Logica Tradicional Aristotelica: Gladys Palau
Logica Tradicional Aristotelica: Gladys Palau
Logica Tradicional Aristotelica: Gladys Palau
Gladys Palau
Con la teoría apofántica de la proposición comenzamos nuestro estudio sobre lógica clásica y
tradicional.
Aristóteles llamó apofánsis o logos apofántico a la proposición en general. "Apofánsis"
significa en nuestro idioma explicación o declaración y Aristóteles la aplicó a la proposición para
distinguirla de otro tipo de discurso como el interrogativo o el imperativo. Por lo tanto, el término
apofansis se aplica a toda proposición en la cual se predique "algo de algo" siguiendo el lenguaje de
Aristóteles. Y como toda proposición puede analizarse en base a a los términos que la componen,
Arístóteles observa que toda proposición contiene dos téxminos,uno aquel del cualse habla,o sea el
Sujeto,y otro que predica algo del sujeto, o sea el Predicado, ambos unidos por la cópula "es" o "'no
es". De esta manera para Aristóteles, toda proposición tiene la forma sujeto-cópula-predicado o puede
reducirse a esa fórmula. Por ejemplo, la proposición "Juan estudia mucho" que no tiene la forma
sujeto-cópula-predicado, puede enunciarse bajo esa forma diciendo "Juan es muy estudioso".
Esta teoría de la proposición que reduce la forma de las proposiciones a la forma predicativa o
atributiva sujeto-cópula-predicado recibe el nombre de teoría apofántica de la proposición.
La proposición simple, o sea la proposición que no contiene a otra proposición como elemento
constituyente y que se limitará simplemente a negar o afirmar algo, recibe el nombre de proposición
categórica. Las proposiciones “ El 21 de setiembre es el día del estudiante" o "los alumnos son
estudiosos" son también ejemplos de proposiciones categóricas.
Cuando el predicado se predica para todos los miembros que componen la extensión del sujeto,
como por ejemplo, la proposición " Todos los alumnos son estudiosos" se dice que la proposición es
universal. Cuando el predicado sólo se predica de algunos miembros de la extensión del concepto
sujeto, como por ejemplo "Algunos alumnos son estudiosos" se dice que la proposición es particular.
Aristóteles consideró un tercer tipo de proposición indefinida, como por ejemplo la proposición "El
placer no es un bien" en la cual no se especifica explícitamente si se predica de todos o de ninguno
pero que no tienen importancia en el sistema lógico de Aristóteles. Tampoco consideró en su esquema
las proposiciones singulares, es decir aquellas que tienen como sujeto un nombre propio del tipo Juan
es estudioso pero que sí fueron incluidas por los lógicos posteriores. La razón de esta exclusión
algunos lógicos contemporáneos la atribuyen al hecho de que Aristóteles exigía que los términos que
componen una proposición pudieran aparecer tanto en el lugar del sujeto como en el de predicado y
los nombres propios no pueden aparecer nunca como predicados. Otros sostienen que las trataba como
proposiciones universales en las cuales la extensión del sujeto era un conjunto formado por un solo
individuo.
Por último, según la cópula sea "es" o "no es" las proposiciones categóricas se dividen en
afirmativas .y negativas.
Siguiendo el esquema aristotélico los lógicos medievales dividieron las proposiciones
categóricas según su calidad y según su cantidad Según su calidad, las proposiciones pueden ser
afirmativas o negativas y según su cantidad, universales y particulares. Combinando estas
posibilidades se obtienen cuatro tipos de proposiciones categóricas diferentes, a saber: Universales
afirmativas, como Todos los hombres son mortales; Universales negativas, como Ningún griego es
deshonesto; Particulares negativas como Algunos griegos no son filósofos, y Particulares
afirmativas, como Algunos griegos son filósofos.
Estas cuatro clases de proposiciones categóricas constituyen las cuatro formas típicas de las
proposiciones categóricas. Llamando S al término sujeto y P al término predicado se obtiene la forma
lógica de cada una de estas proposiciones categóricas:
2
Las letras A, E, I y O fueron puestas por los lógicos medievales según la primera y segunda vocal
de los verbos affirmo y nego.
