10 Versículos Bíblicos Que Hablan Sobre Sanidad
10 Versículos Bíblicos Que Hablan Sobre Sanidad
10 Versículos Bíblicos Que Hablan Sobre Sanidad
sobre sanidad
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Somos seres humanos y vivimos en cuerpos físicos que fallan y decaen con el
paso del tiempo. A lo largo de la vida enfrentamos toda clase de retos a nuestra
salud sea un resfriado, miopía, presión alta o alguna otra enfermedad más grave.
¿Qué nos dice la Biblia sobre la sanidad? ¿Está bien ir delante de Dios para
presentarle nuestras enfermedades y pedirle que nos conceda salud? Sí, Dios
escucha todas nuestras oraciones y desea obrar en nuestras vidas trayendo
sanidad espiritual, emocional y, en algunas ocasiones, la sanidad física.
1. La sanidad y la obediencia
Les dijo: «Yo soy el Señor su Dios. Si escuchan mi voz y hacen lo que yo considero
justo, y si cumplen mis leyes y mandamientos, no traeré sobre ustedes ninguna de
las enfermedades que traje sobre los egipcios. Yo soy el Señor, que les devuelve la
salud».
(Éxodo 15:26)
Dios declara que daría salud a su pueblo. Él les había librado de la esclavitud en
Egipto y ellos conocían bien su poder, su amor y su cuidado. Dios les dice que les
libraría de todas las enfermedades o plagas que habían visto en Egipto pero ellos,
como pueblo de Dios, debían escuchar su voz, obrar en justicia y vivir en
obediencia a sus mandatos.
8. El rol de la fe
¿Qué quieres que haga por ti? —le preguntó.
Rabí, quiero ver —respondió el ciego.
Puedes irte —le dijo Jesús—; tu fe te ha sanado.
Al momento recobró la vista y empezó a seguir a Jesús por el camino.
(Marcos 10:51-52)
Los versículos 46 al 50 dicen que tan pronto Bartimeo se enteró de que Jesús
estaba cerca comenzó a gritar diciendo "¡Hijo de David, ten compasión de mí!". No
tuvo vergüenza ni reparos. Él sabía lo que quería, sabía que Jesús lo podía
sanar y estaba dispuesto a gritar hasta recibir lo que anhelaba. Jesús le escuchó y
le llamó, así que Bartimeo dio un salto y se puso de pie, se despojó de su capa y
se acercó a Jesús.
¿Por qué Jesús le pregunta qué quiere? Era obvio que él deseaba ser sanado.
Pero hay momentos en los que Dios desea que le digamos exactamente lo que
queremos que él haga, y en el caso de Bartimeo, Jesús concedió la sanidad. Le
dijo "tu fe te ha sanado" y en ese instante el ciego pudo ver. A veces Dios solo
está esperando una muestra de fe de nuestra parte para realizar el milagro que él
ya ha decidido hacer.
Los enfermos deben llamar a los ancianos de la iglesia para que oren y les unjan
en el nombre de Jesús. La mención del aceite, muy usado en ese tiempo para
tratar dolencias y enfermedades, parece indicar que no debemos descartar la
medicina ya que Dios puede usar a los médicos y los medicamentos para
traer salud a nuestros cuerpos.
Las heridas que Jesús sufrió en la cruz y la sangre que él derramó nos conceden
la sanidad espiritual o salvación. En Cristo recibimos también toda la sanidad
física que necesitamos, pero el anhelo principal de Dios es salvarnos de la muerte
eterna, que dejemos atrás el pecado y vivamos para él.
Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento
ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir.