Protecciones Elèctricas
Protecciones Elèctricas
Protecciones Elèctricas
5. INTERRUPTORES MAGNETO-TÉRMICOS
Generalmente, los interruptores automáticos combinan varios de los
sistemas de protección descritos, en un solo aparato. Los más utilizados
son los magneto-térmicos.
Poseen tres sistemas de desconexión: manual, térmico y magnético.
Cada uno puede actuar independientemente de los otros, estando formada
su curva de disparo por la superposición de ambas características,
magnética y térmica.
CURVA B
Estos magnetotérmicos actuan entre 1,1 y 1,4 veces la intensidad
nominal In en la zona térmica y en su zona magnética entre un 3 I n y 5 In, o
3,2 In y 4,8 In, según el tipo de aparato, de acuerdo con las normas EN
60.898 y EN 60947.2, respectivamente. Permiten realizar la protección de
las personas para longitudes mayores que con la curva C, siendo indicado
para instalaciones de líneas y generadores.
Así, por ejemplo, en un magnetotérmico de intensidad nominal 10A,
para una intensidad de 20A., la desconexión la efectuará el elemento
térmico en un tiempo comprendido entre 20 sg. y 200 seg. Para una
intensidad de 50A, la desconexión la efectuará el elemento magnético en
un tiempo del orden de comprendo entre 0,01 y 0,009 seg.
CURVA C
Estos magnetotérmicos actuan entre 1,13 y 1,45 veces la intensidad
nominal en su zona térmica y en su zona magnética entre 5 I n y 10 In, o 7
In y 10 In, según el tipo de aparato, de acuerdo con las normas EN 60.898
y EN 60947.2, respectivamente. Se aplican para evitar los disparos
intempestivos, en el caso de la protección de receptores, que presentan,
una vez en servicio, puntas de corriente de cierta consideración. Se utilizan
en las instalaciones de líneas-receptores.
CURVA D
Estos magnetotérmicos actuan en la zona térmica con sobrecargas
comprendidas entre 1,1 y 1,4 In y en su zona magnética actúan entre 10 I n
y 14 In, de acuerdo con las normas EN 60.898 y EN 60947.2. Son
adecuados para instalaciones que alimentan receptores con fuertes puntas
de arranque.
CURVA MA
Curva de disparo magnético exclusivamente, con un valor de 12 I n,
de acuerdo con la norma EN 60947.2. Se utilizan para la protección de
motores. Los interruptores automáticos equipados con esta curva no son
interruptores magnetotérmicos, ya que carecen de protección térmica.
CURVA Z
Estos magnéticos actúan entre 2,4 In y 3,6 In, de acuerdo con las
normas EN 60.898 y EN 60947.2. Se utilizan para proteger instalaciones
con receptores electrónicos.
CURVA UNESA(ICP)
El disparo térmico actúa entre 1,13 y 1,45 veces la In, siendo éste
común para todas las curvas. El disparo magnético actúa entre 3,9 I n y 8,9
In. Se emplean como Interruptores de Control de Potencia (ICPM). En uso
general equivaldría a los interruptores de curva C. Esta curva no está
englobada en la norma EN, sino en la recomendación UNESA: RU 6101B.
Todos los magneto-térmicos utilizados como ICPM deberán poder
ser identificados por su parte frontal y, además de estar homologados
oficialmente y cumplir el Reglamento de Verificaciones Eléctricas, llevarán
grabadas las siguientes características:
a.- Nombre del Fabricante o Marca comercial.
b.- Tipo del aparato.
k Tiempo de Tiempo de
"no "desconexión"
desconexión" seg.
seg.
1,13 In 7200 - 1,45 In 10 500
3,5 In 0,2 40
5 In - 0,2
Aunque hay varios tipos de sondas, las más utilizadas son las de
coeficiente de temperatura positivo (CTP) o termistancias, las cuales se
caracterizan por provocar un aumento brusco de su resistencia cuando la
temperatura llega a un valor determinado, llamado "temperatura nominal
de funcionamiento" (TNF). Para este valor, la termistancia, conectada a un
relé electrónico especial, provoca el disparo del contactor de maniobra.
Como las sondas miden exclusivamente la temperatura del punto en
que hacen contacto, es necesario colocarlas en los puntos más críticos del
arrollamiento del motor; generalmente en el fondo de las ranuras o en las
cabezas de bobina del lado de salida del aire. Esto obliga a efectuar su
montaje de forma cuidadosa durante la fase de bobinado del motor para
asegurar un buen contacto térmico.
Además de los problemas que lleva la colocación de la sonda hay
otro factor que condiciona decisivamente este sistema de protección. A
pesar de su pequeña masa (como una cabeza de cerilla), la sonda
reacciona con un cierto retardo definido por su constante de tiempo
térmica, que en la práctica suele ser del orden de 8 a 10 segundos.