El Caudillismo
El Caudillismo
El Caudillismo
EN LA HISTORIA DE
VENEZUELA (Ensayos Históricos:
Venezuela 1830-1930)
Napoleón Franceschi
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CAUDILLOS Y CAUDILLISMO EN LA HISTORIA DE
VENEZUELA (Ensayos Históricos: Venezuela 1830-1930)
Napoleón Franceschi
Universidad Metropolitana,
Caracas, Venezuela, 2019
Diseño y diagramación:
Ana Gabriela Correa Hernández /
[email protected]
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Autoridades
Benjamín Scharifker
Rector
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Napoleón Franceschi G. (*)
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ÍNDICE
7|P á gin a
El nuevo Orden 1858-1863, los "godos" únicos usufructuarios
del poder:................................................................................ 97
Continúa la Crisis Político-Militar (1863-1868): Los Federales en
el Poder y la anarquía entre los caudillos ............................... 104
La "revolución azul" y el orden político surgido de ella (1868-
1870) ..................................................................................... 107
Decreto de 27 de junio de 1868 organizando la administración
ejecutiva del gobierno general:.............................................. 111
La muerte del viejo caudillo nacional José Tadeo Monagas (18-
11-1868) ................................................................................ 115
Antonio Guzmán Blanco y la "Revolución azul" ...................... 116
Poder político y Poder económico (1830-1870): .................... 120
II. LA LUCHA POR EL PODER POLÍTICO EN VENEZUELA (1870-
1899) ..................................................................................... 123
ASPECTOS FUNDAMENTALES DE LAS REFORMAS
CONSTITUCIONALES .............................................................. 127
La Constitución de 1874: ....................................................... 127
Constitución de 1881 ............................................................. 128
Constitución de 1891 ............................................................. 129
Constitución de 1893 ............................................................. 130
III. La lucha por el poder político. Visión cronológica de las
luchas políticas (1870-1899) .................................................. 132
a) La Revolución del 27 de abril de 1870. ............................... 132
b) Elecciones de 1872: Guzmán Blanco, Presidente
Constitucional. ...................................................................... 135
c) Gobierno de Francisco Linares-Alcántara. .......................... 140
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d) Revolución Reivindicadora (1879) ...................................... 142
e) El Quinquenio. Segundo gobierno de Guzmán Blanco (1879-
1884). .................................................................................... 143
f) Gobierno de Joaquín Crespo (1884-1886) ........................... 147
g) Antecedentes de la <<Aclamación>> de 1886 o Tercer
Gobierno de Antonio Guzmán Blanco .................................... 147
h) Gobierno de la Aclamación (1886-1888) ............................ 148
La ruptura con Joaquín Crespo .............................................. 150
i) La Presidencia provisional del Gral. Hermógenes López (8-9-
1887) ..................................................................................... 152
j) Crisis político-parlamentaria de 1888: Elección del Dr. Juan
Pablo Rojas Paúl. ................................................................... 153
k) Gobierno del Dr. Juan Pablo Rojas Paúl (1888-1890) ......... 154
Para no alargar más este recuento pasamos a enumerar los
hechos claves del resto del año: ............................................ 159
l) Gobierno de Raimundo Andueza Palacios (1890-1892): ...... 161
m) La <<Revolución Legalista>> de Joaquín Crespo en 1892: . 162
Joaquín Crespo Presidente Constitucional (1894-1898).......... 163
Cipriano Castro y la Revolución Liberal Restauradora de 1899:
Llegan los andinos al poder tras “La caída del Liberalismo
Amarillo”. .............................................................................. 166
BIBLIOGRAFIA BÁSICA SOBRE ESTE CAPÍTULO: ..................... 168
II. UN ANÁLISIS DE LAS PRINCIPALES REFORMAS ECONÓMICO-
LEGALES BAJO LA AUTOCRACIA GUZMANCISTA ..................... 170
Reformas Legales .................................................................. 172
1. Leyes de Aduana................................................................ 172
9|P á gin a
a) Aduanas terrestres e impuestos de tránsito: ...................... 172
b) Código de Hacienda del 20-2-1873. ................................... 175
El Arancel: Derechos de Importación. .................................... 177
Puertos habilitados................................................................ 178
c) Código de Comercio........................................................... 178
d) Distribución de las Rentas Aduaneras ................................ 179
2. Moneda y Banca ............................................................... 181
a) Circulación de monedas extranjeras. ................................. 181
b) Establecimiento de un signo monetario nacional. .............. 183
c) Bancos y compañías de crédito. ......................................... 187
Las compañías de crédito: ..................................................... 188
Bancos de Caracas ................................................................. 189
Iniciación de la banca comercial de Venezuela en 1882. ........ 190
d) Deuda Pública ................................................................... 191
3. El nuevo sistema de contratación y los recursos extra
aduanales. ............................................................................ 195
La política salinera. ................................................................ 196
Tierras Baldías ....................................................................... 198
Explotación de las minas........................................................ 200
Modalidades de contratación y contratos. ............................. 201
4. Reformas Institucionales: Nuevos Organismos
Centralizadores. .................................................................... 203
El Reglamento de Contabilidad .............................................. 205
Oficinas de Registro: .............................................................. 206
10 | P á g i n a
Nuestro comentario final. ...................................................... 207
III. LA OPOSICIÓN A JUAN VICENTE GÓMEZ ........................... 209
Nuestra hipótesis al respecto es la siguiente:......................... 209
1. La oposición al régimen de Juan Vicente Gómez: ............... 210
Oposición caudillista:............................................................. 210
b) La oposición revolucionaria. .............................................. 211
2. Román Delgado Chalbaud ................................................. 212
b) Conspiración, prisión y liberación de Román Delgado
Chalbaud. .............................................................................. 215
3. La Oposición en el exilio .................................................... 217
b) Algunas intentonas revolucionarias. .................................. 220
La Generación del Veintiocho ................................................ 222
c) Román Delgado Chalbaud prepara su propio movimiento. . 228
d) El Problema de los Recursos. ............................................. 232
e) El problema de la Jefatura ................................................. 236
f) El Programa de Acción. ....................................................... 238
4. Una conclusión preliminar: La Frustración de la Oposición
Venezolana............................................................................ 240
CONCLUSIONES ..................................................................... 242
APENDICE .............................................................................. 244
BIBLIOGRAFIA BÁSICA............................................................ 248
IV. EL CAUDILLISMO COMO PROBLEMA DE LA HISTORIA
POLÍTICA DE VENEZUELA: UNA CONTRIBUCIÓN AL ANÁLISIS DEL
CAUDILLISMO COMO PROBLEMA DE HISTORIA POLÍTICA
VENEZOLANA (Teorías explicativas del fenómeno) ................ 250
11 | P á g i n a
EL CAUDILLISMO ................................................................... 251
CONSIDERACIONES GENERALES ......................................... 265
Resumiendo nuestra opinión sobre las distintas interpretaciones
del caudillismo: ..................................................................... 268
La solución: ........................................................................... 274
Unas palabras finales ............................................................ 275
12 | P á g i n a
13 | P á g i n a
UN PREFACIO NECESARIO
14 | P á g i n a
historiadora Inés Quintero titulado <<El Ocaso de una
Estirpe>>2. Estos y otros autores, sin duda alguna, han
hecho notables aportes a la cuestión.
Es de notar, asimismo, que gracias a una iniciativa
editorial del Instituto Pedagógico de Caracas - Universidad
Pedagógica Experimental Libertador, se pudo hacer una
reimpresión del ya clásico trabajo del Historiador Virgilio
Tosta (QEPD), publicado originalmente bajo el título de
<<El caudillismo según once autores Venezolanos>>3 . Esta
iniciativa fue parte de un homenaje que se le hizo en vida a
nuestro admirado Maestro, antiguo profesor en la UCV y
en el Instituto Pedagógico de Caracas e Individuo de
Número de la Academia Nacional de la Historia.
Demás está decir que esa obra del Dr. Virgilio
Tosta – así como sus consejos y orientaciones - fue una
inspiración determinante en el desarrollo de nuestro
proyecto original. En él recogimos un conjunto de
15 | P á g i n a
reflexiones plasmadas en varios ensayos reunidos bajo la
denominación general de <<Caudillos y Caudillismo en la
Historia de Venezuela>>. Aunque ese libro4 nunca más fue
reimpreso, si circuló en ediciones digitales en una página
WEB del suscrito, la ya cerrada www.nfghistoria.net, y
más recientemente en la plataforma
WWW.ResearchGate.net.
En fin, ahora, después varias décadas nos atrevemos
a volver a publicar este trabajo debidamente revisado y
ampliado. Lo hacemos, aun a riesgo que ello se considere
un texto de escaso provecho. No obstante, esperamos que a
algunos lectores les sea de utilidad.
4
Napoleón Franceschi G.: Caudillos y caudillismo en la Historia de
Venezuela (Ensayos históricos: Venezuela 1830-1930). Caracas,
Eximco, 1979
16 | P á g i n a
I. VIDA POLÍTICA VENEZOLANA: LA LUCHA
POR EL PODER (1830-1899)
17 | P á g i n a
derechos. Esto último que acabamos de comentar no es
otra cosa que el proyecto político de Simón Bolívar
esbozado en sus documentos fundamentales. El ideal
bolivariano suponía, para el logro de sus metas, la
organización de un Estado republicano, democrático,
centralizado, unitario, con un poder ejecutivo fuerte, un
senado y un poder judicial estables y autónomos y un
poder moral, censor o regenerador.
El trasfondo o base de este modelo era la idea de
que sólo existían suficientes virtudes cívicas en la elite
ilustrada y patriota que había promovido y dirigido el
movimiento de independencia política, en tanto que el
pueblo, por no haber tenido la oportunidad en los tres
siglos coloniales precedentes, estaba sumido en la
ignorancia, la superstición y la barbarie. En consecuencia,
la solución era su regeneración – con “Moral y Luces” - por
un Estado de transición que le educara y le desarrollase la
conciencia política y la virtud, para que fuese capaz de amar
a su patria, a sus leyes y a sus magistrados, tal como lo
enunció el propio Bolívar en su Discurso de Angostura en
1819.
18 | P á g i n a
A partir de la ruptura de la unidad gran colombiana
(1830), el grupo nucleado en torno al prócer José Antonio
Páez en Venezuela, plasmará, en la Constitución de 1830,
vigente hasta 1857, un modelo de nítida raíz liberal.
El proyecto tenía como base la conformación de un
Estado republicano, democrático y centro-federal. Este
Estado podría definírsele como una estructura de
participación limitada, por ende, oligárquico y elitesco, en
virtud de que para ejercer las libertades ciudadanas más
importantes se exigía poseer un conjunto de atributos
legales, económicos y culturales, lo cual determinaba que
sólo una minoría muy selecta tenía plenos derechos
políticos.
Esta modalidad era el patrón aplicado en todos los
estados democráticos de ese tiempo. Ni en Europa, Estados
Unidos de América, ni mucho menos en los estados
iberoamericanos existían regímenes donde existiera una
democracia (monarquías o repúblicas) como las conocemos
en nuestros días, esto es, donde existiesen sufragio
universal directo y secreto, o amplios derechos políticos,
económicos y sociales.
Las modalidades constitucionales e institucionales
nacidas de las Cartas de 1857, 1858 y 1864 seguirán la
19 | P á g i n a
pauta trazada desde los inicios de nuestra vida republicana:
Estado Liberal-Central o Estado Liberal-Federal. Creemos
- en resumen – que todos los proyectos individuales o
colectivos del período estudiado, tenían como base la
matriz liberal.
Sin duda alguna, la elite o clase dirigente de la
época sustentándose en esa base ideológica liberal - elaboró
y reelaboró modelos de participación política limitantes, ya
fuesen con estructuras centrales o federales, que
redundarán en su provecho como cúpula rectora de la
sociedad y el Estado.
20 | P á g i n a
permanencia, vigencia y alcance en un área geográfica y
sobre un bloque humano determinado.
En nuestro siglo XIX, cuando se denominaba como
partido a un grupo, este no poseía las características
anotadas anteriormente.
A partir de esta base, intentaremos analizar lo que
en nuestra historia política se ha denominado Partido
Conservador y Partido Liberal.
El Partido Conservador (llamado partido "Godo",
"Colorado", o "Paecista"), tuvo su origen fundamental
entre los sectores civiles urbanos ligados al comercio
mayorista y a la gran propiedad territorial (a veces en
forma simultánea). Además de esta nota "civilista" y
comerciante, se adjudicaba al grupo una entusiasta
adhesión y lealtad al Gral. José Antonio Páez como jefe del
país, y el pasado "realista" y anti bolivariano de muchas de
sus individualidades.
En cierta forma, el origen de este partido siempre se
ligó a las pugnas generadas en nuestra guerra de
independencia, en el proceso de disolución de la República
de Colombia (1826-1831) y en la revolución de las
reformas (1835-1836). Se destacan, por ende; en forma
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extrema, los factores políticos y psicológicos:
enfrentamientos, odios y fanatismos personalistas.
A este partido conservador siempre se le ha visto
como a un grupo de personalidades de la elite económica,
social, política y cultural del país, nucleadas en torno a la
figura del notable caudillo nacional, el general José
Antonio Páez, especialmente durante las coyunturas claves
del período: crisis, revoluciones y elecciones.
Consideramos que entre 1830-1847 no existieron
colectividades políticas como las actuales, pero sí estuvo
presente y actuante un centro de opinión e intereses que
defendió un orden de cosas, un sistema que tenía como
estructura cohesionadora a la Constitución de 1830 y las
leyes e instituciones que en torno a ella se establecieron.
Este grupo o núcleo de intereses que postulaba un
conjunto de opiniones sobre el país, su economía, su
sociedad y su Estado; estaba inmerso dentro de los más
puros principios de la escuela liberal, especialmente en
materia económica, donde era evidente su adhesión al
posteriormente llamado liberalismo "Manchesteriano" que
defendía el libre cambio, la competencia, el derecho de
propiedad y – en fin - la libertad económica más completa.
22 | P á g i n a
Queda claro que estos "conservadores" venezolanos
no defendían lo que su nombre podría sugerir: Estado
proteccionista y clerical, intangibilidad del latifundismo,
espíritu semifeudal, etc. Nuestros “conservadores”
postularán por boca de uno de sus más eminentes voceros,
como lo fue sin duda Don Santos Michelena
planteamientos y realizaciones enmarcadas en la mayor
ortodoxia liberal: Se enfrentaron al alto clero católico y le
imponen la sujeción al patronato eclesiástico, anulan
constitucionalmente la política de religión oficial de estado
y los privilegios o fueros tradicionales de la Iglesia
Católica, promulgan una nueva legislación sobre el capital
dinerario (Ley de libertad de contratos de 1834 y Ley de
Espera y Quita). Se muestran partidarios de la inmigración,
la apertura de caminos y otras vías, desarrollo de la
navegación, el comercio libre y la industria, tecnificación y
diversificación agrícola. En este sentido, es pertinente
recordar experiencias como la creación de la "Sociedad de
Amigos del País" (1829-1839) que programó y estimuló
una vasta y progresista obra en esos aspectos.
Como puede apreciarse, lo que en nuestro país se
conoció como "Partido Conservador" no tenía mucho en
23 | P á g i n a
común con grupos de ese mismo nombre actuantes en
Colombia, Ecuador, Perú, México, etc.
En Venezuela, más que un partido y una doctrina
conservadora nítidamente diferenciada y organizada, hubo
un sector de la clase dirigente, que defendía sus intereses
de grandes propietarios con argumentos de la más pura
procedencia liberal clásica, aunque esto a veces los llevó a
adoptar posiciones políticas cerradas, intolerantes y
conservadoras desde el poder; por lo que el Historiador
José Gil Fortoul definió la época de su predominio como el
período de la Oligarquía Conservadora (1830-1846).
24 | P á g i n a
Gregorio Monagas entre 1847-1858, mantuvieron estos
aspectos, al igual que la Constitución de 1830 y su
estructura jurídica anexa.
El Partido Liberal
25 | P á g i n a
(1830-1831) en su región defendiendo la unidad gran
colombiana, pero también los fueros para el clero y los
militares, y la declaración de la iglesia católica como
religión oficial; banderas muy conservadoras. Sin embargo,
este mismo caudillo se enfrenta al gobierno del presidente
Vargas (tildado como conservador) y posteriormente
gobernará como un autócrata (1848-58) junto con su
hermano José Gregorio con el apoyo del partido Liberal de
Antonio Leocadio Guzmán.
Esta explicación, un tanto simple, sobre el papel de
estos conflictos en la formación de estos agrupamientos o
partidos, algunos pretenden completarla o profundizarla,
señalando que fue la crisis económica de 1839-1843, y el
surgimiento del periódico <<El Venezolano>>, en 1840,
redactado por Antonio Leocadio Guzmán, la causa
determinante de la formación y desarrollo del partido
liberal.
Consideramos evidente que la crisis económica
citada golpeó, fundamentalmente a los agricultores
endeudados bajo la vigencia de la legislación sobre el
capital dinerario; Ley de Libertad de contratos del 10 de abril
de 1834 y Ley del 5 de mayo de 1841 (Reforma a la Ley de
Espera y Quita), promulgadas por los gobiernos de la
26 | P á g i n a
"Oligarquía conservadora"; por tanto, se creó un clima
favorable a la prédica oposicionista mantenida por Antonio
Leocadio Guzmán, desde <<El Venezolano>>, a partir del
año 1840.
Paradójicamente, esa legislación económica que era
completamente liberal, la defendió el gobierno tildado de
conservador y la atacó la prensa liberal de la época. Otro
ejemplo en este sentido fue la propuesta apoyada por los
liberales de creación de un “Instituto de Crédito
Territorial” (proyecto Aranda de 1845) que pautaba la
asistencia crediticia a los agricultores con fondos públicos.
Y el presidente Soublette (supuesto conservador) lo vetó
apoyándose en argumentos de la ortodoxia del liberalismo
económico. Como se puede constatar, gobiernos y partidos
de esa época no representaban estrictamente las ideas que
supuestamente les servían de bandera o imagen.
Aun cuando la historiografía tradicional ha
magnificado el papel jugado por Guzmán en la génesis del
partido liberal y las luchas desatadas en la ciudad y en el
campo, consideramos que la influencia de Guzmán fue
marcada en la provincia de Caracas, pero, más allá de ese
ámbito, su influencia decrecía substancialmente. Así vemos
que, en el Zulia, los Andes, el Oriente y gran parte de los
27 | P á g i n a
Llanos y Guayana, su influencia era más bien modesta; en
esas áreas eran las figuras locales las que, en combinación
con otras figuras nacionales, dominaban la situación.
Además del limitado tiraje y circulación de esta
prensa y de su irregularidad; el mensaje que periódicos
como el de Antonio Leocadio Guzmán y de otras
personalidades como Tomás Lander, Blas Bruzual,
Estanislao Rendón y Felipe Larrazábal, era de tal nivel
intelectual que difícilmente sus temas y su vocabulario
atrajeron a las grandes masas, en su mayoría rurales y
analfabetas. Era un periodismo para la elite culta; por
tanto, sus campañas no pueden explicar totalmente la
efervescencia política que vivía el país en algunos períodos;
eran causas más profundas las que sacudían a la sociedad
venezolana cíclicamente. Incluso, pudiera agregarse, que
ese sobre-dimensionado papel que se atribuye a Antonio
Leocadio Guzmán, no hace justicia a la importancia que
tuvieron figuras como Tomás Lander y otros ideólogos de
talla en la prensa y la política liberal de entonces.
Afirmamos, en conclusión, que, en realidad, partidos
ideológicamente coherentes y organizados no los hubo en
este período. Los grupos o facciones que se nuclearon
alrededor de las personalidades políticas en pugna tenían
28 | P á g i n a
una matriz ideológica común que los nutría: El liberalismo;
el cual, en algunos casos, se le sustentaba junto a
tradicionales principios de raíz hispano católica, que la elite
había internalizado de tal forma que representaba su
identidad cultural, la cual era volcada en la prensa que -
parcialmente - estimulaba el debate político o la hoguera de
la guerra civil.
29 | P á g i n a
Constitución de 1830
30 | P á g i n a
regional) y a los representantes y senadores al Congreso
Nacional.
Los colegios electorales provinciales escrutaban los
votos para designar las Diputaciones Provinciales y los
representantes y senadores al Congreso Nacional.
Cada provincia elegía un representante por cada
20.000 habitantes y otro por excesos de 12.000, dos
senadores (cualquiera fuese su población), renovándose por
mitad cada dos años estos últimos. Este poder legislativo
con una cámara de representantes y un cuerpo de
senadores le daba un rasgo de federalismo al estado
venezolano.
Las cámaras de representantes y de senadores
debían reunirse anualmente cada 20 de enero, por períodos
de 90 días, prorrogables si era preciso.
En el lapso de sesiones sus miembros gozaban de
inmunidad, elegían su directiva, recibían el mensaje del
Presidente de la República, legislaban y controlaban la
marcha de los restantes poderes públicos y elegían sus
cuatro representantes al Consejo de Gobierno.
Los votos para Presidente y Vicepresidente de la República
eran enviados - desde cada provincia - al Senado para que
éste procediese a su escrutinio, y, en caso de no alcanzar
31 | P á g i n a
ninguno de los candidatos las dos terceras partes de los
votos, el Congreso Nacional en pleno procedía a
“perfeccionar” la elección. Los representantes y senadores
elegían sobre la base de los tres primeros candidatos, se
eliminaba el tercero y luego se votaba entre los dos
primeros en votaciones sucesivas, hasta que el ganador
lograra los dos tercios de los votos o, por lo menos, la
mayoría absoluta, es decir, la mitad más uno.
El Poder Ejecutivo era unipersonal, lo ejercía un
magistrado con el título de Presidente o, en su defecto,
quien hiciera sus veces: El Vicepresidente de la República
(quién presidía el Consejo de Gobierno), el Vicepresidente
electo de este cuerpo o su miembro más antiguo.
La mayoría de las atribuciones fundamentales de la
presidencia debían ejercerse de común acuerdo o con
autorización del Senado, del Congreso en pleno o del
Consejo de Gobierno.
Era notorio como en esta Constitución se
controlaba en grado sumo el poder del primer magistrado,
para prevenir cualquier tendencia "Cesarista" o autoritaria
de parte de éste.
El Presidente era electo por períodos de cuatro años
y no era reelegible para el siguiente período constitucional.
32 | P á g i n a
Dirigía la administración pública a través de los tres
secretarios del despacho, que se responsabilizaban de los
ramos de Interior y Justicia, Guerra y Marina, Hacienda y
Relaciones Exteriores.
El Consejo de Gobierno lo componían el
Vicepresidente de la República que lo presidía, cinco
consejeros y los tres secretarios del despacho. Uno de los
consejeros es un miembro de la Suprema Corte de Justicia
que ésta elige por dos años, los otros cuatro consejeros los
elegían las cámaras legislativas cada cuatro años,
renovándose por mitad cada dos.
La función fundamental del Consejo era emitir
dictámenes sobre las diversas materias de su competencia,
que se sometían a su consideración en las reuniones
ordinarias (tres semanales) o extraordinarias que se
convocasen.
Las diputaciones provinciales, como ya se explicó
antes, eran elegidas por los colegios electorales
provinciales. Para estructurarlas se nombraba un delegado
por cada Cantón, formándose el cuerpo con siete miembros.
Si la Provincia no contaba con siete Cantones se elegía más
de uno por Cantón, tomando en cuenta la población.
33 | P á g i n a
Estas diputaciones presentaban ternas o listas de
precandidatos para que el Presidente de la República
seleccionase y nombrase el Gobernador Provincial;
presentaba también ternas al gobernador para los
nombramientos de altos empleados provinciales, jefes de
Cantón, jueces de paz, etc.; vigilaban además la marcha
general de la administración regional y presentaban
reparos y quejas ante el Poder Ejecutivo, para pedir la
sanción o remoción de magistrados, en especial el
gobernador. Ellas sesionaban ordinariamente durante
treinta días en el mes de noviembre de cada año, pudiendo
– de ser necesario - acordar prórrogas en sus reuniones.
Poder Judicial. La administración de justicia estaba
a cargo de una Corte Suprema, de cortes superiores, de
juzgados de primera Instancia y otros tribunales.
En las causas criminales se establecía el juicio por
jurados y se ofrecía extender esta modalidad judicial a
otras esferas.
La Constitución de 1857
34 | P á g i n a
propósitos continuistas, fue sancionada por el Congreso y
mandada a cumplir por el Presidente, por decreto del
mismo año. La Constitución constaba de un Preámbulo y
131 Artículos agrupados en Títulos. Fue de efímera
vigencia, pues fue derogada por la revolución de marzo de
1858.
La Carta del 57 presentaba como características
más notorias las siguientes:
- Acentuado carácter centralista.
- Período presidencial de seis años con posibilidad de
reelección inmediata.
- Establecimiento de un cuarto poder: El Municipal.
- Se elimina el poder provincial de las Diputaciones y
se priva al municipio de sus atribuciones políticas,
conservando éste sólo las de carácter económico-
administrativo.
- Se anulan las facultades que tenían las Diputaciones
Provinciales de presentar ternas para la selección de los
gobernadores provinciales; éstos serán en adelante de libre
nombramiento y remoción por parte del Poder Ejecutivo
Nacional.
- El Consejo de Gobierno lo elige la Corte Suprema
de Justicia y no el Congreso como se hacía antaño.
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- Se suprime el juicio por jurados.
- Se cambia la denominación de Representante por la
de Diputado, electos por seis años, y sin el requisito de
residencia previa en la región donde se hacía la elección.
- Se elimina el requisito de ser rentista para el voto
de primer grado (nivel parroquial), pero en cambio se
exigen mayores niveles de rentas para ser nombrado
elector de Cantón, Diputado y Senador.
- Se establece la figura del "referéndum" y la de las
"disposiciones transitorias", fórmula esta última que
servirá para legalizar exabruptos jurídicos de toda especie
a lo largo de nuestra historia.
Constitución de 1858:
37 | P á g i n a
Constitución de 1864:
38 | P á g i n a
electos cada cuatro años; se elegían dos Senadores por
igual período, renovándose por mitad cada dos años.
El Poder Ejecutivo Nacional. Está a cargo de un
magistrado que se denomina <<Presidente de los Estados
Unidos de Venezuela>>, electo por todos los ciudadanos de
los estados, en votación directa y secreta, de tal manera,
que a cada estado corresponde un voto; ese voto lo gana
quien obtenga la mayoría de los votos en ese estado. El
escrutinio de los veinte votos de los estados lo realiza el
Congreso Nacional el octavo día de sesiones, iniciadas
regularmente el 20 de febrero, día aniversario de la
Federación.
El Presidente es electo por un período de cuatro
años y sus faltas o vacantes las llenan los “designados”, dos
altos funcionarios electos por el Congreso cada año.
El Presidente ejerce sus atribuciones a través de su
gabinete de ministros, que es el órgano legal de su acción
administrativa.
El Poder Judicial: Estructurado sobre la base de una
Alta Corte Federal, que consta de cinco vocales, todos de
nombramiento legislativo, escogidos de listas, presentadas
por las legislaturas estadales. Los veinte estados se
agrupan en cinco núcleos regionales, para hacer la
39 | P á g i n a
selección de cinco listas de candidatos para nombrar los
cinco vocales de la Corte en el Congreso.
La duración del período de estos vocales electos es
de cuatro años y su competencia es de carácter federal
como lo era el de dilucidar las colisiones entre la
Constitución Federal y las leyes federales, respecto a la
legislación estadal.
A nivel de cada uno de los estados federales se
organizaban, en forma autónoma, los diversos tribunales de
Justicia.
Después de haber sintetizado las características que
en materia política presentan las constituciones del
período, haremos algunas consideraciones globales sobre
ellas.
Es evidente que las constituciones de 1830 y 1864
tuvieron la mayor importancia; la primera por regir la vida
política del país por 27 años (1830-1857), Y la segunda por
haberse convertido en la matriz que determinará todo el
ordenamiento constitucional hasta nuestros días, donde
aún quedan vestigios de esta carta.
Las cuatro constituciones, en mayor o menor
medida, conservaban las típicas notas de las cartas magnas
de los Estados Unidos de América y la Europa liberal:
40 | P á g i n a
división y equilibrio de los poderes públicos, garantías
ciudadanas, sufragio y soberanía popular, gobierno
republicano, democrático, alternativo, representativo y
responsable; presentándose, por supuesto, las
peculiaridades de cada caso.
También debemos tomar en cuenta que desde la
primera constitución venezolana de 1811, promulgada por
el primer congreso constituyente que proclamó nuestra
Independencia Nacional el 5 de julio de ese año, el modelo
que se consideró fue el de los Estados Unidos de América.
De igual manera, en las constituciones promulgadas en
Angostura (1819) y en Cúcuta (1821) se tomó igualmente
el modelo liberal de Europa y Estados Unidos de América,
con las naturales modificaciones del caso. Es de considerar
que también, aunque en menor grado, hubo influencias de
la constitución liberal española de 1812, la famosa
“Constitución de Cádiz” que se aplicó en parte del
territorio venezolano hasta 1821.
La Constitución de 1830 no sólo fue la de más larga
vigencia, sino que, además, fue la que se aplicó con más
celo, especialmente en el período 1830-1846, llamado de la
Oligarquía Conservadora.
41 | P á g i n a
A lo largo del período estudiado, puede observarse
con claridad que el Estado Nacional venezolano se
estructuró sobre tres niveles de poder formal:
La República, la Provincia y el Municipio,
independientemente que, a partir de 1864, las provincias se
convirtiesen en veinte estados "soberanos" y a los
municipios se les anulasen sus atributos políticos entre
1857-1858 (Constitución de 1857).
Las provincias, llamadas así hasta 1864, se dividían
en unidades menores, los cantones, y estos en parroquias:
después denominados distritos y municipios. A nivel
nacional, bajo diversas denominaciones, se establecía la
autoridad ejecutiva, la Alta Corte de Justicia y el
parlamento bicameral. A nivel provincial o estadal se
reproducía la misma estructura, con un Gobernador
(Presidente de estado a partir de 1864), una Diputación
Provincial (1830) o Asamblea Legislativa (1864), y las
Cortes y Tribunales.
A nivel del cantón (o distrito) y de parroquia (o
municipio) el Concejo Municipal, como expresión de la
tradición autonómica de raíz hispana, se avocaba a
subsanar las necesidades y servicios básicos de la
42 | P á g i n a
comunidad y a salvaguardar los derechos de los vecinos
ante las autoridades superiores a nivel regional o nacional.
En síntesis, puede decirse, que, por sobre las
denominaciones de las instituciones, hubo una relativa
continuidad en el modelo político puesto en práctica o
pautado formalmente en las constituciones.
43 | P á g i n a
El orden de cosas establecido en Venezuela a partir
de 1830, es decir el estado ya desgajado de la "República de
Colombia" creada por Bolívar (1819-1830), tiene su origen,
en parte, en el movimiento separatista iniciado en Valencia
en 1826, y conocido como "La Cosiata".
A partir de 1826, y a pesar de todo el esfuerzo
unificador del Libertador Simón Bolívar en 1827,
Venezuela quedó, de hecho, auto segregada de la gran
república.
El proceso de pronunciamientos y negociaciones
llevado a cabo hasta 1830, culminó con la separación
formal de las tres secciones gran colombianas: Nueva
Granada, Ecuador, Venezuela.
En Venezuela, con la convocatoria al congreso
constituyente y su reunión en Valencia, se abre paso a la
formación de un nuevo orden que tendrá como centro
institucional la Constitución de 1830.
Desde el mismo momento que nuestro país reinició
su vida política autónoma, bajo la presidencia provisional
del general José Antonio Páez en 1830, se gestaron o
acentuaron las diferencias intestinas, no solamente las
contradicciones entre el poder recién constituido y algunas
guerrillas realistas que por varios años asolaron áreas
44 | P á g i n a
rurales como fue el caso del legendario "Coronel" Dionisio
Cisneros; sino también con otros jefes patriotas que, aun
compartiendo o no la ruptura de la unidad Gran-
colombiana, se sintieron desde un principio marginados
por el poder ejercido por la elite constituida por grupos de
blancos mantuanos del centro del país, antiguos realistas
emigrados recién llegados a Venezuela, ilustres
magistrados civiles y altos jefes militares encabezados por
J. A. Páez, C. Soublette, R. Urdaneta y otros próceres.
La aparente unanimidad política de 1830 se
resquebrajó con el pronunciamiento de algunas fuerzas
político-militares a favor de la unidad colombiana (1830) y,
posteriormente, a partir del 15 de enero de 1831, se
produce el alzamiento del caudillo oriental, general José
Tadeo Monagas y los suyos en la villa de Aragua de
Barcelona. Este movimiento contó con la adhesión
entusiasta de los pobladores del “Alto llano”, esto es, Valle
de La Pascua, Chaguaramas, Las Mercedes, Chaguaramal y
parte del nororiente venezolano.
La bandera o reivindicación básica de esta facción,
en una primera fase, será la integridad de Colombia, la
autoridad del Libertador-Presidente, Simón Bolívar, el
45 | P á g i n a
restablecimiento de la fe Católica como religión de estado y
el fuero militar y eclesiástico.
En una segunda fase, a partir del nuevo
"pronunciamiento de los pueblos", el 21 de marzo, se
plantea la formación de un "Estado de Oriente",
constituido por las provincias de Barcelona, Cumaná,
Margarita y Guayana; este estado se ligaría por pactos de
confederación con los otros estados que se formasen en
Venezuela y en las otras secciones de la antigua Colombia.
La razón para haber hecho este cambio en el programa
revolucionario fue el haberse tenido noticias de la muerte
de Bolívar y de la posición negativa de los separatistas
neogranadinos sobre estos planes "integristas".
Para enfrentar esta facción oriental, el Presidente
Páez se puso personalmente en acción, encargando del
Poder Ejecutivo al Vicepresidente D. B. Urbaneja; por otra
parte, el Secretario de Guerra y Marina, General Santiago
Mariño, hacía lo mismo al frente de otro ejército.
Desde el punto de vista militar las acciones fueron
limitadas, pues los revolucionarios, después de amagar
sobre Caracas por la vía de Barlovento y el Tuy, rehuyeron
el combate frontal. Por otro lado, tanto Páez como Mariño
llevaron a cabo negociaciones con los insurrectos para
46 | P á g i n a
ponerle fin al conflicto sin mayor derramamiento de
sangre.
Los enemigos del general Mariño (dentro de las
propias filas del gobierno constitucional), tanto en el
Oriente - caso del general José Francisco Bermúdez - como
entre los políticos y la prensa de Caracas, tratarán por
todos los medios de hacer ver que la actitud conciliadora de
Mariño hacia los alzados era sospechosa, acusándolo de
incapaz, de connivencia y traición; llegando a tal extremo
la insidia contra el benemérito general, que éste cansado de
las calumnias, alega "enfermedad" y dimite del mando
militar y de la Secretaría de la Guerra el 22 de junio.
El primero de agosto hizo público un "manifiesto"
desde Caracas, cuyo objeto era defenderse de las injurias
que durante todo el período precedente habían vertido en
su contra los figurones "civiles" de la prensa de Caracas;
por cierto, muchos de ellos grandes propietarios y/o
emigrados realistas recién llegados al país.
El 9 de septiembre, el gobierno le concede
formalmente "licencia temporal indefinida", con goce de un
tercio de su sueldo de General en Jefe.
El presidente Páez no sólo negoció con los
insurrectos orientales, sino que llegó a un acuerdo final con
47 | P á g i n a
José Tadeo Monagas, que incluía un indulto pleno a los
jefes y comprometidos, con respeto absoluto a las vidas,
bienes y grados militares. Este acuerdo fue producto de la
conferencia de Valle de La Pascua, el 23 de Junio, entre
Páez y J. T. Monagas (gran parte de lo tratado allí
permanece aún secreto). Al siguiente día, el 24, Páez dictó
el decreto que aludimos antes, dicho decreto lo confirmó el
Congreso el 3 de julio.
Al ponérsele fin a la revolución integrista del
Oriente, el General Bermúdez, que se había mantenido fiel
al Gobierno, alteró el orden en Cumaná y allí muere el 15
de diciembre del mismo año 1831.
Durante el resto del período constitucional de Páez
(18311835) sólo surgió una facción significativa, ésta fue la
insurrección de Cayetano Gabante en Tucupido,
rápidamente derrotada.
Puede afirmarse, que durante la presidencia
provisional de Páez (1830) y en su primer período
constitucional (1831-1835), este general no pudo desplegar
aún el poder omnímodo de que hará gala posteriormente.
Todavía para esta época, Páez debe negociar posiciones y
respetar aún las diversas personalidades y círculos
políticos.
48 | P á g i n a
En cierta forma, Páez no tiene para esos momentos
una verdadera oposición política sistemática. Se le
considera una especie de Jefe o caudillo nacional, rodeado y
respetado por el afecto popular y por el prestigio de héroe
patriota-republicano, e igualmente aceptado como el
“César” o espada garante del orden por las clases
propietarias y dirigentes del país.
La primera fricción importante de Páez con sus
principales apoyos sociales y políticos que incluían el
mantuanaje del centro del país, los militares patriotas, los
ex realistas y “canastilleros” (comerciantes); se produce con
motivo de las elecciones de 1834 para elegir a su sucesor
constitucional.
José Antonio Páez prefería a un militar identificado
con él y su obra, un hombre de tacto, con larga experiencia
administrativa y buena imagen entre los civiles,
considerado buen diplomático, austero, sereno y serio,
entre otras cualidades; pero, sobre todo, una figura del
"círculo de los fundadores de la patria"; ese hombre era el
General Carlos Soublette.
El grupo del mantuanaje del centro del país, los ex
realistas, comerciantes (canastilleros), los jóvenes de "la
Sociedad" y estudiantes de la Universidad, preferían al
49 | P á g i n a
ilustre médico José María Vargas; al cual consideraban
adornado de virtudes, tales como la de ser un científico
egresado de la universidad caraqueña, con Posgrado en
Escocia (Edimburgo), y larga práctica médica en Puerto
Rico y Venezuela. Un ilustre civil, sabio y emprendedor de
obras de aliento progresista como la <<Sociedad
Económica de Amigos del País>>.
Y aquí, permítasenos una digresión: Los
enemigos del sabio Vargas no le discutían sus méritos
científicos, pero le "echaban en cara" haber emigrado a
Europa en 1813 (después del regreso de Bolívar a Caracas)
para realizar estudios en Edimburgo (1814-1817) y luego
haberse residenciado en Puerto Rico a ejercer la medicina
(1817-1825). Alegaban los adversarios de Vargas que éste
dejó en Puerto Rico a su familia y sus bienes, regresando a
su patria cuando la paz ya estaba asegurada (1825), para
ser nombrado catedrático de la Universidad de Caracas en
1826 y rector en 1827, electo por el claustro. Ello fue
posible, después de las reformas realizadas por el
Libertador Simón Bolívar a la Universidad de Caracas en el
año 1827. En esa postrera estadía del Presidente Bolívar en
su ciudad natal, éste dictó decretos que dotaron de rentas a
la vieja universidad colonial (Real y Pontificia) convertida
50 | P á g i n a
ahora en institución republicana, con autonomía y una
novedosa normativa que permitía que un científico de la
medicina fuese Rector de su alma mater.
El tercer postulado que entró a disputar la
presidencia fue el Gral. Santiago Mariño, candidato de los
sectores militares (bolivarianos y anti-bolivarianos), y de
personalidades del Oriente del país, básicamente; pero,
sobre todo, candidato de los enemigos de la postulación de
Soublette, a la que se consideraba continuista y paecista y,
más aún, enfrentados a la candidatura de Vargas, a quien
consideraban un civil advenedizo y sospechoso de ser un
emigrado realista.
Para ese momento, sostenían los Mariñistas, era
necesario que el jefe del país saliera del "círculo de los
fundadores de la patria", que eran los escogidos o llamados a
preservar el precario orden republicano recién constituido.
Desde un principio, sólo estos tres candidatos
atrajeron la opinión mayoritaria del país. Sin embargo, la
candidatura de Mariño se convirtió, para los partidarios de
Vargas y los de Soublette, en el principal enemigo a
eliminar en la elección.
Fue así que cuando el Congreso, en febrero de 1835,
procedió a “perfeccionar” la escogencia hecha por los
51 | P á g i n a
colegios electorales de las provincias, sobre la base de los
tres candidatos más favorecidos; en las primeras rondas
algunos partidarios de Vargas (por instrucciones secretas)
votaron por Soublette, de manera que la elección se
limitara a Vargas y Soublette, quedando Mariño
descartado de esa manera.
La aparentemente imbatible candidatura de Mariño
perdió la elección por no alcanzar las dos terceras partes en
los colegios electorales, cosa bastante difícil; y más aún,
cuando los votos de la provincia de Cumaná, todos
mariñistas, fueron anulados, completándose la faena con la
maniobra parlamentaria señalada antes.
Los Mariñistas quedaron hondamente resentidos de
haber perdido la elección a manos de un civil sin
experiencia política y sobre todo de nulo pasado heroico,
que, además, insistió hasta el final ante sus partidarios para
que no lo eligieran, pues lo consideraba una
responsabilidad no apetecida ni realizable por él.
Desde la campaña electoral y la subsiguiente
derrota política, los Mariñistas pronosticaban terribles
conflictos para el país en caso de ser favorecido Vargas y
no Mariño por el voto nacional.
52 | P á g i n a
De todas maneras, Vargas salió electo y recibió el
poder de la presidencia de la república el 20 de enero de
1835.
53 | P á g i n a
(provincia de Margarita). De ellos, sólo el general Santiago
Mariño, desde un principio, se mostró solidario y mantuvo
ese apoyo hasta el final.
Los alzados de Caracas hicieron prisionero al
Presidente constitucional Dr. José María Vargas y al
Vicepresidente Andrés Narvarte, y, ante la negativa de
éstos a acceder a una renuncia formal, fueron embarcados a
la fuerza rumbo a la isla de Saint Thomas (entonces colonia
antillana de Dinamarca). La historiografía tradicional ha
recogido esta faceta de la revolución, como la lucha entre la
autoridad y dignidad constitucional del Dr. Vargas y la
violenta cuartelada del comandante Carujo, en diálogos que
personifican la distancia que hay entre la fuerza, el hecho,
la imposición militar; y por otra, la convicción ciudadana, el
derecho y la civilización.
Apartando las "poses" que habitualmente se le
adjudican a uno y al otro: "El Mundo es del hombre justo"
- "El mundo es de los valientes" - (conflicto entre
civilización y barbarie). Es obvio que el movimiento
iniciado en Caracas era política y militarmente de signo
aventurero y muy heterogéneo por sus postulados y por
sus adherentes.
54 | P á g i n a
La bandera básica de la revolución será la de pedir
"reformas" a la Constitución de 1830. Evidentemente, que
una cuestión era lo que una "revolución" de esa época decía
y propalaba, y otra cosa, lo eran sus reales motivos o
causas.
En ese caso, para reformar la constitución, y lograr
que ella estableciera el fuero o privilegio legal especial para
los militares y eclesiásticos, la fe católica como religión de
estado y los principios de autonomía regional y federación,
no era necesario tomar las armas, ya que la misma
Constitución establecía los mecanismos para proceder a su
reforma legal. Tampoco, tenían que proceder a atropellar a
las autoridades electas en un proceso legal, aun cuando no
se hubiesen considerado los votos de Cumaná, por haberse
anulado allí el acto eleccionario.
Por otro lado, dentro del cuadro político de la
época, no era posible esperar que el pueblo se incorporara
en forma entusiasta a una causa con semejantes banderas, y
menos aún podría esperarse que las clases propietarias y
dirigentes, especialmente en el centro del país, se
arriesgaran a rebelarse contra un gobierno del cual podían
esperarlo todo.
55 | P á g i n a
El General Páez se enteró el 11 de julio en su hato
San Pablo (Llanos del Guárico), que los revolucionarios
“reformistas” (sin haberle consultado) lo proclamaban
como su jefe. Al mismo tiempo, el presidente Vargas le
enviaba una comisión encabezada por el Dr. Ángel
Quintero para nombrarle “Comandante del Ejército
Constitucional”; con esa información en sus manos, tomó la
decisión de reunir un contingente militar en las áreas
aledañas (unos 300 hombres) y con esa fuerza marchó hacia
los Valles de Aragua y Valencia; en estos lugares convenció
a los generales José Laurencio Silva (en Valencia) y a
Francisco de Paula Alcántara (en Turmero), para que se
pronunciasen por el gobierno. De esa manera pudo el Gral.
Páez reunir una fuerza militar respetable, con la cual tomó
el control de Caracas el 28 de julio sin tener que combatir,
pues el día anterior, la ciudad había sido evacuada por el
general Santiago Mariño, Pedro Carujo y los otros
oficiales, junto con la fuerza insurrecta del 8 de julio que
dirigieron hacia el Oriente del país.
Acá es importante destacar que un jefe militar como
Páez, en ese momento retirado de la función pública, recibe
el apoyo inmediato de mucha gente, seguramente con
experiencia de combate, así como de otros jefes militares
56 | P á g i n a
(Silva y Alcántara) y sus seguidores. En síntesis, un jefe de
prestigio forma una importante fuerza armada al pedirle a
sus relacionados que lo acompañen de nuevo a la lucha.
Solamente alguien con ese carisma, con ese liderazgo como
caudillo nacional que le daba su condición de general y
prócer de la guerra de independencia, con fama de valiente
y audaz conductor de miles de soldados de caballería
llanera, podía reunir un ejército que lo apoyara y además
lograr que otros jefes aceptaran su autoridad.
Una vez controlada la capital por el Gral. Páez, éste
consideró que ante la forzada ausencia del presidente
Vargas y del vicepresidente Narvarte, debía asumir el
poder José María Carreño, miembro del Consejo de
Gobierno.
Seguidamente se envió una comisión a la isla de
Saint Thomas a buscar al Presidente y al Vicepresidente;
éstos regresaron el 20 de agosto a bordo de una nave de
guerra danesa, que había sido puesta a su disposición,
reasumiendo de inmediato sus funciones constitucionales
en Caracas.
El general Santiago Mariño, jefe "nominal" de la
revolución, se había dirigido al Oriente, donde se habían
57 | P á g i n a
pronunciado por la revolución las provincias de Cumaná y
de Barcelona.
El pronunciamiento de Cumaná fue obra (entre
otros) del Gral. Manuel Valdez y del civil Dr. Andrés
Level de Goda (antiguo realista), Presidente de la Corte del
Circuito Judicial de Oriente.
5
Autor de una vasta obra, entre otras la <<Historia de la Primera
República>>, <<Mariño y la Guerra de Independencia>> y <<Mariño y
las Guerras Civiles>>. Madrid, Ediciones Cultura Hispánica, 1958. Este
planteó que él no escribía una historia amañada, y tampoco
“amariñada”.
58 | P á g i n a
"aunque siempre se le atribuyó una jefatura suprema
(nominal) sobre la revolución, no tenía mando militar
efectivo, pues los insurrectos de Maracaibo tenían su
cabecilla local (el coronel Francisco María Farías), los de
Puerto Cabello seguían al General Francisco Carabaño, las
tropas de Caracas, que iniciaron la cuartelada del 8 de julio,
sólo obedecían ciegamente a su comandante Pedro Carujo,
los cumaneses que se alzaron obedecían al prócer Manuel
Valdez y los de la provincia de Barcelona sólo eran
incondicionales del Gral. José Tadeo Monagas; en
resumen, aunque el prócer Santiago Mariño corrió hasta el
final con la máxima responsabilidad, no era en realidad
quien mandaba.
En la medida que los insurrectos fueron acosados
por el Gral. Páez y su ejército constitucional, bajo la
autoridad suprema del Presidente Vargas, el Consejo de
Gobierno y el Congreso, fueron negociando su retiro de la
sublevación a cambio del indulto ofrecido. De esa manera el
camino iniciado por J. L. Silva y F. Alcántara, lo siguieron
los facciosos de la provincia de Cumaná encabezados por
Valdez y luego lo seguirían los partidarios de Monagas y
Sotillo en la provincia de Barcelona. Páez consideró que
había que pacificar primero el Oriente, que era el bastión
59 | P á g i n a
más sólido de la revolución, para eso negoció con J.T.
Monagas hasta que éste aceptó la amnistía ofrecida. Esta se
concretó en el llamado "Decreto de Pirital", dictado por
Páez el 3 de noviembre en ese sitio y aprobado el 18-11-
1835 por el Consejo de Gobierno y rubricado el 2-12-1835
por el Presidente Vargas. Este decreto de indulto, al igual
que los otros similares, les garantizaban la vida, los bienes
y grados militares a los agraciados.
El General Mariño, junto con el resto de las tropas
mandadas por Carujo y otros jefes, se retiró por vía
marítima de la plaza de Cumaná rumbo a Puerto Cabello
donde aún resistía el Gral. Francisco Carabaño. En esa
plaza fuerte del centro del país quedará sometido el general
Mariño (supuesto jefe supremo) a la insubordinación de los
otros jefes y sus tropas, y en esas condiciones, se avino a
negociar con Páez su retiro con honor, de la revuelta ya
moribunda.
En efecto, Mariño con algunos de sus más fieles
compañeros, se retiró nuevamente por mar, rompiendo el
bloqueo a Puerto Cabello con destino a Curazao; quedando
los sitiados en la desesperada obligación de rendirse en
circunstancias nada propicias por el retiro de Mariño y la
60 | P á g i n a
captura y muerte del Comandante Pedro Carujo, después
de haber intentado éste también romper el cerco.
Carabaño quedó así en precarias condiciones de
sitiado débil; situación que se agravó más por el descalabro
de los sublevados de Maracaibo, su fin y el de la revolución
llegó el primero de marzo de 1836.
La derrota política y militar de los reformistas, nos
permite considerar algunos aspectos dignos de reflexión:
En esta guerra civil pueden observarse varias
facetas interesantes. Es obvio que el movimiento cuartelario
dirigido por Pedro Carujo en Caracas y respaldado por sus
colegas militares del país y avalado por Mariño como jefe,
tenía muy poco que ver con la sublevación que en la
provincia de Barcelona llevó a cabo la gente de José Tadeo
Monagas. Pues si el primero se basaba en el control de
plazas militares con sus jefes y efectivos de tropas del
ejército de la República, el caudillo José Tadeo Monagas se
subleva en su región, en su feudo personal, de Aragua de
Barcelona y su área de influencia, el Alto Llano y la costa
de Barcelona. En esa zona poseía Monagas, desde la época
de la guerra de independencia, las relaciones, que en pocos
días le permitían organizar un ejército de "Caballerías",
cuyos jinetes veteranos podían sostenerse consumiendo
61 | P á g i n a
carne vacuna recolectada en los hatos propios y en los de
los amigos de la causa. Ese prestigio caudillesco-rural,
cristalizado en ese ejército Monaguero, le daba su
peculiaridad a la revolución en esa región.
José Tadeo Monagas se pronunció por las reformas
para sacar a flote nuevamente sus banderas autonomistas
de 1831 y no quedar en una situación política delicada; esto
es, subordinado a los insurrectos de Cumaná o a la
autoridad del gran caudillo nacional José Antonio Páez.
Monagas prefirió pronunciarse por las reformas, a
pesar de los delegados y cartas enviados por Páez.
Asimismo, cuando olfateó que la revolución no tenía
probabilidades de éxito, no dudó un momento en hacer una
"paz separada" con Páez y el gobierno, el cual le indultó
nuevamente respetándole a él y a los suyos, bienes, vidas y
grados militares.
Puede verse en este recuento breve, que la
<<Revolución de las Reformas>> en éste y en otros
aspectos no guardó homogeneidad, pues si la revuelta de
Caracas tenía ese tinte de cuartelada urbana, en el Oriente
de Venezuela tendrá sabor a reivindicación regionalista y a
facción caudillesca y rural.
62 | P á g i n a
Derrotada la "Revolución de las Reformas", se
inicia el drama de las retaliaciones contra los vencidos que
no negociaron a tiempo (por dignos o por obtusos) con el
gobierno y su ejército mandado por el general Páez,
convertido en árbitro político y militar, por encima de la
realidad formal de las leyes y sus magistrados en las
ciudades.
Para todos aquellos que como Santiago Mariño y
Francisco Carabaño se refugiaron hasta el fin en Puerto
Cabello, se reservaron los peores castigos prescritos en las
leyes; ejemplo de esto fue el llamado Decreto Monstruo del
16 de marzo de 1836:
"En medio de dicha tempestad, esa mayoría de
exaltados impuso al fin, el 16 de marzo, la resolución que
Felipe Larrazábal calificó en sus "Memorias
Contemporáneas" de "volumen de venganza e infame
padrón de iniquidades", y que, sancionada y reglamentada
por el Presidente de la República el 19 y el 21 siguientes,
se convirtió en el bien llamado "Decreto monstruo".
Feliciano Montenegro Colón dice, un tanto
candorosamente, que "casi es indudable que (Vargas) dejó
de objetarla (la resolución), con el fin de calmar la
exaltación de algunos y en la confianza de quedar expeditas
63 | P á g i n a
las facultades del Ejecutivo para conmutar las penas, de
acuerdo con el Congreso."
La primera firma que lleva aquella resolución, por
la cual se pone al General Mariño fuera de la ley, como a
un pirata, es la del antiguo realista Domingo Briceño y
Briceño, y la letra y el espíritu representan perfectamente
el ansiado desquite de la facción, compuesta de elementos
tan heterogéneos como los que constituían la reformista,
pero más estrechamente unidos entre sí por odios y
rencores personales comunes a todos. Veamos el texto en
su parte dispositiva:
Artículo 1º. Se autoriza al Poder Ejecutivo para que
ejerza la facultad cuarta del Artículo 118 de la
Constitución, respecto a los comprometidos en la facción
titulada de las Reformas que no hayan sido antes
indultados, estén o no encausados, con las excepciones y
bajo las condiciones que a continuación se expresan.
Artículo 2º. Quedarán excluidos del indulto, y, de
consiguiente, sujetos al juicio y castigo con arreglo a las
leyes:
Primero: El que en la facción se tituló Jefe Supremo
de la República.
64 | P á g i n a
Segundo: Los que hayan mandado la plaza de Puerto
Cabello después del 17 de agosto último; los que allí
mandaron la tropa que hizo fuego a los milicianos en dicho
día, y los que asesinaron en Barcelona al ciudadano
Francisco Sucre.
Tercero: Los empleados públicos, no militares, que
fueron autores principales de la revolución o que
cooperaron a ella y hayan sido encausados y reducidos a
prisión.
Cuarto: Los que tengan causa criminal por
conspiración anterior al 8 de julio, no sentenciada
definitivamente, siempre que hayan llevado su obstinación
hasta encerrarse en Puerto Cabello después del 17 de
agosto último.
Quinto: Los individuos que sometieron al gobierno
constitucional al Castillo Libertador, y los que entregaron
la Casa fuerte de Puerto Cabello, podrán ser expulsados
por el tiempo que estime conveniente el Poder Ejecutivo,
con tal que no sea por menos de cinco años ni por más de
diez, aun cuando estén comprendidos en las excepciones
del artículo anterior. (…)
Artículo 4º. Los demás individuos comprendidos en
el Artículo 1º que no estén excluidos del indulto por el
65 | P á g i n a
Artículo 2º, podrán gozar de la gracia bajo las condiciones
siguientes:
Primera: Los indultados perderán todos sus
empleos, grados y títulos, pensiones, goces y
condecoraciones.
Segunda: Los que existan de los jefes que
suscribieron las nueve proposiciones que se dirigieron al
Presidente de la República el día 8 de Julio, y los que
concurrieron a la sublevación del batallón Anzoátegui y a
la prisión del Presidente y Vicepresidente, siempre que
hayan llevado su obstinación hasta encerrarse en la plaza
de Puerto Cabello después del 17 de agosto último, serán
expulsados perpetuamente. También serán precisamente
expulsados por un término que no baje de cinco ni pase de
diez años, los demás jefes y oficiales indultados en virtud
de esta autorización, los que sin ser militares obtenían
antes del 8 de julio empleos de honor y confianza, y los
demás individuos que a juicio del Poder Ejecutivo deban
serlo por convenir así a la seguridad del país.
Tercera: Los que no quedaren incluidos en la
condición anterior, podrán ser, expulsados por menos
tiempo o confinados dentro del territorio nacional a juicio
del Poder Ejecutivo.
66 | P á g i n a
Cuarta: El que quebrantare la expulsión perpetua y
volviere a cualquier punto del país, quedará sujeto a que se
le aplique la pena de conspirador de primera clase, y
cualquier tribunal o juez de la República puede hacer llevar
a efecto dicha pena inmediatamente, precediendo sólo la
prueba de ser la misma persona expulsada con aquella
condición. Los demás que quebrantaren la expulsión o
confinación perderán la gracia y quedarán sujetos al juicio
y castigo con arreglo a la ley.
Quinta: Aunque la responsabilidad por daños y
perjuicios a que haya lugar, conforme a las leyes, no es una
pena, sino una obligación civil, se declara, para evitar
cuestiones, que los indultos que emanen de la presente
autorización, de ningún modo destruyen aquella
responsabilidad.
Artículo 5º. A los individuos a quienes comprenda la
condición cuarta del precedente artículo, se les instruirá
previamente de todas las condiciones contenidas en esta
resolución, para que expresen si aceptan el indulto
sometiéndose a ellas.
Artículo 6º. El Poder Ejecutivo sólo podrá usar de
esta autorización dentro del perentorio término de tres
meses, contados desde esta fecha, y al dar cuenta al
67 | P á g i n a
Congreso del uso que de ella se haga, acompañará lista de
todos los individuos agraciados, expulsados o confinados,
expresando los tiempos y los lugares de sus destinos.
Artículo 7º. La presente autorización no revoca ni
altera en nada la facultad que se ha reservado al Poder
Ejecutivo para expulsar o confiar a algunos de los que ha
indultado, en virtud de las facultades que le acordó el
Consejo de Gobierno antes de la reunión del Congreso"6.
En sus comentarios al Decreto, Antonio Leocadio
Guzmán dirá, refriéndose al número primero del artículo
2º: "Esto era condenar a muerte al General Mariño, el más
humano y bondadoso de cuantos jefes han tenido Colombia y
Venezuela: el que fue comprometido por la revolución y por creer
al General Páez, y hasta pudiera decirse que por obedecerle, y
esto cuando el Jefe Supremo de la República, proclamado por la
revolución, había sido él mismo Páez." Sobre el número
segundo del mismo artículo: "Este parágrafo fue
especialmente estudiado para fusilar al benemérito y honradísimo
General Francisco Carabaño, que ni fue autor de la revolución
ni estaba señalado por ningún hecho que lo singulariza
reagravando su responsabilidad". Sobre el hecho número
6
Caracciolo Parra Pérez: Mariño y las Guerras Civiles. Tomo
1, pp. 566-569. "El Decreto monstruo", 21-3-1836
68 | P á g i n a
tercero. "Se quería incluir singularmente en este párrafo al
doctor Andrés Level de Goda por envidia a sus talentos,
animadversión personal, que tenían origen en sus libérrimas
opiniones y característica independencia." Guzmán cita la
mordaz interrupción de un representante ante la puja de
Ángel Quintero contra Level: "Señor Presidente: y que el
individuo se llame Andrés". Por lo demás, es improbable que
el interruptor haya sido
Caballero, quién, según creemos, estaba todavía
preso en Barcelona.
La sentencia absolutoria dictada entonces por el
Alcalde Municipal de La Guaira en favor de Level de Goda,
presenta justamente el ejemplo más típico de la división en
que estaba la opinión pública y de las disputas de las
facciones en todos los terrenos. El asesor letrado Medina,
que dictaminó en la referida causa, sostuvo la tesis, acogida
por el magistrado y que anotamos según <<El
Constitucional>> de 28 de junio de aquel mismo año: "Qué
sólo los individuos que ejecutaron la prisión - y expulsión – del
Presidente y del Vicepresidente de la República son los únicos
conspiradores, no entrando en esta línea los que se adhirieron
después al pronunciamiento del 8 de Julio (así lo llama el
letrado), y menos los habitantes de Cumaná, pues que hicieron
69 | P á g i n a
uso del universal Derecho de Gentes, adoptando el principio
incuestionable, decidido por todos los políticos, de que un pueblo
desamparado de su gobierno, como lo estaba el de Cumaná,
depuestos los primeros magistrados del Estado, deja de ser
súbdito suyo durante la separación y está en libertad de proveer a
su conservación del mejor modo que le sea posible." Los
cumaneses, autores del remitido que protestaban contra la
sentencia absolutoria de Level de Goda, no compartían en modo
alguno aquel especioso criterio del letrado, que se inspiraba sin
duda en alegatos del propio encausado.
En torno a la aplicación de estas medidas punitivas,
se desató en el país una agria polémica entre los partidarios
del rigor (la camarilla de Páez desde 1831) y los partidarios
del perdón y la flexibilidad.
Esta nueva querella avivará los odios y creará un
ambiente que prepara el surgimiento del Partido Liberal
en 1840. El Presidente José María Vargas no soportó las
presiones políticas que se generaron en estos
enfrentamientos. Su período constitucional lo han de
terminar los vicepresidentes Narvarte y Soublette, pues el
Dr. Vargas renunció irrevocablemente en marzo de 1836,
alegando "razones de salud" ante el Congreso Nacional.
70 | P á g i n a
Como hechos notorios de esta fase (1835-1839), se
destacan la derrota en Payara (cerca de Achaguas, Apure)
de la facción de Farfán, el 26 de abril de 1837.
Este hecho político-militar casi insignificante, fue
aprovechado por los adulantes de entonces para agregarle
otro título al <<Ciudadano esclarecido>>, denominando en
adelante "León de Payara" a José Antonio Páez, vencedor
de los facciosos del llano ese año, como Jefe del ejército
constitucional.
Otro hecho importante en la parte final del período
(1835-1839), fue la actitud conciliadora que el
vicepresidente Carlos Soublette, encargado de la primera
magistratura, tuvo hacia los reformistas perseguidos y
hacia el recuerdo de la figura de Simón Bolívar como
Libertador; cuestión esta última que le trajo una lluvia de
críticas ácidas de parte de los que aún no perdonaban al
"odioso tirano" Simón Bolívar, como le llamaba todavía la
grosera y agresiva prensa caraqueña de la época, donde
escribían ilustres y honestos liberales, pero donde también
lo hacían emigrados realistas recién llegados a rescatar sus
bienes y sus posiciones políticas perdidas.
La actitud de Soublette era comprensible, pues,
además de haber sido un cercano colaborador de Bolívar,
71 | P á g i n a
había estado ausente del país (en tareas diplomáticas)
durante la última contienda fratricida.
72 | P á g i n a
Esta posición política y militar de Páez, según
Laureano Vallenilla Lanz, lo consagraba como el "gendarme
necesario", como el "César", bajo cuya ala protectora se
puede establecer la democracia.
La elección del general José Antonio Páez, en 1839,
era un hecho lógico y esperado, pues los únicos que podían
disputarle el poder, los mariñistas, estaban execrados
políticamente. Los "civiles" estaban neutralizados por el
espanto de una nueva revuelta político-militar de los
agazapados reformistas recién indultados, y, para
completar, la Presidencia de la República estaba ejercida
provisionalmente por el vicepresidente Carlos Soublette, su
brazo derecho y deudor político.
Esta segunda administración de Páez se
caracterizará porque durante ella afloran los signos de una
crisis económico-social que golpeó al sector rural,
acompañada del surgimiento de un movimiento de dura
oposición política sistemática: El Partido Liberal, con su
vocero periodístico <<El Venezolano>>, redactado por
Antonio Leocadio Guzmán.
El establecimiento del Banco Colonial Británico, la
fundación de un "Banco Nacional" (de capital mixto), la
promoción de la inmigración (fundación de la Colonia
73 | P á g i n a
Tovar), la modificación a la “Ley de Espera y Quita”, y
posteriormente, el veto presidencial de Soublette a la ley
que crearía el “Instituto de Crédito Territorial” (una idea
del Lic. F. Aranda); le dan a esta administración un tinte
liberal en materia económica, cuyo inspirador era, entre
otros, Don Santos Michelena, experto hacendista y gran
hombre público.
Sin embargo, la ruina de los agricultores golpeados
por las leyes que supuestamente sólo favorecían a los
grandes comerciantes y prestamistas-usureros, estimularon
la ruptura en el seno de las clases propietarias y sectores
dirigentes en dos grupos políticos básicos: los que adoptan
la denominación de "liberales" y los que serán etiquetados
por sus adversarios como "godos, conservadores y
oligarcas".
La lucha política en campos y ciudades, aunque sólo
en parte puede explicarse por los torrentes de demagogia
vertidos por los periódicos políticos de entonces: "El
Venezolano", "El Republicano", "Las Avispas", "El
Liberal", "El Diario de la Tarde" etc.; fue subiendo de tono
hasta llegar al paroxismo durante las elecciones de 1843,
para elegir al sustituto de Páez, que resultó ser Carlos
Soublette.
74 | P á g i n a
El PROBLEMA ECONÓMICO-SOCIAL
75 | P á g i n a
“Ley de Espera y Quita”, la que regulaba el otorgamiento
de prórrogas a los deudores. En ese nuevo entorno, surgió
el descontento y la agresividad hacia los prestamistas,
calificados ahora de usureros y cosas peores.
En esa primera década posterior a la separación de
la Gran Colombia, nuestro país vivió una época de
crecimiento de la economía, manejo ordenado del asunto de
la deuda externa pagándose regularmente los intereses y
amortizaciones de la parte de la deuda que nos tocó asumir
(28 % del total), nueva legislación sobre crédito,
inmigración, caminos, etc.
La elección del Gral. Carlos Soublette (1843-1846),
hizo ver que el círculo político llamado "la Oligarquía" por
sus adversarios liberales, era muy difícil de desplazar del
poder, pues estos ''oligarcas'', además de contar con la
jefatura real de Páez, poseían como individuos una larga y
fructífera experiencia político-administrativa, y esa
"aureola" que la cultura intelectual y el poder dan a quienes
poseen estos dones.
Soublette proseguirá en su período constitucional
propio la misma política que practicó como Vicepresidente
y Presidente Encargado para completar el período del
renunciante Dr. Vargas (1837-1839). Su relativa tolerancia
76 | P á g i n a
política le llevó a profundizar el perdón limitado acordado
por Páez en marzo de 1842 a los expulsados reformistas. El
Gobierno acordó; en abril de 1843, que todos los
desterrados podían regresar, incluido Santiago Mariño;
completándose esta generosa amnistía con el Decreto del
21 de febrero de 1845, que rehabilitaba en sus grados,
títulos, pensiones y condecoraciones a los que habían sido
privados de ellas por el llamado "Decreto monstruo" del
16-3-1836, ya indicado anteriormente.
77 | P á g i n a
Acompañaban a Guzmán en esa tarea opositora, los
grandes publicistas liberales: Tomás Lander (hasta su
muerte), Felipe Larrazábal, Blas Bruzual, Estanislao
Rendón y otros.
La inesperada muerte del ilustre General Rafael
Urdaneta, mientras cumplía una misión diplomática en
Europa, dejó al círculo gobernante (paecista) sin candidato,
ya que el Presbítero y Coronel José Félix Blanco y
Bartolomé Salom se presentaban como liberales y José
Tadeo Monagas no era de fiar, por su pasado
insurreccional de 1831 y de 1835.
No obstante, esa situación de Monagas y su pasado,
al grupo paecista no le quedó más camino que votar por él
para cerrarle el paso al liberal Antonio Leocadio Guzmán,
que supuestamente podía ganar las elecciones.
El clima electoral de 1846 llegó a tal nivel de
pugnacidad, que se preveía un enfrentamiento armado de
funestas consecuencias; por esa razón se buscó un acuerdo
entre los jefes políticos que podían influir: El General Páez
y el señor Guzmán. A tal efecto, los mediadores
concertaron una entrevista entre los dos dirigentes, en la
hacienda del Gral. Santiago Mariño, en La Victoria (Valles
de Aragua), punto intermedio entre Maracay y Caracas,
78 | P á g i n a
donde estaban residenciados Páez y Guzmán,
respectivamente.
Los jefes y sus entusiastas comitivas iban a
entrevistarse cuando se supo la noticia sobre un alzamiento
del así llamado "Indio" Francisco Rangel en la sierra de
Carabobo, el 2 de septiembre de 1846, en nombre del
partido liberal y su jefe Don Antonio Leocadio Guzmán.
Esa facción o guerrilla sobrevivió hasta marzo de 1847.
De la misma comitiva de Guzmán que iba
pacíficamente hacia los Valles de Aragua, salieron a
incorporarse apresuradamente al movimiento de Rangel
varios jefes como Ezequiel Zamora y Manuel Ibarra. Hacia
Barlovento salieron Echeandía, Tirado y Galarraga a
promover y organizar otras guerrillas; mientras que Rafael
Flores (Calvareño) fue a los Valles del Tuy.
Guzmán no aprobó la insurrección de Rangel y la
de otros jefes, invocó, ante el hecho cumplido, que su
prédica pública había tenido como meta el formar
ciudadanos y no formar facciosos armados. Su actitud de
desaprobación a la violencia desatada lo llevó a volverse a
Caracas, donde se escondió.
Allí fue hecho prisionero por su enemigo político el
periodista Juan Vicente González, actuando entonces como
79 | P á g i n a
jefe de policía; su decreto de prisión fue el 21-9-1846 y su
captura el 4-10-1846.
Aunque Guzmán había condenado públicamente el
alzamiento de Rangel, de todas maneras, sus enemigos lo
responsabilizaron intelectual y políticamente de la
revolución, llevándolo a juicio y condenándolo a muerte.
El llamado "General del pueblo soberano", Ezequiel
Zamora, asumió entonces la jefatura de la insurrección de
Rangel, la que ha sido estudiada por el historiador Federico
Brito Figueroa y presentada como una peculiar "revolución
campesina", con un programa resumido en el lema "Tierra
y Hombres libres". Hay que acotar acá que la interpretación
hecha por Brito en la biografía que tituló “Tiempo de
Ezequiel Zamora” ha sido criticada ampliamente por otros
historiadores.
Esta facción de la sierra de Carabobo y los llanos
aledaños, sobrevivió mediante la guerra de guerrillas
contra el ejército gubernamental, hasta ser liquidada
política y militarmente. Una vez capturado el cabecilla
Rangel, éste fue decapitado y su cabeza enviada en
salmuera a Páez como un trofeo de guerra.
A Ezequiel Zamora se le enjuició y condenó a
muerte; no obstante se fugó de su prisión de Maracay y
80 | P á g i n a
posteriormente fue indultado junto con Guzmán y otros
perseguidos.
En medio de esa situación de guerra intestina, los
liberales perdieron toda posibilidad de ganar la elección,
pues perseguidos, encarcelados o muertos sus jefes, no
podían participar en las urnas electorales.
En la elección (como era habitual) ninguno de los
candidatos logró la mayoría de los dos tercios de los votos
de los colegios electorales; en consecuencia, el Congreso,
controlado por la mayoría paecista, procedió - de acuerdo
con lo pautado en la ley - a perfeccionar la elección,
resultando electo el General José Tadeo Monagas.
81 | P á g i n a
1846-1847, entre ellos, Antonio Leocadio Guzmán y
Ezequiel Zamora. Al primero le conmutó la pena el 2 de
junio de 1847, a cambio del destierro a "perpetuidad", y al
segundo a presidio en Maracaibo.
El destierro de Guzmán y el "presidio" de Zamora,
así como otras penas, duraron los meses que tardó José
Tadeo Monagas en romper violentamente con sus
transitorios socios políticos "godos". Y no solo eso, ellos y
muchos liberales serían incorporados como jefes militares
(Ezequiel Zamora), ministros y hasta vicepresidente de la
república, como fue el caso de Guzmán.
La actitud cada vez más independiente del
Presidente Monagas, en sus relaciones como los círculos
políticos tradicionales y en el nombramiento de los
empleados públicos, lo llevó a enfrentarse con los "godos"
de su gabinete, del Consejo de Gobierno y del Congreso.
Uno de los problemas álgidos que harán tirantes
sus relaciones, será el enjuiciamiento a cercanos
colaboradores del presidente por presuntos desfalcos en el
tesoro público, pero lo peor de la crisis, en su fase más
aguda, estalla el 24 de enero de 1848.
82 | P á g i n a
El 24 de enero de 1848
83 | P á g i n a
muertos y heridos, como los representantes José Antonio
Salas, Juan García, Francisco Argote y Santos Michelena.
A este último se le trasladó muy mal herido a la legación
diplomática británica, donde expiró a causa de las
puñaladas recibidas. Además de los cuatro parlamentarios
murió un número mayor de simples ciudadanos.
El Presidente llegó al lugar de los hechos cuando ya
la tropa recogía los cadáveres y los heridos y se trataba de
poner orden.
Después de discutir los hechos a fondo con sus
colaboradores liberales, Monagas tomó la determinación de
"condenar" la violencia desatada ese día y pedirle al
Congreso que se reuniera nuevamente como si nada
hubiese pasado.
La asistencia a estas nuevas reuniones del Congreso
Nacional tuvo excepciones, además de las lógicas de los
parlamentarios fallecidos, el ilustre escritor y político
"godo" Don Fermín Toro, le envió un mensaje a Monagas
señalando que su cadáver (el de Fermín Toro) lo llevarían
al Congreso pero que él no se prostituía. Uno que si
regresó bajo la presión del miedo, fue el Secretario del
parlamento el fogoso periodista Juan Vicente González.
84 | P á g i n a
El Congreso reinició su acción legislativa bajo la
terrible presión de aquel sangriento recuerdo, que anulará
en adelante aquella altanería "goda" de sus miembros más
prominentes, lo cual lleva a algunos historiadores a afirmar
que el Congreso fue asesinado el 24 de enero de 1848,
sobreviviéndole sólo una caricatura de aquel verdadero
Poder Legislativo, base de la república deliberativa, que dio
paso a una Venezuela con un Poder Ejecutivo
todopoderoso y dinástico.
La ruptura violenta iniciada el 24 de enero de 1848,
entre J.T. Monagas y los paecistas tendrá consecuencias
inmediatas: por una parte, Monagas se ve obligado a
buscar un soporte político sólido, aliándose estrechamente
con los liberales, que logran así ingresar al círculo de poder
después de una larga lucha y espera.
Por otra parte, los "godos", encabezados por Páez y
Ángel Quintero, encienden la guerra civil contra el
gobierno, al que consideran ahora arbitrario,
inconstitucional y agresor del Congreso, de los ciudadanos
y sus libertades fundamentales.
El 25 de enero, José Tadeo Monagas, previendo la
reacción del general Páez ante los graves sucesos en
85 | P á g i n a
Caracas, le escribió una larga carta explicativa que
terminaba diplomáticamente "pidiéndole consejo".
El General Páez le contestó el 31 de enero desde
"El Rastro", rompiendo con él, e inmediatamente, el 4 de
febrero, desde Calabozo (Guárico), lanza su manifiesto de
guerra, ocupando el 20 del mismo mes a San Fernando de
Apure.
El Gobierno destacó a su ataque a un antiguo
subordinado suyo, el Coronel Cornelio Muñoz, que lo
derrotó fácilmente el 10 de marzo en el sitio de “Los
Araguatos”, cerca de Achaguas (Apure), obligándolo a huir
hacia la Nueva Granada.
Sus adversarios por la prensa lo ridiculizarán con el
mote de "Rey de los Araguatos", para recordar aquello de
"León de Payara".
En auxilio de Páez se sublevaron José María
Zamora (en el Alto Llano), J. T. Piñango, en la provincia
de Maracaibo, Agustín Codazzi (en Trujillo) y muchos
otros militares "godos", que formaron guerrillas en todo el
país.
El 2 de julio de 1849, desembarcó, de regreso por
La Vela de Coro, el General Páez y, de inmediato, el
gobierno destacó columnas armadas dirigidas por los
86 | P á g i n a
generales Santiago Mariño, José Gregorio Monagas y José
Laurencio Silva. Estos derrotaron el 15 de agosto a las
fuerzas de Páez y lo obligaron a capitular en el sitio de
Macapo, Cojedes.
La capitulación, bastante generosa, acordada por el
General José Laurencio Silva no fue ratificada o reconocida
por el gobierno, poniendo en una situación difícil al Gral.
Silva con los oficiales rendidos. El régimen tomó una
actitud severa con los revolucionarios bajo la jefatura de
Páez, decretando expulsión de la patria el 3 de septiembre.
Sin embargo, alegándose que el país estaba aún
convulsionado se les encerró provisionalmente en el
Castillo de Cumaná y desde allí tuvo Páez que protestar, el
5 de febrero de 1850, por las pésimas condiciones de su
encierro. Una de las pocas voces que en el Congreso
Nacional habló a su favor, fue la del gran tribuno liberal de
Oriente Estanislao Rendón, quien, planteando que él "no
defendía hombres sino principios", pidió que se subsanara
la ilegal situación de José Antonio Páez, encerrado sin un
juicio y en un estrecho cuarto de una fortaleza que no era
cárcel pública.
El Régimen, presionado, dictó entonces un nuevo y
más severo decreto de expulsión para Páez y los alzados en
87 | P á g i n a
1848 y 1849, fechado el 25-3-1850. Finalmente, puede Páez
viajar al destierro y llega a los Estados Unidos de América,
donde fue recibido con grandes honores y festejos públicos.
La aplastante derrota a la facción de Páez, consolida
aún más el poder omnímodo de Monagas, pues teniendo
éste el apoyo liberal y la sumisión del Congreso y la
Judicatura, desarrollará un estilo autocrático de gobierno,
que ha permitido calificar a su régimen, junto con el de su
hermano José Gregorio, como el período de "la Oligarquía
Liberal" o "Dinastía de los Monagas".
UN BALANCE HISTÓRICO
88 | P á g i n a
Por ejemplo, a título de muestra, se puede señalar
que en varias oportunidades se calificó a Páez y a Soublette
de "ladrones", de "viejos cargados de años y de crímenes" y
otros adjetivos por el estilo.
Se agrega también, que en el período anterior se
pagó la deuda externa (amortización e intereses) y se
levantó el prestigio del crédito público en el exterior, se
observó una rigurosa pulcritud en el manejo de los fondos
públicos y se sometió a la jerarquía eclesiástica: obispos y
clero en general a la obediencia de la Constitución y leyes
del país, aunque hubo de tomarse medidas drásticas –
expulsión temporal - para hacerlos entrar en cintura. En
fin, los poderes públicos funcionaron dentro del equilibrio
y respeto a sus atribuciones y competencias, especialmente
el Poder Legislativo árbitro supremo - en aquella república
con un “Gobierno Deliberativo” como lo calificó el gran
historiador Don Augusto Mijares.
Este telón de fondo, tejido por la historiografía
tradicional venezolana, sirve para que resalten en forma
nítida los vicios, corruptelas y arbitrariedades que
comúnmente se le adjudican a las sucesivas presidencias de
los hermanos Monagas en la década 1848-1858.
89 | P á g i n a
Antonio Leocadio Guzmán, el desterrado
"perpetuamente" del país en 1847, es ya, para 1849,
Secretario del Interior y Justicia en el régimen de José
Tadeo Monagas, y posteriormente ocupará la
Vicepresidencia de la República. Bajo su firma se
publicarán las reformas a la “Ley de Espera y Quita” (la
que acarreará un conflicto diplomático) y la derogatoria de
la pena de muerte para el delito de conspiración y traición,
Decreto del 3-4-1849. Cabe recordar que Antonio Leocadio
Guzmán firmó como Secretario del Interior y Justicia, en la
primera Presidencia de Páez, esa Ley ahora derogada, y
que tuvo la oportunidad de ser condenado a muerte bajo su
letra, condena que no se cumplió por supuesto.
En 1850 se celebraron elecciones en el país entero,
resultando favorecido por el voto nacional el hermano del
presidente saliente. En febrero de 1851, tomó posesión de
su cargo el Gral. José Gregorio Monagas, el cual, de no
haberse tomado en el Congreso la trascendente decisión de
abolir la esclavitud (24-03-1854) su mandato hubiese
pasado a la historia como el de uno de los presidentes más
anodinos de nuestro siglo XIX.
El abierto nepotismo de José Tadeo había impuesto
no sólo a su hermano José Gregorio, sino también a toda su
90 | P á g i n a
parentela en cargos públicos, favoreciéndoles además con
adjudicaciones de tierras baldías, facilitadas por la muy
flexible “Ley del 10 de Abril de 1848” que reguló esa
materia.
Muy serias investigaciones documentales
(Materiales para el estudio de la cuestión agraria en
Venezuela, UCV) demuestran como el propio José Tadeo
Monagas se convirtió en el principal adjudicatario de
grandes extensiones de tierras baldías en el Oriente del
país durante ese periodo. A tal extremo llegaron los abusos
en la aplicación de esta ley, que el propio Secretario de
Hacienda pidió su derogación en la Memoria presentada en
1856.
