Manual de Oraciones A San Jose

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 26

Manual de oraciones a san José

Acto de consagración a san José

Oh Glorioso José, Dignísimo Esposo de la Madre de Dios, Padre


putativo del Verbo Encarnado, protector fiel de las almas que recurren
a Vos, A quien El Padre Eterno se digno Confiar a Jesús y a María, Oh
incomparable Santo Digno entre todos los Santos, de ser venerado,
amado, invocado por la excelencia de vuestras virtudes, la eminencia de
vuestra gloria y el poder de vuestra intercesión.
Yo indigno de ser vuestro siervo, pero atraído por vuestra bondad,
VENGO A CONSAGRARME, enteramente a Vos y para siempre.
En presencia pues: De la Augusta Trinidad, de Jesús Vuestro Hijo, De
María Vuestra Esposa y mi tierna Madre, en presencia de toda la corte
celestial os consagro: MI ALMA, MI CORAZON, MI CUERPO Y
SENTIDOS, MIS ACCIONES Y MI VIDA TODA ENTERA.
Yo os elijo por MI DUEÑO, MI PROTECTOR Y MI GUIA, en vuestras
manos pongo mis penas, trabajos y ocupaciones, todos los momentos
de mi vida y sobre todo aquel del cual depende Mi Eternidad.
Recibidme por vuestro Siervo, Oh Santo Patriarca, aceptadme por
esclavo vuestro y ejerced en mi toda Vuestra Autoridad: SED LA
FUERZA QUE SOSTENGA MI FLAQUEZA, EL CONSUELO QUE
CALMA TODAS MIS AFLICCIONES, SED MI ESPERANZA Y MI
REFUGIO EN TODAS MIS NECESIDADES Y MI APOYO EN TODOS
LOS SINSABORES DE LA VIDA. ASISTIDME ESPECIALMENTE EN
LA HORA DE MI MUERTE Y hacedme digno de entrar en la Patria de
los Justos. Amen
PARA EL 19 DE CADA MES / EN HONOR A SAN JOSE.

Glorioso Patriarca Señor San José, esposo legitimo de la Mejor Madre y


llamado padre de su Soberano Hijo ; Yo te doy los plácemes de tu
Soberana Dignidad y me gozo de tus excelencias , bendiciendo y
alabando Al Señor que te las concedió , y se recrea en la eminentísima
con que enriqueció a tu bendita alma , y aunque yo no merezco que tu
grandeza me oiga , más invocándote mi devoción y reconociéndote mi
afecto , en este día consagrado a tu veneración , protector mío espero
que me miréis compasivo y me favorezca tu dignación .
En esta confianza Santo mío te ofrezco mi alma, para que por el espacio
de este mes cuides de ella, librándola de todo pecado; y si me
aconteciere morir en el intermedio le asistas en aquel trance para el
cual te requiero desde ahora como a patrón mío, que no has de permitir
se pierda quien puso en ti sus esperanzas. Te encomiendo mi cuerpo y
mi casa, para desterrando de sus cercanías al demonio, a las pestes, a
los rayos, a los incendios y desgracias, me asegures el consuelo que
necesito en esta vida.
Te encomiendo mis bienes temporales y mi honra, para que mirando
por todo cuanto puede tocarme, todo lo dirija tu providencia al mayor
obsequio de la Divina Majestad. Finalmente te encomiendo la Santa
Iglesia Católica , esta Republica y esta ciudad para que haciendo sus
causas las de Dios consigan tu valimiento , que nuestra Santa Fe se
aumente , que florezca la paz y reine la caridad en todos los cristianos ,
especialmente en los que son devotos tuyos a quienes te ruego ampares
mientras peregrinan mientras peregrinan en el mundo y hallándose
después en el purgatorio les libres de sus penas para que te acompañen
en el cielo y engrandeciendo ahí tu patrocinio den a Dios las gracias ,
por todos los siglos de los siglos . Amén
CORONA EN HONOR A SAN JOSE
Oh José Santísimo, Padre y Señor Mio: Yo ________ __________
Postrado a vuestros pies, me ofrezco y constituyo esclavo vuestro, como
lo soy de Jesús Sacramentado y de María Santísima concebida sin
culpa original en el primer instante de su Ser , para que así tenga
siempre en mi corazón a todos tres Señores JESUS, MARIA Y JOSE ; y
en señal de esta esclavitud os pagaré Dulcísimo Padre Señor Mío , el
tributo diario rezando los siete dolores y siete gozos que tuvisteis en
compañía de Tú Amada Esposa .
Suplicoos, piadosísimo Padre me miréis con ojos de misericordia y
recibáis en el número de vuestros dichosos esclavos , y por vuestras
santísimas penas , me libréis de las que se me pueden ofrecer en este
valle de lagrimas y por vuestros santísimos gozos alcancéis a mi alma el
gozo de una buena conciencia , santa vida y dichosa muerte , en la cual
por vuestra intercesión , goce yo , Santísimo Padre Mío de los favores y
asistencias de JESUS , MARIA Y JOSE para que con tal compañía
consolado y perdonadas mis culpas , vaya a verla , gozarla y alabarla
eternamente en el cielo .

