Clase 2 de Profetismo
Clase 2 de Profetismo
Clase 2 de Profetismo
- La ley y el sacerdocio.
- El culto.
- La monarquía.
- La religión de Israel: escatología, doctrina social y moral y el
monoteísmo ético.
Como hemos visto la profecía era un fenómeno carismático en Israel, pero para
entender su significado histórico en la religión israelita es necesario ver la
relación de este fenómeno con las instituciones no carismáticas de Israel.
La Ley y el sacerdocio:
A pesar que Jeremías y Ezequiel eran sacerdotes, se ha mantenido la
convicción que profecía y sacerdocio eran opuestos, al menos en el periodo
preexílico.
En Israel se distinguió siempre entre las funciones del sacerdote y las del
profeta, sin embargo estas funciones algunas veces eran coincidentes.
Ej: En Jeremías 18:18 se habla de la “Ley” (tôrâ) del sacerdote, del consejo
(cēsâ) (con tsade) del sabio y de la palabra (dābār) del profeta.
El Culto:
El problema respecto a la relación de los profetas con el culto israelita surge de
igual forma al anterior con los profetas preexílicos.
Existen afirmaciones por parte de los profetas preexílicos que dejan ver su
oposición radical a los sacrificios de animales, juzgándolos como indignos para
dar culto a Yahvé, posiblemente porque se tratara de algo copiado de los
cananeos. (Am. 5:21-27; Os. 6:6; Jer. 7:21-23; Is. 1:12-17)
Según Oseas el amor y no el sacrificio es lo que manda Dios, dejando ver que
sin amor, no puede haber un verdadero sacrificio.
Isaías muestra que Yahvé rechazaba la oración, junto con los sacrificios, el
incienso, las grandes solemnidades y los días festivos (por causa de la mala
actitud del pueblo)
La actitud profética ante el culto, era la misma que ante cualquier otra cosa: las
formas eran siempre secundarias con respecto a las realidades que significan.
Cuando las formas ya no significan nada, se hacían merecedoras de
condenación.
La monarquía:
Respecto a la monarquía la actitud profética se caracteriza por una
preocupación hacia las realidades espirituales y una falta de interés por las
formas como tales.
La aspiración popular de tener un rey, vió en Saúl al enviado del cielo para
poner fin al lamento de Israel.
El profetismo presidió el paso hacia la monarquía, esa fue la razón para que
Israel la aceptara. (Tiempos anteriores Abimelek quiso ser rey esto desagradó
al pueblo)
De esta forma se nos presenta a Elías que enfrenta a Acab por desobedecer,
quien casándose con una fenicia, esta mujer lo indujo a imitar a los reyes del
oriente y no a los israelitas.
(Seaías contra Roboam, Jehú contra Basa, Isaías contra Acaz o Ezequías,
Jeremías contra los últimos reyes de Judá)
Los profetas nunca negaron la importancia del mesianismo davídico, pero esto
no formó parte de sus ideas dominantes. Ellos reconocían el mesianismo en el
plan salvífico de Yahvé.
¿Cuántas veces leemos en los Evangelios que Jesús así mismo se llamara
“Hijo de David”?
La religión de Israel:
Este es el último aspecto sobre la relación de la profecía con las instituciones
de Israel.
Escatología:
El mesianismo es una faceta de la escatología.
Los profetas creían en la elección de Israel, pero la elección tenía sus propios
riesgos, como la tentación de complacencia por sus ventajas o la
despreocupación acerca de sus fundamentos.
Para los profetas Israel no había sido elegido para su propio provecho, sino
para el servicio de Dios.
Para algún profeta preexílico el día de Yahvé significaba el fin de los pueblos
opuestos al pueblo de Dios.
El mensaje social es parte de las funciones del profeta, ellos actuaban como
conciencia de su pueblo.
Las virtudes que tenía el pueblo como la elección y la alianza eran objeto de
violaciones por parte del pueblo, los profetas daban su mensaje ya conocido,
limitándose a recordarles el llamado a la moral.
Esta insistencia origina un tema que pasa a ser algo muy serio y llega a la
doctrina neotestamentaria del Reino de Dios, y es el tema de “los pobres de
Yahvé” (canāwîm) aquellos que solo por la gracia de Yahvé podrán levantar
cabeza.
Monoteísmo ético:
Se le llama monoteísmo ético al descubrimiento más importante realizado por
los profetas: Que el Dios de Israel tenía una voluntad moral y que solamente se
le podía honrar mediante el cumplimiento de esa voluntad.
La transmisión de los escritos proféticos solo tiene sentido y son aceptados por
el pueblo que reconocía en ellos la palabra de un Dios que era también el Dios
en que ellos creían, a pesar de lo difícil que le era poner en práctica las
palabras que le era comunicada.
Los escritos de los profetas clásicos no son el producto de una secta proscrita,
sino una herencia religiosa de Israel.
Los profetas no iniciaron una política para sustituir las instituciones caducadas
por otras mejores, no actuaron de forma reaccionarias, pero tampoco sugirieron
ningún plan armonizar la vida israelita con los ideales antiguos de Israel.
Los políticos de Judá e Israel trataban de hallar un medio para que sus
pequeños países subsistieran en un mar de potencias políticas.
Los profetas no les daban ninguna esperanza con sus reiteradas condenas por
causa de las alianzas políticas que ellos hacían, las cuales eran vista por los
profetas como una traición al Dios de la alianza de Israel.
Por esta causa los profetas fueron acusados e incomprendidos, como el caso
de Jeremías.
Los profetas no eran moralistas, no políticos, simplemente eran profetas y su
misión era revelar la mente de Dios.