La Teologia de Joseph Ratzinger Una Introduccion

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Crónicas

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Teología y Vida, Vol. LII (2011), 723-728 723

El viernes 2 de setiembre de 2011 se celebró como todos los años el Día


del Académico, oportunidad en que se hace un homenaje a los profesores y
profesoras de la Universidad que han cumplido 25, 30, 35, 40 y 45 años
de servicio en ella. Esta vez correspondió al profesor de nuestra Facultad,
Juan Noemi, que cumplía 40 años, hacer el discurso de agradecimiento a
nombre de sus colegas.

AGRADECIMIENTOS entender y darme a entender en la-


tín ante insignes profesores. Permí-
Se me ha pedido que les dirija unas tanme nombrar a los que recuerdo
breves palabras de agradecimiento con especial gratitud: Engelbert
en nombre de los colegas homena- Kirschbaum, profesor de arqueo-
jeados. Me he permitido llevarlo logía y arte, el patrólogo español
a cabo compartiendo con ustedes Antonio Orbe, Bernard Lonergan,
una memoria de lo que ha sido mi profesor de cristología, Joseph
experiencia personal de formación Fuchs profesor de moral, Ignace
académica. En segundo lugar me de la Potterie que dictaba cursos
atrevo a proponer un esbozo de sobre el evangelio de Juan en el
propuesta teológica que especifica Instituto Bíblico. Imposible dar
el significado de catolicidad. cuenta de la experiencia intelec-
tual (y aún más de la estética) que
FORMACIÓN ACADÉMICA
comportaba vivir en Roma como
Mi formación teológica propia- estudiante veinteañero: Roma ci
mente tal tiene dos etapas. La pri- resta nel cuore... Permítanme li-
mera etapa transcurrió en la Uni- mitarme a mencionar dos convic-
versidad Gregoriana del año 1962 ciones que fueron decantando en
a 1966. En la Roma de entonces, esos años que resultaron decisivas
clases, pruebas y exámenes eran en para mi itinerario académico. La
latín lo que constituía una sobre- primera convicción fue asumir
exigencia para la exigua formación que la mía era una específica vo-
clásica recibida hasta entonces. En cación teórica como teólogo laico.
cualquier caso estuve obligado a Me sentí íntimamente concernido

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e interpelado por el mismo Con- La segunda etapa de formación


cilio Vaticano II cuando dice: «es académica tuvo lugar en Alemania
de desear que numerosos laicos durante cuatro años y en dos eta-
reciban una buena formación en pas consecutivas de 1967 a 1969
las ciencias sagradas, y que no po- y de 1973 a 1975. Terminado mi
cos de ellos se dediquen ex profes- magíster en Roma en 1966 se daba
so a estos estudios y profundicen la posibilidad de continuar con el
en ellos» (G.S. 62). La segunda doctorado en Münster, ciudad del
convicción también tiene como norte de Alemania en cuya Facul-
referente determinante un plan- tad de Teología enseñaban teólo-
teo del Vaticano II. Este concilio gos renombrados: W. Kasper, J.B.
progresivamente fue reconociendo Metz, K. Rahner, J. Ratzinger.
un nuevo paradigma hemenéutico Kasper me aceptó como doctoran-
como desafío fundamental para la do, sujeto a mi participación en el
teología; se dice literalmente en coloquio de doctorandos en que se
la Constitución Pastoral sobre la comentaba la Estética de Hegel.
Iglesia: «es deber permanente de la Esto implicaba un enorme desafío:
Iglesia escrutar a fondo los signos enfrentarse con quien había sido
de los tiempos e interpretarlos a la un crónico adversario de las tesis
luz del Evangelio, de forma que, que se querían probar en la Uni-
acomodándose a cada generación versidad Gregoriana ahora conver-
pueda la Iglesia responder a las pe- tido en objeto central de estudio.
rennes interrogantes de la huma- Este fue el inicio de una etapa tan
nidad sobre el destino de la vida ardua como fructuosa. En Müns-
presente y futura y sobre la mutua ter pude constatar el peso y pro-
relación entre ambas. Es necesario, funda raigambre cultural de una
por ello conocer y comprender el consolidada tradición teológica en
mundo en que vivimos, sus espe- la cual los que habían sido adver-
ranzas, sus aspiraciones y el sesgo sarios a refutar se convertían en
dramático que con frecuencia lo pensadores que era preciso en pri-
caracteriza» (G.S.4). El reconoci- mer lugar entender antes de desca-
miento de este nuevo paradigma lificarlos. Quedaba al descubierto
se perfila cada vez más nítidamen- la inconsistencia de un estrecha-
te como una interpelación funda- miento apologético precipitado.
mental por validar una teología, En la segunda etapa de mi esta-
simultáneamente en la historia y día en Münster −ya casado y padre
de la historia, y constituye, hasta de familia− pude terminar mi di-
el día de hoy, un tema no resuelto. sertación para obtener el grado de

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doctor. Se titulaba «Interpretación Esta polémica, condicionada por


teológica del presente: el ensayo de prejuicios anticlericales por una
Paul Tillich en su primer período». parte y por una reacción defensi-
Ahora bien, como en el entretanto va estrecha desde la otra, parece
Kasper se había trasladado a Tu- estar superada. Es innegable que
binga y su lugar había sido ocupa- el surgimiento de la universidad
do por Peter Hünermann, fue este medieval está posibilitado por un
quien terminó siendo mi director redescubrimiento de Aristóteles,
de tesis (Doktorvater). A ambos Euclides y Tolomeo, por la traduc-
les debo mi reconocimiento: Kas- ción de las obras de estos autores
per fue decisivo en la determina- al latín, por la revalorización del
ción del tema y con Hünermann derecho romano y el contacto que
fraguó una amistad que perdura se produjo entonces con la cultu-
hasta hoy a pesar de la distancia. ra árabe. Es un hecho que la au-
En la primera entrevista con Kas- toridad civil protegió y favoreció
per le expuse mi interés en tratar las universidades concediéndoles
sobre el planteo hermenéutico de diversos privilegios. Sin embargo,
«escrutar a fondo los signos de los ninguna de las universidades me-
tiempos e interpretarlos a la luz dioevales surgió al margen de la
del Evangelio» que se explicita en iglesia. No se trata solo de la san-
el Vaticano II. Kasper me desacon- ción canónica externa que las fun-
sejó como todavía inasible trabajar dó o certificaba como tales, sino
sobre el texto conciliar y me sugi- del dinamismo de una fe que reco-
rió que antes leyera el proyecto de nocía como tarea fundamental de
teología pastoral de Karl Rahner sí misma la búsqueda de inteligen-
y el ensayo de interpretación del cia y la promoción de la investiga-
presente histórico que había desa- ción científica. «Creo para enten-
rrollado Paul Tillich entre 1919 y der» decía Anselmo de Canterbury
1933. No me arrepiento de haber en el siglo XI y en esta expresión se
finalmente optado por escoger a resume la fuerza de una fe que no
Tillich. Pasamos ahora a la segun- se cierra sobre sí misma, sino que
da parte de esta exposición. asume la búsqueda de la verdad
como un desafío propio.
EL DINAMISMO TEOLÓGICO DE LA
La universidad surge posibilitada
CATOLICIDAD
no por cualquiera fe, sino por una
Durante el siglo XIX se discutió fe en la verdad católica, es decir,
con vehemencia sobre el origen por una fe según el todo de acuer-
eclesial o secular de la universidad. do a la etimología griega. Esta fe

