0718 1043 Eatacam - 2019 - 0036
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https://dx.doi.org/10.22199/issn.0718-1043-2019-0036
Resumen
Este artículo muestra cómo un moderno proyecto de desarrollo hidráulico desconfiguró la
comprensión local del espacio, agua y territorio hidrosocial en la región andina de Ayacucho, Perú.
Nuestro análisis se centra en dos lógicas distintas de concebir las estructuras hidroinfraestructurales
y prácticas relacionadas, que juegan un papel crucial en la constitución de las nociones
hidroterritoriales: una gran represa de terraplén y una “plataforma ushnu”. Presentamos las
prácticas y tecnologías desplegadas por el proyecto modernista-ingenieril conectado a medir fuentes
hidrometeorológicas, levantar marcadores geodésicos, diseñar (la forma y relleno de) la presa y
controlar la filtración. La presa del terraplén está construida para proporcionar agua para uso
poblacional, riego y electricidad a miles de usuarios. Sin embargo la represa sumergió el principal
humedal y territorio habitado por la comunidad de Cuchoquesera-Quispillaqta, reduciendo sus
prácticas y objetos hídrico-rituales e incluyendo sus nociones de filtración, forma y relleno de la
plataforma ushnu, marcadores comunitarios y seres de montaña protectores del territorio. En este
contexto, ambos territorios hidrosociales ocupan el mismo espacio, interactúan y se entrelazan en
fricción mutua. Esto ha producido cambios en los paradigmas y las prácticas tanto de la ingeniería
de riego como del uso comunitario del suelo, el agua y espacio sagrado.
Palabras claves: territorios hidrosociales, culturas hídricas, comunidades campesinas, Ayacucho, Perú.
Abstract
This paper shows how a modern hydraulic development project interfered with local
understandings of place, water, and hydrosocial territory in the Andean region of Ayacucho, Peru.
Our analysis centres on two logics regarding hydraulic structures and related practices that play a
crucial role in the constitution of the area’s divergent waterscapes: a large embankment dam and
an “ushnu platform”. We present the practices and technologies deployed by the project engineers
bringing forth a modernist hydrosocial territory connected to hydro-meteorologically measured
sources, surveying and geodesic markers, dam shape and fill and seepage control. The embankment
dam provides domestic and irrigation water to thousands of downstream users. Yet the dam also
submerged the lived territory of the Cuchoquesera-Quispillaqta community – that is founded on
water ritual practices and objects, including locally rooted notions of seepage, ushnu platform
shape and fill, community markers and mountain beings protecting the wetlands. Both hydrosocial
territories occupy the same space, interact and entangle in friction. This has led to changing
paradigms and practices regarding (both irrigation engineering and community steered) land and
water use patterning.
En este artículo elaboramos sobre las dos realidades el sentido de que no es el mero escenario o con-
hídricas a las que se conectan las viñetas presenta- texto en el que los actores fundan sus hechos, sino
das arriba: la última está vinculada a la tecnociencia, una “entidad socio-natural producida activamente”
los libros de textos hidrológicos dominantes y los (Loftus, 2007) que comprende (una red de) tecno-
paradigmas modernos de control del agua (Scott, logías, prácticas y significados (Budds e Hinojosa,
2006; Boelens, 2014; Linton, 2014); y la primera 2012: 120-125). No son fijos, sino lugares cultu-
narra una manera diferente de relacionarse con el ralmente significativos, políticamente disputados
agua; habla de montañas dotadas de espíritu, visio- y altamente dinámicos, de gente que interactúa y
nes recíprocas, y prácticas y conversaciones intuiti- da sentido al agua (Orlove y Caton, 2010) y otros
vas (Choque y Pizarro, 2013; ABA, 2014; McEwan, elementos. En esta línea, sostenemos que diferentes
2014; De la Cadena, 2015). Las dos realidades están territorios hidrosociales pueden coexistir en un solo
conectadas al mismo lugar: Cuchoquesera. En las si- espacio. Dicho de otro modo, estamos lidiando con
guientes secciones analizamos los relatos, las tecno- diferentes versiones o realidades de los humedales
logías y las prácticas que llevan a estas dos ‘versiones’ de Cuchoquesera –que existen simultáneamente y
de Cuchoquesera, y mostramos cómo estas versio- en interacción, por un lado mediante la realización
nes, que relatan territorios hidrosociales divergen- de un presa, y por otro lado, promulgadas por seres
tes, tienen sentido y finalmente se entremezclan. El hídricos y prácticas de crianza de agua. Las posibles
punto focal de nuestro análisis son dos estructuras fricciones se pueden imaginar, ya que literalmen-
de arena y piedra: una presa de terraplén y una pla- te el primero parece ahogar al segundo; así que la
taforma escalonada. construcción de megarrepresas lleva a reconstruir
el territorio, redefinir la identidad y reformular las
Usamos el concepto de territorios hidrosociales instituciones (Swyngedouw, 1999; Duarte-Abadía
(Boelens, Hoogesteger, Swyngedouw, Vos y Wester, et al., 2015). Sin embargo, en casos menos ‘dramá-
2016). Son los imaginarios y las materializaciones ticos’ es más común ver el cambio mutuo entre ac-
de redes socionaturales para la gobernanza del agua. tores e instituciones interactuantes, que como parte
Por las perspectivas e intereses divergentes que tie- integral transforman junto con los territorios. Por
nen diversos actores cuando conciben y construyen eso, el término “entrelazos” (entanglements) se usa
estas redes, sus imaginarios y materializaciones son para indicar las complejas interacciones a través de
disputados; pero, al mismo tiempo entrelazados y las cuales las prácticas de lucha y colaboración, de
traslapados (véanse, p.e., Hommes, Boelens y Maat, dominación y coexistencia, se entrelazan, inhiben
2016; Hommes y Boelens 2017; Hoogesteger, y permiten (Sharp, Routledge, Philo y Paddison,
Boelens y Baud, 2016). Resultan en configuraciones 2000).
espaciales de personas, instituciones, flujos de agua,
tecnología hidráulica y componentes ecológicos que Hacemos hincapié en que, en lugar de reificar y
constituyen las redes hidrosociales. Así, se manifies- sobrevalorar los conocimientos universalizados del
tan como expresión de los encuentros entre diversos agua, o priorizar una configuración territorial par-
actores (tanto humanos como no-humanos), todos ticular, e ipso facto conferirle poder, es clave estar
formando alianzas con sus propios proyectos polí- atentos a las prácticas alternativas, aunque ocultas,
tico-geográficos: se producen en la práctica como y las formas diversas de relacionarse con el agua
redes socionaturales que compiten, se superponen y (Domínguez, Verzijl y Zwarteveen, 2017). Estas, a
hacen alinear sus prácticas de territorialización para menudo ofrecen ideas sorprendentes para futuros
realizar y reforzar sus visiones y demandas (Duar- de agua compartidos. Nuestro análisis nos permite
te, Boelens y Roa, 2015; Swyngedouw y Boelens, entender en igualdad de condiciones las diferentes
2017). En otras palabras, es importante destacar que realidades del agua.
los territorios hidrosociales continuamente se crean,
se deshacen y se reconfiguran. El material de este artículo es en gran parte el pro-
ducto de una relación fraterna entre dos de sus auto-
El concepto se conecta con el de “paisaje hídrico” res. Uno de ellos creció, es comunero de Cuchoque-
(Swyngedouw, 1999; Budds e Hinojosa, 2012) en sera-Quispillaqta y trabaja como profesional en una
ONG. Recogimos el material durante varias visitas asentamiento concentrado observable. Al norte dos
(de campo) en Ayacucho llevadas a cabo desde 2008 cerros, Botijuela y Chuntalla, delimitaban este lu-
hasta la actualidad. Esto incluyó encuentros con gar. Tres municipios, Chuschi, Los Morochucos y
un grupo focal clave con una docena de exlíderes Vinchos, convergen aquí; así como las dos provin-
comunales, entrevistas semiestructuradas y, sobre cias de Cangallo y Huamanga. El joven agrónomo
todo, muchas conversaciones y entrevistas informa- sabía también que varias comunidades, localidades y
les sobre historias de vida personales y comunitarias. grupos utilizaban esta zona, pero sus fronteras, a di-
Fueron realizadas en quechua y español, a menudo ferencia de las hidrológicas, políticas y administrati-
durante observación participante de prácticas del vas, no se encontraban en ningún mapa. Existía una
agua y caminos a fuentes y montañas. Los datos complejidad de acuerdos vivos, marcadores y límites
sobre el diseño y las características de las presas se polimorfos que no pueden ser fácilmente explicados
recogieron en su mayoría en 2012 durante una se- o mapeados. Era de importancia secundaria porque
rie de entrevistas con cinco ingenieros con un largo este nuevo Proyecto Especial Río Cachi (PERC) de-
historial de servicio en el Proyecto Especial Río Ca- sarrollaría toda la región, incluyendo las comunida-
chi (PERC). Se incluyó al joven agrónomo que, año des locales de esta zona.
2012, fue supervisor senior externo del proyecto.
PERC es un proyecto hidráulico multipropósito
La siguiente sección presenta a Chuchoquesera, un que fue concebido para entregar a la ciudad capi-
lugar de territorios superpuestos, diferentes marca- tal de Ayacucho agua potable (0,95 m3/s), electri-
dores y límites fluidos en la región andina de Ayacu- cidad (16,5 MW) y caudal ecológico (0,15 m3/s).
cho, Perú. Se explora el proceso histórico de cambio Además, se pensaba regar la zona rural circundante
territorial que ha configurado las comunidades con- (casi 14.500 ha). El embalse almacenó 80 MMC de
temporáneas y sus relaciones con las intervenciones agua, aunque esto fue debatido fuertemente entre
externas. La tercera sección se centra en la realiza- los ingenieros del proyecto y los representantes de
ción de la represa de Cuchoquesera como parte un Cuchoquesera-Quispillaqta. Tres desvíos fluviales
territorio hidrosocial tecnocientífico. En la cuarta en las cabeceras del proyecto convergen en el embal-
sección nos centramos en cómo los miembros de la se desde donde un canal principal (7 m3/s) transpor-
comunidad local dan sentido y promulgan su terri- ta el agua en dirección a la capital y las áreas regadas,
para atender a 200 mil usuarios poblacionales y 24
torio hidrosocial de Cuchoquesera y la plataforma
mil agricultores aproximadamente (la Figura 1 vi-
ushnu. Comparamos las perspectivas, prácticas y
sualiza el PERC).
nociones de las ‘obras’ entre la comunidad y la in-
tervención: identificar las fuentes de agua; levantar y
Los proyectos hidráulicos multipropósito y las
mapear el espacio; componer la forma y el relleno de
grandes construcciones de represas fueron, y son,
una estructura de agua; y responder a la filtración.
presentados como altamente atractivos en el Perú,
En la sección de conclusión se discuten las intrinca-
incorporando grandes promesas de progreso (Do-
ciones de ambos territorios hidrosociales y las con-
mínguez, 2013). Estos proyectos modernos que in-
troversias e iniciativas que estas provocaron.
tegran y suministran agua potable, electricidad y rie-
go a nivel de (sub)cuenca se fundan en “el ethos de
Cuchoquesera: ¿un territorio fluido? la ingeniería de que el conocimiento científico y la
planificación racional sistemática podrían cambiar
Los mapas topográficos que el joven agrónomo tenía radicalmente a la sociedad” (Molle, 2009, p. 487).
a su disposición en 1987 mostraban que Cuchoque- Se trata de una creencia en la tecnociencia para con-
sera era una pequeña depresión natural con panta- trolar la naturaleza y la gente por el bienestar de
nos que drenan en el río Chachi. Geológicamente, el la nación, el progreso y el desarrollo (Scott, 2006;
terreno se caracterizó como llanuras moderadamen- Carroll, 2012). En el Perú, más de una docena de
te inclinadas de material sedimentario por encima estos grandes proyectos existen en varias etapas de
de los 3.700 msnm. Las viviendas estaban dispersa- terminación. Recientemente, se han asociado con la
das y localizadas al sur de las marismas, sin ningún agroexportación moderna (Del Castillo, 2013) y se
consideran instrumento principal de ‘el Perú avan- templo moderno se materializó en Ayacucho, dare-
za’: el lema electoral utilizado por el expresidente mos algunos detalles históricos de la localidad de la
Alan García. que la presa tomó su nombre: Cuchoquesera.
García se quedó sin superlativos para referirse a este Las primeras familias de la comunidad de Quis-
tipo de megaestructura hidráulica: “[U]na obra mo- pillaqta vinieron –mejor dicho, volvieron– a vivir
numental y un milagro de ingeniería que daría paso en el área de Cuchoquesera, en los años cuarenta.
al desarrollo” (Domínguez, 2013, p. 111). La retó- Estos quispillaqtinos se consideraban a sí mismos
rica de García no es tan diferente a la de un Primer como descendientes del pueblo étnico kana, que
Ministro de la India décadas antes, quien, al visitar antes de la conquista española vivía en el Cusco
uno de los proyectos hidráulicos multipropósito en y se alió y luchó con los incas (Muñoz y Núñez,
su país, habló ampulosamente de las presas como 2006). Algunos de la etnia kana fueron enviados a
“los templos modernos de la nación” (Molle, 2009, Ayacucho, al área que incluía Cuchoquesera, como
p. 489). Como templos metafóricos, las represas parte de los mitimaes incaicos: una estrategia de re-
eran lugares ilustres que evocaban admiración y te- asentamiento imperial de aliados y adversarios para
mor; lugares desde donde se extenderían la prospe- establecer y reforzar el gobierno inca. Cerca de las
ridad y la racionalidad. Antes de explicar cómo un tierras asignadas a los kanas (y actual comunidad
de Quispillaqta) estuvo el importante centro admi- Los wamanis (o apus) son conocidos regionalmente
nistrativo y ceremonial inca de Vilcashuamán, en la como montañas sagradas, mientras que huacas se re-
cuenca del Pampas. fieren a elementos (más localmente) venerados en el
paisaje, como lagos, afloramientos y colinas (Isbell,
Posteriormente, los colonizadores españoles di- 1978; Boelens, 2014, 2015). Saywas son monumen-
vidieron la región de Ayacucho en encomiendas tos de piedra, que van desde simples pilas a impre-
(territorios donde el indio que vivía en él debía sionantes pilares de piedras (Figura 2). Todos estos
entregar un tributo a los nuevos gobernantes) y son también signos territoriales o marcadores fron-
reducciones (esquemas forzados de reasentamiento terizos, es decir, para quienes saben leerlos (Dean,
para el control político, religioso y tributario). Estas 2010) y conversar con ellos.
