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TEMA

Nueva clasificación de los trastornos mentales, Esquizofrenia y otros trastornos psicóticos


en el DSM-5, Trastornos del ánimo y DSM-5, DSM-V y los trastornos de la conducta
alimentaria y Trastornos neurocognitivos en el DSM-5.
INTRODUCCIÓN

La clasificación de los trastornos mentales, también conocida como la nosología


psiquiátrica o taxonomía psiquiátrica, es un aspecto clave de la psiquiatría y otras
profesiones relacionadas con la salud mental y un tema importante para las personas
propensas a ser diagnosticadas.

La esquizofrenia es un tipo de trastorno psicótico. Quienes sufren de trastorno


bipolar también pueden tener síntomas psicóticos. Otros problemas que pueden causar
psicosis son: el alcohol y ciertos medicamentos, tumores cerebrales, infecciones del cerebro
y un ataque cerebrovascular. El tratamiento depende de la causa de la psicosis. Puede
incluir fármacos para el control de los síntomas y psicoterapia. La hospitalización es una
opción para los casos serios en los que una persona puede ser peligrosa para sí misma o
para los demás.

Los sistemas de clasificaciones categoriales actuales, el Manual Diagnóstico y


Estadístico (DSM) de la Asociación Psiquiátrica Americana y la Clasificación Internacional
de Enfermedades (CIE) de la Organización Mundial de la Salud, se caracterizan por ser
realizados en base a consensos de expertos y ser de carácter descriptivo. Esto último, se
debe principalmente a la falta de conocimientos respecto a mecanismos fisiopatológicos,
marcadores biológicos y cognitivos específicos para cada trastorno mental.

En el ámbito de la neurología cognitiva y las demencias, el DSM, el CIE


(Clasificación Internacional de Enfermedades) y criterios diagnósticos generados por
centros de investigación avanzados o grupos de trabajo muy especializados son los
estándares universales para la formulación de diagnósticos sindromáticos y etiológicos.

Varios e importantes son los cambios que trae esta nueva versión del manual
diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, DSM-51, en el área de los trastornos
del ánimo. Se eliminan algunos constructos diagnósticos, a la vez que aparecen nuevos. Se
eliminan algunos importantes criterios de exclusión, a la vez que se incorporan nuevos
especificadores, los que parecen traer de vuelta viejos e históricos conceptos. Con
velocidad aparecen críticas, algunas que incluso le exigen mayor confiabilidad a los
diagnósticos, complejos por la naturaleza misma del enfermar en psiquiatría, que ni siquiera
se cumplen para otras áreas de la medicina.

CONTENIDO

American Psychiatric Association. (1992). Los trastornos típicamente


diagnosticados en la infancia se presentan primero, seguidos por los de aparición en la
adolescencia, adultez y edad avanzada. Trastornos que previamente se agrupaban como “de
inicio en la infancia, la niñez y la adolescencia”.

El mayor conocimiento acerca de tales relaciones podría identificar patrones


comunes y eventuales causas de los trastornos y a futuro permitir el desarrollo de nuevos
tratamientos.

Por ejemplo, el trastorno obsesivo compulsivo ha sido separado de los trastornos de


ansiedad, en base al reciente conocimiento de que implica circuitos cerebrales específicos.
Asimismo, los trastornos del ánimo han sido separados entre trastornos bipolares y
relacionados y trastornos depresivos.

OMS (1992). En los últimos años se ha producido un enorme avance en las


neurociencias, pero este aún resulta insuficiente para reformular desde bases científicas la
nosología de las enfermedades mentales. De algún modo, los creadores del DSM-5
reconocen que se trata de una clasificación en transición, con las imperfecciones que esto
conlleva; pero aún así representaría la mejor alternativa disponible en este momento para
cumplir los múltiples fines que se propone (clínicos, de investigación, salud pública,
médico-legales, etc.).

Este trastorno se caracteriza por distorsiones fundamentales y típicas de la


percepción, del pensamiento y de las emociones, estas últimas en forma de embotamiento o
falta de adecuación de las mismas. En general, se conservan tanto la claridad de la
conciencia como la capacidad intelectual, aunque con el paso del tiempo pueden
presentarse déficits cognoscitivos. El trastorno compromete las funciones esenciales que
dan a la persona normal la vivencia de su individualidad, singularidad y dominio de sí
misma. El enfermo cree que sus pensamientos, sentimientos y actos más íntimos son
conocidos o compartidos por otros y pueden presentarse ideas delirantes en torno a la
existencia de fuerzas naturales o sobrenaturales capaces de influir en los actos y
pensamientos del individuo afectado. Este se siente el centro de todo lo que sucede.

