Significado de PORNEIA. En Griego-πορνεια

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1- Así como Jacob fue elegido por dios y le concedió una

gran descendencia, y le dio su bendición ¿tú te sientes


elegido por él y sabes cuál es tu misión?
2- te resistes a aceptar la gracia y generosidad de dios. Si o
no. Porque.
3- te sientes elegido por dios. Si o no. Porque
La escena surge presentada a Jesucristo por un grupo de
fariseos. Sus intenciones eran, ya muy de antes,
manifiestamente hostiles contra Él. Y esto mismo se declara
aquí: “pretendían tentarle” (Mt-Mc).
Le van a presentar, con el fin de enemistarle, una
cuestión que era entonces muy debatida entre las dos grandes
escuelas de interpretación de la Ley: la de Shammaí y Hillel.
En la Ley se leía lo siguiente: “Si un hombre toma una
mujer y es su marido, y ésta luego no le agrada, porque ha
notado en ella algo indecoroso ('erwat dabar), le escribirá el
libelo de repudio. Una vez que salió de la casa de él, podrá
ella ser mujer de otro hombre” (Deu_24:1-2).
Este texto de la Ley era sumamente discutido en las
escuelas de interpretación judía. Para la escuela de Hillel
bastaba cualquier motivo, incluso el más intrascendente o
caprichoso, v.gr., el no haberle preparado bien la comida. El
mismo hecho de encontrar otra mujer más hermosa, como
motivo de divorcio, era considerado, según rabí Aqiba, como
excesivo por “varios maestros” 2. Y rabí Aqiba (t sobre 135)
decía “que se podía divorciar” incluso si halló una mujer más
hermosa, pues en el Deuteronomio se dice: “Si ella no
encuentra gracia a sus ojos” sin restricción alguna 3. Josefo
repudia a su mujer, madre ya de tres hijos, porque no le
agradaban sus costumbres 4. La escuela de Shammaí
interpretaba este pasaje de la Ley sólo en sentido de adulterio
5
.
Acaso estos fariseos, reflejando este ambiente y
buscando tentarle, le presentan la cuestión de si es “lícito
repudiar — verdadero divorcio — a la mujer (Mc) por
cualquier causa.” Literalmente, “darle libelo de repudio,” el
llamado “escrito de divorcio” (sepher kerithuth —
ά ποστά σιον).
Probablemente buscaban: si lo acepta, se le acusa del
laxismo de la escuela de Hillel; si no lo autoriza, se le
comprometía y enemistaba con la escuela y poderío de los
hillelistas.
Pero Jesús los desconcierta exponiendo una vía distinta,
que era la de la revelación primitiva. En el Génesis se
expone claramente la creación de los dos sexos y la unión
inseparable de ellos. “De manera que ya no son dos, sino una
sola carne” en el sentido de una persona; “y una sola carne”
no se puede dividir sin matarla. Y Cristo pronuncia una
sentencia definitiva, restituyendo el matrimonio a su
indisolubilidad primitiva: “Lo que Dios unió, no lo separe el
hombre.” Expone el sentido profundo de esta sentencia.
Mt trae también aquí la pregunta que le hacen los
mismos fariseos, objetándole a esta ley primitiva de la
indisolubilidad del matrimonio: si eso fue así, si el
matrimonio en su institución fue indisoluble, no se explica
que Moisés, legislador del pueblo de Dios, concediese el
divorcio: sea lo “permitiese” (Mc v.4), sea lo “mandase” (Mt
v.7), respondiendo esto más a la letra de la formulación del
Deuteronomio (Deu_24:1). La diferencia de fórmula lo
explican, en parte, los destinatarios judíos (Mt) y gentiles-
romanos (Mc), a quienes van destinados sus evangelios.
Pero nuevamente la palabra de Cristo situó la verdad de
las cosas. Moisés, en efecto, “permitió” el repudio, no lo
“mandó.” Pero “en un principio no sucedía así.” El
matrimonio, aludiendo al Génesis, se enseña que es de
institución divina. El matrimonio en su institución creadora,
por su naturaleza, era indisoluble. Y si Moisés hizo esto, sólo
lo permitió, fue una concesión que se autorizó, como una
dispensa temporal, a causa “de vuestro carácter duro” (cf.
