duradero, en una
segunda etapa. Además, en esta década también se crea el Mercado Común
Centroamericano.
Entre los proyectos que se crearon para establecer un ambiente propicio para la atracción de
inversión extranjera están la creación de leyes y proyectos de producción de energía,
comunicaciones y transporte, como ANTEL, CEL y CEPA, etc. (Rubio, 1988)
Además, en este periodo comienzan intentos de reforma agraria que tratan de hacer más
funcional la agroexportación a esos nuevos cambios en el modelo económico, pero tal
reforma no tuvo resultados significativos.
66
Pero aún a esa fecha las posibilidades de incursionar en el cultivo de exportación eran muy
pocas para los pequeños productores debido a restricciones al crédito, así como otros
factores sociales. Por lo que las pequeñas explotaciones dedicadas al cultivo de
agroexportación eran muy escasas, más bien se trataba de una producción a cargo de
medianos y grandes productores.
67
2.3 Transformación de la agricultura a partir de la aplicación de medidas neoliberales
Los PAE, propuestas de corte neoliberal, fueron diseñadas para superar los problemas de
carácter estructural de las economías subdesarrolladas, que no se pueden solucionar con
programas económicos de corto plazo. Es importante destacar que los PAE, ponen un
énfasis muy importante en el papel futuro de la agricultura, sobre todo en aquellos países
donde la agricultura es la única respuesta viable para remplazar el modelo de la sustitución
de las importaciones, como en el caso de El Salvador. En consecuencia, se propone una
mayor relación con el mercado mundial a partir de la diversificación de las exportaciones
agrícolas no tradicionales. (Arias, 1989)
68
funcionamiento del mercado. Esto se hizo a través de dos medios: liberalización de precios
agrícolas y la abolición de los monopolios estatales, a los que las llamadas “reformas
estructurales” de 1980 habían asignado la comercialización de los principales productos
tradicionales de exportación. (Bigit y Calles, 2000)
Bajo la lógica de reducir la interferencia del Estado en los mercados y bajo el pretexto de
ineficiencia de las instituciones estatales, se privatiza el INCAFE, INAZUCAR, COPAL y el
IRA. Se aducía la inconveniencia de la participación estatal en actividades “propias” del
sector privado, así como la redefinición de su rol en el contexto de un sistema de “economía
social de mercado”.
Todas las medidas aplicadas con el objetivo de lograr una mayor “transparencia” en el
sistema de comercialización de los productos de origen agropecuario fueron ineficientes y se
convirtieron en desventajas para los productores nacionales que ahora tenían que competir
con productos importados más baratos.
Además, si tomamos en cuenta que la venta de granos básicos constituye una parte
importante de los ingresos de los productores agrícolas, el colapso de los precios reales
refleja una pérdida sustancial en la capacidad real de compra de esos productores. Al mismo
tiempo, por la vía de los granos básicos, se “subsidia” parte de la canasta alimentaria de los
hogares urbanos.
69
salvadoreña. Un obstáculo importante para alcanzar este objetivo era la dependencia
tecnológica del aparato productivo nacional.
Durante los últimos años, otro punto importante que se dio en el marco de esta apertura
comercial es la negociación y aprobación del CAFTA/DR (por sus siglas en inglés). El
CAFTA/DR, es un Tratado de Libre Comercio, firmado entre las partes: Centroamérica,
República Dominicana y Estados Unidos, que entró en vigencia en Marzo de 2006.
Este acuerdo comercial pareciera favorecer más a las economías desarrolladas que a sus
socios comerciales más pequeños, pues las ventajas que estos acuerdos ofrecen no pueden
ser aprovechadas en igualdad de condiciones. El CAFTA impone la eliminación reciproca de
los aranceles agrícolas y manufactureros en base a una calendarización negociada entre las
partes. Otro factor que presenta desventajas es el de las normas de origen:
70
Que son requisitos de contenido regional que deben cumplir las
exportaciones de bienes para poderse beneficiar de las exenciones
arancelarias que contempla el acuerdo….y no fijan algún nivel mínimo
nacional, lo que posibilita que grandes empresas exportadoras ya instaladas
en la región centroamericana pudieran maquilizarse, es decir, sustituir el
consumo de insumos nacionales por otros provenientes de países de la
región (CAFTA), ya que los mismos ahora gozarían de exención arancelaria.
(Góchez, 2008:10)
Con la eliminación de las subvenciones, los productos agrícolas compiten con los precios
internacionales, pudiendo obtener del extranjero productos agrícolas más baratos. Tal es el
caso de la avicultura donde su principal insumo que es el maíz, no se obtiene en el mercado
nacional, sino que se importa del exterior. Esto explicaría la depresión de los precios locales
de los granos básicos (World Bank, 1997a; citado en Cuellar, 2002). Como hemos
mencionado anteriormente esto va a repercutir en los ingresos de la economía campesina.
10
El maíz blanco es el único producto que está totalmente exento de desgravación en el CAFTA/DR.
71
Gráfica 2. Exportaciones e Importaciones agroalimentarias 1990-2005 (millones de
dólares)
1200
1000
800
600
400
200
0
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005
3. Economía campesina
Se tomará en cuenta la alta presencia de los minifundios en el país, así como su inclinación
hacia la producción de granos básicos y cómo ésta ha contribuido a mantener asegurada
una elevada reserva de trabajadores rurales, así como la descarga de parte de los costos de
reproducción de los asalariados temporales en ellos mismos.
Por lo tanto, se tendrá en cuenta en este contexto el carácter temporal de las labores de la
agroexportación que se han realizado en el país, lo cual, además de significar que el capital
no asume los costos de reproducción de la fuerza de trabajo en forma completa, es decir, por
todo un año, tampoco paga lo mínimo mensual en la época que ha sido contratado, por lo
general, tres meses, como para lograr su propia reproducción.
72
3.1 El cultivo de café y la población campesina
Desde finales del siglo XIX comenzó en El Salvador una lucha entre el campesinado y la
emergente élite cafetalera, ya que con la abolición de las tierras comunales y ejidales en
1881 empiezan a crearse cuerpos de seguridad para mantener el orden en el campo.
Con esta expansión apresurada del cultivo de café, se da la expropiación forzosa de miles de
familias campesinas e indígenas, que sólo después, y de manera parcial y estacional,
pudieron ser absorbidas por el sector agrícola remunerado que resentía directamente cada
baja en el precio del café.
Es en este contexto también empiezan las migraciones hacia los centros urbanos, en busca
de mejores condiciones laborales, o hacia afuera del territorio, a Honduras o a Panamá,
como fue el caso de los salvadoreños que colaboraron a la construcción del Canal de
Panamá.
73
Hacia finales del siglo XIX ya era marcado el crecimiento de la economía salvadoreña en
base a las exportaciones de café. Esta dependencia de tal cultivo hacía que El Salvador se
viera afectado por fluctuaciones en el mercado internacional, sobre el cual ningún
salvadoreño podía tener influencia, pero definitivamente afectaba la vida de todos.
Con la introducción del cultivo del café a El Salvador a mediados del siglo XIX empieza a
manifestarse la necesidad de aprender nuevas técnicas y nuevas estrategias de mercadeo y
financiamiento, algo a lo que muy pocos agricultores salvadoreños estaban acostumbrados.
Es así como sólo aquellos que estaban preparados y con un alto nivel de educación, como la
mayoría perteneciente a la élite añilera, pudieron sacarle provecho a la incursión en el nuevo
cultivo. Mientras que los campesinos indígenas sólo poseían a su favor la posesión de
tierras, que luego perderían a causa de los prestamistas.
Sin duda, aquellos en El Salvador con capacidad para innovar e invertir, con
acceso a mejor información (y la habilidad para descifrarla), o con suficiente
imaginación para visualizar las posibilidades de un nuevo cultivo, provenían de
aquel grupo muy pequeño de personas que habían tenido acceso a la
educación. El universo de personas del cual podrían salir el empresariado era
ya de por sí extremadamente limitado. Por tanto, el hecho de que el único
sector de crecimiento rápido de la economía era la producción del café, significó
que sus beneficios llegarían a unos pocos escogidos. (Lindo-Fuentes, 2002:13)
Este nuevo énfasis en el cultivo del café para exportación también trajo consigo el descuido
por la producción de alimentos en el país. Es cierto que el producir café era más rentable
que producir alimentos, pero esta rentabilidad era única y exclusivamente para los dedicados
74
al cultivo del café, marginando de estos beneficios a los agricultores que producían
alimentos.
Es de esta manera que a finales del 1900 ya se marcaba una gran desigualdad social,
fundamentada en una pequeña élite agroexportadora de café, con el Estado a favor de sus
intereses, y un campesinado en condiciones precarias.
Ante la masiva desocupación que afectó al campesinado salvadoreño a raíz de la gran crisis
económica en el país, y la amenaza de insurrección por parte del campesinado indígena, no
sorprende, pues, que el Estado salvadoreño cambiara de un modelo liberal-modernizante a
una dictadura militar para preservar la paz social y apaciguar al campesinado inconforme
que apoyaba la insurrección que se estaba empezando a gestar y que se desató en 1932.
Alberto Masferrer describe con preocupación, en una carta dirigida a Joaquín Monge, la
situación por la que el campesinado salvadoreño estaba atravesando:
75
enfurecidos y vencedores. Y la verdad, la verdad es que no hay más sufrido,
más ignorante, más incapaz de bolschevismo que los jornaleros salvadoreños.
Yo los conozco, yo los defiendo desde hace unos dos años, porque nadie hay
que los defienda. Desde hace cuarenta años se les explota, se les embrutece
con el alcohol, se les extorsiona y se les miente. Y ahora, cuando tenían más de
un año de casi no comer, por falta de trabajo, se les extermina… (Alberto
Masferrer, “Carta a Joaquín García Monge”, San Pedro Sula, 4 de febrero de
1932, citado en: Castellanos, 2002, 47)
Muchos de los dirigentes del movimiento insurreccional de enero de 1932 y del Partido
Laborista, conformado en buena parte por campesinos e indígenas murieron, y otros huyeron
con su familia. La mayoría de indígenas y campesinos que emigraron lo hicieron hacia
Honduras, en donde laboraron en las bananeras o como pequeños agricultores y artesanos
independientes.
Con la incursión en el cultivo de algodón para la exportación a partir 1940, se inició una
dinámica un tanto diferente en cuando a productores y terratenientes, ya que a diferencia del
sector cafetalero, una proporción considerable de los algodoneros eran arrendatarios de las
tierras y gran proporción de la producción de algodón era consumida en el país.
Pero en cuanto a las condiciones laborales del campesinado no hubo mayores cambios, ya
que a partir de la insurrección de 1932 todo intento de levantamiento era reprimido para
mantener la dominación sobre los trabajadores agrícolas y los campesinos.
Es así como durante toda la década de 1940 los precios internacionales del algodón se
mantuvieron en ascenso, de 36.2 colones el quintal en 1941, a 46.9 en 1946 y 115.5 en
1951. Y debido a que quienes controlaban la producción controlaban también el comercio
exterior y finanzas, se obtuvieron créditos para el cultivo de éste, formando una especie de
cartel de comercialización del algodón. (Castellanos, 2002)
Por otra parte, antes de 1950 la migración en El Salvador era de trabajadores rurales de la
zona central a la zona occidental del país, y hacia las zonas norte-fronterizas y orientales.
Sin embargo, a partir de los 50, con la expansión del cultivo de algodón y la caña de azúcar
76
en 1960 se dio un cambio que afectó principalmente a los campesinos dedicados al cultivo
de granos básicos.
El algodón y la caña de azúcar eran cultivos que empezaron a competir por las tierras con
los granos básicos. Esta confrontación se dio ya que los productores de granos básicos
desplazados por el cultivo del café, que residían en las tierras altas, se trasladaron sobre
todo a las planicies centrales y orientales del país.
Debido a este desplazamiento, la producción de granos básicos pasó hacia tierras que
anteriormente habían sido utilizadas para el cultivo del añil. La producción de granos básicos
se concentró en departamentos como Cuscatlán, Cabañas, Morazán, Chalatenango, San
Vicente y La unión, regiones en las que se encuentra una alta proporción de trabajadores del
campo dedicadas a la agricultura de subsistencia.
Luego de la II Guerra Mundial, el mercado del café quedó liberado de los precios tope a los
que se sometía por un convenio con Estados Unidos, y estos subieron rápidamente. “Entre
1944 y 1948 casi se duplicó, pasando de 35.2 a 69.1 colones por quintal” (Castellanos, 2002:
190). Además, la actividad bancaria repuntó y esto impulsó la diversificación agrícola, así
como una incipiente expansión industrial y un Estado con funciones a orientar la actividad
económica del país.
77
En 1950 se creó la nueva Constitución que tenía como finalidad modificar el aparato jurídico,
político e institucional del Estado oligárquico, para que sirviera como sustento para la
edificación del nuevo Estado moderno.
Elementos como esos son los que contribuyeron a anular las posibilidades de una
significativa presión socio-política por parte del trabajador rural, y de hacer sentir sus
reivindicaciones, lo cual, a su vez, favoreció aún más el mantenimiento de niveles muy bajos
de salario.
Dicha demanda interna sólo podría crearse a través de una reforma agraria en la que se
redistribuyera entre los campesinos y minifundistas la tierra monopolizada por la centésima
parte de los propietarios, y mediante la mejora del salario y las condiciones de vida de los
peones y trabajadores agrícolas. (Castellanos, 2002)
78
acumulación en otros sectores económicos, constituyendo esto un freno a largo plazo para la
consecución de un crecimiento económico sostenido y equilibrado.
En lo que respecta al salario, el CSUCA (1976) plantea que para el período de 1954-1951, el
salario promedio de los hombres en las fincas cafetaleras fue de 75 centavos de dólar por
jornada, incluyendo el costo de la ración alimenticia, y cuando las mujeres y los niños
intervenían en faenas como la plantación, el replante y las cosechas, estos recibían la
tercera parte del salario de los hombres. Según este estudio, este dato corresponde a los
niveles más bajos de remuneración en Centroamérica para ese mismo período.