interferían con las aldeas y límites anteriores entre
los kanas y otros grupos étnicos, y dieron lugar a Para muchos andinos hoy, como para sus antepa-
una de las primeras y más largas disputas territoria- sados (precolombinos), las ‘conversaciones’ con ele-
les registradas en el Perú, entre 1558 y 1982, entre mentos no humanos son parte de cómo dan sentido
la comunidad de Quispillaqta –incluyendo Cucho- a su entorno. El mundo material está “potencial-
quesera– y la comunidad de Chuschi (Muñoz y mente vivo e imbuido de espíritu [y] posee una es-
Núñez, 2006). pecie de personalidad” (Allen, 2015, p. 24). En estas
cosmologías estamos rodeados de seres animados,
Con el tiempo, las haciendas se apropiaron de las desde montañas, lagos y fuentes de agua hasta se-
llanuras moderadamente inclinadas, incluyendo millas y casas de adobe (ABA, 2014; Boelens, 2014;
Allen, 2015). Cada uno requiere una cierta cantidad
Cuchoquesera, de los kanas de Quispillaqta. Estas
de cuidado y reverencia, ya que estos seres cuidan
eran excelentes áreas para la ganadería y estaban ubi-
de las personas humanas. En estos relatos la lluvia,
cadas en la cuenca de Cachi. Quispillaqta conservó
el rayo y otras fuerzas de la naturaleza también son
su territorio en la más empinada cuenca del Pampas,
seres animados (Gelles, 2000, 2010; Sherbondy,
donde su principal actividad era el cultivo del maíz
1982, 1998; Staler, 2014; Stensrud, 2015).
(Isbell, 1978).
El más poderoso de estos seres en las cercanías de la
Durante un encuentro de discusión colectiva con
zona Cuchoquesera es el wamani, el cerro Altarni-
exdirigentes de la comunidad de Quispillaqta, los yuq. En la cumbre existe una pequeña plataforma:
participantes recordaron el sistema de hacienda un ushnu creado durante los tiempos incaicos y que
como brutal y opresivo. Sin embargo, los dirigentes desempeñaba una importante función ritual, obser-
señalaron que, en el pasado, los Quispillaqtinos sí vatorio del clima y recarga espiritual. Según varias
podían pasar por el territorio de las haciendas para de las familias de Quispillaqta, la personalidad de
viajar a los picos de las montañas y realizar sus ri- Altarniyuq era la de un mediador y estaba íntima-
tuales, pero no se les daba acceso a los pastizales de mente conectada con los humedales (o bofedales) y
los alrededores. En el siglo XX, debido a la creciente el pequeño lago Piñaqucha. Este lago tenía su pro-
población humana y animal, la comunidad de Quis- pio manantial permanente con un caudal de cerca
pillaqta luchaba por comprar tierras en varios luga- de 200 l/s. Otros arroyos que corren a través de Cu-
res de la cuenca del Cachi. El área de Cuchoquese- choquesera se originan en las laderas de Altarniyuq,
ra fue comprada (de regreso) de un hacendado en incluyendo el arroyo Challwamayu que corre en el
1944. Con cierta sorna, los exlíderes mencionaron lado sur de las dos huacas, los cerros de Chuntalla y
que los hacendados ni siquiera conocían sus fron- Botejuela.
teras exactas en estas partes altas. Por el contrario,
los participantes y sus antepasados conocían
todos El área entre las huacas y el arroyo es de libre acce-
los pantanos y rocas de esta alta puna. Navegaron so, no solo para los miembros de Quispillaqta que
por medio de marcadores, como wamanis, huacas, compraron la tierra, sino también para los pastores
saywas y hasta capillas que sirven como puntos de de Putaqa, una comunidad vecina. Entre diciembre
referencia. y abril, básicamente la estación lluviosa, este arroyo
era la frontera, ya que forma una barrera natural. (Verzijl y Guerrero 2013), tenía que ser fijada para
Recuperado el cauce de la época de estiaje l, se per- poder negociarla y controlarla mejor.
mitía a los pastores de Putaqa cruzar el arroyo de
Challwamayu, pero no avanzar lejos en los hume- Consideramos que las fronteras, los límites y los
dales; hasta qué punto solo es conocido a los pasto- fundamentos sustanciales del territorio no son fi-
res de Putaqa y Cuchoquesera, y varía dependiendo jos sino fluidos, y se (re)producen continuamente;
del tiempo y la exuberancia del bofedal. Una ter- manteniendo por sus componentes y actividades
cera comunidad, Condorpaqcha, utilizaba el agua fundamentales, como los marcadores, las normas
de Piñaqucha para regar, mediante una bocatoma básicas de colaboración comunitaria, las prácticas
dentro del territorio de Cuchoquesera. Las personas rituales, el compartir alimentos y bebidas en las
de Condorpaqcha y Putaqa acudían con frecuencia faenas, pertenencia de símbolos rituales y sistemas
a Cuchoquesera para discutir detalles de pastoreo o de parentescos; y también los registros y títulos de
para dar agua al ganado e intercambiaban bebidas propiedad. Fluidez es un término que usamos para
y comidas. Durante los carnavales (febrero) estos indicar que no solo el territorio, sino también el ac-
pueblos se reencontraban en Machay-pata, ubicada ceso, son transitorios, polimorfos y múltiples.
en la falda de la huaca Chuntalla para competir en
carreras de caballos, criados estos en el humedal de Si bien uno puede estar presente físicamente en el
Cuchoquesera (Figura 3). espacio que es Cuchoquesera, esto tiene un signifi-
cado diferenciado para distintas personas debido a
Para los ingenieros del proyecto PERC, esta terri- sus interconexiones Para los ingenieros estaba rela-
torialidad fluida, todavía presente en otros lugares cionado con el desarrollo y el control del agua, para
Fuentes, lluvias y prácticas de ciencia Tales puntos son conocidos como ‘marcadores mo-
numentados’ en el paisaje: pilares o placas de metal
Según sus propios informes, los ingenieros de PERC en un bloque de concreto, utilizados por los topó-
declararon que en los proyectos hidráulicos moder- grafos. Estos son puntos de referencia tridimensio-
nos es “necesario definir rigurosamente las fuentes nales precisos en el espacio euclidiano; coordenadas
de agua y su cuantificación” (PERC, 2005, p. 4), exactas desde las que se desarrollan y construyen
porque los datos exactos facilitan el control del agua mapas y planos de edificios y obras de ingeniería
e informan sobre el potencial de su almacenamiento. civil (Kuang, 1996). Un problema clásico –que se
Sin embargo, en estas cabeceras no había estaciones nos ha dicho también iba a suceder en el túnel más
de medición de lluvia o caudales antes del proyecto. largo en PERC (llamado Chiara-Ichocruz)–, es que
En estudios anteriores de prefactibilidad del PERC la construcción (de un túnel) comienza en ambos la-
se habían hecho estimaciones extrapolando datos de dos y los excavadores deben encontrarse a mitad de
lluvia y escorrentía de otras cuencas “comparables”. camino. Para conseguir esto, se necesitan puntos de
Pero la lluvia y el escurrimiento son muy variables control, los cuales están conectados por líneas ima-
y cambiables en las zonas montañosas. Era crucial ginarias usadas para calcular las posiciones (coorde-
contar con datos más precisos, más locales. nadas) horizontales y verticales de otros elementos
en el entorno con relación a ellas.
Por lo tanto, en 1988 los ingenieros de PERC crea-
ron su “red hidrometeorológica”. Colocaron una do- En la ciencia moderna, la geodesia es la práctica de
cena de estaciones de medición en diferentes lugares medir “la figura de la tierra y la interrelación de pun-
para monitorear la precipitación y la escorrentía de tos seleccionados en su superficie” (Smith, 1997, p.
las diferentes microcuencas dentro el ámbito del 2). Existe una división jerárquica entre estos puntos
proyecto. También recogieron datos meteorológi- de órdenes diferentes. Los puntos de primer orden
cos, como presión barométrica, viento y temperatu- se determinan a una escala supranacional, determi-
ra. En su análisis, los ingenieros también incluyeron nada con la mayor precisión y definida en relación
estaciones fuera del área del proyecto, ya que estas entre sí. Hay puntos de segundo, tercer y cuarto or-
tenían series plurianuales anteriores a las estaciones den en un área que están conectados entre sí y con
PERC por al menos 20 años. Pero también porque un punto de primer orden. Cerca de Cuchoquesera
los patrones de clima y lluvia en lugares y cuencas hay dos puntos de control de tercer orden que se
hidrográficas adyacentes influyen al área del proyec- encuentran entre las cumbres de Botejuela y Chun-
to. Para ello consideraron estaciones meteorológicas talla. En relación con estos puntos se calcularon las
en los municipios de Vilcashuamán y Quinua, entre estructuras de presa, salida y aliviadero. La Figura 4
otros (PERC, 2005, p. 33; fig. 1). Con esta informa- presenta el dique y la represa.
ción, en 1997 se determinó el volumen potencial de
agua a almacenar: 80 MMC.
diferentes. Algunos cerca de la presa, al pie de la co- de agua y de ineficiencia. Finalmente, es importante
lina Botijuela y Cuchoquesera. Aquí las rocas fueron señalar que esta perspectiva de la ingeniería implica
extraídas, aproximadamente entre 0,4 y 0,6 m. Parte una mirada hacia abajo desde el embalse y la presa.
del relleno más fino (arena) se trajo de un lugar lla- Desde aquí hacia abajo, el agua puede ser asignada
mado Rosaspata, un viaje de casi 20 km. El material y distribuida. En el Perú, los ingenieros se refieren a
más fino, el cemento Portland para el hormigón de esto como “el sistema regulado”. El foco está donde
la estructura de salida y otros trabajos, vino de Lima el agua vaya –en vez de una mirada hacia arriba, de
(PERC, 2005). Al final, el montículo trapezoidal – donde el agua viene y que es llamado, por lo tanto,
la sección transversal de la presa– se compone de “el sistema no regulado”.
cuatro láminas o capas, de diferentes tipos de suelo y
de roca. Estas capas tienen una función de drenaje, y Lógica, función y gestión del templo
de asegurar la estabilidad de la presa y la protección y sus aguas
del núcleo impermeable.
Los proyectos hidráulicos multipropósito no están
Infiltración y control de agua determinados únicamente por características técni-
cas o económicas, sino que dependen tanto de los
Como reto final, el flujo de infiltración puso a prue- valores sociales como de las prácticas culturales y
ba a los ingenieros de PERC. Debido al pantanoso agendas políticas. El énfasis en el “sistema regulado”
subyacente de material mixto aluvial y turba, la fun- nos da una idea de la lógica hídrica que se utilizó
dación se vio debilitada. Había un riesgo de que el para crear este templo moderno. Se basó en las no-
agua emergiera en el talud corriente abajo de la pre- ciones tecnocientíficas de control de la naturaleza
sa principal y dique lateral margen derecha, o peor, y la eficiencia de usuarios (Scott, 2006; Boelens,
hubiera erosión interna. Se tomaron dos medidas 2014). Normalmente los esquemas de desarrollo
preventivas. Primero se cubrió una superficie de casi multipropósito, como PERC, son objeto de la pro-
40 ha al pie de la vertiente aguas arriba de la presa paganda de agencias expertocráticas estatales fuertes
con concreto. Así se impermeabilizaron para evitar la y sus representaciones están vinculadas al progreso
infiltración. En segundo lugar, a lo largo de la pen- y la modernidad. Promoverían la inclusión y la par-
diente corriente abajo se crearon más de 60 pozos de ticipación solo y siempre cuando coincidieran con
alivio. Estos pozos son ductos o tubos que entran a la los paradigmas de riego prevalecientes y los valores
tierra a través de los cuales el agua del subsuelo puede sociales y culturales dominantes. Por ejemplo, la cla-
ser regulada. sificación de la FAO sobre los suelos, utilizada por el
proyecto PERC, identifica las áreas adecuadas para
Los ingenieros del PERC no deseaban infiltraciones. el riego, sin embargo, esto no incluyó a las comuni-
En su perspectiva, estas eran un signo de pérdida dades y grupos de usuarios en la puna andina.
Más en general, la gestión tecnocrática y la regula- marcadores importantes, mientras que la Figura 7
ción tecnológica, en cierta medida, reflejan las ideo- ofrece una vista regional de líneas de visión basa-
logías de los grupos privilegiados y dan espacio a das en cosmovisiones comunales andinas y seres de
una gobernabilidad neoliberal del agua; en este caso, montaña. Esta sección discute un espacio sagrado
priorizaba el área urbana de Ayacucho y los riegos en Cuchoquesera, una hazaña ritual y consciente de
río abajo antes que las comunidades en la cabecera mapeo de siglos de antigüedad.
de cuenca. Puntos de vista divergentes, que condu-
cirían a trayectorias alternativas de diseño basadas Para comenzar, consideremos dos elementos esen-
en intereses y conocimientos desviados, son a menu- ciales para comprender el espacio sagrado: la fuente
dos ignorados, frustrados o ridiculizados (Boelens, de Chalabamba y las ruinas de Inkaraqay, junto al
2015). Es esta lógica del agua con que los usuarios lago. Ambas eran espacios de socialización y cone-
del agua de Cuchoquesera se enfrentaron desde el xión con la naturaleza.
momento en que se creó el templo moderno.
Filtración y crianza del agua
Es obvio que hemos reducido la complejidad de la
obra ingenieril. Nuestro objetivo es dar una idea de Según las cosmologías andinas, el agua se origina en
cómo los ingenieros de PERC trataron y dieron sen- la Mama Qocha (Laguna Madre). Esto puede re-
tido a este ambiente, en particular a través de redes ferirse al océano, así como un gran cuerpo de agua
hidrometeorológicas, puntos geodésicos, materiales en las punas altas (Dean, 2011; Boelens, 2014). A
de construcción de arena y roca y pérdida de filtra- través de ductos subterráneos el agua circula de re-
ción. Presentamos algunas de sus redes invisibles y greso a Mama Qocha. El “interior acuoso” debajo
objetos muy visibles, que sorprendieron repentina- de la tierra (Allen, 2014) se conoce como Uku Pa-
mente a las familias de Cuchoquesera. cha: el mundo de los antepasados debajo (o dentro)
de la tierra. Kay Pacha es el mundo de las personas y
Es a su realidad que ahora nos volvemos, a cómo otros seres. Así, los lugares donde el agua se filtra o
tratan y dan sentido a su ambiente: uno en el cual penetra en el suelo, como los pantanos y los charcos
el agua y las piedras no son netamente recursos a de los humedales, o donde “el agua rompe la su-
ser almacenados o extraídos, sino que además de perficie de la tierra” (Allen, 2014, p. 75), como los
ser elementos vitales para los sustentos campesinos, manantiales, son significativos y deben ser tratados
pueden tomar la apariencia de seres animados o es- con respeto y cariño.
píritus terrenales que protegen y que pueden casti-
gar (Williams y Nash, 2006; ABA, 2014; Boelens, Es por eso que, cerca de la fuente natural de Cha-
2014; De la Cadena, 2015). Las familias en Cucho- labamba, el agua desperdiciada hizo preocupar a la
quesera suelen conversar y comunicarse con estos madre del niño en la historia de la viñeta, debido a
seres que, se dice, también dialogan entre sí (Dean, la conexión que tiene con Uku Pacha y los estados
2010; McEwan, 2014). El hecho de que la piedra y de ánimo que podría tener el agua; puede causar en-
el agua tomaran media docena de vidas subraya esto fermedades. Las muchas historias y anécdotas dia-
y no se explica únicamente por el esfuerzo cortante rias sobre las fuentes de agua, como este ejemplo de
y la gravedad. Chalabamba, demuestran que la conexión con Uku
Pacha está viva en las comunidades andinas. Los hu-
Criar espacios sagrados medales, como los de Cuchoquesera, donde el agua
emerge y se infiltra en la tierra, son lugares de espe-
Los humedales o bofedales de Cuchoquesera for- cial importancia; una conexión entre mundos.
maban parte de un territorio hidrosocial vivido
que incluía cerros, pantanos temporales y una Esta conexión se relaciona con el concepto del ush-
plataforma trapezoidal que conectaba la lluvia y nu, descrito por Tom Zuidema (2014). En la prácti-
nevados lejanos con corrientes subterráneas y es- ca ritual, el ushnu es un canal o “ducto que conduce
tancias aguas abajo. La Figura 3 esboza el paisaje al cuerpo de la tierra” para transportar las libaciones
de Quispillaqta con características naturales y otros líquidas y las esencias quemadas “que fueron llevadas
por el agua” (Zuidema, 2014, p. 6). El ushnu tenía ovejas. Durante la caminata pueden verse perdices
una posición central en la capital inca, así como en y avefrías andinas. Según familias locales, estas dos
ciudades importantes, como Vilcashuamán. Duran- especies de aves acompañan a las vacas y las ovejas,
te su trabajo de campo en la cuenca del Pampas, respectivamente, y comparten una conexión espiri-
Zuidema consultó a varios actores sobre el ushnu, a tual con ellas. Ocasionalmente se encuentra junto
lo que respondieron que era un “lugar donde el agua al camino un montón de rocas. Estas apachetas son
es absorbida por el suelo” (ibíd.). La filtración, por pequeños santuarios de piedras apiladas, creadas
lo tanto, es un proceso apreciado en las cosmologías por pastores para pedirle a Altarniyuq un paso segu-
andinas. ro o la protección del rebaño (véase también Isbell,
1978, p. 59).
Esto aún se puede observar. Desde la década de
1990, los miembros de la comunidad de Quispilla- En la cima, a 4285 msnm se revela la estructura tra-
qta construyeron docenas de pequeños quchas (la- pezoidal. La plataforma ushnu mide 20x8 m, con
gunas de siembra y cosecha de agua de lluvia) en paredes de piedra de 120 cm de altura que se incli-
los humedales de cabecera sobre Cuchoquesera y nan ligeramente hacia adentro. Se encuentra circun-
Quispillaqta con el propósito de infiltración. Esta dado por un muro de pirca rectangular que mide
“crianza del agua” implica cuidar, conversar y bailar 35x25 m, y que se han construido recientemente
con el agua como miembro activo de la comunidad. para protección del ushnu. La pared lateral corta co-
Se establece una relación de cuidado mutuo que rre en una dirección SE-NO. La abertura escalonada
permite que el agua penetre en la tierra y se conecte que conduce a la parte superior de la plataforma se
a otras lagunas, lagos, pantanos y manantiales como encuentra en la pared larga, de tal manera que se
parte de un ambiente de convivencia (véanse tam- entra desde el sureste.
bién Gerbrandy y Hoogendam, 1998; ABA, 2014;
En la plataforma (Figura 6) se pueden identificar
Verzijl y Domínguez, 2015).
compartimentos separados, así como paredes de
roca interiores, piedra tallada y tipos de suelos exó-
Forma y relleno genos. El relleno del ushnu encontrado en Altarni-
yuq parece coincidir con otros hallazgos (Branch et
El ushnu tenía gran importancia para la práctica al., 2014) y estudios que discuten el transporte de
ritual en los tiempos incaicos (Zuidema, 2014, p. piedra, arena y suelo en tiempos incaicos. Aquí las
6). Es comúnmente conocido como una plataforma excavaciones del ushnu muestran rellenos de capas
escalonada, trapezoidal, ubicada en centros admi- cuidadosamente construidas de diferentes materia-
nistrativos incaicos o dispersados por la puna andi- les y granulados de arena fina a guijarros. Denise
na, donde también actuaron como marcadores de Ogburn (2014) sugiere que el movimiento de ma-
límites (Meddens, 2014). Una de estas plataformas teriales encarna la intrincada relación entre sitios
existe en la cima de Altarniyuq en Cuchoquesera- (rituales). Como señala, no había ninguna razón
Quispillaqta. económica para transportar el suelo y las rocas des-
de lejos. Por lo tanto, no se consideraban recursos,
A 5 km de distancia, Inkaraqay es la antigua rui- como el relleno de la represa de Cuchoquesera,
na de piedra a orillas de Piñaqucha (ver Figura 3). sino materialidades que forjaron una alianza física
Solía ser la sede de la nobleza incaica. La mayoría y simbólica con otros lugares lejanos. En otras pa-
de las estructuras se encuentra ahora por debajo de labras, el relleno, la forma y el sitio dieron lugar a
la superficie del nuevo embalse, pero estas ruinas un espacio sagrado para adorar a los antepasados,
indican la importancia de la zona de bofedales de las aguas bajo la tierra y los seres de montaña (wa-
Cuchoquesera. Todavía se mantiene un vínculo manis) (véase también Branch et al., 2014, p. 115).
