Crisis de Identidad

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CRISIS DE IDENTIDAD.

INTRODUCCION.
En el siguiente estudio se presentara uno de los temas, quizás más
ignorado por la iglesia hoy en día, por no decir que muchas iglesias incluso
desconocen el tema, hablaremos de la crisis de identidad, aunque este es
un tema aplicado a la sociedad hoy en día, especialmente para la etapa de
pubertad y la tercera edad, es un tema que bien podemos aplicar a la iglesia
universal de nuestro Señor Jesucristo.
La información que usted leerá a continuación fue sacada después de
ver mucho material relacionado con el tema (Predicas y Libros). Pero en
especial he basado la investigación en la predica del pastor Jim Staley la cual
lleva el mismo nombre “Crisis de Identidad”, del libro Raíces Hebraicas del
Cristianismo por Dan Ben Avraham y el libro El Yeshua Hebreo vs. El Jesús
Griego por Nehemías Gordon traducido por Baruj Prieto.
Cada información obtenida fue confirmada por la palabra de Dios, la
biblia, esperando que sea de bendición para cada uno de nosotros.
¿QUÉ ES UNA CRISIS DE IDENTIDAD?
Una crisis de identidad es un periodo en el que la persona
experimenta profundas dudas sobre sí misma, dudas sobre el sentido de la
existencia acompañada de sentimientos de vacío y de soledad. Esto le
produce una sensación de ansiedad al tratar de definir o redefinir quiénes
somos y en qué momento vital estamos.
La crisis de identidad aparecen cuando llegamos a un punto en donde
no sabemos incluso ni quiénes somos y nos hacemos una y otra vez
preguntas acerca del sentido de nuestra existencia.
¿Alguna vez te has parado al frente de una intersección sin saber qué
camino tomar? ¿Alguna vez te has preguntado si hay algo que te falta y no
sabes qué es? ¿Alguna vez has sentido que tú no pertenece al lugar donde
estás? ¿Alguna vez te ha preguntado quien eres?
Aparte de la crisis o pérdida de identidad, una de las cosas de
las cuales nuestra identidad es víctima es el robo de identidad. Aunque
usted no lo crea el robo de identidad es uno de los delitos más denunciado
a nivel mundial. Falsifican tu firma, clona tus tarjetas de débito y crédito,
jaquean tus cuentas en las redes sociales, estafan en tu nombre, etc.
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En otras palabras, nuestra identidad puede ser víctima de una
pérdida de identidad o un robo de identidad, o en todo caso, de ambas. No
tener una identidad definida, trae consecuencias a nuestras vidas.
Por ejemplo el caso de los inmigrantes ilegales, que quizás tengan
una identidad en el lugar donde nacieron, pero no en el lugar donde viven
o en el lugar donde hacen vida, para el estado son simplemente personas
que no existen. Esto trae terribles consecuencias para la persona que lo
sufre.
No puede gozar de un trabajo legal, quizás pueda conseguir trabajo
pero no gozar de todos los beneficios de un trabajador legal, incluso puede
ser víctima de abuso del parte del patrón y recibir un salario por debajo de
correspondiente. No puede gozar de los servicios de salud y educación.
Estos por nombrar algunas de las consecuencias, pero en realidad serian
muchas.
¿Sera que la pérdida de identidad ocurre solamente en lo secular y
no en lo espiritual? ¿Sera que como iglesia, a lo largo de la historia, fuimos
víctima de un robo de identidad? ¿Sera que al final, como iglesia, no
sabemos quiénes somos? ¿Sera que por sufrir una pérdida de identidad
hemos dejados de gozar de muchas bendiciones de parte de Dios?
Primero debes descubrir quién eres, luego descubre tu misión y al
final podrás saber a dónde ir.
Como tú te definas a ti mismo, eso determinara tu propósito.
A veces pensamos que estamos caminando por el camino perfecto, a
veces pensamos que estamos caminando hacia el norte perfecto. Pero
cuando usted dibuja una línea recta con dirección hacia el norte y al lado
dibuja otra línea que se desvié un grado de la primera, al final ambas van
hacia el norte, pero solo la primera va hacia el norte perfecto.
A veces eso puede suceder, como iglesia podemos pensar que vamos
por la dirección correcta, podemos pensar que vamos hacia el norte
perfecto, pero resulta que si vamos al norte, pero nos hemos desviado un
grado. El asunto es responder a las preguntas ¿En qué momento nos
desviamos? ¿En qué nos hemos desviado? Y la más importante de todas
¿Podemos recuperar, como iglesia, nuestro norte perfecto?

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Para responder a estas preguntas debemos sumergirnos en la palabra
de Dios. El pueblo de Dios una vez paso por una situación similar, pero
inmediatamente fue exhortado por Dios.
Jeremías 6:16 dice “Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad,
y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por
él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos”.
El pueblo de Dios se había desviado de su norte perfecto, y Dios les
pide, a través del profeta, que pregunten por las sendas antiguas, es decir,
miren al pasado, para que sepan cual es el buen camino y puedan caminar
por él, sin embargo ellos no quisieron obedecer. Más adelante veremos las
consecuencias.
Hoy Dios está llamando a su iglesia, a su pueblo, a preguntar por las
sendas antiguas y andar por el buen camino. Necesitamos recuperar
nuestro rumbo, nuestro norte perfecto. Para ello debemos saber que nos
pasó ¿Dónde comenzó nuestra crisis de identidad?
TEORIA DE REEMPLAZO.
En teología, la Teoría del Reemplazo, también llamada teología de la
suplantación o teoría de la substitución, implica una interpretación parcial
del Nuevo Testamento cuyo argumento es que la actual relación de Dios
con los cristianos reemplaza la relación que anteriormente tenía con el
pueblo de Israel.
En otras palabras, es la creencia de que la iglesia cristiana reemplaza
o sustituye a los israelitas en el plan de Dios y que el nuevo pacto anula las
promesas bíblicas a los hijos de Israel, incluyendo el pacto Abrahámico y el
pacto Davidico. En este punto de vista los judíos que rechazan a Jesús como
Misiás en consecuencia están condenado por Dios, renunciando a las
promesas que fueron dadas a ellos por Dios bajo pacto.
Esta forma de pensar ha llevado a muchos cristianos a expresarse,
acerca del pueblo judíos quizás de una manera denigrante:
Hipólito de Roma dijo “Los judíos han sido oscurecidos a los ojos de
tu alma con una oscuridad total y definitiva."
Orígenes dijo "Los judíos nunca serán devueltos a su antigua
condición."

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Martín Lutero escribió "Los judíos, ciertamente rechazados por Dios,
no son más su pueblo, y tampoco es Él ya más su Dios."
Justino Mártir dijo "Porque el verdadero Israel espiritual... somos
nosotros quienes hemos sido guiados a Dios a través de este Cristo
crucificado."
Quizás lo peor de esta teología nos es lo que hayan dicho estos
hombres, sino que la iglesia cristiana comenzó a andar por un camino
diferente, incluso se dice, según esta teología, que Dios en los últimos días
tratara de forma totalmente diferente a la Iglesia y a Israel, donde la iglesia
será arrebatada antes de la gran tribulación y la nación de Israel sufrirá la
gran tribulación.
La teología del reemplazo no se basa en una interpretación literal de
la Biblia, según es un argumento de todo el Nuevo Testamento, pero no
tiene fundamento biblico. Quizás el versículo más cercano a esta doctrina
sea:
Romanos 11:17-18 dice “Pues si algunas de las ramas fueron
desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas,
y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo, no te
jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz,
sino la raíz a ti”.
Pocos se basan en la parte del versículo que dice “has sido injertado
en lugar de ellas”, es decir, piensan que las ramas del olivo silvestre, la
iglesia, fue injertado en lugar del olivo natural, Israel. Parece que dice que
la Iglesia ocupa el lugar de Israel.
Leamos el versículo de Romanos 11:17 en otras traducciones:
La Biblia de las Américas dice “Pero si algunas de las ramas fueron
desgajadas, y tú, siendo un olivo silvestre, fuiste injertado entre ellas y
fuiste hecho participante con ellas de la rica savia de la raíz del olivo”.
Nueva Versión Internacional dice “Ahora bien, es verdad que
algunas de las ramas han sido desgajadas, y que tú, siendo de olivo
silvestre, has sido injertado entre las otras ramas. Ahora participas de la
savia nutritiva de la raíz del olivo”.

