Primer Encuentro Nacional de Estudiantes de Historia

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Primer Encuentro Nacional de Estudiantes de Historia.

Juan Antonio Vázquez Juárez


Héctor Jaime Treviño Villarreal

El Primer Encuentro Nacional de Estudiantes de Historia se efectuó en la Facultad de


Filosofía y Letras de la UANL, en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, durante los días
del 15 al 17 de septiembre de 1977.

La idea de la celebración de este tipo de eventos, surgió con la inquietud de los


estudiantes de la carrera de Licenciatura en Historia, manifestada a través de su
participación en los Congresos de Historia que se habían realizado en el país,
particularmente en el Segundo y Tercer Congreso de la Asociación Mexicana de
Historia Regional (AMEHRAC), tambien llamada Asociación de Historiadores de
Provincia, porque esta organización surgió como respuesta al centralismo de la
historiografía por parte de los clionautas profesionales de la Ciudad de México.

En el segundo congreso, con sede en San Luis Potosí, nació la idea en una reunión
espontánea citada por el estudiante del Colegio de Historia de la Facultad de Filosofía
y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Héctor Jaime Treviño Villarreal,
quien encabezó la disidencia ante el autoritarismo e imposición de los “viejos
historiadores”. Los cuales se negaron la reconocer personalidad a los estudiantes de
Historia, incluso nos tacharon de “historiadores de probeta” e “historiadores en
potencia”, negándoles el voto en las sesiones y limitando al máximo su voz en el
evento, esquema que rompió Treviño Villarreal ante el enojo de los socios de la
AMEHRAC; veían su viejo y obsoleto imperio amenazado por los jóvenes que
emergían con estudios universitarios provistos de las herramientas metodológicas y
con una visión más amplia y diferente a la historia oficial y maniquea todavía en boga.

Reunidos en el jardín de la hermosa Casa de la Cultura de la Ciudad de San Luis


Potosí, hoy Museo Francisco Cossío, se acordó seguir dando la lucha ante la
incomprensión y falta de respeto “de estos señores” y nos concitamos para asistir al
siguiente Congreso, proponiendo Treviño Villarreal la organización del Primer
Encuentro Nacional de Estudiantes de Historia, cabe hacer notar que algunos
compañeros radicales aceptaron la propuesta, pero, otros, temieron represalias y
callaron, dejando correr los acontecimientos.

Fue en el Tercer Congreso de la AMEHRAC celebrado en Monterrey (1976) cuando la


idea fructificó. Allí en la vieja estación ferrocarrilera del Golfo, a unos años de su
rescate y puesta en valor, ahora como Casa de la Cultura, se comprometieron los
estudiantes del Colegio de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la
Universidad Autónoma de Nuevo León a organizar el evento.

La convocatoria a este Primer Encuentro Nacional de Estudiantes de Historia fue


signada por representantes de las Escuelas o Colegios de Historia de las siguientes
Universidades: La Escuela de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Escuela de Historia de la Unidad
Interdisciplinaria de la Universidad Veracruzana, Escuela de Historia del Área de
Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de México y por el Colegio de
Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo
León.

Los convocantes en la invitación asentaron: “Consideramos de vital importancia que


los estudiantes de historia conozcamos y evaluemos los trabajos que estamos
realizando a efecto de lograr un mejor conocimiento de nuestros problemas, a fin de
propugnar las reformas que conduzcan a una mejor comprensión del quehacer del
historiador”.

Las discusiones se ajustarían según la convocatoria al temario siguiente:


I. Temas históricos:
a) Latinoamérica.
b) México.
c) Historia Regional.
II. Problemática y perspectiva de la docencia e investigación históricas:
a) Planes y programas de estudio de las Escuelas o Colegios de Historia.
b) Docencia e investigación.
c) Centros de investigación.

