Ayuda Un Amigo Lucha Con La Pornografia Muestra

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Esta es una pequeña muestra

del libro ¡AYUDA! Un amigo lucha


con la pornografía.

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© 2017 Poiema Publicaciones


¡El evangelio para cada rincón de la vida!
¡Ayuda! Un amigo lucha con la pornografía
Brian Croft

© 2017 Poiema Publicaciones

Traducido del libro Help! He's Struggling with Pornography © 2010,


publicado por Day One Publications.

Las citas bíblicas han sido tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión
Internacional © 1999 por Biblica, Inc. Todos los derechos reservados. Las citas
marcadas con la sigla RVC han sido tomadas de La Santa Biblia, Versión Reina
Valera Contemporánea © 2011 por Sociedades Bíblicas Unidas.

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visual o electrónico sin permiso escrito de la casa editorial. Escanear, subir o
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Categoría: Religión, Experiencia Práctica. Vida Cristiana.

ISBN: 978-1-944586-43-0
Impreso en Colombia
SDG
CONTENIDO

Prefacio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

Capítulo 1
El problema: un corazón contaminado . . . . . . . . . . 13
Capítulo 2
Las consecuencias: vidas destrozadas . . . . . . . . . . . 19
Capítulo 3
La solución: un nuevo corazón . . . . . . . . . . . . . . . 27
Capítulo 4
La transformación: la iglesia local. . . . . . . . . . . . . . 35

Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47

Ejercicios prácticos de aplicación personal. . . . . . . 51


Notas de texto. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62
PREFACIO

P uedes estar leyendo este minilibro por una de mu-


chas razones. A lo mejor conoces a alguien que está
luchando esta batalla y lo quieres ayudar. O puedes ser tú
el que necesita ayuda. Puede que estés mirando este mini-
libro porque la palabra “pornografía” atrajo tu atención
y te hizo hojearlo para ver de qué temas jugosos habla.
Cualquiera que sea tu motivación, espero que consideres
las razones que me motivaron a escribir este minilibro.
La primera y la más obvia es la presencia incontenible
de la perversión sexual en nuestra cultura que está ali-
mentada por esta forma repugnante de entretenimiento.
Gracias a esta industria de miles de millones de dólares
las vidas se destrozan y los matrimonios se destruyen, y
su influencia constante afecta nuestras vidas cotidianas.
Por esta razón debemos estar equipados para saber cómo
hacerle frente, tratar con su influencia y caminar en vic-
toria y libertad.
Una segunda razón es la falta de buenos recursos so-
bre este tema. Aunque varios libros han abordado las
6 ¡AYUDA! UN AMIGO LUCHA CON LA PORNOGRAFÍA

cuestiones destructivas que giran en torno a la esclavitud


a la pornografía, algunos diagnostican bien el problema,
mientras que otros pueden pasar por alto la raíz del pro-
blema y, sin embargo, dar un buen consejo práctico para
la lucha diaria. Mi oración para este minilibro es que el
asunto fundamental se diagnostique con claridad y de
forma bíblica, que se presente una solución esperanza-
dora y que las maneras prácticas para caminar en victoria
sobre esta esclavitud aquí descritas capaciten a los que
buscan ayuda.
Además, tengo unas cuantas razones personales para
dedicarme a este proyecto. Es abrumador darme cuenta,
como pastor, con cuántos asuntos he tratado que están
relacionados de manera directa con seducciones, esclavi-
tudes y patrones destructivos que surgen de la lucha con-
tra la pornografía. El contenido de este minilibro es un
reflejo del proceso por el que yo y los otros pastores de
nuestra iglesia atravesamos con los hombres de la comu-
nidad —casados, solteros, jóvenes o ancianos— y ha pro-
bado ser increíblemente fructífero, por la gracia de Dios,
a lo largo de los años. Espero que esto resulte igual para
tu amigo, tal vez tú mismo, tus pastores y tu iglesia local.
Por último, y de manera más personal, te cuento que
esta lucha se apoderó de mí durante muchos años. Fui
expuesto a la pornografía a una edad temprana y eso me
condujo a una esclavitud que me siguió en mis años de
adolescencia y hasta la universidad.Yo, con mucho gusto
prefacio 7

pero con temor a la vez, estoy escribiendo este minilibro


porque las verdades bíblicas que anclan el proceso para
vencer esta lucha trajeron una sorprendente ayuda y li-
bertad a mi propia vida. Por favor sigue leyendo y que tú
o tu amigo sean ayudados por Dios como lo he sido yo.

Brian Croft
Iglesia Bautista Auburndale
Louisville, Kentucky, Estados Unidos
INTRODUCCIÓN

E stamos viviendo en una época sin precedentes. Las


imágenes pornográficas y el material sexual están
disponibles con mayor facilidad en estos momentos que
en cualquier otro tiempo de la historia. Esto se confirma
en los centros comerciales por los que caminamos, en las
vallas publicitarias en las calles, en los catálogos de ofertas
que envían a nuestras casas y en los estantes de revistas
que hay en las tiendas. El volumen financiero estimado
de la industria mundial del sexo es de alrededor de $57
mil millones de dólares y $12 mil millones (poco más
del veinte por ciento) provienen de los Estados Unidos.1
Pero la verdadera influencia de la pornografía la vemos
con dolor por los matrimonios que destruye, por los
pastores avergonzados y despedidos por su uso y por las
víctimas de los crímenes relacionados con el sexo, de las
cuales escuchamos en las noticias casi todos los días.
Tal vez el efecto más fuerte de esta tendencia es la forma
en la que ha afectado tan profundamente a los cristianos
dentro de la iglesia local. Hasta el bombero más hábil se
10 ¡AYUDA! UN AMIGO LUCHA CON LA PORNOGRAFÍA

quemará si lo aislas en un edificio que se esté quemando,


rodeado por las llamas y sin refuerzos. De manera similar,
aunque nosotros como cristianos hemos sido transforma-
dos por la fe en la persona y obra de nuestro Salvador
Jesús, también hemos sido perjudicados al estar inmersos
en esta cultura saturada de sexo. ¿De qué manera nosotros
como cristianos encontramos la victoria duradera sobre
esta lucha y ayudamos a los demás a hacer lo mismo?
En primer lugar, encontramos la victoria por medio
del poder transformador del evangelio. Sin importar la
clase de esclavitud al pecado que enfrentemos, lo único
que puede traer la libertad duradera que buscamos es
arrepentirnos de nuestros pecados y confiar en la per-
sona y obra de Jesucristo. Un error común que se co-
mete al tratar con los patrones pecaminosos de ver ma-
terial sexualmente explícito es enfocarse solamente en
emplear métodos para poner fin a ese comportamiento
(modificación de la conducta) y no abordar la raíz de los
problemas del corazón. El cambio verdadero, genuino y
duradero en esta lucha, o en cualquier lucha contra el
pecado, debe comenzar desde adentro. El cambio interno
va a producir el cambio duradero en nuestra conducta.
También debemos estar completamente comprometi-
dos con la iglesia local si hemos de encontrar la victoria
duradera sobre esta lucha.
Otro error común al tratar de romper el ciclo de la
pornografía es pensar que es suficiente con tener a uno
Introducción 11

o dos compañeros al azar a quienes se les rindan cuentas.


Caminar todos los días en victoria sobre esta lucha requie-
re un esfuerzo comunitario y una rendición de cuentas
que vaya más allá de que un compañero de trabajo cristia-
no le haga preguntas a un hombre una vez a la semana con
relación en los sitios de Internet que ha visitado. La vic-
toria llega cuando los líderes del hombre le dan una guía
espiritual, cuidado, reprensión y consejería matrimonial;
cuando los que están más comprometidos con la madurez
espiritual del hombre (otros miembros de la iglesia) oran
por él y por su lucha; cuando el compañero al que el hom-
bre le rinde cuentas reporta a sus pastores y cónyuge (si
está casado) sobre su progreso en esta batalla y el hombre
siente la presencia constante de la disciplina de la iglesia en
respuesta a la seriedad de su pecado; cuando hay más en
juego que solo desilusionar a un compañero a quien se le
rinden cuentas y que probablemente ha sido escogido por
su simpatía con esta lucha. Sin la participación estrecha de
la iglesia local, pocos encuentran una victoria duradera so-
bre cualquier pecado y pocos viven la vida victoriosa que
Cristo compró para nosotros con Su propia vida.
El poder de Dios obra por medio del evangelio en
la iglesia local para que se pueda encontrar una victoria
verdadera y duradera sobre la lucha con la pornografía y
para que se pueda experimentar una verdadera sanación
y un perdón. Oro para que te convenzas de lo mismo
mientras lees estas páginas.
1
EL PROBLEMA:
UN CORA ZÓN CONTAMINADO

