Analisis Vision Geopolitica de Chavez

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Hugo Chávez Frías sabía que era necesaria una geopolítica mundial que contrarrestara la

unipolaridad, que impide el desarrollo de los pueblos, y promoviera la multipolaridad con


novedosos mecanismos de integración regionales y extrarregionales bajo nuevos esquemas
de cooperación económica, comercial y financiera que afianzaran los intereses políticos
comunes.
A la fortaleza ética y moral de Hugo Chávez se sumó su visión geopolítica con la que buscó
desmantelar la estructura del imperialismo a favor de la soberanía latinoamericana. Los
pueblos latinoamericanos nunca más serían mano esclava, ni su territorio colonia de
ninguna potencia y, del mismo modo, mantuvo su lucha para acotar la codiciosa
expoliación de recursos naturales y energéticos por las corporaciones trasnacionales.

Fue así que a Chávez se le consideró reinventor de la geopolítica de las nuevas condiciones
con las que América Latina y el Caribe inauguraban el siglo XXI. Su proyecto geopolítico
impulsó a los países de esa región a avanzar, decididos, en su intención de desmantelar la
estructura colonial y a construir un inédito proceso de integración con instituciones
novedosas como la Alianza Bolivariana de los Pueblos (Alba), Unasur, el Oleoducto del
Sur, la red de comunicación TeleSUR, el Banco del Sur, Petrocaribe y la Celac

Sin el liderazgo regional y extrarregional de Chávez habría sido muy difícil alcanzar el
acuerdo humanitario entre el Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC) que en 2007 logró la liberación de los secuestrados –
civiles y militares- y el retorno a sus filas de los presos de la guerrilla. La intervención del
presidente Chávez fue a solicitud de la senadora opositora colombiana, Piedad Córdoba.

Y aunque desde los centros de decisión del Imperio se desgarraban las vestiduras frente a
ese insólito avance de los pueblos pobres del Sur, Chávez aportaba todo el peso específico
del potencial energético de su país. Si a muy grosso modo entendemos la Geopolítica como
la permanente relación del hombre con su geografía para proyectar sus efectos internos y
externos en el ámbito de su política doméstica y exterior, podría afirmarse que la Venezuela
de la Revolución Bolivariana de Hugo Chávez fundamentó su progreso y bienestar, así
como el de las naciones de América Latina y el Caribe, en la posibilidad de usar sus
recursos naturales y riqueza energética en favor de esos objetivos.

A pesar del dramático choque ideológico que protagonizó con Estados Unidos, Chávez
tuvo con ese país un rasgo de gran expresión moral: incluso en momentos de mayor tensión
política, el venezolano decidió mantener sus envíos de crudo con ese socio comercial y
persistió en su compromiso de entregar de petróleo barato para la población pobre del
Imperio.
Política y geopolítica eran una sola inspiración cuando Chávez aceptó la invitación de
Saddam Hussein para ir a Irak. Era la primera visita de un jefe de Estado democrático a ese
vapuleado país tras la Primera Guerra del Golfo. Cómo no recordar su respuesta a la crítica
del vocero del Departamento de Estado Richard Boucher, quien dijo que Estados Unidos
estaba “profundamente preocupado por las versiones” de su futura visita a Irak.

Con Rusia a la que visitó 9 veces- tejió una cuidada relación centrada en una política
integral de común interés antiimperialista. Los intereses geopolíticos de Venezuela y Rusia,
grandes productores de hidrocarburos, también coincidieron con la llegada casi al unísono
de sus respectivos gobernantes. Bajo el liderazgo de Vladimir Putin el coloso euroasiático
proyectó su carta energética con gran eficiencia y con similar diligencia el país
latinoamericano ingresó al tablero global inspirado en la concepción del Socialismo del
Siglo XXI de Hugo Chávez.

Más allá del omnipresente rubro energético, esa alianza estratégica se proyecta en la
postura común de ambos países en los foros multilaterales, a la par de construir novedosos
vínculos económico-comerciales, defensivos y tecnológicos. Siempre en busca de nuevos
horizontes, fue el primer presidente de América Latina en visitar Turkmenistán, el gran
productor de gas en Asia Central y su abierto compromiso con las economías emergentes
fue bien recibida por los dirigentes de Bielorrusia y Ucrania.

En el mapa estratégico de Chávez siempre destacó la República Popular de China. Fue uno
de los líderes latinoamericanos que más promovió las relaciones bilaterales a lo largo de sus
seis visitas a Beijing y otras ciudades. A cambio de la venta de crudo, el líder venezolano
obtuvo financiamientos e inversiones para el desarrollo de su país que oscilan desde
equipos médicos hasta el lanzamiento del satélite de telecomunicaciones Bolívar. Energía a
cambio de infraestructura: un buen saldo.

Propuso construir un marco comercial mundial, romper los núcleos hegemónicos y


promover inversiones de empresas de capital y crear fondos binacionales. Otros socios
asiáticos de interés creciente para la Venezuela bolivariana fueron: India, Japón, Vietnam y
Malasia, pronto convertidos en grandes interlocutores del líder bolivariano.

Durante la gestión del presidente Chávez, realizó una serie de reformas estructurales en la
industria petrolera con la finalidad de adaptarla a los nuevos tiempos e impulsar una
geopolítica petrolera que buscaba fortalecer un nuevo sistema multipolar internacional,
como una alternativa para contrarrestar la influencia de los Estados Unidos en América
Latina. Inicialmente, en el marco de los objetivos estratégicos de la llamada “Nueva etapa
de la Revolución bolivariana” impulsada en noviembre del 2004. Luego, desarrolló el Plan
Nacional Simón Bolívar, donde una de las líneas estratégicas planteaba convertir a
Venezuela en una potencia energética mundial y jugar un papel importante en la
reestructuración del Orden Mundial.

Ha sido una geopolítica basada en el ideario emancipador del Libertador Simón Bolívar,
que consagra la condición libre e independiente de los pueblos, la libertad, la igualdad, la
justicia social y la paz internacional. El presidente Maduro, quien fuera el canciller del
presidente Chávez, comprende en su esencia ese pensamiento. Es por ello, que está
desarrollando una política exterior que promueve mecanismo de integración en
latinoamericana y el Caribe, basada en la cooperación pacífica, la solidaridad, la no
intervención y la autodeterminación de los pueblos. Pero, nunca perdiendo la visión
estratégica de fortalecer la posición del país en la economía internacional.

En ese proceso dinámico e intenso, siempre la industria petrolera venezolana jugó un papel
importante, al servir de empuje para fortalecer esa política de cooperación e integración
regional. Fueron diversos los acuerdos que firmó el gobierno con otros países para
iniciativas como Petroamérica, Petrocaribe, Petrosur, Petroandina y otra serie de acuerdos
bilaterales y compromisos asumidos, que fueron acciones fundamentadas en los principios
de solidaridad y complementariedad en el uso justo y democrático de los recursos
potenciales de las naciones en el desarrollo de sus pueblos. Ese proceso se ha
complementado con otros mecanismos de integración como la Unasur, la Celag, la entrada
en el Mercosur, y ahora la promoción de una zona económica para América Latina, basada
en los principios de Simón Bolívar y de Hugo Chávez.

La visión geopolítica del Libertador se ha hecho realidad gracias al impulso dado del
Comandante Supremo Hugo Chávez y del empuje del ahora presidente Nicolás Maduro.
Ese pensamiento se ha impregnado en el acuerdo energético Petrocaribe y de la Alianza
Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA) en el marco de la II Cumbre
Extraordinaria celebrada el martes 17 de diciembre de 2013, en Caracas, donde se concertó
para avanzar en una zona estratégica en el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la
Comunidad del Caribe (Caricom).

El presidente Chávez, impulsó una política exterior abierta en América Latina en la


búsqueda de consolidar un proceso de integración regional, de allí surgen iniciativas como
la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), en contraposición al Área de Libre
Comercio de las Américas (ALCA) promovida por el gobierno de los Estados Unidos.

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