QUEBRANTADOS

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QUEBRANTADOS

CITA BIBLICA: Jeremías 18:1-7

Palabra que vino a Jeremías de parte del SEÑOR, diciendo: 2 Levántate y desciende a la casa
del alfarero, y allí te haré oír mis palabras. 3 Entonces descendí a casa del alfarero, y he aquí,
estaba allí haciendo un trabajo sobre la rueda. 4 Y la vasija de barro que estaba haciendo se
echó a perder en la mano del alfarero; así que volvió a hacer de ella otra vasija, según le
pareció mejor al alfarero hacerla. 5 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: 6 ¿No
puedo yo hacer con vosotros, casa de Israel, lo mismo que hace este alfarero? declara el
SEÑOR. He aquí, como el barro en manos del alfarero, así sois vosotros en mi mano, casa de
Israel.

Durante estos días estuve pensando a cerca de nuestro caminar como cristianos, pensaba en
como en Jesús somos hechos nuevas criaturas y el viejo hombre queda atrás, sin embargo,
también pensaba en como seguimos en la práctica del pecado, pareciera como si no
hubiéramos nacido de nuevo, pero el Señor me llevo a un pensamiento y es que, aunque
somos nuevas criaturas en él, nuestro caminar en Cristo es un proceso de renovación,
restauración y de santidad cada día, es decir, un día nacimos de nuevo en Cristo (somos
mudados aun nuevo hombre) y a partir de allí, cada día debo ir renovando mis pensamientos
de lo cual el resultado será una vida de santidad para Dios.

Pero bien, ¿cómo es este proceso de renovación diario? La verdad es que la respuesta es más
sencilla de lo que parece, debemos cada día entrar al taller del alfarero (su presencia) y pedirle
al alfarero que cada día nos quebrante y nos haga de nuevo.

En Romanos 9:15-24 nos relata la escritura que todos somos vasos de barro, algunos vasos son
creados para honra y otros para deshonra y en la cita bíblica base vemos como esto
igualmente se afirma que somos vasos en manos del alfarero que es Dios el creador de todo,
ahora lo que quiero resaltar de este pasaje es como la vasija de barro que el alfarero estaba
haciendo se echó a perder en su mano V4, pero el alfarero decide hacer otra vasija mejor
según a él le parece.

Esto es algo importante que entender, porque hoy en día hay muchos cristianos que cuando se
les habla de proceso de parte de Dios no les gusta, les incomoda e incluso tienen temor del
proceso, pero realmente no hay que temer a estar en las manos de Jesús (el alfarero) pues es
necesario que el quebrante mi vaso defectuoso, agrietado, desgastado y haga de mí una vasija
nueva según a él le parezca y esto debe ser un motivo de sumo gozo de que Jesús haga de
nosotros un vaso de honra, debemos verlo como un privilegio el estar en sus manos, el estar
en sus manos y ser una vasija nueva es permitir que el transforme nuestro carácter, que
cambie nuestro vocabulario, que cambie incluso nuestra manera de comportarnos con los
demás, que vayamos soltando hábitos que le desagradan a él, nuestra manera incluso de
vestir, este proceso en manos del alfarero nunca será para hacernos mal o para infringirnos
alguna clase de dolor como muchos que no conocen a Dios llegan a creer, debemos saber que
Dios nos ama y el Padre al que ama corrige, si sientes que hoy estas siendo quebrantado y que
Dios está moldeando tu vida siéntete privilegiado y llénate de gozo porque estas en manos de
aquel que todo lo que hace es porque te ama y porque quiere que cada día te parezcas más a
él, pero si por el contrario, sientes que nada en ti ha cambiado desde el momento en que
rendiste tu vida a Jesús hasta ahora, te invito que le digas a ese alfarero que si es necesario te
quebrante y te haga de nuevo, querido hermano es tan necesario pasar por sus manos y que él
haga de ti un vaso de honra útil para ser portador de su gracia y verdad.

Que nuestra oración sea “Señor Jesús queremos parecernos más a ti y si es necesario llevanos
a tu taller y moldéame conforme a tu voluntad para mi vida”. No tengamos temor de decirle
que haga de nosotros un vaso nuevo.

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