Dentro de los documentos que circularon entre los asistentes destacó el de la


compañera de Nuevo León, Hortencia Camacho Cervantes, titulado “Importancia de la
realización del Primer Encuentro Nacional de Estudiantes de Historia” en el cual
afirmó: “Aun cuando hay un cierto temor en cuanto a que es la primera vez en que se
está realizando un evento de esta categoría, se tiene confianza en que su realización,
si no puede resultar ser un éxito total, sí se debe tomar en cuenta la iniciativa y las
inquietudes que fueron encausándose desde septiembre del año pasado (1976),
inquietudes manifestadas durante la participación al Tercer Encuentro de
Historiadores de Provincia, cuya sede fue esta ciudad”.

Como marco central de la importancia de ese primer encuentro señaló lo siguiente:


“Es claro a la vez que el momento histórico que nos está tocando vivir, es necesario
analizarlo, porque refleja una consecuencia, si así podemos llamarle, de una serie de
hechos pasados encadenados y que en un momento dado, corresponderá escribirlo
en las páginas de la historia”.

Agregó más adelante: “Anotar los hechos en las páginas de la Historia, con análisis,
con interpretaciones y con verdades para defender hasta el último momento el
carácter del conocimiento científico de la Historia”.

La programación y el desarrollo de los trabajos se desglosaron de la siguiente manera:


el día 15 de septiembre de 1977, de 10:00 a 18:00 horas se efectuó la inscripción de los
asistentes al Encuentro en la División de Estudios Superiores de la Facultad de
Filosofía y Letras, sita en aquel entonces en Matamoros 278, poniente; a las 20:00
horas se ofreció un coctel de bienvenida en el local mencionado, ahí comprobamos la
afluencia de compañeros ya presentes y dispuestos a las actividades propiamente
dichas a las que fueron convocados.
El viernes 16 de septiembre de 1977, a las nueve de la mañana fue la ceremonia de
inauguración presidida por el Lic. Juan Ángel Sánchez Palacios, subdirector de la
Facultad de Filosofía y Letras de la UANL, acompañado del licenciado Arturo Delgado
Moya, coordinador del Colegio de Historia, arquitecto Gerardo de León Torres,
representante de la Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Geografía y Estadística, AC.,
licenciado Manuel Aguilar Mora, conferenciante invitado para ese día por la tarde,
licenciado Mario Ítalo Cerutti Pignat, conferenciante del día siguiente y por el profesor
Israel Cavazos Garza, conferenciante de esa mañana.

A nombre de los organizadores, Héctor Jaime Treviño Villarreal dio la bienvenida a los
asistentes, donde vertió palabras destacando la importancia del evento, dijo:
“Creemos y consideramos que es de vital importancia que los estudiantes de Historia
se reúnan, comenten, discutan, analicen y evalúen las labores académicas que se
efectúan en cada una de las Universidades donde se tiene la carrera de Licenciatura en
Historia, hoy estamos haciendo historia reuniéndonos por vez primera los estudiantes
de historia de diversas universidades del país, ojalá que este esfuerzo sea persistente
y que cada año se continúen haciendo estos encuentros”.

A nombre de la administración de nuestra Facultad el Lic. Juan Ángel Sánchez


Palacios dio por inaugurados los trabajos, no sin antes expresar palabras de
congratulación por la celebración de este evento primero en su género,
particularmente dijo: “Por los objetivos que se plantean que indudablemente van a
repercutir… en la elevación del nivel académico de los estudiantes de la Licenciatura
en Historia”.

Posteriormente se procedió a escuchar la conferencia magistral del primer invitado


que como ya se mencionó fue el historiador nuevoleonés Israel Cavazos Garza, quien
disertó sobre “Los archivos y la investigación histórica”; mostró su alegría por el
hecho de que estuviesen “congregados… exclusivamente estudiantes de historia;
habida cuenta de que se trata de una disciplina tan poco favorecida en nuestro
medio”. Recordó en su conferencia a los pioneros en la enseñanza de la Historia, las
personas e instituciones que se preocuparon por el establecimiento de los estudios
históricos, así como a la formación de investigadores.
Sobre las fuentes dijo: “Abundantes y muy ricas son por fortuna en nuestro país las
fuentes para el estudio de la Historia; no obstante la incuria, los estragos de los
fenómenos naturales o los saqueos y migraciones de documento a otros países. El
investigador encuentra vastísimo campo para sus estudios. La microhistoria -enfoque
el más socorrido-, la biografía, la genealogía, los trabajos a nivel escolar, la historia
económica y social, de los estudios triviales y profundos encuentran el material
necesario”.