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no se contenta con proponer de- su vocación católica solo a lo que


terminados contenidos como su asegure una cómoda estabilidad
verdad, como una verdad parcial, institucional, su catolicidad reci-
sino que se despliega como bús- be y se fundamenta en el Espíritu
queda de una verdad universal, de Jesús que la sostiene y del cual
que busca universalidad a través es deudora. Este Espíritu sitúa a
de la totalidad como dice Charles la comunidad de los creyentes, a
Taylor. Esta pretensión no se debe la iglesia, como peregrina y no en
a una soberbia o imperialismo in- posesión estática sino en búsqueda
telectual, más bien constituye un dinámica de una plenitud católica
acto de fidelidad, de seguimiento que es escatológica. La Iglesia más
al Maestro que en el Evangelio se que poseedora es deudora de la
ofrece a todas y cada una de las verdad. Esta deuda tiene un doble
creaturas humanas como la Ver- aspecto. El primero es antecedente
dad, y como tal debe ser recono- y se refiere a la persona de Jesucris-
cido en la fe. to como su fundamento y origen,
La fe en la verdad católica es y el segundo aspecto es consecuen-
condición de posibilidad del sur- te y se refiere a la meta o fin al cual
gir de la universidad tanto en se dirige la Iglesia que consiste en
cuanto abre a un horizonte uni- la verdad plena que Dios mani-
versal de búsqueda y en la medida festará en él, es decir, al fin de los
que encuentra un apoyo concreto tiempos. Teológicamente, la cato-
en la comunidad de los creyentes, licidad de la Iglesia no designa un
en la Iglesia. En el alto Medievo, el atributo abstracto y estático, sino
reconocimiento que la Iglesia hace que deriva del Espíritu de una per-
de su catolicidad no significó aco- sona concreta, Jesús, y se orienta a
modarse en sus bastiones, sino un un fin, a una meta: el reinado de
compromiso y ejercicio concreto y Dios. La promesa de una plenitud
activo de búsqueda de la verdad. es una meta a la que está orientada
La universidad surge como praxis la Iglesia en su peregrinar histórico
de una fe que es católica como se- y debe hacerse operante en el pre-
guimiento confiado de la verdad y sente como búsqueda de la verdad.
como peregrinación a la verdad. El que en determinados momen-
tos de su historia esta dimensión
A lo largo de la historia de la que implica la catolicidad de la
Iglesia y hasta el día de hoy, aun- Iglesia no haya sido lo suficiente-
que ha habido y haya espíritus mente clara y se haya deformado,
fláccidos que pretenden reducir no obsta a que ella perdure como

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una exigencia a buscar y deberse, catolicidad no se reduzca a salva-


en cada situación histórica, a la guardar determinados principios o
verdad plena y universal. verdades que permanecen externos
La crisis de la universidad ac- al quehacer propiamente universi-
tual pareciera ser el reflejo de una tario, en la medida que catolicidad
razón atomizada que ha cuestio- signifique un compromiso en la
nado radicalmente las posibilida- búsqueda de verdad a la que con-
des de una búsqueda común de la fronta una fe en la verdad. Para que
verdad. De hecho, en la actualidad una universidad sea realmente ca-
las universidades se validan social- tólica no basta regirse por determi-
mente como centros de formación nados principios doctrinales, estos
profesional, y de especialización. deben hacerse operantes como fe
Su valoración depende de la ca- en busca de inteligencia. La univer-
pacitación de los profesionales y sidad católica se debe a una fe en la
especialistas que produzcan. En verdad que no admite contentarse
su mismo interior predomina una con un defensivo resguardo confe-
mentalidad que quisiera consoli- sional, confronta a la búsqueda de
dar la autosuficiencia de cada dis- la verdad como a la razón de ser de
ciplina y que rechaza como inade- su catolicidad. Una universidad es
cuado cualquier cuestionamiento católica cuando revitaliza el Espí-
sobre sus presupuestos antropoló- ritu al que se debe la universidad.
gicos, y en sus programas, la filo- Catolicidad no debería significar
sofía, si es considerada, ocupa un imposición de una respuesta de fe
lugar periférico y accidental. formal y externa al quehacer uni-
versitario, sino que, en las actuales
En el contexto anterior las uni- circunstancias, debería incentivar
versidades católicas no parecen esa dignidad que la razón ha per-
constituir en la actualidad una al- dido al desentenderse de la verdad
ternativa de la universidad profe- como su fin y sentido. Al respecto
sionalizada. El perfil que proyectan Charles Taylor es tajante: «Nuestra
no es distinto al de un conglome- gran tentación histórica ha sido ol-
rado de diversos centros de capaci- vidar la complementariedad para
tación profesional condicionados ir directamente en búsqueda de la
a los requerimientos más o menos uniformidad, haciendo de la mayor
inmediatos del mercado. Ellas, sin cantidad posible de personas “bue-
embargo, podrían jugar un papel nos católicos”. Este proceso deter-
providencial en la crisis universita- mina un fracaso en el logro de la ca-
ria actual, en la medida en que su tolicidad: fracaso de la catolicidad

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porque no se atiende a la totalidad. co de la catolicidad que acabamos


Unidad comprada con el precio de de esbozar, reconfortan y animan
suprimir algo de la diversidad de la las palabras de Juan Pablo II: «No
humanidad creada por Dios. Uni- hay fundamento para contrapo-
dad de las partes disfrazada como ner entre sí razón y fe ya que una
totalidad. Se trata de una universa- se encuentra en la otra y así tiene
lidad sin totalidad y por eso de un su propio espacio de realización»
catolicismo no verdadero». (F.R. 17). Este es el horizonte que
Ante el enorme desafío al que se perfila a las nuevas generaciones
confronta el dinamismo teológi- de teólogas y teólogos.

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Reseñas

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SCOTT B. NOEGEL AND GARY A. RENDSBURG, Salomon’s Vineyard. Literary and


Linguistic Studies in the Song of Songs. Society of Biblical Literature Ancient Is-
rael and Its Literature 1. Atlanta: Society of Biblical Literature, 2009. pp. XIV
+ 267. Paper. $34.95. ISBN 9781589834224.

La simplicidad y belleza de la antigua Considerando, según los autores, que


poesía hebrea, como en los libros de la mayor parte de la Biblia proviene
Job, los Salmos y otros pasajes tejidos desde Judá en general o Jerusalén en
junto a poderosos retratos narrativos particular (o fue escrito por exiliados
de las Sagradas Escrituras, han llama- de la comunidad), JH es el dialecto
do el interés de numerosos estudios dominante. En cambio el dialecto
en la actualidad. Mediante el uso de denominado Hebreo Israeliano, es
diversas técnicas modernas de inter- decir, el dialecto de aquellas regiones
pretación literaria se intenta desen- formadas por el reino de Israel, signi-
trañar sus enigmáticos pasajes, enig- ficativas porciones fueron escritas en
máticos para nosotros los modernos este con un promedio de 16 a 24 por
ajenos a una cultura tan antigua pero ciento del corpus bíblico. El objetivo
a la cual debemos tanto como pro- de este capítulo es proveer detallada
veedora de una herencia cultural que evidencia lingüística para este últi-
ha definido nuestra visión de la vida, mo dialecto en el poema del Cantar,
como es en el caso del amor, la sexua- revisar la historia de su estudio y es-
lidad y el erotismo, temas que el poe- tablecer una metodología apropiada
ma del Cantar de los Cantares trata para identificar figuras lingüísticas del
especialmente. La presente obra aquí noreste. G. A. Rendsburg, uno de sus
reseñada es un intento más de estudio autores, ha dedicado una amplia con-
del Cantar, pero que se diferencia de sideración a este fenómeno [Linguis-
muchos por analizar y reconsiderar tic Evidence for the Northern Origin of
algunos de los elementos centrales del Selected Psalms (SBLMS 43; Atlanta
poema, a menudo pasados por alto o 1990); idem, Israelian Hebrew in the
creyéndose ya superados pero, como Book of Kings (Bethesda, Md.: CDL,
demuestran sus autores, requieren 2002); y «A Comprehensive Guide
de profundización y reflexión más to Israelian Hebrew: Grammar and
detenida. Lexicon», Orient 38 (2003) 5-35].
Los datos son organizados en cuatro
En el primer capítulo, «Israelian he- categorías tradicionales de investiga-
brew in the Song of Songs» (3-55), ción lingüística: fonología, morfolo-
se aborda el análisis empírico de dia- gía, sintaxis y léxico. Tras investigar
lectos regionales en la antigua lengua veinte ítemes gramaticales y treinta
hebrea, dando cuenta de dos de ellos: léxicas, se concluye que el poema del
el Hebreo Judaíta (Judahite Hebrew - Cantar de los Cantares corresponde-
JH), es decir, dialecto de Judá, y el He- ría a una composición del noreste del
breo Israeliano (Israelian Hebrew - IH). antiguo Israel. El poema, en este sen-