A un la solución más inteligente y bien pensada no


tiene sentido si el problema se diagnostica mal.
Comencemos por reconocer lo que no es el problema
antes de que nos enfoquemos en lo que sí es. La escla-
vitud a la pornografía no discrimina géneros. Ahora más
que nunca las mujeres también son seducidas a exponer
sus mentes a esas imágenes con el fin de alcanzar satis-
facción propia. (Un excelente consejo para las mujeres,
que se basa en la Biblia, se encuentra en otro minilibro de
esta serie, ¡AYUDA! Una amiga lucha con la pornografía, de
Rachel Coyle). La lucha no es el resultado de un deseo
sexual fuerte y profundo. No se le puede echar la culpa
de la lucha a una relación fallida con alguien o a los pa-
dres que no nos amaron como nos deberían haber ama-
do. Aunque es un factor en la lucha, la culpa ni siquiera
se le puede echar al fácil acceso a internet, a la televisión,
al cine y a las revistas inadecuadas que exhiben en la cajas
registradoras de las tiendas.Todas estas cuestiones pueden
14 ¡AYUDA! UN AMIGO LUCHA CON LA PORNOGRAFÍA

contribuir a la lucha, pero ninguna de ellas es la verdade-


ra raíz del problema.
El problema fundamental es que nuestros corazones
no están bien, una condición que viene desde el Jardín
del Edén. Dios creó los cielos, la tierra y todas las cria-
turas vivientes (Gn 1-2). También creó al hombre y a
la mujer a Su imagen (Gn 1:27), y ellos se unieron en
una sola carne, estaban desnudos y no se avergonzaban
(Gn 2:24-25). Dios vio que todo lo que había hecho era
muy bueno (Gn 1:31). Sin embargo, Adán y Eva pecaron
cuando desobedecieron la palabra de Dios y comieron
del árbol del conocimiento del bien y del mal (Gn 3:6).
Dios les dijo a Adán y a Eva que no comieran de este
árbol porque si comían, morirían (Gn 2:17); sin embargo,
Satanás tentó a Eva y ella comió del árbol y dio de su
fruto a su esposo (Gn 3:6). En vez de obedecer el man-
damiento de Dios se rebelaron contra Él. Ellos querían
gobernar, no que Dios los gobernara.
Como resultado, el pecado entró al mundo y afectó
todo lo que había en él, incluyendo a los que nacieran
de Adán y Eva. En vista de que ellos fueron los primeros
seres humanos, cualquiera que naciera después de ellos
heredaría su corazón pecaminoso. Por lo tanto, toda la
gente que nace en este mundo pecaminoso nace con co-
razones contaminados que tienen una disposición natural
a rebelarse contra Dios y a buscar los placeres del pecado.
El problema: un corazón contaminado 15

Debemos echar la culpa de nuestro pecado (sea sexual u


otro) a una cosa: a nuestros corazones contaminados.
Jesús afirmó esto. Marcos 7:1-23 describe una confron-
tación que Jesús tuvo con los fariseos que de manera arro-
gante estaban poniendo su fe en sus obras y tradiciones.
Estaban ciegos a lo que Jesús dijo que realmente le im-
portaba a Dios: no las cosas externas y físicas que hacemos,
sino los asuntos internos y espirituales del corazón. En
este contexto, Jesús dijo las siguientes palabras profundas
no solo acerca del estado contaminado de nuestros cora-
zones, sino también de cómo nuestros corazones afectan
nuestra relación con Dios. Afirmó que lo que entra en un
hombre desde el exterior no lo contamina porque no va
a su corazón, sino a su estómago (vv. 18-19). Prosiguió:

Lo que sale de la persona es lo que la contami-


na. Porque de adentro, del corazón humano, salen
los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los
robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la
maldad, el engaño, el libertinaje, la envidia, la ca-
lumnia, la arrogancia y la necedad. Todos estos ma-
les vienen de adentro y contaminan a la persona.
vv. 20-23

