Jonathan Esteve. La Intensidad Como Eje Del Fitness
Jonathan Esteve. La Intensidad Como Eje Del Fitness
Jonathan Esteve. La Intensidad Como Eje Del Fitness
La presente documentación complementa la exposición del congreso. Por ello no sigue literalmente el
mismo guión, si bien se habla del papel de la intensidad en la programación de ejercicio para la salud. El
planteamiento general es que en población con baja experiencia de entrenamiento no es necesaria una
gran intensidad, especialmente al principio de un programa de ejercicio. En primer lugar por los riesgos
que comporta, y en segundo lugar porque no es necesaria para obtener mejoras. Sin embargo, conforme
aumenta la experiencia gana en protagonismo, en parte debido a la escasez de tiempo habitual en nuestra
sociedad. Esto ocurre especialmente en estas personas recientemente activas que rara vez pasan a dedicar
mucho tiempo al ejercicio cuando no lo habían dedicado anteriormente, y cuya continuidad por tanto está
comprometida. Por ello, inicialmente la intensidad puede ser baja y el objetivo crear un hábito por la
frecuencia de entrenamiento, acumulando volumen de baja intensidad, y posteriormente la intensidad va
ganando protagonismo.
Todo programa de ejercicio viene definido por una “carga externa de entrenamiento”
(definida por volumen, intensidad y densidad) y unos ejercicios o modo de ejercicio con
el que se lleva a cabo. Del mismo modo que un edificio se construye tanto con quienes
diseñan los planos como con quien pone los ladrillos, un programa de ejercicio debe
construirse atendiendo a buscar los óptimos en ambos casos. El edificio que tuviera el
mejor diseño sobre plano pero se construyera con cualquier tipo de material, y/o
colocado de cualquier manera, sería una ruina equivalente a no tener planos y poner los
mejores materiales sobre la marcha sin organización previa.
Del mismo modo un programa de ejercicio es un PROCESO de ENTRENAMIENTO
que debe organizarse como algo SISTEMATIZADO.
La pregunta 2 sería ¿qué necesita este individuo para poder asimilar correctamente esa
dosis “óptima” de ejercicio? Y la respuesta a esta pregunta 2 debe constituir el/los
“objetivo/s específico/s prioritario/s de entrenamiento”, que es por dónde debemos
comenzar el diseño de su programa de intervención. Ahora bien, aún debemos definir
con claridad cómo alcanzamos ese objetivo prioritario específico, es decir, ¿qué
contenidos vamos a seleccionar? para dar respuesta a esas necesidades específicas para
determinada dosis de ejercicio.
Ésta sería la pregunta 3, que dependerá de varias cuestiones muy importantes, y que por
tanto deberíamos definir de esta forma: ¿Qué condicionantes personales, espaciales y
temporales determinarán la selección de contenidos en este individuo concreto para
alcanzar esos objetivos específicos prioritarios? (figura 1).
Figura 1
Esquema de actuación previa al diseño del programa de ejercicio
Necesidades de la Selección de
dosis óptima contenidos
Condicionantes
personales,
espaciales y
temporales
Dentro de los condicionantes personales encontramos por un lado el estado de salud del
individuo, pero también su nivel de aptitud física, sus habilidades motrices,
antecedentes de práctica deportiva, intereses, preferencias y motivaciones. Los
condicionantes espaciales se refieren a las instalaciones deportivas disponibles (incluido
el equipamiento que incluyen), dimensiones, tipo de pavimentos, etc. Y por último, los
condicionantes temporales hacen referencia al tiempo del que dispone el individuo para
dedicar al programa, concretados en número de sesiones a la semana, y tiempo por
sesión.