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tido, no sería una obra tardía como poesía del Cantar son sutiles, reuti-
comúnmente se ha afirmado, con lizando tempranas líneas poéticas de
bases únicamente en arameísmos o su composición en pequeñas varia-
figuras del hebreo mishnaico, sino ciones léxicas, morfológicas y sintác-
también en comparación con figu- ticas. Este recurso, según los autores,
ras poéticas de las lenguas fenicia y es uno de los más desestimados en la
ugaríticas. Al final de este capítulo disciplina de los estudios de poética
se incluye una breve consideración bíblica.
(“Excursus chapter 1: Additional IH
En el cuarto capítulo «The genre
Features in 4QCant b, 57-62) de un
of the Song of Songs in the light of
conjunto de variantes de lectura del
arabic poetic traditions» (129-169),
Cantar en los textos de Qumram.
los autores pasan a la interpreta-
En el segundo capítulo, «Allitera- ción del Cantar de los Cantares, en
tion as a compositional factor in the una propuesta muy atractiva y fruc-
Song of Songs» (63-106), el enfoque tífera, como es su comparación con
es en el uso sofisticado del recurso de los géneros poéticos árabes tašbīb e
aliteración, con particular atención hijāʾ, géneros denominados por los
a la función que esta juega en deter- autores como poesía invectiva. Con
minar elecciones composicionales. Se el propósito de contextualizar sus
comienza por definir el criterio para observaciones, se realiza un breve
determinar la presencia de alitera- bosquejo sobre la historia de los es-
ción, y entonces se ilustra el proceso tudios comparativos con el Cantar,
para examinar más de dieciséis ejem- paralelos provenientes del Próximo
plos de su uso dentro de la exquisita Oriente antiguo, y especialmente con
poesía del Cantar. el género árabe wasf. Aquí también
se integran los recursos considerados
En el tercer capítulo «Variation
en los capítulos previos (variación y
in the poetry of the Song of Songs as
aliteración), para el análisis exegético
a literary device» (107-127), se pre-
y lingüístico-comparativo, donde se
senta otro recurso literario: el uso de
demuestra cómo muchas de las imá-
variación. Es la naturaleza oral de la
genes poéticas y recursos familiares al
literatura antigua la que servirá como
árabe beduino y sus poetas clásicos
trasfondo para apreciar la importan-
pueden ser hallados en la Biblia y en
cia de este recurso. Una premisa fun-
otros textos del Próximo Oriente an-
damental de los autores en este caso
tiguo (132).
es: «It is our belief that the writers of
ancient literature intentionally varied El libro reseñado termina con dos
their language, where possible, spe- apartados más: una elaborada con-
cifically to engage the listener and to clusión (171-185), y una traducción
demand his or her absolute attention del poema del Cantar de los Cantares
when the text was read aloud» (107). realizada por los propios autores, con
La mayoría de las variaciones en la detalladas notas e información (187-

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Reseñas 733

206). De las últimas palabras de sus junto con una coherencia sustancial
autores resulta interesante destacar su desde el comienzo hasta el final del
visión del Cantar como una obra de poema [G. BARBIERO, Song of Songs. A
composición unificada, la cual habría Close Reading (traducido por Michel
sido escrita por un solo autor cerca Tait; Supplements to Vetus Testamen-
del año 900 a. C., de gran habilidad tum Vol. 144; Leiden 2011) 505-8].
literaria, adepto a las técnicas de ali- El libro Salomon’s Vineyard. Literary
teración y variación, creando la poe- and Linguistic Studies in the Song of
sía más sensual y erótica de sus días Songs constituye una importante
e incorporando un subtexto crítico obra porque desarrolla una refina-
de la monarquía israelita en general, da aproximación literaria al poema
y del reino de Salomón en particu- del Cantar de los Cantares, con una
lar (184). En esta dirección, algunas alta sensibilidad a su diseño poético
de las más recientes investigaciones y composición, y que constituye un
confirman esta unidad lírica, basada aporte para la discusión contemporá-
en su autor como artífice literario, nea de la bella poesía hebrea clásica.
su juego de metáforas, la repetición
de términos y motivos, todo en con-
Allan Bornapé M.
Universidad Diego Portales
Instituto de Humanidades

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734 Reseñas

ALBERTI MAGNI, Ordinis Fratrum Praedicatorum, Opera Omnia ad fidem co-


dicum manuscriptorum adenda apparatu critico notis prolegomenis indicibus
instruenda curavit Institutum Alberti Magni Coleniense Ludgero Honnefelder
Praeside. Tomus XXVII Pars II De Homine, Monasterii Westfalorum in Aedibus
Aschendorff 2008. Ediderunt HENRYK ANZULEWICZ et JOACHIM R. SÖDER; p.V-
LXXVIII, p. 256 707 H. ANZULEWICZ; p. 1- 256 J.R. SÖDER, collaborante H.
ANZULEWICZ.

Este nuevo volumen de la Editio Co- posición –breve prólogo e indicación


loniensis ofrece la obra temprana de de la materia por tratar (XII-XIII), el
Alberto Magno, De homine, en la cual tiempo y lugar de la composición de-
el Doctor Universalis expone su com- finitiva– según la indicación II Sent:
prensión de «la naturaleza del hom- 1246 en Paris (XIVs).
bre según la doctrina de la teología y
filosofía medieval» (Prol. V). Se trata Una parte de especial interés la
de la segunda parte de la Summa de constituye aquella que presenta las
creaturis, dedicada al ser humano, fuentes de la obra, tanto filosóficas
cuya edición crítica completa y su- –Aristóteles y Platón, interpretado
pera la edición bilingüe Über den por los árabes Avicena, Averroe–,
Menschen, De homine. Nach dem como teológicas –Gn 1, 26 interpre-
kritische erstellten Text übersetzt und tado por Nemesio, atribuido a Gre-
herausgegeben von HENRYK AN- gorio de Nisa, Guillermo de Saint
ZULEWICZ y JOACHIM SÖDER, Thierry, Bernardo–, que a su vez re-
Lateinisch-deutsch, (Philosophische montan a Agustín, Juan Damasceno,
Bibliothek, 531), Felix Meiner Ver- Clemente de Alejandría, Dionisio
lag Hamburg 2004, 2002 pp., edi- Areopagita, Gregorio Magno. No
ción, por cierto, de singular relevan- cabe olvidar la gran importancia del
cia para lograr un primer acceso a la Liber de causis, que sobresale en esta
obra completa, que aquí se presenta. obra, igual como en otros escritos del
El presente volumen, por su parte, re- Doctor Universalis, en cuanto fuente
presenta una edición crítica perfecta, de inspiración fundamental especial-
en todo sentido. mente para la doctrina metafísica del
alma y de las causas.
1. La Introducción (Prolegomena, V-
LXXVIII), confeccionado por Henryk Finalmente, puede apreciarse el
Anzulewicz, da cuenta de los Indicia amplio panorama de los detalles de
internos del opus, es decir, que emer- una edición crítica –códices, epíto-
ge de los mismos escritos de Alberto mes, manuscritos, fragmenta y ex-
(V-X), los externos (X-XII). Luego, cerpta, compilaciones–, detalles que
el editor explica el título de la obra el editor presenta con el cuidado que
–según la primera palabra–, su géne- le es propio (XVI-XXXI), pero que
ro –una suma de cuestiones– y dis- exceden la presente presentación, para