Deu_10:16; Jer_4:4), ante las condiciones ambientales más o
menos primitivas. Pero aquel paréntesis de concesión ya
terminó. Y Jesucristo restituyó el matrimonio a su
indisolubilidad primitiva.
Y nuevamente viene la sanción de Jesucristo sobre este
punto, con un inciso que crea una dificultad ya clásica. Dijo
así:
“El que repudie a su mujer, excepto el caso de
fornicación (αή επί πορνεία), y se casa con otra, comete
adulterio.” En Mc, reflejando el ambiente greco-romano, se
pone también la condenación del divorcio cuando la
iniciativa parte de la mujer, lo que reconocía este derecho. Es
una “adaptación” del principio.
El problema aquí encerrado es el inciso “excepto el
caso de fornicación,” pues a primera vista parecería que se
hace la concesión del verdadero divorcio en caso de
“adulterio,” lo cual va contra lo que se dice formalmente en
la misma Escritura (Mar_10:11; Luc_16:18; 1Co_7:10-11) y
contra la enseñanza de lo que se define en Trento: que no es
disoluble el matrimonio por “adulterio de uno de los
cónyuges.” 6 ¿Cómo interpretar esto? Los autores han
alegado diversas explicaciones.
1) Se trataría de un caso de interpolación. “Esta
hipótesis parece suficientemente apoyada por las
vacilaciones de la tradición manuscrita.” 7 Lo tiene como
interpolado Larrañaga 8, quien, en cambio, admite su
genuinidad en Mat_5:32. Pero esto no puede imponerse a la
masa de los manuscritos del texto. Y buena prueba de ello es
que los autores críticos admiten como genuina esta lección.
Ni resolvería nada no admitirla y admitirla en el otro pasaje
de Mat_5:32.
2) Según otros autores, siguiendo a San Jerónimo 9,
Jesucristo admitiría aquí el divorcio imperfecto (separación
quoad thorum), pero siguiendo firme el vínculo matrimonial.
Sería sólo separación de cohabitación.
Pero esto está contra el mismo texto sagrado, donde se
responde a la pregunta que se le hace. Y ésta es que Moisés
permitía “repudiar,” divorciarse de una mujer y casarse con
otra. Además, el divorcio imperfecto era desconocido entre
los judíos. Ni se ve por qué Jesucristo autorizaría sólo este
divorcio imperfecto en caso de “fornicación” y no también
en otros casos, v.gr., de serias desavenencias conyugales.
3) Otra posición es la que da al término que usa Mt
(παρεχτό ς), (Mat_5:32) sentido inclusivo. Se diría: no es
lícito nunca dar libelo de repudio, ni incluso en el caso de
adulterio 10.
También la fórmula de este pasaje de Mt (μη επί
πορνεία) puede, en absoluto, tener sentido inclusivo. Pues,
aunque en griego “ni siquiera” se expresa normalmente por
otra forma (μη δε), pero no siempre es necesario, como se ve
en numerosos ejemplos ''. Pero si tiene este sentido inclusivo
no se explica por qué, si se establece la indisolubilidad
absoluta — en todos los casos — del matrimonio, se destaca
aquí ex profeso que también en el caso de adulterio. ¿Es que
se quiere condenar con ello la única concesión rigorista de la
escuela de Shammaí, que interpretaba la concesión del
Deuteronomio (Mat_24:1) el erwat dabar, de solo el
adulterio? Por otra parte, es seguro que aquí μη επί πορνείο:
tiene un valor inclusivo y no exceptivo? Pues son muchos los
que lo interpretan en este último sentido. Y Jesucristo
¿pretendía intervenir en una cuestión de escuelas rabínicas?
4) Se propuso también, siguiendo a San Agustín 12, un
sentido especial exceptivo 13. A la pregunta de los fariseos,
Cristo respondería exponiendo la indisolubilidad del
matrimonio, pero sobre el tema del “adulterio” prescindiría.
Diría: no es lícito nunca el divorcio, y en cuanto se plantea
por causa de adulterio, prescindo de tratar y resolver este
caso. Casi nadie sigue hoy esta solución (Benoit). Porque esa
frase es tan ambigua que lo mismo podría querer decir esto
que otra cosa. Y, por tanto, no se podría saber lo que quería
responder. ¿Y respondería Cristo con una evasiva sobre un
punto esencial, cuando acaba de proclamar la indisolubilidad
absoluta del matrimonio?