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Biblia Textual dice “Pero si algunas de las ramas fueron desgajadas,
y tú, siendo olivo silvestre, fuiste injertado entre ellas, y llegaste a ser
copartícipe de la raíz, de la rica savia del olivo”.
Es muy diferente decir que ocupamos el lugar de alguien, que decir
que estamos en medio de alguien.
Citare unas frases del Dr. Michael Brown a cerca de esta teoría:
“Vamos a simplificar las cosas; a todos aquellos que rechazan la
teología de reemplazo ¿Creen ustedes que las promesas hechas a Israel en
el Antiguo Testamento aplican al pueblo judío como pueblo? Si no,
entonces tú te sostiene a alguna forma de teología de reemplazo, aunque
no te guste el término”.
Según lo dicho por esta persona, no creer que la iglesia sustituye a
Israel, pero ignorar el papel de Israel en los planes de Dios es creer
indirectamente en la teoría de reemplazo.
Para entender mejor esto, es necesario conocer más acerca del
pueblo de Israel, incluso comprender algunos gentilicios que encontramos
en las escritura, tales como; Hebreos, Israelitas, Casa de Israel, Casa de Judá
y Judíos.
HISTORIA Y CRONOLOGIA PROFETICA DE ISRAEL.
La historia de Israel comenzó en el corazón de Dios, esto significa que
la formación e institución de la nación de Israel no fue algo que se le ocurrió
a Dios en algún punto determinado de la historia de la humanidad, sino
mucho antes.
En otras palabras, Israel responde a un programa divinamente
ordenado y previo a la fundación del mundo. Así, como el Mesías fue
destinado desde antes la fundación del mundo, la nación de la cual Él
tendría que nacer, también.
Para nosotros comenzara cuando un hombre recibe un llamado de
parte de Dios:
Génesis 12:1 dice “Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu
tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te
mostraré”.

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Este hombre cuyo nombre era Abram, recibe un llamado de parte de
Dios ¿De donde era este hombre? ¿De donde era Abram?
Génesis 11:31 dice “Y tomó Taré a Abram su hijo, y a Lot hijo de
Harán, hijo de su hijo, y a Sarai su nuera, mujer de Abram su hijo, y salió
con ellos de Ur de los caldeos, para ir a la tierra de Canaán; y vinieron
hasta Harán, y se quedaron allí”.
Este hombre Abram no era ni israelita, ni judío, era nativo de Ur de
los caldeos. Este lugar estaba situado al sur de la Mesopotamia, a unos 233
km al sudeste del sitio de la antigua Babilonia (Actual Irak) a la orilla del rio
Éufrates. Esta era una ciudad totalmente pagana y politeísta. En otras
palabras, Dios llamo a un hombre de en medio de los paganos.
A partir del momento que Abram cruza el rio Éufrates para obedecer
a Dios, desde ese día este hombre es conocido con un gentilicio que
heredarían sus descendientes.
Génesis 14:13 dice “Y vino uno de los que escaparon, y lo anunció a
Abram el hebreo, que habitaba en el encinar de Mamre el amorreo,
hermano de Escol y hermano de Aner, los cuales eran aliados de Abram”.
Esta es la primera vez que aparece en la biblia la palabra hebreo,
gentilicio con que también se conocen a los israelitas que significa el que
cruzo, esto no solo tiene un significado literal en el momento que Abram
cruza el Éufrates para obedecer a Dios, sino también tiene un significado
espiritual, en el momento que Abram paso del politeísmo al monoteísmo,
del paganismo a una relación con Dios, de adorar dioses falso a adorar el
Dios verdadero.
Abram no solo recibió un llamado de Dios para abandonar su tierra y
su parentela, también recibió una promesa.
Génesis 12:2 dice “Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y
engrandeceré tu nombre, y serás bendición”.
Esta promesa hecha a Abram no fue cumplida en el momento que
Abram decide cruzar el Éufrates para obedecer a Dios, quizás por el hecho
de que Abram no obedeció en un cien por ciento a Dios. Aunque este
hombre había salido de sus tierras no salió de su parentela. La palabra
parentela viene del verbo hebreo molédet, que puede significar linaje,
descendencia o familia. Abram no partió de sus tierras solo.

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Génesis 12:4 dice “Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue
con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de
Harán”.
¿Quién era Lot? Sobrino de Abram, familia de Abram.
Génesis 11:27 dice “Estas son las generaciones de Taré: Taré
engendró a Abram, a Nacor y a Harán; y Harán engendró a Lot”.
Pero Lot no estuvo siempre al lado de Abram.
Génesis 13:11 dice “Entonces Lot escogió para sí toda la llanura del
Jordán; y se fue Lot hacia el oriente, y se apartaron el uno del otro”.
Después de esta separación la promesa hecha por Dios Padre a
Abram se convierte en un pacto el cual debería ser sellado por sangre.
Génesis 17:1-2 dice “Era Abram de edad de noventa y nueve años,
cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda
delante de mí y sé perfecto. Y pondré mi pacto entre mí y ti, y te
multiplicaré en gran manera”.
Génesis 17:10 dice “Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y
vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón
de entre vosotros”.
En medio del sello de este pacto Dios cumple la primera promesa
hecha a Abram, cuando le dijo que engrandeceré tu nombre.
Génesis 17:5 dice “Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que
será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de
muchedumbre de gentes”.
¿De qué manera engrandeció Dios el nombre de Abram? Usted dirá
que le agrego una “h”, pero esto tiene un significado espiritual. El nombre
de Abram significa “El padre es excelso”, cuando Dios agrego la “h” al
nombre de Abram su nombre ahora paso hacer Abraham que significa
“padre de muchedumbre de gentes” o “padre de multitudes”. Dios escogió
la “h”, porque esta letra es parte del verdadero nombre de Dios, YHWH.
Garantía del pacto Abrahámico.
Debo preguntar ¿Sera que el pacto de Dios con Abraham es revocable
o irrevocable? Primero aprenderemos dos cosas.

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Primero. Algunos de los pactos donde está presente Dios Padre son
de carácter condicional y otros de carácter incondicional. El primer caso
Dios se obliga a sí mismo a cumplir su responsabilidad en el pacto si la otra
parte cumple primero con sus responsabilidades. En el segundo caso Dios
se obliga a sí mismo a cumplir su palabra ofrecida en el convenio aun
cuando la otra parte no cumpla sus responsabilidades.
Segundo. Cuando Dios va hacer un pacto con los seres humanos no
lo impone lo ofrece. En otras palabras nadie está obligado a entrar en un
pacto con Dios a menos que tenga la intención de hacerlo. El Señor llamará,
insistirá, animará, motivará, etc., pero al final de cuentas, el hombre tendrá
la responsabilidad de responder al ofrecimiento.
Abraham decidió entrar en el pacto ofrecido por Dios, incluso en el
momento que abandono sus tierras. La obediencia de Abraham estaba
condicionada a la fe, Dios le promete una tierra pero no le muestra la tierra.
Es importante entender que el pacto hecho por Dios a Abraham era
un pacto condicional, porque primero Abraham debía cumplir las exigencia
de Dios; sal de tu tierra y de tu parentela. A partir del momento que
Abraham cumple las condiciones divinamente establecidas en el pacto, este
deja de ser condicional para transformarse en incondicional.
Esto significa que no importando lo que suceda después, sobre la
base de la fe de Abraham y su descendencia, Dios estaría obligado a cumplir
todo lo que había prometido.
Génesis 17:7 dice “Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu
descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para
ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti”.
Esta declaración nos muestra dos grandes verdades que luego se
resumen en:
Génesis 18:17-18 dice “Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo
que voy a hacer, habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y
habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra?”.
La primera de ella es que el pacto Abrámico es eterno. Debido a su
perpetuidad el alcance de este pacto está vigente y sus promesas son
alcanzables.

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La segunda de ella es que el pacto Abrámico es Mesiánico, porque a
través del cumplimiento de este pacto y a través de la simiente de Abraham
es que nace el Mesías.
Otra de las cosas que no podemos pasar por alto del pacto Abrámico
es que el mismo no tiene nada que ver con salvación. Cuando usted recibe
una herencia, es porque es familiar o descendiente de la persona que la da,
no la recibe por ser bueno. La garantía del pacto Abrámico son; tierras,
bendiciones y bendición de la tierra. No tenía nada que ver con vida eterna.
La garantía física del pacto es independiente de cualquier condición
espiritual.
El pacto de Dios con Abraham es transmitido a Isaac.
Este pacto Abrámico que hemos determinado que es irrevocable e
incondicional paso de Abraham a su hijo Isaac.
Las escrituras relatan que al momento de Abraham recibir la
promesas del pacto no tenía hijos y el patriarca no podía entender como la
promesa se cumpliría en su descendencia si había sido privado de ello.
Génesis 15:3-5 dice “Dijo también Abram: Mira que no me has dado
prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa. Luego
vino a él palabra de Jehová, diciendo: No te heredará éste, sino un hijo
tuyo será el que te heredará. Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los
cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu
descendencia”.
Dios promete a Abraham un hijo y ese hijo seria su heredero. Sin
embargo la biblia relata en Génesis 16 el peligro que corremos cuando
queremos adelantar los planes de Dios.
Sarai la esposa de Abraham, la cual era de avanzada de edad y estéril,
en lugar de esperar en Dios toma la iniciativa y siguiendo una costumbre de
la época toma a su esclava egipcia, la cual se llamaba Agar, la entrega a su
esposo para que concibiera al heredero. Sin embargo este no era el plan de
Dios, pero ellos se adelantaron.
Génesis 16:4 dice “Y él se llegó a Agar, la cual concibió; y cuando vio
que había concebido, miraba con desprecio a su señora”.

