Durmiendo Con El Enemigo

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Durmiendo con el enemigo

Lc. 22:1-6

¿A qué les suena este título?


Hace muchos años salió una película con ese título, la protagonizó Julia Roberts y se
trataba del maltrato que sufrió una mujer durante sus cuatro años de matrimonio con
un hombre obsesivo y violento. Por ello, la joven decide simular su muerte para
rehacer su vida con otra identidad.

Sin embargo, no vamos a tocar ese tema, aunque creo que también sería muy útil en
nuestros días.

Contexto vr. 1
Esta pequeña explicación muestra claramente que el Dr. Lucas está escribiendo
principalmente para gentiles.

1. Un testigo con autoridad vr. 2-6


¿Dónde estaba Judas cuando Jesús explicó la vida del reino de Dios?
¿Qué les pasó a los oídos de Judas cuando escuchó a Jesús enseñar sobre la bondad de
la autoridad de Dios?
¿Por qué no tomó el último llamado de Jesús a estar atento y a orar para ser
considerado digno? (Lc. 21:36) Judas era uno de los que comía y dormía con el
Señor

Es realmente difícil entender el proceder tan despreciable de sete hombre. Lucas


coloca esta narración precisamente para recordarnos que no por nada Jesús nos pidió
estar alertas.

La manera en que Judas traicionó a Jesús es la siguiente: Jesús tenía enemigos entre
los líderes espirituales y gubernamentales de Israel. Eran enemigos porque las
enseñanzas de Jesús les eran inconvenientes para sus propósitos.

Por un lado, si el pueblo obedecía lo que Jesús enseñaba, entonces, ¿Cómo iba a
ser vista la desobediencia de sus líderes? ¿Cómo iban a aprobar que sus líderes no
vivieran en el reino de Dios?

Por otro lado, si el pueblo vivía en el reino de Dios, ¿cómo podrían ser
participantes de la corrupción de sus líderes?

Los líderes eran enemigos de Jesús y de sus enseñanzas; para silenciarlo necesitaban
matarlo. Y para matarlo necesitaban acusarlo ante las autoridades romanas. Y para
acusarlo necesitaban un acusador. Y ese acusador debía ser alguien dispuesto a
identificarse como uno suficientemente cercano a Jesús como para tener autoridad de
emitir una acusación.
Judas fue ese acusador que se presentó como el testigo con la autoridad para acusar la
autoridad de Jesús. Esa fue su traición.

2. Nuestro enemigo íntimo


En la actualidad la iglesia del Señor está o estará viviendo este mismo problema con
mayor énfasis, estamos durmiendo con el enemigo, y no me refiero a tu esposa, esposo,
hijos, hijas, papá, o mamá, o cualquier otro miembro de la familia, aunque no estamos
exentos de esto según Mt. 10:36-38.

En algunos casos como lo acabamos de leer, algún o algunos miembros de nuestra


familia serán nuestros enemigos directos si no es que ya lo son. Pero esta advertencia
ya la había hecho el Señor unos siglos atrás, y era consecuencia o producto de la
rebeldía y corrupción de Israel. Leamos con detenimiento Mi. 7:1-6

Aquí el Señor compara a la humanidad como un campo que debe dar buenos frutos,
pero ya no los hay, ya no los encuentra. Entonces ¿a dónde nos vamos? ¿qué
hacemos?

3. ¿Qué nos espera? “Un mundo en tinieblas”


Las escrituras nos advierten de esto a nosotros los que pertenecemos al Señor y
queremos vivir una vida piadosa para él; 2ª. Tim. 3:12

Desde el día miércoles en la clase de apocalipsis, que estamos tomando con nuestro
hermano Juan (que por cierto se las recomiendo, está muy interesante) y muy
especialmente el día jueves, en que me llegó un video, el Señor me dirigió a predicar
sobre esto; y es que, en el video, un hermano que es un pastor y expositor serio de la
Palabra, es amenazado y quieren acusarlo y llevarlo a juicio por oponerse a la “ideología
de género”.
Y es que, los verdaderos voceros de la Palabra de Dios, los defensores de la
Palabra fielmente, siempre son y serán rechazados.

Como iglesia somos rechazados y señalados por el mundo, eso se da por sentado, el
mundo nunca va a aplaudir cuando se hable y se exponga la verdad.
Porque el mundo está en tinieblas y aborrece al Señor y su Palabra como en el
tiempo de Jesús.

El punto es que no solamente hay una oposición en el mundo, también dentro de la


propia iglesia evangélica hay oposición.
Existen alas progresistas que están de acuerdo con la línea del estado y lo que dicta el
mundo; y tienen cierto poder y privilegios políticos, sobre todo en el mundo occidental y
están en contra de los pastores y ministerios que no son políticamente correctos, que
levantan la voz y no solo hablan, sino que denuncian las corrupciones y su desacuerdo
con las políticas modernas de legalización del aborto y la ideología de género.

La iglesia y los pastores verdaderos debemos señalar y denunciar que eso esta en
contra de Dios y su Palabra. Debemos seguir predicando la verdad, aunque eso nos
acarree el rechazo y el señalamiento. Aun de algunos ministerios y congregaciones
que si lo aceptan. (Fil. 3:17-20) “A lo bueno llaman malo y a lo malo llaman bueno”

En la actualidad se quieren invertir las cosas y con sus políticas quieren convertir a la
iglesia y los pastores verdaderos en los malos, quieren que seamos percibidos como
gente llena de odio. Según Tácito, el historiador romano, “los cristianos del primer siglo
no fueron condenados (asesinados) por ser cristianos, sino por su odio hacia la
humanidad”.

Hoy, no nos van a perseguir ni condenar por ser cristianos, pues hay libertad religiosa.
Lo que van a hacer es convertirnos en enemigos del estado, diciendo que estamos llenos
de odio y que tenemos un discurso de odio. Por no aceptar y rechazar su famosa
ideología de inclusión y tolerancia a todos.

Hay dos oposiciones en la actualidad, el mundo afuera de la iglesia y el mundo


dentro de la propia iglesia.

Y no es que me sienta como la canción de José Alfredo Jiménez: “Por la lejana montaña,
va cabalgando un jinete, vaga, solito en el mundo y va deseando la muerte”.

No podemos esperar que la vida sea fácil, puesto que somos llamados a proclamar el
evangelio a un mundo que vive en tinieblas y no quiere escucharlo y tenemos que vivir
una vida cristiana entre personas que viven y piensan de manera muy distinta.

Somos ciudadanos del cielo, pero por ahora debemos vivir en como extranjeros en
este mundo (Fil. 3:20; 1ª. Pe. 1:1)

4. Un trono en el cielo
Jesús finalmente fue entregado, enjuiciado y crucificado, el objetivo de Judas se
cumplió. ¡Él, ganó! Hasta aquí parece que todo está terminado, acabado; quisa pensemos
que también eso es lo mismo que nos ocurrirá a nosotros, que nuestro sufrimiento aquí
en la tierra por causa de nuestro (s) enemigo (s) es algo que no acabará. sin embargo.
Apocalipsis presenta una serie de visiones en las que quita el velo para revelarle qué
sucede detrás del escenario de la historia humana.

Estas visiones fueron diseñadas para fortalecer a los creyentes a fin de que
puedan perseverar a pesar a pesar de su sufrimiento. Nos invita a dejar de
fijarnos en nuestra lucha por vivir para Cristo en el mundo presente y fijar
nuestra mirada en el reino, tanto presente como futuro.

A. Ap. 4:2
Justo después de escribir a las iglesias, juan recibe una visión. Sin duda era un gran
alivio para los cristianos que sufrían en el primer siglo. “Dios tiene todo bajo control”.
“Hay un trono en el cielo y no está vacío”.

B. Ap. 5:6-14
Jesús es el rey divino del universo. Él ha sufrido y ha triunfado; y su muerte
garantiza a cuantos sufran por él en la tierra que también triunfarán.
Tal vez no podamos entender todo lo que está sucediendo en el mundo, pero podemos
estar completamente seguros de que tiene todo bajo control. Dios es el Rey.

Conclusión.
Ap. Vr. 13
Hagamos lo mismo que hacen los ancianos; adoremos a Dios aquí en la tierra, aunque
haya momentos en los que parezca lo menos oportuno, y tal vez nos traiga
complicaciones como a este pastor; pero vale la pena.

Solo Dios gobierna y siempre tiene todo bajo control. Él es el rey, aunque muchos
no reconozcan su reino.

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