Aseveró: “Se observa, sin embargo, en términos generales una rara resistencia para
acudir al aprovechamiento de las fuentes”. A continuación ejemplificó aspectos que
desdicen del buen investigador como el elaborar trabajos de investigación en base a
terceros, quienes “por medio de determinada remuneración les recaban la información
necesaria, sin mirar que esta llega a sus manos notoriamente alterada por que fue
vista con otros ojos y con otro criterio”.

Recomendó tener cuidado, absoluta honestidad y ética profesional para el buen


manejo de las fuentes. Con respecto a los archivos habló de ellos a nivel general y
particularizó hacia Nuevo León, en ese entonces dijo: “Nuestros archivos,
lamentablemente, son “el patito feo” de la administración pública, y no ofrecen, por
desventura, un panorama tan halagüeño. Poco a poco se ha ido progresándo, pero no
es mucho lo alcanzado”.

Más adelante, señaló. “El cuadro deprimente ha ido, como hemos dicho, mejorando
cada día, queda sin embargo mucho por hacer”. Refiriéndose a los estudiantes de
historia dijo: “La nueva generación de historiadores de México debe recurrir a los
archivos, estudiar en los archivos, dignificar nuestros archivos”.

Finalizó su intervención diciendo: “Al expresar estos conceptos, quizá


intrascendentes, dada la importancia del momento, estamos convencidos de que ésta
es una asamblea histórica, porque es la primera en su género y porque entraña una
promisoria perspectiva para la investigación histórica en nuestra Patria”. Felicitó a los
organizadores, particularmente a mi entrañable y dinámico discípulo Héctor Jaime
Treviño Villarreal, quien encabezando a un grupo de sus compañeros ha hecho posible
este Encuentro.

En el resto de la mañana se escuchó y se discutió la ponencia presentada por Ana


Portnoy de la Universidad Iberoamericana: “La Comisión Económica Para América
Latina (CEPAL)”. Comprendida dentro del temario respecto a temas históricos:
Latinoamérica.

Planteó cual había sido el origen de la CEPAL, sus principales objetivos, principales
problemas y cual era la opinión de diferentes dirigentes políticos y gobernantes de los
diversos países respecto a esta Comisión.

También de la Universidad Iberoamericana participaron las compañeras Maricela


Fonseca Larios y Margarita María Soberón Mainero, quienes presentaron su ponencia:
“Historia práctica: Una aportación a la didáctica de la Historia” aseveraron que
precisamente no era “una ponencia sobre algún tema histórico, sino tratarían de dar a
conocer el intento que realiza su institución para agilizar y facilitar el estudio de la
Historia”.

Señalaron que la Historia Práctica: “Es un curso que constituye una importante
introducción al mundo de la investigación histórica, la Iberoamericana es la primera
Universidad de México que lo ha incorporado a su plan de estudios para la carrera de
historia”.

Continuaron diciendo que la Historia Práctica consiste en “Visitas a los más


importantes archivos y bibliotecas que puedan ser útiles para la investigación
histórica y humanística en general”.

Finalmente, en su intervención, hicieron un llamado a los estudiantes de Historia de


todo el país para que “visiten las instituciones archivísticas y bibliotecas de su ciudad
o región y se hagan conscientes del estado en que se encuentran”. Pidieron a los
asistentes elaborar “una guía para que en un futuro se llegara a realizar una Guía
Nacional”.
Intervinieron varios compañeros del Colegio de Historia de Nuevo León afirmando que
es práctica común “de nosotros ir al Archivo General del Estado, encabezados por el
maestro de Técnica de la Investigación Histórica, Lic. Mario Pérez Delgado, donde
hemos ayudado a clasificar y catalogar una parte mínima de la extensa mapoteca de
dicho repositorio documental”. Con esto terminaron las actividades matutinas de ese
mañana.

