Tesis 10 - María en La Escritura y Tradición Corr.

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 10

SEMINARIO MAYOR LOS SAGRADOS CORAZONES

SINTESIS DE TEOLOGIA DOGMATICA

FORMADOR: P. JUAN S. RIVERA FELLNER


REVISADO POR SEMINARISTA: ANDRÉS F. LASPRILLA OCAMPO

TESIS 10: LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA EN LA SAGRADA ESCRITURA, LA


TRADICIÓN Y EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA

1. INTRODUCCIÓN - La razón de ser de un estudio teológico sobre María

La realización de un estudio teológico sobre María no es simplemente obvia. Teología


significa etimológicamente, tratado sobre Dios. Dios mismo es el objeto de la teología, la
realidad que investigan los teólogos. ¿Cuál es entonces la razón por la que la teología se
ocupa de María?

No basta responder que la teología se ocupa de María porque el Nuevo Testamento habla de
ella. ¿No era inevitable que el Nuevo Testamento, sobre todo los evangelios, hablaran de ella,
como también de una serie de figuras marginales, para poder referirse a la vida de Jesús? Sin
duda, el Nuevo Testamento no ha pretendido –ni siquiera en los evangelios- presentarnos una
biografía completa de Jesús de Nazaret. Pero nos ha comunicado numerosos datos
biográficos sobre Él. Para eso era imposible eludir una serie de figuras que se interfieren o
intervienen en su vida. Y, a pesar de todo, la teología no se ocupa de ellas; mucho menos les
consagra un tratado teológico prácticamente autónomo, como es el caso de la mariología. Karl
Rahner nos recuerda que «Pilatos aparece en el Credo» 1, además de aparecer en el Nuevo
Testamento, y no por eso llega a ser objeto de una reflexión teológica específica.

Por tanto, el papel que Dios le asigna en la salvación a María requiere de los cristianos no
solo acogida y atención, sino también opciones concretas que traduzcan en vida, las actitudes
evangélicas de Aquella que precede a la Iglesia en la fe y en la santidad. Jesús mismo invita a
sus contemporáneos a no dejarse guiar por el entusiasmo al considerar a su Madre, sino a
reconocer sobre todo, que es bienaventurada porque oye la Palabra de Dios y la cumple. ( Lc
11,28

2. ¿MARÍA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO?

2.1 La vocación en el Antiguo Testamento


En el Antiguo Testamento la orientación cristológica se encuentra aún implícita. Así, ya la
vocación de Abraham fue, en la intención de Dios, orientada a preparar el origen del pueblo
de su Hijo. Todas las demás vocaciones veterotestamentarias son salvíficas (la misión del
llamado es ser para Israel un mediador de la salvación que viene sólo de Yahvé y en
progresivo acercamiento a la salvación mesiánica), y sin esta orientación específica, no
tendría sentido alguno la vocación misma de María.

a) La llamada de María

Es una llamada ciertamente del todo particular, personal, no deducida de principio alguno,
sino enteramente gratuita de parte de Dios. Es una historia propia y apropiada libremente de
parte de la Madre de Jesús. Por eso hemos de estudiarla en su íntima singularidad. Y sin
embargo no podemos disociarla ni de la historia de la promesa, ni de su ser en función de la
obra liberadora de su Hijo, ni de su total orientación hacia el Pueblo de Dios redimido por
Jesucristo. Sin toda esta riqueza de aspectos, las gracias y privilegios mismos de María no
tienen sentido. Comenzamos por situarla en el contexto de las vocaciones en Israel, para lo

1
María, Madre del Señor, Barcelona 1967, p. 26.
cual escogemos algunas muy concretas: las de Abraham (Gn 12,1) Sara (Gn 17, 19) Ana (1
Sam. 1,11, 20–28) Rut (Rt 1, 16-17) Ester ( Est 4, 12-17) y Judit (Judit. 16, 14)

2.2 Como Protoevangelio y en los profetas

El Concilio Vaticano II enumera tres pasajes del Antiguo Testamento que, no obstante siendo
profecías mesiánicas, son interpretados en un sentido mariológico: Gn 3,15; Is 7,14; Miq 5,2-
3.

i. Genesis 3, 15.
Desde el principio, en el libro del Génesis aparece la figura de aquella mujer de la que habrá
de nacer el Salvador. Cuando Dios maldice a la serpiente o Satanás, le dice: "Enemistad
pondré entre ti y la mujer y entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza mientras acechas
tú su talón". (Gén.3, 15). Por ello la Iglesia llama a este texto el Protoevangelio, o sea, el
primer anuncio de la buena nueva. Al anunciar a Jesucristo se menciona a la que lo va a dar a
luz.

