Etica y Politica Del Siglo 21

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Ética y política en el siglo XXI

Author(s): Edgar Morin


Source: Política Exterior , Sep. - Oct., 2004, Vol. 18, No. 101 (Sep. - Oct., 2004), pp. 123-
124, 127-131
Published by: Estudios de Política Exterior S. A.

Stable URL: https://www.jstor.org/stable/20645711

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Etica y politica en el siglo XXI
Edgar Morin

La relacidn entre el conocimiento cientifico y la etica se traduce en una enorme com


plejidad en nuestro tiempo a la hora de abordar los fundamentos de los valores. ^Pue
de evltarse la incertidumbre sobre los resultados de nuestras mejores intenciones?

El problema de los valores en el siglo XXI se deber? a la mayor


complejidad de la etica. Hasta ahora, la cuesti?n de los fundamen
tos de los valores era de una extrema sencillez: Dios dio unas le
yes a los hombres para que pudieran realizar el bien. Ocurria lo
mismo en el contexto laico de las sociedades fuertemente unidas, ya que los
preceptos eticos estaban profundamente interiorizados. Obedecer y respetar
los valores era algo obvio.
Las cosas, claro esta, cambian con el aumento de la autonomia y de la
responsabilidad individual, dado que el mandato ya no procede de Dios, ni
de la religion, ni del Estado, ni de la sociedad, sino del propio individuo, de
acuerdo con el imperativo categ?rico de Kant. Dicho imperativo le ha vuelto
solitario, autoproductor y autojustificado, y esta situation debe evolution?r
en funci?n de la toma de conciencia del hecho de que el ser humano no es
solo el individuo, la sociedad o nuestra especie biol?gica, sino la trinidad
constituida por estos tres terminos, en su interdependencia. Por tanto, den
tro de esta optica, los valores conciernen al individuo, a traves de su respon
sabilidad, de su dignidad, de su virtud y de su felicidad, pero tambien al gru
po y a la especie, sobre todo en un contexto de globalization. Como resulta
dificil respetar al mismo tiempo estos tres niveles de exigencia, es frecuente
que se produzcan conflictos de deber.
En el pasado, el problema de la relation entre el conocimiento cientifico
y la etica no se planteaba, ya que precisamente la ciencia moderna se funda
mentaba y se desarrollaba rechazando toda interferencia politica, religiosa y

Edgar Morin es profesor emerito del Centro National de Investigation Cientifica


(CNRS, en sus siglas en frances). ? Unesco.

PoLfriCA Exterior, 101. Septiembre / Octubre 2004

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etica. Habia que "conocer", fueran cuales fuesen las consecuencias. Esta in
dependencia de los dos registros no se debe a que la ciencia se dedique a jui
cios de hecho mientras la etica lo hace a los juicios de valor, sino a que, en el
ambito cientifico, el juicio de hecho tiene un valor supremo. Dicha separa
tion no plante? un problema hasta el siglo XX, cuando las ciencias pasaron
a desarrollar unos poderes de destrucci?n o de manipulaci?n enormes. Asi,
la proliferation actual de los comites eticos nos demuestra que la relaci?n
entre el conocimiento cientifico y el etico se ha vuelto crucial. Sobre todo
porque la capacidad de la etica para regular la ciencia esta lejos de haber
quedado establecida, ya que esta ultima esta separada de la etica. Asi, estos
elementos que deberian estar juntos se encuentran totalmente separados.

La ecologia de la acci?n
La insuficiencia de la moral pura se debe al hecho de que nunca se preocupa
de las consecuencias: esta convencida de que las buenas intenciones traen
consigo buenas acciones. Sin embargo, Pascal formul? el siguiente princi
pio: "Esforzarse en pensar bien, he aqui el principio de la moraT. Esto no
significa que baste con pensar correctamente para tener unos comporta
mientos eticos, sino que es necesario conocer las condiciones en las que van
a situarse las acciones a favor de los valores para saber si sirve realmente de
ayuda. De ahi la aparici?n de una "ecologia de la action" que aborda las con
diciones en las que tiene lugar la acci?n motivada por buenas intenciones al
servicio de los valores.
Pericles decia que los atenienses sabian perfectamente combinar la au
dacia y la prudencia, mientras que los dem?s pueblos eran o bien temera
rios, o bien unos mines y cobardes. Esta afirmaci?n subraya que toda acci?n
justa requiere audacia, un riesgo asumido, pero que no obstante debe ir
combinada con lo contrario.
La ecologia de la acci?n tambien debe incluir la incertidumbre en la re
laci?n entre los fines y los medios. En efecto, todos sabemos que cuando uti
lizamos durante demasiado tiempo unos medios innobles para un fin noble,
estos medios terminan por contaminar el fin e incluso lo reemplazan. Y a la
inversa, unas acciones inmorales pueden provocar, como reacci?n, unas
consecuencias con una esencia virtuosa. Es lo que ilustra el Fausto de Goe
the: el buen Fausto desea la felicidad de Margarita, pero solo provoca para
ella catastrofes, mientras que Mefist?feles, que quiere perderla, provoca la
intervention de Dios y, de este modo, salva a Margarita.
El principio de la ecologia estricta de la acci?n implica asimismo entrar
en el juego de interacciones y retroacciones que es el del contexto hist?rico
y social en el que la acci?n se sit?a, con el riesgo de que esta ultima se vuel
va contra el actor y lo aniquile. ^Cu?ntas veces en la Historia hemos visto las
mejores intenciones perturbadas de este modo? No hace falta citar el ejem