Los sectores conservadores derrotados en 1849, y
algunos grupos liberales cansados ya del juego impuesto
que los condenaba a ser solamente los "segundones" del
poder, pero a cargar el fardo de la responsabilidad política
y moral de un régimen cada vez más corrupto y
autocrático, decidieron sublevar al país nuevamente en
1853 y 1854. Entonces se levantaron facciones en Cumaná,
valles de Aragua, Carabobo, Coro, Barquisimeto y Mérida;
pero todas fracasaron ante las fuerzas del gobierno.
91 | P á g i n a
En 1855 se volvió a elegir a José Tadeo Monagas
Presidente de la República, mas no satisfecho con esto, él y
sus socios políticos, echaron a andar un proceso de claro
tinte continuista. En primer término, el Congreso Nacional
decretó una Ley que hacía más flexible el procedimiento
vigente para proceder a reformar la Constitución; el
sistema anterior obligaba a publicar el proyecto por la
prensa y discutirlo ampliamente y a lo largo de varios
períodos legislativos.
El gobierno para poder remover a todos los
gobernadores, diputaciones provinciales y legisladores
nacionales, procedió a dictar una nueva Ley de División
Territorial (28-4-1856), que elevaba las 13 provincias a
21: De esta manera, alterados todos los límites, se podía
nombrar interinamente como gobernadores y legisladores
de ellas a personas adictas al plan continuista programado.
El Congreso de incondicionales, reunido de esta
forma, procedió a reformar la Constitución de 1830 y a
promulgar otra: La Constitución de 1857, que, entre
otras características, establecía un período presidencial de
seis años, con posibilidad de hacerse reelegir para el lapso
subsiguiente.
92 | P á g i n a
Los diversos sectores políticos: "godos" o
"conservadores" (civilistas y paecistas); así como los
liberales (guzmancistas) y de otras tendencias,
desaprobaron la reforma constitucional y, por tanto, se
desató una crisis política que aisló a Monagas y a sus más
cercanos colaboradores, del resto de la opinión nacional. El
Congreso, a instancias del presidente, dictó una medida de
amnistía general el 4 de febrero de 1858, medida demasiado
tardía, pues ya los liberales parecían, a fines de 1857 y a
comienzos de 1858, cada vez más dispuestos a conspirar
contra el régimen moribundo y aun el propio hermano del
presidente, el Gral. José Gregorio Monagas, desaprobó,
junto con sus asesores políticos, la maniobra continuista.
Para oficializar esta posición, José Gregorio Monagas,
envió un documento a su hermano José Tadeo que podría
calificarse de ruptura oficial entre ellos.
93 | P á g i n a
La coalición, así formada, eligió como jefe a un
militar incoloro: el Gral. Julián Castro, gobernador de la
provincia de Carabobo, el cual engañó con su supuesta
"lealtad" hasta el último momento al presidente José Tadeo
Monagas. Solamente un anodino militar como Julián
Castro podía fungir como "Jefe" de sectores políticos tan
heterogéneos, pues todos aspiraban (secretamente) a
aceptarlo transitoriamente y luego intentar controlarlo o
liquidarlo político-militarmente cuando ya hubiese
cumplido su cometido: acabar de una vez por todas con la
larga autocracia Monaguera.
La "revolución" estalló el 5 de marzo en Valencia,
encabezada por el Gobernador Julián Castro. El
movimiento resultó casi completamente incruento, pues
Monagas, viéndose aislado y abandonado, prefirió
renunciar el 15 de marzo ante el Congreso y asilarse en la
legación diplomática de Francia. Este asilo de Monagas va
a generar todo un conflicto: El asunto del "Protocolo
Urrutia".
Ese acuerdo firmado por el canciller W. Urrutia
(liberal) no fue aceptado por conservadores como Fermín
Toro. Ello llevó a la renuncia de Urrutia y a un conflicto
con los representantes de Francia y otras naciones que
94 | P á g i n a
exigían el cumplimiento del acuerdo original. Al final,
después de muchas presiones externas se permitió la salida
segura de Monagas al exilio.
El derrocamiento de José Tadeo Monagas por los
fusionistas dio paso a la organización de un gobierno
provisional presidido por Julián Castro, el "Jefe" de la
revolución, que ocupó militarmente a Caracas el 18 de
marzo.
95 | P á g i n a
sin ser centralista, o federalista en extremo, les acordaba
cierta participación y autonomía a las provincias y concejos
municipales. La carta aprobada en Valencia, al igual que la
de 1830, fue de carácter mixto o centro-federal.
Los sectores liberales que habían acompañado a los
"godos" en la revolución fusionista de marzo, en el
gobierno provisional y en la Convención Nacional electa a
partir de ella, terminaron rompiendo políticamente la
fusión o coalición, argumentando (para justificar tal
ruptura) las siguientes razones o hechos:
a) La crisis surgida por la firma del protocolo
diplomático del 26 - 3 - 1858 por parte del señor
Wenceslao Urrutia, Secretario de Relaciones Exteriores y
Representante liberal en el gabinete; este Protocolo no fue
aceptado por el gabinete y esto provocó la renuncia de
Urrutia y la conversión del equipo ministerial en un
gabinete "godo" o conservador.
b) La aprobación y promulgación (diciembre de
1858) de una nueva Constitución, objetada por los que
exigían una Constitución Federal para la República.
c) El estallido de una sublevación en el cerro del
Ávila, que fue dispersada por las tropas mandadas por el
Gral. Soublette, la noche del 16 de agosto del mismo año
96 | P á g i n a
de 1858. La revuelta se había realizado aprovechando el
caos creado por el bloqueo impuesto por naves extranjeras
al puerto de La Guaira, que exigían el cumplimiento del
Protocolo Urrutia, que garantizaba el asilo al Presidente
derrocado José Tadeo Monagas. Muchos de los
comprometidos en esta facción, llamada "la Galipanada",
eran liberales expulsados del país por el Decreto del 7 de
junio próximo pasado. Este decreto había expulsado del
país a un grupo que encabezaba Juan Crisóstomo Falcón,
Ezequiel Zamora, Antonio Leocadio Guzmán y su hijo
Antonio Guzmán Blanco; considerados peligrosos para la
estabilidad y seguridad del Estado.
97 | P á g i n a
condecoraciones y le expulsaba perpetuamente del país;
además se le prohibía negociar sus bienes por ocho años, de
manera que sirvieran de garantía para indemnizar a la
nación en las reclamaciones que se le harían.
Como puede recordarse, la historia se repetía:
Mariño en 1836, Páez en 1850 y ahora Monagas en 1858, y
se seguirá repitiendo, a pesar de que la revolución de
marzo, al igual que las otras, había proclamado "el olvido de
lo pasado".
98 | P á g i n a
Vicepresidente y a Don frente del
Pedro Gual, como movimiento, sin
“Designado”. esperar al grupo
El 3-2-1859 culmina sus exiliado en Saint
tareas la Convención Thomas que
Nacional. encabezaba J.C.
3) El 7-6-1859, Julián Falcón.
Castro se separa de la Se inicia así la
presidencia alegando llamada guerra
“enfermedad”, pero a la larga de 1859-1863.
semana (el día 13) vuelve
a re encargarse de la
misma forma y formó un
gabinete con figuras
liberales: F. Aranda, E.
Rendón, M.M. Echeandía
y J.L. Silva.
4) J.A. Páez indignado ante
las maniobras de Julián El 24 de julio de
Castro, se retira al 1859 desembarca el
extranjero (New York) a General Falcón en
esperar ser llamado. Palmasola.
5) El 30-7-1859, Julián Proclama la
Castro, presidente la Federación.
república, escandaliza a
los “Godos” al declarar Prosigue en todo el
públicamente: que si la país la Guerra
Federación la proclaman Federal.
los pueblos, el gobierno Se unifican las
estaría atento a este paso, fuerzas de Zamora
“pues solo la mayoría es y las de J.C. Falcón.
soberana.”
6) 31-7-1859: “Gobierno de
San Pablo”. Se sublevan Los liberal-
federalistas
99 | P á g i n a
las tropas comandadas consideraron nulo
por M. V. de las Casas, ese gobierno.
hacen prisionero al
presidente Castro y Falcón se hacía
proclaman la Federación, reconocer como
pero al día siguiente, se “Presidente” en
contra pronuncian a favor campaña y Zamora
de la constitución de como jefe militar.
1858 y llaman al
Vicepresidente Tovar al
poder. El “Designado”,
Don Pedro Gual se
encargó mientras M.F.
Tovar llegaba de
Valencia.
Se afirma que todo esto
fue una farsa política de
los “Godos” para eliminar
a Castro y sus amigos
liberales oportunistas.
7) A finales del año 1859 se Grave derrota del
celebran las elecciones en ejército
la medida que la guerra constitucional. Las
lo permite, proclamando fuerzas federalistas
el Congreso a comienzos obtienen una gran
de 1860, a M. F. Tovar, victoria en la Batalla
Presidente de Santa Inés el 10-
Constitucional, a Pedro 12-1859.
Gual, Vicepresidente, y al Muere Ezequiel
general León de Febres Zamora en la toma
Cordero, como de San Carlos
“Designado” (Cojedes), el 10-1-
8) El Congreso enjuicia a 1860.
Castro y lo sentencia Dura derrota del
100 | P á g i n a
como culpable el 28-7- ejército federalista,
1860, pero no le impuso ahora bajo el mando
una pena, un verdadero de Falcón, en Coplé
absurdo jurídico. (llanos de Guárico-
9) El partido “Godo” o Apure) el 17-2-
conservador vive un 1860.
proceso de agudos Descalabro militar o
enfrentamientos internos desbandada del
entre dos grupos: el de ejército federalista.
los “epilépticos”, civilistas En marzo, Falcón
oligarcas que rodeaban al debe retirarse hacia
mantuano M.F. Tovar la Nueva Granada.
(Presidente
Constitucional) y el de Prosigue la guerra,
los “paecistas” orientados pero
por Pedro José Rojas, fundamentalmente
redactor de “El con guerrillas y
Independiente”, escasos combates.
partidarios de la
Dictadura de Páez como 9 – 7 - 1861: Falcón
única solución a la crisis regresa con nuevos
político-miliar. recursos
10) A mediados de 1861
regresa Páez desde New
York llamado por sus Intentos de ponerle
partidarios. El Congreso fin a la guerra
elige a Ángel Quintero mediante
(acérrimo paecista) el 3- negociaciones
4-1861 como nuevo políticas.
“Designado” y el
Presidente Tovar Entrevista entre
encarga a Páez del mando Páez y Falcón en la
del ejército. Este sabana de Carabobo
renuncia el 8-5-1861 pues el 8 y el 9-12-1861
desea tener el control sin resultados
101 | P á g i n a
absoluto del poder. concretos positivos.
11) En medio de la anarquía
desatada en todos los A lo largo del año
niveles (en parte de 1862, las fuerzas
estimulada por Páez), el federalistas se
presidente Tovar fortalecen en todo el
renuncia ante el país y obtienen
Congreso Nacional el 20 importantes
de mayo. victorias miliares.
El Congreso admitió la Antonio Guzmán
renuncia de Tovar y el Blanco asume
Vicepresidente Gual crecientes
formó un gabinete responsabilidades
ministerial encabezado políticas y militares
por Ángel Quintero. al frente del ejército
12) Se acentuó la crisis federal en el Centro.
política. El anciano Don Falcón delega en él
Pedro Gual (en trajines las negociaciones
políticos y diplomáticos para ponerle fin a la
desde 1812) no pudo guerra mediante
sostenerse y estabilizar la negociaciones.
situación.
13) José Antonio Páez,
violentando los
procedimientos
institucionales, la
Constitución, etc. – se
impuso el 10 de
septiembre de 1861 con
su abierta dictadura.
Lanzó un manifiesto para
justificar el paso dado,
que habrá de ser
condenado hasta por sus
grandes admiradores
102 | P á g i n a
godos, como Juan Vicente
González. Este lo tildará
de miserable y otros
peores calificativos. Lo
llevarán a prisión y serán
sus antiguos enemigos
liberal- federalistas al
tomar el poder quienes lo
liberen.
14) El anciano general Páez
gobernará a través de un
“Secretario General” que
asumió todas las carteras
o despachos ministeriales,
el Dr. Pedro José Rojas.
15) El 1-1-1862 dictó Páez
tres decretos para
organizar su Dictadura.
De hecho, este régimen
durará 19 meses hasta su
liquidación por el triunfo
de los federalistas y la
firma del tratado de
Coche el 24-4-1863.
103 | P á g i n a
Continúa la Crisis Político-Militar (1863-1868): Los Federales
en el Poder y la anarquía entre los caudillos
105 | P á g i n a
completa ineptitud para administrar y reorganizar
medianamente al país en crisis que recibieron después de la
"Guerra Larga".
El ascenso de los federales al poder cierra un ciclo y
abre otro: la generación de los próceres de la
independencia, representada por hombres como José
Antonio Páez, Carlos Soublette, Pedro Gual y otros,
sucumbe políticamente con este relevo que las armas
imponen en 1863.
Un caso especial lo representa el "execrado" general
José Tadeo Monagas, que con su gente hizo la guerra en
tierras orientales a favor de la federación; pero que
descontento con la "administración" de Falcón (1863-1868)
se subleva en 1868, ya octogenario (con 86 años encima)
pero sin perder el brío para el combate y la ambición por el
poder, en lo que se dio en llamar "la Revolución Azul".
La muerte de José Tadeo Monagas (18-11-1868) en
el ejercicio una vez más del poder, junto con la liquidación
política de los "godos" veteranos de la época de la
Independencia, cierra un capítulo de la historia venezolana.
Una elite (la etiquetada como conservadora) es sustituida
por otra: incapaz, iletrada y bárbara en opinión de algunos;
mientras el pueblo - carne de cañón de las "revoluciones"
106 | P á g i n a
de la época – recibía una nueva frustración tan grande
como el desastre.
107 | P á g i n a
programa de la revolución: "Libertad y Unión". Haciendo
alusión a la bandera nacional, se dijo que el color azul
simbolizaba esto, pues el amarillo era liberal, el rojo era
conservador o "godo"; el tercer color era algo así como el
símbolo de la unión y fraternidad entre los venezolanos.
El Gral. Manuel Bruzual, nombrado Ministro de
Guerra y Marina, se encargó provisionalmente del poder
por la nueva ausencia de J.C. Falcón, que hacía frente a la
guerra en Coro.
Bruzual buscó un avenimiento con los
revolucionarios, sobre la base de prometer a éstos la
elección de nuevos "designados", siendo él uno de ellos, el
otro lo sería uno del bando en armas.
Este pacto firmado entre Bruzual y el Gral. Miguel
Rojas, el 11 de mayo de 1868 ("Tratado de Antímano") no
fue aceptado por Luciano Mendoza, Luis Level de Goda y
otros revolucionarios, que exigieron la ratificación de estos
acuerdos por parte del jefe nacional "Azul", Gral. José
Tadeo Monagas.
Los orientales deciden abrir operaciones hacia
Caracas dirigidos por el anciano José Tadeo, su hijo José
Ruperto y sus sobrinos Domingo y José Gregorio
Monagas (hijo), acompañados por el no menos anciano
108 | P á g i n a
caudillo Juan Sotillo con sus "caballerías", que avanzaron
hacia Caracas por la vía del Guárico, mientras que José
Tadeo traía la infantería por la costa de Barlovento a
unirse con los insurrectos de la zona. El 23 de junio, en las
cercanías de Caracas, se intentó buscar un nuevo acuerdo
entre los bandos en lucha, sirviendo de mediador el anciano
prócer y expresidente Carlos Soublette, sin ningún
resultado.
El bando revolucionario, formado por liberales
descontentos con Falcón y "godos" fusionistas, atacó a
Caracas y combatió entre el 23 y el 25 de junio hasta tomar
la ciudad capital, a costa de centenares de muertos y
heridos.
El anciano general José Tadeo Monagas entró el
día 26 a Caracas, aclamado después de 10 años en que la
misma ciudad lo había insultado como autócrata y ladrón.
El gobierno de Manuel Bruzual (sustituto
provisional del Mariscal - Presidente Falcón) se
desmoronó el 14 de agosto; Bruzual, herido en combate, fue
llevado desde Puerto Cabello, donde resistía, hasta
Curazao, donde murió al día siguiente al lado del
nuevamente exiliado J. C. Falcón.
109 | P á g i n a
Se debe recordar además que - según testimonios de
viajeros europeos de la época - el ejército constitucional
federal andaba descalzo, harapiento y mal armado. Los
soldados y oficiales estaban dedicados a robar ganado para
poder sobrevivir, llegándose al extremo de que era común
ver a soldados pidiendo "limosna" por los caminos o
exigiendo "peajes" a cada trecho de éstos, pues el gobierno
los había abandonado a su suerte.
En medio del desorden militar, aún en áreas
cercanas a Caracas, en los Valles de Aragua, en Calabozo y
otros lugares, se había interrumpido el comercio y la
actividad económica en general.
Muchos oficiales y jefes políticos, al ver el grave
estado de la situación, se pasaban a la revolución; un
ejemplo de esto fue el del general federalista Pedro M.
Rojas, Presidente del estado Apure, quien, con sus tropas,
se pronunció contra el gobierno.
El 27 de junio (1868), el jefe de la "revolución azul",
J. T. Monagas, dictó un decreto reafirmando los principios
de la Federación y de la Constitución de 1864, nombrando
un gabinete ministerial encabezado por Guillermo T.
Villegas, al cual eligió de su seno como Presidente
Encargado, tal como lo preveía la Constitución de 1864.
110 | P á g i n a
Decreto de 27 de junio de 1868 organizando la
administración ejecutiva del gobierno general:
111 | P á g i n a
por escrupuloso respeto de la doctrina del gobierno propio
sirvan a los fines de libertad y de progreso que los pueblos
se propusieron obtener al fundarlas; que esa revolución ha
tenido su origen en la pertinaz conculcación de dichas
instituciones, precisamente por los mismos magistrados
que fueron encargados de velar por ellas y dirigir su
cumplimiento, de manera de hacer necesario e
indispensable el apartamiento absoluto de esos magistrados
desleales y su reemplazo por ciudadanos dignos de la
confianza de la República; que cumplido como lo está ese
primer propósito de la revolución por la espléndida victoria
que en las calles de la ciudad acaban de obtener sus armas,
han quedado vacantes los destinos de la administración
ejecutiva, en la forma en que se hallaba
constitucionalmente organizada; que es de urgente
necesidad llenar esas faltas, ya para restablecer el lazo de
unión entre los estados, ya para atender a los compromisos
de nuestra nacionalidad para con el exterior, y que esto
debe verificarse por trámites que faciliten a la revolución su
encarrilamiento constitucional hasta donde lo permitan las
presentes anormales circunstancias, decreto:
Art. 1º. El personal de la administración ejecutiva
continuará siendo el mismo que establece la letra de la
112 | P á g i n a
Constitución, y será presidido por uno de los seis ministros
del despacho que sus colegas elijan por mayoría absoluta de
votos.
§ Único. Las faltas que ocurran en dicho ministerio
serán llenadas por elecciones y voto, en mayoría absoluta,
de los ministros restantes.
Art. 2º. Una vez nombrados los miembros del
ministerio que lo deba presidir y reconstituido así el Poder
Ejecutivo nacional, procederá este a excitar a los estados
para que envíen sus senadores y diputados al Congreso
constitucional de 1869, verificándose las elecciones
populares consiguientes.
Art. 3º. Nombro para servir los seis ministerios que
establece la ley, a los siguientes ciudadanos, a saber: Para el
de Interior y Justicia, al ciudadano Mateo Guerra Marcano;
para el de Hacienda, al ciudadano Marcos Santana; para el
de Guerra y Marina, al ciudadano Gral. Domingo
Monagas; para el de Relaciones Exteriores, el ciudadano
Dr. Guillermo Tell Villegas; para el de Fomento, al
ciudadano Dr. Nicanor Borges; para el de Crédito Público,
al ciudadano Dr. Antonio Parejo.
113 | P á g i n a
Art. 4º. Inmediatamente que los ciudadanos
nombrados hayan aceptado sus puestos, constituidos en
Consejo de Ministros y nombrado quien deba presidirlos,
cesa el ejercicio de toda facultad administrativa en los
asuntos nacionales, de parte de cualesquiera otras
autoridades de hecho o de derecho hoy existentes; y las
fuerzas revolucionarias quedarán a las órdenes del
Ejecutivo, en tal forma reconstituida.
§ El actual general en jefe de los ejércitos de la
revolución, se desprenderá de ese carácter de que ha sido
investido por los pueblos, cuando la completa pacificación
del país y su encarrilamiento conforme al sistema
democrático-federal, completen la tarea a cuyo servicio ha
sido llamado en aquel puesto.
Comuníquese y publíquese. Dado en Caracas a 27
de junio de 1868, 58 de la Independencia nacional y 38 de
la República de Venezuela. José Tadeo Monagas7.
114 | P á g i n a
La muerte del viejo caudillo nacional José Tadeo Monagas
(18-11-1868)
116 | P á g i n a
Mientras que enfrentados a él y a su círculo lo
atacarán despiadadamente "El Federalista" y "El Jején".
Estos periódicos no sólo defendían al "Gobierno
Azul" sino que insultaban sistemáticamente a Guzmán,
llamándole ladrón, por las ganancias que supuestamente le
habían quedado de los empréstitos negociados por éste en
Europa, al finalizar la Guerra Federal.
El odio de los enemigos de Antonio Guzmán Blanco
llegó al extremo de sabotear a pedradas y gritos, una
suntuosa fiesta que daba Guzmán y su esposa (el 14 de
agosto de 1869), con la compañía de altas personalidades
políticas, militares, económicas y diplomáticas.
El sabotaje a la fiesta de Guzmán fue obra de una
sociedad llamada los “Lincheros de Santa Rosalía”, con la
complicidad no disimulada de algunos personeros del
régimen azul.
Desde ese día, Guzmán comprendió que era
necesario poner fin a sus intentos de llegar al poder por la
vía de las simples combinaciones palaciegas que venía
desarrollando.
Antonio Guzmán Blanco y su padre Antonio
Leocadio Guzmán, buscaron protección diplomática y
117 | P á g i n a
salieron al exilio una vez más hacia Curazao (el 20-8-1869),
desde donde prepararán su desquite.
Después de comprar en el extranjero un abundante
parque militar, que al ser transportado alcanzó a más de
trescientas cargas de bestias, invadió por la playa de
Curamichate, el 14 de febrero de 1870, donde ya le
esperaban insurrectos sus seguidores de Coro, Yaracuy,
Barquisimeto y Los Llanos, por lo cual pudo avanzar sin
mayores percances.
Desde San Felipe envía cartas-circulares a todos sus
posibles adherentes, incluidos jefes políticos, militares y
presidentes de estados federales.
El 24 de marzo avanzó por la vía Barquisimeto-
Acarigua-San Carlos-Valencia, tomando a Caracas después
de una sangrienta batalla, calle por calle, los días 26 y 27
de abril de 1870, que dejó un saldo de más de un millar de
muertos y heridos.
La toma de Caracas el 27 de abril de 1870 se
convirtió en el símbolo de la llamada “Revolución de
Abril”. Fue llevada a efecto por Antonio Guzmán Blanco y
los caudillos liberales: José I. Pulido, Matías Salazar,
Joaquín Crespo, Francisco Linares-Alcántara y otros. Esta
nueva "revolución" abrió un ciclo de gobiernos que por tres
118 | P á g i n a
décadas soportará el país: El poder de Antonio Guzmán
Blanco y sus tenientes, el poder del liberalismo amarillo, o
como el viejo Antonio Leocadio los llamó: Los "liberales de
Antonio".
Antonio Guzmán Blanco con su aureola de "prócer"
de la Guerra Federal, siempre estuvo muy por encima de
muchos de esos "macheteros" que le acompañaron en sus
empresas político-militares, pues le sobraba algo que a
éstos faltaba en grado sumo: Educación Universitaria (era
Guzmán Licenciado en Derecho y buen conocedor de
asuntos fiscales e idiomas), suprema habilidad para
cualquier tipo de maniobra política pero, sobre todo, una
extraordinaria capacidad para organizar, cuestión ésta vital
en medio de aquel abigarrado conjunto de improvisadores
que era el país. Esa fortuna que había acumulado (de
manera poco lícita) la utilizó varias veces para adquirir
recursos para la guerra y organizar ejércitos con el apoyo
de muchos caudillos menores que lo respetaban y seguían.
119 | P á g i n a
Poder político y Poder económico (1830-1870):
120 | P á g i n a
Independientemente de lo que las constituciones
formales estableciesen, el pueblo siempre estaba ausente en
la toma de decisiones, pues las oligarquías, cúpulas o
"roscas" gubernamentales se sustituían unas a otras. A
veces los grupos tenían un tinte regional, como fue el caso
de las oligarquías de Caracas y Valencia (1830-1848, los
orientales de Monagas y de Sotillo (1848-1858 y 1868-
1870), los “cabezones” corianos de Juan Crisóstomo Falcón
(1864-1868), y así sucesivamente.
Las elites de comerciantes-usureros, terratenientes,
jefes militares y caciques locales dominaban el poder
nacional o regional, por encima de las prescripciones
jurídicas existentes. Sin embargo, muchas veces, a cada
cambio en el orden político, sobrevenían represalias y
transferencias en la propiedad, es así como los latifundios,
predios y casas urbanas, pasaban, en algunos casos, a
manos del vencedor, los cuales, haciendo funcionar
mecanismos "extralegales" como considerar botín de
guerra a la propiedad privada del vencido, o el hecho de
auto adjudicarse miles de leguas de tierras baldías, le
permitían ascender verticalmente en la estructura social sin
alterarse la esencia de ésta.
121 | P á g i n a
Desde la guerra de Independencia, y después de
cada una de nuestras guerras civiles, se producen estas
incorporaciones a manos de los audaces militares o
burócratas corrompidos, que, viniendo a veces de los
estratos sociales más bajos desde el punto de vista socio-
económico (los casos de Páez, Sotillo, Monagas, Guzmán,
Crespo), se convertían gracias a su pasantía por el poder,
en grandes y opulentos propietarios.
El pueblo venezolano, salvo el hecho de aparecer
como destinatario formal de las normas constitucionales,
proclamas y manifiestos que cada revolución producía, no
participaba en ninguna de las formas de "conducción del
país".
122 | P á g i n a
II. LA LUCHA POR EL PODER POLÍTICO EN
VENEZUELA (1870-1899)
123 | P á g i n a
depositario de las "conquistas" de la Revolución Federal de
1859-1863 y de la llamada “Regeneración Nacional”, cuyo
inicio fue la “Revolución de Abril” de 1870 liderada por
Antonio Guzmán Blanco.