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La consecuencia de esta desobediencia se ve incluso en nuestros días.
El hijo de Agar, quien se llamaba Ismael, fue expulsado junto con su madre
de las tierras de Abraham, pero sin embargo Dios le hizo una promesa.
Génesis 17:20 dice “Y en cuanto a Ismael, también te he oído; he
aquí que le bendeciré, y le haré fructificar y multiplicar mucho en gran
manera; doce príncipes engendrará, y haré de él una gran nación”.
Dios cumplió su promesa a Ismael, e hizo de él una gran nación ¿Cuál
es esa nación? Los países Árabes. Por eso es el odio de los árabes hacia los
judíos. Un odio de hermanos
A pesar del error cometido por Abraham y su esposa Dios cumple la
promesa de darles un hijo que sería heredero del pacto. Este hijo seria
llamado Isaac ¿Qué paso con Isaac?
Génesis 26:1-3 dice “Después hubo hambre en la tierra, además de
la primera hambre que hubo en los días de Abraham; y se fue Isaac a
Abimelec rey de los filisteos, en Gerar. Y se le apareció Jehová, y le dijo:
No desciendas a Egipto; habita en la tierra que yo te diré. Habita como
forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu
descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que hice
a Abraham tu padre”.
El pacto pasa de Isaac a Jacob.
La palabra de Dios nos muestra que cuando llego el momento para
Isaac de ser reunido con su padre aquel que había sido depositario de la
promesa debía ahora transferirla a uno de sus descendientes. Esto era un
aparente problema, ya que Isaac había tenido dos hijos gemelos: Esaú y
Jacob, siendo Esaú el primero en nacer y por ley heredero primogénito de
la bendición.
Génesis 25:21-26 dice “Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que era
estéril; y lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer. Y los hijos
luchaban dentro de ella; y dijo: Si es así, ¿para qué vivo yo? Y fue a
consultar a Jehová; y le respondió Jehová: Dos naciones hay en tu seno, y
dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; El un pueblo será más
fuerte que el otro pueblo, y el mayor servirá al menor. Cuando se
cumplieron sus días para dar a luz, he aquí había gemelos en su vientre. Y
salió el primero rubio, y era todo velludo como una pelliza; y llamaron su
nombre Esaú. Después salió su hermano, trabada su mano al calcañar de
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Esaú; y fue llamado su nombre Jacob. Y era Isaac de edad de sesenta años
cuando ella los dio a luz”.
Esta profecía de parte de Dios se cumplió por completo, ya que la
bendición de Isaac cayó sobre el menor Jacob, y la enemistad entre los dos
hermanos creció.
Génesis 27:26-29 dice “Y le dijo Isaac su padre: Acércate ahora, y
bésame, hijo mío. Y Jacob se acercó, y le besó; y olió Isaac el olor de sus
vestidos, y le bendijo, diciendo: Mira, el olor de mi hijo, como el olor del
campo que Jehová ha bendecido; Dios, pues, te dé del rocío del cielo, y de
las grosuras de la tierra, y abundancia de trigo y de mosto. Sírvante
pueblos, y naciones se inclinen a ti; sé señor de tus hermanos, y se inclinen
ante ti los hijos de tu madre. Malditos los que te maldijeren, y benditos
los que te bendijeren”.
Génesis 27:41 dice “Y aborreció Esaú a Jacob por la bendición con
que su padre le había bendecido, y dijo en su corazón: Llegarán los días
del luto de mi padre, y yo mataré a mi hermano Jacob”.
Jacob recibe la bendición de parte de Dios.
Jacob lucho para que Dios le bendijera:
Génesis 32:24-28 dice “Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un
varón hasta que rayaba el alba. Y cuando el varón vio que no podía con él,
tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob
mientras con él luchaba. Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le
respondió: No te dejaré, si no me bendices. Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu
nombre? Y él respondió: Jacob. Y el varón le dijo: No se dirá más tu
nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres,
y has vencido”.
Aunque este fue el momento puntual cuando Jacob recibe la
bendición y cuando su nombre es cambiado a Israel, es en Génesis 35
cuando Dios expone a Jacob de que se trata su bendición.
Génesis 35:1 dice “Dijo Dios a Jacob: Levántate y sube a Bet-el, y
quédate allí; y haz allí un altar al Dios que te apareció cuando huías de tu
hermano Esaú”.
Génesis 35:9-13 dice “Apareció otra vez Dios a Jacob, cuando había
vuelto de Padan-aram, y le bendijo. Y le dijo Dios: Tu nombre es Jacob; no
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se llamará más tu nombre Jacob, sino Israel será tu nombre; y llamó su
nombre Israel. También le dijo Dios: Yo soy el Dios omnipotente: crece y
multiplícate; una nación y conjunto de naciones procederán de ti, y reyes
saldrán de tus lomos. La tierra que he dado a Abraham y a Isaac, la daré a
ti, y a tu descendencia después de ti daré la tierra. Y se fue de él Dios, del
lugar en donde había hablado con él”.
En este preciso momento comienza a nacer el pueblo de Israel, a
través de la descendencia de Jacob. Nace el gentilicio de Israelitas. Todos
los descendientes de Israel, a través de sus hijos serian llamados israelitas.
Jacob, quien ahora es Israel, tuvo 12 hijos, a saber: Rubén, Simeón,
Leví, Judá, Isacar, Zabulón, Dan, Neftalí, Gad, Aser, José y Benjamín. Estos
doce hijos son lo que hasta este momento formaban las 12 tribus de Israel.
En Génesis 37 desde el versículo 12 en adelante se narra la historia
cuando José es vendido como esclavo por parte de sus hermanos, el cual
fue llevado a Egipto para ser mayordomo de un principal llamado Potifar.
Lugo José de manera inesperada pasó de mayordomo a prisionero, para
luego de prisionero a Gobernador y segundo al mando de Egipto, donde
tuvo dos hijos con una egipcia a los cuales lamo Manasés y Efraín.
Por una gran sequía Israel junto con su descendencia fue llevado a
Egipto donde se establecen en la ciudad Gosén. ¿Qué sucedió luego?
Génesis 48:1-5 dice “Sucedió después de estas cosas que dijeron a
José: He aquí tu padre está enfermo. Y él tomó consigo a sus dos hijos,
Manasés y Efraín. Y se le hizo saber a Jacob, diciendo: He aquí tu hijo José
viene a ti. Entonces se esforzó Israel, y se sentó sobre la cama, y dijo a
José: El Dios Omnipotente me apareció en Luz en la tierra de Canaán, y me
bendijo, y me dijo: He aquí yo te haré crecer, y te multiplicaré, y te pondré
por estirpe de naciones; y daré esta tierra a tu descendencia después de
ti por heredad perpetua. Y ahora tus dos hijos Efraín y Manasés, que te
nacieron en la tierra de Egipto, antes que viniese a ti a la tierra de Egipto,
míos son; como Rubén y Simeón, serán míos”.
En otras palabras Israel adopto como a sus propios hijos a sus nietos
Manasés y Efraín. Y ocuparían el lugar de Rubén y Simeón en la lucha por
la primogenitura. Manasés y Efraín fueron hijos por adopción de Israel su
abuelo. Nace la adopción en Israel. Israel decide bendecir sus dos nuevos
hijos.

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Génesis 48:17-19 dice “Pero viendo José que su padre ponía la mano
derecha sobre la cabeza de Efraín, le causó esto disgusto; y asió la mano
de su padre, para cambiarla de la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés.
Y dijo José a su padre: No así, padre mío, porque éste es el primogénito;
pon tu mano derecha sobre su cabeza. Mas su padre no quiso, y dijo: Lo
sé, hijo mío, lo sé; también él vendrá a ser un pueblo, y será también
engrandecido; pero su hermano menor será más grande que él, y su
descendencia formará multitud de naciones”.
Pongamos un poco de atención a la bendición a Efraín “será más
grande que él (que Manasés), y su descendencia formará multitud de
naciones”. Esta palabra naciones se traduce del vocablo hebreo goi, que
significa nación extranjera; de aquí gentil, es decir, que de Efraín iba a nacer
multitud de gentiles.
De este cambio sobrenatural, la primogenitura de Jacob correrá por
la vía de José pero por la persona de su hijo menor Efraín. En otras palabras,
Efraín vendría ser ahora quien tendría el honor de perpetuar el nombre de
Israel su abuelo y padre adoptivo y al mismo tiempo de velar por el resto
de sus hermanos.
Jeremías 31:9 dice “Irán con lloro, mas con misericordia los haré
volver, y los haré andar junto a arroyos de aguas, por camino derecho en
el cual no tropezarán; porque soy a Israel por padre, y Efraín es mi
primogénito”.
Israel no solo bendijo a Efraín y a Manasés, sino también a sus otros
12 hijos, pero solo voy hacer hincapiés a la bendición hecha a Judá.
Génesis 49:9-10 dice “Cachorro de león, Judá; De la presa subiste,
hijo mío. Se encorvó, se echó como león, así como león viejo: ¿quién lo
despertará? No será quitado el cetro de Judá, ni el legislador de entre sus
pies, hasta que venga Siloh; y a él se congregarán los pueblos”.
El cetro o el trono jamás iba a ser quitado de Judá, el trono eterno
estará en Judá. Eso lo sabemos porque es a través de Jesús de Nazaret que
se terminara de cumplir esta bendición.
Después de estos acontecimientos, los israelitas vivieron en Egipto
por un largo periodo, 30 años como extranjeros y 400 años como esclavos.
Esto fue también parte de una profecía de parte de Dios, incluso dada a
Abraham antes de que su nombre fuese cambiado.
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Génesis 15:12-13 dice “Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a
Abram, y he aquí que el temor de una grande oscuridad cayó sobre él.
Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará
en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años”.
Pero todo no fue mala noticia para los israelitas que estaban en
Egipto porque Dios prometió liberarlos de la esclavitud.
Éxodos 6:6-7 dice “Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy
JEHOVÁ; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os
libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios
grandes; y os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios; y vosotros sabréis
que yo soy Jehová vuestro Dios, que os sacó de debajo de las tareas
pesadas de Egipto”.
Para este propósito Dios utilizo un hombre de la tribu de Levi llamado
Moisés, este hombre vendría hacer el libertador de Israel. Este hombre
tendría el compromiso de llevar a la nación de Israel a la tierra prometida.
A pesar de todo no es Moisés el que termina la misión sino un hombre
llamado Josué.
Josué tuvo el compromiso de conquistar la tierra prometida y de
distribuir las tierras a cada tribu de la nación de Israel según lo había
ordenado Moisés. Las tribus que recibieron tierras fueron las siguientes,
según Josué desde el capítulo 13 al capítulo 19.
Rubén, Gad, Manasés, Judá, Efraín, Benjamín, Simeón, Zabulón,
Isacar, Aser, Neftalí y Dan.
La tribu de Leví no recibió tierra como heredad por el siguiente
motivo.
Josué 13:14 dice “Pero a la tribu de Leví no dio heredad; los
sacrificios de Jehová Dios de Israel son su heredad, como él les había
dicho”.
Para este entonces ya la nación de Israel ocupaba su territorio,
prometido por Dios. La nación de Israel pasó a estar formada por 13 tribus
dentro de un territorio.
En el Rio Jordán Dios había dado una profecía, a este pueblo que ya
estaba establecido.