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plo de Mijail Gorbachov: desencaden? en la Union Sovietica unas acciones


beneficiosas, pero que provocaron a la desintegraci?n de su pais.
Por tanto, existe un principio de incertidumbre que no se puede evitar y
que debe hacernos conscientes de que estamos siempre realizando apuestas.
No se puede predecir el sentido de nuestra action a muy largo plazo, ya que
existe una ley de imprevisibilidad total. ^Quien puede determinar el sentido
de la Revoluci?n Francesa que, iniciada en nombre de principios tan funda
mentales como los derechos humanos, hizo que se derramase tanta sangre y
de la que nadie todavfa puede hacer un balance definitivo?

Imperativos contradictorios
A partir del momento en que existe, seg?n la expresi?n de Max Weber, un
"politefsmo de los valores" es frecuente que surjan conflictos entre imperati
vos eticos opuestos. Asf, Antfgona encarna la piedad, pero tambien la fideli
dad al deber que la vincula a su hermano. Cre?n encarna la polftica y la trai
ci?n contra un enemigo de la ciudad al que prohibe la sepultura. Por el
contrario, en la actualidad hemos entrado en un mundo de la simplification
etica que no conocemos a las civilizaciones que consideramos atrasadas. 01
vidando los principios, en otras partes sagrados, de la hospitalidad y de la pa
labra dada, nos encontramos en muchos aspectos en un estado de subdesa
rrollo etico. AI militar en una asociacion o en un partido que defiende unos
valores tan legftimos como abstractos, podemos dejar totalmente de lado la
familia. Y al reves, nos podemos dedicar completamente a los nuestros y olvi
dar la humanidad. En otro piano, hemos visto como unos conflictos eticos
importantes nacfan en el periodo de entreguerras en relation con la preferen
cia que se debfa conceder o no a uno de los dos monstruos que eran el estali
nismo y el nazismo. Esta incertidumbre desemboc?, durante la Segunda Gue
rra mundial, en unas alianzas contra natura entre unos aliados incompatibles.
Las contradicciones eticas siempre han existido, pero reaparecen hoy
toyo el sesgo de una evolution cientffica que opone los principios contradic
torios de la medicina y, en sentido m?s amplio, de la biologfa. Asf, el impera
tivo hipocr?tico, que impone luchar contra la muerte, se encuentra frente a
un dilema: ^hay que prolongar la vida de una persona muerta desde el punto
de vista cerebral, aunque sobreviva a nivel biol?gico, o extirpar sus ?rganos
para salvar a otra persona? La cuesti?n de la eutanasia se plantea evidente
mente con la misma fuerza. que decir del aborto, que constituye un ele
mento de liberaci?n de las mtgeres pero que choca con el derecho a vivir de
todo embri?n y con la prohibici?n de matar defendida por la comunidad?
Si en la historia del planeta ha habido un dominio extremadamente
cruel, ese ha sido el de Europa sobre el resto del mundo a partir del siglo
XVI. Basta recordar la colonization, la esclavitud o la trata de negros para
convencerse de ello. Pero resulta que este centro de la domination que era

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Occidente ha producido unos valores universales en potencia que fueron


utilizados por los oprimidos para liberarse. En efecto, los descolonizados
solo pudieron descolonizarse al hacer suyos el valor del derecho de los pue
blos y el derecho de las naciones. Esta difusi?n de los derechos occidenta
les es tal que hoy solo podemos lamentar la insuficiente universalizaci?n de
los derechos del hombre y del ciudadano, asf como los de la miyer, en la
medida, claro esta, en que correspondan a unas aspiraciones fundamentales
de quienes sufren la domination. Los pafses isl?micos estan hoy divididos
entre una corriente que expresa una aspiration a disfrutar de lo mejor que
la cultura occidental ha dado, sin por ello perder su identidad y sus tradicio
nes, y una corriente seg?n la cual los valores occidentales constituyen un
atentado fundamental contra la virtud isl?mica.
Hacer m?s compleja la etica es tratar de idear y de establecer la rela
tion entre la ciencia, la etica y la polftica, es decir, desaislarse del problema
de los valores; hacer m?s compleja la etica es reconocer unos conflictos en
tre unos imperativos eticos tan fuertes los unos como los otros; hacer m?s
compleja la etica es reconocer la incertidumbre final en cuanto al resultado
de nuestras mejores intenciones y del respeto de los valores.

