Lluvia Acida
Lluvia Acida
Lluvia Acida
OBJETIVOS: - Identificar los principales contaminantes del aire, del agua y del suelo, determinando sus efectos en la
salud del hombre. Identificar los problemas ambientales del entorno. Proponer soluciones a los problemas planteados
para conservar los diferentes recursos naturales como el aire, el suelo, el agua y la fauna y la flora.
LLUVIA ÁCIDA
La lluvia ácida proviene de algunos fenómenos que
ocurren en la atmósfera, debido a la contaminación
por la acción de las fábricas, vehículos, volcanes que
producen gases como NO, SO2 que, unidos al vapor
de agua, forman ácidos como H2SO4 y HNO3,
sustancias extremadamente tóxicas, las cuales, al
caer nuevamente al suelo en forma de lluvia con el
agua proveniente de la nubes producen daños como
los siguientes:
Matan plantas acuáticas, peces y
microorganismos en lagos y ríos.
El pH baja, y cuando es menor que 6,
algunas especies de peces no se pueden reproducir.
Un medio acuático con pH inferior a 4 generalmente
no contiene peces.
Contamina los peces que consumimos los
humanos con el metal tóxico metal mercurio (Hg).
Éste, depositado en los lagos, se mueve soluble con la sal ácida y es fácilmente asimilable por los peces.
Daña estatuas, automóviles, metales y edificios.
Deteriora o mata los árboles, especialmente en las partes altas de las montañas por un fenómeno conocido
como LIXIVIACIÓN, esto quiere decir que ciertos iones se disuelven en el suelo superior y son arrastrados al
subsuelo como el calcio (Ca), el potasio (K) y otros nutrientes de las plantas.
Daña las raíces de los árboles, liberando iones de aluminio (Al), plomo (Pb) y mercurio (Hg) del suelo, nocivos en
este caso para los árboles y plantas.
Debilita los árboles y los hace susceptibles a enfermedades, insectos y hongos que se desarrollan en medios
ácidos.
La lluvia ácida se forma cuando la humedad en el aire se combina con el óxido de nitrógeno (NO) y el dióxido de
azufre (SO2) emitidos por fábricas, centrales eléctricas y vehículos que queman carbón o productos derivados del
petróleo. En interacción con el vapor de agua, estos gases forman ácido sulfúrico y ácidos nítricos. Finalmente,
estas sustancias químicas caen a la tierra acompañando a las precipitaciones, constituyendo la lluvia ácida.
Los contaminantes atmosféricos primarios que dan origen a la lluvia ácida pueden recorrer grandes distancias,
trasladándolos los vientos cientos o miles de kilómetros antes de precipitar en forma de rocío, lluvia, llovizna,
granizo, nieve o niebla. Cuando la precipitación se produce, puede provocar importantes deterioros en el
ambiente.
La lluvia normalmente presenta un pH de aproximadamente 5.65 (ligeramente ácido) debido a la presencia del
CO2 atmosférico, que forma ácido carbónico, H2CO3. Se considera lluvia ácida si presenta un pH de menos de 5 y
puede alcanzar el pH del vinagre (pH 3). Estos valores de pH se alcanzan por la presencia de ácidos como el ácido
sulfúrico, H2SO4, y el ácido nítrico, HNO3. Estos ácidos se forman a partir del dióxido de azufre, SO2, y el
monóxido de nitrógeno, NO, que se convierten en ácidos. Los hidrocarburos y el carbón usados como fuente de
energía, en grandes cantidades, pueden también producir óxidos de azufre y nitrógeno y el dióxido de azufre
emitidos por fábricas, centrales eléctricas y vehículos que queman carbón o productos derivados del petróleo.
En interacción con el vapor de agua, estos gases forman ácido sulfúrico y ácidos nítricos. Finalmente, estas
sustancias químicas suben a la atmósfera forman una nube y después caen a la tierra acompañando a las
precipitaciones, constituyendo la lluvia ácida.
FORMACIÓN DE LA LLUVIA ÁCIDA
Una gran parte del SO2 (dióxido de azufre) emitido a la atmósfera procede de la emisión natural que se produce
por las erupciones volcánicas, que son fenómenos irregulares. Sin embargo, una de las fuentes de SO 2 es la
industria metalúrgica.
El SO2 puede proceder también de otras fuentes, por ejemplo como el sulfuro de dimetilo, (CH 3)2S, y otros
derivados, o como sulfuro de hidrógeno, H2S. Estos compuestos se oxidan con el oxígeno atmosférico dando
SO2.
Finalmente el SO2 se oxida a SO3 (interviniendo en la reacción radicales hidroxilo y oxígeno) y este SO3 se puede
quedar disuelto en las gotas de lluvia, es el de las emisiones de SO2 en procesos de obtención de energía: el
carbón, el petróleo y otros combustibles fósiles contienen azufre en unas cantidades variables (generalmente
más del 1%), y, debido a la combustión, el azufre se oxida a dióxidos de azufre:
S + O2 → SO2
Los procesos industriales en los que se genera SO2, por ejemplo son en la industria metalúrgica.
En la fase gaseosa el dióxido de azufre se oxida por reacción con el radical hidroxilo por una reacción
intermolecular:
SO2 + OH· → HOSO2·
Seguida por:
HOSO2· + O2 → HO2· + SO3
En presencia del agua atmosférica o sobre superficies húmedas, el trióxido de azufre (SO3) se convierte
rápidamente en ácido sulfúrico:
SO3(g) + H2O(l) → H2SO4(l)
La acidificación de las aguas de lagos, ríos y mares dificulta el desarrollo de vida acuática en estas aguas, lo que
aumenta en gran medida la mortandad de peces. Igualmente, afecta directamente a la vegetación, por lo que
produce daños importantes en las zonas forestales, y acaba con microorganismos fijadores de N2.
La lluvia ácida, por su carácter corrosivo, corroe a las construcciones y a las infraestructuras. Puede disolver, por
ejemplo, el carbonato de calcio, CaCO3, y afectar de esta forma a los monumentos y edificaciones construidas
con mármol o caliza.
Un efecto indirecto muy importante es que los protones, H+, procedentes de la lluvia ácida arrastran ciertos
iones del suelo. Por ejemplo, cationes de hierro, calcio, aluminio, plomo o zinc. Como consecuencia, se produce
un empobrecimiento en ciertos nutrientes esenciales y el denominado estrés en las plantas, que las hace más
vulnerables a las plagas.
Los nitratos y sulfatos, sumados a los cationes lixiviados de los suelos, contribuyen a la eutrofización de ríos y
lagos, embalses y regiones costeras, lo que deteriora sus condiciones ambientales naturales y afectas
negativamente a su aprovechamiento.
Un estudio realizado en 2005 por Vincent Gauci de Open University, sugiere que cantidades relativamente
pequeñas de sulfato presentes en la lluvia ácida tienen una fuerte influencia en la reducción de gas metano
producido por metanógenos en áreas pantanosas, lo cual podría tener un impacto, aunque sea leve, en el efecto
invernadero.
SOLUCIONES
Entre las medidas que se pueden tomar para reducir la emisión de los contaminantes precursores de éste
problema tenemos las siguientes:
Reducir el nivel máximo de azufre en diferentes combustibles
Trabajar en conjunto con las fuentes fijas de la industria para establecer disminuciones en la emisión de
SOx y NOx, usando tecnologías para control de emisión de estos óxidos.
Impulsar el uso de gas natural en diversas industrias
Introducir el convertidor catalítico de tres vías
La conversión a gas en vehículos de empresas mercantiles y del gobierno
Ampliación del sistema de transporte eléctrico
Instalación de equipos de control en distintos establecimientos.
No agregar muchas sustancias químicas en los cultivos
Adición de un compuesto alcalino en lagos y ríos para neutralizar el pH
Control de las condiciones de combustión (Temperatura, oxigeno, etc.)