Rezamos: PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA.


Luego:
Yo os saludo esposo Inmaculado de María, Os saludo guardián fiel de
su integridad Virginal, os saludo Felicísimo Jefe de la Santa Familia,
Salve Esposo de la Madre de Dios, Salve Padre de mi Jesús, José
admirable, José muy amable. amén
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor
Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Acto de contrición: ¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre


verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois,
Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de
todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis
castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina
gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la
penitencia que me fuere impuesta. Amén.

Ofrecimiento
Glorioso Patriarca San José, eficaz consuelo de los afligidos y seguro
refugio de los moribundos; dignaos aceptar el obsequio de este
Ejercicio que voy a rezar en memoria de vuestros siete dolores y
gozos. Y así como en vuestra feliz muerte, Jesucristo y su Madre
María os asistieron y consolaron tan amorosamente, así también Vos,
asistidme en aquel trance, para que, no faltando yo a la fe, a la
esperanza y a la caridad, me haga digno, por los méritos de la sangre
de Nuestro Señor Jesucristo y vuestro patrocinio, de la consecución de
la vida eterna, y por tanto de vuestra compañía en el Cielo,

Amén.
Primer dolor y gozo
Esposo de María, glorioso San José, ¡qué aflicción y angustia la de
vuestro corazón en la perplejidad en que estabais sin saber si debíais
abandonar o no a vuestra esposa! ¡Pero cuál no fue también vuestra
alegría cuando el ángel os reveló el gran misterio de la Encarnación!
Por este dolor y este gozo os pedimos consoléis nuestro corazón
ahora y en nuestros últimos dolores, con la alegría de una vida justa y
de una santa muerte, semejante a la vuestra asistidos de Jesús y de
María.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Segundo dolor y gozo


Bienaventurado patriarca glorioso S. José, escogido para ser padre
adoptivo del Hijo de Dios hecho hombre, el dolor que sentisteis viendo
nacer al Niño Jesús en tan gran pobreza, se cambió de pronto en
alegría celestial al oír el armonioso concierto de los ángeles y al
contemplar las maravillas de aquella noche tan resplandeciente.
Por este dolor y gozo alcanzadnos que después del camino de esta
vida vayamos a escuchar las alabanzas de los ángeles y a gozar de la
gloria celestial.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Tercer dolor y gozo


Ejecutor obediente de las leyes divinas, glorioso San José, la sangre
preciosísima que el Redentor Niño derramó en su circuncisión os
traspasó el corazón, pero el nombre de Jesús que entonces se le
impuso, os confortó llenándoos de alegría,
Por este dolor y por este gozo alcanzadnos el vivir alejados de todo
pecado, a fin de expirar gozosos con el nombre de Jesús en el
corazón y en los labios,
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Cuarto dolor y gozo
Santo fiel, que tuvisteis parte en los misterios de nuestra redención,
glorioso San José, aunque la profecía de Simeón acerca de los
sufrimientos que debían pasar Jesús y María, os causó dolor, sin
embargo, os llenó también de alegría, anunciándoos al mismo tiempo
la salvación y resurrección gloriosa que de ahí se seguiría para un
gran número de almas.
Por este dolor y por este gozo, conseguidnos ser del número de los
que por los méritos de Jesús y por la intercesión de la Virgen María
han de resucitar gloriosamente.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria,

Quinto dolor y gozo


Custodio vigilante del Hijo de Dios hecho hombre, glorioso San José,
¡cuánto sufristeis teniendo que alimentar y servir al Hijo de Dios,
particularmente en vuestra huida a Egipto!, ¡pero cuán grande fue
vuestra alegría teniendo siempre con vos al mismo Dios y viendo
derribados los ídolos de Egipto.
Por este dolor y por este gozo, alcanzadnos alejar para siempre de
nosotros al demonio, sobre todo huyendo de las ocasiones peligrosas,
y derribar de nuestro corazón todo ídolo de afecto terreno, para que
ocupados en servir a Jesús y María, vivamos tan sólo para ellos y
muramos gozosos en su amor.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria,
Sexto dolor y gozo
Ángel de la tierra, glorioso San José, que pudisteis admirar al Rey de
los cielos, sometido a vuestros más mínimos mandatos, aunque la
alegría al traerle de Egipto se turbó por temor a Arquelao, sin
embargo, tranquilizado luego por el Ángel vivisteis dichoso en Nazaret
con Jesús y María.
Por este dolor y gozo, alcanzadnos la gracia de desterrar de nuestro
corazón todo temor nocivo, de poseer la paz de la conciencia, de vivir
seguros con Jesús y María y de morir también asistidos de ellos.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria,

Séptimo dolor y gozo


Modelo de toda santidad, glorioso San José, que habiendo perdido sin
culpa vuestra al Niño Jesús, le buscasteis durante tres días con
profundo dolor, hasta que lleno de gozo, le encontrasteis en el templo,
en medio de los doctores.
Por este dolor y este gozo, os suplicamos con palabras salidas del
corazón, intercedáis en nuestro favor para que no nos suceda jamás
perder a Jesús por algún pecado grave. Mas si por desgracia le
perdemos, haced que le busquemos con tal dolor que no nos deje
reposar hasta encontrarle favorable, sobre todo en nuestra muerte, a
fin de ir a gozarle en el cielo y a cantar eternamente con Vos sus
divinas misericordias.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Antífona
Jesús mismo era tenido por hijo de José, cuando empezaba a tener
como unos treinta años. Rogad por nosotros, San José, para que
seamos dignos de las promesas de Cristo.
Oración Final
Oh Dios, que con inefable providencia, os dignasteis elegir al
bienaventurado José por esposo de vuestra Santísima Madre, os
rogamos nos concedáis tener como intercesor en los cielos al que en
la tierra veneramos como protector. Vos que vivís y reináis por los
siglos de los siglos. Amén.

Letanía a San José


Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad. Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo escúchanos, Cristo escúchanos,
Dios Padre Celestial. Ten piedad de nosotros.
Dios Hijo Redentor del mundo. Ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo. Ten piedad de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios. Ten piedad de nosotros.
Santa María. Ruega por nosotros.
San José, Ruega por nosotros.
Ínclito descendiente de David, Ruega por nosotros.
Lumbrera de los Patriarcas, Ruega por nosotros.
Esposo de la Madre de Dios, Ruega por nosotros.
Custodio casto de la Virgen, Ruega por nosotros.
Padre nutricio del Hijo de Dios, Ruega por nosotros.
Solícito defensor de Cristo, Ruega por nosotros.
Jefe de la Sagrada Familia, Ruega por nosotros.
José justísimo, Ruega por nosotros.
José castísimo, Ruega por nosotros.
José prudentísimo, Ruega por nosotros.
José fortísimo, Ruega por nosotros.
José obedientísimo, Ruega por nosotros.
José fidelísimo, Ruega por nosotros.
Espejo de paciencia, Ruega por nosotros.
Amador de la pobreza, Ruega por nosotros.
Modelo de los obreros, Ruega por nosotros.
Honra de la vida doméstica, Ruega por nosotros.
Custodio de Vírgenes, Ruega por nosotros.
Amparo de las familias, Ruega por nosotros.
Consuelo de los desgraciados, Ruega por nosotros.
Esperanza de los enfermos, Ruega por nosotros.
Abogado de los moribundos, Ruega por nosotros.
Terror de los demonios, Ruega por nosotros.
Protector de la Santa Iglesia, Ruega por nosotros.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. Perdónanos,
Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. Escúchanos,
Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. Ten misericordia
de nosotros.
Le constituyó señor de su casa, y jefe de todo cuanto poseía.

Oremos: Oh Dios, que con inefable providencia te dignaste elegir a


San José para esposo de tu Madre Santísima: te rogamos nos
concedas que, pues le veneramos como protector en la tierra,
merezcamos tenerle por intercesor en el Cielo. Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos. Amén.