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Deuteronomio 28:15 dice “Pero acontecerá, si no oyeres la voz de
Jehová tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus
estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas
maldiciones, y te alcanzarán”.
La nación de Israel ya establecida en la tierra prometida, estaba
obligada a cumplir los mandamientos y los estatutos dados por Dios a
Moisés. De no ser así existirían consecuencias ¿Cuál era una de esas
consecuencias?
Deuteronomio 28:64 dice “Y Jehová te esparcirá por todos los
pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo; y allí
servirás a dioses ajenos que no conociste tú ni tus padres, al leño y a la
piedra”.
Dios le estaba diciendo que si no cumplían sus mandamientos y
estatutos los sacaría de nuevo de la tierra prometida y los esparciría por
toda la tierra, y allí servirían a otros dioses ¿A quién iba dirigida esta
advertencia?
Deuteronomio 29:1 dice “Estas son las palabras del pacto que
Jehová mandó a Moisés que celebrase con los hijos de Israel en la tierra
de Moab, además del pacto que concertó con ellos en Horeb”.
A los hijos de Israel, a todos los hijos de Israel, a los hijos del pacto
¿Pero solo a ellos?
Deuteronomio 29:14-15 dice “Y no solamente con vosotros hago yo
este pacto y este juramento, sino con los que están aquí presentes hoy
con nosotros delante de Jehová nuestro Dios, y con los que no están aquí
hoy con nosotros”.
¿Quiénes eran esos que estaban presente en ese preciso momento,
a parte de los hijos de Israel?
Deuteronomio 29:10-13 dice “Vosotros todos estáis hoy en
presencia de Jehová vuestro Dios; los cabezas de vuestras tribus, vuestros
ancianos y vuestros oficiales, todos los varones de Israel; vuestros niños,
vuestras mujeres, y tus extranjeros que habitan en medio de tu
campamento, desde el que corta tu leña hasta el que saca tu agua; para
que entres en el pacto de Jehová tu Dios, y en su juramento, que Jehová
tu Dios concierta hoy contigo, para confirmarte hoy como su pueblo, y

15
para que él te sea a ti por Dios, de la manera que él te ha dicho, y como lo
juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob”.
¿Quién es este extranjero del que se está hablando? Por lógica, no
eran nativos de ninguna de las treces tribu de Israel, eran personas que se
habían introducido dentro de las tribus y habían aceptado al Dios de Israel
como su Dios, y por consiguiente los mandamientos y los estatutos de Dios.
Esto nos dice que la nación de Israel estaba constituida por trece
tribus de los hijos de Israel, más los extranjeros que aunque no siendo
israelitas decidieron de corazón aceptar al Dios de Abraham, de Isaac y de
Israel como su único y verdadero Dios.
Continúa la historia de la nación de Israel ya establecida en la tierra
prometida.
El tiempo de los reyes.
Los israelitas recuperaron la tierra de Canaán y querían ser
gobernado por un rey.
1ª Samuel 8:4-5 dice “Entonces todos los ancianos de Israel se
juntaron, y vinieron a Ramá para ver a Samuel, y le dijeron: He aquí tú has
envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos; por tanto, constitúyenos
ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones”.
¿Qué sucedió después? Los israelitas comenzaron hacer gobernados
por reyes, siendo el primero de ellos Saúl, de la tribu de Benjamín (1ª
Samuel capítulo 9), luego de este gobernó como rey David de la tribu de
Judá (2ª Samuel capítulo 5), para después gobernar como rey Salomón, hijo
de David (1ª Reyes 1:28 en adelante).
Bajo estos tres reyes todas las tribus de Israel y sus extranjeros fueron
gobernados como una sola nación, hasta que Salomón desobedece ¿Qué
sucede después?
1ª Reyes 11:30-32 dice “Y tomando Ahías la capa nueva que tenía
sobre sí, la rompió en doce pedazos, y dijo a Jeroboam: Toma para ti los
diez pedazos; porque así dijo Jehová Dios de Israel: He aquí que yo rompo
el reino de la mano de Salomón, y a ti te daré diez tribus; y él tendrá una
tribu por amor a David mi siervo, y por amor a Jerusalén, ciudad que yo
he elegido de todas las tribus de Israel”.

16
Dios a través de su profeta Ahías, manda un mensaje al pueblo de
Israel, que para aquel entonces era un solo pueblo, una sola casa, una sola
nación. Este mensaje específicamente fue dirigido a un hombre llamado
Jeroboam, el cual era de la tribu de Efraín, y al que Dios ofreció gobernar 10
de las tribus de Israel, y las otras dos quedaban en mano del actual rey. La
pregunta que cabe aquí es ¿Por qué Dios tomo esa decisión?
1ª Reyes 11:33 dice “Por cuanto me han dejado, y han adorado a
Astoret diosa de los sidonios, a Quemos dios de Moab, y a Moloc dios de
los hijos de Amón; y no han andado en mis caminos para hacer lo recto
delante de mis ojos, y mis estatutos y mis decretos, como hizo David su
padre”.
A partir de este momento el reino de Israel seria dividido en dos
reinos. A los que se les comienza a llamar La Casa de Judá y La Casa de Israel,
también en algunos casos se le llama El Reino del Sur (Judá) y El Reino de
Norte (Israel), El Reino del Sur está integrado por dos tribus las cuales son
Judá y Benjamín y El Reino del Norte por el resto de las tribus pero
encabezado por la tribu de Efraín de la casa de José.
La bendición de Génesis 49 también seria dividida. La monarquía, la
preminencia y la bendición sacerdotal fue para la Casa de Judá. La porción
de doble materia fue para la tribu de José, a través de Efraín.
Algo que no podemos pasar por alto de esta división, es que fue una
división político-administrativa no fue una división sacerdotal. Aunque el
reino fue dividido la adoración seguía siendo en Jerusalén capital del Reino
del Sur, porque allí se encontraba el templo. Los reyes del norte debían
subir a adorar al Reino del Sur ¿Por qué?
1ª Reyes 11:36 dice “Y a su hijo daré una tribu, para que mi siervo
David tenga lámpara todos los días delante de mí en Jerusalén, ciudad que
yo me elegí para poner en ella mi nombre”.
Tras la muerte de Salomón la división se concreta siendo nombrado
Jeroboam rey de Israel y Roboam hijo de Salomón rey de Judá. Con el
tiempo el rey Jeroboam sintió miedo de cumplir la orden de Dios de subir
junto con un grupo de hombre a la ciudad de Jerusalén para adorar a Dios.
1ª Reyes 12:26-27 dice “Y dijo Jeroboam en su corazón: Ahora se
volverá el reino a la casa de David, si este pueblo subiere a ofrecer
sacrificios en la casa de Jehová en Jerusalén; porque el corazón de este
17
pueblo se volverá a su señor Roboam rey de Judá, y me matarán a mí, y
se volverán a Roboam rey de Judá”.
Esta forma de pensar impulso a este rey a pecar en contra de Dios,
incluso a caer en idolatría.
1ª Reyes 12:32-33 dice “Entonces instituyó Jeroboam fiesta
solemne en el mes octavo, a los quince días del mes, conforme a la fiesta
solemne que se celebraba en Judá; y sacrificó sobre un altar. Así hizo en
Bet-el, ofreciendo sacrificios a los becerros que había hecho. Ordenó
también en Bet-el sacerdotes para los lugares altos que él había fabricado.
Sacrificó, pues, sobre el altar que él había hecho en Bet-el, a los quince
días del mes octavo, el mes que él había inventado de su propio corazón;
e hizo fiesta a los hijos de Israel, y subió al altar para quemar incienso”.
Aquí comenzaron los problemas de fornicación y adulterio espiritual
de la casa de Israel los cuales perduraron por mucho tiempo, aunque la casa
de Judá también tubo este tipo de problema. Tanto así que Dios exhorta a
ambas casas.
Jeremías 3:6-8 dice “Me dijo Jehová en días del rey Josías: ¿Has visto
lo que ha hecho la rebelde Israel? Ella se va sobre todo monte alto y
debajo de todo árbol frondoso, y allí fornica. Y dije: Después de hacer todo
esto, se volverá a mí; pero no se volvió, y lo vio su hermana la rebelde
Judá. Ella vio que por haber fornicado la rebelde Israel, yo la había
despedido y dado carta de repudio; pero no tuvo temor la rebelde Judá su
hermana, sino que también fue ella y fornicó.
Aquí ocurre algo que no podemos pasar por alto. A la casa de Israel
se le da carta de divorcio, pero la historia confirma que la casa de Judá es
perdonada, sin embargo ambas casas sufrieron consecuencias.
Ambas casas fueron llevadas en cautiverio. La casa de Israel fue
llevada en cautiverio por el imperio Asirio en el año 732 a.C. y la Casa de
Judá es llevada en cautiverio por el imperio Babilónico en el año 587 a.C.
Existe una diferencia entre ambos cautiverio, a la casa de Judá se le
profetizo que iban a regresar a sus tierra, en todo caso a Jerusalén.
Jeremías 25:11-12 dice “Toda esta tierra será puesta en ruinas y en
espanto; y servirán estas naciones al rey de Babilonia setenta años. Y
cuando sean cumplidos los setenta años, castigaré al rey de Babilonia y a