Por la tarde se escuchó al Lic. Manuel Aguilar Mora con su conferencia magistral: “Un
punto de vista sobre la Revolución Mexicana” la dividió en tres grandes apartados:
primero, el problema de la dinámica social política e ideológica que siguieron las
fuerzas motrices de la Revolución Mexicana; segundo, estudio de la fuerza
fundamental de la Revolución Mexicana: el campesinado y tercero, el Estado Mexicano
Actual.

Posterior a esa conferencia se invitó a un receso para asistir a una exposición de


objetos tarahumaras, montada por alumnos de la Licenciatura en Antropología de la
UANL, coordinada por el Maestro Mario Pérez Delgado, quien hizo una exposición
detallada de las costumbres y tradiciones de dicho pueblo originario.

En seguida se pasó a las mesas de trabajo, primero con la ponencia de Alicia


Tecuanhuey Sandoval y Columba Salazar Ibarguen, de la Universidad Autónoma de
Puebla, titulada “Docencia e investigación histórica”; en la introducción manifestaron
que en dicho trabajo: “se intenta hacer una presentación de la situación actual de las
ciencias sociales y en particular de la Historia, en el sistema universitario del país”.

Analizaron la situación concreta de la Universidad de Puebla con el objetivo de


implementar medidas combativas que ayuden a la Historia. Manifiestaron más adelante
que: “Actualmente, el desarrollo de las ciencias sociales y particularmente de la
Historia en nuestro país, al igual que en la mayoría de la América Latina, no han sido
impulsados, pero, ocurre que en las instituciones privadas y en algunas dependientes
del Estado, se realiza algún avance, pero éste sólo es para formar mejores cuadros
que mantengan la estabilidad del sistema, sostenidos por sectores privados,
obstaculizando así el desarrollo científico, ya que el enfoque es sólo orientado para el
beneficio de la élite”.

Señalaron que en los estudios históricos era necesario “contribuir a que se


desarrollen en forma científica, ligados a todas las demás ciencias, para evitar la
dependencia que existe hasta el momento”.

Según las ponentes era manifiesta “La necesidad de que los centros de estudios
superiores impulsen y desarrollen todas sus potencialidades orientadas a la docencia
y la investigación.”

El último apartado de esta ponencia particularizaba sobre la enseñanza y la


investigación histórica en la Universidad Autónoma de Puebla.

De igual manera de la UAP, los compañeros Efrén Zayas Pérez y Rosalva Loreto López
ofrecieron su ponencia “Planes y programas de estudio en la Universidad Autónoma
de Puebla”, donde planteron como objetivo central de su trabajo: “esclarecer el
problema de la formación del futuro historiador, mediante la utilización y aportación de
las herramientas de trabajo necesarias tratará, por su propia práctica, enriquecer los
conocimientos, verificándolos y creándolos con el objeto de asimilar experiencias,
para plantearse la enseñanza y metodología –una nueva forma de ésta- y encontrar las
perspectivas de una metodología científica”.

Asimismo, indicaron la situación en que se encontraba su Colegio, en el terreno


académico y económico, situación similar pasaban todas las Escuelas y Colegios de
Historia del país: penuria económica, docentes impreparados y falta de visión en los
objetivos de los planes de estudio y programas de las materias.

Al día siguiente, sábado 17 de septiembre de 1977, por la mañana, escuchamos los


asistentes al Primer Encuentro Nacional de Estudiantes de Historia, la conferencia
magistral: “Monterrey y el Desarrollo del Capitalismo en el Noreste de México (1860
-1910). Notas sobre las fuentes utilizadas en su Estudio”, a cargo del Lic. Mario Ítalo
Cerutti Pignat, quien dividió su exposición en dos partes: primero hizo la aclaración en
cuanto a la forma y fuentes de trabajo histórico de la Facultad de Filosofía y Letras y
segundo, sintetizó una ponencia presentada en Chihuahua, en julio de 1976, acerca del
desarrollo del capitalismo en el Noreste de México. Prácticamente lo que ahí se
presentó fueron los resultados de sus primeras incursiones en el Archivo General del
Estado de Nuevo León, que en la actualidad han fructificado en profundos trabajos de
Historia Regional que han marcado la pauta para las nuevas generaciones de
historiadores.

