Tesis de Probar El Dolo en Negociacion Incompatible
Tesis de Probar El Dolo en Negociacion Incompatible
Tesis de Probar El Dolo en Negociacion Incompatible
TESIS:
ASESOR:
PRESENTADO POR:
PARA OPTAR
GRADO DE ABOGADO
LAMBAYEQUE, 2018
Tesis denominada “La prueba del dolo en el delito de negociación
incompatible”, presentada para optar el TITULO DE ABOGADO, por:
Rommel Manuel Obregón Fernández
…………………………………… …………………………………….
BACHILLER ASESOR
Rommel Manuel Obregón Fernández José María Balcazar Zelada
APROBADO POR:
……………………………… ………………………………………
PRESIDENTE MIEMBRO
José Ezequiel Chavarry Correa Ricardo Ponte Durango
……………………………………
VOCAL
Lupercio Córdova Romero
pág. 2
DEDICATORIA
A mis hermanas: Ángela Patricia y Cris Korayma, quienes son como mis
hijas.
pág. 3
AGRADECIMIENTO
pág. 4
DISPERSIÓN TEMÁTICA
1. Introducción……………………………………………………….……….14
CAPÍTULO I
ASPECTOS METODOLÓGICOS
1. Realidad problemática……………………………..…………..…..…….16
1.3.1 Justificación……………………………………..…………….......…21
1.3.2. Importancia……………………………………………………….....24
1.4. Objetivos…………………………………………………..…………...…26
1.5. Hipótesis……………………………………………………….…….……27
1.6. Variables………………………………………………………..…………27
pág. 5
1.7.1. Métodos………………………………………………..….……..…27
1.7.3. Instrumentos…………………………………….........................32
CAPÍTULO II
MARCO CONCEPTUAL
Parte I
1. Consideraciones generales…………………….…………….….…...…34
3. Aspecto objetivo……………………………………………….….………53
pág. 6
3.1. Autoría y participación en el delito de negociación
incompatible………………………………..……………..…….………53
3.2. El delito de negociación incompatible como delito especial
propio……………………………………..…………..…….……...……54
3.3. Teoría de infracción del deber …………………………..……….….56
3.4. Teoría de infracción de competencia institucional……………....…58
3.5. Aspectos problemáticos………………………………………………60
3.6 Toma de posición……………………...........................……… 63
4. Comportamientos típicos…………………………………….….………65
5. Aspecto subjetivo…………………………………………………....……79
6. Consumación y tentativa……………………………………….………..81
6.1. Consumación……………………………………........…………….….81
6.2. Tentativa………………………………………………………….….....83
pág. 7
Parte II
1. Introducción………………………………………………….….….……...85
2. La prueba…………………………………………………….…….……….86
2.1. Objeto de la prueba…………………………………….…….……….90
2.2. Los medios de prueba…………………………………….….….…...91
2.3. Etapa de la prueba dentro del proceso penal……………..….…....92
3. Prueba indiciaria……………………………………………..…...….…..96
3.1. Introducción…….……………………………………………..………96
pág. 8
Parte III
1. Introducción………………………………………………..….………..108
2. Imputación subjetiva…………………………..………..….….………111
3. Dolo…………………………………………………………….……..….113
3.1. Concepto tradicional del dolo………………………………..……113
3.2. Discusión sobre el contenido del dolo………………...….….…..115
3.3. El aspecto tradicional de la teoría volitiva…..............................116
3.4. Criterios para determinar el dolo según las teorías volitivas….120
3.5. Defensa de la teoría volitiva…………………………….…….…..124
3.6. Teoría cognoscitiva: una alternativa para probar el dolo…..…..128
4. Toma de posición…………………………………...…………….….….132
4.1. La atribución normativa del dolo…………………………..……...135
4.2. Criterios con los que se podría probar el dolo………………......136
pág. 9
CAPÍTULO III
ANÁLISIS Y RESULTADOS
- Análisis jurisprudencial………………….………………………….……163
1.6. Sala Penal Transitoria R.N.N 4259- 2008- Tumbes…………..……..164
- Análisis jurisprudencial……………………….…………………….……166
1.7. Sala Penal Permanente R.N.N 001352- 2005- Ica…………………...167
- Análisis jurisprudencial…………………………….……………….……169
1.8. Sala Penal Transitoria R.N.N 1298- 2013- Lima……………......…...170
- Análisis jurisprudencial……………………………..…………………….174
1.9. Sala Penal Permanente R.N.N 4766- 2001- Puno……………………175
- Análisis jurisprudencial………………..………………………….………177
1.10. Sala penal permanente, Casación 841- 2015- Ayacucho...……….178
- Análisis jurisprudencial………………………………………………...…187
pág. 10
CONCLUSIONES…………………………………………………………….189
RECOMENDACIONES………………………………………………………192
BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………193
pág. 11
RESUMEN
Así mismo, también realicé un estudio sobre el dolo, donde llegué a concluir
que los elementos esenciales que lo configuran, son aquellos que los
propone la teoría cognitiva. Gracias a ello, pude plantear una serie de
criterios propuestos por el profesor Ragués, con la finalidad de poder
acreditar el dolo en el delito de negociación incompatible, llegando a
utilizarlos mediante un análisis jurisprudencial.
pág. 12
ABSTRAC
Finally, after having completed this analysis I was able to reach the
conclusion that these criteria are valid when use to prove the presence of
fraud in the crime of incompatible negotiation, however, I still open the
debate before the reader.
pág. 13
1. Introducción
pág. 14
en cuenta los trabajos internacionales y la normatividad nacional que
ayudan a conocer los avances realizados con respecto al tema tratado en
la presente tesis.
pág. 15
CAPITULO I
MARCO METODOLÓGICO
1. Realidad problemática
pág. 16
Estado en la que intervienen los funcionarios públicos por razón de su
cargo.
“Por ello, este Supremo Tribunal (sic) estima que el recurrente, como
funcionario de la Municipalidad de Maynas, indebidamente en forma
directa, por haber variado el tenor de su informe sobre el cambio de
producto lácteo (de negativo a positivo) evidenció su interés, en
provecho del Consorcio Kiara-Inducer (…)”.
pág. 17
criterio subjetivo <<dolo del imputado>>, que hubiese asegurado que en
realidad este actuó con conocimiento de que al realizar dichos actos
administrativos no solo estaría incumpliendo normas administrativas, sino
también normas penales.
pág. 18
c) Sala Penal Transitoria, Casación N.° 628- 2017 - Puno
(…)
“Que para la configuración del citado ilícito penal, no basta, la
realización de acciones contrarias a la normativa administrativa que
rige el contrato u operación, sino que es necesario que ese interés
constituya un peligro concreto para el correcto funcionamiento de la
Administración Pública y no como uno de peligro abstracto, que solo
implicaría que se configure la conducta con el solo “interés”, sin tomar
en cuenta el elemento <<en provecho de tercero>> (…)”.
pág. 19
necesario que no solo se utilice la prueba indiciaria para acreditar el
aspecto objetivo del tipo penal; sino que, también se desarrolle criterios
para acreditar el aspecto subjetivo, como es la probanza del dolo.
penal peruano. 2da edición. Palestra editores. Lima, 2003, pág. 516.
4 ROJAS VARGAS, Fidel, Manual operativo de los delitos contra la administración pública,
cometidos por funcionarios públicos. 2a edición. Nomos y Themis, Lima, 2017, pág., 350.
5 CASTILLO ALVA, José. El Delito de Negociación incompatible. Instituto Pacifico, Lima
pág. 20
1.2. Formulación del problema
1.3.1. Justificación
Justificación fáctica.-
pág. 21
De ahí podemos entender que el delito de negociación incompatible,
necesita ser dotado de herramientas necesarias para poder imputarse el
dolo de manera necesaria a aquellos malos funcionarios, que tratan de
evadir las sanciones penales al señalar que solo infringieron normas
administrativas y no penales.
Justificación legal.-
Al respecto podemos señalar que dicha norma penal tiene como verbo
rector el “interesarse”, lo cual, resulta para la praxis procesal un problema
de poder determinar en qué momento el funcionario se interesa de manera
indebida en un contrato u operación con el Estado.
pág. 22
dolo en el delito de negociación incompatible, dando un mayor contenido a
la interpretación de la norma contenida en el artículo N° 399.
Justificación teórica.-
Justificación doctrinaria.-
pág. 23
Por lo que este trabajo justifica investigación en tratar de encontrar la
propuesta por parte de la doctrina que sea la más aceptable para llegar a
acreditar el dolo, para posteriormente, se pueda aplicar dichos criterios que
determinen la acreditación del dolo en el delito de negociación
incompatible.
1.3.2. Importancia
Bajo ese contexto, resulta importante por parte de los investigadores del
Derecho, el de buscar una solución para combatir y sancionar a los sujetos
que se ven involucrados en actos de corrupción. Por lo que el presente
trabajo busca enfocarse dentro del plano de corrupción de funcionarios
públicos, específicamente en el aspecto de las contrataciones públicas, por
lo que el tipo penal del delito de negociación incompatible sería el eje
central e imprescindible de la investigación que se desea realizar.
Por otro lado, cabe resaltar que esta investigación también repercutirá en
otros aspectos de la sociedad, y su difusión y aplicación no hará más que
traer las siguientes consecuencias:
pág. 24
En el aspecto académico. -
En el aspecto teórico. -
Al otorgar los Instrumentos idóneos para aplicar la teoría del caso en las
diferentes situaciones que se presenten para los operadores jurídicos, esta
situación no creará más que seguridad jurídica con respecto a que el
imputado pueda realmente ser sancionado adecuadamente por el Derecho
Penal, sin dejar en la duda, que su actuar no solo infringió normas
administrativas del buen manejo de la administración pública, sino que
también, pueda realmente verificarse que se aplicó de forma correcta la
pena.
pág. 25
En el aspecto social.-
En el aspecto económico. -
1.4. Objetivos:
pág. 26
Establecer los conceptos elementales sobre la estructura del delito
de negociación incompatible y su ámbito doloso.
Desarrollar los criterios que permitan demostrar la actividad dolosa
en el funcionario público a fin de establecer el delito de negociación
incompatible.
1.5. Hipótesis
1.6. Variables
1.7.1. Métodos
El Método Inductivo
pág. 27
Esto supone que, “tras una primera etapa de observación, análisis y
clasificación de los hechos, se logra postular una hipótesis que brinda una
solución al problema planteado. Una forma de llevar a cabo el método
inductivo es proponer, mediante diversas observaciones de los sucesos u
objetos en estado natural, una conclusión que resulte general para todos
los eventos de la misma clase”7.
El Método Deductivo
7Ídem.
8 El método deductivo. En: https://www.significados.com/metodo-deductivo/ Recuperado
el 21 de enero de 2018.
pág. 28
planteamiento del problema, con la finalidad de poder deducir los conceptos
necesarios y generales en torno a todos los elementos que lo compone.
El Método Dialéctico
pág. 29
El Método Histórico
El método exegético
pág. 30
El método dogmático.
Con esto se buscará contrastar ideas, realizar una crítica y sentar una
posición por alguna de ellas; todo esto con el objetivo de poder dar un
mayor argumento a las conclusiones que se pretenden tomar.
Técnicas
Análisis documental
pág. 31
de periódicos confiables, tesis de maestría, informes de investigación
(…)”12.
1.7.3. Instrumentos.
Los instrumentos son los medios auxiliares para recoger y registrar los
datos obtenidos a través de las técnicas.
Lectura
Resulta ser el eje físico más elemental con el que pueda contar para poder
realizar la investigación, puesto que, a través de ello, podemos realizar las
diferentes interpretaciones sobre los diferentes conceptos sobre el estudio
que se pretende realizar.
El resaltado
pág. 32
Fichaje
El internet
13RAMOS NÚÑEZ, Carlos. Cómo hacer una tesis de derecho y no envejecer en el intento.
4ª edición. Gaceta Jurídica, Lima, 2007, pág., 195.
pág. 33
CAPÍTULO II
MARCO CONCEPTUAL
Parte I
1. Consideraciones generales
pág. 34
El delito de negociación incompatible es aquel que se encuentra ubicado
dentro del Código Penal, específicamente en la sección IV de los delitos de
corrupción de funcionarios.15 Sin embargo, el doctor Castillo Alva16, señala
que este delito debe tener una ubicación sistemática distinta17, junto con
los delitos de colusión, patrocinio ilegal y otras figuras delictivas que forman
parte del catálogo de delitos que comprende la afectación en los procesos
de contratación estatal.
En ese sentido, coincido con dichos autores sobre el hecho que los
principales objetivos de la presente tesis es buscar una mejor solución a
los principales problemas que existe en las contrataciones estatales y las
afectaciones a su correcto funcionamiento, por lo que ubicar el delito de
negociación incompatible dentro de este tipo de delitos podría mejorar su
tratamiento penal.
pág. 35
se exige la acreditación de fraude entre los agentes públicos y los
particulares, y, la producción de un perjuicio efectivo al Estado. En esa
misma referencia, también coincide el doctor James Reátegui 20 al señalar
que algunos autores manifiestan que el delito de negociación incompatible
rompe con todas las garantías del Derecho Penal de mínima intervención21.
pág. 36
Ahora bien, si partimos desde la teoría de bien jurídico, podemos señalar
que este concepto surge en los comienzos del siglo XIX de la mano del
pensamiento ilustrado como un límite al legislador a la hora de criminalizar
conductas22. A partir de ahí, se comenzó a establecer que sólo sería
legítima aquella norma destinada a proteger bienes jurídicos. Ello descarta
la posibilidad de cualquier tipo de sanción respecto de pensamientos o
comportamientos que no dañen a otro. Esto una idea que tiende a la
reducción del Derecho penal23.
pág. 37
de la relación entre personas, es decir, el derecho como espíritu
normativo, en un objeto físico? (…)24”
Por otro lado, el profesor Gunter Jakobs también hace una crítica hacia los
bienes jurídicos desde la perspectiva de los “deberes en instituciones
especiales”, donde para la presente tesis resulta de importancia, puesto
que el autor señala que cuando ocurre delitos cometidos por funcionarios
públicos no estaría ocurriendo una lesión a un bien jurídico determinado,
sino que más bien lo que realmente ocurriría es que está incumpliendo su
rol en la sociedad:
(…)
“Como funcionario, padre, madre, tutor, administrador de bienes, etc.,
tiene el cometido de realizar una institución, y por ello la denominación
de lesión de un bien jurídico es completamente inadecuada para tales
infracciones de deber. Un policía que da una paliza a un ciudadano
lesiona la salud de su víctima; esto se puede denominar, ciertamente,
lesión de un bien jurídico. Pero la infracción de su rol específicamente
como policía no queda designado de este modo, en todo caso, no de
manera adecuada; materialmente se trata de una infracción del deber
especial de participar en la realización de una policía íntegra (…)25”
pág. 38
cargo su creación. Claro ejemplo, que nos señala es sobre el Juez que
comete el delito de prevaricato:
(…)
Ahora bien, desde mi criterio, coincido con la posición del Doctor Gunter
Jakobs en el sentido de que el Derecho Penal no siempre protege a los
bienes jurídicos; sin embargo, esto no sustentaría su tesis sobre la teoría
de la “vigencia de la norma” propuesta por este autor; si no que más
bien, esto sucede por el carácter de “última ratio” del Derecho Penal que
no protege todo tipo de bien jurídico, ya que si existe otros instrumentos
pág. 39
de igual satisfacción para poder proteger estos bienes jurídicos no es
de necesidad tener que utilizar el Derecho Penal26.
básicas desde la óptica de la discusión actual”. En: Revista Lecciones y Ensayos Nº 86.
Universidad de Argentina, Argentina, 2009, pág. 18. Disponible en:
http://www.derecho.uba.ar/publicaci,es/lye/revistas/86/07-ensayo-kierszenbaum.pdf
pág. 40
2. Bien jurídicamente protegido
Así las cosas, en primer lugar, me referiré al concepto sobre el bien jurídico,
que nos servirá para enmarcarnos sobre dicho objeto de protección penal
dentro del delito de negociación incompatible.
Por otro lado, el Dr. Muñoz Conde nos señala que “(…) La autorrealización
humana necesita de unos presupuestos existenciales que, en tanto son de
utilidad para el hombre, se denominan "bienes" y, concretamente, en tanto
son objeto de protección por el derecho, "bienes jurídicos". Siendo estos
presupuestos que la persona necesita para la autorrealización en la vida
social”29·.
28 BACIGALUPO, Enrique. Manual del Derecho Penal, Parte General. Edit. Temis, Bogotá,
1996, pág. 9.
29 MUÑOZ CONDE, Francisco. Introducción al Derecho Penal. 2ª edición. Editorial B de F,
pág. 41
El doctor Raúl Zaffaroni30, nos da una perspectiva más clara desde el
ámbito constitucional, donde nos manifiesta (en referencia a bienes
jurídicos) que: “(…) éstos son creados por la Constitución, el derecho
internacional y el resto de la legislación. En esos ámbitos se trata de bienes
jurídicos tutelados (por la respectiva norma que lo manifiesta (…)”
En ese mismo sentido el doctor Claus Roxin, también nos habla sobre
bienes jurídicos desde una perspectiva constitucional, cuando nos señala
que bienes jurídicos son: “(…) circunstancias dadas o finalidades
constitucionales que son útiles para el individuo y su libre desarrollo en el
marco de un sistema social global estructurado sobre la base de esa
concepción de los fines o para el funcionamiento del propio sistema” 31.
Ahora bien, dada estas apreciaciones puedo dar una noción general que
nos pueda ayudar a tener un concepto claro, para poder señalar que bien
jurídico son aquellos bienes o valores que son útiles para la convivencia
social, y el desarrollo del hombre en su entorno social. En ese sentido,
dichos bienes apuntas a fines constitucionales, y del derecho internacional,
pero que pueden ser cambiados conforme evoluciona la sociedad. Cabe
señalar que estos bienes deben ser de utilidad para la sociedad, puesto
que no se puede dar valor a bienes jurídicos que no tienen importancia (por
ejemplo, la moralidad) y que no vulneran derechos alguno de otras
personas.
por Diego-Manuel Luzón Peña, Miguel Díaz y García Conlledo y Javier de Vicente
Remesal. Editorial Civitas S.A, Madrid, 1997, pág. 55.
pág. 42
2.1 El bien jurídico protegido en los delitos contra la administración
pública
“(…)
32 MORI GUIMARAY, Erick; NOVOA CURICH, Yvana; TORRES PACHAS, David. Manual
Sobre Delitos Contra La Administración Pública. 1a edición. Instituto de Democracia y
Derechos Humanos de la Pontificia Universidad Católica del Perú (IDEHPUCP), Lima,
diciembre, 2015, pág, 36. Disponible en: http://idehpucp.pucp.edu.pe/wp-
content/uploads/2016/04/Manual-sobre-Delitos-contra-la-Administraci%C3%B3n-
P%C3%BAblica.pdf
pág. 43
Así, debemos entender que el bien jurídico protegido en los delitos contra
la administración pública es el “correcto y regular funcionamiento de la
administración pública” debe ser entendido como la objetiva, legal y
prestacional administración o gestión del conjunto de bienes y servicios que
el Estado utiliza para el cumplimiento de sus fines constitucionales33
33 Ídem. Cabe señalar que dicha posición también es compartida por el Dr. Salinas Siccha
al señalar que: Se busca proteger penalmente el normal, correcto y transparente
desenvolvimiento o desempeño de la administración pública, orientada siempre al logro
de su fin último cual es el bien común. Ver en: SALINAS SICCHA, Ramiro. Delitos contra
la administración pública. 3a edición. Grijley, Lima, 2014, pág. 5.
pág. 44
2.2 El bien jurídico protegido dentro del delito de negociación
incompatible
34 GRECO, L., “Existem criterios para a postulacao de bens jurídicos colectivos”, en:
Revista de concorrência e regulação, Ano II, Números 7/8, Año II, julio – diciembre, 2012,
pág. 350. Citado por DIAZ CASTILLO, Ingrid. El tipo de injusto de los delitos de colusión y
negociación incompatible en el ordenamiento jurídico peruano. Tesis para obtener el grado
de Doctor. Universidad de Salamanca. Salamanca, 2016, pág. 146. Disponible en:
https://gredos.usal.es/jspui/bitstream/10366/131865/1/DDPG_DiazCastilloI_Tipoinjustode
litoscolusion.pdf
pág. 45
colectivos se empieza a gestar la diferencia entre el llamado Derecho Penal
clásico y el Derecho Penal moderno35.
Así las cosas, podemos señalar que los bienes jurídicos que protegen las
normas referidas a los delitos contra la administración pública, también son
bienes jurídicos colectivos, ya que reflejan un interés en común de toda la
sociedad para proteger el buen manejo de la administración pública en
beneficio de la sociedad.
Sin embargo, existe en la actualidad una crítica hacia los bienes jurídicos
colectivos, puesto de que se señala que estos no deberían ser protegidos
por el Derecho Penal, ya que son un adelantamiento a las normas
punitivas, por ejemplo, si hablamos de delitos contra la administración
pública, puede que las infracciones cometidas por funcionarios públicos no
deben ser sancionables penalmente puesto que de esto se encarga el
Derecho Administrativo, esta cuestión también es señalada por el profesor
Elky Villegas, cuando nos manifiesta que:
(…)
pág. 46
Precisa el profesor, de que la protección a los bienes jurídicos colectivos es
criticada por la doctrina, ya que son excesivamente vagos y ambiguos, y
difíciles de conceptualizar37. Dicho problema sobre penalizar los bienes
jurídicos colectivos por ser términos muy amplios y ambiguos sucede
también con el delito de negociación incompatible, como lo señalado por el
doctor Soto Mayor Acosta38, quien critica severamente a las sanciones
penales que ocurren en los delitos contra la administración pública:
En ese sentido, podemos verificar que existe una severa crítica a los bienes
jurídicos colectivos, puesto de que resultan siendo ambiguos y vagos,
además que, como ocurre en los delitos contra la administración pública en
pág. 47
la mayoría de los casos también estarían vulnerando el principio de
lesividad y de mínima intervención del derecho penal, por lo que se debe
determinar si realmente debe haber una necesidad de una pena en los
bienes jurídicos colectivos.
pág. 48
Así las cosas, si verificamos el caso en concreto en el delito de negociación
incompatible, es necesario establecer cuál es el verdadero concepto de
bien jurídico que en realidad se está protegiendo puesto que en la
actualidad existe mucha confusión al respecto.
En ese sentido, el doctor Fidel Rojas Vargas al mencionar que: “el bien
jurídico específico afectado por el comportamiento del sujeto público
vinculado, es la imparcialidad41 y objetividad (profesionalismo) que exige
el desempeño funcional (…)42”
Por su parte el doctor Abanto Vásquez, nos señala el bien jurídico protegido
es: “(…) El correcto funcionamiento de la administración pública a través
de la violación de la imparcialidad43 que debe guiar sus actuaciones
cuando tenga en un contrato u operación económica representando
intereses de la administración pública44”.
41 El subrayado es nuestro.
42 ROJAS VARGAS, Fidel, Manual operativo de los delitos contra la administración pública,
cometidos por funcionarios públicos. 2a edición. Nomos y Themis, Lima, 2017, pag. 349.
43 El subrayado es nuestro.
44 ABANTO VASQUEZ, Manuel. Los delitos contra la administración pública en el código
penal peruano. 2da edición. Palestra editores. Lima, 2003, pág. 506.
pág. 49
En esa misma línea, el doctor Guimaray Mori, nos señala que:
(…)
“El bien jurídico genérico de los delitos de corrupción definido
anteriormente es el correcto o normal45 funcionamiento de la
administración pública. Pero el bien jurídico específicamente protegido
en el delito de negociación incompatible es la objetividad o imparcialidad
de la actuación del funcionario en el marco de contratos u operaciones
económicas en las que participe el Estado (…)”46.
45 El subrayado es nuestro.
46 GUIMARAY MORI, Erick. “Apuntes de tipicidad en torno al delito de negociación
incompatible”. En: Boletín Informativo Mensual, N° 39, pág. 11. Disponible en:
http://idehpucp.pucp.edu.pe/wp-content/uploads/2012/07/BOLETIN-JULIO.pdf
47 El subrayado es nuestro.
48 Sentencia de fecha 8 de febrero de 2013, en el expediente 00183-2011-4-1826-JR-PE-
Transitoria.
pág. 50
embargo, son dos palabras que mayormente se repiten y son las he
venido subrayando. Estos dos conceptos son: el “normal” e “imparcial”
funcionamiento en la Administración Pública, dichas palabras han sido
consideradas por la doctrina y jurisprudencia de forma mayoritaria.
pág. 51
“(…) El bien jurídico protegido en el delito de negociación
incompatible es la transparencia en los procesos de contratación
estatal, en las operaciones y la exclusiva promoción de los intereses
públicos con la que debe actuar un funcionario público en la
realización de los actos propios de su cargo cada vez que intervienen
en los contratos en nombre y/o representación del Estado (…)”
Considero que este concepto sobre bien jurídico debe ser el más
adecuado, salvo que, el lector tenga una apreciación distinta que pueda
darle un contenido diverso; sin embargo, puedo señalar que a fin de
poder darle una correcta protección a dicho bien jurídico utilizando
términos como “transparencia”, “exclusiva promoción de los intereses
públicos” podría darse una adecuada persecución penal de aquellos
funcionarios que bajo la opacidad de un bien jurídico con conceptos
vagos o ambiguos se escude y quede impune de sus actos que afectan
el correcto funcionamiento de la administración pública, y más aún, si
tenemos en cuenta el contexto actual en el que nos encontramos, donde
la corrupción de funcionarios está fuertemente incrustado en las
instituciones del Estado, y su persecutoriedad ha venido en total fracaso.
pág. 52
3. Aspecto objetivo
Ahora bien, según la principal teoría que explica cuándo surge la autoría
y participación en un hecho delictivo (teoría del dominio del hecho)52, autor
es aquel quien se presenta como señor de un hecho: <<autor es el señor
del hecho, donde él es señor sobre la decisión y su ejecución; quien lo
instiga o colabora con él, participa ciertamente en el hecho, pero no es
señor sobre el hecho>>53; sin embargo, para el presente delito bajo
principal dominado por el autor o los coautores. La participación, según el aporte del
partícipe, se divide en primaria y secundaria. La primera se configura cuando el partícipe
dolosamente presta auxilio para la realización del hecho punible por parte del autor, sin el
cual no se hubiese realizado. Ver: SALINAS SICCHA, Ramiro. Delitos contra la
administración pública: La teoría de infracción del deber en la jurisprudencia peruana. s/d.
pág. 53
análisis, podemos advertir que este se encuentra ubicado dentro de un
delito especial, y merece un tratamiento distinto.
Es necesario señalar que los delitos comunes son aquellos que pueden ser
cometidos por cualquier tipo de persona, sin la necesidad de tener alguna
cualidad para poder realizar el tipo penal54, como, por ejemplo, el delito de
Hurto, art. 185 del C.P.
Por otro lado, también existe la categoría de los delitos especiales, donde
no todo sujeto puede ser considerado autor de un determinado delito, sino,
solo aquellos que reúnen la condición especial exigida por el tipo penal, es
decir, se trataría de sujetos que se encuentran obligados institucionalmente
al cuidado del bien jurídico55. Se presenta entonces, como aquellos delitos
donde no todo tipo de personas puede cometer este tipo de delitos, ya que
la norma penal exige que el autor reúna ciertos requisitos para que se
pueda tomar en cuenta como autor de determinado tipo penal.
Disponible en:
http://www.mpfn.gob.pe/escuela/contenido/actividades/docs/3036_2._int._d._adm._public
a.pdf
54 En los tradicionalmente denominados “delitos comunes” (y que nosotros titulamos como:
investigación aplicable al derecho penal de los negocios, Madrid: Marcial Pons, 2007, p.
36. Citado por: ARISMENDIZ AMAYA, Eliu. “La intervención del extranei en los delitos
especiales e infracción de deber. A propósito de la Casación N.° 782-2015-Del Santa".
Actualidad Penal Nº 29, Lima, noviembre de 2016, pág. 79.
pág. 54
En ese sentido, si hablamos de delitos especiales, también es necesario
señalar que estos se dividen en delitos especiales propios y delitos
especiales impropios, los cuales podemos determinarlos de la siguiente
manera:
pág. 55
3.3 Teoría de infracción de deber
Teoría desarrollada por el profesor Claus Roxin, para poder dar solución a
la problemática con respecto a la autoría y participación en los delitos
especiales. El profesor Claus Roxin formuló esta teoría en su célebre
trabajo doctoral publicado en 1963, bajo el título "Autoría y dominio del
hecho"59.
En dicho trabajo, el profesor postuló que “son tipos penales en los que la
autoría se caracteriza por el hecho de que alguien se aprovecha de, o
incumple un deber emanado de su papel social, realizando así una lesión
típica de un bien jurídico”, siendo irrelevante si este tenía o no dominio del
hecho en cualquiera de las formas de autoría enumeradas líneas arriba 60,
siendo el elemento básico en la autoría de estos delitos la infracción de un
deber especial61.
Pons, Madrid, 2016, pág. 724. Citado por: ALAS ROJAS, Diana Leonor. “Determinación
de los grados de intervención delictiva en los delitos de infracción del deber. Comentario
a propósito del Acuerdo Plenario Nº 003-2016/CJ-116”. En: Diálogo con la Jurisprudencia.
Nº 230, Gaceta Jurídica, Lima, noviembre de 2017, pág. 59.
62 ABANTO VASQUEZ, Manuel. “Autoría y participación y la teoría de los delitos de
infracción del deber”. En: Revista Penal, nº 14, Julio 2004, pág. 3-23. Disponible en:
http://www.cienciaspenales.net/files/2016/07/9.1abanto-vasquez.pdf
pág. 56
durante la ejecución de los hechos)- con el intraneus, será partícipe de este
tipo de delitos”.
“El intraneus sería autor del delito pues habría infringido dolosamente su
deber; los que hayan colaborado con él pero no tengan la cualidad
específica exigida por el tipo serían siempre partícipes del mismo delito. Y
todo ello sin importar quién haya tenido, durante la ejecución del delito, el
"dominio del hecho"63
Señala el doctor Caro John64, que el profesor Claus Roxin cita como
ejemplos de esta categoría “a los deberes públicos de funcionarios, los
deberes de ciertas profesiones que imponen un mandato de cuidado, las
obligaciones jurídico-civiles de alimentos y de lealtad. En todos estos
delitos el obligado tiene una especial relación con el contenido del injusto,
el deber que porta lo convierte en «figura central» del suceso de la acción”.
63 Ídem
64 CARO JOHN, José. Algunas consideraciones sobre el delito de infracción del deber.
Universidad de Friburgo, Suiza, 2003, pág. 4 Disponible en:
https://www.unifr.ch/ddp1/derechopenal/anuario/an_2003_06.pdf
pág. 57
3.4. Teoría de infracción de competencia institucional
Otra teoría que explica los delitos de infracción del deber es la esbozada
por el profesor Günter Jakobs, quien clasifica a los delitos en base a la
responsabilidad del autor, que puede ser de competencia organizacional y
de infracción del deber (competencia institucional)65
Se puede llegar a hacer una comparación con la teoría del doctor Claus
Roxin al señalar, según lo dicho por la Dra. Alas Rojas, Diana66, “que los
delitos de competencia organizacional se corresponden con los delitos de
dominio del hecho de Roxin, y los delitos de competencia institucional
constituyen los delitos de infracción de deber. Según Jakobs, <<las dos
clases de delitos responden a dos fundamentos diferentes de la
responsabilidad o imputación, por tanto, junto a la responsabilidad por una
organización defectuosa que, en definitiva, se corresponde con los clásicos
delitos de dominio del hecho, aparece también una responsabilidad por la
lesión de deberes de comportamiento solidario en favor de un determinado
bien jurídico67>>”.
Señala el Dr. Caro John que, “cuando Jakobs habla de que el primer
fundamento de la responsabilidad (competencia organizacional) se
relaciona con los deberes generales de actuación, se está refiriendo al
hecho de que cada persona, por ser persona, está obligada a cumplir
explica mediante el criterio del ámbito de competencia del autor. Según esto, la persona
vive inmersa en un mundo regido por normas donde debe satisfacer una diversidad de
deberes que van dando forma a una competencia personal. La infracción de aquellos
deberes mediante la incorrecta administración del ámbito de competencia personal
fundamenta precisamente su responsabilidad jurídico-penal. Ver en: CARO JOHN, José.
Algunas consideraciones sobre el delito de infracción del deber. Universidad de Friburgo,
Suiza, 2003, pág. 4 Disponible en:
https://www.unifr.ch/ddp1/derechopenal/anuario/an_2003_06.pdf
pág. 58
deberes generales que incumben a todos en igualdad de condiciones,
siendo el deber más general”68; es decir, que cuando una persona convive
dentro de una sociedad esta debe cumplir aquellas normas de convivencia
social, posibilitado para sí y para los demás una coexistencia en armonía.
Por otro lado, también señala el doctor Caro John69, que el segundo
fundamento de la responsabilidad (competencia institucional) viene dado
por “la inobservancia de deberes especiales, esto es, deberes en virtud de
competencia institucional a los que pertenecen los delitos de infracción de
deber. Estos deberes, a diferencia de lo anterior, no tienen que ver con la
violación de los límites generales de la libertad, sino con la inobservancia
de los límites trazados por un estatus especial. Un estatus especial
como el de padre, policía o juez fija una determinada forma de
comportarse, pues en el fondo existe un deber de corte institucional70
que convierte a la persona en un obligado especial”. Como, por ejemplo, el
deber de un funcionario público, el de un padre al cuidado de su hijo, el de
un médico al cuidado de un paciente.
68 Ídem
69 Ibídem, pág.5.
70 El resaltado es nuestro.
71 ALAS ROJAS, Diana Leonor. “Determinación de los grados de intervención delictiva en
los delitos de infracción del deber. Comentario a propósito del Acuerdo Plenario Nº 003-
2016/CJ-116”. En: Diálogo con la Jurisprudencia. Nº 230, Gaceta Jurídica, Lima,
noviembre de 2017, pág.60.
pág. 59
hayan realizado algún aporte para la perpetración del ilícito, es decir queda
impune la conducta de estos últimos.
Dicho esto, puedo llegar a la una discusión con respecto a qué tipo de
posición se debe tener tomar a fin de establecer la intervención delictual en
los delitos especiales.
Por este motivo, es que se han creado dos teorías que tratan de explicar
la responsabilidad del partícipe. Una de ellas es la teoría de unidad de
título de imputación y la otra es la teoría de ruptura de título de imputación,
las cuales pasaré a determinar de la siguiente manera:
pág. 60
que comete el delito de negociación incompatible intranei con la
participación delictiva de algún postor extranei, dicho postor será partícipe
del delito de negociación incompatible, pese a que no sea un sujeto activo
con las características que determinan el delito de negociación
incompatible.
“El fundamento de punición reside aquí, como en todos los demás tipos
(de dominio), en la lesión del bien jurídico; si fuera de otro modo, no
podría haber en absoluto partícipes no cualificados74”
73 El subrayado es nuestro.
74 ROXIN, Claus. Autoría y dominio del hecho en Derecho Penal. 9a edición. Marcial Pons,
Madrid, 2016, pág. 360.Citado por ALAS ROJAS, Diana Leonor. “Determinación de los
grados de intervención delictiva en los delitos de infracción del deber. Comentario a
propósito del Acuerdo Plenario Nº 003-2016/CJ-116”. En: Diálogo con la Jurisprudencia.
Nº 230, Gaceta Jurídica, Lima, noviembre de 2017, pág.61.