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Reseñas 735

explanarse en las primeras ediciones solo la profundidad del pensamiento


de la obra y sus traducciones (XXXI- de Alberto, su enraizamiento en la
XLIII), completado por el Apéndice I tradición, sino también su originali-
Specimen Collationis (XLIV-LVII), el dad allí donde el Doctor Universalis ya
Apéndice II: Dispositio Textus Ope- no sigue a sus antecesores.
ris de Homine (LVIII-LXVII) y la Ta-
bula eorum quae hoc opere continentur. 3. La obra de Alberto Magno. Esta
No cabe duda de que la atenta lectura obra De homine «esbozo de una An-
de la Introducción –un testimonio de troplogía integral» –Henryk Anzu-
erudición impresionante– posibilita lewicz «Über den Menschen» XVIss–,
un acceso adecuado a una obra clá- lleva como explicación «Et haec de
sica de singular interés antropológico creaturas dicta sufficiant», indicando
teológico también hoy. que no solo toma en cuenta al hom-
bre, sino también «otras creaturas».
2. La edición (1-256 y 256-595) pre- El escrito De homine por cierto no
sentada por J. R. SÖDER, en cola- fue publicado por Alberto con este
boración con H. ANZULEWICZ título, cumplió más bien la función
(1-256) y H. ANZULEWICZ (256- de una primera frase a modo de In-
595) está provista de dos aparatos: cipit. El género literario fundamental
uno crítico, de las variantes de ma- de la Summa es la quaestio, que gene-
nuscritos; el segundo aparato, de las ralmente comienza con una pregunta
fuentes y paralelos, permite apreciar directa o indirecta –utrum– y posee
en concreto los textos clásicos y me- una estructura coherente: una tesis
dievales de los autores señalados en la (generalmente en forma de una pre-
Introducción. gunta inicial) que se debe demostrar
o refutar (argumentos pro y contra) la
El primer aparato, sin duda, es fruto respuesta del autor (solutio) y las res-
de un trabajo difícil de editor, que re- puestas a los argumentos pro y contra.
quiere una atención simultánea a los La quaestio no solo es la forma lite-
manuscritos y al pensamiento de Al- raria de la explicación científica, sino
berto –atención imposible de valorar también una de las formas más comu-
en toda su hondura, por lectores aje- nes de la docencia académica.
nos a esta tarea–, pero que tienen la
suerte de poder aprovechar un texto El De homine constituye, muy pro-
críticamente asegurado para su estu- bablemente, los apuntes de las Dis-
dio y como tal valoran tal dedicación. putationes públicas que Alberto llevó
El segundo aparato, por su parte, re- a cabo con sus alumnos (disputatio-
sulta de mayor interés para cualquier nes in scholis). No puede tratarse de
investigación temática, que se suele quaestiones disputatae, ya que Alberto
realizar con frecuencia a nivel filosófi- no se había doctorado todavía. Ac-
co teológico. Pues a la luz de las fuen- tualmente se piensa que estas obras
tes que allí se indican emergen no tempranas remontan a la estadía de

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736 Reseñas

Alberto en París o Colonia, antes de (substancia), capacidad (partes), ca-


la fundación del studium generale en racterísticas (afecciones) y activida-
1248. des, de tal modo que esta parte psi-
El contenido de la obra está es- cológica adquiere el peso mayor del
tructurado según un plan, que se basa contenido y de la extensión.
en criterios sistemáticos, formales y Alberto se inspira en Aristóteles
didácticos. La concepción sistemáti- y los comentaristas árabes –destaca
ca, la macroestructura del contenido el Liber de causis– completado por
y la secuencia de sus partes princi- Platón y fuentes teológicas. La psi-
pales esboza Alberto al comienzo de cología se constituye, entonces, en
su obra como de costumbre con una una síntesis de preguntas vitales, casi
breve disposition de la materia. De no reflexionadas por Aristóteles, ta-
la frase introductoria: Consequenter les como la sensualidad, las partes
transeundum est ad quaerendum de inferiores y superiores de la razón, la
homine puede concluirse con Henryk
libertad, la synderesis y la concien-
Anzulewicz, a quien seguimos en la
cia y, sobre todo, la semejanza del
siguiente síntesis, que el estudio so-
hombre con Dios, a cuya imagen fue
bre el hombre se abordará dentro del
creado.
marco del proyecto de investigación
más grande, como el señalado. El estudio del cuerpo humano se
realiza desde un enfoque decidida-
Todo el contenido de la investi-
gación De homine se divide en dos mente teológico: se concentra en los
partes: 1. Trata del hombre como tal aspectos biológicos de la constitu-
en su identidad; 2. Aborda el hábitat ción del cuerpo del primer hombre,
connatural y originario (habitaculum) Adam, en el estado originario antes
del hombre creado por Dios –el pa- y después de la caída. En un primer
raíso–, pero también, como puede paso se investiga la pregunta por la
apreciarse en la parte final de la obra, composición del cuerpo a partir de
el espacio vital natural (mundus). La las cualidades elementales (caliente-
primera parte constituye el núcleo frío y húmedo y seco), que producen
antropológico propiamente tal de la las diferentes especies de complexio-
obra. Trata de tres nudos problemáti- nes de los miembros particulares del
cos: 1. El alma humana; 2. El cuerpo cuerpo. En este marco se estudia la
del hombre en el estado originario; pregunta por el autor y la manera de
3. La totalidad del ser humano com- la configuración del cuerpo de la pri-
puesto en la unidad del alma con el mera pareja, como también la razón
cuerpo, o mejor, el modo y la forma de la forma erigida del hombre, por
de cómo el alma se une con el cuerpo. la cual se distingue de otros seres vi-
El autor presta atención a los atribu- vos. Esta interpretación del Génesis
tos teológicos y filosóficos del alma se basa en gran parte en Agustín y
humana, el estudio de su naturaleza es contestado y completado por me-

Teologia Nº4_2011.indb 736 30-01-12 10:16


Reseñas 737

dio de otras autoridades teológicas y de la antropología de Alberto con la


filosóficas. de Tomás de Aquino. Para tal efecto
la presente edición crítica adquiere
Bajo el mismo enfoque teológi-
una importancia incomparable.
co son tratados en la segunda parte
principal de la obra sucesivamente en Los Índices (597-690); los títulos
dos series de investigación el paraíso íntegros de los libros y abreviaciones
y este mundo (mundus), la tierra, que (691-699); la sinopsis de las ediciones
Alberto contempla como lugares con- de la obra (700-705) y las abreviacio-
naturales del hombre como ser vivo nes y siglas (706-707) atestiguan la
sensible (secundum statum animalis gran calidad de la presente edición
vitae). Mientras la corporalidad del crítica, a la vez su enorme valor para
hombre es explicada en el estado ori- emprender una investigación seria. Al
ginario y el paraíso siguiendo el libro respecto destacan los índices: el pri-
del Génesis, interpretado por Agus- mero de los autores que Alberto cita,
tín, como también la doctrina filosó- las citas bíblicas, las menciones pa-
fica natural de los atributos del cuer- trísticas; el segundo expone los auto-
po, compuesto de cualidades opuestas res citados por los editores; el tercero
elementales, Alberto se sirve, para el se detiene en los vocablos relevantes,
tratamiento del hábitat natural del todos aportes inapreciables para la in-
hombre, sobre todo de fuentes filosó- vestigación, pero cuyo análisis sobre-
ficas, tanto platónicas –Timeo– como pasa esta presentación.
aristotélicas. Estas fuentes son con-
Sintetizando: puede dejarse cons-
sideradas críticamente a la luz de su
tancia de que el presente volumen De
correspondencia con la fe cristiana en
homine ocupa un lugar destacado en-
la creación unicidad y consumación,
tre los volúmenes ya publicados por
fin último del mundo y del universo y
la prestigiosa Editio Coloniensis de
como tal son adaptadas y corregidas.
la Opera Omnia de Alberto Magno,
Más detalles del contenido de la que se encuentran disponibles en su
presente obra se desprenden del estu- totalidad en nuestra Biblioteca de la
dio de la misma y como tal, siguiendo Facultad de Teología –por cierto, un
a Henryk Anzulewicz, no se señalan. privilegio único en Chile–, donde in-
Lo mismo vale de la interesante histo- vestigadores jóvenes se dedican con
ria de recepción, que permite apreciar ahínco a aprovecharlos. De ahí que
el valor que va obteniendo este escrito queda solo agradecer a los editores,
albertino pese a tratarse de una obra especialmente a Henryk Anzulewicz,
temprana. Un estudio pendiente espe- por la imponente obra realizada.
cialmente relevante es la comparación

Anneliese Meis

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738 Reseñas

La teología de Joseph Ratzinger. Una introducción, Palabra, Madrid 2011, 427 pp.