Después de esta conferencia y su respectiva sesión de preguntas y respuestas se


continuó con las mesas de trabajo.

Entre los ponentes locales estuvieron José Reséndiz Balderas, José Arturo Valdez y
José Luis Martínez, quienes titularon su ponencia “Una fuente: los libros de notarios
regiomontanos. Un informe de los protocolos más importantes del período 1876-
1890”, trabajo que fue elaborado bajo la guía del maestro del Colegio de Historia de la
Facultad de Filosofía y Letras de la UANL, Lic. Roberto Hernández Elizondo.

Comentaron que a pesar del corto tiempo “en que el Colegio de Historia de la
Universidad Autónoma de Nuevo León ha incursionado en los acervos, las
experiencias obtenidas han permitido ya sentar las bases para la investigación futura”.

Su trabajo tenía la “pretensión de mostrar la vía metodológica de acceso a una fuente


de primordial importancia en la historia económica regional: los libros de notarios
regiomontanos del siglo XIX”, ubicados en los repositorios del Archivo General del
Estado de Nuevo León.

Entre los objetivos de su ponencia estuvieron la de “proporcionar una guía que


contenga la información de las actividades económicas de mayor importancia en el
período comprendido entre 1876 -1890”.

Para la realización de su trabajo manejaron los libros de tres notarios: Tomás


Crescencio Pacheco, Pablo Borrego y F. García del Corral; además, seleccionaron
doce empresarios: Patricio Milmo, Valentín Rivero, Onofre Zambrano y Hermanos,
Carlos Hesselbart, John Lutcliffe, Reynaldo Berardi, Juan Weber, Zambrano Hermanos,
Carlos Holck, Brach Schonfield y Cía, Pedro Maiz y Cía y Jesús González Treviño.

Para terminar los ponentes aseguraron que “este trabajo abre el camino no sólo a los
estudiantes de nuestro Colegio, sino a todo aquél que desee incursionar en el área de
la Historia Económica Regional”.

También en representación del Colegio de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras


de la UANL, participó Alfredo Escobar Salgado, alumno del segundo semestre, quien
presentó un estudio histórico de su ciudad de origen: “Cd. Acuña, Coahuila, cien años
de Historia”.

De la Universidad de Puebla, Jesús Márquez Carrillo presentó su ponencia “Sobre la


investigación social regional de las universidades: el caso de la Historia” entre otros
conceptos, expresó los siguientes: “Cuando logremos conocer verdaderamente la
historia a nivel regional, podremos dar solución a los problemas más candentes que
hoy presenta la formación social mexicana; podemos comprender muchos problemas
sociales de una manera científica que permita dilucidar una táctica correcta para llegar
al fin supremo de la lucha de clases: la toma del poder político”.

Manifestó que su ponencia “no es, ni intenta serlo, un análisis minucioso de los
problemas que enfrenta el historiador cuando pretende realizar sus investigaciones en
lugares bajo control estatal, sino que, partiendo de lo general, intenta resolver
minuciosamente las urgencias más necesarias que a nivel mediato e inmediato se
presenta en la situación actual”.

En las diferentes mesas de trabajo se estudiaron, analizaron y discutieron los planes y


programas de las carreras de Historia de las escuelas participantes y las propuestas
versaron sobre la homogenización de los planes de estudio con el propósito de que si
un alumno deseaba cambiarse de Escuela o Colegio, no batallara en lo
correspondiente a las materias. Se comentó también sobre la carencia de docentes
preparados.
Por la tarde de ese mismo día 17 de septiembre de 1977, concluyeron los trabajos de
este Primer Encuentro Nacional de Estudiantes de Historia en una sesión plenaria
donde se leyeron las conclusiones y, finalmente, se procedió a la entrega de diplomas
a los asistentes, desarrollándose la ceremonia de clausura aproximadamente a las
21:00 horas, en la que estuvieron presentes el Director de la Facultad de Filosofía y
Letras, licenciado Tomás González de Luna, el coordinador del Colegio de Historia
profesor Arturo Delgado Moya y Héctor Jaime Treviño Villarreal, creador, impulsor y
presidente del Comité Organizador de este Primer Encuentro Nacional de Estudiantes
de Historia, quienes otorgaron el apoyo necesario para la realización de este tan
importante evento para los estudiantes de Historia del país.

