¡El Nacimiento de La Psicologia Unam!
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ABIERTA FACULTAD DE PSICOLOGÍA UNAM
UNIDAD 1
EL NACIMIENTO DE LA PSICOLOGÍA
UNIDAD 1
EL NACIMIENTO DE LA PSICOLOGÍA
INTRODUCCIÓN:
OBJETIVOS INTERMEDIOS
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
1.1.1 Explica el papel del racionalismo y el empirismo para
la constitución de la psicología científica, de acuerdo
con la bibliografía básica.
ACREDITACIÓN
3. Conclusiones.
EL NACIMIENTO DE LA PSICOLOGÍA
Dra. Zuraya Monroy Nasr
DSUA, Fac. de Psicología
UNAM
INTRODUCCIÓN
En los años ‘60 George Gusdorf publicó un trabajo interesante y original, en el cual
examinó la relación entre la revolución galilea y las ciencias humanas. En el trabajo
de este autor, quien dedicó parte de su obra a estudiar los orígenes de la psicología,
se encuentra una tesis fecunda que es la guía de este apartado. Bajo esta tesis se
plantea que el racionalismo desconoce lo específico de la experiencia psicológica.
Por ello, no debe sorprender que la psicología moderna surja a partir de una filosofía
empirista.
En esta parte, se examinarán en las filosofías racionalista y empirista los
aspectos que permitan comprender por qué se ignoran o reconocen las cuestiones
psicológicas, y su efecto para la constitución de un campo de conocimiento propio.
Debido a que este es un tema muy amplio, nos restringiremos a dos autores
representativos de estas corrientes: René Descartes y John Locke. En sus
respectivas obras están formuladas importantes cuestiones filosóficas, cuyo examen
permite comprender el curso seguido por los aspectos psicológicos durante el
período de incipiente afirmación de la psicología como región autónoma del
conocimiento.
En el siglo XVII, la filosofía asumió la tarea de fundamentar a la naciente
ciencia moderna. Los proyectos filosóficos del racionalismo y del empirismo
desarrollaron sus respectivas concepciones en relación al conocimiento verdadero.
Estas concepciones involucraban temas tanto epistemológicos como psicológicos.
Así, los fundamentos filosóficos y epistemológicos que cada proyecto establecía
hicieron posible o impidieron que los aspectos psicológicos obtuvieran la
especificidad necesaria.
II
III
En este apartado examinaremos algunos de los planteamientos del mecanismo, el
asociacionismo y el positivismo que se plantearon durante el siglo XVIII y los inicios
del siglo XIX.
Debe aclararse que aquí se encuentran presentes cuestiones tanto fisiológicas
como físicas y filosóficas. Encontramos que durante este período, en ocasiones es
difícil delimitar unos aspectos de otros. En las obras de los autores que a
continuación examinaremos coexisten las investigaciones fisiológicas y/o físicas con
aspectos filosóficos. Todo ello, además, relacionado con cuestiones psicológicas.
De la Mettrie es un pensador materialista y mecanicista. Considera que la
esencia del alma se nos escapa. De ella sólo podemos conocer las propiedades que
se manifiestan en el organismo, del cual ella es principio activo. De la Mettrie es un
fisiólogo y como tal, estudia pormenorizadamente los órganos sensoriales y el
sistema nervioso en general.
Sostiene que los diversos estados del alma son correlativos con los estados
del cuerpo. Al juicio lo define como la expresión de un proceso de comparación,
donde la memoria desempeña un papel relevante. Considera que la memoria
puede explicarse aplicando los principios de la mecánica. La imaginación es la que
conduce la creación científica y sus diversas formas nos conducen de nuevo al
terreno de las sensaciones.
En general, al describir los procesos emocionales los correlaciona con lo
orgánico. Observa así, que la ira, por ejemplo, aumenta todos los movimientos y
acelera la circulación de la sangre. El terror suscita efectos similares, mientras que
el miedo disminuye los movimientos, produce frío y suspende la transpiración.
En su obra El Hombre-Máquina, su perspectiva materialista y mecanicista se
convierte en sistema. Publicada en 1747, suscitó fuertes protestas de los medios
eclesiásticos. La concepción allí expresada es una radicalización de la perspectiva
cartesiana en cuanto al comportamiento animal. Sobre el pensamiento dice, por
ejemplo, que es una consecuencia de la organización de la máquina y que el
desarreglo de sus partes influye en lo que los metafísicos llaman alma.
David Hartley es el fundador del asociacionismo. Para desarrollar su
propuesta se inspira tanto en la física newtoniana como en la filosofía de Locke. Su
contribución fundamental consistió en proponer una base fisiológica para definir las
diferencias entre ideas y sensaciones (problema señalado por Hume).
Para Newton las sensaciones de color son el resultado de las vibraciones de
los cuerpos sobre la retina. Se producen, así, sensaciones de color diversas según
la amplitud de los movimientos vibratorios.
