El Hecho Americano Interrogado Desde Nuestro Tiempo

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EL HECHO AMERICANO INTERROGADO DESDE NUESTRO TIEMPO

Damianovich

- La toma de conciencia necesaria

Diversos historiadores hablan de “hecho americano” para referirse al proceso de vinculación de la historia europea con
la de los pueblos antiguos de este continente, impulsado por la acción de los reinos ibéricos que desencadenaron
importantes trasformaciones en ambos mundos involucrados. Este hecho americano ofrece al hombre de nuestro
tiempo un extenso campo histórico para plantarse interrogantes de nuestra realidad actual y también la actitud
valorativa que asumimos frente a los hechos del pasado.

Según Stern podemos distinguir dos tipos de valoraciones comunes en el análisis que hacemos del pasado:

1. Las históricas: determinan la importancia de los acontecimientos y procesos. Por ejemplo: ningún historiador
podrá negar la llegada de los primero europeos que vinieron a instalarse en nuestro continente conociendo
cuales fueron las trasformaciones y los acontecimientos que siguieron a ello.
2. Las morales: se relaciona al hecho de censurar o alabar tales procesos y considerar si fueron beneficiosos o no.
Por ejemplo: caer en el error de medir con nuestros propios valores los acontecimientos o procesos, ya que
nosotros no conocimos las intenciones de los protagonistas, sí sería correcto reconocer la existencia de valores
con los cuales podemos afrontar las acciones de aquellos hombres.

El historicismo niega la existencia de valores o verdades transhistóricas o que los calores son producto de una época.
Niega la tesis del “derecho natural” (normas que los seres humanos deducimos o establecemos a partir de nuestra propia
conciencia y que son los que priman y se determinan como justicia en un momento histórico determinado ).

Según el historicismo en relación al hecho americano, se justificarían tanto los sacrificios humanos de los aztecas como
las guerras de la conquista española o la esclavización de los africanos ya que esas prácticas responden a valores propios
de su tiempo. Mientras que los defensores del hecho natural niegan eso ya que relativiza la supuesta universalidad de
los valores que aquellos asignan a la naturaleza humana.

Stern sostiene la existencia de una “ética humana básica” constituida por el código de valores derivado del universal
proyecto de vivir (la vida, la salud y las condiciones para su preservación), es decir que podemos castigar todas las
violaciones de la vida humana, las matanzas, las crueldades, los sufrimientos en cualquier periodo de la historia humana.

- Verdades a medias: “descubrimiento” “choque” y “encuentro ”

Francisco Padrón plantea que nadie en los primeros años después de la llegada de los europeos se celebraría el
“descubrimiento”, explica que es una idea decimonónica, idea del siglo XIX, panhispanismo que llevo a exaltar la fecha
de 12 de octubre.

En nuestra época los planteos han sido muy distintos y las posiciones sumamente encontradas. Las posiciones
indigenistas han ganado terreno muy considerable; diversos historiadores han tratado de encontrar una denominación
precisa para asignar al 12 de octubre. Germán Arcinie dice que lo que en realidad ocurrió fue un “cubrimiento” de todo
lo que pudiera ser una expresión del hombre americano. Edmundo O’ Gorman y Marcel Bataillon sostienen “invención
de América”. Jose Leon Portilla plateo la propuesta de sustituir el término “descubrimiento” por el de “encuentro” idea
que rápidamente fue rechazada por colegas. También países como Estados Unidos han asignado este hecho como
“primeros encuentros” o “descubrimiento/encuentro”. La Iglesia Católica no niega las luces ni las sobras de la conquista.
Un análisis nos permite reconocer que todos los términos contienen parte de verdad. No hay contradicción en
establecer los alcances que cada forma de contacto tuvo y las etapas en las que prevaleció cada una. Los conceptos
tradicionales de descubrimiento, conquista y colonización parecen responder a una más ajustada aproximación a lo que
realmente ocurrió.