Sentido mariológico.
 Algunos autores intentan identificar a la mujer del texto con María, aunque parece
evidente que hay que identificarla con Eva.
 Esta identificación no cierra el sentido mariológico del texto, ya que la importancia
que se da a la mujer desborda el significado atribuido a Eva en la historia de
salvación.
 Es preciso distinguir dos planos en el texto: el primero se apunta a Eva; en el
segundo es más profundo, se alude a María.
 Desde el siglo II los Padres establecen un paralelismo entre las relaciones Adán-
Cristo y Eva -María.
 La teología de la nueva Eva ha tenido una gran importancia en la mariología y la
eclesiología, los Padres se han servido de ella para destacar el papel de las dos
madres.
 Las relecturas del texto que ven en él el papel de María y de la Iglesia en la
salvación de los hombres están hechas por la iglesia a la luz de una revelación
posterior y plena.

ii. Isaías 7,14 y Miqueas 5,2-3.

Dos Profetas: Isaías y Miqueas, ocho siglos antes de Cristo, hablan también de la Virgen
María. Es importantísimo el versículo de Isaías en donde le promete al rey Ajaz la señal
esperada: "He aquí que una virgen está encinta y va a dar a luz un hijo y le pondrá por
nombre Emmanuel" (Is.7,14).

El signo anunciado por el profeta podría ser el nacimiento del Mesías sin más. Pero
fundándose en que el sentido que el Antiguo Testamento da a la palabra almah es el de
“joven virgen”; la maternidad virginal de María es elemento componente esencial del signo
dado por el profeta. Es decir, el signo es la maternidad virginal de María.

Por su parte Miqueas, contemporáneo de Isaías, menciona también "Al tiempo en que dé a
luz la que ha de dar a luz" (Mi.5,2). El profeta Miqueas escribe unos 30 años
aproximadamente después de Isaías. Su vaticinio parece un reflejo del de aquel. Los dos
anuncian el nacimiento del libertador de la invasión de asiria (Is 9, 5-6; 7,16 y Mi 5, 1-5); los
dos hablan de una desolación del pueblo que dura hasta la llegada del libertador (Is 7, 16, 18s
y Mi 5,2-4); los dos anuncian la madre que va a dar a luz al dominador que salvará el rebaño
de Dios (Is 7, 14 y Mi 5,1)
Existen también varias figuras bíblicas veterotestamentarias que la teología moderna ve
realizadas en María. Ella sobresale entre los humildes y pobres del señor que confiadamente
esperan y reciben de El la salvación. Y ella también la “Hija excelsa de Sion” (LG 55)
 (Salmo 45) La liturgia (lex orandi) ha aplicado a María este salmo: Alude a las bodas
del Mesías con su pueblo, el cual debe olvidar todas sus infidelidades, toda su antigua
conducta para entregarse a Yahvé y serle fiel. En este pueblo, la figura primera es la
Mujer fiel.
 (Jeremías 31,22) “El Señor ha hecho una cosa nueva sobre la tierra: Una mujer
encerrará dentro de sí al hombre”
 (El Cantar de los Cantares Cap. 4) Algunos pasajes concretos son aplicados por los
Padres a María; pero el conjunto del libro no puede aplicarse a la Santísima Virgen,
pues el tema del libro es el amor de Yahvé hacia su Esposa, pero esta es la esposa
negligente que se hace esperar, que no comprende el amor de Yahvé, que le hace
sufrir.

La iglesia en la liturgia ha aplicado a la Virgen María los siguientes textos


 (Judit 15,9) Contiene un sentido tipológico de la mujer que aplasta la cabeza del
enemigo (Gn 3,15).
 (Proverbios 8) (Eclesiastés 24): Los sapienciales deben comprenderse primero dentro
de una línea cristológica antes que mariológica, como preparación a la doctrina de la
Encarnación del Verbo, Sabiduría personificada del Padre.
Así como el “Ruah Yahvé” preparó la revelación de la existencia de la Tercera Persona
de la Trinidad, los textos que personificaban la Sabiduría prepararon la doctrina de la
existencia de la Segunda Persona.
Sin embargo, dentro de la lex orandi vemos a María, personificada también en el plan
eterno de Dios, que la concibe y predestina junto con Cristo desde toda la eternidad
(«Ineffabilis Deus» de Pío IX).