El concepto fundamental que subyace a esta propuesta de la “ley de las tres preguntas”
es que, para poder asimilar cargas de entrenamiento con potencial de mejora específica
sobre los objetivos del sujeto, antes debemos haber atendido a unos mínimos
“condicionales”, que le permitan adaptarse para poder asimilar esa carga y mejorar. En
la mayor parte de la población hoy en día, este entrenamiento previo, que denominamos
como “mesociclo de adaptación músculo-esquelética”, va a ser una herramienta
indispensable en el proceso de entrenamiento de cualquier individuo sedentario, pues si
no se mueve regularme, su sistema músculo-esquelético se encontrará en una situación
precaria, y la aparición de lesiones por sobreesfuerzo al comenzar un programa de
ejercicio será tan sólo una cuestión de tiempo (y poco). Además, en este mesociclo
previo también será importante desarrollar un programa específico de aprendizaje de la
técnica de ejecución de los ejercicios en los que se basará su posterior programa, pues
también éste es un aspecto importante a tener en cuenta, tanto desde el punto de vista de
la seguridad del participante como de la optimización de las adaptaciones producidas
por el entrenamiento. Paradójicamente, aunque en menor nivel de importancia, no debe
descuidarse el entrenamiento cardiorrespiratorio de baja intensidad, pues es sabido que
la resistencia supone a su vez una base anatómica y fisiológica sobre la que desarrollar
otras cualidades (Verjoshanski 1990). De hecho, la clásica jerarquía “1º énfasis en el
desarrollo de la fuerza, 2º desarrollo de la resistencia” (u otras cualidades) (Kutnetzov
1981) parece de especial seguridad y utilidad tanto en el ámbito del rendimiento como
de la salud.
Figura 2
Diferencias entre el entrenamiento para la salud o para el rendimiento deportivo
(“el entrenamiento NO es uno”)
En este sentido, a partir de la reflexión sobre propuestas tanto clásicas como modernas
como el calentamiento dinámico (ver más adelante), el entrenamiento de transferencias
y la necesidad de no descuidar las pequeñas dosis de contenidos coordinativos,
complementarios o compensatorios, proponemos una estructura de sesión un poco más
allá de la clásica “calentamiento – fase principal – vuelta a la calma” (figura 3).
Figura 3
Propuesta de organización de las fases de una sesión de entrenamiento
(puede que en ocasiones no estén todas las fases)
Fase
Propuesta de Fases Características Objetivo
Tradicional
Estiramientos al mismo tiempo
Estiramientos que se hace una contracción Activar y estirar la unión
Isométricos isométrica moderada del mismo músculo- tendinosa
músculo
Incrementar temperatura
Activación Actividad en un rango de corporal, para favorecer la
Cardiovascular intensidades ligeras elongación muscular y
conducción nerviosa
Ejercicios que al mismo tiempo
Calentamiento se produzca contracción dinámica
de unos músculos, estiramiento
Activar neuromuscularmente
Calentamiento dinámico dinámico (no brusco o
toda la musculatura
progresivamente más rápidos) de
otros, y fijación isométrica de
otros
Ejercicios de preparación Activar neuromuscularmente de
Prehabilitación específica para el tipo de forma específica las acciones de
entrenamiento posterior los contenidos principales
Ejercicios protagonistas de la Desarrollar la cualidad principal
Ejercicio/s Principal/es parte principal de la sesión de la sesión
Fase Principal Ejercicios con acciones motrices Potenciar post-activación de las
Transferencia más específicas hacia los que se acciones específicas del
orientan los principales programa de entrenamiento
Compensar músculos que por el
Ejercicios de músculos
entrenamiento principal o el
antagonistas de los principales de
Compensatorio la sesión o del programa en
programa en general puedan
comprometer el equilibrio
general
músculo-esquelético
Vuelta a la Cardiovascular Actividad cíclica en un rango de
Acelerar la regeneración de la
Calma musculatura y articulaciones por
Regenerativo intensidades muy ligeras
el incremento del flujo sanguíneo
Estiramientos sin o con ayuda y
Estiramientos Estáticos, con opción a combinación de Elongar las musculatura de
Pasivos o FNP tensiones en contra o favor del manera amplia y sostenida
estiramiento
Entrenamiento de Fuerza
Posicionamientos oficiales
Figura 4
Recomendaciones del ACSM (síntesis de pronunciamientos de 2007, 2002, 1998)
Por otra parte, diversos meta-análisis sobre la llamada relación “dosis – respuesta”
(estímulo-adaptación) han mostrado resultados muy interesantes sobre los óptimos en
porcentajes de de trabajo, número de series, y frecuencia semanal (Alvar 2006, Peterson
et al. 2004, Rhea et al. 2003, Rhea et al. 2002). (figura 5). Parece que la asunción de
Carpinelli et al. (2004), originaria de estudios propios previos (Carpinelli et al. 1998) en
el sentido de que una serie es igual de efectiva que varias, en niveles bajos, queda
anulada por estas nuevas evidencias.