Hartley generaliza la concepción de Newton a todas las áreas sensoriales e
intenta explicar las sensaciones, las imágenes y las ideas en términos de puros
movimientos mecánicos. Se distinguen entonces las vibraciones que son
responsables por las sensaciones y sus rastros que dan lugar a las imágenes. Las
vibraciones pequeñas y débiles conforman las ideas.
Este autor introduce, en forma original, el concepto de movimiento. De esta
forma, las asociaciones pueden ser tanto de sensaciones o de ideas como de
movimientos. Aunque esta contribución se da debido a sus planteamientos
fisiológicos, revela una preocupación por acercarse a la explicación del nivel
conductual.
Hartley menciona la ley de la contigüidad y de la frecuencia o repetición.
También distingue entre asociaciones simultáneas y sucesivas. Sobre estas últimas
considera, anticipándose a Ebbinghaus, que cuanto más lejanas son se manifiestan
con mayor debilidad.
También se anticipó a la concepción de Wundt en cuanto a la distinción entre
estas asociaciones como una forma de explicar el flujo de pensamientos y la fusión
de las ideas en un complejo.
Además de asociacionista y mecanicista, Hartley era un dualista o, más
precisamente, un paralelista psicofísico. Con esto queremos decir que concebía a
la mente y al cuerpo como entidades distintas. Aunque sus leyes de las ideas y las
vibraciones en el cuerpo fueran muy parecidas, no se anula la diferencia. Cada una
se dá en el ámbito de su competencia. Su obra más importante Observations on
Man, la publica en 1749, seis años antes de morir.
Con James Mill el asociacionismo llega a un momento culminante. Seguidor
de Hume y Hartley, Mill considera que el principio de contigüidad es suficiente para
explicar los procesos asociativos.
El principio de contigüidad se aplicaría tanto al nivel de las sensaciones como
al nivel de las ideas. Las asociaciones pueden variar según el criterio de su fuerza.
En realidad, hay tres criterios de fuerza: permanencia, certeza y facilidad.
En su libro Analysis of the Human Mind (1829), estudia una gran cantidad de
facultades, como la imaginación, la abstracción, la memoria, la creencia, el
raciocinio, sin que propiamente se conciban aún como psicológicas.
Uno de los orígenes de la psicología científica es la fisiología experimental.
En la primera mitad del siglo XIX la fisiología se desarrolla en torno a varias
cuestiones.
Pierre Flourens es un estudioso de la fisiología cerebral. En 1824-1825, bajo
el título de Examen de la Phrénologie. En esta obra, se apoya en el pensamiento
de Descartes para refutar la frenología de Gall y establecer la fisiología científica del
cerebro.
Analiza el cerebro en sus partes unitarias esenciales desde el punto de vista
anatómico. Concibe a cada parte del sistema nervioso actuando como una unidad.
Además, sus experimentos lo llevaron a concluir que hay unidad y diversificación en
las funciones cerebrales.
Con el uso del microscopio surge una nueva vertiente en la fisiología cerebral.
Se dan importantes avances en la histología (estudio de los tejidos) del sistema
nervioso. Boring señala que aunque a primera vista los adelantos histológicos
parecerían de poca importancia para la psicología, en realidad están fuertemente
relacionados (1980, p. 90).
Flourens había considerado al cerebro como un órgano simple. Consistía en
partes distinguibles como el cerebro, el cerebelo y la médula oblongada. Estas
partes poseían una función particular. No se pensaba que esas partes, en su
interior, tuvieran funciones diferentes. La percepción, la voluntad y el juicio eran
nombres diferentes para una función mental única del encéfalo. Flourens apoyaba
así, lo dicho por los filósofos que sostenían la unidad de la mente.
Ahora, el cerebro resultaba compuesto por un inmenso número de células
separadas. Cada una de ellas participaba de varios procesos como el de formar
fibras nerviosas que pasan por ciertos canales a través del cerebro y conectan la
masa cerebral formando una complicada red.
Esta ordenación física del cerebro es muy semejante a la propuesta en el
terreno de la filosofía por el asociacionismo. Para los asociacionistas la mente
estaba compuesta por una infinidad de ideas separadas, al igual que el cerebro
estaba constituido por una infinidad de células. Como las células nerviosas se unen
por fibras, las ideas se asocian para formar ideas de mayor complejidad.
Boring sitúa el comienzo formal de la psicología a partir de Fechner.
Dejaremos la discusión de la paternidad de esta disciplina para más adelante y
entraremos a revisar dos concepciones fundamentales, la de Fechner y la de
Helmoltz.
Fechner fue fisiólogo, físico, psicofísico estético y filósofo. En 1860 publica
Elementos de Psicofísica, obra central para el surgimiento de la psicología. Para
Fechner, la psicología debía ser una ciencia, consideraba posible la medición
mental y la aplicación de las matemáticas al estudio de la mente.