2.3 El Seno de María, Tabernáculo De Dios.

El arca representó durante su existencia la presencia de Dios, quien prometió: “Allí


ciertamente me presentaré a ti, y hablaré contigo desde más arriba de la cubierta, desde entre
los dos querubines que están sobre el arca del testimonio”. “En una nube apareceré encima
de la cubierta.” (Éx 25,22; Le 16,2.) Samuel escribió que Yahveh ‘estaba sentado sobre los
querubines’ (1Sa 4,4), de ahí que estos sirvieran como “la representación del carro” de
Yahveh. (1Cr 28,18.) Por lo tanto, “siempre que Moisés entraba en la tienda de reunión para
hablar con Yahveh, entonces oía la voz que conversaba con El desde más arriba de la
cubierta que estaba sobre el arca del testimonio, de entre los dos querubines; y le hablaba”.
(Nú 7,89.) Más tarde, Josué y el sumo sacerdote Finehás también inquirieron de Yahveh
delante del arca. (Jos 7,6-10; Jue 20,27, 28.) Solo al sumo sacerdote le estaba permitido
entrar en el Santísimo y ver el arca un día al año, aunque no con el propósito de comunicarse
con Yahveh, sino para llevar a cabo la ceremonia del Día de Expiación. (Le 16,2, 3, 13, 15, 17;
Heb 9,7.)

Las líneas dispersas de las tradiciones sobre el arca encuentran una singular convergencia en
María. En primer lugar, la anunciación. En efecto, Lc 1,35 (a juicio de muchos exegetas)
parece ser una copia de Ex 40,34-35. En este último trozo leemos que " entonces la nube
cubrió la tienda de la reunión, y la gloria del Señor llenó el tabernáculo... La nube del Señor se
posaba de día sobre el tabernáculo y durante la noche brillaba como fuego ". Así pues, la nube
que envolvía la tienda era como una señal de que dentro de ella moraba la "presencia" del
Señor. De forma análoga, en Lc 1,35 se dice que la nube del Espíritu vendrá a posarse sobre
María, y como efecto de esta "sombra", su seno se llenará de la presencia de un Ser divino: el
Santo, Hijo de Dios.
Después de la anunciación, en el texto lucano viene la visita de María a Isabel. Esta página
está modelada visiblemente sobre el capítulo 6 del segundo libro de Samuel, en donde se
narra el traslado del arca de la alianza desde Baalá de Judá a Jerusalén, por orden de David.
Y he aquí algunas de las semejanzas que se dan entre los dos relatos:

a) Los dos episodios tienen lugar en la región de Judá, casi como lugar de la acción
(2Sam 6,1-2; Lc 1,39).
b) Los dos viajes se caracterizan por manifestaciones de júbilo: del pueblo y de David,
que danza delante del arca (2Sam 6,5.12.14.16); de Isabel y de Juan Bautista, que
"salta de alegría" en el seno materno (Lc 1,41.44).
c) La presencia del arca en casa de Obededón y la entrada de María en la casa de
Zacarías son motivo de bendición (2Sam 6,11.12; Lc 1,41).
d) David exclama: "¿Cómo entrará el arca en mi casa?" (2Sam 6,9). E Isabel: "¿Y cómo
es que la madre de mi Señor viene a mí?" (Lc 1,43). En la comparación de los dos
textos impresiona el paralelismo entre "el arca del Señor" y "la madre de mi Señor".
Ahora la nueva arca es María. Frente a ella —como ocurría antes frente al arca antigua
— uno advierte el sentido de su propia indignidad y del respeto debido a lo sagrado.
e) El arca permaneció en casa de Obededón tres meses (2Sam 6,11); María se queda
al lado de Isabel unos tres meses (Lc 1,56).

Del conjunto de estos parecidos entre los dos episodios se deduce el siguiente mensaje. Con
su "sí" al anuncio divino, María acoge la propuesta de la alianza nueva que Dios le revela
mediante el ángel Gabriel; por consiguiente, con Jesús en su seno ella se presenta como el
arca donde reposa Dios hecho hombre. Por tanto, reaparecen actualizados en María los
conceptos de alianza y de arca, tan estrechamente vinculados ya en la teología del AT.

2.4 María, Personificación de Jerusalén.

La ciudad de Jerusalén, corazón de Israel, prepara la tipología de María como la "hija de


Sión".
Jerusalén, ciudad puesta sobre los montes, tenía su propia roca o ciudadela, llamada Sión.
Sobre esta cima, hacia el nordeste, el rey Salomón (por el 970-930 a.C.) construyó el conjunto
del templo y del palacio real (2Sam 24,16-25; cf 2Crón 3,1). Dentro del templo, concretamente
al santo de los santos, hizo trasladar el arca (1 Re 8,1-8). Desde entonces, con el nombre de
Sión se quiso indicar sobre todo el monte del templo (Is 18,7; Jer 26,18; Sal 2,6 y 48,2-3).
Jerusalén era el centro religioso y político de la comunidad judía.

