Somos Embajadores de Cristo
Somos Embajadores de Cristo
Somos Embajadores de Cristo
17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas
pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y
nos dio el ministerio de la reconciliación; 19 que Dios estaba en Cristo
reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus
pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.
20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por
medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.
21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros
fuésemos hechos justicia de Dios en él.
Este mensaje es bien sencillo, Dios reconcilió consigo mismo al mundo por medio
de la obra de Cristo en la cruz; es decir, Dios ya no tiene nada contra el hombre,
ahora el hombre tiene plena libertad para entrar a la presencia de Dios.
Hebreos 10:19
19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la
sangre de Jesucristo.
Ya no hay nada que impida al hombre entrar en la misma presencia Dios, solo
debe entrar con confianza al mismo lugar donde Dios habita, a su misma
presencia.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Franklin Delano Roosevelt era presidente de
los Estados Unidos.
Cierto día, en que había una gran cantidad de personas que estaban en su oficina
tratando de entrevistarse con él, un niño de cuatro años pasó corriendo y se metió
en su despacho. El presidente cerró la puerta y se quedó media hora con el niño.
Nosotros como hijos de Dios tenemos plena libertad ahora para entrar a la
presencia de Dios, y todo esto gracias a la obra completa de Cristo en la cruz, la
cual permitió que estuviésemos reconciliados con Dios.
Como dice Romanos 5:8, “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que
siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.”
Lo más triste es que mucha gente está yéndose al infierno teniendo sus pecados
ya perdonados, es por eso que Dios nos dio este maravilloso mensaje de la
reconciliación, para que el mundo pueda saber que ya es libre del pecado y que
pueden venir libremente a Dios por la obra completa de Cristo en la cruz.
En 2 Corintios 5:20 podemos ver la labor que hoy tenemos como ministros de la
reconciliación: “Así pues, somos embajadores en nombre de Cristo, que es como
si Dios os hablase por medio de nosotros. Por tanto, en el nombre de Cristo os
rogamos que aceptéis la oferta de reconciliaros con Dios” (Versión Castillian).
Cuando recién me convertí conocí un joven muy alegre a quien llamábamos Polito,
un día el me dio su tarjeta en la que decía: “Álvaro Pérez – Embajador”. Le dije:
“Wow, ¿Cómo una persona tan joven puede ser embajador?”; él me respondió:
“En 2 Corintios 5:20 dice que somos embajadores de Cristo”.
Filipenses 3.20
20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos
al Salvador, al Señor Jesucristo.
En Efesios 2:19 vemos que somos conciudadanos junto con todos los
creyentes y miembros de la familia de Dios: “Así que ya no sois extranjeros
ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia
de Dios.”
La versión Reina Valera 2000 lo coloca de esta manera: “Así que ya no sois
extranjeros y advenedizos, sino juntamente ciudadanos con los santos, y
domésticos de Dios.”
Tenemos una ciudadanía en los cielos y estamos aquí en esa tierra con un
mensaje como embajadores de Cristo.
1 Pedro 2:9
9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo
adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de
las tinieblas a su luz admirable.
Apocalipsis 1:6
6 y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio
por los siglos de los siglos.
Apocalipsis 5:10
10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos
sobre la tierra.
Romanos 5:17
17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más
reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de
la gracia y del don de la justicia.
Dios nos hizo reyes y como tales podemos reinar en esta vida, podemos
reinar sobre la pobreza, podemos reinar sobre la enfermedad, podemos
reinar sobre los problemas.
En 2 Pedro 1:4 dice: “por medio de las cuales nos ha dado preciosas y
grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de
la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo
a causa de la concupiscencia.”
Somos un pueblo adquirido por Dios, Dios nos adquirió por un gran precio,
la sangre de Jesucristo en la cruz. Como vemos en 1 Pedro 1:18-19:
1 Pedro 1:18-19
18 Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual
recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,
19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y
sin contaminación.
En Filipenses 4:19 dice: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta
conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.”
Hebreos 13:5-6
5 Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora;
porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré;
6 de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no
temeré lo que me pueda hacer el hombre.
Dios no nos deja ni nos desampara, él está siempre con nosotros, como
dice en Romanos 8:31: “¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por
nosotros, ¿quién contra nosotros?”
No hay nada ni nadie que pueda meterse contra nosotros, porque si Dios es
por nosotros, ¿Quién contra nosotros?
Los embajadores de las naciones son comisionados para tratar con asuntos
relativos de las naciones que pertenecen, sean en anuncios de guerra o de
paz, de negocios o promoción siempre tienen un encargo que hacer en la
nación a la cual han sido enviados.
Lucas 24:44-49
44 Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros:
que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley
de Moisés, en los profetas y en los salmos.
45 Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las
Escrituras;
46 y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y
resucitase de los muertos al tercer día; 47 y que se predicase en su nombre
el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones,
comenzando desde Jerusalén.
48 Y vosotros sois testigos de estas cosas.
Dios nos encomendó una Gran Comisión a todos los creyentes, es decir
nos dio una misión aquí en la tierra.
Marcos 16:15-16
15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
16 El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será
condenado.
La primera tarea de todo creyente que es ir y predicar el Evangelio a todas
las personas.
Desde hace más de 30 años que he conocí a Jesús he visto un cartel por
todos lados: “Cristo viene pronto, prepárate.”
1 Corintios 2:1-2
1 Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de
Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría.
2 Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y
a éste crucificado.
Aquí Pablo nos muestra que es necesario que les prediquemos acerca de
Jesucristo crucificado, es decir, la obra completa y terminada de Cristo en la
cruz que trajo la redención a todos los hombres.