Un rasgo particular del período 1950 a 1960 es el aumento en el número de colonos en las
regiones cafetaleras, lo cual beneficiaba directamente a la burguesía agraria porque
entonces se podía remunerar en especie y a través de la concesión de pequeñas tierras de
mala calidad a los campesinos.
Esa expansión del número de colonos iba en detrimento del número de propietarios
agrícolas, los cuales iban disminuyendo en gran proporción. “La reducción significativa del
número de propietarios agrícolas tuvo una variación negativa de -18.3 de 1950 a 1961,
mientras que los colonos aumentaron en un 64.1%” (CSUCA, 1976)
En cuanto a la situación del empleo para 1970 y 1971, el 58.3% y 60% de la población,
respectivamente, trabajaba en el área rural. Y el porcentaje de desocupación de los
campesinos sin tierra en 1973 era de 65%, de los que poseían menos de 1 hectárea del
50.9% y de los que poseían entre 1 a 5 hectáreas era de 25%. (Latino, 1982)
En el caso del minifundio, Rubio (1988) muestra datos que reflejan que para 1971 éste
representaba el 92.2% del total de las explotaciones agrícolas, en él se ubicaban el 54.4%
del total de las familias rurales en 1975; y en este mismo año abarcaba el 27% de la
superficie en fincas, generaba el 31% del empleo rural y el 42.5% del ingreso bruto agrícola.
79
en el que entre 1977 y 1978 para la familia rural el costo de la canasta mínima alimenticia
semanal tenía un valor de 47.92 colones, es decir, 207.97 colones mensuales. Mientras
tanto, el 60% de las familias rurales en ese mismo período tenían un ingreso de 200 colones,
entre salarios y otros ingresos.
Es de tal forma que de 1950 a 1979, Rubio (1988), lo caracteriza como un período en donde
se profundizó el desarrollo económico, y en donde las formas de utilización de las ganancias,
a pesar de ser en gran cuantía, no contribuyeron a frenar el creciente deterioro de las
condiciones de vida de la mayoría de los salvadoreños, ni a construir una estructura
productiva integrada y sólida, más allá de la agroexportación.
Por otra parte, un nuevo fenómeno surgió a raíz del conflicto civil, y éste es la aparición de
fondos de consumo de muchos sectores populares provenientes de remesas del exterior. El
sector rural ya no sólo depende de los salarios o ingresos internos, sino también de las
remesas que envían los residentes en el exterior, que emigraron principalmente a raíz del
conflicto, a sus familiares en el país.
Es de esta forma que para la década de los 80’s, la mayor entrada de divisas provino de las
transferencias directas de los Estados Unidos y no de la agroexportación, como lo fue en
décadas anteriores. Y lo anterior, sumado a la participación decreciente del sector en el PIB
son rasgos determinantes en la crisis del modelo agroexportador.
Además de las migraciones hacia el exterior, también las migraciones internas fueron
potenciadas por el conflicto armado, lo que provocó una fuerte presión sobre el sector
urbano, a tal grado que se modificó el peso relativo de la población urbana sobre la rural.
(Bigit y Calles, 2000)
80
acentuó aún más con el conflicto armado y un incremento en la polarización social, por lo
que se incrementaron los problemas de la economía y se frenaron las posibilidades de
crecimiento. (Bigit y Calles, 2000)
Hasta este punto de análisis se puede observar que la mayor concentración de pobreza en
las zonas rurales de todo el territorio nacional se ha debido a problemas de inseguridad
alimentaria, falta de acceso a los mercados, accesibilidad al crédito, bajo crecimiento del
sector agropecuario en la producción de granos básicos, la disminución del ingreso real, los
bajos salarios, las pocas oportunidades de empleos agrícolas permanentes que sean
capaces de satisfacer todas las necesidades para la reproducción del trabajador agrícola.
-2
-4
PIB agropecuario
Así también, la participación del sector agropecuario en el PIB total se ha mantenido más o
menos constante, aunque el PIB total ha tendido a crecer en mayor proporción, por lo que
puede notarse una disminución en la participación del sector agrícola a la economía
81
salvadoreña. Es a partir del año 2002 que debido a la recuperación del sector agropecuario,
la contribución de éste al PIB tendió a crecer, pero a partir del 2007 se da una variación
negativa, y es hasta el año 2010 que empieza nuevamente la recuperación. (Ver gráfica 4).
250.00
200.00
150.00
100.00
50.00
0.00
Índice base 1990 para PIB agropecuario ïndice base 1990 PIB
Entre los principales cambios que explican la contracción del sector agropecuario en la
dinámica de la economía nacional pueden mencionarse la desaparición del cultivo del
algodón, el declive del cultivo del café y el estancamiento de la caña de azúcar. A partir del
año 1995 desaparece el cultivo del algodón, reapareciendo en 1999, pero con
participaciones incipientes; para el año 2009 la participación del cultivo del café al PIB
agropecuario fue de 9.57%, la menor cifra para el período 1990-2010, en contraposición con
27.49% que representó en 1992. Y en cuanto a la caña de azúcar su participación en el PIB
agropecuario se ha mantenido estable a lo largo del período estudiado, oscilando entre un
4% a 5% (ver gráfica 5).
82
Gráfica 5. Participación de los productos de agroexportación tradicionales en el PIB
agropecuario 1990-2010 (porcentaje)
30.00
25.00
20.00
15.00
10.00
5.00
0.00
83
Gráfica 6. Participación porcentual en el PIB agropecuario 1990-2010
25.00
20.00
15.00
10.00
5.00
0.00
En cuanto a la situación del empleo, la estructura del empleo por ramas ha sufrido cambios
con respecto a los inicios del siglo XX. Por ejemplo, el sector agropecuario ha dejado de ser
el que genera la mayor proporción de empleos, pasando a ocupar el segundo lugar en toda
la década del 2000, y en primer lugar el sector servicios, siendo de esta forma estos dos
sectores los que generan la mayor cantidad de empleo en el país (ver gráfica 7). Esto
concuerda con el desempeño del sector agrícola que se presentó anteriormente.
84
Gráfica 7. Cambios en el empleo por ramas seleccionadas 2000-2009 (miles de
personas)
900,000
800,000
700,000
600,000
500,000
400,000
300,000
200,000
100,000
0
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
Es de esta manera que la participación mayoritaria que tenía el empleo rural en los años
setenta, producto del fuerte peso de los empleos agropecuarios, fue desplazada por el
incremento en los empleos urbanos.
“El empleo rural no agropecuario era significativo en 1980. Pero en el 2000 había pasado a
representar la mayor parte del empleo generado en las áreas rurales, relegando a menos de
la mitad el empleo agropecuario”. (Cuéllar, N. et al., 2002).
En cuanto a la situación del subempleo rural11, este presenta varias dificultades como que el
trabajo agrícola involucra jornadas variables o de demanda estacionales, así como también
que la creciente urbanización del país conlleva a que las fronteras entre las zonas rurales y
urbanas está volviendo más difusa, además que gran parte de trabajadores residentes en
zonas rurales labora en zonas urbanas.
La mayor tasa de subempleo se encuentra en la zona rural del país, representando más del
60% del total país, presentando su cifra más alta en el año 2005, con el 65.4% del
subempleo en el área rural (ver gráfica 8).
11
El subempleo rural se estima con el porcentaje de trabajadores que residen en áreas rurales cuyos salarios están por
debajo del salario mínimo establecido por la ley; al contrario de lo que ocurre en el subempleo urbano, en el que se
contabiliza el visible e invisible.
85
Gráfica 8. Tasa de subempleo nacional, rural y urbana 1996-2009
70
60
50
40
30
20
10
0
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2004
2005
2006
2007
2008
2009
Tasa de subempleo urbana Tasa de subempleo rural Tasa de subempleo nacional
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del PNUD (2008) PNUD (2010)
Ante la ausencia de opciones inmediata de inserción al mercado laboral en las zonas rurales
y sin que se puedan cubrir las necesidades básicas de alimentación, los pobres rurales
buscan nuevas estrategias de vida alternativas, como aumentar el tiempo de trabajo en
cultivos de subsistencia y aumento de trabajo en actividades agrícolas y no agrícolas.
En cuanto al costo de la canasta básica alimentaria rural se muestra una tendencia más bien
estacionaria durante la segunda mitad de la década del 90 y la primera del 2000, oscilando
en $98 aproximadamente su costo. En cambio, a partir del 2005 el costo de la canasta
básica alimentaria rural aumentó más o menos un 70% hasta el año 2009, pasando de $87.5
en 2005 a $120.9 en 2009. Ver gráfica 9)
Gráfica 9. Costo de la canasta básica alimentaria familiar rural mensual 1995-2009 (dólares)
150
100
50
0
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del PNUD (2008) PNUD (2010)
86
Por su parte, los salarios mínimos agrícolas, sí bien han aumentado en el período 1993-
2009, lo han hecho solamente en 63.48% a lo largo de 16 años, cuando el costo de la
canasta básica para ese mismo período ha sufrido un aumento del 76.10%. (Ver gráfica 10).
Es así como, si bien puede haber aumento en los salarios mínimos agrícolas, estos no
corresponden proporcionalmente con el aumento en los precios, mostrando de esta manera
los salarios mínimos reales agrícolas una tendencia decreciente. De 1991 a 2008 los salarios
mínimos reales agrícolas han disminuido un 17% aproximadamente (ver gráfica 11).
Además, Cuéllar, N. et al., (2002) demuestran que los salarios reales disminuyeron
únicamente en el sector agropecuario, y dice que en 1992 el salario real agropecuario
representó el 52.8% del salario promedio real del país, y para el año 2000 representó menos
del 40%. De lo que puede concluirse que los salarios agrícolas no constituyen una alternativa
de salida de la pobreza de la población rural empleada en actividades agropecuarias.
87
Otro mecanismo de ingreso de la población rural a partir de finales del 90 es la recepción de
remesas del exterior, específicamente de Estados Unidos. La tendencia creciente de las
remesas puede observase en la gráfica 12. Aunque las remesas a partir del 2006 sufrieron
un estancamiento, en los últimos meses del 2010 han tendido a la recuperación y todavía
representan una buena proporción de los ingresos de las familias rurales (e igualmente
urbanas) salvadoreñas12.
2003
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1999
2000
2001
2002
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
Ingresos mensuales de remesas familiares
La pobreza
80
60
40
20
0
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
Nacional Urbano Rural
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del PNUD (2008) PNUD (2010)
12
Para un análisis del impacto de la insuficiente cobertura del valor de la fuerza de trabajo en migración y
remesas ver Montesino (2011)
88
Por otra parte, la clasificación de pobreza se subdivide en dos ámbitos, pobreza extrema y
pobreza relativa. La pobreza extrema es aquella en la cual los ingresos no alcanzan para
cubrir una canasta básica de alimentos; en cambio la pobreza relativa es aquella en la que
no se logra cubrir dos canastas básicas de alimentos.
En el caso de la zona rural, la pobreza extrema tendió a disminuir del período 1995-2006,
llegando en ese último año a su porcentaje más bajo, 12.2%. Sin embargo, a partir de 2007
estas cifras empezaron a aumentar de nuevo, presentando un retroceso de casi 5 años en la
erradicación de la pobreza extrema, esto se debe en parte al alto precio que la canasta
básica ha presentado en estos últimos años aunado con la crisis mundial que ha golpeado la
economía. (Ver gráfica 14).
Mientras que en lo referente a la pobreza relativa, los cambios hacia la disminución no han
sido evidentes, y básicamente la reducción ha sido en 9.73% del año 2009 con respecto a
1995. Igualmente que la tendencia creciente del porcentaje de pobreza extrema, también la
pobreza relativa empieza a aumentar a partir de año 2007.
Gráfica 14. Clasificación por nivel de ingresos los hogares rurales 2000-2009
(porcentajes)
70
60
50
40
30
20
10
0
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
89
opciones para responder ante shocks externos (precios internacionales bajos,
sequías, etc.), por lo que su condición empeora más, si los programas públicos
de redes de seguridad no juegan un rol di-recto en la protección de los ingresos
de los hogares ó si dichos programas están pobremente enfocados. (Cuéllar, N.
et al., 2002:29).
Es decir, que más pobre es aquella privada del acceso a tierra, que depende principalmente
del empleo agrícola, que relativamente recibe menos remesas, y en general, están mucho
más severamente privadas de servicios básicos.
Con estas condiciones, los campesinos enfrentan un círculo vicioso al quererse insertar al
mercado como productores ya que no tienen ganancias, y no las tienen porque no producen
para el mercado, por lo tanto, no puede capacitarse para invertir en activos para la
producción que les permitan incorporarse al mercado, con lo que reproducen sus
condiciones de pobreza.
90
4.1 Situación de la agricultura en la segunda mitad del siglo XX y la seguridad
alimentaria mundial
Sin embargo, a la par de estas regiones, los países que se mantuvieron al margen del
conflicto, tales como Canadá, los Estados Unidos, Australia y Argentina, al igual que en la I
Guerra Mundial, abastecieron de alimentos a sus aliados, así como se realizaron esfuerzos
para estimular la producción agrícola.
En el comercio exterior se observó este contraste. Por un lado, las exportaciones netas de
cereales en el periodo de 1946-1948, según la FAO, aumentaron “un promedio anual de 17.5
millones de toneladas… las importaciones netas anuales de cereales en Europa subieron de
9.5 millones a 14 millones de toneladas durante el mismo período.” (FAO, 2000)
Las políticas públicas implementadas eran para favorecer a la industria; sin embargo, la
actividad agrícola se consideraba importante porque suministraría de alimentos a precios
bajos a la zona urbana, incluyendo a aquellos que migraran a las ciudades por la expansión
de la industria. En este sentido, la agricultura sería la actividad que permitiría sostener a la
industria naciente13.
13
Un modelo de los movimientos poblacionales del campo a la ciudad se presenta en Montesino (2011)
91
pobreza rural y el hambre al aumentar la productividad en el sector agrícola, a través del uso
de semillas mejoradas y fertilizantes como parte del proceso de la revolución verde.
Por tanto, en esta década nos enfrentábamos ante una crisis mundial de alimentos, donde a
la par de los problemas ecológicos, se tenía el aumento de los precios de petróleo. En
92
consecuencia, en 1974 se dio la Conferencia Mundial de la Alimentación, bajo los auspicios
de la FAO y la ONU.
Según la FAO, “la pobreza -y su causa más directa, la insuficiencia de los ingresos derivados
del empleo asalariado o por cuenta propia, y por consiguiente de las posibilidades de obtener
alimentos- «explica» en gran medida el riesgo de subnutrición colectiva a largo plazo”. (FAO,
2000)
En los años ochentas, ante la presencia de una crisis económica y los efectos negativos que
ocasionaba, se ve la necesidad de replantearse el concepto de seguridad alimentaria, los
anteriores conceptos de seguridad alimentaria de la FAO hacían referencia a producción y
disponibilidad de alimentos y estabilidad de suministros, mientras que al nuevo concepto se
añadió consideraciones basadas en la demanda, específicamente el acceso económico y
físico a los alimentos.
93
Por otro lado, a finales de la década de los ochenta en los países de Latinoamérica, se
implementaron medidas de carácter neoliberal que tuvieron repercusiones directas en el
sector agropecuario. Dicho sector se vio expuesto a las fuerzas del mercado. A la par de la
caída de los precios se dio un incremento en la tasa de interés real, esa restricción en el
acceso al crédito limitaron el acceso a recursos indispensables para la producción agrícola.
En los años noventa nos encontrábamos ante un problema alimentario mundial, se había
retrocedido en los avances por erradicar el hambre a nivel mundial. Según la FAO (2000)
800 millones de personas estaban desnutridas en el mundo. Para poder acabar con el
problema del hambre se celebra en Roma, en 1996, la Cumbre Mundial sobre la
Alimentación. En esta cumbre se vislumbra como alcanzable solucionar el problema de
inseguridad alimentaria a nivel mundial.
“El aumento del rendimiento de los cereales en los países en desarrollo ha disminuido de
una tasa anual de casi el 3 por ciento en 1967-82 a poco más del 1 por ciento en el decenio
de 1990” (FAO, 2000). A pesar de que estos rendimientos han crecido a un ritmo más lento,
la producción de alimentos creció, sin embargo, se observa cómo no necesariamente
disminuye la inseguridad alimentaria.
94
de abastecimiento, estamos ante un problema estructural que impide acceder a los
alimentos.
Además, la actual crisis alimentaria se manifiesta con mayor fuerza desde el 2007, sin
embargo, desde el 2002 se percibía un alza en los precios de los alimentos. Según la FAO:
El aumento de los precios de los alimentos durante el 2008 llegó a ser el más
alto en los últimos 20 años. Por ejemplo, los aceites vegetales aumentaron más
del 97%, los cereales un 87%, los productos lácteos un 58% y el arroz un 46%.
Las carnes y el azúcar subieron en menor porcentaje, pero también han
aumentado su precio. (Tolentino y Garate, 2009: 10)
Para Graziano, esta crisis tiene mucho en común con la que se dio en la década de los
setenta, y viene explicada a partir de tres causas: “el aumento de los precios del petróleo, los
cambios en el patrón de consumo en los países emergentes y la demanda adicional
provocada por la rápida expansión de la producción de etanol derivado del maíz en los
Estados Unidos”. (Graziano, 2008: 178)
Es importante mencionar que la crisis alimentaria, está acompañada de una crisis económica
y ecológica, es decir, nos encontramos en una crisis sistémica. Por tanto, lejos de cubrir las
necesidades alimentarias básicas, se agravan cada día, en especial la de los sectores más
vulnerables. Aún cuando se dé una recuperación de la economía en el mediano plazo “para
entonces, muchas de las víctimas de la actual escalada de precios podrían estar muertas”.
(Graziano, 2008: 171)
95
4.2.1 Producción de alimentos
Gráfica 15. Volumen de producción de café verde, algodón con semilla y caña de
azúcar 1961-2009 (toneladas)
250000 7000000
6000000
200000
5000000
150000 4000000
100000 3000000
2000000
50000
1000000
0 0
96
En la gráfica 16 se puede observar como se ha mantenido estable la producción de granos
básicos, a excepción la producción de maíz, donde el volumen ha tendido a aumentar. En el
apartado dos de este capítulo veíamos que el sector granos básicos es el que ha
representado la mayor proporción del PIB agrícola.
800000
600000
400000
200000
0
1975
1961
1963
1965
1967
1969
1971
1973
1977
1979
1981
1983
1985
1987
1989
1991
1993
1995
1997
1999
2001
2003
2005
2007
2009
Arroz cáscara Frijoles secos Maíz Sorgo
De la producción de granos básicos, hay que considerar que la mayor parte de ella está
destinada al autoconsumo. En el caso del maíz blanco (uno de los principales alimentos que
forma parte de la dieta del sector rural), se destina alrededor de una tercera parte de la
producción para el autoconsumo, esto ocurre principalmente en los sectores rurales que
viven en condiciones de extrema pobreza. (Tolentino et al., 2006)
Sin embargo, la producción nacional no ha sido lo suficiente para suplir todas las
necesidades de la población, por lo que ha sido necesario recurrir a la importación de granos
básicos para poder garantizar las necesidades alimentarias. Para ello es necesario recurrir al
mercado mundial de alimentos.
97
Además, a los altos rendimientos en la producción de los países desarrollados hay que
sumarle los subsidios a la producción que tienen. Bajo la apertura comercial, los países
subdesarrollados se encuentran compitiendo en términos desiguales, lo cual trae
consecuencias en la población más vulnerable de estos países.
Según Graziano, en la actualidad existe “un amplio consenso sobre el hecho de que la
sobreproducción de alimentos y la consecuente caída de los precios agrícolas verificada a
partir de los años 70 reflejaba una «crisis del éxito» de las políticas adoptadas por los países
desarrollados”. (Graziano, 2008: 175).
A mediados del siglo XX, ante una escasez de alimentos, a raíz de los conflictos bélico a
nivel mundial, se habían convencido a los países subdesarrollados que para garantizar el
suministro de alimentos era indispensable establecer en sus planes de desarrollo la
autosuficiencia alimentaria total o parcial, negándose a importaciones excesivas para
garantizar su seguridad alimentaria.
La autosuficiencia alimentaria formó parte de los planes de desarrollo aún cuando pareciera
inalcanzable o los costos fueran demasiado elevados, incluso teniendo en otros mercados
una producción abundante de alimentos. Generándose en estos países políticas exiguas,
por un lado nos encontrábamos con políticas antiagrícolas para beneficiar a la industria, y
por el otro con políticas para garantizar la autosuficiencia alimentaria. (FAO, 2000)
Ese interés por la autosuficiencia alimentaria, en los años cincuenta, está explicado en
buena medida por la crisis de pagos que se produjo en esa época, generada por la creciente
demanda de alimentos, en especial en aquellas zonas donde el conflicto bélico había
impedido el suministro de alimentos y, por lo tanto, se requería importar productos
industriales y agrícolas para la reconstrucción.
98
Como mencionábamos en un inicio de este apartado, Estados Unidos al mantenerse fuera
del área de conflicto, se convirtió no sólo en abastecedor de productos agrícolas, también lo
fue de bienes industriales. Como este fue uno de los principales países abastecedores,
rápidamente comenzó a escasear su moneda, esto debido al creciente flujo de importaciones
por parte de los países que se estaban recuperando de conflicto. El déficit ocasionado obligó
a disminuir las importaciones. (FAO, 2000)
99
Si a esta desigualdad en rendimientos se le suma la asimetría en las políticas de subvención
a la agricultura, que tienen los países desarrollados, tendemos cada vez más a depender de
las importaciones de alimentos, situándose en peligro la seguridad alimentaria los sectores
más pobres.
La mayoría de las familias rurales se dedican a la producción de granos básicos, sobre todo
para el autoconsumo, como ya se ha venido desarrollando, constituyendo una economía de
subsistencia. En lo que respecta a la dependencia alimentaria, se estudiará la dependencia
de granos básicos que constituyen la principal base alimentaria de este sector.
Podemos ver cómo en el caso del trigo, la dependencia ha sido de un 100% e incluso la
supera15. Por otro lado, en lo que respecta a los granos básicos, vemos como las
importaciones de estos productos en la década de los ochenta no superaban el 40% del
consumo aparente. Las importaciones de arroz han superado el 80% del consumo aparente,
siendo el producto, aparte del trigo, en mostrar los mayores grados de dependencia.
14
El grado de dependencia se obtiene de dividir las importaciones entre el consumo aparente. Donde el consumo aparente
es la producción neta más las importaciones menos las exportaciones.
15
Este grado de dependencia alimentaria superior al 100% viene explicado por el método de cálculo del grado de
dependencia que se obtiene de dividir las importaciones sobre el consumo aparente, donde el consumo aparente se obtiene
de la suma de producción neta e importaciones menos las exportaciones. En el caso del trigo, no existe producción nacional
neta, y para ciertos años las importaciones superan este consumo aparente, lo cual genera que el grado de dependencia
supere el 100%.
100
Gráfica 17. Grado de dependencia alimentaria 1980-2010
140
120
100
80
60
40
20
0
1983
1980
1981
1982
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
Arroz limpio Frijol Maíz Trigo
Además, poseemos un sector agrícola salvadoreño que genera pocos empleos (la mayoría
de subsistencia), que junto con el incremento en la dependencia hacia las importaciones de
granos básicos, deja a estos sectores de la población en situaciones vulnerables frente a
shocks externos.
“Sin una fuente de ingresos alterna que les permita cubrir sus gastos recurrentes, las
implicaciones no son pocas, presionándoles a migrar, vender sus tierras, o a continuar
sobreviviendo, mientras su calidad de vida continúa deteriorándose”. (Tolentino et al., 2006:
35)
Como ya se mencionó, las importaciones han tendido a aumentar en las últimas décadas,
por lo que un aspecto importante es el destino de las importaciones. Si bien se puede
garantizar la seguridad alimentaria vía importaciones, esto supondría que la importación se
destine al consumo humano, por lo cual habría que analizar hacia donde se destinan las
dotaciones de alimentos importados.
101
Según cifras oficiales, de cerca de 7 millones de quintales de maíz amarillo
importados en el año agrícola 2002/2003, el 75% se destinó a la elaboración de
alimentos para animales y el restante 25% (1.7 millones de quintales) para
consumo humano industrial en productos como boquitas y galletas". (Tolentino
et al., 2006: 28)
En este sentido al importarse grandes cantidades de granos básicos no significa que estas
estarán destinadas al consumo final, sino que estas podrían utilizarse para la elaboración de
alimentos procesados e incluso para la alimentación animal. Por consiguiente, si la dieta
alimentaria de los sectores más pobres está constituida por granos básicos, las crecientes
importaciones de estos alimentos no necesariamente estarán garantizando la seguridad
alimentaria de estos sectores.
Sin embargo, se encontró una salida para la sobreproducción de alimentos. “La idea de
utilizar los excedentes de alimentos para mitigar las emergencias alimentarias y promover el
desarrollo -«colocación de excedentes»- ganó terreno y dio lugar a la introducción de la
ayuda alimentaria como forma de asistencia para el desarrollo”. (FAO, 2000)
102
Gráfica 18. Embarques de ayuda alimentaria hacia El Salvador 1970-2006 (Toneladas)
300000
250000
200000
150000
100000
50000
0
1970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1995
1996
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
Total donantes + (Total)
Gráfica 19. Ayuda alimentaria de cereales de Estados Unidos como proporción del
total 1970-2006
120.00
100.00
80.00
60.00
40.00
20.00
0.00
1980
1970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1995
1996
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
Estados Unidos/Total
103
4.3. Cambios en el patrón de consumo
Al introducirse un mayor consumo de productos cárnicos se debe destinar una buena parte
de granos básicos como insumos para la alimentación animal. Entonces, para obtener las
calorías de la carne o sus derivados habría que utilizar una cantidad de cereales tres o siete
veces mayor, que adquirir directamente de los cereales las calorías. Esto no sólo presiona a
un aumento en los precios de los cereales, sino que limita la disponibilidad de alimentos para
las personas. (FAO, 2000)
El impacto de este cambio en el patrón de consumo afecta directamente a los sectores más
pobres, debido a que su alimentación esta sobre todo sustentada en los granos básicos.
Además en la división internacional del trabajo se mantiene para los países subdesarrollados
la función de proporcionar las materias primas, sólo que hoy una buena parte es para el
consumo animal.
Es posible ver en la tabla 12, como el sector agrícola en comparación al sector industrial se
encuentra en condiciones desfavorables. El sector agrícola, no solo posee una capacidad
adquisitiva menor, sino que vemos que el salario agrícola no alcanza ni a cubrir el costo de la
canasta básica alimentaria.
Si bien el poder adquisitivo del sector agrícola ha mejorado en el 2009 con respecto a 1995,
con una tasa de crecimiento del 19.9%, vemos como los salarios mínimos agrícolas no
logran cubrir el 100% del costo de la canasta básica alimentaria, y continúa teniendo un
104
sesgo respecto al poder adquisitivo del sector industrial. Bajo este panorama no se estarían
garantizando las necesidades básicas para la reproducción del agricultor.
Tabla 13. Relación del salario mínimo mensual y el costo de la canasta básica alimentaria
Salario mínimo mensual/Costo de la CBA
Años
Industrial Agrícola
1995 104.8 67.1
1996 92.4 56.1
1997 92.5 55.6
1998 102.4 71.9
1999 106.2 75.4
2000 112.3 75.2
2001 111.5 75.8
2002 113.4 79.5
2003 125.2 82.4
2004 121.8 76.9
2005 116.0 84.7
2006 126.5 84.0
2007 119.1 73.7
2008 112.1 73.2
2009 123.6 80.4
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de PNUD (2008) y PNUD (2010)
Por tanto, nos encontramos ante salarios mínimos insuficientes para cubrir las necesidades
básicas alimentarias, como lo veíamos en la tabla anterior. Esto pone en riesgo la seguridad
alimentaria de los sectores más vulnerables, debido a que no pueden acceder sobre todo
económicamente a una nutrición adecuada, debido a que sus ingresos son tan bajos.
105
CAPÍTULO III. ANÁLISIS EMPÍRICO
1. Introducción metodológica
Matriz de
Matriz de Matriz de
demanda
oferta total demanda final
intermedia
Matriz de valor
agregado
Respecto al balance entre la oferta y demanda global de bienes y servicios, los componentes
de la oferta total son la producción nacional y las importaciones, por el lado de la demanda
los componentes son la demanda intermedia y final, conformada está ultima por el consumo
público y privado, Formación Bruta de Capital Fijo, (FBKF) y exportaciones.
106
Se debe destacar que el análisis matricial no se limita necesariamente al estudio de los
coeficientes técnicos, también es posible con estas tablas de doble entrada realizar un
estudio de la estructura del Complejo Agroalimentario (CA), y ver cómo se ha modificado a lo
largo del tiempo. Para ello se realizará un análisis comparativo de las matrices de 1990 y
2006, donde se analizará a partir de indicadores económicos los cambios en la estructura de
oferta, demanda, y el comercio exterior.
Aij = Xij / Xj
Donde el coeficiente Aij representa la proporción de bienes y servicios del sector i que
necesita el sector j para producir una unidad.
Sin embargo, los coeficientes técnicos poseen la limitante de no tomar los efectos indirectos
de los encadenamientos productivos (Caballero, 1978; citado en Cabrera et al., 2005). Por
tanto, para analizar los encadenamientos totales entre los diversos sectores se debe partir
del cálculo de la matriz inversa de Leontief, la cual permite
De esta manera, con el valor de los índices de dispersión se podrá determinar los sectores
estratégicos, impulsores, claves o islas de la economía salvadoreña, que para nuestro
estudio nos interesa conocer las del Complejo Agroalimentario.
107
2. Estructura económica salvadoreña
Se puede analizar el modelo de crecimiento económico del país a partir de las Matrices
Insumo Producto de 1978, 1990 y 2006. Para cada una de las matrices se muestra la
participación de cada sector en la producción global. De acuerdo a ese porcentaje de
participación, se observará el cambio en la estructura económica del país.
Hay que mencionar que de todos los sectores, el sector agrícola se encuentra conformado
por una mayor proporción de valor agregado respecto a la producción efectiva, siendo para
este año un 79.3%. Sin embargo, debe resaltarse que el sector que genera la mayor parte de
valor agregado de la economía global es el sector servicios con un 42.6%.
108
Tabla 14. Estructura Productiva de la Matriz Insumo Producto 1978
Agricultura Industria Construcción Servicios Total
Magnitudes
S/Total Índice S/Total Índice S/Total Índice S/Total Índice S/Total Índice
Producción
22.6 100.0 34.0 100.0 5.7 100.0 37.7 100.0 100.0 100.0
Efectiva
Consumo
12.2 20.7 50.1 56.4 7.9 53.2 29.8 30.3 100.0 38.3
Intermedio
Valor Agregado
29.0 79.3 24.1 43.6 4.3 46.8 42.6 69.7 100.0 61.7
Costes Salariales
22.1 22.0 17.8 11.8 6.3 24.7 53.8 32.1 100.0 22.5
Impuetos netos
48.5 8.3 41.1 4.7 0.0 0.0 10.4 1.1 100.0 3.9
Excedente bruto
31.3 49.0 26.2 27.2 3.6 22.1 39.0 36.6 100.0 35.3
Demanda total
21.8 100.0 52.6 100.0 5.0 100.0 20.6 100.0 100.0 100.0
Demanda
14.7 21.9 59.9 37.2 1.9 12.2 23.6 37.4 100.0 32.7
intermedia
Consumo Final
17.7 31.2 52.9 38.7 0.0 0.0 29.5 55.2 100.0 38.5
Consumo total
16.3 53.1 56.1 75.9 0.9 12.2 26.8 92.6 100.0 71.2
FBK
15.2 9.9 53.9 14.5 30.9 87.8 0.0 0.0 100.0 14.2
Exportaciones
55.3 37.0 34.3 9.5 0.0 0.0 10.4 7.4 100.0 14.6
Empleo total
2.6% 39.3% 15.9% 42.2% 100%
Fuente: Cabrera et al. (2005: 19)
Así mismo hay que resaltar que el sector agrícola perdió importancia, representando para
este año el 15% de la producción efectiva y solo un 17.4% de valor agregado respecto al
total de la economía. Por otro lado, el sector industria aún representaba la mayor proporción
de demanda intermedia siendo para este año el 59.5%.
109
Lo importante de nuestro estudio es resaltar la disminución de la participación del sector
agrícola y la tercerización que adquiere la economía salvadoreña. Cabrera explica este
proceso de tercerización de la economía salvadoreña de la siguiente manera:
Demanda total
14.9 100.0 49.2 100.0 4.1 100.0 31.8 100.0 100.0 100.0
Demanda
16.8 35.1 59.5 37.6 1.3 9.9 22.4 22.0 100.0 31.1
intermedia
Consumo Final
12.6 43.8 45.6 48.0 0.0 0.0 41.8 68.3 100.0 51.8
Consumo total
14.2 78.8 50.8 85.6 0.5 9.9 34.5 90.2 100.0 83.0
FBK
-1.0 -0.5 50.6 7.5 50.3 90.1 0.0 0.0 100.0 7.3
Exportaciones
33.2 21.6 35.0 6.9 0.0 0.0 31.8 9.8 100.0 9.7
Empleo total
36% 17% 5% 42% 100%
Fuente: Cabrera et al. (2005: 21)
110
En la tabla 16 se observa cómo se ha marcado aún más la tercerización de la economía
salvadoreña para 2006, representando el sector servicios el 55.8% de la producción efectiva.
De igual manera, dicho sector representaba el 61.2% de valor agregado, respecto al total.
Además, se puede observar la importancia que mantiene el sector industria, viéndose por el
lado de la demanda como este sector representa más del 50% de la demanda total respecto
a la economía global.
Para nuestro análisis hay que destacar que el sector agrícola se va manifestando como un
sector menos importante, representando para este año el 11% de valor agregado en la
estructura productiva sectorial. Por el lado de la demanda, es posible observar como
disminuyeron las exportaciones conformando para ese año solo un 6.1% del total.
Producción
9.9 100.0 28.6 100.0 5.7 100.0 55.8 100.0 100.0 100.0
Efectiva
Consumo
8.0 29.8 38.1 49.1 7.4 47.0 46.5 30.7 100.0 36.8
Intermedio
Valor Agregado 11.0 70.2 23.0 50.9 4.8 52.5 61.2 69.3 100.0 63.2
Demanda total 11.4 100.0 50.2 100.0 4.4 100.0 34.0 100.0 100.0 100.0
Demanda
15.4 36.6 47.6 25.6 1.6 9.9 35.3 28.1 100.0 27.0
intermedia
Consumo Final 12.2 55.7 45.6 46.9 0.0 0.0 42.2 64.3 100.0 51.8
Consumo total 13.3 92.3 46.3 72.5 0.6 9.9 39.8 92.4 100.0 78.7
FBK 1.1 0.8 52.4 8.9 46.5 90.1 0.0 0.0 100.0 8.5
Exportaciones 6.1 6.9 73.5 18.6 0.0 0.0 20.4 7.6 100.0 12.7
16
Las cifras de empleo de 1978 provienen de los cotizantes del ISSS, mientras que para los años siguientes los datos de
empleo provienen de la DIGESTYC.
111
3. Las ramas productivas en el CA
A partir del análisis de las 17 ramas del Complejo Agroalimentario (CA) salvadoreño con el
uso de las Matrices Insumo-Producto correspondiente a los años 1990 y 2006 (ver anexo
3.1–3.4) se trata de hacer un análisis comparativo de sus magnitudes macroeconómicas17.
Tabla 17. Principales ramas productivas del CA 1990 y 2006 (miles de dólares)18
Agricultura y Pesca Industrias de Complejo
(AyP) Alimentos (IA) Agroalimentario (CA)
1990
Producción efectiva (PE) 1,147,053.73 1,032,254.93 2,179,308.67
Importaciones (I) 80,797.33 134,962.27 215,759.60
19
Oferta Total (OT) 1,384,650.67 1,381,426.80 2,766,077.47
Demanda Interior (DI)20 1,085,128.93 1,309,174.67 2,394,303.60
Exportaciones (EXP) 299,521.73 72,252.13 371,773.87
2006
Producción Efectiva (PE) 1,546,465.00 1,790,425.00 3,336,890.00
Importaciones (I) 279,714.00 514,929.00 794,643.00
Oferta Total (OT) 2,214,886.00 2,805,693.00 5,020,579.00
Demanda Interior (DI) 2,025,062.00 2,479,062.00 4,504,124.00
Exportaciones (EXP) 189,824.00 326,631.00 516,455.00
Fuente: Elaboración propia en base a MIP 1990 y 2006
En la Tabla 17, se puede observar que para el año 1990 la Oferta Total del CA tiene un
monto de más de 2,766,077.47 miles de dólares, de los cuales un 78.8% corresponde a
Producción Efectiva y un 7.8% corresponde a Importaciones.
17
Los análisis no abarcaron la MIP de 1978 ya que no se encontró a precios constantes de 1990, a fin de poder
hacer la comparación con los otros dos años
18
Se hizo la conversión de colones a dólares, con una tasa de cambio de $7.50 correspondiente a 1990
19
La Oferta Total no es igual a la Producción Efectiva más las Importaciones debido a que en la Oferta Total se
incluyen derechos arancelarios, impuestos sobre exportaciones y los márgenes comerciales.
20
Demanda Interior es la Demanda Total menos las Exportaciones.
112
Específicamente para el sector de Agricultura y Pesca, la Producción Efectiva apenas logra
cubrir la Demanda Interior con un grado de 105.7%. Asimismo, posee una Balanza
Comercial excedentaria que representa un 370.7%. Y en cuanto a la Oferta Total, esta se
desglosa un 82.8% en Producción Efectiva y 5.8% en Importaciones.
Para el año 2006, la Demanda Interior representa un 89.8% de la Oferta Total, mientras las
exportaciones representan un 10.2%. La balanza comercial es deficitaria para los productos
del CA en 278,188 miles de dólares, las exportaciones representan el 65% de las
importaciones. En cuanto a la Producción Efectiva, podemos decir que no logra cubrir la
Demanda Interior, logrando cubrir solamente el 74.1% de ésta. Finalmente, la Producción
Efectiva representa un 66.5% de la Oferta Total, y las importaciones un 15.8%.
De esta manera puede observarse que en los años 1990 y 2006, para todo el CA, como el
sector de Agricultura y Pesca, la Producción Efectiva representó más de la tercera parte de
la Oferta Total, y las importaciones alrededor del 5 y 15%. Sin embargo, se pasó de tener
una Balanza Comercial excedentaria en 1990, a una situación en 2006 donde las
exportaciones no representan ni la tercera parte del monto de las importaciones. El grado de
cobertura de la Producción Efectiva sobre la demanda interna del CA disminuyó, pasando
del 91.02% en 1990 a 74.1% en 2006. Además de esto, para el año 2006 la Producción
Efectiva, específicamente para el sector AyP, ya no logra cubrir la Demanda Interna.
113
adicionalmente producción de molinería y panadería, representando un poco más de la
tercera parte del total de la PE.
En lo que respecta a la Demanda Intermedia (DI) del CA, el 55% lo representa el sector AyP,
mientras que el sector IA representa un 45%. Las ramas que se destacan con un aporte del
más del 10% son granos básicos, ganadería, productos de molinería y panadería y otros
productos alimenticios elaborados.
La Demanda Final (DF) del CA se constituye en un 52% por los productos del IA y un 48%
por el sector AyP. Las ramas con mayor peso son café oro, otras producciones agrícolas y
productos de molinería y panadería.
En relación con las Exportaciones (EXP) del CA el 80.6% corresponde al sector AyP, donde
sólo la rama de café oro representa el 69.4% del total de exportaciones del CA. Mientras que
la IA representa un 19.4%. En lo que respecta a las Importaciones (IMP) del CA, el mayor
porcentaje lo representan los productos del IA con un 62.6%; las ramas con un mayor
porcentaje son granos básicos, productos lácteos y otros productos alimenticios elaborados.
Para el año 2006 (ver tabla 19), el VAB total del CA es representado mayormente por el
sector AyP en un 59%. Las ramas con mayor porcentaje son granos básicos, otras
producciones agrícolas, ganadería y productos de molinería y panadería con más del 10%
cada una. Se puede observar para este año con respecto a 1990 una desaparición del café
oro como una rama importante en la generación de valor agregado en el CA.
Con respecto a la producción efectiva del CA, más del 50% es representado por la IA,
mientras que el aporte que hace AyP es de 46.3%, cifra menor que la de 1990. Los sectores
que se destacan son ahora avicultura, productos de molinería y panadería y otros productos
alimenticios elaborados. En relación a la rama granos básicos, para este año 2006 el
porcentaje de producción efectiva que aporta al CA es menor del 10%, por lo que deja de ser
una rama relevante en esta magnitud.
114
Por otra parte, la demanda final del CA es representada en un 41.6% por el sector AyP, y en
un 58.4% por IA. En este año las ramas con mayor aporte son otras producciones agrícolas,
avicultura, productos lácteos, productos de molinería y panadería y otros productos
alimenticios elaborados. En comparación con el año 1990, la rama café oro ya no es
importante dentro de la demanda final del CA, mientras que va surgiendo la avicultura como
una rama destacada en las diferentes magnitudes. Un aspecto a resaltar es que la
proporción de la rama de los granos básicos en comparación a 1990 ha disminuido, es decir,
se destina cada vez menos proporción de éstos para el consumo final de la población.
AGRICULTURA Y PESCA
(AyP)
0.662 0.526 0.549 0.478 0.806 0.374
INDUSTRIA DE
ALIMENTOS (IA)
0.338 0.474 0.451 0.522 0.194 0.626
COMPLEJO
AGROALIMENTARIO 1.000 1.000 1.000 1.000 1.000 1.000
(CA)
Fuente: Elaboración propia en base a MIP 1990
115
En lo que respecta a las exportaciones del CA, el sector AyP para este año sólo representa
el 36.8%, mientras que IA tiene el mayor porcentaje, 63.2%. En comparación del año 1990,
que era el sector AyP que participaba con más del 80% de las exportaciones del CA, y en el
caso específico del café disminuyó su participación del 69% a solamente 26%. Las ramas
más destacadas para el 2006 son productos de molinería y panadería, otros productos
alimenticios elaborados y el azúcar.
AGRICULTURA Y PESCA
(AyP)
0.587 0.463 0.497 0.416 0.368 0.352
11. Carne y sus productos 0.019 0.034 0.032 0.034 0.009 0.045
12. Productos lácteos 0.035 0.069 0.027 0.111 0.008 0.137
13. Prod. elaborados de
la pesca 0.000 0.000 0.001 0.002 0.000 0.006
14. Prod. de molinería y
panadería
0.105 0.147 0.141 0.125 0.120 0.098
15. Azúcar 0.082 0.081 0.041 0.070 0.180 0.002
16. Otros prod. alim.
Elaborados
0.079 0.127 0.196 0.150 0.221 0.276
17. Bebidas 0.092 0.079 0.065 0.087 0.095 0.071
18. Tabaco elaborado 0.000 0.000 0.001 0.004 0.000 0.013
INDUSTRIA DE
ALIMENTOS (IA)
0.413 0.537 0.503 0.584 0.632 0.000
0.648
COMPLEJO
AGROALIMENTARIO (CA) 1.000 1.000 1.000 1.000 1.000 0.000
Fuente: Elaboración propia en base a MIP 2006
116
4. Estructuras productivas de la oferta
Con el indicador II/PE se trata de relacionar los insumos intermedios con la producción
efectiva, es decir, la relación que existe entre la utilización de insumos y el nivel de
producción. Este viene a ser un indicador de la dependencia que cada rama del CA tiene de
las materias primas y otros insumos.
Con el indicador VAB/PE se mide la participación del Valor Agregado Bruto sobre la
Producción Efectiva. Y con el indicador PE/OT se obtiene una proporción de Producción
Efectiva sobre la Oferta Total.
Para el año de 1990 (ver tabla 20), en el caso de la AyP sólo se utilizan 27.5% de insumos
intermedios, al contrario de lo que ocurre en la IA, que utiliza 58.9%. Se destacan con más
del 50% las ramas de avicultura y todas las ramas del IA, exceptuando tabaco elaborado y
bebidas. El sector de industria de alimentos, al estar conformado por ramas que transforman
materias primas en productos finales, presenta un mayor grado de dependencia de insumos
intermedios de las otras ramas para su producción. En conjunto, la producción del CA tiene
una dependencia de insumos intermedios de 42.3%.
Para todo el CA la producción efectiva con relación a la oferta total representa el 78.8%,
siendo mayor esta proporción en el sector AyP con un 82.8%, y en el caso de la IA, esta
producción representa 74.7%. Para todas las ramas del CA, la proporción alcanza más del
50%, exceptuando productos elaborados de la pesca, que apenas cubre un 5.4%. En el caso
de las ramas de café oro, caña de azúcar y ganadería, la producción efectiva satisface la
oferta total.
117
Tabla 20. Estructuras productivas y de ofertas de productos alimentarios 1990
Sectores II/PE VAB/PE PE/OT
1. Café oro 0.175 0.825 1.038
2. Algodón 0.369 0.631 0.542
3. Granos básicos 0.266 0.734 0.744
4. Caña de azúcar 0.368 0.632 1.048
5. Otras producciones agrícolas 0.162 0.838 0.561
6. Ganadería 0.293 0.707 0.996
7. Avicultura 0.553 0.447 0.893
8. Silvicultura 0.027 0.973 0.717
9. Prod. de la caza y la pesca 0.318 0.682 0.811
Para el año 2006 (ver tabla 21), la dependencia de insumos intermedios en la producción del
CA ha aumentado levemente para los dos sectores, en 5% para AyP y en 0.2% para IA. Las
ramas que poseen más del 50% de utilización de insumos intermedios en su producción son
avicultura y todas las del IA, exceptuando azúcar, bebidas y tabaco. Con esto podemos ver
que en los años en comparación es el sector IA el que tiene el mayor grado de dependencia
de insumos intermedios del resto de sectores para su producción.
118
ramas que mayor aporte hacen de Valor Agregado Bruto son igualmente café oro, silvicultura
y otras producciones agrícolas con un aporte de más del 80%.
119
Para el caso particular de sector AyP, es importante destacar que de 1990 a 2006 ha
aumentado el uso de insumos intermedios; sin embargo, observamos una disminución en la
generación de valor agregado que este sector aporta a la producción y una disminución de la
cobertura de la producción efectiva sobre la oferta total. Con esto podemos ver que el sector
primario de la economía ha ido perdiendo importancia en comparación con la que tenía en el
pasado.
Para 1990 (ver tabla 22) el sector AyP destinó el 42.3% de lo que produjo a su utilización
como materias primas, mientras que el sector IA sólo dedicó a ese uso el 38.7%. Esta
diferencia se debe a la naturaleza menos finalista del sector AyP en contraposición con la
industria de alimentos. Las ramas que dedican más del 80% de su producción al consumo
intermedio son algodón, caña de azúcar, ganadería y productos elaborados de la pesca.
A partir del indicador DF/PE podemos observar que la demanda de consumo final de
productos de la AyP representa el 78.4% de la producción, y esta proporción sube hasta
95.1% en el caso de los productos del sector IA. Existen distintos comportamientos a nivel de
cada rama, podemos observar que algunas actividades primarias como la caña de azúcar no
aportan nada a los consumos finales; mientras que casi todas las ramas industriales lo hacen
en gran cuantía, dedicando más del 90% de su producción al consumo final; exceptuando las
ramas de productos de molinería y panadería y azúcar.
Con el indicador DI/DT observamos que los consumos intermedios demandados a la AyP se
suministran en un 35.1% por los productores, cifra que baja al 28.9% cuando se trata de los
productos elaborados por la IA. Los productos que se destacan para consumo intermedio
son algodón, caña de azúcar y ganadería, con más del 80%.
120
Con respecto a la cobertura de los consumos finales, el indicador DF/DT nos muestra que
las actividades primarias de AyP atienden el 64.9% de la demanda de consumo final total de
sus productos; este porcentaje aumenta cuando se trata de la industria de alimentos, con un
71.1%.
Las ramas de las cuales su demanda total se compone en más del 80% de demanda final
son café oro, otras producciones agrícolas, avicultura, producciones de la caza y pesca,
productos lácteos y tabaco elaborado. Para el conjunto del CA una más de un 50% de la
demanda total se constituye de demandas finales.
121
Para 2006 (ver tabla 23), el indicador DI/PE aumentó alrededor de 7% con respecto a 1990
para los sectores del CA, siempre manteniéndose la diferencia de una proporción mayor
para AyP con respecto a la industria de alimentos. Las ramas algodón, caña de azúcar,
ganadería y productos elaborados de la pesca, al igual que 1990, dedican más del 80% de
su producción al consumo intermedio. Es importante destacar que para 2006, se adiciona la
rama granos básicos, dedicando más del 90% de su producción a abastecer sectores
intermedios.
Con respecto a la demanda final sobre la producción efectiva, esta proporción muestra un
aumento en los dos sectores del CA al compararlo con 1990. Para AyP ha habido un
aumento de 14%, mientras que para IA la demanda final supera la producción efectiva en
12.2%. Existen ramas para las que también la demanda final ha superado la producción
efectiva; en el caso de la AyP son otras producciones alimenticias y avicultura, y para el caso
de la IA, todas las ramas tienen una proporción mayor al 100%, exceptuando productos de
molinería y panadería y azúcar.
De lo anterior puede deducirse que tanto la demanda intermedia como la demanda final,
durante el período en estudio, están creciendo a un ritmo más acelerado de lo que lo hace la
producción efectiva.
En cuanto a los indicadores que representan el consumo intermedio (DI/DT) y consumo final
sobre el consumo total (DF/DT) puede observarse que para ambos sectores, AyP e IA, las
proporciones se han mantenido sin variaciones notables, lo cual indicaría que los patrones
de consumo que de cada sector tienen las otras ramas se mantiene de 1990 a 2006.
122
Tabla 23. Estructuras de las demandas de productos agroalimentarios 2006
Sectores DI/PE DF/PE DI/DT DF/DT
1. Café oro 0.088 0.822 0.096 0.904
21
2. Algodón 37.877 -2.679 1.076 -0.076
3. Granos básicos 0.906 0.752 0.547 0.453
4. Caña de azúcar 0.929 0.000 1.000 0.000
5. Otras producciones agrícolas 0.251 1.908 0.116 0.884
6. Ganadería 0.886 0.171 0.838 0.162
7. Avicultura 0.102 1.109 0.084 0.916
8. Silvicultura 0.509 0.939 0.351 0.649
9. Prod. de la caza y la pesca 0.438 0.894 0.329 0.671
6. Comercio exterior
21
Para este año el consumo por parte de hogares y sector público de algodón reporta 0, y la variación de
existencias, que se toma como parte de la demanda final, reporta -2952. Esto explica la cantidad negativa de
demanda final.
123
Para el año 1990 (ver tabla 24), las exportaciones del sector AyP superan en un 370.7% las
importaciones, mientras que para el IA las exportaciones representan el 53.5% de las
importaciones. Las ramas que tienen un mayor grado de cobertura exterior son café oro,
ganadería, silvicultura, productos de la caza y la pesca, azúcar y bebidas.
Con respecto al indicador EXP/PE, se observa que la vocación exportadora del sector AyP
es de 26.1%, en el cual se destaca el café oro, con un 96.4%, es decir, que casi la totalidad
de la producción efectiva de esta rama es exportada. Al contrario de lo que se observa en la
industria de alimentos, cuya vocación exportadora apenas alcanza el 7%.
Con el indicador PE/DT observamos que para el sector AyP la producción efectiva cubre el
82.8% de la demanda total, proporción que es menor para el caso de la industria de
alimentos, con una cobertura de la demanda total de 74.7%. Las ramas que cubren
completamente la demanda total para este año son café oro y caña de azúcar. Y los que
tienen un porcentaje con más de 80% de cobertura son ganadería, avicultura, productos de
la caza y la pesca, carne y sus productos, productos de molinería y panadería y azúcar.
Para el año 2006 (ver tabla 25), las exportaciones del sector AyP, en comparación con 1990,
ya no superan las importaciones, teniendo una proporción del 67.9%. Mientras que para el
sector IA, esta proporción ha tenido un aumento del 10%. Con respecto al comportamiento
de la ramas, algunas de las cuales superaban sus exportaciones por sobre sus
importaciones en 1990 han desaparecido, quedando solamente tres de ellas, café oro,
productos de la caza y pesca y azúcar.
Podemos observar también que la vocación exportadora del sector AyP ha disminuido en un
13.8%, y ha aumentado en un 11.2% para la industria de alimentos. Al igual que en 1990 la
rama que más se destaca por su vocación exportadora es el café oro.
Específicamente para el sector AyP es importante destacar que se ha pasado a tener una
balanza comercial excedentaria en 1990 a una balanza comercial deficitaria en el año 2006,
lo cual nos muestra que ha existido un aumento mayor de las importaciones con respecto a
las exportaciones.
124
Tabla 24. Indicadores de comercio exterior 1990
Sectores EXP/IMP EXP/PE PE/DT
22
1. Café oro - 0.964 1.038
2. Algodón 0.099 0.083 0.542
3. Granos básicos 0.009 0.002 0.744
4. Caña de azúcar - 0.000 1.048
5. Otras producciones agrícolas 0.949 0.128 0.561
6. Ganadería 6.763 0.007 0.996
7. Avicultura 0.769 0.009 0.893
8. Silvicultura 1.601 0.052 0.717
9. Prod. de la caza y la pesca 35.192 0.466 0.811
Al igual que en 1990, las ramas que cubren totalmente la demanda para 2006 son el café oro
y caña de azúcar. Es importante destacar que en el caso específico de granos básicos esta
22
Para el caso del café oro y caña de azúcar las importaciones son nulas, por lo que el indicador no se puede
obtener.
125
proporción disminuyó en un 14.1%, lo cual indica que la demanda está creciendo a un ritmo
mayor que la producción, y eso conlleva la necesidad de importaciones a fin de satisfacer la
demanda total.
Para analizar la fortaleza o debilidad de la articulación del tejido productivo se hará uso de
los Índices de Flujo, que nos dan un primer acercamiento hacia las relaciones
intersectoriales que se realizan entre las diferentes ramas del CA.
126
Estos índices de flujos son obtenidos como una medida global respecto a la importancia de
las transacciones intermedias que se originan en las diversas ramas agroalimentarias. De
manera que estos índices de flujo representan las ligazones de oferta y demanda. (Titos,
1995)
En cuanto al valor, entre mayor sea el Índice de Flujo (IF), mayor relación derivada de los
procesos técnicos existirá entre las dos ramas en cuestión. Este análisis se realizará
solamente con los índices correspondientes al complejo agroalimentario.
A continuación se presentan los índices de flujo para los años 1990 y 2006, tomando como
umbral de relevancia los índices de flujo mayores a 0.5.
Para 1990 (ver tabla 26) se destacan las ramas de caña de azúcar con azúcar (0.825),
ganadería con carne y sus productos (0.658) y ganadería con productos lácteos (0.638), con
fuertes vinculaciones intersectoriales. Esto nos quiere decir que para ese año, de todas las
ramas del CA, éstas son las que tienen mayores interacciones intermedias.
127
Tabla 27. Índices de flujo relevantes dentro del CA 2006
RAMA OFERENTE (i) RAMA DEMANDANTE (j) IFIJ
Caña de azúcar Azúcar 0.771
Ganadería Productos lácteos 0.696
Ganadería Carne y sus productos 0.623
Productos de la caza y la pesca Prod. de la caza y la pesca 0.590
Otros productos alim. Elaborados Avicultura 0.583
Algodón Textiles y art. confec. de mat. text. 0.564
Bebidas Restaurantes y hoteles 0.524
Café oro Otros prod. alim. elaborados 0.519
Productos de molinería y panadería Prod. de molinería y panadería 0.507
Productos elaborados de la pesca Restaurantes y hoteles 0.504
Fuente: Cabrera, 2011
Al igual que el año 1990, para 2006 (ver tabla 27), se observan también fuertes vinculaciones
entre caña de azúcar y azúcar (0.771), ganadería y productos lácteos (0.696) y ganadería y
carne y sus productos (0.623).
