Relaccciones Personalesgg
Relaccciones Personalesgg
Relaccciones Personalesgg
Relaciones interpersonales.
Generalidades
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Índice
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Objetivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
6. Estilos de relación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
7. Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
Resumen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72
Actividades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
Ejercicios de autoevaluación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
Glosario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76
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Introducción
Objetivos
– Lenguaje
– La comunicación verbal.
– La comunicación no verbal.
Más allá de que el vivir en grupo sea una ventaja evolutiva, el hombre
como individuo necesita desde el principio de las relaciones interpersona-
les. La mayoría de las alegrías y de las penas de los humanos provienen de
sus relaciones interpersonales. Aún desde un punto de vista negativo, en
que las relaciones no sean más que fuente de malestar y sufrimiento, la
necesidad de relacionarse se ha demostrado como una de las necesidades
básicas del hombre y las relaciones una vía importante de recobrar el bie-
nestar. Por lo tanto, vivir en grupo y relacionarse con los semejantes no es
solo ventajoso, sino que es necesario.
– Necesidades afectivas:
– Necesidad de intimidad.
Un niño pequeño satisface las necesidades de contacto físico con las cari-
cias y abrazos de sus padres y familiares. Si no se trata de familias especia-
les, es raro que el niño tenga carencia de las mismas. Si los profesionales
de la salud observásemos situaciones de carencia convendría intervenir,
puesto que se trata de un alimento tan importante para el bebé como la
leche.
Harlow realizó una investigación muy curiosa con monos. Separaba crías de mono de
Harlow, H.; Lebovici, S.;
sus madres y las encerraba en una jaula con un mono de metal que les alimentaba a tra-
Bowlby, J.; Spitz, R.; Zazzo, R.
vés de un biberón. En una jaula contigua ponían un muñeco de trapo con forma de La vinculación.
mono. Las crías preferían estar abrazados al mono de trapo. Las crías que no disponían Marfil. Alicante 1977.
de la madre de trapo se deprimían y eran más frías y asustadizas en las relaciones poste-
riores. Quedó demostrado que el contacto físico era una necesidad básica.
Los niños precoces son un caso especial. Por la inmadurez, no son capaces de responder
a los estímulos que se les proporciona, lo que desmoraliza a los padres para interactuar
con ellos. Los profesionales de la salud estaremos atentos y animaremos a los padres a
que sigan interactuando con el bebé. Son momentos decisivos.
En el postparto algunas mujeres tienen depresión postparto. Esas madres no suelen tener
ganas de estar con el bebé. Conviene implicar de alguna manera a todos los familiares.
Nuestra función será la de educar a los familiares.
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Un anciano viudo estaba ingresado en el hospital. No tenía ni hijos ni nietos. Sólo tenía
dos hermanas y unos sobrinos. Le visitaban a menudo, pero como sucede en muchas
casas de aquí, la afectividad no se expresaba por medio del contacto físico. El abuelo
estaba triste. Nadie le había tocado ni acariciado hacía mucho tiempo. Los sobrinos no
podían sospechar que aquel tío tan tosco, pudiera necesitar algo así. Tampoco se perca-
taban de que ser tocados es una necesidad fundamental de todas las personas. Al pre-
guntarles si ellos requerían del contacto físico, respondieron que no. No se percataban
que ellos las tenían cubiertas en la pareja y con los hijos. Como sucede a menudo, no
nos damos cuenta de qué importantes son algunas cosas, hasta que nos faltan.
Todos necesitamos del contacto físico, sobre todo cuando sufrimos inde-
fensión. Esa es una sensación muy habitual en niños, ancianos y en los
enfermos. En nuestra sociedad actual es frecuente ver en esa situación a
ancianos y a adultos aislados.
Primero tienen una relación muy íntima con la madre, y o con el cuida-
dor principal. Esta primera relación es una de las más importantes de
nuestra vida. Puesto que se trata de la primera relación, modela al niño.
Le enseña una forma de relación, un estilo de relación. Los teóricos del
apego han llamado apego a esta primera unión. Esa primera relación
íntima da seguridad al niño. Cada vez que tiene miedo se acerca y agarra a
esa persona. Cuando está con ella se siente seguro y se lanza a explorar “el
mundo”. Con miedo no es posible explorar “el mundo” ni establecer nue-
vas relaciones.
En las ciudades cada vez hay más gente sola, sin apenas relaciones ínti-
mas. Por lo visto, las ciudades se inventaron para no tener miedo y estar
acompañados, y hoy día cada vez hay más gente asustada y sola en las
ciudades.
Se ha observado que las personas con menor apoyo social tienen más
enfermedades mentales.
Algunos enfermos tienen una escasa red social. Viven casi aislados, y no
pertenecen a ningún grupo. Cuando enferman, tienen escaso apoyo y
evolucionan peor. Suelen recibir ayuda de los servicios sociales. Los profe-
sionales de la salud podemos dirigir al enfermo a los servicios sociales de
la comunidad.
Hay que señalar que el bebé no está capacitado cognitivamente para reco-
nocer al cuidador principal hasta los seis meses. Mientras que se le satisfa-
gan adecuadamente las necesidades, el niño no tiene preferencias para
unas u otras personas. Sin embargo conviene que siempre sean las mismas
personas: a los niños las rutinas leas vienen muy bien Los cuidados pro-
porcionados por diferentes personas, son distintos.
– A partir de ahí, las relaciones que establecerá en el hogar serán del tipo
que se establecen en esa familia, con todas sus características. Intentará
satisfacer a las expectativas de sus padres. Hasta cierto punto, hará lo
que se espera de él.
forma de ser (por sentirnos más cómodos, por ser conocido). Por eso es
difícil el cambio. Para cambiar, tendremos que establecer relaciones que
no refuercen nuestra personalidad. Entonces, esas nuevas relaciones, pro-
ducirán un cambio en nuestra personalidad.
Primeras relaciones
PERSONALIDAD
compulsión
a la repetición
RELACIONES
– Complementariedad de caracteres.
– Cercanía física.
Por lo tanto, nuestra personalidad está determinada por las relaciones que
hemos mantenido, y solo puede cambiarse en las relaciones. A continua-
ción vamos a describir unas teorías evolutivas que estarían conforme con
este principio.
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En el cuadro se muestra las etapas evolutivas descritas por Erickson. Son Erikson, E. H.
El ciclo de la vida completado.
etapas del desarrollo psicosocial del ego. Las diversas etapas constituyen Paidós. Buenos Aires 1989.
Por otro lado, el bebé cuyas necesidades no han sido atendidas debida-
mente, desarrollará un sentimiento de inseguridad en sí mismo y en el
mundo que le rodea y tenderá a ser desconfiado. Este sentimiento de
seguridad básico tiene su origen en lo vivenciado ese primer año de vida
y está directamente relacionado con los cuidados que ha recibido el bebé.
¿Cómo tienen que ser los cuidados para desarrollar la confianza básica?
– Regulares.
– Han de satisfacer las necesidades cuanto antes.
– Han de aliviar la incomodidad del bebé cuanto antes.
– Es irregular.
– No es adecuado.
– También cuando se rechaza al bebé.
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“Al igual que el niño quemado teme el fuego, los niños emocionalmente quemados elu-
den el dolor del interés emocional. Había confiado en su madre, pero ahora no confiaba
en nadie. Unicamente años de atención y paciencia abnegadas podían deshacer ahora el
daño que había sido causado al sentimiento de confianza de este niño.”
Una persona puede desarrollar confianza básica los dos primeros años de
su vida. En un accidente pierde a sus padres y lo adoptan unos padres
adoptivos con los que pierde esa confianza básica. A pesar de que una per-
sona desarrolle esta característica, la puede perder por circunstancias de la
vida.
decir que no podamos tener dudas. Es muy común dudar. Sin embargo,
otra cosa es dudar con todo y que la duda inmovilice. En casos así, el pro-
fesional requerirá ayuda.