5) Se sostiene que la fórmula tiene su valor de
excepción. No sería lícito el divorcio en el caso de adulterio.
Los que adoptan esta posición, la plantean en la hipótesis de
las dos escuelas judías: la laxista de Hillel y la rigorista de
Shammaí. Cristo sólo diría que, en esa doble interpretación,
lo más normal era realizar el divorcio únicamente en caso de
adulterio. Así I. Grimm 14, Sickenberger 15, A. Fernández 16.
Se explicaría, dicen, el que Mc omita lo que es sólo una
cuestión de escuelas judías.
Después de afirmar Jesucristo la indisolubilidad
absoluta del matrimonio, es increíble que la restrinja, y
menos aún que venga a mezclarse en una querella de
escuelas judías, ni menos aún pretender con ello desvirtuar la
proposición esencial, que ya rige desde su misma institución,
referida en el Génesis. Pues no es sólo cuestión cristiana; es
la interpretación de la institución misma matrimonial “en un
principio.”
6) Diversos autores interpretan la palabra fornicación
del inciso, sea de “incesto” (1Co_5:1) y de las uniones
ilegales entre familiares; v.gr., en la sinagoga de Dura-
Europos se encontraron actas matrimoniales de hermanos;
sea en el sentido más ordinario de “concubinato.” Sobre todo
de ciertos matrimonios aparentemente tales, pero en realidad
ilegales. Responderían al tipo de zanuth. Fue propuesto
primeramente por Dóllinger 17. Posteriormente lo siguieron
otros autores (Schegg, Patrizzi, Aberle, Prat). Pero quien la
renovó con gran documentación fue Bonsirven en su obra Le
divorce dans le Nouveau Testament (1948). Para él πορνεία
significa toda unión matrimonial ilegítima o inválida: “Un
matrimonio nulo, inválido, ilícito, irregular de cualquier
manera” (p.50). Añadiendo que “la legislación (mosaica) y la
jurisprudencia (rabínica) no habían aún distinguido los
matrimonios nulos o inválidos de los ilícitos o irregulares”
(p.59). Así cita πορνεία con este amplio significado, v.gr.,
en 1Co_5:1 (incesto); Hec_15:20.29; Hec_21:25 (el concilio
de Jerusalén, donde la prohibición serían todas las
prescripciones mosaicas de Lev c.18), Heb_12:16
(matrimonio mixto o ilícito), Tob_8:9 (matrimonio de
fornicación, nulo, en contraposición al que contrae Tobías
por “fidelidad” a la Ley).
7) M. Baltensweiler y Bonnard siguen, en parte, esta
línea. “Sabemos que la casuística judía autorizaba ciertas
uniones prohibidas por el Levítico (c.18) en el caso de
paganos convertidos a la fe judía.” El texto de Mt iría contra
estos abusos: no más repudiaciones que las uniones ilegales
previstas en el capítulo 18 del Levítico 17.
8) A.-M. Dubarle en su artículo Mariage et divorce
dans l'évangile, dice que en los evangelistas, y en especial en
Mt; se nota un deseo de armonizar el N.T. con la Ley
(Mat_5:17ss). En la Ley se reconoce el divorcio (cf.
Exo_21:7-11; Deu_21:10-14; Deu_24:1-4). Y, entre los
diversos pasajes, está éste discutible (Deu_2:1-4). Está —
dice — además entre pasajes que tratan de proteger al débil y
desafortunado. Lo que el Evangelio quiere, pues, condenar
es el que se tome la iniciativa de la ruptura conyugal. Pero,
al menos no lo dice el Evangelio, no condena al que, por ser
víctima de ella, se case de nuevo. Por eso, este doble
“inciso” de Mt — no de Cristo —, como “excepción” a la
condena del divorcio, no puede negarse sin más, ya que se
entronca con esa citada tendencia de misericordia del A.T.
En caso de tener que contradecirla — añade —, Mt hubiese
tenido que declararlo abiertamente. Por lo que Dubarle
traduce πορνεία, no por el simple adulterio, sino por una
mala conducta “más que adulterio simple y momentáneo”:
por “un desorden, grave y prolongado en esta materia.” Mt
se mantiene, pues, en la línea dura: sólo lo permite en las
uniones ilegales que cita Levítico (c.18). Añade que los
estudios de Franssen — de 1950 a 1955 — han hecho ver
que el concilio de Trento no quiso condenar directamente
que el adulterio disolvía el vínculo matrimonial (denzsch.
n.1807).