Este acontecimiento fue la punta de lanza para que continuaran ese tipo de eventos a
lo largo y a lo ancho del país, en las Universidades que cuentan con los estudios de la
carrera de Historia y de otras ciencias afines.

En otro renglón, las reuniones de camaradería estuvieron muy animadas, donde se


charló, discutió y analizó los argumentos de algunos compañeros, ora tranquilos, ora
exhaltados y la convivencia social fue plena y de positivo ambiente.
CONCLUSIONES DEL PRIMER ENCUENTRO NACIONAL DE ESTUDIANTES DE
HISTORIA.

Del 15 al 17 de septiembre de 1977, se efectuó en la Ciudad de Monterrey, N. L. el


Primer Encuentro Nacional de Estudiantes de Historia.

Las conclusiones fueron:

Consideramos que en principio se ha cubierto el objetivo fundamental del Primer


Encuentro Nacional de Estudiantes de Historia: el intercambio de experiencias, el
conocimiento y cuestionamiento de los problemas existentes en los diversos centros
de estudios, por lo tanto se hacen las siguientes consideraciones generales:

1ª.- Existen carencias en cuanto a la formación teórica-metodológica como


investigador y docente que debe ser el Historiador. Por lo tanto consideramos que la
formación del Historiador debe ser integral en este aspecto.

2ª.- Se vieron –y esto fue una experiencia del encuentro- las ventajas del análisis
crítico.

3ª.- Durante la sesión sobre las ponencias de planes y programas de la carrera de


Licenciatura en Historia, propuestas sobre todo de los compañeros de la Universidad
de Puebla se trataron los siguientes puntos:
A.- Surgieron objeciones en torno a los criterios acerca del ordenamiento de las
materias del plan de estudios, con respecto a si el criterio era demasiado
eurocentrista.

B.- Para hacer un planteamiento de un programa de una carrera de Licenciatura en


Historia, era necesario considerar el contexto socioeconómico global a fin de evitar
caer en un plan meramente reproductor de la ideología dominante, es decir acerca del
papel que debe jugar la Universidad, principalmente en las Ciencias Sociales, en torno
a la estructura social vigente.

Al analizar dicho plan de estudios se comentó que dentro del mismo no se explicita en
que sentido se daba una ruptura entre el sistema tradicional y la novedad de la
propuesta, ya que implica distintas concepciones acerca de lo que es la Historia.

La Universidad de Michoacán propuso finalmente, ya fuera de discusión lo siguiente:


Considerando que los problemas presentados por la Universidad Autónoma de
Puebla, son inherentes casi en lo medular, a todos los demás Colegios de Historia, se
propone en este Primer Encuentro Nacional de Estudiantes de Historia que nos
pronunciemos por la unificación de criterios a nivel nacional de determinadas materias
o créditos, respetando las propias en cada región de las escuelas.

4ª.- Se sugirió la conveniencia de que se inicie la investigación desde el primer ciclo y


se aceptó la necesidad del trabajo interdisciplinario y en equipo.

5ª.- Se planteó la importancia del intercambio constante y periódico entre los


estudiantes de la carrera de Licenciatura en Historia de todas las universidades y a
propuesta del compañero Héctor Jaime Treviño Villarreal, presidente del Comité
Organizador e impulsor principal del Primer Encuentro Nacional de Estudiantes de
Histotia, se aprobó la realización de encuentros anuales de estudiantes de Historia.
6ª.- Nos pronunciamos porque se propugne por una conciencia social con respecto a
la importancia que tienen las fuentes testimoniales, en particular los archivos y
bibliotecas para el quehacer del científico social y en particular del historiador.

7ª.- Que se impulse la superación y preparación del personal académico de nuestras


universidades, ya que sus limitaciones repercuten directamente en la preparación de
los estudiantes.

Monterrey, N. L. a 17 de septiembre de 1977.