Aparece como relevante la conexión entre café oro y otros productos alimenticios
elaborados, ya que este café sirve como materia prima para que pueda ser procesado y ser
utilizado para consumo final. Por otra parte, otros productos alimenticios elaborados a su vez
tienen fuertes vínculos con la producción de insumos para la alimentación animal,
específicamente avicultura y ganadería24. Además, la ganadería tiene fuertes relaciones con
carne y sus productos y productos lácteos, y las interacciones relevantes finales se dan entre
carne y sus productos con restaurantes y hoteles.
23
Los árboles de flujo para 1990 son iguales que 2006, con la excepción que en 2006 aparece una nueva
conexión fuerte entre carne y sus productos y restaurantes y hoteles.
24
Aunque el café tiene relaciones con otros productos alimenticios elaborados, no debiera entenderse que hay
relación directa entre el café y la producción de insumos para la alimentación animal. Más bien esta cadena se
forma de esa manera por la gran conexión que tiene otros productos alimenticios elaborados con avicultura y
ganadería.
128
Esquema 3. Árboles de flujo 2006
Avicultura
Otros productos
Carne y sus Restaurantes y
Café Oro alimenticios
productos hoteles
elaborados
Gandería
Productos lácteos
Textiles y artículos
Algodón confeccionados de Prendas de vestir
materiales textiles
Caña de Restaurantes
Azúcar Bebidas
azúcar y hoteles
Productos
Restaurantes y
elaborados de la
hoteles
pesca
Productos de la
caza y pesca
Restaurantes y
hoteles
También existe una ligazón relevante entre la producción derivada de la rama del algodón y
textiles y artesanías confeccionados de materiales de confección, y esta última está
fuertemente vinculada con la producción de prendas de vestir.
Los granos básicos, por su parte, no tienen muchas interacciones con otras ramas del CA
por su naturaleza de consumo final, solamente la tienen con productos de molinería y
panadería, que a la vez está ligada fuertemente a la producción de alimentos elaborados.
129
Como es de esperarse, la caña de azúcar tiene fuertes vinculaciones con la rama encargada
de la producción de azúcar, que a su vez está fuertemente ligada a la producción de
bebidas, y esta última a restaurantes y hoteles.
Finalmente, los productos de la caza y pesca se ligan fuertemente con productos elaborados
de la pesca y con restaurantes y hoteles. Y los productos elaborados de la pesca también
tienen relación relevante con restaurantes y hoteles.
8. Sectores estratégicos en el CA
Debe destacarse que no todas las actividades económicas tienen la capacidad de generar
impactos multiplicadores sobre otras ramas, para ello se necesita cuantificar a partir del
cálculo de la matriz inversa de Leontief los índices de dispersión, los cuales miden para cada
rama las relaciones de intercambio a través de los insumos intermedios.
A partir de la metodología desarrollada por Rasmussen y otros autores, en la cual utilizan los
encadenamientos sectoriales, se pueden destacar dos tipos de encadenamientos. El primero
es el encadenamiento hacia atrás, el cual mide la capacidad de una actividad económica de
arrastrar el desarrollo de otras, debido al uso que hace de los insumos provenientes de esas
ramas. Por otro lado, está el encadenamiento hacia adelante que se produce cuando una
actividad, la cual provee de insumos a otras actividades, es capaz de ser un estímulo para
un tercer sector, el cual al mismo tiempo provee de insumos a este primer sector en
consideración. (Schuschny, 2005)
Estos encadenamientos hacia delante y hacia atrás son un instrumento de suma importancia
para la toma de decisiones, además los índices de dispersión permiten identificar los
sectores que más impacto tienen sobre la economía. Los índices que permitirán realizar
esta clasificación de los sectores son el poder de dispersión y sensibilidad de dispersión.
Se define el poder de dispersión (PD) de un sector como una medida del estimulo promedio
que tiene un sector hacia el resto de sectores, mientras que el índice de sensibilidad de
dispersión (SD) se considera como el encadenamiento hacia adelante, siendo un índice que
mide que tan sensible es un sector a los cambios generales de la demanda. (Schuschny,
2005)
130
De modo que se puede clasificar según estos índices los sectores de la economía como:
claves, estratégicos, impulsores e islas. En la tabla 28 es posible observar la clasificación de
los sectores según la magnitud de los índices.
Un sector se considera Clave cuando su efecto de arrastre o impulso sobre otros sectores,
así como el efecto de otros hacia él, es mayor que la media. Mientras que se considera Isla
si los índices de dispersión del sector son menores a la media, es decir, se trata de sectores
que no provocan ni reaccionan a efectos de arrastre significativos. (Cabrera et al., 2005)
Para 1990 (ver tabla 29) podemos observar que todas las ramas que componen el CA son
clasificadas como islas, excluyendo la rama de otros productos alimenticios elaborados, que
está clasificada como estratégica.
En el caso de la rama otros productos alimenticios elaborados, donde PD < 1 y SD > 1, nos
muestra que si la demanda total del país crece en un dólar en todas las ramas, entonces la
producción de la rama de productos alimenticios elaboradores crecerá en 1.29 dólares más
(SD=1.29) en 1990.
131
Tabla 29. Índices de sensibilidad y dispersión ponderados por demanda final 1990
Sectores SD PD ESTRATÉGICO IMPULSOR ISLA CLAVE
AGRICULTURA Y PESCA (AyP)
1. Café oro 0.498 0.640 X
2. Algodón 0.067 0.253 X
3. Granos básicos 0.913 0.718 X
4. Caña de azúcar 0.118 0.479 X
5. Otras producciones agrícolas 0.610 0.515 X
6. Ganadería 0.773 0.608 X
7. Avicultura 0.363 0.739 X
8. Silvicultura 0.157 0.147 X
9. Prod. de la caza y la pesca 0.081 0.238 X
INDUSTRIA DE ALIMENTOS (IA)
11. Carne y sus productos 0.326 0.608 X
12. Productos lácteos 0.366 0.647 X
13. Prod. elaborados de la pesca 0.007 0.029 X
14. Prod. de molinería y panadería 0.918 0.988 X
15. Azúcar 0.238 0.493 X
16. Otros prod. alim. elaborados 1.291 0.852 X
17. Bebidas 0.436 0.490 X
18. Tabaco elaborado 0.139 0.317 X
Fuente: Cabrera, 2011
Para 2006 (ver tabla 30) podemos observar que no hay diferencias en cuanto a la
clasificación de las ramas en el CA, teniendo así que la rama de productos alimenticios
elaborados sigue siendo estratégica y las restantes islas.
Para este año el SD de otros productos alimenticios elaborados es de 1.51, mayor que el de
1990, lo que nos indica que ahora ante un aumento de un dólar en la demanda del país en
todas las ramas, otros productos alimenticios elaborados ha de producir 1.51 dólares más.
Para los años 1990 a 2006 se observa una clara disminución en los índices de poder y
sensibilidad de dispersión para las ramas que componen el CA. En el caso particular de la
rama granos básicos, en 1990 poseía un valor de SD = 0.913 y un PD de 0.718, con lo que
casi alcanzaba clasificarse como un sector estratégico. Sin embargo, esta sensibilidad de
dispersión para el año 2006 se ve disminuida grandemente, llegando a tener un valor SD =
0.686, con lo que se aleja la posibilidad de llegar a ser un sector estratégico.
132
Tabla 30. Índices de sensibilidad y dispersión ponderados por demanda final 2006
Sectores SD PD ESTRATÉGICO IMPULSOR ISLA CLAVE
AGRICULTURA Y PESCA (AyP)
1. Café oro 0.126 0.382 X
2. Algodón 0.038 0.047 X
3. Granos básicos 0.686 0.606 X
4. Caña de azúcar 0.090 0.538 X
5. Otras producciones agrícolas 0.644 0.605 X
6. Ganadería 0.479 0.506 X
7. Avicultura 0.437 0.854 X
8. Silvicultura 0.091 0.102 X
9. Prod. de la caza y la pesca 0.091 0.230 X
INDUSTRIA DE ALIMENTOS (IA)
11. Carne y sus productos 0.174 0.393 X
12. Productos lácteos 0.420 0.589 X
13. Prod. elaborados de la pesca 0.006 0.025 X
14. Prod. de molinería y panadería 0.927 0.933 X
15. Azúcar 0.322 0.525 X
16. Otros prod. alim. elaborados 1.505 0.985 X
17. Bebidas 0.452 0.536 X
18. Tabaco elaborado 0.014 0.014 X
Fuente: Cabrera, 2011
Es importante resaltar que para los índices de 1990 y 2006 las ramas incluidas dentro del
CA, que cumplen una función de seguridad alimentaria, como el café, granos básicos, caña
de azúcar y los productos de la IA, no generan fuertes encadenamientos productivos, ni
estimulan el crecimiento global de la economía. Esto repercute en una baja generación de
empleo dentro de las ramas que constituyen el CA.
Por otra parte, las ramas estratégicas para 1990 fueron productos de la minería, otros
productos alimenticios elaborados, textiles, productos de la refinación del petróleo, material
133
de transporte, bienes inmuebles y servicios prestados y servicios comunales, sociales y
personales. Para el 2006 productos de la minería se vuelve una rama isla, pero entran en la
categoría de ramas estratégicas producción de imprenta e industrias conexas y
comunicaciones. (Arteaga 2006, Cabrera 2011)
Finalmente, los sectores impulsores de la economía para el año 1990 son otros productos
alimenticios elaborados, comercio, alquileres de vivienda y servicios del gobierno, situación
que se mantiene en 2006 para otros productos alimenticios elaborados y comercio, pero en
el caso de las otras dos se vuelven ramas islas. (Arteaga 2006, Cabrera 2011)
134
CONCLUSIONES
La desaparición del sector agropecuario como eje de acumulación, aunado con los
problemas estructurales de dicho sector, origina la pérdida de la autosuficiencia alimentaria y
la mayor dependencia de alimentos, socavando aún más el problema de seguridad
alimentaria.
Además, el sesgo de las políticas públicas a apoyar aquellas actividades cuyo destino final
sea el mercado externo, ha generado estructuras productivas heterogéneas (en donde por
un lado se conformó una economía orientada a la producción de cultivos de exportación y
por otro, una economía campesina productora de granos básicos dedicada a la
subsistencia), restándole importancia a políticas orientadas a mejorar la estructura
agroalimentaria del país, deteriorando aún más la economía campesina.
Ese carácter extrovertido del sector agropecuario no facilitó el desarrollo de los demás
sectores de la economía, ya que en ningún momento trasladó la acumulación de capital a los
demás sectores, y tampoco fue capaz de generar el suficiente empleo para el sector
agrícola.
135
básica alimentaria. En este sentido, el poder adquisitivo de la población rural ha tendido a ser
cada vez menor, de manera que estas personas con ingresos tan bajos se encuentran en
una situación vulnerable a la hora de adquirir alimentos, lo que pone en riesgo su seguridad
alimentaria.
Por otro lado, pese a que el volumen de producción de los granos básicos ha crecido
levemente, a excepción de la producción de maíz que ha tendido a aumentar más
significativamente, esto no es suficiente para cubrir la demanda interna que se tiene de
estos, por lo que la dependencia alimentaria nacional ha aumentado.
Dados los resultados obtenidos a partir del análisis empírico puede concluirse que en la
actualidad se ha pasado de tener una balanza comercial agropecuaria positiva a tener un
déficit, en donde las exportaciones agrícolas no representan ni la tercera parte de las
importaciones que se realizan. Pero esto no significa que la demanda interna esté siendo
satisfecha por la producción efectiva que ahora no se destina a la exportación, ya que la
producción efectiva no está creciendo al ritmo que lo hace la demanda interna, lo que
conlleva a la necesidad de importaciones a fin de satisfacer esa demanda.
Por otra parte, aún cuando el valor agregado ha tendido a disminuir, el sector agropecuario
continúa siendo uno de los que genera mayor valor agregado, aunque el tradicional producto
de exportación, café oro, dejó de ser un generador importante de valor agregado.
Aunque los índices de desnutrición nacional, según el PNUD, han disminuido en los últimos
años, este indicador toma en cuenta tres aspectos fundamentales, seguridad alimentaria,
higiene ambiental y acceso a los servicios de salud y prestación de cuidados y prácticas de
atención por lo que este indicador por sí sólo no garantiza directamente que la población
rural esté teniendo un mayor acceso a alimentos.
136
seguridad alimentaria, como granos básicos, no presentan fuertes encadenamientos
productivos, ni estimulan el crecimiento global de la economía, lo que repercute en el empleo
dentro de las ramas del sector agrícola. Con esto se menoscaban las oportunidades de
inserción en el mercado por parte de las personas que dependen de dicho sector, lo que
genera un círculo vicioso que pone en peligro su seguridad alimentaria y reproduce sus
condiciones de pobreza.
137
BIBLIOGRAFÍA
Arteaga, H., (2006) “La transición del modelo de crecimiento económico salvadoreño: un
enfoque input-output 1978, 1990 y 2002” disponible en Documentos Ocasionales. BCR. [En
línea]. El Salvador, disponible en
http://www.bcr.gob.sv/uploaded/content/category/965858909.pdf [Accesado el día 05 de julio
de 2011]
138
Barkin, D. y I. Restrepo, (1980) Conflicto entre ciudad y campo en América Latina. México,
Nueva Imagen.
