11 ORBE COVID-19 y Crisis Economica Global
11 ORBE COVID-19 y Crisis Economica Global
11 ORBE COVID-19 y Crisis Economica Global
La pandemia de COVID-19 y la
crisis económica global
1
No escribimos poesía.
No escribimos estadística.
Decimos lo que vemos y sentimos.
Y si eso molesta, entonces, disculpen que existamos.
Ollantay Itzamná
(Susurros del silencio)
2
Tabla de contenido
Dedicatoria ................................................................................................................................................... 4
Prólogo ......................................................................................................................................................... 5
Introducción. ................................................................................................................................................ 6
Capítulo I .................................................................................................................................................... 12
La pandemia de COVID-19 y sus efectos económicos y sociales. ............................................................. 12
El origen de COVID-19 y su crecimiento exponencial ....................................................................... 12
Las consecuencias sociales de COVID-19 .......................................................................................... 24
Capítulo II ................................................................................................................................................... 38
La crisis de la economía en Occidente y el ascenso de China. .................................................................. 38
Las teorías económicas sobre la crisis ............................................................................................... 38
La crisis, un fenómeno recurrente en el desarrollo de la economía mundial. ................................. 42
El declive económico de Occidente y el ascenso económico de China ............................................ 47
La hegemonía del dólar en el sistema monetario y financiero internacional.................................. 55
La financiarización de la economía y los nuevos patrones de generación de riqueza .................... 59
Capítulo III .................................................................................................................................................. 74
La nueva política monetaria y la prolongada recesión de la economía mundial. ................................... 74
La flexibilización monetaria y la leve recuperación de las economías centrales ............................. 75
La epidemia global de la deuda ......................................................................................................... 79
Capítulo IV. ............................................................................................................................................... 100
Hacia una nueva gran depresión de la economía mundial..................................................................... 100
La drástica caída de la producción y de la actividad económica mundial ...................................... 101
El aumento del desempleo y ¿el fin de la ocupación? .................................................................... 107
El deterioro agudo y duradero del ingreso agregado ..................................................................... 114
Pérdidas masivas de riqueza acumulada a largo plazo................................................................... 130
Capítulo V. ................................................................................................................................................ 145
Las tensiones geopolíticas y la crisis de gobernanza internacional ....................................................... 145
La crisis de la economía estadounidense y las tensiones geopolíticas .......................................... 145
La expansión de China y los conflictos geoeconómicos.................................................................. 159
La crisis del sistema de gobernanza mundial .................................................................................. 178
Capítulo VI. ............................................................................................................................................... 194
Un día antes del juicio final ..................................................................................................................... 194
Trump se ha ido…, la pandemia económica se mantiene .............................................................. 195
La crisis del Estado-nación y los límites de las políticas públicas ................................................... 202
No es el fin del mundo, es el comienzo de uno nuevo ................................................................... 214
Bibliografía. .............................................................................................................................................. 225
3
Dedicatoria
4
Prólogo
5
Introducción.
Durante la crisis sanitaria provocada por COVID-19, la humanidad tuvo que ingeniarse
para germinar nuevos negocios y sobrellevar una nueva forma de vida social. Se
desarrollaron métodos virtuales en educación y sistemas inteligentes orientados a
fortalecer el sistema educativo; las empresas y los hogares presionaron por abrir la
economía y por reducir las restricciones sobre el libre movimiento de la población;
paulatinamente, más personas se incorporaron a sus trabajos, a sus negocios y actividades
cotidianas, por lo que la sociedad tuvo que acostumbrarse a vivir con la amenaza del virus
SARS-CoV2. El número de muertos se incrementó sustancialmente, pero este hecho no
evitó que la gente se resigne al confinamiento en sus hogares, ya que estuvieron más
6
preocupadas por la economía que por su salud. El virus se mostró más letal y la mortalidad
por COVID-19 aumentó dramáticamente.
Ahora, que varios laboratorios han anunciado la producción de una vacuna eficaz para
evitar la enfermedad de COVID-19, se vislumbran dos escenarios en el horizonte de la
economía mundial.
1
La Primera Revolución Industrial tuvo lugar a mediados del siglo XVIII, cuando la combustión del carbón
y la leña permitieron convertir el agua en vapor para poner en operación máquinas de vapor que movían
buques y trenes, o para mecanizar la producción fabril. La segunda revolución industrial tuvo lugar a fines
del siglo IXX y comienzos del siglo XX, con el surgimiento de la electricidad y de nuevas fuentes de energía,
como el gas y el petróleo, que alentaron el desarrollo de la industria automotriz, la aviación y nuevas
formas de comunicación como el teléfono, la radio y la televisión. La tercera revolución industrial inició
en los años 70-80, con el desarrollo de la microelectrónica, el amplio uso de Internet y de las tecnologías
de información y comunicación, así como el fomento de la ingeniería genética y de la biotecnología. La
cuarta revolución industrial impulsa las tecnologías digitales y las redes de comunicación 5G, fomenta las
nanotecnologías y desarrollará la robótica y la inteligencia artificial.
8
técnicas de clonación y a la impresora 3D, la producción de carne, de leche y de cuero
será posible sin necesidad de torturar a los animales enclaustrados en crecimiento; se
desarrollarán nuevos sistemas de producción en el mar. La innovación tecnológica
permitirá disminuir los costos de desalinización del agua marina y de tratamiento de las
aguas residuales. Se reestructurará la distribución espacial de la población y se valorizará
el hábitat rural; la humanidad transitará hacia fuentes renovables de energía; y se
desarrollará la construcción de medianas ciudades eco inteligentes. Aumentará la
esperanza de vida al nacer, porque la medicina estará en condiciones de dar muerte a la
muerte. Emergerán nuevas agendas de política pública cuyo debate y disputa se
concentrará en hacia dónde orientar “el Gran Reinicio”. En síntesis, o la humanidad
decide transitar hacia la transformación productiva, social y ecológica de los países, o, el
desenlace de esta tragedia humana se orientará a que todo cambie para que nada cambie.
9
El capítulo II inicia estudiando las causas estructurales de la crisis económica por la que
atraviesa actualmente el mundo; demuestra que su emergencia no es un hecho inesperado,
sino que es el resultado de la lógica en la que se basa la economía mundial y su respectivo
régimen de acumulación. Para ello, se reseñan los enfoques teóricos que las distintas
escuelas del pensamiento económico tienen sobre la crisis y los ciclos económicos.
Luego, se examinan las razones que explican, por una parte, la reducción del crecimiento
económico de las economías centrales en Occidente y, por otra, el ascenso económico de
China.
El capítulo III indaga las principales premisas teóricas y las consecuencias económicas
de la nueva política monetaria que, en la actualidad, es implementada por los países
industrializados. También se analiza cómo la nueva teoría y política monetaria ha logrado
la leve recuperación económica de las economías centrales, pero no ha conseguido
resolver las causas estructurales de la crisis económica y ecológica que azota actualmente
al mundo. A continuación, se exploran las tensiones que ponen en zozobra la estabilidad
del sistema monetario y financiero internacional. Con esta finalidad, se proporcionan
evidencias estadísticas sobre el desempeño de la economía global durante los últimos
años. La información estadística oficial que se presenta proviene de organismos
internacionales, instituciones multilaterales, bancos centrales y entidades estatales.
11
Capítulo I
La pandemia de COVID-19 y sus efectos económicos y sociales.
12
Desde muchos años atrás, cuando surgieron enfermedades contagiosas emergentes, como
la gripe aviar, el síndrome respiratorio agudo grave (SARS por sus siglas en inglés) y el
ébola, la humanidad conocía de su vulnerable exposición a la potencial amenaza de una
expansión incontrolada de virus desconocidos. Es más, la comunidad científica
internacional había advertido sobre el riesgo que representaba para la supervivencia de la
humanidad el eventual brote de una pandemia generada por la propagación de
enfermedades desconocidas, pero los organismos multilaterales y los líderes políticos de
los distintos países del mundo no actuaron oportunamente para evitarla.
A lo largo de su historia, los seres humanos han sido afectados por patógenos de origen
animal, y muchas enfermedades que actualmente las conocemos como transmisibles entre
personas, como el sarampión y antiguamente la viruela, evolucionaron a partir de
microbios provenientes de animales silvestres. Así, varias pandemias, como la peste negra
2
Las enfermedades zoonóticas, o zoonosis, son enfermedades que se transmiten de los animales –el
ganado, la fauna silvestre y los animales domésticos– a las personas y viceversa. Pueden acarrear graves
riesgos para la salud humana y animal y pueden tener efectos de largo alcance en las economías y los
medios de subsistencia.
13
(Europa, siglo XIV), la fiebre amarilla (Sudamérica, siglo XVI) y la denominada gripe
española (1918) han tenido efectos devastadores sobre la salud y la vida humana.
La mayoría de las zoonosis conocidas son endémicas, es decir, están confinadas en una
determinada zona geográfica; habitualmente se transmiten de los animales al ser humano
y evolucionan adquiriendo rasgos novedosos, sea manifestando resistencia a un
determinado fármaco o, cuando un patógeno se propaga por primera vez a los seres
humanos, provocando un brote endémico y convirtiéndose en una zoonosis emergente.
Así, por ejemplo, en Sudán del Sur y en la República Democrática del Congo, los brotes
de la fiebre hemorrágica del ébola surgieron en 1976, menoscabando la salud de 600
personas, con una tasa de letalidad que osciló entre el 25 y 90 por ciento. Posteriormente,
entre 2014 y 2016, nuevos brotes de ébola emergieron en Liberia, Sierra Leona, Guinea
y Nigeria, afectando a más de 28.610 personas y ocasionando 11.308 muertes (WHO,
2016, p. 2). Por otra parte, el SARS brotó en noviembre de 2002, en la provincia china de
Cantón, y se expandió en 2003 en los países del sudeste asiático. Desde su surgimiento,
hasta agosto de 2003, este virus había infectado a 8.422 personas en 30 países y causado
916 decesos (WHO, 2004, p. 2).
En el discurso de apertura de una reunión virtual del Foro Económico Mundial (WEF,
por sus siglas en inglés), realizada en junio de 2020, el Príncipe Carlos manifestó que la
pandemia del coronavirus SARS-CoV2 fue el resultado de una ruptura en el vínculo entre
la humanidad y la naturaleza y “representa una oportunidad para resetear la economía
global y priorizar el desarrollo sostenible sin dañar aún más el planeta” (Charles of Wales,
2020, parr. 1). Y es que, junto con el crecimiento y la distribución espacial de la población
mundial, las actividades económicas se han extendido a todos los rincones del planeta,
lesionando severamente a la naturaleza y, en particular, a las especies endémicas de la
vida silvestre - flora o fauna-, alterando el equilibrio de los ecosistemas.
Los xenófobos llaman a COVID-19 el "virus Wuhan", pero en realidad las zoonosis son
patologías que han emergido en todo el mundo y lo han hecho de manera progresiva.
Luego de la gripe española de 1918, el brote de hantavirus “Four Corners” ocurrió en
1993 en la región de Four Corners, la intersección geográfica de los estados de Utah,
Colorado, Nuevo México y Arizona, en los Estados Unidos de América. Los virus Hendra
y Menangle llevan el nombre de ciudades australianas; el virus Menangle fue identificado
por primera vez, en 1997, en un criadero de cerdos en Menangle cerca de Sydney, el
origen del brote puede haber sido una población cercana de murciélagos; la infección por
el virus Hendra es una rara zoonosis emergente que afecta sensiblemente la salud de los
caballos y del ser humano, tuvo su primer brote en 1994, en Hendra, suburbio de
Brisbania, en Australia, en 1994. La fiebre hemorrágica de Marburgo se la identificó por
15
primera vez en 1967 en epidemias que se declararon en Marburgo y Frankfurt, en
Alemania, y en Belgrado, antigua Yugoslavia; se trata de una fiebre hemorrágica viral
grave y altamente mortífera provocada por un virus de la misma familia que el causante
de la fiebre hemorrágica del Ébola. Estos virus figuran entre los agentes patógenos más
agresivos que se conocen para el ser humano. Ambas enfermedades son raras, pero
pueden causar brotes espectaculares que traigan consigo alta mortalidad. El virus Reston
se descubrió por primera vez en 1990 como una nueva cepa del virus del Ébola y lleva el
nombre de Reston, un lugar ubicado en Virginia, Estados Unidos, donde se descubrió el
virus por primera vez. El problema, entonces, no es que la propagación de las
enfermedades zoonóticas obedece al gusto de algunas personas por comidas exóticas o
manjares aparentemente extraños, sino que está vinculada por los impactos ambientales
que produce nuestro sistema alimentario global, centrado en las ganancias que producen
diversos tipos de carne.
Gran parte de las enfermedades infecciosas, identificadas en las personas durante los
últimos 100 años, son zoonosis emergentes procedentes de la fauna silvestre. La
intensidad del intercambio comercial y de los movimientos humanos a los que da lugar la
globalización, son aspectos que contribuyen a la propagación de muchas enfermedades
16
transmitidas por los animales; de allí que, las enfermedades ocasionadas por microbios
desconocidos representan una nueva amenaza para la salud de la humanidad, que se
encuentra cada vez más vulnerable debido a: los cambios en los usos del suelo en tierras
vírgenes; a los nuevos métodos de crianza, sacrificio y procesamiento de animales; así
como a la mayor resistencia de las personas a los fármacos antimicrobianos.
En 2012, el International Livestock Research Institute del Reino Unido realizó un mapeo
de la pobreza en zonas rurales e identificó 56 enfermedades de origen animal, clasificadas
en tres categorías: (i) zoonosis endémicas que están presentes en muchos lugares y afectan
a muchas personas y animales; (ii) zoonosis epidémicas que son esporádicas y muestran
una distribución temporal y espacial; y, (iii) zoonosis emergentes que aparecen
recientemente en una población o han existido anteriormente, pero que su incidencia o
rango geográfico aumenta rápidamente. Según este estudio, en conjunto, esas 56 zoonosis
son responsables de 2,7 millones de muertos anuales y alrededor de 2.500 millones de
casos de enfermedades humanas al año (Grace D., Mutua F., Ochungo P., Kruska R.,
Jones K., Brierley L., … and Ogutu F., 2012, p. 12). En la actualidad, las enfermedades
de origen animal representan alrededor de las dos terceras partes de los padecimientos
infecciosos.
En enero de cada año, pocos días antes de que se celebre en la ciudad suiza de Davos la
reunión anual del Foro Económico Mundial, esta organización acostumbra a publicar un
informe anual, donde destaca los posibles riesgos que pueden afectar el orden económico
y político mundial. En el informe sobre riesgos globales preparado por el Foro Económico
Mundial (World Economic Forum, 2007, p. 14-17), se presentaron escenarios ficticios
sobre posibles impactos que, en los negocios y en el sistema económico y financiero
internacional, podría ocasionar el surgimiento de una nueva pandemia de orígenes
desconocidos.
17
analistas como un “cisne negro”3, es decir, un acontecimiento inesperado que produce
consecuencias importantes a gran escala para la humanidad. Sin embargo, la aparición de
las zoonosis o enfermedades transmitidas por los animales no puede ser analizada como
algo separado de su contexto histórico, pues la globalización, la degradación ambiental
que producen los sistemas agropecuarios, el vertiginoso aumento del comercio mundial,
el cruel confinamiento industrial que tienen los animales para consumo humano, el
desarrollo del turismo y de la industria de la aviación, son, entre otras, las causas que
ocasionan la emergencia de nuevas patologías. Empero, más allá de la discusión de que
si el coronavirus SARS-CoV2 es, o no, un cisne negro, un perro azul o un rinoceronte
gris, lo cierto es que su aparición provoca severas repercusiones sanitarias y económicas,
no sólo en Ecuador y América Latina, sino en la economía internacional.
3
El concepto de “Cisne negro” fue ideado por el economista libanés Nassim Taleb en su libro El cisne
negro (2007), en el que elabora la teoría de que, en ocasiones, se producen fenómenos sorprendentes e
imprevisibles que incitan a la humanidad para avanzar, gracias a estos sucesos de cambio drástico y no en
una progresión gradual.
4
En el sistema internacional, un billón equivale a 1012, esto es, un millón de millones. En el sistema
anglosajón, un billón es igual a mil millones y, en Estados Unidos y el Reino Unido, el billón del sistema
internacional se lo denomina trillón. En este documento se utiliza el sistema internacional, es decir, un
billón es igual a un millón de millones.
18
Al simular el desarrollo de la población mundial, observamos que su crecimiento se ajusta
a una función exponencial: si empezamos con un millón de personas y establecemos que
la tasa de crecimiento es 1 por ciento anual, constataremos que se necesitarían 694 años
para alcanzar la cifra de mil millones de personas. Cien años después habríamos
alcanzado los 2 mil millones de personas, y para llegar a los 3 mil millones sólo
necesitaríamos 41 años más. Luego, 29 años, después 22 y, por último, 18 años para
alcanzar la cifra de 6 mil millones de personas. Así, se necesita cada vez menos tiempo
para añadir cada unidad de mil millones de personas. Este fenómeno se repite al estudiar
el comportamiento de ciertas variables económicas: el Producto Interno Bruto (PIB), la
emisión monetaria, el consumo de hogares o la deuda.
Figura 1
Comportamiento exponencial de COVID 19
90.000
80.000
70.000
60.000
50.000
40.000
30.000
20.000
10.000
-
2020-07-22
2020-08-04
2020-01-22
2020-02-04
2020-02-17
2020-03-01
2020-03-14
2020-03-27
2020-04-09
2020-04-22
2020-05-05
2020-05-18
2020-05-31
2020-06-13
2020-06-26
2020-07-09
2020-08-17
2020-08-30
2020-09-12
2020-09-25
2020-10-08
2020-10-21
2020-11-03
2020-11-16
2020-11-29
2020-12-12
2020-12-25
Fuente: Hasell, J., Mathieu, E., Beltekian, D. et al. Oxford University (2020). Coronavirus Source
Data
Elaboración: el autor.
19
no se puede paralizar indefinidamente la actividad económica, esta función se podría
repetir periódicamente cada vez con una intensidad menor.
5
El estudio fue realizado por Kristine Moore, Directora Médica del Centro de Investigación y Política de
Enfermedades Infecciosas (CIDRAP) de la Universidad de Minnesota; Marc Lipsitch, epidemiólogo de la
Escuela de Salud Pública de Harvard; John Barry, historiador y autor del libro 'La gran influenza', sobre la
pandemia de gripe de 1918; y, Mike Osterholm, director de CIDRAP.
20
Puesto que el aislamiento social que se ha decretado en la mayoría de los países del mundo
tiene como propósito tan solo disminuir la velocidad de propagación del coronavirus
SARS-CoV2, Angela Merkel advirtió a su país que la nueva enfermedad COVID-19 va
a afectar al 70 por ciento de la población alemana. En la medida en que la humanidad no
cuente con una terapia, ni con una vacuna efectiva, poco a poco, la población irá testando
el virus, quedando en su mayor parte inmunizada. “Sabemos que eso va a suceder, lo que
no sabemos es con qué rapidez”, ha señalado la canciller alemana, enfatizando que no es
posible evitarlo (Merkel, 2020). De igual forma, luego de que la OMS declaró que
tendremos que vivir con el coronavirus SARS-CoV2, hasta tener la vacuna, el Ministro
de Salud Pública del Ecuador, Juan Carlos Zevallos (2020) manifestó que el 60 por ciento
de ecuatorianos se contagiará de este virus. Por eso, lo que la humanidad puede hacer en
este momento es sólo mantener bajo relativo control la propagación del coronavirus y,
con este propósito, la OMS recomendó el aislamiento social en la mayoría de los países
del mundo; este aislamiento no puede ser permanente, puesto que no es posible paralizar
indefinidamente las actividades productivas y comerciales, ya que la escasez y el hambre
se expandirían por todos los rincones del planeta. De hecho, en Italia, a cuarenta días de
que se produjera el primer contagio, iniciaron los primeros saqueos y se temen fuertes
protestas sociales porque la gente tiene hambre. En Palermo mucha gente fue a los
supermercados y se negó a pagar al tiempo que gritaban: “Basta de estar en casa, no
tenemos dinero para pagar, tenemos que comer” (Gómez, 2020). De allí que, Ghebreyesus
(2020), Director General de la Organización Mundial de la Salud, declaró que el
coronavirus SARS-CoV2 estará con nosotros durante mucho tiempo y que “lo peor está
por venir” (p. 1); el funcionario de la OMS realizó esta advertencia luego de que muchos
países comenzaron a aliviar las medidas restrictivas para normalizar las actividades
económicas.
Tabla 1
Contagios y defunciones por COVID-19 en países seleccionados,
al 31 de diciembre de 2020.
Fuente: Hasell, J., Mathieu, E., Beltekian, D. et al. Oxford University (2020). Coronavirus Source
Data
Elaboración: el autor.
22
de 2,86 por ciento6, el número de muertos en 2020 debió llegar a una cifra de 75.530, lo
que implica que, en el primer año de pandemia, en Ecuador se produjeron 38.247 muertes
adicionales al comportamiento histórico y, por tanto, un subregistro de defunciones,
presuntamente por COVID-19, de 24.213 personas. Si la información del resto de países
es fidedigna, ello significaría que Ecuador exhibe las peores cifras de muertes vinculadas
con la pandemia de COVID-19 en América Latina y el mundo, con una tasa de 2.167
muertes por cada millón de habitantes.
6
Según el Anuario de Estadísticas Vitales (2020), publicado por el Instituto de Estadísticas y Censos de
Ecuador, la tasa de crecimiento promedio anual de defunciones de los últimos cinco años es de 2,86 por
ciento.
23
publicadas por la Universidad de Oxford, las defunciones adicionales provocadas por esta
enfermedad representarían el 3 por ciento de las defunciones esperadas para este año en
el mundo; mientras que, en América Latina y el Caribe, las defunciones por COVID-19
representarán el 11,4 por ciento de las defunciones totales. Varios países latinoamericanos
se convirtieron en el epicentro de la pandemia de COVID-19 y encabezan las estadísticas
mundiales de afectación de esta enfermedad, lo que revela la elevada vulnerabilidad de
sus sistemas de salud.
24
En medio de esta crisis sanitaria y sus profundas secuelas económicas, la propagación del
virus SARS-CoV2 está afectando severamente la salud mental de la población, en
especial por el inmenso sufrimiento causado a miles de personas en el quebranto a su
salud, y/o, por los elevados costos económicos y sociales que esta crisis genera en el largo
plazo, sobre todo para millones de personas que se quedarán sin empleo o cuyos ingresos
disminuirán drásticamente. Una encuesta realizada por la OMS durante la pandemia
reveló que, en China, el 50 por ciento de los trabajadores de la salud informaron altas
tasas de depresión, el 45 por ciento confesó padecer de ansiedad y el 34 por ciento reporta
insomnio; en Canadá, el 47 por ciento de los trabajadores de la salud informaron la
necesidad de apoyo psicológico (OMS, 2020, parr. 4).
La depresión es una enfermedad frecuente en todo el mundo y se calcula que afecta a más
de 300 millones de personas. Mientras la tristeza es un sentimiento que se manifiesta en
todos los seres humanos en determinadas ocasiones, la depresión es un comportamiento
distinto de las variaciones habituales en el estado de ánimo o de las respuestas
emocionales a los problemas de la vida cotidiana; provoca incapacidad para disfrutar la
vida; puede alterar las actividades laborales, escolares y familiares; causa sufrimiento y,
en el peor de los casos, puede llevar al suicidio. Cada año se suicidan en el mundo cerca
de 800.000 personas, y el suicidio es la segunda causa de muerte en el grupo etario de 15
a 29 años (OMS, 2018). La Organización Panamericana de la Salud (OPS) publicó un
informe sobre la carga de los trastornos mentales en la Región de las Américas; según la
OPS (2018), el 14 por ciento de la carga mundial de morbilidad, medida en años de vida
ajustados en función de la discapacidad (AVAD), puede atribuirse a los trastornos
mentales, neurológicos y por abuso de sustancias.
Según una encuesta realizada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), “el 65
por ciento de los jóvenes considera que su actividad educativa se ha visto afectada
adversamente desde el comienzo de la pandemia, como consecuencia del período de
transición de la enseñanza presencial en las aulas a la enseñanza en línea o a distancia
durante la fase de confinamiento” (OIT, 2020a, p. 3). Sólo uno de cada tres jóvenes (el
35 por ciento) logró mantener o mejorar su aprendizaje. A pesar de los esfuerzos para
asegurar la continuidad de los servicios de educación y formación, el 65 por ciento de los
jóvenes indicaron que habían aprendido menos desde el inicio de la pandemia, aunque el
16 por ciento manifiesta haber aprendido más (Ibid., p. 27).
La pandemia de COVID-19 ha dejado a uno de cada ocho jóvenes (el 13 por ciento) sin
acceso a cursos de capacitación o formación; esta situación fue particularmente crítica
entre los jóvenes que viven en países de ingresos más bajos y revela las enormes brechas
digitales que existen entre las regiones. El estudio pone de manifiesto que el 17 por ciento
de los jóvenes probablemente sufren ansiedad y depresión. (Ibid., p. 3).
Especialmente los niños y jóvenes han sido afectados en su desarrollo emocional por el
estrés familiar, el aislamiento social, el riesgo de violencia doméstica, la interrupción de
26
la educación y la incertidumbre en torno al futuro. La encuesta 2020 realizada por la OIT
reveló que, a escala mundial, uno de cada dos jóvenes de 18 a 29 años posiblemente sufría
ansiedad o depresión (Ibid., p. 52).
Muchos de los problemas que afligen a las personas en esta pandemia tienen su origen en
el miedo en sus múltiples expresiones. Estudios realizados han identificado que, “hasta
más del 80 por ciento de las personas, en circunstancias de cercanía evidente al peligro,
expresan manifestaciones sintomáticas de angustia e incluso pánico” (OPS, 2016, p. 2).
Y es que el miedo y la incertidumbre asociados con la enfermedad COVID-19 han
proporcionado un entorno en los hogares que puede agravar diversas formas de violencia.
La OPS (2020) aconseja que los médicos especializados en la salud mental trabajen con
las personas afectadas para brindarles apoyo psicológico de primera línea, lo que incluye
“escuchar con empatía y sin juzgar, preguntar sobre las necesidades y preocupaciones,
validar las experiencias y sentimientos de las personas, mejorar la seguridad y conectar a
las personas con servicios de apoyo relevantes” (p.3).
La llegada del coronavirus SARS-CoV2 y las medidas para contener su avance, como el
cierre de establecimientos educativos, de cuidado infantil, los de atención a personas con
discapacidad, el encierro en hospedajes geriátricos, entre otras, ha revelado la importancia
de los servicios de cuidado a los hogares. Empero, las medidas de prevención y de
mitigación para detener la expansión del virus, tales como las restricciones de movilidad
de personas, o el aislamiento y el distanciamiento social, podrían provocar mayores
riesgos en la violencia familiar y de género, especialmente contra las mujeres y niños que
se encuentran encerrados con oportunidades muy limitadas de salir de sus hogares o de
buscar ayuda.
La violencia familiar durante esta pandemia se asocia con una variedad de factores que
incluyen el estrés económico, la inestabilidad relacionada con el encierro y la
incertidumbre que genera el elevado riesgo de contaminación. Así, las medidas de
aislamiento o distanciamiento social implementadas para reducir la propagación de
COVID‐19 exacerban las vulnerabilidades personales y colectivas, al tiempo que limitan
las opciones de auxilio familiar o institucional.
27
Este patrón se repite internacionalmente. Los informes de abuso doméstico y violencia
familiar han aumentado en todo el mundo desde la entrada en vigor del aislamiento social
y las medidas de cuarentena. Recientemente, estudios demuestran que en los Estados
Unidos, China, Brasil y Australia ha crecido la violencia entre parejas íntimas, mujeres y
niños debido al aislamiento y la cuarentena (Campbell 2020; Peterman et al. 2020; van
Gelder et al., 2020). China, el primer país que impuso la cuarentena masiva en la provincia
de Wuhan, vio que los incidentes de abuso doméstico se triplicaron en febrero de 2020
en comparación con el año anterior (Allen-Ebrahimian, 2020). A medida que Europa
impuso medidas de cuarentena en un esfuerzo por frenar la ola de infección, el gobierno
italiano comenzó a comisionar hoteles para proporcionar refugio al creciente número de
personas que huyen de situaciones abusivas (Davies y Batha, 2020). Del mismo modo,
Francia informó un aumento entre el 32 y el 36 por ciento en las denuncias de abuso
doméstico luego de la implementación de medidas de aislamiento y cuarentena (Al
Jazeera, 2020a, parr. 4). Francia también dispuso utilizar hoteles como refugio. Cuando
la cuarentena se extendió a los Estados Unidos, varios estados individuales que
conforman la unión americana informaron aumentos similares en los incidentes de abuso
doméstico que van del 21 al 35 por ciento (Wagers, 2020, parr. 14). En el Reino Unido
también se ha presentado un aumento de la violencia familiar (Bradbury ‐ Jones & Isham,
2020).
Ecuador no está exento de lo que sucede en el resto del mundo. En 2019, el sistema ECU
911 recibió un promedio de 10.000 llamadas mensuales, clasificadas como violencia
intrafamiliar. Durante las medidas de confinamiento por COVID-19, entre el 12 de marzo
y el 31 de diciembre de 2020, las llamadas de alerta por violencia intrafamiliar y/o
violencia contra la mujer disminuyeron a una frecuencia de 293 llamadas diarias (ECU
911, 2020), sin duda, una cifra alarmante que atenta contra la vida, los derechos y el
bienestar de las mujeres, niñas, niños y adolescentes. A primera vista, en Ecuador no se
evidencia un incremento de llamadas de auxilio por violencia intrafamiliar y de género
durante la emergencia sanitaria, más bien se observa una leve reducción a partir de la
fecha que inició el confinamiento de las personas en sus domicilios. La disminución en
la cantidad de llamadas de auxilio puede deberse a que el encierro impide que la posible
denunciante haga una llamada sin ser escuchada por el resto de los miembros de su
familia, o que tema salir de su domicilio para pedir ayuda debido al riesgo de contagio
con SARS-CoV2. Por otra parte, no puede descartarse que, en situaciones de
28
confinamiento, las parejas y las familias desarrollen su afectividad y consoliden sus
vínculos de amor y armonía familiar.
29
Las expresas ineficiencias en la prestación de los servicios públicos de salud, así como la
enraizada y vergonzosa corrupción prevaleciente en los hospitales públicos y en el
Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social de Ecuador, plantean la imperiosa necesidad
de realizar una profunda reforma en el sistema de salud público y privado, con el
propósito de proporcionar servicios eficientes que garanticen los derechos a la salud de
la población, para lo cual es imprescindible erradicar las distorsiones del mercado y las
“fallas” institucionales que revelan aquellas empresas privadas, muchas de ellas
fantasmas, vinculadas a círculos delincuenciales anclados en la estructura del Estado. La
mejora en los sistemas de salud es uno de los retos que tiene el país y la región
latinoamericana para proteger el bienestar de la población.
Sin duda, la reforma y el perfeccionamiento del sistema de salud tendrá efectos positivos
en los ingresos de los hogares y en el crecimiento económico, lo que contribuirá de
manera importante a la reducción de la pobreza. La crisis sanitaria generada por la
propagación del virus SARS-CoV2 nos enseña que es imprescindible fortalecer los
sistemas públicos y privados de salud, más aún cuando la vida y la buena salud de los
trabajadores y los consumidores permitirá sostener la producción y el consumo, mejorar
el bienestar y contribuir a la reactivación de la economía. David Bloom y David Canning
(2003) proporcionan los argumentos teóricos y la evidencia empírica que demuestra un
gran efecto de las políticas públicas orientadas a mejorar la salud sobre la productividad,
los ingresos de los hogares y el crecimiento económico. Sin embargo, en esta época de
globalización, para que las políticas del sector de la salud tengan éxito, no sólo se
requieren profundos cambios institucionales a nivel local y nacional, sino que es necesario
que se promueva modificaciones profundas a nivel internacional, que ponga mayor
énfasis en defender la vida y en atender las necesidades de alimentación y salud de toda
la población, especialmente de los más pobres.
Además, la proporción de personas que viven con menos de USD 3,20 al día
podría aumentar entre 0,3 y 1,7 puntos porcentuales, hasta llegar al 23 por ciento
31
o más, un incremento de unos 40 millones a 150 millones de personas. Por último,
el porcentaje de personas que viven con menos de USD 5,50 al día podría
aumentar entre 0,4 y 1,9 puntos porcentuales, hasta llegar al 42 por ciento o más,
un incremento de aproximadamente 70 millones a 180 millones de personas (parr.
3-4)”.
La Directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva (2020a) afirmó que la pandemia
podría provocar un aumento significativo de la desigualdad del ingreso y poner en peligro
los avances alcanzados en materia de desarrollo, como los logros educativos y la
reducción de la pobreza. Por otra parte, la Universidad de las Naciones Unidas, UNU
WIDER, realizó estimaciones sobre el probable impacto de la propagación del
coronavirus SARS-CoV2 en la pobreza global. Las estimaciones se basan en tres
escenarios: bajo, si el ingreso per cápita disminuye en 5 por ciento; medio, cuando el
ingreso per cápita disminuya en 10 por ciento; y, alto, si el ingreso por habitante se reduce
en 20 por ciento. El informe calcula el impacto de COVID-19 en cada uno de estos
escenarios, utilizando las líneas internacionales de pobreza del Banco Mundial de US $
1,90, US $ 3,20 y US $ 5,50 por día. Suponiendo una contracción del 5 por ciento en los
ingresos per cápita, el mundo podría presenciar un aumento potencial de 80 millones de
personas en extrema pobreza; bajo una contracción del 10 por ciento del ingreso per
cápita, el aumento en la pobreza extrema sería de alrededor de 180 millones de personas;
pero, si la contracción en el ingreso por habitante llega al 20 por ciento, entonces el
aumento en la población en situación de pobreza extrema podría ser de 420 millones de
personas (Andy Sumner, Chris Hoy y Eduardo Ortiz-Juarez, 2020, p. 5).
32
Estas estimaciones muestran que COVID-19 representa un verdadero desafío para el
objetivo de desarrollo sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de
acabar con la pobreza en el año 2030, ya que la pobreza mundial podría aumentar, por
primera vez, desde 1990 y representaría una reversión sustantiva en el progreso que el
mundo ha realizado en la reducción de la pobreza. La afectación podría llegar a niveles
dramáticos en muchos países de África, Asia y América Latina. Por otra parte,
indicadores no monetarios, tales como: la mortalidad infantil y la mortalidad materna, la
desnutrición y los logros educativos también serán sensiblemente afectados. La gravedad
de los impactos dependerá de la duración de la pandemia y de cómo reaccionen la
sociedad, los gobiernos y la comunidad internacional.
No obstante, cabe destacar que los elementos antes mencionados no nos dicen qué es la
pobreza o en qué consiste; qué están viviendo las personas pobres y qué problemas deben
abordarse. La pobreza es mucho más que la falta de recursos económicos, ya que implica
un conjunto complejo de relaciones sociales, como las inequidades sociales, étnicas o de
género; las desventajas económicas, la inseguridad o la falta de derechos. Una persona
que es pobre puede sufrir múltiples desventajas al mismo tiempo: puede estar
desempleado o tener un trabajo precario, puede mostrar poca educación o puede padecer
una mala salud o estar desnutrida, puede carecer de agua para consumo humano o
electricidad. Enfocarse en un solo factor, tal como el ingreso, no es suficiente para
capturar la verdadera realidad de la pobreza. Con este fin, se analiza la pobreza con un
enfoque multidimensional, identificando el conjunto de privaciones que, de manera
simultánea, enfrentan las personas en el goce sus derechos económicos y sociales. Para
ello, se estudia cinco dimensiones relevantes para el bienestar de los hogares y sus
integrantes: educación, salud, trabajo y seguridad social, vivienda y hábitat, cohesión y
vínculos sociales.
De allí que, es necesario considerar que esta crisis sanitaria puede afectar el bienestar en
el hogar y en las personas a través de distintos canales:
2. Impacto directo en el consumo, ocasionado por los cambios en los precios y por la
escasez de bienes de consumo básicos y otros elementos esenciales, por las
interrupciones en el funcionamiento de los mercados y la disminución del comercio,
incluidas las restricciones de importación o exportación, y una caída en la producción
interna.
5. Los niños y los jóvenes han tenido que sufrir la interrupción escolar, mientras que los
adultos tienen más probabilidades de sufrir pérdida de empleo, y las personas de la
tercera edad enfrentan un mayor riesgo para su salud. Las mujeres tienen
vulnerabilidades específicas, ya que el cierre de escuelas y el cuidado de los ancianos
extienden el uso del tiempo de trabajo de las mujeres. Además, están más expuestas
al contagio del coronavirus SARS-CoV2 ya que una mayor proporción de mujeres
labora en los servicios de salud; las mujeres enfrentan una mayor probabilidad de ser
víctimas de la violencia doméstica durante el confinamiento en el hogar.
34
6. En Ecuador, la educación virtual es difícil e injusta. La ministra de Educación,
Monserrat Creamer (2020) ha reconocido que un 70 por ciento de estudiantes tiene
dificultad en el acceso a la educación en línea, pero la situación es más grave aún:
según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, a nivel nacional, sólo el 48,5 por
ciento de los hogares dispone de computador y apenas el 37,2 por ciento de los
hogares tiene acceso a Internet y, en el área rural, ese porcentaje baja al 16,1 por ciento
(INEC, 2018). Así, la carencia de servicios de internet y/o de teléfonos inteligentes,
la pobreza y los bajos ingresos, así como la falta de capacitación de docentes y de
estudiantes, impiden que las actividades educativas logren una buena formación de
millones de niños en época de pandemia.