Este grupo, que el propio Antonio Leocadio
Guzmán llamó gráficamente "los liberales de Antonio" (en
directa alusión a su propio hijo), se fracturó en múltiples
grupos personalistas, que, como única referencia
organizativa e ideológica, sustentaban la ciega
identificación con los distintos caudillos liberales amarillos:
Antonio Guzmán Blanco, Francisco Linares-Alcántara8,
Joaquín Crespo, Matías Salazar, José Ignacio Pulido, León
Colina,
Raimundo Fonseca, Hermenegildo Zavarce, Juan
Pablo Rojas Paúl, Raimundo Andueza Palacios y otros. Fue
así que, durante este período histórico, es permanente la
alusión a liberales "guzmancistas", "crespistas", "rojas-
paulistas", etc.
124 | P á g i n a
Por otra parte, los llamados "godos" o
conservadores fueron casi aniquilados como grupo, éstos
los veremos actuar especialmente en cada una de las
llamadas "reacciones" contra Antonio Guzmán Blanco que
estudiaremos en páginas siguientes.
Al final del lapso estudiado, estos duros opositores
al partido liberal amarillo pueden agruparse en un
movimiento que se denominó "Partido Liberal
Nacionalista", bajo la jefatura del Gral. José Manuel
Hernández ("El Mocho"). 9 Este grupo, denominado
popularmente "mochismo", haciéndose referencia a su jefe
Hernández (al cual faltaban dedos en una mano); se nutrió
de un gran electorado nacional en los comicios de 1897.
Ese electorado fue entusiasmado por Hernández cuando
éste utilizó en su campaña métodos comunes en los
Estados Unidos de América: Giras y reuniones para
contactar los posibles votantes en muchas localidades,
mítines en plazas, envío de correspondencia masiva a los
seguidores, etc.
125 | P á g i n a
Las bases de apoyo del "mochismo" estaban en las
ciudades de Caracas, Valencia, Puerto Cabello, Maracaibo,
Ciudad Bolívar y otras; en las áreas rurales del Centro
(Carabobo y Cojedes) y la Guayana, en los grupos de
inmigrantes o sus descendientes.
El fervor popular que acompañaba al jefe
"nacionalista" era sólo comparable al que, entre 1840-1846,
despertó Antonio Leocadio Guzmán. Estos “mochistas”
nunca se identificaron a sí mismos como conservadores,
pero sus adversarios los etiquetaron de esa manera.
Entonces en Venezuela identificarse o ser identificado
como conservador o godo nunca fue “lo políticamente
correcto”. Todos se decían liberales. Por ello el partido de
Hernández asumió esa denominación de “Partido Liberal
Nacionalista”. Algo similar ocurre en nuestros días con ser
de <<Derecha>>.
126 | P á g i n a
Se pudiese afirmar, siguiendo lo planteado por el Dr. Ulises
Picón Rivas10, que estas llamadas "constituciones" (1874-
1881-1891 y 1893) son meras reformas en la división
político-territorial, en las atribuciones y duración del
período del Poder Ejecutivo y en las funciones de los
restantes órganos del Estado.
La Constitución de 1874:
127 | P á g i n a
Los puntos en que difiere de la Constitución de
1864 son los siguientes:
a) Sufragio directo, pero no secreto, el voto debía
ser público y firmado.
b) Cambios en los nombres de los estados, ejemplo:
Estado Guzmán Blanco (Aragua), Estado Guzmán
(Mérida)
c) Período presidencial de dos años, iniciándose el
20 de febrero.
d) Las ausencias del Presidente de la república las
llena un ministro del despacho electo por sus colegas. Esto
es, se suprimen los "designados".
e) No hay reelección presidencial.
Constitución de 1881
128 | P á g i n a
correspondían a las antiguas veinte entidades. Por ejemplo,
el “Gran estado los Andes” lo formaban las secciones
Mérida, Trujillo y Táchira.
b) Consejo Federal. Formado por un senador y un
diputado por cada uno de los nueve Estados y un Diputado
por el Distrito Federal. Este consejo seleccionado por el
Congreso escogía a su vez al Presidente de la República
eligiéndole entre sus diecinueve miembros.
c) Corte de Casación. Esta tiene la función de anular
las sentencias que, al ser apeladas, haya razones para
comprobar su ilegalidad. Esta Corte, junto con la Corte
Federal (para cuestiones políticas), formaba el Poder
Judicial Federal.
Constitución de 1891
129 | P á g i n a
sufragio directo y secreto) y eliminación del Consejo
Federal.
Los continuistas, al pretender poner de inmediato
en vigencia la Constitución reformada, provocaron una
insurrección en todo el país dirigida por el general Joaquín
Crespo. Esta llamada “Revolución Legalista” impidió su
efectiva y real vigencia.
Constitución de 1893
130 | P á g i n a
c) Se elimina la denominación "Legislatura
Nacional" y se adopta la de "Congreso de los Estados
Unidos de Venezuela". Se le asignan diputados al Distrito
Federal igual a los de los estados.
d) Poder Ejecutivo unipersonal. Representado por
el "Presidente de los Estados Unidos de Venezuela" y sus
ministros, que son sus órganos.
e) El Consejo de Gobierno sustituye al Consejo
Federal. Es el órgano asesor y su presidente llena las
ausencias del Presidente de la Nación.
f) Elección por voto libre, secreto y de primer grado
(directo) del Presidente de la Nación. Las faltas de éste las
llena el Presidente del Consejo de Gobierno y el período
presidencial es de cuatro años.
g) Corte Federal y Corte de Casación con período
de seis años. La Corte Federal, además de sus anteriores
atribuciones jurídico-políticas, se le facultó para escrutar
los votos en las elecciones presidenciales, si el Congreso
estaba en receso.
131 | P á g i n a
III. La lucha por el poder político. Visión
cronológica de las luchas políticas (1870-
1899)
132 | P á g i n a
oponen las tropas azules a la consolidación del gobierno
liberal-amarillo.
Para financiar las campañas pacificadoras se apeló al
expediente de embargarles los bienes a los enemigos del
régimen instaurado.
El 21-9-1870, el Gral. Matías Salazar, segundo jefe
político y militar del régimen de abril, obtiene una
importante victoria en el sitio de Guama (Yaracuy), que
permite consolidar el gobierno en el área central del país.
Esta victoria militar de Salazar será el origen de un
conflicto político-religioso, pues el gobierno exigió al
Arzobispo de Caracas la celebración de un "tedeum" u oficio
religioso de acción de gracias y, al negarse éste a
celebrarlo, ello dio paso a un enfrentamiento que llevará al
Arzobispo a ser expulsado del país e iniciar una agria
polémica con el clero venezolano y con la Santa Sede de
Roma. Por esa época, precisamente, el Concilio Vaticano
había condenado al liberalismo como “doctrina nefasta”
(Papa Pío IX). Entre las tropas azules ("godas" o
conservadoras) se usaban banderas con imágenes
religiosas, como la Virgen del Rosario en los Llanos del
Guárico.
133 | P á g i n a
A pesar de su encumbramiento oficial, el Gral.
Matías Salazar inició una conspiración que fracasó
estrepitosamente, no obstante, dado el elevado rango
político-militar que ocupaba en el gobierno, se le permitió
ir al exilio para evitar un escándalo y una desmoralización
del régimen guzmancista.
En 1872 prosiguió la guerra contra los bolsones de
resistencia Azul en el país. Los rebeldes, en vista de sus
fracasos, invadieron a Guayana que se había mantenido,
con su presidente Juan Bautista Dalla-Costa, al margen del
conflicto.
Los restos del ejército Azul se concentraron en el
Apure a finales del año 1871, y allí será aniquilado por la
campaña de los ejércitos combinados del gobierno.
Entre diciembre de 1871 y enero de 1872,
grandes columnas de soldados de Caracas, Valles del Tuy y
de Aragua, Carabobo, Cojedes, Coro, Guárico y otros
lugares, confluyeron sobre el sur del Guárico (Camaguán),
y, de allí, pasando el río Apure (cerca de Caño Amarillo),
tomaron a San Fernando y destruyeron por completo al
ejército Azul, poniendo así fin a un largo período de
resistencia.
134 | P á g i n a
No se habían terminado de apagar los fuegos de la
campaña anterior, cuando se alzó en armas el
anteriormente exiliado Gral. Matías Salazar. Este inició
una nueva sublevación en su región nativa de Cojedes; sin
embargo, fue aplastada su revuelta y capturado el propio
cabecilla.
Antonio Guzmán Blanco, buscando hacer un
escarmiento con el díscolo jefe y antiguo subalterno suyo,
le sometió a un aparatoso Consejo de Guerra que lo
degradó y fusiló en las sabanas de Tinaquillo, el 17 de
mayo de 1872. Tal fusilamiento se hizo a pesar de estar
abolida la pena de muerte en Venezuela desde la vigencia
del Decreto de Garantías dictado por J.C. Falcón (1863) y
después con la promulgación de la Constitución Federal de
1864.
135 | P á g i n a
vigencia de la Constitución de 1864. El Congreso a elegir
debería reunirse el 20 de febrero del año siguiente.
Era obvio que los leales generales victoriosos
fueran "electos" en cada uno de los respectivos estados y,
por supuesto, Antonio Guzmán Blanco en todo el país.
El 27-2-1873, reunido el Congreso, Antonio
Guzmán Blanco leyó su mensaje ante las cámaras en pleno.
El Congreso – mediante un acuerdo - aprobó todos los
actos de gobierno ejecutados entre 1870-1873 y faltó sólo
un congresante para lograr la unanimidad en la sumisa
votación; en efecto, el diputado por el Estado Cojedes
(Presbítero Gaspar Yanes), salvó su voto en lo referente al
"juicio" y fusilamiento del Gral. Matías Salazar, al cual se
le ejecutó a pesar de que la pena de muerte estaba abolida,
como ya se anotó antes. Tal aberración se había justificado
argumentando que, si bien los ciudadanos tenían esa
garantía, Matías Salazar no la gozaba pues él no era un
ciudadano, sino un "traidor" y un "monstruo".
Ese mismo Congreso sancionó un decreto el 3 de
abril, que establecía títulos y estatuas en vida para Guzmán
Blanco y su padre, lo cual era de evidente carácter
antidemocrático.
136 | P á g i n a
Las cámaras legislativas, el 15 de abril, procedieron
a escrutar los votos y fue así el resultado:
El General Antonio Guzmán Blanco obtuvo
239.691 votos, los demás candidatos sólo contaron con
decenas de votos. Asimismo, se eligió como primero y
segundo "designado" (especie de vicepresidentes) a los
generales Francisco Linares-Alcántara y Joaquín Crespo,
caudillos de Aragua y Guárico, respectivamente.
Una consecuencia de esta elección fue el
descontento inmediato de los que se consideraban con igual
o mayor mérito como los generales Pulido y Colina, que se
darán a la tarea de alzarse en varias oportunidades
posteriores.
El 27 de abril, aniversario de la toma de Caracas,
tomó posesión de su cargo como Presidente Constitucional
el General Antonio Guzmán Blanco, después de haber
ejercido el poder de facto en forma provisoria entre 1870-
1873.
Con los títulos de "Ilustre Americano" y "Regenerador
de Venezuela", asumió el poder Guzmán Blanco, pidiendo al
Congreso avocarse a reformar la Constitución Federal de
1864.
137 | P á g i n a
Reunido el Congreso en 1874, se cumplió con el
pedimento del Presidente en pro de las reformas
constitucionales.
A finales del año los generales Pulido, Colina, J. G.
Riera, F. Adames y otros insurreccionan todo el país,
protestando por lo que consideraban una tiranía de
Guzmán y los suyos. Durante los meses de octubre,
noviembre y diciembre de 1874 y de enero de 1875, se
combatió en forma general en el país, hasta que el gobierno
terminó liquidando la revolución, que aunque encabezada
por jefes liberales, anteriormente subalternos de Guzmán,
contó con el apoyo y simpatía de los restos de los grupos
"godos" derrotados antes.
Para el mes de febrero (1875), se negoció un
arreglo final con Colina y otros jefes que trajo la paz, y
permitió a Guzmán Blanco regresar triunfante a Caracas.
El historiador R. A. Rondón Márquez11, dice sobre
la llegada de Guzmán a Caracas, el primero de marzo, que
ésta fue la apoteosis del servilismo nacional, considerando
todas las épocas.
138 | P á g i n a
Seguramente para tantear el terreno político que
pisaba, procedió Guzmán Blanco a pedir
extemporáneamente que se lanzasen candidatos y se
formasen periódicos que animaran el debate; entre los
liberales solamente, se sobreentiende.
En todo el país surgieron candidaturas liberales,
pero desde un principio se observó que sólo dos, las del
general de la Guerra Federal Hermenegildo Zavarce y la
del caudillo aragüeño Gral. Francisco Linares-Alcántara,
tomaban cuerpo en varios estados y en el ánimo general
durante el año 1876.
Linares-Alcántara, entendiendo que su elección sólo
estaba garantizada si Guzmán le apoyaba totalmente, se
dio a la tarea (nada democrática) de adular en todas las
formas y maneras al jefe y llenarle con homenajes,
obsequios y otras cuestiones la inmensa vanidad y egolatría
del autócrata presidente.
El 20 de febrero de 1877 se reunió el Congreso
Nacional, estrenando su nueva sede (el Palacio Federal,
todavía asiento del poder legislativo), ante éste leyó su
mensaje final el Presidente Guzmán Blanco, poniéndose fin
así a su primer largo período en el poder, el llamado
"septenio".
139 | P á g i n a
c) Gobierno de Francisco Linares-Alcántara.
140 | P á g i n a
que se iniciaran las discusiones para reformar la
Constitución vigente.
Los guzmancistas avivaban la crisis política con sus
prédicas contra una supuesta "reacción" de Linares-
Alcántara contra el jefe de la “Regeneración Nacional”
Guzmán Blanco. En medio de esa situación, las
candidaturas que habían salido a la palestra perdieron todo
interés, y para completar la situación, el Gral. J.I. Pulido,
una vez más, tomó las armas contra el gobierno, fracasando
nuevamente.
En vista de la situación política, el Presidente
Linares-Alcántara convocó una Asamblea Nacional
Constituyente el 12 de septiembre, a reunirse en el
aniversario de la Batalla de Santa Inés (10-12-1878), para
que se aprobasen las reformas pertinentes a la constitución.
Joaquín Crespo, M. Urbaneja y otros liberales protestaron
lo que consideraron un "Golpe de Estado".
La situación se complicó aún más cuando el
Presidente Linares-Alcántara enfermó y murió
repentinamente (envenenado según algunos) en el puerto
de La Guaira, el 30 de noviembre de ese año.
Dada la inesperada circunstancia ocurrida, Jacinto
Gutiérrez, Presidente de la Corte Federal asumió el poder.
141 | P á g i n a
El 11-12-1878 se reunió la Asamblea Nacional
Constituyente, formada mayoritariamente por anti
guzmancistas. Esta "reacción" provocó la anulación de los
títulos, honores y estatuas a Guzmán Blanco.
José Gregorio Valera (medio hermano del
presidente fallecido) fue electo “Primer Designado” por el
Congreso Nacional y encargado de la presidencia;
asimismo se nombró “Segundo designado” al General
Gregorio Cedeño.
142 | P á g i n a
e) El Quinquenio. Segundo gobierno de Guzmán Blanco
(1879-1884).
143 | P á g i n a
de Venezuela en el viejo continente, y fue así, pues recibió
innumerables agasajos y ceremonias por donde pasó.
El 1-12-1879 volvió Guzmán y se encargó del
poder. Como es obvio suponer, fue electo Presidente de la
República por unanimidad, escrutándose los votos en el
Congreso (13 -3-1880). La única cuestión que empañó la
paz política de esos días fue un alzamiento en Guayana del
Gral. Revollo, en combinación con brotes en otros puntos
del país que fueron dominados fácilmente por el gobierno.
El Congreso, tal como lo había sugerido Guzmán,
procedió a reformar la Constitución.
Con motivo de haberse celebrado elecciones para
presidentes de estado y gobernadores de sección se
produjeron desórdenes y alzamientos locales, todos
aplastados por el gobierno y su ejército nacional. El año de
1881 comenzó con relativa paz interna; el Congreso, una
vez comprobadas las respectivas ratificaciones de las
asambleas legislativas estadales, se procedió a sancionar la
Constitución (marzo) y se puso el ejecútese presidencial de
inmediato.
Se iniciaba el nuevo período constitucional el 20-2-
1882, preparándose una aclamación nacional para pedir que
Guzmán Blanco siguiese en el poder. Las asambleas
144 | P á g i n a
legislativas de los estados, el Congreso, los concejos
municipales, los "gremios" y "corporaciones" y más de 200
pueblos y ciudades enviaron "Actas", en que le pedían al
"Ilustre Americano" un nuevo sacrificio por la patria
asumiendo el poder una vez más. Según algunos, esto fue
una farsa.
Las cámaras legislativas, reunidas desde inicios del
año, escucharon el mensaje presidencial y escogieron a los
miembros que debían formar el Consejo Federal.
El 13-3-1883, en forma abiertamente ilegal,
procedieron a elegir a Guzmán Blanco como Presidente de
la nación, no obstante, no ser miembro éste del Consejo
(pues no había sido electo parlamentario), el Consejo lo
eligió y le tomó el juramento formal el día 17 del mismo
mes y año.
Dadas las circunstancias evidentemente ilegales que
habían rodeado la elección de Guzmán, no fue extraño que
los grupos descontentos iniciaran acciones de guerra en
diversos lugares del país: Carabobo, Aragua, la frontera
con Colombia (Zulia) y la costa de Güiria, caben destacar
las acciones que por mar llevó adelante el General Eleazar
Urdaneta, quien intentó un desembarco por Higuerote.
Esta acción fracasó y el barco apresado posteriormente.
145 | P á g i n a
Antonio Guzmán Blanco, al jactarse de sus éxitos
en línea, afirmó que el dispositivo militar de su gobierno
funcionaba como "el mecanismo de un reloj inglés", dando
a entender que la indefensión militar de la época de la
Federación y de las guerras contra los azules había sido
superada para siempre.
En vista que en las cercanas islas antillanas se
abastecía de todo tipo de armamento a los enemigos del
régimen, en abierta actitud de hostilidad contra el gobierno
guzmancista, y considerando los beneficios que los
comerciantes de estas islas percibían por concepto del
tránsito, almacenaje y reexportación de mercancías; se
decidió pechar con un arancel del 30 % adicional a los
bienes provenientes de las Antillas y no directamente de
Europa.
Otro acontecimiento a destacar fue la celebración
del primer centenario del natalicio del Libertador Simón
Bolívar, que fue ocasión para que la mayoría de las
naciones hispanoamericanas y otros estados enviaran sus
representantes a los festejos, exposiciones y actos
celebrados en Caracas al efecto12.
12
Sobre este tema véase: Napoleón Franceschi G. EL CULTO A LOS
HÈROES Y LA FORMACIÓN DE LA NACIÓN VENEZOLANA. Caracas, Litho-
146 | P á g i n a
f) Gobierno de Joaquín Crespo (1884-1886)
147 | P á g i n a
Nacional>> empastó en forma· de vistoso y lujoso tomo
de 1.500 páginas, los “votos” de 66 periódicos, de las
municipalidades y las asambleas de los estados y el Distrito
Federal; discursos, poesías, etc., solicitándole a Guzmán
Blanco su regreso al poder. El libro, ricamente presentado,
le fue enviado a Europa con una comisión encabezada por
el hijo del señor Fausto T. Aldrey, director del mencionado
periódico oficialista.
Todos los estados eligieron Senador a Guzmán
Blanco, junto con dos más (en forma ilegal pues sólo
podían ser dos). Además, se eligieron los presidentes de
estado y los legisladores.
El 25-3-1884 se eligió a los miembros del Consejo
Federal y éste seleccionó por "unanimidad" a Guzmán
Blanco el día 27 para que gobernase ese bienio que se
iniciaba. Sin embargo, el electo, Antonio Guzmán Blanco,
se juramentó el 15 de septiembre, por tanto, durante más
de 6 meses hubo de actuar como presidente interino el
número uno del Consejo Federal, el Dr. M. A. Díez.
148 | P á g i n a
Blanco, aunque realmente no ejerció el poder sino
parcialmente durante ese lapso. Durante este año de 1886,
la región andina estaba insurrecta contra el poder central y
sus abusivos delegados, que se comportaban con sus tropas
y jefes, como si ocupasen un país extranjero enemigo.
El Presidente, al asumir el poder, reorganizó el tren
gubernativo a nivel nacional y regional, logró pacificar las
áreas que habían estado alzadas y logró recoger casi la
totalidad del armamento que había en manos de los
ciudadanos. Todas las armas fueron concentradas en los
parques nacionales señalados al efecto.
Como algunos círculos empezaron a promover la
idea de una reforma constitucional, Antonio Guzmán
Blanco se negó de plano a consentirlo, insistiendo que ya el
país no le necesitaba por estar maduro para ser gobernado
por otros ciudadanos. En realidad, ya no le interesaba el
poder directo, prefería que alguien distinto lo ejerciera,
pero siendo él, desde Europa, quien trazase las líneas
maestras de acción política, cuestión ésta que no logrará
como deseaba.
Después de haber reprimido a sus opositores,
estimuló durante 1887 la abierta discusión política por la
prensa, para así poder tantear el estado del país. Apenas se
149 | P á g i n a
había iniciado la "primavera" de libertad, se reinició la
represión contra los "godos", que supuestamente se habían
excedido en sus posiciones políticas, calificadas de
sediciosas.
Los sectores "godos" oposicionistas duros llegaron
incluso a planear e intentar varios atentados terroristas
contra Guzmán Blanco, pero todos fracasaron.
Observando el presidente Guzmán que la oposición
crecía sin detenerse (pese a la represión), tomó la sabia
decisión de preparar su salida del poder. Para ello hizo que
en el Consejo Federal sus miembros se numeraran de
nuevo, colocándose de número uno al general valenciano
Hermógenes López (1-3-1886), y así, éste se encargase del
poder cuando Guzmán se retirara. Más seguro ahora,
Guzmán Blanco empezó a preparar su traslado al exterior
(París, Francia), pero antes debía indicar quien había de ser
electo para el inmediato bienio presidencial.
150 | P á g i n a
“Ilustre Americano” le comunicó, en una entrevista
sostenida entre ambos en los valles de Aragua, que
consideraba inconveniente una nueva candidatura suya,
pues les acusarían de ser algo así como Páez y Soublette
entre 1830-1846. Crespo se molestó profundamente con
Guzmán y se embarcó con su familia para Europa.
Antonio Guzmán Blanco dejó saber
premeditadamente su futuro retiro del poder y su viaje al
exterior, y de inmediato comenzaron las súplicas de los
amigos para que no llevara a término tal idea; no obstante,
Guzmán admitió el proyecto y se decidió a ponerlo en
práctica de inmediato.
Al mismo tiempo que se preparaba su viaje al
exterior, lanzó por medio de sus agentes las candidaturas
de dos civiles: Los doctores Francisco González Guinán y
Juan Pablo Rojas Paúl.
La idea era sostener que ya la república había
llegado a tal grado de madurez democrática que se
consideraba lógico que fuesen los civiles sus magistrados.
151 | P á g i n a
i) La Presidencia provisional del Gral. Hermógenes López (8-
9-1887)
152 | P á g i n a
j) Crisis político-parlamentaria de 1888: Elección del Dr.
Juan Pablo Rojas Paúl.
153 | P á g i n a
dos de Julio, procedió a elegir al Dr. J. P. Rojas Paúl como
Presidente de la nación para el período 1888-1890.
154 | P á g i n a
caudillo trujillano conocido como “El León de la
cordillera”.
Joaquín Crespo consideró todos los actos políticos
anteriores como un fraude inaceptable y amenazó con
lanzarse a la guerra desde el exterior donde se encontraba;
algunos partidarios suyos se sublevaron y fueron vencidos
rápidamente por el gobierno.
En vista del escaso éxito de los alzados crespistas,
su jefe Joaquín Crespo, tuvo que retardar su expedición, no
obstante, lanzó un "Manifiesto a los venezolanos", que
llegó a Caracas el 7-7- 1888.
El Presidente Rojas Paúl mientras tanto, bajo la
asesoría del astuto político colombiano Dr. Diógenes
Arrieta, empezó a distanciarse cada vez más de los
guzmancistas del "Círculo de la adoración perpetua" y de
lo que guasonamente llamó Rojas Paúl, el "Quevedismo o
Guzmancismo isleño", ya que el General Quevedo era
nativo de las canarias.
El Presidente no sólo promovió algunas obras
materiales, como el famoso Hospital Vargas, sino que dictó
una amnistía general en beneficio de todos los presos y
exiliados por razones políticas. Otras medidas tomadas por
Rojas fueron, el traer gran cantidad de monjas católicas
155 | P á g i n a
para la atención en los hospitales y para la educación
femenina. Suprimió las delegaciones militares y concentró
las armas en los parques nacionales.
Sin embargo, Crespo prosiguió preparando su
prometida invasión desde la isla de Trinidad. Primero
intentaron apoderarse de un vapor de pasajeros, pero
fracasaron y fueron llevados a prisión un buen número de
comprometidos. Crespo Se retiró a Saint Thomas en su
goleta a buscar un vapor y armas compradas en Europa,
pero en vista de la imposibilidad de lograrlo, intentó venir
en su propia goleta a las costas corianas y fue capturado en
el mar por un vapor de guerra del gobierno venezolano.
Hecho prisionero Crespo (2-12-1888), fue encerrado
en un calabozo debidamente alfombrado y amueblado en
"La Rotunda" (prisión de Caracas), donde, después de
negociar personalmente con Rojas Paúl, aceptó su libertad
a cambio de exiliarse hasta que se le avisare la posibilidad
del regreso. Además, el gobierno le compró todo el parque
que había adquirido en Europa, el cual después de un
accidentado itinerario, pudo llegar al país.
Esta política "magnánima" de paz del presidente
Rojas no fue aprobada por los guzmancistas, que veían en
ella una actitud reaccionaria, "goda" y fusionista.
156 | P á g i n a
El Año Nuevo de 1889 consiguió al país sin presos
ni exiliados; asimismo fue notorio que una buena cantidad
de contratos suscritos con capitalistas extranjeros por
Antonio Guzmán Blanco no fueron aprobados por el
Congreso, cuestión ésta que molestó en grado sumo al
General Guzmán en su retiro parisino.
Guzmán Blanco, en una histórica carta al presidente
Rojas, resume su "proyecto" en forma admirable: La
regeneración ha tenido tres etapas, la de la lucha, la de la
organización y la del progreso material e intelectual; esta
última sólo la podría realizar si en Venezuela existiera un
gobierno que lo sepa secundar. En este documento
Guzmán, abiertamente, deja ver su concepción
modernizante de lo que se llamaba "El Progreso", meta que
deja ver que sólo se lograría bajo su orientación y su
dirección estratégica desde su privilegiada atalaya europea,
que le permitía estar en contacto directo con los grandes
capitanes de la industria y la banca europea.
El Presidente Rojas cambió a los jefes militares y a
algunos presidentes de estado por gente amiga o
incondicional suya.