- Alcances del concepto “descubrimiento de América”

El principal cuestionamiento que se ha planteado al concepto tradicional de “descubrimiento de América” gira alrededor
de la idea de que antes de la llegada de los europeos a nuestro continente, estas tierras ya estaban habitadas estas
tierras. Sostener lo contrario sería caer en una visión eurocéntrica, nadie niega ni puede negar que el europeo haya
tenido contacto con América como un descubrimiento.

Si denominamos el proceso del que los pueblos ibéricos son impulsores, el término “descubrimiento” es el que más se
ajusta haciendo referencia al campo de los conocimientos geográficos y no al aspecto ontológico. El descubrimiento
ontológico fue mutuo: el español fue compenetrándose de la naturaleza de estos pueblos y los indios de la cristiandad.
Hacer uso de esta expresión no significa caer en el análisis eurocentrista. Es el proceso que hizo posible el conocimiento
del planeta en su totalidad.

El descubrimiento ontológico de “lo americano” por parte de los españoles no está negando por el hecho de la
imposición de la cultura cristiana a los pueblos aborígenes. “Lo americano” que es producto del mestizaje cultural, no es
lo mismo que “lo indiano” que es lo precolombino original.

Podemos concluir diciendo que es posible asumir una posición eurocéntrica en el análisis histórico ya que hacer
referencia al “descubrimiento” de América para describir el largo proceso de varios siglos que fue necesario para
delinear los contornos del continente, ubicarlo dentro del conjunto de masas terrestres y oceánicas y precisan su
conformación interior.

Desde el punto de vista ontológico podemos hablar de un “doble descubrimientos”. El indio que como sujeto pasivo
descubre “lo europeo” que se le impone ante sí, y el europeo en este caso el castellano que descubre “lo indiano” como
sujeto activo que produjo el contacto. Los término “invención de América” de Eduardo O’ Gorman y de “cubrimiento de
América” de German Arciniegas, que también apuntan a lo ontológico.

- Zonas de “choque” entre amerindio y europeos

La expresión más aceptada es la de “choque de dos mundos”, Adolfo Colombres explica las razones que lo llevaron a
preferir la expresión “choque” a la de “invasión”, ya que según él esta última sea la más correcta y es la que prefieren los
indios y dice que la invasión se relaciona con la guerra para expulsar al intruso mientras que el choque puede derivar en
encuentro.

Este autor dice que el concepto de choque supone la existencia de al menos dos cuerpos con su propia identidad y
mecánica que se toman en un punto.

Negar que hubo choque entre los conquistadores y los habitantes del continente sería forzar una interpretación
histórica para mostrar una imagen inocente de aquel contacto que ya nadie acepta. El choque se produjo en poco
tiempo. Podemos distinguir 3 tipos de choques:

1. Choque militar
2. Choque psicológico
3. Choque biológico
Los sostenedores de la idea de “choque de dos mundos” lo asocian al concepto de genocidio, que consideran apropiado
para caracterizar el trato dado a los aborígenes por los conquistadores. El concepto de genocidio se entendió a los actos
criminares promovidos por el gobierno contra grupos humanos por odio racial, nacional, lingüístico, político o religioso y
cumplidos con el propósito de destruirlos total o parcialmente o de impedir su desarrollo. Sin embargo la acción de la
conquista practicada por la conquista en américa no puede ser presentada como genocidio ya que ellos no se
propusieron eliminar a los indios, esto no significa que no haya habido crueldades y matanzas injustificables, ni aun para
los valores morales de la época. (En relación al choque militar)

Otro termino que se asocia a este “choque de dos mundos” es el de “etnocidio” que hace referencia al trasplante cultura
que los españoles intentaron hacer. El trasplante cultural implicaba la desaparición gradual de los aspectos centrales de
las culturas locales y no puede hablarse de esto ya que se quería era hacer partícipes a los aborígenes de la fe y moral
cristiana que los españoles consideraban el fundamento de su propia existencia. (En relación al choque cultural)

Podemos concluir diciendo que hubo en la conquista de América zonas de choques que no pueden negarse, pero que no
necesariamente hacen de la expresión de “choque de dos mundos” la más feliz descripción de la presencia de España en
este continente. Tales zonas de choque se manifestaron en los órdenes militares, psicológicos, biológicos y culturales. El
concepto de “choque de dos mundos” no es excluyente del de “descubrimiento de América” por lo que utilizar uno no
significa negar el otro.