Invocación: San José, haz que vivamos una vida inocente, asegurada
siempre bajo tu patrocinio. Amén

Oremos :
San José, guardián de Jesús y casto esposo de María: tú empleaste
toda tu vida en el perfecto cumplimiento de tu deber. Tú mantuviste a
la Sagrada Familia de Nazaret con el trabajo de tus manos. Protege
bondadosamente a los que se vuelven confiadamente a ti. Tú conoces
sus aspiraciones y sus esperanzas. Ellos se dirigen a ti porque saben
que tú los comprendes y proteges. Tú también supiste de pruebas,
cansancio y trabajo. Pero, aun dentro de las preocupaciones
materiales de la vida, tu alma estaba llena de profunda paz y cantó
llena de verdadera alegría debido al íntimo trato que gozaste con el
Hijo de Dios que te fue confiado a ti, a la vez que, a María, su tierna
Madre. Amén.
A ti, oh Bienaventurado José”

A ti, bienaventurado san José, acudimos en nuestra tribulación, y


después de implorar el auxilio de tu santísima esposa, solicitamos
también confiadamente tu patrocinio.
Con aquella caridad que te tuvo unido con la Inmaculada Virgen María,
Madre de Dios, y por el paterno amor con que abrazaste al Niño
Jesús, humildemente te suplicamos que vuelvas benigno los ojos a la
herencia que con su Sangre adquirió Jesucristo, y con tu poder y
auxilio socorras nuestras necesidades. Protege, oh providentísimo
Custodio de la divina Familia, la escogida descendencia de Jesucristo;
aleja de nosotros, oh padre amantísimo, este flagelo de errores y
vicios.
Asístenos propicio desde el cielo, en esta lucha contra el poder de las
tinieblas; y como en otro tiempo libraste de la muerte la vida
amenazada del Niño Jesús, así ahora defiende a la santa Iglesia de
Dios de las hostiles insidias y de toda adversidad.
Y a cada uno de nosotros protégenos con tu constante patrocinio, para
que, a ejemplo tuyo, y sostenidos por tu auxilio, podamos vivir y morir
santamente y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza. Amén

 Oración que habitualmente reza el papa Francisco (lo relata


en Patris corde)
«Glorioso patriarca san José, cuyo poder sabe hacer posibles las
cosas imposibles, ven en mi ayuda en estos momentos de angustia y
dificultad. Toma bajo tu protección las situaciones tan graves y difíciles
que te confío, para que tengan una buena solución. Mi amado Padre,
toda mi confianza está puesta en ti. Que no se diga que te haya
invocado en vano y, como puedes hacer todo con Jesús y María,
muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder. Amén».
Oh José! que los coros celestiales celebren tus grandezas, / que los
cantos de todos los cristianos hagan resonar sus alabanzas. / Glorioso
ya por tus méritos, te uniste por una casta alianza / a la Augusta
Virgen. Cuando, dominado por la duda y la ansiedad, / te asombras
del estado en que se halla tu esposa / un Ángel viene a decirte que el
Hijo que Ella ha concebido / es del Espíritu Santo.

El Señor ha nacido, y le estrechas en tus brazos; / partes con El hacia


las lejanas playas de Egipto; / después de haberle perdido en
Jerusalén, le encuentras de nuevo; así tus gozos van mezclados con
lágrimas.

Otros son glorificados después de una santa muerte, / y los que han
merecido la palma son recibidos en el seno de la gloria; pero tú, por un
admirable destino, semejante a los Santos, y aún más dichoso, /
disfrutas ya en esta vida de la presencia de Dios.

¡Oh Trinidad Soberana! oye nuestras preces, concédenos el perdón; /


que los méritos de José nos ayuden a subir al cielo, para que nos sea
dado cantar para siempre el cántico de acción de gracias y de
felicidad. Amén.

Oremos :

Nos dirigimos a ti, Oh bendito San José, nuestro protector en la tierra,


como quien conoce el valor del trabajo y la respuesta a nuestro
llamado. A través de tu Santa Esposa, la Inmaculada Virgen Madre de
Dios, y sabiendo el amor paternal que tuviste a nuestro Señor Jesús,
te pedimos nos asistas en nuestras necesidades y fortalezcas en
nuestros trabajos.

Por la promesa de realizar dignamente nuestras tareas diarias,


líbranos de caer en el pecado, de la avaricia, de un corazón corrupto.
Se tú el solícito guardián de nuestro trabajo, nuestro defensor y
fortaleza contra la injusticia y el error.

Seguimos tu ejemplo y buscamos tu auxilio. Socórrenos en todos


nuestros esfuerzos, para así poder obtener contigo el descanso eterno
en el Cielo. Amén.

Oremos:
Salve, custodio del Redentor y esposo de la Virgen María. A ti Dios
confió a su Hijo, en ti María depositó su confianza, contigo Cristo se
forjó como hombre. Oh, bienaventurado José, muéstrate padre
también a nosotros y guíanos en el camino de la vida. Concédenos
gracia, misericordia y valentía, y defiéndenos de todo mal. Amén.

VISITA A SAN JOSÉ


¡Oh castísimo esposo de la Virgen María, mi amantísimo protector San
José! Todo el que implora vuestra protección experimenta vuestro
consuelo. Sed, pues, Vos mi amparo y mi guía. Pedid al Señor por mí;
libradme del pecado, socorredme en las tentaciones y apartadme del
mal y del pecado. Consoladme en las enfermedades y aflicciones.
Sean mis pensamientos, palabras y obras fiel trasunto de cuanto os
pueda ser acepto y agradable para merecer dignamente vuestro
amparo en la vida y en la hora de la muerte. Amén.

Jaculatoria. -¡Oh glorioso San José! Haced que sea constante en el


bien; corregid mis faltas y alcanzadme el perdón de mis pecados.

ORACIÓN A SAN JOSÉ


San José, casto esposo de la Virgen María intercede para obtenerme
el don de la pureza.
Tú que, a pesar de tus inseguridades personales supiste aceptar
dócilmente el Plan de Dios tan pronto supiste de él, ayúdame a tener
esa misma actitud para responder siempre y en todo lugar, a lo que el
Señor me pida.
Varón prudente que no te apegas a las seguridades humanas, sino
que siempre estuviste abierto a responder a lo inesperado obtenme el
auxilio del Divino Espíritu para que viva yo también en prudente
desasimiento de las seguridades terrenales.
Modelo de celo, de trabajo constante, de fidelidad silenciosa, de
paternal solicitud, obtenme esas bendiciones, para que pueda crecer
cada día más en ellas y así asemejarme día a día al modelo de la
plena humanidad: EL SEÑOR JESÚS.

Dios te salve, José, imagen de Dios Padre.


Dios te salve, José, Padre del Hijo de Dios.
Dios te salve, José, santuario del Espíritu Santo.
Dios te salve, José, amado de la Santísima Trinidad.
Dios te salve, José, coadjutor fidelísimo del gran consejo de Dios.
Dios te salve, José, dignísimo Esposo de una Madre Virgen.
Dios te salve, José, Padre de todos los fieles.
Dios te salve, José, custodio de las santas vírgenes.
Dios te salve, José, exacto observador del silencio.
Dios te salve, José, amantísimo de la pobreza.
Dios te salve, José, modelo de dulzura y de paciencia.
Dios te salve, José, espejo de humildad y de obediencia.
Bendito tú eres entre todos los hombres.
Y benditos sean tus ojos, que vieron lo que han visto.
Y benditos sean tus oídos, que oyeron lo que han oído.
Y benditas sean tus manos, que tocaron al Verbo encarnado.
Y benditos sean tus brazos, que cargaron a Aquel que lleva todas las
cosas.
Y bendito sea tu pecho, sobre el cual el Hijo de Dios descansó
dulcemente.
Y bendito sea tu Corazón inflamado de ardor ardentísimo.
Y bendito sea el Padre eterno que te ha elegido.
Y bendito sea el Hijo que te amo.
Y bendito sea el Espíritu Santo que te santificó.
Y bendita sea María tu Esposa, la cual te ha amado como Esposo y
Hermano.
Y bendito sea el Ángel que te custodiaba.
Y benditos sean eternamente todos los que te bendicen y te aman.

Oh sacratísimo Corazón de Jesús, oh santísimo Corazón de María, oh


purísimo Corazón de San José, ayudadme a siempre hacer y padecer
en todo momento lo que Dios quiere, en el modo que Dios quiere, y
únicamente porque Dios lo quiere. Amén.

CORONA A SAN JOSE


Primer Misterio
 
Cuenta Grande:
El anuncio del Ángel de que lo concebido en María es obra
del Espíritu Santo.
 
Cuentas pequeñas:
San José, custodio y protector de los corazones unidos y
traspasados de Jesús y María. Inflamad mi corazón para que
en él solo reine, mi Dios, Jesús, como reino en vuestro Santo
Corazón. (repetir 7 veces en honor a los 7 dolores y 7 gozos
de San José)
 
En vez de Gloria:
Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.
 
 
 Segundo Misterio
 
 Cuenta Grande:
 La búsqueda de posada en Belén.
 
Cuentas pequeñas (7):
San José, custodio y protector de los corazones unidos y
traspasados de Jesús y María. Inflamad mi corazón para que
en él solo reine, mi Dios, Jesús, como reino en vuestro Santo
Corazón.
 
En vez de Gloria:
Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.
 
 
 
 Tercer Misterio
 
 Cuenta Grande:
 El nacimiento del Niño Jesús en Belén.
 
Cuentas pequeñas (7):
San José, custodio y protector de los corazones unidos y
traspasados de Jesús y María. Inflamad mi corazón para que
en él solo reine, mi Dios, Jesús, como reino en vuestro Santo
Corazón.
 
En vez de Gloria:
Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.
 
  
Cuarto Misterio
 
 Cuenta Grande:
 La presentación del Niño Jesús en el templo ofreciendo un
par de tórtolas o dos palomas.
 
Cuentas pequeñas (7):
San José, custodio y protector de los corazones unidos y
traspasados de Jesús y María. Inflamad mi corazón para que
en él solo reine, mi Dios, Jesús, como reino en vuestro Santo
Corazón.
 
En vez de Gloria:
Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.
 
 
 

Quinto Misterio
 
 Cuenta Grande:
 La huida a Egipto con Jesús y con María.
 
Cuentas pequeñas (7):
San José, custodio y protector de los corazones unidos y traspasados
de Jesús y María. Inflamad mi corazón para que en él solo reine, mi
Dios, Jesús, como reino en vuestro Santo Corazón.
 
En vez de Gloria:
Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.
 
 
 
Sexto Misterio
 
 Cuenta Grande:
 El regreso de la Sagrada familia a Nazareth.
 
Cuentas pequeñas (7):
San José, custodio y protector de los corazones unidos y
traspasados de Jesús y María. Inflamad mi corazón para que
en él solo reine, mi Dios, Jesús, como reino en vuestro Santo
Corazón.
 
En vez de Gloria:
Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.
 
 
 
Séptimo Misterio
 
 Cuenta Grande:
 La pérdida y hallazgo del Niño Jesús en el templo.
 
Cuentas pequeñas (7):
San José, custodio y protector de los corazones unidos y
traspasados de Jesús y María. Inflamad mi corazón para que
en él solo reine, mi Dios, Jesús, como reino en vuestro Santo
Corazón.
 
En vez de Gloria:
Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.
 
  
Octavo Misterio
 
 Cuenta Grande:
 La gloriosa muerte de San José en brazos de Jesús y María.
 
Cuentas pequeñas (7):
San José, custodio y protector de los corazones unidos y
traspasados de Jesús y María. Inflamad mi corazón para que
en él solo reine, mi Dios, Jesús, como reino en vuestro Santo
Corazón.
 
En vez de Gloria:
Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.
 
 
Al final del Rosario, repetir 3 veces
 
 San José, modelo y Patrono de los amantes del Sagrado
Corazón de Jesús. Ruega por nosotros.

San José, protector de las familias


«Glorioso San José, protector, modelo y guía de las familias
cristianas: Te ruego protejas a la mía. Haz reinar en ella el
espíritu de fe y de religión, la fidelidad a los mandamientos de
Dios y de la Iglesia, la paz y la unión de los hijos, el
desprendimiento de los bienes temporales y el amor a los
asuntos del cielo.
Dígnate velar sobre todos nuestros intereses. Ruega al Señor
que bendiga nuestra casa. Otorga la paz a la familia, acierto a
los hijos en la elección de estado. Concede a todos los
miembros de nuestra familia y de todas las familias de la
tierra, la gracia de vivir y morir en el amor de Jesús y de
María. Amén «.

Oración a San José para pedir la pureza


«San José, mi padre y señor, tú que fuiste guardián fiel del
Hijo de Dios y de su Santísima Madre, la Virgen María,
alcánzame del Señor la gracia de un espíritu recto y de un
corazón puro y casto para servir siempre mejor a Jesús y a
María. Amén «.

Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y


Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las
almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado
Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la
lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en
nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo
mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3
veces).