Hay que señalar no obstante, que las profesiones de la salud son profesio-
nes con mucha incertidumbre. Por ejemplo, no es posible saber cómo
evolucionará un enfermo. Por eso, una característica que nos convendría
desarrollar a los profesionales de la salud, es aprender a convivir con la
incertidumbre.
Otra cosa que nos vendría bien a los profesionales de la salud es el apren-
der a tolerar la frustración. Es habitual que los estudiantes de profesiones
sanitarias sea alumnos exitosos. Acceden los alumnos con mejores notas.
La mayoría están acostumbrados a lograr lo que se proponen. No están
acostumbrados a tolerar la frustración. Sin embargo, sabemos que en las
profesiones sanitarias, la frustración es “el pan nuestro de cada día”. Las
cosas no salen casi nunca como nos gustaría.
En un trabajo realizado con estudiantes de enfermería pudimos ver que los alumnos
tenían poca tolerancia a la frustración. La mayoría son alumnos exitosos , con poca
experiencia de frustración.
Hay que dejar jugar al niño. Le conviene que tomemos muy en serio sus
cosas: juegos, fantasías, preguntas. Hacerle sentir que su mundo es intere-
sante.
Como en etapas anteriores las cosas pueden cambiar. Se puede perder una
iniciativa desarrollada, y se puede desarrollar una iniciativa que nunca se
tuvo.
lo que quiere. Tiene que hacer las relaciones que le interesan. Entonces
desarrollará la iniciativa. ¿Cómo se desarrolla la iniciativa? Iniciando.
Tal vez estemos en una pequeña trampa. Tal vez en su día, nuestro
mundo no fue interesante para nuestros familiares. Ahora, para ser acep-
tados ayudamos a los demás. Aún así, no consta en el contrato que los
enfermos tengan que agradecernos nada ni tengan que re c o n o c e rn o s
nada. A menudo las cosas no evolucionan como le gustaría al paciente y
nos quedamos sin agradecimiento.
¿Imaginas lo que sucederá con el niño que venía mal preparado desde las
etapas anteriores? Los padres no han tenido en cuenta sus necesidades.
Desarrolló desconfianza, luego duda y después culpa. Para sus padres era
molesto lo que hacía, no le permitían hacer nada y le hacían sentirse cul-
pable por lo que hacía. Ha explorado menos y ha desarrollado menos sus
habilidades. Además los padres es posible que le rechacen “porque todo
lo hace mal”. En la calle se confirma lo de casa. Paralizado por la duda,
bloqueado por la culpa, y con las habilidades infradesarrolladas ha apren-
dido que no vale y en la calle los pares le confirman eso mismo y él lo
comprueba.
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El niño que ha venido por el “buen camino” está más preparado para
afrontar este reto. Ha desarrollado la confianza básica, el sentimiento de
autonomía, la iniciativa, la inventiva y tiene la suerte de tener como com-
pañeros de viaje a esos padres que han sabido atender sus necesidades.
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CONFIANZA
AUTONOMIA
INICIATIVA
INDUSTRIA
IDENTIDAD
Para los que no están preparados es un reto muy duro. Los primeros bro-
tes de la esquizofrenia se presentan a estas edades. Las personas con gran-
des dudas, culpa o con sentimiento de inferioridad, tendrán dificultades
para decidirse. Tomarán diferentes caminos:
Intimidad, no sólo con la pareja, sino también con amigos. Entrega y cui-
dado sin temor a perder su personalidad.
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Para afrontar este nuevo reto, sobra decir que es decisivo el camino que se
ha traído. Será más fácil para el que tiene confianza básica, autonomía,
iniciativa, inventiva y ha definido su identidad. Será más difícil para el
que ha desarrollado desconfianza, o duda, o culpa o inferioridad o no ha
definido su identidad. Cada día parece que cuesta más establecer relacio-
nes íntimas. Cada día hay más gente sola. ¿Habrá miedo a la intimidad?
El enfermo aislado tendrá las necesidades afectivas sin cubrir. Eso reper-
cute la salud física y mental. Además, será más complicada la recupera-
ción. No es nuestra labor satisfacer sus necesidades afectivas. Tienen un
problema y tendrán que solucionarlo. La vida pasa y el tiempo también.
Aún estamos a tiempo de cambiar. Lo mejor es aconsejarle una psicotera-
pia. Sin embargo este tipo de enfermo no acepta nada bien este tipo de
consejo. Ha pasado demasiados años intentando disimular.
Que una persona no tenga pareja, no quiere decir que se encuentre ais-
lada. El aislamiento tiene que ver con el déficit de intimidad. Con la inca-
pacidad de establecer relaciones íntimas.
Obvia decir, que una vez más, el camino traído será decisivo. La generati-
vidad produce felicidad, el estancamiento no.
A estas edades, una vez cubiertas las necesidades básicas, se crea para los
demás a cambio de nada. No es la entrega del adolescente, realizada a
cambio de reconocimiento.
Maslow defendía que la conducta está motivada por las necesidades. Que
las necesidades están jerarquizadas y que las necesidades de un nivel supe-
rior no nos motivan a no ser que estén cubiertas las de los niveles inferio-
res. Esta es la pirámide descrita por él.
ABRAHAM MASLOW
1-4-1908 New York (USA)
8-6-1970 California (USA)
http://www.maslow.com/
index.html
Maslow, A. H.
Motivación y personalidad.
Díaz Santos. Madrid 1991.
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Auto-
realización
Autoestima
Aceptación
Seguridad
Necesidades fisiológicas
Sin embargo, cada vez hay más viejos como enfermos. Como profesiona-
les de la salud, procuraremos ayudarles a desarrollar ese sentimiento de
integridad. Es imposible cambiar la vida y la personalidad del anciano. No
sería poco lograr un cierto sentimiento de integridad. A veces, resultará
muy difícil. Le vendrá bien pensar que ha hecho todo lo que podía, a
pesar de que a estas alturas piense que debería de haber hecho otra cosa.
© Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea 39 1. Relaciones interpersonales. Generalidades
Como educadores para la salud, nos corresponde educar para una vejez
saludable. Desde este punto de vista que hemos trabajado, parece claro
que esa educación comienza en la cuna. Es imprescindible para ello, ir
satisfaciendo las necesidades que se presentan en cada momento del desa-
rrollo evolutivo.
El etólogo Lorenz investigó con gansos. Cuando nacían los pollos, él era el único que se
movía por allí y los pollos le seguían. Desde ese momento le seguían a él y en cuanto
tenían miedo, se arrimaban a él.
¿Por qué sufre tanto el niño con la separación? Porque no entiende aún la
reversibilidad. No concibe que lo que se va pueda volver. Vive demasiado
atado al presente. Por eso, si se marcha el que le tranquiliza, se pone muy
nervioso.
Es preferible que el niño desarrolle apego hacia más de una persona. Así,
no sufrirá tanto con la separación.
No obstante, los niños que más sufren con la separación son los que han
desarrollado un estilo de apego inseguro.
– Apego seguro.
– Apego inseguro:
– Ansioso-ambivalente.
– Evitativo.
Los niños que han desarrollado apego seguro, tienen confianza básica.
Tienen confianza hacia la madre, y se sienten seguros cuando ella está.
Ponen en marcha conductas de exploración y conocen el entorno. Se
arreglan muy bien con la madre en lugares desconocidos. Si la madre
desaparece o se pierde, se atemorizan y lloran desconsoladamente. Al vol-
ver la madre, se acentúan las conductas de apego. Se tranquilizan y ale-
gran, y en breve vuelven a explorar el entorno.