Todo S es P Ningún S es P
A contrarias E
I subcontrarias O
Algún S es P Algún S no es P
Las relaciones entre las distintas clases de proposiciones categóricas A,E,I,0, se basan en las
relaciones entre los valores de verdad de dichas proposiciones. Para mayor claridad, analizaremos
cada una de las posibles relaciones.
Primera, se dice que las proposiciones A-0 y E-I son contradictorias porque la negación de
una implica la afirmación de la otra. O sea que dos proposiciones son contradictorias si y sólo si no
pueden ser ambas verdaderas o ambas falsas al mismo tiempo. Por lo tanto, las proposiciones
contradictorias difieren en cantidad y calidad. Por ejemplo, la proposición de forma A: Todos los
alumnos de lógica son estudiosos y la proposición 0: Algunos alumnos de lógica no son estudiosos,
son contradictorias porque si la de forma A es verdadera entonces la de forma O es falsa. Y viceversa,
si la proposición de forma O es verdadera, la de forma A será falsa. Y lo mismo vale para el par de
contradictorias E-I.
Segunda, se dice que dos proposiciones A-E son contrarias cuando ambas no pueden ser
ambas verdaderas a un mismo tiempo, pero sí pueden ser ambas falsas. Las proposiciones contrarias
difieren entonces en calidad, pero no en cantidad. En efecto, la proposición A: Todos los
presidentes son abogados y la proposición E: Ningún presidente es abogado no pueden ser ambas
verdaderas, pero si pueden ser ambas falsas porque puede ser cierto, y de hecho lo es, que algunos
presidentes sean abogados y otros no lo sean.
3
Tercera, se dice que las proposiciones I-O son subcontrarias si no pueden ser a la vez ambas
falsas pero sí ambas verdaderas. Las proposiciones subcontrarias difieren por lo tanto en calidad pero
no en cantidad. Por ejemplo, la proposición Algunos políticos son honestos y la proposición Algunos
políticos no son honestos no pueden ser ambas falsas, pero sí ambas pueden ser verdaderas, y de
hecho lo son, ya que es cierto que algunos políticos son honestos y otros no lo son.
Cuarta, la relación entre la proposición universal y su respectiva particular, o sea la relación
entre las proposiciones A-I y E-0 se llama subalternación. La verdad de las universales A y E
implica la verdad de las subalternas particulares respectivas e inversamente, la falsedad de las
particulares I y O implica la falsedad de las subalternas respectivas. Por ello, las proposiciones
subalternas, difieran en cantidad pero no en calidad. En efecto, según los lógicos tradicionales, de
la verdad de la proposición A: Todos los hombres buenos son felices se infiere necesariamente la
existencia de al menos un hombre que sea bueno y feliz, o sea se infiere la verdad de la proposición
Algunos hombres buenos son felices. Sin embargo las inferencias inversas no se cumplen: de la
verdad de las particulares no se infiere la verdad de las universales correspondientes ni de la
falsedad de las universales se infiere la falsedad de las respectivas particulares.
En síntesis:
- Dos proposiciones categóricas son contradictorias (A-O y E-I) si y solo si no pueden
ser ambas verdaderas ni ambas falsas.
- Dos proposiciones categóricas son contrarias (A-E) si y solo si no pueden ser ambas
verdaderas pero sí ambas falsas.
- Dos proposiciones categóricas son subcontrarias ((I-O) si y solo si no pueden ser ambas
falsas pero sí ambas verdaderas.
- Dos proposiciones categóricas son subalternas (A-I y E-O) si y solo si la verdad de las
primeras implica la verdad de las segundas o la falsedad de las segundas implica la
falsedad de las primeras.
2) Obversión: para hallar la proposición obversa de una proposición dada se debe seguir el
siguiente procedimiento. En primer lugar, cambiar la calidad de la proposición y luego,
reemplazar el predicado por su complemento. Por ejemplo, dada la proposición A, Todos los
argentinos son americanos, su obversa es Ningún argentino es no-americano. Y la obversa de la
proposición Ningún marxista es católico es la proposición Todos los marxistas son no-católicos.