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aquella nación por su maldad, ha dicho Jehová, y a la tierra de los caldeos;
y la convertiré en desiertos para siempre”.
Al contrario la Casa de Israel no regreso jamás de su cautiverio, sino
que fueron esparcidos hacia los cuatro puntos de la tierra.
Ezequiel 11:16 dice “Por tanto, di: Así ha dicho Jehová el Señor:
Aunque les he arrojado lejos entre las naciones, y les he esparcido por las
tierras, con todo eso les seré por un pequeño santuario en las tierras
adonde lleguen”.
Fueron esparcidos y hasta la fecha aún continúan esparcidos y
perdieron su identidad ¿Por qué sucedió esto? Porque se mezclaron con los
gentiles, se gentilizaron.
Oseas 7:8 dice “Efraín se ha mezclado con los demás pueblos; Efraín
fue torta no volteada”.
Oseas 8:8 dice “Devorado será Israel; pronto será entre las naciones
como vasija que no se estima”.
Por un tiempo cuando fueron esparcidos conocieron su identidad
pero luego se hicieron indistinguibles.
Esta es la historia del pueblo de Dios Israel, pueblo escogido y
bendecido por Dios. Que fue dividido en dos reinos. Que a uno de ellos se
le permitió regresar a sus tierras y a otro no, fueron esparcidos por toda la
tierra y perdieron su identidad.
Actualmente existe una nación llamada Israel, que ocupa un
territorio que se le fue otorgado y restaurado el 14 de mayo de 1948, pero
esta nación esta integradas solo por los Judíos que pudieron retornar, es
decir, por la Casa de Judá, porque aún la Casa de Israel o Efraín continua
esparcida por el mundo entero sin conocer su identidad. Por eso podemos
decir, que todos los judíos son israelitas pero no todos los israelitas son
judíos, porque aún existen 10 tribus que están esparcidas por el mundo sin
conocer quiénes son.
De ambos reino es la Casa de Judá, o los judíos como se le conocen
hoy en día, quienes pueden rastrear su linaje a Abraham. La casa de Israel
o casa de Efraín no puede porque perdieron su identidad. Las bendiciones
ofrecidas por Dios a Abraham estarán sobre su pueblo, pero solo cae sobre
aquellos que saben y reconocen quienes son.
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Logros del pueblo judío.
Vanity Fair, famosas revista española en el 2010 público que de las
primeras 100 personas más poderosas del mundo al menos 51 son de
descendencia judía.
20% de los multimillonarios son de descendencia judía.
El fundador de google Sergey Brin nació en Moscú en 1973, en el seno
de una familia judía.
El fundador de Facebook Mark Zuckerberg creció dentro de una
comunidad judía.
Albert Einstein, uno de los más grandes científicos de la historia era
judío.
Steven Spielberg, famoso director de cine es de descendencia judía.
Levi Strauss, el creador del famoso blue jean levis era judío.
Todos estos inventos que nombrare a continuación fueron creados
por un judío: La bombilla de luz, el láser, el marcapasos, desfibrilador, la
ingeniería genética, el acero inoxidable, las vacunas contra la peste
bubónica, la vacuna contra el cólera, la vacuna contra el polio, los jean,
películas con sonidos, la televisión a color, el control remoto, etc.
El mero hecho de decir que la iglesia ha sustituido al pueblo de Israel
en los planes de Dios, puede ser tomado como ignorancia y arrogancia
¿Sabes por qué? Porque el pueblo judío es sin duda alguna el más
bendecido grupo de persona de todo el mundo. Y no solo eso han sido de
más bendición para la sociedad que cualquier otro grupo étnico de la
historia moderna.
Las garantías físicas de las bendiciones del pacto Abrámico son
independiente de cualquier condición espiritual. La cristiandad no puede
reemplazar lo que ya es irrevocable.
¿QUIÉNES SON LAS OVEJAS?
En la biblia es común la comparación del hombre con las ovejas, este
animal tiene muchas características que los diferencia de los demás
animales, pero existe una característica en especial por la cual Dios escogió
este animal y es que saben distinguir por medio de la voz quien es su pastor.

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Muchos pastores pueden coincidir en un punto, cada uno con su rebaño de
ovejas, pero a la hora de marcharse con el simple llamado del pastor cada
rebaño seguirá a su pastor. Esta es quizás la principal característica por la
cual Dios compara algunos hombres con ovejas.
Lo curioso es que cuando se trata de llamar a un pueblo o un grupo
étnico como rebaño de oveja, el único pueblo que en la biblia se le llama
ovejas es el pueblo de Israel, ni siquiera a la iglesia se le llama rebaño de
ovejas.
Jeremías 23:2 dice “Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de Israel a
los pastores que apacientan mi pueblo: Vosotros dispersasteis mis ovejas,
y las espantasteis, y no las habéis cuidado. He aquí que yo castigo la
maldad de vuestras obras, dice Jehová”.
Hay un grupo de ovejas a los que Dios llama ovejas perdidas, son
aquellas ovejas que están lejos de su redil, aquellas ovejas que no tienen
pastor, aquellas ovejas descarriadas ¿Quiénes son esas ovejas perdidas?
Jeremías 50:17 dice “Rebaño descarriado es Israel; leones lo
dispersaron; el rey de Asiria lo devoró primero, Nabucodonosor rey de
Babilonia lo deshuesó después”.
Ezequiel 34:12 dice “Como reconoce su rebaño el pastor el día que
está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré mis ovejas, y las
libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y
de la oscuridad”.
Miqueas 2:12 dice “De cierto te juntaré todo, oh Jacob; recogeré
ciertamente el resto de Israel; lo reuniré como ovejas de Bosra, como
rebaño en medio de su aprisco; harán estruendo por la multitud de
hombres”.
El Señor ha prometido que un día reunirá nuevamente ese grupo de
ovejas que están esparcidas, y ese grupo de ovejas es la Casa de Israel
¿Dónde están esas ovejas actualmente?
Amós 9:9 dice “Porque he aquí yo mandaré y haré que la casa de
Israel sea zarandeada entre todas las naciones, como se zarandea el grano
en una criba, y no cae un granito en la tierra”.
Ezequiel 11:16 dice “Por tanto, di: Así ha dicho Jehová el Señor:
Aunque les he arrojado lejos entre las naciones, y les he esparcido por las
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tierras, con todo eso les seré por un pequeño santuario en las tierras
adonde lleguen”.
Actualmente esas ovejas pérdidas de la Casa de Israel se encuentran
entre todas las naciones, entre los gentiles. Perdieron su identidad. Efraín o
la Casa de Israel se mezclaron con los gentiles.
Oseas 7:8 dice “Efraín se ha mezclado con los demás pueblos; Efraín
fue torta no volteada”.
Las 10 tribus de la casa de Israel fueron tomadas cautivas y dispersa
por toda Asiria, con el tiempo se asimilaron entre las naciones y se hicieron
como gentil. Ellos conocían su identidad en aquel tiempo, pero al pasar de
los tiempos se hicieron indistinguibles. Perdieron su identidad. No podemos
decir que las tribus esparcidas han regresado.
¿Alguna vez te has preguntados por qué los gentiles, a los que se
llamaban paganos, que odiaban los judíos tan fácilmente aceptaron a Jesús
de Nazaret como Mesías? Porque la gran mayoría no eran gentiles paganos,
sino gentiles israelitas.
1ª Pedro 1:1-2 dice “Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados
de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos
según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para
obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean
multiplicadas”.
Santiago 1:1 dice “Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a
las doce tribus que están en la dispersión: Salud”.
Dios ha elegido a su pueblo, lo separo, lo disperso y lo predestino a
que regresaran y se volvieran a unir. Esta es la base de la famosa teoría de
la predestinación.
¿ISRAELITAS GENTILES?
Para la época de nuestro Señor Jesucristo los judíos, convivían en la
provincia de Judea, cuya capital era Jerusalén, con varios grupos de gentiles.
El hecho de que la provincia de Judea era dominio romano los obligaba a
compartir la ciudad y los pueblos con estos grupos de personas. Estos
diferentes grupos de gentiles se dividían en cuatro grupos.