En estas páginas se recogen algunos Considera que el actual pontífice no


artículos publicados en los últimos es un pensador sistemático en el sentido
diez años. La sintonía del autor con la habitual del término, pero sí profunda-
teología de Ratzinger empezó con un mente orgánico en sus desarrollos. Como
afirma Hahn, Ratzinger «no es tanto un
acercamiento biográfico a la figura del
pensador sistemático, sino más bien sin-
teólogo alemán1, y más adelante con fónico», mientras Murphy apela a la inner
una tesis doctoral sobre la teología consistency de sus escritos4. El intento de
fundamental y de las religiones, así Blanco es seguir esta pista y buscar ese
como del concepto de teología en el hilo conductor de su pensamiento. Ló-
pensamiento de Joseph Ratzinger2. A gicamente, al publicar estos artículos
partir de entonces ha realizado diver- ahora todos juntos el autor ha pro-
sos estudios histórico-teológicos sobre curado abreviarlos y evitar las repeti-
el pensamiento del teólogo Ratzinger. ciones, a la vez que mostrar la unidad
Al mismo tiempo, el autor profun- entre los diferentes temas. Pretende
dizaba en el pensamiento de Martín así seguir más o menos el orden gené-
Lutero y de otros teólogos protes- tico de estos «conceptos fundamenta-
tantes3. En principio, el interés que les» que van surgiendo en la teología
le movía era abordar el pensamien- de Joseph Ratzinger. Por una parte,
to anterior a la elección de Joseph mantiene un estilo introductorio, en
Ratzinger como obispo de Roma, el que primen las fuentes sobre la bi-
pero ha tenido –como él mismo con- bliografía secundaria, la cual aparece
fiesa– que referirse también al magis- reseñada a pie de página. Procura así
terio de Benedicto XVI. que esta obra sea una ayuda para el
lector que se quisiera enfrentar a la
lectura misma de los textos de este
1 Joseph Ratzinger. Una biografía (Pam- teólogo alemán. Se trata tan solo de
plona 2004); traducción al portu-
ofrecer «un mapa de su viaje teoló-
gués: Joseph Ratzinger: uma biografia;
tradução Emérico da Gama; seleção
gico», una «vista aérea» de su pensa-
de textos Henrique Elfes (São Paulo miento, como dice Mannion5.
2005).
2 Joseph Ratzinger. Razón y cristianismo.
La victoria de la inteligencia en el mun- 4 S.W. HAHN, Covenant and Commun-
do de las religiones (Madrid 2005); pró- ion. The Biblical Theology of Pope Ben-
logo de José Morales; Joseph Ratzinger: edict XVI (Grand Rapids 2009) 16; cf.
vida y teología (Madrid 2006). J. MURPHY, Christ our joy. The theo-
3 Sobre todo La Cena del Señor. La Euca- logical vision of Pope Benedict XVI (San
ristía en el diálogo católico-luterano des- Francisco 2008) 10.
pués del concilio Vaticano II (Pamplona 5 Cf. G. MANNION, «Preface. Mapping
2009). a theological journey», L. BOEVE –

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Reseñas 739

Nos encontramos pues sobre todo cribir el pensamiento teológico de


ante una guía, una síntesis, una intro- Joseph Ratzinger. Para él la teología
ducción, una invitación a la lectura ha de beber en la Escritura y la litur-
de las fuentes. En esta síntesis, divide gia, leídas y recibidas en la tradición
los temas fundamentales de la teolo- viva de la Iglesia. Por eso el Pan y la
gía ratzingeriana en distintos aparta- Palabra, la Eucaristía y la predicación
dos. En primer lugar, tras un breve son los lugares en los que Jesucristo se
recorrido histórico para conocer los hace presente en su Iglesia, y de aquí
maestros de la teología ratzingeriana, la importancia del sacerdocio minis-
se refiere a lo que llama fuentes de su terial, como recuerda el Vaticano II.
pensamiento: junto a la Escritura, Gracias a ellos el pueblo de Dios se
la liturgia, la Iglesia y el mismo arte convierte en cuerpo de Cristo. En-
–sobre todo la música– constituyen tonces la Iglesia estará en condiciones
puntos de partida de su pensamiento para realizar tanto su misión ad intra
teológico. Vendrán después los de- (ecumenismo) como ad extra (religio-
nominados fundamentos: en primer nes, Weltethos). Para esta labor resulta
lugar el principio de la persona, que indispensable no solo la profundiza-
presenta su solidaridad originaria con ción en la propia fe, sino el coraje de
la fe y la razón, la verdad y el amor. la razón, la búsqueda de la verdad y
En lo que se refiere a los desarrollos de un amor verdadero. Para difundir
y como concreción de dichos princi- esta verdad revelada por Jesucristo
pios, el teólogo alemán se encontrará dentro de la Iglesia, se debe tener en
profundamente marcado por la «ex- cuenta de modo especial la teología,
periencia del concilio», cuya doctrina la catequesis y la predicación. La ma-
aplica al ecumenismo, a la teología riología y su verdadero sentido cris-
del ministerio e incluso en sus ideas tológico y eclesiológico son también
sobre la predicación, la escatología y objeto de la reflexión ratzingeriana.
la mariología. En fin, abordaremos El núcleo interpretativo que une, si-
aquí lo que se refiere a la praxis: en su túa y da sentido a cada uno de todos
época de obispo, Ratzinger se ha cen- estos elementos será sin duda Cristo.
trado en la teología de la creación y el El arte y la belleza no ocupan sin más
misterio eucarístico y, como prefecto, un cometido ornamental en todo este
su foco de interés se ampliará hacia la recorrido.
catequesis, Cristo y las religiones, sin
Según Blanco, en la teología de
olvidar una breve reflexión sobre las
Joseph Ratzinger vemos una síntesis
raíces cristianas de Europa.
madura de los logros alcanzados por
De esta manera, los principios de los movimientos bíblico, litúrgico,
Cristo y de sus correlativos amor, ver- ecuménico y patrístico de los años
dad y belleza nos sirven para circuns- anteriores al Concilio Vaticano II, así
como de la mejor teología del siglo
G. MANNION, The Ratzinger Reader, XX. En su pensamiento teológico, los
XIII-XVII.

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740 Reseñas

principios de la Escritura y la litur- le han ofrecido una mayor amplitud y


gia, la persona y la Iglesia, la razón y universalidad a su teología. Se podría
la teología de los Padres ocupan un decir que esta se ha «globalizado». A
lugar central y estructural. La «expe- pesar de no poderse considerar la teo-
riencia del concilio» marca de modo logía de Joseph Ratzinger como un
profundo su visión teológica. Temas proyecto sistemático –en el sentido
como María, el ministerio, las religio- habitual que tiene este término–, sí
nes o la relación entre la Iglesia y el que lo podemos considerar como un
mundo han de ser vistos «en la conti- desarrollo orgánico, sinfónico y uni-
nuidad de la renovación del único su- tario de su reflexión sobre la fe y la
jeto Iglesia», tal como propuso en su doctrina cristiana. Todo gira en tor-
discurso ante los cardenales –ya como no a los mencionados amor, verdad y
papa– del 22 de diciembre de 2005. belleza encarnados en la Persona de
Su experiencia como pastor –obispo, Jesucristo.
prefecto y sucesor de Pedro– le han
ayudado a detectar la llamada «crisis
del primer posconcilio», a la vez que Pablo Blanco Sarto

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Teología y Vida, Vol. LII (2011), 731-747 741

F. TABORDA. A Igreja e seus ministros - Uma teologia do ministerio ordenado, Pau-


lus, São Paulo 2011, 327 Págs.