Figura 5
Relaciones Dosis-Respuesta halladas en meta-análisis recientes sobre frecuencia,
volumen e intensidad de entrenamiento (adaptado de Peterson et al. 2005)
El “Tamaño del Efecto” (TE) fue calculado para cada una de las variables codificadas (la frecuencia, la intensidad y
el volumen) en cada estudio. Este cálculo se realiza restando a la media de los valores obtenidos en el test final
(PostTM) (tras el periodo de entrenamiento) el valor de la media de los valores del test inicial (X Pre E), dividido por
la desviación estándar obtenida en la evaluación inicial (PreSD). (TE) = (X Post E – X Pre E) / Pre SD).
Algunas recomendaciones del ACSM o la NSCA omiten referencias explícitas a la
importancia de la velocidad, o cuando menos ésta no aparece en un nivel tan destacado
como el de la sobrecarga a emplear. Esto es algo de grave importancia desde el punto de
vista de la programación del entrenamiento, como reconocen otros expertos (Naclerio
2005), pues la intensidad en el entrenamiento de fuerza se compone tanto de la
magnitud de sobrecarga como de la velocidad de ejecución, algo muy claro en el
concepto de “potencia” mecánica (Potencia= Fuerza x Velocidad).
Y aunque hay falta de evidencia para concluirlo (Pereira y Gomes 2003), cada vez más
estudios muestran que posiblemente la intención de generar una velocidad elevada o
máxima produzca los mayores beneficios en el general de poblaciones y
manifestaciones, en niveles de sobrecarga submáximos, y también en el trabajo
excéntrico (Murray et al 2007, Shepstone et al 2005, Farthing y Chilibeck 2003). De
hecho, partiendo de la definición de fuerza (Fuerza= Masa x Aceleración), parece que
muchos se centran casi exclusivamente a pensar mucho en la masa cuando la
aceleración es tanto o más importante. Clásicamente sabemos que la relación inversa
velocidad – fuerza en acciones concéntricas se vuelve una relación directa en las
acciones excéntricas. Y se sabe que muchas acciones donde se producen o pueden
producirse las lesiones se caracterizan por someter a las estructuras a aceleraciones a
veces irreproducibles con el material convencional de entrenamiento de fuerza. Por
tanto, las mejoras en el rendimiento pueden venir precisamente por trabajar y
“ensanchar” ese terreno entre el riesgo y la capacidad individual.
- “Esfuerzos continuos con pausas”, aplicado para la fuerza resistencia con pesos ligeros
a moderados (60-70%) con pausas breves y alrededor del 80% de la potencia máxima
relativa, por tanto no a máxima velocidad
Otras opciones serían hacer una mezcla de los anteriores (cuando se quiere trabajar la
“resistencia a la explosividad”) o los métodos de contrastes entre pesos o de
transferencia de ejercicios.
Figura 6
Comparativa de periodización “no lineal” u “ondulante” vs “lineal”
Cierto es que los demás modelos de periodización son dispares entre sí, pero tienen la
característica común de que centran su atención, ya sea de forma predominante,
selectiva o concentrada sobre una manifestación determinada durante una duración
mínima que va mucho más allá de una sesión, al menos un microciclo o habitualmente
un mesociclo. Esto puede permitir llegar a picos de forma mayores (teóricamente) por
incidir insistentemente en una manifestación. Éstas se ordenan con la jerarquía de la
especificidad, desde el acondicionamiento general previo hacia la fuerza, luego la
potencia, y de ahí hacia la potencia específica (Bompa 1994, Verjoshanski 1990) (figura
6b). Por último, otro tipo de propuesta es la de Julio Tous, basada en la monitorización
lo más frecuente posible del estado del deportista, y según ello compensar unas
cualidades, y mantener o desarrollar otras. Para ello es necesario contar con un mínimo
de tecnología y una organización de grupos reducidos con seguimiento muy estrecho.
Esto dificulta su aplicación masiva, aunque lógicamente sería la mejor aproximación
posible. Es decir, no periodizar, porque se valora el estado del deportista para asimilar
cierto tipo de cargas.
Entrenamiento de Resistencia
Posicionamientos oficiales
En 1995, los CDC (Centros de Control y Prevención de las Enfermedades) junto con el
ACSM, lanzaron la recomendación de caminar 30 minutos o más al día, a moderada
intensidad, la mayoría o todos los días de la semana (Pate et al. 1995).
Figura 7
Recomendaciones del ACSM (síntesis de pronunciamientos de 2007, 2002, 1998)
Los trabajos con poblaciones de diverso nivel de fitness suelen indicar que la intensidad
mínima necesaria varía según el nivel de VO2max inicial, habiendo una gran diferencia
en la respuesta al entrenamiento. Swain y Franklin (2002), indicaron que los sujetos de
más de 40 ml/kg/min necesitan ejercitarse a un mínimo del 70% de la FC máx para
mejorar, mientras que los de nivel inferior con un mínimo de intensidad del 60%, por lo
que mejoran siempre por el mero hecho de ejercitarse.
Si el coste energético total de las actividades es igual, las mejoras serán iguales en
actividades de baja intensidad y larga duración, comparada con alta intensidad y corta
duración. Pero el ejercicio de alta intensidad se asocia con un riesgo cardiovascular
mayor, lesiones ortopédicas y cumplimiento más bajo con el entrenamiento que el
ejercicio de baja intensidad. Por lo tanto, los programas recomendados para adultos han
enfatizado el entrenamiento de baja a moderada intensidad y larga duración (Pate et al.
1995). Si las actividades suponen un transporte del peso corporal o provocan impacto,
debe extremarse la precaución. Esto afecta tanto a personas que llevan tiempo si hacer
ejercicio como personas con sobrepeso o personas mayores. Estas personas requieren de
un acondicionamiento de fuerza previo a iniciar ese tipo de actividades.
Ahora bien, si se tolera, más adelante se debe pasar a realizar ejercicios de mayor
implicación de transporte del peso corporal, o incluso impacto, como subir escaleras o
trotar (Haskell et al. 2007).
La figura 8 describe la relación entre la intensidad relativa del ejercicio, basada en el %
de la FCmáx, el % de la FCR o el % del VO2 de Reserva, y su correspondiente RPE.
Figura 8.
Clasificación de la intensidad de la actividad física,
basada en actividades de 60 min de duración (Adaptado de ACSM, 1998)
Mediana
VO2R (%) Joven edad Mayor Muy mayor
Intensidad FC reserva (%) Máxima FC (%) RPE† (20-39a) (40-64a) (65-79a) (80+a)
Muy suave <20 <35 <10 <2.4 <2.0 <1.6 <1.0
Ligera 20 -39 35-54 10-11 2.4-4.7 2.0-3.9 1.6-3.1 1.1-1.9
Moderada 40 -59 55 -69 12-13 4.8-7.1 4.0-5.9 3.2-4.7 2.0-2.9
Fuerte 60 -84 70 -89 14-16 7.2-10.1 6.0-8.4 4.8-6.7 3.0-4.25
Muy Fuerte >85 >90 17-19 >10.2 >8.5 >6.8 >4.25
Máxima 100 100 20 12.0 10.0 8.0 5.0
Para personas que deben perder peso la ingesta debe ser inferior a las necesidades
(ACSM 2001), y para aquellas que deben controlar su peso el incremento de la
actividad física debe realizarse hasta el punto personal donde se logre el equilibrio
energético (Haskell et al. 2007).
