¡El Nacimiento de La Psicologia Unam!

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DIVISIÓN SISTEMA DE UNIVERSIDAD

ABIERTA
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
UNAM

INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA CIENTÍFICA

UNIDAD 1

EL NACIMIENTO DE LA PSICOLOGÍA

Elaboró: Zuraya Monroy Nasr, con la
colaboración de J. Cuevas


y Y. Bernal.

Revisión y adaptación para ALUNAM: Zuraya Monroy Nasr, con


la colaboración de Frida Bárbara Monjarás Feria (2006)
______________________________________________________
______
INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA CIENTÍFICA

UNIDAD 1

EL NACIMIENTO DE LA PSICOLOGÍA

INTRODUCCIÓN:

En esta primera unidad, se hace un recorrido por algunos de


los principales acontecimientos filosóficos y científicos que
participaron en el surgimiento de la psicología.

La historia de la psicología no cuenta con un espacio


propio dentro de nuestro plan de estudios. Por ello, hemos
dedicado las primeras dos unidades de este curso a
introducirnos en estos temas siguiendo la estrategia que a
continuación se presenta.

En esta unidad se presentan una serie de concepciones


y desarrollos científicos que datan del siglo XVII, XVIII y la
primera mitad del siglo XIX. Todas estas concepciones
convergen en un acontecimiento fundamental: el nacimiento
de la psicología como disciplina independiente. A partir de
este momento, surgen también una serie de críticas, debido al
precio que tuvo que pagar la psicología para realizar su
independencia.

En la siguiente unidad se desarrollan las críticas y las


razones de éstas. Además, retomando el momento del
surgimiento de la psicología científica con W. Wundt, se
presentan las divergencias que aparecieron, al interior de la
propia psicología científica.

Esta diversidad de origen dio lugar a una serie de


escuelas y corrientes, que se examinarán en el resto de las
unidades de este curso y en la asignatura Teorias y Sistemas
Psicológicos Contemporáneos: el conductismo, el
cognoscitivismo, el enfoque socio-histórico de la psicología.
También, se hará un recorrido histórico por lo antecedentes
del psicoanálisis, que no puede ubicarse de la misma forma,
como se comprenderá más adelante, en el contexto de las
otras corrientes.

Debe aclararse que los aspectos históricos que aquí se


presentan son insuficientes. Se han tomado algunos de los
principales representantes siguiendo cierta lógica que haga
comprensible el surgimiento de la psicología.

Sin embargo, este camino tendrá que ser recorrido por


ti, como parte de tu interés y preocupación por una formación
más completa. Recomendamos el libro de E. G. Boring, que
es un clásico, como una guía útil e informativa. Hay, por
supuesto, otras historias generales de la psicología, así como
de corrientes, escuelas o teorías que son importantes.

De todas formas, creemos que la lectura directa de los


autores, ya sean filósofos, científicos, psicólogos, es
insustituible. En general, las bibliotecas universitarias y las de
nuestra facultad cuentan con un acervo rico y muy completo
que vale la pena aprovechar. Al consultar documentos por
Internet es importante que te cerciores de su calidad y
procedencia. Las enciclopedias y diccionarios ofrecen
información muy básica y general, poco recomendable para ti
como estudiante universitario.

Es necesario hacer algunas aclaraciones sobre el texto


que constituye la bibliografía básica de esta unidad. La
historia que se presenta enfatiza los aspectos que
conducen a la comprensión de las concepciones teóricas de
las que se ocupa este curso. Cuestiones fundamentales
dentro de la historia de la psicología, como el surgimiento y
desarrollo de la psicometría no se han abordado. Pese a ser
un campo importante y vasto, se ha considerado que trata con
aspectos más bien de índole práctica.

Se dedicó gran parte del material de estudio a los


aspectos filosóficos. Con toda intención se hizo así, ya que,
desafortunadamente, estos no tienen cabida en ninguna otra
asignatura.

En cambio, las cuestiones relativas a la psicofisiología y


la psicofísica se revisan en otras asignaturas como las del
Bloque de Psicofisiología o las que tratan con procesos
cognoscitivos (Sensopercepción, Pensamiento y Lenguaje,
Aprendizaje y Memoria).

Las referencias que aparecen en el texto de la


bibliografía básica se encuentran en la bibliografía
complementaria de esta guía de estudio.

Finalmente, es necesario hacer algunas definiciones


que permitan entender ciertos conceptos que pueden resultar
novedosos. La “epistemología” es la teoría del conocimiento.
Según la concepción filosófica en la que se ubique, se
establece una cierta relación entre el sujeto que conoce y el
objeto de conocimiento.

Por “ontología” se entienden la teoría o concepción que


se tiene acerca del mundo, de su estructura. Para algunos,
“metafísica” se usa como sinónimo. Para otros “metafísica”
es un término que se refiere a una concepción que no toma
en cuenta al mundo real. Tal es el caso de los
positivistas y quienes, como ellos, se declaran
“antimetafísicos”, ya que consideran que la realidad debe
conocerse a partir de ella misma y lejos de la especulación.

Sin embargo, para Descartes “metafísica” tiene un


sentido diferente. Es la parte de la filosofía que fundamenta
todo el conocimiento, incluyendo el científico y el moral o
social. Por tanto, para Descartes “metafísica” y “ontología”
tienen significados distintos.

Es importante aclarar, también, que científico y


experimental no son sinónimos. Aunque esta cuestión se
precisa en la siguiente unidad y se desarrolla en la asignatura
de Filosofía de la Ciencia, debe establecerse que sólo parte
de las hipótesis de la ciencia se contrastan de forma
experimental.
No obstante, muchas otras se contrastan de forma no
experimental (la física y la astronomía están llenas de
ejemplos) y en realidad es suficiente que la contrastación se
dé en principio. Si bien la psicología surge como ciencia
experimental, reducir su cientificidad a ello, es inscribirse en
una concepción de ciencia muy limitada.
OBJETIVO GENERAL

1. Exponer el contexto en el que surge la psicología durante


el siglo XIX, ubicando las críticas que suscita a partir de
las características que le son propias, según la
bibliografía básica.


OBJETIVOS INTERMEDIOS

1.1 Explica los principales aspectos filosóficos, de la


fisiología y de la física que hicieron posible el
surgimiento de la psicología como disciplina
independiente.

1.2 Caracteriza la psicología científica y el origen de las


críticas a las que se hace acreedora.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS
1.1.1 Explica el papel del racionalismo y el empirismo para
la constitución de la psicología científica, de acuerdo
con la bibliografía básica.

1.1.2 Menciona la importancia de las posiciones


asociacionistas, mecanicistas y del positivismo, y su
relación con el empirismo, para el surgimiento de la
psicología.

1.2.1 Señala las diferencias de la psicología del contenido de


Wundt y la psicología del acto de Brentano.

1.2.2 Menciona en qué consisten las críticas que se hacen a


la psicología científica desde su nacimiento y hasta el
siglo XX.

ACREDITACIÓN

Para acreditar esta unidad presentarás un trabajo, de 5 a 10


cuartillas, impreso, a doble espacio, conteniendo lo siguiente:

1. Introducción o presentación de los temas a tratar.


2. Desarrollo consistente en la exposición en sus propios
términos, de 2 de los siguientes objetivos específicos de
la unidad: 1.1.1, 1.1.2 o 1.2.1.

Para ello, tendrás que basarte en la bibliografía básica y,


en por lo menos, dos textos diferentes que pueden
elegirse de la bibliografía complementaria. Es
importante que la exposición muestre comprensión
y no párrafos copiados y entresacados de la
bibliografía.

3. Conclusiones.

4. Bibliografía consultada. Cita usando como modelo la


forma de citar usada en esta guía.

El trabajo se entrega en el Área de Evaluación Continua y se


registra igual que cualquier examen. Si hay alguna dificultad,
el asesor te informará para que hagas las aclaraciones
pertinentes en forma oral o por escrito, según lo acuerdes con
el propio asesor.

EL NACIMIENTO DE LA PSICOLOGÍA
Dra. Zuraya Monroy Nasr
DSUA, Fac. de Psicología
UNAM

INTRODUCCIÓN

Algunas historias de la psicología inician remontándose a la filosofía griega. La


breve revisión histórica que se hará aquí parte de una distinción y de un supuesto
diferente.
La distinción la hacemos entre lo que es la historia de las ideas psicológicas y
la historia de la psicología. La primera se ocuparía de todas aquellas concepciones,
que se han dado a lo largo de la historia y en diferentes disciplinas (por ejemplo, en
la filosofía o la medicina), dirigidas a la comprensión de algún aspecto o proceso
psicológico.
La historia de la psicología se concibe aquí como la historia de una ciencia.
Como tal, también se le considera discontinua. Su origen se marca por la ruptura
con un conocimiento anterior. Por ello, afirmamos que la psicología surge como
disciplina independiente durante el siglo XIX.
La concepción discontinuista de la ciencia rechaza la figura del precursor. Esto
significa que no busca entender el surgimiento y desarrollo de una ciencia con base
en largas cadenas de autores o pensadores que ya antes habían descubierto algo
que ya antes otro había descubierto parcialmente, etc.
Pero, tampoco debe pensarse que una disciplina nace espontáneamente,
“como Atenea de la cabeza de Zeus” (Koyré, 1980, p. 180). El surgimiento de una
disciplina independiente, de una nueva ciencia es preparada por un gran esfuerzo
del pensamiento

 Con la colaboración de J. Cuevas y Y. Bernal


Durante siglos, las cuestiones psicológicas se investigaron y discutieron en el
contexto de la reflexión filosófica. Con el advenimiento de la ciencia moderna
(siglos XVI y XVII) y el desarrollo de métodos y técnicas propios de las ciencias
naturales (siglos XVII y XVIII), los científicos procedentes de distintos campos -
biólogos fisiólogos, físicos y médicos- intentaron aplicar estas herramientas al
estudio de la realidad psicológica. La ciencia natural ofrecía un cuerpo teórico y
metodológico que permitía abandonar el terreno del conocimiento especulativo y
entrar de lleno en el dominio del conocimiento científico.
Esta transición no fue exclusiva de la psicología, el conjunto de las ciencias
humanas o sociales recorrieron un camino similar. La constitución de las disciplinas
sociales como ciencias fue un proceso lento que se inició a fines del siglo XVI y se
desarrolló durante los siglos XVII y XVIII. Sin embargo, la consolidación de estas
disciplinas como regiones independientes del conocimiento sólo se dio hasta el siglo
pasado.
Durante este período surgieron las cuestiones principales que influyeron en la
aparición de la psicología como una disciplina independiente. Estas cuestiones son
fundamentales en la medida en que trazaron las direcciones para el subsecuente
desarrollo de esta disciplina.

