Resúmen. Breve Historia de La Química

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FACULTAD DE QUÍMICA

PRIMERA EVALUACIÓN PARCIAL

LECTURA

– BREVE HISTORIA DE LA QUÍMICA –

Laboratorio de Química Orgánica Básica

Docente: DR. EN C.Q. CARLOS AUGUSTO GONZÁLEZ GONZÁLEZ


Alumno: GÓMORA ESQUIVEL DAYANA TONANTZIN

VIERNES, 23 DE OCTUBRE DE 2020


Breve Historia de la Química.

-Isaac Asimov

La química es la ciencia encargada del estudio de los cambios y alteraciones que


sufre la naturaleza a nivel estructural con el fin de sacar un beneficio deliberado de
los fenómenos que nos rodean.

Desde la antigüedad, el hombre aprendió química práctica sin darse cuenta y con
el descubrimiento del fuego fue capaz de impulsar sus habilidades primitivas a otro
nivel; pasó de nómada a sedentario cuando aprendió a domesticar animales y a
trabajar el campo; construyó civilizaciones y continuó evolucionando hasta hoy en
día gracias a su capacidad de observación, análisis y experimentación con el medio
que le rodea para obtener conocimiento y poderlo aplicar para mejorar sus
condiciones de vida.

Después de que las primeras civilizaciones surgieran, principalmente en Oriente


Medio, el hombre que había tenido como elemento principal para su supervivencia
la piedra y el fuego, iba aventurándose aún más en la búsqueda de nuevos
materiales que le facilitasen su día a día, con lo cual también iba descubriendo
nuevas técnicas y procedimientos para sacarles provecho. Es entonces cuando los
metales cobran importancia.

Es casi seguro que los primeros metales en descubrirse fueran el oro y el cobre por
ser de los pocos elementos libres en la naturaleza. Y que fueran usados
principalmente como elementos ornamentales. Posteriormente, se encontró que
tales metales eran más que solo una pieza de decoración al descubrir su propiedad
de maleabilidad y aleación con otros elementos.

Surgió la edad de bronce al descubrir la eficiencia de la aleación cobre y estaño en


la fabricación de armas (3000-2000 a.C.). Posteriormente, se identifica la edad de
hierro, en donde el uso y manejo de este metal, de mayor calidad que el bronce,
toma un papel primordial en las guerras y conquistas de Asia Menor, zona en la cual
pulen la técnica de producción con una aleación de carbón vegetal dando lugar al
acero (2000-1000 a.C.).
Por otra parte, en Egipto, ya se tenía un extenso conocimiento metalúrgico, así
como en la preparación de pigmentos minerales e infusiones vegetales usadas
principalmente para el embalsamamiento y conservación del cuerpo de los difuntos.
He ahí que la palabra Khemeía para designar los saberes egipcios de esta índole
se volviera antecedente del vocablo química.

Para el año 600 a.C. el pueblo griego empezó a cuestionarse sobre el origen y la
esencia de las cosas, los filósofos proponían la existencia de un único elemento que
daba origen a todo lo demás a través de varios procesos. El agua, el aire, el fuego,
la tierra y el éter fueron propuestos por figuras como Tales de Mileto y Aristóteles
para explicar el origen de todo cuanto conocemos en la Tierra y el Universo, sus
ideas fueron aceptadas por siglos e incluso en la actualidad se hace referencia a
éstos como la esencia básica del mundo.

De manera contemporánea surgió otra corriente filosófica que buscaba atender el


principio de divisibilidad de la materia, en cuantas partes podía dividirse cierto
material hasta llegar a su forma mínima sin perder sus propiedades, a la cual se le
llamó Atomismo; fue Demócrito quien uso por vez primera la palabra átomo para
designar a aquellas partículas indivisibles de la materia, pero no fue una vertiente
muy popular en su época aunque hoy en día se trata de un concepto fundamental
para el estudio de la química. La diferencia entre los tiempos de Demócrito y los
modernos radica en que los filósofos basaban su conocimiento en deducciones
teóricas y no en el método científico en base a la experimentación.

Capítulo 2. La alquimia

En la segunda mitad del siglo III a.C. los conocimientos teóricos de la antigua Grecia
y los principios químicos aplicados del Egipto se fusionaron permitiendo que el
conocimiento se diversificara, pero por la estrecha relación del saber egipcio con los
rituales religiosos, se entorpeció el avance de la ciencia.

Existen varias etapas en la historia de la humanidad en donde la religión inhibe el


crecimiento del conocimiento por temor a perder posiciones de poder y riqueza. El
conocimiento se recelaba entre personas de diferentes culturas e incluso llegaba a
preferirse eliminar todo vestigio documentado de las artes químicas para que no
fueran “mal empleadas”. Actos de egoísmo han limitado el desarrollo de la
humanidad por siglos.

Parte de las acciones que retrasaron el desarrollo del conocimiento incluyen la


“codificación” del saber en símbolos propios de cada practicante de la química para
que sus hallazgos y descubrimientos no fueran propiedad de nadie más, por lo tanto,
tampoco tenían la oportunidad de comprobar sus métodos o aprender de los errores
de otros. La gran cantidad de conocimiento cotizado dio origen a personajes
fraudulentos que usaban la ignorancia y miedo de otros para sacar provecho
económico y obtener un estatus social más elevado. Esto a causa de que uno de
los principales objetivos de la khemeia en ese tiempo fue el de la transmutación de
los elementos para obtener oro a partir de metales como el plomo o el hierro. O bien
el del hallazgo de la piedra filosofal o el elixir de la vida a partir de la combinación
de varias sustancias y procedimientos muy complicados.