Los representantes alumnos de las escuelas de Licenciatura en Historia de la


Universidad Autónoma de Puebla, Universidad de Veracruz, Universidad Michoacana
de San Nicolás, Universidad Iberoamericana, Universidad Nacional Autónoma de
México y Universidad Autónoma de Nuevo León.

Presidente del Comité Organizador del Primer Encuentro Nacional de Estudiantes de


Historia.

Héctor Jaime Treviño Villarreal

Colaboradores: Margarita Álvarez Torres, Rosalba Sánchez Ledezma, Magdalena


Martínez, Meynardo Vázquez Esquivel, Juan Alberto Cedillo, Juan Antonio Vázquez
Juárez, Hermilo Cisneros Estrada, Javier Rojas Sandoval.

Manuel Aguilar Mora.


Nació en Chihuahua, Chih. (6 de octubre, 1938). Sus estudios de primaria los realizó
los dos primeros años en la escuela del Parque Lerdo en la ciudad de Chihuahua y los
siguientes en varias escuelas de la Ciudad de México. Cursó secundaria en el Colegio
San José Insurgentes y la preparatoria en el Centro Universitario México. Estudió la
licenciatura en ingeniería en la Facultad de Ingeniería en 1957-1958 y a partir de 1959 la
licenciatura en ciencia política y administración pública en la Facultad de Ciencias
Políticas y Sociales de la UNAM.

Participó en el Movimiento Estudiantil-Popular de 1968 como miembro del Comité de


Lucha de la Facultad de Filosofía y Letras. Ha sido profesor de la UNAM, de la Escuela
Nacional de Antropología e Historia, de la Universidad Autónoma de Chapingo y
actualmente es profesor-investigador de la Universidad Autónoma de la Ciudad de
México.
Se inició como militante trotskista en 1959 como fundador de la Liga Obrera Marxista.
Cofundador y miembro de la dirección del Partido Revolucionario de las y los
Trabajadores (1976-1996) y después de la Liga de Unidad Socialista a partir de 1996.
Como miembro del Secretariado Unificado de la Cuarta Internacional de 1978 a 1981
viajó a varios países de América Latina.

Ha participado en numerosos coloquios, seminarios y conferencias de carácter


socialista y académico nacionales e internacionales. En reconocimiento a su
contribución a los estudios históricos recibió un homenaje de la Academia de Historia
del Departamento de Sociología del Centro de Ciencias Sociales y Humanidades de la
Universidad de Guadalajara en octubre de 2013, participó en el Coloquio de la
Izquierda Mexicana, Trazos y Perspectivas realizado en la Ciudad de México en
septiembre de 2015 y fue invitado al Festival Internacional Cervantino de Guanajuato
de 2017 a dictar una conferencia sobre la Revolución rusa.

Ha ejercido el periodismo como director y colaborador de diversas publicaciones


nacionales militantes como El obrero militante (1961-1965), Perspectiva Mundial (1965-
1968), La Internacional (1969-1972), Bandera Roja (1972-1976), Bandera Socialista,
(1976-1996) y La Batalla (1982-1996) e internacionales World Outlook-Intercontinental
Press (Nueva York, 1963-1982), Inprecor (Bruselas-París, 1975-1985).

Colabora en los blog Correspondencia de Prensa (a partir de 2000), en Sin Permiso (a


partir de 2010) y Rebelión (2010). Publicó una columna semanal (sin título) en el diario
unomásuno de 1982 a 1989. Ha sido traductor de Ernest Mandel (El capitalismo tardío)
y de George Novack (Cinco siglos de revoluciones. Dos eras de de revoluciones
sociales). Coautor de Interpretaciones de la revolución mexicana (1979), La Revolución
mexicana contra el PRI (1991) y La noche de Iguala y el despertar de México (2015).

Autor de ensayos y prólogos y de los libros siguientes La crisis de la izquierda en


México. Orígenes y desarrollo (1971), El bonapartismo mexicano (2 t. 1982), Crisis y
esperanza. México más allá de 1984 (1984), Huellas del porvenir 1968-1988 (1988) y El
escándalo del estado. Una teoría del poder político en México (2000)
Fuente. - http://www.prt.org.mx/node/523

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