Desde este punto de vista, esas primeras relaciones son muy importantes,
porque:
Ser asertivo, respetando a los demás, pero defendiendo los intereses per-
sonales, exponiendo claramente lo que se piensa y se siente, lo hemos
aprendido en casa o no.
– Autenticidad.
– Saber escuchar.
– Empatizar.
– Aceptación incondicional.
– Comunicación eficaz.
– Asertividad.
Las hemos aprendido o no. Primero en casa y luego fuera. En fín, esas
habilidades se han desarrollado o no. Si no las hemos desarrollado, como
profesionales de la salud nos conviene desarrollarlas.
– Observación
– Fijación en la memoria
– Realización.
– Nos ha emocionado.
– Si nos resulta atractivo
– Si es prestigioso o competente.
– Si nos identificamos.
© Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea 45 1. Relaciones interpersonales. Generalidades
Una conducta aprendida puede llegar a realizarse o no. Eso depende de:
– La motivación.
– Memoria.
– Percepción.
– Pensamiento.
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Memoria
largo plazo
Iraupen handiko oroimena
Memoria
Oroimen
sensorial
sensoriala
Iraupen laburreko
Memoria
oroimena
corto plazo
– Pensamiento espontáneo.
– Pensamiento dirigido.
FUNCIONAMIENTO
COGNITIVO
VIDA
AFECTIVA
En las terapias de pareja es muy frecuente que cada uno cuente un mismo suceso de for-
mas muy diferentes. En las relaciones, un acontecimiento es vivido y guardado de forma
diferente por las dos personas.
Con el enfermo nos daremos cuenta que los dos no recordamos lo mismo sobre algo
sucedido en reuniones anteriores. Los dos no hemos puesto la misma atención, no lo
hemos percibido igual y no lo hemos registrado igual. Entonces, ¿Cómo lo vamos a
recordar igual?
No es raro que el enfermo esté triste. Cuando estamos tristes, rememoramos cosas tris-
tes, lo que mantiene nuestra tristeza. Suele costar que el enfermo salga de esa situación.
Lo mejor suele ser distraerse. El entretenerse con una actividad agradable puede traer
otro tipo de recuerdos más alegres a la cabeza. Lo peor suele ser que el paciente pasa
horas aburrido, pensando en su enfermedad y con la conciencia llena de recuerdos tris-
tes y terribles. No suele ser agradable para el profesional de la salud. Apetece poco estar
con una persona que está triste. La tristeza también se contagia. Si después de mucha
dedicación conseguimos que se alegre un poco, es posible que al día siguiente se encuen-
tre igual de triste que antes. Es frustrante. Tal vez lo que más nos conviene es ir acos-
tumbrándonos a que el enfermo estará triste. Por un lado, lo normal es que el enfermo
esté triste por lo que le sucede. Lo anormal sería no estar triste. No obstante, el enfermo
necesita desahogarse, y una de nuestras funciones será escucharle y apoyarle.
TRISTEZA
RECUERDOS
TRISTES
DISFUNCIONES SIGNOS
sentidos
SENSACIÓN
Deseos
Personalidad Estado afectivo
PERCEPCIÓN
(SÍNTOMA)
No podemos olvidar que el dolor y síntomas parecidos son percepciones. Nos cuesta
mucho entender como dos personas con lesiones parecidas pueden tener un sufrimiento
tan diferente. Los que sufren mucho a veces nos desconciertan porque el grado de sufri-
miento no parece corresponderse con la lesión que tienen.
Cuando conocemos poco una realidad, nos manejamos con unos pocos
estereotipos. A medida que vamos conociendo más esa realidad, se desa-
rrolla un auténtico conocimiento, y se abandonan los estereotipos.
Los profesionales de la salud tenemos que estar alerta con esos procesos.
No es raro encontrar enfermos con pensamiento mágico sobre la enfermedad. Creen que
han enfermado por cosas que ha realizado mal o por deseo divino, y que curarán por los
mismos fenómenos. Es entendible que piensen cosas así, porque no conocen las enfer-
medades. Sería demasiado esperar de ellos un pensamiento lógico en cuanto a las enfer-
medades se refiere. Procuraremos explicarles lo que sucede lo más asequible posible. No
obstante, a menudo, no entenderán bien. A menudo, tendremos que repetir más de lo
que nos gustaría lo mismo. Paciencia.
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Así como percibimos objetos, percibimos también personas y situaciones Zupiria, X. Sensopercepción.
sociales. Y como no, nos percibimos a nosotros mismos como personas y Tazón P. Eta lag. Ciencias
psicosociales.
a nosotros mismos interactuando con los demás. Masson, Barcelona 1996.
6. Kap.: 77-94.
Al percibir a los otros hay que tener en cuenta si se trata de una persona
desconocida o de una persona conocida.
En los primeros contactos, nos fijamos sobre todo en atributos con salien-
cia perceptual (llamativos). Son rasgos con saliencia perceptual:
Es cierto que cuando convivimos durante largo tiempo con las personas,
esas primeras impresiones dejan lugar a impresiones mucho más ricas y
complejas. Cuando conocemos bien a una persona tenemos mucha infor-
mación acerca de la misma.
Rasgos llamativos
Teorias implícitas de la personalidad
Primera impresión
(Fenómeno de la profecía autocumplida)
La atribución causal consiste en atribuir causalidad. Pensar que algo ha Zupiria, X. Pensamiento e
sucedido por una causa. Para el hombre es muy importante conocer la inteligencia. Tazón P. Eta lag.
Ciencias psicosociales. Masson,
causa de los acontecimientos. Eso le produce una ilusión de control que le Barcelona 1996. 8. ikasgaia:
115-130.
tranquiliza. Si sé porque sucede algo puedo prevenirlo o evitarlo, cuanto
menos atenuarlo.
Parece ser que lo que más nos interesa al hacer atribuciones de la con-
ducta de otros es el atribuir intencionalidad.
El hombre hace las atribuciones a diario sin tener en cuenta los factores
que puedan explicar una conducta, basándose en esquemas causales muy
simples. Por ejemplo, el éxito depende del esfuerzo y de la capacidad, de
tal forma que a más capacidad menos esfuerzo y a más esfuerzo menos
capacidad. El paciente pensará que el profesional o no sabe o no se
esfuerza.
esfuerzo
habilidad
– Teoría homeostática.
– Teoría incentivadora.
Entonces, ¿Por qué bebo alcohol si no tengo sed? El alcohol es una sus-
tancia con efectos agradables (para algunos) en el SNC. La experiencia
agradable me invita a volver a realizar esa conducta. Por lo tanto, detrás
de toda conducta no habría necesidad, sino búsqueda de placer.
DESEO
EXPECTATIVA TEMOR
Cuando decidimos hacer una carrera hay un largo camino y duro. Aún así
hay una gran ilusión por hacer algo que desconocemos. ¿De donde saca-
mos la fuerza?. La motivación de estudiar una carrera es generalmente
secundaria (pocos alumnos disfrutan de estudiar en sí mismo). ¿Cómo
podemos desear algo que desconocemos? Porque lo imaginamos. Lo que
imaginamos es lo que creemos que nos va a dar esa profesión, algo que
deseamos (bien por carecerlo o por desearlo mucho).
Los deseos y expectativas que tenemos son muy legítimos. Tenemos abso-
luto derecho a desear lo que deseemos. Sin embargo, es posible que ello
repercuta negativamente en la satisfacción y en nuestras relaciones profe-
sionales. Necesitamos conocer nuestros deseos. ¿Qué espero de esta profe-
sión? ¿Qué espero recibir? ¿Puedo esperar eso?
Imaginemos que una persona decide estudiar enfermería con la idea cons-
ciente de ayudar a los demás. Debería de hacerse unas preguntas:
Imaginemos que busco en las relaciones ser tenido en cuenta. Si entablamos relación
con una persona “narcisisista” que pasa el día fijándose en sí mismo, no nos tendrá en
cuenta.
Imaginemos que busco el ser cuidado y depender de la otra persona. Si entablo relación
con una persona muy dependiente, en lugar de ser cuidado, tal vez lo que acabaré es cui-
dando de él.
Al comenzar una relación, cada uno va con sus expectativas. Algunas son
manifiestas, pero otras no. Por eso cuando empezamos una relación tene-
mos expectativas y temores. Sino tendríamos certeza. Expectativas de que
se cumplirá lo que deseamos y temores de que no se va a cumplir.
FRUSTRACIÓN TRISTEZA
IRA DEPRESIÓN
– Intimas.
– Superficiales.
Relación superficial
Profesional de la salud-enfermo
Relación íntima
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– Identidad social.
– Identidad humana.
¿Por qué está más extendida en las profesiones sanitarias la relación social
que la personal? ¿Tal vez hay temor? ¿Serán defensas?
Relación social
Relación personal
Profesional de la salud-enfermo
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– Pasión
– Compromiso
– Intimidad.
pasión
AMOR PASIONAL
AMOR PLENO
Algunos estilos de relación son más saludables que otros. El más saludable
es el estilo asertivo. En las profesiones de la salud no es solo mejor, es muy
conveniente.
– Estilo agresivo.
– Estilo manipulador.
– Estilo pasivo.
– Estilo asertivo.
– Si manifiesta la discrepancia.
En un lado están los que saben mostrar disconformidad y saben decir que
no. Son el estilo agresivo y asertivo.
En otro grupo están los que no saben decir que no, los que no saben
manifestar disconformidad, los que no saben manifestar sus pensamien-
tos, sentimientos y prioridades con claridad.
Tendremos enfermos de todo tipo. Nos arreglaremos mejor con unos esti-
los que con otros. Aprenderemos más de los que no nos arreglamos.
– Autenticidad.
– Comunicación eficaz.
– Saber escuchar.
– Capacidad de empatizar.
– Aceptación incondicional.
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7. Conclusión
Queda claro que las relaciones son una necesidad. Satisfacer esa necesidad
con los enfermos en la relación enfermo-profesional de la salud, no es
adecuado. Por eso es necesario que desarrollemos el autoconocimiento. Es
fundamental que detectemos nuestras necesidades y deseos. Las expecta-
tivas y temores que tenemos respecto a la profesión nos dan información
valiosa sobre las mismas.
Resumen
Procesos
cognitivos Emociones
Deseo
RELACIONES
Personalidad
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Actividades
– Teniendo en cuenta la teoría del apego, ¿qué tipo de apego crees que
desarrollaste? ¿Cómo actúas en pareja? Explica las respuestas.
– ¿Qué carrera estás aprendiendo? ¿Por qué has elegido esa carrera? ¿Qué
expectativas tienes de tu profesión? ¿Qué te da miedo de tu profesión?
¿Que deseos crees que hay detrás?
Ejercicios de autoevaluación
Glosario
Apego: Unión íntima que surge entre dos personas. Unión íntima que
desarrolla el bebé a partir de los seis meses con sus cuidadores
principales.
Bibliografía
Bibliografía básica
ORTIZ, M. J.; YARNOZ , S. Teoría del apego y relaciones afectivas. UPV, Bilbo
1993.
Bibliografía complementaria
HARLOW, H.; LEBOVICI , S.; BOWWLBY, J.; SPITZ, R.; ZAZZO, R. La vinculación.
Marfil, Alicante 1977.
SPITZ, R. El primer año de vida del niño: génesis de las primeras relaciones obje -
tales. Aguilar, Madrid 1966.