ORÍGENES DE LA PSICOLOGÍA EN LA FILOSOFÍA, LA FISIOLOGÍA Y LA


FÍSICA

En los años ‘60 George Gusdorf publicó un trabajo interesante y original, en el cual
examinó la relación entre la revolución galilea y las ciencias humanas. En el trabajo
de este autor, quien dedicó parte de su obra a estudiar los orígenes de la psicología,
se encuentra una tesis fecunda que es la guía de este apartado. Bajo esta tesis se
plantea que el racionalismo desconoce lo específico de la experiencia psicológica.
Por ello, no debe sorprender que la psicología moderna surja a partir de una filosofía
empirista.
En esta parte, se examinarán en las filosofías racionalista y empirista los
aspectos que permitan comprender por qué se ignoran o reconocen las cuestiones
psicológicas, y su efecto para la constitución de un campo de conocimiento propio.
Debido a que este es un tema muy amplio, nos restringiremos a dos autores
representativos de estas corrientes: René Descartes y John Locke. En sus
respectivas obras están formuladas importantes cuestiones filosóficas, cuyo examen
permite comprender el curso seguido por los aspectos psicológicos durante el
período de incipiente afirmación de la psicología como región autónoma del
conocimiento.
En el siglo XVII, la filosofía asumió la tarea de fundamentar a la naciente
ciencia moderna. Los proyectos filosóficos del racionalismo y del empirismo
desarrollaron sus respectivas concepciones en relación al conocimiento verdadero.
Estas concepciones involucraban temas tanto epistemológicos como psicológicos.
Así, los fundamentos filosóficos y epistemológicos que cada proyecto establecía
hicieron posible o impidieron que los aspectos psicológicos obtuvieran la
especificidad necesaria.

R. Descartes emprendió la tarea de fundamentar metafísicamente la ciencia, sobre


todo la física mecanicista y matematizada. Esa fundamentación abarca dos
cuestiones o sentidos: el epistemológico y el ontológico.
Con la fundamentación epistemológica se pretende demostrar que el
conocimiento que proviene de la ciencia física es verdadero. La fundamentación
ontológica intenta mostrar que el conocimiento de la estructura esencial del mundo
es válido.
Para Descartes, las primeras causas o principios son el punto de partida de la
investigación filosófica, Utilizando la duda como un recurso metódico, Descartes
encuentra el primer principio sólidamente establecido, “pienso, luego existo”. El
siguiente paso consiste en la reflexión sobre las condiciones que permiten afirmar
una proposición como verdadera.
La regla general dice que todas las cosas que concebimos muy claras y
distintas son verdaderas. Esta regla se basa en la existencia de Dios, así como
desechar la posibilidad de que el engaño y el error procedan de Él.
A través de la duda metódica, Descartes afirma que puede concebirse a sí
mismo como una cosa pensante. Pero, una vez que ha establecido la existencia de
Dios y su papel como garantía del conocimiento verdadero, es posible reconocer
con claridad y distinción la idea de cuerpo.
La distinción entre cuerpo y alma da origen a la concepción de sus
substancias universales separadas: la extensión y el pensamiento. Este dualismo
ontológico sirve como fundamento para la ciencia física y hace posible la
concepción geométrica del mundo físico.
Todos los cuerpos se definen como extensión y las únicas propiedades que
pueden determinar su naturaleza y función como objetos materiales son la figura, el
tamaño y el movimiento.
Ahora, Descartes afirma que las substancias universales pueden existir
separadamente. Esto, no significa que, de hecho, se encuentren siempre
separadas. En el hombre, el cuerpo y el alma existen unidos e interactúan. La unión
del alma y el cuerpo en el hombre tiene un carácter substancial, ya que sin ella un
hombre sería tal.
Así, por un lado, se afirma la existencia separada e independiente de las
substancias extensa y pasante, como fundamento ontológico para la ciencia física.
Pero, por otro lado, en el hombre estas substancias se encuentran unidas e
interactuando substancialmente.
Muchas controversias surgieron, tanto durante la vida del filósofo como
después de su muerte, con respecto a la posibilidad de tal unión. Sin entrar al
examen de estas controversias haremos algunas consideraciones al respecto.
Efectivamente, Descartes no establece ningún principio claro y distinto que
explique cómo se realiza la unión del cuerpo con el alma. Sin embargo, esta es una
tesis fundamental para el pensamiento cartesiano. Expresa la esencia de lo
humano. La posesión de un alma racional es la diferencia básica entre los hombres
y los animales.
Debe quedar claro que al elaborar su filosofía, Descartes no tenía como
objetivo principal desarrollar una concepción específica acerca de lo psicológico. No
obstante, en su fundamentación metafísica se encuentra presente este aspecto.
Para caracterizar, dentro de una teoría del conocimiento, la manera como el
entendimiento hace posible el conocimiento verdadero, Descartes recurre a un
acontecimiento psicológico. Las ideas innatas, constitutivas del entendimiento
humano, son una facultad psicológica y permiten al hombre alcanzar la verdad.
Descartes pone en un lugar privilegiado a la razón, en términos no sólo
epistemológicos, sino también ontológicos. Por medio de la razón se conoce con
certeza y el hombre es distinto de los animales.
En la ontología cartesiana todos los cuerpos siguen la lógica del mecanismo.
El cuerpo humano no es la excepción. Descartes describe los mecanismos
corporales que hacen que funcione el organismo humano; se refiere a las
actividades circulatorias, motoras, cerebrales y sensoriales, a la manera de una
psicofisiología.
Podría decirse que, dada la concepción dualista, existen dos clase de
aspectos psicológicos. Por una parte, se encuentran los aspectos psicológicos
racionales, por otra parte, los psicofisiológicos.
Los primeros se encuentran presentes en la razón bajo la forma de ideas innatas.
Los segundos se consideran como ideas adventicias adquiridas a través del cuerpo
por medio de la experiencia, o como ideas facticias, construidas por la imaginación.
En efecto, el organismo humano es concebido como un autómata, como una
máquina, igual a cualquier otro cuerpo. No obstante, debe enfatizarse que en la
concepción global del hombre, el radicalismo mecanicista tiene un límite: la razón.
Así, el alma racional que conoce y brinda certeza, no puede determinarse por
la legalidad mecanicista. Entonces, dice Gusdorf (1969, II, p. 246) el hombre de
Descartes:
Se define por la yuxtaposición de una lógica del espíritu puro y de una
mecánica de la vida orgánica. La dimensión psicológica no se considera,
la realidad humana se presenta disociada en dos determinismos: uno
remite a un ontologismo trascendente y el otro a un naturalismo
materialista.