Cumplidas las rutinas parlamentarias: sesiones,
lectura del mensaje, etc. - el 27 de abril - aniversario de la
157 | P á g i n a
regeneración se desataron serios desórdenes callejeros. Los
grupos anti guzmancistas, encabezados por los estudiantes
universitarios de Caracas, llevaban la batuta de los
acontecimientos.
En vista de las pugnas generadas entre los que
irrespetaban las estatuas de Guzmán y los incondicionales
del "Ilustre", el Presidente Rojas tomó la firme y secreta
determinación a renunciar al poder el 18 de mayo. El gesto
del Presidente provocó una crisis política que llevó a
densos sectores a pedirle que la retirara, cuestión que
finalmente hizo.
La decisión del Presidente fue apoyada por una
masiva manifestación popular que determina, que de aquí
en adelante Rojas rompa con su antiguo jefe y trate de
hacer su propia política.
A partir del 20 de mayo se producen nuevas y
ruidosas manifestaciones en apoyo al Presidente en La
Guaira, Puerto Cabello, Valencia y otras ciudades.
La consecuencia de la política conciliatoria del
Presidente fue que sus ministros guzmancistas rompieron
con él y se retiraron del gabinete; siendo sustituidos por
gente de mayor confianza.
158 | P á g i n a
Para no alargar más este recuento pasamos a enumerar los
hechos claves del resto del año:
159 | P á g i n a
Venezolano (en San Jacinto). Después de derribarlas las
despedazaron a mandarriazos y recorrieron las calles con
los fragmentos como trofeo, y uno se lo llevaron de
obsequio a Crespo en su casa de Caracas.
También se arrancaron las placas, retratos y
monogramas donde estuviesen. Se saquearon sus
propiedades: casas y haciendas en Caracas, Macuto,
Valencia y otros lugares. La policía nada hizo por impedir
esta ola de furia anti autocrática.
Las mismas escenas que se vieron en Caracas se
repitieron donde hubiese algún monumento, placa, retrato
o busto de Guzmán, todo fue destruido y saqueado.
Era obvio esperar que los amigos del “Ilustre
americano”, encabezados por Francisco González Guinán,
quien, por supuesto da una versión parcializada de los
hechos, rompieran igual que el mismo Guzmán con Rojas
Paúl, y no aceptaran la versión de éste sobre su
imposibilidad de haberlo evitado. La consecuencia final de
los actos de protesta fue que hubo que rebautizar las
avenidas, los teatros, acueductos, escuelas, plazas, estados y
todo lo que se llamase antes Guzmán o Antonio Guzmán
Blanco.
160 | P á g i n a
l) Gobierno de Raimundo Andueza Palacios (1890-1892):
161 | P á g i n a
elección del Presidente y la duración del periodo de
ejercicio. Lo que realmente era inaceptable, y, por ende,
encendió el conflicto, fue la pretensión del presidente
Andueza y los suyos de poner en vigencia inmediata tal
reforma, cuando lo prescrito en la ley era que toda reforma
sólo se podía aplicar para el período constitucional
subsiguiente.
162 | P á g i n a
Al renunciar Guillermo T. Villegas, su sobrino G.T.
Villegas Pulido, Consejero Federal, se hace cargo del
poder, pero le abandonan sus tropas y también tendrá que
ir al exterior, quedando Caracas prácticamente sin
autoridad ninguna, por lo que fue pasto de los saqueadores,
hasta que un grupo cívico voluntario intentó poner orden
mientras llegaba el “ejército legalista” de Crespo a hacerse
cargo de la situación.
El 6 de octubre entró la vanguardia del ejército
"crespista" a Caracas y al siguiente día (7-10-1892) entró
Joaquín Crespo a la capital, haciéndose cargo del poder
como presidente provisional.
En mayo de 1893 se reunió la Asamblea Nacional
Constituyente, que aprobó una Constitución similar a la
Federal de 1864.
163 | P á g i n a
<<Partido Liberal Nacionalista>>, dirigido por el Gral.
José Manuel Hernández.
El partido "mochista", como ya explicábamos antes,
le dio un matiz inusitado a la lucha electoral en la campaña
para el período constitucional 1898-1902.
La amplitud política de Crespo llegó hasta el
momento en que se convenció que su favorito para
sucederle en el palacio de gobierno, Gral. Ignacio Andrade,
perdería las elecciones.
En efecto, Andrade era mal visto por vastos
sectores que le acusaban – entre otras cosas -de ser
colombiano e hijo de "godo", ya que su padre -José
Escolástico Andrade -fue militar conservador y peleó
contra los liberales en la Guerra Federal. No obstante, su
impopularidad, éste fue impuesto por el gobierno mediante
uno de los más escandalosos fraudes electorales de nuestra
historia política.
El 20 de febrero de 1898 asume la presidencia el
Gral. Andrade, y, de inmediato en marzo, el Gral. José
Manuel Hernández, toma las armas en el sitio de Queipa
(Llanos de Cojedes), junto al legendario Luis Loreto Lima
con sus lanceros a caballo.
164 | P á g i n a
El expresidente Joaquín Crespo, en su carácter de
jefe del primer circuito militar, tomó la responsabilidad de
enfrentarse al "mocho" Hernández y muere en un combate
en la Mata Carmelera (16-4-1898).
Aunque la revolución del nacionalismo fue
aplastada, entre otras razones por las armas y métodos de
lucha obsoletos (cargas de lanceros a caballo) y la errática
campaña llevada a cabo por su jefe Hernández, que fue
capturado y llevado a prisión; la muerte de Crespo dejó un
terrible vacío de poder en el campo gubernamental.
Esa muerte privó a Ignacio Andrade del único
soporte político y militar sólido que lo podía mantener
estable en su presidencia.
Al desaparecer el gran caudillo llanero, se desataron
las aspiraciones del Gral. Ramón Guerra, enviado como
presidente del estado Guárico; cuando se le había
prometido la presidencia del Estado Miranda (su área de
influencia), se molestó con Andrade y decidió también
sublevarse, fracasando en su aventura y hecho prisionero.
165 | P á g i n a
Cipriano Castro y la Revolución Liberal Restauradora de
1899: Llegan los andinos al poder tras “La caída del
Liberalismo Amarillo”.13
13
Una notable obra de Ramón J. Velásquez: La Caída del Liberalismo
Amarillo... Caracas, Cromotip, 1973
166 | P á g i n a
enfrentar al gobierno castrista con más de 12.000 soldados
y excelente armamento comprado con financiamiento
extranjero (el trust del asfalto, New York & Bermúdez
Company). Castro y Gómez los derrotaron en la notable
batalla de La Victoria (estado Aragua) y en otros combates.
Ya para julio de 1903, las tropas del gobierno bajo el
mando de Juan Vicente Gómez derrotaron a los jefes del
último bastión revolucionario en Ciudad Bolívar. Así el
gobierno de Castro liquidó lo que gráficamente designó
como el “fiero caudillaje”.
La organización de un moderno, disciplinado y bien
equipado ejército profesional, una red de comunicaciones y
los duros métodos de gobierno de Cipriano Castro (1899-
1908) y de Juan Vicente Gómez (1908-1935) cerraron para
siempre ese capítulo de caudillos y guerras civiles en
Venezuela. Esa Venezuela rural azotada por guerras a lo
largo del siglo XIX y comienzos del siglo XX, quedó en el
pasado. El nuevo país que disfrutará de la riqueza petrolera
podrá financiar los cambios político-militares, económico-
sociales, de vialidad y en otros ámbitos.
167 | P á g i n a
BIBLIOGRAFIA BÁSICA SOBRE ESTE CAPÍTULO:
168 | P á g i n a
González Guinán, Francisco: Historia
Contemporánea de Venezuela. (15 tomos.) Caracas.
Ediciones de la Presidencia de la República, 1954.
Lecuna, Vicente: La revolución de Queipa.
Caracas. Ediciones Garrido, 1954.
Parra Pérez, Caracciolo: Mariño y las Guerras
Civiles. Madrid. Ediciones Cultura Hispánica, 1958.
Picón Rivas, Ulises: Índice Constitucional de
Venezuela. Caracas. Editorial Elite, 1944.
Recopilación de Leyes y Decretos de Venezuela.
Caracas. Imprenta Opinión Nacional, 1874.
Recopilación de Leyes de División Territorial
de la República. Caracas. Dirección de Cartografía
Nacional, 1959
Rondón Márquez, R. A.: Guzmán Blanco – El
autócrata civilizador. (Parábola de los partidos políticos
tradicionales en la historia de Venezuela.) Madrid.
Imprenta García Vicente, 1952.
Velásquez, Ramón J.: La Caída del Liberalismo
Amarillo (Tiempo y Drama de Antonio Paredes). Caracas,
Cromotip, 1973
169 | P á g i n a
II. UN ANÁLISIS DE LAS PRINCIPALES
REFORMAS ECONÓMICO-LEGALES BAJO LA
AUTOCRACIA GUZMANCISTA
Contenido:
I. Reformas Legales
a) Aduanas Terrestres
b) Otras leyes de Aduana: Códigos de Hacienda, Arancel y
Puertos Habilitados.
c) Código de Comercio.
d) Distribución de las Rentas Aduaneras.
170 | P á g i n a
2. Moneda y Banca
171 | P á g i n a
Reformas Legales
1. Leyes de Aduana
172 | P á g i n a
En enero del siguiente año se suprimen los peajes
existentes en la República, que gravaban con diversas
contribuciones a los frutos que se trasladaban de un sitio a
otro de la República, por tierra, mar, ríos y lagos. Al mismo
tiempo: "Se establece un Impuesto de Tránsito, que se
pagará de contado sobre los productos nacionales que
salgan y sobre las mercancías y víveres que entren por los
puertos de la República (...), para hacer efectivo el cobro de
este impuesto, se establecerán Aduanas Terrestres (...), el
producto de las Aduanas Terrestres se tendrá a la orden de
la Tesorería de Fomento..."15
Mediante los decretos de 7-2-1873, 27-1-1873 y 27-
11-1873, se crean las aduanas terrestres de La Guaira,
Ciudad Bolívar, Maturín, Juan Griego y San Carlos de Río
Negro.
Finalmente, en marzo de 1874, se uniforman las
tarifas cobradas de acuerdo con el siguiente arancel:
"Clase primera. Que pagará 50 centésimos de
Venezolano los 50 Kg. de peso bruto. Clase Segunda. Que
pagará 40 centésimos de Venezolano los 50 Kg. de peso
bruto. Clase tercera: Libre.
173 | P á g i n a
A la clase primera corresponden el añil, algodón,
cacao, café y cueros o pieles sin curtir. A la clase segunda
corresponde la sal marina. A la clase tercera, las
producciones nacionales no especificadas en esta tarifa.
174 | P á g i n a
les cobraba a los frutos nacionales, si se le pechaba para
entrar al respectivo puerto habilitado:
Leyes de Aduana: Código de Hacienda, Arancel y
Puertos Habilitados.
175 | P á g i n a
desembarco clandestino de mercancías que en todo caso iba
contra los intereses del fisco nacional.
Los impuestos o tasas cobrados en los puertos eran
numerosos, lo cual deja ver la influencia casuística de la
legislación española en los redactores del Código. Las
principales contribuciones cobradas eran:
1) Uso de almacenes: Impuesto cobrado en las
aduanas de acuerdo con una tarifa sobre el peso bruto de
los efectos almacenados.
2) Impuesto de cabotaje: Se le cobraba a los
extranjeros, no a los nacionales.
3) Impuesto de navegación: Se le cobraba a las
embarcaciones el derecho de puerto, derecho de faros,
derecho de prácticos y derechos o licencias de navegación.
4) Licencia para cargar y descargar.
5) Derecho de plancha. (Los puntos 1, 2, 3, 4 y 5
resumen las leyes XXI, XXII, XXIV, XXV del Código de
Hacienda de 1873.)
176 | P á g i n a
El Arancel: Derechos de Importación.
177 | P á g i n a
clase, que pagaba doscientos centésimos por kilogramo.
Este Arancel será modificado en 1881 y en 1883. Este
último (Decreto 31-12-1883), estipulará una clasificación
de nueve tipos que pagaban entre "Libre" para la primera,
hasta 20 bolívares para la novena. El Código de Hacienda
del 31-12-1883, incorporará en su contenido el mismo
arancel citado anteriormente del decreto de la misma fecha.
Puertos habilitados.
c) Código de Comercio
178 | P á g i n a
El Libro Primero, trata del comercio en general:
comerciantes, obligaciones, bolsas de comercio y agentes,
contratos mercantiles, compañías, contratos de cambio,
letras, libranzas, pagarés, préstamos, fianzas, seguros. El
Libro Segundo, trata del comercio marítimo. El Libro
Tercero reglamenta lo referente a las quiebras; y el Libro
Cuarto, pauta lo concerniente a la jurisdicción comercial:
Tribunales de comercio, competencia y procedimientos de
los mismos.
179 | P á g i n a
Cincuenta y cinco unidades para el pago del
presupuesto (...)
Cinco unidades para rectificaciones que ocurran en
el mismo.
Las cuarenta unidades restantes se aplicarán así:
· 27% Crédito público interior.
· 27% Crédito público exterior (...)
· 33 % para atender al fomento del país.
·13% para las reclamaciones extranjeras
previamente reconocidas.18
Puede señalarse que esta sistematización fiscal vino
a poner orden en el caos administrativo que soportaba el
país crónicamente.
180 | P á g i n a
2. Moneda y Banca
181 | P á g i n a
Landaeta, titulada <<Riqueza circulante en Venezuela>>.
Este cuadro de la circulación monetaria entre 1864-1879,
establecía los valores comparativos, tanto en oro como en
plata de las monedas de Francia, Gran Bretaña. España,
Nueva Granada, Perú, Bolivia, Chile. México, República
Argentina, Brasil, Centroamérica y los Estados Unidos de
América.
La situación de "cosmopolitismo" monetario en
Venezuela va a sufrir transformaciones a partir de 1879,
pero, fundamentalmente, en 1886, cuando se decreta en el
mes de octubre una disposición reglamentando la
circulación de las monedas extranjeras en los siguientes
términos:
"Artículo 1°. La moneda extranjera, según ley del 3
1 de marzo de 1879, se considera en Venezuela como
mercancía, y con tal carácter, la existente continuará
circulando y se recibiría voluntariamente por el valor que
le fije el mercado venezolano.
"Artículo 2°. Las oficinas que directa o
indirectamente recaudan o manejan fondos públicos, no
recibirán de sus deudores ni entregarán a sus acreedores
sino monedas de plata u oro venezolanos, y las de oro
182 | P á g i n a
extranjero, según las tarifas del 17 de marzo de 1879 y 6 de
julio de 1880 (...)
"Artículo 3°. Queda prohibida la importación de
toda moneda de plata extranjera..." 19
183 | P á g i n a
estados con los cuales se relaciona, cumpliendo alguna
función dentro del circuito macroeconómico produciendo,
distribuyendo o consumiendo mercancías.
Un Estado que aspire a integrarse dentro del
mercado mundial tiene, pues, en nuestra opinión, que
definir sus reglas; y una de éstas, tal vez una de las más
importantes, es la expresión de su signo monetario en
cuanto a valor y equivalencia.
Creemos firmemente, que fue bajo estas
circunstancias como Guzmán emprendió su reforma
monetaria en 1871, la cual queda definida en estos
términos:
"Artículo 1°. La República de los Estados Unidos
de Venezuela, tendrá moneda de oro, plata y cobre, tanto el
kilogramo de oro como el de plata, se consideran divididos
en mil partes iguales o milésimos (...)
Artículo 5°. Las clases de monedas de oro serán las
siguientes:
El fuerte o “Venezolano”, que representará la
unidad monetaria nacional, con el valor de 10 décimos y el
peso de 1 gramo 6.129.
184 | P á g i n a
La pieza de 5 venezolanos (...), la pieza de 10
venezolanos (...), y la pieza de 20 venezolanos que se
denominará "Bolívar"...
Artículo 6°. Las monedas de plata serán las
siguientes: El fuerte o Venezolano de 0,900 de ley y 25
gramos de peso, equivalente al fuerte o venezolano de oro:
El fuerte (y las piezas de 2 décimos, un décimo y la de 5
centésimos, o sea, de 5 centavos).
Artículo 8°. La moneda de cobre será el centavo de
ocho gramos (...), y su valor será la centésima parte del
Venezolano, o sea, de la unidad monetaria"20.
El establecimiento de este signo monetario tuvo un
carácter más formal que real, si recordamos que las
monedas extranjeras circulaban en el mercado nacional con
normalidad hasta varias décadas después de esta
"nacionalización" formal del signo monetario, que, como
podemos observar, era de carácter bimetalista.
En 1879 se legisla nuevamente, reglamentando y
reformando la acuñación de monedas en los términos
siguientes:
20 Ibid. tomo V.
185 | P á g i n a
"Artículo 1°. La República de los Estados Unidos
de Venezuela tendrá moneda de oro, plata y níquel, tanto el
kilogramo de oro como el de plata se considerará
subdividido en mil partes iguales o milésimos (...)
Artículo 3°. La unidad monetaria de la república
será el Bolívar de plata, que se considerará subdividido en
cien centésimos".21
Se establece, además (dentro de esta medida), la
monedad e oro de cien bolívares, de cincuenta, veinte, diez
y cinco. Y las de plata de bolívares cinco, dos y uno, 50
centésimos y 20 centésimos de bolívar.
En 1883 se decide, mediante resolución ejecutiva,
que: "Los billetes de los bancos establecidos o que se
establezcan en la república, pueden ser recibidos en las
oficinas nacionales como moneda de ley, siempre que
dichos bancos admitan y paguen un empleado fiscal del
gobierno, con injerencia en la dirección e inspección de sus
operaciones, aunque sin voto deliberativo"22
Es obvio, que el conjunto de medidas legales
adoptadas en el campo monetario por Guzmán,
obedecieron a una clara política de estabilización de la
21
Ibid. tomo VIII, p. 185
22
Ibíd., tomo X, p. 461.
186 | P á g i n a
moneda, para permitir al país un mayor y más provechoso
intercambio interior y exterior, cuestión ésta que se
dificultaba por la existencia de una masa de moneda extra
nacional que llenaba el vacío existente, pero no le permitía
al país ordenar su economía de acuerdo con sus propias
decisiones.
187 | P á g i n a
en Venezuela el formar asociaciones entre ciudadanos
privados y el gobierno de turno para explotar en comandita
al país, a través de las exacciones fiscales de todo orden.
188 | P á g i n a
gubernamentales no lograban sobrevivir en medio de una
tormenta política de mayor o menor monta.
Bancos de Caracas
24
Pacanins, Feliciano: Evolución Bancaria en Venezuela (pp. 13-
14).
189 | P á g i n a
Iniciación de la banca comercial de Venezuela en 1882.
190 | P á g i n a
lograba gracias a una mayor estabilidad política y fiscal,
que era aprovechada, sobre todo, por la burguesía usurera
que se enriquecía a la sombra del comercio exportador de
café, cacao y otros rubros; así como de la importación de
una amplia gama de manufacturas y otros bienes.
d) Deuda Pública
191 | P á g i n a
artimañas leguleyas que su inteligencia y la de sus
colaboradores inventaban para impedir que aquel
abrumador peso cayera de un solo golpe sobre el país.
Utilizando los conocidos mecanismos del crédito público,
logró sobreponerse sobre la dura realidad, armado de sus
lecciones de contabilidad, de sus bonos, billetes y cupones.
La primera de estas inteligentes medidas es, a
nuestro criterio, el Decreto de Crédito Público que
promulgó en 1872, el cual estipulaba:
Artículo 1°. Los Estados Unidos de Venezuela
reconocen dos especies de deudas: una antigua y otra
moderna, representadas ambas en billetes al portador.
Artículo 2°. Se destina al servicio del crédito
público interno, desde el primero de enero de 1873, el
producto líquido del 27% de las cuarenta unidades de las
rentas aduaneras".26
El 6 de junio de 1874 se realiza otro cambio en la
denominación y organización de la deuda venezolana, al
derogar el decreto anterior de 1872, y establecer, mediante
decreto, otra nueva modalidad. Examinémosla después de
transcribirla:
192 | P á g i n a
Artículo 1°. Las deudas antiguas y. modernas
creadas por la Ley de 30 de noviembre de 1872, sobre
crédito público y emitida hasta la fecha, se convertirán a la
rata de 40 % la antigua y de 20% la moderna.27 En una
nueva deuda que se denominará "Deuda Nacional
consolidada del cinco por ciento anual".
Artículo 4°. Desde el primero de julio se destinará
al pago de los intereses de la deuda consolidada el producto
del 27% de las 40 unidades de la Ley de 30 de noviembre
de 1872, sobre distribución de aquella".28
En este decreto, volvemos a observar, sin ser muy
expertos en esta materia, la hábil maniobra contable de un
deudor acosado que sabe inteligentemente quitarse de
encima a los ávidos acreedores, mientras busca, después del
respiro alcanzado, la
forma de lograrlo nuevamente, previo pago, claro
está, de alguna substanciosa tajada a los siempre dispuestos
a las transacciones, como lo eran los prestamistas, que no
temían volver a hacer préstamos para pagar los intereses
del préstamo anterior, en una especie de círculo vicioso o
pozo sin fondo, que sabían armados de gran paciencia y no
28
Ministerio de Hacienda: Op. cit., Tomo X, p. 441.
193 | P á g i n a
menos audacia, explotar a voluntad, conociendo como
conocían, que los cañones de sus gobiernos siempre
estarían prestos a venir en su ayuda cada vez que alguien
quisiera "echárselas de olvidadizo deudor".
La Ley de Crédito Público, de 1874, fue derogada
en agosto de 1883 por una nueva ley; que contemplaba la
división del crédito público, en crédito público interior y
crédito público exterior; al primero corresponde la Deuda
Nacional Consolidada, del cinco por ciento anual, o sea
36.167.292,37 bolívares y la deuda nacional sin interés.
Asimismo, la ley considera la manera de emitir los
títulos de la deuda, su interés y el formato de los billetes y
los cupones de interés. Finalmente señalaba las
formalidades legales para hacer efectivo el cobro de los
intereses, representados en los cupones a recortar a cada
vencimiento.
Al examinar las recopilaciones de leyes y decretos
entre 1887-1890; no aparecen nuevas leyes de crédito
público que modificaran las antes promulgadas, con
excepción de la Ley 4.276, sobre Deuda Consolidada y el
Decreto N°4.294, sobre emisión de Títulos del 1 %,
tampoco se consigue ningún nuevo texto de carácter
194 | P á g i n a
trascendente y reformador como lo fueron las leyes de
crédito público, entre 1872 y 1883.
29
Ibíd., Tomo V (1871)
195 | P á g i n a
comisión científica. Inmediatamente, el 31 de agosto, se
decreta30 la prohibición de explotar recursos de las islas
venezolanas sin el previo permiso del Estado,
disponiéndose para los contraventores de la disposición
una sanción como ladrones y confiscación de lo sustraído.
Es de sospechar, que en este caso las sanciones con
que se amenazaba a los "ladrones" no era con el objeto de
que no volvieran más, sino, con el objeto de que negociaran
con el poder central la explotación de esas riquezas como
lo era "el guano", a cambio de las contribuciones que el
Estado quería cobrar. Algunas de estas islas, como la Isla
de Aves, hasta se le habían tratado de quitar al país.
En los territorios formados en el Delta del Orinoco
o en Guayana, se repartieron algunas concesiones mineras
y agrícolas. Creemos que esta política de crear territorios
federales era con el objeto de acrecentar los recursos del
poder central, en desmedro de los estados federales.
La política salinera.
30
Ídem (1871)
196 | P á g i n a
Artículo 1°. La sal de producción nacional no puede
ser explotada ni ofrecida al consumo ni a la exportación
sino por el gobierno general, por medio de los agentes o
empleados que nombre al efecto, y de conformidad con las
disposiciones del presente decreto".31
Acá puede verse la intención centralizadora de los
recursos fiscales, al privar nuevamente a las provincias de
la explotación de alguna salina de sus jurisdicciones. En
junio de 1882, se autoriza al Ejecutivo Federal32 para que
reorganice la administración de las salinas de la
República, tomando drásticas medidas para
aumentar la renta salinera y aniquilar el contrabando,
llegando al extremo de cerrar las salinas que no pudieran
custodiarse bien.
Finalmente, conseguimos, que, en 1886, se decreta33
la reorganización de la explotación de las salinas,
prescindiendo del contratista que para ese momento las
operaba, y asumiendo el Estado, por medio de un agente, la
explotación y venta de sal.
31
Congreso de la República: Actos Legislativos (1873), p. 80.
32
Ibid. Tomo XIII, p. 19
33
Ministerio de Hacienda: Op. cit., Tomo X, p. 158.
197 | P á g i n a
Del examen de estos tres instrumentos legales
sobre la explotación salinera, se deduce la atención que el
régimen prestaba a los importantes recursos salineros.
Tierras Baldías
34
Ibid. Tomo X, p. 159
198 | P á g i n a
Para hacer efectivo el conocimiento del volumen de
baldíos existente en cada Estado, se decreta, en abril de
1884, lo que a continuación transcribimos:
Artículo 1°. El gobierno nacional nombrará en cada
estado un ingeniero que proceda a formar un registro de
tierras baldías que se hallen dentro de los límites del
respectivo estado. En este registro deberá constar la
situación de las tierras; si están o no cultivadas o
empleadas en algún uso público o privado; sus límites, si
son de agricultura o de cría o, propias para estas industrias;
si son o no regables; si son de bosques o de sabanas; qué
maderas se encuentran en ellos; qué clase de producciones
silvestres; qué especies de pasto producen; si son cálidas;
templadas o frías; qué clase de plantas se cultivan en ellas o
en sus inmediaciones; qué especie de ganados, en caso de
ser cría se pueden alimentar en sus pastos; sus distancias de
las poblaciones; si hay vecindarios o casas en ellas; si los
atraviesa algún camino carretero o de otra naturaleza; y
todo aquello que puede contribuir al conocimiento del
destino que deba dárseles"35.
Los otros artículos del decreto señalan
instrucciones para proceder a deslindar las tierras y
35
Ibid. Tomo XI, p. 82
199 | P á g i n a
solucionar todo tipo de problemas legales. En el largo y
detallado Artículo 1° se establece la necesidad que tenía el
Estado de la realización de un diagnóstico completo de las
posibilidades productivas que encerraban los baldíos; para
poder negociar eficazmente su adjudicación a los
interesados en asociarse con el Estado en la explotación de
algunas riquezas o en comprar esas vastas heredades
públicas; percibiendo, por esta vía, el régimen, ingentes
cantidades que le permitan, además del acostumbrado
enriquecimiento a algunos personajes, la captación de no
despreciables recursos al exhausto fisco.
200 | P á g i n a
explotación de minas que no hubiesen sido previamente
concedidas por el Ejecutivo Federal.
201 | P á g i n a
contratos es astronómica, firmados con todo tipo de
inversionistas, sobre todo extranjeros.
Esta "rara" coincidencia tiene en nuestra opinión
dos explicaciones:
Una sería la actividad desplegada por Guzmán
mientras estuvo residenciado en Europa entre el septenio y
el quinquenio, gestionando inversiones, y, aún después de
su retiro, antes de volver nuevamente en su último bienio
autocrático. Por otro lado, en estos años, la Europa
capitalista culminaba su expansión en muchos rubros,
como el de los ferrocarriles, y comenzaba a buscar zonas
aún poco intervenidas. Un ejemplo de esto que decimos es
un decreto, de octubre de 1883, garantizando a los
capitales que se invirtieran en ferrocarriles estas ventajas:
"...Se autoriza al Ejecutivo Nacional para garantizar
hasta el 7% de rendimiento anual a los capitales que se
empleen en la construcción de líneas férreas en Venezuela";
estableciéndose las condiciones para hacer efectivo el
posible pago y su monto máximo38.
38
Ministerio de Hacienda: Op. cit., Tomo X, p. 487.
202 | P á g i n a
4. Reformas Institucionales: Nuevos Organismos
Centralizadores.
203 | P á g i n a
Esta Tesorería dependía del Ministerio de
Fomento, y de su decreto de promulgación deja verse
además de los tipos de rentas, con que contaba el país y la
idea de concentrar en el Poder Central la captación y
administración de los recursos destinados a Fomento.
Para la misma fecha (30-1-1872), se promulgan
también dos decretos: Uno sobre establecimiento de una
Contaduría General y otro sobre el establecimiento de un
Tribunal de Cuentas. En el primero de los nombrados se
señala:
"Artículo 1°. Se establece una Contaduría General
para la centralización de los ingresos y egresos de todas las
oficinas nacionales y para el examen de sus cuentas"40.
En el segundo decreto41, el Presidente Guzmán
promulga el establecimiento de un Tribunal de Cuentas,
que se encargaría de fiscalizar y revisar las cuentas
nacionales. A finales del año (23-12-1872), se completa el
conjunto de medidas al decretarse que: "Desde el primero
de enero de 1873, quedarán suprimidas todas las tesorerías
y Sub pagadurías nacionales de la República, con excepción
de la Tesorería Nacional del Servicio Público, la de
40
Ídem. Decreto N° 1.782.
41
Ídem. Decreto N° 1.783.
204 | P á g i n a
Fomento y la de Crédito Público, existente en el Distrito
Federal42.
Finalmente, en agosto de 1874, la centralización de
los recursos llega al máximo, al decretarse que "Todas las
aduanas marítimas y terrestres, y las tesorerías y demás
oficinas de recaudación e inversión de caudales dependen
directa y únicamente del Ministerio de Hacienda"43.
El Reglamento de Contabilidad
42
Ídem. Decreto N° 1.800 (pp. 241-42).
43 Congreso de la República: Op. cit., Tomo V, p. 810.
44
Ministerio de Hacienda: Op. cit. (1876), p. 57.
205 | P á g i n a
principales aspectos de este reglamento los podemos
resumir en esta forma: El objeto de esa contabilidad;
Vocabulario técnico: se citan alrededor de veinte vocablos
técnicos de contabilidad; Principios orientadores y algunas
reglas; Los libros: formato, tamaño; Modos de abrir y
cerrar cuentas; Documentos; Negocios especiales;
Observaciones complementarias; Modelos: modelos
gráficos de cómo ordenar las cuentas en los libros.
Oficinas de Registro:
45
Congreso de la República: Op. cit. (1876), p. 57.
206 | P á g i n a
Esta ley va a ser derogada y sustituida por otra de
contenido similar, pero con modificaciones de poca monta46
en 1882.
207 | P á g i n a
agrario, latifundista, dependiente, mono exportador,
semifeudal y caudillesco.
Las Reformas de Guzmán Blanco pueden
identificarse con aquellas políticas de Carlos III de Borbón,
y, por tanto, no luciría fuera de lugar catalogar a Antonio
Guzmán Blanco como un "Déspota Ilustrado Tardío". Esto
es, un autócrata con mentalidad abierta hacia los cambios
económico-sociales, pero cerradamente enfrentado a
quienes se opusieran a su poder centralizador y
modernizador.
Los cambios operados a nivel de las
superestructuras jurídicas: códigos, reglamentos,
instituciones burocráticas, patrones monetarios, sistemas
de contratación, normas para la penetración del capital
extranjero, etc., permiten captar los objetivos del proyecto,
que no eran sino los de estimular la consolidación del
Estado Nacional burgués y crear condiciones favorables al
crecimiento económico, sin alterar las bases del sistema
tradicional, única forma de obtener el consenso de las
clases propietarias, sostén secular del Estado.
208 | P á g i n a
III. LA OPOSICIÓN A JUAN VICENTE GÓMEZ
209 | P á g i n a
1. La oposición al régimen de Juan Vicente Gómez:
Oposición caudillista:
210 | P á g i n a
se puede observar el, planteamiento de alguna solución que
implicara una transformación de las estructuras
económicas sociales y políticas del país.
Por el contrario, lo que conseguimos en los
programas y proclamas de estos caudillos y grupos son los
consabidos lugares comunes tradicionales de nuestra
politiquería; que no iban más allá del ofrecimiento de
organizar elecciones libres que trajeran como resultado el
establecimiento de un régimen democrático que acabara
con la persecución y los atropellos a los ciudadanos.
b) La oposición revolucionaria.
211 | P á g i n a
como los hermanos Gustavo y Eduardo Machado, Salvador
de la Plaza y otros más.
Finalmente, debemos asentar que el movimiento
encabezado y organizado por Román Delgado Chalbaud,
aun cuando contó con la participación de personas y
grupos ajenos al caudillaje tradicional, se inscribe por sus
características y objetivos dentro de la oposición que nos
atrevemos a calificar de tradicional y no revolucionaria.
212 | P á g i n a
Hacia el año 1906, reúne en su persona la doble
condición de Jefe de la escuálida flota naval venezolana y
del dique astillero de Puerto Cabello.
Después de la caída del presidente Cipriano Castro,
en 1908, se asocia, junto con Juan Vicente Gómez, en la
propiedad de una empresa privada de navegación fluvial y
costanera.
"Ciertamente, Delgado tiene avanzadas ideas de
progreso material… por eso se lanza a los grandes centros
políticos y financieros de Europa, a fin de hacer factibles
sus vastos proyectos económicos.
Viaja con apoyo y autorización del presidente Juan
Vicente Gómez a Europa, designado como Agente Fiscal
del gobierno. Las más concretas finalidades de su misión
son:
a) tratar sobre la fundación de un Banco Nacional…
b) El saneamiento de Caracas, mediante la
construcción de una red de cloacas, y el adecuado
tratamiento de las aguas de la capital”47.
47
Heredia A., Cipriano: El año 1929…, p. 229.
Ramón J. Velásquez: “Los proyectos y los contratos de 1911.
Gómez y Delgado Chalbaud”.pp.75-79. Revista Resumen, Nº
100. Caracas, 1975
213 | P á g i n a
"Asimismo, trató lo relativo a la ejecución de obras
de canalización y navegación de nuestros grandes ríos del
Sur. De una red ferroviaria en esas regiones, de la
introducción de avances técnicos (en la explotación de
recursos naturales) de Guayana. En fin, todo un vasto plan
de singular valor económico para el país, aunque
fatalmente acompañado de grave perjuicio de los intereses
venezolanos por el capital extranjero, y aún más, por
gobiernos que correspondían al imperialismo de
entonces"48.
Delgado desplegó una actividad internacional
bastante importante en las grandes ciudades europeas,
resultando de estas operaciones una gran polémica con el
jefe del Partido Liberal Nacionalista, Gral. José Manuel
Hernández, quien se lanzó abiertamente contra los
proyectos negociados por Delgado.
En defensa de su actuación, el Gral. Román
Delgado Chalbaud publicó un libro que tituló <<Por mi
Nombre, por mi Jefe y por Mi Causa>>.
48
Heredia, op.cit. p. 230.
214 | P á g i n a
b) Conspiración, prisión y liberación de Román Delgado
Chalbaud.
215 | P á g i n a
quedo, aguárdeme". Esa era su tónica. El historiador
Ramón J. Velásquez, recogió, al hablar de Delgado
Chalbaud, aquella expresión suya: "Tengo una cita con el
destino"49.
De "La Rotunda" no saldrá hasta que la voluntad
férrea de Juan Vicente Gómez lo decida. Inútiles habían
sido todas las gestiones hechas por amigos y familiares;
sólo cuando en 1927, el doctor Francisco Baptista Galindo,
secretario y ministro que logró contar con un gran
ascendiente sobre Gómez, convenció a éste de lo positivo
que sería para su gobierno el decretar una amnistía, logró
el Gral. Delgado conquistar su libertad.
Fue tal el estado de postración física y mental en
que salió el Gral. Delgado de "La Rotunda", que no pudo
viajar inmediatamente al exterior como eran sus deseos.
Sólo en el mes de abril, después de un proceso de
recuperación, logró viajar a París, donde culminó la cura
que le permitió en poco tiempo reanudar la tarea que lo
había obsesionado durante su largo presidio: preparar una
expedición armada que derribara a Juan Vicente Gómez del
poder.
49
Heredia A., Cipriano, ob. cit., p. 241.
216 | P á g i n a
3. La Oposición en el exilio
217 | P á g i n a
Machado; así como dirigentes no marxistas, pero si duros
opositores antigomecistas como el sociólogo Carlos León y
el general Emilio Arévalo Cedeño (caudillo que había
realizado varias acciones guerrilleras) más otros políticos
exiliados, fundaron en México el Partido Revolucionario
Venezolano (PRV), cuyo órgano de prensa fue el periódico
<<Libertad>>.
En 1928, el partido publica su programa y se fija
como objetivo inmediato: “Organizar las fuerzas humanas
disciplinadas y sinceras, para hacer efectivos los principios
básicos de la revolución y vencer el gomecismo.
Como puntos reivindicativos se proponía emancipar
al campesino del tutelaje del hacendado; abolir las
diferencias de raza y colocar al indígena al nivel del de
otros países; emancipar al obrero de la arbitrariedad del
capitalista; levantar el valor y la condición de la mujer
venezolana...procurar que el capital extranjero que llegue a
Venezuela no se convierta en una amenaza para la
independencia del país..., establecer la instrucción
industrial y agrícola; y fundar universidades
populares...defender y emancipar al soldado del despotismo
del jefe; perseguir y castigar el peculado; construir los
Concejos Municipales, Legislaturas y Congreso Nacional,
218 | P á g i n a
con representación de los gremios y mandato revocable;
separar la Iglesia del Estado." 50
"El Partido Revolucionario Venezolano, termina el
Programa aprobado en México, el 21 de mayo de 1928, es
el partido de la juventud venezolana y de los veteranos
venezolanos. Es el Partido de la Nueva Venezuela."51
Además del Partido Revolucionario Venezolano y
del Partido de la "Liberación Nacional", formado por
Román Delgado Chalbaud, en París, se habían
estructurado desde años anteriores algunos grupos como
los llamados "La Nueva Venezuela"; "Unión Patriótica";
"Sociedad Patriótica Venezolana"; "Partido Republicano";
"Unión Revolucionaria Venezolana"; "Unión Cívica
Venezolana".
219 | P á g i n a
b) Algunas intentonas revolucionarias.
220 | P á g i n a
audaz y ladino caudillo. Eran evidentes las diferencias
ideológicas entre Arévalo Cedeño con esos líderes del
PRV. Él era un típico guerrillero tradicional, un caudillo
personalista con un discurso cercano al ideario del Partido
Liberal Nacionalista (mochista).
A continuación, transcribiremos algunos juicios que
sobre su persona hacía Román Delgado Chalbaud en sus
cartas dirigidas a José Rafael Pocaterra: "No es extraño la
carta que usted ha recibido de Arévalo Cedeño, pues ese
hombrecito es muy impaciente y medio atolondrado. De
aquí se fue convencido de la necesidad de esperar tres o
cuatro meses, hasta que se le pudiera comunicar
instrucciones. Debo advertirle que él contrajo
compromisos muy formales conmigo y llevó
correspondencia para Alcántara, a quien le exigí me
ayudara a calmarle los nervios y su vanidad."53
En otra carta, agrega el Gral. Delgado: "Qué
lástima que este hombre no tenga juicio y seriedad. Me ha
engañado como a un colegial y todo debido a su desmedida
ambición, que lo empuja a una locura.
221 | P á g i n a
Tiene aptitudes y le sobra energía, pero carece de la
ecuanimidad indispensable al hombre de acción."54
En el resto de la correspondencia, cursada entre
Delgado, Pocaterra y otros revolucionarios, se vertían
opiniones similares sobre Arévalo. Aunque éste se defendía,
argumentando que mientras él derrochaba valor y
actividad revolucionaria, los demás personajes y grupos se
consumían llevando una buena vida en las grandes
ciudades de América y de Europa.
222 | P á g i n a
protesta de toda Venezuela frente a la tiranía de Juan
Vicente Gómez.
En este movimiento participaron Rómulo
Betancourt, Jóvito Villalba, Raúl Leoni, Miguel Otero
Silva, Joaquín Gabaldón Márquez (hijo del General J.R.
Gabaldón), Armando Zuloaga Blanco, Juan Pablo Pérez
Alfonso y otros líderes de la Federación de Estudiantes de
Venezuela.
Esta crisis política estremecerá a la sociedad
venezolana y estimulará a los caudillos y grupos
revolucionarios a intentar nuevamente el asalto al poder.
Es de destacar que este movimiento había sido
conocido con anterioridad por el Gral. J.R. Gabaldón por
medio de su hijo Joaquín, estudiante de la universidad en
Caracas; y por lo mismo, trata de convencer a Gómez,
hablándole de su alejamiento del poder como solución a la
crisis que afecta al país.
Las acciones adelantadas por los estudiantes
militantes de la FEV: Ofrendas florales y discursos en el
Panteón Nacional, la plaza Bolívar, la plaza de José Félix
Ribas, ante la estatua de J.M. Vargas en la universidad (allí
el estudiante G. Prince Lara rompió una placa gomecista),
conferencias, protestas callejeras y actividades sociales. El
223 | P á g i n a
gobierno encarceló los principales líderes estudiantiles y al
poeta marxista Pío Tamayo que solidariamente los
acompañaba.
Ante esa acción represiva, todos los estudiantes
militantes de la FEV se entregaron en el cuartel de policía,
y el gobierno los remitió presos al castillo de Puerto
Cabello.
La situación de hizo crítica para el gobierno
gomecista por las protestas y huelgas en solidaridad. Y
entonces debieron liberar a los estudiantes detenidos por
unas semanas.
Posteriormente, ante el estallido del movimiento de
los jóvenes militares del 7 de abril en cuarteles de Caracas,
varios líderes estudiantiles fueron encarcelados de nuevo y
otros debieron huir al exilio.
Como consecuencia de esta efervescencia política
del año 1928, la oposición venezolana en el exilio alentará
y ejecutará tres intentonas revolucionarias en 1929.
Con excepción del movimiento de Román Delgado
Chalbaud que desarrollaremos más adelante, las tres
intentonas son las de José Rafael Gabaldón, la del Gral.
Norberto Borges y la invasión del estado Falcón, después
del Asalto a Curazao, por parte del futuro líder comunista
224 | P á g i n a
Gustavo Machado y el caudillo coriano Rafael Simón
Urbina.
Para el año 1929, el general José Rafael Gabaldón
inicia su movimiento armado desde su hacienda "Santo
Cristo". El 28 de abril entra en Guanare y en la Plaza
Bolívar, toma la llamada "Casa Amarilla" lanzando desde
uno de sus balcones el busto de Gómez, retumbando voces
de "Muera Gómez", “Abajo la Tiranía”...
La suerte estaba echada. El temor y el odio al
gobierno se cruzaban en aquellos momentos de
desconcierto con el prestigio que tenía el Gral. Gabaldón
en Portuguesa, Lara y Trujillo55.
Hay que destacar que este movimiento tenía sus
conexiones con el que supuestamente llevaría a cabo
Eleazar López Contreras y Norberto Borges, teniendo
como foco de acción el estado Miranda; este encuentro no
fue posible por los problemas de comunicación que se
presentaron: a Gabaldón no le llegó el aviso a tiempo.
Por medio del Comité Revolucionario, coordinado
por el señor Enrique González Gorrondona, se organizan
los levantamientos del Gral. Norberto Borges desde
Miranda, Gral. Gabaldón en Portuguesa, el previsto para el
55
Heredia A., Cipriano, Ob.cit.
225 | P á g i n a
9 de abril en Caracas, encabezado por Juan García y Pablo
Vaamonde y el de Joaquín Quintero desde La Guaira.
Por otra parte, los señores Pedro Borrego Lameda
y el Coronel Tadeo Sardi Carvallo también se pusieron en
armas desde "Mamera" (cerca de Caracas), para esa misma
fecha, otro movimiento sería el de Guatire, con el Gral.
Juan Francisco Pacheco y el Coronel Eugenio Muñoz;
finalmente el del Gral. Dorta en las regiones del Tuy y
Barlovento.
Todos estos movimientos se dirigían hacia el
Estado Miranda, mas, sin embargo, los contratiempos se
impusieron, y fuera de los gestos de Dorta, Borrego y
Pacheco, nada positivo se logró, casi todos cayeron presos
por la fuerza militar gomecista.
Procedente de México, llega a Curazao el dirigente
revolucionario Gustavo Machado con ideas de iniciar no un
movimiento de tipo caudillista, sino más bien un
movimiento de novedosa índole revolucionaria, en el
sentido de incorporar a la lucha sectores obreros, aunque a
pesar de este tipo de conspiración no podía prescindirse de
los caudillos. “Ni el propio Machado, ni algunos otros
dirigentes civiles estaban despojados de un todo de esa
vestimenta. A la hora de la lucha abierta contra la tiranía
226 | P á g i n a
gomecista había que utilizar todos los elementos y medios
posibles de combate armado."56
Desde París y otros lugares de exilio, Machado,
junto con su hermano Eduardo y otros, habían hecho
severas críticas al caudillismo tradicional; mas, sin
embargo, a pesar de esta actitud de repudio hacia los
caudillos tradicionales, en el movimiento revolucionario de
Curazao una de las primeras cosas que hicieron fue llamar
a al caudillo falconiano Rafael Simón Urbina.
Machado inicia la organización del movimiento
revolucionario de Curazao, haciendo contactos con grupos
y células políticas y, a su vez, con grupos de obreros
(muchos de ellos venezolanos), elementos propicios para la
labor insurreccional.
Haciendo ver que celebraban un bautizo, comienza
la acción de este movimiento, logrando apresar al
gobernador, todas las armas necesarias y el vapor
"Maracaibo", de nacionalidad norteamericana, con el cual
los insurrectos, encabezados por Urbina y Machado, salen
rumbo a Venezuela para invadir a Falcón.
La audaz acción tuvo como resultado final que los
invasores se vieran en la necesidad de desbandarse,
56
Heredia A., Cipriano: ob. cit., p. 127.
227 | P á g i n a
situación que de hecho constituyó el fracaso de este
movimiento revolucionario.
228 | P á g i n a
Como podemos observar en esta primera carta,
Delgado cumplía su palabra, al entrar en contacto con
Pocaterra, apenas hubo salido de la cárcel, para comenzar
un proceso de unificación de los exiliados en torno a su
plan. Rápidamente éste se echó a andar a través de la
persona de Pocaterra, que para ese momento se había
convertido en un símbolo para los sectores antigomecistas,
gracias a la publicación de sus obras, entre las que
destacaba: <<Memorias de un Venezolano de la
Decadencia>>, el más crudo testimonio sobre los
horrores de las prisiones de entonces.
El Gral. Delgado intentará agrupar en torno a su
persona y a sus planes a los sectores oposicionistas
residentes en el Caribe, en Nueva York, en París y otras
localidades.
Hasta ese momento, los diversos focos de oposición
actuaban de manera anárquica y desorganizada; unos a
otros se acusaban públicamente con las viejas etiquetas
desgastadas de "mochistas" y "castristas". Recelaban
mutuamente unos de otros y se negaban a unificar sus
recursos, fundamentalmente por la rivalidad entre los
innumerables "jefes" que no querían ser subalternos de
229 | P á g i n a
nadie. En ese desesperante círculo vicioso de habladurías
perennes, se agregó una contradicción más, cuál era la
actitud tomada por el Partido Revolucionario Venezolano,
con asiento en México, que comenzó paulatinamente a
endurecer su política anti caudillista59.
Fue en esa situación en la cual comenzó a actuar
conciliadoramente el Gral. Delgado; sus esfuerzos los
dirigió a ganar la adhesión de prestigiosas figuras, como lo
eran los doctores Alberto Smith, Santos Dominici, Néstor
Luis Pérez, Pedro J. Jugo Delgado, y todo un conjunto de
políticos y generales, cuyos principales exponentes eran
Régulo Olivares, Manuel Flores Cabrera, Leopoldo
Baptista, Emilio Arévalo Cedeño y algunos jóvenes
veintiocheros, tales como Rómulo Betancourt, Miguel Otero
Silva, Armando Zuloaga Blanco y otros.
La culminación de este proceso de unificación se
logrará en la ciudad de París, el día 3 de julio de 1929, en
que se reúne la Asamblea General del Comité de
Liberación Venezolana, presidido por el Gral. Delgado y
actuando como secretario el doctor Atilano Carnevalli.
230 | P á g i n a
Asistieron a esta Asamblea los siguientes ciudadanos
venezolanos:
"Dr. Leopoldo Baptista por sí y en representación
de los generales Régulo Olivares y Rafael María Carabaño
y el Dr. Néstor Luis Pérez, Dr. Santos Dominici, Dr.
Alberto Smith, Rufino Blanco Fombona, Gral. Francisco
Linares-Alcántara, José Rafael Pocaterra, Dr. Pedro J. Jugo
Delgado, Pedro Emilio Aristeguieta, Dr. Atilano
Carnevalli por sí y en representación del Sr. Manuel Flores
Cabrera, ambos en representación de la Federación de
Estudiantes y de la Asociación Obrera (Nueva York),
Coronel Samuel McGill, Augusto Pulido, Gral. Doroteo
Flores, Andrés Rodríguez Azpúrua, Alejandro Ibarra,
Capitán Francisco Angarita, Capitán Carlos Mendoza,
Gral. Román Delgado Chalbaud, por sí y en representación
de Juan Pablo Peñalosa, Edmundo Urdaneta".60
Esta Asamblea aprobó las negociaciones llevadas a
cabo por el Gral. Delgado para realizar una expedición
militar sobre Venezuela; y además eligió por unanimidad a
los doctores Santos Dominici, Alberto Smith, Rafael
Arévalo González, Rufino Blanco Fombona, Pedro José
Jugo Delgado, Néstor Luis Pérez, José Rafael Pocaterra,
60
Archivo de…, Ob. cit., tomo I, pp. 234 y 300
231 | P á g i n a
Pedro Elías Aristeguieta, Manuel Flores Cabrera y al Dr.
Atilano Carnevalli para constituir la Junta Suprema de la
Liberación de Venezuela. Finalmente, firmaron el "Pacto
de Unión", en el cual se establecía el papel de la Junta
Suprema y los principios orientadores de la acción
revolucionaria.
Como es obvio suponer, la unidad lograda no fue de
carácter total, pues quedaron excluidos de ella el Partido
Revolucionario Venezolano (PRV) y algunas
individualidades como el Gral. Emilio Arévalo Cedeño, que
se lanzó solo a la acción por su cuenta y riesgo.
232 | P á g i n a
unitaria entre61 los exiliados venezolanos, desplegó
paralelamente una infatigable lucha por lograr los recursos
que la revolución necesitaba, esto es, un buen parque
militar y un vapor donde transportarlo hasta Venezuela.
Con ese objeto se entrevistó con algunos
potentados venezolanos y extranjeros que estuviesen
dispuestos a financiar la empresa, tal como el caso de
algunas casas negociantes de armas de Europa y Estados
Unidos de América, y, especialmente, con el muy
acaudalado venezolano Don Antonio Aranguren.
Después de múltiples gestiones, hacia el mes de
julio de 1928, se traslada Delgado hasta Londres, donde
residía Aranguren para tratar de convencerlo y que
desechara sus suspicacias, ya que este hombre, calmado al
extremo, no daba una respuesta rápida y definitiva a los
planteamientos formulados por el Gral. Delgado.
En agosto volvía a escribir Delgado a José Rafael
Pocaterra en los siguientes términos: "Voy a informarlo de
este proceso doloroso de un año, en que varias veces he
visto de cerca los medios para lanzarnos a la lucha y luego
se me han desvanecido cual espejismo del desierto. El golpe
233 | P á g i n a
más duro fue la Prisión de Mibelli, quien me traía
alrededor de 100.000 dólares, base para nuestra actuación
en primera línea, y más antes se esfumó cierto ofrecimiento
que nos daba margen para desplegarnos en caso dado."62
Desde París escribe nuevamente el Gral. Delgado a
Pocaterra, comunicándole que la actitud de Néstor Luis
Pérez y de Régulo Olivares había asustado por completo al
rico empresario petrolero Aranguren.
Con la misma, preocupación, hacia el mes de marzo
de 1929, le comunica nuevamente Delgado a Pocaterra la
siguiente noticia: “Usted no hace idea de los sofocos que
estoy pasando; porque cuando creía poder contar con
todos, después de una ardua y dificilísima labor; todo se me
vino abajo a despecho de los mil sacrificios hechos para
lograr un buen resultado. Pero, a Dios gracias, no soy
hombre que se ablanda con charamizas; y aquí me tiene
usted trabajando con la misma fe y mayor perseverancia”63.
Después de haber agotado toda su paciencia
tratando de convencer a algún generoso financiador de la
revolución con resultados totalmente negativos, el Gral.
234 | P á g i n a
Delgado hipotecó los bienes de toda su familia para
garantizar el contrato firmado con Prenslau & Co. (de
Hamburgo, Alemania) del cual obtuvo el parque y el vapor
para trasladarlo hasta tierras venezolanas.
En el Acta de la Asamblea General del “Comité de
Liberación Venezolana”, se expone que el Gral.
Delgado informó acerca de la consecución de los elementos
de la lucha, de acuerdo con el contrato celebrado con la
compañía extranjera ya citada. Se aclara que tal contrato
no envuelve compromiso alguno contra la dignidad ni la
soberanía de la República pues no han ofrecido concesión
alguna, sino la garantía de los bienes particulares de
Delgado y de sus familiares.
Se pudo adquirir un parque que constaba de dos mil
fusiles "Máuser", veinticinco carabinas de caballería,
veinticinco pistolas "Parabellum", veinticinco sables: cien
cartucheras, veinte mil cápsulas para las pistolas y veinte
mil cápsulas de cartuchos de máuser en peines de cinco
tiros. Por toda artillería se contaba, con cuatro
ametralladoras.64
64
Ídem, Op.cit.
235 | P á g i n a
Este parque llegó a representar el mayor
armamento que movimiento revolucionario alguno hubiera
logrado en los largos años del gomecismo.
e) El problema de la Jefatura
236 | P á g i n a
Un grupo encabezado por el Gral. Régulo Olivares,
presentaba como argumentación contra una jefatura única,
un plan de organización en el cual un grupo civil, en forma
colegiada, tomara las decisiones, para evitar, según ellos, la
preponderancia de un jefe militar en la vida política
venezolana posterior.
Ante esta posición, el Gral. Delgado proponía su
jefatura militar a quienes voluntariamente quisieran
aceptarle por tal; como argumentos de aceptación señalaba
sus credenciales como perseguido político, sus relaciones
con sectores disidentes del exterior y del interior de
Venezuela, y sobre todo, con su firme voluntad de ofrecer
su vida y sus cuantiosos bienes a la causa revolucionaria.
La solución definitiva a las opiniones discordantes,
acerca del problema de la jefatura, se la dará la Asamblea
General del Comité de "Liberación Venezolana", celebrada
en París en julio de 1929, al acordar constituir una “Junta
Suprema de Liberación de Venezuela”, como organismo
político, recayendo en esta Junta la responsabilidad de
nombrar al Director de la guerra, que quedaba
debidamente facultado para hacer los nombramientos de
los demás jefes militares. Como es natural, el director
nombrado no fue otro que el Gral. Delgado Chalbaud.
237 | P á g i n a
f) El Programa de Acción.
238 | P á g i n a
Relaciones amistosas con los países extranjeros, y
especialmente con los de América.
Erradicación de monopolios.
Castigo al peculado.
Leyes sociales protectoras del obrero y campesino.
Realización de elecciones libres.
Respeto a la libre expresión.
Formación de partidos políticos doctrinarios.
Elevación de la condición del soldado.
Ejército Nacional institucional.
Acogida del capital extranjero.
239 | P á g i n a
4. Una conclusión preliminar: La Frustración de la Oposición
Venezolana.
240 | P á g i n a
Con Román Delgado no muere solamente un
hombre y un intento revolucionario, sino la última
esperanza de los opositores antigomecistas.
Fracasada esta intentona revolucionaria, a los
sectores que confiaban en esta vía de lucha, no les quedó
otra alternativa que confiar, o en una reacción o golpe
palaciego o en la desaparición natural del anciano dictador
Gómez.
No obstante, la frustración que cundió en la mayor
parte de la oposición, otros dos caudillos como lo eran
Rafael Simón Urbina y Emilio Arévalo Cedeño intentarán,
una vez más, estrellarse contra esa muralla granítica que
parecía el poder político-militar de Juan Vicente Gómez.
241 | P á g i n a
CONCLUSIONES
242 | P á g i n a
como un acto de desesperación política, de impotencia ante
una opresión asfixiante.
-Finalmente debemos asentar que el movimiento
del Gral. Delgado representó, esto lo reiteramos, el intento
más serio y organizado de la oposición tradicional
antigomecista.
243 | P á g i n a
APENDICE
Índice Cronológico
244 | P á g i n a
El 9 de abril de 1929, levantamiento en La Guaira,
encabezado por el doctor Joaquín Quintero Q.
En mayo de 1929 se daría el levantamiento de
Norberto Borges desde el Estado Miranda.
El 28 de abril de 1929 se alzó el general José Rafael
Gabaldón desde su hacienda "Santo Cristo", cerca de
Biscucuy, estado Portuguesa.
En 1929, levantamiento encabezado por los señores
Pedro Borrego Lameda y el Coronel Tadeo Sardi.
Mamera, cerca de Antímano.
En 1929 el Gral. Juan Francisco Pacheco y el
Coronel Eugenio Muñoz, encabezan un levantamiento
desde Guatire.
En las regiones del Tuy y Barlovento dirige un
levantamiento el Gral. Dorta.
El 5 de mayo de 1929, desde México, llega a
Curazao el dirigente revolucionario Gustavo Machado.
El 5 de julio de 1929, firman el "Pacto de Unión",
en París.
El 7 de julio de 1929, en París, Acta de la Asamblea
General del Comité de Liberación Venezolana.
245 | P á g i n a
El 9 de julio de 1929 sale clandestinamente la
expedición del general Román Delgado Chalbaud desde
Hamburgo para el puerto polaco de Gedinge, y de allí
rumbo a Venezuela. Viajan en un barco de nombre Falke,
rebautizado como Anzoátegui. En él traen todo el parque
militar adquirido en Europa.
El 18 de julio de 1929, última incursión de Arévalo
en el sitio "La Panchita" en los llanos del sur.
El 24 de junio de 1929, José Rafael Gabaldón es
hecho prisionero por las fuerzas gomecistas.
El 10 de junio de 1929. Un audaz golpe de los
exiliados en Curazao. Gustavo Machado llama a Rafael
Simón Urbina, exiliado en Panamá.
El 7 de agosto de 1929, los expedicionarios que
venían el Falke encabezados por el Gral. Delgado, arriban
a la isla la Blanquilla.
El 10 de agosto de 1929. El grupo encabezado por
Delgado ya está en la península de Araya, donde esperaba
a Pedro E. Aristeguieta y su gente.
El 11 de agosto de 1929. Gran encuentro en
Cumaná de la gente de Román Delgado Chalbaud: los que
venían por tierra (Aristeguieta) con los que venían por
agua en el vapor Falke.
246 | P á g i n a
El 11 de agosto de 1929, a las tres de la mañana,
desembarcan los del "Falke" en Puerto Sucre. Muere en
combate Román Delgado Chalbaud.
A cinco para las doce, del 11 de agosto de 1929,
llega muy retrasada la fuerza de Aristeguieta y Pimentel a
Cumaná.
El 13 de agosto los revolucionarios que apoyaban
en Oriente al movimiento de Delgado Chalbaud, y que
estaban encabezados por el general Aristeguieta, toman a
Cumaná. Muere en combate el presidente del estado
Sucre, general Emilio Fernández.
El 5 de marzo de 1931, Arévalo Cedeño lanza otra
proclama de combate desde el sitio de Cubarro.
En octubre de 1931, partiendo desde México,
Urbina repite sus hazañas con el vapor "Superior". Nuevo
fracaso al llegar a las costas falconianas.
247 | P á g i n a
BIBLIOGRAFIA BÁSICA
248 | P á g i n a
- Heredia, Cipriano: El Año 29 - Recuento de la
Lucha Armada. Caracas. Ediciones Centauro, 1974
- Magallanes, Manuel Vicente: Los Partidos
Políticos en la Evolución Histórica Venezolana.
Madrid. Editorial Mediterránea, 1973.
- Ziems, Ángel: El gomecismo y la formación del
ejército nacional. Caracas, editorial Ateneo de
Caracas, 1979
249 | P á g i n a
IV. EL CAUDILLISMO COMO PROBLEMA DE
LA HISTORIA POLÍTICA DE VENEZUELA: UNA
CONTRIBUCIÓN AL ANÁLISIS DEL
CAUDILLISMO COMO PROBLEMA DE
HISTORIA POLÍTICA VENEZOLANA (Teorías
explicativas del fenómeno)
250 | P á g i n a
EL CAUDILLISMO
1954 .
251 | P á g i n a
venezolanas, tales como Francisco Tosta García, Jesús
Muñoz Tébar, Fermín Toro, Cecilio Acosta, J.L. Andara,
A. C. Rivas y Carlos Irazábal no se ha realizado un mayor
esfuerzo intelectual en torno al problema del caudillismo
venezolano. Tal vez, una de las excepciones que podría
señalarse en esta dirección, sería la obra de Don Augusto
Mijares <<Interpretación pesimista de la Sociología
Hispanoamericana>>, los trabajos sobre el jefe realista José
Tomás Boves, escritos por Germán Carrera Damas, y la
obra de carácter didáctico-divulgativo del Dr. Virgilio
Tosta titulada <<El Caudillismo según once autores
venezolanos>>.
Cuando afirmamos que no se ha realizado un mayor
esfuerzo en la investigación y publicación acerca del
problema que nos preocupa, no descartamos (tal como lo
adelantamos en el Prefacio de este libro) el que se hayan
divulgado algunos excelentes artículos, ensayos y discursos
sobre el asunto; como el publicado por el Doctor Diego
Bautista Urbaneja66. Igualmente, los trabajos de Domingo
252 | P á g i n a
Irwin sobre relaciones civiles-militares y pretorianismo; así
como el de historiadora Inés Quintero titulado el “Ocaso de
una estirpe”, obra esta última que consideramos un
penetrante estudio sobre un conjunto de notables caudillos
venezolanos.
No obstante, lo ya dicho, consideramos que todavía
está por hacerse un profundo trabajo de investigación y
publicación sobre este trascendental aspecto histórico-
político.
Creemos que ya es hora de que esos atisbos
planteados por Domingo Alberto Rangel, Federico Brito
Figueroa, Carlos Irazábal y, por qué no, por Francisco
Herrera Luque y Rómulo Gallegos, sean desarrollados
para llenar ese gran vacío teórico, producto de haberse
semi-paralizado el ciclo, iniciado por Sarmiento, Alberdi,
Bunge e Ingenieros (en Argentina); y en Venezuela, por
Arcaya, Gil Fortoul y Vallenilla Lanz.
Como una vía para replantear la discusión,
intentaremos sintetizar las opiniones acerca del origen del
caudillismo y las vías para liquidarlo, planteadas por
253 | P á g i n a
algunos notables intelectuales venezolanos y
latinoamericanos.67
67
Virgilio Tosta, ob. Cit., pp. 1-91
254 | P á g i n a
La mejor prueba de la tesis es la comparación entre
la Hispanoamérica mestiza y la Norteamérica anglosajona
(Europea pura). Bunge señala que este hombre
hispanoamericano hereda los vicios y virtudes de sus
ancestros: La indolencia española, la incuria indígena y la
apatía negra que engendran la pereza criolla, física y
psíquica.
c) José Gil Fortoul: Rastrea el origen del
caudillismo desde la perspectiva positivista. Hurga en el
remoto pasado de la conquista (choque de dos razas), en el
proceso de mestizaje colonial; centrando el análisis en el
proceso de evolución: Evolución inconsciente (determinada
por el binomio raza-medio) y evolución consciente, en
función de la organización socio-cultural.
d) Pedro Manuel Arcaya: El origen fundamental del
fenómeno es étnico. La herencia de caracteres sociales-
psicológicos de los ancestros indígenas, negros y españoles
forman el espíritu popular, el alma nacional.
Las razas incultas primitivas: indios y negros; no
pasan de una incipiente organización económica, social y
política, caracterizada por estructuras políticas elementales
(caciques, déspotas y reyezuelos). Los españoles, al
255 | P á g i n a
trasladarse a América, sufrieron una regresión, producto de
la barbarie de la Conquista.
La Guerra de Independencia removió ese sustrato
étnico-psíquico y afloró el instinto de sumisión al jefe, al
cacique, al caudillo, fuese éste Boves, Páez u otro.
Culminada la Guerra de Independencia, proseguirán las
luchas caudillescas (la larga Guerra Federal, entre ellas)
estimuladas por el personalismo y la ambición material. Él
niega la presencia de altruismo o ideales motores. Cree
además que descendemos de razas inferiores, proclives al
caudillismo y a la anarquía; por tanto, la solución que
asoma es la inmigración junto con otras medidas en el
campo del trabajo, la justicia y la educación.
e) Laureano Vallenilla Lanz. La raíz del
personalismo o caudillismo está en la liquidación de la élite
criolla durante la Guerra de Independencia, a la cual
considera la primera gran guerra civil de la larga serie que
asoló al país en el siglo XIX. La Guerra de Independencia
fue, además, la génesis de la formación de bandos
irreconciliables, pues los odios de Realistas y Patriotas
sobrevivientes a la guerra alimentarán una hoguera
inextinguible de luchas, guerras civiles y sublevaciones.
256 | P á g i n a
La nobleza criolla, superficialmente empapada de
doctrinas democráticas, desató (sin quererlo) un proceso de
anarquía y devastación, del cual saldrán los caudillos y
caciques, como Boves.
Las masas, tales como si fuesen hordas ávidas de
pillaje y sin sentido de patria, verán frustradas sus
aspiraciones materiales, y, amparadas en las llanuras
desiertas con abundantes caballos y otros ganados, harán
florecer un inextinguible bandolerismo.
El caudillismo disgregativo y anárquico fue
dominado por Bolívar, transformando la simple solidaridad
mecánica en solidaridad orgánica. Disuelta Colombia, José
Antonio Páez, será un caudillo necesario para el orden. La
idea del caudillo necesario es expresión de la tesis del
“Cesarismo Democrático”, la democracia personificada, la
nación hecha hombre, autocracia y democracia conjugadas;
la igualdad bajo un Jefe.
La solución asomada por Vallenilla será: "población,
para dejar de ser un miserable desierto y hacer efectiva la
democracia por la uniformidad de la raza y educación para
elevar el nivel moral de nuestro pueblo y dejar de
presentar la paradoja de una República sin ciudadanos".
257 | P á g i n a
f) Ángel César Rivas. Destaca el factor étnico-
cultural como causa, en especial hace referencia al negativo
papel jugado por los "isleños" o nativos de las islas
Canarias. En efecto, plantea que éstos, con su escasa
instrucción, su moralidad simple y por lo mismo agresiva
(odio y venganza), participan en la Guerra de
Independencia como realistas, y luego sus descendientes
serán el núcleo de la intransigencia "goda", que alimentará
las guerras civiles con la presencia de hombres con
"hábitos de mandar y de ser obedecidos".
g) José Ladislao Andara. Supone que el federalismo
fue un ideal permanente del pueblo venezolano, con raíces
profundas en la vida colonial y en España. Explica el
proceso de enfrentamientos entre el particularismo, los
fueros y los cabildos; con el absorbente centralismo de la
Corona, la burocracia colonial, y luego con el estado
independiente centralista. En suma, en el hecho de no
haberse oído e interpretado el secular anhelo federalista del
pueblo venezolano, reside la raíz de nuestros regímenes
caudillistas.
h) Jesús Muñoz Tébar. En su obra <<El
Personalismo y el Legalismo>> (publicada en Nueva York,
1890), plantea, que son las costumbres la raíz del
258 | P á g i n a
caudillismo personalista hispanoamericano, no admite la
idea acerca de la superioridad norteamericana en sentido
étnico-geográfico. Considera la inmigración a gran escala
para la transformación de la economía y de las costumbres.
Considera, además, que sólo hay dos variables del estado:
El Personalismo y el Legalismo; este último debe
propagarse incluso creando opinión a nivel internacional.
i) Francisco Tosta García. Considera que la causa
del personalismo o caudillismo no debe buscarse en lo
étnico, sino en las costumbres, en los hábitos (negativos) de
obediencia hacia reyes, caciques, generales y doctores. La
solución no es otra que la educación que erradique las
costumbres funestas. En esto coincide con Muñoz Tébar.
j) Cecilio Acosta. Entendía el papel de los caudillos
en la Independencia, y por esto rinde culto a Bolívar como
a un "Caudillo benefactor". Considera que, en nuestras
guerras civiles, a partir de 1846, surgen los "caudillos
malvados", que desatan la anarquía y exaltan mediante
sublevaciones a clases ineducadas al poder. No comparte
las opiniones negativas sobre nuestro medio geográfico y
nuestra base étnica. La solución al caudillismo era la
inmigración, las prácticas republicanas sustentadas en la
virtud y el decoro, y sobre todo, en la educación.
259 | P á g i n a
k) José Ingenieros (argentino). En el Prólogo a la
obra de C. A. Bunge (Nuestra, América), plantea, que en el
feudalismo colonial está el origen de cuestiones tales como
el caciquismo o lo llamado por Bunge "Pereza Criolla".
Ingenieros no admite la tesis del origen étnico de tal
"pereza", base supuesta del caudillismo.
l) Carlos Irazábal. Para este ortodoxo marxista
venezolano, autor de obras pioneras como <<Hacia la
Democracia>> y <<Venezuela Esclava y Feudal>>, el
despotismo caudillista padecido por latinoamericanos y
venezolanos no fue resultado de condiciones geográficas,
étnicas o culturales, sino de la pervivencia de una economía
feudal (dé raíz colonial), no transformada por la Revolución
de Independencia.
m) Domingo Alberto Rangel68 . Señala que hasta el
siglo XVIII, los llanos venezolanos produjeron un
excedente de cueros para el mercado, aunque no
sostenidamente. El desarrollo de esta economía ganadera,
que tenía al hato como centro autárquico, con una sociedad
patriarcal, y al terrateniente como personificación concreta
del estado colonial; entrará en contradicción creciente con
68
D.A. Rangel: "Introducción", pp. 1-50 de su obra Capital y
Desarrollo (Tomo 1, la Venezuela Agraria), Caracas. Ediciones
de la Facultad de Ciencias Económicas, UCV,1977
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la Sociedad Piramidal de la Costa, edificada sobre la
pujante riqueza del cacao, añil y tabaco hacia el siglo
XVIII. La oligarquía caraqueña, gestora de este
crecimiento, madura aceleradamente y desata el proceso de
la Independencia.
Al desencadenarse la guerra, afloran las profundas
contradicciones entre las dos sociedades: la “Patriarcal
Llanera” y la “Piramidal” desarrollada en la región Costa-
Montaña. Del llano saldrán José Tomás Boves y las masas
que lo siguen, que liquidan la república en 1814. Estas
masas, cual, si fuesen tártaros nómadas, saquean y se sacian
hasta regresar después a sus sabanas.
Ya lograda la Independencia política, el mantuanaje
caraqueño pierde aquel empuje previo; se incumplen las
promesas de premiar materialmente a los guerreros y de
otorgar la libertad total a los esclavos.
Se organiza una República para los privilegiados
bajo la Constitución de 1830 y, no obstante, "el llano sigue
viviendo su vida secular, pero ya sacudido por la tormenta
que significó la Independencia, con lo cual iría a gravitar
sobre la República el azote de las guerras caudillescas...".
Rangel prosigue afirmando que "Venezuela consumió su
siglo XIX en el forcejeo de contiendas personalistas hacia
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las cuales escurre la inquietud social acumulada por tan
graves contradicciones. Un largo drama de guerras civiles,
de dictaduras mesiánicas y de disolución nacional, será
nuestra historia por espacio de cien años. En ese proceso
está la resultante del choque entre una sociedad
subjetivamente liberada por una guerra de independencia y
unas bases económicas estereotipadas en la fidelidad al
pasado..."
n) Federico Brito Figueroa69. La tesis de Brito está
implícita en su libro sobre el caudillo Ezequiel Zamora que
lideró la lucha al principio de la larga Guerra Federal.
Este historiador hace el balance sobre la persona de
Zamora y su formación político-ideológica, las guerras
civiles, las guerras campesinas (especialmente la de 1846),
las asonadas y motines, facciones de negros, de indios y de
bandoleros en los Llanos; el problema de la tenencia de la
tierra, el "enfeudamiento" de los campesinos y la esclavitud
de los negros. Al penetrar en todos y cada uno de estos
aspectos, Brito Figueroa apunta hacia la idea del
caudillismo como subproducto violento, de unas
estructuras rígidas, arcaicas, semi feudales, y de Zamora,
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como el mejor arquetipo de caudillo popular, intérprete de
las frustraciones de las masas campesinas.
o) Augusto Mijares70. La tesis de Mijares, contenida
en su obra <<La Interpretación pesimista de la Sociología
Hispanoamericana>>, viene a ser como un alegato dirigido
contra las concepciones sociológicas de los pensadores
positivistas americanos, que han llegado a ver en nuestros
malestares históricos sucesos fatales producidos por
imposiciones geográficas, étnicas o culturales.
Plantea Don Augusto Mijares, que existió una
fuerza tanto o más permanente que la disgregación
caudillesca, y ésta fue el civilismo de raíz hispana y aún de
desarrollo en nuestra vida colonial. Su evolución
desembocó en el movimiento de Independencia, cuya meta
no era cortar esos valores sino hacerlos plenos.
El caudillismo vino a ser un subproducto de la
guerra, un accidente histórico dentro del proceso de
evolución de la sociedad civil.
El caudillismo es algo transitorio, cuya gestión
jamás debe ser considerada de bienestar colectivo, como
algunos lo han afirmado.
70
A partir de este autor, retomamos como fuente la ya citada
obra de Virgilio Tosta.
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El caudillo no es el único depositario de las energías
capaces de poner orden donde reina una anarquía
producida (supuestamente) por factores étnicos,
geográficos, históricos, psicológicos y culturales. Es un
absurdo atribuir la regularización de la vida institucional
de estos países a la creación personal de los caudillos.
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CONSIDERACIONES GENERALES
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insisten en lo étnico-cultural y los marxistas en lo
económico-social.
4) La tesis de Domingo Alberto Rangel, bastante
original, por cierto, es cercana a algunas ideas de Vallenilla
Lanz sobre el papel de los llaneros y de José Tomás Boves
en la Guerra de Independencia; sin embargo, algo que
Vallenilla destacó, como lo es la liquidación de la élite
criolla durante la guerra de Independencia – la que definió
como una guerra civil -no lo aborda Rangel, cuando intenta
explicar la pérdida de ese empuje audaz que tuvo la
oligarquía criolla antes de esa guerra.
5) Las tesis de Mijares y de Andara, cuya base es la
valorización del civilismo y del federalismo, se quedan en el
análisis de la sociedad urbana y sus instituciones, tanto de
antes como después de la guerra de Independencia. Su
marco es la clase dominante o sus elites con sus
superestructuras civiles.
6) La tesis de Vallenilla Lanz, acerca de la
liquidación de la clase criolla, política y físicamente, como
consecuencia de la Guerra de Independencia, se puede
aceptar a la luz del examen documental y, concretamente,
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de la gran obra de Vicente Lecuna <<Crónica Razonada
de las Guerras de Bolívar>>.71
7) La información aportada por Robert Paul
Mathews72, sobre la base de una admirable investigación
documental sobre nuestro siglo XIX, corrobora (en parte)
las opiniones de Domingo Alberto Rangel y Federico Brito
Figueroa, sobre la violencia campesina, especialmente en
los llanos venezolanos.
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Resumiendo nuestra opinión sobre las
distintas interpretaciones del caudillismo:
Podemos afirmar que creemos que la casi totalidad
de las mismas caen en visiones limitadas, tanto en la
explicación del origen, como en los "remedios"
recomendados; para su superación.
Muchos de nuestros escritores, al enfocar el asunto,
ven donde hay una simple manifestación o consecuencia de
un problema, una causa importante digna de profundizar.
Consideramos que la despoblación, el analfabetismo, la
barbarie política y cultural son consecuencias de un mal
más profundo: El Subdesarrollo, caracterizado por la
dependencia, el latifundismo y el "enfeudamiento" de los
trabajadores. Atacar al despoblamiento y las supuestas
"taras" de la población con inmigración, el analfabetismo
con educación, la corrupción y la barbarie con consejos
morales y llamados a la virtud, no es sino atenuar las
consecuencias del mal, pero no su solución; de allí que el
caudillismo fue superado en su expresión más aguda, no
con la terapéutica que recomendaron nuestros pensadores,
sino cuando las estructuras económico-sociales, políticas,
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etc., fueron radicalmente transformadas por el impacto de
la economía petrolera, en el caso venezolano.
¿Cuál es nuestra opinión73 sobre el Caudillismo?
73
Evelyn Bravo y Napoleón Franceschi: Problemas de Historia
de Venezuela Contemporánea, Caracas. Vadell Hermanos,
Editores, 1977. Cuarta Edición, revisada y ampliada.
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y los intereses del grupo social que encabeza, casi siempre
rural.
De inmediato pasaremos revista en forma
esquemática a las causas más importantes del caudillismo
venezolano desarrollado durante el siglo XIX y parte del
siglo XX:
La existencia de una economía dependiente de los
capitales, tecnologías y mercados extranjeros; agropecuaria
por su producción, mono cultivadora, mono exportadora y
desarticulada, es decir, no integrada por una ausencia de
verdaderas relaciones de complementariedad entre las
diversas regiones del país.
La sociedad correspondiente a esta estructura
económica se caracterizó por la presencia hasta 1854 de la
esclavitud de los negros de origen africano, por el
"enfeudamiento" del campesinado – bajo sistemas de
peonaje, aparcería y medianería; y por la dispersión de la
población, especialmente en la vasta región de los llanos.
En resumen, por la sujeción del hombre del campo al gran
terrateniente, el cual convertía la libertad del hombre rural
en algo puramente nominal, ya que buena parte de esa
masa campesina estaba sujeta al control de los amos de la
tierra mediante el permanente endeudamiento (peones
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“enlibretados”), pago con productos o con “fichas” en vez de
un salario en dinero legal y otras modalidades que lo
privaban de autonomía personal.
En cada región del país, además de existir esa
mayoritaria masa campesina y un pequeño grupo urbano,
se nucleaban los "Clanes Familiares" con sus respectivos
"Caciques" que imperaban en el nivel regional, esto es, que
"respondían por su región". No existía en realidad una
burguesía con alcance nacional, con peso hegemónico en
todo el país. La burguesía de las principales ciudades y
puertos: Caracas, Maracaibo, Coro, Puerto Cabello, La
Guaira, Barcelona, Carúpano y Ciudad Bolívar; la cual
tenía estrechos lazos con comerciantes y prestamistas
extranjeros, esto es, las “Casas Comerciales”74; sólo tenían
una limitada influencia a nivel regional. Las características
de la economía y sociedad venezolana en cuanto a
desarticulación y particularismo regionalista creaban las
condiciones óptimas para que ese fenómeno de "poder
localista", que es el caudillismo, brotara espontánea y
violentamente.
74
Las más conocidas en La Guaira, Puerto Cabello, Maracaibo y Ciudad
Bolívar eran Boulton, Blohm, Kolster y otras. En Carúpano y en todo el
Oriente predominaron las casas corsas (francesas), entre ellas, Antoni,
Franceschi y Prosperi.
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El estado venezolano, con su irracionalidad e
ineficacia, coadyuvaba a la eclosión del fenómeno. En
efecto, la inexistencia de un verdadero ejército permanente,
profesional, coherente y disciplinado no permitía que este
estado, a través de sus órganos, ejerciera la violencia lícita,
que garantiza (entre otros factores), el orden que le diese
una estabilidad mínima al país.
A la inexistencia de un ejército permanente (debido
a la penuria del fisco con magros ingresos) se sumaba la
estructura burocrática no menos inorgánica, aunado lo
anterior a un creciente deterioro o ausencia de
instituciones jurídicas, religiosas, culturales y políticas,
tales como los tribunales, constituciones, leyes y códigos;
iglesia, universidades y escuelas; "partidos" y grupos. A lo
dicho antes sobre la economía, la sociedad y el Estado,
agregaríamos otros signos de atraso general en las
restantes esferas:
a) Ausencia de una aceptable infraestructura de vías
férreas, puentes, carreteras y caminos, canales, puertos,
acueductos, presas, edificios públicos. Asimismo, de
instituciones sanitarias y educativas.
b) Mentalidad localista o regionalista: La conciencia
nacional en fase de consolidación lenta.
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c) Analfabetismo generalizado a niveles elevados:
carácter elitesco de la educación y la cultura intelectual.
d) Tradiciones de caciquismo, machismo, ruralismo
y barbarie de remoto origen; en síntesis, una "subcultura
de la violencia".
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La solución:
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Unas palabras finales
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