BCR, (2011) “Cuadros Estadísticos” en Banco Central de Reserva. [En línea]. San Salvador,
disponible en: http://www.bcr.gob.sv/?cat=1110&title=Cuadros%20Estad%EDsticos&lang=es
[Accesado el día 01 de julio de 2011]
Cabrera, O. (2011) Matriz Insumo Producto 1990 y 2006, correo electrónico a S. Merino
([email protected]), 22 de julio 2011 [Accesado el día 22 de julio de 2011]
139
mediano plazo”. Documento de Trabajo. Banco Central de Reserva de El Salvador, Segundo
semestre. [En línea]. El Salvador, disponible en:
http://dl.dropbox.com/u/4820317/DT_hechosestilizadosencrecimientoecon.pdf [Accesado el
día 13 de julio de 2011]
Cademartori, Jan (2003). “Vigencia del enfoque estructuralista y dependentista para las
estrategias de desarrollo” en Oikos: Revista de la Escuela de Administración y Economía.
[En línea]. Chile, disponible en:
http://dialnet.unirioja.es/servlet/listaarticulos?tipo_busqueda=EJEMPLAR&revista_busqueda=
9653&clave_busqueda=221261 [Accesado el día 14 de mayo de 2011]
Castellanos, J., (2002). 1930-1960: antecedentes históricos de la guerra civil. San Salvador.
Dirección de Publicaciones e Impresos.
Cuéllar, N. et al., (2002). Cambio económico, empleo y pobreza rural en El Salvador. San
Salvador. PRISMA, Programa Salvadoreño de Investigación sobre Desarrollo y Medio
Ambiente.
140
Dos Santos, Theotônio (2007). “Globalización, crecimiento económico e integración. [En
línea]. Disponible en: bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/edicion/.../05DosSantos.pdf
[Accesado el día 17 de mayo de 2011]
FAO (2004a). “Azúcar” en Perspectivas Alimentarias. [En línea]. No. 4, Italia, disponible en:
http://www.fao.org/docrep/007/j3877s/j3877s12.htm [Accesado el día 16 de mayo de 2011]
FAO (2000). El Estado Mundial de la Agricultura y la Alimentación 2000, Roma. [En Línea].
Disponible en: http://www.fao.org/docrep/x4400s/x4400s00.htm#TopOfPage [Accesado el día
30 de junio de 2011].
FAO (2011). El Estado Mundial de la Agricultura y la Alimentación 2011, Roma. [En Línea].
Disponible en: http://www.fao.org/publications/sofa/es [Accesado el día 2 de julio de 2011].
FUSADES (1997) El Salvador: estudio de desarrollo rural. Reporte principal. San Salvador.
141
http://www.uca.edu.sv/deptos/economia/media/archivo/ffa90f_investigacion2anoscaftaroberto
gochez.pdf [Accesado el día 7 de Julio de 2011]
ICCO (2010) “The world cocoa economy: past and present”. [En línea]. Reino Unido,
disponible en: http://www.icco.org/pdf/Index%20QBCS.pdf [Accesado el día 15 de mayo de
2011]
Kautsky, K., (2002) La cuestión agraria: análisis de las tendencias de la agricultura moderna
y de la política agraria de la socialdemocracia. Novena edición, México, Siglo Veintiuno.
Lara, E. y S. Rubio (2008) ¿Tenemos buenos empleos?: Impacto de las políticas económicas
en los nuevos empleos de El Salvador. San Salvador, FUNDE.
López, F.; Tolentino, J.; y Mira, E. (2007) Resultados Preliminares de los Impactos
Económicos y sociales del CAFTA/DR en El Salvador. CEICOM, FUNDE Y RED SINTI
TECHAN.
Martínez, J. y J. Vidal, (1995) Economía Mundial. Primera edición, España, McGraw Hill.
142
Montesino (2011) Economía y desarrollo: racionalidad reproductiva y valor de la fuerza de
trabajo en la gestión del desarrollo. San Salvador, UCA Editores.
Pearse, A. (1975) “El contexto social de la acción campesina” en Feder, E. (comp.), La lucha
de clases en el campo: análisis estructural de la economía agrícola latinoamericana. México,
Fondo de Cultura Económica.
PNUD, (2008). Informe sobre Desarrollo Humano El Salvador 2007-2008: El Empleo en uno
de los pueblos más trabajadores del mundo. [En Línea]. San Salvador, disponible en:
http://www.pnud.org.sv/2007/idh/content/blogcategory/0/95/ [Accesado el día 5 de julio de
2011]
143
Rubio, R., (1988). El proceso de acumulación del capital agroexportador y su rol en el
desarrollo económico de El Salvador. Louvain la Neuve. Série Etudes et Documents, Institut
d’études du développement, UCL.
Titos, A. (1995): “El complejo agroalimentario andaluz: una análisis a partir de las TIOAN-90”
en Contabilidad regional y tablas input-output de Andalucía 1990. Volumen 2, España.
USDA (2010) “Coffee: World Market and Trade”. [En línea]. Estados Unidos, disponible en:
http://www.fas.usda.gov/coffee_arc.asp [Accesado el día 15 de mayo de 2011]
144
WTO (2000) “Acuerdo sobre la Agricultura: normas y compromisos nuevos”. [En línea].
Suiza, disponible en:
http://www.wto.org/spanish/thewto_s/whatis_s/tif_s/agrm3_s.htm#domestic Accesado el día
14 de mayo de 2011]
145
ANEXOS
ANEXO 1
146
Anexo 1.4: Principales países productores de soya (1998-2008)
La finalidad del Acuerdo sobre la Agricultura es reformar el comercio del sector y lograr que
las políticas estén más orientadas al mercado. Ello aumentaría la previsibilidad y la
seguridad, tanto para los países importadores como para los exportadores.
Los países menos adelantados no tenían que asumir compromisos de reducir los aranceles
ni las subvenciones. El nivel de base de las reducciones arancelarias fue el tipo consolidado
antes del 1º de enero de 1995; o, en el caso de los aranceles sin consolidar, el tipo aplicado
efectivamente en septiembre de 1986, cuando comenzó la Ronda Uruguay.
Las demás cifras representaban objetivos utilizados para calcular las “listas” de compromisos
jurídicamente vinculantes de los países.
Aranceles
Ayuda interna
Exportaciones
147
Anexo 1.6: Apoyo a los productores de los miembros de OECD 2005-2007
148
ANEXO 2
% Crédito
Crédito
Años Crédito total agropecuario/crédito
agropecuario
total
1990 10 390.77 1 433.66 13.80
1991 9 110.48 1 950.60 21.41
1992 16 082.49 2 877.77 17.89
1993 18 933.91 3 290.00 17.38
1994 18 911.55 1 996.58 10.56
1995 21 909.71 2 153.96 9.83
1996 33 574.40 3 269.50 9.74
1997 35 271.30 3 243.40 9.20
1998 35 799.91 2 631.73 7.35
1999 39 319.43 2 723.14 6.93
2000 41 574.60 2 500.10 6.01
2001 44 151.00 2 272.30 5.15
2002 44 000.20 1 198.30 2.72
2003 39 969.10 1 437.10 3.60
2004 42 790.10 1 345.30 3.14
2005 49 887.30 1 635.20 3.28
2006 55 870.50 2 028.30 3.63
2007 59 825.50 1 923.30 3.21
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la CEPAL
149
Anexo 2.2: Exportaciones e Importaciones agroalimentarias1990-2005
(millones de dólares)
Exportaciones Importaciones
Año
agroalimentarias agroalimentarias
1990 348.8 219.7
1991 327.2 307.5
1992 284.7 333
1993 364.4 318.7
1994 433.2 366.2
1995 552.5 414.7
1996 548.6 484.3
1997 762.2 529.6
1998 597.6 545
1999 501.8 612.5
2000 578.6 648.2
2001 388.8 694.6
2002 419.8 738.4
2003 439.6 817.2
2004 486.8 1012.4
2005 634.3 1127.5
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la CEPAL
150
Anexo 2.3: Índice del Producto Interno Bruto y Producto Interno Bruto Agropecuario
1990=100 (millones de dólares)
Producto
PIB PIB menos Índice
Años Interno Índice PIB
Agropecuario PIBA PIBA
Bruto
1990 821.1 4800.9 3979.8 100 100
1991 818.8 4972.5 4153.7 104.37 99.72
1992 884.6 5347.7 4463.1 112.14 107.73
1993 861.8 5741.8 4880.0 122.62 104.96
1994 841.3 6089.3 5248.0 131.87 102.46
1995 879.4 6478.7 5599.3 140.69 107.1
1996 890.4 6589.2 5698.8 143.19 108.44
1997 893.5 6869.0 5975.5 150.15 108.82
1998 887.3 7126.5 6239.2 156.77 108.06
1999 955.3 7372.3 6417.0 161.24 116.34
2000 925.3 7531.0 6605.7 165.98 112.69
2001 900.8 7659.7 6758.9 169.83 109.71
2002 904.4 7839.0 6934.6 174.24 110.14
2003 912.5 8019.3 7106.8 178.57 111.13
2004 938.1 8167.7 7229.6 181.66 114.25
2005 (p) 985.7 8458.7 7473.0 187.77 120.05
2006 (p) 1041.6 8789.6 7748.0 194.68 126.85
2007 (p) 1129.7 9127.1 7997.4 200.95 137.58
2008 (p) 1164 9243.4 8079.4 203.01 141.76
2009 (p) 1130.3 8953.8 7823.5 196.58 137.66
2010 (p) 1168.1 9081.5 7913.4 198.84 142.26
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del BCR
151
Anexo 2.4: Cambios en la estructura del producto agropecuario 1990-2010
(porcentajes)
% Otras % Productos
PIB % % Granos % Caña de producciones % % % de la caza y
Años AGROPECUARIO % café oro Algodón básicos azúcar agrícolas Ganadería Avicultura Silvicultura la pesca
1990 821.1 26.55 1.33 19.53 3.57 14.14 17.06 8.9 6.05 2.85
1991 818.8 26.77 0.82 18.84 4.45 14.85 16.08 9.47 6.02 2.71
1992 884.6 27.49 0.83 22.26 4.43 12.9 14.44 9.52 5.54 2.6
1993 861.8 25.49 0.75 22.96 4.65 14.34 13.66 9.29 5.88 2.95
1994 841.3 24.44 0.44 18.86 4.52 16.26 16.03 10.21 5.72 3.52
1995 879.4 23.11 0 20.56 4.3 16.42 16.1 10.48 5.59 3.43
1996 890.4 23.14 0 20.05 4.55 16.97 15.99 10.15 5.64 3.53
1997 893.5 21.59 0 19.1 5.61 17.34 17.22 10.72 5.69 2.74
1998 887.3 19.94 0 17.71 6.49 17.72 17.68 11.61 5.73 3.13
1999 955.3 21.34 0.07 19.51 5.84 16.95 16.8 11.66 5.42 2.4
2000 925.3 18.85 0.13 18.51 5.95 17.84 17.76 12.94 5.65 2.37
2001 900.8 16.65 0.06 18.92 5.96 18.69 18.26 13.08 5.84 2.54
2002 904.4 14.55 0.06 20.19 5.82 18.83 18.43 13.85 5.82 2.47
2003 912.5 13.65 0.05 19.85 5.84 19.12 18.29 14.53 5.91 2.74
2004 938.1 13.09 0.03 20.02 5.89 19.05 18.12 14.95 5.86 2.98
2005
(p) 985.7 12.74 0.11 19.18 5.55 20.74 17.74 14.9 5.74 3.29
2006
(p) 1041.6 11.59 0.07 20.22 4.96 22.45 17.68 14.51 5.67 2.86
2007
(p) 1129.7 11.8 0.02 20.73 4.73 22.82 17.56 13.97 5.52 2.86
2008
(p) 1164 11.64 0 19.75 4.6 24.36 18.26 12.22 6.07 3.08
2009
(p) 1130.3 9.75 0 18.79 4.57 25.59 19.19 12.78 6.32 3.01
2010
(p) 1168.1 12.2 0 16.92 4.7 24.76 19.01 13.23 6.17 3
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del BCR
152
Anexo 2.5: Población ocupada según rama de actividad 2000-2009
Rama de Actividad
Años
Agricultura Industria Construcción Servicios Financiero Otros
2000 475066 410363 112501 748070 83104 1113
2001 495863 400548 123449 806389 93249 1417
2002 436423 399267 125337 815445 90167 9552
2003 415827 405218 147206 835206 99178 1134
2004 430976 377711 145186 849492 91973 693
2005 456535 369161 129387 866308 108217 0
2006 440780 368436 157742 885191 100012 0
2007 381903 389026 146405 879316 114316 441
2008 438988 400890 135249 854203 117020 192
2009 494144 360223 119685 870176 117996 1192
Fuente: Elaboración propia a partir encuestas laborales de la DIGESTYC
Sector/Año 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2004 2005 2006 2007 2008 2009
Nacional 34.6 32.6 43.3 41.9 38.5 40.3 41.4 45.2 44.2 43.3 39.8 40.6 44.3
Urbana 30.9 30.0 31.5 31.9 26.9 28.2 29.7 34.6 32.1 36.9 28.5 31.9 34.0
Rural 39.9 36.5 62.5 58.8 57.9 60.2 61.5 63.8 65.4 54.2 61.7 58.9 64.6
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del PNUD (2008) y PNUD (2010)
153
Anexo2.7: Costo de la canasta básica alimentaria familias mensual y salario mínimo mensual
1995-2009 (dólares)
Costo de la canasta básica
Años Salario mínimo mensual
alimentaria familiar mensual
Urbana Rural Industria Agrícola
1995 126 92 132 61.7
1996 142.8 110 132 61.7
1997 142.7 111 132 61.7
1998 140.6 103.1 144 74.1
1999 135.6 98.3 144 74.1
2000 128.2 98.6 144 74.1
2001 129.1 97.7 144 74.1
2002 127 93.2 144 74.1
2003 126.5 89.9 158.4 74.1
2004 130 96.3 158.4 74.1
2005 136.5 87.5 158.4 74.1
2006 137.8 97.1 174.3 81.6
2007 146.3 110.7 174.3 81.6
2008 171.2 127.9 192 93.6
2009 168 120.9 207.6 97.2
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del PNUD (2008) y PNUD (2010)
154
Anexo 2.9: Ingresos mensuales en concepto de remesas familiares 1991-2010
(millones de dólares)
AÑO MES FLUJO AÑO MES FLUJO AÑO MES FLUJO AÑO MES FLUJO AÑO MES FLUJO
Ene 63.1 Ene 82.1 Ene 106.7 Ene 146 Ene 270.9
Feb 58.4 Feb 74.4 Feb 97.2 Feb 149.1 Feb 269
Mar 67.6 Mar 86.2 Mar 115.5 Mar 170.1 Mar 320.2
Abr 77.8 Abr 76.2 Abr 117.9 Abr 177.4 Abr 310.3
May 77.4 May 98.1 May 119.4 May 186.1 May 338
Jun 67.8 Jun 91.6 Jun 108.6 Jun 178.1 Jun 310
1991
1995
1999
2003
2007
Jul 70 Jul 90.6 Jul 119.1 Jul 175.8 Jul 324.6
Ago 53.5 Ago 93.1 Ago 106.5 Ago 172.8 Ago 312.2
Sept 53.1 Sept 85 Sept 106.4 Sept 180.4 Sept 281.6
Oct 64 Oct 89.1 Oct 113.9 Oct 181.1 Oct 323.8
Nov 64.3 Nov 89.1 Nov 121.5 Nov 174.8 Nov 283.5
Dic 73.1 Dic 105.9 Dic 141.1 Dic 213.6 Dic 351.1
Ene 65 Ene 90.6 Ene 132.1 Ene 171.3 Ene 270.5
Feb 66 Feb 74 Feb 125.9 Feb 170.3 Feb 295.9
Mar 75.6 Mar 89.6 Mar 140.7 Mar 218.4 Mar 338.4
Abr 74.5 Abr 84.6 Abr 121.7 Abr 213.8 Abr 334.4
May 76.3 May 100.9 May 153.4 May 220.5 May 343.6
Jun 75.6 Jun 86.1 Jun 143.6 Jun 212.6 Jun 332.9
1992
1996
2000
2004
2008
Jul 77.7 Jul 105.3 Jul 152 Jul 210.1 Jul 328.8
Ago 62 Ago 96.3 Ago 156.2 Ago 224.4 Ago 299.5
Sept 60.3 Sept 88.2 Sept 142.7 Sept 213.5 Sept 303.1
Oct 65.5 Oct 94 Oct 159.8 Oct 215.9 Oct 303
Nov 70.5 Nov 80 Nov 155.6 Nov 230.6 Nov 262.7
Dic 89.3 Dic 96.9 Dic 167 Dic 246.2 Dic 329.3
Ene 57.7 Ene 89.2 Ene 147.6 Ene 189.7 Ene 248.6
Feb 65.3 Feb 77.8 Feb 147.2 Feb 199.3 Feb 270.9
Mar 81 Mar 84.2 Mar 149.6 Mar 250.4 Mar 309.3
Abr 76.4 Abr 103.3 Abr 139.7 Abr 245.5 Abr 281.8
May 75.6 May 100.9 May 179.1 May 272.2 May 296.3
Jun 71.6 Jun 106.8 Jun 157.8 Jun 250.8 Jun 286.9
1993
1997
2001
2005
2009
155
Ene 69.4 Ene 98.9 Ene 143.4 Ene 237.7 Ene 228.1
Feb 72.9 Feb 86.6 Feb 146.2 Feb 249.8 Feb 263.2
Mar 81.1 Mar 110.2 Mar 157.8 Mar 309.4 Mar 337
Abr 79 Abr 113.1 Abr 174.2 Abr 274 Abr 296.3
May 88.2 May 112.5 May 180.3 May 330.8 May 319.2
Jun 77.1 Jun 111.3 Jun 167.9 Jun 289.8 Jun 294.2
1994
1998
2002
2006
2010
Jul 75.1 Jul 116.2 Jul 162.2 Jul 284.9 Jul 286.8
Ago 86.4 Ago 114.7 Ago 160.1 Ago 293.7 Ago 287
Sept 80.4 Sept 114.2 Sept 150.5 Sept 271.4 Sept 260.5
Oct 73.5 Oct 114.6 Oct 156.5 Oct 301 Oct 269.8
Nov 80.1 Nov 115.1 Nov 160.9 Nov 279.5 Nov 262.7
Dic 99.3 Dic 130.9 Dic 175.2 Dic 348.9 Dic 326.1
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del BCR
156
Anexo 2.11: Clasificación por nivel de ingresos los hogares rurales 1995-2009
(porcentajes)
157
Anexo 2.12: Volumen de producción de café verde, algodón con semilla y caña de
azúcar 1961-2009 (toneladas)
Cultivo Cultivo
AÑOS Algodón Caña de AÑOS Algodón Caña de
Café verde Café verde
con semilla azúcar con semilla azúcar
1961 121300 122500 895900 1985 79902 148810 3455000
1962 166700 98300 1030000 1986 48200 138184 3647000
1963 200900 122700 987700 1987 30406 147890 3405000
1964 207200 123100 1018900 1988 26454 120290 2736000
1965 222400 109200 1366000 1989 24840 121900 2582000
1966 145100 123100 1487500 1990 14158 147200 2956500
1967 107500 144800 1560800 1991 10006 149450 4038000
1968 97100 123800 1508700 1992 9996 175720 4464000
1969 124600 143980 1469000 1993 9703 140576 3762980
1970 129420 129490 1587000 1994 2784 140534 3564310
1971 150955 144624 1991000 1995 4300 139513 3515320
1972 189428 147476 2312000 1996 200 148859 4908510
1973 191537 126500 2440000 1997 0 124239 5169880
1974 223606 159436 2953000 1998 3500 117214 5561050
1975 216262 161415 3166000 1999 4219 160782 5306630
1976 167900 138690 3177000 2000 3172 114087 5140320
1977 198536 147465 3550000 2001 493 112201 4877240
1978 227516 158490 3596000 2002 528 91513 4528170
1979 202759 185625 3321000 2003 204 81157 4531530
1980 186153 184230 2564000 2004 4670 83088 5280400
1981 116932 180000 2263000 2005 3724 87963 4404850
1982 113371 174616 2372000 2006 837 78482 4878040
1983 109020 154560 3016000 2007 47 96355 4956480
1984 77280 163852 3402000 2008 159 89801 5249940
2009 68 76591 5736060
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de FAO STATS
158
Anexo 2.13: Volumen de producción de granos básicos 1961-2009 (toneladas)
Cultivo Cultivo
AÑOS Arroz en Frijoles AÑOS Arroz en Frijoles
Sorgo Maíz Sorgo Maíz
cáscara secos cáscara secos
1961 17882 84430 10479 176300 1985 68890 132608 34555 495380
1962 25634 88300 18352 213900 1986 46938 147512 49680 437000
1963 20637 91300 14462 207077 1987 42069 25953 24564 578496
1964 33077 87743 12378 191611 1988 57270 153304 57040 595985
1965 34875 105611 16546 203006 1989 63719 149486 44574 588538
1966 50427 114680 15462 265914 1990 61691 160623 52670 602609
1967 77847 108100 17486 208840 1991 61438 162881 67234 504289
1968 79616 124209 21270 257550 1992 71962 214153 61948 705585
1969 35682 128069 26287 278967 1993 74474 204590 62141 630130
1970 44231 147186 29877 363078 1994 64639 182017 61378 480654
1971 54846 156400 34500 377200 1995 51106 200992 51138 647280
1972 35632 145820 27402 236782 1996 55292 182017 59105 629961
1973 37237 156400 37476 405520 1997 66055 199678 67507 507650
1974 32094 131100 33681 352751 1998 51377 168613 46603 563095
1975 60720 174800 39643 439245 1999 57364 139454 66484 659760
1976 35701 156363 40024 342429 2000 47204 148942 68163 582676
1977 32800 151100 33743 379738 2001 37720 150529 74934 571471
1978 50807 161814 42918 506947 2002 29098 140763 82648 644363
1979 58245 160310 46521 522767 2003 22515 140963 83484 627980
1980 60720 139881 39000 529368 2004 26519 147631 84300 648045
1981 50130 135713 38264 499919 2005 25984 141384 65110 727607
1982 35420 124200 38180 414000 2006 31011 164007 90742 742067
1983 43240 123147 42241 443118 2007 31540 129120 71181 699416
1984 63337 140480 48576 527230 2008 35218 134230 95255 868259
1985 68890 132608 34555 495380 2009 40188 163698 80110 785965
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de FAO STATS
159
Anexo 2.14: Grado de dependencia alimentaria25 1980-2010
Arroz
AÑOS limpio Frijol Maíz Trigo
1980 10.7 5.2 3.4 101
1981 7.8 3.6 3.6 100
1982 3.5 1.5 7.5 100.1
1983 21.7 0.2 22.5 100
1984 14.4 0 19.1 100
1985 14.8 1.6 3.8 100
1986 5.3 10.7 1.1 100
1987 33.4 4.4 12.4 100
1988 20.7 0.4 7.3 100
1989 18.6 8 16.2 100
1990 10.7 7.7 6.1 100
1991 34.5 5.2 18.3 100
1992 19.3 11.7 10.1 100
1993 35.6 7.4 12.9 100
1994 43.8 21.2 27.5 100
1995 47.6 1.1 27.6 100.6
1996 49.6 6 23.8 101.2
1997 47.8 9.5 44.6 101.2
1998 61.4 15.2 36.6 100.4
1999 50.6 24.3 40.1 100.4
2000 68.1 14.6 46.7 107.4
2001 76.2 21.9 49.9 109.4
2002 85.7 27.5 43.4 116.6
2003 89.1 23 44 110.7
2004 84.2 18.2 45.7 101.3
2005 85.8 31 44.3 100.2
2006 86.9 28.3 49.2 100.3
2007 84.8 20 46.8 100
2008 86.3 25 43.2 100
2009 85.2 27.2 41 100
2010 81.7 25.7 42.6 100
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de CEPAL
25
El grado de dependencia es la proporción de dividir las importaciones entre el consumo aparente. El consumo
aparente es la producción interna neta mas importaciones menos exportaciones.
160
Anexo 2.15: Ayuda alimentaria a El Salvador en cereales (toneladas)
Estados Unidos de Total donantes + Proporción
Año América (Total) EEUU/total
1970 4700 8700 54.02
1971 3000 3000 100.00
1972 3600 3600 100.00
1973 4100 4100 100.00
1974 3800 3800 100.00
1975 4000 4000 100.00
1976 2700 2700 100.00
1977 4900 4900 100.00
1978 7400 9800 75.51
1979 3200 3200 100.00
1980 42123 49503 85.09
1981 125290 129210 96.97
1982 209518 210608 99.48
1983 253728 262915 96.51
1984 181717 193597 93.86
1985 269491 278096 96.91
1986 207820 226567 91.73
1987 138241 177343 77.95
1988 167333 174544 95.87
1989 178885 184004 97.22
1990 142444 149550 95.25
1991 71696 82924 86.46
1992 122829 131269 93.57
1993 79909 80413 99.37
1994 -- 6575 --
1995 6364 13532 47.03
1996 5459 7040 77.54
1997 -- 7989 --
1998 46686 48989 95.30
1999 3500 6788 51.56
2000 1209 8840 13.68
2001 61886 63218 97.89
2002 59033 60870 96.98
2003 7828 11968 65.41
2004 40000 43349 92.27
2005 16792 17689 94.93
2006 15500 18375 84.35
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de FAO STATS
161
ANEXO 3
Insumos Valor
Producción Importaciones Oferta Total
Intermedios Agregado
Efectiva (PE) (I) (OT)
Sectores (II) Bruto (VAB)
1. Café oro 351566 1656925 2008491 0 1934541
2. Algodón 48199 82550 130749 110189 241012
3. Granos básicos 441418 1219142 1660560 322492 2230559
4. Caña de azúcar 129819 222573 352392 0 336140
5. Otras producciones agrícolas 170060 882728 1052788 141589 1876209
6. Ganadería 441524 1065117 1506641 1499 1512837
7. Avicultura 686612 555487 1242099 14159 1390627
8. Silvicultura 10558 377424 387982 12597 541045
9. Prod. de la caza y la pesca 83104 178097 261201 3455 321910
162
Anexo 3.2: Destinos de los recursos agroalimentarios 1990
163
Anexo 3.3: Origen de los recursos agroalimentarios 2006
Insumos Valor
Producción Importaciones Oferta Total
intermedios Agregado
Efectiva (PE) (I) (OT)
Sectores (II) Bruto (VAB)
1. Café oro 30,188 120,727 150,915 278 137,272
2. Algodón 408 694 1,102 36,631 38,788
3. Granos básicos 75,343 210,559 285,902 136,985 474,083
4. Caña de azúcar 30,123 51,669 81,792 - 76,009
5. Otras producciones agrícolas 44,930 233,842 278,772 77,518 602,019
6. Ganadería 76,865 184,170 261,035 2,909 275,782
7. Avicultura 216,040 151,092 367,132 8,975 444,370
8. Silvicultura 1,654 59,107 60,761 4,533 87,928
9. Prod. de la caza y la pesca 29,276 29,778 59,054 11,885 78,635
164
Anexo 3.4: Destino de los recursos agroalimentarios 2006
165
Anexo 3.5: Índices de flujo del Complejo Agroalimentario 1990
Rama Oferente (i) Rama Demandante (j) IFij
Café Oro Otros Prods. Aliment. Elab. 0.558
Algodón Text. Y Art Conf de M. Tex. 0.592
Granos básicos Prod de Molin y Panade. 0.525
Caña de azúcar Azucar 0.825
Otras prod. Agrícolas Tabaco elaborado 0.269
Ganadería Carne y sus productos 0.658
Ganadería Productos lácteos 0.638
Silvicultura Madera y sus productos 0.315
Prod. De la Caza y Pesca Restaurantes y Hoteles 0.337
Prod elab. De la Pesca Restaurantes y Hoteles 0.506
Azúcar Bebidas 0.283
Otros Prods Aliment Elab. Ganadería 0.268
Otros Prods Aliment Elab. Avicultura 0.556
Bebidas Restaurantes y Hoteles 0.550
Text. Y Art Conf de M. Tex. Prendas de Vestir 0.580
Fuente: Arteaga (2006: 37)
166