Fechner no acepta el paralelismo psicofísico. Para él la relación mente-cuerpo
se daba bajo un supuesto de identidad o panpsiquismo. La ecuación entre la mente
y el cuerpo, tal como se proponía en la ley de Weber, era una demostración de su
identidad y de su carácter psíquico fundamental.
No obstante, su psicofísica ha sido importante para el paralelismo psicofísico,
en la medida en que mente y cuerpo, sensaciones y estímulos, tienen que verse
como entidades separadas con el objeto de medirse y establecer sus relaciones.
Para Fechner, la psicofísica, como una ciencia exacta, estudia las relaciones
entre cuerpo y mente. A partir de una ecuación propuesta por Weber, como
resultado de sus hallazgos experimentales, establece su famosa ley de Fechner
expresada como la ecuación S=k log R, donde S es la magnitud de la sensación y R
es la magnitud del estimulo. Se establece, así, una relación funcional entre estímulo
y sensación.
La medición directa de los estímulos y la sensibilidad, así como la medición
indirecta de la sensación son las directrices en la investigación psicofísica de
Fechner. Claro que la afirmación de Fechner de que había medido la sensación
levantó una polémica que duró más de 40 años.
Helmholtz fue un físico y un fisiológico. Aunque no le preocupaba el
establecimiento formal de una psicología independiente, sus trabajos contribuyeron
a ello.
Para Helmholtz la sensación y la percepción fueron partes centrales de su
obra. Realizó importantes contribuciones a la psicofisiología de la visión y la
audición, así como a la comprensión teórica de la percepción. Estos trabajos
establecieron un importante enlace entre la fisiología y la psicología.
Helmholtz fue un empirista. Pese a ser alemán, su filosofía es afín al
empirismo británico y no a la filosofía alemana de la época (Leinbniz, Kant, Fichte).
Para comprender mejor las implicaciones de su posición filosófica en su trabajo
científico vale la pena examinar comparativamente suposición y la de J. Müeller,
Müeller fue un importante neurofisiólogo al que Helmholtz admiraba,
especialmente por la formulación de la ley de las energías nerviosas específicas.
Müeller era un innatista y su concepción de estas energías específicas fue
interpretada por algunos como una versión fisiológica crítica de Kant.
Consideraba que el espacio es innato para la mente. Por ello se percibe
especialmente la imagen en la retina. Helmholtz reconocía la ley de las energías
nerviosas específicas como un gran descubrimiento. Sin embargo, tenía una
posición contraria sobre la noción de espacio. Para él, sólo a través de la
experiencia era posible que se generase el espacio, tal y como lo concibe un adulto.
Paradójicamente, la doctrina de Müeller era usada por Helmholtz para mostrar
lo opuesto. Esto muestra el cambio que se estaba operando en el pensamiento de la
época. En 1830-40 bastaba considerar al objeto-estímulo como una imagen sobre
la retina, cercana al cerebro (sede de la mente), para que la mente pudiera percibirlo
directamente. En 1890 esta explicación resultaba vaga. No era suficiente atribuir
ciertos poderes a la mente, se requería una descripción más exacta de qué y cómo
percibe.
Una de las razones fundamentales de este cambio, de esta exigencia de
mayor precisión se encuentra en el clima positivista del momento. Hemos insistido,
a lo largo de este trabajo en la importancia de la concepción empirista para el
surgimiento de la psicología. Debe observarse que el empirismo surgido en el siglo
XVII y desarrollado en el siglo XVIII, se vio revigorizado bajo la concepción
positivista del siglo XIX.
U. Moulines (1975) afirma que durante el siglo XVIII el pensamiento positivista
ya estaba presente. La actitud positivista tiene una fuerte relación con las
tendencias “antimetafísicas”, como el occamismo medieval, los sistemas
mecanicistas y el empirismo. Sin embargo no sería apropiado identificar el
positivismo con estas tendencias.
Moulines señala como característica básica del positivismo que se presenta
como una filosofía de la ciencia empírica y no como una teoría del conocimiento
ordinario. Por ello, el positivismo se interesa por la metodología de la ciencia y el
análisis detallado de la estructura de las teorías científicas.
El pensamiento científico en el siglo XIX tuvo una notable influencia del
positivismo. A. Comte fundó el positivismo como un sistema filosófico y como una
metodología supuestamente válida de alcance universal. El positivismo de Comte
fue muy importante para la constitución de la psicología, así como para el resto de
las ciencias humanas y sociales durante el siglo XIX.
EL NACIMIENTO DE LA PSICOLOGÍA
BIBLIOGRAFÍA
Koyré, A. (1980) Estudios de Historia del Pensamiento Científico, México: Siglo XXI.
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA