Mi Pesadilla en Victoria Por Mauro Patat
Mi Pesadilla en Victoria Por Mauro Patat
Mi Pesadilla en Victoria Por Mauro Patat
MI
PESADILLA
EN
VICTORIA
Por Mauro Patat
Grandes
Esperanzas
H ola me llamo Serena, tengo 14 años y voy en segundo de
secundaria… Así comenzaba uno de los mejores animes de la
historia por eso decido copiarle la presentación a Sailor Moon.
Yo también soy un ferviente protector del amor y la justicia.
Hola me llamo Mauro Patat, tengo 35 años, soy
diseñador gráfico editorial, director de arte, periodista de
alma y por sobre todo… Soy un sobreviviente de todo lo
ocurrido en la Ciudad de Victoria, donde casi pierdo la
vida. Todo lo narrado aquí es absolutamente verdadero y
vivenciado por mi. Esta es la historia de mi experiencia en
una ciudad pueblo mágica, llena de personajes extraños, y
también donde suceden cosas extrañas como la presencia
de los Monjes (quienes son los guardianes del pueblo y los
que cuidan el portal energético que habita allí), avistamientos
del fenómeno ovni , un cerro donde fue la masacre de
aborígenes. Por lo que ya leen ven que hay monjes, ovnis,
aborígenes y energías…
Por esas cosas decidí ir a estudiar un profesorado
en el instituto de los Monjes, de que ya había vivido tres
días con ellos en las fiestas del 2012, y juré que iba a
volver. Tampoco todo es esotérico, también van a leer
sobre pensiones, enfermedades mentales nunca tratadas,
violencia de todo tipo, teatro y actores totalmente perdidos
en la vida, adolescentes irrespetuosas, y por sobre todo de
PELICULAS. Recién puedo comenzar a escribir éste libro
ya que sufrí una crisis nerviosa por todo lo que me ocurrió
y estoy medicado como para dormir a un caballo. Pero
bueno el mundo merece saber lo que es vivir en una Ciudad
Pueblo como Victoria, como somos maltratados los chicos
de ciudad, y como se manejan los pueblos cuando no caes
bien, se manejan corporativamente y bajan línea a todos los
ciudadanos para hacerte la vida imposible hasta que te vayas.
Por lo que mi sueño de vivir en Victoria se convirtió en Mi
Pesadilla en Victoria.
un
Príncipe para
Navidad
D esde que tengo memoria recuerdo que me crie solito
con la televisión y los videojuegos. Por lo que siempre tiendo
a idealizar y exagerar todo lo que ocurre a mi alrededor y en
este mundo tan gris hecho de acero, hecho de piedra (como
bien canta Irene Cara en la canción What a Felling de la película
Flashdance). Creo que es mi manera de sobrevivir y soportar
este mundo tan egoísta, despiadado, atropellador.
En esos sueños en los que estaba despierto, soñaba
con que mi llegada a Victoria iba a revolucionar el pueblo,
fantaseaba con que era un prófugo y me escondería en el
monasterio de los monjes como en la novela Con Pecado
Concebidas, Amor Mío o Sister Act (¿que idea tan original nunca
antes vista en el cine o novelas?) También con que ayudaría
a alguna abuelita a mejorar su negocio de panadería y juntos
lograr que reabriera gracias a nuestros cupcakes y nuevas
ideas de marketing...
Y por último… Un Príncipe Para Navidad. Si también
fantaseaba que estando allá algún día iba a aparecer de
incognito alguien importante como un príncipe que se escapó
de sus obligaciones y que vería en mi algo que no vio en los
demás y así poder conocer el verdadero amor. Si ya se… falta
solo la nieve, un pueblito que se nota que es todo de cartón
y ya es una película de bajo presupuesto para navidad de las
que hace Netflix.
n en
el i o a
Rev r a n j
la
g
R ecuerdo que viajé a Victoria un dos de abril del 2019,
era un día feriado y me trasladó con todas mis cosas, mi
padre en su auto. Ese día conocí La Pensión del Horror, jamás
pensé que llegaría a alojarme en un pensión, siempre viví
en mi casa o en un departamento cuando estudiaba. Pero la
situación que ya se hacía sentir en nuestro país hizo que todos
tengamos que bajar unos cuantos escalones de comodidad,
por lo que si quería estudiar en otra ciudad, lo más barato era
una pensión y no un apartamento como en otras épocas.
Cuando tocamos el timbre de la pensión, apareció la
dueña, Hortensia, la cual no dejó a mi padre que ingresaba
y tuve que acarrerar y acomodar mis cosas yo solo, mientras
papá esperaba en la calle. Ese fue el primer indicador que me
dijo que algo funcionaba mal en ese lugar; no le di demasiada
importancia sin imaginar lo que vendría despés.
Ese dia lo conocí a mi compañero de cuarto,
Washington que tenía toda la pinta de ser un ruso de campo,
típico de esa zona. Lindo, ojos celes y rubio y trabajaba en
el correo local, pero lamentablemente mala persona. Era el
centinela y mano derecha de Hortensia, era el que llevaba y
tría todo el chusmerío de la pensión. Y si te metías con el,
automáticamente te hacía echar con la dueña. Ella tenía una
vinculación un tanto extraña con él, casi rozando lo sexual. Lo
valoraba más que a su propio hijo, un zángano que también
vivía en la pensión en la misma habitación que su madre. El
cual era muy poco sociable y desagradable desde todo punto
de vista, visual, auditiva y como persona dejaba mucho que
desear. Nunca tuve trato con él y él con nadie.
Durante mi estadía de dos meses llegamos a convivir 15
personas y un solo baño, acostubrado yo a tener cuatro
baños exclusivos para mi en mi casa, pero creo que no lo vi
tan traumático, ya que te puedo dormir en el Palacio Duhau y
de la misma manera lo puedo hacer en este pensión.
La Pensión del horror era una casa muy grande y vieja,
lo mas similar visualmente a esas que se utilizan para vender
muebles usados, una especie de compraventa, sin decoración
y con olor a mezcla de todos los seres que habitaban allí. Los
muebles no eran como lo antiguos de nuestras abuelas de
pueblo, sino que era viejos sin gracia.
Entrabas por un pasillo donde ya había dos
habitaciones, llegabas a la sala de estar con unos sillones
de cuero horribles de la década del 70, luego si doblabas
a la derecha llegabas a un vestidor donde se encontraba
Andresito el esquizofrénico después voy a hablar de el que
es un amor) que vivía en una chucheta pero que tenia un
sistema de cortinas, eran dos cuchetas asi, yo lo llamaba
El Harem para ponerle un poco de onda a la situación. Ahí
tenias que decidir si doblabas a la derecha te encontrabas con
la habitación de 30 a 50 años. Washington, Mauro y Pablito,
que personaje éste último. Pablo se merece un mega capítulo
aparte y que el mundo sepa de su arte. Segùn el, era un gran
actor maltratado y desnotado por su propia ciudad, amante
de los ovnis y creador del museo ovni. Pero bueno ya hablaré
de el a quien recuerdo con mucho cariño. El cuarto era un
rejuntadero de todos, tres clases diferentes de roperos, una
cucheta y dos camas, pared recubierta de machimbre, era las
fascinación del horror.
Y si en la habitación de Andresito doblabas hacia la
izquierda te encontrabas con el baño que era otro horror,
siempe la tabla sucia o el inodoro, sinceramente la gente es
tan sucia. Después seguimos al living que es donde más o
menos se podía estudiar y el lugar más digno, era una mesa
grande con un arreglo florar de plástico (de MUY mal gusto)
que yo siempre jugaba que lo iba a rebolear como Pepe Argento
en Casado con Hijos que siempre amaga a rebolear la mesa. Los
chiquitos de 18 años se mataban de risa con mis ocurrencias.