¡Qué impresionante revelación para Sus discípulos ju-


díos que durante la mayor parte de sus vidas habían se-
guido las leyes estrictas y las tradiciones que decían que la
16 ¡AYUDA! UN AMIGO LUCHA CON LA PORNOGRAFÍA

contaminación provenía de la comida y de otros objetos


que se habían declarado como impuros! Sin embargo, los
relatos del evangelio registran que la enseñanza continua
de Jesús era que el reino de Dios se basa no solo en lo
externo, sino en lo interno; se basa en el corazón.
Nuestros corazones contaminados se reconocen por
las malas acciones que salen de ellos. Imagina que te acer-
cas a un árbol gigante de manzanas para encontrar jugo-
sas manzanas rojas, pero te das cuenta de que la mayor
parte de las manzanas son muy pequeñas y están podri-
das. Habría solo una conclusión posible. Aunque no po-
demos ver las raíces ni el interior del árbol, al ver la clase
de fruto que produce sabemos que el árbol está enfermo.
De manera similar, no podemos ver la contaminación de
nuestros corazones, pero la enseñanza de Jesús muestra
que algo pecaminoso existe en nuestros corazones por el
pecado y por la contaminación que emana de ellos.
En los versículos 21 y 22 Jesús también enumeró los
pecados que salen del corazón contaminado. Hay pecados
de naturaleza sexual (fornicación, adulterio, sensualidad),
pecados que lastiman a otros (robo, asesinato, calumnia) y
pecados que muestran un descarado amor propio (codicia,
orgullo, envidia). Parte de esta lista también se conec-
ta con los Diez Mandamientos (robo, asesinato, adulterio,
codicia). Marcos escribe esta lista para que sus lectores
sientan el peso de la contaminación que brota del cora-
zón del hombre y que lo condena.
El problema: un corazón contaminado 17

Jesús no solo identificó el problema, sino que también


demostró su seriedad:

Todos estos males vienen de adentro y contaminan


a la persona.
v. 23

La solución a esta contaminación no es tan simple


como pasar por una ceremonia para limpiar nuestras ma-
nos (vv. 1-5). No ayuda simplemente abstenerse de comer
cierta comida (v. 19). La situación es mucho más seria por-
que nuestra contaminación está tan arraigada en nuestras
naturalezas que, incluso antes de que le podamos enseñar
al niño más pequeño a hablar o a caminar, ese niño ya
muestra los síntomas de esta condición. Esto es tan serio
que nosotros mismos no podemos dejar de decir pala-
bras hirientes a los que más amamos. Es tan serio que no
podemos evitar desear lo que no podemos tener aunque
ya poseamos mucho. Es tan serio que podemos llegar a
esclavizarnos a un pecado en particular, tal como la por-
nografía, sabiendo todo el tiempo que está mal, que no
satisface y que va a destruirnos. Esta contaminación es
tan seria que somos incapaces de hacer algo en nuestras
propias fuerzas para cambiarla.
La enseñanza de Jesús es clara. Nuestro anhelo por el
engañoso placer y la perversión de la pornografía no se
deben a lo que estamos expuestos, a lo que ingerimos ni
18 ¡AYUDA! UN AMIGO LUCHA CON LA PORNOGRAFÍA

a lo que experimentamos en las circunstancias dañinas


de la vida. El problema es que nuestros corazones están
contaminados y no los podemos arreglar ni podemos re-
parar el daño nosotros mismos. Necesitamos nuevos
corazones. La esperanza de recibir un nuevo corazón
va a ser el tema del capítulo 3. Por ahora, pasemos a las
consecuencias especiales que con frecuencia acompañan
esta lucha destructiva.
2
LAS CONSECUENCIAS:
V IDA S DE S TROZ ADA S

N adie discutiría que el pecado acarrea consecuencias


inevitables. El pecado es, ante todo, contra Dios.
Nuestros corazones contaminados, nuestra enemistad
contra Dios y la eterna separación de Dios, todas estas
son consecuencias por habernos rebelado contra nuestro
Creador. También, el pecado muchas veces se comete en
contra de otras personas. Todos, de una manera u otra,
hemos sentido el aguijón del pecado por sus consecuen-
cias: el dolor físico, las relaciones que dejan una cicatriz
y a veces complejidades legales. Aunque muchas conse-
cuencias dejan un recordatorio doloroso de los efectos
del pecado, pocas consecuencias del pecado hieren tanto
como las que acompañan al pecado sexual que se comete
en contra de los demás. Los matrimonios sufren traicio-
nes, las iglesias son heridas, las familias son destruidas y las
vidas individuales se mantienen en esclavitud, todo debi-
do a la naturaleza destructiva de este pecado en particular.
Estas consecuencias no son nuevas para nuestra épo-
ca. Las consecuencias del pecado sexual a lo largo de
Esperamos que hayas disfrutado
esta pequeña muestra del libro
¡AYUDA! Un amigo lucha con la pornografía.

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