La unión de mente y cuerpo es un problema que surge a partir de la


concepción dualista. La primera certeza alcanzada es que el hombre es una cosa
pensante. Pero, para Descartes es inevitable reconocer que el hombre está
continuamente siendo afectado por sensaciones que no pueden originarse en la
mente, sino que, dada su naturaleza, provienen de la unión de la mente con el
cuerpo.
El racionalismo cartesiano no se propone negar la validez de las percepciones
sensoriales, pretende demostrar que la razón por si misma es capaz de conocer
verdaderamente el mundo. La experiencia proporciona conocimientos válidos
siempre y cuando la razón los legitime.
Como los fundamentos del conocimiento verdadero residen en la razón
humana, el hombre se convierte en una sustancia sui generis. Puede agregarse a
esto que el origen de la mente y de las ideas innatas es Dios.
Debe subrayarse que en la epistemología cartesiana, Dios no es un recurso
prescindible. Dios es la fuente y garantía absoluta del conocimiento indudable. Sin
esta tesis, se derrumbaría la fundamentación filosófica de la ciencia de Descartes.
Concebida de esta manera, la razón no puede conocerse por los procedimientos de
la ciencia mecanicista, sólo puede ser conocida de una manera metafísica.
En conclusión, ni en la razón ni en la experiencia lo psicológico alcanza
especificidad alguna. De la unión entre la razón y la experiencia podría surgir
alguna posibilidad de que lo psicológico alcanzase el carácter de región autónoma
del conocimiento. Pero, la cuestión de la unión del cuerpo y el alma, lejos de estar
resuelta en la filosofía cartesiana, es un problema que Descartes lega a la
posteridad.

II

John Locke es uno de los iniciadores de la tradición empirista británica. A pesar de


que las ideas empiristas ya habían sido formuladas con anterioridad por filósofos
como Bacon o Hobbes, Locke fue el primero en postular y sentar las bases del
principio general empirista. Sobre este principio y en el contexto de la filosofía
moderan, se construyó el empirismo clásico.
El principio general empirista afirma que todas nuestras ideas tienen su origen
en la experiencia. A partir de esto, Locke elaboró su trabajo filosófico más
importante, el Ensayo sobre el Entendimiento Humano. Dedicó este trabajo a
investigar la mente humana, sus alcances y limitaciones.
Con esta obra de inicio al combate del concepto de ideas innatas. Locke
considera que la crítica al innatismo es un paso precio necesario para limpiar el
camino antes de sentar los fundamentos del conocimiento.
Una vez que ha descartado los principios e ideas innatas, investiga la
naturaleza del entendimiento humano, con el objeto de fundamentar el proyecto
epistemológico empirista. El propósito de Locke es investigar los orígenes, la
certeza y el alcance del entendimiento humano, así como los fundamentos y grados
de las creencias y opiniones. Para realizar esto establece un método cuyo punto de
partida es investigar el origen de las ideas humanas. De esta forma, el programa
empirista de Locke se inicia con una investigación de cuestiones psicológicas.
La idea es definida como el objeto del acto de pensar. La mente es
considerada, en un principio, como un papel en blanco, limpio de toda inscripción,
sin idea alguna. No obstante, el hombre llega a poseer una variedad casi infinita de
ideas. Para Locke resulta fundamental demostrar cómo es posible que todo ese
material de la razón y del conocimiento provenga, única y exclusivamente de la
experiencia.
La experiencia como fuente y origen de todas las ideas debe ser investigada.
La cuestión de cómo es posible que todas las ideas, que están presentes de forma
consciente en la mente humana, tengan su origen exclusivamente en la experiencia,
es la preocupación central del libro II del Ensayo con gran detalle y muchos
ejemplos, Locke presenta su teoría sobre las ideas y cómo se derivan de la
sensación y la reflexión.
Una vez que ha establecido lo anterior, Locke investiga el conocimiento que el
entendimiento tiene acerca de las ideas. Procede, entonces, a examinar la certeza,
evidencia y extensión del conocimiento. Al llegar a la conclusión de que el
conocimiento es excesivamente limitado, descubre el papel del juicio y la
probabilidad. Por lo tanto, también se interesa por la naturaleza y origen de la
opinión.
Todas las cuestiones concernientes al conocimiento y la opinión, pueden
considerarse como parte de un proyecto epistemológico. Sin embargo, puede
observarse que Locke no hace ninguna distinción clara entre las cuestiones
psicológicas y las epistemológicas. Pero, difícilmente podría hacérsele esta
exigencia en su época.
Lo que es importante observar es que, con el objeto de satisfacer los reclamos
propios de la fundamentación epistemológica empirista, Locke otorgó cierta
especificidad al dominio psicológico.
Según Piaget (1973, p. 66), al poner duda la hipótesis del innatismo, el
empirismo planteó argumentos novedosos cuyo desarrollo histórico mostró que
estaban en el punto de partida de la psicología como una ciencia independiente.
Al observar la realidad de los fenómenos humanos y establecer el valor y la
dignidad de este hecho, el empirismo aparece como el único fundamento posible de
una psicología concreta.
Sin embargo, la realidad psicológica investigada por Locke no se constituyó
aún un campo autónomo del saber. Esto no sucedería sino hasta el siglo XIX.
Podemos, ahora, establecer un contraste entre los dos proyectos filosóficos
que se han examinado. La concepción epistemológica cartesiana pretende explicar,
a través de la razón y el innatismo, la universalidad y la necesidad del conocimiento
físico-matemático. Esta epistemología tiene consecuencias trascendentalistas.
La epistemología empirista de Locke está también preocupada por determinar
la certeza del conocimiento. Su trabajo reviste importancia para la psicología, en la
medida en que para lograr su propósito, se hace necesaria la investigación de la
mente humana.
Las demandas propias de esta concepción obligan a Locke a buscar una
explicación de ciertos fenómenos y procesos psicológicos, como son: la constitución
del entendimiento, el origen de las ideas, facultades como la percepción, la
memoria, el juicio. Locke señaló todas éstas como cuestiones básicas para
fundamentar el conocimiento.
Si la experiencia es el origen de nuestro conocimiento sobre el mundo físico y,
si es el componente principal del entendimiento, entonces la experiencia y su origen
deben conocerse.
El análisis de las concepciones racionalista y empirista se restringió a dos de
sus representantes fundamentales. Para un examen más completo de alcance y
las consecuencias de estas concepciones filosóficas en relación a la psicología,
sería necesario investigar las concepciones de otros importantes pensadores como
Spinoza, Leibniz, Berkeley y Hume.
Asimismo, existen otros acontecimientos filosóficos y científicos que deben
estudiarse para comprender el surgimiento de la psicología como disciplina
independiente. Desafortunadamente, en este curso y en esta unidad, sólo
mencionaremos brevemente algunos de estos.