Para ello el ejercicio con las características adecuadas puede desequilibrar la balanza. A
la recomendación general de 150 minutos semanales debe añadirse la necesidad de
“mantener” la reducción de peso, que ha llevado a recomendar más de 200 minutos
semanales, a ser posible 300 . Esto debe permitir alcanzar o superar las 2000 kcal de
ejercicio a la semana, que lleven a una pérdida razonable de 0,5 – 0,9 kg/semana. Pero
recordemos que lo importante no es tanto perder rápido como mantenerlo a largo plazo.
Además es sabido que se puede tener sobrepeso pero tener un riesgo muy inferior a la
persona con sobrepeso pero que no hace ejercicio (el famoso “to be fat but to be fit”).
Se suelen prescribir dietas de 1500 y hasta 1000 o incluso menos Kcal diarias,
reduciendo por debajo del 30% el consumo de grasa. Se sabe por otra parte que puede
haber personas que no respondan bien a estas restricciones.
Clásicamente existe la creencia de que es necesario realizar una intensidad muy baja
para un gasto de grasas más efectivo. En este sentido, es crucial entender que pese a que
el ejercicio más liviano tendrá un mayor aporte porcentual de las grasas, lo importante
realmente es la cantidad total, que será mayor si el ejercicio es de moderada intensidad.
Por ejemplo, para usar el máximo de grasas parece que en población general activa el
punto máximo es alrededor del 74% de la máxima FC (zona entre el 68% y el 79%) y
que a partir del 90% de la FC max desciende mucho la contribución energética de las
grasas al esfuerzo (Achten et al. 2002). En población obesa, o con notable sobrepeso,
parece más efectivo, sin embargo, trabajar entre el 70 y el 55%.
Ya hemos hecho referencia a los diversos modos de ejercicio, pero queremos hacer una
reflexión sobre la ejecución. En primer lugar recordar que la técnica tiene mucho que
ver, en población general, con la eficiencia energética Antes que ello, con la aparición
de lesiones. Por tanto, el modo de ejercicio puede ser en sí adecuado, pero no en la
forma que lo realiza la persona, por lo que no debe darse por hecho que los usuarios “ya
saben” realizar ciertos modos de ejercicio (esto en la natación o en la carrera es
especialmente exagerado).
Frecuencia de
Fase del Semana entrenamiento Intensidad Duración del
Programa (sesiones/semana) (%FC Reserva) ejercicio
Iniciación 1 3 40-50 15-20
2 3-4 40-50 20-25
3 3-4 50-60 20-25
4 3-4 50-60 25-30
(* La intensidad, frecuencia y duración pueden variar dependiendo de los objetivos del programa a largo
plazo).
El profesor Brian Sharkey propuso la progresión de trabajo de la figura 10, para alguien
sedentario. Recomendamos sus propuestas de ejercicio y evaluación para el fitness y el
rendimiento (Sharkey y Gaskill 2006, Sharkey 1997).
Por último, en los últimos años empieza a haber evidencias para justificar las diferencias
en las necesidades de distribución de la intensidad general de los programas en función
del nivel de condición física. Así, parece que para población general o deportistas con
poco tiempo para entrenar, lo mejor es que predomine el entrenamiento “moderado”.
Sin embargo, para deportistas entrenados y con más tiempo para entrenar (desde 5 días
a la semana y un nivel avanzado de condición física), dicha zona de trabajo se ha
llegado a denominar la “zona de no-entrenamiento” (Sharkey y Gaskill 2006) y parece
que se mejora más con el llamado entrenamiento “polarizado”. Esto es, realizar o bien
sesiones ligeras (por debajo del primer umbral fisiológico o el estándar 65-70% de la
FC máx) o bien sesiones intensas (por encima del segundo umbral fisiológico o el
estándar 85-90% de la FC máx) (Esteve-Lanao et al 2007, Seiler y Kjerland 2006,
Esteve-Lanao et al 2005, Fiskestrand y Seiler 2004, Billat et al 2001).
Figura 10
Programas de Sharkey para personas que empiezan a hacer ejercicio de resistencia
(Adaptado de Sharkey 1997)
Frecuencia de
Fase del
Semana entrenamiento Entrenamiento
Programa
(sesiones/semana)
“ROJO”: 1-2 2x5 min caminar vivo r’= 3 min
Días alternos
caminar 3-4 2x8 min caminar vivo r’= 3 min
5 2x10 min caminar vivo r’= 3 min
“BLANCO”: 6 15+10 min caminar vivo r’= 3 min
4
caminar - trotar 7 12x(trotar 10 s + caminar 1 min)
8 12x(trotar 20 s + caminar 1 min)
9 9x(trotar 40 s + caminar 1 min)
10 8x(trotar 1 min + caminar 1 min)
11 6x(trotar 2 min + caminar 1 min)
“AZUL”: 12 4x(trotar 4 min + caminar 1 min)
5
trotar 13 3x(trotar 6 min + caminar 1 min)
14 2x(trotar 8 min + caminar 2 min)
15 2x(trotar 10 min + caminar 2 min)
16 2x(trotar 12 min + caminar 2 min)
1 L: caminar vivo un total de 3-3,5 km
2 M:Intervalos de trote de 400-800m con pausas
“INTERMEDIO”:
3 andando
Trotar-caminar
4 X: Trote Suave 4 a 7 kms
6
5 J: caminar vivo un total de 3-3,5 km
(~250 calorías /
6 V:Intervalos de trote de 400-800m con pausas
sesión)
7 andando
8 S ó D: Trote Suave 4 a 7 kms
(La intensidad en percepción de esfuerzo para caminar suave sería 11-12, para caminar vivo 15-16). Para
trote un punto superior. El programa INTERMEDIO “trotar-caminar” varía progresivamente todas la
semanas, lo aquí mostrado es un resumen. Si una semana se observa muy fácil, se pasa directamente a la
siguiente. Si se pierde continuidad o se ve demasiado fuerte, se pasa a la anterior. La alternancia con
ejercicios sin impacto a modo de “entrenamiento cruzado” sería muy recomendable para incrementar la
carga de entrenamiento, por ejemplo, con 2-3 días de trote moderado y 1-2 de ejercicio ligero en elípticas,
remos, steps, bicicleta, natación (si se domina la técnica, sino considerarla como intensidad “moderada”).
Entrenamiento Concurrente de Fuerza y Resistencia
Nos referimos con este término al objetivo de querer mejorar ambas cualidades durante
un mismo momento de la preparación física. Esto ha suscitado el interés de numerosos
investigadores, especialmente desde 1980 hasta finales de siglo XX. A partir de ahí el
número de estudios publicados ha descendido notablemente, quizá porque se asume que
se empiezan a tener las cosas claras. En este ánimo sintetizador del presente capítulo,
concluiremos que el estado de conocimientos es actualmente el siguiente:
No parece, durante ciertas semanas, haber problema para desarrollar la fuerza en unos
músculos y la resistencia en otros (por ejemplo, tren superior vs tren inferior) (Kraemer
et al. 1995), pero no hay que olvidar que la fatiga general y sobreentrenamiento no-
funcional del organismo pueden darse por dosis no tolerables por el individuo en ese
momento, al margen de la combinación de cualidades más o menos compatibles.
Para el fitness, son muy interesantes las aproximaciones que se derivan del clásico
“circuit training”, al poder modular no solo la intensidad y la orientación hacia fuerza-
resistencia o fuerza explosiva, sino el componente metabólico y por ello desarrollar el
sistema cardiorespiratorio a intensidades entre zona 2 y 3 del modelo trifásico de dos
umbrales. Para ello, aparte de la intensidad y duración de esfuerzo, su densidad y
volumen total por circuito y sesión, la selección de ejercicios es clave. Éstos deben
cumplir con estar de pie, movilizar con resistencia brazos y piernas, realizarse a alta
velocidad, y tener una densidad alta trabajo/pausa (1:1 o inferior).
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