Etica del futuro y polftica


La relation entre la etica y la polftica, que deberia ser una relation comple
mentaria, es a menudo antag?nica. En la polftica de los Estados y de los go
biernos, las consideraciones de hecho, es decir, la Realpolitik, las conside
rations de potencia y las de poder tienden en el mejor de los casos a
relegar las eticas, y en el peor (y m?s frecuente) a ahogarlas. La polftica no
tiende sencillamente a dejar de lado la problem?tica etica. La etica tambien
puede alzarse contra el realismo o la realidad polftica. Este antagonismo se
puede manifestar en varios grados.
fitica contra politico. Para empezar, se puede manifestar por medio de
la disidencia. La mitologfa antigua nos ofrece el ejemplo de Antfgona. Tam
bien en una epoca m?s reciente hemos visto actos de disidencia. La disiden
cia corresponde a una reivindicaci?n de justicia, de verdad o a una reivindi
caci?n a la vez de justicia y verdad que parece pura locura. No es casuaiidad
que, a numerosos disidentes de la ex Union Sovietica, el hospital psiqui?tri
co les pareciera el lugar destinado a acogerles. Hay algo aparentemente lo
co en el acto de disidencia, cuando por ejemplo el joven Siniavski envfa una
carta al Komsomolskaia Pravda para expresar sus criticas al sistema sovie
tico. AI dar su direction, hace todo lo posible para que le detengan. Esta di
sidencia puede parecer una locura, o peor a?n, im crimen absoluto. En Mu
nich, bajo el nazismo, un hermano y una hermana, los Scholl, fueron
ejecutados por su disidencia estudiantil. De Antfgona a Alexander Solzhenit
sin, la disidencia parece absurda, ut?pica. Y sin embargo, yo soy uno de

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esos que piensan que hay un car?cter necesario y extral?cido en esta locura,
porque es testimonio de un imperative etico irreducible al realismo.
Hay disidencia, pero tambien hay resistencia La resistencia es el uso de
medios polfticos para una revuelta de car?cter etico. Desde luego, estos me
dios pueden desviarse y volverse antieticos, como ocurre con el terrorismo.
Pero es interesante observar que la resistencia siempre parece irreal en sus
comienzos. Pensemos en los miembros de la resistencia francesa del verano
de 1940, en el momento de la derrota total de Francia, vencida por los ejerci
tos nazis. Ese ano Europa estaba enteramente b?jo la dominaei?n de la Ale
mania hitleriana. La resistencia, pues, parecia completamente ut?pica. Sin
embargo, en los dos o tres anos que siguieron, se volvi? cada vez m?s realista,
dirigida a la realizaei?n de algo probable, la derrota de la Alemania nazi.
Esta tambien la no mentira. Hay algo que me
llam? mucho la atenei?n en la carta de Solyenitsin mmmmmmammm
a los dirigentes de la URSS. Les pedia sencillamen
te que no mintieran. Hay personas que no contri- La etica no tiene
buyen a la opresi?n o a la propaganda hip?erita pOT QUe S?V
guardandos?encio irrealista.
El realismo politico. La nocion misma de rea
lismo politico debe ponerse en tela de juicio. Es de UtopiCL tQfWipOCO
hecho el realismo de la aprobaei?n. Se convierte signiflCCL S?lo lo
finaimente en un realismo de la action para el mal imr)0<iihlp
menor. Si durante decenas de anos se piensa que
la dominaei?n de la Alemania nazi es un hecho
consumado e irreversible y se opta por adaptarse a
ella, por "saivar los muebles", se trabsga para el mal menor, es decir, se cola
bora. Este tipo de realismo se mantiene siempre en la superficie de la reali
dad, que es provisional. La historia es incierta y cambiante. En 1943 la situa
tion de dominio hitleriano dio un vuelco; el realismo se volvia irrealismo a
medida que lo imposible se convertia en probable.
En un mundo normalizado, trabgjan fuerzas subterr?neas, a las que el fi
l?sofojHegel llamaba "el viejo topo", que minan poco a poco sus bases y su
fundamento. La antigua Union Sovietica no fue vencida en una batalla. Sus
eimientos estaban corrofdos por un trabsyo interior.
Tampoco la etica es necesariamente irrealista. Del mismo modo, Utopia
no significa solo lo imposible. Existe, es cierto, una mala Utopia, la de una
sociedad perfecta, sin conflictos ni contradicciones, totalmente arm?nica.
La buena utopia se basa en posibilidades a?n no realizables. Hoy parece im
posible por razones politicas aliment?r a todos los hombres del planeta. Pe
ro es teenica y materialmente posible. La paz en la tierra es tambien una po
sibilidad que podriamos esperar ver cumplida durante el proximo milenio.
En politica, es necesaria una actitud dialogistica, es decir, una relation
complementaria y antag?nica entre la etica y la politica. El polo etico debe

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mantenerse en la politica. Me gustaria subrayar, para la politica futura, la


necesidad del desarrollo del papel de la etica en esta actitud dialogistica en
tre la politica y la etica. Se han producido numerosas discusiones, en abso
lute ambiguas, sobre el derecho de injerencia humanitaria. La idea de que,
por razones humanitarias, se puedan transgredir ciertas reglas admitidas
por la mecanica politica establecida es una idea de futuro.
El fil?sofo Hans Jonas esbozo una etica especifica para el futuro afir
mando que nosotros no solo somos responsables del planeta respecto a los
dem?s, sino tambien respecto a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hi
jos. Hoy dia, debido a la amenaza ecologica que se cierne sobre la biosfera,
la amenaza nuclear y todas las procedentes del nuevo desencadenamiento
de la locura de la humanidad, debemos ser responsables de cara al futuro.
No podemos preverlo ni disenarlo, pero debemos evitar todo tipo de desas
tres con el fin de mejorar la suerte de la humanidad.
Por una etica del genero humano. Me gustaria relacionar aqui la etica
del futuro con la antropoetica, es decir, una etica del genero humano. ^Que
es lo humano? Lo humano es a la vez el ser individual y una parte de la so
ciedad y de la especie humana. Lo que no significa que, en esta trilogia, haya
en lo humano un 33 por cien de individual, un 33 por cien de social y un 33
por cien de biol?gico. La relation es mucho m?s compleja. La especie esta
en el interior del individuo. Sabemos que la especie solo se puede conservar
si dos individuos se emparejan. La especie, pues, esta geneticamente pre
sente en el individuo. Pero si nosotros estamos en la sociedad, tambien se
puede decir que la sociedad esta en nosotros. Desde que nacemos, ella nos
inculca su lenguaje y su cultura. Se da ahf una relation de inseparabilidad,
en la que cada uno esta en el interior del otro. Esta relation es rotativa o re
currente. Se necesitan individuos para reproducir la especie y para producir
la sociedad, pero tambien se necesita a la sociedad para producir los indivi
duos, aportandoles la cultura y el lenguaje.
Podemos sacar de este an?lisis varias conclusiones para la etica del fu
turo, por lo que concierne a las relaciones sociedad/individuos y a las rela
ciones individuos/especie humana. ^Cu?l es la sociedad que permite relacio
nes de control reciproco entre los individuos y la sociedad? Evidentemente,
es la sociedad democr?tica. En la actualidad existen problemas en esta so
ciedad, regresiones ciertas. Pero, si se quiere establecer una etica a la vez
para la sociedad y para los individuos, el futuro debe basarse en la sociedad
democr?tica. La relation democr?tica es la que ofrece posibilidades de ex
pansion al individuo. Permite tambien la complejidad de la sociedad. La so
ciedad democr?tica Ueva en si misma la pluralidad de ideas y opiniones, asi
como la tolerancia de la desviaci?n. Trabajar para la democracia es trabajar
a la vez para los individuos y para la sociedad.
En lo que concierne a las relaciones individuos/especie humana, recuer
do que en nuestra epoca la humanidad, como totalidad de seres humanos,

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no era solo una notion abstracta, sino una notion concreta. La especie hu
mana se reconoce como tal en todos los lugares de la tierra, con legftimas
diferencias culturales e individuales. La relation entre la especie humana y
el individuo solo puede desarrollarse en la ciudadanfa mundial. La globaliza
tion tecnoecon?mica es peligrosa si no esta contrarrestada por un n?mero
determinado de gestiones y principios. Asf, la multiplication de las comuni
caciones, las influencias mutuas entre culturas, la apertura de las culturas al
mundo y el deseo de conocerse permitir?n salvaguardar las diferencias,
echadas a perder por la globalization tecnoecon?mica.
Hoy dfa, la cuesti?n Tierra-patria debe incluir las patrias individuales, y
no el destruirlas. La relation entre la especie humana y el individuo pasa
por el desarrollo de la ciudadanfa mundial. El ciudadano es aquel que se
siente responsable y solidario. Medicos sin Fronteras es un movimiento de
ciudadanfa mundial; Amnistfa International, Greenpeace, y muchas otras
organizations no gubernamentales son tambien movimientos de ciudada
nfa mundial.
El futuro no est? escrito. Pero hoy podemos ver las perspectivas del
di?logo entre la etica y la polftica. Y pasa por la democracia y la ciudadanfa
mundial.

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