Según algunos exegetas modernos, en las palabras del ángel Gabriel a María habría un eco
bastante claro del mensaje que los profetas mencionados dirigían a la "hija de Sión". En
efecto, también a María se le invita a alegrarse (Lc 1,28: "Alégrate, llena de gracia"). No ha de
tener miedo (Lc 1,30), ya que el Hijo de Dios pondrá su morada en ella (Lc 1,31-32a),
haciendo de su seno como un nuevo templo. Él será rey y salvador de la nueva casa de Jacob
(Lc 1,32b-33; cf 2,11), que es la Iglesia.

3. MARIA EN EL NUEVO TESTAMENTO

Al estudiar la figura de María en el Nuevo Testamento, es importante distinguir entre los


textos, que aparecen en el Kerigma primitivo, y el resto. La razón es doble. Tanto los
evangelios de la infancia como los escritos de Juan, por pertenecer a una época tardía,
pueden reflejar una imagen de María que no sea ni la histórica ni la de los comienzos de la
Tradición. El análisis por separado de los datos mas primitivos nos permite acercaos a la
historia y a la fe de la iglesia primitiva.

Una segunda razón es que algunos comentaristas han llegado a descubrir una antítesis
radical entre la figura histórica de María, que ellos deducen de la consideración del Kerigma
primitivo, y la que transmiten los evangelios de la infancia y los escritos de Juan. Sus
conclusiones son tan radicales que desmoronan toda posible cimentación de la Mariología. Es
conveniente solucionar esa antinomia.
3.1 María en Gálatas 4,4s

¿Qué significan las expresiones: “nacido de mujer”, “nacido bajo la ley”?

 Nacido de mujer: resuena también en Job 14, 1, en Mt 11,11 y en Lc 7, 28.


“Mujer” no hay que traducirlo con mayúscula, sino con minúscula, porque no le interesa al
autor la personalidad propia de María, sino su condición femenino-maternal que ella tiene en
común con otras mujeres, y, a través de la cual, Jesús ha adquirido una verdadera naturaleza
humana en situación Kenotica. El pasaje presupone, pues, que Cristo nació de una mujer en
el mismo sentido y del mismo modo que cualquier otro ser humano.

 Nacido bajo la ley: la ley es la institución socio-religiosa más representativa de Israel


Todo el contexto de la carta a los Gálatas es la polémica mantenida por Pablo contra la
teología judía de la ley que defendía la justificación por la observancia de los preceptos.

María es entonces mujer y madre, Jesús es verdaderamente hombre. Ella es la que, con la
humanidad, prestada al Verbo, hace posible la aparición del nuevo Adán, hermano de todos
los hombres.

3.2 María en los evangelios sinópticos y los escritos jónicos.

El personaje central y absoluto del Nuevo Testamento, es Jesucristo y no debe extrañarnos la


moderación de referencias a la Virgen Santísima. Pero las pocas citas que nos hablan de Ella,
han sido suficientes para que la Iglesia, con grande amor, la conozca profundamente y la
venere con especial predilección.

Estas son las citas de los Evangelios que de manera especial se refieren a la Virgen María: El
ángel anuncia a la Virgen María la maternidad divina. (Lc. 1,26-38). María visita a su prima
Isabel. (Lc.1,39-45). María entona el Magnificat. (Lc.1,46-56). El ángel anuncia a José el
nacimiento de Jesús. (Mt. 1, 18-25). Genealogía de Jesús, según la línea del Rey David.- (Mt.
1, 1 - 1 7; Lc.3,23-38). Jesús nace en Belén (Lc.2,1-7). Adoración de los pastores. (Lc.2,8-20).
Circuncisión de Jesús. (Lc. 2,21). Presentación en el Templo. (Lc.2,22-38). Adoración de los
magos de Oriente. (Mt.2,1-12). La Sagrada Familia huye a Egipto. (Mt.2,13-15). Jesús con los
doctores. (Lc.2,41-50). Jesús en Nazaret. (Lc.2,39-40; 51-52). En Caná de Galilea, Jesús
realiza su primer milagro. (Jn.2,1-12). Quien hace la voluntad de Dios, este es mi hermano.
(Mt.12, 46-50; Mc.3,31-35; Lc.8,19-21 y 11,27-28). Jesús nos da a su Madre. (Jn. 19,25-27).

Ninguno de los cuatro Evangelistas, nos relata la historia de María, o nos describe su persona;
pero estudiando y analizando las citas en que los cuatro hablan de Ella, podemos llegar a
conocer profundamente a la Madre de Jesucristo.

 San Marcos: (3, 20-22, 31-35) Siendo el Evangelista más sintético, la menciona una
sola vez para proclamar la superioridad de la maternidad espiritual sobre la maternidad
física.

 San Mateo: Los pasajes de este evangelio en los que aparece María pueden dividirse
en dos clases: primera, un número de referencias exclusivamente mateanas en los
relatos de la infancia, cap. 1-2; segunda, textos mateanos con pasajes paralelos en Mc.
Esta última clase incluye Mt 12, 46-50, paralelo a Mc 3, 31-35 (la cuestión de quiénes
forman la familia de Jesús); y Mt 13, 53-58, paralelo a Mc 6, l-6a (el rechazo de Jesús
en su propia tierra). Son textos que importarán a nuestra discusión en cuanto que Mt
difiere de Mc, con lo cual demuestra intereses propios (es decir, su teología
redaccional). Parece más aconsejable comenzar por el tratamiento que María recibe en
la serie textual que encabeza el evangelio. Cabe presumir una cierta homogeneidad en
la concepción mateana de María, por lo que la visión derivada de esos textos iniciales
hará que comprendamos mejor por qué, en las escenas comunes a ambos, Mateo se
aparta de Marcos.

Relata con detalle cómo Cristo vino al mundo, de la concepción virginal por obra del
Espíritu Santo. En su relato, muy de acuerdo con las tradiciones semíticas, San José
aparece en primer término: recibe los mensajes divinos, toma las decisiones
adecuadas, mientras María permanece humilde y silenciosa a su lado.

 San Lucas: Como en el evangelio de Mt, así también en el de Le pueden distinguirse


dos tipos de pasajes en relación con el estudio de María: primero, un extenso conjunto
de referencias marianas en el relato de la infancia de los cap. 1-2, donde ella juega un
importante papel en la anunciación, la visitación, el nacimiento en Belén, la
presentación y hallazgo de Jesús en el templo; segundo, cuatro pasajes relativamente
breves en el relato del ministerio público de Jesús. Como Mt, Le tiene una genealogía
de Jesús, y el primero de los cuatro pasajes contenidos en el relato del ministerio es
una línea de dicha genealogía (3, 23), según la cual, Jesús es, sólo "supuestamente",
hijo de José. El segundo y tercero de esos pasajes tienen paralelos en los otros dos
sinópticos, a saber, Lc 4, 16-30, que refiere el rechazo de Jesús en Nazaret (cf. Mc 6, l-
6a; Mt 13, 53-58); y Lc 8, 19-21, que declara quién constituye la familia de Jesús (cf.
Me 3, 31-35; Mt 12, 46-50). El cuarto pasaje (11, 27-28), en el que una mujer de entre
la multitud proclama la bienaventuranza de la madre de Jesús, es peculiar de Lucas.
Los Hechos de los Apóstoles mencionan a María sólo una vez (1, 14), en un catálogo
de los que se habían reunido para orar en Jerusalén después de la ascensión y antes
de Pentecostés. Cronológicamente, es la última referencia específica a María y a su
destino en la historia neotestamentaria del movimiento cristiano.

 San Juan: En este evangelio hay dos tipos de pasajes que interesan al estudio de
María: primero, dos escenas donde la "madre de Jesús"' hace su aparición, a saber, en
las bodas de Cana (2, 1-11. 12) y al pie de la cruz (19, 25-27); segundo, algunos
versículos, que pueden o no ser relevantes a las cuestiones mariológicas, por ejemplo,
la concepción virginal (1, 13; 6, 42; 7, 41-43; 8, 41) y los hermanos de Jesús (2, 12; 7,
1-10).

Por su parte es testigo y relator del primer milagro de Jesús en las bodas de Caná de
Galilea y también testigo ocular de cómo la Virgen Madre permanece de pie junto a la
cruz en el Calvario.

(Ap 12) la mujer parturienta vestida sol es, ante todo, un arquetipo de la iglesia; de la
iglesia histórica contemporánea del autor del apocalipsis, acosada por poderes impíos,
y la iglesia eterna y perenne, indestructible que ha de sobrevivir los ataques de sus
enemigos, sin dejar de cumplir su misión histórica de madre del Cristo místico por el
testimonio apostólico.
Pero este símbolo de ha hecho concreto en la figura de María, ejemplar del cristiano
fiel, madre física de Jesús, participe de los sufrimientos redentores de Cristo en la cruz,
testigo de su entronización a la derecha de Dios y más tarde testigo también del
sufrimiento del resto de sus hijos.

4. MARÍA EN LA TRADICIÓN DE LA IGLESIA

Ciertamente, tanto en la Biblia, como en la Tradición, el personaje central es Jesucristo, pero


ya desde los primeros siglos de la Iglesia, aparece la Virgen María indisolublemente ligada al
Misterio Pascual, centro del culto católico. Ya a mediados del Siglo II existe una homilía de
San Melitón de Sardes, en la que se lee este bellísimo texto:

"Él es quién se hizo carne de una Virgen, quien fue colgado de un madero, quién fue
sepultado en la tierra, quién resucitó de entre los muertos, quién fue elevado a las alturas de
los cielos, Él es el cordero sin voz, Él es el cordero degollado, Es el nacido de María, la
hermosa Cordera".

4.1 María nueva Eva según los Padres de la Iglesia

El paralelismo Eva-María, tan importante en la patrística del siglo II y III, a la luz de la teología
paulina del paralelismo Cristo-Adán, sintetiza toda la teología del protoevangelio: Cristo
vencedor del pecado y de la muerte, junto con María, inseparablemente asociada a la obra de
la salvación, como Adán origen del pecado, con Eva inseparablemente unida en la obra del
mal.

Ireneo de Lyon en el s II: "El nudo de la desobediencia de Eva fue desatado por la
obediencia de María: lo que ató la virgen Eva por la incredulidad la Virgen María lo desató por
la fe"
Justino mártir (100,114- 165): Porque Eva, siendo virgen e incorrupta, habiendo concebido la
palabra salida de la serpiente, dio a luz desobediencia y muerte; y María, la virgen, habiendo
concebido fe y alegría al darle el ángel Gabriel la buena nueva (Diálogos con Trifón)
S. Epifanio: «Eva resultó ocasión de muerte para los hombres, pues por su medio entró la
muerte en el mundo (cf. Rom 5, 12). María en cambio es ocasión de vida, pues por su medio
nos nació la vida. Por eso vino el Hijo de Dios al mundo. (Panarion 78, 18, 5-7; GCS Epiph 3,
469)(310-20 - 403)
S. Cirilo de Jerusalén: «Por medio de una virgen, Eva, viene la muerte; por medio de una
Virgen o, más bien, de la Virgen era necesario que apareciese la vida» (Catequesis; PG 33,
741): (315-386).
Hipólito de roma (170-236): "Creemos, queridos hermanos, según la tradición de los
Apóstoles, que el Dios Verbo descendió del cielo a Santa María Virgen, encarnándose de Ella
y tomando alma humana, quiere decir racional; hecho todo lo que el hombre es menos el
pecado, para salvar a Adán que había caído y dar la inmortalidad a los hombres que creyesen
en Él[...], como estaba anunciado; de este modo se manifestó presente a Sí mismo, nacido de
la Virgen y del Espíritu Santo, hombre nuevo[...], no ficticiamente por mutación, sino hecho
verdaderamente hombre." (Hom. cont. Noeto)
Tertuliano. (197): Porque era conveniente y justo que Adán fuese recapitulado en Cristo, a fin
de que fuera abismado y sumergido lo que es mortal en la inmortalidad. Y que Eva fuese
recapitulada en María, a fin de que una Virgen (…) deshiciera y destruyera la desobediencia
virginal mediante la virginal obediencia.
S. Juan Damasceno (676-749): "Querida hija digna de Dios, hermosura de la naturaleza
humana, reparación de nuestra primera madre Eva, porque por tu alumbramiento ha sido de
nuevo elevada la que había caído. Querida hija, la más consagrada, esplendor de la mujer.
Porque, aunque la primera Eva ofendió y por ella entró la muerte, habiendo servido a la
serpiente contra nuestro primer padre, María, a su vez, en total sumisión a la voluntad de
Dios, engañó a la serpiente engañadora." (Hom. I in Nativit. Mariae)

4.2 La Reflexión de María en la Teología

San Anselmo de Canterbury. (1033 – 1109):


En una palara, el misterio de María fue también objeto de la fides quarens intellectum de los
escolásticos, y, por tanto, se puede decir que estaban echados los principios de la mariología
científica. El impulso inicial lo dio San Anselmo de Caterbury, no solamente a través de la
benéfica influencia ejercida en la teología, sino también a través de sus escritos marianos.
Estos son pocos en numero, pero en sus obras (Cur Deus Homo y De concepta Virginali et
de originali peccato)
San Bernardo de Claraval (1090-1153): Lo llamaban "El Doctor boca de miel" (doctor
melífluo). Su inmenso amor a Dios y a la Virgen Santísima y su deseo de salvar almas lo
llevaban a estudiar por horas y horas cada sermón que iba a pronunciar, y luego como sus
palabras iban precedidas de mucha oración y de grandes penitencias, el efecto era fulminante
en los oyentes. Escuchar a San Bernardo era ya sentir un impulso fortísimo a volverse mejor.
San Antonio de Padua (1231): El “Doctor Evangélico” y el “Doctor Mariano” en pie de
igualdad con San Bernardo; no solo afirmo todo lo que se creía hasta entonces; se anticipó
también a sentar las bases de las doctrinas que, siglos más tarde, serian definidas como
dogma o aceptadas normalmente, por ejemplo, la Asunción y la Inmaculada Concepción.
San Buenaventura (1274): El Doctor Seráfico expreso su pensamiento mariano no solamente
con su oratoria, en sus 27 sermones sobre la Santísima Virgen, sermones en la fiesta de la
Epifanía y en la Navidad y en la Collatio sexta de donis Spiritus Santi, sino también en los
comentarios sobre el evangelio de San Lucas.
Santo Tomas de Aquino (1274): levanta por encima de los ángeles a la Virgen María y le da
derecho a un culto especial llamado Hiperdulía, el Doctor Angélico está considerado entre los
mejores doctores marianos; el dio a la teología su statut veritablement scientifique, puso
fundamentos para la construcción de la mariología puramente científica, al mismo tiempo
positiva y especulativa.
Luis María Grignion de Montfort (1673-1716) : Fue el autor de varios textos en los que
presentó su doctrina espiritual que predicó en las misiones. Su trabajo principal es el Tratado
de la verdadera devoción a la Santísima Virgen en la que expone su doctrina mariana: Luis
María Grignion de Montfort, de hecho, promovió el culto a María, en la forma que él llamó "la
verdadera devoción", y la práctica del Rosario.

4.3 Magisterio de los Papas sobre María

 León XIII. Salutaris Ille Spiritus (Diciembre 1883)


Encíclica sobre la Devoción al Rosario y la Invocación Reina del Santísimo Rosario.
Laetitiae Sanctae (8 de septiembre de 1893)
Encíclica sobre el Santo Rosario.Promulgada
 Pio X Ad Diem Illud Laetissimum (2 de febrero de 1904)
Encíclica sobre la devoción a la Sma. Virgen.
 Pío XII: Ingruentium malorum (15 de septiembre de 1951)
Encíclica sobre el rezo del Rosario en familia.
Fulgens Corona (8 de septiembre de 1953)
Encíclica que promulga un año mariano para conmemorar el I centenario de la
definición del dogma de la Inmaculada Concepción.
 Juan XXIII: Grata recordatio (26 de septiembre de 1959)
Carta encíclica, sobre el rezo del Santo Rosario.
 Pablo VI: Christi matri (15 de septiembre de 1966)
Enciclica pidiendo oraciones por la Paz a María.
Pablo VI: Signun Magnum (13 de mayo de 1967)
Exhortación Apostólica sobre el culto que ha de tributarse a María, madre de la Iglesia
y modelo de virtudes.
Pablo VI. Marialis Cultus (2 de febrero de 1974)
Exhortación para la recta ordenación y desarrollo del culto a la Santísima Virgen María.
 Juan Pablo II. Redemptoris Mater (25 de marzo de 1987)
Encíclica sobre el papel de la Virgen María en la vida de la Iglesia.
Rosarium Virginis Mariae (16 octubre 2002.)
Carta apostólica sobre el Santo Rosario

4.4 LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA EN EL MISTERIO DE CRISTO Y DE LA IGLESIA


(Constitución Lumen Gentium Cap. VIII)

El Papa Juan XXIII convocó el Concilio Vaticano II el 25 de enero del 1958. Este magno
evento de la Iglesia universal además de fundamentar el proceso de actualización del
Evangelio, de la celebración de la fe y la renovación de los caminos pastorales a la luz de la
época actual, marcó un sustancial cambio de enfoque en la doctrina mariológica y del culto
mariano. El documento preparatorio esquemático sobre María “De Beata” preparado por la
comisión encargada, fue transformado después de una votación histórica el 29 de octubre del
1963 y pasó de ser un documento autónomo dedicado a la Virgen María a un capítulo del
documento sobre la Iglesia Lumen Gentium. Los padres conciliares por un estricto margen de
votación tomaron la decisión de cambio de orientación general.

Las dos corrientes mariológicas: una de tendencia cristotípica (que valoraba la eminencia y la
singularidad de María), y la otra de carácter eclesiotípico (que insertaba a María en el contexto
de la historia e la salvación y en la vida de la Iglesia) se habían confrontado y el debate había
favorecido la segunda postura. Esta decisión conciliar permitió el cambio sustancial en el
recorrido de la mariología que fue plasmado en el capítulo ocho de dicho documento. El
Vaticano II ha sido el Concilio que más ha hablado de María, no tanto definiendo nuevas
doctrinas, sino sustancialmente integrando el misterio de Cristo.

Esta revisión resultó ser necesaria para la renovación (aggiornamento) a partir de ese
momento, en especial apuntando al fin ecuménico del mismo Concilio: la recuperación de la
unidad de los cristianos y de los creyentes y de la unidad entre fe, vida y cultura del hombre
de hoy. Dijo el entonces Cardenal Ratzinger citando a Hugo Rahner que: “La mariología fue
pensada y enfocada por los santos Padres (en el Concilio Vaticano II) como eclesiología”. Se
puede dividir el documento en cinco partes:

- María integrada a la Historia de la salvación LG 52-54.


María es la madre de Cristo y madre de los hombres unida al misterio de Cristo y al misterio
de la Iglesia. Se le presenta como madre de Dios y del Redentor, como hija predilecta del
Padre y templo del Espíritu Santo. “Es verdaderamente la madre de los miembros de Cristo
porque colaboró con su amor a que nacieran en la Iglesia los creyentes, miembros de aquella
Cabeza”.

- María en el misterio de Cristo, LG 55-59.


Se muestra María en función de la historia de la Salvación en el Antiguo Testamento: Gen
3,15, Is 7,14; Miq 5,2-3; Mt 1,22-23. María está representada como la excelsa Hija de Sión
que ve cumplirse las promesas mesiánicas de salvación LG 55. En relación al Nuevo
Testamento se refiere a María en los momentos de mayor importancia: La Anunciación LG 56,
en la unión con el Niño Jesús LG 57, en el ministerio público de Jesús LG 58, después de su
resurrección y de su Ascensión LG 59.

- María en el misterio de la Iglesia LG 60-65.


El documento presenta en esta parte la doctrina tradicional de María colaboradora de la obra
de salvación para el restablecimiento de la vida sobrenatural de los hombres por lo cual es
nuestra madre en el orden de la gracia LG 60-61. También es mediadora de manera
subordinada a Cristo único mediador, como Abogada, Auxiliadora, Socorro e intercede desde
el cielo procurando ayudar a conseguir los dones de la salvación eterna LG 62. María, es
como Virgen y Madre, tipo de la Iglesia, la Nueva Eva que presta atención con fe no
adulterada por ninguna duda al mensaje de Dios LG 63. También se da otro paralelismo entre
la fecundidad de María y de la Iglesia dado que la imita en el conservar virginalmente la fe
íntegra, la esperanza firme y el amor sincero LG 64. María es el ejemplo más perfecto en la
lucha contra el pecado, en las virtudes y en la santidad LG 65.

- Orientaciones sobre el culto a María, LG 66-67.


El culto a María se ha mantenido en el tiempo a partir de la proclamación profética del
Magnificat en Lc 1, 48 “Me proclamarán bienaventurada todas las generaciones…” dado que
el culto de veneración a ella tributado por los fieles siempre se abre a la glorificación del Hijo
en el cual reside toda plenitud Col 1, 19, LG 66. El documento motiva sobre todo a la devoción
a realizar a lo largo del año litúrgico como Madre de Dios y Madre nuestra y a imitar sus
virtudes LG 67

- María señal de esperanza segura y de consuelo, LG 68-69.


María glorificada en los cielos en cuerpo y alma es la imagen y comienzo de la Iglesia en su
plenitud hasta que llegue el día del Señor y llegar a ser un solo pueblo reunido en paz y
concordia LG 69.

REFRENCIAS
 María en el Magisterio en: https://udayton.edu/imri/mary/_resources/docs-pdfs/es/mara-
en-el-magisterio-01.pdf
 P. Gonzales C. María Evangelizada y evangelizadora. CELAM
 García J. Mariología. BAC. Madrid. 1995
 Vaticano II. Lumen Gentium.
 BASTERO ELEIZALDE L., Paralelismo Eva - María en S. Ambrosio de Milán, en EstMar 50
(1985) 73-81
 CIGNELLI L., Maria Nuova Eva nella patristica greca (Assisi 1966).
 FERNÁNDEZ D., Doctrina Mariologica antiquorum Patrum occidentalium, en De mariologia et
oecumenismo, (Roma 1962) 179 - 216.
 IBÁÑEZ J. -- MENDOZA F., Mariana Patristica, en Theologica 9 (1974) 9-58.
 Gasco, A. G. (1986). Mariología. Madrid: Instituto Superior de Ciencias Religiosas.
 CAROL, J. B. - Mariología, BAC, Madrid. 1964.

También podría gustarte