Y similarmente para las proposiciones de forma I y O.
Las conclusiones que se extraen utilizando solamente las inferencias inmediatas explicadas
en el parágrafo anterior resultan ser muy escasas. En efecto, a partir de la proposición Todos los
argentinos son americanos, aplicando dichas inferencias sólo podemos inferir que Algunos
americanos son argentinos, que Ningún argentino es no-americano y que Todos loa no-americanos
son no-argentinos. Estamos en todo derecho de afirmar que sólo hemos extraído con conclusiones
triviales. Para que una inferencia nos permita deducir algo no trivial necesita por lo menos dos
proposiciones a partir de las cuales pueda deducirse una conclusión. Estas inferencias que constan de
al menos dos proposiciones reciben el nombre de inferencias mediatas. Aristóteles mismo y más
tarde los lógicos medievales vieron en el silogismo el razonamiento más representativo de estas
inferencias. Por lo tanto pasaremos a estudiar detenidamente la teoría tradicional del silogismo.
Aristóteles definió el silogismo como "un discurso (logos) en el que dadas ciertas cosas, puede
deducirse otra diferente de las ya dadas". 0 sea que tenemos un silogismo cuando a partir de dos
proposiciones categóricas llamadas premisas obtenemos una tercera proposición categórica llamada
conclusión. Los lógicos contemporáneos no acuerdan respecto de si Aristóteles pensaba los
silogismos o bien como implicaciones lógicas en las cuales las premisas constituían el antecedente y la
conclusión el consecuente, o bien como inferencias o formas de razonamiento válidas. Mientras que I.
Bochenski [1976] J. Lukasiewicz [1957] sostienen la primera interpretación, A. Prior [1962] y T.
Smiley [1973] ofrecen razones a favor de la segunda (ver trabajo: Las formalizaciones de la
silogística aristotélica). A continuación ofreceremos la versión tradicional de la teoría del silogismo
categórico aristotélico elaborada por los lógicos medievales.
Todo silogismo categórico está compuesto de tres proposiciones, cada una de las cuales es una
proposición categórica de la forma A-E-I-O y donde dos de ellas deben ser las premisas y la restante
la conclusión. A su vez, cada una de ellas tiene un término sujeto y un término predicado. Se
5
Todo M es P
Todo S es M
Luego, Todo S es P
El orden en el que aparecen los términos en cada una de las premisas constituyen la Figura del
silogismo. Las distintas posibilidades en que los términos pueden aparecer originan cuatro figuras
posibles, a saber:
I II III IV
MP PM MP PM
SM SM MS MS
SP SP SP SP
Las tres primeras figuras Aristóteles las formuló explícitamente, mientras que la cuarta, si bien omitió
su formulación consideró sus modos, como válidos. Se cree que la formulación explícita de la IV
figura se debió al filósofo Galeno (siglo 11 a.C).
Como cada una de las premisas y la conclusión pueden ser una proposición categórica de
forma A, E, I y O, cada figura del silogismo puede estar formada de 64 maneras diferentes, Por
ejemplo, las tres proposiciones del silogismo pueden ser de forma A, o las dos premisas de forma A y
la conclusión de forma E, o una premisa de forma A y otra de forma E y la conclusión de forma E, etc.
O sea, que variando sistemáticamente cada proposición y partiendo de un silogismo de la forma AAA
se puede llegar a uno de la forma OOO. La clase de proposiciones categóricas que integran el
silogismo, constituyen el Modo. El compuesto de figura y modo nos da la Forma del silogismo.
La forma del silogismo de nuestro ejemplo está dada entonces por tres proposiciones
categóricas de forma A y por la disposición de sus términos que corresponden a la figura I y se anota
de la siguiente manera: AAA-I.
Como cada figura tiene 64 modos posibles y las figuras son cuatro, obtenemos un total de 256
modos distintos. De estos modos, no todos son válidos. Aristóteles aceptó 24 modos como válidos y
la lógica contemporánea, por razones que explicaremos más adelante, solo acepta 15 modos válidos.