con Altarniyuq. Llegar a la cima desde las ruinas
de Inkaraqay –y el pueblo actual de Cuchoquese-
ra– toma una caminata de dos horas y media, en
caminos de herradura creados por el paso de vacas y
Figura 6. izq.) plataforma ushnu en Altarniyuq; der.) profanación de la plataforma ushnu mostrando su interior.
ritual de la limpieza de canales de riego, la lluvia está más en los tiempos incaicos de lo que se hace hoy,
presente en la personificación del Chunchu. Esta es cuando las conexiones eran “llevadas a la vida por
una criatura pintada de rojo con astas, que lleva arco peregrinaciones desde y hacia santuarios venerados
y flecha y vive en la selva (Muñoz y Núñez, 2007). [...] y montañas prominentes más allá de los límites
de la experiencia cotidiana” (2014, p. 30). En estas
Levantamiento topografía, marcadores peregrinaciones caminaban en línea recta desde un
monumentales y líneas de visión punto de origen hasta un lugar de culto, guiados
por monumentos bien marcados (huacas, saywas) a
Desde la plataforma ushnu se puede observar la sel- lo largo del camino. Implícito, dice McEwan, “es
va, así como los movimientos de lluvia, que, por lo que en la jerga del levantamiento topográfico se
ejemplo, decidían las fechas de siembra en el pasa- describe convencionalmente como vista adelante y
do. Ofrece una visibilidad de 360 grados de la re- una vista atrás –la línea de visión que mira hacia
gión (véase también Moralejo y Gobbo, 2015). Un fuera, hacia un lugar dado, y complementada por la
horizonte montañoso escarpado forma un contorno visión recíproca que mira hacia el punto de origen”
de marcadores, que debe haber tenido alguna fun- (2014, p. 37). Estas líneas y marcadores eran un
ción calendárica a medida que el Sol se movía a lo instrumento importante de la organización política
largo de él, levantándose y poniéndose sobre dife- y ritual inca, y estaban vinculados a eventos astro-
rentes picos mientras pasaba el año. Este lugar en sí nómicos.
era –y es– un marcador importante. Los arroyos se
originan aquí y fluyen en diferentes direcciones; se Basado en testimonios locales, herramientas de SIG y
encuentra en el ‘divortium aquarum’, la línea ima- estudios sobre ushnu (Pino, 2005; Meddens, Branch,
ginaria que separa las cuencas de Cachi y Pampas, y Vivanco, Riddiford y Kemp, 2008; McEwan, 2014;
es un tripartito de comunidades y municipios (ver Moralejo y Gobbo, 2015), deducimos un posible es-
Figuras 1 y 3). pacio hierofántico, que corrió, y de alguna manera
aún lo hace, a través de Cuchoquesera (ver Figura
La plataforma sigue siendo visitada por los chama- 7), comenzando en el centro administrativo y cere-
nes locales (yachaqs) que conversan y hacen ofrendas monial inca de Vilcashuamán que está situado en la
a los Apus y otros seres animados. De acá se pueden línea que conecta los Apus Razuwilka y Carwarazu.
ver el cerro Chuntalla, entre otros, como también Desde aquí, una línea recta conecta Vilcashuamán
otras plataformas ushnus. Altarniyuq reside sobre es- con el Apu Chullunku Patara, el guardián de Cho-
tas huacas subordinadas y muchos otros marcadores colococha, que es un lago madre y paqarina (lugar
y saywas locales, naturales y artificiales. Desde aquí de origen) de muchas etnias en Ayacucho y Huan-
también, los Apus, los seres más poderosos, pueden cavelica. Esta línea recorre directamente por Altar-
ser observados. Mencionamos los tres más famosos: niyuq, guardián de Piñaqucha, con la apertura de la
Apu Razuwilka al norte, Apu Carwarazu al sur y el plataforma ushnu alineada a su camino (vista adelan-
Apu Chullunku Patara, que está de guardia sobre el te). Coincide con el atardecer del solsticio de junio
gran lago Choclococha al noreste. Apus o wamanis (Pino, 2005). En otras palabras, en el día más corto
tienen personalidades fuertes. Según las comunida- del año uno vería el Sol bajar en la dirección exacta
des a su rededor, la personalidad de Altarniyuq es la del Apu Chullunkuy. Desde allí y desde Altarniyuq,
de mediador o diplomático, y puede ser considera- mirando hacia atrás, el amanecer del solsticio de di-
da así porque media entre los Apus más poderosos ciembre está en la dirección exacta de Vilcashuamán
y tranza entre ellos y las huacas sobre las que reside. durante el día más largo (Figura 7).
Collin McEwan presenta una jerarquía de diferentes Zuidema (2008) discute los movimientos y peregri-
líneas relacionales de orden desde y entre Apus, mon- naciones rituales en los tiempos incaicos relaciona-
tañas prominentes como Altarniyuq, hasta huacas y dos con los solsticios. Los sacerdotes de Cusco ca-
asentamientos (2014, p. 39). De Razuwilka a Altar- minaban por las montañas (siguiendo la línea de la
niyuq es de primer orden, de Altarniyuq a Chunta- puesta del sol del solsticio de junio) hasta el templo
lla de segunda orden, etcétera. Esta jerarquía se vivió de Vilcanota y la fuente del río Vilcanota. Después
del solsticio, los sacerdotes regresaban siguiendo el continúan (re)construyendo un espacio sagrado en
curso del río. Zuidema sugiere que el significado Cuchoquesera. Pero es un espacio bajo presión.
ritual de esto último era devolver el agua, para el
comienzo de la próxima temporada de riego (véase Lógica, función, y crianza del agua
también McEwan, 2014).
Un paisaje sagrado no solo está determinado por
Hoy en día no existen peregrinaciones de este tipo valores espirituales y prácticas rituales. Depende
en la zona, pero observamos durante el ritual de también de las condiciones técnicas, económicas y
Yarqa Aspiy que las personas caminan en procesión políticas. Los incas utilizaron el paisaje para gober-
a sus fuentes de agua en un sentido, deteniéndose nar y generar un flujo de recursos económicos de los
en varios puntos establecidos para cantar, beber y campos agrícolas en su territorio hasta los centros
bailar (véase también Choque y Pizarro, 2013, p. administrativos como Vilcashuamán. Hoy en día, la
58). Realizan un ritual en la fuente de agua y luego crianza del agua nos da una visión sobre una lógica
siguen el agua (a través de cursos naturales y de ca- del agua que se basa en nociones de cuidado mutuo,
nales) de regreso a sus campos –como si trajeran de lugares vivibles y la chacra con el objetivo de produ-
vuelta el agua (Muñoz y Núñez, 2007). Estas y otras cir abundancia, o mejor dicho, suficiencia. Las fa-
prácticas de Paraqipiy y Herranza, y muchas más, milias de Quispillaqta han retomado y revitalizado
les habló de una gran represa, mientras que uno de pansión del agua embalsada. Cuando el espejo del
ellos se culpó a sí mismo y a sus compañeros, dicien- agua bajaba, pueden entrar sin negar la donación,
do que el proyecto de llevar agua a la capital regio- de manera similar al arreglo que existía con la co-
nal de Huamanga fue explicado, pero creyeron que munidad vecina de Putaqa en cuanto a su acceso al
era imposible. No obstante, en los primeros años de humedal de Cuchoquesera (véase la segunda sec-
PERC se realizaron varios proyectos de desarrollo ción). Aun así, se trataba de conformarse con una
en la comunidad. Y aunque parte de los dirigentes situación que se había ido forzando gradualmente
tuvieron aprensiones, se mantuvo en su mente la contra ellos.
idea de acompañamiento, de trabajar juntos y de re-
afirmar el compromiso y la confianza mutuos. Esto En cambio, los ingenieros de PERC se aferraban
cambió a principios de los noventa. más a la idea de fronteras fijas. Además, un borde
libre que eludía la tierra donada tenía que ser res-
Un nuevo director general asumió el control y los petado donde nadie (por ley) tenía permiso. PERC
ingenieros civiles reemplazaron al joven agrónomo liquidó e indemnizó parcialmente a las familias por
como portavoz en el lugar. El proyecto continuaba la pérdida de activos (viviendas, cercos, inversiones
contratando a 1.500 personas para la construcción agrícolas) en la parte donada. Además, el Proyec-
de canales. En este momento, los dirigentes se sin- to planteó usar las canteras de la comunidad para
tieron cada vez más presionados por los ingenieros construir la presa, lo cual generó denuncias legales y
de PERC. Una primera amenaza era que las perso- acuerdos extrajudiciales para su indemnización por
nas de Quispillaqta serían excluidas de los trabajos hallarse fuera del área de donación. Al parecer, el
de construcción, que por cierto eran bien pagados PERC ya consideraba todo el territorio como parte
bajo el régimen de construcción civil. Sintieron que de su propiedad.
el compromiso mutuo y la confianza ya no estaban
presentes. Cierto acercamiento sobre cómo se relaciona la aco-
tación de terreno y el entendimiento diferente de
Una vez determinados la ubicación exacta y el vo- (cuales son) los límites, era inimaginable cuando en
lumen de los diques y el embalse, se calculó la can- 2005 descubrieron, tanto el proyecto como la co-
tidad de tierra que se sumergiría: comprometía más munidad, una falla crucial en el acto de donación: la
de 420 ha, de las cuales 393 eran territorio comunal cota de 3735 msnm no corresponde a un volumen
de Quispillaqta. Los dirigentes objetaron durante de 80 MMC (que sería 3742 msnm). Este error de
mucho tiempo esta afectación, fueron hasta Lima los funcionarios del PERC al redactar el documento
en protesta, pero en vano. Al final, la comunidad en 1998 causó un choque después de la inaugura-
decidió, en asamblea general, no vender sino do- ción de la represa. Los ingenieros de PERC insistie-
nar sus humedales al PERC en 1998 y ser parte ron en almacenar los 80 MMC, pero para la comu-
del proyecto. Una táctica deliberada para mantener nidad la línea de cota máxima seguía siendo 3735 y
cierto reclamo sobre los terrenos: aunque estaban los marcadores de límites eran legítimos.
sumergidas, algunas partes todavía eran accesibles
en ciertas épocas del año. El acto de donación fijó De cualquier forma, aumentó la tensión, que ya era
la transferencia de tierras hasta una cota de 3735 alta, debido al incumplimiento de otros compromi-
msnm (para almacenar 80 MMC en el embalse de sos por parte del PERC. Al oponerse a la nueva cota
Cuchoquesera). de 3742 y los 80 MMC de almacenamiento, la co-
munidad también se vio enfrentada a los sectores de
Para visualizar esta cota en el área, pequeñas pilas riego y agua potable en la región.
de piedras fueron colocadas a esa altitud para fun-
cionar como marcadores de límites. Estos marca- El papel del niño
dores se parecían mucho a los saywas (ver Figura
2) que guiaron a las familias de Quispillaqta sobre El niño de cinco años fue enviado a la capital regio-
el territorio y su carácter fluido durante generacio- nal a los 12 años para recibir su educación. Con-
nes. Así es como vieron el encogimiento y la ex- tinuó estudiando antropología en la Universidad
Nacional San Cristóbal de Huamanga, y con otros relación con el gobierno regional de Ayacucho en
estudiantes de Quispillaqta fundó una ONG en relación a las prácticas de la crianza del agua que
2006, el proyecto KANA. la comunidad había rescatado desde sus ancestros.
Para ese entonces, el concepto de siembra y cosecha
Desde ese momento, la comunidad impidió el llena- de agua de lluvia ya era un modelo admirable para la
do del embalse sobre la cota marcado por los hitos implementación de mecanismos de retribución por
de piedra. La tensión fue discutida en una audiencia los servicios de los ecosistemas; serían por los servi-
pública en 2008 en las orillas de la presa y llevó a la cios proveídos para los sectores de agua potable y de
formación de un comité en el que la comunidad y riego que utilizaban el embalse, quienes insistieron
los representantes del gobierno trataron de resolver en llenarlo a 80 MMC. Esta visión presenta soste-
la controversia. El niño, ahora ya profesional con el nibilidad, sin embargo, a esta colaboración se suma
apoyo de sus autoridades, tomó parte en ella como la preocupación de que, en el futuro, el gobierno u
representante de Quispillaqta. Las reuniones, al ini- otro actor quiera cuantificar y monitorear los ma-
cio, se tornaron conflictivas y hasta estigmatizadas. nantiales, posiblemente restringiendo las prácticas
Sin embargo, después de un tiempo los funcionarios de crianza y los usos del agua de las familias locales
públicos se aliaron a las visiones de Quispillaqta; (ABA, 2014).
todo bajo la super-vista del mediador Altarniyuq.
De hecho, como muestran Boelens y Seemann
La resolución de esta controversia fue larga, com- (2014), hacer las fuentes, caudales y formas de ges-
pleja y frustrante. Lo importante es que después de tión de agua legibles, oficiales y uniformes genera
2010 los ingenieros de PERC notaron que la dispo- el riesgo de que se sobrepase la crianza y el manejo
nibilidad de agua en la cuenca del Cachi estaba por y cuidado mutuo entre el agua y las comunidades
debajo de sus estimaciones y seguía disminuyendo. mismas.
Algo que las familias de Quispillaqta que viven con
los manantiales en la puna ya habían descubierto Luego de los desencuentros, esporádicamente los in-
dos décadas antes. Desde 1994, habían intentado genieros han comenzado a viajar con líderes comu-
captar y almacenar aguas de lluvia en lagos artificial nales al área por encima del PERC, para observar las
y cuidadosamente creados en el área por encima de lagunas criadas por los comuneros. El primer viaje
la infraestructura del PERC. Durante este proceso fue frustrado debido a una tormenta de granizo y
fueron acompañados por una segunda ONG, llama- vientos helados. Las inesperadas condiciones me-
da Asociación Bartolomé Aripaylla (ABA), fundada teorológicas hicieron que los ingenieros decidieran
en 1991 por profesionales de Quispillaqta. regresarse. Una coincidencia, dijeron. Los wamanis
estaban comunicándose y aún no aceptan el com-
Estas prácticas de crianza de agua involucraban bai- promiso de los foráneos-ingenieros, dijeron los co-
lar y conversar con el agua como un ser hídrico y muneros.
dejarse criar. Más de cien lagos han sido criados, res-
tableciendo el paisaje hídrico y contribuyendo a la Es cierto que en medio de tales expresiones de fu-
recarga de la napa freática y a los puquiales comuna- ria telúrica y acuática por los wamanis (derrumbes,
les. Este modelo llamó la atención de los ingenieros aguaceros, inundaciones, sequias), las familias con-
regionales y autoridades nacionales, que se referían templan las características que conforman espacios
a las prácticas comunitarias como siembra y cosecha sagrados como la plataforma ushnu en Altarniyuq:
de agua de lluvia. Se mantuvieron sigilosos ante el ubicación silvestre (sayqa) a cierta distancia de la hu-
nuevo enfoque de crianza del agua; solo miraban a la manidad; feroz e indisciplinada; y vinculación con
comunidad e incorporaban sus prácticas como parte Apus nevados, como Razuwilka y Carwarazu.
del afianzamiento hídrico y lucha contra el cambio
climático. Pero, hoy en día algunos en Quispillaqta dicen que
Altarniyuq ya no causa miedo; se ha vuelto dócil y
Con el acompañamiento de sus profesionales y di- acepta a todo el mundo. Para ellos, los wamanis es-
rigentes comunales, Quispillaqta estableció una tán en un período de adaptación y transición, tal
vez sustituidos por un templo moderno que en cier- suelo y piedras utilizadas para la construcción; como
ta medida trajo prosperidad a las comunidades de materia prima y sustancia simbólica, respectivamen-
Ayacucho, así como materialidades de ciudadanía te. Vimos esto reflejado en los enfoques referentes
moderna (como agua potable y electricidad) a la ca- al agua, como un recurso a dominar o como una
pital de Huamanga. Muchos otros en Quispillaqta entidad para el cuidado mutuo. Además, existen
sostienen que este espacio sagrado todavía existe y prácticas elaboradas para percibir y comprender las
que Altarniyuq y otros seres de montaña pueden fuentes de agua. Las lluvias y los ríos son medidos
recuperar su poder reverenciado. Se mencionan dos cuantitativamente por los ingenieros, mientras que
puntos a este respecto: celebrar las conversaciones los comuneros observan la lluvia, conversan con los
con seres de montaña y conducir peregrinaciones manantiales y crían lagunas. En ambos casos, los te-
hacia y desde lugares importantes, como por ejem- rritorios hidrosociales son mapeados, ya sea a través
plo al ushnu. de puntos geodésicos y cartografía, o un esquema
sagrado de marcadores (puntos) naturales y artificia-
Los ingenieros de PERC, también, celebran la in- les y líneas de vista.
fraestructura en Cuchoquesera. En su campamento
cerca de la presa se venera a la Virgen de Fátima que, Las dos realidades territoriales entrelazadas –opues-
según ellos, protege a la presa. Todos los años, en tas de muchas maneras y causando momentos de
mayo, los trabajadores de PERC llevan la efigie de dolor y frustración– han exigido que las familias de
Cuchoquesera a la capital de Ayacucho en proce- Cuchoquesera luchen material y existencialmente;
sión y participan en una misa en su honor. El día expresado por cómo ambas entienden acotaciones y
incluye una reunión con comida y bebidas, pero los límites. Pero, también, hubo momentos de acerca-
comuneros locales no están presentes. Las celebra- miento, desde las dos perspectivas territoriales y sus
ciones de ambos ocurren paralelamente en las dos representantes. Las comunidades incorporan nuevas
realidades. estrategias hidroterritoriales como la retribución por
servicios ambientales para entrelazarlas con sus pro-
Conclusión pios modos de “hacer y criar territorio”. Con res-
pecto a la práctica de celebrar agua e infraestructura,
Hemos descrito cómo dos realidades del agua se po- parece que hay menos enredos. Sin embargo, obser-
nen en práctica en un mismo lugar y de qué modo vamos un contraste interesante que subraya las di-
sus entrelazos transforman los territorios hidroso- ferentes cosmovisiones. Mientras que los ingenieros
ciales. Es importante señalar que estos entrelazos se llevan a la Virgen de su templo moderno a la ciudad
desarrollan en espacios conflictivos y de permanente abajo para celebrar, los comuneros de Quispillaqta
lucha. Sin embargo, el objetivo de este artículo no miran hacia el espacio sagrado arriba, donde nacen
era mostrar la forma en que una comunidad se de- sus fuentes de agua.
fiende. En cambio, demostramos dos perspectivas
divergentes en manera simétrica y con respecto a te- Es también interesante que entre ingenieros parti-
mas claves de la gobernanza del agua y el territorio. culares se observe una renovada apreciación de las
Es necesario enfatizar que existen diferentes mane- formas vernaculares de relacionarse con el paisa-
ras de relacionarse con el agua y territorio y que es je hídrico-cultural: las prácticas comunales atraen
más importante tomar en serio las otras perspectivas cierta atención de aquellos funcionarios del gobier-
hídricas. no regional más cercanamente relacionados con el
contexto local. Son profesionales que se encuentran
Por ejemplo, las familias de Cuchoquesera se rela- enfrentados con la escasez de agua en su sistema
cionan de manera diferente al fenómeno de la fil- hidráulico y con el cambio climático que altera la
tración: celebrarla frente a prevenirla. También, cantidad y variabilidad de la precipitación y el escu-
nuestra discusión sobre la forma y el relleno de las rrimiento medidos; descubren que la sola experticia
dos estructuras trapezoidales, la presa y el ushnu, ha tecnicista no resuelve los desafíos tremendos de la
mostrado una perspectiva muy divergente sobre el gestión del agua.
Aparece que, lejos de Lima, lejos del gobierno cen- Boelens, R. (2015). Water, power and identity. The cultural
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dar los territorios hidrosociales: el encuentro entre Boelens, R. y Seemann, M. (2014). Forced Engagements.
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