Botella Al Mar - Cinetto

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Botella al mar

Liliana Cinetto
La botella apareció en la playa, junto al
muelle de pescadores. Era una botella
antigua de vidrio, que inexplicablemente
había sobrevivido al embate de las olas.
Juan, que había ido como todas las tardes
a nadar, la encontró semienterrada en la
arena, a la orilla del mar. Cuando la
levantó, vio que adentro había un papel
enrolla do y pensó entusiasmado que era
el mensaje de un náufrago. Destapó la
botella, extrajo el papel con cuidado y lo
desplegó. Entonces, vio unas letras negras
y grandes que decían:
MANDAME UN CORREO ELECTRÓNICO
Definitivamente, no era el mensaje de un
naufrago (a menos que hubiera naufragado con
computadora y todo).
Juan sintió una gran curiosidad por conocer a
quien había escrito el mensaje. ¿Cómo seria? Una
persona que usaba una manera tan original de
comunicarse tenía que ser especial. Alguien a quien le
gustaran los libros de aventuras, como a él, que los
leía todo el tiempo. De otro modo, no se explicaba
cómo se le había ocurrido poner el mensaje dentro de
la botella y arrojarlo al mar. Seguramente era alguien
tímido como él, que no tenía demasiados amigos y
que muchas veces se sentía un poco solo.
Juan regresó rápidamente a su casa.
Se sentó frente a la pantalla de la computadora,
abrió el programa de correo electrónico y tecleó:
De: Juan
Para: [email protected]

Hola. Encontré tu mensaje dentro de la botella y


quisiera ser tu amigo. Me llamo Juan, tengo 10 años
y voy a quinto grado. Me gusta mucho leer, jugar a la
pelota y nadar.
Espero que me contestes pronto.
Juan

P.D.: ¿ Por qué mandaste el mensaje en una botella?


La respuesta, sin embargo, no llegó
pronto. Juan abría todos los días su casilla y
encontraba miles de mensajes en los que le
ofrecían cámaras fotográficas y aparatos
electrónicos, cremas para arrugas, cursos para
aprender japonés en cinco clases, CD con
canciones para gatos y perros, y un montón de
otras tonterías que no servían para nada. Juan
los eliminaba uno tras otro. Ya estaba por darse
por vencido, cuando una semana más tarde
encontró un mensaje:
1
De: Botella al mar
Para: Juan

Hola, Juan. Me llamo Ana y me gustaría ser tu amiga. Yo también


tengo 10 años y voy a quinto grado. Y me gusta mucho leer, sobre
todo libros de aventuras.
Un beso
Ana

P.D.: Mandé el mensaje en la botella porque quería que me


mandaran un correo electrónico alguien que fuera especial
¿Que si Ana y Juan se hicieron amigos?
Más que amigos. Después de mandarse miles
de correos electrónicos y de conocerse
personalmente, eso sí. Y es que los dos eran
especiales. Tan especiales como una historia
que comienza con un mensaje dentro de una
botella arrojada al mar.

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