OREMOS :
¡Oh Glorioso San José! por vuestra profunda humildad, por
vuestra mansedumbre inalterable, por vuestra paciencia
invencible, por vuestra pureza angelical y por la perfecta
fidelidad que os hizo puntual imitador de las virtudes de Jesús
y de María, os pido me consoléis en todas mis penas, me
dirijáis en todas mis dudas, me defendáis en todas las
tentaciones, me libréis de todos los peligros espirituales y
materiales; extended vuestro brazo contra todos mis
enemigos visibles e invisibles, rompiendo y desbaratando
todos los lazos y celadas que tiendan y armen contra mí.
Amén.

“Dios te salve, José, lleno de la gracia divina. Entre tus brazos


descansó El Salvador y ante tus ojos creció. Bendito eres
entre todos los hombres, y bendito es Jesús, el hijo divino de
tu Virginal Esposa. San José, padre adoptivo de Jesús,
ayúdanos en nuestras necesidades familiares, de salud y de
trabajo,
hasta el fin de nuestros días, y socórrenos a la hora de
nuestra muerte. Amén”.

¡Dios te salve, oh José, esposo de María, lleno de gracia!


Jesús y su Madre están contigo: bendito tú eres entre todos
los hombres y bendito es Jesús, el Hijo de María. San José,
ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén.
PADRE Y SEÑOR NUESTRO

Tú, Señor, verdadero doctor y dador,


que eres Creador y Redentor, concesor y defensor, abogado y Juez
Terrible y clemente, que das vista a la mente de los ciegos,
que posibilitas a los débiles para hacer lo que ordenas; que tan
piadoso eres para quienes te dirigen asiduamente sus peticiones,
y tan liberal que no permites que nadie desespere, perdona todos mis
pecados y todos mis errores, y que tu bondad gratuita, buen Jesús,
me conduzca a esa contemplación deseable donde ya no pueda errar.

Tú que eres conocedor de lo que está oculto, bien conoces en cuántas


faltas he caído. Tú conoces cuán mísera y proclive es mi debilidad,
y cuán incesantemente la aflige y presiona el enemigo.

Tú, oh Cristo Dios, batallador fortísimo y campeón siempre


victoriosísimo, mira este combate desigual,
donde clama a la gloria de Tu divina majestad
la debilidad de los mortales.

Si el león rugiente superara a la débil oveja, si el espíritu violentísimo


venciera a la débil carne, y si al menos la domina, permitiéndolo tu
justo juicio, en el tiempo de padecer, no permitas que seamos
devorados por sus insaciables fauces.

Haz, ¡oh amador del género humano!,


que se entristezca por la alegría humana
aquel que se exulta por atacarnos.

Amén.
ANTE LA CRUZ:

Señor, tu cruz es el ejemplo perfecto de amor sacrificado. Es


la forma de amor más pura y más elevada jamás conocida.
Ayúdame a entender este amor y aceptarlo en mi corazón. Y
mientras acepto Tu perfecto Sacrificio de Amor, ayúdame a
vivir ese amor en todo lo que hago y en todo lo que soy.
Jesús, creo en ti.

Oración para agonizar a Jesús en Getsemaní

Oh Jesús, que en exceso de tu amor y para vencer la dureza


de nuestros corazones, da muchas gracias a quienes meditan
y propagan la devoción de tus SS. Pasión de Getsemaní, te
ruego que quieras tener mi corazón y mi alma para pensar a
menudo en tu agonía muy amarga en el jardín, para
simpatizar y unirte a ti lo más posible. Jesús, que soportó el
peso de todas nuestras faltas esa noche y las pagó por
completo, dame el gran regalo de la contrición perfecta por
mis numerosas faltas que te hicieron sudar sangre. Bendito
Jesús, por tu fuerte lucha de Getsemaní, dame la posibilidad
de lograr una victoria completa y definitiva en las tentaciones
y especialmente en la que estoy más sujeto. Oh Jesús
apasionado, por las ansiedades, los miedos y los dolores
desconocidos pero intensos que sufriste la noche en que te
traicionaron, dame una gran luz para hacer tu voluntad y
hazme pensar y repensar el enorme esfuerzo y la
impresionante lucha que victoriosamente alegaste no hacer la
tuya sino la voluntad del Padre. Bendito seas, Jesús, por la
agonía y las lágrimas que derramaste en la noche más santa.
Sé bendecido, oh Jesús, por el sudor de sangre que tuviste y
por las ansiedades mortales que experimentaste en la
soledad más escalofriante que el hombre pueda concebir.
Bendito seas, Jesús, muy dulce pero inmensamente amargo,
por la oración más humana y más divina que brotó de tu
agonizante Corazón en la noche de la ingratitud y la traición.
Padre Eterno, te ofrezco todas las Santas Misas pasadas,
presentes y futuras unidas con Jesús en agonía en el Jardín
de los Olivos. Santísima Trinidad, deja que el conocimiento y
el amor al Espíritu Santo se extiendan por todo el mundo.
Pasión de Getsemaní: Haz, oh Jesús, que todos los que te
aman, viéndote crucificado, también recuerden tus dolores sin
precedentes en el Jardín y, siguiendo tu ejemplo, aprendan a
orar bien, luchar y ganar para poder glorificarte eternamente
en el cielo. Que así sea.