Al intentar alcanzar estos objetivos, muchos alquimistas (el término alquimia se


aplica a todo el desarrollo de la química entre el 300 a. de C. y el 1600 d. de C.
aproximadamente) en su fracaso obtuvieron resultados inesperadamente útiles
como en el caso del cloruro de amonio, acetato de plomo o el destilado de ácido
acético a partir del vinagre descrito por el árabe Jabir (o Geber, 760-815 d. C.).

Con el inicio de las exploraciones de navegación, el intercambio cultural fue


incrementando, así como el conocimiento científico, aunque a una velocidad menor.
El progreso fue tomando lugar en la milicia con el uso de la pólvora y en la medicina
a través de la fabricación de compuestos con valor curativo que, si bien no eran
parte de la prodigiosa búsqueda de oro, resultaban más útiles y demandados por la
población en general. El conocimiento de minerales y fármacos debía explotarse en
vez de perseguir ideales como la piedra filosofal. Fue así como a lo largo del siglo
XVII los primeros objetivos de la alquimia fueron desplazándose y se convirtió en lo
que hoy llamamos química.

A partir de este momento en la historia muchas ramas de la ciencia proliferaron y


fueron desarrollándose vertiginosamente como en el caso de la física y el cálculo,
la medicina seguía en una racha continua de estudios de anatomía y las ciencias
exactas tomaban vigor dentro de la sociedad.

Sin embargo, la química aún tenía un largo camino por recorrer ya que no podía
ajustarse a los patrones de medición convencionales. La materia que estudiaba aún
era poco convencional y muchos seguían enfrascados en la idea de la
transmutación de los elementos.

La revolución química (o sus indicios) empezó con el estudio de los vapores o


espíritus, la forma de materia más sencilla, por parte del médico Van Helmont, quien
al observarlos pudo determinar propiedades únicas en los gases que desprendían
ciertos materiales, el caos que existía en cada suspiro lo llevó a aplicar las primeras
técnicas de medición precisa para entenderlo.

A partir de entonces, el interés por el aire y otros gases se fue expandiendo como
uno, lo cual llevó a físicos y químicos a experimentar con sus propiedades, a
desarrollar mecanismos y herramientas basados en su comportamiento (como en
el caso del barómetro y la bomba de aire). Se dictó la Ley de Boyle o Mariotte,
quienes lograron desarrollar un método de medición óptimo para determinar los
cambios de una sustancia de interés, o al menos el principio. Y el término de los
átomos volvió a formar parte del vocabulario de lo químicos pues si se aceptaba su
existencia, resultaba más sencillo explicar el comportamiento de los gases.

En esta época empezaron a cuestionarse los saberes de los antiguos filósofos,


incluyendo la existencia de solo 4 o 5 elementos básicos; los químicos empezaron
a seguir la corriente atomista y consideraron que un elemento solo sería aquel que
conservara sus propiedades aún en su forma mínima como partícula y que al unirse
a otro formaría un compuesto. Por lo tanto, debía haber más elementos sin
descubrir. Nacen nuevas teorías sobre la materia y sus cambios como la del flogisto
para explicar la reacción de combustión, la cual es aceptada y desmontada
paulatinamente, pues el siglo de las luces se caracterizó por “dudar de todo y no dar
nada por sentado sin evidencia científica”. Esta actitud de comprobar las hipótesis
a través de la experimentación empleando métodos de medición específicos llevó a
formular la ley que rige a toda la química moderna:
“La materia no se crea ni se destruye, solo se transforma”

La revolución industrial trajo consigo nuevos cambios y visiones, el desarrollo de la


química se vio impulsado por aportaciones como la de Antoine de Lavoisier quien
explico que el proceso de la combustión corresponde a una reacción de oxidación
de las sustancias; la organización de los elementos químicos que se habían
descubierto hasta el momento de acuerdo a sus propiedades físico-químicas,
formulando la tabla periódica que conocemos en la actualidad; en el desarrollo de
los modelos atómicos y otros tantos cosos que la ciencia y tecnología moderna han
permitido con el paso de los años.

La química hoy día se ha ramificado en diversas áreas especializadas y es


considerada como la ciencia central, debido a que su campo de estudio es muy
amplio y se halla entremezclada con diferentes campos de la ciencia: ingeniería,
medicina, informática, etc.

La redacción de Isaac Asimov resulta muy sencilla de comprender, accesible para


el público en general, pues usa un vocabulario y desarrollo cronológico de los
hechos bastante amplio que permite al lector imaginar cada pasaje histórico e
ideales de la época con el mínimo esfuerzo.

Uno puede notar como la historia de la química está intensamente unida al


desarrollo del hombre a nivel cultural y social. Por ello es muy importante como
químicos que nos tomemos el tiempo para reflexionar sobre el pasado de nuestra
disciplina para aprender de los errores cometidos y proveer los futuros, manteniendo
una perspectiva fresca de nuestro entorno e idear nuevas maneras de sacar
provecho de éste.

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