Las restantes se aceptan con algunas restricciones.
El primer grupo indica que los silogismos comprendidos en él tienen las premisas de forma A o
E y conclusiones también de la misma forma. En el segundo grupo, las premisas pueden ser de la
forma A-E-I-O, mientras que la conclusión puede ser solamente I u O. El tercer grupo comprende los
silogismos de premisas de forma A o E y de conclusión I u O. Los modos de los grupos 1 y 2 son
llamados modos fuertes porque se prueban en lógica actual sin ninguna restricción. Los nueve modos
del tercer grupo, son llamados modos débiles porque en la lógica clásica actual se necesita agregar
una premisa individual a los efectos de probar su validez. Los escolásticos post renacentistas
inventaron un jingle para recordar los modos silogísticos que transcribiremos a continuación:
Para el propósito de nuestro curso, nos limitaremos a anotar la forma del silogismo indicando
con tres letras mayúsculas la clase de proposiciones categóricas que contiene y a continuación el
número de la figura a la que corresponde. Por ejemplos la notacióna EAE-II indica que se trata de
un silogismo cuya premisa mayor y conclusión es una proposición E y cuya premisa menor es una
proposición A y que corresponde a la figura II.
Darii Ferio
Barbara Celarent
Para demostrar la validez de los restantes modos, llamados silogismos imperfectos, Aristóteles
los “reduce” a silogismos perfectos. Esta reducción consiste en efectuar transformaciones válidas en
las premisas de los silogismos imperfectos hasta obtener un modo perfecto de la primera figura. Así,
la reducción, se convierte en un modo de prueba para los modos imperfectos.
La reducción de los modos imperfectos a los perfectos, se lleva a cabo mediante dos tipos de
pruebas:
a) Prueba por reducción directa por conversión o transposición.
b) Prueba por reducción indirecta o por el absurdo.
Además de estas dos pruebas, Aristóteles consideró una tercer clase, llamada “ectesis”, que
utilizó solamente una vez y de la cual puede prescindirse e su teoría.
a) Prueba por reducción directa
Esta prueba consiste en aplicar a las premisas del silogismo imperfecto la con versión, o bien
aplicar la conmutación o transposición de las premisas y obtener así un silogismo perfecto.
Continuación daremos algunos ejemplos de este tipo de reducciones:
(i) Cesare EAE-II: Ningún P es M
Todos S es M
Ningún S es P
En este caso, la “m” que figura en el nombre indica que las premisas deben primero conmutarse, y
luego aplicar conversión a la premisa E.
Aplicando conversión por limitación a la premisa menor, se obtiene Algún S es P y por lo tanto el
modo perfecto Darii.
Primero se conmutan las premisas, luego se extrae la conclusión por el modo Darii y por último se
aplica conversión a la conclusión.
(1) Todo P es M
(2) Algún S no es M
(3) Algún S no es P
Primero se supone que las premisas (1) y (2) son verdaderas y que su conclusión es falsa. Si la
conclusión “Algún S es P” es falsa, entonces su contradictoria (4) “Todo S es P” es verdadera.
Segundo, se agrega la proposición así obtenida a la premisa (1) del Baroco, o sea “Todo P es M” a fin
de obtener el modo Barbara:
1) Todo P es M
(4) Todo S es P
(5) Todo S es M
Como (5) se ha obtenido por el modo perfecto Barbara, entonces es verdadera; pero, si (5) es
verdadera, entonces su contradictoria “Algún S no es M” es falsa, lo cual contradice la premisa (2)
que se había supuesto verdadera. Por lo tanto, la conclusión (3) es verdadera y el Baroco es un modo
válido.
Los lógicos tradicionales enunciaron además reglas especiales que ayudaban a determinar la
validez de los silogismos y a rechazar por su forma muchos de ellos que a simple vista parecían
correctos. Ilustraremos este abordaje enunciando algunas de estas reglas, dejando de lado las que
incluyen conceptos que no han sido explicados ni tampoco son esenciales al enfoque actual del
silogismo aristotélico.
Bibliografía básica:
9