Cabe destacar desde el comienzo la como servicio en y para la unidad de


prolijidad de este trabajo de Francis- la Iglesia. Por eso, en adelante el tex-
co Taborda. En el prefacio, el autor to privilegia la expresión «ministerio
parte por confesar sus dificultades ordenado» para referirse a la función
para dar por concluido un escrito y a la que incorpora este sacramento. El
entregarlo a la imprenta. Eso habla acápite 3 de la introducción establece
de una persona rigurosa, prolija, con el proceder metodológico del libro,
una buena cuota de escrúpulos intelec- que a su vez determina el esquema ge-
tuales. Y ello a su vez explica, en gran neral del mismo. La perspectiva global
medida, el resultado: un libro, como está dada por el axioma lex orandi -
he dicho, minucioso, de estructura y lex credendi de Próspero de Aquitania
contenido muy cuidados, que denota (390-455). Ahora bien, para estable-
un arduo trabajo redaccional, además cer correctamente el sentido de esa lex
de mucha lectura y mucha reflexión; orandi como punto de partida es ne-
en suma: un trabajo de largo aliento. cesario considerar su fundamentación
en la Escritura, reforzada a su vez por
Luego de su introducción, el libro
el sensus Ecclesiae expresado en la prác-
consta de tres partes –que abarcan un
tica litúrgica; este basamento escritu-
total de siete capítulos– y tres anexos.
rístico atestiguado por la Tradición
La introducción es ya enjundiosa. universal es, por lo tanto, el contenido
En sus dos primeros acápites aborda de la primera parte. El paso siguiente,
dos cuestiones que serán muy impor- en la segunda parte, consiste en la sis-
tantes para el desarrollo del libro: en tematización de los contenidos funda-
primer lugar (acápite 1), la relación mentales del sacramento a partir de la
Iglesia-ministerios, enfocada desde la aproximación diacrónica precedente.
opción de una clara prioridad lógi- Finalmente, en la tercera parte, a par-
ca y teológica de la primera sobre los tir de todos los elementos anteriores se
segundos; luego, en el acápite 2, una procede a un análisis de los elementos
aproximación crítica al nombre mis- esenciales de la celebración del sacra-
mo del sacramento del Orden (o Qui- mento del Orden y especialmente de
rotonía, del griego keirotonía, gesto de la lex orandi expresada en las plega-
ordenación mediante la imposición de rias de ordenación, para considerar en
manos), señalando las limitaciones que toda su profundidad lo que en ellas se
la noción de ordo puede implicar para dice sobre el significado del sacramen-
una correcta comprensión del mismo to para la vida de la Iglesia.
–sobre todo en la realidad actual–,
De cada una de las partes del li-
pero también reivindicando su capaci-
bro cabe destacar algunos aspectos
dad de referir a una realidad colegial
centrales.
que, además, solo se puede entender

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742 Reseñas

La primera parte («Volta às raí- tal de la imposición de manos es in-


zes») sitúa la práctica ministerial en separable de la ligazón del ordenado
la Iglesia a la luz de la actuación de a una comunidad local concreta, la
Jesús atestiguada en los evangelios. El cual recibe al ministro como un don
tema decisivo aquí es la relación dis- de Dios, a la vez que participa activa-
tante de Jesús y su praxis con respec- mente en el proceso de su elección.
to al sacerdocio israelita, praxis que Por esta perspectiva, en la Iglesia an-
la Iglesia primitiva reconoció con tigua no se admitieron las «ordena-
nitidez y tematizó en el tópico de la ciones absolutas», es decir, aquellas
ministerialidad según el modelo del que no conllevan la destinación del
Siervo de Yahvéh y que luego concre- ordenado a una comunidad o iglesia
tó en la vida de la comunidad como local concreta (cf. canon 6 del Con-
el modelo del buen pastor (capítulo cilio de Calcedonia, citado en la pág.
I). Otra cosa distinta es la reflexión 109). En segundo lugar, Taborda re-
que encontramos en Hebreos y en seña la «concepción cristológico-indi-
Apocalipsis sobre la categoría sacer- vidualista» del ministerio ordenado,
dotal aplicada a Cristo, pero en un que se habría desarrollado a partir de
sentido distinto, esto es, como cul- comienzos del segundo milenio de la
men y superación de todo sacerdocio Iglesia, cuando comenzó a generali-
anterior, a partir de la interpretación zarse, debido a múltiples factores so-
sacrificial y soteriológica de su muer- ciológicos, culturales y teológicos, la
te en la cruz. En este esquema, el práctica de la ordenación absoluta en
cristianismo primitivo entiende que Occidente. Entre estos factores, Ta-
solo hay un sacerdocio verdadero y borda destaca el ascenso y la gradual
eficaz, el de Cristo, y por lo tanto la incorporación de la noción de potestas
categoría misma de «sacerdote» no se al ministerio ordenado, que se explica
aplica a los ministerios en la Iglesia en el contexto de un cristianismo ya
atestiguada en el Nuevo Testamento definitivamente de Cristiandad. De
(capítulo II). aquí surge la distinción, aplicada al
sacramento del Orden y decisiva para
Para cerrar esta primera parte del su desarrollo ulterior, entre «potestad
libro, el Prof. Taborda esboza (en el de orden» y «potestad de jurisdic-
capítulo III) la evolución histórica ción». Esto contribuirá a una fuerte
de la comprensión del ministerio or- privatización del sentido del sacra-
denado, y lo hace identificando tres mento, pues se entenderá que en la
modelos o concepciones: en primer ordenación se recibe específicamente
lugar, la «concepción pneumatológi- la potestad de orden, independiente-
co-eclesial» que predominó en el pri- mente de toda ligazón a una iglesia
mer milenio del cristianismo, y que local. Por cierto, este modelo se refor-
da cuenta de un ministerio centrado zará en el sistema feudal, con la exis-
en la vida y en las necesidades de la tencia de presbíteros vinculados (o
comunidad; aquí el gesto sacramen- simplemente sometidos) a los señores

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Reseñas 743

y, en cambio, independientes de los camente dos tareas: en primer lugar,


obispos. La concepción del ministerio una buena contextualización eclesio-
entendido como potestas trae también lógica del ministerio ordenado, esto
consigo, como es comprensible, una es, su ubicación en la vida de la Igle-
fuerte clericalización de la eclesiolo- sia local concreta, su especificidad, su
gía y otras consecuencias derivadas de vinculación a la sucesión apostólica y
ello. El texto concluye esta parte con una consideración de la vocación al
un análisis más detenido de la signi- ministerio ordenado como «problema
ficación del Concilio de Trento y, en teológico» (capítulo IV). En segundo
menor medida, del Concilio Vaticano lugar, esta parte aborda el tema de la
I para este importante aspecto. Final- diversidad de los ministerios ordena-
mente, Taborda destaca una tercera dos, partiendo por una buena lectura
concepción del ministerio ordenado: de la tríada obispo-presbítero-diáco-
la de la síntesis a la que se encaminó no, para seguir con el tratamiento
el Concilio Vaticano II. Tres aspectos de lo que Taborda llama «situaciones
son aquí destacables: a) la superación anómalas»: la del religioso presbítero
de la dicotomía entre potestas ordinis (no ligado al presbiterio de una deter-
y potestas iurisdictionis, ahora integra- minada Iglesia local) y la de los «obis-
das en el concepto único de sacra po- pos titulares» (con el título de una
testas (LG 10; 18); b) la intepretación diócesis ya inexistente o ubicada en
de esta a partir del triple oficio de en- una región mayoritariamente no cris-
señar-regir-santificar (cf. LG 25-27); tiana, y que en la práctica no ejercen
y c) la visión del ministerio a partir una función pastoral-episcopal direc-
del episcopado, entendido como sa- ta sobre alguna comunidad o iglesia
cramento de la «plenitud del sacerdo- local; capítulo V).
cio», o más bien, como lo ha situado
Finalmente y a partir de todos los
LG 10, como plenitud de la partici-
elementos anteriores, la tercera parte
pación cristiana y eclesial del «único
del libro («Estrutura e elementos es-
sacerdocio de Cristo». En su conjun-
senciais de uma ordenação») aborda
to, estos tres aspectos contribuyen a
lo que constituye su idea-guía, esto es,
arrancar la potestas del ministerio or-
el principio teológico de lex orandi -
denado de su posible aislamiento y en
lex credendi, a través de un análisis
cambio la sitúa en la comunidad ecle-
detenido del rito del sacramento del
sial y para su servicio; para el servicio
Orden o Quirotonía (capítulo VI) y
de la unidad y de la ministerialidad
en especial de las plegarias de ordena-
de la Iglesia en su conjunto.
ción (capítulo VII). Como anexos, el
Estas ideas, precisamente, son libro incluye el texto de la plegaria de
profundizadas en la segunda parte ordenación episcopal del Sacramen-
–de carácter sistemático– del libro, tario Veronense/Gelasiano y de las
titulada «O ministerio uno e a tríada plegarias de ordenación presbiteral y
ministerial». Aquí se abordan bási- diaconal del Sacramentario Veronen-