OMS (1992). Las características esenciales de este trastorno son idénticas a las de la
esquizofrenia excepto en dos diferencias: la duración total de la enfermedad es de mínimo
de 1 mes, y máximo de 6 meses; y por otra parte, no se requiere que exista deterioro de la
actividad social y laboral, aunque puede haberlo. Para diagnosticar el trastorno
esquizofreniforme se puede hacer de dos maneras, por una parte, se diagnostica el trastorno
cuando el episodio ha durado entre 1 y 6 meses, y el sujeto está recuperado; y por otra
parte, se le aplica dicho diagnóstico sin que hayan transcurridos los 6 meses, pero en este
caso, el diagnóstico debe calificarse de provisional, ya que aún no se sabe si el paciente se
recuperará dentro de esos 6 meses establecidos, por lo que si la alteración persiste, deberá
cambiarse el diagnóstico por el de esquizofrenia.

MINSAP (1975). Los Trastorno bipolar están dentro de los cambios a destacar para
el trastorno bipolar, de forma de mejorar la precisión del diagnóstico y facilitar la detección
temprana en el ámbito clínico, el Criterio A para episodios maníacos e hipomaníacos,
incluirá un énfasis en la evolución de la actividad y la energía, y no solamente en el estado
de ánimo.

Lobo, A. (1988). Los Trastornos depresivos incluirá varios cambios respecto de los
trastornos depresivos, incluyendo trastornos nuevos como el trastorno disruptivo por
desregulación anímica y viejos conocidos, como el trastorno disfórico premenstrual. Se
agrega un nuevo especificador para síntomas ansiosos específicos y se elimina el criterio de
exclusión del duelo.

Sartorius, N. (1988). En el DSM-IV se incluía como criterio de exclusión para


depresión, el que esta se presentara dentro de los 2 primeros meses de ocurrencia de un
duelo. Esto planteaba varias incongruencias para los clínicos e investigadores. Primero,
implícitamente se definía una duración para el duelo menor a los 2 meses. En segundo
lugar, prácticamente se excluía al duelo como posible desencadenante de un episodio
depresivo mayor, poniéndolo en una categoría aparte de los otros factores precipitantes de
depresión.
Sue.D.; D.Sue; S.Sue (1996). Las Fluctuaciones evolutivas La AN y BN presentan
marcadas oscilaciones sintomatológicas longitudinales. Según Eddy et al8, el DSM-IV-TR3
no se ha focalizado en clasificar las presentaciones del TCA en individuos que no satisfacen
los criterios completos para estos trastornos.

Guimón,J. (1988). La clasificación actual del DSM-IV no describe adecuadamente


los síntomas cardinales de la AN, debido a la falta de evidencia empírica que apoye la
terminología de ciertos criterios, proponiéndose algunos alternativos que permitan una
mejor integración de las hipótesis derivadas desde la perspectiva biológica, que apunten a la
nosología y la sintomatología de este desorden.

El Trastorno evitativo/restrictivo de la ingesta alimentaria aparece como nuevo


trastorno en el que las comidas o la ingesta son evitadas no cubriéndose los requerimientos
nutricionales, con la consiguiente pérdida importante de peso. Se observa especialmente en
niños y se considera diferente de la AN y BN23.

Cooper.J.E. (1988). La Anorexia nerviosa no fóbica a la gordura de los datos


transculturales sugieren que el rechazo alimentario varía en la AN, describiéndose una
variante; la condición no fóbica a la gordura que posee una amplia distribución geográfica y
ocurre en poblaciones occidentales y no occidentales. Estas pacientes alcanzaron puntajes
menores, al menos en 2/3 en mediciones de TCA, en contraste con aquellas con AN
convencional. Son necesarias futuras investigaciones en el curso y desenlace de la AN no
fóbica a la gordura para caracterizar su congruencia con, o distinguirla de la AN típica.