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Los gentiles paganos: Eran aquellos que compartían una religión
politeísta, contando a los ciudadanos romanos y otros extranjeros que
nunca abandonaron sus falsa creencias.
Los gentiles extranjeros: Eran aquel grupo que a pesar de haber sido
criados bajo una religión politeísta y pagana, abandonaron sus creencias,
para aceptar al Dios de los judíos como su propio Dios. Estos hombres no
estaban obligados a guardar todas las leyes que el judaísmo había
implementado, sino lo que se conocía como la Ley de Noé.
La ley de Noé consistía en siete preceptos que fueron dados a Noé,
que el judaísmo introdujo entre sus leyes. Estos preceptos son los
siguientes:
1) No adorar ídolos.
2) No blasfemar.
3) No cometer pecados de índole sexual.
4) No robar.
5) No asesinar.
6) No comer la carne de un animal vivo.
7) Establecer cortes de justicia para implementar el cumplimiento de
dichas leyes.
Los gentiles advenedizos: Este grupo también eran extranjero, pero
se diferenciaban del anterior grupo en que ellos abandonaban sus dioses y
sus costumbres paganas para aceptar al Dios de los judíos, pero también
aceptaban cumplir todas las leyes implementadas pos el judaísmo.
Los gentiles Israelitas: Según todo lo que hemos estudiado hasta
ahora, son las 10 tribus de la Casa de Israel que están dispersas entre las
naciones, que perdieron su identidad y se mesclaron con los gentiles. Este
grupo, por ser indistinguible se confundían con los demás gentiles. Eran
irreconocible inclusos para los judíos.
Todo el Nuevo Testamento hace mención de ellos.
Juan 7:33-35 dice “Entonces Jesús dijo: Todavía un poco de tiempo
estaré con vosotros, e iré al que me envió. Me buscaréis, y no me hallaréis;
y a donde yo estaré, vosotros no podréis venir. Entonces los judíos dijeron
entre sí: ¿Adónde se irá éste, que no le hallemos? ¿Se irá a los dispersos
entre los griegos, y enseñará a los griegos?”.

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Los judíos reconocían la existencia de sus hermanos esparcidos por
todas las naciones.
1ª Pedro 2:9-10 dice “Mas vosotros sois linaje escogido, real
sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis
las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;
vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo
de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora
habéis alcanzado misericordia”.
¿De quién está hablando el apóstol Pedro? Pedro estaba citando a
los profetas. Estaba citando el Antiguo Testamento.
Éxodos 19:6 dice “Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y
gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel”.
Muchas de las personas a las que el apóstol Pablo les predico eran de
la Casa de Israel, del reino del norte.
Romanos 9:22-26 dice “¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y
hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira
preparados para destrucción, y para hacer notorias las riquezas de su
gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de
antemano para gloria, a los cuales también ha llamado, esto es, a
nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles? Como
también en Oseas dice: Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo, y a
la no amada, amada. Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois
pueblo mío, allí serán llamados hijos del Dios viviente”.
Aquí Pablo estaba citando:
Oseas 1:10 dice “Con todo, será el número de los hijos de Israel
como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y en el lugar en
donde les fue dicho: Vosotros no sois pueblo mío, les será dicho: Sois hijos
del Dios viviente”.
¿Quiénes eran aquellos que Dios les dijo ustedes no son pueblo mío?
La Casa de Israel, las 10 tribus que conformaron el reino del norte.
Los que Pablo llama en su carta a los romanos como el misterio es
prácticamente lo que se encuentra en:

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Oseas 1:4-10 dice “Y le dijo Jehová: Ponle por nombre Jezreel;
porque de aquí a poco yo castigaré a la casa de Jehú por causa de la sangre
de Jezreel, y haré cesar el reino de la casa de Israel. Y en aquel día
quebraré yo el arco de Israel en el valle de Jezreel. Concibió ella otra vez,
y dio a luz una hija. Y le dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ruhama, porque
no me compadeceré más de la casa de Israel, sino que los quitaré del todo.
Más de la casa de Judá tendré misericordia, y los salvaré por Jehová su
Dios; y no los salvaré con arco, ni con espada, ni con batalla, ni con
caballos ni jinetes. Después de haber destetado a Lo-ruhama, concibió y
dio a luz un hijo. Y dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ammi, porque vosotros
no sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios. Con todo, será el número de
los hijos de Israel como la arena del mar, que no se puede medir ni contar.
Y en el lugar en donde les fue dicho: Vosotros no sois pueblo mío, les será
dicho: Sois hijos del Dios viviente”.
Pablo habla acerca de este misterio en Romanos 9:22-26. ¿Cuál es
ese misterio? A la casa de Israel se le da carta de divorcio, es esparcida por
todas las naciones, se le dice que ya no será pueblo de Dios, pierden su
identidad, para luego ser traído de vuelta y decirle ustedes son hijos del
Dios viviente.
El libro entero de Oseas es referente a la Casa de Israel y es citado
muchas veces por Pablo.
El divorcio de la Casa de Israel:
Oseas 2:1-2 dice “Decid a vuestros hermanos: Ammi; y a vuestras
hermanas: Ruhama. Contended con vuestra madre, contended; porque
ella no es mi mujer, ni yo su marido; aparte, pues, sus fornicaciones de su
rostro, y sus adulterios de entre sus pechos”
La casa de Israel es re injertada:
Oseas 2:23 dice “Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré
misericordia de Lo-ruhama; y diré a Lo-ammi: Tú eres pueblo mío, y él dirá:
Dios mío”.
En los últimos días:
Ose 3:5 dice “Después volverán los hijos de Israel, y buscarán a
Jehová su Dios, y a David su rey; y temerán a Jehová y a su bondad en el
fin de los días”.

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¿Por qué fueron divorciados?
Oseas 4:6 dice “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó
conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del
sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré
de tus hijos”.
Aquí podemos ver que no solo fue por fornicación, sino que también
desecharon el conocimiento y se olvidaron de la ley de Dios.
Oseas 8:12 dice “Le escribí las grandezas de mi ley, y fueron tenidas
por cosa extraña”.
Ose 9:17 dice “Mi Dios los desechará, porque ellos no le oyeron; y
andarán errantes entre las naciones”.
Todo el libro del profeta Oseas trata sobre las ovejas perdidas de la
Casa de Israel, allí se resumen proféticamente la historia de la Casa de
Israel.
Romanos 11:24 dice “Porque si tú fuiste cortado del que por
naturaleza es olivo silvestre, y contra naturaleza fuiste injertado en el
buen olivo, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán
injertados en su propio olivo?”
¿Por qué habla de olivos?
Jeremías 11:16 dice “Olivo verde, hermoso en su fruto y en su
parecer, llamó Jehová tu nombre. A la voz de recio estrépito hizo encender
fuego sobre él, y quebraron sus ramas”.
A parte de ovejas Dios llamo a su pueblo olivo. Esto tiene una razón.
El olivo es una de las siete especies bíblicas con las que El Señor bendijo la
tierra de Israel.
Deuteronomio 8:7-8 dice “Porque Jehová tu Dios te introduce en la
buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que
brotan en vegas y montes; tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y
granados; tierra de olivos, de aceite y de miel”.
El fruto del olivo, las olivas o aceitunas maduraban a la salida del año
justo para la fiesta de Tabernáculos de la cual junto al vino y otras especies
eran protagonistas. Era al final de la estación y antes de comenzar las lluvias
que su color se tornaba de verde a negro indicando que estaban listas para
26
ser recogidas. Hoy día hay diferentes variedades dependiendo de si son
cultivadas para hacer con ellas aceite o para ser ingeridas directamente.
El árbol de olivo ha de ser siempre por excelencia un emblema de la
tierra de Israel pues sus raíces, su tronco, sus ramas y su fruto simbolizan al
pueblo elegido.
Esto debemos entenderlo para continuar con el siguiente tema:
DOS PALOS EN UNA MANO
Esta fue una profecía dada al profeta Ezequiel, que trata
exclusivamente sobre la nación de Israel.
Ezequiel 37:16-17 dice “Hijo de hombre, toma ahora un palo, y
escribe en él: Para Judá, y para los hijos de Israel sus compañeros. Toma
después otro palo, y escribe en él: Para José, palo de Efraín, y para toda la
casa de Israel sus compañeros. Júntalos luego el uno con el otro, para que
sean uno solo, y serán uno solo en tu mano”.
La palabra palo en estos versículos viene del hebreo original ets cuya
mejor traducción es árbol, quizás los traductores vieron de manera
imposible que un hombre sostuviera un árbol en cada mano, pero esta
profecía hace referencia a nuestro Señor Jesucristo mediante el cual se
unirán ambos arboles de olivo los cuales fueron separados.
Según la profecía un árbol representa a la Casa de Judá y el otro
representa a la Casa de Israel o la Casa de Efraín. Dios unirá por medio de
su hijo Yeshua a su amado pueblo.
Ezequiel 37:21-22 dice “Y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: He
aquí, yo tomo a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron,
y los recogeré de todas partes, y los traeré a su tierra; y los haré una nación
en la tierra, en los montes de Israel, y un rey será a todos ellos por rey; y
nunca más serán dos naciones, ni nunca más serán divididos en dos
reinos”.
Dios tomara a los hijos de Israel que fueron esparcidos por todas las
naciones ¿Cuáles fueron esos? La Casa de Israel.
Los recogerá entre las naciones a las cuales fueron esparcidos ¿Cómo
puede ser eso posible? Primero tienen que recuperar su identidad a través
de volver a las sendas antiguas.