III
En este apartado examinaremos algunos de los planteamientos del mecanismo, el
asociacionismo y el positivismo que se plantearon durante el siglo XVIII y los inicios
del siglo XIX.
Debe aclararse que aquí se encuentran presentes cuestiones tanto fisiológicas
como físicas y filosóficas. Encontramos que durante este período, en ocasiones es
difícil delimitar unos aspectos de otros. En las obras de los autores que a
continuación examinaremos coexisten las investigaciones fisiológicas y/o físicas con
aspectos filosóficos. Todo ello, además, relacionado con cuestiones psicológicas.
De la Mettrie es un pensador materialista y mecanicista. Considera que la
esencia del alma se nos escapa. De ella sólo podemos conocer las propiedades que
se manifiestan en el organismo, del cual ella es principio activo. De la Mettrie es un
fisiólogo y como tal, estudia pormenorizadamente los órganos sensoriales y el
sistema nervioso en general.
Sostiene que los diversos estados del alma son correlativos con los estados
del cuerpo. Al juicio lo define como la expresión de un proceso de comparación,
donde la memoria desempeña un papel relevante. Considera que la memoria
puede explicarse aplicando los principios de la mecánica. La imaginación es la que
conduce la creación científica y sus diversas formas nos conducen de nuevo al
terreno de las sensaciones.
En general, al describir los procesos emocionales los correlaciona con lo
orgánico. Observa así, que la ira, por ejemplo, aumenta todos los movimientos y
acelera la circulación de la sangre. El terror suscita efectos similares, mientras que
el miedo disminuye los movimientos, produce frío y suspende la transpiración.
En su obra El Hombre-Máquina, su perspectiva materialista y mecanicista se
convierte en sistema. Publicada en 1747, suscitó fuertes protestas de los medios
eclesiásticos. La concepción allí expresada es una radicalización de la perspectiva
cartesiana en cuanto al comportamiento animal. Sobre el pensamiento dice, por
ejemplo, que es una consecuencia de la organización de la máquina y que el
desarreglo de sus partes influye en lo que los metafísicos llaman alma.
David Hartley es el fundador del asociacionismo. Para desarrollar su
propuesta se inspira tanto en la física newtoniana como en la filosofía de Locke. Su
contribución fundamental consistió en proponer una base fisiológica para definir las
diferencias entre ideas y sensaciones (problema señalado por Hume).
Para Newton las sensaciones de color son el resultado de las vibraciones de
los cuerpos sobre la retina. Se producen, así, sensaciones de color diversas según
la amplitud de los movimientos vibratorios.
Hartley generaliza la concepción de Newton a todas las áreas sensoriales e
intenta explicar las sensaciones, las imágenes y las ideas en términos de puros
movimientos mecánicos. Se distinguen entonces las vibraciones que son
responsables por las sensaciones y sus rastros que dan lugar a las imágenes. Las
vibraciones pequeñas y débiles conforman las ideas.
Este autor introduce, en forma original, el concepto de movimiento. De esta
forma, las asociaciones pueden ser tanto de sensaciones o de ideas como de
movimientos. Aunque esta contribución se da debido a sus planteamientos
fisiológicos, revela una preocupación por acercarse a la explicación del nivel
conductual.
Hartley menciona la ley de la contigüidad y de la frecuencia o repetición.
También distingue entre asociaciones simultáneas y sucesivas. Sobre estas últimas
considera, anticipándose a Ebbinghaus, que cuanto más lejanas son se manifiestan
con mayor debilidad.
También se anticipó a la concepción de Wundt en cuanto a la distinción entre
estas asociaciones como una forma de explicar el flujo de pensamientos y la fusión
de las ideas en un complejo.
Además de asociacionista y mecanicista, Hartley era un dualista o, más
precisamente, un paralelista psicofísico. Con esto queremos decir que concebía a
la mente y al cuerpo como entidades distintas. Aunque sus leyes de las ideas y las
vibraciones en el cuerpo fueran muy parecidas, no se anula la diferencia. Cada una
se dá en el ámbito de su competencia. Su obra más importante Observations on
Man, la publica en 1749, seis años antes de morir.
Con James Mill el asociacionismo llega a un momento culminante. Seguidor
de Hume y Hartley, Mill considera que el principio de contigüidad es suficiente para
explicar los procesos asociativos.
El principio de contigüidad se aplicaría tanto al nivel de las sensaciones como
al nivel de las ideas. Las asociaciones pueden variar según el criterio de su fuerza.
En realidad, hay tres criterios de fuerza: permanencia, certeza y facilidad.
En su libro Analysis of the Human Mind (1829), estudia una gran cantidad de
facultades, como la imaginación, la abstracción, la memoria, la creencia, el
raciocinio, sin que propiamente se conciban aún como psicológicas.
Uno de los orígenes de la psicología científica es la fisiología experimental.
En la primera mitad del siglo XIX la fisiología se desarrolla en torno a varias
cuestiones.
Pierre Flourens es un estudioso de la fisiología cerebral. En 1824-1825, bajo
el título de Examen de la Phrénologie. En esta obra, se apoya en el pensamiento
de Descartes para refutar la frenología de Gall y establecer la fisiología científica del
cerebro.
Analiza el cerebro en sus partes unitarias esenciales desde el punto de vista
anatómico. Concibe a cada parte del sistema nervioso actuando como una unidad.
Además, sus experimentos lo llevaron a concluir que hay unidad y diversificación en
las funciones cerebrales.
Con el uso del microscopio surge una nueva vertiente en la fisiología cerebral.
Se dan importantes avances en la histología (estudio de los tejidos) del sistema
nervioso. Boring señala que aunque a primera vista los adelantos histológicos
parecerían de poca importancia para la psicología, en realidad están fuertemente
relacionados (1980, p. 90).
Flourens había considerado al cerebro como un órgano simple. Consistía en
partes distinguibles como el cerebro, el cerebelo y la médula oblongada. Estas