Esta posición falla. No se ve esa armonización del N.T.
con la Ley en el “sermón del Monte,” cuando los contrastes
son tan fuertes. Y la frase de Cristo que “no vino a destruir la
Ley, sino a llenarla (πληρώ σαι), es muy amplia: cumplió
parte de ella, suprimió también parte de la misma, y la llevó
a una nueva perfección.
Ni se ve que el Evangelio quiera sólo condenar la
iniciativa de la ruptura vincular, dejando en libertad a la otra
parte para contraer nuevo matrimonio. Pues si en Mc
(Deu_10:11-12) se extiende la iniciativa del divorcio a la
mujer, por causa del mundo greco-romano, también se dice
que el que repudia a “su mujer” y se casa con otra, comete
“adulterio”; luego es que es mando de la primera. Y Lc
(Deu_16:18) acentúa aún: que el que se casa con la
“repudiada” también comete “adulterio”; señal de que la
“repudiada” es legítima mujer del primer marido. Mt tiene
una excepción, pero no se sigue que se refiera a la disolución
vincular, sino a otro tipo — luego se verá — de
seudomatrimonios ”zanuth.” Sólo Pablo tiene una verdadera
excepción con el “privilegio paulino” (1Co_7:12ss). La
casuística judía admitía ciertas uniones prohibidas por el
Levítico (c.18), en el caso de ciertos paganos convertidos a
la fe (cf. Strachb., III p.353-358). Esta excepción vincular de
Pablo se enuncia así: “Eso lo digo yo, no el Señor”
(1Co_7:12.). ¿Podría Pablo, personalmente, hacer esta
dispensa de un principio general de Cristo, y que él mismo
reconoce, ser del Señor? (1Co_10:11). La afirmación de
Cristo, haciendo la interpretación auténtica del principio de
indisolubilidad matrimonial, en su misma institución, es
demasiado grave para hacer esta dispensa por una prudencia
de benevolencia, porque “lo digo yo,” de Pablo. Se apela al
“poder de las llaves,” pero lo que es de institución divina, y
ratificado y definido por el Magisterio, aparte del canon
antes citado (Franssen), sólo se puede admitir que Pablo lo
hace en virtud de un “privilegio” divino-apostólico. Y si se
lo condena indirectamente, se lo condena. Y si no lo quisiese
condenar, entonces ¿por qué se lo condena? Por último, la
traducción que da Dubarle de πορνεία es gratuita y
técnicamente — para precisar ese tipo de matrimonios —
ininteligible 17.
9) A. Isaksson propuso otra teoría. Se referiría este
pasaje de Mt (μη επί πορνεία) a la prescripción de la Ley
judía, según la cual el marido que en la primera noche
matrimonial descubría que su mujer no era virgen tenía la
obligación de exponer esta circunstancia públicamente al
tribunal, al día siguiente hábil, divorciándose por esta razón.
Esto, dice, era tan evidente para los oyentes de Cristo, que no
vio probablemente la necesidad de especificarlo. Pero Mt,
más tarde, al escribir el evangelio, vio la necesidad de
aclararlo. Isaksson explica que el matrimonio es algo civil y
que a la autoridad competía exclusivamente determinar si en
un caso concreto se había de aplicar esta cláusula o no.
No es esta hipótesis nada evidente. La virginidad física
puede ser perdida sin culpa. ¿Cómo determinar entonces el
tribunal si en este caso debía o no haber separación por
culpabilidad? ¿A cuántos abusos no se podría prestar esto?
¿Quién entendería que con el término zanuth (πορνεία) se
refería específicamente a esto? La determinación de Cristo es
absoluta, no hacen falta tribunales. Por ambiente y por
corresponder este término exactamente a lo que se indicará
luego, la solución que se propone es otra 18.
¿Qué pensar ante esta dificultad y ante las varias
soluciones propuestas?
a) Las partículas que se usan en los dos pasajes de Mt
(παρεκτό ς y μη επί πορνεία) tienen valor exceptivo y no
inclusivo, por las razones siguientes:
1) Las dos veces, que sale παρεκτό ς en el N.T. (Act;
1Co_26:29; 2Co_11:28) tiene sentido negativo-exceptivo.
2) Las versiones antiguas latinas, ítala y Vulgata, lo
mismo que las siríacas y copias, traducen estas partículas de
los dos pasajes de Mt con valor exceptivo.
3) En las variantes críticas de manuscritos
correspondientes a los códices B, C, D, muchos minúsculos,
Orígenes, Eusebio, San Basilio y acaso San Crisóstomo,
ponen, en lugar de μη επί, παρεκτό ς, en sentido exceptivo.
A esto dice Bonsirven: “Esta particularidad, proviniendo de
familias diferentes y precisas, no supone simplemente una
confusión de dos textos paralelos, sino que testimonian que
se ha querido muy pronto interpretar 19:9 como una
excepción a la prohibición del divorcio.” 19
4) Si estas partículas hubiesen de ser interpretadas en un
sentido inclusivo y no exceptivo, siendo el pasaje difícil, y
siendo la solución tan fácil, como era interpretar estas
partículas en sentido inclusivo, valor que pueden tener
absolutamente consideradas, ¿por qué la tradición, entre la
que había excelentes filólogos griegos, no las interpretó en
sentido inclusivo?
b) Se trata de una verdadera separación conyugal. —
Jesucristo restituye aquí el matrimonio a su indisolubilidad
primitiva, a la indisolubilidad en la misma institución
matrimonial, en contraposición a la concesión mosaica. Por
tanto, el divorcio, habiendo habido verdadero matrimonio,
queda de nuevo invalidado.
Pero, por otra parte, hay, en el caso que se considera,
una excepción en el mismo. Excepción que no puede darse
conforme a la afirmación terminante de si hubo matrimonio
verdadero; matrimonio que esté incluido en las condiciones
de validez de la misma institución matrimonial, a la que
restaura en toda su pureza.
De aquí se sigue que esa excepción en el matrimonio no
debe ser el “adulterio,” como algunos interpretaban el
πορνεία de esta cláusula exceptiva, presentando éste como
un hecho social no legitimado por la Ley, puesto que éste no
es matrimonio ni puede aparecer nunca, legalmente, con
forma matrimonial.
Esta excepción debe de ser una excepción en una forma
matrimonial que sea un matrimonio realmente inválido ante
la moral, pero que, al mismo tiempo, aparezca legalmente
como válido. Por lo que no pudiera tener una equiparación
social ni moral al concubinato o adulterio. ¿Se dio este tipo
matrimonial en Israel? Sí. Y esto es lo que hacen ver los
escritos rabínicos.
En éstos aparece un triple tipo de matrimonio inválido,
que llaman zanuth = fornicación = πορνεία. Estas tres
clases de matrimonio zanuth son las siguientes:
a) Matrimonio nulo, pero que es contraído con buena
fe, y, por tanto, sin culpa. Lo llaman los rabinos “zanuth por
error o inadvertencia.”
b) Matrimonio nulo, pero que es tal por contraerse con
mala fe, es decir, sabiendo la invalidez del mismo. Lo llaman
los rabinos “zanuth por malicia” o también shém zenuth, con
nombre de zanuth.
c) Matrimonio nulo por el modo como se realiza. Lo
llamaban los rabinos dérek zenuth, por “camino o vía de
fornicación.”
De los muchos pasajes de estos matrimonios zanuth que
se citan en la Mishna, se citará sólo algún caso, remitiendo al
lector para otros a las obras de Bonsirven 20.
Un tema muy discutido por los rabinos era el caso de
una mujer casada que, habiendo desaparecido su marido, se
casaba de nuevo, y si, viviendo con este segundo, aparecía
luego su primer marido, ¿qué se debía hacer en este caso?
Entre las muchas discusiones sobre esto, también se decía:
“Si el segundo matrimonio no ha sido autorizado (por el
tribunal), ella puede volver a su primer marido.” 21 Pero si
había sido autorizado, se lo consideraba válido.
Y hasta se llegaba a admitir por algunos rabinos que un
matrimonio nulo se hacía, en algunos casos, válido después
de la consumación del mismo 22.
De lo expuesto, a propósito de este pasaje de Mt, se
sigue lo siguiente:
En la época de Cristo se discutía vivamente sobre un
tipo de matrimonio zanuth, o de “fornicación,” que, cuando
era contraído de buena fe — zanuth por inadvertencia —, era
considerado por unos rabinos válido y por otros inválido,
aunque fuese inválido ante la ley natural.
Pero esto, desde el punto de vista de la moral natural,
era inválido, y no valía para convalidarlo ni la buena fe, ni la
autorización o interpretación rabínica, ni la consumación del
mismo.
Pero, de hecho, esta interpretación hacía que se tuviese
por válido este matrimonio en el sector a que afectaban sus
doctrinas, aunque, ante la misma moral natural,
objetivamente considerado, fuese un concubinato. Mas,
ampliamente divulgado este punto por efecto de las
discusiones rabínicas y por su traducción a la práctica, por lo
menos en el sector en que influyesen estos doctores, se
imponía, a la hora de cesar la autorización mosaica del
divorcio, que se interpretase también la moralidad de este
tipo de matrimonios zanuth. Y es lo que Jesucristo hace
respondiendo precisamente a la insidia que le tienden “unos
fariseos” (Mat_19:3; Mar_10:2), en cuyos sectores se
discutían vivamente estas posiciones frente al matrimonio.
Así, la traducción de este pasaje de Mt debe ser: “El que
repudia a su mujer — excepto el caso de zanuth — y se casa
con otra, adultera.”
Esto mismo explica varias cosas en el evangelio de Mt
y en el lugar paralelo de Mc (Mar_10:11.12) y Lc
(Mar_16:18).
En Mt explica que para expresar el motivo de este
matrimonio a disolverse se usa un término (πορνεία),
mientras que para decir que el que, excepto en este caso, se
casa con la mujer divorciada, adultera, usa otro término
(μοίχά ται). En el contexto con este segundo término se
expresa ciertamente el adulterio; en cambio, con el otro ha
de expresarse otra cosa distinta, no sinónima de adulterio. Lo
que, en este caso, era ese tipo de matrimonio inválido de
buena fe.
Explica en Mt el que se exija la disolución de este tipo
de matrimonio inválido, mientras que no se cita este
paréntesis exceptivo en los lugares correspondientes de Mc-
Lc.
En efecto, Mt escribe su evangelio para judíos. En esta
época, estas discusiones estaban muy vivas en el rabinismo.
Por eso hacía falta recoger esta enseñanza de Cristo, para
que los primeros cristianos palestinos procedentes del
judaísmo, conocedores de este ambiente, supiesen
claramente a qué atenerse. En cambio, esto falta en los
evangelios de Mc-Lc. Escritos para la gentilidad y
desconocedores de este tipo de matrimonios inválidos, no
hacía falta plantearles ni resolverles este problema. De ahí su
omisión en la intención de estos evangelistas o de sus
catequesis primitivas.
Explica también en Mt que sea esta enseñanza en
respuesta a una insidia planteada abiertamente por “los
fariseos,” en cuyo ambiente rabínico se planteaban y
discutían estos temas.
Explica también la brevedad de este inciso.
Posiblemente se explicó con más detención y claridad este
punto de importancia tan capital en las catequesis. Pero
también es posible que Mt o sus catequesis hubiesen creído
oportuno resumir este punto, haciéndose cargo que, estando
muy vivas estas discusiones entre los rabinos a la hora de la
composición de su evangelio, bastaría un breve inciso para
recordar y dar resumidamente la doctrina de Jesucristo sobre
este punto 23.
Y de todo lo expuesto se deduce que este tipo de
matrimonio zanuth contraído con buena fe, hasta el momento
de conocerse este error sustancial, que lo invalidaba, era una
unión estable moral, pues se estaba en él de buena fe y por
error invencible, y legal, pues la ley lo sancionaba y gozaba
de todos los privilegios concedidos por la misma al
verdadero matrimonio. Y, por lo tanto, requería, no para
disolver el vínculo, puesto que no existía, aunque sí, de
hecho, el libelo de repudio; pues, considerado jurídicamente
como legal, su disolución legal y la justificación moral de
esta disolución requerían también un testimonio legal, cuyo
medio normal era dar el libelo de repudio a aquella situación
estable y hasta entonces moral y legal.
Sin duda este inciso es una interpretación cristiana,
extendiendo el verdadero sentido de la indisolubilidad
matrimonial a las cuestiones rabínicas, cerrando así la misma
excepción que admitía la escuela rigorista de Shammaí 23 y
este tipo ambiental de matrimonios zanuth.

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