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Luego le dará un solo rey y jamás serán dos naciones, es decir, serán
unidos para siempre. Eso debe de ocurrir antes de la venida de nuestro
Señor Jesucristo.
Ezequiel 37:28 dice “Y sabrán las naciones que yo Jehová santifico a
Israel, estando mi santuario en medio de ellos para siempre”.
Israel siempre fue y será el pueblo escogido de Dios, quizás hoy en
día muchas personas lo ponen en duda, pero llegara el día en que todas las
naciones deberán reconocerlo.
El Apóstol Pablo era conocedor de esta profecía y el la llamaba
plenitud de los gentiles.
Romanos 11:25-28 dice “Porque no quiero, hermanos, que ignoréis
este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos:
que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya
entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como
está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, Que apartará de Jacob la
impiedad. Y este será mi pacto con ellos, cuando yo quite sus pecados.
Así que en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero
en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres”.
Pablo los llama plenitud de los gentiles por la sencilla razón que la
casa de Israel, el reino del norte se mezclaron entre los gentiles. Esta
profecía tiene que cumplirse el pueblo de Israel tiene que ser uno solo,
todas sus tribus, juntos con sus extranjeros deberá estar juntos.
Recordando siempre que sus extranjero ya no son extranjero sino miembro
de la nación santa.
EL HOMBRE NUEVO DE EFESIOS 2.
Si hemos entendido, la profecía de los dos árboles en la mano como
la llamaba Ezequiel o la profecía de la plenitud de los gentiles como la llamo
Pablo. Entonces podemos entender quién es el hombre nuevo de Efesios
capítulo 2.
Efesios 2:11-14 dice “Por tanto, acordaos de que en otro tiempo
vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión
por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. En aquel tiempo
estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos
de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo

28
Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos
cercanos por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz, que de ambos
pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación”.
¿Quiénes se alejaron de la ciudadanía de Israel? La Casa de Efraín fue
la que perdió su identidad, perdió su ciudadanía. Eran llamado incircuncisos
porque perdieron todas sus costumbres. También se alejaron de los pactos
de la promesa, del pacto hecho a Abraham. Pero Pablo les dice que por
medio de la sangre derramada de Cristo volverán hacer cercanos porque de
ambos pueblo Dios ha hecho uno ¿Cuáles ambos pueblos? El pueblo de
Judá y el Pueblo de Israel ¿Cómo lo va hacer? Derribando la pared
intermedia de separación.
¿Cuál es esa parad? El odio. Por el hecho de que los judíos sabían que
Dios le había dado carta de repudio a la casa de Israel, ellos también
comenzaron a sentir repudio por las otras 10 tribus. Era algo parecido a
cuando se le daba carta de repudio a una mujer adúltera, simplemente esa
mujer era rechazada por la sociedad.
Efesios 2:15 dice “Aboliendo en su carne las enemistades, la ley de
los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de
los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz y mediante la cruz
reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las
enemistades”.
Esa enemistad entre los dos pueblos va ser sacada del corazón de
cada uno de ellos, esa ley de enemistad, esa ley que habla del adulterio tuvo
que ser abolida (Mas adelante veremos cómo). Todo esto ocurrirá para de
la Casa de Judá y de la Casa de Israel crear un solo cuerpo, un nuevo
hombre.
Esto lo podemos conectar con el libro de Zacarías.
Zacarías 9:9-10 dice “Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de
júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador,
humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna. Y de
Efraín destruiré los carros, y los caballos de Jerusalén, y los arcos de guerra
serán quebrados; y hablará paz a las naciones, y su señorío será de mar a
mar, y desde el río hasta los fines de la tierra”.

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Espiritualmente Dios destruyo las armas de guerras que existían
entre estas dos casas. El aquel tiempo las guerras se peleaban con caballos
y carros de guerra, pero sabemos que este hecho fue simbólico.
Efesios 2:17 dice “Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a
vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca”.
¿Cuáles son las buenas nuevas de paz? El evangelio de Cristo, el cual
es anunciado a los que estaban cerca, o sea, a los Judíos, por esta razón hoy
podemos ver que existe, incluso dentro del territorio de Israel, un grupo
llamado Judíos Mesiánico, que no es más que nuestros hermanos judíos a
los que se le fue predicado el evangelio y se arrepintieron aceptando a
Yeshua como el verdadero y único Mesías. Estas nuevas también fueron
anunciadas a los que estaban lejos, la casa de Israel, y aún siguen siendo
anunciadas por todas las naciones. Y donde exista un Israelita que haya
perdido la identidad podrá volver a recuperarla a través de Jesucristo.
Este versículo bíblico, es una cita que hace Pablo de Antiguo
Testamento.
Isaías 57:18-19 He visto sus caminos; pero le sanaré, y le
pastorearé, y le daré consuelo a él y a sus enlutados; produciré fruto de
labios: Paz, paz al que está lejos y al cercano, dijo Jehová; y lo sanaré”.
Esto del evangelio de paz a los que están cerca (Casa de Judá) y a los
que están lejos (Casa de Israel), ya había sido profetizado por Isaías.
Efesios 2:18-19 dice “Porque por medio de Él los unos y los otros
tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Así que ya no sois
extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros
de la familia de Dios”.
Quizás ahora podemos entender mejor estos versículos. Por medio
de Jesucristo todos tenemos entrada al Padre. Así como la casa de Israel se
confundió con los extranjeros y advenedizos y por medio de la sangre
derramada de Yeshua, vuelven hacer conciudadanos de los santos y
miembros de la familia de Dios, pero aquellos que sin ser Israelitas, pero
son extranjero y advenedizo, y aceptaron a Jesucristo como salvador son
también conciudadanos y miembro de la familia de Dios ¿Cuál familia? La
nación en pleno de Israel, el nuevo hombre de Efesios capítulo 2.

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¿Por qué digo esto? Porque la casa de Israel se volvió gentil, pero no
todos los gentiles pertenecen a las 10 tribus dispersas por todas las
naciones. Ejemplo de esto fue cuando la nación de Israel partió de Egipto, a
ellos se le unieron muchos egipcios que aceptaron el Dios de Abraham, de
Isaac y Jacob como su Dios.
¿POR QUIÉN VINO JESÚS?
Entendiendo quien es el hombre nuevo de Efesios 2, vale la pena
preguntar ¿Por quién vino Jesús? Dejemos que sea el mismo Señor que
responda.
Mateo 15:24 dice “Él respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las
ovejas perdidas de la casa de Israel”.
El mismo Jesucristo responde que fue enviado a las ovejas perdidas
de la casa de Israel ¿Sera que cambio de opinión? De ninguna manera.
Jesucristo vino a reunir su pueblo, y para ello tenía que venir por las ovejas
perdidas. Quizás usted pueda decir ¿Y que con Juan 3:16?
Juan 3:16 dice “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda,
mas tenga vida eterna”.
Primero debo preguntar ¿Quiénes fueron enviados a los cuatro
puntos cardinales, o mejor dicho, al mundo? La Casa de Efraín o la Casa de
Israel.
¿Te has preguntado porque Jesús ordeno a sus discípulos “Id y haced
discípulo de todas las naciones? Porque sus ovejas perdidas se encuentran
regadas en todas las naciones, y solo su evangelio le devolverá la identidad.
¿Te has preguntado por que Jesucristo dijo que hasta que este
evangelio no sea predicado a todas las naciones no llegara el fin? Porque
cada una de sus ovejas perdidas deben escuchar su voz para unirse a su
hermana Judá y así se cumpla la profecía de los dos palos.
En otras palabras es una bendición, aunque usted no lo crea, que las
ovejas pérdidas de Jesús estén regadas por el mundo, porque gracias a ellas,
si usted no es una de ellas, también pudo escuchar el evangelio y llegar a
formar parte del rebaño de Jesucristo.

