4 - Lo Que Causa Regocijo en Los Cielos
4 - Lo Que Causa Regocijo en Los Cielos
4 - Lo Que Causa Regocijo en Los Cielos
MINISTERIO CELULAR
“Visión con compasión”
¿Qué cosas parecen verdaderamente valiosas para usted? ¿Será algunas de sus posesiones? ¿Su
familia? ¿Su trabajo? A veces, nosotros reconocemos que las cosas que tenemos son valiosas
hasta que lo perdemos. Una vez perdido, con mucha diligencia buscamos la forma de hallarlo de
nuevo y estamos dispuestos a pagar cualquier sacrificio con tal de volver a recuperarlo.
La parábola de la oveja perdida, de una moneda perdida y de un hijo perdido, nos enseña la
importancia que tiene para Dios la gente que no es salva. Ciertamente cuesta dinero, tiempo,
esfuerzo y preocupación llegar hasta la gente no convertida; pero cuando los vemos hacerse
cristianos reconocemos que la inversión es pequeña comparada con los resultados eternos.
Dios quiere que todos los hombres sean salvos, Dios tiene interés en cada una de las personas. En
la parábola de la oveja perdida, se ve a un pastor que pierde a una de sus ovejas (Lucas 15:3-7)
Una oveja era demasiada valiosa para dejar que se perdiera en el campo, por esta razón, el pastor
dejó las noventa y nueve para ir a buscarla; pasaría toda la noche buscando si era necesario para
encontrar la oveja que se habia perdido.
El pastor sintió gozo cuando encontró la oveja perdida, y cuando volvió a su lugar invitó a sus
amigos y vecinos para que se regocijaran con él por la bendición (v. 6). Hay una celebración en los
atrios de los cielos cada vez que se arrepiente un pecador (v. 7)
La parábola de la moneda perdida (Lucas 15:8). En esta ocasión se trataba de una mujer que
perdió unas de sus diez monedas de plata. Según las costumbres judías cuando una mujer estaba
desposada, habia una ceremonia especial y de mucha seriedad donde participaban los padres de
ambos.
Como símbolo de su promesa el hombre le daba a ella diez monedas unidas con una cadena las
cuales llevaba en su frente o en el peinado. Si una mujer llegaba a perder una de esas monedas, el
esposo podría ver como una falta de afecto y respeto hacia él. Al perderse una de esas monedas a
menudo echaban a su esposa de la casa y podía considerarse que ella tenía un amante.
La mujer con diligencia buscaba la moneda, con lámpara y escoba. Al encontrar la moneda de
plata que se habia perdido la mujer se llenó de gozo, y al igual que el pastor de las ovejas, llamó a
sus amigos y se regocijaron. Otra vez, Jesucristo compara eso con la forma en que se regocijan los
Ángeles en el cielo cuando un pecador se arrepiente (Lucas 15:10)
Una sola alma tiene un valor tan grande para Dios que estuvo dispuesto a dar su vida en la cruz del
calvario a fin de pagar el precio por encontrar y recuperar a las almas perdidas. Si el Señor estuvo
dispuesto a pagar tan alto precio, ¿Qué estamos nosotros dispuestos a hacer a fin de dar a
conocer el mensaje de salvación a las almas perdidas?
En la parábola del hijo pródigo, después de haberse alejado de su casa y malgastado todo lo que
su padre le habia otorgado, al fin recuperó el sentido (v. 17). El hijo pródigo lejos de su casa, sin
amigos, sin comida, sin techo y sin dinero, terminó llegando al punto mas bajo. Estando en esta
crisis, entendió que sus decisiones personales le habían llevado a aquella terrible situación.
El hijo pródigo tuvo que reconocer su error y volver a la casa paterna, arrepentido (v. 18-19).
Arrepentirse significa cambiar de idea, un cambio de dirección. Cuando aquel joven llegó a su
hogar le hicieran una recepción que probablemente le sorprendería (v. 20-24). Dios está
esperando a todo pecador con los brazos abiertos.
2. ¿Cómo podremos evitar tener una mala actitud con respecto a las personas distintas a
nosotros que no son de nuestro agrado y que vienen a la iglesia?
Algunos menosprecian a ciertas personas o razas, pensado que ellos no tienen esperanza de
salvación por que son de otra clase, raza o color. Pero si pedimos a Dios que nos ayude a ver las
personas como Él las ve, podremos sentir ternura en nuestro corazón hacia quienes necesitan a
Cristo.
Dios busca activamente las almas perdidas; él ha hecho cosas increíbles para acercar a los
hombres y perdonarlos. Dios derrama en abundancia las bendiciones de su salvación sobre los que
acuden a él. En este tiempo, Dios está llamando a todo los hombres al arrepentimiento.
Amigo y hermano que te has apartado de la gracia del Dios, hoy tienes una gran oportunidad de
buscar al Señor como lo hizo el hijo pródigo, y provocar fiesta en los cielos si te arrepientes de
todos tus pecados. El Señor te espera con los brazos abiertos. Si lo sientes hacer, hay un altar
abierto, pasa a este lugar y vamos a orar por ti en el nombre de Jesús.