El lugar era como un orfanato con los que crecí viendo en
la tele, era como Riconcito de Luz solo que todavía no había
llegado Romina Yan a hacer de ese horror un lugar hermoso
donde nunca estas solo y te duele menos todo.
Yo me considero una Romina Yan ya que mi intervención
e interacción con todos los chicos del campo hizo enojar
a la dueña porque yo le abría los ojos y les mostraba todo
sus potenciales. Se ve que a Hortensia les convenía tenerlos
todos aislados para poder manejar la pensión, pero jamás
pensó que yo ya estaba gestando una Rebelion en La Granja.
YO,
ROBOT
C on Washington compartíamos el cuarto, por lo que
tendría que haber sido con el que mas socialicé. Pero no,
porque ¡Washington era un Robot! Hacia seis años que vivía
en la pensión, tenía un excelente trabajo en el correo y eso
hacía que se creyera superior a todos. Cuando llegué me dijo:
—Los victorienses son muy cerrados, yo en estos años no
me hice ni un amigo acá.
—Mira que loco, bueno yo si espero hacer amigos nuevos.
—Te va a costar mucho…
—Che Wash, están pasando Dumbo en el Cine. ¿Queres venir?
—¿Que es eso?
—.¿Como que es eso? Dumbo la película de Disney
—Ha…. pasa que jamas vi nada de Disney, ni tampoco
televisión.
—¿O sea que no sabes quienes son Aurora, Elsa, Ariel,
Cecinienta, Pocahontas?.
—No. . ¿Hay algún problema?
—No ninguno es solo que sos la primera persona que conocí
en mi vida que jamás haya visto algo de Disney. No tuviste
infancia.
Washingtn era un robot, de hecho le pusimos un
sobrenombre, primero pensamos en Robocop pero ese papel
le quedaba muy grande. Por lo que le decíamos Robotina (Los
Supersonicos) a sus espaldas con mi dos secuaces (Denis y
Nico). Su vida era, levantarse a las 7 de la mañana, cambiarse
ir para el correo a una cuadra, trabajar hasta las 1, volver
almorzar, dormir la siesta. Volver a ir al trabajo de 5 a 7.
Después cenar y hablar un rato conmigo en el cuarto. Asi
era su vida, todos los días lo mismo. Era como un robot que
estaba programado para no tener ningún tipo de emociones,
despojado de cualquier sentimiento humano, y hacer lo justo
y necesario para vivir. No esperes hablar con el sobre cine,
teatro, literatura, etc. Solo le interesaban los autos. Muy
básico todo.
Puedo contar mil cosas de, pero no me gustaría que
se ventile que se vivía tirando gases con aroma a salame de
campo y que tenía mal aliento más precisamente halitosis.
Eso jamás lo contaré de él, yo soy muy reservado.
Confiezo que aún asi básico como era, lo compensaba con lo
lindo. Washingtn era un rubio con unos ojos celestes que te
encandilaban. De hecho todas las chicas de Victoria estaban
detrás de él, pero él no les daba bola porque ya tenia su novia.
Lo bueno de compartir el cuarto con Wash y Pablo es que
los tres estábamos sincronizados. A las 23hs ya estábamos
los tres en la cama, leyendo o viendo alguna serie y a las
00hs, nos daba suño a los tres y nos dormíamos. Yo creo
que es verdad que los seres humanos cuando conviven se
mimetizan y se sincronizan para tener los mismos horarios.
Recuerdo una vez que tire un perfumito para la ropa, y
Wash comenzó a toser. Fue y le dijo a Hortensia lo que había
hecho. Le dije que había tirado un perfume, me dice bueno
no lo hagas mas porque a Washington lo irrita. Esa misma
noche estaban todos en la cocina y Adriana a propósito
le pregunta a Wash si le seguía doliendo la garganta, y el
nefasto empezó a toser de repente. Fue todo un acting, eran
de manual. Pero no contaban que yo tenia acceso al manual
para apagar a Washington o Robotina.
RINCON
LUZ DE
H ortensia era una mujer de unos 50 años pero que
parecía de 70 por todo el cigarrillo que fumaba. Nunca vi
a nadie fumar tanto en mi vida, así tenía la cara, con más
cráteres que el lado oscuro de la luna. Era una obsesiva por
los por los precios, era capaz de recorrer toda Victoria para
encontrar carne a buen precio. Y si tenía que ir a otro pueblo
a conseguir mas barato, lo hacía.
De ahí viene nuestro primer encontronazo, o mala
onda parte de ella hacia mi. Ella tomaba vino blanco. Yo
tomo vino rosado. En la primera semana me compré un tinto
de una marca buena pero cabernet sauvignon, una cepa que a
mi no me gusta, me parece muy fuerte el sabor. Entonces lo
descorche frente a ella, lo probe y no me gustó, y se lo ofrecí,
no como dándole las migajas sino como dándoselo como
regalo antes te tirarlo o se lo tome otro. Pero no se tomó el
vino y si se tomó para mal el ofrecimiento. Hortensia era muy
resentida, y tenia el autoestima muy baja, por eso le gustaba
maltratarnos a todos y hacer abuso de poder amenazándonos
a cada rato con echarnos.
Su centro de operaciones era siempre la cocina, estaba
todo el dia, armando tejes y manejas, chusmeando de la vida
de todos y riéndose del que no estaba en la cocina. De mi
decía que era inútil que no sabía cocinar ni limpiar y que era
un nene de mamá, ¡Y cuanta razón tenía!
Ella odiaba que hablemos y nos hagamos amigos los
pensionistas, para asi tenernos separados y poder manejarnos.
Dentro de la pensión había sistema de castas. Lamentablemente
había pensionistas que valían más que otros y Hortensia te
lo hacia saber, Washington era “Mi Tesoro” como Golum de
El Señor de Los Anillos. A Washington lo quería mas que a su
propio hijo, el cual era desastre, no trabajaba, tenia una hijita
chiquita y la ex esposa le puso una perimetral.
Hortensia era El Yin y yo era El Yan (sin g) porque tenía
el comlejo de Romina Yan, que era hacer este mundo un lugar
mejor desde la raíz que son los niños. Y ella transformó un
orfanato horrible donde se maltrataba en todos los sentidos,
y logró convertirlo en un Rincón de Luz. Bueno yo al igual que
Romina Yan era el nuevo enemigo de Hortensia, y la lucha
de poderes acababa de comenzar. Nunca se imaginó que
iba a caer su pensión un chico profesional, licenciado, con
mundo, de ciudades grandes. Igualmente se imaginarán que
el Rincón de Luz que quise crear se convirtió en un Rincón de
Oscuridad.
ALIADOS
S oy un fiel resultado de todos los productos e
invenciones de Cris Morena. Como la mayoría de
los de mi generación, de alguna manera fuimos
influenciados por ella. Yo arranque con Jugate
Conmigo y terminé con Aliados. Al igual que en esta
última serie, yo también pienso que el mundo está
casi perdido. Que el proyecto humano falló desde
la propia creación. Fallallos nosotros, fallaron ellos,
falló todo. Pero también se que somos perfectos en
nuestra propia imperfección. Creo que todavía hay
gente que vale la pena, que no es egoísta, y que se
involucra de lleno en los problemas de los otros
aunque no se lo pidan. Yo soy una de esas personas,
porque lo que me considero un Aliado.
FROM
PRADA
TO
NADA
FUEGO EN
CIELO
EL
D e todo lo malo que me pasó en Victoria, creo que
puedo decir que esta noche que estoy por contar fue la
más divertida y asombrosa. Andresito por su problema
de esquizofrenia estaba tumbado en la cama por lo
menos 12 horas por día. Y yo que lo veía todo el tiempo
me desesperaba. No sabía como sacarlo, si invitarlo a
tomar un café, a cenar algo tenía que hacer. Y justamente
comenzaba ese viernes el IV congreso internacional de
ovnilogia. Ese día proyectaban un documental inédito de
un argentino sobre un gaucho que había sido abducido
desde pequeño. Ahí se me predio la lamparita y le dije a
josé.