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Juan 10:16 dice “También tengo otras ovejas que no son de este
redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un
pastor”.
Cuando Jesús pronuncio estas palabras le hablaba a un grupo de judío
quienes también son sus ovejas pero a diferencia de las otras,
permanecieron en su territorio y nunca abandonaron a Dios ni a su ley. Las
otras estaban esparcidas y se olvidaron de su Dios y de su Ley. Pero es
necesario que escuchen la voz de su Pastor, que la reconozcan y que
vuelvan. Esa voz es su santo evangelio. Cuando eso termine de ocurrir habrá
un solo rebaño y un solo pastor.
Jesús murió por ambas casas, por la casa de Judá y por la casa de
Israel. Incluso el mismo Caifás lo profetizo:
Juan 11:51-52 dice “Esto no lo dijo por sí mismo, sino que como era
el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la
nación; y no solamente por la nación, sino también para congregar en uno
a los hijos de Dios que estaban dispersos”.
El mismo Caifás lo dijo, Jesús iba a morir por la nación, para aquel
entonces para ellos la nación era la provincia de Judea o los judíos, pero
también reconocía que la muerte de Jesucristo era para reunir a los hijos
dispersos, a la casa de Israel. Jesucristo vino a morir por su pueblo, pero en
especial por las ovejas perdidas de la casa de Israel.
LA HISTORIA DE AMOR MÁS GRANDE.
¿Estás listo para escuchar la historia de amor más grande de todos
los tiempos?
El reino del norte, la casa de Israel fue divorciada.
Jeremías 3:8 dice “Ella vio que por haber fornicado la rebelde Israel,
yo la había despedido y dado carta de repudio; pero no tuvo temor la
rebelde Judá su hermana, sino que también fue ella y fornicó”.
La casa Israel había fornicado, entendiendo que esta fornicación se
refiere a lo espiritual, la casa de Israel se olvidó de su Dios y se inclinó
delante de otros dioses, esto hizo que Dios Padre le diera carta de repudio.

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Hemos visto que muchas partes de la biblia hablan de que la casa de
Israel debe regresar, pero según la misma biblia, no lo puede hacer por lo
siguiente.
Deuteronomio 24:1-4 dice “Cuando alguno tomare mujer y se
casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa
indecente, le escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano, y la
despedirá de su casa. Y salida de su casa, podrá ir y casarse con otro
hombre. Pero si la aborreciere este último, y le escribiere carta de
divorcio, y se la entregare en su mano, y la despidiere de su casa; o si
hubiere muerto el postrer hombre que la tomó por mujer, no podrá su
primer marido, que la despidió, volverla a tomar para que sea su mujer,
después que fue envilecida; porque es abominación delante de Jehová, y
no has de pervertir la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad”.
Este es un gran problema tanto que en el Antiguo Testamento se le
llamaba el misterio ¿Por qué? porque Dios se divorcia del reino del norte
(Israel) pero en el mismo aliento le dice si tú te voltea de tus malos caminos
y regresa yo te vuelvo a tomar como mi esposa.
2ª Crónicas 7:14 dice “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi
nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de
sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus
pecados, y sanaré su tierra”.
Pero Él no podía hacer eso porque él escribió una ley diciendo que si
tú te divorcia de una esposa adultera ella no puede regresar a ti, por eso
era llamado el misterio, como Dios arreglo esto:
Romanos 7:1-4 dice “¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los
que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que
éste vive? Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras
éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido.
Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada
adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que
si se uniere a otro marido, no será adúltera. Así también vosotros,
hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para
que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos
fruto para Dios”.

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“Si el marido muere será libre de la ley”. De la ley del adulterio. La
única forma de que la casa de Israel quedara libre de ley del adulterio era
que el marido al que le fallo muriese. Por eso Jesucristo tuvo que morir. El
novio murió por la novia.
¿Por qué tuvo que resucitar? No existía un sacrificio por la expiación
del pecado que tuviera que resucitar, no lo hubo. Fue la sangre derramada
por Jesucristo en la cruz suficiente para el perdón de todos los pecados de
aquellos que creen en Él. Tuvo que resucitar para proveer a la novia de un
novio acto con el que se pueda casar. Un novio elegible.
¿DÓNDE COMIENZA EL NUEVO PACTO?
En realidad el nuevo pacto comienza con grandes promesas dada al
profeta Jeremías.
Jeremías 31:8-10 dice “He aquí yo los hago volver de la tierra del
norte, y los reuniré de los fines de la tierra, y entre ellos ciegos y cojos, la
mujer que está encinta y la que dio a luz juntamente; en gran compañía
volverán acá. Irán con lloro, mas con misericordia los haré volver, y los
haré andar junto a arroyos de aguas, por camino derecho en el cual no
tropezarán; porque soy a Israel por padre, y Efraín es mi primogénito. Oíd
palabra de Jehová, oh naciones, y hacedlo saber en las costas que están
lejos, y decid: El que esparció a Israel lo reunirá y guardará, como el pastor
a su rebaño”.
Con la promesa de reunir y traer de vuelta a la casa de Israel, a la casa
de Efraín.
Jeremías 31:18 dice “Escuchando, he oído a Efraín que se
lamentaba: Me azotaste, y fui castigado como novillo indómito;
conviérteme, y seré convertido, porque tú eres Jehová mi Dios”.
Con la promesa de que Efraín, la casa de Israel, se arrepentirá y se
convertirá de nuevo a su Dios.
Jeremías 31:20 dice “¿No es Efraín hijo precioso para mí? ¿No es
niño en quien me deleito? pues desde que hablé de él, me he acordado
de él constantemente. Por eso mis entrañas se conmovieron por él;
ciertamente tendré de él misericordia, dice Jehová”.
Con la promesa de que Dios se acordara de Efraín y tendrá
misericordia de él. De allí el nuevo pacto.
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Jeremías 31:31-33 dice “He aquí que vienen días, dice Jehová, en los
cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No
como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para
sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque
fui yo un marido para ellos, dice Jehová. Pero este es el pacto que haré
con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en
su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos
me serán por pueblo”.
¿Con quién se hizo el nuevo pacto? Con la casa de Israel y con la casa
de Judá, no existen en ninguna parte de la biblia un pacto con los gentiles.
El pacto es para reunír a la casa de Israel con la casa de Judá. Y solo a la casa
de Israel se le escribirá la ley de Dios en su mente y en su corazón ¿Por qué?
Porque ellos abandonaron la ley de su Dios, pero sus hermanos de la casa
de Judá no.
Si no te has dado cuenta hasta ahora como seguidor de Jesús o
Yeshua tú eres parte de Israel, si eres parte del nuevo pacto o pacto de la
gracia eres parte de la nación de Israel.
Tú has sido injertado a la comunidad de Israel y te has hecho participe
del pacto de la promesa.
¿Estamos diciendo que solamente se pueden salvar los
descendientes físicos de las tribus de Israel? No
Isaías 56:3-7 dice “Y el extranjero que sigue a Jehová no hable
diciendo: Me apartará totalmente Jehová de su pueblo. Ni diga el eunuco:
He aquí yo soy árbol seco. Porque así dijo Jehová: A los eunucos que
guarden mis días de reposo, y escojan lo que yo quiero, y abracen mi
pacto, yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y nombre mejor
que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca perecerá. Y
a los hijos de los extranjeros que sigan a Jehová para servirle, y que amen
el nombre de Jehová para ser sus siervos; a todos los que guarden el día
de reposo para no profanarlo, y abracen mi pacto, yo los llevaré a mi santo
monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus
sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa
de oración para todos los pueblos”.
Romanos 10:12-13 dice “Porque no hay diferencia entre judío y
griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los

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que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será
salvo”.
Lo que estamos diciendo es que si tú no perteneces a las tribus de
Israel, pero abrasas el pacto de Dios, aceptando a Jesucristo como salvador,
ya eres parte de pueblo de Dios, por lo tanto tu nueva nacionalidad es
Israelita.
Un ejemplo secular de esto sería el cambio migratorio. Pondremos
como ejemplo a Los Estados Unidos de América. Un emigrante cuando
consigue su residencia en este país, pasa a ser ciudadano Americano, como
lo llaman ellos. Si tú eres venezolanos pasas hacer venezolano americano,
con todos los derechos y deberes, pero ahora tu constitución, la
constitución por la que se regirá tu vida es la constitución de los Estados
Unidos de América.
Tu que aceptaste a Jesucristo como tu Señor y Salvador eres
ciudadano del Israel de Dios y ahora la constitución que guía tu vida es la
Ley de Dios.
VIVIR POR EL ESPIRITU.
Romanos 8:5-8 dice “Porque los que son de la carne piensan en las
cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.
Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es
vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios;
porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven
según la carne no pueden agradar a Dios”.
Para andar en el espíritu no solo depende de la búsqueda, de la
oración o el ayudo sino también del sujetarse a la ley de Dios.
Pero este será nuestro próximo estudio MI NACIÓN Y MI
CONTITUCIÓN.

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