Concurso de Sistematizaciones
Concurso de Sistematizaciones
Concurso de Sistematizaciones
CONCURSO DE
SISTEMATIZACIONES
2008
ISBN: ............................................
Introducción
I. Recuperando espacios comunitarios en el soporte emocional a mujeres de la Asociación de
Familiares de Afectados y Desaparecidos por la Violencia Política.
Ruth Jaulis Quicaña
II. Incidencia política de las Demunas, Comudenas y Municipios Escolares en la prevención del
abuso y la explotación sexual infantil.
María Pía Hermoza
III. Iniciativas locales para el avance de las mujeres: Una experiencia de promoción de las muje-
res de municipios pobres de las zonas rurales de Ayacucho.
Denisse Chávez Cuentas
Presentación
En el año 2007, y como parte de las celebraciones de los 15 años de fundación de Escuela para el Desa-
rrollo, decidimos re-editar una de las tareas que ha sido parte de nuestras preocupaciones fundacionales y
componente fundamental de nuestra misión organizacional: promover la producción de sistematizaciones.
Por esta razón se organizó y llevó a cabo el Concurso de Sistematizaciones, concebido como un
espacio y oportunidad para revalorar la práctica de promoción del desarrollo, recuperar los aprendizajes
significativos que en ella se generan y difundir la labor de los diversos agentes involucrados en estas expe-
riencias.
Enfoque del concurso
Para efectos de esta iniciativa, propusimos como concepto de sistematización al proceso de recuperación
crítica y creativa de aprendizajes significativos de un proyecto o experiencia de promoción del desarrollo en
la que él o la postulante haya participado o dirigido de manera directa en los últimos años.
Asumimos que este proceso de recuperación de aprendizajes significativos, surge y se enmarca dentro de un
afán deliberado del postulante por interrogarse e indagar sobre la naturaleza, significado y valor de alguna
dimensión de su propia experiencia que convoca su interés personal, y en donde pone en funcionamiento su
forma habitual de organización y construcción de conocimiento.
Asimismo supone abandonar las consideraciones de tipo formal-administrativa que suelen condicionar la
gestión de los proyectos, para dedicarnos más bien a una exploración libre sobre la propia práctica, sus
manifestaciones reales y las lecciones que ella nos entrega.
Por consiguiente, los aprendizajes significativos podrían provenir de experiencias exitosas o fallidas; de pro-
cesos acabados o inconclusos; de circunstancias fluidas o cargadas de tensiones organizacionales, sociales,
culturales, etc.
Finalmente, entendemos que la sistematización de nuestra práctica, pone a prueba nuestra habilidad para
comunicar los aprendizajes en su contexto social y cultural, pudiendo escoger para tal fin diversos medios
a nuestro alcance.
Los beneficios que ofrecimos
Estuvo previsto seleccionar cinco propuestas —a cargo de una comisión evaluadora conformada por tres
profesionales reconocidos y vinculados a la práctica de sistematización— con cuyos autores Escuela para el
Desarrollo se comprometió a ofrecer los siguientes beneficios:
• Participación en dos talleres de orientación metodológica de la sistematización;
• Asesoría personalizada en el proceso de producción de sus sistematizaciones;
• Publicación de los productos;
• Premiación y reconocimiento público.
Se presentaron 23 propuestas, de las cuales seleccionamos a 6 postulantes:
CARREÓN INCA, Omar Greh, del Cadep José María Arguedas; con el tema “Procesos de cambio en los
promotores y promotoras del desarrollo comunal en relación al ejercicio de sus derechos sexuales y repro-
ductivos”. Experiencia realizada en el Cusco.
CASTILLO FERNADEZ, Marlene Luz, del Centro Peruano de Estudios Sociales – Cepes; con el tema “Participa-
ción de las comunidades campesinas en proceso de planificación territorial de la zona central de Huanca-
velica”. Experiencia realizada en Huancavelica.
CHAVEZ CUENTAS, Denisse, del Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán; con el tema “Iniciativas locales para
el avance de las mujeres”. Experiencia realizada en Ayacucho, Cusco y Huancavelica.
FLORES PISCOYA, Julissa Rosana, del Proyecto UNIR – Universidad Nacional Agraria La Molina; con el
tema “Interacción entre voluntarios universitarios y pobladores de las comunidades rurales de la zona sur de
Lima”. Experiencia realizada en Manchay y Cañete.
HERMOZA FLORES, María Pía, de Acción por los Niños, con el tema “Vigilancia ciudadana de las res-
puestas del Estado a violaciones flagrantes de los derechos de los niños y niñas”. Experiencia de incidencia
política de cobertura nacional.
JAULIS QUICAÑA, Ruth, de la Asociación Paz y Esperanza; con el tema “Recuperación de espacios comu-
nales para el soporte emocional de las mujeres integrantes de la Asociación de Familiares de Afectados y
Desaparecidos por la violencia política”. Experiencia realizada en Ayacucho.
El proceso
Durante el año 2007 realizamos tres talleres en donde construimos una plataforma conceptual y metodo-
lógica común sobre la sistematización y desarrollamos el diseño de los planes particulares (I Taller, febrero
2007); trabajamos la información que cada participante fue levantando sobre sus objetos de sistematización
(II Taller, julio 2007); y otorgamos un espacio para la escritura y lectoría de los trabajos en sus versiones
preliminares (III Taller, octubre 2007).
Entre taller y taller, cada participante contó con la asesoría personalizada por parte de quienes integramos
el Área de Capitalización de Experiencias, unidad operativa de Escuela para el Desarrollo encargada de esta
iniciativa.
Una de las primeras constataciones que nos gustaría compartir, es que, sistematizar experiencias que son
parte de nuestras prácticas de promoción, sigue siendo un asunto difícil. Para empezar, habíamos concorda-
do seis meses como un tiempo razonable para culminar los productos, sin embargo fue necesario ampliar
seis meses más para concluir con las tareas.
Y es que el proceso que nos tocó experimentar, estuvo atravesado de una serie de hechos y que pasamos a
reseñar a modo de tensiones:
Los paradigmas de conocimiento
Un primer asunto que tuvimos que reconocer, aceptar y enfrentar, fue el hecho de que existe una forma
hegemónica de concebir y reconocer el proceso de construcción del conocimiento como válido y valioso. Y
que, enfrentadas dos formas distintas, suele privilegiarse aquella cercana a la producción racional, formal,
estructurada, es decir, el paradigma positivista.
Así, tuvimos a quien optó por la construcción de hipótesis y variables (propia del modelo de investigación
científica), y al frente a quién apeló más bien a la re-construcción de sus vivencias personales y muy profun-
das (en diálogo con la experiencia que pretendía sistematizar), pero que no se correspondía al modelo que
tenía delante. Esta situación generó temor y parálisis a más de un/una participante.
En el grupo tuvimos que trabajar esta dimensión con la finalidad de aceptar la diversidad y reconocer las
opciones de cada quien, en materia del modelo a seguir en el diseño conceptual y metodológico de su plan
de sistematización.
Tomar distancia del proyecto
Cada participante había sido protagonista de la experiencia que pretendía dar cuenta con su sistematiza-
ción, en tanto promotor e integrante del equipo ejecutor de un proyecto.
Este sentido de pertenencia e identidad, dificultó grandemente el que se pueda observar “desde arriba” la
complejidad de la experiencia, las dinámicas diversas en que estuvo inmerso el proyecto, los múltiples facto-
res que se pusieron en movimiento como parte de la experiencia.
La tendencia era a dar cuenta de los resultados del proyecto, asumiendo una función “evaluadora”, antes
de dejarse sorprender por los hallazgos que la riqueza de cada experiencia podía ofrecernos. Tuvimos
que reconocer que la experiencia vivida supera ampliamente los márgenes propios del proyecto en el que
estuvieron inmersos.
Pasar de los estrechos carriles del proyecto a las anchas avenidas de la experiencia, fue todo un reto que
tuvimos que enfrentar.
Datos, información y aprendizaje
Una de las tareas que enfrenta quien sistematiza una experiencia, es el ordenamiento de los datos, aquellos
que casi nunca se encuentran por las deficiencias de nuestros sistemas de monitoreo (pero ese es otro tema).
Una de las primeras fases de nuestra propuesta metodológica tiene que ver con la “recuperación de la his-
toria” y que apela a la organización y presentación de datos. Es decir, la descripción.
Si ya esta tarea es complicada, más aún es el convertir a éstos en “información”, es decir, articularlos bajo
una determinada lógica de razonamiento e intencionalidad y convertirlos en sustento de un juicio de valor,
transformarlos en una afirmación propia, en una proposición sobre la realidad observada. Es decir, expli-
car.
Pero más complicado aún, resulta identificar en toda este maremágnum de información —que a estas alturas
ya viene produciendo la sistematización—, aquellos elementos que se constituyen en el real aporte del pro-
ceso: el aprendizaje. Y es que, desde nuestro punto de vista, éste no se busca: se encuentra. Aparece. Y no
siempre estamos preparados o en condiciones de percibirlo, de recibirlo.
La oralidad y la escritura
Al paradigma hegemónico de conocimiento (positivista), se suma el hecho de que la forma de comunicación
socialmente valorada en nuestro medio (intelectual) es el “escrito”. Y así fue propuesto nuestro concurso:
esperábamos documentos finales escritos y “publicables”.
Sin embargo, nuestras experiencias generalmente se transmiten en formas no escritas de comunicación. La
oralidad sigue siendo un medio privilegiado de comunicar las vivencias, los procesos, las experiencias y los
aprendizajes.
Los participantes, las participantes del concurso, acusaron la dificultad de pasar de formas orales de comu-
nicación habitual, a formatos en donde la palabra escrita (y bien escrita) era el requisito fundamental.
Si ya pasar de los datos a la información y de ésta al aprendizaje era un problema, expresarlo en forma
escrita, era todo un desafío.
Las prioridades de la organización contra las prioridades de la sistematización
A las complicaciones reseñadas se suman las tensiones que se dieron entre los objetos de sistematización
que fueron identificando, priorizando y formulando con independencia cada uno/una de los/las participan-
tes y los intereses o exigencias pragmáticas, funcionales, utilitarias de sus organizaciones.
Y es que a veces sucede que el aprendizaje no cuenta necesariamente en los cálculos de costo beneficio, si
no está de acuerdo o alineado con la urgencia de dar cuenta de los “éxitos” de los “proyectos” que nuestras
“ong” implementan.
Más de una de las participantes se sintió “sola” en el proceso de sistematización.
Nuestras expectativas y sus posibilidades
Finalmente, en un momento experimentamos un desfase entre nuestras expectativas y los productos real-
mente existentes. Y fue cuando desde la Dirección se nos planteó un tema: el estándar de calidad de los
productos para ser publicados.
Y nos preguntamos ¿Y quién determina ese estándar? Nosotros? Escuela? la Dirección?
Encontramos una salida transitoria: cada quien determina su propio límite y su propio itinerario. Su propio
objetivo y su propio estilo. Le otorgaba su propia personalidad, dedicación, razón, emoción y arte.
Eso es lo que vamos a apreciar en la lectura de los tres casos, que si bien partieron de un mismo patrón
conceptual y metodológico de cómo hacer una sistematización, los resultados son disímiles, como distintas
las personas y las experiencias.
* * *
Estos y otros factores que inciden en los procesos de sistematización de experiencias fuimos descubriendo y
enfrentando en esta “nuestra propia experiencia”. Pero eso es materia de otro ensayo.
Por ahora solo permítasenos dar las gracias a quienes se animaron y confiaron en nosotros como facilita-
dores de sus procesos de sistematización, y en especial Ruth Jaulis, María Pía Hermoza y Denisse Chávez,
quienes persistieron y presentan sus productos finales.
Asimismo agradecer a Ruth Céspedes y Susana Araujo, compañeras de la que fue el Área de Capitali-
zación del Saber, de Escuela para el Desarrollo, con quienes participamos de esta aventura, con nuestras
certezas y dudas, nuestras reflexiones sesudas y desvaríos, nuestros momentos de entusiasmo y de desilusión,
con nuestras palabras y silencios.
Presentación
Introducción
Bibliografía
Agradecimientos
Mi gratitud a la institución Paz y Esperanza, en particular al doctor Germán Var-
gas, por haberme dado la oportunidad de trabajar con ellos en favor de nuestros
hermanos y hermanas afectados por la violencia política; al equipo del proyecto
“TQV”, Katia Huamaní, Carolina Bendezú, Milagros Quiroz, Israel Allccahuamán,
José Carlos y Omar Bengoa, por el empeño y esfuerzo entregado durante los me-
ses que estuvimos juntos compartiendo no sólo el trabajo sino también el cariño y la
amistad; al Fondo Contravalor Perú–Alemania, por habernos dado la oportunidad
de aportar en nuestra Región Ayacucho, haciendo posible que este proyecto se
ejecutara —juntamente con otros 10 proyectos— con las mujeres de la Asociación
de Familiares de Afectados y Desaparecidos por la Violencia Política, porque si no
nos hubieran dado la oportunidad de estar con ellas, si no hubieran compartido sus
sentimientos más profundos, esta experiencia no hubiera sido posible. Mi gratitud a
las mujeres que conformaron los grupos de ayuda mutua “Huk sunqulla yanapaku-
sun” y “Kusisqalla llamkasun”; a los trabajadores del Centro de Salud de Putacca,
al doctor Wilber Torres y a su equipo de profesionales, quienes nos acogieron y
apoyaron en el trabajo de fortalecer la salud mental de la población quechua.
Asimismo a la Junta Directiva de la Asociación de Familiares de Afectados y Des-
aparecidos por la Violencia Política, en especial a su Presidente, señor Bonifacio
Núñez Galindo y al Fiscal, señor Francisco Núñez.
Finalmente, agradezco a Dios por la vida de mi madre, mi hija y amigos muy cerca-
nos a mí, porque ellos son mi inspiración, fuerza y alegría en mi vida diaria.
Presentación
La Región Ayacucho se ubica en la sierra sur central andina del Perú, a 2.761 m.s.n.m.; limita
por el norte con Junín, por el noreste con Cusco, por el este con Apurímac, por el sureste y
el sur con Arequipa, por el suroeste con Ica y por el oeste con Huancavelica. Se encuentra
atravesada (hacia el norte) por las ramificaciones caprichosas de la cordillera Rashuilca y
(hacia el centro-sur) por la cordillera del Huanzo, las mismas que dan forma a tres grandes
unidades geográficas: altiplanicies al sur y suroeste, abrupta serranía al centro y selva tropical
al noreste.
Cuenta con un clima agradable y seco, con un cielo azul permanente y un resplandeciente
sol. Se caracteriza por su persistente aire primaveral, considerado como uno de los climas más
generosos y saludables del país. La presencia de los Andes ha configurado una topografía he-
terogénea y diversa, de pisos ecológicos que le imprimen un maravilloso paisaje variado, como
picos, nevados, planicies, quebradas, valles interandinos y ceja selvática.
Es una región privilegiada del Perú y el mundo por su milenaria tradición histórica y de trascen-
dencia geopolítica, porque en su suelo se dieron lugar acontecimientos sociales, económicos,
políticos y culturales de gran importancia e influencia en la vida política del Perú: la presencia
del hombre más antiguo de Sudamérica en Pikimachay (20,000 años a.C.), la presencia de la
cultura Huarpas (siglos I al IV d.C.), el primer Imperio Andino Wari (siglos V al XI), la cultura de
los Chancas (siglo XII y XIII), Vilcashuamán (siglos XIV al XV), la fundación de Huamanga por
los españoles (1539) y hasta la misma Batalla de Ayacucho (1824). Hechos que constituyen
símbolos y pilares de identidad y memoria histórica del Perú.
Durante los años de 1980 al 2000, el Perú sufrió el proceso de violencia política, que ha
dejado muchas heridas y cicatrices en el cuerpo y en la mente de los peruanos. Los estudios
realizados por la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) señalan que la cifra más
probable de víctimas fatales de la violencia política es de 69.280 personas —superando el
número de pérdidas humanas sufridas por nuestro país durante todos los conflictos vividos
desde su independencia— y que en Ayacucho se concentra más del 40% de muertos y des-
aparecidos. Señala también que la población campesina fue su principal víctima: 79% vivía
en zonas rurales, el 56% se dedicaba a actividades agropecuarias, el 75% tenían el quechua
u otras lenguas nativas como idioma materno.
¿Cómo pudieron resistir o afrontar las comunidades este duro proceso de violencia política?
Los diferentes testimonios que recogió la CVR demostraron que las comunidades andinas tienen
sus propias capacidades y respuestas frente a hechos que alteran su ritmo normal de vida y que
cada persona tiene su manera propia, su estilo y forma de responder a situaciones violentas.
Las comunidades andinas demostraron su gran capacidad para desarrollar estrategias que
les permitieron sobrevivir; lo que no significa que el proceso de violencia política no haya de-
jado secuelas de tipo psicosocial, económico y político que hasta hoy tienen repercusión en la
vida de las personas afectadas y que urge atenderlas.
Las secuelas psicológicas y psicosociales más difundidas y resaltantes son el miedo y la des-
confianza; no sólo a factores externos (miembros de las fuerzas armadas y policiales) sino
también entre ellos mismos. Esto surge a causa de la conducta abusiva y criminal de los acto-
res del conflicto contra una población indefensa. Los niños, jóvenes y adultos de ese entonces
siguen sobrellevando las huellas psicológicas porque fueron afectados directamente o vieron
a sus familias sufrir abusos, torturas o ser asesinados. Sufrieron y sufren hasta hoy las conse-
cuencias de un duelo no concluido, ya que no han encontrado los restos de sus familiares,
no saben dónde están o no pudieron darles sepultura como a un ser humano digno “...cómo
te cuento hijo este sentimiento, no hay luto en casa, hay ausencia, hay duda…”. (letras de la
canción Reconciliación del grupo Siembra)
Con el pasar del tiempo ese miedo se ha convertido en desconfianza, desolación, intolerancia
y falta de perspectiva de futuro. A esto se suman los alarmantes índices de pobreza, exclusión
y marginación que, como en esas épocas y hasta hoy día, siguen siendo caldo de cultivo para
ahondar problemas sociales que afectan a grupos de personas en situación de vulnerabilidad.
Todo esto muestra que nuestra sociedad está marcada por la inequidad, el maltrato y la violen-
cia que se refleja en el hecho de que nuestros gobernantes crean que “afirmar la presencia del
Estado en las zonas alejadas de nuestro país es instalando bases militares o policiales”.
Este conjunto de problemas ha dado lugar a diversas enfermedades mentales, tanto a nivel
individual como de grupo, y como resultado de ello tenemos personas débiles, con baja au-
toestima, con odio, resentimiento, sin perspectiva de futuro
y con un conjunto de dolencias físicas, que incrementan
las condiciones de vulnerabilidad de estos grupos.
Otra secuela que debe ser considerada es el rompimiento
del tejido social y la descomposición familiar en las comu-
nidades afectadas por el proceso de violencia política,
que resultó tan nocivo para el bienestar emocional de los
pobladores. La persecución, las masacres perpetradas
contra las comunidades y los actos de violencia, debilita-
ron los lazos comunitarios e hicieron frágil la organización
social; alteraron las condiciones de convivencia y debilita-
ron los valores y prácticas comunitarias. La normal cotidia-
neidad de sus vidas fue alterada y la comunidad perdió su
fuerza como espacio ordenador de las vidas individuales
y familiares.
En la búsqueda por la sobrevivencia; unos optaron por
la resistencia a través del sistema de autodefensa —pro-
movida e implementada por las fuerzas armadas como
una estrategia de lucha contrasubversiva— otros, por el
desplazamiento a zonas supuestamente más seguras, sin
esperar retornar.
La Región Ayacucho en el Perú
Los espacios de experiencia compartida, como sus asambleas comunales, comenzaron a ser
vistos como peligrosos, puesto que los agresores buscaban esas ocasiones para atacar in-
terpretando que se trataba de reuniones prosenderistas. Así, muchos comuneros dejaron de
participar en actividades comunales y se impuso la búsqueda individual de medios de sobre-
vivencia (dormir en los montes, cuevas o refugiarse en otros lugares).
Actualmente hay algunos avances desde el Ministerio de Salud y algunos sectores, en la aten-
ción de los diversos problemas de salud mental a través de un Plan de Acción que se aprobó
en el 2005 (Plan Nacional de Salud Mental del Ministerio de Salud), donde se reconoce y
asume como un derecho de la población afectada por el conflicto armado interno, a gozar de
una buena salud mental. Sin embargo, todavía hace falta la participación de más instituciones
nacionales y privadas en el objetivo de lograr una buena salud mental.
En el conjunto de estas comunidades andinas, encontramos a Chuschi, uno de los seis distritos
de la provincia de Cangallo, ubicado en la cuenca del río Pampas, a 112 Km. de la ciudad de
Huamanga, capital de Ayacucho. Es un distrito con una naturaleza muy singular, de topogra-
fía mixta originada por altas montañas de la cordillera de los Andes. Según Pulgar Vidal, en
ella encontramos tres pisos ecológicos: quechua, suni y puna desde los 2.700 hasta los 4.800
m.s.n.m. Por ello cuenta con un paisaje altamente diversificado, con gran variedad de micro
climas y una gran diversidad biológica.
Chuschi tiene una historia particular que la distingue de las demás, porque un 17 de mayo de
1980, un grupo de senderistas sacaron y quemaron las ánforas de las Elecciones Generales
en la plaza principal del distrito, juntamente con otros documentos importantes como partidas,
títulos de propiedad, acuerdos comunales, etc. Con este hecho simbólico se dio inició al pro-
ceso de violencia política vivida en nuestro país.
A inicios del año 1981, los seguidores de Sendero Luminoso, recorrían toda la cuenca del
Pampas, formando “milicias”, que eran grupos integrados por comuneros de ambos sexos que
daban su apoyo a nivel local, a los grupos senderistas.
Hacia fines de 1982 y principios de 1983, Sendero Luminoso, prácticamente tenía
dominada la cuenca de Pampas, no había una sola comunidad donde no tuviera
presencia.
Sendero Luminoso comenzó a ejecutar acciones muy crueles contra sus opositores y contra las
personas de mal vivir, como una manera de obligar y de congraciarse con las demás personas
de la comunidad. Pero no sólo estuvo Sendero Luminoso, sino también comenzaron a llegar
las fuerzas policiales. De esta manera Chuschi, se encontró entre dos fuegos.
Su historia particular también radica en el hecho de que alberga dentro de ella dos grupos
poblacionales, dos identidades que están decididas a mantenerse, la chuschina y la quispilla-
cctina. El tener ambas identidades ha marcado su propia historia.
En esta sistematización hablaremos más de la zona de Quispillaccta, porque de allí proceden
las mujeres de la AFADAVP.
Quispillacta, es una comunidad conformada por doce barrios, que presenta sus particularida-
des en su forma organizacional y vida comunitaria.
Muñoz Ruiz, Urbano; Núñez Espinoza, Oseas. Los Kanas de Quispillacta. Historia de un pueblo quechua.
Ediciones Territorio Kana. 2006. pág. 58.
Ella muestra una fuerte identidad cultural en la preservación de sus costumbres, vestimenta típi-
ca, formas de pensar y hacer sus cosas en la vida cotidiana. Quispillacta es una de las pocas
comunidades que mantiene en su organización social la presencia de los varayuqkuna, que
son autoridades tradicionales cuyos orígenes se remontan a la época incaica. Los cargos fun-
cionan por un año y son asumidos de forma voluntaria, motivados por la vocación de servicio
a la comunidad en general. Para ser identificados, los varayoc llevan siempre en sus manos
una vara y están dispuestos a cumplir con su misión a cualquier hora del día.
Las autoridades tradicionales de Quispillacta, tenían a su cargo a toda la población,
eran el alcalde varayoc, los regidores varayoc y los alguaciles varayoc, los regidores
tienen la misma labor del alcalde varayoc, pero se someten a él, y los alguaciles se
encargan del orden en la comunidad (...) Antes, ellos se proponían voluntariamente
para ser autoridades, donde la única ganancia era adquirir experiencia en la
conducción de las comunidad y en la atención de sus necesidades, por lo cual era
una labor que comprometía a cada poblador de servir a su pueblo.
Actualmente, diferentes recursos comunitarios de Quispillacta, se están debilitando o extin-
guiéndose, quizás por la influencia de otras costumbres culturales o por la adopción de nue-
vas formas de sobrevivencia que más adelante estaremos señalando.
En el año 2002 llega al distrito de Chuschi, especialmente a la zona de Quispillacta, la orga-
nización no gubernamental Paz y Esperanza con el compromiso de apoyar permanentemente
a las organizaciones de familiares afectados por la violencia política, en los temas de salud
mental comunitaria, de reparación y judicialización de los casos ocurridos durante el proceso
de violencia política. Tenía también el compromiso de sensibilizar y promover la intervención
de otras instituciones de la sociedad civil que apoyaran a familias afectadas, ayudándolas a
organizarse, a empoderarse en sus derechos, a hacer participación ciudadana, a ejercer lide-
razgo e incidencia en el proceso de reparaciones de manera directa.
Ese año, cuando ofrecía acompañamiento a familiares de desaparecidos por la violencia polí-
tica, durante el proceso de exhumaciones, los vínculos de confianza entre ellos y los afectados,
se estrecharon y como fruto de las conversaciones, fueron conscientes de la gran necesidad
de implementar un trabajo más amplio en el tema de salud mental comunitaria con las familias
y comunidad en general, para lo cual se necesitaba de mayores recursos económicos. Razón
por la que comenzaron a elaborar proyectos que les permitieran llegar a estas comunidades,
fuertemente afectadas por la violencia política.
Finalmente, con la ayuda y acompañamiento de Paz y Esperanza, se formó la Asociación de
Familiares de Afectados y Desaparecidos por la Violencia Política de Quispillacta–Chuschi.
En el año 2004, Paz y Esperanza interviene directamente en Quispillacata–Chuschi, con el
proyecto “Minka: Fortalecimiento de la salud mental comunitaria, revalorando las costum-
bres andinas”, con la participación de los adultos y adultas mayores, el personal de salud y
los miembros de la AFADAVP. Dicho proyecto estuvo ejecutado por el Ministerio de Salud, a
través del programa AMARES (Programa de apoyo a la modernización del sector salud) con
el apoyo de la Comunidad Europea.
Baca, Nélida y Nuñez Galindo, Mario. “Conociendo nuestra historia. Chuschi y su historia”. Imprenta
Alexander. 2005. pág. 15.
Durante el desarrollo del proyecto se pudo tener un acercamiento con los diferentes miembros
de AFADAVP, especialmente con las mujeres, generándose un clima de confianza entre el
equipo y ellas para que así pudieran expresar la necesidad de ser atendidas en sus penas,
resentimientos, miedos, pesimismo, desconfianza, silencio, soledad, abandono y diversas do-
lencias, producto de tantos años de violencia política vivida y de haber asumido el rol de
cabeza de familia y en medio de todas sus responsabilidades, darse el tiempo y el valor para
estar presentes en todo el proceso de buscar a su esposos o hijos. No tenían paz, porque
constantemente soñaban a sus familiares desaparecidos imaginando que retornaban a sus ho-
gares. También nos compartieron los deseos que tenían de aprender a hacer algunos trabajos
manuales como artesanía o crianza de animales menores para ganar algún dinero y poder
ayudar a sus hijos o nietos en sus estudios.
En el 2006, en el marco de las recomendaciones de la CVR, el Fondo Contravalor Perú–Ale-
mania, realiza la convocatoria de proyectos en los temas de salud mental comunitaria, memo-
ria colectiva y fortalecimiento organizacional en las regiones de Huancavelica y Ayacucho.
Dichos proyectos fueron planificados para un periodo de 11 meses. Luego de un proceso de
selección de 60 perfiles, aproximadamente, solo 15 fueron aprobados, de ellos 11 serían
ejecutados en el departamento de Ayacucho.
Paz y Esperanza, fue una de las instituciones favorecidas y tuvo la oportunidad de ejecutar
el proyecto “Fortalecimiento del proceso de la salud mental comunitaria revalorando los
recursos propios en los distritos de Totos, Chuschi y Vinchos”; dicho proyecto contenía tres
aspectos temáticos: salud mental, memoria colectiva y fortalecimiento de capacidades, siendo
el primer componente el motivo de nuestra sistematización.
El componente de la salud mental tenía que ver con el soporte emocional y el equipo decidió
trabajar sólo con las mujeres de la organización de AFADAVAP, y el resto de los temas, en los
distritos de Vinchos, Totos y Quispillacta-Chuschi.
De esta manera se realizó la atención a 30
mujeres socias de AFADAVP, a través de la
recuperación de espacios comunitarios como
formas propias de soporte emocional para
que ellas puedan encontrar un poco de paz,
tranquilidad, comprensión, respeto, solida-
ridad, al sentirse valoradas, queridas, útiles
para con su familia (ayllu) y su comunidad.
Actualmente, la mayoría de las mujeres con
las cuales hemos trabajado, son adultas ma-
yores con muy pocas fuerzas físicas; pero
que todavía siguen sacando fuerzas para
seguir viviendo comprometidas en el proce- Los Varayocc, autoridades tradicionales.
Los Varayocc, autoridades tradicionales
so de justicia y reparaciones. Son ellas las
primeras en participar en las reuniones de AFADAVP o en cualquier evento de la comunidad.
Nuestro reto fue acercarnos a sus espacios, ser sus amigas, hacerles sentir importantes, ama-
das, ofrecerle nuestro cariño, nuestros oídos para escucharlas, compartir con ellas momentos
de alegría y de tristeza, ayudarlas a reconocerse como personas con fortalezas, como muje-
res que todavía pueden vivir su vejez con dignidad.
Esta fue una forma particular y pertinente de acercarse a mujeres que fueron afectadas por la
violencia política y que aún sintiendo dolor, logran dar un nuevo sentido a sus vidas a partir de
la recuperación de la confianza, esperanza, sin negar lo vivido, pero asignándole otro valor
o significado a partir del proceso de reflexión de sus propias experiencias.
Esta recuperación emocional se evidencia en que ellas se reconocen como capaces de tomar
sus propias decisiones, establecer mejores relaciones entre sí y con la comunidad. La recu-
peración de estos espacios, como sus fiestas comunales, la cocina, los trabajos comunales
como la minka, el yarcca aspiy (limpieza de acequias) y el ayni (ayuda mutua), propician un
“encuentro especial” de vidas dispuestas, abiertas a escucharse, a compartir, a llorar, a reír,
a buscar soluciones juntas, convirtiéndose el grupo en una familia (ayllu), donde ellas ríen, llo-
ran, recuerdan, comparten, se animan y se enseñan, fortaleciendo de esa manera sus vínculos
de confianza y afectividad.
El buscar un encuentro con ellas tuvo dos motivaciones. Primero, ofrecer acompañamiento
y ayuda (en anteriores ocasiones observamos que por ser mujeres y ser adultas mayores no
eran tomadas en cuenta en sus familias o dentro de la comunidad, lo cual producía en ellas
diversas carencias afectivas), tomando en cuenta que todos los grupos humanos siempre han
tenido sus propias formas de afrontar las dificultades personales o colectivas.
La segunda, rescatar y fortalecer espacios comunitarios a fin de lograr la recuperación emo-
cional de cada una de ellas y la recuperación colectiva de las experiencias significativas vivi-
das, identificando sus fortalezas y debilidades con el único propósito de superarlas, de darle
un nuevo significado y poder continuar caminando en la vida, todavía con optimismo y espe-
ranza de que la situación pueda mejorar para ellas y para los y las que vienen después.
Como hemos dicho anteriormente, las mujeres con las cuales trabajamos pertenecen a la
Asociación de Familiares de Afectados y Desaparecidos por la Violencia Política (AFADAVP)
de la zona de Quispillacta, Chuschi, en la región andina de Ayacucho, organización que se
forma al término de la violencia política, con la finalidad de ser escuchados en sus reclamos
de justicia y reparaciones. Dentro de esta Asociación, casi la mitad de sus miembros son mu-
jeres (aproximadamente 60), de las cuales 43 mujeres mostraron su disposición de participar
en las sesiones de soporte emocional (las sesiones terminaron con la participación de 38
mujeres). La edad de ellas está entre 35 y 70 años, la mayoría analfabetas y todas ellas con
una historia particular, que sólo cuentan a personas que les inspiran confianza.
Como muchas mujeres de las comunidades quechuas afectadas por el proceso de violencia
política, son mujeres que tienen mucho dolor, desesperanza y sufrimiento al recordar todo lo
que ha pasado con sus familiares durante los años de violencia. Algunas han podido enterrar
a sus familiares, pero muchas otras no, ya que los restos de sus seres queridos no se han podi-
do ubicar, dando lugar a duelos inconclusos.
Además, muchas de ellas tienen traumas psíquicos porque fueron testigos vivenciales o su-
frieron las diferentes formas de expresión de la violencia política. Concretamente, observaron
cómo sus esposos o hijos fueron golpeados, torturados, asesinados y desaparecidos por Sen-
dero Luminoso o las Fuerzas Armadas; muchas de ellas mismas fueron víctimas de violaciones
sexuales que dejaron marcas o huellas dolorosas que han dañado su autoestima personal.
En nuestros primeros encuentros, notamos que se percibían como mujeres sin capacidades
y sin recursos para ellas mismas y menos para los demás. A raíz del proceso de violencia
política han quedado muy temerosas y desconfiadas, porque no han podido contar o expre-
sar sus experiencias dolorosas. Muchas no lo han podido hablar por evitar la humillación
y la vergüenza, pero al pasar los años ha quedado en ellas indignación, dolor, y deseo de
justicia.
La mayoría de las mujeres de la asociación son viudas, algo que:
Significó perder sus derechos y estatus en la comunidad. Con el dolor a cuestas, las
viudas tuvieron que enfrentar solas la lucha por la sobrevivencia familiar y por labrar
Observar o escuchar de una experiencia que a cualquier persona le causaría sentimientos de miedo ex-
tremo, angustia y desesperación.
un futuro para sus hijos. Se vieron obligadas a asumir nuevas tareas para las que no
estaban, o no se sentían preparadas. Al mismo tiempo que enfrentaban en ciertos
casos rechazo de la comunidad.
Son ellas, las que tuvieron que resistir y afrontar el cuidado de sus familias. Las que juntamente
con sus hijos tenían la responsabilidad de mantener con vida la comunidad.
Toda esta problemática se traduce en un dolor y sufrimiento permanente, que las mujeres de
Quispillacta han tratado de superar de manera individual o entre ellas, siendo minoritario el
número de mujeres que han obtenido ayuda externa, e inexistente las que han obtenido ayu-
da profesional.
Pero estas mujeres también cuentan con múltiples capacidades y recursos, siendo una de las
más resaltantes su capacidad artística, disfrutando y recreándose con los cantos, bailes, so-
ciodramas y trabajos manuales.
Además, tienen una marcada capacidad social al poder compartir entre ellas solidariamente
lo poco que tienen. Durante la experiencia nos percatamos de las muchas capacidades inte-
lectuales y potencialidades de las participantes.
Al comenzar la experiencia, las facilitadoras tenían mucho miedo y nerviosismo y muchas
expectativas, compromiso y ganas de trabajar con las mujeres de la asociación.
Primeramente, las convocamos para la socialización de la experiencia, para compartir los ob-
jetivos, el propósito, de cómo, cuándo, porqué, dónde se realizaría el trabajo y dejar en claro
que todo tendría éxito si ellas participaban activamente y si se involucraban en la realización
de todas las actividades.
Ellas mostraron y expresaron disposición y
compromiso para cumplir con las diferentes
actividades que se realizarían, durante el de-
sarrollo del proyecto.
Luego se formaron los grupos para identificar
espacios comunitarios de soporte y recupera-
ción emocional. El reto era identificar y forta-
lecer los recursos comunitarios para que ellas
las usaran en la práctica. Se elaboró pregun-
tas que ellas respondían y si era necesario
se hacían las repreguntas; esta actividad se
realizó al aire libre para tener contacto con
la naturaleza, que las hacía sentirse más con-
fiadas y mucho mejor emocionalmente. Ellas,
con la ayuda de las diferentes dinámicas, se
Mujeres de la asociación estrechando vínculos de confianza sintieron mejor y con más confianza entre
ellas y con las facilitadoras.
Durante el desarrollo de las primeras sesiones el objetivo era crear un ambiente de confianza
y de confidencialidad. Se usó la dinámica de los abrazos, que consistía en abrazar por lo me-
Hatun Willakuy. “Versión abreviada del Informe Final de la CVR”. Corporación gráfica Navarrete. S.A.
Primera Edición. 2004. pág.356.
nos a ocho compañeras. Esta dinámica les gustaba mucho y algunas comentaban que hacía
mucho tiempo que no habían recibido abrazos ni habían dado abrazos.
Es necesario también señalar que ellas mismas pusieron sus reglas de convivencia (kama-
chikuy), en sus grupos, para ayudar a fomentar la confianza entre ellas.
Nos dimos cuenta que les gustaba mucho las historias y los dibujos, que llevaban elementos
de su propia realidad, con personas de su entorno y con historias de sus propias costumbres.
Los sociodramas, en las que muy gustosas actuaban y se sentían en confianza, facilitaba que
trabajen y compartan aspectos muy íntimos de cada una de ellas. En los diferentes grupos de
ayuda mutua no se utilizaron láminas o dibujos de otras realidades que no conocían, porque
creíamos que eso no ayudaría en nada al trabajo con ellas. En el capítulo de metodologías se
explica de forma más detallada el resto de técnicas desarrolladas en las sesiones.
Finalmente, cabe señalar que al final de las sesiones de los grupos de ayuda mutua, se sentía
y observaba que el cariño y la solidaridad se había profundizado entre ellas, porque podía-
mos observar que participaban con más ánimo y era evidente el cariño que existía entre la
facilitadora y ellas mismas.
con las mujeres de la AFADAVP apostar por los recursos propios. Por lo tanto,
asumimos que el concepto de salud mental
tenía que ser producto de la reflexión y la construcción con las mismas mujeres de la AFADA-
VAP. El rol del equipo facilitador fue el de acompañar este proceso.
Para explicar la interrelación de la vida cotidiana con la salud mental, tomábamos los elemen-
tos de su cotidianeidad: “Si hay buena cosecha, si hay buena relación con las personas dentro
de nuestra familia, si nuestros ganados tienen pasto para comer, si nuestra organización está
siendo atendida o tomada en cuenta por las autoridades, etc., podemos hablar de salud men-
tal”. Las mujeres de la AFADAVP, al ser conocedoras de sus propios problemas, podían hablar
de las posibles soluciones, porque sólo ellas conocen la realidad en la cual viven.
La definición de salud mental comunitaria, para ellas es el “estar bien”, allin kawsay en que-
chua. Eso tiene que ver con todos los aspectos de la vida, porque no se puede hablar de salud
mental cuando existen problemas de marginación, racismo y pobreza. Un ejemplo de ello
es la no atención a las necesidades de las mujeres adultas mayores de parte de los líderes
comunales, autoridades civiles o el Estado mismo, lo cual afecta a su salud física y emocional.
Al desarrollar este ejemplo con ellas, quedó claro que el bienestar mental va de la mano con
el bienestar social y bienestar físico, ya que recién al sentirse bien iban a poder trabajar por
el bienestar individual y de su comunidad.
Fue gratificante comprobar que la actitud de ellas fue cambiando, porque lograron compro-
meterse y hacer suya la atención a sus problemas emocionales. En el desarrollo de los talleres,
ellas descubrieron que para trabajar en un proyecto productivo (como sembrar semillas, criar
animales, etc.) con buenos resultados, era necesario atender las emociones. Sintetizando, en
este contexto se podría decir: Antes de cultivar la tierra, debemos cultivar al hombre.
Recursos comunitarios
El concepto de recurso comunitario se amplía en esta intervención hacia la vida que transcurre
en la comunidad. Aquí existen espacios donde se piensa y habla sobre la situación personal,
familiar y comunitaria. Espacios en las cuales hay diálogo que puede generar apoyo para
resolver problemas, por ejemplo, al tratar de comprender juntas por qué pasan las cosas tal
como pasan.
Yendo más lejos, recuperar estos espacios significaba la consolidación de los mismos para
reflexionar juntas sobre la importancia de unir esfuerzos a fin alcanzar mejores condiciones de
vida, o ser atendidas en los reclamos de sus derechos que le corresponden como afectadas
por la violencia política. Es posible lograr esto recurriendo a sus propios recursos comunita-
rios, intentando así revertir el proceso de desvalorización de la cultura propia de las partici-
pantes.
Entendimos que los recursos comunitarios son las costumbres ancestrales que se remontan a
las primeras formas de organización del hombre y la mujer andina, los cuales surgen en res-
puesta a una serie de necesidades de carácter social, económico, religioso y ecológico.
• El ayni y la minka
El ayni, se entiende como el trabajo individual y familiar de carácter reciproco, del que meta-
fóricamente podríamos decir “hoy por mí mañana por ti”. Como ejemplos del ayni tenemos el
techado de las casas, las fiestas patronales, la marca de ganados, etc.
Por medio del ayni, de las faenas, los campesinos y las campesinas no solamente cumplen con
las tareas pendientes, sino que establecen redes sociales, obligaciones y jerarquías.
Además, ésta es una población con poco tiempo libre. No pasan el tiempo charlando
en cafés. Mas bien, en sus trabajos comunales bromean, chakchan coca, comen
juntos; las faenas y el ayni brindan un espacio de socialización.
Theidon, Kimberly. Entre prójimos. 2004, pág.152
El trabajo era repartido de acuerdo al género y la edad. Era una fiesta, se cocinaba para
todos los que participaban, y al final de la faena, cantaban y bailaban. Eran momentos de
encuentro y recreación de lazos comunales esenciales, que se han debilitado por los cambios
generados por las nuevas propuestas de intercambio (dinero por trabajo).
• El ayllu
El ayllu es la unidad familiar de la comunidad, caracterizada básicamente por ser una uni-
dad productiva, dedicada a la actividad agropecuaria. El ayllu está compuesto generalmente
por la familia extensa, donde cada miembro cumple una serie de actividades específicas de
acuerdo al sexo y edad que tienen. Las mujeres generalmente se dedican a las actividades
domésticas de la casa: cocinar, lavar la ropa, tejer, cuidar a los animales menores, pastar ga-
nados, etc. Mientras los varones se dedican a actividades del campo como la labranza de la
tierra, el techado de la casa, etc.
Es importante resaltar que el termino “ayllu” es entendido desde diferentes perspectivas. La co-
munidad generalmente suele utilizar el termino ayllu para referirse a sus etnias (pueblos), por
eso escuchamos con frecuencia decir a nuestros hermanos del campo “yo soy del ayllu que-
chua” o “quichua”, es decir, es poblador de la región quechua. El termino ayllu teóricamente
designa a la familia extensa, pero según la percepción de algunas comunidades, designa a
pueblos o colectivos, para diferenciarse de los demás.
Esta estructura básica de la sociedad quechua, que parece tan simple en la etapa inicial de la
organización comunitaria andina, ha perdurado durante las diferentes etapas de la historia pe-
ruana. Durante el proceso de violencia política, fue el ayllu el que dio cobijo y protección, fue
dentro de el que las personas se sintieron protegidas y consoladas en medio de tanto dolor.
Theidon, pág. 153.
Claramente pudimos observar cómo los momentos de duelo también son parte de esos rituales
que no pudieron hacer por mucho tiempo, cuando una de las integrantes del grupo murió: la
señora María Ccallocunto. Ella era una mujer muy activa (a pesar de sus 70 años) en la bús-
queda de justicia, animando al resto del grupo. La facilitadora Milagros nos comenta:
Yo recuerdo que una vez nos faltó verduras para nuestra sopa. Ella se fue corriendo
a su casa que quedaba lejos, para traer verduras, luego ella dijo ‘la sopa saldrá
rica si todas ponemos algo de nosotras. Igual será si nosotras ponemos nuestras
capacidades, estamos unidas y hay solidaridad, saldrá rica nuestra sopa de justicia,
nuestros ayllus estarán fuertes’.
María Ccallocunto tenía mucha fortaleza, palabras de ánimo para sus demás compañeras y
nos dio grandes lecciones al equipo de trabajo.
En los días de velorio y duelo estuvieron las mujeres del grupo de ayuda al que ella pertenecía,
ayudando en la cocina, consolando a la hija inválida que dejaba María. Durante esos días
de duelo, recordaban a María desde su niñez, decían que era una mujer muy fuerte a pesar
de su edad. Pudimos observar la unión que existía entre ellas. Esta etapa fue muy gratificante,
porque nos dimos cuenta de que estaban realmente fortaleciendo sus vínculos de confianza,
que sus espacios comunitarios estaban siendo fortalecidos y practicados. Allí pudimos ver la
unión que existe entre ellas.
tienen en sus huertas y casas. Se cocina y se come juntas. Durante el tiempo de cocinar ellas
tienen la oportunidad de compartir cómo habían estado en sus casas, cómo se sentían. Es
también una oportunidad para que entre ellas se visiten y tengan la oportunidad de cuidar la
una por las otras.
En la búsqueda de fortalecer estos espacios comunitarios se hacía necesaria la participación
activa de las adultas mayores en espacios de encuentros intergeneracionales, porque ellas sí
podían contribuir en la revaloración de los mismos, así como en la recuperación de la identi-
dad cultural y de la memoria histórica comunitaria.
Refraiming: dar una nueva interpretación a los hechos.
teníamos dos opciones: callarnos, o decirles que si hasta allí habían logrado atender y velar
por sus familias, lo podían seguir haciendo. Había necesidad de afirmarlas, de que vuelvan
a creer en ellas mismas. Aquí ayudaba mucho el manejo del idioma y el vínculo de confianza
que existía entre ellas y nosotras.
Para lograr todo esto era importante la actitud de las facilitadoras, porque se había notado
que en algunas experiencias, las facilitadoras o profesionales que se habían acercado a ellas,
hasta cambiaban el tono de sus voces, o sea que al hablar parecía que estaban hablando
con pequeños.
Señalar estas cosas nos deja como lecciones la necesidad de saber observar, escuchar, hacer
preguntas y tener siempre en cuenta que estamos frente a personas que piensan y que pueden
tomar decisiones para mejorar su calidad de vida.
Creo que el reto fue y es trabajar con ellas para que vuelvan a creer en sí mismas, que se miren
como personas que todavía pueden luchar y mejorar su situación de vida y la de su familia,
a pesar de haber sido fuertemente afectadas por la violencia política y el olvido de parte del
Estado y de muchos de nosotros.
Como se mencionó anteriormente, las mujeres relacionaron los grupos de ayuda mutua con el
ayllu, por las condiciones que se daba dentro de ellas. Es así que en vez de reconocerse como
grupos de ayuda mutua se reconocían como ayllus, a los cuales ellas mismas les pusieron sus
nombres.
Tomando en cuenta que las mujeres pertenecían a diferentes barrios de Quispillacta (los
cuales están distantes entre sí) y el hecho de que la mayoría de ellas eran adultas mayores,
se propuso la formación de tres grupos de ayuda mutua o familias, en lugares fácilmente ac-
cesibles para las participantes. Otro motivo para crear tres grupos fue el hecho de que tienen
mayor alcance psicológico si el número de participantes no sobrepasan a doce personas.
Luego de algunas reuniones previas, se llegaron a formar sólo dos grupos, porque el tercero
tenía otras expectativas y no dispusieron su tiempo para encontrarnos y planificar el trabajo
juntas. En las expectativas de este posible grupo, no daban importancia al tema de la sa-
lud mental frente a las necesidades materiales inmediatas no satisfechas tales como comida,
abrigo, salud, vivienda, educación, etc; y por otro lado, a parte de tener sentimientos fuertes
de desesperación, angustia y dolor por las agresiones vividas durante la violencia política,
las necesidades emocionales pasaron a segundo plano; las necesidades básicas precisaban
de solución inmediata, el dolor se podía aguantar y ante la magnitud de los sentimientos de
desesperanza y desesperación no existían recursos de superación. La única solución que le
pudieron dar a las exigencias emocionales fue el tratar de ignorarlas, con tal de poder seguir
sobreviviendo.
Las mujeres tenían y tienen mucho en común. Por un lado las unía el dolor de haber perdido a
sus familiares en el conflicto armado interno, las unía la impotencia ante el olvido del Estado,
las unía la búsqueda de justicia, la búsqueda de reparaciones y, por otro lado, tenían en su
haber costumbres ancestrales.
El compromiso de estas mujeres fue muy activo y participativo, desde el principio, compartien-
do sus experiencias y el interés de aprender, algo que ha hecho que la experiencia haya sido
muy estimulante.
Finalmente se formaron dos grupos o ayllus:
Quispillacta, tiene doce barrios: Tuco, Huertahuasi, Cuchoquesera, Pampamarca, Puncupata, Unión Potre-
ro, Catalinayocc, Yuraq Cruz, Pirhuamarca, Socobamba, Llacctahuran y Bellavista.
En el desarrollo de la sistematización se llamaran ayllus a los grupos de ayuda mutua.
• El primer GAM (ayllu) estuvo conformado por mujeres de los barrios de Cuchoquesera,
Pampamarca, Punkupata y Catalinayocc. Ellas mismas se pusieron el nombre de “Huk
sonqulla yanapanakusum” (Ayudándonos con un solo corazón).
• El segundo GAM estuvo conformado por mujeres de Quispillacta, Yuraq Cruz, Chuschi y
Tuco. Ellas se pusieron el nombre de “Kusisqalla llamkasum” (Trabajando felices).
Los nombres que ellas mismas pusieron a sus grupos o ayllus, señalaban de cierta manera el
sentir que ellas tenían. Mostraban el deseo de estar acompañadas, y que no querían estar
solas. La mayoría de ellas viven solas, porque sus hijos o nietos viven aparte o porque ya no
están en el pueblo. Tenían la necesidad de que alguien pueda ver o cuidar de ellas.
A esto se suma el deseo de estar alegres, de siquiera por un momento reír, alegrarse con sus
compañeras, dejando a un lado sus grandes penas o dolencias físicas. Todavía —a pesar
de que la mayoría son adultas mayores y trabajan para conseguir el sustento para sus vi-
das— muestran que les gusta reir y encontrar un poquito de alegría en el hecho de estar juntas,
apoyándose, animándose y cuidándose entre ellas.
Creo que es importante tener esto en cuenta. Son quizás pequeños detalles, pero nos están
mostrando que ellas, al tener la oportunidad de tomar decisiones o elegir —como en este
caso— los nombres para sus grupos, tienen la oportunidad de reflejar sus sentimientos, sus
necesidades o anhelos más profundos que nos darán claves o señas a quienes intervenimos o
trabajamos con ellas, para mejorar nuestros servicios.
En el transcurso del tiempo que duró el proyecto, se tuvo con ellas ocho sesiones similares con
los dos grupos de ayuda mutua, en las cuales se buscaron alcanzar los siguientes objetivos:
1. Crear un ambiente de confianza y confidencialidad, para luego construir el concepto de
salud mental.
2. Fortalecer la solidaridad y ayuda mutua entre las participantes, su familia y la comuni-
dad.
3. Profundizar y analizar la finalidad de los grupos de ayuda mutua.
4. Reconocer y aceptar la pérdida de un ser querido, para que a partir de ello podamos
reconstruir y superar nuestra condición de vida.
5. Promover la descarga emocional como estrategia de soporte emocional.
6. Contribuir en la superación del resentimiento como medio en el proceso del perdón.
7. Reflexionar sobre el plan de vida personal, tomando conciencia de la necesidad de des-
cubrir la misión personal en la vida y cuestionarse acerca del quehacer cotidiano.
8. Valorar el ayllu (familia) como espacio comunitario que permite construir y fortalecer
valores y principios comunales.
Las sesiones se dieron en su mayoría en casas, pero se aprovecharon otros espacios para
fortalecer sus vínculos de confianza, como las asambleas comunales, las faenas comunales,
las fiestas, los momentos de duelo, las ferias comunales, etc.
Antes de hablar de la metodología, se hace necesario aclarar el porqué tuvimos a una mujer
como facilitadora trabajando únicamente con mujeres. Diferentes experiencias señalan que
cuando nos encontramos en grupos homogéneos de sólo mujeres o sólo varones, hay más
libertad de expresión y de confianza, que hay mayor disposición para participar en las ac-
tividades. Hechos que no se hubieran dado en las mujeres de haber presencia de varones,
como vemos en las diferentes reuniones que tiene la comunidad. Si observamos una asamblea
comunal nos daremos cuenta de que hay más participación de varones y se observa que las
mujeres no se atreven a hablar, por lo que el equipo de profesionales que elaboró el proyecto
decidió trabajar sólo con mujeres, buscando que ellas pudieran expresarse de forma espon-
tánea y libre.
Una de las preguntas iniciales que nos hicimos fue ¿con qué metodología nos acercaríamos
en el trabajo con las mujeres? Una buena pregunta que nos hizo pensar en las vías, en las
herramientas que facilitarían el descubrimiento de nuevos conocimientos que nos ayudarían
a tener en claro cómo los espacios y los recursos comunitarios podrían ser utilizados en el
fortalecimiento de la salud mental. (Metodologías que se enriquecerían con la experiencia y
el intercambio permanente de aprendizajes).
El procedimiento fue un explorar, observar y escuchar. Según nosotras esa era la clave para
conocer mejor la realidad, para entender cómo se podía generar soporte emocional. En el
afán de sensibilizar a la comunidad en el tema, especialmente a las mujeres, el equipo facilita-
dor realizó campañas de salud mental, con el fin de que ellas pudieran dar la debida atención
e importancia a sus diferentes problemas emocionales, que era un derecho que debería ser
atendido, a pesar de que había otras necesidades materiales más urgentes, —por ejemplo, la
mayoría de las mujeres adultas mayores piden dinero para ayudar a sus nietos a estudiar en
los institutos superiores. Este es un pedido que constantemente hacen, dejando a un lado sus
necesidades emocionales como la tristeza, el resentimiento, las distintas preocupaciones, que
se manifiestan en su dificultad para dormir, en dolores de cabeza o en cualquier parte del
cuerpo— Primordialmente se trata de una metodología construida en el proceso de interven-
ción. De nuestras experiencias anteriores (sistematización Totos y Minka) concluimos que la
metodología tenía que adaptarse a las características de las comunidades de dónde venían
las mujeres: tomar en cuenta sus propias formas de vida, sus propios espacios de soporte
emocional o maneras de afrontar las diversas dificultades que vivieron y que viven hasta hoy.
Para eso era necesario tener una actitud de escucha activa y preguntar adecuadamente, para
evitar aplicar metodologías que no funcionen en nuestro acompañamiento emocional a estas
mujeres.
Con el fin de lograr un estilo de participación que permitiera este intercambio de informacio-
nes, utilizamos una metodología horizontal, participativa y vivencial: una metodología “re-
flexiva” en la que, a través de preguntas se buscaba que ellas mismas reflexionaran sobre los
hechos significativos para ellas o la comunidad; que ellas reflexionarán sobre sus necesidades
actuales para dar un determinado sentido a su presente y futuro.
Las mujeres de la AFADAVP, al sentirse en confianza y aceptadas, compartieron sus vivencias
de forma muy expresiva y con toda la riqueza lingüística del quechua. La mayoría de ellas
no puede evitar el llanto cuando recuerdan y cuentan experiencias tristes, levantan sus manos
y enjugan sus lágrimas, buscando consolarse ellas mismas. Frente a su sufrimiento nosotras
sentíamos la urgencia de acompañarlas, de lograr aliviar ese dolor, puesto que los vínculos
de confianza se habían debilitado por el proceso de la violencia política, que había dejado
como secuelas, el miedo y la desconfianza. También se había debilitado el tejido comunitario
y la forma de organización de estas comunidades, y asimismo, la costumbre de compartir
sufrimientos para así superarlos.
En la medida en que íbamos ganando confianza, ellas podían tener la oportunidad de com-
partir su dolor, llevando esto a aliviar su carga emocional. Esto también significó que, como
facilitadoras, tuvieramos que tener espacios de soporte emocional que nos permitieran des-
cargar nuestras tensiones y poder liberarnos de aquellos sentimientos negativos o impotencias
que nos podrían estar afectando en nuestra salud mental.
Es así que en el desarrollo de las sesiones se hizo uso de métodos, técnicas y estrategias,
como la observación de sentimientos, percepciones, actitudes, ánimos. Fueron estas técnicas
las que nos permitieron entender el sufrimiento de cada una de ellas, el dolor en sus palabras,
la expresión de tristeza en sus rostros y la impotencia de no poder hacer nada para recupe-
rar a sus seres queridos, cuando se agarraban de las manos. Cuando por ejemplo la señora
Eugenia nos decía:
A mi esposo lo desaparecieron, cuando él salió a buscar un caballo... y hasta ahora
nunca regresó… me quedé con mis cuatro hijos, hasta el momento no volví a saber
nada de mi esposo, solo me llegaban noticias de que está allí, está por allá, pero
nunca lo encontramos hasta ahora… de repente cuando murió su cuerpo se lo
comieron los perros…
La escucha empática consiste en acercarnos
a la persona, entrar en sus sentimientos, iden-
tificarnos con ellas pero sin perder la clari-
dad mental y el autocuidado emocional; una
escucha sin prejuicios ni críticas, que implique
escuchar con paciencia e interés auténtico,
que permita mayor libertad para que ellas
puedan confiarnos sus sentimientos más pro-
fundos, para facilitar la expresión, a fin de
crear el espacio adecuado, para el contacto
de las personas consigo mismas y el contac-
to con las demás personas del grupo. Esta
técnica se hizo tan necesaria como cuando
Socializando el trabajo con la mujeres de la AFADAVP escuchamos casos como el de Cristina:
olvidado de mi”. Su actitud negativa hace que ella no haga nada por salir de la situación en
que se encuentra.
Analizando y reflexionando sobre la actitud de las dos mujeres, muchas de las participantes
se identificaron con la señora Adriana y querían seguir siendo como ella. Sólo dos mujeres se
identificaron con Teodora, pero dijeron que querían cambiar. Una de ellas dijo:
Antes no tenía ganas de limpiar mi casa, sembrar en mi chacra, pero ahora voy a
tomar el valor para hacer eso y mucho más a pesar de mi avanzada edad10
Junto a las historias estuvieron los sociodramas y los diferentes juegos que ayudaron a forta-
lecer los vínculos de confianza entre ellas, permitiendo que, al participar, perdieran el temor,
vergüenza o miedo. Además ellas, con sus ideas y vivencias propias, enriquecían los sociodra-
mas, reflexionando y sacando enseñanzas, que pronto interiorizaban.
Con ellas también se realizaron trabajos manuales, algo que los entendidos llaman “laborte-
rapia”. La idea de hacer algo con sus manos salió de ellas mismas, porque querían hacer algo
en sus ratos libres para no sentirse solas. El primer grupo, decidió tejer chompas, a diferencia
del segundo grupo, que optó por sembrar hortalizas y flores en los pequeños huertos de sus
casas (no podían tejer chompas porque no veían bien).
Se confeccionaron pulseras y cintas, las adultas ayudaron a las adultas mayores. En estas
pulseras y cintas grabaron el nombre de sus grupos de ayuda mutua (ayllu) y ellas decían “no
sabemos leer, pero si les preguntamos a nuestros nietos, familiares o vecinos, siempre
nos recordaran lo que está escrito sobre nuestra pulsera”. Realizar este tipo de trabajos las
hacía sentirse útiles, más relajadas y con muchas ganas de hacer más cosas porque se esta-
ban demostrando a sí mismas que todavía podían utilizar sus manos. Además las chompas les
servirían para protegerse del frío y podían comer lo que habían sembrado en sus huertas.
Una técnica que ayudó mucho fue los ejercicios de relajación, ya que permitieron que se sien-
tan mejor física y emocionalmente. Para realizar estos ejercicios, se hizo uso de los pellejos
(cuero con lana de las ovejas). Estos ejercicios permitían que sus cuerpos puedan descansar,
soltar las tensiones que tenían y liberarse de algunos dolores. Ellas lo disfrutaban y siempre lo
pedían, para tener más ganas de trabajar durante el desarrollo de los grupos de ayuda mutua.
Mencionaban que lo practicaban también cuando estaban solas en sus casas o chacras:
Ñoqa sapallay kaspa wasiypi otaq chacraypipas ejerciciokunatam rurani, allin
kanaypaq” (cuando estoy sola en mi casa o en mi chacra, me pongo a hacer los
ejercicios para estar bien).
Muchas de ellas decían que hasta sus dolores de cabeza, del pie o algún otro dolor físico que
tenían, se aliviaban luego de estos ejercicios. En su idioma ellas dicen: “kunanqa más alertu
kachkani”, “qalli qalli imata ruranapaqpas” (ahora estoy más animada para hacer cualquier
cosa).
Juntamente con los ejercicios de relajación estaba la técnica de la imaginería, que consistía
en imaginarse un paisaje que ellas conocieran y donde se sintieran cómodas, y que alguien
se acercaba a ellas, y tocándolas les decía “nunca has estado sola, siempre te he ayudado”,
“no estás sola, estoy aquí para consolarte”. Se relajaban tanto que llegaban a tener sueño,
perdiendo el contacto con la realidad. Algunas llegaron incluso a roncar. Luego de estos ejer-
10
Testimonio de la señora. Celisa, una mujer de Quispillacta, de 75 años aproximadamente.
cicios compartían el cómo se habían sentido cada una, y ellas manifestaban que se sentían
más tranquilas y mejor anímicamente.
En la búsqueda de lograr que ellas puedan superar los recuerdos malos y tristes, se realizaron
actividades rituales y de simbolismo, que permitieron compartir y plasmar sus experiencias en
materiales u objetos que podían tocar y visualizar. Por ejemplo, en una de nuestras sesiones,
se les pidió dibujar o simbolizar una experiencia o sentimientos negativos que impedían que
ellas vivieran tranquilas. Al inicio no fue tan fácil, considerando que estas mujeres no tienen
mucha práctica para hacer dibujos, pero a medida que la facilitadora las animaba diciendo
“no tienen que hacer un dibujo perfecto, sólo busquen cómo simbolizar una experiencia difícil
o un sentimiento negativo. Puede ser un palito, un círculo o un garabato”, que aunque no sea
entendido por las demás, ellas saben lo que representa y significa.
En un segundo momento, cada una llevaba lo que había plasmado al fogón para ser quema-
do. Simbolizando de esta manera, dejar atrás, superar, o ya no permitir que esa experiencia
o sentimiento negativo les siga lastimando. Esto les ayudó mucho a estar más tranquilas, como
ellas decían: “con menos peso en sus corazones”. Mamá Alejandra (Cuchoquesera) mani-
festó:
Ahora me siento más tranquila y con menos peso, ahora quiero vivir sin mis
recuerdos malos que no me dejan tranquila.
Como este testimonio, hay muchos más. Al final de las sesiones, se buscaba compartir con
ellas momentos divertidos, como en una ocasión que tuvimos un encuentro de fulbito donde
participaron todas, adultas mayores, adultas y las más jóvenes.
Fue un momento de compartir alegría, y en el que cada equipo organizaba su estrategia para
atacar al otro equipo. Al final, todas participaron, incluidas las facilitadoras, siendo ganado-
ras, todas sin excepción.
Finalmente, señalo que todas estas técnicas y
estrategias fueron incorporadas en nuestras
sesiones, luego de preguntarnos varias veces
si iban a funcionar o no, pensando en cómo
adaptarlas para ellas. Se pensaba mucho
en los ejemplos, dibujos, discursos para que
nos entiendan mejor, que por ser simples, no
tenían que dejar de ser importantes o intere-
santes. No es lo mismo hacer ejercicios de
relajación con mujeres de la ciudad que con
mujeres de las zonas andinas, tener conver-
saciones con mujeres que prefieren sentarse
o se sienten más cómodas sentadas en el
suelo que en una silla; el desarrollar técnicas
que no requieran escritura o lectura, porque
la mayoría es analfabeta y tienen mucha di- Mujeres realizando operaciones de relajación
ficultad para escribir, leer o comprender lectu-
ras o discursos complejos.
Como se señaló anteriormente, las personas que iban a realizar el acompañamiento emocio-
nal a las mujeres de la AFADAVP, tenían que reunir ciertas cualidades y aptitudes necesarias,
considerando que estamos trabajando con mujeres que tienen características propias y viven-
cias muy particular y dolorosas.
El reto era movilizar capacidades y potencialidades con un alto grado de sensibilidad, tenien-
do en cuenta que era lo único que muchas veces podíamos dar, porque no teníamos dinero
para darles, no teníamos comida ni ropa, ni grandes proyectos productivos; pero sí podíamos
dar nuestros tiempos, nuestro cariño y palabras de afirmación y ánimo, que les pudiera devol-
ver la confianza y seguridad en ellas mismas.
El hecho de que las facilitadoras vinieran de familias quechua–hablantes, que conocieran la
mayoría de las costumbres culturales y el manejo del idioma quechua, ha sido muy importante
para entablar la comunicación con ellas. A esto se sumó la relación de amistad que ya existía,
gracias a intervenciones anteriores, como parte de la institución Paz y Esperanza.
Creo que todo esto ha sido muy importante, porque si no se daban estas condiciones hubiera
sido muy difícil que ellas se pudieran sentir en confianza para abrir sus corazones y permitir
que nosotras las pudiéramos ayudar. No es fácil, que alguien con quien no se ha estrechado
vínculos de confianza, pueda compartir sus vivencias dolorosas, sus temores y esperanzas.
Para eso se hace necesario que la otra persona te brinde un mínimo de confianza y seguridad.
Por ello la importancia de fortalecer los vínculos de confianza cuando se desarrollan trabajos
de acompañamiento emocional.
En el desarrollo de las sesiones, también nos pudimos dar cuenta de que había distintas mane-
ras de reaccionar frente a los testimonios que ellas daban. Por ejemplo cuando alguna psicó-
loga, especialmente las que no conocían el idioma o eran de otro lugar, se acercaban a ellas
para recoger información o para darles atención psicológica, al ver que las mujeres lloraban o
entraban en angustias al contar sus historias, sólo podían ofrecer agua o darles una palmadita
en los hombros. Esperaban que el traductor les dijera lo que ellas estaban diciendo para tratar
de entenderlas y ver cómo las podían ayudar. A diferencia de ellas, las facilitadoras que acom-
pañaron a este grupo de mujeres, entendían de primera mano lo que estaban intentando decir,
conocían el contexto del proceso de violencia política que habían vivido estas comunidades y
tenían la motivación de querer ayudarlas a superar sus traumas emocionales y contribuir en el
logro de que ellas pudieran dar un re-significado a todo lo que habían vivido.
El conocer y hablar el idioma quechua, contribuyó de manera significativa en el fortalecimien-
to de los vínculos de confianza. El encuentro con las mujeres de la AFADAVP se desarrolló
casi de manera natural, porque no se trataba sólo de compartir las experiencias que habían
sufrido, sino también las experiencias vividas por las facilitadoras. En el desarrollo de las se-
siones se compartieron tristezas, retos, esperanzas y alegrías, asímismo se realizarán visitas a
sus casas para conocer un poco más de la situación de cada una de ellas.
En esta experiencia, una vez más se demostró que la mujer andina habla y piensa en quechua
y que sus conocimientos del castellano son rudimentarios y a veces nulos. Las mujeres que
emigran a la ciudad por necesidad aprenden a hablar un español elemental y práctico. Pero
al hablarlo, experimentan cierta incomodidad, porque al hablar el castellano se mutila sus po-
sibilidades de expresión verbal, varía la intencionalidad de sus expresiones, entre otras cosas,
porque el idioma quechua es un lenguaje colectivo. En sus frases casi no aparecen referencias
individuales, como el prefijo personal “yo” o “tú”. Común es que se hable de nosotros o uste-
des, sin individualizar la expresión.
En nuestro caso el hablar quechua nos permitió acercarnos más y sentirnos parte de ellas, ge-
nerando la confianza que permitió que pudiesen abrir sus corazones y compartir experiencias
que ellas guardaban muy dentro de sí. El hecho de hablar quechua, en la experiencia común,
había significado ser discriminada. En nuestra interrelación, se cambia este significado y el ser
y hablar quechua se convierte en algo valioso. Podíamos tener muchos conocimientos teóri-
cos, estrategias, técnicas, pero sin este recurso, habría sido difícil establecer una comunicación
real y las teorías no nos habrían servido de mucho.
Pero no sólo era el idioma, habían otras preguntas: ¿cómo nos acercamos a ellas? ¿con qué
tono de voz?, ¿cómo contestamos sus preguntas?, etc. Tuvimos que atrevernos a ponernos en
su lugar, observar y escuchar mucho para encontrar el camino hacia ellas, para saber qué es
lo que podíamos hacer o decir y qué les ayudaría a estar emocionalmente mejor.
El equipo tuvo que desarrollar habilidades sobre cómo preguntar y responder y lograr que las
mujeres liberen sus sentimientos al ir expresando lo que sentían. Que al verbalizar sus expe-
riencias fueran comprendiendo mejor lo que les había pasado. En la medida que ponían sus
vidas y vivencias en primer plano, podían observar detenidamente su actuar, condición básica
para luego identificar sus capacidades y recursos personales. Por un lado, aquellos que fue-
ron debilitados por la violencia política, y por otro lado, aquellos que fueron adquiridos y se
convirtieron en nuevos recursos. Al poder analizar sus propias vidas y sus diferentes actitudes,
se dieron cuenta que eran capaces, fuertes y que todavía podían seguir luchando por una
mejor calidad de vida para ellas y sus familias.
Durante el desarrollo de la experiencia, las personas que conformaron el equipo de trabajo
no eran “maestras”, sino facilitadoras, que formaban parte del proceso de aprendizaje.
La señora Milagros hace alegrar mi corazón11.
Así conversamos y nos enseña cosas buenas para nuestra vida12.
En la búsqueda de la recuperación emocional de estas mujeres, hicimos que ellas participen
en diferentes actividades con sus recursos y capacidades. Así se intentó impulsar que ellas
mismas revaloren lo que hacen, evolucionen en sus conceptos y sueños a nivel personal y so-
cial. Inicialmente se identificó una mentalidad de dependencia por parte de las participantes
hacia factores externos (instituciones, facilitadoras). Actitud que se manifestaba cuando ellas
11
Señora Candelaria Nuñez. 70 años de la comunidad de Cuchoquesera.
12
Señora Andrea Quispe. 64 años, de la comunidade Cuchoquesera.
consideraban a las facilitadoras como “sabias” y como que tenían la solución a sus proble-
mas, poniéndose ellas en posición inferior. Para contrarrestar y modificar esta actitud, en el
desarrollo de las sesiones de los grupos de ayuda mutua, se les afirmaba su autoestima y se
elaboraba con ellas la conciencia de que tenían capacidades y que podían ser protagonistas
de su propio desarrollo personal y comunitario. Para lograr que este mensaje fuera asimilado,
se buscó fortalecer los vínculos de confianza, esperanzas, identidad cultural, costumbres y
fuerza comunitaria.
Finalmente, señalo que el equipo facilitador también tuvo espacios de soporte emocional.
Porque el trabajo con las mujeres originaba también tensiones que las hacía sentir como muy
“cargadas” emocionalmente, siendo necesario que ellas también tengan espacios de soporte
o contención emocional.
Realizar los espacios de soporte emocional para el equipo de profesionales también nos dejó
algunas lecciones. El equipo de trabajo sabía que los espacios de soporte emocional eran
necesarios, pero quizás la metodología que se usó no fue la más adecuada. Decimos esto
porque en un momento dado hubo como incoherencias, ya que, mientras procurábamos que
con las mujeres se utilicen los recursos comunitarios como estrategias de soporte emocional,
eso no pasaba con el equipo facilitador y la psicóloga encargada de dar el soporte emocio-
nal. Se usaron metodologías y técnicas que quizás no necesariamente estaban respondiendo
o ayudándonos a estar bien en nuestra salud mental, porque no se estaba tomando en cuenta
características propias que nosotras también teníamos. La lección es que cuando tengamos
reuniones de soporte emocional, las o los profesionales indicados, siempre debemos tomar
muy en cuenta con qué grupo de personas se está trabajando, qué particularidades tiene y
usar la creatividad para adaptar las pruebas o ejercicios, que no sólo sean una repetición
de lo que siempre hacemos; sino buscar adaptarlas al grupo con el cual estamos trabajando.
Nosotras incluidas.
A medida que se desarrollaban las sesiones, las mujeres decidieron visitarse e interesarse
la una por la otra para saber como estaban: ”qawanakusunchik ”. Creemos que esto se dio
porque cada una de ellas fue interiorizando los temas que se iban conversando en nuestros
diferentes encuentros. Ellas tuvieron la oportunidad de volver a estar juntas para conversar,
compartir, reír, comer y se dieron cuenta que eso las hacía sentir muy bien. Tuvieron mucha
satisfacción cuando experimentaron sensaciones y reacciones positivas cuando se visitaban
entre ellas, cuando comenzaron a cuidarse entre ellas y cuando comenzaron a compartir lo
poco que tenían. Se manifestaron sentimientos de solidaridad con sus compañeras que las
llevó a compartir, maíz, papita o algún otro producto.
Al darse cuenta que estas acciones las hacía sentir muy bien, tomaron la decisión de seguir
practicándolo, porque al dar ellas eran felices y al recibirlas mucho más.
Hemos tenido charlas, hemos aprendido a sentir la una por la otra, a querernos…. A
estar juntas en medio de nuestros problemas13.
Durante el desarrollo de las sesiones se creó un ambiente de hermandad y confianza, con el
cual se identificaban. Ya no era una simple reunión, sino una familia, no de sangre, pero sí de
pertenencia a un grupo. Si había alguna dificultad, buscaban juntas la solución.
El hecho de compartir sus vivencias dolorosas y tener quién las escuche las aliviaba y permitía
que se sintieran mejor al saber que eran comprendidas —a algunas de ellas las ayudaba a supe-
rar la pérdida de un ser querido—. Este cambio de actitud en muchas de ellas ha sido gradual, ya
que algunas veces todavía sienten amargura, resentimiento y remordimiento por lo sucedido.
Es necesario reconocer que no todas han podido superar sus traumas psicológicos, porque
cada una es un mundo particular, cada una tiene su propia personalidad, cada una tiene sus
propios recursos personales, cada una es producto de un tipo de familia que de alguna ma-
nera ya les ha dejado con ciertas cosas a favor o en contra para enfrentar sus traumas psico-
lógicos. Sería ilógico pretender que todas reaccionen de la misma manera. Algunas entraron
al proceso de dar un nuevo significado a lo que vivieron, lo que no quiere decir que ellas lo
olvidarán, pero cuando recuerden, aceptaran la pérdida, aprendiendo a vivir con ella y a
tener fortaleza para seguir viviendo. Cabe decir que no todas pasan por este proceso.
En las sesiones del grupo de ayuda mutua, también se buscaba que ellas lograran perdonar,
por lo que se tuvo un encuentro donde el tema principal era el perdón. Se dio la introducción
13
Señora Emilia Núñez Galindo.
al tema y se les dijo que dependía mucho de ellas el perdonar a la persona que les hizo daño.
Ellas decidían si perdonaban o no. Algunas mencionaron que ya habían perdonado y otras
dijeron que nunca perdonarían, ya que primero tendrían que tener a “esa persona” en frente
y reclamarle por todo el daño que les hizo. Una de ellas mencionó: “Entonces yo soy libre de
perdonar, nadie me obliga a hacerlo, y como soy creyente, ya perdoné, aunque me gustaría
reclamarle si lo tuviera al frente”. Al final ellas estuvieron de acuerdo en que nadie les obliga-
ría a perdonar, sino que ese perdón saldría de sí mismas.
Por sus testimonios también se sabe que algunas de ellas ya han logrado perdonar a las perso-
nas que las lastimaron, o quitaron a sus seres queridos “munanim sunquywan pampachayta”
(quiero perdonar de corazón), “sunquywanmi pampachayki” (te perdono de corazón). Claro
que como dicen, fue un proceso muy largo:
Yo ya perdoné a esos militares que un día le sacaron a mi esposo de la casa, porque
por más que le reclame no me lo hará devolver, si me encontrara frente a frente con
la persona que mató a mi esposo le reclamaría, le pegaría, le gritaría y luego quizá
recién le perdonaría, por último no soy quien para juzgar14.
Hay algunas que viven resignadas y quieren ya vivir una vida tranquila, pero buscando justicia
y verdad. Una de las mujeres decía:
Ahora yo me doy permiso a perdonar o no perdonar, a creer nuevamente en mí, en
mi familia, en mi comunidad, yo me doy permiso para muchas cosas, para vivir bien,
me doy permiso para darme esta nueva oportunidad y ser libre.
14
Sra. Virginia Vilca de Achalma, Quispillacta
15
Entrevista a Irael Allccahuamán Tumbalobos. Antrópologo ayacuchano, 2007.
Un ejemplo de ellas es el Yarca Aspiy (fiesta del agua), en la cual las personas de las co-
munidades desarrollan todo un conjunto de ritos como la limpieza de los canales de agua,
preparan harta comida y mucha chicha para tomar. En esta actividad participan todos, tanto
varones, mujeres y niños; teniendo tareas asignadas para luego comer, cantar y bailar en las
casas. En las diferentes actividades comunales no existen acciones individuales, todas son de
forma colectiva.
En la toma de decisiones, hasta hoy existe la costumbre de consultar al Yachay (sabio), que
son considerados como los intermediarios entre el cielo y la tierra. Las indicaciones que ob-
tengan de la lectura de la hoja de la coca, principal rito del uso de los recursos naturales,
pronosticará las cosas que sucederán en la comunidad.
En la cosmovisión andina todo está relacionado: el hombre, la naturaleza y sus divinidades vi-
ven relacionados tal para cual, sin que uno sea superior al otro. Existe una relación horizontal
entre ellos. El creer en la tierra, el agua, los apus (cerros), sostiene la fe de las comunidades
andinas, además que les anima a conservarla, por ellos es que hasta hoy podemos observar
las ofrendas o pagos que hacen a la tierra.
Irael Allcchahuamán, nos dice:
Durante el proceso de violencia política, para los comuneros pasaron muchas cosas
que ellos creían que ofendían a Dios y por los cuales deberían pedir perdón a Dios,
o a ese alguien superior. Ellos creían que si el río se contaminaba con la sangre de
los muertos o si los cuerpos muertos se quedaban expuestos al aire libre no habría
lluvias, por lo tanto había que ofrecer ofrendas a los dioses para que les perdonara y
mandara las lluvias.
Actualmente se puede observar que cuando hay exceso de lluvias, algunas
comunidades dejan expuesto algún cadáver para que el cielo se pueda despejar. O
cuando la naturaleza se excede y cae granizo creen que es porque alguna mujer ha
realizado algún aborto y buscan quien ha sido para castigarla y aplacar la ira de sus
dioses16
La actual espiritualidad andina se combina con otros elementos externos pero en el fondo
no pierde su sentido de fe en alguien superior ni su forma de expresarla. Por ejemplo, en las
fiestas religiosas se ha incorporado las orquestas musicales, o el hecho de que los curanderos
buscan sanar a los enfermos mezclando el uso de la hoja de coca con el uso de las velas.
Durante el proceso de violencia política los pobladores de las comunidades andinas creían
que Sendero Luminoso era la expresión del castigo de Dios, por lo cual buscaron volver a Dios
de diferentes maneras y en espacios que tenían a su alcance. El informe de la CVR señala
que durante este tiempo hubo harta presencia de fieles en las congregaciones evangélicas,
quizás porque ellas fueron uno de los pocos espacios públicos que quedaron durante los años
más difíciles de la violencia política. Se constituyeron como comunidades de esperanza y de
soporte emocional donde había un común dolor y una esperanza.
En medio de tanto dolor y sufrimiento las personas buscaron aferrarse a un Dios, a alguien
supremo y poderoso que podía socorrerlos. Una esperanza cuando no la tenían, protección
ante la inseguridad de saber si iban a tener la posibilidad de ver la luz de un nuevo día. A
la vez que es un espacio donde todos compartían no sólo un dolor, sino también sus miedos,
16
Entrevista a Irael Allccahuamán Tumbalobos. Antrópologo ayacuchano. 2007.
Las mujeres mencionan que estos espacios fueron lugares de consuelo, para muchas viudas
17
Theidon, pág.152
18
Entrevista al pastor Jesús Conde Galindo, de las Iglesia Asamblea de Dios de Cuchoquesera, 2007.
19
Idem
y huérfanos, quienes tenían mucha tristeza y lamento por las pérdidas que habían sufrido o
porque sus esposos o hijos habían escapado a otros lugares.
Fue la única esperanza de muchos que no sabían a donde ir, a quién acudir, salían de los
cultos o reuniones más tranquilos y más confiados en Dios.
Actualmente las congregaciones evangélicas siguen siendo espacios de recuperación emo-
cional, todavía las personas las consideran como lugares donde pueden recibir ayuda en sus
momentos difíciles; espacios donde se desarrollan lazos de solidaridad y se unen fuerzas para
seguir adelante con los proyectos de vida personales.
El Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, reconoció a las iglesias evan-
gélicas de las comunidades, por su valor, coraje y solidaridad, durante todo el proceso de
violencia política.
El libro editado por la Asociación Paz y Esperanza, señala que:
El desarrollo de una pastoral de consolación, desde comunidades de fe en zonas
rurales, constituyó una respuesta a miles de personas desesperanzadas que vivían
entre dos fuegos. La consolación se convirtió en solidaridad concreta con las viudas,
huérfanos, desplazados, los presos, abriendo sus templos como casas temporales
de refugio, proveyendo alimentos y ropa… ante el temor y la desesperanza…
desarrollaron la esperanza en un Dios que protege20.
Ellas están convencidas que la parte espiritual es muy importante en sus vidas, que las ayudó
a sobresalir de todas las experiencias malas que tuvieron que vivir.
Si mi Dios no hubiera estado allí, consolándome y diciéndome que soy su hija, creo
que me hubiese muerto... Por el amor y la gracia de Dios estoy viva y pude afrontar y
salir adelante por mis hijos21.
20
Asociación Paz y Esperanza. Resistencia, Consolación e Indiferencia. Imprenta Prado & Zegarra Comunica-
ciones, 2004, pág.35.
21
Sra. Alejandra Pacotaype Galindo, Cuchoquesera.
Decimos “nuestros aprendizajes” porque han sido fruto de las vivencias de las facilitadoras con
las mujeres de la AFADAVP, de las reflexiones en el equipo del proyecto, de las conversaciones
con las personas del equipo de acompañamiento y de observar las reacciones: dudas, expec-
tativas, las miradas tristes y alegres de las mujeres, en las diferentes reuniones de los grupos de
ayuda mutua o en las actividades comunales donde ellas participaban. Los aprendizajes se
dieron desde nuestros primeros encuentros con ellas en los grupos focales, con mucha atención
escuchábamos lo que nos decían respecto a cómo se encontraban y qué estrategias habían
usado o usaban para afrontar las dificultades de la vida y cómo se sostenían emocionalmente.
Entre las estrategias, encontramos cómo es que los recursos comunitarios —que son costumbres
ancestrales que se remontan a las primeras formas de organización del hombre y la mujer
andina— ofrecen espacios donde se piensa y habla sobre la situación personal, familiar y
comunitaria. Dichos espacios no sólo generan diálogo sino también apoyo para resolver pro-
blemas, por ejemplo, al tratar de comprender juntas por qué pasan las cosas como pasan.
Cuando construimos con ellas el concepto de la salud mental, nos dimos cuenta que para
ellas, la salud mental estaba íntimamente relacionada con la posibilidad de poder satisfacer
sus necesidades básicas inmediatas, como la alimentación, vivienda, buena cosecha, estudios
de sus hijos. Nos dijeron que entendían a la salud mental como el “Allin Kawsay”, que significa
estar bien con uno mismo y con los demás. El hablar el mismo idioma nos permitió acercarnos
a ellas, fortalecer los vínculos de confianza y dar la oportunidad de que se expresen de ma-
nera más fluida y sin temor, porque sentían que era parte de nosotras.
La mayoría de las mujeres, cuando participaban en los diferentes espacios, se sentían relega-
das por ser mujeres y adultas mayores, pero los grupos de ayuda mutua, al ser exclusivamente
de mujeres, las motivaban para expresarse, sin el temor de ser avergonzadas. Ayudó mucho
también el hecho de que la facilitadora sea mujer, porque inspiraba confianza y pensaban
que ella sí sabría entenderlas.
Durante la planificación del desarrollo de las sesiones se hizo necesario tomar en cuenta las
temporadas de preparación de terreno, siembra, cosecha u otras actividades agrícolas; las
distancias entre comunidades y viviendas; la mínima afluencia vehicular y los horarios apropia-
dos de las personas en las comunidades, cuando se programan las diferentes actividades para
evitar que se sientan obligadas o no, a ser tomadas en cuenta.
Tomar en cuenta también el tipo de población a quién nos dirigimos: si es analfabeta, quechua
hablante, si sólo son mujeres o grupos mixtos, edades y condición física, para diseñar adecua-
damente nuestras metodologías de intervención.
Finalmente, reconocer que la espiritualidad, es un recurso fundamental en la recuperación de
nuestra salud mental y que para las personas andinas su espiritualidad está relacionada con
todo lo que hace.
Presentación
Bibliografía
Presentación
En 1998 Acción por los Niños inicia su trabajo para contribuir al pleno reconocimiento y cumpli-
miento de los derechos de los niños, niñas y adolescentes en el Perú. Con esa perspectiva se logró el
desarrollo de propuestas validadas y reconocidas a nivel nacional e internacional que han servido
como modelos para la Defensa y Promoción de los Derechos de la Niñez y Adolescencia como
son: las Defensorías Municipales del Niño y Adolescente (DEMUNA), los Municipios Escolares y los
Comités Municipales por los Derechos del Niño y Adolescente (COMUDENA)
Como parte del abordaje de la problemática social que afecta a la niñez y adolescencia
desde octubre del 2002, Acción por los Niños, con el apoyo de CORDAID, viene ejecutando
el proyecto denominado “Atención y Prevención de la Explotación Sexual de Niños, Niñas
y Adolescentes en Lima Metropolitana – Perú”. Desde entonces, nuestra institución asumió el
compromiso de abordar un problema poco trabajado por otras organizaciones, públicas y
privadas, que era el reconocimiento de la existencia de niñas, niños y adolescentes víctimas de
la prostitución en diversas zonas y distritos de Lima Metropolitana, una realidad invisibilizada
en nuestro país. Por ello, desde el 2005 y hasta el 2007 se desarrolla la Fase 2 del Proyecto
que apunta al fortalecimiento de las DEMUNAS, COMUDENAS y Municipios Escolares como
una red sostenible para la prevención y atención del abuso y la explotación sexual infantil.
En ese sentido, es necesario reconstruir la intervención de las DEMUNAS, COMUDENAS y
Municipios Escolares porque significa una experiencia enriquecedora de trabajo concertado
de niños, niñas, adolescentes y adultos en acciones de incidencia política, local y nacional en
dos problemas sociales que pese a su gravedad y prevalencia en el país no han recibido una
respuesta de los gobiernos de turno.
La sistematización cobra mayor importancia en un contexto político de inestabilidad y discon-
tinuidad en el desarrollo de políticas, programas y acciones de gobierno, en el que se corre
el riesgo de que los gobiernos de turno (a nivel local, regional y nacional) desconozcan el
esfuerzo, las experiencias previas y el camino recorrido por la sociedad civil en su afán de
aportar, a partir de hechos concretos, a la protección de niños, niñas y adolescentes, de viola-
ciones flagrantes de sus derechos. Es por ello, que Acción por los Niños considera necesaria
la organización, ordenamiento y la reflexión de la experiencia de las DEMUNAS, COMUDE-
NAS y Municipios Escolares para extraer lecciones aprendidas que contribuyan a mejorar la
intervención y sirvan de punto de partida a nuevos actores.
De esta manera, la sistematización de la experiencia implicará describir secuencialmente el
proceso desarrollado, identificando las debilidades y fortalezas del equipo y de la institución;
determinar factores del entorno que dificultaron y facilitaron la intervención; identificar las estra-
tegias, acciones y recursos previstos y no previstos que contribuyeron positiva y negativamente
en el desarrollo de la experiencia; realizar un mapeo de los actores sociales e institucionales
involucradas que fueron parte del objetivo de intervención del proyecto, determinar el proceso y
espacios de participación de dichos actores en la definición de los rumbos de acción; identificar
los aprendizajes desprendidos dentro de la experiencia, y socializar el trabajo desarrollado,
especialmente a nivel institucional y con la población objetivo con la que se trabajó.
I
Acción por los Niños: Perfil institucional para el
desarrollo de una experiencia de incidencia política
Plan Estratégico. Ibid.
Los COMUDENAS
Muchos de los integrantes de los COMUDENAS se sintieron motivados por hechos ocurridos
que los llevaron a acciones de demanda:
En el 2006 se llevó a cabo un concurso de SOCIODRAMA “Si me tocas yo te
acuso”. Para esta actividad estuvimos reunidos los integrantes del COMUDENA,
Acción por los Niños, centros educativos, directores, padres de familia. Los chicos
mostraron los mejores casos, se esmeraron en el tema, fue muy lamentable cómo
en todos los grupos el pedido era el mismo: “justicia para las víctimas”. Ellos no
deberían pedirla, sino exigir porque es un derecho, por eso en el COMUDENA se
trabaja en conjunto para dar soluciones …
COMUDENA de San Miguel.
Para mí, cada caso atendido en la DEMUNA ha representado una experiencia
significativa, el ánimo en las familias, el cambio en la expresión de los afectados
cuando recibían las orientaciones o los apoyábamos a través de las instituciones del
COMULDEH derivando sus casos. Era una satisfacción personal, profesional y del
equipo … Yo brindo pautas y los defensores apoyan los casos directamente e incluso
los acompañan durante las denuncias. Poco a poco se ha avanzado en promover la
denuncia, pero la gente debe sentir que ésta tiene sentido porque las autoridades les
harán alcanzar la justicia.
COMULDEH Chorrillos.
Cada Concejo de Aula está integrado por un/una Alcalde/sa, Regidor/a de Educación, Cul-
tura y Deportes, Regidor/a de Salud y Ambiente, Regidor/a de Producción y Servicios, Regi-
dor/a de Derechos del Niño.
Los Municipios Escolares también pueden constituir las Coordinadoras de Municipios Escola-
res (CODEMES) como espacios de coordinación dentro de un distrito, provincia o departa-
mento.
Para Acción por los Niños el modelo de Municipios Escolares contribuye al tránsito del niño
como objeto al niño como sujeto. Considerar al niño objeto social es un factor de exclusión
social del mismo, es verlo como objeto pasivo de protección externa y abordar su ciudadanía
como ciudadanos del futuro. Transitar a la mirada del niño como sujeto social es incluirlo como
parte activa de la sociedad y por lo tanto sujeto de protección y promoción, integrada a ésta,
considerando sus opiniones y preferencias, abordando su ciudadanía, desde el presente.
En este sentido el modelo de los Municipios Escolares traduce la visión del niño como sujeto
social de derechos que busca el reconocimiento del rol activo de este frente a su realidad, de
su capacidad para contribuir al desarrollo propio, al de su familia y al de su comunidad y lo
incorpora en la construcción de la aplicabilidad de la Convención como auténtico promotor
de cambio y desarrollo.
Los y las Alcaldes y Regidores de los Municipios Escolares también tuvieron experiencias signi-
ficativas que los motivaron a continuar con su aporte en la prevención del abuso y explotación
sexual infantil:
Nos hemos reunido para reflexionar sobre una triste realidad que afecta a los niños,
niñas y adolescentes de nuestro país: el abuso y la explotación sexual infantil. Nos
damos cuenta el riesgo que corremos, teniendo en nuestra sociedad personas para
las que poco o nada valemos y a quienes no les importa causar graves daños a
nuestra integridad. Es triste y vergonzoso saber que los niños y adolescentes estamos
rodeados de personas inescrupulosas que buscaron aprovecharse de la inocencia
y la necesidad. Por ello, sentimos que debemos manifestarle nuestra indignación
por la ausencia de sanciones efectivas para los abusadores y explotadores sexuales
que afectan el presente y futuro de las NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES. De esta
manera, levantamos nuestras voces por las víctimas del abuso y explotación sexual,
para decir que no existe delito más grave que no conocer nuestros derechos y las
leyes que sancionan estos delitos y no colaborar en su cumplimiento …
Extracto del Memorial de los Municipios Escolares de Lima y Callao dirigido al Dr.
Francisco Távara Córdova, Presidente de la Corte Suprema; 8 de junio de 2007
Palacio de Justicia, Lima.
Saber que se habían incrementado los casos de abuso sexual, y las ganas de querer
disminuir y quien sabe eliminar el.problema, fue lo que me motivó a trabajar fuerte
desde el Municipio Escolar.
Leonard (15 años) Presidente CODEME de Breña, 2007. I.E. Hermano Anselmo María
Cuando realicé la replica de mi taller, me alegró mucho ver que mis compañeros
tomaron en cuenta lo que les decía, aunque a los profesores no les interesaba
mucho, mis compañeros lograron saber cosas que no conocían sobre el abuso y la
explotación sexual y eso fue para mí lo más importante.
Brenda
Ellos nos escuchan a nosotros porque somos de su misma condición, les
comprendemos, no los juzgamos, ya saben a quien acudir y nos cuentan el
problema…
Querit Rondón Rojas. Presidenta CODEME de Lima Cercado, 2007. I.E. Nuestra
Señora de Montserrat.
Cuando hablamos del abuso sexual, lo hacíamos con información y con el
sentimiento, sólo así logramos sensibilizar y comprometer a todos con la prevención,
sabemos que puede pasar a nuestras familias y nadie está libre …
Lorena Andía Falconí (12 años) Presidenta CODEME de Ate Vitarte, 2007. I.E. 0025
La participación en el Municipio Escolar me abrió los ojos sobre muchas cosas que
suceden a mi alrededor que mucha gente trata de ocultar y creó conciencia de que
puedo reclamar y denunciar los abusos.
Percy Loli Abad (15 años) Presidente de CODEME de Surco, 2006.
El análisis del contexto social, político y económico es de relevante importancia para comprender
el desarrollo de esta experiencia de incidencia política. Dado que se buscó aportar a políticas
públicas fue necesario conocer la situación social, económica, cultural y el accionar político del
Estado, para determinar con precisión cómo estas condiciones pueden exacerbar el problema,
disminuirlo o contribuir a la atención y sanción del abuso y la explotación sexual infantil.
Plano social
• Durante los años 2005 y 2006 se incrementaron en el país las denuncias de casos de
abuso sexual infantil, las mismas que frecuentemente fueron difundidas a través de los me-
dios de comunicación. Ante el clamor de las víctimas y la indignación de la ciudadanía, la
respuesta de los congresistas de la república, e incluso del entonces candidato del APRA
Alan García, fue proponer la aplicación de la pena de muerte para violadores sexuales
de niños, niñas y adolescentes. Acción por los Niños, a través de sus voceros, expresó
su disconformidad con esta propuesta y su preocupación porque este tipo de propuestas
desviaban la atención de la ciudadanía de los problemas de fondo como son: la debili-
dad en el sistema de administración de justicia y la ausencia de una política integral de
atención y prevención. Dicho proyecto de ley no fue aprobado por el Congreso de la
República.
• El año 2006 se estimó que en el Perú existían 350,000 adolescentes que ya eran madres.
Según Save The Children seis de cada diez embarazos en niñas de 11 a 14 años son pro-
ducto de incesto o violación. Ese mismo año el Centro Preventivo del Niño y Adolescente
de la Policía Nacional del Perú señaló que 817 menores de edad fueron abandonados
durante el primer trimestre.
• A inicios del mes de julio de 2005, el Ministerio de Educación mediante Resolución Vice-
Ministerial Nª 019-2005-ED, oficializó una campaña de sensibilización y promoción de-
nominada “Tengo derecho al buen trato”, con énfasis en la prevención del maltrato físico,
psicológico y sexual de niñas, niños y adolescentes de las instituciones educativas de
Educación Básica Regular y Educación Básica Alternativa a nivel nacional.
Plano político
• Mediante Decreto Supremo Nº 088-2005-TR el Gobierno Peruano aprobó el “Plan Na-
cional de Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil”. El documento, contiene un diag-
nóstico social y normativo del trabajo infantil y adolescente en el Perú para finalmente
concluir en un Plan Nacional que debe desarrollarse entre el 2006-2010.
Plano económico
• Según el estudio del Centro de Investigación Económica y Social (CIES), de los 12 mi-
llones de peruanos que pertenecen a la Población Económicamente Activa (PEA) el 73%
son trabajadores informales con una débil protección social. Es decir, de este grupo, tres
de cada cuatro trabajadores, solo el 13% tiene acceso a un seguro de salud, el 7% se
beneficia con algún programa social (comedores populares, vaso de leche) y apenas el
3% pertenece al sistema de pensiones. Tres características fundamentales que revelan la
desprotección social de los sectores menos favorecidos de nuestro país.
• El proceso de descentralización sigue en marcha lenta, según informe de CIES, en este
período el 90% de gastos en mejoras de colegios fueron para la Región Lima (capital),
quien recibió casi 10 veces más de lo otorgado a las otras 21 Regiones del país.
• Este escenario económico, se vio acompañado por continuas movilizaciones de los dife-
rentes gremios sociales así como de paralización laboral de varios sectores, entre ellos,
Educación, Salud, así como trabajadores del Poder Judicial; demandando mejoras y esta-
bilidad laboral.
• Con mucha expectativa el Perú empezó a negociar la firma del TLC (Tratado de Libre
Comercio) en mayo del 2004. El presidente Alan García retomó las negociaciones en un
contexto de oposición de organizaciones que demandaron al gobierno mejores condicio-
nes para competir.
La Ley 27802 de creación del la Comisión Nacional de Juventudes (CONAJU) establece como jóvenes la
población comprendida entre los 15 y 29 años.
CIES
Contexto local
• Durante los años 2005 al 2007 se mantuvieron los espacios de concertación generados
desde la sociedad civil e instituciones del Estado para enfrentar problemas de la Niñez
y Adolescencia tales como: El Grupo Multisectorial Permanente contra la Trata de Perso-
nas, Fuerza contra la Explotación Sexual Infantil, La Mesa Interinstitucional del Servicio
de Defensorías, la Comisión de Derechos del Niño, la Mesa de Lucha contra la Pobreza ,
la Alianza por el Derecho a la Identidad, la Red contra el Maltrato Infantil y el Pacto por
el Buen Trato.
• En lo que se refiere al derecho a la identidad de niñas, niños y adolescentes en este perío-
do, se inició el proceso de transferencia de los registros civiles de las municipalidades a la
RENIEC. El primer plan piloto se inició con la Municipalidad de San Borja que mediante
Resolución Nº 940-2005-JEF/RENIEC incorporó su oficina de Registro Civil al RENIEC.
Asimismo, se aprobó un formato único de certificado de inscripción de menores de edad
en el RENIEC que contiene la impresión dactilar del menor de edad así como su foto.
• Durante el año 2005, las Municipalidades de Lima Metropolitana y Callao, con el apoyo
de Acción por los Niños y los COMUDENAS, emitieron ordenanzas con el fin de prohibir
el acceso de menores de edad a páginas web de contenido pornográfico en cabinas
públicas. Se modifico asímismo el Texto Único de Procedimientos Administrativos estable-
ciendo la gratuidad de inscripción de nacimiento, ordinaria y extraordinaria, y se emitie-
ron 18 ordenanzas promoviendo campañas de inscripción gratuita de nacimientos.
• Según un informe publicado por el Proyecto Niños del Milenio en el año 2007 el pre-
supuesto público del año 2006 ascendió a 45.5 mil millones de soles, creciendo en un
13% desde el año 2004. Durante este período, según los Presupuestos Institucionales de
Apertura (PIAs) los recursos asignados al gasto social pasaron de 18.4 millones de soles
a 22.5 mil millones de soles, apreciándose un crecimiento de 22% Sin embargo, los Pre-
supuestos Institucionales Modificados señalaron que el peso relativo del gasto social se
mantuvo estacionario.
La normatividad vigente
Para el diseño e implementación de una experiencia de incidencia política es vital el cono-
cimiento de la normatividad vigente vinculada a la protección y promoción de los derechos
de la niñez y en específico del abuso y la explotación sexual infantil. Es fundamental el cono-
cimiento suficiente de las leyes vigentes y de los derechos para que los organizadores de la
incidencia política puedan exigir su cumplimiento y o plantear los cambios necesarios.
El Perú ratificó la Convención por los Derechos del Niño en 1990, y tal como señala el Co-
mité por los Derechos del Niño, asumió en virtud del derecho internacional, la obligación de
aplicarla, es decir, contemplar en su estructura estatal mecanismos y procesos que garanticen
“la efectividad de todos los derechos reconocidos en la Convención a todos los niños situados
dentro de su jurisdicción .
En 1992 se promulga el nuevo Código del Niño y del Adolescente, inspirado en la nueva doc-
trina de protección integral, e incluye, entre otros mecanismos, las Defensorías del Niño y del
Adolescente para resguardar y promover los derechos del niño. Dentro de esta perspectiva, se
Proyecto Niños del Milenio. “Vigilancia Ciudadana de la acción del Estado sobre la infancia”. Lima., 2007.
Comité de los derechos del Niño. OBSERVACIÓN GENERAL Nº 5 (2003). Medidas generales de aplicación de la
Convención sobre los Derechos del Niño. (artículos 4 y 42 y párrafo 6 del artículo 44).
inicia el modelo DEMUNA (Defensoría Municipal del Niño y del Adolescente), que se inserta
en los Gobiernos Locales (Ley 27972, Ley Orgánica de Municipalidades) y que actualmente
logra su expansión a nivel nacional convirtiéndose en la principal red local de protección de
la niñez y adolescencia en el Perú.
La Defensoría Municipal del Niño y Adolescente (DEMUNA) es un espacio municipal para
la protección y promoción del desarrollo integral de la niñez y adolescencia. Está integrada
al “Sistema Nacional de Atención Integral del niño y adolescente” que está constituido en el
Perú por todas las instancias públicas y privadas que orientan su intervención hacía la promo-
ción, cumplimiento y protección de los derechos humanos de los niños, niñas y adolescentes.
El ente rector de este sistema es el Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social (MIMDES).
De acuerdo a la normatividad vigente la DEMUNA está facultada para:
• Intervenir cuando se encuentren amenazados o vulnerados los derechos del niño, niña o
adolescente a fin de hacer prevalecer el principio del interés superior.
• Derivar casos a los organismos competentes.
• Resolver conflictos en base a la conciliación extrajudicial en los casos de alimentos, tenen-
cia y régimen de visitas siempre que no existan procesos judiciales sobre estas materias.
• Apoyar la denuncia sobre delitos y faltas en agravio de niños, niñas y adolescentes ante
las autoridades competentes.
• Fomentar el reconocimiento voluntario de la filiación.
• Coordinar programas de atención en beneficio de los niños, niñas y adolescentes que
trabajan.
• Desarrollar actividades de prevención y vigilancia.
La Ley Orgánica de Municipalidades también establece que las municipalidades deben pro-
mover Comités Multisectoriales para la protección y promoción de los derechos de los niños,
niñas adolescentes. En Lima Metropolitana existen más de 25 COMUDENAS que articulan
los esfuerzos de las instituciones públicas y organizaciones de la Sociedad Civil, incluidas
organizaciones de niñas, niños y adolescentes.
La Directiva Nº 005 VMGP-DINEIP-2002 del Ministerio de Educación norma la organiza-
ción, implementación y funcionamiento de los Municipios Escolares a nivel nacional en todas
las instituciones educativas de nivel inicial, primario, secundaria y especial. Los Municipios
Escolares son organizaciones de niños, niñas y adolescentes que opinan, participan y se or-
ganizan para la protección y promoción de sus derechos. Más adelante, en mayo de 2007
esta directiva es actualizada por el Ministerio de Educación.
En abril del año 2006 fue promulgada la ley 28704 que incrementa las sanciones para abu-
sadores sexuales de niños, en un contexto de presión ciudadana y de propuestas de pena de
muerte. Acción por los Niños respalda el incremento de las sanciones pero, advierte sobre la
sanción de relaciones sexuales entre adolescentes, aspecto señalado en la ley.
que los miembros de cada COMUDENA tengan claridad respecto de los problemas de abuso y
explotación sexual y el incumplimiento de la normatividad que lo sanciona:
…Como promotor de la DEMUNA y dirigente zonal he visto muchos casos de abuso
sexual y muchas veces me he sentido frustrado al ver que la cadena perpetua no
se aplica para los violadores, que los que pagan por tener relaciones sexuales con
menores de edad, no se van a la cárcel. Para esas leyes trabajamos tanto, que tengo
que confesar que me he desanimado, pero, luego pienso que no debe ser así, que
no tiene que seguir siendo así y por eso seguimos trabajando en los COMUDENAS.
Promotor DEMUNA-COMUDENA de Rimac.
Uno de los objetivos que perseguimos en el COMUDENA es que las personas
tuvieran conciencia del tema y puedan denunciar cuando esto ocurra, pero también,
apoyar para que las sanciones se ejecuten …
COMUDENA de La Perla.
El reconocimiento del abuso y la explotación sexual infantil, como violaciones flagrantes de los
derechos de los niños niñas y adolescentes, que no fueron atendidos ni en el ámbito privado
(familias) ni en lo público (Estado) fortalecieron la sinergia de las DEMUNAS, COMUDENAS,
Municipios Escolares y Acción por los Niños, quienes uniendo voluntades y esfuerzos exigi-
mos justicia, como una forma de hacer oír la voz de los silenciados por el abuso y explotación
sexual infantil y promovemos acciones de prevención.
El Grupo Propuesta Ciudadana define a la incidencia política como un proceso
deliberado y sistemático que contempla la realización de un conjunto de acciones
políticas de la ciudadanía organizada, dirigidas a influir en aquellos que toman
decisiones sobre políticas, mediante la elaboración y presentación de propuestas que
brinden soluciones efectivas a los problemas de la ciudadanía, con la finalidad de
lograr cambios específicos en el ámbito público que beneficien a amplios sectores de
la población o a sectores más específicos involucrados en el proceso …
Para Acción por los Niños la incidencia política es un proceso organizado en el que partici-
pan grupos o sectores de la sociedad civil, principalmente, con la intencionalidad de influir en
aquellos que toman decisiones sobre políticas para defender y hacer cumplir sus derechos a
través de propuestas o alternativas de solución.
La Ley 28119 que establece medidas de protección de niñas, niños y adolescentes en cabinas
públicas de INTERNET (promulgada en diciembre del 2003) y la Ley 28251 (promulgada en
junio de 2004) que por primera vez estableció sanción de cuatro años de pena privativa de
libertad para los “usuarios o clientes” de la explotación sexual infantil, además de agravar las
sanciones de otros delitos vinculados.
El monitoreo de dicha normatividad nos indicó que las Leyes 28119 y 28251 no venían siendo
aplicadas para sancionar a los abusadores y explotadores sexuales de niñas, niños y ado-
lescentes Así, mientras en el año 2005 el Ministerio Público realizó a nivel nacional más de
25,000 exámenes médicos legales por violación sexual a menores de edad, hasta ese año el
Poder Judicial sólo sancionó con cadena perpetua a un responsable de este tipo de delitos.
El diagnóstico arrojó que dichas leyes no venían siendo implementadas, concluyendo en la
necesidad de incidir políticamente en su implementación.
Podríamos decir, que mientras que en la primera etapa se incidió políticamente para lograr
la promulgación de leyes ante vacíos existentes, en esta segunda etapa la incidencia política
apuntó a promover el cumplimiento de la normatividad que no se aplicaba, a pesar del incre-
mento de casos de abuso y explotación sexual infantil y de los riesgos en la INTERNET.
Los “blancos”
O a quienes estuvieron dirigidas las acciones de incidencia. Fueron los administradores de jus-
ticia (Poder Judicial, Ministerio Público, Policía Nacional), Ministerio de la Mujer y Desarrollo
Social y los Alcaldes y Regidores Municipales de Lima Metropolitana y Callao.
Los aliados
Que fueron los siguientes: i) Gerentes de Servicios Sociales, ii) Especialistas de Municipios Es-
colares de las Unidades de Gestión Educativa Local, iii) Jefes de Comunicaciones de las Muni-
cipalidades de Lima Metropolitana y Callao, iv) Periodistas de los medios de comunicación.
Los opositores
Es decir, quienes no estuvieron de acuerdo y se opusieron al cumplimiento de la normatividad:
i) las redes de explotación sexual, ii) las autoridades corruptas.
Los indecisos
Aquellos que no apoyaban el cumplimiento de la normatividad con acciones concretas, pero
que tampoco se oponían fueron:
• La población que votaba a favor de la cadena perpetua, sin conocer que la normatividad
que penaliza estos delitos era suficientemente grave y que era necesario exigir a las au-
toridades su cumplimiento.
• Algunos Alcaldes Municipales y que no brindaron el apoyo necesario para que las Jefas/
es de DEMUNAS y los miembros de Serenazgo trabajaran en mejores condiciones para
la protección de niños, niñas y adolescentes en sus localidades.
La Estrategia
La estrategia general contempló acciones similares a las desarrolladas en la anterior experien-
cia de incidencia política:
La participación de las y los integrantes de las Organizaciones Sociales fue clave en la sensi-
bilización y movilización, así como en el impulso de los proyectos de ordenanzas o en la vigi-
lancia al cumplimiento de la normatividad, así, las mujeres integrantes de las organizaciones
del programa Vaso de Leche, centrales distritales de comedores populares y clubes de madres
en cada distrito se encargaron también de dinamizar el trabajo de incidencia política de los
COMUDENAS
• Charlas donde se hable con mayor libertad del abuso como tema, para que los niños
sepan prevenir.
• Información preventiva en las horas de tutoría.
• Escuelas para padres y madres.
• Buzón de sugerencias para que los alumnos/as puedan denunciar casos de abuso y ex-
plotación sexual.
• Periódico mural y radio escolar.
• Defensoría escolar.
• Elaboración de afiches.
• Presentación teatral para la difusión de la normatividad vigente.
• Información sobre la normatividad que sanciona estos delitos en página web de la insti-
tución educativa o a través de e-mail.
• Congreso Escolar Metropolitano.
• Vigilar el cumplimiento de la ley 28251.
• Convocatoria a Congresistas, Ministra de la Mujer.
• Difusión de la ley a través de medios de comunicación: televisión, radio, prensa.
• Pasacalle y concentraciones en diferentes lugares: plaza San Martín, plaza Manco
Cápac, frente al Congreso o Parque de la Exposición. En cada concentración se llevarían
banderolas, pancartas, etc.
Los alcaldes y alcaldesas que participaron de las actividades ejecutadas se comprometieron
a realizar el efecto multiplicador a sus compañeros de su institución educativa para lo cual
contaron con el apoyo de sus docentes, directores y organizaciones de base y el monitoreo
de Acción por los Niños. Asimismo, muchos de los Municipios Escolares participaron en los
COMUDENAS.
En este sentido, la oficina de comunicaciones de Acción por los Niños desarrolló una estrate-
gia de sensibilización con los medios de comunicación con cobertura nacional ya que, poseen
las herramientas para incidir en la agenda política y en la opinión pública.
De esta manera, se logró que los medios de comunicación tomaran conciencia de su rol edu-
cativo y de la influencia que ejercen en la opinión pública ya que el tratamiento periodístico
del tema puede propiciar una acción o cambio positivo en la sociedad o lograr la indiferencia
de la misma sobre la problemática de los niños, niñas y adolescentes víctimas de abuso o
explotación sexual.
Entre los años 2005 y 2006 Acción por los Niños capacitó a 54 periodistas quienes pusieron
en práctica un periodismo responsable que ayudó, por ejemplo, a implementar políticas de
prevención en las escuelas para que los niños, niñas y adolescentes escolares manejen infor-
mación sobre el abuso sexual infantil y de esta manera puedan tener un mecanismo de de-
fensa o denunciar alguna situación ante sus padres, profesores o alguna institución. Mientras
que en el caso de la explotación sexual infantil, permitió ejercer presión para que el Estado
aplique sanciones a los usuarios-clientes de la explotación sexual infantil o desarrolle progra-
mas de atención sostenibles a las víctimas.
El trabajo desarrollado con los medios de comunicación incluyó el desarrollo de talleres de
capacitación y sensibilización dirigidos a editores y redactores de diarios, revistas, agencias
de noticias, portales webs de noticias y emisoras de radio. En el desarrollo de dichos talle-
res, los profesionales pudieron reforzar sus conocimientos en la problemática del abuso y
explotación sexual infantil y manejar otras alternativas para el tratamiento y levantamiento de
información sobre el tema.
Igualmente se diseñaron materiales de capacitación que permitieron brindar información so-
bre la problemática del abuso y explotación y servir como material de consulta a los perio-
distas ya que no sólo facilitó un acercamiento integral a la problemática describiendo los
contenidos básicos acerca del abuso y la explotación sexual infantil, sino también brindando
algunos aportes que contribuyeron al trabajo cotidiano de la prensa escrita y el tratamiento
adecuado del tema teniendo como base el respeto de los Derechos de los Niños y el principio
del interés superior.
De esta manera, los hombres y mujeres de prensa se convirtieron en una red de aliados es-
tratégicos que desarrollaron un papel importante en favor de la defensa y promoción de los
derechos de los niños, niñas y adolescentes, contribuyendo en la difusión de información y de
campañas de sensibilización. Un ejemplo exitoso es la Campaña Niños Seguros en Internet,
que se sustentaba en los resultados de un sondeo de opinión realizado por la Encuestadora
IMASEN, donde se revelaba los peligros de los niños en el Internet, difundida por los diarios
más importantes de Lima Metropolita y que tuvo un “rebote” al día siguiente en todos los noti-
cieros de televisión, no sólo de señal abierta, sino también de cable.
El desarrollo de la estrategia de sensibilización a periodistas de los principales medios de
comunicación de Lima Metropolitana y Callao, permitió tener como resultados experiencias
importantes, en especial con las agencias de noticias, ya que a través de la información
suministrada por las mismas a los diferentes medios internacionales, las principales cadenas
de televisión internacional como Televisa y Telemundo, medios internacionales , también se
sumaron al trabajo de difusión y sensibilización.
El 11 de abril del año 2007 se realizó el segundo “Encuentro de alcaldes municipales de Lima
Metropolitana que luchan contra el abuso y la explotación sexual infantil”. Este evento, fue
convocado por Acción por los Niños con el objetivo de asumir compromisos para la incorpo-
ración de la problemática en las agendas de los gobiernos locales y para la elaboración de
un plan metropolitano de prevención e incidencia política para el cumplimiento de la normati-
vidad vigente en el tema de abuso y explotación sexual infantil. Participaron de este encuentro
17 Municipalidades: San Luis, Lince, Villa El Salvador, La Victoria, Pueblo Libre, Santa Rosa,
Lima Metropolitana, Callao, Magdalena del Mar, Jesús María, Santiago de Surco, San Juan
de Miraflores, Bellavista, Independencia, Miraflores, San Martín de Porres y Comas quienes
constituyeron la Comisión de Alcaldes que luchan contra el abuso y la explotación sexual
infantil (CODAESI).
El evento logró la sensibilización de los Alcaldes y Autoridades Municipales en el tema, el re-
conocimiento del abuso y la explotación sexual infantil como dos problemas sociales graves,
la identificación de los puntos críticos y agenda para la acción. El compromiso de los asisten-
tes se plasmó a través de la firma del “Acta de sesión de Alcaldes y Autoridades Municipales
contra el abuso y la explotación Sexual Infantil”.
Los principales compromisos asumidos por las autoridades Municipalidad fueron:
• Brindar mayor apoyo y fortalecimiento a las DEMUNAS, los Comités Municipales por los
Derechos del Niño y Adolescente (COMUDENA) y los Municipios Escolares.
• Promoción de intervenciones en focos de explotación sexual infantil para la atención de
víctimas y visibilización de los “usuarios o clientes” y explotadores sexuales.
• Vigilancia ciudadana para el cumplimiento de la normatividad vigente que sanciona a
abusadores y explotadores sexuales. Se acordó la realización de un acto cívico el 8 de
junio en el frontis del Palacio de Justicia.
• Capacitación del personal Municipal.
• Intervenciones preventivas en cabinas públicas de INTERNET.
• Coordinar acciones con las instancias del gobierno central competentes en el tema, espe-
cialmente, Ministerio Público.
• Coordinación con medios de comunicación para la realización de campañas informati-
vas y vigilancia de los contenidos negativos para niños, niñas y adolescentes.
• Creación de un símbolo de la lucha contra el abuso y la explotación sexual infantil.
Para la coordinación del plan de acción se conformó una Comisión de Alcaldes integrada
por los Burgomaestres de los distritos de San Miguel Sr. Salvador Heresi Chicoma, San Luis Sr.
Fernando Durand Mejía, Villa el Salvador Sr. Jaime Zea Usca, La Victoria Sr. Alberto Sánchez
Aizcorbe y Pueblo Libre Sr. Rafael Santos Normand. Asimismo, se aceptó la solicitud del Alcal-
de de San Martín de Porres de integrar la Comisión. Dicha comisión realizó aproximadamente
(10) sesiones de trabajo, inicialmente en las instalaciones de Acción por los Niños y posterior-
mente en cada Municipalidad miembro de CODAESI. En la segunda sesión se elaboró el plan
de acción contra el abuso y la explotación sexual infantil del cual se ejecutaron las siguientes
acciones:
1. Promulgación de Ordenanza para la prevención, atención y sanción de la explota-
ción sexual de niños, niñas y adolescentes por las Municipalidades de La Victoria y
Pueblo Libre. Esta ordenanza fue elaborada por Acción por los Niños, en coordinación
con la Comisión de Alcaldes y tiene como finalidad orientar a los operadores públicos
a fin que sus intervenciones estén dirigidas a la detección y sanción de los explotadores
sexuales y a la protección de las niñas, niños y adolescentes víctimas de estos delitos. Esta
ordenanza está orientada al cumplimiento de la Ley 28251. El Alcalde de La Victoria fue
responsable de alcanzar el proyecto de ordenanza a todas las municipalidades distritales
y provinciales para su aprobación. Asimismo, la Municipalidad de la Victoria realizó un
plantón contra la explotación sexual infantil en el mes de mayo 2007, mes considerado
por el MIMDES como el mes contra la explotación sexual infantil.
2. Capacitación del personal municipal para la prevención del abuso y la explotación
sexual infantil. La Municipalidad de Pueblo Libre fue la encargada conjuntamente con
Acción por los Niños, de la organización del programa de capacitación “Bases sociales
y normativas para la intervención sobre el abuso y la explotación sexual infantil desde
las municipalidades de Lima metropolitana y Callao”, realizado en julio de 2007. En este
programa participaron 61 Gerentes de Desarrollo Humano/ Servicios Sociales, Jefes de
DEMUNA, Jefes de Seguridad Ciudadana y Responsables de Policía Municipal quienes
recibieron contenidos sociales y normativos acerca de la problemática de abuso y explo-
tación sexual y construyeron y socializaron estrategias y acciones de prevención que lleva-
rán a cabo en el ámbito distrital. El Fiscal Superior de Familia Walter Rojas Sarapura y el
equipo de especialistas de Acción por los Niños intercambiaron información y contenidos
temáticos con los funcionarios municipales participantes.
3. Acto Cívico de vigilancia para la sanción de abusadores y explotadores sexuales
de niños. Cada 8 de junio en el frontis del Palacio de Justicia. La Comisión de Alcaldes
que Luchan contra el Abuso y la explotación Sexual Infantil (CODAESI) las DEMUNAS,
COMUDENAS y Acción por los Niños realizaron el año 2007 la coordinación de esta
actividad cuya responsabilidad en la organización recayó además de Acción por los
Niños, en las Municipalidades de San Luis y Villa El Salvador.
Para la ejecución del plan de acción las responsabilidades fueron consensuadas, compartien-
do tareas y recursos:
• Campaña de difusión en medios de comunicación. Responsables: Area de Imagen Institu-
cional y Comunicaciones de Acción por los Niños. Esta campaña incluyó presentaciones
en medios de comunicación masiva y una conferencia de prensa de convocatoria a la
ciudadanía en la que los principales voceros fueron los Alcaldes integrantes de la CODA-
ESI y Acción por los Niños.
• Convocatoria a delegaciones distritales. Según lo acordado, se procedió a la distribución
de responsabilidades para asegurar la presencia de los Alcaldes distritales y sus delega-
ciones. Cada Alcalde miembro de CODAESI se comprometió a asegurar la presencia de
un grupo de Alcaldes, Accion por los Niños se encargo de convocar a los Municipios
Escolares.
• Elaboración y distribución de material de difusión: Se elaboraron y colocaron en los dis-
tritos banderolas de convocatoria al 8 de junio con el lema “No más miedo ni silencio,
sanción a los abusadores y explotadores sexuales de niños” a cargo de las Municipalida-
des integrantes de la CODAESI , Acción por los Niños se encargó de la elaboración de
la banderola central del acto cívico con el mismo lema.
• Recepción de delegaciones, distribución de materiales de apoyo como pancartas, cintas
blancas, refrigerios para los niños, ambientación: Estas actividades estuvieron a cargo de
Voluntarios de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Federico Villarreal, Ac-
ción por los Niños y los responsables de cada municipalidad miembro de la CODAESI.
• Seguridad y atención de participantes. Los Alcaldes de Pueblo Libre, San Miguel y San
Ate Vitarte, Bellavista, Breña, Callao, Carmen de la Legua, Chorrillos, Comas, El Agustino, Independencia,
Lince, Los Olivos, Magdalena del Mar, Pueblo Libre, Puente Piedra, Rímac, San Juan de Lurigancho, San Juan
de Miraflores, San Luis, San Borja, San Martín de Porres, San Miguel, Santa Anita, Villa Maria del Triunfo,
Villa El Salvador, Ancón, La Victoria, La Molina, Cercado, Villa Maria del Triunfo, Ventanilla, Miraflores,
Pucusana, Surco, La Perla
Jaime Zea, Alcalde de Villa El Salvador, Rafael Santos, Alcalde de Pueblo Libre, Alberto Sánchez Aizcorbe,
Alcalde de la Victoria, Martín Príncipe Laines, Alcalde de Lince y Luis Enrique Ocrospoma, Alcalde de Jesús
María.
también, la información que debe ser relevante, accesible y apropiada por los organizadores
de la incidencia política:
Así, la capacidad de incidencia de DEMUNAS, COMUDENAS, Municipios Escolares y Ac-
ción por los Niños se fortaleció al contar con información actualizada y útil sobre:
a. Normatividad vigente: sobre derechos del niño y abuso y explotación sexual.
b. Problemática del abuso y explotación sexual infantil (conceptos, caracterización, factores
de riesgo, estadísticas).
c. El sistema de administración de justicia en el país.
d. Accionar del Estado Peruano para la atención del abuso y la explotación sexual infantil.
e. Monitoreo de medios de comunicación en el abordaje del tema.
f. Experiencias internacionales para enfrentar el problema.
Acción por los Niños canalizó esta información entre las DEMUNAS, COMUDENAS, y Muni-
cipios Escolares y los medios de comunicación. Cada uno de estos actores a su vez, también
aportó la información disponible. Así por ejemplo: semestralmente las DEMUNAS suministraron
información sobre los casos de abuso y explotación sexual infantil atendidos, los integran-
tes de COMUDENAS y Municipios Escolares contribuyeron con información obtenida de los
encuentros, talleres u otras actividades con niños, niñas y adolescentes, padres, madres de
familia. Es necesario destacar instituciones como las Fiscalìas de Familia y Comisarías de Lima
Metropolitana y Callao que como integrantes de los COMUDENAS compartieron información,
a partir de su experiencia concreta, sobre el perfil, modalidades y estrategias de abusadores
y explotadores de niños; dificultades para la administración de justicia, así como propuestas
de solución. Toda esta información fue recogida por Acción por los Niños en un proceso de
retroalimentación en el que la información servia para fortalecer la estrategia de intervención,
el abordaje de la problemática con un enfoque integral y contribuyó a que los Jefes y Jefas de
las DEMUNAS, Secretarios Técnicos de los COMUDENAS incorporaran acciones preventivas
en sus planes de trabajo frente a la problemática de abuso y explotación sexual infantil.
La alianza estratégica con los medios de co-
municación para el tratamiento adecuado
del tema permitió colocar el tema en la agen-
da pública, El aporte de todos los periodistas
que entre los años 2005 al 2007 abordaron
el tema del abuso y la explotación sexual
infantil, nos demuestra que hay profesiona-
les sensibilizados que a la vez son canales
apropiados para generar una corriente de
opinión a favor de la denuncia, prevención y
protección de los niños del abuso y la explo-
tación sexual infantil.
Audiencia pública en el Congreso de la República
Administrar las tensiones y los con-
flictos
Como toda experiencia, el camino recorrido por las DEMUNAS, COMUDENAS, Municipios
Escolares y Acción por los Niños para lograr incidencia política en la atención y sanción del
abuso y la explotación sexual infantil no estuvo exenta de tensiones o conflictos:
• Contexto político nacional no priorizó el tema de infancia, los avances logrados sólo han
sido sectoriales (Ministerio de la Mujer y desarrollo Social), más no se percibe aún una
política de atención a la infancia que involucre a los sectores como Educación, Salud, In-
terior, Justicia entre otros, es decir, que incorpore el enfoque de integralidad que necesita
el abordaje del problema.
• Posiciones adulto centristas de autoridades y funcionarios clave: congresistas, policía,
entre otros.
• Poca apertura y celos institucionales que primaron antes que la concertación a nivel de
mesas convocadas por el Estado.
• El tiempo es un valioso recurso que debe ser invertido estratégicamente cuando se trabaja
promoviendo colectivos o espacios de concertación. La recargada labor de la mayoría
de las Jefas Y Jefes de DEMUNA demandó un acompañamiento personalizado en fun-
ción de sus tiempos que muchas veces el reducido equipo de Acción por los Niños, pese
a la experiencia y voluntad de trabajo, no pudo proporcionar en varias ocasiones. Este
tiempo no invertido oportunamente para analizar y aclarar puntos críticos, generaron
algunas pequeñas crisis en el relacionamiento, que fue superada por la transparencia y
voluntad de trabajo de las partes, lográndose aprender de los conflictos, favoreciendo el
ambiente personal y organizativo para seguir trabajando con transparencia, con confian-
za y en una lógica de complementarse en el trabajo.
• Si bien se trabajó por la articulación entre las instituciones educativas para la participa-
ción de los Municipios Escolares en los COMUDENAS, se requiere de una mayor conso-
lidación de este acercamiento que permita una participación activa de los niños, niñas y
adolescentes “con voz y voto” como establece el COMUDENA.
• Las experiencias de organización de redes, alianzas y/o coaliciones tanto locales como
nacionales que agrupan a organizaciones heterogéneas del Estado y la sociedad Civil,
nos indican que los puntos críticos de estos procesos, las crisis y conflictos están vincu-
lados a la representación, el liderazgo, la conducción, las estrategias de trabajo, y las
reglas del juego en lo político y lo organizativo.
• Es necesario establecer reglas básicas y principios guías para desarrollar eficaz y efi-
cientemente el trabajo. En el caso de los COMUDENAS la existencia de reglamentos en
las que se precisan las funciones y responsabilidades desde las Municipalidades como
promotoras y los integrantes de COMUDENAS tanto de instancias del Estado como de la
Sociedad Civil, facilitó el liderazgo colectivo en la experiencia de incidencia política.
• El ambiente de trabajo de confianza, potenció la capacidad y la calidad propositiva de
la experiencia de incidencia política. Algunas nuevas Jefas de DEMUNAS e integran-
tes de COMUDENAS se sumaron al trabajo de equipo de los COMUDENAS en corto
tiempo, debido además de la disposición personal, a la creatividad para combinar y
complementar hábilmente sus capacidades técnicas, políticas y de movilización de forma
oportuna y adecuada; lográndose una alianza sólida y la generación de propuestas
viables y prácticas.
• Un factor clave que permitió el accionar de las DEMUNAS, COMUDENAS, Municipios
Escolares y Acción por los Niños fue el respeto de las particularidades de las organiza-
ciones miembros y la valoración y aprovechamiento de sus potencialidades institucionales
y personales para lograr que en equipo se hicieran mejor las cosas.
• La capacitación es un elemento clave para el fortalecimiento de las capacidades propo-
sitivas, de organización y negociación de organizaciones para la incidencia política. Así,
La profundización y actualización temática en la problemática del abuso y explotación
sexual infantil (conceptos, caracterización, factores de riesgo, normatividad, estadísticas)
fortaleció la estrategia de intervención al equipo de ACCION POR LOS NIÑOS. Permi-
tió identificar el problema en el espacio local, así como, en el rol que deben asumir los
diversos actores del Estado y la Sociedad Civil para el abordaje de la problemática con
un enfoque integral. Y contribuyó a que los Jefes y Jefas de las DEMUNAS, Secretarios
Técnicos de los COMUDENAS incorporaran acciones preventivas en sus planes de traba-
jo frente a la problemática de abuso y explotación sexual infantil.
• La promoción del liderazgo de las autoridades locales, instituciones del Estado y organi-
zaciones sociales de base, en las acciones de protección y prevención frente al abuso y
explotación sexual infantil contribuyó al fortalecimiento del liderazgo local y a su vez a la
incidencia de las acciones en su ámbito y en el espacio metropolitano y nacional; por lo
tanto, de exigibilidad por parte del Estado.
• La elaboración de materiales especializados sobre la temática, dirigidos a DEMUNAS CO-
MUDENAS y Municipios Escolares, permitió contar con información actualizada sobre el
tema a los capacitados y capacitadas ( DEMUNAS, COMUDENAs y Municipios Escolares).
• El uso del Internet en la lucha contra el abuso y la explotación sexual infantil: línea de
denuncia, página web contra el abuso y explotación sexual infantil, boletín Notinfancia
y Sondeo de “Opinión Opinando en Grande”, acercó la problemática a los usuarios de
Internet, para la sensibilización y la denuncia de casos de abuso y explotación sexual
infantil. Se logró agilizar e incentivar la denuncia de casos de abuso y explotación sexual
infantil, desde cualquier persona o lugar.
• Es necesario articular y coordinar las acciones de incidencia política en el tema con otros
esfuerzos o campañas nacionales, regionales o internacionales semejantes. Para esto se
recomienda implementar una estrategia que desde la planificación de las capacitaciones
en las escuelas se contemple el seguimiento del compromiso de directores y docentes
para su incorporación a los COMUDENAs de su jurisdicción y asignar como tarea de los
especialistas de la UGEL – MINEDU- dicho seguimiento.