REZAR
AMAR
O tra de mis idealizaciones era la fantasía de creerme
Julia Roberts en Comer, Rezar, Amar. Al igual que en la
película, mi idea era no trabajar sino disfrutar de los placeres
mundanos, rezar mucho con los monjes, y encontrar al amor
de mi vida. Pero como siempre me sale todo lo opuesto. No
pude disfrutar de los placeres mundanos como comer porque
soy malísimo cocinando por lo que me la pasaba comiendo
hamburguesas. Jamás pude tener contacto con los monjes
y por último nunca apareció esa persona a quien amar. Mi
vida en victoria era despertarme a las seis de la mañana ir
caminando al instituto.
Las clases terminaban a las 12 del mediodía y salíamos
corriendo a tomar el colectivo que pasaba cada una hora. Por
lo que jamás pude disfrutar de ese jardín verde gigantesco
que tenían.
Tampoco pude conectarme esta vez con la energía que
emana el portal que se encuentra bajo el monasterio. Hay un
dato muy curioso y es que Los Monjes de esta congregación
son receptores de energía. Ellos no se instalan en cualquier
lado, solo en lugares donde hay portales energéticos y
avistamientos de ovnis. Los monjes saben muchas cosas y
muchas las esconden.
Aunque si hubo una persona de la cual me enamoré.
Que vivía en la pensión, y también me estaba haciendo amigo.
Un día decidió irse pero antes me paso el dato del Motel
Bates, y un mes después nos encontraríamos en ese lugar. Esa
noche estaba muy triste angustiado y no sabía por que, hoy
si lo sé. Porque estuve enamorado de mi compañero con el
cual viviría solo después el ese hotel maldito.
Así que amar, digamos que amé. Pero no fui correspondido y
ese fue otro golpe fuerte que me dio Victoria. Nunca sabré de
verdad si yo le gustaba o si solo me estaba usando. Por ejemplo
venía a mi cuarto a las tres de mañana y nos poníamos a ver
una peli de Netflix y mientras tanto tomàbamos mi Fernet.
Yo creo que los Millennials son capaces de prostituirse
por un pancho y una coca. Ya ni se respetan a si mismos. No
se que van a hacer cuando tengan que salir a buscar trabajo,
porque tienen la cabeza quemada por la droga y la política en
las esculas.
!
HUYE!
M e desperté dr una pequeña siesta y la tarde se
presentaba helada, sobre todo en mi habitación del Motel
Bates. Mi celular marcaba apenas 3° grados de temperatura y
yo tenía que terminar un trabajo en mi computadora.
Las manos se me congelaban y decidí encender la estufa
“alógena” que había traído de mi casa con permiso de marcos.
Estaba terminanado mi tarea, cuando me golpean
histéricamente la puerta y escuché la voz de Augusto gritando
que me dice:
—¡loquito de mierda, apagá la mugrienta estufa que no
vamos a poder pagar la factura de luz!_ Seguidamente me
abrió la puerta de una patada y me dijo.
—Yo no quería que vinieras de pensionista, pero tuve que
aceptar porque estamos en bancarrota, pero vos así, si que
nos vas a dejar en la lona.
Me pateó la estufa y amenazó con trompearme a
mi, con una cara desencajada y unos ojos de psicópata
dispuesto a matar. En ese momento por primera vez sentí
miedo por mi vida y atiné a prender el celular y le advertí
que lo estaba filmando, y como todo cobarde se retiró
azotando la puerta que resonó en la vieja casona. A los
cinco minutos apareció su madre...
Alicia me dijo:
—Mauro, necesito que me desocupes la habitación porque yo
no puedo manejar más estos problemas, te voy a devolver el
dinero del mes. Ya que justamente ese mediodía había pagado
un segundo mes de la nueva pensión.
Estaba atemorizado, con un ataque de pánico y mucho frío
entonces llamé a mi madre contándole lo sucedido. Ella me
aconsejo que llamará a José el remisero que vivía en La Pensión
de Horror, y que abandonara inmediatamente toda la casa con
todas mis cosas. Y que con el dinero que me devolvieran
pagara el vieje hasta mi ciudad, que no era nada barato.
Así lo hice, y combiné con José, el taxista que vivía La Pensión
del Horror, en que en media hora lo esperaba en la puerta
del Motel Bates con todas mi cosas. José cumplió a rajatabla lo
acordado. Y apareció con un auto pequeño, que tenía por lo
menos 20 años de atraso con el último modelo, pero eso no
importaba, en ese momento todo servía. Me ayudó Franco,
que minutos antes había llegado para estudiar con una chica
tan bonita que parecía una modelo.
Quise acomodar algunas cosas en el baúl, pero no se
podía porque lo ocupaba el tubo de GNC y adelante José
venía con su hijo mayor ya que él tenía el carnet vencido para
manejar en otra ciudad y no se quería perder el viaje.
Hasta el día de hoy no comprendo que fenómeno de
la magia de Victoria intervino, ya que en el habitáculo del
aciento trasero entro todo y yo, incluído el plasma, la estufa,
la impresora, la computadora y todo lo demás. .
Entre charlas y celular transcurrió el regreso a mi
ciudad, que se hizo lento porque el auto se recalentaba y José
no lo quería exigir. Cuando ingresamos todo me parecía más
lindo, más luminoso, más grande, miraba casi deslumbrado.
Mis acompañanantes nunca habían venido a mi ciudad
así que tuve que guiarlos hasta mi casa. Cuando dislumbré el
imponente edificio rodeado de luces y palmeras donde vivo,
sentí una sensación de alivio tal como si estuviera por llegar
a un oasis.
Estacionamos en la entrada y José y su hijo comenzaron
a bajar todos bultos. En ese momento me agarró un ataque
de risa que no podía controlar, seguramente porque mi
cuerpo comenzaba a relajarse y a soltar todas las tensiones
vividas y porque a mi mente llegaba la imagen de la película
Los Bervely Ricos, con el auto llenos de cosas y solo faltaba la
abuela atada en el portatutto. Las escena era digna de una
película de Almodóvar, yo creo que si él se enteraría de esta
historia no dudaría en hacer una película de Mi Pesadilla en
Victoria.
Igualmente ya nada importaba, estaba en mi casa y me sentía
protegido. Había podido escapar de aquella engañosa y
siniestra ciudad, a la que me juré que nunca más regresaría.
Pero… como siempre dijo Forrest Gump: “Mi mamá dice que la
vida es como una caja de bombones, nunca sabes el que te puede llegar
a tocar”.
FIN
MAURO
PATAT
Nació en Paraná, Argentina. Se traslado a
Buenos Aires para convertirce en diseñador
editorial. Pero las circunstancias de la vida
lo llevaron a dedicarce a la escritura.
Trabjó como diseñador en revistas como
Luna Teen, Papparazzi, HC Haciendo
Cine. Pero lo que siempre quiso hacer era
escribir.
Mi Pesadilla en Victoria es su ópera prima y
mientras tanto sigue con otros proyectos
como escribir cuentos para niños.
M auro es un joven de 35 años, mide 1,70 y es flaquito.
Trabaja como diseñador free lance. En un momento de su
vida se siente perdido y decide cambiar de Ciudad y se muda
a una ciudad chica con la idea de estudiar un profesorado.
También queriía hacer muchos amigos, estar en contacto con
los Monjes que dirigen El Instituto. Y por último conocer a
su gran amor.
Pero una sucesión de hechos desafortunados como caer en
una pension donde había maltratos, en El Instituto tener 15
compañeras en contra por solo ser hombre. Luego una casa
de familia donde también había mucha violencia. Por lo que
el sueño se convirtió en una pesadilla, se convirtió en Mi
Pesadilla en Victoria.