75 Ver página 32.
76 ALAS ROJAS, Diana Leonor. “Determinación de los grados de intervención delictiva en
los delitos de infracción del deber. Comentario a propósito del Acuerdo Plenario Nº 003-
2016/CJ-116”. En: Diálogo con la Jurisprudencia. Nº 230, Gaceta Jurídica, Lima,
noviembre de 2017, pág.61.
pág. 61
b. Teoría de ruptura del título de imputación
77 ARISMENDIZ AMAYA, Eliu. “La intervención del extranei en los delitos especiales e
infracción de deber. A propósito de la Casación N.° 782-2015-Del Santa”. Actualidad
Penal. Nº 29, Lima, noviembre de 2016, pág. 87.
78 ALAS ROJAS, Diana Leonor. “Determinación de los grados de intervención delictiva en
los delitos de infracción del deber. Comentario a propósito del Acuerdo Plenario Nº 003-
2016/CJ-116”. En: Diálogo con la Jurisprudencia”. Nº 230, Gaceta Jurídica, Lima,
noviembre de 2017, pág.62.
pág. 62
3.6. Toma de posición
79 Sin embargo, es necesario resaltar la diferencia que existe entre delitos especiales y
delitos de infracción del deber, donde la clasificación relativa a los delitos especiales versa
sobre el aspecto formal de la cualidad exigida al autor, descrita previamente en un tipo
penal como exigencia para su configuración, y la clasificación como delito de infracción
gira en torno al vínculo existente entre el sujeto cualificado y el deber jurídico especial que
deriva de su rol social, distinto al resto de ciudadanos. Ver: ALAS ROJAS, Diana Leonor.
“Determinación de los grados de intervención delictiva en los delitos de infracción del
deber. Comentario a propósito del Acuerdo Plenario Nº 003-2016/CJ-116”. En: Diálogo
con la Jurisprudencia. Nº 230, Gaceta Jurídica, Lima, noviembre de 2017, pág. 58.
80 El Acuerdo Plenario Nº 03-2016/CJ-116 está orientado a interpretar y desarrollar con
mayor amplitud el contenido vigente del artículo que prevé la participación del extraneus
en los delitos de infracción de deber, analizando en concreto el caso del delito de
enriquecimiento ilícito, como respuesta quizá a los argumentos esgrimidos en la Casación
Nº 852-2015-Arequipa. Ver en: ALAS ROJAS, Diana Leonor. Determinación de los grados
de intervención delictiva en los delitos de infracción del deber. Comentario a propósito del
Acuerdo Plenario Nº 003-2016/CJ-116. Diálogo con la jurisprudencia. Nº 230, Lima,
noviembre de 2017.
81 Promulgado por el Decreto Legislativo N° 135, y que fue publicado en El Peruano el 07
de enero de 2017.
pág. 63
se debe establecer que para este tipo de delitos especiales se debe utilizar
la teoría de unidad de título de imputación.
82MORI GUIMARAY, Erick; NOVOA CURICH, Yvana; TORRES PACHAS, David. Manual
Sobre Delitos Contra La Administración Pública. 1a edición. Instituto de Democracia y
Derechos Humanos de la Pontificia Universidad Católica del Perú (IDEHPUCP), Lima,
diciembre, 2015, pág. 135. Disponible en: http://idehpucp.pucp.edu.pe/wp-
content/uploads/2016/04/Manual-sobre-Delitos-contra-la-Administraci%C3%B3n-
P%C3%BAblica.pdf
pág. 64
4. Comportamientos típicos
El contenido del verbo rector del delito no ha sido definido con exactitud y
no ha seguido un criterio único. Por el contrario, con el desarrollo
jurisprudencial realizado, este comprende conductas tan generales como
pág. 65
la de importar algo; tener un interés distinto al de la Administración;
gestionar actos que difieren con el deber encomendado al funcionario
público; o realizar conductas que supongan un interés privado sobre el
interés público85.
pág. 66
El interés indebido se puede determinar no solo cuando se persigue un
fin privado del titular de la competencia, sino en el evento en que “es
posible constatar la existencia de una divergencia entre los fines
realmente perseguidos y los que, según la norma aplicable deberían
orientar la decisión administrativa”88.
Por otro lado, el Dr. Castillo Alva90, nos da unas importantes pautas a fin
de poder determinar cuándo existiría algún interés indebido:
pág. 67
requerimiento, eligiendo al proveedor de acuerdo a la cotización que
presentaba y dar el visto bueno para que la propuesta sea elevada a
sus superiores jerárquicos. En estos casos el autor interviene en las
tratativas y a través de otros actos, condicionando interesadamente
la voluntad negocial de la administración.
pág. 68
Por otro lado, el Dr. Castillo Alva, también nos señala que es necesario
plantear la necesidad de aplicar las reglas de imputación objetiva,
verificando que el acto externo del funcionario público que se interesa por
el contrato u operación no solo se produzca en el marco y dentro del
ejercicio funcional (cargo o competencia) sino que dicho riesgo creado
incida directamente en la formación, suscripción del contrato o la
operación92.
Así mismo también nos precisa el autor que, dicho funcionario que actúa
dentro de una delegación de competencias y se ciñe al cumplimento del
manual de organización de funciones o del reglamente sectorial,
participando en las negociaciones, en la medida que no actúa con un
interés especial, directo e indirecto, no realizará el tipo objetivo del delito de
negociación incompatible. Por el contrario, habrá cumplido con el rol
encomendado por el ordenamiento jurídico93.
El Dr. James Reátegui nos hace un interesante ejemplo, cuando nos dice
que el término interesarse se debe enmarcar de modo contextual -real y no
literal- formal. Digo contextual-real porque si el funcionario o servidor
público tiene proyectado realizar una exitosa negociación, donde el único
beneficiario será el Estado, y para ello necesita varias acciones
interesadas, como por ejemplo, hacer visitas a los respectivos domicilios
de los empresarios; ello no puede ser considerado como un interés
indebido, porque el contexto real demuestra que el interés es irrelevante a
los efectos de la lesividad del bien jurídico; en cambio, si el interés del
funcionario es personalísimo, donde el único beneficiado será su familia por
ejemplo, ello constituirá indebido94.
pág. 69
4.4. Tipos de interés indebido
Los tesistas Francisco Saenz, Denís y Robles Blácido, Elmer, nos señalan
que este elemento de tipicidad significa que “el agente en forma personal
y directa se interesan o compromete en el contrato u operación y realiza
todos los actos administrativos necesarios para conseguir los resultados
que busca, esto es, el beneficio indebido en su favor o de terceros. Es de
recibo sostener que el interesarse siempre debe implicar un peligro para
el patrimonio de la administración pública-. Si en los hechos, el funcionario
o servidor público hubiera favorecido intereses particulares o de terceros
pág. 70
que resultaron favorables económicamente a la administración pública,
habría coincidencia de intereses, pero no tipicidad de la conducta”96.
pág. 71
4.4.2. De manera indirecta
El doctor Luis Castillo nos dice que esto se produce cuando “se utiliza a
otras personas para la promoción o favorecimiento de los intereses
particulares. No interesa si son funcionarios públicos o particulares. No es
necesario que los intereses reciban una determinada ventaja. La Corte
Suprema entiende por interés indirecto el hecho de que el agente se
interesa en el contrato u operación a través de otras personas que pueden
ser particulares u otros funcionarios o servidores públicos”.98
Por otro lado, el Dr. Salinas Siccha, también hace énfasis al señalar que
en esta modalidad, “el agente (siempre funcionario o servidor público) no
actúa directamente en la celebración del contrato u operación, sino que
se vale o hace uso de intermediarios que pueden ser particulares u otros
funcionarios o servidores públicos para lograr su finalidad de conseguir
una ventaja indebida a su favor o a favor de terceros. EI sujeto activo
sugestiona o influye en el funcionario o servidor público que actúa en
representación del Estado en la celebración de contratos u operaciones
con particulares”99.
pág. 72
utilizándola para lograr dichos fines (el caso típico, el uso de
testaferros)”100.
pág. 73
aparentando que defiende los intereses de la Administración Pública
cuando en realidad favorece intereses particulares o personales”103.
pública, cometidos por funcionarios públicos. 2a edición. Nomos y Themis, Lima, 2017,
pág. 353.
pág. 74
particulares en las cuales el sujeto público “agente” tiene algún interés
económico”.105.
Hace hincapié el Dr. Castillo Alva cuando señala que el interés público en
un contrato no es condición suficiente para la configuración del delito de
negociación incompatible. Resulta esencial que de algún modo intervenga
la administración y sobre esta base el funcionario se interese de forma
particular106.
105 SALINAS SICCHA, Ramiro. Delitos contra la administración pública. 3a edición. Grijley,
Lima, 2014, pág. 571.
106 CASTILLO ALVA, José. El delito de negociación incompatible. Instituto Pacifico. Lima,
pág. 75
otro tipo de operación donde interviene el Estado; es decir, como señala
el doctor Castillo Alva y el doctor Fidel Rojas, “esto busca ampliar de
manera adecuada las posibles áreas punibles en las que puede desplegar
su actividad el funcionario público”109.
Por lo que puedo concluir que, los actos administrativos o toda clase de
actos estatales que no son ni contratos ni operaciones no pueden ser
considerados como objeto de acción del delito de negociación
incompatible; resoluciones de alcaldía, proyectos de ley110, etc. Y que el
alcance de la norma solo alcanza a los contratos u operaciones que
realiza las entidades estatales.
109 Ibídem, pág.60. ROJAS VARGAS, Fidel, Manual operativo de los delitos contra la
administración pública, cometidos por funcionarios públicos. 2a edición. Nomos y Themis,
Lima, 2017, pág. 353.
110 CASTILLO ALVA, José. El delito de negociación incompatible. Instituto Pacifico. Lima,
pág. 76
delito de negociación incompatible, aquel funcionario que se interesa en el
contrato u operación en “razón de su cargo”112.
Esto también lo señala el doctor Salinas Siccha, quien refiere que: “No
podrá ser autor cualquier funcionario o servidor público si es que no posee
facultades de decisión o de manejo de las negociaciones u operaciones
como cometido de sus funciones por razón del cargo. Esta restricción
prevista por el tipo penal excluye a los funcionarios o servidores públicos
que solo cumplen encargos o delegaciones sin estar referenciados en los
deberes del cargo”113.
112 CASTILLO ALVA, José. El delito de negociación incompatible. Instituto Pacifico. Lima,
2015, pág., 83.
113 SALINAS SICCHA, Ramiro. Delitos contra la administración pública. 3a edición. Grijley,
Piura.
115 REÁTEGUI SANCHEZ, James. El delito de negociación incompatible y patrocinio ilegal.
Edit. Lex y Iuris. Lima, 2016, 53. En esa misma línea, REYES RIOS, Leslie Andrea;
pág. 77
Me gustaría también hacer referencia a lo dicho por el profesor Castillo
Alva, cuando toma una posición distinta cuando refiere que, aparte de
determinar estas competencias que tiene el funcionario, también se debe
tomar en cuenta un criterio material, que permita comprobar si un
determinado funcionario público está utilizando o manipulando su cargo
para interesarse, dirigir u orientar determinado proceso de contratación
estatal, justamente valiéndose del poder (factico o jurídico) que le da
ocupar determinado puesto o sector de la administración pública116:
pág. 78
Así mismo, agrega el profesor Castillo Alva118 que esta posición parte de
un criterio material, que respeta el sentido literal, pero que pone un límite
que viene dado por la exigencia de que el funcionario pertenezca a un
sector de la administración pública, es decir, que no basta con la relación o
vinculo material, sino que también es necesario una relación interna.
5. Aspecto subjetivo
Después de haber desarrollado todo el aspecto objetivo del tipo penal del
delito de negociación incompatible, podemos llegar a centrarnos en la parte
subjetiva, en la que se señala que es necesario el conocimiento de que se
está interviniendo en un contrato u operación estatal de manera directa o
indirecta, ya sea un provecho propio o de un tercero y que se realiza
ejerciendo el cargo de funcionario119.
118 Ídem.
119 REÁTEGUI SANCHEZ, James. El delito de negociación incompatible y patrocinio ilegal.
Edit. Lex y Iuris. Lima, 2016, pág. 63.
120 CASTILLO ALVA, José. El delito de negociación incompatible. Instituto Pacifico. Lima,
2015, pág. 101. ROJAS VARGAS, Fidel. Delitos contra la administración pública. 4a
edición. Grijley, Lima, 2007, pág. 349. ABANTO VASQUEZ, Manuel. Los delitos contra la
administración pública en el código penal peruano. 2da edición. Palestra editores. Lima,
2003, pág. 516. SALINAS SICCHA, Ramiro. Delitos contra la administración pública. 3a
edición. Grijley, Lima, 2014, pág. 577. BALCAZAR ZELADA, José María. Ontología de
delitos contra la administración pública. s/d, pág. 239.
pág. 79
reflexionado previamente y orientado su voluntad en pos del objetivo
escogido121.
Al respecto, también nos precisa el doctor Sancinetti que “lo que sucede es
que la actuación administrativa se convierte en prohibida, precisamente si
está precedida por el interés particular; aunque objetivamente quizá el
funcionario podría haber realizado lícitamente el mismo acto si no hubiera
sido porque perseguía tal finalidad espuria. En esto, en que la actuación
sea <<interesada>>, consiste en el disvalor ético social”122.
públicas”. En: Crónicas extranjeras. Universidad de Buenos Aires. s/d, pág, 12. Disponible
en: https://www.boe.es/publicaciones/anuarios_derecho/abrir_pdf.php?id=ANU-P-1986-
30087700891_ANUARIO_DE_DERECHO_PENAL_Y_CIENCIAS_PENALES_Negociaci
ones_incompatibles_con_el_ejercicio_de_funciones_p%FAblicas
123 REÁTEGUI SANCHEZ, James. El delito de negociación incompatible y patrocinio ilegal.
Edit. Lex y Iuris. Lima, 2016, pág, 64. Dicho autor pone como ejemplo: si el proveedor (al
cual el funcionario público está ligado) obtiene un contrato, pero que no se obtiene ningún
perjuicio para la entidad, pero esto no deja de ser típica, puesto que ya se ha producido la
“incompatibilidad” en el ejercicio del cargo.
pág. 80
proceso penal en este tipo de delito, por este motivo, en los siguientes
capítulos se realizará un estudio más profundo sobre el dolo y las
posiciones sobre su aspecto cognitivo y volitivo, que nos podrán ayudar a
determinar cuándo concurre el dolo dentro del delito de negociación
incompatible; además, de desarrollar criterios para su poder llegar a
acreditar su probanza, los cuales lo iré abordando con mayor énfasis en los
capítulos IV y VI de la presente tesis.
6. Consumación y tentativa
6.1. Consumación
pág. 81
interés indebido de por medio. Tampoco será necesario para la
consumación que se haya causado algún tipo de perjuicio al Estado (sea
patrimonial o no) con la celebración o el cumplimiento del contrato u
operación, incluso puede existir ventaja para el Estado125.
Agrega también la doctora chilena que se debe tomar en cuenta que el acto
de tomar interés puede producirse en cualquier etapa del concierto, en la
determinación de sus modalidades y términos o en el cumplimiento material
de la operación respectiva, importando sólo para su consumación que el
sujeto activo se interese en dichas operaciones, y por tanto, realizando las
conductas prohibidas por el tipo penal queda configurado el delito en grado
de consumado127.
Por otro lado, se debe tomar en cuenta que no solo es tener un interés o
portar una decisión, debe haber un acto concreto, que demuestre de
manera inequívoca la revelación de un interés prohibido, de igual forma, no
125 Ídem.
126 ILABACA MÉNDEZ, Francisca. Delito de negociaciones incompatibles. Tesis para
obtener el grado de Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales. Universidad de Chile.
Santiago, 2012, pág. 70. Disponible en:
http://repositorio.uchile.cl/bitstream/handle/2250/112854/de-
Ilabaca_f.pdf?sequence=1&isAllowed=y
127 Ídem
pág. 82
es necesario que el funcionario haya reiterado en una nueva oportunidad
su interés, ya se al mismo funcionario o a otro similar; o que haya revelado
su propósito a todos los miembros del órgano colegiado o a los demás
funcionarios que participan en el contrato u operación. Basta que el agente
haya mostrado, en un primer acto, la promoción o impulso de un interés
privado128.
Sin embargo, el profesor Abanto Vásquez129 nos señala que “el problema
está cuando todos los actos del contrato u operación eran nulos desde el
principio, pues podría objetarse la idoneidad de la conducta. Aquí
efectivamente faltaría lesividad en la conducta del funcionario público y su
conducta solamente merecería una sanción administrativa, o si fuera
posible una sanción penal a través de otros tipos”.
6.2. Tentativa
128 CASTILLO ALVA, José. El delito de negociación incompatible. Instituto Pacifico. Lima,
2015, pág. 140.
129 ABANTO VASQUEZ, Manuel. Los delitos contra la administración pública en el código
penal peruano. 2da edición. Palestra editores. Lima, 2003, pág. 518.
130 ENRIQUEZ SUMERINDE, Víctor. “El delito de negociación incompatible en el marco
de la nueva ley de contrataciones con el estado”. En: Gaceta Penal N° 79. Gaceta Jurídica.
pág. 83
Sin embargo, otros sector doctrinal plantea que sí puede llegarse a
determinar la tentativa en el delito de negociación incompatible, como bien
los señalan los profesores chilenos Rodríguez y Ossandón131, donde
concuerdan en que “la tentativa tiene cabida ya que pese a que se trate de
un delito de mera actividad, en que el tipo no exige más que interesarse
para consumar el delito, se ha restringido la interpretación de ese elemento
exigiendo que cuando menos se haya concretado el negocio o contrato. En
caso de que éste no se hubiese llevado a efecto, habiéndose manifestado
ya el interés, se considera que sólo existe una tentativa”.
pág. 84
Parte II
1. Introducción
pág. 85
de justicia el tener un adecuado tratamiento, ya que obliga al órgano
jurisdiccional realizar una actividad probatoria suficiente y con las garantías
de un debido proceso, que lleve a asegurar verdadera sentencia
condenatoria con auténticos hechos de prueba. Y que la actividad
probatoria sea suficiente para generar en el Tribunal la evidencia de la
existencia, no solo del hecho punible sino también de la responsabilidad
penal del acusado134.
2. La prueba
pág. 86
contornos precisos, obedeciendo al designio de actualizar los hechos, y de
reconstruirlos como ocurrieron en la realidad”135.
pág. 87
caso del Derecho Penal, permite establecer la existencia del hecho delictivo
y la identidad de sus responsables”139.
pág. 88
de un marco de respeto por la persona del imputado y de reconocimiento
de los derechos de todas las partes privadas”142.
Por último, debemos dejar en claro que existe distinción entre “probar” y
realizar una averiguación y una investigación, para probar es necesario
previamente investigar, averiguar o indagar. “La averiguación es siempre
anterior en el tiempo a la prueba, así tenemos que se investigan y averiguan
unos hechos para poder realizar afirmaciones en torno a estos, y una vez
hechas tales afirmaciones es cuando tiene lugar la prueba de estas, es
decir, la verificación de su exactitud, así vemos que siendo necesaria la
investigación, esta no forma parte del fenómeno probatorio”143.
https://www.youtube.com/watch?v=kPGdRLu21pY (03-04-18)
pág. 89
2.1. Objeto de la prueba
- A la imputación
- La punibilidad
- La determinación de la pena o la medida de seguridad
- Así como a los referidos a la responsabilidad civil derivada del
delito
Este mismo cuerpo legal, también, nos señala que no son objeto de prueba
aquellas referidas a:
pág. 90
pero no el objeto en sí. Como, por ejemplo, una pistola no puede probarse,
pero sí que esa pistola estaba en posesión de un sujeto147.
Así, el profesor nos precisa que “en ocasiones, se dice que el objeto de
prueba no son los hechos propiamente, sino las afirmaciones o enunciados
sobre los mismos. En sentido estricto, esto es cierto, aunque esta precisión,
si se asume la noción ordinaria de <<verdad>>, no tiene una gran
relevancia práctica: lo que pretendemos con la prueba es mostrar que la
afirmación acerca de cierto hecho (por ejemplo, que <<Pedro tenía en su
poder una pistola>>)”148.
pág. 91
reglamentándolos en particular, a la vez que incluye normas de tipo general
con sentido garantizador”149.
Por otro lado, la profesora Hernández, Edith150, nos dice que los medios de
prueba son considerados como los modos u operaciones que, referidos a
cosas o personas, son susceptibles de proporcionar un dato demostrativo
de la existencia o inexistencia de los hechos sobre el cual versa la causa
penal. Así mismo, la mencionada profesora, citando a Moras Mom 151, nos
refiere que los medios acreditantes tanto de la materialidad del hecho como
de la responsabilidad de su autor o partícipe, son los que se rotulan “medios
de prueba”.
Para poder conocer en qué etapa del proceso penal, es de menester poder
ubicarla dentro del proceso penal, así, siguiendo la estructura planteada
por el profesor Angulo Morales, Marco152, podemos señalar lo siguiente:
nacional. Sexta edición, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2004, pág. 139. Citado por
HERNÁNDEZ MIRANDA, Edith. “Preceptos generales de la prueba en el proceso penal”.
En: REVILLA LLAZA, Percy Enrique (coordinador). La prueba en el código procesal
peruano de 2004. Gaceta Jurídica. Lima, 2012, pág. 23.
152 ANGULO MORALES, Marco Antonio. Introducción al derecho probatorio en el nuevo
pág. 92
h. Los medios de prueba que ofrezca para su actuación en la audien-
cia. En este caso presentará la lista de testigos y peritos, con indi-
cación del nombre y domicilio, y de los puntos sobre los que habrán
de recaer sus declaraciones o exposiciones. Asimismo, hará una
reseña de los demás medios de prueba que ofrezca.
Así mismo, el artículo 350° del Código Procesal Penal, señala que:
pág. 93
acusado. No podrán actuarse diligencias de investigación o de
prueba específicas, salvo el trámite de prueba anticipada y la
presentación de prueba documental, para decidir cualquiera de
las solicitudes señaladas en el artículo anterior.
pág. 94
audiencia, se procederá al desarrollo del juicio, para tal efecto, el
numeral 2 del artículo 371° declara:
pág. 95
3. La prueba indiciaria
3.1. Introducción
pág. 96
de los casos lo condena, pero por hechos que solo podrían configurarse
como irregularidades administrativas, más no la comisión de un delito.
pág. 97
Al respecto, apunta el Dr. Bonifacio Mercado153 citando a Talavera
Elguera154, lo siguiente:
pág. 98
En ese sentido, si en principio empezamos a hablar sobre qué entendemos
por indicios, considero que podemos citar al profesor Lamas Puccio155,
quien nos señala que “la etimología del concepto de indicio, hablamos de
la voz latina indicium es un derivado de indigiere, significa indicar, hacer
conocer, mostrar, probar, etc., en virtud del cual se establece una relación
lógica entre el hecho indicador y un hecho indicado. La palabra “indicio”
significa ‘señal o signo aparente y probable de que existe una cosa”.
Del mismo modo, el doctor Cordón Aguilar157, nos refiere que en la prueba
indiciaria “se conocen determinados hechos que no son aquellos sobre los
que se funda la causa, es decir, no son los que se pretende constatar; sin
embargo, a partir de ellos y mediante una operación mental, el juzgador
logra concluir en la verificación del hecho o hechos principales. En otras
palabras, en orden a los conceptos expuestos, la prueba indiciaria será
siempre indirecta, pues la actividad desplegada con los distintos medios de
prueba se dirige a acreditar determinados hechos que servirán de base
para, mediante la labor intelectual a cargo del juzgador, lograr su
convencimiento con relación a la constatación de otros hechos que son los
155 LAMAS PUCCIO. Luis. La prueba indiciaria en los delitos de lavado de activos. Instituto
Pacifico, Lima, 2007, pág. 56.
156 ARIAS QUISPE, Wilbert. La prueba indiciaria y la importancia de su aplicación en la
justicia militar. Tesis para optar el magister en Derecho. Universidad Nacional Mayor de
San Marcos, Lima, 2006, pág, 52. Disponible en:
http://cybertesis.unmsm.edu.pe/bitstream/handle/cybertesis/3321/arias_qw.pdf;jsessionid
=DC2B3EB3F248BFA76852E4F46B2C9AA7?sequence=1
157 CORDÓN AGUILAR, Julio. Prueba Indiciaria y Presunción de Inocencia en el proceso
penal. Tesis doctoral. Universidad de Salamanca, Salamanca, 2011, pág. 81. Disponible
en:
https://gredos.usal.es/jspui/bitstream/10366/110651/1/DDAFP_Cordon_Aguilar_JC_Prue
baIniciaria.pdf
pág. 99
que la parte interesada persigue tener por ciertos en el proceso para lograr
la aplicación de la norma jurídica”.
Siendo más conciso, Pisfil Daniel, citando al doctor San Martín Castro,
entienden que la prueba indiciaria, “es un complejo constituido por diversos
elementos. Desde una perspectiva material se tiene: un indicio o hecho
base indirecto, un hecho directo o consecuencia y un razonamiento
deductivo (presunción judicial) por el cual se afirma un hecho directo a partir
del mediato”.
Por otro lado, García Cavero158 nos señala que no existe una denominación
que pueda ser la más adecuada, para poder tener un consenso sobre el
concepto de prueba indiciaria. “Por esta razón, la utilización del término de
prueba indiciaría o prueba por indicios no se hace por la convicción de ser
la más precisa, sino por una cuestión puramente tradicional, en la medida
que esta denominación es la que más se ha utilizado en la literatura
procesal nacional”.
158 GARCÍA CAVERO, Percy. La prueba por indicios en el proceso penal. Editorial
Reforma, Lima, 2010, pág. 35.
159 Corte Suprema de Justicia, Primera Sala Penal Transitoria, RN. N° 3651- 2006- Lima.
pág. 100
para determinar la culpabilidad de la imputada Giuliana LLamoja (caso
mediático en nuestro país), donde nos menciona lo siguiente:
pág. 101
defensa; estos indicios son apreciadas en su conjunto e
interrelacionadas entre sí por la Corte Suprema 160”.
160 Ejemplo citado del artículo de PISFIL, Daniel. “La prueba indiciaria y su relevancia en
el proceso penal”. En: Revista de la Maestría en Derecho Procesal, Pontificia Universidad
Católica del Perú, Volumen 5, Lima, 2014, pág. 19. Disponible en:
http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/derechoprocesal/article/view/10373/10825
161 LAMAS PUCCIO. Luis. La prueba indiciaria en los delitos de lavado de activos. Instituto
pág. 102
inocencia, el derecho al control y a la producción de la prueba y motivación
de las resoluciones judiciales”.
García Cavero, también nos habla sobre que “no es suficiente que exista
indicios para desvanecer la presunción de inocencia si no puede
establecerse un enlace suficiente y directo entre los indicios y el hecho a
probar conforme a las reglas de la lógica y la experiencia. La cuestión
central será, por consiguiente, precisar cuáles son las condiciones
necesarias para que los indicios puedan cumplir con el estándar probatorio
exigido para dar por acreditada la responsabilidad penal del inculpado” 162.
162 GARCÍA CAVERO, Percy. La prueba por indicios en el proceso penal. Editorial
Reforma, Lima, 2010, pág. 91.
163 BONIFACIO MERCADO Charles Paul. La prueba indiciaria en la jurisprudencia Urquizo
Videla Gustavo (Coordinador). La Prueba en el proceso penal. Gaceta Jurídica. S/d, pág.
163. Del mismo modo, el TC en el expediente STC Nº 00728-2008-HC/TC, nos señala
que: el juez puede utilizar la prueba indirecta para sustentar una sentencia condenatoria,
y si esta, a su vez, significa la privación de la libertad personal, entonces, con mayor razón,
estará en la obligación de darle el tratamiento que le corresponde; solo así se podrá
enervar válidamente el derecho a la presunción de inocencia, así como se justificará la
intervención al derecho a la libertad personal, y por consiguiente, se cumplirán las
exigencias del derecho a la debida motivación de las resoluciones judiciales, conforme a
las exigencias previstas por el artículo 139, inciso 5, de la Constitución(…)”.
pág. 103
Siguiendo a Tapia Liendo164, se debe establecer que la valoración de la
prueba en el proceso penal es un trabajo intelectual donde se llega a una
libre valoración pero utilizando el raciocinio, para alcanzar una adecuada
interpretación de estos medios de prueba, conforme lo establece en el
artículo 158 del Código adjetivo, respetando las reglas de la sana crítica,
especialmente las de la lógica, las máximas de la experiencia y los
conocimientos científicos. En virtud de ello, el juzgador tiene la libertad para
evaluar los medios probatorios actuados lícitamente sin que estos tengan
un valor asignado.
Por ser la prueba indiciaria un método indirecto de prueba que puede llegar
a privar de libertad a una persona, es que se tiene la necesidad de utilizar
requisitos mínimos que puedan llevar a por lo menos tener una sentencia
debidamente motivada.
164 TAPIA LIENDO, Gina Pamela. “Valoración de la prueba indiciaria en los delitos de
corrupción de funcionarios”. En: Gaceta Penal & Procesal Penal. N° 79, Gaceta Jurídica,
Lima, enero de 2016, pág. 6. Disponible en:
https://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/22e0bb004ccc2830aa8baeb8adeb3b40/D_Tapi
a_Liendo_160516.pdf?MOD=AJPERES&CACHEID=22e0bb004ccc2830aa8baeb8adeb3
b40
pág. 104
El enlace o razonamiento deductivo.
Este último, en tanto que conexión lógica entre los dos primeros debe ser
directo y preciso, pero además debe responder o sujetarse plenamente a
las reglas de la lógica, a las máximas de la experiencia o a los
conocimientos científicos.
166 Corte Suprema de Justicia, Primera Sala Transitoria. R.N. N° 152- 2015.
167 Corte Suprema de Justicia, Sala Penal Transitoria. Casación N° 628- 2015.
pág. 105
3. Que la inferencia realizada a partir de aquellos, por su suficiencia,
sea racional, fundada en máximas de la experiencia fiables –entre
los hechos indicadores y su consecuencia, el hecho indicado, debe
existir armonía que descarte toda irracionalidad de modo que la
deducción pueda considerarse lógica: el enlace ha de ser preciso y
directo.
4. Que cuente con la motivación suficiente, en cuya virtud el órgano
jurisdiccional deberá expresar en la motivación los grandes hitos o
líneas que lo condujeron a la deducción conforme al artículo 158°
apartado 3 del Código Procesal Penal- tiene que exteriorizar los
hechos que estén acreditados, o indicios, y sobre todo que explicite
el razonamiento o engarce lógico entre el hecho base y el hecho
consecuencia, y, finalmente, que este razonamiento esté asentado
en las reglas del criterio humano o en las reglas de la experiencia
común o una compresión razonable de la realidad normalmente
vivida (…)”
De este modo, puedo llegar a concluir que cuando no existan las suficientes
pruebas directas que demuestren el actuar delictivo del imputado, a través
de la prueba indirecta, se puede utilizar criterios claros y convincentes que
puedan generar la suficiente convicción de que el sujeto realmente ha
cometido el ilícito penal168.
168 Al respecto, Zencenarro Monge, nos indica que: Si bien los hechos objeto de prueba
de un proceso penal, y en específico, en aquellos por delitos de corrupción de funcionarios,
no siempre son comprobados mediante los elementos probatorios directos, para lograr ese
cometido debe acudirse a otras circunstancias fácticas que, aun indirectamente sí van a
servir para determinar la existencia o inexistencia de tales hechos. De ahí que sea válido
referirse a la prueba penal directa de un lado y a la prueba penal indirecta de otro lado, y
en esta segunda modalidad que se haga referencia a los indicios y a las presunciones. Ver
en: ZENCENARRO MONGE, Karla. La prueba indiciaria en los delitos de corrupción de
funcionarios. s/d, pág.7. Disponible en:
http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:MYFYIS3pOQMJ:www.teleley.
com/articulos/art-030212.pdf+&cd=2&hl=es-419&ct=clnk&gl=pe
pág. 106
Una labor complicada para los operadores jurídicos, pero de vital
importancia para no dejar en la impunidad a muchos funcionarios públicos,
que, por las circunstancias del delito, hacen que sea casi imposible poder
contar con el suficiente material probatorio que pueda demostrar su
culpabilidad. Más aún se complica la tarea, si tenemos en cuenta que por
las circunstancias, muchos funcionarios públicos cuando tienen el poder del
Estado a su favor, pueden dificultar la labor probatoria.
Por otro lado, el solo hecho de utilizar métodos que otorga la prueba
indiciaria, en algunos casos solo puede llegar a probar eventos o
irregularidades administrativas en los funcionarios públicos, cuando
cumplen sus funciones administrativas y de representación del aparato
estatal en las contrataciones u operaciones con particulares.
pág. 107
Parte III
1. Introducción
Por otro lado, el fuero interno no puede constituir objeto de una intervención
penal, porque el pensamiento no representa peligro alguno para la
sociedad, puesto como bien lo plantea el profesor Caro John169 “¿Qué
derechos puede lesionar un pensamiento, por muy indecoroso que sea? El
pensamiento no delinque: ¡cogitationis poenam nemo patitur!”, esto a su
vez se puede establecer como una protección de la persona sobre el
aparato estatal que no puede intervenir y regular el aspecto interno de la
persona. Pongámonos a pensar el solo hecho de que el Estado también
podría intervenir en nuestras mentes, donde podría observar y controlar
nuestros pensamientos. Por mi parte considero que sería una “locura” y una
completa limitación de nuestra libertad de pensamiento170.
169 CARO JOHN, José. Imputación subjetiva. Ponencia del curso internacional de Derecho
Penal, Lima, 2006, pág. 2. Disponible en:
https://www.unifr.ch/ddp1/derechopenal/articulos/a_20080521_52.pdf
170 Así el profesor Caro John, nos dice que: Tanto psicologicistas como normativistas
pág. 108
Siendo el dolo quien explica de manera adecuada el querer delinquir, nos
topamos con el inconveniente de que este solo ocurre en el fuero interno,
por lo que cuando se trata de probar el dolo resulta siendo una tarea difícil
pero necesaria, puesto que “todos los Derechos Penales de todos los
países, tratan de representar e identificar los estados mentales que tuvo o
tiene una persona, cuando comete un delito, todo esto para llevarlo a una
sanción”171. Pero como se explicó en el capítulo III, si bien no se puede
llegar a conocer el fuero interno, podemos utilizar otros medios de prueba
que nos ayuden a determinar la presencia del dolo cuando ocurre un hecho
jurídico, como es la prueba indiciaria.
171 GONZALES SOLANO, Gustavo. “El dolo y su prueba desde la perspectiva de la ciencia
jurídica”. En: Revista de Ciencias Jurídicas, N.° 114, Universidad de Costa Rica, 2007,
pág. 37. Disponible en:
https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/juridicas/article/view/13621/12935
pág. 109
tanto como bien lo ha señalado el profesor Bustinza Siu172, “los artículos
11°, 12° y 14° de nuestro Código Penal (que tiene como una de sus fuentes
modélicas al Código penal alemán de 1975) el legislador ha optado por no
definir lo que ha de entenderse por dolo y por imprudencia dejando esta
labor a la doctrina y a la jurisprudencia”.
172 BUSTINZA SIU, Marco. Delimitación entre el dolo eventual e imprudencia. Tesis para
obtener el grado de maestría. Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 2014, pág,
10. Disponible en: http://tesis.pucp.edu.pe/repositorio/handle/123456789/5258
173 VILLEGAS PAIVA, Elky. Los delitos culposos y el dolo eventual en la jurisprudencia.
pág. 110
explicar de manera adecuada los criterios que se proponen para la presente
tesis.
2. Imputación subjetiva
Creus Carlos, citado por el profesor Elky Villegas 174, señala que cuando
ocurre un delito, “el Derecho sanciona de dos formas al imputado por sus
acciones, donde se les reprocha desde el aspecto objetivo como del
aspecto subjetivo. Por la primera, el sujeto responde fundamentalmente
porque su acción menoscabó un bien jurídico; con ello el derecho pretende,
primordialmente, volver a equilibrar las relaciones de “bienes” que la acción
desequilibró. Por la segunda forma, el sujeto responde porque la acción se
le puede reprochar por haber actuado con voluntad de desconocer el
mandato protector del bien jurídico, sea porque directamente ha querido
violarlo o por haber aceptado violarlo, sea por no haber atendido, como
debió hacerlo, a la posibilidad de violarlo”.
174CREUS, Carlos. Derecho Penal. Parte General. 3ª edición, Astrea, Buenos Aires, 1992,
p. 232. Citado por: VILLEGAS PAIVA, Elky. Los delitos culposos y el dolo eventual en la
jurisprudencia. Gaceta Jurídica, Lima, 2014, pág. 14.
175 CASTILLO ALVA, José. El delito de negociación incompatible. Instituto Pacifico. Lima,
2015, pág.101.
pág. 111
Tal afirmación también lo ha establecido la judicatura cuando nos dice que
el dolo pasa por la parte procesal por una adecuada prueba y motivación
en la resolución judicial, ya sea cuando se lo afirma y sostiene o cuando se
lo niega176 .El juez debe explicar de modo necesario el tipo subjetivo, esto
es, debe dar razones de por qué considera una conducta como dolosa. Tan
importante como la prueba y motivación del aspecto subjetivo del hecho es
la demostración y la fundamentación con base en pruebas (confesión,
indicios) de la concurrencia o no del elemento subjetivo; de tal manera que
si dicho elemento no se recoge en la sentencia, esta deviene en nula177.
2015, pág.103.
pág. 112
3. Dolo
178Véase en: ROXIN, Claus. Derecho penal, parte general. Tomo I. 2a edición. Traducción
y notas por Diego-Manuel Luzón Peña, Miguel Díaz y García Conlledo y Javier de Vicente
Remesal. Editorial Civitas S.A, Madrid, 1997, pág, 415. FIGUEROA SAN MARTIN, Ignacio,
RIVERA ROA, María F y CONTRERAS CHAIMOVICH, Lautaro (profesor guía). La prueba
del dolo ejemplificada en un caso de responsabilidad penal de fabricantes de productos
defectuosos. Memoria para optar al grado de licenciado en ciencias jurídicas y sociales.
Universidad de Chile, Santiago, 2016, pág.5. Disponible en:
http://repositorio.uchile.cl/handle/2250/142737. RAGÜES I VALLES, Ramón.
Consideraciones sobre la prueba del dolo. Revista de estudios de la Justicia. N.° 4, año
2004, pág. 13. Disponible en:
http://revistas.uchile.cl/index.php/RECEJ/article/viewFile/15029/15450
179 BACIGALUPO, Enrique. Manual del Derecho Penal, Parte General. Edit. Temis,
pág. 113
reductora, como una de las bases alternativas de imputación subjetiva que
impiden la responsabilidad objetiva180.
180 VILLAVICENCIO TERREROS, Felipe. Derecho penal Parte General. 6ta edición. Edit.
Grijley. Lima, 2017, pág. 354.
181 PAREDES CASTAÑON, José Manuel. “Problemas metodológicos en la prueba del
dolo”. Nuevo Foro Penal. Universidad EAFIT, Medellín, pág.4. Disponible en:
http://publicaciones.eafit.edu.co/index.php/nuevo-foro-penal/article/view/3823/3122
182 RAGUÉS I VALLES, Ramón. El dolo y su prueba en el proceso penal. José María Bosch
editor, Barcelona, 1999. QUIROZ SALAZAR, William F. La prueba del dolo, en el proceso
penal acusatorio garantista. Ideas Solución Editorial, Lima, 2014. SANCHEZ VERA-,
GOMEZ, Javier. Nuevas tendencias normativas en el concepto de la prueba del dolo.
Transcripción de la ponencia presentada en las XXVII, Jornadas Internacionales de
Derecho Penal, “Principio de Culpabilidad y Proceso Penal”. Universidad de Externado
Colombia, Bogotá, 24 agosto de 2005.
pág. 114
3.2. Discusión sobre el contenido del dolo
Citando al Juez Quiroz Salazar, nos refiere que el tratadista López Barja de
Quiroga, señala que “para determinar la esencia del dolo, es necesario
referirnos a la discusión entre los partidarios de la teoría de la voluntad y
los que refieren a la teoría de la representación. La teoría de la voluntad
considera que la esencia del dolo hace recaer todo el peso del concepto de
dolo en la voluntad. Por el contrario, la teoría de la representación considera
que basta con la representación del resultado que ha de realizar el autor”183.
Por tal motivo, realizaré un estudio breve tanto de la teoría cognitiva como
la volitiva sobre el concepto de dolo, para después llegar a tomar posición
por alguna de estas teorías. Sin perjuicio de señalar, lo ya manifestado por
el profesor Elky Villegas184, quien indica que “si llegásemos a tomar
posición por la teoría cognitiva, es decir, tener al dolo como puro
conocimiento, la distinción entre imprudencia consciente e inconsciente (o
culpa con y sin representación) perderá buena parte de su sentido, en la
medida en que la primera categoría se integraría dentro del contenido del
183 López Barja de Quiroga, Jacobo. Tratado de Derecho Penal, Parte General. Editorial
Arazandi. Navarra, 2009, pág. 468. Citado por QUIROZ SALAZAR, William F. La prueba
del dolo, en el proceso penal acusatorio garantista. Ideas Solución Editorial, Lima, 2014,
pág.32.
184 VILLEGAS PAIVA, Elky. Los delitos culposos y el dolo eventual en la jurisprudencia.
pág. 115
dolo eventual, quedando como única modalidad posible de comisión
culposa la inconsciente. Por lo que distintos delitos penados como
imprudentes llegarían a penarse como comportamientos dolosos, toda vez
que desaparecería la “culpa consiente” como tal”.
185Subrayado es nuestro.
186 RAMOS TAPIA, Inmaculada. La discusión dogmática sobre el concepto de dolo y la
tendencia hacia una teoría cognitiva. En: Maestría en ciencias penal de la Universidad San
Martín de Porres, Lima, s/d, pág. 5. Disponible en:
http://www.derecho.usmp.edu.pe/postgrado/maestrias/maestria_ciencias_penales/cursos
/1ciclo/temas_teoria_del_delito/materiales/dr_Raul%20Pariona/5_Inmaculada_Ramos.pd
f
pág. 116
imprudente el sujeto prevé o se representa el resultado, pero no lo quiere,
sino que actúa en la confianza de que no se realice187.
a. El Dolo directo
Como, por ejemplo: el que busca matar a otro con disparos de arma de
fuego y lo alcanza. En esta clase de dolo predomina el aspecto volitivo; por
187 Ídem.
188 Ídem.
pág. 117
eso algunos autores han considerado llamarlo denominarlo intención o
propósito189.
Podría decirse que el dolo directo, por contener los aspectos más plenos
de conocimiento y voluntad, tiene la mayor posibilidad de poder llegar a
probar su existencia dentro de un proceso penal, puesto que la voluntad se
refleja de la manera más clara, y no deja lugar a dudas la existencia de
culpa.
Cuando el sujeto quiere llegar a cometer algún ilícito penal, puede ocurrir
que también exista consecuencias necesarias e inevitables con su actuar
doloso. No es necesario, que el agente crea que es segura la realización
de la consecuencia ulterior, pues es solo suficiente que esté vinculada con
su suceso perseguido190.
189 VILLAVICENCIO TERREROS, Felipe. Derecho penal Parte General. 6ta edición. Edit.
Grijley. Lima, 2017, pág. 369.
190 Ídem.
191 RAMOS TAPIA, Inmaculada. La discusión dogmática sobre el concepto de dolo y la
tendencia hacia una teoría cognitiva. En: Maestría en ciencias penal de la Universidad San
Martín de Porres, Lima, s/d, pág. 5. Disponible en:
http://www.derecho.usmp.edu.pe/postgrado/maestrias/maestria_ciencias_penales/cursos
/1ciclo/temas_teoria_del_delito/materiales/dr_Raul%20Pariona/5_Inmaculada_Ramos.pd
f
pág. 118
c. El dolo eventual
Cabe precisar que, como ya lo dije con anterioridad, el dolo eventual resulta
siendo el límite entre el dolo y la culpa, por tal motivo, llegar a determinar
cuando el sujeto cometió el ilícito de forma dolosa o culposa resulta siendo
de necesidad para los operadores jurídicos a fin de sancionar
adecuadamente al sujeto imputado, como bien lo señala la profesora
Ramos Tapia Inmaculada, al sostener que, “con esta modalidad del dolo
se quiere impedir que aquellas conductas realizadas con una “aceptación”
por el autor del eventual resultado típico reciban la respuesta penal de la
imprudencia. La cuestión que ha originado las múltiples teorías sobre el
dolo eventual, por lo que es necesario determinar un criterio que permita
pág. 119
distinguir las conductas doloso-eventuales de las meramente
imprudentes”194.
Del Mar Díaz Pita. En: Anuario de Derecho Penal y Ciencias Penales. Tomo XLIII, Fasc.
III, Ministerio de Justicia, Madrid, setiembre - diciembre de 1990, p. 920. Citado por :
VILLEGAS PAIVA, Elky. Los delitos culposos y el dolo eventual en la jurisprudencia.
Gaceta Jurídica, Lima, 2014, pág. 14
196 RAMOS TAPIA, Inmaculada. La discusión dogmática sobre el concepto de dolo y la
tendencia hacia una teoría cognitiva. En: Maestría en ciencias penal de la Universidad San
Martín de Porres, Lima, s/d, pág. 8. Disponible en:
http://www.derecho.usmp.edu.pe/postgrado/maestrias/maestria_ciencias_penales/cursos
/1ciclo/temas_teoria_del_delito/materiales/dr_Raul%20Pariona/5_Inmaculada_Ramos.pd
f
pág. 120
a. Teoría del consentimiento
problema del dolo eventual”. En: Anuario de Derecho Penal y Ciencias Penales. Tomo
XXXIX, Fasc. II, Ministerio de Justicia, Madrid, mayo-agosto de 1986, p. 397. Citado por:
VILLEGAS PAIVA, Elky. Los delitos culposos y el dolo eventual en la jurisprudencia.
Gaceta Jurídica, Lima, 2014, pág. 75.
200 HAVA GARCÍA, Esther. “Dolo eventual y culpa consciente: Criterios diferenciadores”.
En: Anuario de Derecho Penal 2003: Aspectos fundamentales de la Parte General del
Código Penal peruano. Fondo Editorial de la PUCP-Universidad de Friburgo, Lima, 2003,
pág. 11.Disponible en: https://www.unifr.ch/ddp1/derechopenal/anuario/an_2003_08.pdf
pág. 121
Es decir, esto tendría una apreciación más subjetiva por parte del Juez,
basado en sus apreciaciones sociales o prejuicios morales, como bien lo
explica la profesora Hava García, cuando nos dice que “lo que en verdad
decide en la teoría del consentimiento es si el agente tiene aspecto de
facineroso o de buena persona. En el primer caso, se llegará a la conclusión
de que habría dicho que sí a la causación del resultado antijurídico antes
que renunciar al propósito que directamente perseguía. Y en el segundo
caso, su aspecto bonachón inclinará a pensar que si el resultado se lo
hubiera imaginado como cierto no habría actuado como lo hizo, con la
consecuencia de que sólo podrá ser castigado por imprudencia. Todo ello
es (autoritario) Derecho penal de autor y no (democrático) Derecho penal
de hecho, es culpabilidad por el carácter y no culpabilidad por el hecho”201.
201 Ídem.
202 Íb ídem, pág.12.
203 LUZÓN PEÑA, Diego-Manuel. “Dolo y dolo eventual: reflexiones”. En: Luis Alberto
pág. 122
cuanto el elemento “indiferencia” también se encuentra en la culpa
consciente, en tanto que esta se caracteriza por un actuar descuidado e
irreflexivo”.
204 HAVA GARCÍA, Esther. “Dolo eventual y culpa consciente: Criterios diferenciadores”.
En: Anuario de Derecho Penal 2003: Aspectos fundamentales de la Parte General del
Código Penal peruano. Fondo Editorial de la PUCP-Universidad de Friburgo, Lima, 2003,
pág. 12.Disponible en: https://www.unifr.ch/ddp1/derechopenal/anuario/an_2003_08.pdf
205 Idem.
pág. 123
Explica esta teoría que el sujeto cuando decide encaminar un delito, este
incluye en sus cálculos la realización de un tipo reconocida por él como
posible, sin que la misma le disuada de su plan, se ha decidido
conscientemente —aunque sólo sea para el caso eventual y a menudo en
contra de sus propias esperanzas de evitarlo— en contra del bien jurídico
protegido por el correspondiente tipo. Esta "decisión por la posible lesión
de bienes jurídicos" es la que diferencia al dolo eventual en su contenido
de desvalor de la imprudencia consciente206.
Uno de los mayores exponentes del Derecho Penal alemán, Claus Roxin 207,
manifiesta que “los empeños en suprimir totalmente el elemento volitivo-
emocional están condenados al fracaso. Es cierto que no pertenece al dolo
ninguna "aprobación" en el sentido de que el sujeto deba considerar
deseable el resultado”. Tampoco es exigible una actitud sentimental de
"absoluta indiferencia" frente a la producción del resultado. Pero no se
puede anular el elemento "pronóstico-irracional" " que se integra en la
decisión por la posible lesión del bien jurídico y que distingue mediante el
"tomarse en serio" el peligro o la "confianza" en un desenlace airoso”. O
bien se ha de incluirlo, como hacen la mayoría de los defensores de un
concepto de dolo puramente cognitivo, en el concepto del saber, con lo cual
no varía materialmente nada"; o bien se han de desfigurar los fenómenos
reales mediante la reducción a sus componentes intelectuales”.
206 ROXIN, Claus. Derecho Penal. Parte General. Tomo I. Fundamentos. La estructura de
la teoría del delito. Traducción de la 2ª edición alemana por Diego-Manuel Luzón Peña,
Miguel Díaz y García Conlledo y Javier de Vicente Remesal, Civitas, Madrid, 1997,
pág.425.
207 Ídem, pág. 446.
pág. 124
Ahora bien, quien también nos otorga argumentos fuertes en favor de la
“teoría volitiva” es la profesora María Del Pilar Diaz Pita208, por lo que para
la presente investigación es a quien tomaré como referencia para la
defensa de dicha teoría.
Por otro lado, el nivel de conocimiento puede servir como graduación para
separar los supuestos de error de los supuestos de acierto puesto que, al
fin y al cabo, el error no es más que un juicio falso, o sea, afecta a la
capacidad cognitiva. Una vez que estamos en el ámbito de los «aciertos»,
la modulación del conocimiento como exclusiva base en la que se asienta
algo tan trascendental como es privar de derechos a un ciudadano durante
un tiempo más o menos largo, parece demasiado débil y poco respetuosa
con el principio de igualdad.
208DEL MAR DÍAZ PITA, María. La presunta inexistencia del elemento volitivo en el dolo
y su imposibilidad de normativización, pág.61 a 71. En: Revista Penal. com. N.º 17. 2016
Disponible en: http://www.uhu.es/revistapenal/index.php/penal/article/viewFile/267/257.
pág. 125
b) El aspecto cognitivo no puede ser el eje central del dolo
Señala la profesora María Del Pilar Díaz Pita, criticando al profesor Feijoo
Sanchez209, quien refiere que: “el aspecto cognitivo es eje central del dolo,
puesto que sitúa el centro de gravedad del dolo de forma exclusiva, en el
conocimiento del sujeto, conocimiento que sólo abarcará el peligro de
producción del resultado lesivo, ya que, en su opinión, el resultado no
puede ser conocido por el sujeto puesto que es un hecho del futuro y los
hechos del futuro sólo pueden ser abarcados intelectualmente en forma de
cálculo, previsión o predicción. La actuación dolosa, pues, se caracteriza
por un conocimiento sobre el riesgo y no sobre el resultado”.
209 FEIJOO SÁNCHEZ, «La distinción entre dolo e imprudencia en los delitos de resultado
lesivo. Sobre la normativización del dolo», en CPC nº 65, 1998, pp. 269 a 364.
210 DEL MAR DÍAZ PITA, María. La presunta inexistencia del elemento volitivo en el dolo
y su imposibilidad de normativización, pág.61 a 71. En: Revista Penal. com. Nº 17. 2016
Disponible en: http://www.uhu.es/revistapenal/index.php/penal/article/viewFile/267/257
pág. 126
C) La decisión del ser humano como forma de vincularse con su
entorno
La doctora María Del Pilar Diaz Pita, refiriendo a Castilla Del Pino211,
argumenta que no es suficiente tener al aspecto cognitivo para que el ser
humano llegue a actuar dolosamente, puesto que el ser humano solamente
puede vincularse con su entorno a través de las decisiones que éste llegue
a tomar de acuerdo al conocimiento que haya obtenido con la experiencia.
“Para vincularse con los objetos, el sujeto requiere procesos cognitivos y
procesos desiderativos: conocer y, de entre lo que se conoce, desear: así
se resume la conjunción del ser humano con los objetos de su entorno (…)”.
211 Castilla del Pino, Teoría de los sentimientos, 3ª ed., Barcelona, 2000, págs. 55 y ss.
Citado por: DEL MAR DÍAZ PITA, María. La presunta inexistencia del elemento volitivo en
el dolo y su imposibilidad de normativización, pág.61 a 71. En: Revista Penal. com. N.º 17.