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744 Reseñas

se, aportando la información sobre la con su director delante de ella. Es un


fundamentación bíblica del conteni- símil que Taborda utiliza para repre-
do de las mismas. sentar la función del ministro orde-
nado en la comunidad eclesial. Este
En su conjunto, el libro es un
símil es explicado en la parte central
análisis minucioso de la teología del
del libro (págs. 157-163). Orquesta
sacramento del Orden en sus fun-
y director se deben a un tercero, el
damentos bíblicos y en su desarro-
autor, y a su música contenida en la
llo histórico. Se trata de una buena
partitura. Esta, para poder ser escu-
descripción diacrónica, pero que no
chada requiere de la orquesta en su
se limita a ello, puesto que se hace
conjunto y de cada uno de sus mú-
desde una determinada perspectiva e
sicos. Y de un modo especial necesita
incluyendo en todo el transcurso una
del director. La orquesta puede tocar,
valoración teológica. En este sentido
de hecho, sin las instrucciones de un
hay que leer las reflexiones finales del
director, solo reproduciendo lo escri-
autor, tras el análisis de las plegarias
to en las partituras, pero lo hará de
de ordenación. El libro ha querido
manera insuficiente. Sin director no
encarnar, como ejercicio propiamen-
hay, propiamente, interpretación de
te teológico, el princio lex orandi - lex
la obra musical, sino solo la suma de
credendi. Pero ahora agrega al axioma
las ejecuciones de cada músico. Por
un tercer elemento: lex agendi, pues-
otro lado, el director sin la orquesta
to que «la liturgia no es solo fuente de
es nada. Incluso más: si falta algún
la doctrina de la fe, no es solo “lugar
músico en particular cuyo rol en la
teológico”; es también “lugar ético”.
sinfonía es de especial importancia
Y el análisis de la lex orandi, de hecho,
(por ejemplo, el ejecutante a cargo de
condujo, entre líneas, a una práctica
un solo), no será posible llevar a cabo
ministerial en la Iglesia que podría y
el concierto.
debería ser renovada, tanto en el ám-
bito de la vivencia personal del minis- Ahora bien, la idea es aplicar esta
terio por aquellos que son ordenados, imagen a la Iglesia, a su relación con
como en el ámbito institucional, en la obra salvadora de Dios y al rol de
la manera de conformar los ministe- los ministerios ordenados, que, como
rios en la Iglesia de hoy (...) Desde el se ha insistido en el mismo libro, no
punto de vista de la lex agendi, en que pueden entenderse sino desde y para
desemboca la lex orandi y la lex cre- la Iglesia, pueblo sacerdotal y minis-
dendi, este libro lanza una interrogan- terial en su conjunto. En el contex-
te sobre la práctica actual en el campo to de la eclesiología de comunión
de los ministerios» (págs. 317s). del Concilio Vaticano II y, además,
en la concreta situación de grandes
Para concluir, un tema que pue-
regiones del mundo en que desde
de quedar resonando en los lectores
hace tiempo escasean las vocaciones
más inquietos. La portada del libro
al ministerio ordenado, con graves
incluye la fotografía de una orquesta

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Reseñas 745

consecuencias para la pastoral y para ciertas formas de codirección de la


la vida de fe, cabe preguntarse con orquesta eclesial, sin cuestionar el mi-
más detenimiento si la pertinencia de nisterio ordenado, pero sí explorando
la metáfora es siempre tan evidente, creativamente nuevas concreciones
como parece suponer este libro. Más posibles (¡y necesarias!) del sacerdocio
bien parece ser el momento de probar común de los fieles.

Fernando Berríos Medel


Septiembre 2011

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746 Reseñas

MIGUEL YAKSIC (2011). Política y Religión. Teología Pública para un mundo


plural, Ediciones Alberto Hurtado, Santiago de Chile1

Una inteligencia teológica de los ava- Yaksic se autoimpone la tarea intelec-


tares contemporáneos de ‘lo público’ tual de explorar porosidades en tales
se las tiene que ver con complejos muros por donde pueda penetrar una
procesos de transformación a nivel forma de racionalidad religiosamente
estructural y semántico de las socie- fecundada. Y lo hace poniendo como
dades modernas. Necesariamente interlocutor el fenómeno que ya We-
tendrá que buscar y plausibilizar una ber anticipó como rasgo ineludible
perspectiva capaz de resistir los emba- de sociedades moderna: el ‘politeísmo
tes de la crítica a la comprensión de lo axiológico’. En sociedades modernas
público al interior de los paradigmas coexisten diversos ‘dioses morales’ con
heredados. Allí donde el pensamiento sus correspondientes visiones de vida
social clásico embebido de la tradi- lograda que interrogan, por las bases
ción ilustrada confía en la capacidad axiológico-normativas, la convivencia
configuradora de mundo de la razón, en la esfera pública. Toma lúcida nota
observa el orden social como un or- de la solución teórica propuesta por
den producido (práxico y no poiético) Rawls en la perspectiva de la tradición
y postula la centralidad del sujeto liberal, que comprende como “la mo-
autónomo y su capacidad de control ralidad pública dominante en la mo-
racional del mundo, el postmodernis- dernidad”. Desde ese presupuesto –por
mo, el neoliberalismo y el sistemismo cierto, discutible con buenas razones–,
luhmanniano, cada uno a su modo, se propone explorar la relación entre fe
impugnan estas presuposiciones ima- cristiana y liberalismo en perspectiva
ginarias, convergiendo en la crítica al de “ofrecer algunos fundamentos mo-
modelamiento racional del mundo, rales y teológicos capaces de sustentar
a la comprensión de lo social como una teología pública para un mundo
un orden producido y a la nostálgica plural”. El autor se muestra percatado
centralidad del sujeto y su concomi- que tal diálogo funge de manera diver-
tante expresión sociológica en una sa lo que se entiende por liberalismo y
teoría de la acción. Para decirlo en por fe cristiana. Respecto del primero
una fórmula, estas tres perspectivas toma la opción de ofrecer al lector una
convergen en la desracionalización, renovada versión del liberalismo que
deshumanización y dessubjetiviza- tome distancia de la neutralidad, el
ción de ‘lo público’, con lo que gene- secularismo y/o formalismo procedi-
ran un espacio cercado por elevados mental-contractual. Para ello nuestro
muros de contención de acechanzas autor recurre a Charles Taylor para, a la
éticas y/o teológicas. luz de su perspectiva liberal, encontrar

1 El libro corresponde al quinto tomo de la Colección Teología de los Tiempos, del


Centro Teológico Manuel Larraín.