Participantes de la experiencia
Jefes de DEMUNA
1. Maritza León Silva. Ancón. 23. Viviana Sarmiento. Bellavista.
2. Tatiana Díaz. Lince. 24. María Roldán - Víctor Concha Sán-
3. Lizbeth Valle Sánchez. Lurigancho – chez. Carmen de la Legua.
Chosica. 25. Elizabeth Napan Arias. La Perla.
4. Rita Morales Cervantes. Turín. 26. Janet Flores Bardales. La Punta.
5. Mónica Castañeda - Ursula Paola Pa- 27. Roxana Alvarado. Ventanilla.
checo. Magdalena del Mar.
6. Henz Fuenzalida. Miraflores.
Presidentes de las Coordinadoras
7. Jenny Nolasco Tomas. Pachacamac. de CODEMES
8. Luis Panta - María Rosa Villar Calderón. 1. Rosmery Salas Ponce. IE 7090 Forja-
Pueblo Libre. dores del Perú. CODEME Villa el Sal-
9. Maritza Rojas. Rímac. vador. 2005.
10. Betty Muñoz Zuta. San Borja. 2. Percy Loli Abad. Presidente de CO-
DEME de Surco. 2006.
11. Irma Burneo. San Isidro.
3. Brenda Oviedo. Presidenta de CODE-
12. María Peña Valencia. San Juan de Luri- ME de Lince.2005.
gancho.
4. Christopher Paz. IE José Olaya Balan-
13. Haydee Congoña Peña. San Juan de dra. Presidente CODEME de Chorri-
Miraflores. llos. 2006.
14. Gina Atocha - Pedro Pacheco Valderra- 5. Carlos Juan Alfaro Cueva. IE Politec-
ma. San Luis. nico NVC. Presidente CODEME Cal-
15. Renzo García - Julia Alfaro. San Martín lao. 2006.
de Porres.
6. Ximena Ubillús Combina. Amado de
16. Marcela Moreno - Martha Lenti. San Dios San Borja. Presidenta CODEME
Miguel. de San Borja. 2006.
17. Ángel Hugo Mayta Pecho. Santa Ani- 7. María Elena Calderón Romero. I.E. Pe-
ta. dro Gálvez E. Presidenta de CODEME
18. María del Carmen Granados Velarde Lima–Cercado. 2006.
Álvarez. Surco. 8. Luis Vicente de La Cruz Vásquez. I.E.
19. José Camacho Bocanegra. Surquillo. 2057. Presidente CODEME Indepen-
dencia. 2007.
20. Gloria Durand. Villa El Salvador.
9. Querit Rondón Rojas. IE Nuestra Seño-
21. Shirley Gamarra. Villa María del Triunfo ra de Montserrat. Presidenta CODEME
22. Lilia Collantes. Callao. de Cercado. 2007.
Páginas Web
• www.accionporlosninos.org.pe
• http://www.portalciudadano.cl/archivos/manual.pdf MANUAL de Incidencia Política,
Comunicación y Formación de Coaliciones Ciudadanas Editado por Karen Sirker* Ver-
sion completa en www.worldbank.org/events
Presentación
Bibliografía
Presentación
Diakonia es una organización de cooperación internacional, formada por las iglesias libres de Suecia. Ver
http://www.sa.diakonia.se/
I
Antecedentes y contexto de la experiencia
Para mayor información sobre el Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, ver ttp://www.flora.org.pe/mis-
ion.htm
Contexto de la experiencia
El proceso de descentralización en nuestro país ha generado nuevos espacios de participa-
ción. El nuevo rol de las autoridades locales y regionales está basado en articular esfuerzos
con la sociedad civil. Hoy existen nuevas miradas para gobernar y lograr la participación
ciudadana en las comunidades.
El Presupuesto Participativo, los Planes de Desarrollo Concertado, los Consejos de Coordina-
ción Local (CCL) y los Consejos de Coordinación Regional (CCR) son espacios en los cuales se
ha logrado iniciar un proceso de participación ciudadana. Si bien las mujeres tienen una serie
de barreras culturales que impiden una real representación y participación, este proceso ha
marcado una nueva forma de construir ciudadanía y de generar desarrollo con presencia de
las organizaciones sociales para discutir y aprobar un 20% del presupuesto local y regional
en forma concertada y democrática.
Sin embargo la realidad nos demuestra –por lo menos en los municipios donde se llevó a cabo
la experiencia— que este proceso excluye la participación democrática de las mujeres. Se ha
constatado que la formulación de presupuestos participativos han tenido “nudos críticos” que
han impedido su participación, ya sea por la falta de formalización de sus organizaciones, o
porque se comunican con un idioma diferente al “oficial”, o por su condición de analfabetas,
o por no saber hablar en público. El hecho de ser mujeres quechuahablantes y campesinas
hace que su exclusión sea, prácticamente, “algo natural”.
A lo anterior se suma el poco conocimiento de cómo presentar sus propuestas de proyectos,
la insuficiente capacidad para formular sus demandas ante grupos mixtos, el hecho de que és-
tas no son consideradas como importantes, la inexistencia de una cuota de género en dichos
mecanismos. Desde esta perspectiva, podemos constatar que la exclusión sigue vigente en
nuestro país, especialmente en zonas tan alejadas como en Carmen Alto, Antaparco, Ascen-
sión y San Pedro.
La Ley Orgánica de Elecciones Nº 26859 de 1997, incorpora la cuota del 25% mínimo de
participación de las mujeres en las listas; en el año 2000 la Ley de Cuotas Nº 27387 (que
modifica la primera) incrementa esta participación y representatividad a un 30%. Un resul-
tado de ello es que en las elecciones del 2006 se obtuvo un 23% de mujeres autoridades.
Sin embargo la presencia de las mujeres en las organizaciones políticas es en calidad de
“invitadas” y sólo con el criterio de cubrir la cuota que exige la Ley, pero no para realizar una
militancia política ya que los partidos siguen manteniendo una estructura vertical y machista
en nuestro país.
Durante la dictadura de Fujimori se genera un descrédito de los partidos. Es en esta etapa que
la mayoría de los partidos se atomizan y se fraccionan, lo que impide estructurar y consolidar
organizaciones partidarias sólidas; por el contrario, lo que se han generado son movimientos
locales o regionales que nacen al fulgor de las campañas electorales y que, por sus carac-
terísticas de conformación, terminan abandonando a sus correligionarios y correligionarias
en sus gestiones municipales una vez realizado el proceso electoral. El resultado de ello: son
agrupaciones políticas que no hacen servicio a la comunidad y ven el poder municipal como
un botín. Son meras “maquinarias electorales”.
Al desaparecer el referente partidario, las regidoras y alcaldesas no tienen soporte político
orgánico para ejercer su cargo, generándose demandas permanente de parte de ellas para
realizar una gestión eficiente y con propuestas políticas que nazcan producto de una discu-
sión partidaria.
Las regidoras y alcaldesas que se presentaron a los concursos, en su mayoría pertenecían a
movimientos regionales formados con fines electorales y muy pocas eran las que pertenecían
a un partido político de trayectoria. Sin embargo, en cualquiera de los casos, las regidoras
han exhibido una escasa (sino nula) orientación política para presentar propuestas durante
su gestión.
Chávez, Denisse (2007) Módulo de Capacitación: Trabajando con las mujeres para que los presupuestos
participativos sean sensibles al género Lima: Ediciones Flora Tristán.
Resultados electorales 2006.
Zonas de intervención
Los municipios elegidos para esta sistematización son de comunidades en su mayoría de po-
blaciones campesinas donde se tiene mucho más arraigo a las costumbres y a la identidad de
los orígenes de sus pueblos, lo que limita más aún la participación de las mujeres.
Ayacucho, Cusco y Huancavelica son tres regiones que se encuentran en la sierra andina de
nuestro país —de lengua materna el quechua— tienen muchas similitudes en sus costumbres,
tanto religiosas como de comportamiento comunal. Sus propias leyes consuetudinarias son las
que rigen el comportamiento de hombres y mujeres. La presencia de una cultura que mantiene
ideologías coloniales es muy fuerte en las tres regiones. Es una constante que sean los “mistis”
(mestizos) los que deben gobernar y que las mujeres “mistis” son de “su casa”, y hombres y mu-
jeres campesinas no pueden ostentar el poder. Aunque este concepto está variando —como lo
veremos en el transcurso del documento— en algunos distritos de mayor presencia campesina
se les sigue denegando el derecho a la participación política.
a) Región Ayacucho
Es una de las regiones con las tasas de pobreza más altas del país a nivel regional (78.4%)
y rural (54.4%); una población de cerca de los 600 mil habitantes; con un 24% de analfabe-
tismo.
Sus provincias Huanta, Lamar, Huamanga, Vilcashuaman, Víctor Fajardo, Huancasancos, Lu-
canas, Sucre, Parinacocha y Paucar del Sara Sara, la mayoría de ellas con dificultades para
comunicarse, se distinguen por tener carreteras carrozables y trochas, lo que hace muy difícil
el acceso.
De municipios muy pobres y que tienen muy poco presupuesto, la presencia de las mujeres en
el municipio se da a partir de la implementación de la Ley de Cuotas.
Fue azotada por el terrorismo y en el momento histórico del inicio de los concursos estaba
convulsionada; sin embargo El Centro de la Mujer Flora Tristán apuesta por intervenir en la
Región Ayacucho, para contribuir con el desarrollo de las mujeres, en especial por las que se
inician en la actividad política.
Durante la década de los 70 se tuvo como una constante la presencia de varones en los
cargos políticos en los municipios, sus autoridades eran representante en su gran mayoría del
gamonalismo y de los sectores de poder económico. Los campesinos y campesinas estaban re-
zagados. El desplazamiento de la población fue tan grande que generó nuevos movimientos
sociales caracterizados por la presencia de grupos emergentes, los retornantes y por nuevos
sectores representantes de organi-
zaciones sociales y campesinos,
desde donde se exige la incorpo-
ración de las mujeres.
Las regidoras de las zonas donde
se llevó a cabo el concurso, pro-
venían del magisterio, comercio y
organizaciones sociales. Su pre-
sencia pública en el trabajo comu-
nal y su liderazgo las posiciona en
otro status y conlleva a que sean
invitadas a participar en los mo-
vimientos electorales —generados
por alianzas de grupos indepen-
dientes regionales o locales— aun-
que más por la exigencia de la
cuota de participación de las mu-
jeres en las listas de candidatos.
Haciendo una comparación entre
los dos últimos procesos electora-
les, podemos ver que las mujeres no logramos tener representación en alcaldías ni regidurías
provinciales habiéndose reducido los porcentajes. Sin embargo hemos logrado un aumento
significativo en la presencia de alcaldesas distritales.
b) Región Cusco
Cusco es una de las ciudades más importante de nuestro país, relacionada con el turismo por
ser considerada la ciudad arqueológica de América. Es una de las regiones más controversia-
les: mientras que por un lado existe afluencia de turismo que genera mucha riqueza económi-
ca, existen provincias con tasas muy altas de analfabetismo, zonas de extrema pobreza y de
poca accesibilidad al desarrollo.
Los resultados de la Encuesta Nacional de Hogares sobre Niveles de Vida y Pobreza del
2002 – IV trimestre revelan que el 61.7% de la población cuzqueña es pobre y el 34.8% vive
en pobreza extrema. Alberga a una población de 115 mil habitantes.
Está dividida en 13 provincias y
108 distritos; siendo las provin-
cias de Acomayo, Anta, La Con-
vención, Cusco, Calca, Canas,
Canchis, Espinar, Chumbivilcas,
Paruro, Paucartambo, Urubamba
y Quispicanchi.
Flora Tristán ya tenía un trabajo
importante de asesoría técnica a
regidoras de las diferentes munici-
palidades, llegando a promover
la creación de la Asociación de
Regidoras. Este conocimiento pre-
vio de la zona, permitió identificar
los lugares de intervención para
el concurso. Los distritos a los que
se llegó, especialmente, son los
de origen campesino teniendo en
cuenta que —como en el caso de
Ayacucho— la presencia política de las mujeres campesinas estén ligadas a sus liderazgos
como representantes de organizaciones sociales. Ellas no estaban incorporadas al poder
político por estar centrado y dominado por los “caciques” o los representantes de grupos
de poder económico de las provincias. Las mujeres que inician su participación política son
justamente las que vienen de las organizaciones de mujeres de estas zonas y tuvieron mucha
dificultad para incorporarse a los procesos de selección porque no eran consideradas como
c) Región Huancavelica
Se encuentra ubicada en la sierra central sur de los Andes del Perú. Conocida como “Villa
Rica de Oropesa”, por sus vivencias histórico—culturales. Estuvo muy convulsionada por la
presencia de la guerra interna durante los últimos años, lo que ocasionó un atraso en la inter-
vención del Estado.
Cuenta con 43 mil habitantes, 88.7% de los cuales se encuentran en situación de pobreza
(una de las tres regiones más pobres del país). Tiene 7 provincias: Tayacaja, Huancavelica,
Acobamba, Angaraes, Castro Virreina, Churcampa, Huaytará, y 93 distritos.
Con limitado acceso no sólo a los servicios básicos sino al ejercicio de su ciudadanía, los hom-
bres de mayor poder económico y político son los que han estado representándola, siendo
una constante que los sectores cam-
pesinos o pobres no participen de
los espacios de decisión. En el caso
de mujeres éstas llegan a tener re-
presentantividad a partir de las elec-
ciones donde, se incorpora la cuota
de género.
En Huancavelica la representación
de las mujeres del proceso del 2000
al 2006 no ha variado mucho: no
tienen alcaldesas provinciales; se ha
mantenido el porcentaje de alcal-
desas distritales y en el caso de las
regidoras si hay cambios han cam-
biado significativos porque nuestra
representación ha variado. Somos
menos mujeres.
Flora Tristán tuvo mucho cuidado al momento de otorgar los premios para que éstos puedan
llegar, de preferencia, a los municipios más alejados de la capital de la región. Sin embargo
también se tuvieron premios en la capital, porque eran proyectos que favorecían a los grupos
de mujeres afectadas y desplazadas producto de la guerra interna.
La experiencia que queremos compartir está referida al proceso que Flora Tristán realiza: la
convocatoria, entrega el premio a las regidoras y se da inicio a la ejecución de los proyectos.
En esta parte damos cuenta de los 10 años de concurso, (1996— 2007) y de la experiencia
materia de esta sistematización, —enmarcada entre los años 2000 al 2006—.
El concurso se inicia en el año de 1997 y continúa hasta la fecha. Ha ido en aumento el nú-
mero de regidoras que se presentan con propuestas de proyectos de las más variadas: desde
los consabidos proyectos económicos, hasta los de corte medio ambientalista; los de fortaleci-
miento de capacidades; los referidos a violencia y derechos humanos, como los derechos de
la salud de las mujeres.
Flora Tristán define como zona de intervención Cusco, Huancavelica y Ayacucho; además
considera que de preferencia, deben participar los municipios más alejados de la capital de
la región Prioriza los municipios rurales y aquellos en que su población es pobre o de extrema
pobreza.
En estas tres regiones se lanza el concurso a través de la difusión de afiches, fichas de ins-
cripción, cartas dirigidas a los alcaldes, a las regidoras, se distribuyen a nivel de todas las
provincias y distritos de las tres regiones elegidas, se tiene el apoyo de las instituciones de la
zona quienes contribuyen para que la difusión especialmente llegue a donde no hay televi-
sión, radio y sobre todo medios de comunicación accesible.
Anita Camino de San Pedro recuerda:
Cuando me avisaron que había el concurso, viajé a Cusco para ver cómo era y luego
pensé que era bueno hacer un proyecto para cambiar la vida de las mujeres.
Con el afiche se entrega una ficha que deberá ser llenada en forma personal por cada regi-
dora. La idea es que consignen en forma sencilla una propuesta de perfil de proyecto que qui-
sieran implementar en su comunidad, y puedan volcar las ideas claves que tienen para lograr
un objetivo desde su condición de regidora. Esta ficha en un primer momento tenía un acápite
donde las regidoras debían dar cuenta de lo que estaban haciendo en su gestión y qué cosas
le falta realizar. Este formato ha ido enriqueciéndose con el tiempo: ahora es una ficha que
incorpora un perfil de proyecto donde se deben definir objetivos, metas, grupo meta y en la
parte final se coloca la distribución económica de las acciones que se van a implementar.
Una de las primeras impresiones que tenemos las integrantes del equipo de Flora Tristán, es
que muchas de las regidoras presentan propuestas sin tomar en cuenta los montos estableci-
dos como tope, considerando proyectos de desarrollo de gran envergadura económica.
La convocatoria tiene dos meses de duración y durante este tiempo nos encargamos de averi-
guar y estar seguras de que la comunicación ha sido entregada a las regidoras oportunamen-
te. Carla Jiménez nos manifiesta que:
Muchas veces los alcaldes ni siquiera colocan los afiches en su municipio y les niegan
el derecho a la participación de las regidoras.
Por experiencias anteriores se conoce que no es muy fluida la entrega de documentos que
llegan a nombre de las regidoras, ésta siempre pasa a manos del alcalde quien de acuerdo a
su parecer entregará o no el documento a la regidora. Elida Ramírez dice:
los alcaldes muchas veces no les entregan sus documentos a las regidoras esto se
convierte en una barrera de la participación, porque si no estuviéramos informadas
como institución, las regidoras se verían perjudicadas de participar.
Inicialmente se presentaron algunas pocas regidoras, pero con el éxito que fuimos alcanzan-
do —pero sobretodo cuando se empiezan a ver las experiencias exitosas de los primeros pre-
mios— el número fue incrementándose. En el último concurso se han presentado 157 regidoras
de los distritos de las tres regiones.
Diana Miloslavich nos recuerda como es que nace la idea y el nombre del concurso Iniciativas
municipales para el avance de las mujeres:
... la escasez de recursos no permitía dar capacitación a todas las mujeres que fueron
elegidas como regidoras, por lo que fue una estrategia generar —el concurso—
para trabajar con las regidoras, que ya estaban convencidas de desarrollar acciones
a favor de las mujeres y tenían voluntad política para lograr cambios.
De esta forma, el concurso tuvo que ver con la importancia de involucrar a las mujeres en
la gestión exitosa de proyectos específicos y de que cuenten con herramientas para reforzar
sus funciones. Por otro lado, ayudaba a que este proceso se articule con las organizaciones
sociales de mujeres beneficiarias de los proyectos.
Flora Tristán, desde el programa de Participación Política, recoge la propuesta en un sobre
cerrado y con seudónimo, y en otro sobre el nombre de la regidora. Se inicia la apertura de
sobres, para fotocopiar y entregar a los representantes del jurado una copia de las propues-
tas. Luego de 15 días los representantes del jurado se reúnen en la ciudad de Lima para la
evaluación y selección correspondiente.
La elección y conformación del Comité Calificador considera criterios basados en el cono-
cimiento de temas de gobierno local, género y descentralización. Estos tres aspectos son
importantes para poder definir quién será parte del jurado. Es una constante la presencia de
Diakonia como entidad financiera y la responsable del programa de Participación Política de
Flora Tristán (encargada de conducir el proyecto). Luego se ha creído conveniente la parti-
cipación del Presidente de la Asociación Nacional de Centros, así como alguna integrante
de redes latinoamericanas ligadas al feminismo y a los temas de gobiernos locales. El jurado
tiene que respetar los criterios de selección, preestablecido:
a. Que tenga que ser preferentemente de un municipio rural.
b. La propuesta sea implementada en articulación con una organización de mujeres como
beneficiaria directa del proyecto.
c. Los temas estén en función de los derechos de las mujeres, desarrollo de capacidades,
participación política y temas especiales como el de violencia, derechos y salud repro-
ductiva, VIH / SIDA.
El rol que cumplimos luego de dar a conocer las ganadoras es i) comunicar a las ganadoras y
entregar el premio, ii) acompañamiento y asesoramiento en la ejecución del proyecto, iii) visita
a la zona para verificar los avances, iv) resolución de problemas con las autoridades (si hubie-
se) y v) presentación de la experiencia en forma pública en sus distritos.
Esta etapa se convierte en una de las más importantes. Se constituyen tres equipos (uno por
cada región) que en el proceso de asesoría técnica, brindaran herramientas a la regidora
ganadora para que pueda presentar una propuesta más consolidada y un cronograma de
acciones, acompañando un presupuesto de gastos más detallado.
Este acompañamiento es el más enriquecedor porque las acompañantes son las que entran
en contacto directo con las regidoras, son las testigos de todos los atropellos que sufren las
regidoras y son las que se convierten en sus compañeras de alegrías y tristezas. Diana Párra-
ga —que viajó durante el año del 2005 y 2006 a Huancavelica— nos cuenta que “... algunas
regidoras no sólo sufren con la actitud de los varones del municipio, sino con la de sus mari-
dos. Ellas son unas mujeres a prueba de todo, las relegan por el solo hecho de ser mujeres”. Y
cuando yo acompañé a las regidoras de Huancavelica, pude observar cómo comprometían
incluso a otros sectores de la comunidad para lograr el objetivo. En Ticrapo la regidora viajó
a pie durante un día para comprometer a la Defensoría del Pueblo para que su DEMUNA
tenga un reconocimiento de su institución como un espacio de defensa de los derechos de las
mujeres.
Son tres premios por región que se entregan
en igualdad de condiciones, lo que hace que
cada concurso tenga tres primeros premios,
tres segundos y tres terceros. En algunos años
se han dado menciones honrosas a algunos
distritos. El último año, se ha ampliado a dos
premios más, uno para un proyecto dirigido a
niñas y niños, y el otro dirigido a VIH/SIDA.
Los temas que fueron de mayor premiación
estuvieron relacionados a la violencia fa-
miliar y la potenciación de los servicios de
DEMUNA seguido de proyectos productivos
y medioambientales; luego aquellos relacio-
nados con los derechos sexuales y derechos
reproductivos y finalmente los de fortaleci-
miento de capacidades en la participación
política. De alguna forma se responde a las
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
preferencias o preocupaciones de las muje-
res en estas zonas. Diana Miloslavich nos
recuerda que:
... cuando se da inicio a este concurso la idea era identificar un mapa de dónde
habían sido elegidas regidoras y qué temas estaban abordando. Encontramos
regidoras que con su propia creatividad ya estaban trabajando el tema de violencia.
Se han atendido temas diversos, se ha querido dar amplitud y variedad a la intervención; por
esa razón, cuando estuvimos seleccionando las experiencias que tomaría en cuenta para esta
sistematización, pensamos en los proyectos productivos, en los de participación política y en
los de fortalecimiento de capacidades.
Las nuevas miradas apuestan por la equidad desde los gobiernos locales
Con el proceso de reforma del Estado en nuestro país se da inicio a la descentralización que
aún no culmina. Este proceso plantea garantizar la autonomía, la participación y la amplia-
ción de la democracia, como elementos importantes que se deben promover desde los gobier-
nos regionales, provinciales y distritales.
El Perú —en comparación de otros países de América Latina— tiene un atraso considerable en
la implementación de la descentralización, razón por la cual, durante el gobierno de Alejan-
dro Toledo, se ven en la necesidad de desarrollar procesos que apunten a la concertación y
abrir nuevos espacios donde los ciudadanos y ciudadanas sean los actores prioritarios.
La firma del Acuerdo Nacional es una herramienta que contribuye con este proceso de de-
mocratización y concertación, en especial para las mujeres se nos abren nuevos horizontes.
Como dice Diana Miloslavich:
En este marco, ¿cómo construir una agenda para las mujeres? Acostumbradas a
navegar contra la corriente conservadora que nos aqueja, pondremos los puntos
centrales para nuestra agenda (…) Continuar con el proceso de construcción y
consolidación de una arquitectura institucional de género en el país.(...) Insistir en
propuestas modificatorias a la legislación de gobiernos regionales y municipios
para que incluyan las propuestas desde las mujeres. Básicamente insistimos en la
presencia de las organizaciones de mujeres en el Concejo de Coordinación Regional,
local, un espacio en la estructura regional para definir políticas de género y por
supuesto un mecanismo que garantice proyectos, programas y políticas para mujeres
y pueblos indígenas en los presupuestos participativos.
Esta nueva etapa de construcción de agendas comunes es una oportunidad que exige incor-
porar enfoques de derechos, género e interculturalidad, y es a través de los gobiernos locales
y regionales, que se deben implementar para lograr decisiones que adopten medidas para la
elaboración y aplicación de las políticas, pensando en la equidad, igualdad, sin ningún tipo
de exclusión ni discriminación.
Por lo tanto, se requiere de un acercamiento al enfoque de género, que significa que no sólo
se cumpla con la ley de cuotas para contar con el 30% de mujeres en las listas electorales,
sino que las mujeres participen en condiciones igualitarias en todos los espacios creados por
la descentralización. Que no se debe enmarcar su participación desde un aspecto normativo,
sino que la incorporación de la mujer debe darse en cada fase y dimensión del proceso de
descentralización y del desarrollo local y regional. Es decir, participar de la formulación y
discusión de los contenidos, propuestas programáticas y procesos políticos. Para que cada
ciudadano, ciudadana, asuman su rol, tomando en cuenta su vida cotidiana y su presencia en
la vida pública, bien como autoridad, como funcionario, funcionaria o beneficiaria.
Diana Miloslavich Túpac Coordinadora del Programa de Participación política y descentralización CMP Flora
Tristán. Articulo sobre Descentralización, 2002.
En este sentido, hablar de descentralización y del enfoque de género implica entender que la
realidad en nuestro país es diversa y que los procesos son desiguales. Es este espacio histórico
de los municipios rurales que Flora Tristán prioriza para transformar las posturas autoritarias
y concepciones de “cacicazgo”, “gamonalismo”, en formas de gestión de los espacios territo-
riales.
En estos municipios nos encontramos con mandatos y formas de gestión que son la extensión
y continuidad de la autoridad familiar que ejerce el hombre sobre su esposa, hijos e hijas,
creándose relaciones de poder vertical y de sometimiento a sus intereses y requerimientos.
Como dice Foucault:
el poder es una rejilla (una red) de coerciones disciplinarias que ejercen una
subyugación constante por medio de procesos continuos e ininterrumpidos
que someten nuestros cuerpos, gobiernan nuestros gestos, dictan nuestros
comportamientos, etc., constituyéndose en sujetos (en un doble sentido)” .
En ese sentido, el poder traspasa las dimensiones de la estructura social. Tiene que ver con
los roles que tenemos asignados socialmente, pasa por las clases sociales a la que uno per-
tenece, la etnia y raza de la que provienen, y —cómo añadido— por el hecho de ser mujer, el
posicionamiento social que existe, la vida domestica—privada y la vida pública.
La constatación de algunos hechos expuestos inicialmente en el plan de sistematización, co-
rroboran nuestra hipótesis central de que son las relaciones de poder existentes en nuestra
sociedad las que marcan el desarrollo de las acciones tanto al interior como fuera del muni-
cipio. La mirada de las mujeres desde su vida cotidiana y su desarrollo en la vida política, ha
estado inmersa entre estas relaciones de poder, vertical y de corte patriarcal. Sabemos que
el hecho de enfrentar una nueva situación —como es la vida pública— permite a las mujeres
empoderarse. Además que estas regidoras cambian no sólo para sí, sino que contribuyen a
desarrollar capacidades en otras mujeres de su comunidad.
Fucocut : Vigilar y castigar
Michael: Editorial siglo XXI, España, 1975—1996
“Desarrollo Humano y Desigualdades de Género” Versión realizada por Carmen de la Cruz. Abril 2007— Es-
cuela Virtual Desarrollo Humano PNUD.
Esta situación de desigualdad se evidencia cuando las mujeres van solamente de “relleno” o
incluso cuando el Jurado Nacional de Elecciones no invalida listas donde no se cumple con la
cuota de genero. O situaciones en que —de acuerdo a su interpretación— junta las cuotas de
genero y la de juventud en una sola generando un número significativo de regidoras jóvenes
en casi todas las provincias y distritos del Perú. Este último hecho puede verse como una gran
ventaja que, sin embargo, se convierte en una amenaza por la burla de la ley y la inexperien-
cia de las jóvenes. En ese sentido, Diana Miloslavich sostiene:
hecho otras regidoras—. Esta es la experiencia de mujeres como las regidoras ayacuchanas
que a través del concurso lograron implementar las Comisiones de la Mujer; de igual manera
en el Cusco les permitió incorporar los temas de violencia de género en la Demuna; o como
en Huancavelica que plantearon la incorporación de proyectos con enfoque de genero en el
Presupuesto Participativo.
El Acuerdo Nacional, en su décima primera política plantea la importancia de incorporar el
enfoque de género y la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en el proceso
de descentralización. La misma Ley Orgánica de Municipalidades y la Ley de Bases de la
Descentralización incorporan el enfoque de género; lo que todavía no se ha logrado es el
“cómo”. Los gobiernos regionales y locales incorporan en sus planes y programas aspectos
tan importantes como es la cuota de mujeres para la participación en los espacios de concer-
tación, como el Presupuesto Participativo, los Consejos de Coordinación Local u otras. Existen
varias experiencias donde se impulsa la cuota del 30% para mejorar la presencia de las
mujeres, pero aún son experiencias aisladas. Existen algunas exitosas, como es el caso de los
gobiernos regionales, que han ido creando los consejos regionales de la mujer y aprobando
los planes de igualdad de oportunidades. Si bien este año se aprobó la Ley de Igualdad de
Oportunidades, no podemos presentar resultados, porque todavía no se ha implementado.
Podemos decir que con anterioridad a esta ley ya existían algunas propuestas de lograr cam-
bios de equidad y esperamos que esta ley garantice la continuidad y sobre todo contribuya a
romper con las barreras que se tienen para lograr una igualdad y equidad a nivel nacional.
Pero más allá de las leyes y políticas nosotras consideramos que existen algunos impedimentos
más:
1. La falta de institucionalidad de las políticas de género, no permite cambios a favor de las
mujeres porque las nuevas autoridades no respetan los acuerdos anteriores.
2. La aplicabilidad de las políticas se hace muy dificultoso, porque los programas y proyec-
tos a favor de las mujeres, no siempre cuentan con presupuesto lo que hace inviable su
aplicación.
Por esta razón los proyectos que desarrollan
las regidoras muestran que, para poder rea-
lizar una propuesta debe tener presupuesto
municipal o de otra entidad, de lo contrario
siguen siendo un saludo a la bandera. Como
dice Úrsula Tunque:
El concurso es una herramienta que me
permite desarrollar una Idea Proyecto
de Genero. Pero el problema está en
que no tiene un respaldo económico de
parte de la municipalidad, lo que lo hace
inviable. Creo que debería tener además
un co financiamiento para que se haga
sostenible.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
Las mujeres —a pesar de todos los avances
en leyes y normas, acuerdos y convenios in-
ternacionales y nacionales— seguimos en desventaja en los espacios públicos, en especial en
aquellos que surgen de la representación política. Por nuestra condición de mujeres, es difícil
Los gobiernos locales, a partir de los últimos cambios en nuestro país, están considerados
como los espacios ideales de la participación ciudadana y los de mayor cercanía a los inte-
reses, necesidades y problemática de los ciudadanos y las ciudadanas. De acuerdo a la Ley
Orgánica de Municipalidades, los gobiernos locales son agentes y promotores del desarrollo,
son parte constitutiva y fundamental de los procesos democráticos que deben ser impulsados
y concertados entre autoridades, funcionarios, funcionarias y la ciudadanía. Las regidoras
deben cumplir un papel de fiscalización y deben ser parte de las Comisiones Permanentes del
Municipio, pero en la mayoría de los casos se las designan de manera arbitraria a las comi-
siones de atención de los Programas Sociales. Anita Camino señala:
Cuando recién inicie en la gestión, tenía miedo de cometer errores, miedo de hablar
de pedir las cosas, entonces sólo acepté calladita lo que me dijeron.
Si bien se habla de democracia interna y democracia participativa, sabemos que ésta toda-
vía sigue siendo limitada y desigual, en especial cuando hablamos de derechos de hombres
y mujeres. La participación de las mujeres, tanto en los espacios participativos como en los
espacios de decisión política, siguen siendo excluyentes.
Las organizaciones de mujeres llegaron a plantearse a la necesidad de participar en Los
Comités de Coordinación Local. Sin embargo las regidoras no tuvieron fuerza suficiente para
lograr incorporar la cuota de género como un paso elemental de la democracia participativa.
Otros espacios fueron los Comités de Gestión, en donde en algunos casos no se les permitió
participar ni a ellas ni a las organizaciones sociales de mujeres.
Úrsula Tunque reflexiona al respecto:
Ahora que dejé el municipio siento que he avanzado en términos de madurez,
de acertar las cosas, y sobre todo el carácter que uno debe mantener ante las
situaciones que son normadas y que se deben cumplir. Aprendí que todo tiene un
sustento legal, y social y que no se debe desligar para efectuar bien las cosas.
Y Vilma de la Cruz manifiesta:
Para mejorar la relación que se estaba sobrelimitando después de un año y medio tuve
que tomar la decisión de denunciar al Alcalde por abuso de autoridad y pedí garantías
personales por el constante maltrato psicológico que se generaba a nivel del Concejo.
La inclusión de “género” se ha convertido en una tema “espinoso” tanto para las autoridades
como para la población, porque sabemos que incorporar el enfoque de género en la plani-
ficación municipal significa que tenemos que incluir una propuesta de resolución de necesi-
dades, intereses de hombres y mujeres en las políticas públicas. Visibilizando sus aportes y
efectos tanto en la condición como posición de ellos y ellas, Katya Zamalloa manifiesta que
es fundamental, en su empoderamiento y crecimiento:
…les da seguridad, sobresalen, se valorizan y también sienten que están aportando
con algo bueno para su comunidad. Buscan reconocimiento y respeto (…) les permite
un crecimiento personal muy importante. Esto hace que rompan con sus relaciones
patriarcales.
La presencia de las mujeres, en especial en las municipalidades más pequeñas y alejadas de
la capital, es mínima. Los alcaldes no las dejan hablar, ellos son los dueños de la palabra en
las sesiones de Concejo, ellas toman la palabra, son maltratadas y no se les permite expresar
sus propuestas ni sus diferencias.
Anita Camino nos dice:
...en un momento no sabía cómo enfrentar a los hombres de mi municipio, pero
luego me di cuenta que si no me enfrentaba no iba poder seguir como regidora.
Y Vilma de la Cruz, sobre lo mismo señala:
Por ello recomiendo que las regidoras mujeres no nos dejemos intimidar, por el que
habla fuerte y tiene el poder, al igual que a ellos hemos sido elegidas por el pueblo y
nos debemos a ellos y ellas...
Cuando recién inician su gestión, de alguna manera todas expresan que “tenían miedo de
cometer errores, miedo de hablar, de pedir las cosas”. Estas actitudes son las más comunes
en las mujeres al llegar al poder, no saben como “lidiar”, en los medios públicos no sólo es
una situación de falta de experiencia, el tema es cultural, las mujeres no somos criadas para
asumir tareas en el mundo público, nuestro mundo es el doméstico, y es en este espacio que sí
tenemos capacidades para poder “lidiar“ y responder incluso en situaciones críticas.
Como no los manifiesta Eleodora Quispe:
Cuando mi esposo me abandonó luego que se enteró que iba a quedar inválida,
primero sufrí mucho, pero yo me puse muy fuerte, porque tenía que enfrentar la
nueva vida, sino como iban a quedar mis hijos (…) a pesar de esta invalidez yo dije
yo puedo salir y luchar por ésto tengo que ser una buena regidora que me reconozca
luego mi pueblo y mis hijos por mis tareas.
Ana Camino sostiene que al principio tenía miedo de hablar, porque sentía que iba ser cali-
ficada como tonta o, que se reían cuando el alcalde se mofaba de sus intervenciones. Esta
actitud (las risas) es humillante, sin embargo los regidores y funcionarios la consideran correc-
ta, porque los alcaldes son la máxima autoridad y pueden hacer uso de su poder como les
venga en gana.
Consideran que las mujeres deben seguir aportando, pero en sus casas, que el municipio es
“cuestión de hombres”. Las regidoras cuando asumen el mando, se encuentran con dificultades
para ejercer a cabalidad sus funciones. Cuando ganaron el concurso la primera objeción fue
que les iba a quitar tiempo para el cumplimiento de su mandato popular. Lo normal es que los
alcaldes impongan a las mujeres sólo tareas asistencialistas, que de otra forma vienen a ser
la continuidad de la tarea doméstica. Por otro lado, los movimientos políticos por los cuales
llegaron al poder, son de corte electoralista y tampoco las apoyaron cuando obtuvieron el
premio. Ellas se vieron obligadas a buscar otras alianzas en la comunidad para poder resol-
ver los problemas que tienen con la conducción del proyecto.
Fue necesario que el concurso se respalde con la orientación de una promotora de Flora Tris-
tán, permitiendo dar un seguimiento y acompañamiento más estructurado, técnico y político a
los proyectos ganadores. Sin este apoyo ellas sentían que podían fracasar:
... sentí que debía hacerle un acompañamiento más cercano para demostrar lo capaz
que eran y que sí podía salir adelante”, señala Élida Ramírez.
Para que ellas puedan ser reconocidas tienen que buscar nuevas formas de hacer política:
... yo tenía que sensibilizar primero a los regidores para que me apoyen en las
mociones que presentaba, uno por uno ir y hablar para que me apoyen (…) Sin
embargo para que ellos voten por mociones de los mismos regidores, sólo bastaba
una cerveza recuerda Úrsula Tunque.
Asegurar la igualdad de oportunidades en el acceso al poder y la toma de decisiones es muy
difícil sino existe una institucionalidad partidaria, es decir si las mujeres no tienen un partido
que las siga capacitando, interesándose por sus propuestas y realizando denuncias cuando
son maltratadas y vapuleadas.
Muchas veces las mujeres se abstienen de participar en política porque su vida personal pudie-
ra ser utilizado como argumento para denigrar su participación; hecho que casi no sucede con
los hombres porque a ellos se les critica más de los actos en su vida política. Esta situación afec-
ta a las mujeres en sus relaciones con los varones de la municipalidad. Anita Camino decía:
...a ella no le faltaban el respeto porque siempre su esposo estuvo acompañándola”
Sin embargo Eleuteria nos dice que:
...para ella fue difícil, porque el abandono de su marido fue un tema que fue mal
utilizado en mi carrera política.
Una barrera intercultural muy fuerte para estas regidoras durante su gestión, fue su condición
de campesinas y de quechuahablantes. En los últimos años cuando los grupos de poder “ga-
monales” abandonan el campo y surgen los grupos de nuevos “ricos”, cambian las formas de
elecciones y las mujeres indígenas se colocan en nueva posición. Si ellas han ido a la escuela y
han logrado cierta presencia en su localidad se convierten en potenciales candidatas para las
elecciones, sin embargo cuando llegan al municipio, no les permiten expresarse en su lengua:
“Nos avergüenzan porque tenemos otra forma de vestir y hablar. dice Anita Camino
y Eleuterio Quispe manifiesta: ...siempre me sacaron en cara que era chola.
La participación en espacios de toma de decisiones, así como de acceso y control de recursos
es un elemento sustancial para el desarrollo de políticas de equidad o de igualdad de opor-
tunidades. A pesar de contar con una Ley de Igualad de Oportunidades, éstas siguen siendo
inalcanzable para las mujeres de las zonas rurales, porque no la conocen y porque las autori-
dades se niegan a considerarles como importantes para el desarrollo en sus comunidades.
El equipo de Flora Tristán tiene que hacer su intervención en espacios municipales de corte ma-
chistas y patriarcales que no permiten que las mujeres se inserten a un proceso político. Es más,
no aceptan que ellas tengan capacidades para desarrollar un proyecto. Cuando ellas ganan los
premios, la sorpresa es muy grande, no se acepta de buena voluntad que una regidora gane un
premio para manejar un fondo que le permita desarrollar un proyecto.
Eleodora Quispe:
que cuando en su municipio supieron de la noticia no le hicieron saber, fue la
señorita de SISAY que me comunicó, porque de Flora Tristán llamaron por teléfono,
fue así que me enteré. Ésto nos demuestra cómo las mujeres tienen muy pocos
aliados en el proceso de construcción de su vida política.
En la misma línea nos comenta Katia Zamalloa, integrante del equipo de Flora Tristán:
...se recibe la noticia con un poco de celo, no son muy bien decepcionadas; muy
pocos son los alcaldes que manifiestan alegría o satisfacción y lo ven como un triunfo
municipal.
Los triunfos de las mujeres, como vemos, no son considerados como triunfos institucionales. El
apoyo como dice Katia Zamalloa en muy poco. Es más Úrsula Tunque:
Personalmente, tuve problemas porque son lo varones que levantaron malas
interpretaciones. Cosas como que “me aproveché el nombre de la comunidad para
sacar un proyecto” y que va a ser en beneficio mío y no de las demás, etc.
Esta poca credibilidad a la palabra de las mujeres, haciéndolas sentir elementos de segundo
orden, es otro comportamiento que denominamos “natural”. Y nuevamente nos encontramos
con que, en el ámbito municipal, las mujeres somos consideradas como hijas, madres, esposas
que tenemos que demostrar que no estamos inventando situaciones.
A partir del concurso las regidoras empiezan a tener ciertas actitudes a favor y otras en contra
de los varones, como también de algunas mujeres. Eleuteria Quispe manifiesta que:
...el regidor de mi bancada se reía y pensaba que yo sin pierna y sin conocimientos,
que iba a fracasar con el proyecto, inicialmente se me niega el local y las facilidades.
Esta situación se repite de distintas maneras pero es constante en varios distritos.
En un inicio, el concurso no se convierte en un halago, ni en un triunfo para las ganadoras,
sinó en una carga: primero envidia, luego celos, lo que hizo que tengan muy poco apoyo,
sobre todo reconocimiento. Quienes empiezan a reconocer su aporte son las propias mujeres
de la organización con quienes se desarrolla el proyecto. En el caso de los proyectos que el
beneficiario directo era el municipio (por ejemplo la conformación de las DEMUNAS o imple-
mentación de políticas a favor de las mujeres), es donde encontrarán mayores dificultades:
los funcionarios les ponen obstáculos para conseguir los documentos y los regidores no las
apoyan en sus mociones para la aprobación de las ordenanzas.
En principio, el municipio debe contribuir a incrementar el desarrollo de capacidades de las
mujeres para participar en la toma de decisiones y en los puestos directivos. Como esto no
ocurre, Flora Tristán contribuye a incorporar nuevos mecanismos de participación política a
través de la oportunidad que les otorga los proyectos auspiciados por el concurso y a partir
de esta nueva experiencia busca también nuevas formas de intervenir. Porque como parte del
proyecto está también la capacitación. Ya que deben existir capacitaciones relacionadas a
los temas de género. Si bien en algunos casos son proyectos de generación de ingresos, ellas
buscan alianzas con otras instituciones para realizar estas actividades. Diana Párraga cuando
visitó Congalla en Huancavelica, cuenta:
La Regidora, una mujer humilde sin embargo con unas capacidades increíbles,
logró colocar el proyecto como aval para que el Alcalde a través del Presupuesto
Participativo se comprometa a concluir la Casa de la Mujer e implementarla para que
las mujeres a través del proyecto puedan cumplir con el objetivo de elaborar pan y
tejer chullos (gorros) de la zona. Esta alianza con el alcalde permitió que el proyecto
tenga un impacto en la comunidad.
Y este año cuando visité la comunidad de Congalla para dejar el premio de una de las gana-
doras, la presidenta de una organización popular, encontré que las mujeres artesanas y las
que elaboran el pan y los chullos, continúan ahora ya como una micro empresa de servicios y
la casa de la mujer es un espacio conquistado por las mujeres. La sostenibilidad de los proyec-
tos es una garantía porque las mujeres consideran que este es un espacio para organizarse,
formalizarse y poder compartir sus proyectos. Las ex regidoras regresan a sus organizaciones
sociales con otras expectativas para ellas y las mujeres de la comunidad.
Por otro lado el proyecto permite que las regidoras continúen articuladas a las redes de mu-
jeres y organizaciones populares, mejorando así su presencia y participación en espacios de
decisión y con posibilidades de aportar para transformar las políticas locales. Porque la pro-
puesta de Flora Tristán no es sólo que tengan un proyecto productivo, sino que a través de éste
se logre sensibilizar y capacitar a las mujeres en el fortalecimiento de sus capacidades y el em-
poderamiento para una toma de conciencia sobre la situación de exclusión y discriminación.
Los resultados han sido muy favorables porque de las 481 regidoras que han participado 90
han sido ganadoras durante los diez años de concurso.
Flora Tristán como organización feminista considera que hay que impartir un “nuevo” estilo
de estar en y de hacer política. Ha enriquecido el concepto de “lo político”, en el entendido
que éste no es neutro. Las mujeres han actuado de manera permanente en el desarrollo y no
siempre ha sido desde posiciones de poder o de toma de decisiones, por lo que se han invisi-
bilizado. De ahí la importancia de articular a las mujeres que están en el poder, para lograr
políticas de equidad o de igualdad de oportunidades. Creando condiciones para que éstas
puedan seguir avanzando a pesar de los límites impuestos por los estilos, formas y presencia
política.
Las mujeres saben cómo enfrentar una nueva situación, ellas han demostrado que con pocos
conocimientos sobre sus derechos son capaces de revertir algunas situaciones de poder; pero
también son concientes que mientras estos hechos sean aislados, se consiguen logros de muy
corto plazo. Consideran que las regidoras deberían estar en escuelas políticas y que los
partidos deberían respaldar sus trabajo para poder tener logros significativos en las políticas
públicas.
Otra observación que sostenemos es que la poca institucionalidad existente en las políticas
locales, generan que éstas se conviertan en efímeras y que no respondan a las necesidades
permanentes de hombres y mujeres de una comunidad. De lo contrario no se explica que aho-
ra se estén cerrando programas a favor de las mujeres o que aún continúen funcionando sin
presupuestos adecuados, como es el caso de los programas de violencia familiar.
Sabemos que los partidos están en la obligación de incorporar a sus militantes mujeres en
espacios intermedios de decisión como en los espacios de alto nivel al interior del partido.
Además deben generar mecanismos para que las mujeres puedan ejercer cargos públicos;
porque si siguen “invitando” mujeres, sin tomar en cuenta sus militantes para las listas, no se
construye partido ni se logra incorporar el enfoque de género. Además que los partidos se
construyen con la presencia de todas las mujeres y hombres de base, a los cuales se debe pro-
mocionar y no apelar sólo a los invitados. Mantener ésta actitud contribuye a que los partidos
no se consoliden y seguimos favoreciendo a los grupos electoreros que finalmente son flor de
un día y que no garantizan propuestas políticas sólidas ni procesos de mayores posibilidades
en trabajo.
Por esta situación al interior de los partidos y a pesar de la existencia de la cuota podemos
darnos cuenta como todavía seguimos en desventaja para acceder a cargos de gobierno en
escala local.
Queda entonces como un aprendizaje de las mujeres que para incursionar en política no
basta estar en la lista, ocupar un espacio en el municipio, sino que ellas deben de pelear su
espacio. El reconocimiento es una conquista, por ello no sólo deben hacer bien las cosas,
sino mostrar y demostrar que hacen bien las cosas. Además que a partir de una intervención
publica, las mujeres ya no vuelven a ser las mismas. Su empoderamiento les permite sobre-
pasar los límites que nos han establecido como mujeres en la sociedad. Por ser de zonas tan
alejadas y de municipios tan pobres, realmente no sólo son significativos los aprendizajes, sino
sorprendentes: sin recursos, sin tener mayores conocimientos técnicos, ellas logran imponer su
presencia y obtener seguridad y posicionamiento en sus comunidades. Las mujeres que han
compartido el poder saben que continuarán realizando acciones a favor de otras mujeres, en
cualquier otro espacio que incursionen y cimentarán las bases para que otras mujeres puedan
seguir por la misma ruta.
Desde mi mirada, estas mujeres sin saber qué es el enfoque de género, sin conocer que existen
movimientos por la defensa de sus derechos, instintivamente, luchan por salir de la dominación
patriarcal y machista, se enfrentan a estas situaciones. Y más de las veces salen airosas,
Cuando conversaba con ellas sentí que eran feministas en potencia, sabían que para salir de
la pobreza y de la situación de ser elementos de segundo orden había que estar organizadas,
formalizadas y tener fuerza para luchar.
La igualad esquiva, Una mirada de Genero a las elecciones Generales 2006. Ágora Democrática— IDEA y
Transparencia. Agosto 2007
La comunidad, como espacio de vida, es lo más importante. Alli se reproducen los compor-
tamientos culturales donde se van a afianzar las relaciones de hombres y mujeres. Es ahí en
donde se combinan los saberes y sentires de las personas con las normas establecidas, ya
sean las consuetudinarias o las establecidas por el sistema imperante.
A partir de las costumbres se construyen los imaginarios para hombres y mujeres y la forma
en que éstas van a ser determinantes en el desarrollo político de las mujeres. Sabemos que
uno de los problemas que aún tenemos las mujeres en las comunidades quechuas —de donde
proviene nuestra experiencia—, es que no se puede participar públicamente, porque según
las costumbres, son los jefes de familia quienes llevan el acuerdo familiar a las asambleas
comunales. Esta costumbre se repite en muchas comunidades y las mujeres aceptan este com-
portamiento como natural y normal. No es fácil romper estas estructuras de dominación –que
son fuertes— porque no sólo nos enfrentamos a su cultura, sino a otros grupos piensan que
cambiar las “costumbres” en las comunidades es romper con la identidad cultural de los pue-
blos ancestrales.
Sin embargo cuando las mujeres reciben capacitaciones sobre derechos civiles, políticos y
económicos, ellas inmediatamente reconocen su condición de desigualdad, Lo que genera
que ellas reclamen con justa razón su derecho a participar en igualdad de condiciones. Ante
esto la actitud de los hombres de la comunidad es recurrir a la acusación de que estamos en
contra de la cultura y que queremos “manejar” la vida de las mujeres.
El trabajo voluntario que asumen las mujeres en la vida de la comunidad es una de las tareas
más importantes que desarrollan. Ellas efectúan las mismas tareas que los varones, y —además
de su responsabilidad doméstica— asumen las mismas tareas que los hombres en el campo,
especialmente en la agricultura, en el pastoreo, sin embargo al momento de tomar decisiones,
ellas no son consideradas. Anita Camino dice:
El reconocimiento se da cuando nos ven que trabajamos sin pago y cuando hacemos
lo que ellos quieren, pero si hacemos trabajo por nuestra cuenta eso no vale así lo
vean que es bueno.
Es el marido o el hombre mayor de la casa quien tomará la decisión por todas las mujeres de
la familia. Cuando las mujeres asumen cargos y empiezan a tener liderazgo y se hace notorio
en la comunidad, ahí vemos las relaciones de poder que revisamos líneas arriba. Se les quiere
conminar a que regresen a sus tareas domesticas. Las mujeres que dedican un tiempo a su
liderazgo en la comunidad son cuestionadas porque “abandonan” las tareas domésticas o al
esposo. Se le tilda de “ociosa”, que van a buscar marido fuera de la casa, etc. Estos conceptos
están variando en algunas zonas del país, pero el machismo marcado de las comunidades
rurales hace que esta forma de mirar la participación pública de las mujeres siga siendo una
dificultad que se convierte en una barrera.
Lograr la Ley de Cuotas en las elecciones municipales y cumplir con este mandato fue muy
difícil en algunos lugares, porque difícil es que acepten que las mujeres tengan acceso a esos
espacios. Razón por la que las mujeres una vez que llegan al municipio son maltratadas y
tratadas como si fueran sus esposas o hijas.
Sabemos que el proceso de la descentralización ha contribuido para que las mujeres de
organizaciones sociales puedan iniciar acciones más allá de sus tareas institucionales. La le-
gislación de los programas que reglamenta la entrega de alimentos a través de los gobiernos
locales —como el Vaso de Leche y Comedores Populares—, ha permitido la movilización de las
mujeres más pobres constituyendo estas organizaciones un referente a nivel nacional. Sobre
las líderesas de estas organizaciones ponen su mirada los partidos, para ser cooptadas a sus
listas partidarias. El objetivo central es obtener los votos de sus bases, sin interesarles la par-
ticipación política de las mujeres. En algunos casos los partidos se enfrentan duramente para
poder obtener la representación de estas lideresas
El paso de las mujeres de su organización social al municipio conlleve serias dificultades para
que puedan insertarse en la política local. Una de las desventajas es su poco conocimiento
de la gestión pública, los alcances de las leyes —de lo que se aprovechan los varones para
tildarlas de incapaces—. La no intermediación de los partidos en estos casos va a seguir difi-
cultando este proceso de inserción.
En Ayacucho y Huancavelica, las mujeres han tenido presencia significativa en los frentes de
autodefensa y las asociaciones de desaparecidos, en los últimos años. Desde estos espacios
impulsan y garantizan un trabajo sostenido de concertación y de confrontación con el Estado y
organismos nacionales e internacionales. Esta nueva forma de participar les da nuevos elemen-
tos para cuando alguna de ellas llegue al gobierno local. Todo lo cual es importante porque
aprenden a negociar y participar, lo que contribuye a la formación de lideresas.
Muchas de las regidoras son parte de estas organizaciones sociales, incluso las de municipios
rurales. Estas organizaciones de mujeres han tenido por años a dirigentes que han sido capa-
ces de enfrentar las situaciones más difíciles, no solo económicas, sino las de enfrentamiento
con los grupos alzados en armas y la prepotencia militar. Las mujeres y hombres que no aban-
donaron la zona de residencia tuvieron que organizarse para poderlos enfrentar de manera
conjunta y preservar sus espacios de existencia.
Las regidoras en sus municipios son obligadas a participar como fiscalizadoras del Programa
del Vaso de Leche y del Comité de Gestión, sin embargo:
...los funcionarios, no nos permiten fiscalizar, lo que pretenden es que nosotras
realicemos actividades como celebración del día de la navidad, día de la madre,
del padre, con las mujeres de estos programas y a fiscalización quieren que sólo
firmemos los papeles. Lo que ellos sí quieren es utilizarnos para que salgamos
apoyarlos en las marchas a su favor sin previo debate en igualdad de condiciones
cuando las regidoras se oponen a esta utilización, ellos inmediatamente las censuran en las
sesiones del concejo.
Por otro lado, las autoridades varones usan métodos vedados para sacar de la carrera política
a las regidoras. Sin embargo en los últimos años ya no se permite tan libremente que se retire
a una persona de su cargo solo porque el alcalde lo dice, tienen que haber documentos que
respalden estas acusaciones; además que las regidoras en su mayoría han ganado respeto en
sus gestiones porque han demostrado honradez en el uso de los fondos municipales.
Su presencia en las municipalidades ha ayudado a que las mujeres hablen en voz alta en
diferentes ámbitos sociales de la comunidad, ahora son reconocidas en espacios como los
Presupuestos Participativos o los Consejos de Coordinación Local, en los Comités de Gestión.
Las regidoras han jugado un papel muy importante, porque en algunos municipios han solici-
tado la incorporación de las mujeres en estos nuevos procesos.
Han logrado Ordenanzas Municipales en las zonas donde se lleva acabo la experiencia de
estas propuestas. Nos comenta Élida Ramírez de SISAY:
...los alcaldes no consideran importante la presencia de las mujeres porque basta con
la voz del marido, además no quieren reconocer su presencia en las asociaciones de
mujeres que son tan frecuentes en Huancavelica
Esto nos da una idea de cómo son las autoridades y cómo se oponen a determinados cambios.
Sin embargo existen también alcaldes que consideran importante para su gestión incorporar
las demandas de las mujeres. Sucedió con el alcalde de Congalla, el 2005, quien se compro-
metió a que uno de los proyectos del Presupuesto Participativo sea a favor de las mujeres permi-
tiendo la implementación de un local que hoy
es un centro de capacitación de las mujeres
de la zona.
En el caso de las asociaciones mixtas la si-
tuación es parecida. Teniendo en cuenta que
en la cultura quechua a la que pertenecen
Cusco, Huancavelica y Ayacucho, ances-
tralmente las mujeres no participan en las
asambleas comunales con voto sino con voz
y a pesar que en los trabajos comunales
ellas trabajan igual que los compañeros, sin
embargo se les paga medio jornal. Por esta
razón la propuesta de proyecto de Anita Ca-
mino fue para romper con una estructura de
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx poder comunal que era difícil de modificar.
Ella dice:
...las mujeres hemos sido marginadas en las comunidades, porque en los estatutos
está establecido por años cómo debe ser nuestro pago por el trabajo comunal, los
hombres son machistas no aceptan cambios, pero sucede cuando no hablamos y
aceptamos calladitas, ahora esto ha cambiado.
El proyecto de Anita consistió en lograr que los estatutos de comunidades puedan cambiar las con-
diciones de las mujeres pese a la resistencia de los comuneros, Katia Zamalloa refiere:
En San Pedro, por ejemplo, las mujeres de la comunidad no habían tenido
oportunidad de reflexionar sobre temas de género que tocamos y fue muy valioso. Un
gran reconocimiento y respeto a Anita(…) incluso los presidentes comunales que no
…molestia haber ganado, si ella hubiera sabido que esto le iba a traer más trabajo,
hubiera renunciado al premio.
Otra regidora de Ayacucho, manifestó:
Yo, no me presento al concurso porque, no saco nada, el premio finalmente iba en
provecho de otras.
A modo de conclusión podemos decir que las mujeres han logrado conquistar sus espacios en la
comunidad por el trabajo voluntario que han realizado por años. Con el proceso de descentrali-
zación ellas han ido conquistando espacios. Ahora ellas pueden llegar a ser elegidas, capaces de
poder lograr conquistas para otras mujeres exigen sus derechos y pueden competir en los espacios
políticos. Las condiciones desiguales en las que se construyen los comportamientos sociales se con-
vierten en barreras que ellas tratan de romper. Si las mujeres pertenecen a una organización y están
en contacto directo con ésta, cuando terminen su gestión, fácilmente pueden regresar a sus espacios
con mayor reconocimiento para dirigir aquella organización.
El concurso finalmente las ayudó a posicionarse en los espacios locales y les ha permitido
demostrar que pueden sostener una propuesta más allá del proyecto, porque, haciendo un
recorrido de todas las otras experiencias, son muy pocas las que no logran tener sostenibi-
lidad. Continúan los proyectos productivos, en el caso de los proyectos relacionados con la
participación política son menos visibles los cambios a corto plazo, sin embargo debemos re-
conocer que existen algunos cambios en las organizaciones comunales impulsadas por estas
mujeres, generándose relaciones de poder menos desiguales. Ahora en las juntas directivas,
en las mesas de concertación, existe la presencia de mujeres que nos ayudan a comprender
que las relaciones de poder en las comunidades están cambiando.
Son pocas las mujeres que pueden hablar del comportamiento vertical o de relaciones ho-
rizontales. La familia es una de las instituciones de la sociedad andina que tiene jerarquía
vertical; casi no ha sido modificada y es a la que se somete el conjunto de sus componentes.
Esta es la primera barrera a enfrentar por la mujer que quiera realizar activad política y social.
Anita Camino sostiene:
logré los cambios en los estatutos de la comunidad porque mi esposo estuvo de mi
lado.
Si bien Anita logró posesionarse, las familias no se lo reconocen por sus propios méritos, sino
que reconocen la autoridad de su esposo y si bien este comportamiento ayuda a que en la
vida pública las mujeres asuman responsabilidades, todavía consideramos que éste se con-
vierte en obstáculo para el trabajo libre de las mujeres y para el ejercicio de los derechos de
ciudadanía.
Sin duda, tales desigualdades pueden ser profundizadas por políticas y programas de desa-
rrollo que las invisibilizan, las ignoran o lo que es peor aún, las desnaturalizan. Esto significa
que las cuestiones de género no son tomadas en cuenta y que las jerarquías tradicionales en-
tre los sexos no son consideradas; de esta forma, las mujeres serán probablemente ignoradas
y su posición social será aún más precaria.
Norma Breña nos dice que para ella fue terrible moverse en un mundo de hombres porque,
como era soltera, en algunas oportunidades la acosaban, pero ella era conciente que esto
servía para desprestigiarla en la familia y en la comunidad:
...mi comportamiento tenía que ser impecable para evitar que ellos tuvieran motivos
para hablar mal de mi persona.
La presencia de los hijos e hijas es muy difícil de llevar si no se cuenta con el acompañamiento
del esposo. Anita, dice que mientras ella ejerció su labor de regidora, en su casa fue su esposo
quien colaboró con la responsabilidad doméstica, esto le permitió estar casi a tiempo comple-
to en sus tareas como regidora. En el caso de Eleodora tuvo apoyo de sus hijos pero la falta
de su esposo en casa se notaba porque tenía que hacer doble esfuerzo. Vilma de la Cruz que
también era soltera, afirma:
yo estuve soltera casi toda la gestión, esto me permitió estar en el municipio a tiempo
completo, fue al final que tuve un compromiso que se involucró y me ayudó mucho.
La violencia doméstica es un aspecto de la vida familiar que se manifiesta en el maltrato
físico y sicológico a las mujeres, niños y niñas. En las zonas andinas los porcentajes son muy
elevados; se conoce que muchas dirigentes, por hacer su trabajo en sus organizaciones, son
maltratadas e incluso algunas regidoras manifiestaron maltrato. En el caso de las regidoras
del concurso, afirman conocer sus derechos y lo que hacen es más bien capacitar a todas
para que asuman sus derechos y de esa manera contribuyan con el desarrollo.
La violencia en el caso de mujeres que realizan vida política es más sutil. Los hombres utilizan
otros mecanismos para poder hacer sentir su poder. Cerrarles la puerta con llave o no aceptar
que salgan con un determinado atuendo, son formas de ejercer violencia. Existen estadísticas
sobre este tipo de violencias; aún ésta no es penada; pero produce mucho daño a las mujeres
que quieren dedicarse a la vida política y social. A Eleodora la abandonó su marido porque
seguramente ésta fue una manera de protestar porque ella ya no era la mujer sumisa. Úrsula
a pesar de contar con su esposo, nunca habla de él.
Por otro lado, la iglesia ha fortalecido este tipo de familia jerárquica, donde es el hombre
quien toma las decisiones por los integrantes de la familia. La mujer, los hijos e hijas deben
obediencia y respeto absoluto. En los alimentos —desde el modo de cómo se sirve la comida—
el hombre tiene el derecho a la mejor presa y los hijos hombres son servidos en igual forma.
Nadie reconoce el trabajo de las mujeres en el hogar. Ellas son las que se sacrifican y tienen
la carga como obligación y si se sale de estos cánones son juzgadas cruelmente, incluso por
las propias mujeres conservadoras.
Las regidoras durante su gestión fueron víctimas de esta violencia en forma permanente: aban-
dono del marido, soledad en el proceso de enfrentar nuevas experiencias y aprendizajes,
calumnias, intrigas, etc.
Debemos de resaltar que las regidoras siempre tienen que estar demostrando su fidelidad y
su honor al interior de la familia. La presencia de un hombre con varias mujeres no es cues-
tionado y hasta es visto normal por la sociedad local. Por el contrario, una mujer con más de
un hombre, generalmente es mal vista, tratada como una mala mujer, un mal ejemplo para la
familia y algunas veces incluso comparada con las prostitutas.
La democratización, que en general se piensa sólo en el ámbito público y para las relaciones
políticas, tiene el desafío de extender las responsabilidades del Estado garantizando el ejerci-
cio de derechos para todos y cada uno de los miembros de la familia, y asímgarantizar que no
haya relaciones de explotación, subordinación, violencia o abuso al interior de las familias.
Reflexiones finales
Cuando miramos los resultados del concurso nos damos cuenta que nos ha servido para
descubrir a las mujeres como autoridades. En esta nueva etapa que empiezan a cumplir, las
vemos como mujeres, como políticas y liderezas.
Miloslavich nos dice que después de 10 años de concurso hay experiencias demostrables
que los proyectos que tuvieron mayor vínculo con la municipalidad tienen mayor posibilidad
de sostenibilidad y de ser exitosos
En los años 90 cuando se inicia el concurso —que coincide con la dación de la ley de cuo-
tas— existían grupos de poder que tenían resistencia a la cuota de género. Esto nos permite
demostrar que las mujeres que llegaron al poder, sí sabían lo que hacían y que sí les interesa-
ba la política y tenían ideas al respecto, por lo que apostamos a que aquellas que ya estaban
involucradas, lo que había que hacer era mejorar su nivel de participación.
Si bien el proceso de los concursos que convoca Flora Tristán ha permitido desarrollar ca-
pacidades en gestión. Es importante subrayar que ha abierto un espacio importante para las
mujeres en su condición de autoridades para que ejerciten el derecho a enfrentarse con nue-
vos retos, como es la toma de decisiones, enfrentarse a una cultura del poder de arriba hacia
abajo donde las mujeres no están presentes
en la cuota de poder.
A través de la actuación de las regidoras se
constata que las relaciones de poder siguen
siendo patriarcales. Éstas siguen siendo las
que predominan en la cultura de nuestros
pueblos y agudizan las contradicciones en
el espacio político. Se puede constatar lo
que las feministas manifiestan; que para que
las mujeres estén en el poder tienen que rom-
per barreras a fin de ejercer su derecho de
participación en los espacios de decisión. Y
que no sólo es romper con estructuras de po-
der al interior de la gestión sino que tienen
que luchar contra las barreras culturales que
existen en sus pueblos; que tienen que enfren- Clausura taller de capacitación
tarse a la sociedad para salir de los espacios
privados, conquistar los espacios públicos y hacer que se acepte que esos espacios también
les pertenecen.
La falta de institucionalidad de las políticas de género en nuestro país es una constante, las
regidoras han tenido que enfrentarla. Al ocupar un espacio en la municipalidad, se han encon-
trado con presupuestos irrisorios para los programas sociales, poca importancia del trabajo
en las DEMUNAS. Ellas han contribuido a que se visibilicen estos problemas en la comunidad
y han tenido que enfrentarse para cambiar la actitud del clientelaje por la participación y el
derecho a ejercer su ciudadanía.
La poca credibilidad que tiene el trabajo de las mujeres fuera de la esfera familiar, es otro reto
que tuvieron que afrontar, y por ultimo tener que estar permanentemente demostrando que
son capaces de realizar acciones tan igual o mejor que los varones. Sin embargo, han tenido
que buscar la calificación de los varones de la comunidad —lo que todavía es un obstáculo,
por cierto— para ser aceptadas en espacios que han sido construidos como exclusividad de
ellos. Ha sido un logro tener que ser aceptadas como autoridades en todos los espacios co-
munales.
Me parece valioso reflexionar el cómo las mujeres llegan a representar a sus organizaciones
—que en el imaginario de las comunidades no estaban previstas— y que ellas lleguen a ejercer
el poder en los espacios de decisión política local.
En el caso de la experiencia de las concursantes tuvieron que enfrentar la idiosincrasia de su
comunidad y debieron romper las barreras de las relaciones de poder, para acceder a esos
espacios, demostrando su capacidad para gobernar.
El éxito del concurso no está sólo en que las mujeres participen y ganen un premio, sino como
éste las lleva a demostrar que son capaces de gestionar. Este premio las afianza como lidere-
zas para realizar una buena gestión, contribuyendo para que otras mujeres, junto a ellas, se
empoderen y puedan lograr espacios de asociatividad y así mejorar sus condiciones de vida.
Flora Tristán apuesta por la participación política de las mujeres y creemos que no se equivo-
ca, por el contrario contribuyó para que las mujeres no sólo realicen una gestión ligada a los
programas alimentarios, sino que dieron el salto cualitativo y pudieron gestionar un proyecto
y presentar propuestas que luego articularon a los procesos de descentralización como son
los Presupuestos Participativos.
Concluimos EN que las regidoras impulsaron políticas de género al interior de los municipios
y participaron en otros espacios creados por la descentralización, como, el presupuesto par-
ticipativo. Ellas se empoderaron y lograron cambios en sus vidas, lo que nos hace ver que
no volverán a ser las mismas, porque ahora conocen y saben de sus derechos, tanto dentro
del gobierno local, en las organizaciones comunales, así como en su familia, convirtiéndose
en mujeres corajudas capaces de presentar un nuevo perfil de la mujer política de las zonas
rurales de nuestro país. Sin embargo, para que las mujeres perseveren en su trabajo, hay que
tener en cuenta lo que dice Diana Miloslavich:
...no me atrevería a decir que se han modificado las estructuras, lo que sí han
logrado las regidoras y alcaldesas participantes del concurso es democratizar el
municipio y han complejizado la mirada del desarrollo ampliando su visión.
Es importante concluir que las regidoras que participaron del concurso saben que ahora no
pueden seguir actuando sin propuestas. Tienen el convencimiento de que hacer política signi-
fica presentar planes, programas a favor de las mujeres, contar con una agenda. Ir con pro-
puestas para que ganen el derecho a intervenir políticamente y no las incluyan como “relleno”
en las listas electorales. Es importante internalizar la idea de la construcción de un partido po-
lítico que garantice a su interior el ejercicio de mando en todas sus instancias tal que garantice
en su actividad externa espacios de discusión sobre la equidad e igualdad de género.
Los partidos políticos deben asumir la responsabilidad de crecer y ser sostenibles en el tiempo,
más allá de los procesos electorales. Deben implementar herramientas a su interior —como la
comisión de la mujer, trabajo autónomo de las mujeres, etc.— para que las mujeres se incorpo-
ren a sus organizaciones y den un salto cualitativo en su actividad política y social.
Visto globalmente, la política nacional, podemos decir que la presencia de mujeres regidoras
se ha debido a que el movimiento feminista encabezado por Flora Tristán y otras organizacio-
nes han logrado una legislación favorable a las mujeres. Creemos que la Ley de Cuotas ha
permitido una presencia progresiva de las mujeres en los espacios locales de poder; todavía
no masiva pero sí significativa. Esta ganancia ha sido mucho más beneficiosa para las mujeres
de los sectores más apartados y donde la presencia del Estado es casi nula. Ahí en donde el
municipio es quien imparte las políticas locales es donde las mujeres han logrado incorporar-
se. Este año ha sido uno de los más importantes para el movimiento, porque se ha logrado la
Ley de Igualdad de Oportunidades, que se convierte en una de las mejores herramientas para
cambiar las condiciones de inequidad de las mujeres de nuestro país.
Otra conclusión a la que arribamos es que el proceso de descentralización se convirtió en
una oportunidad para que Flora Tristán impulse a las autoridades mujeres empoderándolas y
desde estos espacios generar políticas a favor de las mujeres realizando gestiones eficientes
y eficaces.
Los montos del premio no fueron muy grandes, sin embargo fueron suficientes para generar un
impulso para que las mujeres puedan llevar adelante su proyecto.
El concurso les ha permitido cumplir con la ejecución de su proyecto y las ha posicionado po-
líticamente en su comunidad y ante las organizaciones sociales. Se han empoderado, porque
han perdido el miedo a hablar y han sido capaces de enfrentarse a los regidores para que las
respeten y sean vistas como madres y como mujeres capaces de dirigir un proyecto que tiene
resultados y conllevan a mejorar la presencia de las mujeres en sus comunidades.
Considero que es importante valorar cómo las mujeres que entran en el espacio político —a pe-
sar que continúan realizando su tarea doméstica— empiezan a ser consideradas en su condición
de mujer autónoma, desarrollando nuevas formas de construir familias, con criterios horizontales,
democráticos. Sus hijas e hijos las convierten en un referente para una vida diferente.
También podemos dar cuenta de que los hombres que se encuentran ejerciendo cargos de
poder político todavía no se acostumbran a compartirlo con las mujeres. Éstas siguen siendo
consideradas ajenas a ese espacios.
Los hombres sienten que pierden autoridad en sus casas y en la comunidad cuando tienen
que aceptar la presencia de las mujeres en igualdad de condiciones que el poder que ellos
ejercen no deberia ser refutado por las mujeres. Es un asunto que todavía no ha sido cuestio-
nado. Su comportamiento de patriarcas al interior de las municipalidades y sigue permitido y
aceptado. Los alcaldes en su mayoría son caudillos que no realizan trabajo mancomunado,
sino toman decisiones unilaterales, con mayor oposición si se trata de propuestas hechas por
mujeres. En otras palabras, las estructuras de poder siguen intactas y en lo que se ha avanza-
do es en democratizar los gobiernos locales y regionales.
La descentralización en nuestro país contribuyó a que las mujeres puedan estar presentes
en cargos de poder y se empiecen a generar propuestas a favor de ellas. Los alcaldes que
contribuyeron con el proyecto cofinanciado por el Presupuesto Participativo, han generado
proyectos sostenibles y han garantizado su éxito. Además, han permitido que las regidoras se
articulen con sus organizaciones sociales. La descentralización —si bien es un proceso nuevo
en nuestro país—, ha permitido la participación ciudadana; sin embargo debemos decir que
no se convierte en una garantía para la participación de las mujeres porque, para estar en
este proceso, las mujeres han tenido que empoderarse y buscar cómo romper consabidas
barreras para incorporarse a los espacios creados.
Flora Tristán acertó en la decisión de contar con equipos de asesoría técnica para la ejecución
de los proyectos por las regidoras. Esto permitió que las mujeres tengan soporte para desarro-
llar determinadas actividades con orientación profesional.
Es lamentable que a pesar del esfuerzo que se ha desarrollado por parte de las feministas,
aun no hemos podido romper con las estructuras en poder establecidas, razón por la que las
mujeres que ejercen política tienen que enfrentarse a un poder que les permite algunas prerro-
gativas, pero no en igualdad de condiciones. Los cambios están más de las veces establecidos
por la voluntad política del alcalde. La cuota de género ha sido una conquista para lograr que
las mujeres entren al poder, pero este sistema patriarcal aún impide que estemos a la cabeza,
por lo que seguimos con porcentajes bajos de presencia de mujeres como alcaldesas.
La falta de institucionalidad que existe en las instancias del Estado —y dentro de él los gobier-
nos locales—, no son garantía para la permanencia de las políticas de género; por lo que, si
GANADORAS DE CONCURSO
INICIATIVAS LOCALES PARA EL AVANCE DE LAS MUJERES
PERIODO 2004 — 2007
Municipalidad
Año Puesto Participante Cargo
Distrital Provincial
Ayacucho
Primer Mary Luz Solgorre
Regidora Provincial Parinacochas
Arias
Municipalidad
Año Puesto Participante Cargo
Distrital Provincial
Cusco
Primer Evelina Terrazas Andahua-
Regidora Distrital Quispicanchis
Valdivia ylillas
Segundo Yrma Cárdenas
2004 Regidora Distrital Cusipata Quispicanchis
Yupanqui
Nelly Cáceres
Tercer Regidora Distrital Lamay Calca
Mariscal
Teodoria Olga
Regidora Distrital Lucre Quispicanchis
Mendoza
Primer
Rocio Elizabeth
Regidora Distrital Maranura La Convención
Cuba Rossell
2005 Virgilia Hortensia
Segundo Regidora Distrital Maras Urubamba
Llava Gamarra
Beatriz Luzgarda
Regidora Distrital Urcos Quispicanchis
Yabar Gutiérez
Primer
Lucía Monteagudo Guaylla-
2006 Regidora Distrital Urubamba
Luna bamba
Mercedes Ccori-
Tercer Regidora Distrital Santiago Cusco
manya Llavilla
Municipalidad
Año Puesto Participante Cargo
Distrital Provincial
Huancavelica
Rómula Curasma Distrito de
Regidora Distrital Huancavelica
Chocca Palca
Primer
Clemencia Antonio Nuevo
Regidora Distrital Huancavelica
de García Occoro
2004
Segundo Ricardina Velarde Julcamar-
Regidora Distrital Angaraes
Rico ca
San An-
Eleodora Quispe
Tercer Regidora Distrital tonio de Angaraes
Pariona
Antaparco
Presidenta de la
Eusebia Ccasani Angaraes
Tercer Miniempresa de Congalla
Barreto
Recursos Naturales
Año Participantes
1997 57
2000 67
2004 72
2005 62
2006 66
2007 157
El Jurado Calificador, conformado por Edith Montero (DIAKONIA), Luis M. Sirumbal (ANC) y Diana
Miloslavich (Flora Tristán), se instaló el día 04 de junio del 2007, a las 14 horas para deliberar sobre
las iniciativas presentadas al concurso.
El número total de iniciativas presentadas fueron 157, de las cuales hubo 69 de Ayacucho, 37 de
Huancavelica y 51 de Cusco. Los primeros premios para cada región son de 1,000 dólares, los se-
gundos de 500 dólares y los terceros de 300 dólares, de acuerdo a las bases.
Este año se han considerado dos premios especiales. El premio para “la mejor iniciativa a favor de las
niñas, niños y adolescentes” (500 dólares). Para este premio se presentaron 42 iniciativas, siendo 22
de Ayacucho, 6 de Huancavelica y 14 de Cusco. El segundo premio para “las acciones municipales
preventivas en VIH/SIDA” (1000 dólares). Se presentaron 14 iniciativas de las cuales 6 son de Ayacu-
cho, 2 de Huancavelica y 6 de Cusco.
El Jurado felicita a las Regidoras, Alcaldesas y organizaciones de mujeres que participaron, y decidió
dar como ganadoras a las siguientes propuestas:
Región Ayacucho: se otorgó el Primer Premio a la Regidora Sonia Allpacca Gómez de la Municipali-
dad Distrital del Tambo; el segundo Premio a la presidenta Mary Luz Solgorre del Comedor Popular
Choccñopampa de Parinacochas; y el Tercer Premio a la Regidora Martina Mendoza Conde de la
Municipalidad distrital Chuschi.
Región Huancavelica: se otorgó el Primer Premio a la alcaldesa Lucía Teófila Martínez Huaroc de la
Municipalidad Distrital de Huayllahuara; el segundo Premio a la Regidora Maura Mallma Gutiérrez de
la Municipalidad Provincial de Angaraes; y el Tercer Premio a la presidenta Eusebia Ccasani Barreto
de la Miniempresa de Recursos Naturales del distrito de Congallla.
Región Cusco: se otorgó el Primer Premio a la Regidora Celia Huamán Mendoza de la Municipalidad
Provincial de Calca, el segundo premio a la
Regidora Rosa Achahuanco Aedo de la Municipalidad distrital de Canchis; el Tercer Premio se le
otorgó a la Regidora Mercedes Ccorimanya Llavilla de
la Municipalidad Distrital de Santiago.
El premio especial “Iniciativas a favor de las Niñas, Niños y Adolescentes” ha sido otorgado a la regi-
dora Serly Figueroa Mormontoy de la Municipalidad Provincial de Cusco.
El Premio Especial “Acciones de Prevención del VIH—SIDA” se le otorgó a la Regidora Maura Almei-
da Taboada de la Municipalidad Distrital de Vilcashuamán.