2016 Disponible en:
http://www.uhu.es/revistapenal/index.php/penal/article/viewFile/267/257
pág. 127
3.6 Teoría cognoscitiva: una alternativa para probar el dolo
pág. 128
voluntariamente siendo consciente de la posible realización del tipo,
necesariamente lo aprueba en sentido jurídico215. Esta afirmación, señala
Ragués, puede hacerse extensiva a otros requisitos pretendidamente
volitivos con los que la jurisprudencia suele caracterizar al dolo eventual,
como son el “aceptar”, “resignarse” o “conformarse” con la realización
típica.
pág. 129
Se puede deducir de esto que, con lo manifestado por el profesor Ragués,
existe un adelantamiento del dolo en aquellos casos donde ocurra culpa
consciente, puesto que la culpa consciente desaparece y se convierte en
algo meramente doloso, como bien lo señala la profesora Romi Chang
Kcomt217, quien grafica la diferencia entre la teoría volitiva de la teoría
cognitiva de la siguiente forma:
217 CHANG KCOMT, Romy. Dolo Eventual e Imprudencia Consciente: Reflexiones en torno
a su Delimitación. Asociación Civil Derecho y Sociedad, pág. 04. Disponible en:
http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/derechoysociedad/article/viewFile/13232/13843
218 RAMOS TAPIA, Inmaculada. La discusión dogmática sobre el concepto de dolo y la
tendencia hacia una teoría cognitiva. En: Maestría en ciencias penal de la Universidad San
Martín de Porres, Lima, s/d, pág. 15. Disponible en:
http://www.derecho.usmp.edu.pe/postgrado/maestrias/maestria_ciencias_penales/cursos
/1ciclo/temas_teoria_del_delito/materiales/dr_Raul%20Pariona/5_Inmaculada_Ramos.pd
f
219 RAGÜES I VALLES, Ramón. Consideraciones sobre la prueba del dolo. Revista de
pág. 130
forma simple pero contundente, el dolo ya no es conocimiento y voluntad,
sino únicamente conocimiento.
220 Ídem.
221 Ídem.
222 CARO JOHN, José. La objetivación del conocimiento susceptible de imputación en el
Derecho Penal, en: CAR JOHN, José. Manual teórico- práctico de teoría del delito. Ara
Editores, Lima, 2014. Citado por QUIROZ SALAZAR, William F. La prueba del dolo, en el
proceso penal acusatorio garantista. Ideas Solución Editorial, Lima, 2014, pág. 59.
223 El profesor Ragués, también tiene un concepto dirigido hacia un sentido social, cuando
nos refiere que: “Existe dolo cuando, a partir de un sentido social de un hecho y de las
circunstancias que lo acompañan, puede afirmarse de modo inequívoco que un sujeto ha
llevado a cabo un comportamiento objetivamente típico atribuyéndole la concreta
capacidad de realizar un tipo penal”. Ver en: RAGUÉS I VALLES, Ramón. El dolo y su
prueba en el proceso penal. José María Bosch editor, Barcelona, 1999, pág. 353.
224 Ídem.
pág. 131
volitivo dentro de los delitos de mera actividad, esto resultan absurdos,
como por ejemplo, sería absurdo sostener que no actúa dolosamente quien
ingresa a un domicilio ajeno sabiendo que no cuenta con autorización de
su titular, pero <<sin haber querido hacerlo>>. Por lo que se puede
establecer que la tripartición del dolo, basada en una graduación de la
intensidad de la voluntad, haya sido concebida única y exclusivamente para
los delitos de resultado”.
4. Toma de posición
En primer lugar, se puede establecer que el dolo surge dentro del fuero
interno de las personas, donde se llega a desarrollar el conocimiento sobre
su conducta, para, posteriormente, llegar a cometer el ilícito penal.
pág. 132
donde el sector que defiende a la teoría volitiva señala que esta debe
prevalecer cuando de determinar el dolo se trate, puesto que uno de sus
principales argumentos es que la imputación se encuentra en la decisión
tomada por el sujeto.
Por otro lado, tenemos a la teoría cognoscitiva, quien nos señala que para
efectos de llegar a determinar el dolo, no es necesario llegar a establecer
el aspecto volitivo, puesto que el dolo solo resulta siendo el conocimiento
de realizar el tipo penal, ya que, quien simplemente acepta, se conforma o
se resigna con la realización del tipo jurídicamente quiere dicha realización
y, por tanto, actúa dolosamente.
Dicho esto, para la presente tesis, considero que se debe llegar a tomar
posición por alguna de estas teorías con la finalidad de sentar una clara
postura sobre qué es realmente el dolo, y de ahí sentar las bases para
llevarlo a determinar dentro de un proceso penal, sobre todo, saber cuándo
ocurre el dolo en el delito de negociación incompatible.
pág. 133
Y esta pregunta viene junto con el divorcio que existe con el Derecho Penal
y el Derecho Procesal Penal, ya que siendo el dolo un aspecto dogmático
del Derecho Penal Parte General, y la determinación del dolo un aspecto
procesal, ¿podríamos definir y acreditar dentro de un proceso
jurisdiccional?
Por tal motivo, considero que el objeto del dolo no debe girar tanto en los
conceptos jurídicos de carácter psicológicos que se han venido
desarrollando, sino que, más bien, dolo es las circunstancias de los hechos
acaecidos cuando ocurre un delito, y que a partir de esas circunstancias es
donde el Derecho empieza a valorar si realmente este existió el dolo en el
sujeto imputado226.
225 El rechazo a la concepción psicologista pude ser atribuido a dos grandes causas: en
primer lugar, algunos autores entienden que la concepción psicologista padece del errible
defecto de no poder ser llevada a la práctica, por lo que se proponen criterios distintos
para hacer aplicable el concepto de dolo. En segundo lugar, otros autores consideran que
por principio, al derecho penal no le interesa la realidad psicológica, sino otras realidades
que le permitan cumplir de modo más efectivo su función en la sociedad. Ver en: QUIROZ
SALAZAR, William F. La prueba del dolo, en el proceso penal acusatorio garantista. Ideas
Solución Editorial, Lima, 2014, pág. 48.
226 RAGUÉS I VALLES, Ramón. El dolo y su prueba en el proceso penal. José María Bosch
pág. 134
4.1. La atribución normativa del dolo
pág. 135
durante la realización del delito y pasa a convertirse en una imputación de
conocimientos a partir de criterios normativos229.
229 GARCÍA CAVERO, Percy. Lecciones de Derecho penal, parte general. 2a edición.
Editorial Grijel, Lima, 2008, pág. 409.
230 RAGUÉS I VALLES, Ramón. El dolo y su prueba en el proceso penal. José María
pág. 136
Reglas de atribución:
a) Conocimientos mínimos231:
pág. 137
d) Características personales del sujeto como fuente de atribución de
conocimientos234:
pág. 138
CAPÍTULO III
ANÁLISIS Y RESULTADOS
pág. 139
concerniente a la prueba indiciaria, con la finalidad de resolver teniendo en
cuenta los parámetros procesales desarrollados.
pág. 140
misma con la participación del residente de obra en representación del
contratista, sin constatar el metraje realmente ejecutado y señalaron que la
misma se realizó de conformidad con el expediente técnico y el contrato de
ejecución de obra, lo que benefició a la aludida empresa con el pago de
metrajes no ejecutados, no obstante que la recepción se efectuó quince
meses después de su culminación; que el encausado Vivar Espinoza, en
su calidad de ex miembro del Comité de Recepción de la obra "Refuerzo
Asfáltico, Señalización Vertical y Horizontal de las avenidas Aurelio
Miroquesada (cuadras diez y once) y Alberto del Campo (cuadras uno y
dos)", con participación del residente de obra en representación del
contratista, recibió la misma sin constatar el metraje realmente ejecutado y
señaló que se ejecutó de conformidad con el expediente técnico respectivo
y el contrato de ejecución de obra, sin formular ninguna observación
técnica, pese a que la recepción se efectuó quince meses posteriores a su
culminación; que los encausados Becerra Verástegui -ex Directora de
Desarrollo Urbano- y Arias Torres -ex Jefe de la División de Obras
Municipales-, quienes también integraron el Comité de Recepción de la
obra "Refuerzo Asfáltico y Señalización Horizontal en la avenida Canaval y
la calle Moreyra y calle Ricardo Ángulo Ramírez (ex calle uno)", aprobaron
las valorizaciones, reintegros y la liquidación final de las referidas obras sin
contar con solicitud y autorización de trabajos adicionales, así como
recibieron las mismas con la participación del residente de obra, sin
constatar el metraje realmente ejecutado y ocasionando un perjuicio a la
entidad edil ascendente a cincuenta y cinco mil ciento treinta nuevos soles
con veinticuatro céntimos; que el encausado Dejo Almeida -ex Jefe de la
División de Proyectos-, quien también se desempeñó como Inspector,
Asesor y Miembro del Comité de Recepción de las obras "Refuerzo
Asfáltico, Señalización Vertical y Horizontal de las avenidas Dos de Mayo
y Jorge Basadre, y la calle Ricardo Ángulo Ramírez" y "Refuerzo Asfáltico,
Señalización Horizontal de las avenidas Aurelio Miroquezada (cuadras diez
y once), Alberto del Campo (cuadras uno y dos) y Enrique Canaval y
pág. 141
Moreyra", aprobó las valorizaciones, reintegros y la liquidación final de las
referidas obras, sin contar con solicitud y autorización de trabajos
adicionales, así como recepcionó las obras con participación del residente
de obra sin constatar el metraje realmente ejecutado, de suerte que
favoreció a los contratistas, quienes se vieron beneficiados con el pago de
metrajes no ejecutados; que del informe de la Contraloría se evidencia que
en algunas de estas obras se consignaron liquidaciones mayores a los
metrados considerados en el expediente técnico, lo que ocasionó a la
entidad edil un perjuicio económico de setenta y dos mil trescientos
veinticuatro nuevos soles por pago de metrados no ejecutados; que estos
hechos se calificaron como delito contra la Administración Pública en la
modalidad de negociación incompatible o aprovechamiento indebido del
cargo, previsto en el artículo trescientos noventa y siete del Código Penal,
vigente al tiempo de la comisión del hecho punible (actualmente previsto
en el artículo trescientos noventa y nueve del Código acotado.
pág. 142
de San Isidro, conforme se indica en el Informe Especial de la Contraloría
General de la República, lo que acredita que ninguno de los imputados
intervino en el proceso de contratación sino en la ejecución y recepción de
obra, atribuyéndoles concretamente una conducta omisiva, como es haber
recepcionado la obra sin constatar el metraje realmente ejecutado. Quinto:
Que para decidir si una conducta omisiva puede llegar a ser estructural y
normativamente equivalente a la realización activa del delito de negociación
incompatible o aprovechamiento indebido del cargo, es de establecer si
cabe la transgresión de los roles especiales de negociación y
representación pública de los funcionarios y servidores públicos a través de
la omisión; que no existe una actuación omisiva que pueda corresponderse
con el elemento de la transgresión de la legalidad del ejercicio funcional
exigido en el tipo penal aludido, pues si un miembro del Comité Especial
omite un acto de su función podrá ser responsable por omisión de deberes
funcionales, pero no por delito de negociación incompatible.
pág. 143
Análisis jurisprudencial
pág. 144
i) Los conocimientos mínimos (si de los hechos, cualquier persona con
condiciones normales hubiese actuado de la misma forma en que
actuaron los imputados);
ii) Si los sujetos reunían determinadas características personales (nivel
de grado de profesión y especialidad sobre la materia);
iii) Si se encontraban en una situación de poder contar con el suficiente
conocimiento de que su actuar omisivo podría beneficiar a la empresa
privada.
Los acusados Luis Ramón Torres Robledo -Alcalde-, Jesús Ricardo Ascuña
López -Gerente General-, Patricia Verónica Jaramillo Vargas -Jefa de
Abastecimiento e Integrante del Comité de Especial-, Oscar Fabricio
Meléndez Liendo -Jefe de abastecimiento e Integrante del Comité de
Especial-, Mario Martín Meléndez Condori, Carlos Alejandro Díaz
Cárdenas, Carina Enriqueta Valcárcel Torres de Banda -Jefa del
Departamento de Asesoría Legal e Integrante del Comité de Especial- se
aprovecharon del cargo de funcionario público para favorecer intereses
particulares, porque se detectó irregularidades en la adjudicación directa
pública número cero cero tres - dos mil uno - MPT re-potenciación de planta
pág. 145
chancadora trituradora secundaria, realizado en el año dos mil uno, en la
que se efectuó dos convocatorias declaradas desiertas realizadas sin
presencia de Notario Público y, posteriormente, se procedió a contratar a
la Empresa Consorcio Metalúrgico Sociedad Anónima CO.ME.SA,
incluyéndose la realidad, además, pese a estar comprendido en el contrato
no solicitaron la respectiva carta fianza para proteger la inversión de la
entidad edil; todo lo cual perjudicó los intereses económicos de la entidad
agraviada.
pág. 146
consecuencia, es correcta la absolución de los indicados encausados. Por
estos fundamentos: declararon NO HABER NULIDAD
Análisis jurisprudencial
pág. 147
mejor oferta técnica y económica que pueda repotenciar a la maquina
chancadora en cuestión, y si los sujetos tenían al alcance dicha
información.
pág. 148
En ese sentido, se aprecia que Luis édgar Quillama Otárola resulta ser
esposo de Liza Gisella Pinasco Montenegro –hermana del procesado–; y
se tiene que en octubre del año dos mil siete, el Comité Especial
Permanente –presidido por el procesado– otorgó la buena pro del proceso
de selección denominado: Mejoramiento del pasaje Aviación –entre la calle
San José y el pasaje Quebrada Seca–, provincia de Maynas, en el
departamento de Loreto, a favor de la empresa Amazonía Constructores &
Consultores S. A. C., con pleno conocimiento de que su cuñado era
subgerente de dicha empresa; y con ello se trasgredieron los principios de
moralidad e imparcialidad, así como los parámetros de actuación de los
funcionarios en las contrataciones y adquisiciones del Estado; ello con la
finalidad de favorecer a la empresa a la que pertenecía su cuñado .
pág. 149
De otro lado, la constitución de la empresa Amazonía Constructores &
Consultores quedó acreditada con el Acta de Inscripción –véase a fojas
doce–, con fecha dieciséis de marzo de dos mil siete, mediante el cual se
nombró como Gerente General a Carola Valdivia Pizango y como
Subgerente a Luis Édgar Quillama Otárola, quienes en forma conjunta y
mancomunada ejercerán todas y cada una de las facultades inherentes a
su cargo establecidas en el estatuto de la empresa. Sin embargo, mediante
la carta de renuncia irrevocable –véase a fojas ciento setenta y ocho–, de
fecha veinte de abril de dos mil siete, se aprecia que Luis Édgar Quillama
Otárola renunció a la empresa Amazonía Constructores & Consultores S.
A. C. –documento sellado y firmado por Estalin Novoa Navarro–, la que
fuera ratificada por la Carta N.° 026-2010-AMACCONS S. A. C. –véase a
fojas ciento setenta y siete–, mediante la cual Ángela Margarita Rojas Zaira
–en calidad de nueva Gerente General de la empresa señalada–, corroboró
que Luis Édgar Quillama Otárola renunció a dicha empresa con fecha
veinte de abril de dos mil siete y que ello fue recibido por el entonces socio
fundador Estalin Novoa Navarro (corroborado por dicha persona en su
declaración de fojas ciento cuatro).
pág. 150
Por ello, dado a que durante el proceso penal seguido no existió
cuestionamiento alguno respecto de los documentos señalados en el
fundamento precedente, los mismos mantienen su valor probatorio y no
pueden ser descartados como tales, más aún si no se presentaron medios
que los desacrediten o contradigan; con lo cual quedaría comprobado que
Luis Édgar Quillama Otárola ya no era subgerente ni pertenecía a la
empresa que resultó ganadora de la buena pro; y si bien obra en autos el
Acta de Inscripción, de fecha dieciséis de junio de dos mil ocho –véase a
fojas veintiuno–, mediante el cual recién se inscribió la revocación del cargo
de subgerente a Luis Édgar Quillama Otárola; ello debe interpretarse con
las reservas del caso, ya que dicha inscripción corresponde a la
formalización registral de una acto que ya se había producido con fecha
abril de dos mil siete; y, además, tanto los miembros del comité de
adjudicación de la buena pro y los representantes de la empresa ganadora
Amazonía Constructores & Consultores S. A. C., coincidieron en señalar
que Luis Édgar Quillama Otárola no participó en los trámites previos,
durante o posteriores al otorgamiento de la buena pro y que la persona que
representó a la empresa en dicho proceso fue Carola Valdivia Pizango, en
calidad de Gerente General de la empresa.
pág. 151
observaron ninguna conducta irregular por parte del procesado que haga
suponer algún interés para favorecer a la empresa que resultó ganadora.
Ello también guarda relación con el Acta de Adjudicación Directa Selectiva
N.° 008-2007-GOI-MPM –véase a fojas ciento treinta y nueve– en el cual
se aprecia que se registraron inicialmente quince postores, se presentaron
trece con sus respectivas propuestas técnicas y económicas, y tras lo cual
se produjo un empate de puntaje entre cinco empresas –dentro de las
cuales se encontraba la empresa Amazonía Constructores y Consultores
S. A. C.–, de modo tal que se convocó a concurso de sorteo; y con el Acta
de Continuación de Adjudicación Directa Selectiva N.° 008-2007-GOI-MPM
–véase a fojas ciento cuarenta y dos– en el que se realizó un sorteo por
balotas en el que resultó ganadora la empresa antes señalada –sin
observaciones o cuestionamientos de los demás postores–. Por ello, en los
elementos obrantes en autos no se aprecia que el acusado haya
intervenido directa o indirectamente en el proceso de selección para
favorecer a la empresa ganadora; más aún, si la elección final se dio
mediante sorteo de balotas y Luis Édgar Quillama Otárola ya no formaba
parte de la empresa ganadora.
pág. 152
Análisis jurisprudencial
pág. 153
existió el conocimiento por parte del imputado de una empresa que
presta servicios a lo que justamente requería el comité de selección que
el imputado presidía.
A partir de ahí, lo que realmente debió hacer la Sala es determinar que del
mismo proceso de selección se puede verificar que este se llevó con la
debida regularidad, y que si el supuesto empate de entre las cinco
empresas fue debido a una adecuada calificación de las propuestas
técnicas y financieras; así como, de verificar si las otras empresas tenían
una propuesta que más se ajustaba a los intereses de dicha municipalidad.
pág. 154
1.4. Sala Penal Transitoria R.N.N. 2641- 2011- Lambayeque
pág. 155
Antonio Reinoso Samamé -ex Jefe de la División de Obras Sociales-,
Salomón Jiménez Chumpen -ex integrante del Comité Especial
Permanente-, Cristóbal Gonzalo Reaño Ramírez -ex integrante del Comité
Especial Permanente- y Sixto Norberto Diez Segura -ex integrante del
Comité Especial Permanente-, en su condición de funcionarios de
la Sociedad de Beneficencia Pública de Chiclayo intervinieron en la
contratación de servicios cuyo objeto era la actualización del margesí de
bienes inmuebles de la entidad, conforme fue acordado mediante sesión
de Directorio del diecinueve de agosto de dos mil nueve, por la que se
acordó contratar los servicios de un equipo de profesionales que se
encargue de ver los inmuebles de propiedad de la entidad agraviada que
no aparecen en el margesí de bienes ni en los Registros Públicos, así como
de efectuar el reconocimiento físico legal; habiéndose determinado que los
procesos de adquisición, contratación y ejecución de los citados servicios
se encontraban plagados de irregularidades, al existir bases que carecían
de información técnica para la convocatoria del proceso de adquisición,
asimismo ninguno de los integrantes del citado Comité era profesional
especializado; con el objeto de la convocatoria, se validaron propuestas
económicas no obstante que los postores no cumplieron con presentar la
documentación solicitada en las bases, elaborándose un contrato
perjudicial a la entidad, debido a que en éste no se incluyó alguna cláusula
de penalidad que garantice el cumplimiento del contrato; actos que denotan
un indebido interés en la ejecución del contrato aludido, perjudicándose a
la entidad con un monto ascendente a veintisiete mil doscientos nueve
nuevos soles, en beneficio de los ganadores de la Buena Pro.
pág. 156
Criterio o decisión de la Sala
pág. 157
Que, del estudio de autos, se advierte que la propia imputación esgrimida
por el representante del Ministerio Público contra los encausados Marco
Antonio Ohama Paredes, Teófilo Ramón Rojas Quispe, Nepton David Ruiz
Saavedra, Jorge Antonio Reinoso Samamé, Salomón Jiménez Chumpen,
Cristóbal Gonzalo Reaño Ramírez y Sixto Norberto Diez Segura, tiene
como fundamento el Informe pericial número cinco-dos mil ocho CG/ORCH,
el cual determinó la existencia de una serie de irregularidades durante el
período transcurrido entre enero del año dos mil cuatro y diciembre de dos
mil cinco, las mismas que atribuye a los citados encausados y que se
enmarcan en el proceso de adquisición, contratación y ejecución de
servicios de arrendamiento de los bienes inmuebles, margesí de bienes de
captación de recursos de Servicios Funerarios Integral -SERFIN- y el uso
oficial de los vehículos de la Sociedad de Beneficencia Pública de Chiclayo;
sin embargo, tales circunstancias por sí solas no denotan la existencia de
un interés particular de parte de los procesados, pues las irregularidades
administrativas que pudieran haberse presentado en la tramitación de
dichos procedimientos sólo pueden tomarse en cuenta como indicios a
efectos de determinar la responsabilidad penal en el delito que nos ocupa,
si se encuentran acompañadas de otros elementos probatorios que incidan
en la determinación del interés que caracteriza al delito de negociación
incompatible; siendo esto así, no se puede atribuir a los procesados, en su
calidad de funcionarios públicos, haber asumido un interés de parte o de
un tercero, yuxtapuesto al interés del Estado o en desmedro de éste, lo que
en concreto origina el merecimiento de reproche penal en el citado delito;
además resulta necesario recalcar que, la forma en que se cumple un
contrato celebrado de forma lícita, así como su incumplimiento y demás
particularidades propias de una relación contractual, resultan de
competencia jurisdiccional extrapenal, siendo del caso señalar que la Ley
número veintinueve mil seiscientos veintidós, publicada el siete de
diciembre de dos mil diez, que modifica la Ley número veintisiete mil
setecientos ochenta y cinco (Ley Orgánica del Sistema Nacional de Control
pág. 158
y de la Contraloría General de la República), amplió las facultades del
Órgano de Control para sancionar en materia de responsabilidad
administrativa funcional, catalogándose como conductas infractoras las
irregularidades descritas en el Informe Especial que originó la presente
causa, circunstancia que evidencia, más aún, la trascendencia
administrativa y no penal de los hechos materia de imputación; por lo que,
la sentencia absolutoria impugnada se encuentra arreglada a ley. Por estos
fundamentos: declararon NO HABER NULIDAD en la sentencia de fojas
dos mil sesenta y ocho, de fecha treinta de junio de dos mil once, que
absolvió a los procesados Marco Antonio Ohama Paredes, Téofilo Ramón
Rojas Quispe, Nepton David Ruiz Saavedra, Jorge Antonio Reinoso
Samamé, Salomón Jiménez Chumpen, Cristóbal Gonzalo Reaño Ramírez
y Sixto Norberto Diez Segura de la acusación fiscal formulada en su contra
por el delito contra la Administración Pública, en la modalidad de
negociación incompatible, en agravio de la Sociedad de Beneficencia de
Chiclayo; con lo demás que contiene.
Análisis jurisprudencial
pág. 159
En ese sentido, también se debió realizar un análisis del comportamiento
irregular de dichos funcionarios que puedan determinar el aspecto doloso;
por lo que si llegásemos a aplicar los criterios para determinar el dolo
(imputación de conocimiento), en primer lugar verificaríamos si los sujetos
contaban con los conocimientos mínimos sobre la aplicación de la Ley de
Contrataciones del Estado; en segundo lugar se verificaría las
características personales de los sujetos (nivel de capacitación y
especialidad sobre la función que realizaban), y el conocimiento situacional
que un sujeto activo sepa que una conducta bajo determinadas
circunstancias resulta apta para producir un resultado lesivo en contra de
la Entidad a la que representa, y finalmente, que se evidencien conductas
donde se exterioricen el conocimiento suficiente sobre su actuar, con el
subsecuente beneficio de un tercero. De este modo, se podría establecer
que hubo o no un actuar doloso.
pág. 160
cabo dicho proceso. Además este último fue quien realizó el servicio
requerido, y brindó la proforma del servicio. Hechos que sucedieron entre
junio y diciembre de dos mil cinco.
Del estudio de los actuados se corroboró que la acusada Auraluz del Pilar
Pedraza Manrique se encargó de elaborar el cuadro comparativo de precios
–folios ciento doce–, además fue la persona que concedió la buena pro a la
postora Simith Reátegui de Flores; esto fue admitido por la acusada en el
juicio oral; sin embargo, pese a que esta última tenía impedimento para
contratar con el Estado, la acusada Pedraza Manrique procedió con la
suscripción del contrato por trabajo específico, que obra a folios ciento dos,
de todo lo cual se acredita el interés que esta tenía de favorecer con la
buena pro a la mencionada postora; más aún si no se evidencia en autos
que haya realizado las acciones pertinentes para verificar la habilitación de
su coacusada para contratar con su representada.
Por otro lado, no resulta creíble que siendo trabajadora del Hospital
agraviado no haya tenido conocimiento de la relación de cónyuge de su
coacusada con la persona de Juan Flores Rodríguez (acta de matrimonio de
folios doscientos veintinueve), trabajador del Hospital agraviado; pues se trata
de una institución en donde todos los trabajadores se conocen, y quien
ocupa un cargo como el que ostentaba la acusada debe verificar quienes
postulan como postores.
pág. 161
Rodríguez, esposo de la procesada Reátegui Guerra de Flores y trabajador
de dicho hospital fue quien reparó y realizó el mantenimiento de los tres
motores de dicho nosocomio; asimismo, sostuvo que existió presión de la
Dirección de Administración y Oficina de Logística, que dirigía la procesada
Pedraza Manrique, para que hiciera el segundo requerimiento del servicio
de mantenimiento sin adjuntar el informe técnico de respaldo de dicha
solicitud, procediendo meses después a regularizar toda la documentación
solicitada que quedó pendiente de tramitar.
pág. 162
proformas y cobró por el trabajo efectuado, es decir, teniendo la prohibición
para contratar con el hospital agraviado, se benefició con la buena pro.
Análisis jurisprudencial
pág. 163
1.6. Sala Penal Transitoria R.N.N 4259- 2008- Tumbes
pág. 164
no haber participado directa ni indirectamente en la adquisición de las
computadoras adquiridas por la Municipalidad Distrital de Aguas Verdes, a
la Empresa COMPUPLANET SCRL. de la cual reconoce haber sido socio,
versión que ha sido corroborada por el Jefe de Abastecimiento Teófilo Abel
Zapata Echegaray, quien afirmó que la adquisición de las cuatro
computadoras se trató de una adquisición de menor cuantía donde
intervinieron el Gerente y el Jefe de Abastecimiento donde el citado
encausado no ha tenido participación alguna en la designación de la
empresa ganadora de la buena pro para la adquisición de las cuatro
computadoras, siendo su persona quien salió a indagar sobre las
cotizaciones de las computadoras con las características que había
consultado previamente al encausado Rodríguez López, quien se
desempeñaba como ingeniero, limitándose éste en proporcionarlas más no
tuvo incidencia ni sugirió en la decisión de la empresa ganadora.
pág. 165
Que en lo atinente que existe un conflicto de compatibilidades, entre la
función del procesado y el otorgamiento de la buena pro a la empresa de
la cual era socio, pues está acreditado que el acusado desempeñaba
funciones técnicas de mantenimiento y reparación de equipos de cómputo
e impresoras y otros afines, sin tener injerencia en la ejecución de la
licitación y mucho menos en el otorgamiento de la buena pro, conforme se
advierte del informe emitido por el Jefe del Área de Logística en el cual se
describen las funciones que cumplió el procesado como trabajador (ver
fojas cuarenta y ocho). Por estos fundamentos: declararon NO HABER
NULIDAD.
Análisis jurisprudencial
pág. 166
ese supuesto si se podría determinar una actitud dolosa por parte de los
funcionarios cualificados en interesarse indebidamente en dicha
contratación.
pág. 167
al postor ganador ya que validaron una documentación falsa; (iv) que el
acusado miranda correa, en su calidad de alcalde, no asistió al despacho
municipal a realizar las actividades propias de su cargo, y que lo hacía en
su domicilio sin que exista documento que lo autorice; (v) que existen
deficiencias en la recaudación de rentas y retraso en el pago de los
trabajadores, todo lo que dio origen al delito de incumplimiento de deberes
funcionales; que la parte civil en su recurso formalizado de fojas mil
setecientos cuarenta y tres alega que el monto por concepto de reparación
civil que debe abonar el acusado miranda correa no es proporcional con el
perjuicio económico causado, ya que este asciende a un millón trescientos
diez mil seiscientos sesenta y ocho nuevos soles con sesenta y ocho
céntimos, como lo establece el informe especial de la contraloría general
de la república, por lo que solicita una suma no menor de dos millones de
nuevos soles; asimismo, cuestiona su absolución en lo referente al delito
de incumplimiento de deberes, ya que ejerció el cargo de alcalde en su
domicilio particular; también señala que en el camal de Ica en forma real y
efectiva se benefició ganado por un monto de cuarenta y cuatro mil
cuatrocientos ochenta y tres nuevos soles con veinticinco céntimos, monto
que no figura como ingresado a las rentas de la municipalidad, que la
recaudación estuvo a cargo de Martínez Marchand, y que, en cuanto al
monto de la reparación civil, solicita se fije la suma de cincuenta mil nuevos
soles; que también cuestiona el extremo absolutorio de los acusados
Chipana Aliaga y Huamán Aliaga, quienes estuvieron al tanto de los montos
que ingresaban al camal y por tanto se acredita su participación, y en
cuanto a los acusados Sánchez Castro, Geng Olaechea y Soria Espinoza
se acredita su responsabilidad penal con el informe especial anotado.
pág. 168
cero cero uno-cero uno - mpi-cerco olímpico estadio "José Picasso
Peraltan”, por cuanto dieron cumplimiento a lo dispuesto en el artículo
ochenta y cinco de la ley número veintiséis mil ochocientos cincuenta - ley
de contrataciones y adjudicaciones del estado; que, en efecto, se
presentaron tres propuestas, de la empresa “Torero Campos contratistas
generales sociedad de responsabilidad limitada”, Contratistas
Construcciones Roma Sociedad Anónima” y la empresa “Cánepa Raffo
Contratistas Generales Sociedad De Responsabilidad Limitada”, se otorgó
la buena pro a ésta última, se cumplió con invitar a prompyme -fojas
quinientos uno-, que la empresa ganadora presentó su declaración jurada
-fojas quinientos diecisiete- de no tener ningún tipo de impedimento, por lo
que, en todo caso, ésta es responsable de la veracidad de los documentos
e información que presenta, tal como lo estipula el reglamento de la
anotada ley en su artículo cincuenta y seis, inciso seis; que si
posteriormente los acusados, como miembros del comité de adjudicación
toman conocimiento que la empresa ganadora de la buena pro no estaba
habilitada para contratar con el estado, según la comunicación del consejo
superior de contrataciones y adquisiciones del estado - CONSUCODE -
fojas quinientos treinta y cinco- y se establece por consiguiente la falsedad
de la constancia que adjuntaron ello escapa a su responsabilidad.
Análisis jurisprudencial
pág. 169
basados en un principio de confianza, estos no pudieron actuar de manera
indebida en la contratación y la posterior adjudicación a favor de la empresa
que presentó documentos falsos.
Demás está decir que, si existían otro tipo de indicios que pudiesen
acreditar el conocimiento por parte de los funcionarios, si se podría
determinar el aspecto doloso, caso contrario, lo único que se puede llegar
a determinar es un actuar sin tener conocimiento, por lo tanto, solo se
podría atribuir un error de tipo.
pág. 170
Martín Bailetti Frayssinet, y los presentaron como favoritos de la Oficina Nacional
de Gobierno Electrónico e Informática (ONGEI), y omitieron perfiles de los otros
candidatos, pues no habían remitido la documentación necesaria ni habían
asistido a las entrevistas programadas —que constituía factor de evaluación
previo a la contratación—; que, pese a ello, se insertó una calificación y así
salieron ganadores contraviniendo disposiciones legales —normas del Banco
Interamericano de Desarrollo (BID)—; calificaron la adquisición de tales servicios,
sobre la base de actos simulados, a intereses particulares; por tanto, no se
cautelaron los intereses del Estado.
pág. 171
Informe Especial número cero cero siete-dos mil siete-dos-cero quinientos
ochenta y uno —fojas diecisiete, ratificado en juicio oral a fojas dos mil
ochocientos treinta y ocho—, evacuado por el Órgano de Control Institucional
de la Presidencia del Consejo de Ministros, donde se describe que los
procesados, integrantes del comité de evaluación, responsables de la
ejecución de tres procesos de selección, tomaron interés particular, para
nombrar a los postores, Iván Pasco Lizárraga —Consultoría Módulo de
Transacción—, María Milagritos Alva Collantes —Consultoría Módulo de
Ingreso de Escrituras Públicas— y Martín Bailetti Frayssinet —Consultoría,
Módulo de Ingreso de Escrituras Públicas—; con tal propósito, eludieron el
cumplimiento de sus funciones y las disposiciones normadas por el Banco
Interamericano de Desarrollo, Políticas y Procedimientos para la
Adquisición de Servicios de Consultoría, que fueron aprobados por dicha
entidad, e incurrieron en irregularidades en el desarrollo de tales procesos
de selección. En consecuencia, tampoco se valoraron los testimonios de
Sebastián Valera Vargas y María Giuliana Mendoza García —fojas mil
seiscientos cincuenta y siete y mil ochocientos cuarenta y tres—, quienes
corroboran los correos electrónicos del veinticuatro de agosto de dos mil
seis y cinco de septiembre dos mil seis, donde ambos comunicaron no
haber participado en los procesos de selección para consultoría materia de
cuestionamiento —véanse también los correos electrónicos de fojas ciento
cincuenta y siete y ciento cincuenta y ocho—; por tal razón, el Coordinador
General del Programa de Modernización y Descentralización del Estado,
Carlos Castro Silvestre, dispuso las indagaciones correspondientes, y se
corroboró mediante reporte de ingreso a las instalaciones que tanto María
Giuliana Mendoza García, Alfredo Raúl Alecchi Rosas, Juan Collantes
García, Flavio Arcaya Bravo y Sebastián Valera Vargas, no habían asistido
a las instalaciones de dicho Programa el veintiséis de julio de dos mil seis
(véanse reportes de ingreso de visitantes de fojas doscientos seis, que tampoco
se valoró al momento de emitir la presente sentencia).
pág. 172
De otro lado, el Tribunal de Instancia no valoró el dictamen pericial
grafotécnico —fojas doscientos diez, ratificado a fojas dos mil ochocientos
cuarenta y ocho—, y el dictamen pericial de grafotecnia número cero
veintisiete-dos mil nueve —fojas mil trescientos sesenta, ratificado a fojas mil
setecientos cincuenta—; dictámenes que fueron elaborados por la oficina de
Criminalística de la Policía Nacional del Perú, de la Dirección Contra la
Corrupción, en el que se concluye que las firmas cuestionadas atribuidas a
Sebastián Valera Vargas y a María Giuliana Mendoza García, no provienen
del puño gráfico de su titular, pues las mismas fueron falsificadas;
documentos que acreditarían el delito de falsificación de documentos; por
lo que se debe proceder conforme con lo peticionado por el señor Fiscal
Supremo en lo Penal.
pág. 173
Análisis jurisprudencial
pág. 174
1.9. Sala Penal R.N.N 4766- 2001- Puno.
Fundamentos de hecho
Criterio de la Sala
pág. 175
si bien la Ley número veintiséis mil setecientos setentiuno «Ley contra el
Nepotismo», estableció la prohibición de nombramientos y contrataciones
de personal en el sector público por razón de parentesco, ésta fue
publicada recién el quince de abril de mil novecientos noventisiete, es decir
con posterioridad a las contrataciones efectuadas por el acusado, y que
datan del tres de enero de mil novecientos noventiséis y del quince de abril
de mil novecientos noventisiete. Quinto.- Que además, debe tenerse en
cuenta lo que dispone la precitada norma legal en su artículo quinto, en el
sentido que los contratos que estuvieran vigentes a la fecha de su
promulgación, no podrán ser renovados si se prueba la relación de
parentesco, en clara alusión a que quedan vigentes, ya que no obliga a
ninguna rescisión de los mismos; más aún, si el artículo mil trescientos
cincuenticinco del Código Civil precisa que la Ley, por consideraciones de
interés social, público o ético puede imponer reglas o establecer
limitaciones al contenido de los contratos, y como consecuencia del artículo
sesentidós de la Constitución Política del Estado, estas limitaciones no
operarán para los contratos celebrados antes de la puesta en vigencia de
la ley que establezca tales limitaciones, consecuentemente no se puede
atribuir responsabilidad al encausado; por lo que: Declararon HABER
NULIDAD en la sentencia de fojas ochocientos sesentitrés, en el extremo
impugnado que condena a COSME DAMIÁN BELTRÁN PINEDA como
autor del delito cometido por funcionarios públicos - corrupción de
funcionarios negociación incompatible, en agravio de la Municipalidad
Distrital de Paucarcolla; a dos años de pena privativa de la libertad
suspendida en su ejecución por el término de un año; lo inhabilitan para el
ejercicio de la administración pública por el término de la condena; y fija en
quinientos nuevos soles, la reparación civil; reformándola, ABSOLVIERON
a COSME DAMIÁN BELTRÁN PINEDA de la acusación fiscal por el delito
cometido por funcionarios públicos – corrupción de funcionarios–
negociación incompatible, en agravio de la Municipalidad Distrital de
Paucarcolla; en consecuencia, MANDARON archivar definitivamente el
pág. 176
proceso en este extremo; y de conformidad a lo dispuesto por el Decreto
Ley número veinte mil quinientos setentinueve, DISPUSIERON la
anulación de sus antecedentes policiales y judiciales generados como
consecuencia del citado ilícito; y los devolvieron.