partes poseían una función particular. No se pensaba que esas partes, en su
interior, tuvieran funciones diferentes. La percepción, la voluntad y el juicio eran
nombres diferentes para una función mental única del encéfalo. Flourens apoyaba
así, lo dicho por los filósofos que sostenían la unidad de la mente.
Ahora, el cerebro resultaba compuesto por un inmenso número de células
separadas. Cada una de ellas participaba de varios procesos como el de formar
fibras nerviosas que pasan por ciertos canales a través del cerebro y conectan la
masa cerebral formando una complicada red.
Esta ordenación física del cerebro es muy semejante a la propuesta en el
terreno de la filosofía por el asociacionismo. Para los asociacionistas la mente
estaba compuesta por una infinidad de ideas separadas, al igual que el cerebro
estaba constituido por una infinidad de células. Como las células nerviosas se unen
por fibras, las ideas se asocian para formar ideas de mayor complejidad.
Boring sitúa el comienzo formal de la psicología a partir de Fechner.
Dejaremos la discusión de la paternidad de esta disciplina para más adelante y
entraremos a revisar dos concepciones fundamentales, la de Fechner y la de
Helmoltz.
Fechner fue fisiólogo, físico, psicofísico estético y filósofo. En 1860 publica
Elementos de Psicofísica, obra central para el surgimiento de la psicología. Para
Fechner, la psicología debía ser una ciencia, consideraba posible la medición
mental y la aplicación de las matemáticas al estudio de la mente.
Fechner no acepta el paralelismo psicofísico. Para él la relación mente-cuerpo
se daba bajo un supuesto de identidad o panpsiquismo. La ecuación entre la mente
y el cuerpo, tal como se proponía en la ley de Weber, era una demostración de su
identidad y de su carácter psíquico fundamental.
No obstante, su psicofísica ha sido importante para el paralelismo psicofísico,
en la medida en que mente y cuerpo, sensaciones y estímulos, tienen que verse
como entidades separadas con el objeto de medirse y establecer sus relaciones.
Para Fechner, la psicofísica, como una ciencia exacta, estudia las relaciones
entre cuerpo y mente. A partir de una ecuación propuesta por Weber, como
resultado de sus hallazgos experimentales, establece su famosa ley de Fechner
expresada como la ecuación S=k log R, donde S es la magnitud de la sensación y R
es la magnitud del estimulo. Se establece, así, una relación funcional entre estímulo
y sensación.
La medición directa de los estímulos y la sensibilidad, así como la medición
indirecta de la sensación son las directrices en la investigación psicofísica de
Fechner. Claro que la afirmación de Fechner de que había medido la sensación
levantó una polémica que duró más de 40 años.
Helmholtz fue un físico y un fisiológico. Aunque no le preocupaba el
establecimiento formal de una psicología independiente, sus trabajos contribuyeron
a ello.
Para Helmholtz la sensación y la percepción fueron partes centrales de su
obra. Realizó importantes contribuciones a la psicofisiología de la visión y la
audición, así como a la comprensión teórica de la percepción. Estos trabajos
establecieron un importante enlace entre la fisiología y la psicología.
Helmholtz fue un empirista. Pese a ser alemán, su filosofía es afín al
empirismo británico y no a la filosofía alemana de la época (Leinbniz, Kant, Fichte).
Para comprender mejor las implicaciones de su posición filosófica en su trabajo
científico vale la pena examinar comparativamente suposición y la de J. Müeller,
Müeller fue un importante neurofisiólogo al que Helmholtz admiraba,
especialmente por la formulación de la ley de las energías nerviosas específicas.
Müeller era un innatista y su concepción de estas energías específicas fue
interpretada por algunos como una versión fisiológica crítica de Kant.
Consideraba que el espacio es innato para la mente. Por ello se percibe
especialmente la imagen en la retina. Helmholtz reconocía la ley de las energías
nerviosas específicas como un gran descubrimiento. Sin embargo, tenía una
posición contraria sobre la noción de espacio. Para él, sólo a través de la
experiencia era posible que se generase el espacio, tal y como lo concibe un adulto.
Paradójicamente, la doctrina de Müeller era usada por Helmholtz para mostrar
lo opuesto. Esto muestra el cambio que se estaba operando en el pensamiento de la
época. En 1830-40 bastaba considerar al objeto-estímulo como una imagen sobre
la retina, cercana al cerebro (sede de la mente), para que la mente pudiera percibirlo
directamente. En 1890 esta explicación resultaba vaga. No era suficiente atribuir
ciertos poderes a la mente, se requería una descripción más exacta de qué y cómo
percibe.
Una de las razones fundamentales de este cambio, de esta exigencia de
mayor precisión se encuentra en el clima positivista del momento. Hemos insistido,
a lo largo de este trabajo en la importancia de la concepción empirista para el
surgimiento de la psicología. Debe observarse que el empirismo surgido en el siglo
XVII y desarrollado en el siglo XVIII, se vio revigorizado bajo la concepción
positivista del siglo XIX.
U. Moulines (1975) afirma que durante el siglo XVIII el pensamiento positivista
ya estaba presente. La actitud positivista tiene una fuerte relación con las
tendencias “antimetafísicas”, como el occamismo medieval, los sistemas
mecanicistas y el empirismo. Sin embargo no sería apropiado identificar el
positivismo con estas tendencias.
Moulines señala como característica básica del positivismo que se presenta
como una filosofía de la ciencia empírica y no como una teoría del conocimiento
ordinario. Por ello, el positivismo se interesa por la metodología de la ciencia y el
análisis detallado de la estructura de las teorías científicas.
El pensamiento científico en el siglo XIX tuvo una notable influencia del
positivismo. A. Comte fundó el positivismo como un sistema filosófico y como una
metodología supuestamente válida de alcance universal. El positivismo de Comte
fue muy importante para la constitución de la psicología, así como para el resto de
las ciencias humanas y sociales durante el siglo XIX.

EL NACIMIENTO DE LA PSICOLOGÍA

Algunos autores atribuyen la “paternidad” de la psicología a Fechner y la mayoría lo


hace basándose en algunas afirmaciones expresadas por Boring. Sin embargo, si
bien Boring afirma que la psicología comienza formalmente con Fechner, también
dice que, “Si Fechner es el fundador... lo hizo de manera incidental e involuntaria”
(Op. Cit., p. 305).
En realidad, generalmente, se atribuye la paternidad de nuestra disciplina a W.
Wundt. M. Bernard (1984, pp. 17-18) lo expresa en forma muy clara. Los
Elementos de Psicofísica de Fechner es una obra aún emanada de preocupaciones
filosóficas, pero que rompía con la tradición de investigar lo psicológico desde la
filosofía. Se plantea, en esta obra, el estudio de los fenómenos psíquicos con el
mismo método empleado en las ciencias naturales y biológicas. De este modo, el
médico y físico Fechner consagraba la psicología como ciencia en sentido estricto.
Sin embargo, tal consagración no fue oficial hasta el momento en que se
institucionalizó mediante la inauguración de un curso sobre “La psicología desde el
punto de vista de las ciencias naturales”, impartido por Wundt en 1862. En 1873-74
Wundt publica su obra Elementos de Psicología Fisiológica. El acontecimiento
fundamental fue la inauguración del primer Laboratorio de psicología en Leipzig, en
1879.
Debido a esto y por la enorme influencia que ejerció en los principales países
del mundo, a través de sus muchos discípulos, Wundt pude ser considerado como
el auténtico fundador y el primer representante de la psicología.
Para Wundt, la psicología es la ciencia de la experiencia. Fechner ya había
dado cabida a la experimentación en la investigación psicológica, pero no había
escapado a las preocupaciones metafísicas. En este sentido, Wundt además de
promover la experimentación inaugura una tradición antimetafísica dentro de la
propia psicología.
Cuando define la experiencia no acepta que ésta se entienda como
experiencia interna. Considera que la distinción entre experiencia externa e interna
no es válida. El sentimiento es “interno”, en la medida en que es consciente
subjetivamente. La percepción es “externa” en tanto se refiere a los objetos. Pero,
la psicología tiene que ver con ambos.
Tampoco puede hablarse de un “sentido interno”. Los datos de la experiencia
son simplemente ellos mismos. Una percepción no tiene que ser percibida para ser
una percepción, simplemente tiene que ocurrir.
Para Wundt, la diferencia entre física y psicología radicaba en la forma de
considerar a la experiencia y no en la experiencia misma. La psicología se ocupa,
pues, de la experiencia inmediata y sus datos son “fenoménicos”, de naturaleza
palpable. La física entiende la experiencia como mediata, sus datos son
conceptuales o inferidos y su método, por tanto también es mediato.
El objeto de estudio de la psicología y su método no pueden examinarse por
separado. Si el objeto de estudio es la experiencia inmediata, entonces el método
tiene que ver con la experimentación inmediata. La introspección se convierte, así,
en el principal método del laboratorio de psicología.
Wundt era un dualista y un paralelista psicofísico. Rechazaba la doctrina
interaccionista. Entre mente y cuerpo no puede haber causalidad. Según Wundt, a
uno puede parecerle que hay interacción como cuando en una sensación la
estimulación nerviosa parece producir la experiencia sensorial. Pero, esto es sólo
aparente. Además, la sensación es un caso excepcional.
Esto llama la atención ya que Wundt se interesaba también por la fisiología.
Sin embargo, durante muchos años eliminó el estudio del cuerpo de la investigación
psicológica.
Según Wundt la psicología trata con:
1) el análisis de los procesos conscientes en elementos;
2) la determinación de cómo se establece la conexión entre los elementos y
3) la determinación de las leyes de esta conexión.
La psicología tiene el propósito de hacer el análisis de la mente a través de la
descomposición en cualidades simples. El método introspectivo es analítico y el
análisis introspectivo implica la descomposición de la experiencia en sensaciones o
elementos semejantes.
Esta propuesta elementalista desemboca en una concepción asociacionista.
Los elementos de la sensación, por ejemplo, se conectan por asociación. Así,
Wundt recurre al asociacionismo y al mecanicismo para realizar la síntesis, para
determinar la forma de la multiplicidad ordenada (del conjunto).
El método introspectivo le resultaba adecuado para el propósito planteado.
Sin embargo, en el caso de los procesos mentales superiores el análisis falla y
estamos limitados a observar comparativamente los fenómenos sociales, como
cuando se investiga el lenguaje para aproximarse al estudio del pensamiento.
F. Brentano desarrolla una concepción que contrasta con la de Wundt.
Brentano, en 1874, en publica un tratado de psicología empírica. La propuesta de
Brentano implica una aceptación de la experiencia pero rechaza al
experimentalismo.
Este autor polemiza abierta y directamente con Wundt. Rechaza el énfasis
que se ha puesto en el método experimental y considera que debido a ello se
abandonan problemas importantes. Brentano, siguiendo la tradición filosófica, se
apega a una metodología argumentativa y no descriptiva como Wundt. Bajo su
concepción, la psicología debe ocuparse de los actos. Esto marca otra diferencia
con Wundt, quien estudia los contenidos sensoriales.
Para Brentano, los fenómenos psíquicos son actos. Por ejemplo, al ver “algo”,
ese “algo” no es mental, pero el acto de ver sí lo es. Aunque todo acto esté referido
a un contenido, éste se da al interior del acto mismo.
De acuerdo con Brentano los actos se dividen en tres clases: a) los actos de
ideación (como sensaciones, imaginación), b) los actos de juicio (reconocimiento,
percepción, recuerdo) y c) los fenómenos psíquicos de amor y odio (sentir, desear,
intentar, querer). El objeto de un acto puede ser otro acto. Esto impide que este
otro acto se convierta en el objeto de un acto.
Las concepciones de Wundt y Brentano bifurcan, en más de un sentido, los
derroteros de la psicología que se desarrolla a partir de este momento. Por
razones que la historia de la psicología experimental permite comprender, la
psicología del pacto tuvo poco éxito. El experimentalismo y en un sentido más
amplio, la necesidad de contrastación (no necesariamente experimental) se impuso
a la tradición filosófica argumentativa. La argumentación y la especulación continúan
siendo un valioso recurso de la reflexión filosófica. Sin embargo, la forma de
conocer que ha desarrollado la ciencia moderna y contemporánea impone
restricciones a este proceder como método para lograr conocimientos científicos.
CRÍTICA A LA PSICOLOGÍA CIENTÍFICA

Hemos visto que desde su nacimiento como disciplina independiente, la psicología


fue cuestionada. La primer objeción importante fue planteada por Brentano. En esta
misma línea se coloca, también durante el siglo pasado, la crítica de W. Dilthey.
Este autor es considerado como el primer teórico de las ciencias humanas,
que él llama del espíritu, ya que su obra inauguró un campo novedoso para la
investigación filosófica (específicamente en el terreno epistemológico). Su
propuesta recoge preocupaciones que vienen del historicismo, la hermenéutica y el
positivismo.
Dilthey se propone mostrar la heterogeneidad de los métodos empleados en
las ciencias naturales y en las ciencias humanas. Para él, la reducción de las
ciencias humanas a las de la naturaleza no las desarrolla sino que las limita, en la
medida en que se fundan en otro tipo de inteligibilidad.
Desde las primeras décadas de el siglo XX tanto los filosóficos como los
psicólogos han continuado interrogándose sobre la legitimidad del status científico
de la psicología.
En 1928, G. Politzer manifestaba su insatisfacción con la psicología hasta
entonces desarrollada y proclamaba la necesidad concreta. En 1958 G. Canguilhem
cuestiona ampliamente sus fundamentos. En la década de ‘60, D. Deleule discute la
legitimidad del lugar científico de la psicología y L. Séve la considera una ciencia
inmadura.
Por su parte, J. Piaget (1973) considera que la metafísica comparte con la
psicología y la sociología científica un desagradable privilegio: mientras algunos
creen en ellas, otros no lo hacen en lo absoluto. P. Gréco (1972, p. 19) comentando
la actualidad de la discusión sobre la cientificidad de la psicología dice que “Esa es
la desgracia del psicólogo: nunca está seguro de ‘hacer ciencia’. Y se la hace,
nunca está seguro de que sea psicología”.
En general, la controversia se da en torno a dos cuestiones fundamentales: la
adopción de métodos experimentales y el carácter empirista de la psicología surgida
en el siglo XIX y que se ha desarrollado hasta hoy.
Por otra parte hay quienes aceptan, sin mayores objeciones, que la psicología
es una ciencia. No encuentran problemático, por ejemplo, utilizar, para el estudio de
los fenómenos psicólogos humanos, la misma metodología que se emplea para
estudiar los fenómenos exclusivamente naturales.
Las distinciones posiciones surgidas han conducido a diferentes conclusiones.
Por lo tanto, esta discusión acerca de la psicología aún está abierta. Sin embargo,
un debate de esta naturaleza sólo puede dirimirse en la medida en que se
comprendan los aspectos históricos y filosóficos que han contribuido a la formación
y desarrollo de esta disciplina.

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