7. Los mayores impactos inmediatos se han producido en las ciudades porque allí hay
mayor probabilidad de tener una rápida propagación del virus dada la alta densidad
poblacional; sin embargo, con el tiempo, las áreas rurales se verán cada vez más
afectadas a medida que se expandan las consecuencias económicas generadas por la
caída de la demanda. Los migrantes, refugiados, indígenas, afrodescendientes y
montubios, son grupos sociales vulnerables que, por sus bajos niveles de ingresos y
de educación, tienen mayores dificultades para acceder a servicios públicos, como
salud o educación. Quienes trabajan en el sector servicios, en industrias como en
transporte, ventas minoristas, entretenimiento, turismo y servicios personales, vieron
suspendidos sus ingresos, más aún cuando a menudo no pueden realizar teletrabajo.
Por lo general, los trabajadores por cuenta propia, que carecen de empleo asalariado,
no están afiliados a la seguridad social y tienen mayores dificultades para acceder a
los servicios de salud.
35
los intermediarios quienes se han aprovechado de la situación para adquirir los productos
agrícolas a precios aún más bajos que de manera regular.
En las principales actividades económicas, vinculadas con la cadena alimenticia, con los
servicios de salud y con el comercio exterior, las grandes empresas y sus trabajadores
asalariados no han paralizado sus actividades; tampoco lo han hecho los pequeños y
medianos productores. Mientras las actividades administrativas del sector público y
privado transitaron al teletrabajo, los sectores populares llevan la peor parte de las
consecuencias invaluables de la pandemia, en especial, las familias cuyos jefes de hogar
están desempleados, subempleados y/o dedicados a las actividades autónomas.
¿Es una pandemia o una “plandemia”? Múltiples opiniones se han divulgado acerca del
origen de la enfermedad y de sus diversas consecuencias. Aunque hay indicios de que el
virus circuló por el mundo semanas o meses antes, el consenso de la comunidad científica
internacional es que el primer brote de SARS-CoV2 surgió en Wuhan en diciembre de
2019.
En la asamblea anual 2020 de la OMS, los países miembros emitieron una resolución
conjunta en la que reiteraron su compromiso a dar una respuesta global a la crisis
sanitaria. El texto recogió la voluntad de los gobiernos de identificar la fuente del virus y
su vía de introducción en los humanos, pero no vinculó a China con la pandemia ni
cuestionó de ningún modo su gestión, tal como insistió en varias ocasiones la
administración del expresidente Trump. 122 países se pronunciaron a favor de una
investigación sobre el origen y la gestión internacional de la pandemia de COVID-19,
incluyendo a la Unión Europea, los países africanos y Rusia. China, país en donde se
originó el brote, también se mostró a favor, tal como anunció su presidente, Xi Jinping,
en mayo de 2020, durante la asamblea anual de la OMS.
37
Capítulo II
En la primera parte de este capítulo se aborda el marco teórico con el que las distintas
escuelas del pensamiento económico estudian la crisis y los ciclos económicos,
destacando sus aspectos conceptuales, así como las distintas interrelaciones y múltiples
determinaciones que existen entre sus categorías de análisis y las recomendaciones de
política económica que de ellas se derivan. Posteriormente, se analizan las razones que
explican, por una parte, el ascenso económico de China y, por otra, la contracción del
crecimiento económico de Occidente. Finalmente, luego de destacar los aspectos que
permitieron al dólar alcanzar la hegemonía en el sistema monetario y financiero
internacional, se estudia la financiarización de las economías centrales y los cambios
ocurridos en los patrones de generación de la riqueza mundial.
Así como las zoonosis emergentes son impactos sanitarios ocasionados por cambios
ecológicos derivados de las actividades humanas que se realizan en medio de una
creciente conectividad global, la crisis económica y financiera de inicios de la tercera
década del siglo XXI no puede ser apreciada como un fenómeno sorprendente e
imprevisible, puesto que la comunidad científica y los gobiernos están advertidos sobre
la gran probabilidad de que, a partir de 2020, una nueva crisis económica y financiera
emerja en la economía mundial y condene a los países a una gran depresión.
Desde los fundamentos de la teoría económica y, más aún, a partir de la crisis financiera
de 2008, existen varios análisis sobre la evolución del ciclo económico y sus posibles
consecuencias. En efecto, las distintas escuelas consideran que la recesión y la crisis son
elementos consustanciales al crecimiento económico, cuya dinámica está sujeta a
comportamientos cíclicos.
38
Para la teoría económica clásica, en un modelo sin gobierno, los ingresos generados en
una economía se distribuyen en: salarios, beneficios y rentas. Los clásicos concuerdan
que el salario debe corresponder al valor de las mercancías necesarias para proporcionar
al trabajador los medios de subsistencia y de reproducción de la vida de su familia.
Empero, los salarios están afectados por el crecimiento de la población y por el precio de
las mercancías, porque el valor de ellas está determinado por la cantidad de trabajo que
contienen; por tanto, el valor de una mercancía aumenta cuando crece la cantidad de
trabajo necesaria para su fabricación y disminuye en caso contrario. Mejorar la
productividad permite alcanzar mayor volumen de mercancías y, por ende, reducir su
valor y el valor de los salarios. A David Ricardo (1817) le preocupó la tendencia a la baja
de los beneficios, ya que es el factor que promueve la fase descendente del ciclo
económico y, por tanto, la recesión de la economía. Según sus investigaciones, la renta
de la tierra aumenta en la medida que se incorporan nuevas áreas geográficas a la
producción, porque la labor que debe realizarse para convertirlas en tierras agrícolas es
cada vez más difícil y, por tanto, trae consigo costos adicionales. El aumento de la
superficie agrícola ocurre debido al incremento de la población y el consiguiente
crecimiento de la demanda de alimentos. En este contexto, todo aquello que contribuya a
disminuir el valor de los productos agrícolas es absolutamente favorable para el desarrollo
económico; y, por ello, Ricardo propuso facilitar la importación masiva de alimentos
desde aquellos países en donde la renta de la tierra no sea tan elevada. En un sistema
económico sin gobierno, una vez deducidos los salarios y la renta de la tierra, sólo queda
por determinar la parte correspondiente a los beneficios. El beneficio, o ganancia, es un
rendimiento del capital invertido. Como la principal característica del beneficio es su
riesgo, para que los empresarios inviertan, el beneficio debe ser superior a la tasa de
interés: si aumenta la tasa de interés, caerá el beneficio, pero como la ganancia debe ser
mayor que la tasa de interés, la salida que tiene la economía es el aumento de los precios.
En la etapa de crecimiento del ciclo económico se acrecienta el beneficio de las empresas,
lo que estimula el incremento de la inversión y, por consiguiente, una mayor demanda de
trabajo y la respectiva mejora de salarios. Al aumentar los ingresos de los trabajadores,
crecerá la demanda de alimentos, los cultivos extensivos generarán mayor renta, dando
lugar a la disminución de los beneficios en la industria: en este proceso, el aumento de la
riqueza no sería infinito y, al final, el crecimiento conduciría a un ciclo descendente de la
economía.
39
Con las premisas teóricas formulados por David Ricardo, a mediados del siglo XIX, John
Stuart Mill (1848) formuló la teoría del estado estacionario, argumentando que el
crecimiento económico está sujeto a ciertos comportamientos cíclicos, conformados por
un estado progresivo de crecimiento y prosperidad, y un estado estacionario de
estancamiento de la producción, lo que explica la fase recesiva de la economía y su crisis
(pp. 439-454). Así como Isaac Newton (1687), en su formulación de la Ley de
Gravitación Universal, afirma que “todo lo que sube debe caer” (p. 3), la teoría del estado
estacionario sostiene que todo crecimiento conduce al estancamiento. El estado
estacionario suministra las condiciones necesarias para un programa de reforma social y
al fortalecimiento del Estado, cuyas funciones deberían ser: establecer y cobrar
impuestos, acuñar moneda, proteger los derechos de propiedad y del consumidor,
construir y mantener las obras públicas (carreteras, puertos), proveer educación, y, regular
los servicios públicos (Mill, 1848, pp. 439-454).
Por otra parte, Marx (1867) afirmó que las crisis y los ciclos económicos están impulsados
por los cambios en la tasa de ganancia del capital invertido. Las variaciones que se
produzcan en las ganancias promueven un cambio en la inversión en la misma dirección:
si aumentan las ganancias, aumenta la inversión en aquella rama de la producción y, si
disminuyen las ganancias, disminuye la inversión. Sin embargo, una expansión de la
inversión provoca, en pocos años, una disminución en los beneficios y viceversa, lo que
da lugar al desarrollo del ciclo económico. Según Marx, la tendencia decreciente de la
tasa media de ganancia puede ser contrarrestada de varias maneras: reduciendo el salario
de los trabajadores, aumentando su jornada de trabajo, promoviendo el desarrollo
tecnológico para disminuir los costos de producción o liberalizando el comercio exterior
con el fin de exportar mercancías por encima de su valor, aunque más baratas que los
países competidores (Marx, 1867, p. 271-295). 7 Con el objetivo de contrarrestar la
tendencia decreciente de la tasa media de ganancia y mejorar la rentabilidad del capital,
las corporaciones transnacionales trasladaron sus instalaciones industriales al Asia,
reduciendo significativamente los salarios, abriendo nuevos mercados y externalizando
7
El desarrollo científico y técnico, así como la competencia inter monopólica, han provocado una
modernización incesante de las actividades productivas, transitando desde la manufactura hacia la
mecanización, desde la producción industrial en serie hacia los sistemas de producción flexible, desde la
automatización de los procesos industriales hacia la robótica y la inteligencia artificial, condenando a un
gran número de trabajadores al desempleo crónico o a un empleo cada vez más precario.
40
los impactos ambientales de sus industrias altamente contaminantes hacia aquellos países.
En Estados Unidos, Europa y Japón, el capital se ha refugiado en actividades financieras
especulativas y, a nivel mundial, se ha esforzado por apropiarse de los activos públicos
rentables mediante procesos de privatización. De acuerdo con la teoría económica
formulada por Marx, si, por razones de la propagación del coronavirus SARS-CoV2, la
industria turística del mundo se contrae, disminuirán sus ganancias y no se realizarán
nuevas inversiones en infraestructura turística o en las empresas de aviación comercial,
dando lugar al desempleo y a la caída de los salarios en estas actividades económicas y,
también, en aquellas operaciones vinculadas con sus respectivas cadenas de valor.
John Maynard Keynes (1936) refuta la formulación que realizaron los clásicos sobre que
las recesiones, o las crisis, son el resultado de anomalías que se presentan en la oferta.
Según Keynes, la crisis y la desocupación que ella estimula obedecen a una demanda
reducida, por tanto, el desempleo no puede corregirse con la baja de los salarios en dinero.
Puesto que un consumo escaso provoca el estancamiento o disminución de las actividades
productivas, es necesario aumentar la demanda ya que, si esta se incrementa, crecen las
ventas, se estimula la producción, aumentan las inversiones y se eleva la ocupación. Si
bajan los salarios, disminuye la demanda, se contrae la producción y aumenta el
desempleo. Para Keynes, el ahorro es contraproducente para la economía, pues provoca
la disminución de la demanda, la caída de los precios, la reducción de las ganancias, la
contracción de la inversión, el aumento de la desocupación y la disminución del ingreso,
desembocando en la recesión económica. El ciclo de la economía keynesiana se basa,
entonces, en la necesidad de evitar que la demanda efectiva disminuya y, por ello, se
esfuerza por estimular el consumo, lo que trae consigo el aumento de la producción; al
expandirse la producción, crecen las inversiones, disminuye el desempleo, aumenta el
consumo y mejoran las condiciones de vida de la población (Keynes, pp. 15-259).
Como se puede advertir, aunque tienen distintas interpretaciones, las distintas escuelas de
pensamiento económico reconocen el comportamiento cíclico de la economía, mismo que
se caracteriza por fases recesivas y por fases de auge económico. Así, la crisis económica
es un aspecto consustancial al desenvolvimiento de la economía moderna.
Luego de que se han expuesto sucintamente las principales reflexiones teóricas sobre el
ciclo económico y la crisis, que de su comportamiento se deriva, analizaremos por qué la
pandemia ocasionada por la expansión del coronavirus SARS-CoV2 no es la causa de la
actual recesión económica; esta crisis sanitaria sólo ha profundizado y ha acelerado la
tendencia recesiva de la economía mundial, ocasionando mayores efectos regresivos en
el empleo y en el bienestar de la población mundial.
En los últimos 150 años, el mundo ha sufrido 14 recesiones económicas y se espera que
la causada por el nuevo coronavirus sea la cuarta peor o más grave ocurrida en la historia
moderna. Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff (2011, pp. 267-268) destacan que, desde
1890 hasta la fecha, se han producido nueve crisis bancarias con repercusiones de carácter
mundial. Por su parte, el Fondo Monetario Internacional destaca que, desde la Segunda
Guerra Mundial, han acaecido cuatro recesiones globales, que las define como periodos
de crecimiento económico per cápita negativo durante al menos un año: cada una de ellas
duró solo un año y tuvieron lugar en 1975, 1982, 1991 y 2009.
Figura 2
Crecimiento del PIB per cápita mundial a precios constantes y
recesiones económicas globales: 1960 – 2020.
6,00
5,00
Tasa de crecimiento PIB per cápita
3,00
2,00
1,00
0,00
1979
1961
1964
1967
1970
1973
1976
1982
1985
1988
1991
1994
1997
2000
2003
2006
2009
2012
2015
2018
2021
-1,00
-2,00
1983 = -1,34
-3,00 1975 = -1,24 1991 = -0,23 2009= -2,86
-4,00
2020= -4,3
-5,00
43
siguió subiendo, alcanzando en 1980 un valor de 114,27 dólares constantes de 2019 y
36,83 dólares corrientes de ese año. En la década de los años 70 del siglo pasado, la
economía mundial terminó una etapa de crecimiento ininterrumpido que había tenido
lugar desde la segunda guerra mundial. En este periodo, el sistema basado en el patrón
dólar-oro acordado en Bretton Woods se desmoronó y el sistema monetario internacional
entró en una nueva etapa de emisión de moneda no respaldada en el oro.
44
como objetivo el controlar la producción de petróleo en ese país. 8 En respuesta a la
invasión y anexión iraquí del Estado de Kuwait y con el fin de controlar la producción y
el precio internacional del petróleo, Estados Unidos inició la operación “Tormenta del
Desierto”, con la participación de 540.000 soldados estadounidenses y 200.000 efectivos
de 34 países aliados. Tras el fin del conflicto, Occidente consiguió estabilizar los precios
de la energía durante la última década del siglo pasado. Empero, tras la liberalización de
los sectores financieros y la rápida expansión de los mercados crediticios, los países
escandinavos sufrieron graves crisis bancarias a principios de la década de los años 1990;
en Japón, el estallido de una burbuja de precios de activos resultó en una recesión y un
período prolongado de bajo crecimiento; en Europa central y oriental y la ex URSS, la
transición a economías de mercado estuvo acompañada de una inflación elevada y
contracciones del producto.
En la primera década del siglo XXI se derrumbaron los principales símbolos del poder
financiero estadounidense. Luego de haber transcurrido 7 años de la destrucción de las
Torres Gemelas acaecida el 11S, en 2008 la banca de inversión Lehman Brothers quebró
con una deuda de 613.000 millones de dólares (elmundo.es Economía, 2008); American
International Group, AIG, fue rescatada por la Reserva Federal por un valor de 85.000
millones de dólares; y, la banca de inversión Merrill Lynch fue adquirida por el Bank of
America, por un valor aproximado de 50.000 millones de dólares (The New York Times,
2008). En 2009, el Bank of America acudió a la Reserva Federal para solicitar un rescate
de 138.000 millones de dólares (Expansión.com, 2009), mientras que General Motors se
declaró en bancarrota con una deuda de 27.000 millones de dólares (ABC.es, 2009). En
los años 2009 y 2010, 297 entidades bancarias norteamericanas se declararon en quiebra,
con un costo de 61.636 millones de dólares. En 2020, a raíz la crisis del coronavirus, hasta
el momento, se han producido solo cuatro quiebras bancarias, con un valor en depósitos
de 458 millones de dólares (Federal Deposit Insurance Corporation, 2020)
La recesión económica mundial de 2009, con un decrecimiento de 2,86 por ciento del PIB
per cápita mundial a precios constantes, sucedió a la gran crisis financiera de 2007-2008
8
Por su elevado endeudamiento, contraído a raíz de la guerra contra Irán (1980-1988), Irak se sentía
afectado por la superproducción de Kuwait y de otros países del golfo, que mantenían un precio bajo del
combustible; Irak dependía del volumen de producción y del valor del petróleo para pagar su deuda
externa, casi 40.000 millones de dólares, con intereses de 3 000 millones por año.
45
que tuvo su origen en la burbuja inmobiliaria estadounidense, ocasionada por entidades
financieras que otorgaron indiscriminadamente hipotecas de alto riesgo (subprime) a
personas que no tenían suficiente capacidad de pago para adquirir bienes raíces. Las
facilidades financieras otorgadas por los bancos aumentaron la demanda y los precios de
las viviendas, presentándose un crecimiento inusitado en la industria de la construcción y
el otorgamiento desenfrenado de hipotecas. Este crecimiento fue facilitado por dos
productos de desregulación financiera: los seguros respaldados por hipotecas y por
derivados financieros, “credit default swaps” (CDS, por sus siglas en inglés).9 Los bancos
agruparon varias hipotecas en productos financieros que colocaron en el mercado con el
aval fraudulento de las calificadoras de riesgo, pues evaluaron estos derivados financieros
como buenos o excelentes. La prolongada recesión económica que atraviesa la economía
mundial comenzó a mediados de 2007 en las principales economías avanzadas y se ha
prolongado durante más de una década, a pesar del gran auge en los precios de los activos
bursátiles y de la rápida expansión de las transacciones monetarias, particularmente en
los mercados financieros de Estados Unidos y de la Unión Europea. Sin duda, antes de la
pandemia, la crisis de la economía global de 2009 ha sido la peor crisis financiera desde
la Gran Depresión.
En 2020, el Banco Mundial estima una caída de -4,9 por ciento del PIB per cápita mundial
a precios constantes y una reactivación del 4 por ciento para 2021. Aunque la actividad
económica mundial se recuperará luego del colapso ocasionado por la COVID-19, las
previsiones para las economías avanzadas y las llamadas economías emergentes y en
desarrollo se encuentran por debajo de las tendencias previas a la pandemia durante un
período prolongado. Tras la devastadora crisis sanitaria y económica causada por
COVID-19, luego de soportar una de sus recesiones más profundas, la economía global
tendrá una recuperación moderada. Mientras las estimaciones de crecimiento económico
de Estados Unidos en 2021 llegan a 3,5 por ciento, China crecerá 7,9 por ciento, en
condiciones en donde “es probable, además, que en el curso de los próximos 10 años se
9
Los CDS son derivados financieros que permiten cubrir el riesgo de impago de un activo financiero. Se
trata de una permuta de incumplimiento crediticio y se utiliza como seguro contra impago, transfiriendo
el riesgo de un activo al vendedor del CDS, que actúa como asegurador. Un inversor comprará un CDS
sobre un activo financiero para protegerse del impago de ese activo. Para ello, pagará una prima al
vendedor del CDS, que en caso de que la empresa sobre la que tiene el activo quiebre le pagará el valor
del activo. Si la empresa finalmente no quiebra, el comprador del CDS habrá perdido la prima en favor del
vendedor.
46
agudice la desaceleración, largamente esperada, del crecimiento potencial” (Banco
Mundial, 2021).
Durante cada uno de estos episodios, el producto interno bruto mundial per cápita real
anual se contrajo; esta disminución fue acompañada por el debilitamiento de otros
indicadores clave de la actividad económica mundial. Así, la crisis estructural de la
economía capitalista y de la sociedad moderna se expresa cíclicamente y, a diferencia del
pasado, con la expansión del proceso de globalización, tiende a asumir un carácter que
trasciende los límites nacionales, pues genera efectos prolongados que alcanzan
dimensiones globales, conflictos y dilemas profundos. Por ello, Williams (2013, p. 41)
afirma que, en el siglo XXI, “la crisis contemporánea ya no es un punto de inflexión de
la historia, sino más bien una condición inmanente de ella”. Antes de que ocurriera la
actual crisis económica y financiera ocasionada por la propagación de la COVID-19,
Ocampo (2009) afirmó que la recesión iniciada en 2007-2008, representaba el
acontecimiento económico negativo más sobresaliente de los últimos 100 años.
Con estos antecedentes, la economía global se encuentra apenas en las etapas iniciales de
una de las crisis económicas más agudas y devastadoras, luego de la segunda guerra
mundial. Se trata, entonces, de una crisis económica sin precedentes, cuyas raíces no están
en la pandemia del COVID-19, sino en los principios y cimientos sobre los que se erige
el desarrollo de la economía mundial.
Figura 3
Evolución de las economías de Estados Unidos, Unión Europea y China:
1970 – 2019.
(Porcentaje del Producto Interno Bruto Mundial)
40,0
35,0
30,0
25,0
20,0
15,0
10,0
5,0
-
1970 1974 1978 1982 1986 1990 1994 1998 2002 2006 2010 2014 2018
Un primer aspecto que merece destacarse para entender este proceso es que, en el curso
de los últimos cincuenta años, especialmente en las dos primeras décadas del siglo XXI,
desde el ingreso de China a la Organización Mundial de Comercio (OMC), la importancia
económica de Estados Unidos, medida por el valor relativo de su producción interna con
relación el producto interno bruto mundial, ha venido cayendo estrepitosamente. Si en
1970, el tamaño de la economía norteamericana llegó a representar el 36,6 por ciento de
la producción mundial, en 2019 declinó al 24,4 por ciento. En este mismo período, la
importancia económica de la Unión Europea disminuyó del 24,4 al 17,8 por ciento de la
producción mundial. Por otra parte, entre 1970 y 2000, la gravitación de la economía
48
japonesa en la economía mundial aumentó de 3,2 a 14,5 por ciento; sin embargo, en el
siglo XXI, el valor relativo del PIB de Japón cayó drásticamente, hasta que en 2019
apenas representó el 5,8 por ciento del tamaño de la producción mundial. En contraste
con lo anterior, China ha logrado alcanzar un crecimiento sostenido de su economía: en
1970, la riqueza generada en China significó apenas el 3,1 por ciento de la economía
global, mientras que, en 2019, China contribuyó con el 16,4 por ciento del producto
interno bruto mundial. Al mismo tiempo, la importancia económica de Oriente Medio y
el norte de África mejoró del 1,4 por ciento en 1970, al 4,2 por ciento del PIB mundial en
2019. África subsahariana ha permanecido estancada y, desde la postguerra hasta la fecha,
representa apenas alrededor del 2 por ciento de la economía mundial. Finalmente, la
importancia económica de América Latina y el Caribe aumentó ligeramente de 5,9 por
ciento en 1970 a 6,5 por ciento del PIB mundial de 2019 (Banco Mundial, 2019).
Figura 4
China, Estados Unidos, Unión Europea y Japón:
evolución del crecimiento económico por habitante: 1960-2019
10,00
Tasa anual promedio de crecimiento
9,00
8,00
7,00
6,00
5,00
4,00
3,00
2,00
1,00
0,00
1960-1969 1970-1970 1980-1989 1990-1999 2000-2009 2010-2019
Estados Unidos 3,33 2,12 2,18 1,96 0,95 1,59
Unión Europea 5,01 3,29 1,99 1,89 0,92 1,17
Japón 9,11 3,06 3,70 1,89 0,41 1,43
China 1,23 5,29 8,17 8,76 9,68 7,17
49
Un segundo aspecto que caracteriza la evolución de la economía mundial, en este período,
es la tendencia decreciente en el ritmo de crecimiento de las economías estadounidense,
europea y japonesa. La figura 4 muestra el comportamiento del crecimiento económico
per cápita de las más importantes economías del mundo. Si bien en la década de los años
60 del siglo pasado, el crecimiento de la economía por habitante de Japón, la Unión
Europea y Estados Unidos fue a una tasa promedio anual de 9, 5 y 3,3 por ciento,
respectivamente, el ritmo de crecimiento económico de esos países ha venido cayendo de
manera sostenida, hasta llegar a niveles menores al 1 por ciento, en la primera década del
siglo XXI; empero, en la segunda década del presente siglo, se observa una leve
recuperación económica en aquellos países industriales tradicionalmente aliados a los
Estados Unidos, gracias a su elevado nivel de endeudamiento. Por su parte, desde 1960,
la economía china ha venido creciendo consistentemente, desde un crecimiento per cápita
de 1,23 por ciento en la década de los años 60, hasta un crecimiento de 9,68 por ciento
por habitante, en la primera década del siglo XXI.
El auge económico del dragón asiático tuvo lugar a partir de 1972, cuando Nixon realizó
la primera visita de un presidente norteamericano a China y suscribió el Comunicado de
Shanghái, según el cual Estados Unidos y China acordaron facilitar el comercio bilateral
e impulsar sus relaciones económicas. En 1979, después de que los dos países
establecieron relaciones diplomáticas, 3.000 cajas de Coca-Cola fueron enviadas desde
10
El G7 es el grupo de economías más prósperas desde la segunda guerra mundial: Estados Unidos, Japón,
Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá; mientras que, según PwC, el bloque de las economías
emergentes, E7, está constituido por: Brasil, China, India, Indonesia, México, Rusia y Turquía.
50
Hong Kong a Beijing para su venta, lo cual representó un hito para el inicio del comercio
entre China y Estados Unidos. Cuarenta años después, existían 41 plantas de Coca-Cola
en la parte continental de China, que han generado cerca de 50.000 empleos; en 2012, "la
inversión total de la compañía en China asciende a 5.000 millones de dólares
estadounidenses, y la cifra llegará a 9.000 millones, con el enorme potencial en el área
rural de China" (Brooks, 2012, parr. 21).
Desde la década de los años 60 del siglo pasado, las empresas transnacionales han venido
trasladando sus instalaciones productivas desde el Norte hacia el Sur y desde Occidente
hacia Oriente, promoviendo la denominada deslocalización industrial.
% de la producción industrial
% del PIB mundial
REGIÓN global
1970 2000 2018 1970 2000 2018
Mundo 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Asia 16,1 25,3 37,5 13,8 24,4 52,2
Europa 40,4 31,7 24,9 43,6 33,7 21,6
Norteamérica 31,3 31,0 25,9 29,8 29,0 17,8
Latinoamérica 7,3 7,5 6,7 8,3 9,3 5,7
África 2,8 2,5 3,1 2,4 2,1 1,9
Oceanía 2,1 2,0 1,9 2,1 1,5 0,7
Fuente: Base de datos de la ONU. Departamento de investigaciones económicas y sociales.
Elaboración: el autor.
53
investigación y desarrollo, y la gestión financiera, dando lugar a la conformación de
cadenas globales de valor. En estos sistemas complejos, las funciones reasignadas
abarcan una amplia gama de actividades; las tareas más sencillas, como el montaje y el
ensamble, se asignan a áreas menos industrializadas, mientras las funciones que exigen
conocimientos especializados y de tecnología se trasladan a áreas industrialmente más
avanzadas.
Desde el estallido de la Gran Recesión de 2008, las nubes se han agrupado en el horizonte
de la economía global; la economía de los países desarrollados y emergentes se encuentra
en severos aprietos y su débil dinamismo repercutirá negativamente sobre la producción
mundial. Según un informe sobre la riqueza mundial, “por primera vez desde la crisis
financiera de 2008, los activos financieros globales cayeron en el año 2018, debido al
aumento de las tensiones geopolíticas y a la escalada del conflicto comercial entre Estados
54
Unidos y China” (Allianz Global, 2020, p.16). En efecto, según el Banco Mundial
(2020b), entre 2017 y 2018, la capitalización bursátil se contrajo en un 13 por ciento, al
disminuir de 79,2 a 68,6 billones de dólares. La situación hacia el futuro de Occidente no
es alentadora: estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
(OCDE) (OECD, por sus siglas en inglés: Organisation for Economic Cooperation and
Development) pronostican que el centro de gravedad de la economía mundial se
desplazará más hacia Asia; el crecimiento potencial en las economías de la OCDE y las
no pertenecientes se desacelerará hasta 2060; el crecimiento de la productividad
multifactorial en la mayoría de las economías de la OCDE caerá de 1,1 por ciento en la
década a 2030 a 1,0 por ciento a 2040 y 0,9 por ciento hasta 2050 (Braconier, Nicoletti y
Westmore, 2014, p. 14). En este contexto, la situación económica de América Latina y el
Caribe es aún más crítica, pues ya en el septenio 2014-2020 hubo “el menor crecimiento
económico en la región en los últimos 40 años, en un contexto global de bajo dinamismo
y creciente vulnerabilidad del que no se esperan impulsos positivos significativos”
(CEPAL, 2019, p.11).
De allí que, una de las características más destacadas de América Latina y el Caribe ha
sido su incapacidad de acercarse sostenidamente a los niveles de los países desarrollados,
mientras que Asia se ha convertido en un actor dinámico del desarrollo industrial. En este
contexto, uno de los principales desafíos de América Latina es promover el desarrollo de
una estrategia regional endógena y sostenible para una ventajosa inserción en la economía
mundo.
Antes de la Segunda Guerra Mundial, en casi todos los países del mundo, gran número
de actividades económicas se desarrollaban en base a pequeños negocios; los principales
almacenes eran a menudo puntos de venta locales, no había cadenas nacionales e
internacionales de producción o comercialización. Sólo pocos negocios se cotizaban en
el mercado bursátil: bonos y acciones bancarias, actividades productivas vinculadas con
la minería, industrias de hierro o acero, producción de alimentos o tabaco, fabricación de
rieles o trenes. Pocas personas conducían un automóvil, realizaban llamadas telefónicas,
usaban aparatos eléctricos, escuchaban radio o música grabada, veían televisión o una
película, habían volado en avión, habían tomado antibióticos o conocían la posibilidad de
55
realizar radiografías; peor aún, nadie había usado una computadora o un teléfono
inteligente; tampoco se había realizado trasplantes de corazón, escáneres corporales o,
pruebas de ADN. El desarrollo científico y tecnológico alcanzado por la humanidad en
los últimos setenta y cinco años ha dado lugar a que la población disfrute de los beneficios
generados por industrias como la petroquímica y telecomunicaciones, farmacéuticos y
biotecnología, microelectrónica o informática, transporte automotriz o aéreo. Mientras
tanto, los productores agrícolas reciben bajos ingresos y los fabricantes de vagones o
carruajes tirados por caballos, velas y fósforos han visto disminuir drásticamente su
producción y consumo. Desde entonces, la estructura productiva y financiera mundial ha
cambiado sustancialmente.
Luego de que el expresidente Richard Nixon terminó de manera unilateral con el acuerdo
de Bretton Woods, declarando la inconvertibilidad del dólar en oro, en el sistema
monetario internacional se introdujo la emisión de moneda sin respaldo o dinero fíat.11
Con ello, que cualquier divisa pueda estar referenciada a otra, sin estarlo al oro, lo que
significa que ninguna moneda en el mundo tiene valor intrínseco alguno. Al impedir la
convertibilidad del dólar al oro, la Casa Blanca instauró un shock de proporciones
colosales en la economía mundial, instaurando un sistema monetario que prescindía del
oro como referencia de valor. A partir de entonces, se potenció el uso del dinero fíat y la
prevalencia del dólar, provocando su constante devaluación para que las exportaciones
estadounidenses relativamente fuesen más baratas y, de esta forma, aliviar su déficit en
la balanza comercial. Asimismo, el gobierno norteamericano impuso un arancel temporal
de 10 por ciento a las importaciones, forzando a todos los países a revalorizar su moneda.
Como consecuencia de ello, Japón y las principales potencias económicas de Europa
comenzaron a abandonar el patrón oro y la economía mundial pasó a regirse por un
sistema de tipos de cambio fluctuantes.
11
Mientras el dinero mercancía basa su valor en la existencia de una contrapartida en oro, plata u otro
metal noble, el dinero fíat o dinero fiduciario tiene valor gracias la confianza y al respaldo legal de un
Estado.
57
dólares, en agosto de 2020 el precio de una onza de oro subió a 2.000 dólares, lo que
significa que, durante los últimos 50 años, el dólar estadounidense se ha devaluado en
más del 8,5 por ciento anual. Puesto que, luego de la segunda guerra mundial, el dólar se
convirtió en el principal medio de pago y en la primera fuente de almacenamiento de valor
disponible, su devaluación provoca que todas las divisas se desplomen junto a él.
En los años 60 del siglo pasado, Alemania tomó la decisión de depositar su oro en la
fortaleza de Fort Knox, Estados Unidos, para evitar que cayese en manos de la Unión
Soviética. Pero, en enero de 2013, el Bundesbank anunció su intención de almacenar,
para 2020, la mitad de las reservas de oro alemán en el propio país, pues parte de sus
reservas de oro las tiene depositadas en Estados Unidos, Reino Unido y Francia.
Veinticuatro años después del derrocamiento del muro de Berlín, con el fin de tener
reservas disponibles que permitan afrontar la crisis del euro y las guerras de divisas, el
Bundesbank se propuso solicitar y traer de vuelta 674 toneladas de oro, por un valor de
36.000 millones de dólares, almacenados en Francia y en Estados Unidos. Insólitamente,
la Casa Blanca se negó a devolver el oro que Alemania depositó en la Reserva Federal
estadounidense hasta 2010. Para colmo, Estados Unidos denegó el acceso a las cámaras
acorazadas de la Reserva Federal que fuera solicitado por auditores bancarios germanos
para verificar la presencia física de las reservas del oro que Alemania tiene en ese país.
Frente a las reiteradas negativas de la Reserva Federal, en forma inesperada y sorpresiva,
el gobierno de Alemania decidió renunciar a la repatriación de sus reservas de oro que
mantiene en Estados Unidos. Frente a ello, el fundador y presidente de la Asociación
Alemana de Metales Preciosos de Alemania, manifestó: "Tenemos que saber por qué no
se está haciendo la auditoría apropiada, por qué no presionan al banco central de su socio,
especialmente a la Reserva Federal, para que haga una auditoría adecuada. ¿Por qué no
es posible repatriar ese oro? Así que hay un montón de razones y preguntas sin respuesta".
Peter Boehringer (2017, parr., 5).
58
Una vez que la emisión del dólar dejó de disponer como contrapartida las reservas de oro,
el sector financiero empezó a adquirir una mayor importancia en la economía mundial.
Así, la desvinculación del dólar con el valor del oro propició el desarrollo del sistema
bancario y crediticio, lo que hizo necesarios nuevos estándares regulatorios que fueron
establecidos por el Comité de Basilea de Supervisión Bancaria del Banco de Pagos
Internacionales. El proceso de internacionalización financiera gestó nuevos mercados,
como el de eurodivisas y los centros financieros off-shore, los cuales, con relativa
autonomía, han revolucionado los procedimientos en la circulación del capital financiero
internacional, dando lugar a un pausado -pero sostenido- proceso de financiarización de
la economía, mismo que se refiere a la creciente importancia que adquiere el capital
financiero en el proceso de reproducción y acumulación de capital, es decir, la mayor
gravitación que los mercados financieros, las instituciones financieras y el capital
financiero tienen en el funcionamiento de las economías nacionales e internacional. Así,
poco a poco, la dinámica de la economía mundial se desarrolló gracias a un mayor
protagonismo del capital financiero sobre el capital productivo, pues la actividad
especulativo-financiera empezó a otorgar mayores réditos económicos a los
inversionistas que los obtenidos en la producción agrícola o industrial.
59
La riqueza puede ser riqueza financiera o no financiera. La riqueza financiera neta es el
valor de todos los activos financieros menos los pasivos (deudas) financieros; mientras
que la riqueza no financiera está constituida por el valor monetario de los bienes muebles
e inmuebles (incluyen los recursos naturales disponibles) registrados en los títulos de
propiedad que poseen los jefes, o no, de hogar.
Tabla 3
Estimación de la riqueza, financiera y no financiera, en países y regiones
seleccionadas
Año 2000 Año 2019
Región Riqueza Riqueza Riqueza Riqueza
o total Proporción por total Proporción por
País Billones (%) Adulto Billones (%) Adulto
USD USD USD USD
Global 116,907 100,0 31.415 360,603 100,0 70.849
Estados Unidos 42,320 36,2 210.713 105,990 29,4 432.365
Europa 34,290 29,3 62.259 90,752 25,2 153.973
Asia Pacífico 28,876 24,7 34.977 64,778 18,0 54.211
China 3,704 3,2 4.293 63,827 17,7 58.544
India 1,230 1,1 2.197 12,614 3,5 14.569
Latinoamérica 3,094 2,6 10.194 9,906 2,7 22.502
África 0,762 0,7 2.026 4,119 1,1 6.488
Fuente: Investments Returns Yearbook 2019. Credit Suisse, Research Institute.
Elaboración: el autor
60
Al iniciar el nuevo siglo, la riqueza global promedio por adulto era de US $ 31.415; en
Estados Unidos fue de US $ 210.713; en Reino Unido, US $ 148.842; en Europa, US $
62.259; en Asia Pacífico, US $ 34.977; en China, US $ 4.293; en India, US $ 2.127; en
Latinoamérica, US $ 10.194; y, en África, US $ 2.026 (Credit Suisse, 2019, p, 110). Sobre
esta base nominal, la riqueza global por adulto inicialmente aumentó de US $ 31.415 en
el año 2000 a US $ 53.850 en el año 2007, en el año 2008 cayó a US $ 48.500, pero, en
2019, la riqueza global por adulto llegó a un valor de US $ 70.850.
Como se detalla en la tabla 3, para el año 2019, el total de la riqueza acumulada a nivel
mundial se triplicó a precios corrientes, alcanzando un valor de 360,6 billones de dólares.
Estados Unidos aumentó su riqueza en 2,5 veces, obteniendo 105,9 billones de dólares,
pero disminuyendo su participación al 29,4 por ciento de la riqueza mundial. La riqueza
en Europa se multiplicó 2,6 veces y en Asia Pacífico 2,2 veces. Los países
latinoamericanos aumentaron su riqueza a un ritmo ligeramente superior a la evolución
de la riqueza global (3,2 veces), pero China e India multiplicaron su riqueza 17,2 y 10,3
veces más, respectivamente. En las dos primeras décadas de este siglo, la riqueza de los
hogares experimentó dos fases distintas. Antes de la crisis financiera de 2008, se produjo
la más notable creación de riqueza en la historia económica reciente, con una tasa anual
promedio superior al 10 por ciento. La riqueza aumentó significativamente en todas las
regiones del mundo y tanto China como India, no sólo se beneficiaron de este crecimiento,
sino que impulsaron gran parte de la expansión de la riqueza mundial. A nivel global,
tanto los activos financieros como los no financieros aumentaron a un ritmo acelerado y
todas las regiones del mundo participaron en todos los niveles de la pirámide de riqueza
generada.
Si se toma en cuenta que un dólar estadounidense ahora vale sólo el 69 por ciento de su
valor en el año 2000, entre 2000 y 2019, la riqueza mundial se multiplicó 2,14 veces en
términos reales; en Estados Unidos, 1,74 veces; en Europa, 1,84 veces y en
Latinoamérica, 2,2 veces. En términos reales, China multiplicó su riqueza, financiera y
no financiera, por 12, e India por 7. El crecimiento de la riqueza en China fue
impresionante, 7 veces mayor que Estados Unidos de América. Como resultado de este
proceso, en 2019, la riqueza global promedio por adulto llegó a US $ 70.849; en Estados
Unidos alcanzó US $ 432.365; en Reino Unido ascendió a US $ 280.049; en Europa llegó
a un valor de US $ 153.973; en Asia Pacífico, US $ 54.211; China, US $ 58.544; India,
61
US $ 14.569; Latinoamérica, US $ 22.502; y, África, US $ 6.486 (Credit Suisse, 2019, p,
110).
Tabla 4
Activos y deudas como porcentaje de la riqueza familiar bruta para países
seleccionados
Año 2000 Año 2019
País Riqueza Riqueza No Riqueza Riqueza No Deud
Deuda
Financiera Financiera Financiera Financiera a
Estados Unidos 68,8 31,2 14,2 73,7 26,3 12,6
Reino Unido 63,9 36,1 14,8 48,0 52,0 15,2
Alemania 41,8 58,2 18,5 42,1 57,9 12,4
Francia 46,2 53,8 11,6 40,3 59,7 12,3
Italia 47,5 52,5 6,6 39,3 60,7 8,7
Japón 53,4 46,6 15,5 60,9 39,1 10,9
China 36,4 63,6 1,4 52,7 47,3 7,0
Corea 32,0 68,0 13,2 37,0 63,0 17,8
Fuente: Credit Suisse. Research Institute. Global wealth databook 2019.
Elaboración: El autor.
Hay muchos factores que ayudan a explicar por qué la riqueza por adulto sigue un camino
distinto en diferentes países. El aumento del tamaño de la población es una posible
explicación del menor crecimiento sobre la base de que la riqueza total de los hogares se
comparte entre un mayor número de adultos. Empero, esto podría ser compensado por las
oportunidades económicas que ofrece una población creciente y por la forma en que el
crecimiento de la población sustenta el aumento del precio de los escasos recursos,
especialmente la tierra y la vivienda. El factor que más influye en las diferentes tendencias
de la riqueza de los hogares entre los países es el tipo de actividad económica,
representado por la estructura del PIB y de la demanda agregada. Las razones son claras:
62
la expansión económica (medida por el crecimiento del PIB) aumenta la capacidad de
ahorro y de inversión de los hogares y de las empresas, al igual que el valor de los activos
financieros y no financieros de propiedad de los hogares.
Los mercados emergentes son cada vez más importantes para la economía mundial y su
contribución a la evolución de la riqueza de los hogares obedece al crecimiento de la
propiedad sobre bienes y servicios producidos por la economía real y no tanto en
actividades financieras especulativas que, por lo general, se efectúan en los mercados de
valores de Nueva York, Londres o Tokio. Por el contrario, en los países altamente
industrializados, el crecimiento de la riqueza refleja la inflación de los precios de los
activos financieros, lo que pone en riesgo su estabilidad económica por el peligro latente
de que aflore una nueva burbuja financiera.
Como es conocido, las inversiones directas generan ganancias mayores a la tasa de interés
o al precio del dinero, pues la principal característica del beneficio es el riesgo, por lo que
involucra el valor del interés que se obtiene por la concesión de un préstamo, más una
compensación por el riesgo asumido. Teóricamente, una reducción de la tasa de interés
alienta mayores beneficios a las inversiones que se realizan en el sistema productivo.
No sólo las inversiones que se efectúan para producir bienes y/o servicios asumen riesgos,
también las inversiones financieras están sujetas a riesgo: riesgos políticos, riesgos
económicos, riesgos crediticios, riesgos cambiarios o riesgos de mercado. Así, el
rendimiento del capital de préstamo puede fluctuar a la baja o al alza, es decir, puede caer
o aumentar. Los bonos están sujetos a riesgos del mercado emisor: liquidez, tasa de interés
y valor de la moneda. El precio de un bono puede caer durante su plazo, en particular por
la falta de demanda, la caída en la tasa de interés o una disminución en la calidad crediticia
del emisor. 12 Las inversiones en divisas extranjeras están sujetas a fluctuaciones
cambiarias. Las inversiones en los países emergentes están sujetas a mayor incertidumbre,
debido a la inestabilidad política o porque los mercados financieros y los patrones de
crecimiento económico son relativamente impredecibles. De allí que, a lo largo de la
historia del siglo pasado, los inversionistas dedicados a la especulación financiera
12
Los tenedores de un bono pueden perder parte o la totalidad de su inversión, por ejemplo, si el
emisor se declara en quiebra.
63
atravesaron por graves reveses, sobre todo durante la Primera Guerra Mundial y la Gran
Depresión de los años 30, también en el shock petrolero generado por la OPEP en la
década de los años 70, así como en la crisis financiera de 2008. En estas ocasiones,
muchos inversionistas en el mercado de renta variable fueron a la ruina, especialmente
aquellos que compraron acciones con dinero prestado.
Como resultado de la inyección monetaria que los bancos centrales han realizado para
reactivar la economía, a mediados de 2019, los activos financieros permanecían
claramente por delante de la riqueza total de los hogares estadounidenses, europeos y
japoneses, representando el 73,7 por ciento en Estados Unidos, el 60,9 por ciento en Japón
y el 42,1 por ciento en Alemania. Por el contrario, en las economías emergentes y en las
denominadas economías en transición, la riqueza financiera no es muy significativa en el
volumen de riqueza de los hogares; en India, por ejemplo, la riqueza financiera representa
apenas el 20 por ciento; y, en América Latina, el 30 por ciento de la riqueza total.
Tabla 5.
Composición porcentual de la riqueza financiera en determinados países.
País Año 2000 Año 2018
Activo Otros Activo Otros
Acciones Acciones
Líquido Activos Líquido Activos
Estados Unidos 10,4 30,8 58,8 12,7 30,6 56,7
Reino Unido 19,3 16,9 63,8 24,0 11,0 65,0
Alemania 35,1 27,8 37,1 39,6 20,3 40,1
Francia 30,1 33,8 36,1 26,9 28,9 44,2
Italia 22,4 46,4 31,2 31,5 35,1 33,4
Japón 53,8 11,1 35,1 52,6 14,9 32,5
China 77,4 20,0 2,6 53,0 39,1 7,9
Corea 2,8 6,9 90,3 43,5 20,1 36,4
Fuente: Credit Suisse. Research Institute. Global wealth databook 2019.
Elaboración: El autor.
Los países que tienen mercados emergentes poseen menos acciones y otros activos
financieros que los países de altos ingresos y, por lo tanto, una mayor participación en
activos líquidos de la que se observa en los países industriales. En promedio, los países
“en transición” tienen más activos líquidos que los países de altos ingresos o que las
economías de mercados emergentes.
El Credit Suisse (2019) realizó una investigación sobre la tenencia de activos y deudas
como porcentaje de la riqueza familiar bruta para determinados países por año. Mientras
los países alcanzan un mayor nivel de industrialización, la importancia de los activos
financieros en la riqueza de los hogares tiende a aumentar. En China, por ejemplo, la
participación de los activos financieros en la riqueza bruta aumentó del 36 por ciento en
2000 al 53 por ciento en 2019. En Singapur, la proporción de activos financieros en los
portafolios domésticos ha aumentado del 46 por ciento en 2000 al 57 por ciento en 2018.
En los países más ricos, los activos financieros representan más de la mitad de la riqueza
de los hogares. En el portafolio de la riqueza de los hogares estadounidenses, la
importancia de los activos financieros aumentó de 68,8 por ciento en el año 2000 al 73,7
por ciento en 2019 (p. 151)
La compra de acciones son inversiones de capital que se realizan en los mercados de renta
variable y se consideran inversiones a largo plazo. Las inversiones de capital privado
pueden tener los siguientes riesgos: (i) pérdida total o parcial de la inversión; (ii) los
administradores de inversiones pueden tener incentivos para realizar inversiones que sean
más riesgosas o más especulativas debido a la compensación basada en el desempeño;
(iii) volatilidad de los rendimientos; (iv) restricciones a las transferencias bancarias; (v)
altas tarifas y gastos; y, (vi) estructuras fiscales complejas y retrasos en la información
fiscal importante a los inversores.
65
Tabla 6
Valor de las acciones negociadas en los mercados bursátiles: años 2000 y 2019
Miles de millones de dólares Porcentaje (%)
Región / País
2000 2008 2019 2000 2008 2019
Mundo 45.903 83.761 68.213 100,0 100,0 100,0
USA 29.782 47.245 23.192 64,9 56,4 34,0
China 753 3.905 19.045 1,6 4,7 27,9
Japón 2.481 6.209 5.098 5,4 7,4 7,5
Alemania 1.827 4.190 1.350 4,0 5,0 2,0
Corea 495 1.187 1.928 1,1 1,4 2,8
Reino Unido 1.833 2.736 - 4,0 3,3 -
América Latina 160 709 927* 0,3 0,8 1,4
Otros 8.572 17.580 16.673 18,7 21,0 24,4
Fuente: Banco Mundial (2020b).
* Año 2018
Elaboración: el autor
El inversor que compra acciones de una empresa se convierte en socio propietario de parte
del negocio y puede obtener utilidades de dos formas: (i) percibiendo dividendos o (ii)
vendiendo sus acciones a otro inversor por un precio generalmente mayor de lo que
inicialmente pagó al adquirir las acciones. Una acción es un título que representa una
parte del capital social de una sociedad anónima. Tanto el pago de dividendos como el
valor de la venta de acciones dependen de su capacidad para generar beneficios. Los
inversores compran acciones con la esperanza de que la empresa tenga éxito, pero ese
éxito es algo incierto y depende de varios factores, incluyendo la situación de la economía
en general. Como la rentabilidad de las acciones no se conoce en el momento de su
adquisición, al mercado bursátil se lo denomina también mercado de renta variable.
A principios del siglo XX, el mercado de valores del Reino Unido era el más grande del
mundo, y representó la cuarta parte del mercado mundial de renta variable o mercado de
compra y venta de acciones; mientras que el valor de las transacciones financieras
realizadas en las bolsas de valores de Estados Unidos representó el 15 por ciento del
mercado financiero mundial, Alemania (13 por ciento) ocupó el tercer lugar, seguida de
Francia, Rusia y Austria-Hungría. Para fines del siglo pasado e inicios del presente, el
valor de las acciones negociadas, tanto nacionales como extranjeras, en el Reino Unido
66
representó apenas el 4 por ciento del valor de las acciones negociadas en los mercados
bursátiles globales.
Tabla 7
Capitalización bursátil de empresas que cotizan en Bolsa: años 2000 y 2018.
(Valores en miles de millones de dólares y porcentajes de los valores globales)
Miles de millones de dólares Porcentaje (%)
Región / País
2000 2008 2018 2000 2008 2018
Mundo 30.963 32.271 68.650 100,0 100,0 100,0
Estados Unidos 15.108 11.590 30.436 48,8 35,9 44,3
China - 1.779 6.325 0,0 5,5 9,2
Unión Europea 5.803 5.191 5.768 18,7 16,1 8,4
Japón 3.157 3.116 5.297 10,2 9,7 7,7
Canadá 771 1.034 1.938 2,5 3,2 2,8
Corea 171 471 1.414 0,6 1,5 2,1
América Latina 488 1.132 1.815 1,6 3,5 2,6
Rusia - - 576 0,0 0,0 0,8
Arabia Saudí - - 496 0,0 0,0 0,7
Otros 5.465 7.958 14.585 17,7 24,7 21,2
Fuente: Banco Mundial (2020b). Base de datos.
Elaboración: el autor
En 2019, el valor total de las acciones negociadas, tanto nacionales como extranjeras, en
el mercado bursátil norteamericano fue de 23,1 billones de dólares, 49 por ciento menos
que el año 2008. Lo más destacado en la evolución de los mercados bursátiles
internacionales es el despliegue de China que, en las dos primeras décadas del siglo XXI,
aumentó su participación en el valor de los mercados bursátiles de 1,6 a 27,9 por ciento,
llegando a realizar transacciones por un valor de 19 billones de dólares y convirtiéndose
en el segundo país más importante de los mercados bursátiles del mundo; le siguen Japón,
Corea y Alemania. América Latina aún no tiene datos registrados para 2019, pero, en
67
2018, en sus países se negociaron 927.000 millones de dólares en compra y venta de
acciones.
La capitalización bursátil representa el valor de mercado que tienen las empresas que
cotizan en las bolsas de valores que configuran los mercados financieros, el cual equivale
al precio de las acciones multiplicado por el número de acciones en circulación; se
excluyen los fondos de inversión, las sociedades de inversión y las empresas que
mantienen acciones de otras empresas que cotizan en bolsa.
Los datos que se registran en la tabla 7 son valores de fin de año convertidos a dólares de
Estados Unidos, utilizando los correspondientes tipos de cambio. En el año 2018, el valor
bursátil de las empresas estadounidenses ascendió a 30,436 billones de dólares,
equivalente al 44,3 por ciento del valor bursátil de todas las empresas nacionales del
mundo que cotizan en los mercados financieros. El valor bursátil de las empresas
europeas aumentó levemente en estas dos décadas, conservando su valor en más o menos
5,8 billones de dólares, situación que contrasta con el importe bursátil de las empresas
japonesas que aumentó de 3,1 a 5,3 billones de dólares, o con el aumento vertiginoso que
ha tenido el valor bursátil de las empresas chinas, antes ausentes en los mercados globales
de valores y que, en 2018, alcanzaron a representar el 9 por ciento de la capitalización
bursátil global.
Tabla 8
Operaciones financieras diarias en los mercados extrabursátiles: 2019
Valor (Miles de
Tipo de transacciones millones de %
dólares)
Swaps de tipo de cambio 3.200 48,5
Transacciones Spot 2.000 30,3
Forwards (Futuros) 1.000 15,1
Swaps de divisas 108 1,6
Otros 294 4,5
Total 6.602 100,0
Fuente: Triennial Central Bank Survey Foreign exchange turnover in April 2019
Banco de Pagos Internacionales. 16 de septiembre de 2019.
Elaboración: el autor.
68
Tabla 9
Participación de divisas por volumen de negocios en el mercado Forex en 2019.
(Valores porcentuales)
Puesto Divisa %
1 Dólar estadounidense 44,15
2 Euro 16,15
3 Yen japonés 8,4
4 Libra esterlina 6,4
5 Dólar australiano 3,4
6 Dólar canadiense 2,5
7 Franco suizo 2,5
8 Yuan chino 2,15
9 Dólar de Hong Kong 1,75
10 Dólar neozelandés 1,05
11 Corona sueca 1
12 Won surcoreano 1
13 Dólar de Singapur 0,9
14 Corona noruega 0,9
15 Peso mexicano 0,85
16 Rupia india 0,85
17 Rublo ruso 0,55
18 Rand sudafricano 0,55
19 Lira Turca 0,55
20 Real brasileño 0,55
21 Otras 3,85
Fuente: Triennial Central Bank Survey Foreign exchange turnover in April 2019
Banco de Pagos Internacionales. 16 de septiembre de 2019.
Elaboración: el autor.
A partir del desacople del dólar con el oro, las grandes corporaciones alentaron el
desarrollo del mercado bursátil para vender sus acciones y convertirlas en dinero en
efectivo, con el propósito de obtener la liquidez necesaria para expandir sus negocios. Las
inversiones estadounidenses están en gran parte dominadas por la compraventa de
acciones y de bonos del tesoro a largo y corto plazo. Simultáneamente, con el fin de
atender las necesidades corporativas, la banca internacional colocó en el mercado nuevos
instrumentos financieros denominados “derivados”, que se negocian en los mercados
69
extrabursátiles denominados OTC (“over the counter” por sus cifras en inglés), en los que
se negocian distintos instrumentos financieros: swaps, transacciones spot, avances
directos y otras opciones de futuros financieros.
Un estudio realizado por Credit Suisse (2020) sobre el retorno de la inversión realizada
en distintas clases de activos financieros estadounidenses, en el período 1900–2019,
señala que la rentabilidad real promedio anual de las acciones fue de 6,5 por ciento,
mientras que la inversión a largo plazo en bonos del tesoro de Estados Unidos alcanzó
una rentabilidad de apenas 2,0 por ciento anual. Por supuesto, la rentabilidad obtenida en
el mercado de renta variable (compra de acciones) ha sido distinta en los diversos países;
mientras, entre 1900 y 2019, la rentabilidad real promedio anual de las acciones en
Estados Unidos y Austria fue de 6,5 por ciento; en Suecia fue de 6 por ciento; Reino
Unido: 5,5 por ciento; Japón: 4,3 por ciento; Francia: 3,5 por ciento; y, Alemania: 3,2 por
ciento. Las dos primeras décadas del siglo XXI han sido sumamente gratificantes para los
inversionistas que han obtenido retornos promedios de capital accionario de 7,6 por ciento
anual y un sólido 3,6 por ciento para inversiones en bonos del tesoro a largo plazo (pp.
19-25).
El término forward se emplea para definir un contrato a futuro, mismo que determina un
valor de compraventa de un activo, una divisa o un valor establecido en el momento en
el que se efectúa el contrato. Éste debe ser pagado en una fecha futura en que se entregará
70
la totalidad del activo. No existe un mercado regulado sobre ellos. Consiste simplemente
en efectuar un proceso de compra y venta en una fecha prefijada, a una cantidad
preestablecida. Los contratos de “futuros” son bastante utilizados en todo tipo de
actividades financieras; las dos partes del contrato se comprometen a intercambiar bien
sea un monto o una renta fija a futuro, cuyo valor se determina anticipadamente.
Tabla 10
Participación de las principales monedas en las reservas oficiales de divisas al 31
de diciembre de 2019.
(Valores en miles de millones de dólares)
%
Divisas Valor
En el siglo pasado, el Índice Future Brand clasificaba a Japón como el país número uno
en el mundo de las finanzas, especialmente en la negociación de futuros. Los futuros son
contratos de compra o venta de ciertas materias primas o valores en una fecha futura,
pactando en el presente el precio, la cantidad y la fecha de vencimiento; estas
negociaciones se realizan en mercados bursátiles y tienen una larga historia en los
mercados financieros. Hacia 1730, Osaka comenzó a comercializar futuros de arroz y esta
ciudad se convirtió en la principal bolsa de derivados en Japón (y el mercado de futuros
más grande del mundo en 1890), mientras que la Bolsa de Tokio, fundada en 1878, se
convertiría en el mercado líder para el comercio spot. De 1900 a 1939, Japón fue el
71
segundo mejor actor de renta variable del mundo; empero, la Segunda Guerra Mundial
fue desastrosa para Japón y las acciones japonesas perdieron el 96 por ciento de su valor
real. Empero, de 1949 a 1959, comenzó el "milagro económico" de Japón y las acciones
dieron un rendimiento real satisfactorio durante este período.
El mercado de divisas, también conocido como Forex (abreviatura del término inglés
Foreign Exchange), FX o Currency Market, es un mercado mundial descentralizado en el
que se negocian divisas. Inicialmente, este mercado nació con el objetivo de facilitar el
flujo monetario que se deriva del comercio internacional. Es el mercado financiero más
grande del mundo, llegando a mover, en 2019, un volumen diario de transacciones de 6,6
billones de dólares estadounidenses. Los mercados financieros han crecido tanto que, en
la actualidad, el total de operaciones en moneda extranjera del comercio internacional de
bienes y servicios representan un porcentaje casi residual, debiéndose la mayoría de estas
a la compraventa de activos financieros. En consecuencia, este mercado es bastante
independiente de las operaciones comerciales reales y las variaciones entre el precio de
dos monedas no puede explicarse de forma exclusiva por las variaciones de los flujos
comerciales.
En 2019, más de 2,9 billones de dólares diarios se negociaron en los mercados bursátiles
y extrabursátiles estadounidenses, es decir, un volumen 49 veces mayor que el valor del
PIB estadounidense y 12 veces más de lo que toda la economía mundial produce en un
día.13 Todos estos movimientos de dinero están sujetos a variables como las tasas de
interés a corto plazo y los índices bursátiles. Las empresas lo utilizan para reducir los
costos y los riesgos de financiación de cualquier actividad o para proteger la inversión de
los riesgos que suponen ciertas barreras financieras. Según el Banco de Pagos
Internacionales (BPI), los resultados mundiales preliminares de la “encuesta de
operaciones de divisas y de derivados del mercado bancario trienal de 2019” muestran
que, en abril de 2019, el comercio en los mercados de divisas alcanzó un valor promedio
por día de 6,6 billones de dólares. Esto es superior a los 5,1 billones de dólares
comercializados diariamente en abril de 2016. El ritmo de crecimiento del volumen de
negocios de estos mercados es alarmante: en 2001, las transacciones diarias de derivados
13
El mercado extrabursátil es el mercado over-the-counter (OTC), mercado paralelo no organizado o
mercado de contratos a medida, en donde se negocian instrumentos financieros (acciones, bonos,
materias primas, swaps o derivados de crédito) directamente entre dos partes.
72
financieros ascendieron a 1,24 billones de dólares; en 2007 llegaron a 3,32 billones de
dólares; en 2016, alcanzaron los 5 billones de dólares; y, en 2019, el volumen diario de
transacciones de derivados financieros alcanzó un valor de 6,6 billones de dólares (BPI,
2019, p. 11). En 2019, el promedio de transacciones diarias de derivados financieros fue
28 veces más grande que el valor de la riqueza producida cada día por la economía real.
73
Capítulo III
Para Keynes, el dinero tiene tres funciones: (i) medio intercambio o medio de pago; (ii)
unidad de cuenta y patrón de precios; (iii) depósito o reserva de valor. La teoría
económica keynesiana considera que la función más importante del dinero es ser medio
de pago; si se considera el rol del dinero como almacenamiento de valor, el ahorro detiene
el crecimiento económico, porque las actividades productivas se estimulan cuando las
personas gastan su dinero. Empero, el problema que enfrentan las personas es la
destrucción continua de su riqueza personal por la inflación o la desvalorización de su
moneda. Antes de que surgiera el keynesianismo, la inversión productiva se financiaba
74
con los ahorros de las familias, ahora, con la financiarización de la economía, la inversión
se financia con deuda y, para ello, los inversionistas deben obtener créditos en los bancos.
Para neutralizar los efectos recesivos de la crisis económica global de 2009 y contrarrestar
el debilitamiento de la actividad económica, los países desarrollados fomentaron la
aplicación de una nueva teoría y política monetaria, conocida como flexibilización
cuantitativa o flexibilización monetaria. Esta política la inició el gobierno de Japón, luego
se aplicó en Estados Unidos y, posteriormente, en la Unión Europea. La flexibilización
monetaria no es más que una inyección de dinero que realizan los Bancos Centrales a
través de la compra de ciertos activos bancarios con un plazo de vencimiento a futuro.
Mediante estas operaciones, los bancos centrales de esos países compraron la abultada
deuda pública y privada que tenían los bancos privados, imprimiendo nuevos billetes bajo
el supuesto de que, con mayor liquidez, la situación financiera de los bancos privados
mejoraría, puesto que, al crecer la oferta de crédito, caerían las tasas de interés.
Teóricamente, el aumento de la liquidez en los bancos privados y la caída en los tipos de
interés permiten otorgar nuevos créditos a la economía productiva; con ello, los hogares
y las empresas podrían incrementar, respectivamente, el consumo y la inversión con base
en la deuda. Como ese crédito se filtra hacia el exterior para ocupar nuevos nichos de
mercado, se aumentaría la demanda de divisas internacionales y, por tanto, su valor. El
acrecentamiento de la demanda de divisas internacionales provoca la depreciación de la
moneda nacional o regional y, por esa vía, se alcanza una mayor competitividad de las
exportaciones. Estos son los supuestos de la nueva política monetaria.
Bajo los postulados de la nueva política monetaria, muchos bancos centrales redujeron
progresivamente las tasas de interés, hasta llegar a cero por ciento e, incluso, a tasas
75
negativas de interés. Actualmente, en todos los países industrializados, el costo del dinero
permanece en niveles extremadamente bajos; el Banco Central Europeo, el Banco de
Japón y el Sistema de la Reserva Federal de Estados Unidos han facilitado créditos a los
bancos comerciales por miles de millones de dólares, a valores cercanos al cero por ciento
de interés, para que canalicen ese dinero a las grandes corporaciones, con el fin de mejorar
sus balances financieros. Estas políticas podrían estimular la demanda y la inversión,
pero, en la realidad, no logran reactivar el sistema productivo, pues las grandes empresas
no han destinado ese dinero a la renovación productiva y al aumento de la productividad,
sino a la actividad especulativa, a través de la recompra de sus propias acciones, lo cual
ha dado lugar, por una parte, al aumento ficticio del valor de sus activos y, por otro, a que
se reduzca la tasa de ganancia, o el volumen de beneficios con relación al nuevo valor del
capital.
En este contexto, uno de los objetivos de la nueva política monetaria es aplicar tasas de
interés negativas y anular o minimizar el uso del dinero en efectivo, puesto que se lo
aprovecha para evadir impuestos, o, para financiar otras actividades ilegales. Sin
76
embargo, la lucha contra las actividades ilícitas no es el principal objetivo de la nueva
política monetaria. Al anular el dinero en efectivo, desde su nueva óptica, los nuevos
monetaristas consideran que los bancos centrales podrían disponer de mejores
herramientas para contrarrestar las recesiones cíclicas, impulsando una espiral de
endeudamiento con tasas de interés negativas. De allí que, Assenmacher y Krogstrup
(2020) sugieren sustituir paulatinamente el dinero en efectivo con dinero electrónico, “por
cuanto su circulación establece un límite a las tasas nominales de interés y restringe la
capacidad de la política monetaria para contrarrestar las recesiones cíclicas, la deflación
y el desempleo” (p. 6). Si se aplica una tasa de interés negativa, la adquisición de un
préstamo implica el pago de un monto menor. Así, los bancos centrales podrían
implementar una política monetaria que aplique, sin restricciones, el endeudamiento con
tasas de interés negativas.
¿Cuáles son las perspectivas a futuro si, progresivamente, el dinero pierde su valor debido
a la aplicación de tasas negativas de interés? Funcionarios del Fondo Monetario
Internacional tienen la respuesta, pues son firmes partidarios de la aplicación de esta
nueva política monetaria:
“En un mundo sin dinero en efectivo, las tasas de interés no tendrían un límite
inferior. Para contrarrestar una recesión severa, un banco central podría reducir la
tasa de política monetaria de 2 por ciento, por ejemplo, a menos 4 por ciento. El
recorte de la tasa de interés se transmitiría a los depósitos bancarios, los préstamos
y los bonos. Sin efectivo, los depositantes tendrían que pagar la tasa de interés
negativa para mantener su dinero en el banco, con lo cual el consumo y la
inversión se tornarían más atractivos. Estas medidas promoverían los préstamos,
impulsarían la demanda y estimularían la economía”. (Agarwal y Krogstrup,
2018, parr. 3).
77
depreciaría al mismo ritmo que la tasa de interés negativa del dinero electrónico”
(Assenmacher y Krogstrup, 2020, pp. 8-9).
Con la propagación del coronavirus SARS-Cov2 se han creado las condiciones para que,
especialmente en las ciudades, las pequeñas transacciones que se realizan en el comercio
minorista se efectúen convenientemente a través de formas electrónicas de dinero (tarjeta
de débito o tarjeta de crédito). Una vez que se extienda el dinero electrónico en las
transacciones del comercio minorista, culturalmente será más fácil que los ciudadanos
acepten que los bancos centrales eliminen gradualmente el dinero físico, con el objetivo
de evitar que el dinero en efectivo sea usado para financiar actividades ilegales como la
evasión de impuestos, el narcotráfico, la compra de armas o el tráfico de personas.
Como se ha mencionado anteriormente, en los países del Norte, desde la década de los
años 70, antes de que emergiera la pandemia de la COVID-19, la expansión de la
economía se estaba debilitando de manera persistente. Así, mientras las economías del
Grupo de los Siete (G7)14 crecieron en la década de los años 70 a una tasa anual promedio
per cápita de 2,7 por ciento, en la primera década del siglo XXI su crecimiento económico
promedio anual por habitante disminuyó a 0,7 por ciento y, gracias a un elevado
endeudamiento público y privado, en el período 2011-2018, su crecimiento económico
promedio anual per cápita llegó apenas a 1,25 por ciento. Esta situación ha dado lugar a
que la importancia económica relativa de las economías avanzadas se reduzca
paulatinamente, por lo que, según el (FMI, 2019a), en 1980 las economías avanzadas
14
El Grupo de los Siete, G7, está conformado por los países industriales de mayor gravitación económica
y política en el mundo: Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido.
78
representaban el 63 por ciento del PIB a precios de paridad de poder adquisitivo (PPA),15
mientras que, en 2020 su gravitación relativa ha disminuido al 40 por ciento, por lo que
los mercados emergentes representan, ahora, el 60 por ciento del PIB mundial (PPA).
Conforme ha ido aumentando el elevado nivel de endeudamiento que han adquirido los
gobiernos, las empresas y los hogares en los países industriales, la política monetaria
implementada por el Banco de Japón, el Banco Central Europeo y la Reserva Federal ha
traído consigo la disminución de las tasas de interés, puesto que no hay forma de sostener
la enorme cantidad de deuda contraída en todo el mundo sin bajar los intereses. Así, las
tasas negativas de interés tienen por objeto obligar a que la gente gaste todo su dinero en
15
El PIB PPA es un indicador que permite comparar el desenvolvimiento de las distintas economías del
mundo, de acuerdo con el poder adquisitivo que tengan las monedas en sus respectivos países.
79
consumo o en inversiones especulativas, para mantener a flote toda la economía, real y
ficticia, basada en la deuda.
Cuando las tasas de interés eran elevadas, la clase media norteamericana o japonesa
ahorraba en los bancos o invertía en acciones bursátiles. A partir de ahora, cuando las
tasas de interés tienden a ser negativas, el ahorro se desvanecerá como opción económica
en las familias, en lugar de que sus ahorros disminuyan, los hogares preferirán destinar
sus excedentes al consumo o continuar invirtiendo en acciones bursátiles.
Como el capital de inversión considera a los bonos con interés negativo como un
instrumento financiero de largo plazo, la compra de bonos con tasas de interés negativa
se explica por cuanto los inversionistas los convierten en adquisición de medios de
intercambio: un bono con rendimiento negativo a 10 años implica apostar que el siguiente
bono que se emita será a una tasa negativa mayor, por lo que el precio del primer bono
aumentará y, así, se lo podrá vender a futuro y obtener un beneficio. En octubre de 2019,
el volumen de bonos del Estado con rendimiento negativo ascendió a ¡15 billones de
dólares! (FMI, 2019b, p. vii).
Esta nueva política monetaria ha auspiciado el elevado nivel de endeudamiento que tienen
ahora los países industrializados. En 2019, la deuda del Gobierno Federal de Estados
Unidos marcó récord y superó, por primera vez en su historia, los 23 billones de dólares,
según cifras difundidas por el Departamento de Tesoro de Estados Unidos de América
(U.S. Department of the Treasury, 2019). La deuda gubernamental ha crecido cerca de un
16 por ciento desde que el entonces presidente Donald Trump llegó al poder en enero de
2017, cuando se situaba en 19,9 billones de dólares. De igual forma, el Departamento de
Estado reveló que el déficit presupuestario del Gobierno central se disparó un 26 por
ciento en el año fiscal 2019 hasta rozar el billón de dólares (984.000 millones), la cifra
más alta en siete años. Por otra parte, El desequilibrio fiscal medido como porcentaje del
producto interior bruto (PIB) pasó de 3,8 por ciento a 4,6 por ciento, entre septiembre
2018 y octubre de 2019 (Ibid., 2019).
Ali Abbas, Nazim Belhocine, Asmaa El-Ganainy y Mark Horton (2011), funcionarios del
FMI, estimaron que, en la primera era de globalización financiera (1880–1913), los
coeficientes de endeudamiento en las economías avanzadas disminuyeron, de 45 por
80
ciento del PIB en 1880 a 29 por ciento del PIB en 1913. En esa época, la vigencia del
patrón oro alentó el desarrollo de flujos comerciales que incentivaron el crecimiento y
redujeron la deuda pública. La deuda más baja (23 por ciento del PIB) se registró en 1914.
La Primera Guerra Mundial (1914–1918) y las crisis fiscales posteriores obligaron a las
economías avanzadas a endeudarse nuevamente; tras reducirse en los años veinte, la
deuda volvió a dispararse en la Gran Depresión llegando a un máximo de 80 por ciento
del PIB en 1932. Luego de la segunda guerra mundial, en 1946, el nivel de endeudamiento
de las economías avanzadas llegó a casi el 150 por ciento del PIB (pp. 28-29.). En 2020,
la deuda de las economías desarrolladas ha alcanzado niveles nunca vistos antes en la
historia de la modernidad.
Tabla 11
Nivel de endeudamiento de países del G7: año 2018
(Valores en porcentajes del PIB)
Deuda Deuda
Corporaciones Corporaciones
PAÍS sector sector Hogares
no financieras financieras
público privado
Estados Unidos 136,3 211,8 133,9 77,9 338,56
Canadá 108,4 260,5 157,1 103,3 407,34
Japón 238,7 223,8 161,5 62,4 651,07
Alemania 70,4 154,1 100,0 54,1 354,27
Reino Unido 116,6 215,1 125,1 90,0 723,71
Francia 122,1 266,5 195,5 71,0 503,19
Italia 147,3 175,3 112,0 63,3 309,05
Fuente: OECD.Stat (2020)
Elaboración: El autor.
De acuerdo con la OCDE, en el año 2018, la deuda pública total de los países
industrializados integrantes del G7 ascendía a 54 billones de dólares, lo que representa el
138 por ciento del PIB combinado de estos países (OCDE, 2020) y el 63 por ciento de la
riqueza generada por la economía mundial en ese mismo año. En los países que integran
el Grupo de los 7 la situación es crítica pues, en 2018, la deuda privada16 llegó a 83,1
billones de dólares, aproximadamente similar al valor de la producción mundial del
16
Este indicador mide el endeudamiento de las corporaciones no financieras y hogares e instituciones sin
fin de lucro al servicio de los hogares (ISFLSH), como porcentaje del PIB.
81
mismo año y al 212 por ciento del PIB combinado de estos países. La deuda privada en
Francia representa el 266 por ciento de su producto interior bruto, 260 por ciento en
Canadá, 215 por ciento en el Reino Unido, 223 por ciento en Japón, 211 por ciento en
Estados Unidos de América, 175 por ciento en Italia, y, 154 por ciento en Alemania. Por
otra parte, la deuda de los hogares,17 como porcentaje de sus activos financieros, registra
los siguientes valores: Canadá, 33 por ciento; Francia, 31 por ciento; Alemania, 29 por
ciento; Italia, 22 por ciento; Japón, 17,7 por ciento; Reino Unido, 29 por ciento; y, Estados
Unidos, 19 por ciento.
Tabla 12
Deuda total por sector de países seleccionados: año 2019
(Valores en porcentajes del PIB)
Corporaciones Sector
Región / País Gobierno Hogares
no financieras Financiero
Global 88,9 91,6 60,2 81,3
Estados Unidos 101,9 73,9 74,3 76,9
Zona Euro 101,8 108,4 57,5 123,7
Japón 229,8 104,7 56,7 156,8
Reino Unido 105,7 80,2 83,8 175,3
China 53,7 150,3 54,3 42,2
Fuente: Global Debt Monitor. Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, 2020).
17
La deuda de los hogares incluye la deuda de las instituciones sin fines de lucro que prestan servicios a
los hogares y en ella se registra los préstamos para compra de vivienda y otras cuentas por pagar
correspondientes a seguros, pensiones y garantías estandarizadas. Los activos de los hogares pueden ser
financieros y no financieros. Los activos financieros son la suma de las siguientes categorías: moneda,
depósitos a la vista, títulos de deuda, acciones de fondos de inversión, patrimonio y otras cuentas por
cobrar. Los activos no financieros de los hogares se relacionan con bienes inmuebles.
82
los gobiernos se duplica a partir de los niveles de 2019 y si hay una contracción del 3 por
ciento en la actividad económica mundial, la acumulación de deuda mundial aumentaría
del 322 por ciento del PIB a más del 342 por ciento en el año 2020 (Ibid., 2020, p. 1).
83
Por otra parte, la decisión adoptada por Donald Trump de disminuir los impuestos a las
empresas, en lugar de estimular el crecimiento de la economía real, incitó el crecimiento
del mercado extrabursátil. Esta política económica no ha contribuido significativamente
a mejorar las condiciones de vida de la población, ni ha conseguido un sostenido
crecimiento económico: su logro se reduce a apoyar a las grandes empresas gracias a la
recompra de sus acciones.
Con el fin de dinamizar el desarrollo de la economía global, es muy probable que el Foro
Económico Mundial y otras instituciones internacionales inciten a los acreedores privados
para que desistan de sus reclamos de pago de la deuda otorgada a los países “en
desarrollo”. Sin embargo, estas llamadas no serán atendidas porque, sencillamente, la
codicia de los inversores incita a que se preocupen más por sus propias riquezas que por
el hambre, la pobreza y la difícil situación de gran parte de la población mundial. El
capital privado tendrá poco interés por reestructurarla y, peor aún, de condonarla; la
historia nos dice que las deudas privadas se reestructuran sólo cuando los acreedores se
convencen de que un pedazo de pastel es mejor que ninguno. ¿En qué afecta a un
milmillonario descontar de sus libros contables algunas de decenas o centenas de millones
84
de dólares? Al finalizar 2020, Jeff Bezos (Amazon) tenía una fortuna de 193.700 millones
de dólares, Elon Musk (TESLA), 160.700 millones de dólares; Bill Gates (Microsoft),
131.500 millones de dólares; Bernard Arnault (Berluti, Christian Dior), 113.800 millones
de dólares; Mark Zuckerberg (Facebook), 104.800 millones de dólares. A pesar de la
pandemia, el año 2020 finalizó con máximos históricos para las 50 personas más ricas del
mundo, cuya fortuna alcanzó 785.764 millones de dólares. Se trata de una riqueza ficticia
porque, más allá de su ostentación, sencillamente ni ellos ni sus inmediatas generaciones
la podrán disfrutar. ¿Tiene sentido un mundo en el que, por una parte, exista una pequeña
parte de la población mundial que acumula grandes volúmenes de riqueza que ni siquiera
las puede disfrutar, mientras alrededor de 1.000 millones de personas padecen hambre y
pobreza extrema en el mundo?
85
• Autorización de préstamos de valores respaldados por activos a plazo, la FED está en
facultad de adquirir paquetes de activos garantizados para apoyar la concesión de
créditos de consumo: préstamos para compra de automóviles, préstamos para estudios
y otros tipos de crédito;
• A través de la concesión del denominado “servicio de financiación de pagarés”, ya
utilizado durante la crisis financiera de 2007-2008, la FED puede otorgar dinero
directamente a aquellas empresas que son grandes generadoras de empleo;
• Suministrar líneas de crédito empresarial del mercado primario, facilitando garantías
a deudas corporativas emitidas por empresas de alta calificación;
• Compra de bonos emitidos por grandes corporaciones empresariales o fondos
negociados en mercados secundarios, es decir, en mercados financieros donde estos
valores se negocian después de su primera emisión, por parte de la FED, con el fin de
estabilizar el mercado de deuda corporativa y facilitar a las empresas, cuyos activos
son calificados con altos grados de inversión.
• Finalmente, otro mecanismo disponible es el denominado “línea de liquidez de fondos
mutuos del mercado monetario” que podría estabilizar el funcionamiento del mercado
monetario, especialmente en momentos de crisis extrema, cuando los inversionistas
deseen retirar dinero rápidamente. A través de esta herramienta, la FED puede otorgar
préstamos de hasta un año a instituciones financieras que presentan como garantía
activos de alta calidad como, por ejemplo, títulos o bonos del tesoro de Estados
Unidos.
86
que realizan los bancos. También señaló que las empresas con peor perfil crediticio son
las que adquirieron cada vez más deuda y comunicó que “3,8 billones de dólares en bonos
de Estados Unidos tienen bajo grado de inversión y están a punto de ser degradados a
bonos basura” (Morrell, 2019, parr. 8).
Doce años más tarde de haber aplicado la nueva política monetaria y crediticia y tres
meses antes de que emergiera la expansión del coronavirus SARS-CoV2, el FMI (2019,
b), afirmó que “la economía mundial se encuentra en una desaceleración sincronizada,
advirtiendo que la recuperación es incierta, las perspectivas mundiales siguen siendo
precarias y las economías industriales continúan enfriándose en dirección a su potencial
a largo plazo” (pp. vii-viii).
Sin duda, el recorte de las tasas de interés ha logrado aliviar levemente las arcas fiscales
y ha beneficiado a las corporaciones privadas, porque han mejorado sus ganancias. Así,
la nueva política monetaria permite a los bancos obtener dinero gratuito para financiar a
las empresas la recapitalización de sus acciones, con lo que, en el futuro, el público deberá
pagar intereses negativos por sus depósitos, mientras los sistemas de seguridad social
perderán miles de millones de dólares en ingresos que antes recibían por los intereses que
87
devengaban por las inversiones realizadas con los fondos de pensiones. De este sombrío
panorama ni siquiera el sistema de pensiones de Noruega se pondría a salvo.18
La política de tipos de interés negativos implica que el dinero tiene un valor negativo.
Para quienes tienen acceso a esos créditos, la deuda es buena porque no deben devolver
todo el dinero prestado; sin embargo, para los ciudadanos de a pie, los intereses negativos
representan una auténtica confiscación de sus ahorros, porque los bancos centrales en
lugar de cobrar intereses a las empresas, a los bancos comerciales o a los gobiernos, por
su elevado nivel de endeudamiento, en adelante permitirán que los bancos comerciales
cobren a los ciudadanos por el dinero depositado en los bancos, lo que significa que el
elevado endeudamiento que tienen los gobiernos y las empresas será financiado con el
cobro que se realiza a la población por sus depósitos efectuados en el sistema financiero.
Sin duda, la política de tasas negativas de interés representa un castigo al ahorro de los
ciudadanos comunes y tiene como propósito alentar el consumo sin fin, con las
consecuencias negativas que ello provoca sobre los ecosistemas y sobre el cambio
climático. La historia económica no registra políticas crediticias con tasas de interés
negativas. El fenómeno de recompra de las acciones de las empresas transnacionales que
se negocian en Wall Street o en la “City de Londres” y que se financian con deuda a tasas
de interés iguales a cero o tasas de interés negativas, se explica por cuanto en la economía
real no hay activos rentables suficientes; por ello, el dinero capturado por los bancos, a
bajas tasas de interés, explora nuevas oportunidades de inversión y busca donde
refugiarse; empero, la realidad es que no hay nuevas industrias o negocios en dónde
invertir, ni suficientes letras del tesoro, ni onzas de oro para adquirir, pues todo el
consumo que hubiésemos realizado en una economía sostenible ya se ha efectuado; así
que ahora vivimos en un planeta altamente contaminado porque la humanidad ha
destrozado los mares, el aire y el suelo: hemos atentado contra la estabilidad y el
equilibrio ecológico del planeta. Debido a las políticas de endeudamiento sin fin, gran
18
En 1996, el Fondo de Pensiones del Gobierno de Noruega fue el fondo de riqueza soberana más
pequeño del mundo. En 2011 se había convertido en el más grande y en 2017 superó el valor de un
billón de dólares, con innumerables acciones en más de 9.000 compañías en 73 países, Noruega tiene
como objetivo financiar el bienestar de las generaciones futuras y es considerado como el fondo de
riqueza soberana más responsable del mundo.
88
parte de los activos se han titularizado y hemos gastado en el presente lo que debíamos
haber consumido en los próximos 40 o 50 años.
Suiza, Dinamarca, Suecia y varias economías de la zona euro han aplicado intereses
negativos y cobran alrededor de 0,75 por ciento por los depósitos realizados. Se trata de
una política que aplica tasas de interés negativas, es decir, los bancos ya no pagan a los
ciudadanos por sus depósitos realizados, sino que ahora le quitan una parte de ese dinero
a sus clientes, por el “favor” de cuidar ese dinero en el banco, sin que el público retire sus
depósitos, porque retirar dinero en efectivo en grandes cantidades es incómodo y costoso
(cargos por almacenamiento, transporte y seguros). Se trata, entonces, de establecer una
nueva política monetaria que moldea la conciencia de la gente para que acepte como un
hecho normal que los bancos presten dinero a las corporaciones empresariales a tasas de
interés iguales a cero o negativas y cobren un interés a la población por sus depósitos. La
nueva política monetaria impulsada por Japón, la Unión Europea y Estados Unidos
consiste en poner patas arriba el mundo de las finanzas: ¡pagan por endeudarse y cobran
por ahorrar!
Estas políticas han ayudado a estimular parcialmente la demanda, pero no pueden suplir
por completo el margen de maniobra que se pierde cuando las tasas de interés se sitúan
en niveles muy bajos. Si bien la economía mundial ha estado recuperándose levemente,
sin los efectos ocasionados por la pandemia del coronavirus era inevitable que se
produzcan desaceleraciones en el futuro, más aún cuando los niveles de endeudamiento
se encuentran en los cielos. Al superar la deuda pública los valores de su producto interno
bruto, en la próxima crisis económica y financiera, los países del G7 no dispondrían de
razonables márgenes de maniobra para responder con medidas de política monetaria. Por
ello, la próxima crisis económica mundial será peor que la del 2008, porque los niveles
de deuda son mayores y la deuda pública y privada se encuentra en niveles insostenibles,
gracias a la flexibilización monetaria adoptada por el Banco de Japón, el Sistema de la
Reserva Federal de Estados Unidos de América y el Banco Central Europeo.
La nueva política monetaria, aplicada en los países del Norte que, poco a poco, se hará
extensiva a todos los países del planeta, no es otra cosa que un plan de confiscación de la
riqueza que tienen los ciudadanos para financiar la supervivencia de las empresas, siendo
que muchas de ellas trabajan a pérdida, pues la recesión prolongada que la economía
89
mundial ha padecido, luego de la crisis financiera de 2008, dejó a miles de empresas con
un elevado endeudamiento que ha venido creciendo en espiral, gracias a nuevos acuerdos
de refinanciación con los bancos o a las ampliaciones desesperadas de capital.
Sólo en el año 2019, el Deutsche Bank tuvo pérdidas de 5.700 millones de euros y el año
pasado fue el quinto año consecutivo de pérdidas para el banco alemán que, desde 2015,
ha tenido pérdidas acumuladas, entre 2015 y 2019, que ascienden a 15.000 millones de
euros, valor que supera a los 9.000 millones de euros de beneficios de los cinco años
anteriores (2010-2014), al inicio de la caída (Sánchez, 2020, parr. 1). El precio de las
acciones del Deutsche Bank ha caído un 82 por ciento (Ibid., parr. 2). Así, el principal
banco alemán está casi en bancarrota, con una deuda de 45 billones de euros y derivados
financieros, equivalente a 13 veces el PIB de Alemania. Muchos bancos de Italia y Grecia
también están en riesgo de quiebra. Más temprano que tarde esto va a reventar, la gente
dejará de confiar en los bancos y probablemente asistiremos al hundimiento del sistema
monetario y financiero actualmente vigente.
A pesar de que se trata de una burbuja de cientos de billones de dólares que puede poner
en riesgo el sistema monetario y financiero internacional, las grandes corporaciones
financieras no se preocupan por ello, pues, debido a su elevada concentración
monopólica, los Estados no se atreven a intervenir a los bancos. En su confesión realizada
ante la Comisión Judicial del Senado de los Estados Unidos, Eric Holder (2013), Fiscal
General de Estados Unidos durante el gobierno de Barack Obama, manifestó que a los
grandes bancos no se les podía juzgar porque eran demasiado grandes para caer y eran
demasiado grandes para procesarlos, lo que implica que los grandes bancos están exentos
de cumplir con las regulaciones financieras. "Me preocupa que el tamaño de algunas de
estas instituciones sea tan grande que nos resulte difícil procesarlas puesto que, si se los
procesa, tendrá un impacto negativo en la economía nacional y en la economía mundial"
(parr. 3).
El poder de los grandes bancos no tiene límites: una investigación periodística, liderada
por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), reveló cómo los
bancos más grandes del mundo, entre ellos el HSBC, Deutsche Bank, JP Morgan,
Barclays, Banco Central de los Emiratos Árabes Unidos y Arab Bank, facilitaron el
lavado de dinero en todo el mundo, permitiendo que, entre los años 2000 y 2017,
90
terroristas, narcotraficantes y políticos corruptos muevan dinero sucio por más de 2
billones de dólares, sorteando la débil regulación del sistema financiero internacional.19
Sin embargo, luego de que, en septiembre de 2020, la filtración de los “FinCen files” se
hiciera pública, la red de control de delitos financieros del Departamento del Tesoro de
Estados Unidos advirtió que “la divulgación no autorizada de 2.121 Reportes de
Operaciones Sospechosas es un delito que puede afectar la seguridad nacional de los
Estados Unidos” (BBC, 2020).
Por otra parte, si bien los elevados niveles de déficit y de endeudamiento público y
privado que tiene Estados Unidos ocultan las dificultades de crecimiento de la economía
norteamericana, para muchos de sus partidarios no son preocupantes porque la deuda
pública del gobierno federal podría convertirse en ficticia, ya que no se descarta la
posibilidad de que, en situaciones de crisis extrema, el Sistema de la Reserva Federal de
Estados Unidos la borre del computador y su registro se convierta en un formalismo legal
y contable. Esto sería posible gracias a que el dólar es la principal moneda de intercambio
y de reserva mundial y a que la Casa Blanca tiene un control soberano sobre ella. A
diferencia de los demás países como China, Rusia, Argentina o Ecuador, Estados Unidos,
tiene la gallina de los huevos de oro.
19
Las investigaciones descubrieron que HSBC permitió a estafadores mover millones de dólares de dinero
robado por todo el mundo; JP Morgan permitió que una empresa moviera más de US $ 1.000 millones a
través de una cuenta de Londres sin saber quién era el propietario, más tarde, el banco descubrió que la
compañía podría ser propiedad de un mafioso en la lista de los 10 más buscados del FBI. Deutsche Bank
movió el dinero sucio de los lavadores de dinero para el crimen organizado, terroristas y narcotraficantes.
Standard Chartered movió efectivo para Arab Bank durante más de una década después de que cuentas
de clientes en el banco jordano se utilizaran para financiar actividades terroristas.
20
La deuda privada está constituida por la deuda de las corporaciones no financieras, más la deuda de
los hogares
91
lo hacen por el placer de estar presionados por los bancos para honrar sus deudas, sino
para invertir o gastar ese dinero, con el fin de producir o consumir bienes y servicios, que
es lo que permite que el capital circule y que la economía funcione.
El problema es que los banqueros prestan dinero para acumular activos financieros, para
provocar el alza ficticia de las acciones y especular con su valor, es decir, generando
capital financiero y no capital industrial. Este proceso de endeudamiento para especular
con el precio de los activos financieros es lo que ha llevado a tener el mayor nivel de
deuda privada de la historia. Si bien la deuda pública es un problema para el Estado, el
problema fundamental para la economía es la elevada deuda que el sector corporativo no
financiero y los hogares tienen con los bancos. La deuda privada en sí no es mala porque
forma parte de la demanda agregada, cuyos componentes son el consumo, la inversión, el
gasto público, las exportaciones y las importaciones. Cuando el sector privado solicita
crédito a los bancos es porque necesita gastar en consumo o invertirla, por lo que el
consumo y, por ende, la producción aumenta como consecuencia de ese crédito. Sin duda,
ese crédito estimula la demanda y dinamiza la economía. Sin embargo, el problema es
que, en el ciclo económico, un elevado nivel de endeudamiento privado provoca un
estancamiento crediticio y ello genera la caída de la demanda agregada.
Desde que se introdujo el dinero fíat el sistema financiero ha propiciado todo tipo de
deudas, por ello, la deuda mundial ha mostrado un crecimiento exponencial y el mercado
bursátil no refleja el desenvolvimiento de la economía real, porque el valor de las acciones
está muy por encima del valor real de los activos productivos que permiten la fabricación
de bienes y servicios que requiere la humanidad para la reproducción de su vida material.
La falsa contabilidad, la emisión inorgánica de dinero fíat, la manipulación de los datos
sobre la producción y las acciones especulativas que se efectúan con el capital ficticio son
elementos que levantan una cortina de humo que no permite ver el desenvolvimiento real
de la economía mundial, generando imágenes falsas que engañan y distorsionan la
realidad21. Así, muchas personas invierten sus ahorros en el mercado bursátil porque la
subida del precio de las acciones hace más atractiva la especulación financiera, puesto
21
El capital ficticio es un título de deuda sobre el valor futuro creado por los trabajadores en los sectores
productivos; es "ficticio" ya que no es seguro que ese nuevo valor se materialice, porque no se invierte
productivamente y, por ello, en sentido estricto, no es capital, aunque sí riqueza. A pesar de lograr el
mantenimiento de la tasa de ganancia, no se incrementa la acumulación, vale decir, el capital productivo.
92
que la rentabilidad que genera es mayor que las ganancias que se obtienen en la economía
real.
Con la otorgación de deuda pública y privada a bajas tasas de interés, en la primera década
del siglo XXI, Estados Unidos diseñó una estrategia energética para convertirse en el
primer productor mundial de petróleo. Estados Unidos se ha convertido en el primer país
productor mundial de petróleo, por encima de Arabia Saudita y de la Federación Rusa,
gracias a que la nueva política monetaria permite oxigenar a las empresas ineficientes que
se han especializado en la extracción de petróleo no convencional (en inglés: shale oil)
producido a partir de esquistos bituminosos y que trabajan a pérdida. Washington apostó
por el petróleo de esquisto, cuya producción trae consigo inmensos costos ambientales y
financieros. Si bien logró convertirse en el primer productor mundial de petróleo (British
Petroleum, 2020), con una capacidad de generación de empleo de 10,3 millones puestos
de trabajo, su petróleo sólo consigue venderse a 40 dólares el barril, luego de haber
incurrido en inmensos gastos militares y en insensatas tensiones geopolíticas para sacar
del mercado a otros grandes productores como Irán y Venezuela.
De hecho, el porcentaje de “empresas zombis”, cuyos gastos por intereses son superiores
a sus resultados antes de intereses e impuestos, ha aumentado de forma significativa, pese
a que las tasas de interés se encuentran en niveles inusualmente bajos. Ya en 2017, el
Banco de Pagos Internacional advirtió que el 10 por ciento de las empresas de las
principales economías europeas son “muertos vivientes corporativos”. El porcentaje de
empresas zombi europeas aumentó de 5 por ciento en 2007 a 10,5 por ciento en 2017
(Banco de Pagos Internacional, 2017, p. 62).
Puesto que las empresas zombis no pueden pagar la deuda si no alcanzan a cubrir sus
costos y la tendencia es que el precio internacional del petróleo se mantenga en niveles
bajos, la industria del esquisto de Estados Unidos será incapaz de cubrir sus costos
operativos y mucho menos a pagar la deuda, a medida que ésta vence. Durante los últimos
cinco años, 215 productores se habían acogido al capítulo 11 de la Ley de Quiebras 22 de
los Estados Unidos declarándose en “bancarrota” e involucrando más de 129 mil millones
de dólares en deuda agregada. Rystad Energy proyecta que habrá hasta 393 compañías
estadounidenses de exploración y producción de petróleo que se verán obligadas a
ingresar al capítulo 11 durante 2020, si el precio del barril de petróleo WTI se mantiene
en US $ 20 (McGeorge, M. 2020, parr. 11).
Las empresas zombis sobreviven, gracias a la política monetaria de bajos tipos de interés;
su permanencia en la estructura productiva hala hacia atrás a la economía real porque
impide la destrucción creativa del capital, cuyo proceso ayuda a dinamizar una economía.
Como dice George Magnus 23 (2016), "las compañías zombis se mantienen vivas
perpetuando una mala asignación de capital y retrasando nuevas oportunidades de
inversión" (parr. 17). Según Schumpeter (1942), la destrucción creativa es un proceso de
transformación económica que “revoluciona” el funcionamiento productivo de la
economía, destruyendo los viejos y obsoletos procesos industriales a medida que aparecen
nuevas técnicas más eficientes y productivas. En las economías de mercado, la
competencia estimula una dinámica empresarial que obliga a los negocios a mejorar o
morir, en un proceso en el cual las empresas nacen, fracasan, se expanden y se contraen
continuamente; así, a medida que se crean algunos puestos de trabajo, se destruyen otros
22
El capítulo 11 de la Ley de Quiebras de los Estados Unidos permite reorganizar las empresas con
problemas financieros. El hecho de que una empresa se acoja al capítulo 11 no significa que entre en
bancarrota o quiebra como tal, sino que es un proceso de reestructuración y permite que la empresa siga
operando para que pueda pagar las deudas que tiene.
23
George Magnus es economista e investigador asociado en el China Centre de la Universidad de Oxford
y en la “Escuela de Estudios Orientales y Africanos de Londres”, ex gerente de UBS Investment Bank.
95
(p. 118-120). En el proceso de reproducción del capital, la recesión representa una etapa
del ciclo económico en donde las empresas que no pueden invertir capital de manera
eficiente o crear productos innovadores se destruyen y su capital se mueve a otras
compañías que tienen la capacidad de utilizarlo mejor y con más eficacia, creando nuevos
o mejores productos y generando mayor riqueza.
Por una parte, el aumento de empresas zombis revela que la deuda barata estimula
inversiones ineficientes y, por otra, la financiarización de la economía provoca que los
capitales, en lugar de destinarse a fortalecer la economía real se orienten a actividades
financieras especulativas. Así, en los países del G7, cada vez, hace falta más deuda para
mantener el crecimiento del PIB. En Estados Unidos, en el año 2001, el incremento de 1
dólar en la deuda pública tuvo como contrapartida un incremento de 4,37 dólares en el
PIB; en el año 2018, 1 dólar adicional de deuda pública fue compensado con apenas un
aumento de 0,85 dólares en el PIB. Por su parte, en Japón esa relación deuda pública -
producción es notablemente menor pues, en el año 2001, al incremento de 1 dólar en la
deuda pública correspondió un incremento de 0,72 dólares en el PIB, y, en el año 2018,
1 dólar adicional de deuda pública tuvo como retribución apenas un aumento de 0,41
dólares en el PIB.
Figura 5
Velocidad de circulación del dinero emitido por deuda
La Reserva Federal de San Luis (Federal Reserve Bank of St. Louis, FRED) calcula un
parámetro que se denomina velocidad monetaria del dinero MZM, (Money Zero Maturity
96
o dinero con vencimiento cero)24 que es la mejor medida que tiene Estados Unidos para
calibrar la velocidad con la que el dinero emitido por deuda circula en la economía real.
En los años 50 y 60, esa relación oscilaba entre 1,8 y 2,0; es decir que 1 billón de dólares
de deuda permitía generar entre 1,8 y 2 billones de actividad económica; en el año 2000,
1 billón de dólares de deuda permitió producir 2,3 billones en bienes y servicios; sin
embargo, en el año 2019, esa relación cayó a 1,3; es decir, que un billón de deuda genera
apenas 1,3 billones de riqueza (FRED, 2020); eso se explica por cuanto la deuda que
adquiere el sector privado no oxigena al sistema productivo o a la economía real, sino que
se concentra en actividades financieras especulativas.
¿Cuándo la deuda soberana se vuelve mala? ¿Existe algún punto de inflexión en la deuda
pública a partir del cual se produce un impacto negativo sobre el crecimiento económico?
¿Qué sucede si la deuda se mantiene por encima de este umbral durante un período
prolongado de tiempo? Un estudio del Banco Mundial realizado por Thomas Grennes,
Mehmet Caner, Fritzi Koehler-Geib (2010) calcula este umbral, basado en un conjunto
de datos anuales de 101 economías en desarrollo y desarrolladas que abarcan un período
de tiempo comprendido entre 1980 y 2008. Las estimaciones establecen un umbral de 77
por ciento de la relación deuda pública/PIB. Si la deuda está por encima de este umbral,
cada punto porcentual adicional de la deuda significa 0,017 puntos porcentuales de
crecimiento real anual. El efecto es aún más pronunciado en los mercados emergentes,
24
La velocidad del dinero es la frecuencia con la que se usa una unidad de moneda para comprar bienes
y servicios producidos en el país dentro de un período de tiempo determinado. En otras palabras, es la
cantidad de veces que se gasta un dólar para comprar bienes y servicios por unidad de tiempo. Si la
velocidad del dinero aumenta, se están produciendo más transacciones entre individuos en una
economía.
La frecuencia del cambio de divisas se puede utilizar para determinar la velocidad de un componente
determinado de la oferta monetaria, proporcionando una idea de si los consumidores y las empresas
están ahorrando o gastando su dinero. El Sistema de la Reserva Federal registra varios componentes de
la oferta monetaria: M1, M2 y MZM; estos componentes se organizan desde el segmento más restringido
a uno más amplio. M1 es el primer componente de la oferta monetaria y corresponde al valor de las
monedas en circulación: billetes y monedas, cheques y depósitos a la vista. Si la velocidad de M1
disminuye, se puede afirmar que se están llevando a cabo menos transacciones de consumo a corto plazo.
Las transacciones a corto plazo como un consumo que podríamos hacer a diario. El componente M2 es
más amplio e incluye M1, más los depósitos de ahorro, certificados de depósito menores a US $ 100,000
y otros depósitos en el mercado monetario para personas particulares. Si se compara las velocidades de
M1 y M2 se tiene una idea de qué tan rápido está gastando la economía y qué tan rápido está ahorrando.
El componente MZM (Money Zero Maturity o dinero con vencimiento cero) consiste en el suministro de
activos financieros canjeables a la vista, o, el valor de la deuda que circula en la economía. La velocidad
de MZM ayuda a determinar con qué frecuencia los activos financieros cambian de manos dentro de la
economía.
97
donde el umbral es de una relación deuda-PIB del 64 por ciento. En estos países, la
pérdida de crecimiento real anual con cada punto porcentual adicional en deuda pública
asciende a 0,02 puntos porcentuales. El efecto acumulativo sobre el PIB real podría ser
sustancial. Es importante destacar que las estimaciones controlan otras variables que
podrían afectar el crecimiento, como el nivel inicial de PIB per cápita.
Así como el PIB no nos dice nada sobre el progreso humano y sus beneficios para la
sociedad, otros usos del dinero como mecanismo de control para la gestión económica
son igualmente engañosos. Gran parte de la expansión monetaria ha sido para financiar
gastos gubernamentales orientados a favorecer la especulación financiera y los gastos
corporativos improductivos. La aceleración del crecimiento de la oferta monetaria no
revela el efecto de transferencia de riqueza hacia quienes más la tienen y el impacto sobre
la economía real o sobre los fondos de cobertura.
Finalmente, la nueva política monetaria hará que los depósitos efectuados por la
población en los bancos ya no ofrezcan ningún beneficio a las familias, sino que los
depositantes tendrán que pagar por ellos; dicho de otra manera, el público debe destinar
98
parte de su dinero para financiar a los bancos y para que los negocios empresariales
vinculados a ellos se mantengan a flote. Los países del G7 -especialmente Estados
Unidos- no tienen una política de desarrollo que estimule el crecimiento de la economía
real: el nuevo dinero en circulación, generado por la deuda a tasas de interés negativas,
no se invierte en mejorar la infraestructura vial, crear trenes de alta velocidad o mejorar
la estructura productiva en general. De allí que, el capitalismo centrado en Washington
constata que ha perdido el primer lugar industrial ante China.
99
Capítulo IV.
25
El modelo keynesiano considera que la demanda agregada es la variable que determina el
comportamiento de la producción agregada y de la renta, pues las empresas laboran para atender la
demanda de los hogares, de otras empresas, del Estado y del sector externo.
100
analiza para propiciar un manejo adecuado de la incertidumbre en la toma de decisiones
y evitar que ese futuro poco probable, pero posible, ocurra.
En los próximos años, la humanidad vivirá una de las crisis económicas más agudas y
devastadoras, luego de la segunda guerra mundial. En enero de 2021, el FMI estimó una
desaceleración de -3,5 por ciento en el primer año de la propagación de la enfermedad
COVID-19 y una recuperación de 5,5 por ciento en 2021. Esta pandemia provocará la
peor recesión económica desde la Gran Depresión: las economías avanzadas se
contraerán en 4,9 por ciento, la zona euro decrecerá un 7,2 por ciento, la economía de
América Latina disminuirá en 7,4 por ciento. Mientras China fue el único país que tuvo
crecimiento de su economía (2,3 por ciento), el PIB estadounidense cayó 3,4 por ciento
(FMI, 2021, p. 4). Por su parte, para el Banco Mundial, el año 2020 es el peor en términos
de crecimiento desde la crisis de 1929 y posiblemente desde la larga depresión de 1872.
Aunque las proyecciones realizadas por el FMI en enero de 2021 son más alentadoras, la
producción de 2021 en las economías avanzadas no llegará a los niveles de 2019.
Tabla 13
FMI: proyecciones de crecimiento económico 2019 - 2022
Países o Regiones 2019 2020 2021 2022
Mundo 2, -3,5 5,5 4,2
Estados Unidos 2,2 -3,4 5,1 2,5
Zona euro 1,3 -7,2 4,2 3,6
América Latina y el Caribe 0,2 -7,4 4,1 2,9
China 6,0 2,3 8,1 5,6
Fuente: FMI (2021). Actualización de las perspectivas de la economía mundial, enero.
Elaboración: el autor
Se trata de una crisis como ninguna otra y de una recuperación incierta, que dependerá de
la duración de la aplicación efectiva de las vacunas en todos los rincones del planeta; del
nivel de contracción del gasto provocado por el distanciamiento físico y la reducción del
ingreso de los hogares; la capacidad de la economía para reintegrar a quienes fueron
102
arrojados del mercado de trabajo; y, de las reconfiguraciones que se puedan producir en
las cadenas globales de valor así como en los sistemas internacionales de suministro.
El pronóstico del FMI (2021) tiene la forma de V o de visto bueno, con una caída
significativa en 2020, seguida de una recuperación gradual. El FMI reconoce que la
desaceleración provocará un aumento de la desigualdad, ya que las mujeres y los
trabajadores poco remunerados e informales verán reducidos drásticamente sus ingresos.
Por primera vez en la historia económica, en 2020 el FMI estimó un crecimiento negativo
para todas las regiones del mundo. Para 2021, el FMI estima una tasa de crecimiento de
6,3 por ciento para las economías emergentes y en desarrollo, en parte, gracias al repunte
esperado que tenga la economía china (8,1%). De igual forma, el FMI proyecta que, en
2020, el comercio mundial sufrió una profunda contracción de aproximadamente -9,6 por
ciento, por la demanda mucho más débil de bienes y servicios, incluido el turismo; sin
embargo, se prevé que, en 2021, la demanda interna de los distintos países se recupere y
que el crecimiento del comercio mundial aumente en alrededor de 8,1 por ciento (FMI,
2021, p.4).
Gita Gopinath (2020), consejera económica y directora del Departamento de Estudios del
FMI, dijo en una nota del blog de la institución que, tras el cierre de actividades
económicas provocadas por las medidas de aislamiento social adoptadas por los
gobiernos, en respuesta a COVID-19, "la magnitud y la velocidad del colapso de la
103
actividad económica que ha ocurrido es diferente a todo lo experimentado en nuestras
vidas" (parr. 2).
Los precios de las materias primas cayeron bruscamente en la primera mitad de 2020, por
el colapso en la demanda como resultado de la pandemia de COVID-19. La drástica
reducción de la demanda y de los precios de los commodities constituyen un gran
104
obstáculo para los países exportadores de materias primas, pues trae como consecuencia
el deterioro de la balanza de pagos, la reducción de la inversión extranjera directa, la
pérdida de ingresos fiscales y el deterioro de los términos de intercambio. En América
Latina, los países exportadores de petróleo se verán severamente afectados, ya que las
medidas para controlar la propagación de la pandemia han provocado una fuerte caída en
el transporte y en el consumo de hidrocarburos. El Banco Mundial (2021) estima que, en
2020, los precios del petróleo crudo disminuyeron 34 por ciento con relación a 2019 y la
demanda de petróleo cayó 9 por ciento (p. 11).
Con una economía mundial devastada por la pandemia, los países de América Latina y el
Caribe tendrán que afrontar la reducción de la demanda externa, la caída de los precios
de las materias primas, la radical disminución de la actividad turística, la reducción de la
inversión extranjera directa, el aumento de los costos financieros de endeudamiento, así
como una caída inesperada de las remesas que significan una fuente importante de
financiación y apoyo a los ingresos de los hogares más vulnerables.
Figura 6
Las recesiones económicas en América Latina: 1960 – 2020.
8
Tasa de crecimiento del PIB per cápita
0
1979
1961
1964
1967
1970
1973
1976
1982
1985
1988
1991
1994
1997
2000
2003
2006
2009
2012
2015
2018
2021
-2
1990= -1,5%
-4 2009=-3,0%
-6 1983=-4,6%
2020= -6,9%
-8
105
Según el Banco Mundial (2021), en 2020, el PIB per cápita a precios constantes de
América Latina y el Caribe se reducirá en 6,9 por ciento y tendrá una recuperación de 3,7
por ciento en 2021. Este pronóstico es muy optimista porque asume que no se presentarán
fracturas significativas en aquellas empresas afectadas por la pandemia y que, además,
los factores globales adversos disminuirán hasta mediados del año 2021.
“más gente trabaja en actividades que exigen proximidad física, y menos personas
tienen empleos que admitan el teletrabajo, en comparación con otras regiones.
Casi un 45 por ciento de los empleos corresponden a sectores de contacto
intensivo (como restaurantes, tiendas minoristas o transporte público), comparado
con un 30 por ciento en el caso de las economías de mercados emergentes. Por el
contrario, aproximadamente solo uno de cada cinco empleos admite el teletrabajo,
lo cual representa la mitad de la proporción vista en las economías avanzadas y
por debajo del promedio de las economías de mercados emergentes (26 por
ciento). Estas características, el alto grado de informalidad y pobreza, y la
disminución del comercio y la turbulencia financiera provocada por la debilidad
de la economía mundial, contribuyeron a un desplome histórico de la actividad”.
Pienknagura, Samuel; Roldós, Jorge; y, Werner, Alejandro (2020, parr. 3).
106
El aumento del desempleo y ¿el fin de la ocupación?
Las huellas económicas dejadas por COVID-19 generarán impactos diferenciados sobre
la economía mundial. Por una parte, las economías centrales disponen de mercados de
trabajo formales, reducido número de trabajadores informales y ostentan una gran
capacidad monetaria y fiscal para implementar políticas expansionistas; en cambio, las
economías periféricas se caracterizan por tener un gran número de trabajadores
informales que reciben ingresos precarios y sus gobiernos tienen estrechos márgenes para
implementar políticas anticíclicas, debido a su baja capacidad tributaria, lo que provoca
un débil acceso a servicios apropiados de salud, educación pública de calidad o seguro de
desempleo.
107
Como resultado de la propagación de la pandemia de COVID-19, en el primer trimestre
de 2020, en Estados Unidos de América, el empleo cayó bruscamente en todos los
sectores de la economía, con pérdidas de trabajo particularmente pesadas en ramas como
el ocio y el hospedaje, con un volumen de 7,7 millones de trabajadores que fueron
despedidos. La misma situación vivieron 5,5 millones de trabajadores en los servicios de
alimentos y bebidas; 1,3 millones en la industria de las artes, entretenimiento y recreación;
1,1 millones en servicios de educación y 1,4 millones en salud, de los cuales 500.000
pérdidas se localizaron en consultorios de dentistas, 243.000 en consultorios médicos y
205.000 corresponden a otros profesionales de la salud. El desempleo afectó también a
336.000 personas en los servicios de cuidado infantil y a 241.000 trabajadores que prestan
servicios a las familias. El trabajo en el comercio minorista disminuyó en 2,1 millones,
mientras que en las tiendas de accesorios de ropa ocurrieron 740.000 pérdidas de empleo.
345.000 trabajadores se desvincularon en las fábricas y expendios comerciales de
vehículos motorizados y accesorios, 264.000 personas que laboraban en tiendas
minoristas, 209.000 trabajadores en tiendas de muebles y artículos para el hogar, aunque,
en otras pequeñas tiendas de mercancías aumentaron 93.000 empleos. En abril de 2020,
el empleo manufacturero cayó en 1,3 millones y la fabricación de bienes no duraderos
arrojó a 416.000 personas al desempleo, mientras que el empleo en otros servicios
disminuyó en 1,3 millones. El empleo público cayó en 980.000 puestos de trabajo. La
pérdida de empleo también afectó a 975.000 trabajadores de la construcción; en el sector
de transporte y de almacenamiento se produjeron 584.000 despidos; el comercio
mayorista perdió 363.000 trabajadores y el empleo en actividades financieras se redujo
en 262.000 puestos de trabajo (BLS, 2020b).
109
Tabla 14
Estimaciones de pérdidas de empleo a tiempo completo en 2020, por región
Equivalente de empleos
Disminución No
perdidos a tiempo
de la participación Desocupación
completo (48 horas
ocupación laboral
Región semanales)
Porcentaje de
Millones Millones
horas de trabajo
Mundo 255 8,8 114 81 33
América del Norte 13 9,2 10 2,1 8
Europa (*) 15 9,4 3,6 2,4 1,2
América Latina y el Caribe 39 16,2 28 23 4,9
Asia y el Pacífico 140 7,9 62 48 14
Asia Central y Occidental 7 12 2,3 2,1 0,2
África 29 7,7 4 2,1 1,9
(*) Europa septentrional, meridional y occidental.
Fuente: OIT (2020b). El COVID‑19 y el mundo del trabajo. Séptima edición.
Elaboración: El autor.
Según la OIT, la pandemia de COVID-19 habría suscitado, hasta diciembre de 2020, una
pérdida global del 8,8 por ciento de horas de trabajo, lo que equivale a una caída de 255
millones de empleos de 48 horas semanales en el mundo, una cifra aproximadamente 4
veces mayor que la registrada durante la crisis financiera mundial de 2009. A nivel global,
la reducción de la cantidad de horas de trabajo implicó una disminución de la ocupación
y una reducción de la cantidad de horas de trabajo de las personas que seguían ocupadas,
con una gran variación entre regiones. La disminución de la ocupación fue más grave en
América Latina y el Caribe y menor en Europa y Asia Central, en donde se aplicaron
políticas para conservar el empleo. En 2020 se produjo una disminución sin precedentes
de la ocupación a escala mundial de 114 millones de empleos con respecto a 2019. La
reducción de las horas de trabajo dio lugar a un aumento de la cantidad de personas que
salieron de la fuerza de trabajo y a una gran cantidad de personas desocupadas. La salida
de la fuerza de trabajo condujo a una reducción de la tasa de participación en la fuerza de
trabajo mundial de 2,2 puntos porcentuales en 2020, hasta alcanzar el 58,4 por ciento. La
cantidad de personas desocupadas a escala mundial aumentó en 33 millones en 2020, y
la tasa de desocupación aumentó en 1,1 puntos porcentuales, elevándose a 6,5 por ciento.
110
millones de puestos de trabajo, el 55 por ciento de los abandonos laborales globales y el
13 por ciento del empleo en su territorio. Pese a que los países han flexibilizado sus
medidas para permitir a los trabajadores regresar paulatinamente a su lugar de trabajo, el
desempleo creció de manera galopante en el mundo. En el primer trimestre de 2020, la
pérdida de plazas de trabajo provocadas por el coronavirus SARS-CoV2 fue del 5,6 por
ciento del empleo global, pero al 30 de junio de 2020, este indicador subió al 17,3 por
ciento y las estimaciones para fines de 2020 es que la pérdida de horas de trabajo a escala
mundial llegó al 8,8 por ciento, lo que representa 255 millones de empleos menos a
tiempo completo. Según la OIT (2020b), “los ingresos provenientes del trabajo a escala
mundial (incluidos los salarios de los trabajadores y parte de los ingresos de los
trabajadores por cuenta propia) se redujeron en alrededor de 8,3 por ciento durante 2020
con respecto al mismo periodo de 2019. Sin tener en cuenta las medidas de apoyo para
garantizar los ingresos, el valor total de la pérdida de ingresos provenientes del trabajo a
escala mundial durante 2020 fue 3,7 billones de dólares (p. 1). Vale señalar que la pérdida
de ingresos provenientes del trabajo no corresponde a la pérdida de ingresos de los
hogares, ya que estos obtuvieron subvenciones por parte de los gobiernos.
En Ecuador, las perspectivas del empleo son muy inciertas, más aún cuando, antes de la
pandemia, el país tenía un menor crecimiento económico con relación a la década
111
anterior. Su modelo de desarrollo conjuga una frágil estructura industrial con actividades
extractivas vinculadas con el comercio exterior y la provisión de servicios que tienen una
limitada capacidad de generación de valor agregado. Esta débil estructura productiva se
sostiene gracias al aumento del trabajo por cuenta propia, basado en elevadas tasas de
informalidad.
26
En diciembre de 2019, el número de personas con empleo era 7.787.896, para junio de 2020 esa cifra
cayó a 6.595.606 personas. La categoría de empleo incluye a todas las personas ocupadas: asalariados,
independientes y no remunerados. Se excluye la categoría de ocupados no clasificados.
27
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos de Ecuador define el empleo adecuado como una
condición en la cual las personas satisfacen condiciones mínimas, desde un punto de vista normativo, y lo
conforman aquellas personas ocupadas que, durante la semana de referencia, perciben ingresos laborales
iguales o superiores al Salario Básico Unificado, trabajan igual o más de 40 horas a la semana,
independientemente del deseo y disponibilidad de trabajar horas adicionales. También forman parte de
esta categoría las personas ocupadas que, durante la semana de referencia, perciben ingresos laborales
iguales o superiores al Salario Básico Unificado, trabajan menos de 40 horas, pero no desean trabajar
horas adicionales.
112
en septiembre de 2020. La propagación de COVID-19 aceleró dramáticamente el
desplome de este indicador que ya se venía reduciendo desde el año 2015 (INEC, 2020).
Las proyecciones para América Latina y el Caribe también anticipan un deterioro de los
indicadores laborales para finales de 2020,
“La tasa de desempleo se ubicaría en torno al 11,5 por ciento, un aumento de 3,4
puntos porcentuales con respecto al nivel de 2019 (8,1%). Así, el número de
desempleados de la región llegaría a 37,7 millones, lo que implicaría un aumento
cercano a 11,6 millones con respecto al nivel de 2019 (26,1 millones de
desempleados). Estas proyecciones suponen que el número de ocupados caería
cerca del 2,4%, con respecto al nivel de 2019” (CEPAL, 2020a, p. 14).
Por todo lo antes anotado, la CEPAL (2020a) manifiesta que la actual crisis económica y
sanitaria que sufre la región será la peor en toda su historia, mucho más grave que la que
ocasionó la Gran Depresión de la década de 1930 que, en ese entonces, motivó un
crecimiento de -5,0 por ciento en la región o, más aún, que la tasa de crecimiento
económico a inicios de la primera guerra mundial: -4,9 por ciento (p. 33).
En el largo plazo, las perspectivas del empleo en el mundo y en América Latina son
sombrías. Un estudio realizado en la Universidad de Oxford por Frey y Osborne (2013)
concluye que, hasta 2030, en Estados Unidos de América, el 47 por ciento del empleo
total muestra un alto riesgo de automatización (p. 1). Por otra parte, McKinsey Global
Institute (2017) sostiene que, hasta 2055, “el 50 por ciento de las actividades laborales
actuales en todo el mundo podrían automatizarse” (p. 12). Por su parte, un informe
publicado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo
(UNCTAD, 2019, p. 7) reconoce que la cuarta revolución industrial aumentará la
desigualdad e incitará a que “unas pocas empresas aumenten sus márgenes de beneficio,
lo que, combinado con su poder monopsónico en el mercado laboral, puede contribuir a
que el capital gane peso en la distribución de la renta a expensas del trabajo”. Finalmente,
un estudio reciente del FMI concluye que la robótica y la inteligencia artificial:
“amenazan con ampliar la brecha entre los países ricos y pobres al desviar la
inversión hacia las economías avanzadas, donde la automatización ya está
113
consolidada. Esto podría tener a su vez consecuencias negativas para el empleo en
los países en desarrollo, ya que amenazaría con reemplazar, en lugar de
complementar, su creciente fuerza laboral, algo que tradicionalmente ha
proporcionado una ventaja a las economías menos desarrolladas” (Alonso, Berg,
Kothari, Papageorgiou y Rehman, 2020).
El ingreso agregado es el dinero que reciben todas las personas de un país por su trabajo,
o, por haber vendido algún bien o servicio. En Estados Unidos, Europa, Japón, China y
en la mayoría de las economías del mundo, las pérdidas en el ingreso agregado
constituyen un visible efecto económico causado por la propagación de COVID-19. En
2020 y 2021, el ingreso agregado se verá menoscabado en casi todos los países del mundo
por las siguientes vías:
• Prolongada y enérgica reducción en el ingreso de los hogares;
• Caída de la tasa de ganancia, es decir, de la rentabilidad de las empresas;
• Descenso en el ingreso de las economías nacionales, debido a la caída de las
exportaciones y a la contracción de la inversión extranjera; y,
• Deterioro de las finanzas públicas por la reducción de la recaudación tributaria,
especialmente del impuesto a la renta y de los impuestos al consumo, o, a las
transacciones mercantiles.
28
Entre 1995 y 2019, los subsidios agrícolas estadounidenses ascendieron a 396.900 millones de dólares;
y, en 2018, los agricultores estadounidenses recibieron subsidios por más de 18.000 millones de dólares.
Véase: https://farm.ewg.org/*
114
capacidad de los gobiernos estatales y locales para brindar servicios críticos durante la
pandemia de COVID-19.
El paquete fue extremadamente amplio: abarcó créditos para ayudar a las pequeñas y
medianas empresas, préstamos a gobiernos estatales y locales, compras de algunos tipos
de bonos de alto rendimiento, obligaciones de préstamos garantizados y valores
respaldados por hipotecas comerciales. El programa garantizó flujos de crédito por un
monto total de hasta 600.000 millones de dólares otorgados a empresas que empleaban
hasta 10.000 trabajadores o con ingresos anuales menores a 2.500 millones de dólares;
los pagos de capital e intereses podían diferirse por un año. Las empresas que recibieron
préstamos debían comprometerse a hacer esfuerzos razonables para mantener la nómina
y retener a los trabajadores. Bajo este programa, el Departamento del Tesoro se propuso
proporcionar 75.000 millones de dólares de capital para instalación de nuevos pequeños
negocios; aumentar el flujo de crédito a los hogares y a las empresas, a través de los
mercados de capitales, ampliando el tamaño y el alcance de las facilidades de crédito
corporativo del mercado primario y secundario por hasta 850.000 millones de dólares.
Finalmente, el programa apoyado por la Fed y por el Departamento del Tesoro estuvo
orientado a ayudar a los gobiernos estatales y locales a manejar las tensiones de flujo de
efectivo causadas por la pandemia de COVID-19 mediante préstamos de hasta 500.000
millones de dólares.
115
por ciento. Además, muchas empresas que no calificaron para los préstamos sujetos a una
futura condonación podían realizar recortes salariales mayores a 25 por ciento.
Por otra parte, con el fin de enfrentar la crisis provocada por el coronavirus SARS-CoV2
y apoyar la reactivación económica, en julio de 2020, la Unión Europea aprobó un gran
Pacto Verde o Green Deal. Según el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, la
inversión en reciclaje, la producción local, la energía renovable, la mejora de las
propiedades domésticas y el desarrollo de la infraestructura necesaria para la utilización
masiva de vehículos eléctricos conformarán el núcleo del plan europeo de recuperación
económica, por un valor de 750.000 millones de euros, equivalente a 824.000 millones
de dólares. De esta cantidad, 390.000 millones de euros se entregarán en forma de
subvenciones, mientras que los 360.000 millones restantes serán prestados. Pero, lo más
destacado de este programa es que este dinero no se utilizará para pagar deudas, sino para
financiar un plan de recuperación europeo transversal “verde y digital”. Se trata de un
programa de estímulo para los próximos 7 años que tiene como objetivos:
• Acelerar la transición al transporte limpio,
• Aumentar el ahorro de energía, e
• Impulsar la producción de energía renovable.
Para acceder a los fondos del plan de rescate, los estados miembros de la Unión Europea
deberán demostrar que su inversión está en línea con el ambicioso objetivo del acuerdo
verde que se propone eliminar las emisiones netas de gases de efecto invernadero (Frans
Timmermans, 2020, parr. 7).
Tabla 15
Estados Unidos: Producto Interno Bruto y tipo de ingreso
Detalle 1989 1999 2009 2019
PIB 5.573.590 9.663.819 14.256.771 21.322.624
Sueldos y Salarios 2.584.336 4.465.176 6.257.281 9.311.098
por ciento del PIB 46,4 46,2 43,9 43,7
Suplementos a sueldos y salarios 556.550 944.757 1.509.910 2.123.100
por ciento del PIB 10,0 9,8 10,6 10,0
Ingreso de las empresas 1.215.750 2.209.746 3.165.704 5.017.590
por ciento del PIB 21,8 22,9 22,2 23,5
Intereses netos y pagos varios 467.664 553.808 737.401 867.046
por ciento del PIB 8,4 5,7 5,2 4,1
Pagos de transferencias comerciales 38.266 67.822 124.387 170.731
por ciento del PIB 0,7 0,7 0,9 0,8
Ingresos de propietarios 341.130 696.429 938.541 1.658.245
por ciento del PIB 6,1 7,2 6,6 7,8
Rentas de alquiler 21.524 178.497 327.343 777.901
por ciento del PIB 0,4 1,8 2,3 3,6
Ganancias corporativas 347.166 713.190 1.038.031 1.543.667
por ciento del PIB 6,2 7,4 7,3 7,2
Impuestos a la renta corporativa 124.422 227.363 204.166 218.177
por ciento del PIB 2,2 2,4 1,4 1,0
por ciento sobre ingresos de empresas 10,2 10,3 6,4 4,3
Impuestos a producción e importaciones 398.867 673.585 1.026.818 1.494.798
por ciento del PIB 7,2 7,0 7,2 7,0
Fuente: Bureau of Economic Analysis. (BEA, 2020a).
Elaboración: el autor.
117
por deuda. En resumen, habrá pérdidas masivas de ingreso tanto para personas
desempleadas como para quienes se mantengan en el mercado de trabajo. Estas pérdidas
de ingresos se traducirán en disminuciones en el gasto que los hogares efectúan en la
adquisición de bienes y servicios de consumo (producidos localmente o importados), lo
que implica una contracción de la demanda y, por tanto, de las ventas y ganancias
corporativas que, posteriormente, podría tener repercusiones en la caída del valor de las
acciones y en otros títulos valores.
De allí que, en los próximos años, el ingreso de los hogares, incluso después de que se
contabilice la ayuda estatal, sufrirá enormes detrimentos, pues los sueldos y salarios que
antes recibían los desempleados no serán compensados completamente por los bonos que
otorguen los gobiernos o por los seguros de desempleo. Las preguntas pendientes son:
¿las ayudas de los gobiernos serán indefinidas a favor de los hogares? y ¿quién asumirá
el pago de la creciente deuda adquirida por los países centrales y por las economías
denominadas emergentes y en desarrollo?
La tabla No. 15 muestra cómo se ha distribuido el ingreso de los Estados Unidos durante
los últimos 30 años. Mientras entre 1980 y 2019, la proporción del ingreso que se destina
a sueldos y salarios ha disminuido del 48 al 43 por ciento del PIB, los ingresos de los
propietarios han aumentado notablemente, así como las rentas de alquiler y las ganancias
corporativas. La caída de 5 puntos porcentuales en los salarios significa que los más de
144 millones de trabajadores norteamericanos dejarán de percibir, cada año, un monto de
1,1 billones de dólares (un valor aproximado de 600 dólares mensuales por trabajador).
El lento crecimiento de la economía estadounidense no sólo que se ha financiado con
deuda, sino que ha dado lugar a que se acentúen profundas asimetrías sociales.
El informe de Credit Suisse (2019) señala que “el 10 por ciento más rico del mundo posee
el 82 por ciento de la riqueza mundial, mientras que solo el 1 por ciento posee el 45 por
ciento de la riqueza mundial, que asciende a 360,6 billones de dólares” (p. 2). Estados
Unidos alberga al 40 por ciento los multimillonarios que están en la cima del 1 por ciento
de la distribución de la riqueza mundial y, en la última década, China reemplazó a Europa
como principal fuente de crecimiento de la riqueza mundial y, también, a Japón como el
118
segundo el país con mayor número de millonarios.29 Por su parte, el último informe de
Institute for Policy Studies de Estados Unidos de América afirma que, entre 1990 y 2020,
la riqueza de los multimillonarios estadounidenses creció en 1.130 por ciento en dólares
de 2020, un aumento 200 veces mayor que el crecimiento del 5,37 por ciento de la riqueza
media de Estados Unidos de América. Mientras tanto, las obligaciones fiscales de los
multimillonarios estadounidenses, expresadas como porcentaje de su riqueza, disminuyó
un 79 por ciento, entre 1980 y 2018. Sólo en la última década, entre 2010 y 2020, la
riqueza de los multimillonarios de Estados Unidos aumentó un 80,6 por ciento, más de
cinco veces el aumento medio de la riqueza del 15,1 por ciento de los hogares de ese país
(Chuck Collins, Omar Ocampo y Sophia Paslask, 2020, p.1).
"Nosotros, que somos uno de cada diez entre el 1 por ciento más rico del país
deberíamos sentirnos orgullosos de pagar un poco más de nuestra fortuna por el
futuro de Estados Unidos; nosotros estamos bien, y aceptar este impuesto es lo
menos que podemos hacer para fortalecer el país que amamos" (Ibid., parr. 11).
29
El informe de Credit Suisse revela que hay 100 millones de chinos en el 10 por ciento más acaudalado
de la población mundial, en comparación con los 99 millones de estadounidenses. El informe señala que
la rápida transformación de China de un país emergente en transición a una economía de mercado
contribuyó a ello.
119
Warren Buffet, nacido en 1930 en Nebraska, se convirtió en millonario en 1962, en
multimillonario en 1985 y en el hombre más rico del mundo en 2008. Se ha comprometido
a dar más del 99 por ciento de su riqueza a la caridad, durante su vida o al morir. La
compañía de Buffet, Berkshire Hathaway, ha invertido alrededor de 30 mil millones de
dólares en turbinas e infraestructuras eólicas. Buffet considera que el gobierno tiene que
“modificar un sistema de mercado" (Credit Suisse, 2020, p. 8).
La pandemia condujo a cambios rápidos en la demanda, ya que las empresas y las escuelas
cerraron varias operaciones e iniciaron la teleducación o el teletrabajo y los consumidores
cancelaron, restringieron o redirigieron sus gastos. Como los márgenes de beneficio y la
capacidad financiera son mucho más bajos para las pequeñas empresas, en comparación
con las grandes corporaciones, es muy probable que las pequeñas empresas y sus
propietarios experimenten reducciones netas de ingresos de forma acumulada, durante
2020 y 2021, con relación al año 2019. Estas reducciones serán incluso mayores en
términos proporcionales con las empresas más grandes. Los tipos y las magnitudes de las
pérdidas para grandes y pequeñas empresas ocurrirán a pesar de los enormes paquetes de
rescate del Departamento del Tesoro y de la Reserva Federal, a saber, por tres razones:
• Muchas empresas no calificaron para los programas de asistencia del gobierno;
120
• La asistencia gubernamental no podrá evitar la reducción de ingresos empresariales,
pues, de hecho, varias empresas experimentarán disminuciones significativas en el
ingreso esperado, a pesar de recibir asistencia del gobierno;
• La asistencia no evitará la bancarrota comercial ya que, a pesar de que muchas
empresas califican para recibir ayuda del gobierno, podrían tomar la decisión de cerrar
sus operaciones, parcial o totalmente, lo que podría provocar grandes reducciones de
ingresos, familiares y empresariales.
Dado que los ingresos empresariales representan una parte sustancial en el desempeño de
la economía norteamericana, las reducciones masivas de los ingresos por ventas tendrán
un impacto negativo, con efectos destructivos en la economía mundial, puesto que implica
la reducción de nóminas de personal, la disminución en la compra de suministros a lo
largo de las respectivas cadenas productivas y, finalmente, un eventual descenso en la
inversión de capital.
Aunque los programas de estímulo del Departamento del Tesoro y de la Reserva Federal
mitigan sustancialmente la pérdida de los ingresos empresariales con relación a lo que
habría ocurrido si estas medidas no se hubiesen adoptado, de todas formas, las compañías
estadounidenses, tanto grandes como pequeñas, sufrirán pérdidas significativas de
ingresos. Es altamente probable que la disminución de ingresos empresariales impactará
en el valor bursátil de las acciones, por dos razones:
• En primer lugar, la reducción de las ventas provocará una caída brusca en la
rentabilidad de las empresas que cotizan sus acciones en Wall Street y que no
disponen de tecnologías digitales o de inteligencia artificial. La disminución de las
ganancias netas y de la rentabilidad del capital afecta decisivamente, tanto el valor
121
intrínseco como el valor percibido de los activos de estas empresas, lo que repercutirá
negativamente en el mercado especulativo.
• En segundo lugar, la reducción de las ventas de las empresas estadounidenses
cercenará la capacidad de recompra de sus propias acciones. 30 Este hecho es
importante porque afectará decisivamente la reproducción del capital ficticio que, en
la última década, ha sido la principal fuente de sostenimiento de la economía de los
países centrales y de obtención de ganancias extraordinarias, a través de la recompra
de acciones por parte de las mismas compañías. Al respecto, Goldman Sachs publicó
un estudio en el que se estima que la recompra de acciones por parte de las empresas
que cotizan en la bolsa de Estados Unidos se reducirán significativamente, en
comparación con los niveles de 2019. Las recompras corporativas están cayendo a
medida que las empresas ajustan su cartera, y podría tener un gran impacto en el
mercado financiero. “Todo el gasto se está desacelerando. La desaceleración en las
recompras es parte de una tendencia más grande de recortes de gastos, ya que la
incertidumbre comercial y el estancamiento del crecimiento global pesan en el
mercado” (Goldman Sachs, 2019, parr. 7-8).
Así, las medidas combinadas del Departamento del Tesoro y de la FED de Estados Unidos
no serán suficientes para evitar la caída del mercado bursátil que sólo en Estados Unidos
asciende a 23.192 millones de dólares y, a nivel mundial: 68.213 millones de dólares
(Banco Mundial, 2020b).
Sin duda, la pandemia de COVID-19 no sólo que ha precipitado la caída del ingreso de
los hogares y el aumento del desempleo, sino que afectará sensiblemente la pobreza de
manera prolongada. Aunque, de acuerdo con la Oficina de Estadísticas Laborales de
Estados Unidos (BLS por sus siglas en inglés), entre 2014 y 2018, la tasa de pobreza en
Estados Unidos de América disminuyó en 3 puntos (de 14,8 a 11,8 por ciento), 38,1
millones de personas que habitan en ese país viven aún en la pobreza y el 5,3 por ciento
de la población o 17,3 millones de personas, vive en la pobreza extrema, con ingresos por
debajo del 50 por ciento de sus umbrales de pobreza. El 29,9 por ciento de la población,
30
No solo los inversionistas compran acciones en el mercado de valores, también lo hacen las propias
compañías. Sin embargo, esta práctica llamada recompra de acciones la realizan las mismas empresas
para obtener un mayor control, o, para capturar más inversionistas dando una señal de confianza falsa a
los inversionistas.
122
o 93,6 millones, vive cerca de la pobreza, con ingresos inferiores al doble de sus umbrales
de pobreza. Los umbrales de pobreza son determinados por el gobierno de los Estados
Unidos y varían según el tamaño de una familia y de las edades de sus miembros.31 En
2018, el 11,1 por ciento de los hogares estadounidenses atravesaban por una situación de
inseguridad alimentaria, esto significa que, aproximadamente, 14,3 millones de hogares
tuvieron dificultades para proporcionar alimentos suficientes para todos sus miembros
por sus escasos ingresos.
Como en todos los países, la pobreza no afecta a todos por igual; el 10,6 por ciento de los
hombres y el 12,9 por ciento de las mujeres estadounidenses viven en pobreza; en la
misma línea, la tasa de pobreza para las parejas casadas fue solo del 4,7 por ciento, pero
la tasa de pobreza para las familias monoparentales, sin esposa presente fue del 12,7 por
ciento, y para las familias monoparentales sin esposo presente fue del 24,9 por ciento.
Después de 3 años consecutivos de aumentos anuales, el ingreso familiar promedio de
2018 fue de US $ 80.663, mientras que el ingreso medio para los hogares “no familiares”
fue de US $ 38.122. La tasa de pobreza aumenta sensiblemente en los hogares que tienen
personas con discapacidad (25,7 por ciento), lo que significa que casi 4 millones de
personas que viven con una discapacidad, se encuentran en situación de pobreza. El 16,2
por ciento de todos los niños (11,9 millones de niños) viven en pobreza, eso es casi 1 de
cada 6 niños. Según datos de la oficina del censo, en 2018, la tasa de pobreza más alta
por etnia se encuentra entre los nativos americanos (25,4 por ciento); los afroamericanos
(20,8 por ciento) tienen la segunda tasa de pobreza más elevada; y los hispanos tienen la
tercera tasa de pobreza más alta (17,6 por ciento); la población de origen asiático tenía
una tasa de pobreza del 10,1 por ciento, mientras que, de acuerdo con la Oficina de
Estadísticas Laborales de Estados Unidos, los anglosajones tenían una tasa de pobreza
del 8,1 por ciento (BLS, 2019).
31
En 2018, el umbral de pobreza, también conocido como la línea de pobreza, para un individuo era de
US $ 12.784. Para dos personas, el umbral promedio ponderado fue de US $ 16.247; para 3 personas: US
$ 19.985; para 4 personas: US $ 25.701; para 5 personas: US $ 30.459; para 6 personas: US $ 34.533; para
7 personas: US $ 39.194; para 8 personas: US $ 43.602; y, para 9 o más personas: 51.393.
123
la CEPAL aprecia que la pobreza en América Latina aumentará al 34,7 por ciento de la
población y la extrema pobreza al 13,5 por ciento. De acuerdo con sus estimaciones, a un
año de la pandemia, América Latina contaría con 215 millones de pobres y 83,4 millones
de personas en situación de extrema pobreza (CEPAL, 2020a, p. 16).
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés)
estima que la pobreza en Ecuador se extenderá vertiginosamente. A fines de 2020, habrá
1,4 millones más de personas en extrema pobreza y 1,8 millones más de personas en
situación de pobreza: 1 de cada 5 ecuatorianos se encontrará en pobreza extrema, mientras
que esa proporción se duplica para la población en situación de pobreza (38,4 por ciento),
y la población en situación de pobreza multidimensional ascenderá al 42,9 por ciento de
la población (UNICEF, 2020, pp. 6 y 14).
De otra parte, la Organización Mundial de Comercio (2020) prevé una caída del 12,9 por
ciento del comercio mundial. El Fondo Monetario es mucho más optimista: estima que el
comercio mundial se reducirá en -11,0 por ciento, mientras el Banco Mundial proyecta
un desplome del 13,4 por ciento. Si en 2019 las exportaciones mundiales ascendieron a
4,548 billones de dólares, una reducción del 12,9 por ciento significa que el comercio
mundial en 2020 alcanzará un valor, aproximado, de 4 billones de dólares. Sólo en el
primer semestre de 2020, en la economía norteamericana disminuyeron las importaciones
en 13 por ciento, mientras China redujo sus compras provenientes del exterior en 9 por
ciento, con relación al primer semestre del año 2019.
124
precios de la soja, el maíz, y el trigo se redujeron hasta un 4 por ciento y los precios de la
carne de bovino y pollo disminuyeron un 6 por ciento.
En Ecuador, hasta fines de noviembre de 2020, las exportaciones totales cayeron 10 por
ciento (2.000 millones de dólares). La caída de las ventas al mercado estadounidense fue
del 26,5 por ciento y 17 por ciento al mercado regional latinoamericano, mismas que
fueron parcialmente compensadas por el aumento en el 10,9 por ciento de las
exportaciones a China (Banco Central del Ecuador [BCE], 2020). Así, la pandemia de
COVID-19 encarna una perturbación sin precedentes de la economía y del comercio
mundiales, ya que provoca la contracción de la producción, del comercio y del consumo
en casi todos los países del mundo. Ya 2019 fue un mal año para América Latina, junto
con una marcada desaceleración y un mediocre crecimiento económico que apenas
alcanzó un 0,1 por ciento; por ello, la región vivió una secuencia de protestas sociales que
afectaron la estabilidad económica y política de la región. Los próximos años traerán
consigo profundas convulsiones sociales en la región de América Latina y el Caribe.
La lucha contra COVID-19 obligó a muchos países a imponer medidas sin precedentes,
cerrando gran parte de la economía y aislando a una proporción significativa de la
población. Con la caída de la actividad económica y del comercio mundiales, la
recaudación tributaria se vino a menos, mientras el gasto gubernamental aumentó para
atender la emergencia ocasionada por la pandemia, lo que ha provocado considerables
implicaciones en la sostenibilidad de las finanzas públicas.
En los países desarrollados que integran la OCDE, los ingresos fiscales han venido
aumentando a medida que la recaudación tributaria ha puesto énfasis en los impuestos
corporativos y en el impuesto al consumo. La publicación de Estadísticas Tributarias de
la OCDE (2020) muestra que la relación promedio entre los impuestos y el PIB de la
OCDE se situó, en 2018, en el 34,3 por ciento; mientras que la recaudación tributaria en
la región de América Latina y el Caribe (en términos de ingresos tributarios como
porcentaje del PIB, incluidas las cotizaciones a la Seguridad Social pagadas por los
gobiernos centrales) se situó en apenas el 23,1 por ciento.
Tabla 16
Impuestos como porcentaje del PIB en algunos países de la OCDE y
en América Latina: 2018
País Total Renta y Seguridad Propiedad Consumo
impuestos Ganancias Social
En cuanto al gasto, los gobiernos se han visto obligados a enfrentar las graves
consecuencias de la fase inicial de propagación del virus que aumentaron la demanda de
servicios de salud y el respectivo aumento del gasto público. Sin embargo, no todos los
gobiernos están expuestos a los mismos riesgos; el informe de la OCDE (2020) destaca
que los gobiernos latinoamericanos tienen administraciones tributarias ineficientes,
estructuras tributarias vulnerables y bases impositivas volátiles como para afrontar, con
eficiencia, sus responsabilidades en materia de salud, seguridad pública y protección
social. La necesidad de tomar medidas reactivas junto con una reducción de la actividad
126
económica está afectando la situación fiscal de los gobiernos, con severas presiones sobre
el gasto público, mientras que, al mismo tiempo, los ingresos fiscales han colapsado.
Empero, la crisis fiscal es asimétrica porque las economías emergentes y los países en
desarrollo carecen de aquella capacidad fiscal32 que gozan los países industrializados para
compensar las diferencias estructurales de los ingresos y los costos fiscales.
Si bien el impacto de la crisis en las finanzas públicas es distinto en cada uno de los países,
la mayoría de los gobiernos debe afrontar la disminución de sus ingresos fiscales y un
aumento del gasto público. Los ingresos fiscales, especialmente el impuesto a la renta y
el impuesto al consumo o a las transacciones comerciales han caído drásticamente, debido
a la disminución de la actividad económica. No en pocos casos, esta crítica situación de
las finanzas públicas está agravada por dificultades estructurales que históricamente se
arrastran por las ineficiencias del gasto público y una débil recaudación tributaria. De allí
que, los déficits presupuestarios de los gobiernos centrales y subnacionales aumentarán
en la mayoría de los países, a pesar de que se han ejecutado recortes en la inversión
pública y en otras áreas, generando mayor desempleo y contracción del consumo de los
hogares, con sus respectivos efectos multiplicadores negativos hacia el futuro.
Cabe destacar que los gobiernos subnacionales obtienen sus ingresos de distintas fuentes:
impuestos a la propiedad, tasas por prestación de servicios, transferencias del gobierno
central, y, de acuerdo con el nivel de descentralización alcanzado en sus respectivos
32
La capacidad fiscal se refiere al potencial que tienen los gobiernos para recaudar ingresos con el fin de
atender el gasto presupuestario, proporcionar bienes públicos y garantizar los derechos económicos y
sociales de la población.
127
países, recaudan impuesto a la renta e impuesto al consumo. La diversidad de ingresos
fiscales está fuertemente relacionada con el grado de descentralización prevaleciente en
los distintos países. En los países de América Latina es importante actualizar los estudios
catastrales, con miras a fortalecer la capacidad de generación de ingresos de los gobiernos
subnacionales y fortalecer sus administraciones tributarias, a fin de que respondan de
mejor manera a las necesidades y demandas locales. Esta tarea es aún más relevante en
momentos de pandemia, ya que la brecha entre los ingresos recaudados y el gasto
necesario para abordar la crisis es mayor de lo habitual, por lo que se requieren nuevos
mecanismos excepcionales para compensar los costos adicionales y/o la caída de los
ingresos fiscales, más aún cuando, en la región latinoamericana, los impuestos a la
propiedad no llegan a representar ni siquiera el 1 por ciento del PIB.
33
La propensión media al ahorro mide la parte proporcional de los ingresos personales que se destina al
ahorro. La subida de su valor implica una disminución proporcional del consumo.
128
necesidades de consumo o de inversión, más aún cuando los altos niveles de
endeudamiento de las empresas y de los hogares pueden llevar a una situación crítica
causada por el sobreendeudamiento (FMI, 2020a);
• Los consumidores y las compañías reducirán el gasto y decidirán alentar su ahorro
precautorio34 para crear un fondo de contingencias previstas o imprevistas.
De allí que, las medidas de la FED y del Departamento del Tesoro no impedirán que las
personas y las empresas decidan ahorrar por razones de precaución, a no ser que apliquen
inmediatamente tasas de interés negativas para los ahorros de los ciudadanos. El consumo
y bienestar de la población decaerá por tres razones. En primer lugar, aunque muchas
personas y empresas podrían endeudarse para compensar la disminución de sus ingresos,
relativamente pocos hogares y empresas solicitarán crédito para aumentar su consumo o
producción; por el contrario, las empresas tenderán a reducir firmemente sus gastos,
evitando realizar consumo discrecional o inversiones no esenciales, causando así una
reducción significativa en la actividad económica, en el gasto de los hogares o de las
empresas y en los ingresos agregados de la economía. En segundo lugar, los subsidios
otorgados son insuficientes para restaurar el nivel de consumo adquirido en los años
anteriores y tampoco pueden proporcionar a los ciudadanos oportunidades de consumo
que compensen el gasto no realizado por razones de aislamiento o distanciamiento social.
Finalmente, el crédito se contraerá porque difícilmente los consumidores y las empresas
aumentarán sus deudas para financiar sus gastos de consumo o inversión, con relación a
los niveles alcanzados en 2019. En Estados Unidos de América, en Japón y en la Unión
Europea, los bancos centrales pueden mitigar transitoriamente las pérdidas de ingresos de
los hogares y de las empresas, pero no podrán compensar indefinidamente todas las
pérdidas de ingresos que ocurrirán. En términos macroeconómicos, si hay contracción de
los ingresos personales y de los ingresos empresariales (incluida la asistencia del
gobierno), el ingreso nacional de los países disminuirá en una cantidad similar, durante
2020 y 2021.
34
El ahorro precautorio corresponde a todos aquellos ahorros realizados por hogares y empresas para
precautelar una condición económica estable, aun cuando el costo de oportunidad fuera menor en el
futuro de lo que es en la actualidad.
129
remesas de los migrantes juegan un papel destacado en el desarrollo económico de
Ecuador y de varios países de América Latina y el Caribe; incluso, en no pocos países,
superan el monto de inversión extranjera directa que ingresa a la balanza de pagos. Según
estimaciones de la CEPAL, “el ingreso de remesas se podría contraer entre un 10 y un 15
por ciento en 2020 y podrían pasar entre 4 y 8 años para que regresen al monto alcanzado
en 2019” (CEPAL, 2020a, p. 13). Si bien las remesas mejoran las condiciones económicas
de las familias que los reciben, en muchos casos, su impacto macroeconómico tiende a
ser neutro, por cuanto esas transferencias vienen acompañadas por patrones exógenos de
consumo que aumentan el volumen de importaciones. No obstante, su ingreso contable a
la cuenta corriente ayuda a atenuar su déficit y, de esta manera, financia a la balanza de
pagos.
130
En el año 2019, los mercados bursátiles globales alcanzaron nuevos valores máximos
posteriores a la crisis financiera de 2007-2008. Esta expansión fue impulsada en gran
medida por la economía estadounidense, cuya perspectiva depende de varias situaciones
que pueden afectar la actividad futura del mercado de capitales:
• Las expectativas y preocupaciones crecientes que tengan los inversionistas en torno a
los mayores riesgos geopolíticos,
• El curso que tome el proceso de “desglobalización”,
• La evolución de los efectos económicos que ocasione la pandemia, y
• Las tensiones políticas que se pueden presentar al interior de los países.
Antes de que se desate la guerra comercial, Estados Unidos y China tenían un acuerdo
mutuo en virtud del cual el gigante asiático utilizaba la inmensa cantidad de dólares que
posee en su balanza de pagos, para mantener su divisa en niveles bajos y así favorecer sus
exportaciones e impulsar su PIB, con lo cual no le convenía venderlos. Si se agudiza la
guerra comercial, en el fragor de la contienda, China podría vender 1,2 billones de dólares
de los bonos del tesoro estadounidense que posee, provocando movimientos sísmicos
sobre el dólar. Sin embargo, es poco probable que China esté interesada en adoptar una
actitud agresiva, puesto que el desarrollo económico que ha alcanzado se explica por la
inversión extranjera de las grandes corporaciones y, por ello, no pondría en riesgo el
apoyo que tiene del capital corporativo transnacional.
131
En respuesta a las preocupaciones por el colapso del mercado de valores ocurrido luego
de tres meses de iniciar la pandemia, el presidente del Banco de la Reserva Federal de
Minneapolis, Neel Kashkari (2020, parr. 1), manifestó que la capacidad de la FED para
imprimir dinero no tiene fin, pues la Reserva Federal tiene una "cantidad infinita de dinero
en efectivo". Lo que le faltó decir es que Estados Unidos no puede imprimir oro.
Como China quiere dejar de importar petróleo y responder a los desafíos que impone el
cambio climático, está empeñada en liderar la industria automotriz inteligente; la fábrica
de TESLA tardó en construirse entre 6 y 8 meses, gracias al apoyo del gobierno, con la
intención de ponerse a la cabeza del mercado. Por el contrario, Boeing es parte del
estancamiento y del declive de la economía norteamericana, pues en ese país no se
construye nada nuevo en materia de aviación civil o de transporte. Estados Unidos trató
de fabricar un tren de alta velocidad en California y tuvo que suspender la construcción
porque costaba más de 200 millones de dólares por cada milla (1,6 kilómetros); mientras
que China construyó en 5 años más trenes de alta velocidad que todos los países del
mundo juntos. Estados Unidos tardó 3 años en construir el puente de Golden Gate en San
Francisco; intentó construir una carretera de acceso y tardó 12 años en hacerlo. Estados
Unidos está estancado en varios aspectos del desarrollo tecnológico y productivo reciente
porque su inteligencia y pensamiento económico están secuestrados por el capital
financiero que considera que el crecimiento de la economía y la generación de riqueza se
133
pueden alcanzar con actividades especulativas. Estados Unidos no invierte en bienes de
capital, estimula el consumo sin generar empleos productivos.
Cuando se agudicen las tensiones comerciales, probablemente la gente se dará cuenta que,
en realidad, Estados Unidos no tiene el poder económico que presume; a partir de allí, el
dólar se pondrá en tela de juicio. La consecuencia directa será que el sistema monetario
que se impuso cuando se abandonó el patrón oro, se vendrá abajo.
En 1987, el mercado de las acciones cayó en 23 por ciento en un solo día y en pocos
meses se estabilizó; no hubo recesión económica alguna porque, en ese entonces, el valor
de las acciones era solo una pequeña parte de la economía internacional. La economía
manufacturera tenía un poco más de peso en aquellos días: la economía iba más allá de
Wall Street y, por tanto, una caída en el valor de las acciones no afectaba mucho el
desempeño de la economía. Sin embargo, ahora, cuando el valor de las acciones (30,436
billones de dólares, en 2018) multiplica 1,5 veces el valor total de los ingresos de Estados
Unidos (20,494 billones de dólares, en 2018), una caída drástica en el valor de las
acciones provocará severos daños a la economía estadounidense y a la economía
occidental.
Ya en marzo de 2020 se produjo una caída en el mercado bursátil y Wall Street cerró su
peor trimestre desde 2008; sin embargo, la emisión monetaria realizada por los bancos
centrales permitió su pronta recuperación. Hay dos posibles razones que podrían explicar
este comportamiento:
134
• La primera es que, en muchos países, tomará por lo menos 3 años para que la actividad
económica regrese a los niveles de 2019, dada la drástica caída de los principales
indicadores económicos.
• La segunda explicación, más probable, es que la apreciación de las acciones se
produjo por cuanto, en la actualidad, no existen otras opciones de inversión y, como
el dinero emitido excede el crecimiento económico real, no se canaliza al sistema
productivo, sino que se desborda en inversiones financieras que, posteriormente,
generarán tensiones en la economía mundial.
La enorme liquidez inyectada sin precedentes en los primeros meses de pandemia por los
bancos centrales de Estados Unidos, Europa y Japón, que alcanza la cifra de 6.400
millones de dólares por día y 266 millones por hora, algo que no se había visto antes en
la historia monetaria mundial, desborda la capacidad de asimilación de la economía real,
por lo que, eventualmente, posibles burbujas de activos pueden ensombrecer el panorama
económico futuro. Aunque su llegada es sumamente imprevisible, este riesgo no puede
ser descartado por las siguientes razones:
1. Las vacunas no podrían ser tan efectivas como se espera o su aplicación se demorará
hasta penetrar en todos los rincones del planeta;
2. Es altamente probable que se agudice la guerra comercial entre Estados Unidos y
China;
3. El mercado financiero podría advertir su abismal distanciamiento con la capacidad
productiva de la economía real.
Por las razones anotadas, una reversión de la actual recuperación del mercado bursátil y
un colapso a nuevos valores mínimos significativos podría ocurrir más temprano que
135
tarde. La actual recuperación del mercado bursátil se detendrá y se presentará la próxima
caída en el precio de las acciones estadounidenses. Si ello ocurre, los tenedores de
acciones corporativas, letras y bonos del tesoro u otros títulos de deuda, tendrán pérdidas
masivas de riqueza debido a la reducción en el valor intrínseco de sus empresas y en el
valor de mercado de sus valores bursátiles y títulos de deuda. Puesto que existe un alto
riesgo de que se produzcan procesos masivos de impagos e incumplimientos por parte de
muchos deudores, se pueden presentar pérdidas masivas en los mercados financieros, lo
que conduciría a una pérdida masiva de riqueza por parte de los acreedores y el
correspondiente aumento de la riqueza (o disminución de la pobreza) por parte de ciertos
deudores.
Si se produce una quiebra a gran escala de los negocios, la insolvencia de las empresas
debilitará su capacidad de continuar con las recapitalizaciones, lo que diezmará el valor
patrimonial de la mayoría de los propietarios de ciertas corporaciones y generará grandes
reducciones en el valor intrínseco o real de los negocios a largo plazo y, también, en el
valor de mercado sobre el patrimonio de los propietarios.
En síntesis, si bien la lluvia de ayudas actualmente tapa todas las goteras, ni el Sistema
de la Reserva Federal en Estados Unidos, ni el Banco Central Europeo, ni el Banco de
136
Japón, podrán prevenir una serie de insolvencias masivas que pueden aflorar como efecto
dominó. Si bien los programas de los bancos centrales antes mencionados pueden aliviar
los problemas de liquidez de muchas empresas, estos programas no podrán abordar los
problemas de solvencia que se presenten en muchas empresas, en cuyo caso se provocará
el desplome a largo plazo de la producción, los ingresos y el patrimonio. Las empresas
de aviación y de transporte, los hoteles, restaurantes y lugares de recreación serán
devastados por medidas obligatorias y voluntarias de distanciamiento social; muchas de
estas empresas simplemente cerrarán e incluso, suponiendo que una vacuna se distribuya
universalmente a mediados de 2021, el grado anterior de actividad productiva e ingresos
de estos negocios tardará muchos años en volver a los niveles anteriores, esto se debe a
que muchos antiguos propietarios y operadores de estos negocios se verán devastados
financieramente y serán reacios a volver a los negocios o incapaces de hacerlo debido a
las restricciones crediticias.
Tabla 17
Número de empresas, número de establecimientos, empleo y nómina anual por
tamaño del empleo de la empresa para los Estados Unidos: 2017
Salario
Tamaño Número de Número de Número de Nómina anual anual
del empleo empresas establecimientos empleados (USD Miles) promedio
(USD)
Total 5.996.900 7.860.674 128.591.812 6.725.346.754 52.300
<5 3.698.086 3.703.759 5.937.081 276.569.783 46.583
5-9 1.009.851 1.022.121 6.656.073 254.516.757 38.238
10-19 631.981 666.636 8.503.293 338.015.193 39.751
< 20 5.339.918 5.392.516 21.096.447 869.101.733 41.197
20-99 544.485 738.566 21.348.103 928.144.057 43.477
100-499 92.358 381.720 18.111.531 914.291.189 50.481
< 500 5.976.761 6.512.802 60.556.081 2.711.536.979 44.777
500+ 20.139 1.347.872 68.035.731 4.013.809.775 58.996
Fuente: U.S. Census Bureau (2020).
Elaboración: el autor.
137
Si bien es cierto que algunas actividades económicas se podrían dinamizar por cuanto
aprovecharían las oportunidades del encierro en casa y pocos trabajadores terminarán
recibiendo más dinero del que ganaban anteriormente, en promedio, los trabajadores que
mantengan su empleo experimentarán una asombrosa reducción en sus ingresos
personales, sea por reducción directa de sus salarios o por disminución de horas normales
o extras en su jornada de trabajo, pues muchas empresas reducirán sueldos y salarios para
evitar pérdidas e, inclusive, una posible insolvencia.
Junto con lo anterior, varios negocios colapsarán porque cualquier actividad económica
que dependa de un gran número de personas reunidas en espacios limitados no será viable
y se enfrentará a la insolvencia. Las tiendas ubicadas en los centros comerciales tendrán
reducciones masivas de clientes, incluso después de que concluya la fase de aislamiento
social porque se producirá un distanciamiento social voluntario. Antes de la crisis
generada por COVID-19 y debido a la competencia del comercio electrónico, estas
empresas ya no eran viables, pues presentaban dificultades en su enfoque de negocios. En
efecto, ya en 2019, en Estados Unidos las tiendas comerciales tradicionales, que visitan
directamente los clientes, fueron duramente golpeadas por los cambios en los patrones de
comercio provocado por el crecimiento vertiginoso de las ventas online y estaban
experimentando severas dificultades. Según Coresight Research (2019), una entidad
especializada en aplicar encuestas y realizar estudios acerca del desempeño del comercio
minorista en Estados Unidos ,35 informó que en los seis primeros meses de ese año, la
cadena de zapaterías Payless Shoe Source, actualmente bajo la protección de la Ley de
Quiebras estadounidenses, cerró todas sus tiendas restantes en el país a finales de junio y
advirtió que, “en el año 2019, el cierre de tiendas o establecimientos comerciales podría
sobrepasar las 12.000 tiendas” (Haro, 2019, parr. 1). Por su parte, UBS Securities (2019)
afirma que esta dinámica no tiene indicios de desacelerarse en los próximos años; sus
analistas calculan que “para el año 2026 habría que cerrar 75.000 tiendas más si la
penetración del comercio electrónico aumenta en un 25 por ciento desde su nivel actual
del 16 por ciento” (Haro, 2019, parr. 7). En 2017, el comercio electrónico alcanzó 2,3
35
Estos informes describen qué empresas están expuestas a riesgos, informan sobre el cierre de tiendas
y destacan los importantes desarrollos alcanzados en diferentes sectores, incluidos los viajes y el comercio
electrónico. Sus encuestas proporcionan una información detallada y actualizada sobre los
comportamientos, las preocupaciones y las expectativas de los consumidores estadounidenses en medio
de la crisis del coronavirus, con un enfoque en las implicaciones para el comercio minorista.
138
billones de dólares en ventas y se espera que aumente a 4,5 billones de dólares para 2021.
Sólo en Estados Unidos, las compras en línea ya representan el 10 por ciento de las ventas
al por menor y se espera que crezcan a una tasa anual del 15 por ciento. En este contexto,
en el transcurso de los próximos años, una gran proporción de estas empresas
simplemente no volverán a efectuar sus operaciones comerciales.
En Estados Unidos de América, más del 89 por ciento de los negocios tienen menos de
20 trabajadores, cuyos activos, por lo general, no cotizan en la bolsa de valores. Estas
microempresas 36 (que tienen menos de 20 empleados) ocupan a 21 millones de
trabajadores, equivalente al 16,4 por ciento de la fuerza laboral. En su conjunto, estas
microempresas pagan más de 254.000 millones de dólares a sus trabajadores, lo que
representa el 9,2 por ciento de los ingresos nacionales por sueldos y salarios. En 2017, el
salario anual promedio de un trabajador norteamericano fue de US $ 52.300; los
trabajadores que laboraron en las grandes empresas recibieron una mayor remuneración
(40 por ciento más) que los empleados que laboran en aquellas empresas que tienen
menos de 20 trabajadores. En efecto, mientras el salario promedio anual en las empresas
36
La Oficina del Censo de Estados Unidos cataloga como pequeña empresa a aquella que emplea a menos
de 500 trabajadores.
139
con menos de 20 trabajadores fue US $ 41.197, el salario promedio anual en las empresas
con más de 500 trabajadores es de US $ 58.996. (U.S. Census Bureau, 2020).
Las estadísticas de la Oficina del Censo de Estados Unidos de América sobre la dinámica
de negocios revelan que 12 de cada 100 empresas cierran el primer año y el 50 por ciento
superviven luego de 5 años. La razón más común por la que fracasan las empresas es que
los negocios no alcanzan sus objetivos de ventas o sufren problemas de flujo de efectivo.
Un informe de la Universidad de Stanford señala que las empresas latinas contribuyen
con más de 700.000 millones de dólares en ventas a la economía norteamericana y
emplean a más de 2,3 millones de trabajadores. En el país de McDonalds, uno de cada
cuatro nuevos negocios es propiedad de un latino (Kramer, Claire, 2018).
Aunque los programas de estímulo de la Reserva Federal y del Departamento del Tesoro,
ciertamente, pueden mitigar la pérdida de ingresos comerciales en un grado limitado, las
empresas y sus propietarios enfrentarán reducciones drásticas en sus ingresos por ventas,
durante 2020 y 2021, en relación con 2019, mismas que no serán compensadas por los
programas gubernamentales.
Si bien la inflación podría reducir el valor real de la deuda acumulada y aliviará su pago,
especialmente si se aplican costos de interés fijos, la inflación también podría imponer
muchos costos a la economía mundial y muchas limitaciones para el crecimiento futuro,
por las siguientes razones:
• En primer lugar, si la inflación no se controla en bajos niveles, la inestabilidad de los
precios podría provocar la reducción de la inversión, pues limita la capacidad de los
empresarios y de los productores para planificar el costo de los insumos y de los
productos;
• En segundo lugar, el costo del dinero y el valor del crédito aumentarán a medida que
suban las tasas de interés, lo que afectará tanto a la emisión como a la adquisición de
crédito.
• Finalmente, la inflación tiene efectos distributivos adversos en la economía, como
reducción de los salarios reales y, por lo tanto, caída en el consumo real, deterioro del
nivel de vida y de bienestar de las familias.
141
El horizonte inflacionario que se vislumbra en la economía mundial se presenta aún más
sombrío si se profundiza la guerra comercial entre Estados Unidos y China, pues la
producción industrial estadounidense, japonesa o europea es mucho más costosa que la
industria china o que la producción fabril de Asia-Pacífico. De allí que, por más doloroso
que sea, el capitalismo centrado en Washington constatará que ha perdido el primer lugar
industrial ante China y Asia-Pacífico.
En conclusión, mientras mucha gente considera que los flujos de efectivo facilitados por
la Reserva Federal estadounidense, el Banco de Japón o el Banco Central Europeo,
esencialmente compensarán el daño económico que ha causado COVID-19, lo cierto es
que no podrán resolver todas las pérdidas de ingresos, producción, empleo y riquezas que
ocurrirán. Ciertamente mitigarán muchos problemas, pero estas brechas no compensadas
y esencialmente no reparables representan una proporción enorme de la economía
estadounidense que emplea a 143 millones de personas (FRED, 2020). La implicación de
esto es que la próxima crisis económica no sólo será extremadamente profunda, sino que
se prolongará en el tiempo. Mucho después de que la economía se abra y se acaben las
medidas de cierre, varias industrias que emplean a un gran número de trabajadores
suspenderán sus operaciones. Con seguridad, la ruina de muchas industrias comenzará a
142
remediarse de manera paulatina siempre y cuando se desarrolle una vacuna y/o un
tratamiento eficaz, ampliamente disponible, para prevenir o curar la enfermedad. Empero,
incluso después de que esto ocurra, las empresas afectadas severamente por la pandemia
tomarán una cantidad considerable de tiempo para resurgir, en muchos casos, con nuevos
propietarios.
Sin duda, el estímulo de la Reserva Federal y del Departamento del Tesoro de Estados
Unidos puede mejorar el daño causado a la economía; sin embargo, no podrá evitar el
cierre de varios negocios, el aumento del desempleo, la pérdida significativa de ingresos,
la caída de la producción y el posible desplome del valor de las acciones y valores
bursátiles y extrabursátiles que podrían ocurrir como resultado de esta crisis.
En síntesis, las medidas de estímulo anunciadas por la Reserva Federal para abordar la
crisis, con un paquete de hasta 2,3 billones de dólares u otros que se pueden anunciar, no
serán suficientes para doblegar los efectos de la actual crisis estructural de la economía
estadounidense, más aún cuando la economía mundial está dando varias señales de una
prolongada recesión, una de ellas es la histórica caída del 6,4 por ciento en el gasto de los
consumidores norteamericanos durante el primer semestre de 2020 y la proyección del
FMI sobre una contracción del PIB estadounidense y mundial de 2020.
144
Capítulo V.
Gilles Deleuze
El primer antecedente que debe ser considerado para comprender las tensiones
geopolíticas y comerciales que Estados Unidos de América ha generado con China, pero
también con la Unión Europea y con otros países, es que la deslocalización industrial
provocó una drástica disminución del empleo industrial norteamericano. En efecto,
mientras en julio de 1979, 19,5 millones de personas laboraban en las industrias
estadounidenses (1 de cada 5 trabajadores estaban vinculados con el trabajo en las
fábricas), cuarenta años más tarde, en junio de 2019, el número de trabajadores
industriales estadounidenses disminuyó a 12,8 millones y la proporción de la ocupación
industrial se redujo al 8,2 por ciento del empleo total.
145
Desde hace más de 40 años, la globalización ha provocado saldos negativos recurrentes
en la balanza comercial y de transferencias corrientes de Estados Unidos. La balanza
comercial negativa con China no es el único aspecto que conspira contra la salud
económica norteamericana, pues hay otros factores endógenos y exógenos que lo
debilitan. Así, por ejemplo, mientras en 2018 el ingreso de transferencias de los migrantes
norteamericanos ascendió a 6.881 millones de dólares, el egreso de remesas fue por un
valor 100 veces mayor: 68.472 millones de dólares (Banco Mundial, 2020c), lo que
contribuye al déficit permanente de la balanza de pagos estadounidense, misma que
registra todas las transacciones monetarias producidas entre ese país con el resto del
mundo. Estas transacciones incluyen ingresos o egresos por exportaciones e
importaciones de bienes y servicios, flujos de inversiones extranjeras directas, ingresos o
salidas de capital financiero y transferencias corrientes.
La capacidad de una economía para lidiar con grandes déficits de cuenta corriente
depende de las mejoras continuas en eficiencia productiva y en desarrollo tecnológico,
puesto que, si la economía se vuelve más productiva, su riqueza real puede crecer lo
suficientemente rápido como para cubrir su deuda. Empero, el déficit crónico en la
balanza de pagos refleja la existencia de graves problemas estructurales en la economía
estadounidense que deben ser financiados con deuda y/o con dinámicas especulativas que
levantan expectativas ficticias sobre el valor de las acciones bursátiles.
Tabla 18
Valor de la producción industrial de principales países industrializados: 2018
País Billones USD %
China 4,0 28,4
Estados Unidos 2,3 16,6
Unión Europea 2,1 15,1
Japón 1,0 7,2
Corea 0,5 3,3
Latinoamérica 0,7 5,3
Rusia 0,2 1,5
Vietnam 0,0 0,3
Otros 3,1 22,4
Mundo 13,9 100,0
Fuente: Base de datos de Naciones Unidas. Departamento de investigaciones económicas y sociales.
Elaboración: el autor.
La tabla 18 muestra que China es el primer país industrial del mundo, ostenta el 28,4 por
ciento de la producción manufacturera global (3,88 billones de dólares); Estados Unidos
contribuye con el 16,6 por ciento de la producción industrial (2,25 billones de dólares);
los países de la zona euro participan con el 15,1 por ciento de la producción manufacturera
del mundo (2,1 billones de dólares); Latinoamérica con el 5,3 por ciento (744.000
millones de dólares); la República de Corea con el 3,3 por ciento (458.000 millones de
dólares); India con el 3 por ciento (409.000 millones de dólares); México con el 1,6 por
ciento (210.000 millones de dólares); Rusia con 1,5 por ciento (204.000 millones de
dólares); Brasil con 1,3 por ciento (180.000 millones de dólares) y Vietnam con el 0,3
por ciento del PIB industrial mundial (39.000 millones de dólares). Luego de la minería
(14,8 por ciento del PIB) y del comercio mayorista, minorista y servicios de restaurantes
y hoteles (14,4 por ciento del PIB), la manufactura sigue siendo un componente esencial
147
de la economía norteamericana con una contribución del 11,3 por ciento a su producto
interno bruto (UNCTAD, 2020).
37
Conforme a esta investigación, la dependencia estratégica se produce cuando un país es un importador
neto de un bien en particular; importa más del 50 por ciento de sus suministros de China, y China controla
más del 30 por ciento del mercado global de ese bien en particular.
148
India, Malasia, Sudáfrica, Sri Lanka y Tailandia. En Colombia se especula que, en las
zonas que antes eran ocupadas por la guerrilla de las FARC, habría depósitos importantes
de tierras raras.
Comprometidos con reducir la enorme carga de intereses que genera el agujero negro de
la deuda pública y privada y, sobre todo, con el propósito de sostener el desarrollo de la
economía, estimular el consumo y alentar las ventas de acciones bursátiles, los bancos
centrales de los países industriales han venido aplicando la denominada flexibilización
monetaria. El mensaje falso que difunde esta nueva política monetaria es que, cuando un
banco central baja o sube las tasas de interés, aumenta o disminuye la demanda de
préstamos para inversión productiva por parte de las empresas. Pero esto no es cierto, ya
que no se ha encontrado evidencia empírica alguna que demuestre que las tasas de interés
más bajas estimulen una mayor inversión de capital productivo, pues, cuando los bancos
centrales reducen las tasas de interés, se crea un sesgo hacia la inversión financiera de
alto riesgo, debido a la búsqueda de un mayor rendimiento inmediato por parte de los
inversionistas.
Si bien en los últimos meses han surgido algunas señales fugaces en cuanto al panorama
del empleo en Estados Unidos, las crecientes tensiones entre Estados Unidos y China, así
como las amenazas de sanciones a otros países minarán la confianza en la estabilidad de
la economía mundial y aumentarán el riesgo de inversión productiva.
150
La estrategia de recuperación industrial establecida por la administración Trump no sólo
afectaba a China sino, también, a sus propios aliados. En mayo de 2018, Washington puso
en vigor tarifas arancelarias del 25 por ciento para el acero y del 10 por ciento para el
aluminio procedente de Europa, Canadá y México. Inmediatamente, el presidente de la
Comisión Europea, Jean-Claude Juncker (2018a), manifestó que la Unión Europea
responderá con tarifas adicionales sobre las importaciones desde Estados Unidos y
calificó de "completamente inaceptable que un país haya impuesto medidas unilaterales
relativas al comercio mundial" (parr. 4).
La guerra comercial entre China y Estados Unidos empezó en marzo de 2018, después de
que el entonces presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció su decisión de
imponer aranceles por 50.000 millones de dólares a los productos procedentes de China,
argumentando que ese país mantiene prácticas desleales de comercio, una transferencia
forzada de tecnología americana a China y violación a los derechos de propiedad
intelectual. En represalia, el presidente Xi Jinping impuso aranceles a la soja, una de las
principales exportaciones de Estados Unidos a China, y a más de 128 productos
estadounidenses.
El Pentágono considera que su seguridad nacional está amenazada por la capacidad que
podría adquirir cualquier otro país para liderar tecnológicamente un determinado sector
industrial de última generación. Como la economía estadounidense no puede fabricar
bienes y servicios a costos competitivos, debido a sus elevados costos de mano de obra,
Washington se empecina por aplicar rentas de monopolio en aquellos productos de alta
tecnología, para que ningún otro país pueda invertir en procesos de innovación
151
tecnológica. Parecería ser que Estados Unidos no se siente seguro mientras no se
desplieguen sus dispositivos de espionaje en todas las partes posibles del mundo, con el
propósito de que sus agencias de seguridad logren conocer qué hacen los demás. Google,
Apple, Amazon ya controlan la información sobre la gente, basta recordar que, en 2013,
Edward Snowden denunció que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Agencia de
Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos tenían varios programas de vigilancia
masiva a los ciudadanos del mundo.
El poder estadounidense se basa en el control: necesita saber lo que hace la gente, qué
consume, a dónde se moviliza, cuáles son sus transacciones comerciales, sus gustos y sus
hábitos culturales, qué lee y con quién se comunica cada persona, cuáles son sus mensajes
a favor o en contra de la política o de la cultura norteamericana; todo esto para controlar
y vigilar a quienes no se someten a su poder, por ello prohíbe la tecnología china 5G
dentro de su territorio y aspira a condicionar en esta dirección a sus aliados pues, Estados
Unidos no se sentirá a salvo si todo no está bajo el control de sus agencias de inteligencia.
De allí que, la Casa Blanca no tiene ningún escrúpulo en aplicar sanciones y cortar el
suministro de alimentos o medicinas, con el fin de que los demás se subordinen a sus
intereses o asuman como suyos los intereses norteamericanos en el mundo y se
comprometan a defenderlos, como es el caso de la política de sanciones impuestas contra
varios países, incluido el bloqueo comercial a Cuba.
A fines de octubre de 2020, Huawei lanzó al mercado una nueva serie de teléfonos
inteligentes: Mate 40. En la tienda virtual JD.com, una de las compañías más grandes de
comercio electrónico al por menor, con sede central en Beijing, la serie Mate 40 se agotó
en apenas 11 segundos, tras el inicio de sus ventas. El éxito de Huawei es impresionante,
especialmente si se compara con las cifras referentes a las ventas del iPhone 12, el
teléfono insignia de Apple en 2020. Según Global Times, el móvil de la manzana tardó
45 minutos en agotarse tras su lanzamiento en la plataforma JD.com (Sputnik, 1 de
noviembre de 2020).
China es el mercado más grande de Apple después de Estados Unidos y Europa. En las
décadas pasadas fue la fuente más importante para el crecimiento de esa empresa; sin
embargo, las ventas de iPhone en los últimos años han disminuido últimamente, a medida
que el mercado de teléfonos inteligentes de China está dominado por Huawei.
Las tensiones comerciales en curso ahora están obligando a Apple a considerar escenarios
aún más drásticos, en particular si se produce un mayor desacoplamiento tecnológico
entre las economías estadounidense y china, lo que permite vislumbrar, como un posible
escenario, el traslado de una gran parte de su cadena de suministros fuera de China. Una
opción a corto plazo podría ser trasladar sus instalaciones a India, Vietnam o Indonesia,
lo que plantea la necesidad de sortear varias dificultades logísticas para el traslado de las
instalaciones productivas a países más pequeños que no están preparados para la
fabricación a gran escala de artículos tecnológicos de última generación, como son los
teléfonos inteligentes. Por ello, Apple tiene el interés de que la guerra comercial no
empeore, lo que le permitirá mantener costos reducidos de producción con su cadena de
suministros ubicada principalmente en China, pero, si las tensiones siguen
deteriorándose, tendrá que tomar decisiones difíciles, pues se verá obligada a producir en
condiciones tecnológicas no muy favorables, aunque con salarios menores, posiblemente
a costos quizás más elevados.
Huawei es una empresa global, emplea a 190.000 trabajadores, 50.000 de los cuales son
occidentales; cuenta con centros de investigación en 20 ciudades del mundo. En lo que
respecta a la tecnología 5G, China tiene cierta ventaja en la carrera tecnológica y posee
la capacidad de desarrollar sus productos a precios mucho más reducidos que los países
occidentales. Como Estados Unidos es un país cuya economía está centrada en el
capitalismo financiero y tiene pocas empresas con capacidad de producir tecnología 5G,
la Casa Blanca procura evitar que Huawei se extienda más y establezca la mayoría de las
redes de comunicación en el planeta. Si Huawei domina la red de telecomunicaciones,
Estados Unidos teme que se realicen actividades de espionaje y que la información vaya
directamente a las instituciones de seguridad del Estado chino. Por ello, el mercado
mundial de telecomunicaciones se encuentra en un punto de inflexión, ya que Estados
154
Unidos pretende evitar que Huawei controle el mercado global de teléfonos inteligentes
y monte la mayoría de las redes de telecomunicaciones 5G del planeta.
Empero, los éxitos de Huawei no necesariamente le confieren a China una pista libre para
ganar la carrera tecnológica. Luego de las distintas sanciones que Donald Trump aplicó
imponiendo severas trabas para la producción china de sus equipos 5G, por el momento
China podría estar perdiendo terreno en la guerra comercial con Estados Unidos. Es más,
ya en marzo de 2019, Corea del Sur estrenó la primera red nacional de telefonía 5G del
mundo y su empresa emblemática Samsung Electronics sacó a la venta una versión del
teléfono compatible con 5G, lo que ha permitido que los surcoreanos se encuentren entre
los primeros ciudadanos del mundo en disfrutar de una red móvil 5G a escala nacional.
A estos hechos hay que añadir la decisión del Reino Unido de prohibir a Huawei la
instalación de sus redes 5G y colocar nuevas trabas sobre las tensas relaciones que China
tiene con: Hong Kong, India y Vietnam. Sin duda, ello afectará la expansión económica
de China en el mundo, por lo que, como efecto de las tensiones geopolíticas, la diplomacia
china se está endureciendo. Luego de que Australia pidió una investigación internacional
sobre los orígenes del coronavirus SARS-CoV2, China impuso aranceles a la cebada
australiana y amenazó con tomar otras medidas.
Empero, los obstáculos impuestos por Washington no fueron efectivos ya que era
imposible sustituir de la noche a la mañana la infraestructura naviera y la red de transporte
marítimo que controla China; por tal razón, los envíos marítimos de China hacia la costa
oeste de Estados Unidos aumentaron en volumen y en costo, ocasionando un aumento en
el precio final de los productos importados de China y que el consumidor estadounidense
ahora los debe pagar. Este hecho anticipa que la guerra comercial podría generar severas
interrupciones en los flujos comerciales marítimos, con impactos imprevisibles sobre la
economía mundial.
China es consciente de que, gracias a sus acuerdos políticos y comerciales con el gobierno
y con las grandes corporaciones de Estados Unidos, su PIB per cápita se multiplicó por
50 veces en los últimos 40 años, al pasar de menos de 200 dólares en 1980, a más de 10
mil dólares en 2020 (Banco Mundial, 2020b). En este período de buenas relaciones con
Washington, más de 800 millones de chinos salieron de la pobreza, gracias a las
oportunidades aprovechadas por Beijing de su inserción ventajosa en las cadenas de valor
transnacional y en el desarrollo de variadas actividades comerciales globales. Sin
embargo, a partir de la confrontación comercial con Estados Unidos, China está dando un
giro estratégico, ya que busca definir un nuevo horizonte para el desarrollo endógeno de
su economía que pone énfasis en el mercado interno, a fin de afianzar un sistema soberano
de autoabastecimiento. En este sentido, Xi Jinping (2020) manifestó: "Para el futuro
debemos tratar la demanda interna como el punto de partida y de apoyo, a medida que
aceleramos la construcción de un sistema completo de consumo interno y nos proveamos
en gran proporción de innovaciones en ciencia, tecnología y otras áreas" (parr., 4).
Por su parte, el Ministro de Defensa chino señaló que la transformación histórica de China
se logró sin invasión, colonialismo o explotación, e hizo hincapié en que el desarrollo de
China nunca representará una amenaza para otros países y nunca buscará hegemonía,
expansión o esferas de influencia. A reglón seguido, el ministro chino advirtió que “la
rivalidad entre China y Occidente se está intensificando en la esfera cibernética, la
espacial, la de aguas profundas y la biológica, y China debe alcanzar el nivel de los países
157
occidentales. La confrontación estratégica entre China y Estados Unidos ya ha entrado en
un periodo de alto riesgo” (Wei Fenghe, 2020, parr. 1-3).
En este contexto, alimentando las tensiones generadas por la guerra comercial, la Casa
Blanca decidió desafiar a Beijing, cuando tomó la decisión de no seguir considerando a
Hong Kong como un territorio "políticamente autónomo". Las tensiones geopolíticas que
se han presentado en torno a la autonomía de Hong Kong tienen como antecedente el
conflicto que enfrentó China con Occidente, allá en los años 1839-1842, cuando se
produjo la primera guerra del opio. En esa época, el Reino Unido importaba casi todo su
té de China, pero no lograba colocar en terreno asiático las exportaciones británicas. Para
compensar el desbalance comercial, Gran Bretaña empezó a exportar ilegalmente opio.
Como la droga fue prohibida por las autoridades chinas, los británicos recurrieron a varias
bandas de contrabandistas para incursionar en el mercado chino. En 1839, las autoridades
chinas de aquel entonces confiscaron 20.000 cofres llenos de opio, por lo que Londres
respondió enviando sus tropas que derrotaron al ejército chino y obligaron a Pekín a
firmar un humillante tratado de paz. Una de las condiciones impuestas por Londres fue la
cesión a perpetuidad de la isla de Hong Kong, el pago de un valor equivalente a 21
millones de dólares en reparaciones y la apertura de varios de los puertos del país a todas
sus naves mercantes.
Luego de más de un siglo de haberse producido la guerra del opio, en octubre de 1971, la
Asamblea de Naciones Unidas reconoció a la República Popular de China como el único
representante legítimo de China ante las Naciones Unidas. Con esta decisión, la República
Popular China se convirtió en el único régimen reconocido diplomáticamente por la
mayoría de los países del mundo, produciéndose la salida de Taiwán del sistema de
Naciones Unidas y la posterior eliminación de Hong Kong y Macao de la lista oficial de
colonias. Con estos antecedentes, el 1 de julio de 1997 se produjo la transferencia de la
soberanía de Hong Kong por parte del Reino Unido a la República Popular China,
conocida como “la reunificación”, bajo el principio de “un país, dos sistemas”, según el
cual Hong Kong es considerado como una región administrativa especial, al tiempo que
China puede gobernarlo, garantizando un grado de autonomía durante 50 años, es decir
hasta 2047, cuando se integre plenamente a su sistema político.
158
En junio de 2019, la Asamblea Nacional Popular de China aprobó la Ley de Seguridad
de Hong Kong, atribuyéndose nuevos poderes en ese territorio y, en los hechos,
revocando el estatus especial de Hong Kong. Esta ley criminaliza la secesión, la
subversión y la colusión con fuerzas extranjeras, pero también restringe el derecho a las
protestas. El proyecto de ley fue aprobado por las autoridades chinas a raíz del caso de un
joven de 19 años acusado de asesinar a su novia embarazada el año pasado en Taiwán. El
joven huyó de Taiwán y regresó a Hong Kong, donde confesó el crimen. A pesar de la
solicitud de extradición de las autoridades taiwanesas, Hong Kong no tramitó el pedido,
aduciendo la falta de un acuerdo de extradición con Taiwán. Hoy, el joven cumple una
condena en Hong Kong por cargos menores (lavado de dinero) y luego podría ser liberado
sin que sea sancionado por el femicidio cometido. A partir de la aprobación de la Ley de
Seguridad de Hong Kong, por parte de la Asamblea Nacional Popular de China, se
produjeron protestas masivas en Hong Kong, exigiendo la retirada del proyecto de ley de
extradición a China. La fuerte agitación política se produjo por el descontento que
despierta la injerencia de Beijing en sus asuntos internos. Frente a estos acontecimientos,
Estados Unidos confronta a Beijing y esa posición no cambiará en la presidencia de Joe
Biden: el apoyo de la Casa Blanca a Hong Kong está para quedarse.
Por su parte, tras expulsar en julio de 2020 a Huawei de su red 5G, el Reino Unido dio un
paso adelante en su escalada de tensiones con China, suspendiendo el tratado de
extradición con Hong Kong. Según el gobierno británico, Beijing trata de imponer a su
excolonia una ley que compromete la independencia judicial. De otro lado, la Unión
Europea expresó a China su "gran preocupación" por la ley sobre Hong Kong, destacando
ante las autoridades chinas la importancia de mantener el principio de “un país, dos
sistemas” y precautelar la autonomía hongkonesa.
La iniciativa de la nueva ruta de la seda, propuesta por China a partir de 2013, pretende
mejorar la conectividad y la cooperación a escala transcontinental e involucra dos
componentes principales, cada uno respaldado por inversiones significativas en
infraestructura: el cinturón económico terrestre de la ruta de la seda y la nueva ruta
marítima de la seda. El cinturón terrestre es una gran autopista que tiene como propósito
unir a China con el centro y sur de Asia, hasta llegar a Europa. La ruta marítima persigue
vincular a China con las naciones del sudeste asiático, los países del Golfo, Medio
Oriente, África del Norte y Europa.
160
alcanzarían un volumen de financiamiento de sólo 575.000 millones de dólares, hasta el
año 2030 (p. 4), teniendo en cuenta los proyectos ya realizados, ciertos proyectos en
ejecución y otros proyectos futuros.
El Banco Mundial (2019) estima que los proyectos de la ruta de la seda aumentarán el
comercio entre un 2,8 y un 9,7 por ciento para las economías participantes y entre 1,7 y
6,2 por ciento para el mundo. Sin duda, los efectos agregados serán positivos para todos
los países, ya que el efecto de red del programa reducirá sensiblemente los costos de
transporte y permitirá el acceso a nuevos mercados. Se espera que las entradas de
inversión extranjera directa aumenten un 7,6 por ciento anual para las economías de bajos
ingresos incorporadas en el corredor económico a ser construido por China. El estudio
del Banco Mundial antes mencionado prevé que el proyecto tenga un impacto sobre el
ingreso real mundial entre un 0,7 y un 2,9 por ciento, sin incluir el costo de la inversión
en infraestructura. Las mayores ganancias se esperan para las economías que integrarán
la ruta de la seda, con ingresos reales adicionales estimados de entre 1,2 y 3,4 por ciento
(Ibid., p. 6).
El gran proyecto de la ruta de la seda podría contribuir a sacar a 7,6 millones de personas
de la pobreza extrema (con ingresos menores de US $ 1,90 al día en paridad de poder
adquisitivo) y a 32 millones de personas en situación de pobreza moderada (con ingresos
inferiores a US $ 3,20 dólares PPA al día), principalmente en las economías que sean
integradas por los corredores económicos. El estudio muestra que los corredores
económicos de la ruta de la seda podrían mejorar el comercio, la inversión extranjera y
las condiciones de vida de los ciudadanos en los países que participan, pero sólo si China
y las otras economías del corredor “adoptan las reformas políticas necesarias que
aumenten la transparencia, expandan el comercio, mejoren la sostenibilidad de la deuda
y mitiguen riesgos ambientales, sociales y de corrupción” (Banco Mundial, 2019, p. 5).
En este sentido, la iniciativa contribuirá a superar el cuello de botella que la carencia de
obras de infraestructura supone para el comercio y la prosperidad futura de la región
euroasiática.
Desde hace una década, China ha dejado de ser un país en vías de desarrollo; de las 20
empresas tecnológicas más grandes del mundo, la mitad son chinas y la otra mitad
estadounidenses. China tiene el comercio electrónico más grande del mundo y junto con
Estados Unidos representan el 50 por ciento del mercado mundial de comercio
electrónico.
En la actualidad, la mano de obra china es 5 veces más costosa que en México, Tailandia
o el sureste asiático. Por ello, muchos fabricantes están saliendo de China y esto pone en
aprietos a la economía de ese país. En estas circunstancias, México se encuentra al acecho,
tratando de capturar gran parte de las inversiones transnacionales que acompañen la
deslocalización industrial hacia su país. De allí la generosidad de Andrés Manuel López
Obrador al manifestar una serie de elogios al expresidente Donald Trump, con motivo de
su visita a la Casa Blanca para celebrar la entrada en vigor del tratado comercial entre
México, Estados Unidos y Canadá, en julio de 2020.
Si bien los nuevos datos sobre inversiones extranjeras y sobre comercio mundial indican
que las compañías estadounidenses están cambiando la estructura productiva de la
economía mundial, las inversiones directas extranjeras hacia Estados Unidos, durante los
dos primeros años de gobierno de Donald Trump, fueron menores a los dos años
anteriores. En efecto, el ingreso de inversión extranjera a la economía estadounidense
disminuyó en 44 por ciento, al descender de una suma de 939.417 millones de dólares en
2015 y 2016, a una suma de 529.072 millones de dólares en 2017 y 2018 (UNCTAD,
2020). Por otra parte, irónicamente, el sector manufacturero se ha visto afectado
negativamente por los aranceles a las importaciones chinas promulgados por el
expresidente Trump. En general, la producción industrial en los Estados Unidos se redujo
163
en un 1,3 por ciento en 2019. No sólo eso, durante el gobierno de Trump, el saldo negativo
de la balanza comercial total de bienes y servicios estadounidenses ha venido aumentado
cada año, desde -512.512 millones de dólares en 2016 a –610.470 millones de dólares en
2019; y el déficit en la balanza comercial con China se ha mantenido casi intacto, en
alrededor de -300.000 millones de dólares; entre 2016 y 2019 apenas disminuyó en 2.500
millones de dólares, sobre un valor total de las importaciones procedentes de China que,
en 2016, ascendió a 479.709 millones de dólares y, en 2019, disminuyó levemente a
472.322 millones de dólares (BEA, 2020c).
Por ello, el déficit en la balanza comercial estadounidense con China va en aumento. Sólo
durante el gobierno de Donald Trump el déficit comercial se elevó de -481.168 millones
de dólares en 2016, a -576.864 millones de dólares en 2019. De allí que, en gran medida,
el déficit comercial estadounidense es financiado con deuda, especialmente con letras y
bonos del tesoro, cuya emisión ha venido aumentando persistentemente. Mientras entre
2000 y 2019, el PIB norteamericano se duplicó, al aumentar de 10,252 a 21,427 billones
de dólares, la emisión de Bonos de la Reserva Federal aumentó en 6,6 veces. En efecto,
en el año 2000, el monto total de tenencias extranjeras de valores del tesoro
164
norteamericano fue de 1,015 billones de dólares, de los cuales 609.000 millones de
dólares correspondían al valor emitido en letras y bonos del tesoro; mientras que, en el
año 2019, esas cifras ascendieron a 6,7 y 4,0 billones de dólares respectivamente. En
2019, entre los principales titulares extranjeros de los valores del tesoro norteamericano
se destacan: Japón: 1,115 billones de dólares y China: 1,069 billones de dólares. (U.S.
Department of the Treasury, 2019).
Estados Unidos de América tiene severas dificultades para reinstalar fábricas industriales
porque sus costos de producción son muy elevados con relación a otras economías del
mundo. Si la primera economía del mundo logra recomponer su manufactura, la
producción industrial norteamericana provocaría una notable subida en los precios de los
bienes de consumo. Para compensar el aumento de los precios, la economía
norteamericana se vería obligada a elevar las tasas de interés, lo cual significaría que no
pocos bancos estadounidenses se declaren insolventes y la única forma de evitar su
quiebra es mantener las tasas de interés en niveles cercanos al cero por ciento o en valores
negativos, ya que su funcionamiento es posible gracias a una deuda sin fin. De allí que,
mientras los intereses del capital financiero en Wall Street sigan en pie, Estados Unidos
posee severas dificultades de carácter estructural para recuperar su capacidad productiva,
aunque así lo desee. Sin embargo, una cosa sigue siendo segura: el mercado de valores
estadounidense impulsa otros mercados financieros y eso influye en las guerras
comerciales.38 El dominio que Estados Unidos tiene en el mercado bursátil explica por
qué la Reserva Federal de los Estados Unidos de América sigue siendo el foco de las
inversiones especulativas de todo el mundo.
38
Es sorprendente que muchos mercados bursátiles europeos establecidos solo constituyan del 1 al 3
por ciento del valor del mercado de valores global.
165
En la economía mundial, la mayoría de las mercancías se intercambian en dólares. Para
realizar una transacción internacional, los gobiernos, las empresas y los ciudadanos deben
cambiar su moneda nacional a la moneda norteamericana, misma que se canaliza a través
de “Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunications” (SWIFT, por sus
siglas en inglés).39 El poder que tiene la Casa Blanca sobre este mecanismo se explica por
cuanto, luego de la segunda guerra mundial, el dólar estadounidense se convirtió en la
moneda de intercambio y de reserva mundial, gracias al poder financiero, industrial,
científico y militar de Estados Unidos, cuyos gobiernos se han propuesto imponer
sanciones a quien no respalde ni se subordine a sus intereses estratégicos. Así, Estados
Unidos ha aplicado sanciones a una veintena de países: Bielorrusia, Birmania, Burundi,
Corea del Norte, Cuba, Rusia, Irak, Líbano, Libia, Nicaragua, República Árabe Siria,
República Bolivariana de Venezuela, República Centroafricana, República Democrática
del Congo, República Islámica de Irán, Serbia, Somalia, Sudán, Sudán del Sur, Ucrania,
Yemen y Zimbabue.
Luego de que el parlamento iraquí decidió solicitar la salida de ese país a militares
norteamericanos, después del ataque aéreo estadounidense que mató a Qasem Soleimani
(general iraní cuya muerte aumentó las tensiones entre Washington y Teherán), el
Departamento de Estado advirtió que podría negar a Irak el acceso a su cuenta en el Banco
de la Reserva Federal de Nueva York (Sputnik, 12 de enero de 2020). Empero, cuando la
Casa Blanca impone sanciones financieras a un determinado país, también sanciona de
hecho a gobiernos y empresas de otros países, incluyendo a muchos de sus aliados.
Es claro que, en la economía mundial, las empresas y los gobiernos no desean que se
presenten perturbaciones en sus flujos comerciales y financieros; por ello, a medida que
Estados Unidos impone un mayor número de sanciones, los países han comenzado a crear
alternativas, por lo que no es absurdo pronosticar la posibilidad de que se institucionalice
otro instrumento o sistema de pagos internacionales, que se convierta en alternativa
paralela al sistema SWIFT.
39
SWIFT, Sociedad para las Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales, tiene su sede
central en Bélgica y tiene oficinas en Estados Unidos, Brasil, Australia, India, Japón, Corea, Austria,
Bélgica, Francia, Alemania, Italia, Sudáfrica, España, Suecia, Suiza, Reino Unido, Emiratos Árabes Unidos
y Federación Rusa.
166
Ya en febrero de 2019, el vicepresidente de Estados Unidos criticó a los países europeos
del grupo negociador con Irán por pretender crear un mecanismo financiero que permita
esquivar las sanciones estadounidenses contra el régimen iraní. En una conferencia
realizada en Varsovia para tratar sobre la paz y la seguridad en Oriente Medio, Mike
Pence (2019) manifestó: “Lamentablemente, algunos de nuestros principales socios
europeos no han sido suficientemente cooperativos. De hecho, han dirigido el esfuerzo
para crear mecanismos que esquiven nuestras sanciones” (parr. 9). Se refería a INSTEX,
un sistema de pagos para que las empresas europeas puedan esquivar el castigo
norteamericano sobre operaciones comerciales lícitas. En efecto, en enero de 2019, los
Ministros de Relaciones Exteriores de Alemania, Francia y Reino Unido trabajaron en la
creación de un sistema con un propósito limitado, es decir, como un vehículo con
cometido especial “Special Purpose Vehicle” (SPV, por sus siglas en inglés) para efectuar
transacciones financieras que sorteen el sistema de pagos SWIFT. Posteriormente,
Bélgica, Dinamarca, Finlandia, los Países Bajos, Noruega y Suecia también se unieron al
sistema. A inicios de 2020, este método de transferencias monetarias seguía sin utilizarse,
por sus procedimientos engorrosos; empero, en medio de la crisis de COVID-19, el
Ministerio de Relaciones Exteriores alemán anunció que "Francia, Alemania y el Reino
Unido confirman han concluido con éxito su primera transacción a través INSTEX,
facilitando la exportación de productos médicos de Europa a Irán (Aljazeera, 2020b).
Así, poco a poco, varios países seguirán desplegando sus esfuerzos por incorporarse a un
mecanismo eficiente de transacciones financieras que les permita divorciarse del sistema
SWIFT, dominado por la moneda estadounidense, lo que podría convertirse en el
principio del fin de la hegemonía del dólar. Desde 2017, Rusia y China comercializan
entre sí y con otras economías emergentes, prescindiendo del dólar, a través de acuerdos
comerciales basados en las correspondientes monedas locales, con permutas de divisas
apoyadas en oro.
En medio de las tensiones globales, el dólar podría perder su estatus como la moneda
dominante del mundo. Ya en junio de 2019, JP Morgan, el mayor banco de Estados
Unidos, advirtió que el siglo del dominio del dólar estaría llegando a su fin. “No hay nada
que sugiera que el dominio del dólar debería permanecer a perpetuidad. De hecho, la
moneda internacional dominante ha cambiado muchas veces a lo largo de la historia,
retrocediendo miles de años a medida que el centro económico mundial ha cambiado”
167
(Cohen, 2019, parr. 4). No sólo JP Morgan ha manifestado su preocupación por la
hegemonía del dólar en el sistema financiero internacional: en un discurso pronunciado
en la reunión de banqueros centrales de todo el mundo realizada en junio de 2019, en
Jackson Hole (Estados Unidos), el jefe del Banco de Inglaterra alertó sobre el papel
desestabilizador del dólar norteamericano en la economía mundial y sugirió sustituir el
dólar estadounidense por una moneda digital global. Según Carney (2019) una moneda
digital “podría amortiguar la influencia dominante del dólar estadounidense en el
comercio mundial y reduciría el contagio a otras economías de los shocks
estadounidenses, gracias a una menor sincronización de los ciclos financieros y de
comercio” (parr. 4).
Pocos meses más tarde, China anunció que se incorpora a la cadena de bloques o
“blockchain” y, a inicios de 2020, el Banco Central del gigante asiático presentó su propia
moneda digital. En octubre de 2019, el presidente chino respaldó públicamente, por
primera vez, a la tecnología de la cadena de bloques, manifestando que "se ha extendido
a sectores que van desde las finanzas digitales, el Internet de las cosas, la fabricación
inteligente o el comercio de activos digitales (…) es esencial que la tecnología
'blockchain', que permite la existencia de criptomonedas, juegue un papel más importante
en la construcción de la fortaleza de China en el ciberespacio, el desarrollo de la economía
168
digital y el avance del desarrollo económico y social", señaló el presidente Xi Jinping
(2019). Dos días después del discurso del presidente Xi Jinping, la Asamblea Popular
Nacional de China aprobó una ley de criptografía y, en los primeros meses de 2020, China
inició la emisión del e-RMB como la primera moneda digital estatal operada por una gran
economía (Davidson, 2020). China apunta a convertir esta criptomoneda en una divisa de
intercambio mundial con miras a reemplazar al dólar en sus transacciones internacionales,
socavando así el poder financiero de Estados Unidos.
No sólo China transita por ese camino: antes, en noviembre de 2019, el Banco Central de
Túnez anunció el comienzo de la digitalización del dinar tunecino y que la moneda digital
llamada Moneda Digital del Banco Central de Túnez o CBDC (Central Bank Digital
Currency por sus siglas en inglés) se emitirá en la cadena de bloques “Universa”. Así,
Túnez se convirtió en el primer país en trasladar su moneda nacional a una plataforma de
bloques; sin embargo, esta forma de moneda de dinero electrónico no puede considerarse
una verdadera criptomoneda,40 pues el CBDC o e-dinar será de propiedad estatal y estará
respaldado por papel moneda; esto significa que Túnez no emitirá una nueva moneda,
sino que parte de sus reservas simplemente se trasladarán a la plataforma digital y los
ciudadanos podrán cambiar su dinero físico por dinares electrónicos. Alexander Borodich
(2019) manifestó que “los billetes digitales no podrán ser falsificados: cada billete está
protegido en la blockchain como su contraparte en papel tiene sus propias marcas de agua
digitales. Además, la producción de dicho billete es 100 veces más barata que desperdiciar
tinta, papel y electricidad en el proceso de impresión” (parr., 6).
40
El Banco Central Europeo (BCE), en su informe de febrero 2015 sobre monedas virtuales o criptodivisas,
las define como: La representación digital de valor, no emitida por ninguna autoridad bancaria central,
institución de crédito o emisor de dinero electrónico reconocido, que, en ciertas ocasiones, puede ser
utilizada como medio de pago alternativo al dinero.
169
valor? ¿Por qué no crear una nueva moneda digital, basada en el oro, cuya oferta está
limitada por la naturaleza y, por tanto, no auspiciará el consumo sin fin que trae consigo
impactos devastadores sobre el equilibrio de los ecosistemas del planeta?
170
Si admitimos que la tasa de interés es el precio que tiene el dinero, es decir, es el valor
que un agente económico paga por utilizar una cierta cantidad de dinero durante un
tiempo determinado, se puede afirmar que el dólar se ha venido depreciando de manera
acelerada. Hace 30 años, en 1990, el rendimiento de un Bono del Tesoro estadounidense
a 10 años era del 9,62 por ciento; a enero de 2000 cayó a 7,82 por ciento; en enero del
2010 bajó al 5,17 por ciento; y, en enero de 2020 se valoraba al 2,73 por ciento. (BEA,
2020d)
Tras la incorporación de esos países a la OTAN en la última década del siglo pasado, las
principales empresas productoras de energía del mundo: Royal Dutch Shell, Arawak
Energy Ltd., BP, Exxon-Mobil, Chevron, Lukoil, Surgutneftegaz, Gazprom, Conoco
Phillips, Dragon Oil, Chinese National Petroleum Company, Petroliam Nasional Berhad,
entre otras, incursionaron en Asia Central con el propósito de explotar algunas de las
mayores reservas de petróleo y de gas en el mundo. La Federación Rusa se sintió
amenazada por estos acontecimientos y, a raíz del ingreso de Vladimir Putin al Kremlin,
Rusia se propuso retornar al escenario de la geopolítica mundial.
173
• Promover una asociación estratégica con la Unión Europea con el fin de acceder al
mercado occidental;
• Impulsar el establecimiento de un sistema internacional multipolar, promoviendo la
cooperación con China, India y con otras economías emergentes;
• Mantener relaciones amistosas con Estados Unidos y Occidente; y,
• Garantizar una presencia relevante de la Federación Rusa en el mar Caspio y en Asia
Central, por su importancia geográfica para desplegar sus gasoductos que le permiten
consolidar su estrategia energética en Europa y Eurasia.41
Rusia es el país más extenso del mundo; ocupa el noveno lugar de importancia
demográfica, por el tamaño de la población; y, en 2019, de acuerdo con el volumen de
producción (medido en paridad de poder adquisitivo del PIB), Rusia ostenta el sexto lugar
en la economía mundial, luego de China, Estados Unidos, India, Japón y Alemania. El
tamaño de su economía equivale a la quinta parte de la Unión Europea. El 60 por ciento
de las exportaciones de Rusia al mundo son combustibles, el 20 por ciento manufacturas
y el 7,8 por ciento son productos agrícolas (Banco Mundial, 2020b).
41
Luego del atentado a las Torres Gemelas, el National Energy Policy Development Group consideraba
que, en el año 2020, la región del Golfo representará por sí sola entre 54 y 67 por ciento de las
exportaciones petrolíferas mundiales y garantizará el total de las exportaciones mundiales de petróleo
hacia el año 2050. Por tanto, el litoral del Caspio permitiría diversificar las importaciones de hidrocarburos
de Europa y Sureste asiático. (Reliable, Affordable, and Environmentally Sound Energy for America’s
Future, Washington, DC, United States Government Printing, 2001).
174
presente los fundamentos jurídicos en los que se basa para amenazar a Moscú (María
Zajárova, 2019).
Con este antecedente, Alemania y Rusia acordaron construir un nuevo gasoducto, el Nord
Stream 2, con el objetivo de aumentar la provisión de gas ruso a Europa, a fin de
garantizar su abastecimiento energético, reduciendo significativamente los costos de
transporte. La construcción de esta obra, promovida por Rusia y Alemania, ha merecido
la oposición de Washington por razones geopolíticas, ya que la Casa Blanca estima que
Europa se convertirá en una región dependiente energéticamente de Rusia. Por otra parte,
los Estados bálticos, así como Suecia y Polonia, se han opuesto a esta iniciativa y sugieren
buscar alternativas terrestres debido a razones de carácter medioambiental y de seguridad.
Sin embargo, la construcción del Nord Stream 2 avanzó rápidamente hasta diciembre de
2019, pero las amenazas de la Casa Blanca de aplicar sanciones obligaron a una empresa
suiza constructora a abandonar el proyecto. Más del 96 por ciento de la tubería ya está
construida y sólo falta por completar 160 de los 2.340 kilómetros de extensión del
gasoducto (120 kilómetros en aguas danesas y 30 kilómetros en Alemania), lo que
duplicará el suministro de gas natural de Rusia a Alemania para, desde allí, distribuir ese
combustible a otros países comunitarios. Rusia tuvo que asumir la tarea de terminar la
construcción por su cuenta debido a las sanciones de Estados Unidos que impiden la
participación de empresas europeas en el proyecto.
Rusia espera que la construcción de este gasoducto termine en el año 2021. La Unión
Europea se opone a las sanciones de Estados Unidos contra Nord Stream 2 pues, considera
que aplicar sanciones entre socios es un camino equivocado. Heiko Maas (2020), Ministro
de Relaciones Exteriores de Alemania manifestó: "Las sanciones entre socios no son
realmente una ruta correcta, sino un camino equivocado. A fin de cuentas, dónde comprar
combustible es una decisión soberana. Ningún Estado puede dictar con amenazas cuál
será la política energética de la Unión Europea” (parr. 1)
42
Rusia manifestó que siempre ha sido un proveedor seguro de gas tanto en la época de la URSS como
también en la actualidad.
176
• Comprometer a Rusia en la preservación de la seguridad global y en los retos comunes
del continente europeo;
• Convertir a Rusia en el primer socio comercial de la Unión Europea; y,
• Garantizar un abastecimiento energético estable para Europa.
Las consecuencias globales de una guerra fría entre Estados Unidos, China y Rusia serán
peores que las que se presentaron en la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión
Soviética. Mientras en el siglo pasado, este último país era una potencia en decadencia,
con un modelo económico estancado, ahora, China es la mayor economía del mundo y
aún seguirá creciendo.43 Además, Estados Unidos y la Unión Soviética casi no tenían
intercambio comercial, mientras que China está totalmente integrada al sistema global de
comercio e inversión, y, en particular, tiene vínculos profundos con Rusia.44
43
Según el Banco Mundial, en 2019, el PIB de China a precios de paridad de poder adquisitivo ascendió a
23,460 billones de dólares, mientras que el PIB de Estados Unidos fue de 21,427 billones de dólares.
44
En 2018, el comercio bilateral entre los dos países alcanzó un récord de 107.100 millones de dólares.
Las exportaciones de China a Rusia llegaron a 47.980 millones de dólares (2 por ciento de las exportaciones
totales), mientras que las exportaciones rusas a China se ubicaron en 59.080 millones de dólares (14,1 por
ciento de sus exportaciones totales). Las exportaciones de China al mundo fueron de 2,499 billones de
dólares, mientras que el total de exportaciones de Rusia alcanzaron 418.000 millones de dólares.
177
podría dar lugar a que el planeta se dirija, de aquí en adelante, a un conflicto armado de
imprevisibles consecuencias.
Luego de la segunda guerra mundial, los gobiernos de los distintos países acordaron
constituir un sistema de gobernanza global, entendido como un conjunto de instituciones,
reglas y procesos que rigen la convivencia pacífica de las naciones.
Sin embargo, bajo la consigna: “America first, and only America first” (América primero
y sólo América primero), desde 2017, la administración del entonces presidente de los
Estados Unidos de América, Donald Trump, definió una política exterior que enfatiza el
distanciamiento y retiro de Washington de los tratados y organizaciones internacionales.
A la luz de esta política exterior, el Departamento de Estado de los Estados Unidos ha
puesto en vilo el sistema de gobernanza mundial establecido hace 75 años, junto con la
fundación de la Organización de Naciones Unidas. La estrategia de la política exterior
estadounidense es desvincularse de todos los espacios de gobernanza multilateral. En esta
dirección, de manera especial, en la presidencia de Donald Trump se tomaron medidas
contra la gobernabilidad de:
• El Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP),
• La Organización Mundial de Comercio (OMC),
• La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO),
• El Acuerdo de París sobre cambio climático,
• El Acuerdo Nuclear con Irán,
• La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN),
• El Tratado sobre Misiles de Alcance Medio y Corto con Rusia,
• La Corte Penal Internacional,
• El Tratado de Comercio de Armas de la ONU,
• La Organización Mundial de la Salud, y, finalmente,
• El Tratado de Cielos Abiertos.
5. A pesar de que el acuerdo nuclear con Irán fue suscrito en 2015, tras arduas
negociaciones que comprometieron a ese país con seis potencias mundiales: Estados
Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania, en mayo de 2018, la
administración Trump anunció su decisión de abandonar el pacto con Irán. La postura
abiertamente contraria a una política multilateral se inscribe en una estrategia
orientada a aislar a Irán del mercado internacional del petróleo y fortalecer la línea
180
dura de Israel en las negociaciones de paz en Medio Oriente.45 Empero, en junio de
2020, pese a la retirada de Estados Unidos, la Unión Europea manifestó su decisión
de preservar el acuerdo nuclear con Irán, puesto que es la única herramienta para
controlar y tener garantías sobre el programa nuclear de Irán.
6. Por otra parte, más allá de ser una organización militar, la Organización del Tratado
del Atlántico Norte (OTAN) ha sido una de las instituciones centrales del orden
mundial constituido por Estados Unidos y sus aliados, luego de la segunda guerra
mundial. En 2019, el presupuesto de defensa de la OTAN fue de 987.000 millones de
dólares, de los cuáles 685.000 millones (69,4 por ciento) son financiados por Estados
Unidos de América y 302.000 millones de dólares (31,6 por ciento) por Canadá y los
países europeos. Las tropas de la OTAN están compuestas por 3.259.000 efectivos,
de los cuales 1.338.000 pertenecen a Estados Unidos y 1.921.000 son de Canadá y
Europa.
Desde varios años atrás y, sobre todo, a raíz de la nominación presidencial de Donald
Trump, la Casa Blanca ha presionado para que los países miembros de la OTAN
cumplan con invertir el 2 por ciento de su PIB en defensa, una meta que ya fue
propuesta por el expresidente Barack Obama en 2014. En 2019, Francia contribuyó
con un presupuesto equivalente al 1,84 por ciento del PIB, mientras Alemania, que es
el país más rico de la Unión Europea, gastó apenas el 1,38 por ciento del PIB, lo que
ha ido generando malestar en Washington. En términos per cápita, Estados Unidos
aporta US $ 2.072, mientras que Canadá y los países europeos miembros contribuyen
con un valor ligeramente inferior: US $ 1.921. Pese a que los países europeos han
venido incrementando paulatinamente su contribución al presupuesto de la OTAN, de
29 miembros que integran la organización, sólo 8 países dedicaron un valor igual o
mayor al 2 por ciento de su PIB en gastos de defensa de la OTAN: Estados Unidos,
3,42 por ciento; Grecia, 2,28 por ciento; Reino Unido, 2,14 por ciento; Estonia, 2,14
por ciento; y, Rumania, Polonia, Lituania y Letonia, algo más de 2 por ciento cada
uno (OTAN, 2019).
45
Con su esta decisión, Donald Trump puso en ciernes el sistema internacional, pues anunció que las
sanciones que regían antes de que se firmara el acuerdo nuclear vuelven a estar vigentes y advirtió que
"cualquier país que ayude a Irán también podría ser sancionado".
181
Por ello, desde la Casa Blanca, Donald Trump exigió a sus países aliados europeos
incrementar su contribución económica y sus propias fuerzas militares en la OTAN.
Pero más allá de esas consideraciones, la OTAN es una alianza de valores
supuestamente compartidos y, por tanto, la unidad militar “occidental”, requiere
construir consensos para la defensa de los países industriales de Occidente. Tal como
está constituida la OTAN, a la Casa Blanca le resulta incómodas ciertas decisiones
que adoptan, ya que su cuerpo colegiado no necesariamente es incondicional a las
exigencias de Washington. Por esa razón, en julio de 2020, sin aviso previo a sus
aliados, la administración Trump decidió retirar de Alemania casi 11.900 soldados
estadounidenses.
46
La Segunda Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos de América protege el derecho individual
que tienen todos los estadounidenses para adquirir y portar armas de fuego. La Corte Suprema de los
Estados Unidos ha aclarado en numerosas ocasiones que el texto constitucional no prohíbe la regulación
de la producción y compra las armas de fuego o de dispositivos similares.
183
9. En mayo de 2020, Donald Trump decidió retirar a Estados Unidos del Tratado de
Cielos Abiertos, acusando a Rusia de violar el pacto. En el año 2002, 34 países, la
mayoría de ellos beligerantes durante la llamada Guerra Fría, alineados con Estados
Unidos o Rusia, suscribieron el acuerdo conocido como “Tratado de Cielos Abiertos”,
con el fin de mejorar la confianza entre sus miembros a través de vuelos que pueden
capturar información sobre efectivos y operaciones militares del país sobrevolado. Se
trata de uno de los mayores esfuerzos internacionales realizados para alcanzar la
transparencia militar y la vigilancia de la carrera armamentista, ya que permite que
aviones sin armas vuelen sobre el suelo de otros Estados miembros para observar si
usan armamentos acordes con los protocolos internacionales.
10. Posteriormente, en junio de 2020, luego de que la Corte Penal Internacional decidió
abrir una investigación sobre presuntos crímenes de guerra cometidos por tropas de
Estados Unidos y por otros actores en Afganistán, Donald Trump decidió imponer
sanciones contra funcionarios de ese organismo internacional. A pesar de que, en el
ejercicio de sus legítimas funciones, la Corte Penal Internacional decidió estudiar las
acciones realizadas desde mayo de 2003 por los talibanes, las tropas estadounidenses
y el gobierno afgano, Donald Trump autorizó aplicar sanciones económicas y facultó
ampliar las restricciones de visados a Estados Unidos para cualquier funcionario de
la Fiscalía de La Haya que pretenda investigar presuntas violaciones a los derechos
humanos en la guerra de Afganistán. Un año antes de que el Secretario de Estado de
Estados Unidos, Michael Pompeo, anunciara las prohibiciones que se aplicarían al
personal de la Corte Penal Internacional si participa en una posible investigación de
ciudadanos estadounidenses en Afganistán, Human Rights Watch (2019) había
manifestado que “la decisión de Estados Unidos de aplicar prohibiciones de visas al
personal de la Corte Penal Internacional menoscabará la posibilidad de que se haga
justicia por graves delitos internacionales” (parr. 1).
11. En julio de 2020, la Casa Blanca notificó oficialmente a Naciones Unidas sobre la
salida de su país de la Organización Mundial de la Salud. El mandatario
estadounidense justificó esta decisión por la gestión de la OMS en la crisis generada
por la propagación del coronavirus SARS-CoV2. En condiciones en las que ese país
es su mayor contribuyente, la salida de Estados Unidos de la OMS puso en una
situación difícil la viabilidad financiera de ese organismo multilateral y el futuro de
184
sus distintos programas de atención médica y de lucha contra diversas enfermedades
en el mundo, pues, el aporte de la Casa Blanca que llega a más de 400 millones de
dólares anuales representa el 15 por ciento del presupuesto de ese organismo. La Casa
Blanca dijo que la OMS no había ejecutado una serie de reformas que Estados Unidos
le había exigido hace algunas semanas. "Nosotros hemos detallado las reformas que
(la OMS) debe hacer y las hemos hablado con ellos directamente, pero ellos se han
negado a actuar (…) China tiene control absoluto sobre la OMS pese a que solamente
paga US $ 40 millones al año” (Trump, 2020, parr., 7-9). El mandatario quería que
esa organización fuera más exigente con el gobierno de China, donde se reportó el
primer caso de COVID-19 en el mundo, y acusó a Beijing de "ignorar sus
obligaciones de informar" sobre el virus a la OMS.
No obstante, en lo que tiene relación con las decisiones geopolíticas, si la Unión Europea
tuviese que elegir entre Estados Unidos o China, es muy posible que vuelva a sus viejas
concepciones, en lugar de optar por una aventura aún incierta. Ya en julio de 2018, en su
visita a la Casa Blanca, el entonces presidente de la Comisión Europea prometió lealtad
a la alianza transatlántica, a cambio de la suspensión de las barreras aduaneras impuestas
por la administración Trump a los automóviles europeos, aceptando las condiciones
establecidas por Washington: (i) comprar a Estados Unidos el gas licuado norteamericano
al que los países de la Unión Europea se habían negado hasta entonces; (ii) comprar la
soja estadounidense que los chinos dejaron de importar, como represalia a los gravámenes
que Washington impuso a sus productos; (iii) mantener un frente común contra China
para “proteger a las empresas estadounidenses y europeas de las prácticas comerciales
desleales” (Juncker, Jean-Claude, 2018b, parr. 4-7).
185
Y es que la Casa Blanca quiere reorganizar el comercio mundial de una manera que sirva
mejor a los intereses de su país y, de ese modo, integrar bajo su protección las soberanías
nacionales de los distintos países, al margen del sistema de gobernanza internacional en
general. En esa dirección, el Departamento de Estado de los Estados Unidos de América
ha venido desacreditando los principales espacios multilaterales de negociación, tales
como: la OMC, la ONU, la OTAN o el G7, y prefiere invitar a sus aliados a discutir su
agenda bilateral y global directamente en los salones de la Casa Blanca.
En la tercera década del siglo XXI, nos encontramos en un punto de inflexión porque
Estados Unidos se ha propuesto evitar que China controle el mercado global de
inteligencia artificial y las redes de telecomunicaciones del planeta con tecnología 5G. La
pérdida de su capacidad industrial ha sido devastadora para el desarrollo científico y
tecnológico estadounidense, pues la innovación se basa en cambios incrementales
constantes y en el conocimiento aprendido y acumulado en la fabricación. De allí que,
demócratas y republicanos han definido una nueva postura estratégica, con el fin de
recuperar la capacidad industrial y restaurar su gravitación comercial exportadora en la
economía mundial. Pero los problemas que tiene la estructura productiva estadounidense
(disminución de la innovación, precios más altos, dependencia de cadenas de suministro
en el extranjero, falta de competencia en la industria y pérdida relativa de la inversión en
investigación y desarrollo), son el resultado de la financiarización de la industria y del
monopolio que ostentan las empresas transnacionales.
No obstante, las tensiones entre la Unión Europea y Estados Unidos se han agudizado por
razones económicas y geopolíticas. El Departamento de Justicia de Estados Unidos
186
anunció en enero de 2017 un acuerdo con la empresa emblemática automotriz alemana
Volkswagen de aplicar una multa de 4.300 millones de dólares por el fraude tecnológico
perpetrado para esquivar los estándares de emisiones e importar vehículos falsamente
certificados en ese país. Por su parte, en octubre de 2019, la Unión Europea anunció tomar
represalias, luego de que Estados Unidos impuso aranceles por 6.900 millones de dólares
a productos alimenticios europeos, especialmente: aceite, vinos y quesos. A ello se suman
las desavenencias con relación a la autonomía energética de la Unión Europea, las
sanciones a Irán, y, los desacuerdos sobre los sistemas y las políticas de seguridad de la
OTAN.
En agosto de 2019, tras la visita a París de Donald Trump, el presidente francés manifestó
que la economía de mercado atraviesa por una crisis sin precedentes e hizo hincapié en
que el actual panorama mundial no da cabida a más equívocos estratégicos y cambios de
rumbo de los que Washington es, en parte, responsable.
Para preservar su hegemonía, Estados Unidos mantiene alrededor de 1.000 bases militares
en más de 40 países, posee el mayor poder militar del mundo y exporta el 36 por ciento
del equipamiento militar que compran distintos países (SIPRI, 2020). El poder del dólar,
basado en el dinero fíat y en la política monetaria vigente, permite a Washington librar
guerras con cargo a una deuda sin fin. Si el sistema monetario y financiero internacional
se desarrollara con respaldo en el oro o estuviese controlado por un sistema global de
gobernanza monetaria y financiera, sería imposible para Estados Unidos embarcarse en
187
guerras constantes. Millones de muertes financiadas con deuda podrían haberse evitado
si no se hubiese permitido a Estados Unidos romper unilateralmente con los acuerdos de
Bretton Woods. Gracias a la nueva teoría monetaria y a la flexibilización monetaria
actual, emitiendo billetes sin respaldo, Estados Unidos puede financiar, ahora, guerras
interminables.
Estados Unidos se está preparando para un conflicto de grandes dimensiones con China
y con Rusia, en lo que posiblemente será una versión 2.0 de la guerra fría. Más allá de los
conflictos desatados en Oriente Medio y en Eurasia, Estados Unidos se encuentra
empeñado en extender sus acciones militares en otras partes del mundo. Así, el “arco de
inestabilidad” ha sido definido por el Pentágono como el nuevo campo de batalla, en él
se incluyen a la gran mayoría de países de Medio Oriente, Eurasia, el Norte de África y
Asia Pacífico. Ya en noviembre de 2011, el presidente Barack Obama anunció que
conservará las bases militares estadounidenses en Japón y en Corea del Sur y desplegará
2.500 marines, navíos y aviones en el norte de Australia, con el fin de fortalecer la
presencia de Estados Unidos en Asia-Pacífico.
En la segunda década del siglo XXI, los gobiernos estadounidenses se han propuesto
rodear a China con misiles, lo que, de concretarse, cambiaría rápidamente el equilibrio de
poder en el Pacífico occidental a favor de Estados Unidos. Tal escenario no se lo puede
descartar dada la compleja relación entre China y los aliados estadounidenses en Asia,
muchos de los cuales se sienten cada vez más amenazados por el dragón asiático, pero,
por el momento, son reacios a respaldar la estrategia militar norteamericana en Asia
Pacífico, más aún cuando Beijing ha construido los navíos más grandes del mundo en la
última década. En 2020, Australia y Filipinas descartaron públicamente albergar misiles
estadounidenses cuando la administración Trump planteó esta iniciativa (Cloud, David,
2020, parr. 8).
La presencia de barcos estadounidenses y las maniobras navales que estos han realizado
cerca de aguas chinas han provocado la preocupación de Beijing. Para enfrentar estas
amenazas, China tiene previsto construir varios portaviones durante la próxima década,
para convertirse en una potencia naval global, capaz de proyectar su poder por todo el
mundo.
Hace 9 años, el que fuera Secretario de Estado en la era de Richard Nixon, Henry
Kissinger (2011), reveló en una entrevista lo que está sucediendo en este momento en el
mundo:
“Si no escuchas los tambores de guerra es porque estás sordo. Hemos permitido a
China aumentar su fuerza militar y a Rusia recuperarse de la sovietización, lo que
les dará una falsa sensación de valentía, pero que traerá para todos juntos una
muerte más rápida. De las cenizas vamos a construir una nueva sociedad, solo
quedará una superpotencia, y será el gobierno mundial que gane. No lo olvide, los
Estados Unidos tienen las mejores armas, tenemos cosas que ninguna otra nación
tiene, y vamos a sacar esas armas en el mundo cuando sea el momento adecuado”
(parr., 2-3).
189
Bajo esta penumbra, demostrando su paciencia oriental, el Consejero de Estado y
Ministro de Relaciones Exteriores de China recordó que, durante cuatro décadas, ese país
y Estados Unidos mantienen diferencias radicales en cuanto al sistema social y muchos
otros aspectos.
…En el primer semestre de este año (2020) suman más de 2.000 las acciones
realizadas por las aeronaves militares de EE.UU. en el Mar Meridional…
Durante una visita al cuerpo de marines del Ejército Popular de Liberación en la ciudad
de Chaozhou, el presidente de China convocó a los soldados a que se concentren en
“prepararse para la guerra y se mantuvieran un estado de alerta máxima”. Xi Jinping (14
de octubre de 2020, parr. 1-3). Nueve días después, el Ministerio de Asuntos Exteriores
de China señaló que la aprobación por parte de Estados Unidos de una posible venta de
armas por más de 1.800 millones de dólares a Taiwán tendrá un gran impacto en las
relaciones entre Beijing y Washington. Inmediatamente, el presidente Xi Jinping (23 de
octubre de 2020), declaró: “China no permitirá que ningún ejército invada o divida al
país” e instó a acelerar la modernización de las fuerzas armadas y de defensa, ya que, “sin
un Ejército fuerte, no puede haber una patria fuerte" (parr. 1 y 4).
Los economistas no estamos de acuerdo con las estimaciones sobre el momento en que
se producirá la recuperación económica y, tampoco, con respecto a que tan rápido la
economía mundial podrá volver a alcanzar niveles anteriores de producción y empleo. Si
las vacunas no logran proteger al conjunto de la población mundial, lo más probable es
que la economía global no consiga su recuperación hasta finales del año 2022. Lo más
preocupante es que, debido a los impactos ocasionados en la ocupación, la economía
mundial no logrará alcanzar el pleno empleo, tal como hasta aquí se lo ha concebido, pues
191
la cuarta revolución industrial, caracterizada por el dominio de la inteligencia artificial y
de la robótica, afectará drásticamente al empleo en los países industrializados y, en las
economías emergentes más intensivas en el uso de mano de obra, debido a los cambios
que ocurrirán en las pautas de especialización, pues la inteligencia artificial y la robótica
sustituirán tareas laborales repetitivas con mayor automatización, lo que generará
desempleo y reducción en los salarios.
La discusión sobre los distintos escenarios que se advierten para el futuro es intensa.
Mientras hay quienes piensan que todo sigue igual y tratan de iluminar el futuro con las
luces del pasado, hay otras instituciones que, como el Fondo Monetario Internacional,
buscan sintonizar su nueva política monetaria con los riesgos que se vislumbran en el
horizonte de la economía mundial, con el objetivo de controlar un posible colapso del
sistema monetario y financiero internacional; para ello, busca fortalecer, bajo su dominio,
un sistema de gobernanza global para la emisión, regulación y control, de las
transacciones monetarias y financieras que soportan no sólo la organización del comercio
mundial y el flujo incesante de sus transacciones internacionales, sino la lógica actual de
acumulación y concentración de capital.
Giovanni Arrighi y Beverly Silver (2001) consideran que “las fuerzas de la economía
transnacional están claramente minando el poder de los Estados” (p. 285) y que la
economía mundial se encuentra inmersa en una crisis del orden hegemónico existente,
“cuyo factor determinante es la desintegración del orden hegemónico estadounidense, por
lo que cabe esperar que se prolongue y configure el cambio sistémico que está teniendo
lugar acarreando una pérdida de poder generalizado, lo que no quiere decir universal, de
los Estados” (p. 282). Lo que tenemos por delante, entonces, son los conflictos inherentes
al desplazamiento del epicentro de la economía mundial desde Washington a Beijing, y
las consiguientes dificultades para transformar el mundo moderno en una comunidad de
naciones que refleje el cambiante equilibrio de poder entre ellas.
Por su parte, Wolfgang Streeck (2017), afirma que “las tensiones y contradicciones
presentes en la configuración político-económica capitalista propician como un resultado
siempre posible la quiebra estructural y la crisis social del sistema” (p. 16). Finalmente,
Wim Dierckxsens (2008) considera que la actual crisis mundial no sólo es una crisis
económica y financiera, sino una crisis sistémica global de la actual civilización urbana,
192
industrial, moderna; misma que puede crear las condiciones propicias para un gran
cambio civilizatorio y convertirse en una oportunidad de transición al post capitalismo.
193
Capítulo VI.
Un día antes del juicio final
En este capítulo se presentan las reflexiones finales sobre los problemas y desafíos que
tienen los países y la economía mundial para enfrentar las turbulencias que se avecinan.
En primer lugar, se examinan las probables definiciones que tendrá la administración de
la Casa Blanca bajo la presidencia de Joe Biden. Posteriormente se presentan un conjunto
de razonamientos que ponen en tela de juicio la efectividad de las políticas públicas y,
por tanto, la incapacidad estructural de los estados latinoamericanos para resolver los
problemas del desarrollo de nuestros países. Finalmente, se exponen los principales
aspectos que deben orientar la organización y discusión de una agenda política pública
para enfrentar los difíciles problemas que sacuden a las economías latinoamericanas.
Las opiniones que aquí se desarrollan tienen un punto de partida: los economistas tenemos
la obligación de desconfiar de las ideas recibidas; para ello debemos despojarnos de todos
los dogmas, sean que éstos provengan del pensamiento económico ortodoxo o
heterodoxo. De aquí en adelante, la tarea de los economistas es pensar -y debatir- sobre
las distintas alternativas que tienen los países latinoamericanos para emprender en una
transformación productiva, institucional, política, social y ecológica de la región. En esta
dirección, la teoría económica necesita desestructurar muchos conceptos que sirvieron de
base al pensamiento económico convencional, reconstituyendo el marco rígido y
paradigmático en el que se conformó esta disciplina del conocimiento y confrontarlo con
la realidad y la historia actual.
194
contenido. Los argumentos presentados convocan al lector a considerar que siempre
existe la posibilidad de continuidad y rectificación, y que las tendencias avizoradas
pueden cambiar en direcciones insospechadas e inéditas en la historia. Así, el nuevo
desafío de la humanidad es construir un futuro distinto a la catástrofe esperada,
provocando los cambios deseados. En esa perspectiva, debemos “iluminar el presente con
la luz de los futuros posibles” (Michel Godet, 1993, pp. 187-188). De allí que, las
reflexiones que se presentan en este texto tienen como antecedente el análisis de posibles
escenarios en los que podría desembocar la crisis de la economía mundial.47 Entre las
alternativas posibles se seleccionó un escenario contrastado, considerando que la
situación en la que se encuentra la economía global podría empeorar dramática y
aceleradamente a causa de los factores desestabilizantes, inesperados y descontrolados
acelerados por la pandemia de la COVID-19. No obstante, si el desarrollo de la economía
mundial se orienta hacia otra dirección, las reflexiones aquí presentadas serán útiles para
definir qué debemos hacer para evitar los escenarios no deseados.
En enero de 2021 Donald Trump regresó a su casa, no obstante, las causas estructurales
de la crisis económica persisten y se han agravado aún más por los efectos de la pandemia
de COVID-19. La nominación de Joe Biden como el 46° presidente de la Estados Unidos
de América no atenúa factores que provocan los escollos por los que atraviesa la
economía estadounidense, ni el ocaso de Occidente, ni el deterioro de la hegemonía
norteamericana en el mundo. Por ello, la guerra comercial con China y los objetivos de
la política exterior estadounidense no se modificarán sustancialmente, aunque las formas
y las estrategias se enmendarán. Si bien los demócratas alcanzaron una leve mayoría en
el senado, Biden tendrá serias dificultades para aumentar impuestos y gastos, por lo que
su política económica no logrará apuntalar de manera sostenible el alicaído crecimiento
económico. Si bien los republicanos fueron derrotados, los vientos conservadores que
soplan la conciencia y la cultura norteamericana están lejos de haberse disipado (Donald
Trump sobrepasó el 47 por ciento del voto popular pues, más de 73 de los 150 millones
de votantes están de acuerdo con sus propuestas). De allí que, los demócratas procurarán
47
Un escenario es una determinada interpretación de la realidad, que describe el paso de una situación
presente a una futura; muestra las rutas o trayectorias que pueden suceder en dicho paso o transición.
195
negociar con los republicanos la mayoría de sus decisiones, por lo que, en muchos
aspectos, la política de Biden tendrá un carácter bipartidista.
En su comparecencia al senado para ser confirmada como secretaria del Tesoro, Janet
Yellen (2021) señaló que el propósito de la política fiscal de la Administración Biden no
será subir impuestos, sino proporcionar alivio a las víctimas de la crisis sanitaria.
“Debemos pensar en la política fiscal como parte de las inversiones en infraestructuras,
el fomento de la I+D (innovación y desarrollo) o el impulso de la industria manufacturera
y en ningún modo en el aumento de las tasas corporativas al nivel previo a los recortes de
la Administración republicana en 2017”. Para Yellen, China es el competidor estratégico
más importante de Estados Unidos; para mejorar la competitividad económica propone
fomentar la inversión en infraestructuras y, además, contener el despliegue económico de
Beijing.
Empero, la imagen estadounidense hacia en resto del mundo si tendrá cambios. Mientras
Donald Trump lideró la política exterior norteamericana ejerciendo el poder duro (en
inglés: hard power), Joe Biden aplicará el poder inteligente (smart power)), que es un
término usado en los estudios sobre relaciones internacionales y que se define como "la
capacidad de combinar el poder duro y el poder blando para una estrategia vencedora
(Nye, Joseph, 2006, parr. 3). Para Nye, el poder es la habilidad que posee un país para
influenciar en el comportamiento de otros y obtener los resultados que se desean; esto se
puede alcanzar aplicando el poder blando o el poder duro. Ernest Wilson (2008) describe
el poder duro como la capacidad de obligar a un país “a actuar de una forma en que de
otra manera no lo habría hecho” (p. 114). El poder duro implica la capacidad de usar
“palos y zanahorias” para que otros acaten la voluntad del país que lo aplica; aquí las
“zanahorias” equivalen a incentivos como la reducción de las barreras comerciales, la
oferta de alianzas o la promesa de protección militar; mientras que los “palos” representan
las amenazas que pueden exhibirse con el ejercicio de una diplomacia coercitiva, como
196
son: la amenaza de intervención militar o la implementación de sanciones económicas.
Esta forma de ejercer el poder político es agresiva e implica la coerción. De otro lado, el
poder blando (soft power) es un término usado en política exterior para describir la
capacidad que tiene un gobierno para influir en las acciones de otros actores valiéndose
de medios diplomáticos, comerciales o culturales. El poder inteligente combina tanto la
amenaza militar (exhibición de poderío y/o real aplicación) como todas las formas de
diplomacia.
Una encuesta aplicada por Pew Research Center (2020) muestra que los estadounidenses
ven las relaciones de su país con China en términos sombríos. Alrededor de siete de cada
diez (68 por ciento) dicen que los vínculos económicos actuales entre los dos países están
en mal estado; aproximadamente uno de cada cuatro (26 por ciento) describe a China
como un enemigo de Estados Unidos. Mientras el 57 por ciento dice que China es un
competidor de Estados Unidos, sólo el 16 por ciento lo describe como socio.
Figura 7.
Opinión de ciudadanos estadounidenses sobre China
80 73
70 66
60
60 55 54 55
52 50 49 51 52
47
50
Porcentaje
43 42
38 36 36 40
37 35 38 37 38
40
29 39
30 26 26
35 22
20
10
0
2004 2006 2008 2010 2012 2014 2016 2018 2020
Favorable Desfavorable
Las opiniones de los estadounidenses sobre China han seguido deteriorándose a tal punto
que, en la actualidad, son las peores desde que los países normalizaron sus relaciones
políticas y comerciales hace cuatro décadas. A medida que Estados Unidos impone
197
sanciones a las empresas y funcionarios chinos, el público estadounidense parece
dispuesto a apoyar una postura dura. El 73 por ciento de los ciudadanos considera que
Estados Unidos debería promover los derechos humanos en China, incluso si daña las
relaciones económicas bilaterales, mientras que el 23 por ciento cree que la Casa Blanca
debería priorizar el fortalecimiento de las relaciones económicas con China. La mitad de
la población piensa que Estados Unidos debería responsabilizar a China por el papel que
desempeñó en el brote del coronavirus SARS-CoV2, mientras que el 38 por ciento
considera que esto debería pasarse por alto para mantener fuertes lazos económicos
bilaterales.
Según la encuesta de Pew Research Center (2020), el 73 por ciento de los adultos
estadounidenses dicen que tienen una visión desfavorable de China, un aumento de 26
puntos porcentuales desde 2018. Sin embargo, cuando se les preguntó sobre la política
económica y comercial hacia China, el 51 por ciento de los estadounidenses se pronuncian
porque Estados Unidos debe buscar una relación económica sólida con China.
El tratado más importante contra la proliferación nuclear con Rusia está a punto de
expirar, Irán está acumulando nuevo combustible nuclear enriquecido y Corea del Norte
sigue aumentando su arsenal atómico. ¿Biden decidirá establecer diálogo político con el
“eje del mal” o estirará aún más las tensiones geopolíticas? En el ejercicio del “smart
power”, Joe Biden tratará de reparar los daños ocasionados por Trump a las instituciones
198
del sistema internacional y buscará restaurar las alianzas multilaterales con el objetivo de
liderar las posiciones de Occidente en la geopolítica mundial.
199
Adicionalmente, en el ejercicio de un modelo de política exterior basado en el “poder
inteligente”, Biden buscará establecer acuerdos en común con Beijing en temas como el
cambio climático o la salud pública. Sin embargo, considerando que la opinión pública
estadounidense es hostil hacia China, la relación entre Beijing y Washington no volverá
a ser armoniosa como en el pasado.
A fines de 2020, antes de que el nuevo gobierno estadounidense ocupe la Casa Blanca, la
Unión Europea suscribió con China un Acuerdo Integral de Inversión (CAI, por sus siglas
en inglés). Si bien el tratado requiere la ratificación del Parlamento Europeo, otorga a las
empresas europeas el derecho a operar en China sin socios locales ni transferencias de
tecnología forzadas. Se espera que el acuerdo provoque un auge en la inversión europea
en China. A principios de diciembre, el gobierno de Merkel envió una legislación al
parlamento alemán que permitiría a Huawei participar en el desarrollo de la nueva red 5G
del país, ignorando las demandas estadounidenses de excluir al gigante chino de las
telecomunicaciones. Mientras China es el mayor comprador de máquinas-herramientas
alemanas, las empresas farmacéuticas germanas han establecido empresas conjuntas con
empresas chinas para utilizar la inteligencia artificial e investigar la creación de nuevos
medicamentos.
Para ganar mayor fuerza en la consecución de sus objetivos estratégicos, Joe Biden tratará
de coordinar con la Unión Europea “la política de Occidente” hacia China. Por su parte,
Bruselas presionará a Biden para que los problemas europeos se resuelvan en el marco
institucional de la Unión Europea y, por tanto, promoverá los vínculos trasatlánticos
defendiendo la autonomía europea. El riesgo que enfrentan la Unión Europea es que, por
200
mejorar sus relaciones con Washington, descuide el debate y los acuerdos por alcanzar su
autonomía estratégica.
En una entrevista concedida a Council on Foreign Relations, Joe Biden (2020) manifestó
su preocupación por cuanto China está haciendo inversiones masivas en infraestructura,
energía y tecnología que amenazan con dejar atrás a los Estados Unidos y reconoció que
el ascenso de China es un serio desafío para conservar la hegemonía norteamericana en
el planeta. Luego de analizar sus palabras, se puede concluir que, con la intención de
doblegar a Beijing, la nueva política exterior norteamericana se caracterizará por trabajar
junto con la Unión Europea y los países asiáticos “amigos de occidente”. Ello supone que
Estados Unidos aumentará su presencia naval en Asia-Pacífico y profundizará sus lazos
de amistad con países como Australia, Indonesia, Japón, Corea del Sur, India o Vietnam.
En su afán de aplicar la estrategia de “palos y zanahorias”, se empeñará en alcanzar una
cooperación más profunda con China en la agenda internacional sobre cambio climático,
armas nucleares y otras cuestiones.
La diferencia no sólo radica en que Biden jugará sus cartas con guante blanco, mientras
Trump lo hacía con un bate de beisbol. Según Wim Dierckxsens, Walter Formento y
Andrés Piqueras (2020), las desavenencias entre demócratas y republicanos no sólo se
producen por la aplicación de estrategias diferentes de política exterior (smart power vs.
hard power). Como telón de fondo, están en disputa proyectos e intereses diametralmente
distintos. Por un lado, los demócratas representarían más fidedignamente los intereses del
capital financiero que se mueve en Wall Street, cuyo proyecto es de carácter global,
mientras que los republicanos representan el poder del capital productivo norteamericano
(agricultores y trabajadores de las fábricas), impulsando un proyecto nacionalista para
favorecer los intereses del complejo militar industrial. En la disputa por configurar un
nuevo orden mundial, el capital financiero transnacional procuraría imponer un sistema
de gobernanza global que cuente con su propia moneda global. Por ello, mientras los
republicanos se aferran al dólar como moneda internacional de cambio y de reserva, a los
globalistas no les interesa sostener el sistema monetario internacional basado en el dólar.
En este contexto, en la tercera década del siglo XXI, la humanidad tiene que afrontar uno
de sus mayores retos en la historia. Los principales riesgos van desde la expansión de
nuevas enfermedades, la crisis ecológica global, la crisis económica y financiera, la crisis
fiscal, la inestabilidad política y social al interior de los países. Adicionalmente, una serie
de desacuerdos e incertidumbres con respecto a los conflictos geopolíticos globales se
agregan a los riesgos que debe resistir la economía mundial. En este angustioso y caótico
proceso de transición, los economistas no sabemos por dónde empezar.
Como dice la directora del FMI, la humanidad deberá afrontar “un largo camino cuesta
arriba para la economía mundial” (Kristalina Georgieva, 2020b).
202
flujos financieros ilícitos y la fuga de capitales hacia paraísos fiscales, la pobreza y la
desigualdad, entre otros, son problemas globales que requieren soluciones globales. En
esta dirección, Branko Milanovic (2020) afirma que “llegó el momento de dejar de pensar
en la desigualdad de ingresos sólo como un fenómeno nacional, como ocurría durante el
siglo pasado, y empezar a considerarla como algo mundial” (p. 13)48.
48
Branko Milanovic fue economista líder del Departamento de Investigación del Banco Mundial por casi
20 años, además de analista y académico en centros de estudio y universidades en Estados Unidos y
Europa. Actualmente es profesor en la City University of New York (CUNY) e investigador sénior del Stone
Center on Socio-economic Inequality.
203
seguimiento y evaluación. Un enfoque técnico adecuado es indispensable para definir
acertadamente los problemas públicos, analizar las causas que los producen, identificar
las alternativas de solución, formular los objetivos y las estrategias más convenientes,
cohesionar a los actores en torno a aquella propuesta que sea más viable y construir los
indicadores apropiados para posteriormente evaluar el impacto alcanzado. Todos estos
aspectos deberán contar con un acervo de técnicas, métodos, destrezas, habilidades y
experiencias que facilitan la capacidad técnica necesaria para conducir el proceso hacia
los objetivos declarados: apagar las llamas del infierno que se encuentran encendidas en
la tierra y abrir el camino que conduzca a la población hacia el paraíso: el desarrollo.
Pero, además de la globalización, hay dos factores que conspiran contra la eficiencia de
las políticas públicas. En primer lugar, en una economía de mercado, los derechos
económicos y sociales no van de la mano con la lógica de acumulación de capital y la
codicia que ella engendra; las leyes de reproducción del capital no permiten el pleno
empleo y generan asimetrías sociales cada vez más acentuadas. En segundo lugar, la
promesa del desarrollo sostenible (que se ha convertido en un esfuerzo político y
financiero de los gobiernos y organismos internacionales) propaga un producto fantasma:
la posibilidad de que, con el transcurso de los años, los países del Sur logren escalar
204
peldaños importantes hacia el bienestar de los países del Norte (economías en desarrollo,
economías emergentes, economías desarrolladas). La falacia de este discurso se descubre
cuando por razones económicas, políticas y ecológicas, en el actual (des)orden mundial,
la población del tercer mundo no puede resolver sus problemas estructurales,
sencillamente porque las condiciones objetivas lo hacen imposible. Como afirma Ramón
Grosfoguel (2006), “la planeación y control racionales del Estado-nación contribuye a la
ilusión desarrollista de que es posible eliminar las desigualdades de un sistema mundial
capitalista desde un plano del Estado-nación” (p. 35).
En efecto, desde que, en la década de los años 60, las Naciones Unidas se esforzaron por
fomentar el desarrollo, este discurso se ha convertido en uno de los más importantes
operativos políticos de los últimos tiempos. Como el desarrollo económico moderno ha
destruido la naturaleza, ahora, los gobiernos piensan en un nuevo proyecto histórico de
crecimiento económico, equidad social y ecológicamente sostenible. ¿Es posible el
desarrollo? y en ese caso, ¿por qué no se ha realizado aún? Mientras el enfoque de las
políticas públicas se encuentre atrapado por la ideología del desarrollo sostenible, es
decir: economía de mercado, más desarrollo industrial, más sustentabilidad ambiental; no
será posible resolver la situación de los náufragos del desarrollo, sencillamente porque la
civilización urbana-industrial llegó a su límite y no es posible conciliar: crecimiento
económico moderno, empleo, equidad social y sostenibilidad ambiental.
205
1. La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus
siglas en inglés) advierte que el consumo de drogas aumenta sostenidamente en todo
el mundo, tanto en términos absolutos como en términos relativos.
49
Desde que comenzaron las campañas antidrogas en México, los homicidios alcanzaron un récord de
alrededor de 36.000, en 2018. Esta tendencia continuó en 2019, con unos noventa asesinatos diarios.
207
fumigaciones con glifosato; empero, no han logrado obtener resultados efectivos,
pues los cultivos colombianos de coca han aumentado de 61.800 hectáreas sembradas
en 2010 a 154.475 en 2019: 92.000 hectáreas adicionales (2,5 veces más) que hace 9
años (ODC, 2020).
50
El veneno nuestro de cada día. http://sdr.liccom.edu.uy/2017/08/29/presencia-de-glifosato-en-miel-
carnes-lacteos-cervezas-vinos-2/
Detectan herbicida y glifosato en cervezas y vinos comerciales.
https://www.msn.com/es-us/noticias/mexico/detectan-herbicida-y-glifosato-en-cervezas-y-vinos-
comerciales/ar-BBUn0mc?li=AA5a7e
208
deforestadas por cuenta del narcotráfico están ubicadas en Parques Nacionales
Naturales y que “el narcotráfico genera en Colombia cerca de 14.000 millones de
dólares anuales de economía ilegal, (4,5% del PIB y 37% de las exportaciones de
mercaderías) e implica alianzas con grupos criminales de otros países (…) como los
carteles mexicanos” (Duque, 7 de marzo de 2019, parr. 4-5).
3. La trata de personas es un problema mundial y uno de los delitos más espantosos que
existen, ya que priva de su dignidad a millones de personas en todo el mundo. Este
delito es el producto del crimen transnacional organizado en el que los delincuentes
engañan especialmente a mujeres y niños y los someten diariamente a situaciones de
explotación sexual, mendicidad infantil, trabajo forzoso o extracción de órganos. Si
bien la trata de personas, el tráfico ilícito de migrantes y la migración son cuestiones
distintas, son fenómenos que están interrelacionados. Los grandes flujos migratorios
no obedecen a una elección libre y voluntaria ya que un migrante se ve obligado a
elegirla como medio de supervivencia frente a un conflicto, una crisis económica o
un desastre natural o ambiental. Ya que, por lo general, el método de migración es
irregular, el migrante se ve obligado a vincularse con un traficante que facilitará el
ingreso ilícito a un país a cambio de una suma de dinero.
4. Finalmente, las transferencias ilícitas hacia los paraísos fiscales por parte de las
empresas transnacionales y la evasión fiscal relacionada con esta práctica representan
un tema crucial para alcanzar la sostenibilidad de las finanzas públicas en todos los
países. Las empresas transnacionales usan varios esquemas para evitar pagar
impuestos en los países donde obtienen exorbitantes ganancias. Una investigación
realizada por Petr Janský y Miroslav Palanský (2019) estima que “alrededor de
420.000 millones de dólares de ganancias corporativas se transfieren de 79 países
cada año. Esto equivale a alrededor de 125.000 millones en ingresos fiscales perdidos
para estos países” (p. 72). Como consecuencia, sus arcas fiscales están en aprietos y
no pueden asumir con eficiencia la garantía de derechos económicos y sociales de la
población, o deben ser financiados por otros contribuyentes, a menudo de bajos
ingresos, lo que alienta el aumento de la desigualdad, tanto dentro de los países como
en todo el mundo.
51
Ciertamente, a Europa le interesa económicamente contar con mano de obra barata en su intento post
pandemia de fortalecer las cadenas de producción y el empleo. Pero, por el momento, no hay plazas de
trabajo disponibles y los sistemas sociales no pueden hacer frente a este elevado aumento de inmigrantes
en condiciones de miseria.
210
ciento del PIB regional. En Ecuador no existen estudios actualizados sobre la evasión
y la elusión tributaria. Un estudio realizado en 2005 afirma que la tasa de evasión
tributaria del impuesto sobre la renta de las sociedades y compañías anónimas habría
sido de 65,3 por ciento, con una brecha tributaria (recaudación potencial menos
recaudación efectiva) estimada de 4,4 por ciento del PIB; mientras que la tasa de
evasión tributaria del impuesto sobre la renta de las personas naturales habría
alcanzado el 58,1 por ciento, con una brecha tributaria estimada de 1,1 por ciento del
PIB (Ibid., pp. 99 – 100).
De acuerdo con Petr Janský y Miroslav Palanský (2019), hay tres canales principales
que las multinacionales pueden usar para sacar sus ganancias de los países con altos
impuestos: (i) adquisición de deuda ficticia; (ii) registro de activos intangibles
ficticios, como derechos de autor o marcas registradas en paraísos fiscales; y, (iii)
fijación de precios de transferencia falsos.
En el segundo canal, las empresas transfieren dinero por pago ficticio de activos
intangibles, como marcas registradas o derechos de autor, a compañías fantasmas
asociadas que se encuentran en paraísos fiscales. La transferencia de dinero por
concepto de regalías ficticias reduce contablemente las ganancias en el país de origen,
deslocalizando el valor de los impuestos hacia los paraísos fiscales.
Según Petr Janský y Miroslav Palanský (2019), el tercer canal se aplica a través de la
fijación de precios falsos, de manera tal que minimice sus obligaciones fiscales.
Esa es la forma en cómo las empresas transnacionales evaden los impuestos a las
ganancias corporativas. El sistema tributario que actualmente rige a los países se basa
en un enfoque ideado hace casi un siglo, cuando las grandes empresas transnacionales,
como las conocemos hoy, no existían. En la actualidad, las diversas empresas que
conforman un consorcio transnacional ejecutan cuentas separadas, como si fueran
compañías independientes; empero, las corporaciones transnacionales operan y
optimizan sus obligaciones fiscales en su conjunto. Por tales consideraciones, se
requiere establecer un sistema de gobernanza tributaria global que controle la elusión
y la evasión fiscal, a través de los paraísos fiscales.
En muchos casos, el sistema fiscal de los países ya no depende de los gobiernos, pues
las corporaciones transnacionales tienen la capacidad de exigir a los Estados pagar
menos impuestos para supuestamente invertir y poder competir en el mercado global.
Debido a que los Estados-nación ya no pueden sobrevivir en estas condiciones de
profunda crisis fiscal, se necesita corregir las distorsiones tributarias que ha generado
la dinámica de acumulación de capital a escala mundial. En 2021, el FMI y el Foro
Económico Mundial tienen previsto recomendar a los gobiernos el fortalecimiento de
las finanzas públicas de sus países, con la esperanza de lograr un mayor crecimiento
económico, reducir la pobreza y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de
2030. En esta dirección, el FMI propone acordar un sistema de tributación
internacional a las empresas cuyos modelos de negocio son muy rentables,
especialmente aquellos que están basados en las tecnologías digitales, con el fin de
atender los intereses de las economías emergentes y en desarrollo.
212
Así, mientras en el siglo pasado, mal o bien, los principales problemas económicos y
sociales eran afrontados por los estados nacionales, ahora, cuando la globalización ha
penetrado por todos los poros del planeta, los gobiernos tienen, cada vez más, severas
limitaciones para resolver autónomamente los problemas que tienen implicaciones
globales pues, aunque las economías individuales de los Estados-nación son importantes,
y las políticas públicas son reflexionadas a este nivel, la globalización es una fuerza cada
vez más sólida que afecta todos los aspectos de la vida: desde los patrones de producción
y de consumo hasta las oportunidades de empleo, el acceso al conocimiento y a la
información.
En época de post pandemia, la mayoría de los países del mundo se enfrentarán a múltiples
crisis, sobre todo en el campo de la ecología, la economía, el empleo, la seguridad social,
las finanzas públicas, la salud y la educación, que interactúan de manera compleja y
sistémica. Para afrontar estos problemas se requiere cambiar drásticamente nuestros
esquemas mentales, por lo general, anquilosados en el pasado. Pero la tarea más difícil
no es construir nuevos paradigmas, sino dejar a un lado las mismas y reiteradas formas
de pensar e interpretar la realidad.
Los Estudios del Futuro identifican nuevas tendencias del desarrollo científico técnico:
así, por ejemplo, la agricultura, tal como la conocemos, está experimentando cambios
notables; si bien aún vemos a la agricultura como una actividad rural “analógica”, los
sistemas productivos en el campo transitarán hacia la agricultura 3.0, pues la tercera
revolución agrícola ya está en marcha: agricultura enriquecida para la producción de
alimentos con nutrientes adicionales, alimentos genéticamente modificados, alimentos
orgánicos, drones teledirigidos para una aplicación más inteligente de fertilizantes e
insecticidas. La automatización de procesos, la información geográfica mediante el
sistema GPS, los sensores inteligentes, el diseño de nuevos materiales creados en
laboratorio a base del carbono, la nanotecnología, las micro máquinas, los robots, la
biología sintética, ofrecerán la oportunidad de hacer que la agricultura sea más eficiente
214
y sostenible, así como más rentable a pequeña escala. ¿Qué opinan y qué actividades
realizan las cámaras de la producción y las universidades ecuatorianas al respecto?
Desde sus orígenes y durante el desarrollo histórico del país, la pobreza y la desigualdad,
la cultura patriarcal y la discriminación, la destrucción del patrimonio natural y de los
ecosistemas, son amenazas que han perturbado la convivencia social de la población en
Ecuador y en la subregión latinoamericana. Sin embargo, en el siglo XXI, nuevos
problemas acompañan nuestra vida cotidiana: la crisis ecológica global, el fracaso del
proyecto civilizatorio de la modernidad, el aumento de las tensiones políticas globales, el
riesgo de una nueva conflagración mundial que traería consigo una eventual catástrofe
nuclear, la crisis de gobernanza del Estado-nación y del sistema internacional construido
en la posguerra. Todos estos son problemas que rebasan las fronteras nacionales; para
influir en la dinámica interna de los países no requieren pasaporte y, por lo tanto, sus
soluciones no pueden estar restringidas al ámbito de las políticas públicas nacionales.
Estos problemas solo se pueden abordar desde un enfoque multilateral.
Estos nuevos fenómenos, que custodian el desarrollo de la sociedad global en este nuevo
siglo, abonan la posibilidad de extinción de la humanidad y de la vida en el planeta. Pero,
además, la cuarta revolución industrial y las incertidumbres creadas sobre el futuro del
empleo, así como la próxima crisis financiera y el posible reseteo del sistema financiero
y monetario internacional, son aspectos que, generalmente, no son considerados en el
debate sobre la situación actual y las perspectivas económicas, sociales y políticas del
Ecuador.
215
Si nos proponemos superar las conductas inerciales que nos han arrastrado a la situación
en la que se encuentra la humanidad en época de post pandemia sanitaria y de pandemia
económica, no sólo se precisa estudiar el pasado para pronosticar el futuro, sino identificar
aquellos factores de cambio, endógenos y exógenos, sobre los cuales incidir, a fin de
unificar los esfuerzos nacionales hacia la construcción de un mejor porvenir para la
población ecuatoriana. Así como no se puede conducir un vehículo mirando solamente
por el retrovisor, América Latina no podrá asumir los desafíos del futuro con miradas
anquilosadas. De allí que, las nuevas realidades que tenemos por delante exigen
despojarnos de viejos paradigmas y de discursos económicos obsoletos que nos impiden
comprender creativamente los desafíos del futuro. Simple y llanamente no es razonable
iluminar el futuro con las luces del pasado.
Por otra parte, según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en
inglés), solo el 9 por ciento de los plásticos se reciclan globalmente; en los océanos hay
más de 150 millones de toneladas de plásticos y el 90 por ciento de las aves marinas tiene
fragmentos de plástico en el estómago. Si no se adoptan medidas, para 2025, el océano
contendrá 1 tonelada de plástico por cada 3 toneladas de pescado y, para 2050, los océanos
podrían tener más plásticos que peces (Alessi, 2018).
En la 49 reunión del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), realizada
en Davos, el cambio climático y la cuarta revolución industrial fueron los principales
temas que concentraron la reflexión efectuada en enero de 2019. En aquella reunión, el
Foro Económico Mundial declaró que la humanidad estaba "caminando en silencio hacia
la catástrofe", ya que el clima extremo, el hecho de no actuar ante el cambio climático y
los desastres naturales encabezaban la lista. El informe presentado en esta reunión destaca
también que nuestro sistema alimentario está empujando a la naturaleza al borde del
216
abismo y afirma que el “progreso lento en niveles de vida y desigualdad creciente han
contribuido a la polarización política y la erosión de la cohesión social en muchas
economías avanzadas y emergentes. Esto conlleva la necesidad de construir un consenso
mundial sobre la necesidad de un modelo más inclusivo y sostenible, de crecimiento y
desarrollo, que promueva mejores condiciones de vida para todos” (WEF, 2019).
No será posible salir adelante luego de la crisis ocasionada por la pandemia si se reparten
palos de ciego. Para comprender las distintas aristas que configuran la nueva realidad, en
este estudio hemos procurado aplicar un pensamiento sistémico, efectuando operaciones
de inferencia que han permitido plantear hipótesis razonadas, rigurosas, sustentadas y
verosímiles. No se trata de conocer con exactitud lo que está por venir; la principal tarea
es pensar en alternativas, encontrar caminos y dar los pasos necesarios para construir un
nuevo destino de la humanidad, lo que nos convoca a construir visiones de futuro y
acciones estratégicas de largo plazo, con un enfoque que precautele principios
fundamentales de convivencia humana: ética pública y privada, justicia en todas sus
dimensiones, democracia, igualdad de oportunidades para toda la población mundial,
especialmente para los condenados de la tierra que no han disfrutado de la prosperidad
que una porción de la humanidad ha alcanzado en el transcurso de la historia moderna.
Por su parte, el Secretario General de las Naciones Unidas afirmó que el Gran Reinicio
es un reconocimiento de que esta tragedia humana debe ser una llamada de atención.
“Debemos construir economías y sociedades más equitativas, inclusivas y sostenibles,
que sean más resistentes a las pandemias, al cambio climático y a los muchos otros
cambios mundiales a los que nos enfrentamos" (Guterres, 2020, parr. 6).
En esta dirección, en 2021, el Foro Económico Mundial discutirá una nueva estrategia
económica global, orientada a construir un “nuevo tipo de capitalismo”. Así, el presidente
del Foro Económico Mundial declaró:
219
Pero debemos repensar lo que entendemos por capital en sus muchas iteraciones,
ya sean financieras, ambientales, sociales o humanas. Los consumidores de hoy
no quieren más y mejores bienes y servicios a un precio razonable. Más bien,
esperan cada vez más que las empresas contribuyan al bienestar social y al bien
común. Existe una necesidad fundamental y una demanda cada vez más
generalizada de un nuevo tipo de capitalismo". Klaus Schwab (2020b).
“En base a la caída proyectada en los ingresos per cápita, se espera que de 100 a
110 millones de personas en todo el mundo ingresen en la pobreza extrema,
revirtiendo el declive de décadas en esta tendencia. Por eso, la prioridad a corto
plazo es evitar la retirada prematura del apoyo fiscal. El apoyo debe persistir, al
menos en 2021, para sostener la recuperación y limitar las cicatrices a largo plazo.
Salud y educación debe tenerse en cuenta en todas partes” (FMI, 2020d, p iii).
220
La decisión del FMI de despojarse de los dogmas establecidos por la teoría neoliberal se
ha venido fraguando lentamente desde hace pocos años atrás. Ya en 2016, un grupo de
funcionarios del FMI reconoció que, “en lugar de generar crecimiento, algunas políticas
neoliberales han aumentado la desigualdad, poniendo en peligro la expansión duradera”
(Ostry, Loungnani y Furceri, 2016, p. 38).
El programa económico suscrito por el Ecuador con el FMI, en 2020, contempla una
reforma tributaria para el año 2022, con cambios al régimen tributario que originarían
ingresos por 2.000 millones de dólares. De ellos, 600 millones se generarían por ajustes
al impuesto a la renta de las personas naturales. ¿Y las exenciones tributarias por un valor
de 5.000 millones de dólares van a permanecer intactas?
Así, en los oráculos de “la economía de libre mercado” se advierte un viraje que muestra
su distanciamiento de los viejos postulados y propuestas ortodoxas de la visión neoliberal
de la economía. El pensamiento neoliberal ha fracasado, pero también muchas políticas
heterodoxas. Dado que el capitalismo tal como lo hemos conocido hasta ahora ha
fracasado, el Foro Económico Mundial quiere construir un nuevo capitalismo. ¿Qué tan
posible y viable es materializar ese discurso?
Así como el coronavirus se reproduce de manera exponencial, en gran parte de los países
del mundo, la deuda pública y privada también se reproduce sin cesar, ahora con mayor
énfasis para afrontar los efectos económicos de la pandemia. De allí que, frente al
estrepitoso avance de la crisis sanitaria ocasionada por COVID-19 y a sus progresivas
221
secuelas económicas, nuestro desafío es pensar, también, de manera exponencial, es decir,
con la creatividad y agilidad necesarias, a fin de evitar las peores consecuencias sociales
sobre la población. Ello nos conlleva a enfocar los efectos de la pandemia COVID-19
desde la perspectiva de los derechos, pues la humanidad se encuentra ante una situación
en donde los derechos económicos, sociales y culturales se encuentran condicionados a
que los Estados cuenten con nuevas políticas públicas y los recursos presupuestarios y
financieros que les permitan garantizar condiciones de vida dignas a su población. Sin
duda, las políticas públicas post pandemia merecen una nueva lectura, desde la
perspectiva de los derechos humanos y de los principios éticos de justicia e igualdad.
Ya que la pandemia demostró que la población vive gracias a las cadenas de producción
nacionales, no a las internacionales, Francia decidió fortalecer su autarquía económica.
La autarquía es una política industrial y económica basada en la soberanía, de modo que
un país no dependa del comercio internacional para sobrevivir económicamente; esto no
implica aislarse del orden económico mundial o rechazar el comercio internacional, sino
garantizar sobrevivencia de la población por sí mismo si es necesario.
Mientras en Ecuador los empresarios dejan sus negocios a un lado e ingresan al Estado
para cambiar las leyes a su favor, con el fin de regresar nuevamente a sus empresas para
beneficiarse de las leyes que han reformado, en un escenario post pandemia, 170
académicos holandeses han propuesto un modelo económico basado en el decrecimiento.
Su propuesta plantea 5 puntos esenciales.
• Pasar de una economía enfocada en el crecimiento indiferenciado del PIB, a
identificar los sectores que pueden crecer y requieren inversión (energías limpias,
222
educación, salud) y otros sectores que deben decrecer radicalmente (petróleo, gas,
minería, publicidad).
• Implementar una estructura económica basada en la redistribución, que establezca un
sistema universal de servicios públicos, impuestos a los ingresos y a la riqueza, la
renta básica universal, horarios de trabajo reducidos y trabajos compartidos, pago a
los trabajos de cuidado.
• Organizar la producción agrícola tomando en cuenta la necesidad de conservar la
biodiversidad, basada en producción local y, además, con empleo y salarios agrícolas
justos.
• Reducir el consumo y los viajes.
• Cancelación de la deuda. Especialmente de trabajadores y poseedores de pequeños
negocios, así como de países del Sur Global (El Clarín, 2020).
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