Barcia.D.; P.Pozo. (1988). El Trastorno purgativo son las conductas purgativas


recurrentes para influir en el peso o forma corporal (vómitos provocados, diuréticos, otros
fármacos, laxantes, todo ello sin atracones). El auto-concepto está indebidamente influido
por la forma corporal o el peso o hay un intenso temor a ganar peso o convertirse en obeso.

La incorporación por primera vez del concepto Trastorno Neurocognitivo Menor,


virtualmente idéntico al constructo clínico bien consolidado de Deterioro Cognitivo Leve2,
constituye uno de los cambios más significativos de este capítulo en el nuevo manual DSM-
5. Este trastorno va más allá de los ligeros defectos cognitivos normales y describe un nivel
de declinación cognitiva que requiere estrategias compensatorias para ayudar a mantener la
independencia y efectuar las actividades de la vida diaria.

CONCLUSIONES

 El diagnóstico es el proceso de identificar una enfermedad por sus signos y


síntomas, pero también es la decisión a la que se llega en este proceso.
 La tendencia al sobrediagnóstico clínico constituye un error en la práctica
profesional. A veces hay problemas que interfieren negativamente en la vida de una
persona y que desbordan sus recursos de afrontamiento, pero que no constituyen
propiamente un trastorno mental. Por ello, se puede ayudar y tratar
psicológicamente a una persona que tiene problemas, incluso síntomas clínicos,
pero que no llegan a ser un trastorno: el tratamiento no requiere necesariamente el
etiquetaje diagnóstico de un problema.
 Contar con diagnósticos clínicos válidos y fiables debería ser esencial para predecir
el curso del trastorno, enfocar adecuadamente el tratamiento, evaluar los resultados
de la terapia, calcular las tasas de prevalencia de los diferentes trastornos mentales a
efectos de planificar los servicios asistenciales o identificar correctamente a los
pacientes para las investigaciones clínicas. Sin embargo, los diagnósticos clínicos
solo deben emplearse cuando están basados en pruebas científicas y muestran una
utilidad clínica.

BIBLIOGRAFÍA

American Psychiatric Association. (1992). Manual de diagnóstico y estadística de los


trastornos mentales ( DSM III R). Versión castellana. Massson, S.A.Barcelona.
Barcia.D.; P.Pozo. (1988). "El diagnóstico en Psiquiatría: El signo clínico y la prueba
funcional". En Guimón J.; J.E.Mezzich; G.D.Berrios. Diagnóstico en Psiquiatría. II
Congreso Mundial Vasco. Salvat Editores S.A.

Cooper.J.E. (1988). "Perspectivas para la CIE 10". En Guimón, J.; J.E.Mezzich;


G.E.Berrios. Diagnóstico en Psiquiatría. II Congreso Mundial Vasco. Salvat
Editores S.A. Madrid.

.Guimón,J. (1988). "Condicionamiento del diagnóstico psiquiátrico". En Guimón J.;


J.E.Mezzich; G.E.Berrios. Diagnóstico en Psiquiatría. II Congreso Mundial Vasco.
Salvat Editores. S.A. Madrid.

Lobo, A. (1988). "Diagnóstico psiquiátrico multiaxial en pacientes médicos". En


Guimón.J.; J.E.Mezzich; G.E Berrios. Diagnóstico en Psiquiatría. II Congreso
Mundial Vasco. Salvat Editores S.A.

MINSAP (1975). Novena Revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades.


(Mesa Redonda).!mpresos del MINSAP. La Habana. Ministerio de Salubridad y
Asistencia Social (1946): Nomenclatura internacional de las enfermedades y causas
de muerte. Tamayo y Cía, La Habana.

OMS (1992). Trastornos Mentales y del Comportamiento. Descripciones Clínicas y Pautas


para el Diagnóstico. MEDITOR, Madrid.

OMS (1994): The ICD 10. Classification and Behavioural Disorders: Diagnostic criteria for
research. OMS 1993. Edición en español por J J . López Ibor. Madrid.

Sartorius, N. (1988). "Perspectivas internacionales de las clasificaciones siquiátricas". En


Guimón.J.; J.E.Mezzich; G. E.Berrios. Diagnóstico en Psiquiatría. II Congreso
Mundial Vasco. Salvat Editores S.A.Madrid.

Sue.D.; D.Sue; S.Sue (1996). Comportamiento anormal Mc.Graw Hill. 4ta edic.
Interamericana de México, S.A. de C.V

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