Teologia Nº4_2011.indb 746 30-01-12 10:16


Reseñas 747

“nuevos fundamentos morales para la política es el lugar donde las personas


publicidad y plausibilidad de las con- van para exigir reconocimiento de las
tribuciones religiosas en la esfera pú- visiones de mundo desde donde se au-
blica”. Por cierto, con ello el autor no tocomprenden, los cristianos no se ven
pretende hacer teología, sino intentar impelidos a privatizar sus convicciones
identificar un residuo semántico en la religiosas reduciendo su fe a la esfera
esfera pública por donde los creyentes privada. En este sentido, hay que decir
puedan aparecer en el mundo social que Yaksic logra plausibilizar esta tesis
sin estar bajo el imperativo de invisi- de la mano del liberalismo de Taylor.
bilizar sus fundamentos identitarios. El
autor cree encontrar en el liberalismo Sin embargo –como en cualquier obra–
postsecular de Taylor un nuevo ima- quedan cuestiones abiertas de las cuales
ginario político que vendría a ofrecer sería interesante conocer la perspecti-
el buscado residuo semántico. La clave va del autor. Pienso sobre todo en un
la encuentra en la comprensión de la problema central en su planteamien-
sociedad como una “comunidad ética” to: la concepción de la sociedad como
–comprensión que suscitaría la sonrisa una comunidad ética, que le permite
irónica de un teórico como Luhmann distanciarse de una vez del utilitarismo
y sus discípulos–, que fundaría la nece- y del procedimentalismo kantiano. En
sidad de “recuperar una perspectiva es- esta perspectiva la sociedad viene a ser
catológica para la vida humana”. Pero comprendida como la variable depen-
aun concedido eso, queda por aclarar diente resultante de la acción humana
si ello es equivalente a una perspecti- como variable independiente. Ello no
va escatológica para la sociedad. Si la deja de ser problemático para buena
sociedad fuera esa totalidad ética –para parte de los desarrollos teórico-sociales
decirlo con Hegel–, se comprende que contemporáneos que tienden a pensar
en esa comunidad cada ciudadano en la sociedad como un orden emergen-
toma parte de la vida pública desde su te, es decir, que no es resultado directo
propia visión de vida buena, porque la de la acción humana. En este contexto
misma sociedad es comprendida como considero necesario insistir en que una
la realización de tal aspiración. inteligencia teológica de los avatares
contemporáneos de ‘lo público’ se las
Tomando elementos de la Teología Po- tiene que ver con complejos procesos
lítica de Metz, en particular, el carác- de transformación a nivel estructural
ter “irreductiblemente político de la fe y semántico de las sociedades moder-
cristiana”, nuestro autor invita al lector nas –como los referidos al inicio– que
–especialmente, al lector creyente– a desafían la idea antropocéntrica de la
renovar la confianza en que su búsque- sociedad como imagen y semejanza del
da de plenitud fundada en la esperanza hombre.
escatológica encuentra hoy un reno-
vado apoyo surgido desde tradiciones
postseculares, como la de Taylor. Si la Patricio Miranda Rebeco

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Teología y Vida, Vol. LII (2011), 749-752 749

Instrucciones para los colaboradores

La revista Teología y Vida es un órgano propio de la Facultad de Teología de la


Pontificia Universidad Católica de Chile. Como tal, está al servicio de la búsque-
da de una comprensión cada vez más profunda de la Palabra de Dios transmitida
por la Tradición viva de la Iglesia, en comunión con el Magisterio y en el con-
texto de la específica libertad de investigación del teólogo (cf. Donum veritatis,
nnº 6 y 12). Teología y Vida está destinada a la comunidad científica interna-
cional del área teológica, es decir, a un público especializado en teología, en sus
diversas disciplinas. Publica solo artículos inéditos que puedan aportar al debate
teológico actual, o ayudar en la formación de los estudiantes de postgrado. Las
temáticas están abiertas a todos los aspectos relevantes de la ciencia teológica,
pero se favorecerán aquellas que forman parte de las líneas de investigación pro-
pias de nuestra Facultad de Teología. La revista, además, cuenta con una sección
destinada a recensiones de libros y crónicas. Las recensiones están destinadas,
preferentemente, a dar a conocer críticamente la producción teológica nacional y
latinoamericana. Las crónicas buscan documentar acontecimientos de particular
relevancia para nuestra propia Facultad.
Los artículos para la revista TyV deben ser originales, fruto de una investiga-
ción propia, y podrán tener una extensión máxima de 30 páginas, tamaño carta,
a simple espacio, en letra Times New Roman 12, incluyendo las notas y referencias
bibliográficas. El idioma puede ser castellano, inglés, alemán, francés, italiano,
portugués y latín. Las notas irán a pie de página y se ajustarán a las normas para
citación que se indican más abajo. Los autores(as) deberán enviar su colaboración
en papel y en versión electrónica. Junto al artículo se enviará un resumen de entre
6 y 10 líneas; además de 4 a 8 palabras clave. La aceptación de los artículos en-
viados dependerá del arbitraje confidencial de dos especialistas, nombrados por
el Director, los cuales se atendrán a los siguientes criterios: la calidad científica
del trabajo, coherencia con la línea editorial; adecuada extensión del trabajo en

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750 Teología y vida

relación con su contenido, y su calidad formal. La confidencialidad se considera


en ambos sentidos. Los originales publicados en la revista TyV y en Anales son pro-
piedad de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile,
siendo preciso citar su procedencia en cualquier reproducción total o parcial.

Modos de citar: Las referencias bibliográficas se entregarán en las notas a pie de


página. La primera vez que se cite una obra se hará entregando la información
bibliográfica detallada, mientras que las siguientes referencias se harán en un
sistema abreviado. Se presentan a continuación los ejemplos más comunes.
Para un detalle completo de las normas, visítese el sitio web de la Biblioteca
de teología, accesible desde la siguiente dirección del sistema general de bi-
bliotecas: http://sibuc.uc.cl.

Primera cita:
Autor único: J. NOEMI, El mundo creación y promesa de Dios (San Pablo, San-
tiago de Chile 1996), 65.
Una obra publicada en una colección: A. SOGGIN, Il profeta Amos: traduzione
e commento (Studi Biblici 61; Paideia, Brescia 1982), 27.
Una obra citada en una nueva edición: F. RUIZ SALVADOR, Caminos del Espíri-
tu: compendio de teología espiritual (Espiritualidad, Madrid 21978).
Una obra citada por medio de su traducción: K. SCHELKLE, Anunciar el evan-
gelio de Dios: comentario a la carta de los Romanos. Traducido por D. RUIZ
BUENO (Estela 48; Sígueme, Salamanca 1966).
Una obra anónima: C. MARTÍN (ed.), Gran Upanisad del Bosque (Estructuras
y procesos; Trotta, Madrid 2002).
Una contribución a una obra colectiva con dos editores: T. RÖMER, «L’Ancient
Testament est-il monothéiste?», en C. EMERY - P. GISEL (eds.), Le christianisme
est-il un monothéisme?: actes du 3e cycle de théologie systématique des Facultés de
théologie de Suisse romande (Lieux théologiques 36; Labor et Fides, Genève 2001),
72-92, 89.
Artículo de revista: B. VILLEGAS, «En busca de Q. La fuente común de Mt y
Lc», en Teología y Vida 43 (2002), 602-683, 612.
Voz de diccionario u obra similar: A. OLIVAR, «PATRÍSTICA», en J. J. TAMAYO
(dir.), Nuevo diccionario de teología (Estructuras y procesos; Trotta, Madrid
2005), 695-706, 695.

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Instrucciones para los colaboradores 751

Obras ya citadas:
J. NOEMI, El mundo creación y promesa de Dios, 65-78.
A. KIRK - T. THATCHER, Memory, Tradition and Text, 52.
Tres o más autores: A. MEIS y otros, El dinamismo del encuentro entre Dios y
el hombre en los comentarios al Cantar de los Cantares de Orígenes, Gregorio de
Nisa y Juan de la Cruz, 95.
Gran Upanisad del Bosque, 235.
De parte de obras (artículos en revistas, partes de un libro, voz de diccionario
o similares):
T. RÖMER, «L’Ancient Testament est-il monothéiste ?», 72.
B. VILLEGAS, «En busca de Q. La fuente común de Mt y Lc», 678.
A. OLIVAR, «Patrística», 696.
Los libros bíblicos deben citarse según la Biblia de Jerusalén, los diccionarios
y las revistas más conocidas pueden referirse con las abreviaturas vigentes:
LThK, TRE, DSp, etc. Se sugiere seguir la normativa de S. Schwertner, Inter-
nationales Abkürzungsverzeichnis für Theologie und Grenzgebiete: Zeitschriften,
Serien, Lexika, Quellenwerke mit bibliographischen Angaben, Walter de Gru-
yter, Berlin - New York 1992.

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