Dunamis - El Mandato de La Iglesia
Dunamis - El Mandato de La Iglesia
Dunamis - El Mandato de La Iglesia
Cuando Jesús habló a sus discípulos en hechos 1:4-8, Él estaba muy consciente de que
dentro de una hora el no estaría más con ellos en la tierra. Los discípulos ya habían
tenido la mala experiencia de los eventos que le llevaron a la crucifixión. Ahora, Él
estaba a punto de abandonarlos otra vez.
Pero él no quería irse sin dejarlos con una dirección hacia donde debían de caminar,
Pedro había vuelto a la pesca, tal y como se relata en Juan capítulo 21, Jesús sabía que
no había tiempo que perder; él debía darle un propósito a su Iglesia. Él tenía que
explicarles cuál iba a ser lo esencial de su existencia en el futuro. Él debía también,
impartirles una visión para anunciar el reino de Dios a la tierra. ¿Entonces, qué les dijo?
En primer lugar, veamos lo que el NO dijo:
Por supuesto que las ideas previamente mencionadas son muy importantes y necesarias
para vivir en la Iglesia, el único problema es que con eso jamás haremos discípulos.
Lamentablemente, y en la mayoría de iglesias de nuestros tiempos no pasamos más
procurando llevarnos bien entre nosotros mismos y haciendo cosas para mejorar
nuestras casas o templos. Las escuelas dominicales, los servicios religiosos, las
reuniones de oración, las células, los grupos juveniles, las cruzadas y tantas otras
actividades son principalmente actividades diseñadas dentro del templo.
Si lo de arriba les suena a algo cierto, significa que llegó la hora de repensar su posición;
y volver a estudiar lo que Jesús ordenó a sus discípulos.
¿Entonces que dijo?
Hechos 1:8 dice: “… Recibirán poder después que venga el espíritu Santo”. Es bien
interesante que la palabra utilizada en el griego antiguo es “dunamis” de donde
también proviene la palabra dinamita. O sea que Jesús dijo recibirán “dinamita”.
Hechos 1:8 “me seréis testigos en Jerusalén, Judea, Samaria y hasta lo último de la
tierra”
Se necesita establecer en la Iglesia una clara estrategia para orar por nuestra Jerusalén,
nuestra Judea y hasta lo último de la tierra. Las 4 a geográficas.
Algunas sugerencias:
1. Haga una declaración estratégica en su iglesia para orar por las misiones en
las 4 a geográficas. Esto hará que los miembros se apropian de la visión y se
motiven para orar por la misión y por los misioneros.
2. Organización grupo de intercesor es en la Iglesia, dándoles objetivos claros
sobre qué lugares y que personas orar. Adopte una región o un país cada
mes y en cooperación con las agencias misioneras procuré recibir
información de algunos misioneros que se encuentren en esos mismos
lugares de manera que oremos por el país y por las personas que se
encuentran trabajando en el campo misionero.
3. Busque carteles con información de los países y de los misioneros para
colocarlos en un lugar visible en su iglesia de forma que los miembros vayan
familiarizándose con estas personas y en algún momento los consideren sus
misioneros o sus países, en un sentido espiritual.
4. En Guatemala, la agencia misionera evangélica ame maneja una página de
Facebook donde mensualmente publica detalles de países y misioneros.
5. Procure dedicar al menos cinco minutos de cada servicio dominical para orar
por algún misionero. Por supuesto que se debe dar una breve biografía de la
persona antes de poder orar por él o por ella.
Dar:
Es muy importante que la iglesia local esté involucrada en la ofrenda a los misioneros.
Procure levantar una ofrenda para los misioneros que se encuentran cerca y lejos; es
decir, no dar solamente a quienes se encuentran cerca sino también buscar la manera
de colaborar con personas están en otros continentes. La ofrenda no necesariamente
debería repartirse en partes iguales ya que el costo de vida en cada lugar también es
diferente.
Entregar una ofrenda a una agencia misionera muchas veces hace sentir al iglesia como
que si ya hizo lo que debiera ser; no es que tengamos animadversión por las agencias
misioneras; pero es a la iglesia y no a las agencias misioneras a las que se les dio la
orden. Al involucrarnos directamente con algún misionero que ya se encuentra en el
campo de trabajo se multiplica la manera de bendecir a la iglesia y al estar informados
de lo que estén haciendo nuestros misioneros podremos tener un contacto más directo
con cada uno de ellos.
Ir
Muchas veces se ha criticado a las misiones de corto plazo como una pérdida de tiempo
y dinero, pero la experiencia nos indica que mucha bendición ha salido de este tipo de
trabajos. Por supuesto que no todos los que van a un viaje misionero corto luego
escogerán irse a largo plazo; sin embargo entre el grupo todo el tiempo va a haber
alguien a quien Dios ya escogió.
Los profesionales en su iglesia también deben apuntarse para los trabajos misioneros.
Últimamente ha estado en boga el término hacedores de tiendas, y estos son aquellas
personas que teniendo una profesión se trasladan al campo misionero y trabajan como
médicos, maestros y muchas otras carreras de manera que no sólo se sostienen
económicamente sino que también predican el evangelio y hacen obra social.
Al hacer misiones en nuestra Judea o nuestra Samaria vale la pena considerar de qué
manera podemos aprovechar el potencial de los profesionales que asisten a nuestra
iglesia.
¿Y la gente ordinaria? Mucha gente en la iglesia local está esperando que sus líderes
digan vamos! Aunque muchos de ellos no puedan ir más allá de su Jerusalén, todas las
personas en la iglesia desean estar involucradas en algún trabajo en cualquier nivel. Una
iglesia relevante con un liderazgo que tenga visión misionera será capaz de crear
oportunidades y abrir puertas a sus miembros.
Misioneros a largo plazo:
Una iglesia con visión misionera reconocerá, animara y entrenara misioneros a largo
plazo. Estas iglesias usualmente envían y sostienen proyectos misioneros de largo plazo.
Hacedores de tiendas:
Usualmente estos son profesionales en la iglesia que toman un trabajo secular en otro
país, normalmente donde los misioneros no son permitidos. A estas personas se les
conoce como hacedores de tiendas, y empiezan a predicar el evangelio entre aquellos
donde trabajan y de una manera lenta empiezan a establecer la iglesia del Señor.
Para terminar debemos recordar entonces que la Iglesia puede hacer misiones de la
siguiente forma: Orando, enviando misioneros y sosteniendo.