Yahveh, Dios mío, que mi plegaria llegue hasta Ti,


escucha nuestro grito pidiendo misericordia y ayuda,
perdona a los que no tienen fe en Ti, Dios mío, ni
tampoco confianza en Tu poder para salvarnos; no
extingas las luces de nuestros días, haciendo con ello
que la tierra se marchite en un instante; antes bien, por
Tu Compasión Paternal ten piedad de nosotros y
perdónanos; no permitas que el maligno derrame
nuestra sangre como agua; perdona nuestra culpa,
reprime Tu ira acordándote de nuestra flaqueza;
contén a Tus ángeles del desastre, dándonos una
oportunidad más de probar que somos dignos de Tu
Bondad; pongo mi confianza en Ti;
Amén”

Con qué alegría recibiré entonces esta oración; ¡esta oración


que Me hará ceder! hija, bendeciré a todos aquellos que
digan sinceramente esta oración”

Padre Tierno, no descargues tu ira sobre esta generación, no


sea que perezca por completo. No dejes caer sobre Tu
rebaño la aflicción y la angustia, porque las aguas se secarán
y la naturaleza se marchitará. Todo sucumbirá ante tu ira sin
dejar huella tras de sí.

¡El ardor de Tu Aliento inflamará la tierra transformándola en


un yermo! Desde el horizonte se verá una estrella. La noche
sufrirá estragos y las cenizas caerán como la nieve en
invierno, cubriendo a Tu pueblo como fantasmas

Ten Piedad de nosotros, Dios, y no nos evalúes duramente.


¡Acuérdate de los corazones que se regocijan en Ti y Tú en
ellos!¡Acuérdate de tus fieles y no dejes que Tu Mano caiga
con fuerza sobre nosotros! Antes bien, en Tu Misericordia,
levántanos e implanta Tus preceptos en cada corazón.
Amén.

SEÑOR:

Señor, me has soportado todos estos años con mis pecados,


pero a pesar de ello has tenido compasión de mí.
Me he descarriado en todos los aspectos,
pero ahora no quiero pecar más. Te he agraviado y he sido
injusto. Ya no lo seré nunca más.
Renuncio al pecado, renuncio al Demonio,
renuncio a la iniquidad que ensucia mi alma.
Libera mi alma de todo lo que es contrario a Tu santidad.
Te suplico, Señor, que me salves de todo mal.
Ven ahora, Jesús. Ven ahora a habitar en mi corazón.
Perdóname, Señor, y permíteme descansar en Ti. Porque Tú
eres mi Escudo, mi Redentor y mi Luz, y en Ti confío.
Desde hoy, Señor, Te bendeciré en todo momento.
Repudio el mal y a todos los demás dioses e ídolos, porque
Tú eres el Altísimo sobre el mundo entero, trascendiendo de
lejos a todos los demás dioses.
Con Tu poderoso brazo, sálvame de la mala salud, sálvame
de estar cautivo, sálvame de los conflictos y derrota a mi
enemigo el Demonio.
¡Ven pronto en mi ayuda, oh Salvador!
Amén.

Mensaje del 13 de diciembre de 2020


“Convoca a la gente y diles: sin arrepentimiento y verdad en
su oración, este mal durará mucho más de lo que ustedes
piensan; vuélvanse a Mí, su Dios y arrepiéntanse; una
oración sincera y universal me llegará a Mí, su Dios; el ayuno
puede arrojar demonios; cualquier sacrificio es aceptable a
Mí; desháganse de su espíritu de letargo y renuncien a sus
malas acciones y hagan la paz conmigo, su Dios; déjenme
escuchar: “Señor, ten piedad de mí, pecador”, y Yo mostraré
compasión y derramaré bendiciones sobre todos ustedes;
vengan, no teman, Yo estoy escuchando

También podría gustarte