- Límites del encuentro de ambos mundos

Pierre Chaunu va a designar la llegada de los españoles al continente como “encuentro de dos mundos” ya que apunta a
señalar el encuentro de dos historias que hasta entonces se habían desarrollado independientemente. Él habla de
encuentro, contacto e impacto.

Para León Portilla el “encuentro de dos mundos” parece encubrir y no contener los aspectos conflictivos que nos
ayudan a distinguir las zonas de choque.

La expresión choque de dos mundos es la que más se ajusta al significado histórico de la etapa que se iniciaba y es
abarcativa a algunos sectores a hablar de “choque” de culturas.

- Los conceptos tradicionales de descubrimiento, conquista y colonización de América

Las ideas de choque y encuentro no modifican en el campo de la historiografía los conceptos tradicionales de
descubrimiento, conquista y colonización de América. Que hubo conquista nadie lo niega, en los lugares donde la
conquista no había terminado el proceso colonizador iba desarrollándose en los lugares de asentamiento afianzado. Los
siglos XVII y XVIII ya son épocas de colonización y de afianzamiento de trasplante sociocultural.

Es el choque un componente inseparable de la conquista, a la par que la colonización fue produciendo el encuentro en
una América mestiza y criolla.

Lo que tenemos que evitar es otorgar a los conceptos de choque o de encuentro la calidad de contener todo el
significado del “hecho histórico” pues la historia no es tan simple ni los hechos pueden ser manipulados según nuestras
necesidades o intereses.
- El V Centenario y un problema de identidad

Los planteos que surgen frente al V Centenario aparecen con una crisis de identidad. El autor Victor Massuh describe 3
elementos fundamentales:

1) El indigenismo: valora al indio como al verdadero protagonista de la autenticidad americana y desconfía de los
componentes restantes por considerarlos ajenos, alienantes y adventicios.
2) El hispanismo: señala que la identidad es hispano-católica y que todo proyecto cultural de incluir a España como
elemento unificador.
3) El europeísmo: proyecto marcado por el egotismo cultural de la Europa moderna, convencida de la superioridad
de sus valores. Civilizar seria sinónimo de europeizar.

La identidad latinoamericana se configura en su marcha progresiva contra el atraso indígena o español.

La descalificación en bloque de quinientos años de historia iberoamericana se constituye de esta forma en una negación
de nuestra propia identidad. La negación de lo indiano y el disimulo de su tragedia, termina por producir lo mismo. El
análisis equilibrado del pasado en cambio no enriquece sin negar los procesos propios de cada región.

Dentro de este plano hay lugar para un indigenismo y un hispanismo no excluyentes. Afirmar uno de los componentes
de lo hispanoamericano no significa siempre negar los otros. Dentro de la esencialidad hispanoamericano hay espacio
para sentimientos individuales, grupales y nacionales, pues de ellos depende la vigencia de cada componente en el
marco de una integración equilibrada.

- “Leyenda negra” y “Leyenda rosa”

La primera es que los españoles aceptan que hubo crueldades pero que no fue un genocidio. La segunda por el contrario
se opone a los ataques contra los españoles y la Iglesia.

- La evangelización bajo proceso

El proceso de evangelización es lo que se proponían a realizar los españoles en América en el momento de la conquista,
todo esto bajo la idea de que España era cristiana y seguía las órdenes papales, debes considerar que España estaba en
cierto aspecto defendido por la iglesia, ya que ésta lidiaba entre los problemas limítrofes entre España y Portugal en
América. El proceso de evangelización también se debe reconocer como lo que los españoles mostraban al resto del
mundo, es decir, el pretexto. Ellos esclavizaban y violaban los derechos humanos de los aborígenes en América, pero
decían que evangelizaban a los indígenas para que conocieran el reino de Dios.

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