Análisis jurisprudencial
pág. 177
Cabe señalar que, para el presente caso, no se requería mucha labor
probatoria para acreditar el aspecto subjetivo doloso del tipo (labor que no
realizó la Sala) ya que si se podría acreditar el parentesco y la contratación
del familiar, además de verificar si el sujeto contratado contaba con la
especialidad necesaria para ejercer esta labor, y si no existía en el
mercado laboral un profesional con una mayor especialidad con respecto
al cargo que requería la entidad municipal.
Fundamento de hechos
pág. 178
S.A.C., b) la orden de compra-guía de internamiento número 5031 del 26
de diciembre de 2011 a la empresa UNIMAQ S.A.C; efectuándose la fase
de compromiso los días 26 y 29 de diciembre de 2011, es decir antes de
otorgarse la buena pro que recién se llevó a cabo el 29 de diciembre de
2011, siendo suscrito por el 03 de enero de 2012, pese a que el 29 de
diciembre de 2011 la empresa IPESA S.A.C. presentó la carta de
propuesta económica y la declaración jurada del plazo de entrega.
Además, que el procesado Ayala Hinostroza autorizó a las empresas
IPESA S.A.C y UNIMAQ S.A. ampliar el plazo de entrega de los tractores
agrícolas por un período de 10 días, pese a que se señaló en los contratos
respectivos el plazo de entrega por 2 días. Por otro lado, al encausado
Tony Oswaldo Hinojosa Vivanco, pese a que en las bases administrativas
se consignó que los tractores agrícola debían ser entregados en el plazo
de 02 días con sus respectivos accesorios y de las irregularidades
administrativas, suscribió los contratos números 012 y 013 -2011 del 03 de
enero de 2012 con las empresas IPESA S.A.C. y UNIMAQ S.A.; además
de establecer en dicho contrato que las rastras hidráulicas, discos,
surcadora y otros accesorios serían entregados progresivamente en el
plazo máximo de 30 días a la suscripción de los contratos, contraviniendo
así las bases administrativas y las cotizaciones, que indicaba que el plazo
de entrega de 2 días”. Segundo.- Dicha decisión fue apelada por el
representante del Ministerio Público, el actor civil y la defensa de los
encausados [véase escritos obrantes a fojas cuatrocientos noventa y
cuatro, quinientos cuarenta y uno, y quinientos sesenta y uno,
respectivamente, obrantes en el cuaderno de apelación], emitiéndose la
sentencia de vista del veintiuno de agosto de dos mil quince, que confirmó
en dicho extremo la condena contra los citados encausados y agraviado,
a cuatro años de pena privativa de libertad con carácter suspendida [véase
fundamentos jurídicos 4.31 al 4.41]. Tercero.- Contra la sentencia de vista
interpusieron recurso de casación los encausados Tony Oswaldo Hinojosa
Vivanco y Edwin Teodoro Ayala Hinostroza, la misma que fue admitida
pág. 179
para el desarrollo jurisprudencial por las causales previstas en los incisos
primero y tercero del artículo cuatrocientos veintinueve del Código
Procesal Penal, mediante la Ejecutoria Suprema del veinticinco de enero
de dos mil dieciséis [véase fojas noventa y nueve del cuadernillo formado
en este Tribunal Supremo]. 7484 El Peruano JURISPRUDENCIA Martes
28 de junio de 2016 Deliberada la causa en sesión secreta y producida la
votación, corresponde dictar sentencia absolviendo el grado, que se leerá
en acto público -con las partes que asistan- el catorce de junio del presente
año a horas ocho y treinta de la mañana.
Criterio de la sala
pág. 180
prevenir la situación de emergencia. Para poder atribuir la existencia de un
ilícito penal -especialmente en el caso de contrataciones en situación de
emergencia- es necesaria la comprobación de un factor externo al proceso
de contrataciones, el cual le podría dar un sentido penal a este acto
meramente administrativo. Vigésimo Quinto: En el presente caso, los
procesados Tony Oswaldo Hinojosa Vivanco y Edwin Teodoro Ayala
Hinostroza actuaron procurando adquirir la maquinaria necesaria para
tomar acciones de prevención contra una amenaza (la plaga de Kikuyo20)
que había sido declarada como tal. Se aprecia la comisión de una serie de
defectos administrativos, los cuales fueron posteriormente regularizados.
Por ende, estos defectos carecen de valor probatorio en sí mismos. Al no
haberse probado un elemento adicional que -sin lugar a dudas- evidencie
que la razón de dichos defectos administrativos fue el quebrantar un deber
penal; entonces ha de asumirse que los mismos se dieron en el contexto
de la toma de acciones a causa de la situación de emergencia en sí misma;
por lo que, no es posible darles un sentido penal a estos defectos
administrativos. Vigésimo Sexto: En el delito de negociación incompatible,
como será desarrollado más adelante, es de especial importancia la
prueba de los siguientes elementos típicos: A. El interés indebido sobre un
contrato u operación que debe estar a cargo del funcionario público.
(Conducta objetiva) B. Debe existir un interés de obtener un provecho
propio o para un tercero. (Elemento subjetivo) La prueba de estos
elementos típicos no se puede desprender de los defectos administrativos
en sí misma. Deben existir elementos probatorios, fuera del procedimiento
administrativo, que permitan comprobar el quebrantamiento de un deber
administrativo. Si estos elementos son acreditados, entonces los defectos
administrativos pueden adquirir un significado penal, mientras tanto
carecerán del mismo. Vigésimo Sétimo: Por estas razones, al
comprobarse que, en el presente caso, la fundamentación de la Sala Penal
de Apelaciones considera la existencia del delito de negociación
incompatible, basándose sólo en la existencia de defectos administrativos;
pág. 181
sin embargo, dado que la misma no ha tenido en cuenta de que se trata
de defectos administrativos subsanables, y, sobretodo, que no ha existido
la prueba del elemento externo al proceso de contrataciones que acredite
la existencia de los elementos típicos antes mencionados; corresponde
absolver de la acusación por el delito de negociación incompatible a los
procesados Tony Oswaldo Hinojosa Vivanco y Edwin Teodoro Ayala
Hinostroza. V. La intervención del tercero en el delito de Negociación
Incompatible A. La intervención delictiva en el delito de negociación
incompatible Vigésimo Octavo: El delito de negociación incompatible es un
delito de infracción de deber, porque el mismo implica el quebrantamiento
de un deber especial -normativizado-, que sólo puede ser infringido por el
destinatario del mismo: el funcionario público a cargo de un proceso de
contratación o de adquisición. La participación de un tercero en un delito
de infracción depende, fundamentalmente, de que la misma sea incluida
en la redacción típica. Es el caso de los denominados delitos de
participación necesaria, que exigen para su configuración la presencia de
dos intervinientes: el obligado especial y el extraneus. Como es el delito
de peculado para un tercero, que requiere de la intervención del
funcionario público que administra un sector del erario público y el
particular que es destinario de esos fondos. Vigésimo noveno: Para
determinar el nivel de injerencia típica del tercero en este delito, es
necesario analizar la estructura del mismo. Este artículo se encuentra
regulado en el artículo 399° del Código penal, siendo su tenor literal el
siguiente: “Artículo 399. Negociación incompatible o aprovechamiento
indebido de cargo El funcionario o servidor público que indebidamente en
forma directa o indirecta o por acto simulado se interesa, en provecho
propio o de tercero, por cualquier contrato u operación en que interviene
por razón de su cargo, será reprimido con pena privativa de libertad no
menor de cuatro ni mayor de seis años e inhabilitación conforme a los
incisos 1 y 2 del artículo 36 del Código Penal y con ciento ochenta a
trescientos sesenta y cinco días-multa.” Trigésimo: Como podemos
pág. 182
observar, la estructura típica de este delito no permite la intervención del
tercero con el que se realiza la operación, pues de darse estaría
configurando un delito distinto (Cohecho, colusión, entre otros). No
estamos frente a un delito de participación necesaria, como sí lo es la
colusión, por lo que la intervención de la parte con la que se celebra el
contrato no es necesaria. La negociación incompatible se materializa
independientemente de la voluntad del interesado. Este delito se configura
con el surgimiento del interés indebido de promover un interés particular,
el cual va a patrocinar en contra del deber de promover el segmento de la
administración pública al cual pertenece. Este interés debe concretarse en
un provecho para un tercero o para sí mismo. El tercero no necesariamente
debe ser la persona con la que se está realizando la contratación, sino que
puede ser cualquier otro que podría resultar beneficiado -de alguna
manera- con este acto administrativo que perjudicase a la administración
pública. Trigésimo Primero: El delito de negociación incompatible se
enmarca dentro del Título XVIII (Delitos contra la administración pública),
Capítulo II (Delitos cometidos por funcionarios públicos), Sección IV
(Corrupción de funcionarios). Por ende, su interpretación se da en el marco
de la corrupción de funcionarios. Podemos observar que el mismo tiene
una naturaleza subsidiaria, dado que, por su configuración típica, se
presenta cuando no se da otra de las conductas previstas en esta sección.
Si el funcionario recibe un beneficio por el interés indebido, entonces la
conducta será considerada como un cohecho. Si el funcionario realiza un
acuerdo con la parte interesada, para defraudar al Estado, en el marco de
un proceso de contratación del Estado, entonces realizará una colusión. El
delito de negociación incompatible, entonces, queda reservado para
aquellos casos que el interés indebido del funcionario se materialice sin la
intervención de un tercero, porque si la misma se presentara constituiría
un delito independiente. B. Análisis en el caso concreto Trigésimo
Segundo: La defensa técnica plantea que la Sala Penal de Apelaciones ha
errado, porque no ha tomado en consideración que los funcionarios de las
pág. 183
empresas ganadoras de la buena pro, ni las empresas mismas han sido
sancionados. Por ende, no se ha cumplido con un requisito que sería el
sancionar aquellas personas que han manifestado un interés indebido.
Trigésimo Tercero: Sobre la base de las consideraciones anteriores, la
configuración típica del delito de negociación incompatible no permite la
intervención de un tercero. Si ésta se presentara, entonces ya no
estaríamos frente a este delito, sino a otro de los delitos de corrupción de
funcionarios. Por ello, el recurso de casación planteado por el imputado,
en este extremo, debe ser declarado infundado, dado que, en atención a
los fundamentos dogmáticos del tipo penal en mención, la Sala Penal de
Apelaciones de Ayacucho no debió procesar al particular en este caso. VI.
La determinación de la finalidad especial en el comportamiento ilícito de
los procesados A. La finalidad especial en el delito de negociación
incompatible Trigésimo Cuarto: El delito de negociación incompatible
presenta dos elementos típicos: A. El interés indebido sobre un contrato u
operación que debe estar a cargo del funcionario público. Este elemento
típico sintetiza la tipicidad objetiva. B. Debe existir un interés de obtener un
provecho propio o para un tercero. Este elemento típico pertenece a la
tipicidad subjetiva y se constituye como un elemento subjetivo de
trascendencia interna. Trigésimo Quinto: Con relación al primer elemento
típico, el elemento central es el interés. Es posible que existan dos tipos
de intereses que puede tener el funcionario: uno debido y uno indebido.
En el primer caso, el funcionario exterioriza su deseo de un cabal
cumplimiento de sus funciones en el segmento del poder que se encuentra
administrando, por lo que su idea es en todo momento beneficiar a la
administración pública. El segundo tipo de interés es el que forma parte de
la conducta incriminada: el interés indebido. Por interés indebido se
entiende a aquella situación en que el funcionario tiene un interés que no
es el procurar un beneficio para la administración pública, por el contrario,
este deber es dejado de lado expresamente por él. Al tratarse de un delito
de corrupción y entenderse al delito de negociación incompatible en el
pág. 184
marco de los delitos de corrupción de funcionarios, resulta claro que el
deber quebrantado es la adecuada gestión del patrimonio estatal. El
funcionario se encuentra en un conflicto de intereses al actuar, por un lado,
tiene el deber de procurar el beneficio de la institución a la que pertenece
y por otro el maximizar el interés (propio o de un tercero). La vía a través
de la cual este interés indebido se manifiesta es de forma directa, indirecta
o a través de un acto simulado. El objeto sobre el cual ha de recaer el
interés indebido es el contrato u operación en la que interviene por razón
de su cargo. Trigésimo Sexto: El segundo elemento es la búsqueda de un
provecho propio o de un tercero, como consecuencia del quebrantamiento
del deber institucional; además del dolo, para tener por acreditada la
conducta típica, de presentarse este elemento subjetivo. Ésta es la
motivación por la cual el funcionario se interesa en el contrato. Al respecto,
como ya señalamos, no es necesario que el tercero sea quien se beneficie
de la contratación, dado que el tipo penal admite la posibilidad (por su
redacción abierta) de que un tercero que no sea el contratante, pueda ser
el beneficiado. El provecho implica el beneficio que va a recibir el
funcionario público (cuando es para sí), el tercero, o ambos, como
consecuencia de la celebración del contrato o de la operación a cargo del
funcionario. Trigésimo Sétimo: Todos los elementos antes mencionados
deben ser materia de prueba en el proceso penal. No es posible derivar la
existencia de los mismos, o presumirla, sino que al tratarse de elementos
que configuran la conducta incriminada, constituye un deber del
Magistrado determinar si existen o no las pruebas que acrediten los
elementos antes mencionados. B. Análisis en el caso concreto Trigésimo
Octavo: La defensa alega que la Sala Penal de Apelaciones de Ayacucho
tenía el deber de determinar el elemento subjetivo de trascendencia
interna: que el autor tenga como finalidad la obtención de un provecho para
sí o para un tercero. Trigésimo Noveno: La existencia de elementos
subjetivos de trascendencia interna sólo puede derivarse de exigencias
típicas. Ahí donde la norma no ha expuesto claramente la existencia de un
pág. 185
elemento subjetivo, distinto al dolo o la culpa, dicho elemento no va a
existir. Un elemento subjetivo de trascendencia interna es la motivación
que debe tener el autor para realizar la conducta, la cual es distinta al dolo
y la culpa, porque ambos elementos subjetivos están relacionados
directamente a un elemento objetivo del tipo; sin embargo, el elemento
subjetivo hace referencia a una motivación que no forma parte del tipo
objetivo. Cuadragésimo: Conforme los fundamentos precedentes, el delito
de negociación incompatible exige un elemento subjetivo que es la
búsqueda de un provecho propio o para un tercero. Este elemento
subjetivo tiene que ser materia de prueba, porque si el mismo no se
acredita, la conducta sería atípica. Conforme puede apreciarse en la
sentencia de vista, este elemento subjetivo no ha sido materia de
acreditación. La Sala Penal de Apelaciones se ha limitado a describir
como, a su entender, sobre la base de los defectos administrativos puede
derivarse la existencia de un interés ilegítimo; sin embargo, no ha señalado
si esta conducta incriminada fue realizada buscando un provecho propio o
de un tercero. Cuadragésimo Primero: Por ello, la Sala Penal de
Apelaciones de Ayacucho al no indicar cuál sería el provecho que tuvieron
los procesados Tony Oswaldo Hinojosa Vivanco y Edwin Teodoro Ayala
Hinostroza o el particular, se debe declarar fundado el recurso de casación
planteado por la defensa técnica de éstos en dicho extremo.
pág. 186
Análisis jurisprudencial
pág. 187
a las circunstancias, llegando a proteger de los intereses del Estado, por lo
que no se configuraría el dolo del delito de negociación incompatible.
pág. 188
CONCLUSIONES
pág. 189
4. Para determinar “el interés por razones de su cargo”, según la
descripción de la norma, no solo se debe verificar el contenido
formal de la norma sino que también se debe establecer un
contenido material, donde medie una manipulación o un pre-
valimiento del cargo en beneficio propio de un tercero por parte del
funcionario público.
pág. 190
8. La propuesta otorgada por el profesor Ragués nos señala una serie
de criterios para poder acreditar el dolo, como son: a)
Conocimientos mínimos b) Transmisiones previas de conocimientos,
c) Exteriorización del propio conocimiento, d) Características
personales del sujeto como fuente de atribución de conocimientos,
e) La imputación del correcto <<conocimiento situacional>>.
pág. 191
RECOMENDACIONES
2. Se debe crear una política criminal por parte del Estado, con respecto a
la persecución penal de aquellos malos funcionarios que se aprovechan
de su función para beneficiarse de forma privada, siempre y cuando se
proteja el debido proceso.
pág. 192
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