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Motivos de consumo de alcohol en adolescentes de una institución de

educación media superior de Tabasco

Teresa de Jesús De la O Martínez 274


275
Yessica Guillermo Hernández
José Juan López Cocotle 276

RESUMEN
Introducción. La población adolescente es una de las que mayor riesgo presentan para el
inicio del consumo de alcohol y se ha observado que cada vez la edad de inicio de consumo
es más temprana. Los motivos que influyen en esta población son diversos, esto puede llegar
a desarrollar en ellos una conducta adictiva. Objetivo: Identificar los motivos de consumo
de alcohol en adolescentes de una institución de educación media superior. Material y
métodos: Se realizó un estudio de tipo cuantitativo, descriptivo y transversal en una muestra
de 69 adolescente seleccionados mediante muestreo no probabilístico por conveniencia. Se
aplicó el Cuestionario de Motivos para el Consumo de Alcohol (CMC). Los datos se
procesaron en el programa SPSS versión 22 mediante frecuencias, proporciones, medidas de
tendencia central y variabilidad. Este estudio se realizó conforme a lo estipulado por el
Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Investigación. Resultados: El 53.6%
de los participantes pertenecen al sexo masculino y el 46.4% al femenino. Se encontró que
la subescala de mayor puntuación fueron los motivos sociales (M= 9.1 ± 4.3), seguido de los
motivos para sobresalir (M= 7.2 ± 3.0). Conclusiones: Los motivos que influyen en los
adolescentes para el consumo de alcohol están relacionados con su entorno social y con
sobresalir entre sus pares.

274
División Académica Multidisciplinaria de Jalpa de Méndez. Universidad Juárez Autónoma de Tabasco.
[email protected]
275
División Académica Multidisciplinaria de Jalpa de Méndez. Universidad Juárez Autónoma de Tabasco.
[email protected]
276
Autor de correspondencia. División Académica Multidisciplinaria de Jalpa de Méndez. Universidad Juárez
Autónoma de Tabasco. [email protected]

1108
Palabras clave: Motivación; Consumo de Alcohol en Menores; Adolescentes.
INTRODUCCIÓN
En la adolescencia, como una de la etapa de la vida, los jóvenes muestran una tendencia hacia
la independencia antes de haber alcanzado la madurez mental para tomar decisiones de
impacto, además de manifestar una fuerte necesidad de aprobación y aceptación de sus
amigos y compañeros, lo que puede incrementar la probabilidad de realizar conductas de
riesgo como el consumo de alcohol, otra de las características que se observan en los
adolescentes es la curiosidad por experimentar con nuevas conductas y la tendencia a sentirse
inmunes e indestructibles los conduce a experimentar con el alcohol, el cual representa un
riesgo para desarrollar a corto y mediano plazo una conducta adictiva del abuso de alcohol
(Alonso et al., 2016).
Es común el experimentar el consumo del alcohol durante la adolescencia, algunos
adolescentes lo hacen por poco tiempo y luego lo dejan, otros continúan usándolo
ocasionalmente sin tener problemas significativos y otros desarrollan una dependencia, se ha
estimado que la edad promedio para iniciar el consumo de alcohol se enmarca entre los 12 y
los 15 años, pero pueden evolucionar hacia consumo riesgoso o dañino (Hidalgo, Martínez,
Fernández, González & Hidalgo, 2013).
El consumo excesivo y prolongado de esta sustancia va obligando al organismo a
requerir cantidades crecientes para sentir los mismos efectos, a esto se le llama "tolerancia
aumentada" y desencadena un mecanismo adaptativo del cuerpo hasta que llega a un límite
en el que se invierte la supuesta resistencia y entonces “asimila menos”, por eso tolerar más
alcohol es en sí un riesgo de alcoholización (Camero, Curbelo, Romero, Ríos & Hernández,
2012).
Demasiado alcohol es peligroso, tomar mucho puede aumentar el riesgo de ciertos
cánceres, también puede causar daño en el hígado, en el cerebro y otros órganos, el consumo
excesivo de alcohol también aumenta el riesgo de muerte por accidentes de tránsito, lesiones,
homicidio y suicidio (Organización Panamericana de la Salud [OPS], 2000).
Las consecuencias del consumo de sustancias psicoactivas en los adolescentes se
presentan en una salud mental y física deteriorada, baja atención, incremento de los actos
delictivos y menor productividad económica a futuro, se hace necesario conocer los factores
1109
que se asocian al consumo de alcohol en adolescentes, población objeto de este estudio, con
el fin de lograr mayor claridad sobre qué los lleva a iniciar el consumo y qué hace que lo
mantengan a través del tiempo (Marín & Calderón, 2018).
En México, se reportó que los hombres mayores de 15 años consumieron un promedio
de 18 litros de alcohol, mientras que las mujeres en el mismo segmento de edad consumieron
un promedio de 5.7 litro, existe entonces, un sector de población adolescente que no debería
de consumir bebidas alcohólicas, dado que México mantiene restricciones para la venta y el
consumo de alcohol en personas menores de 18 años de edad (OPS, 2015). Asimismo, el
Centro de Ayuda al Alcohólico y sus Familiares (CAAF), del Instituto Nacional de
Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz (INPRFM, 2012), basado en un estudio aplicado a
933 personas, reportó que 37.1% de la población consumidora tiene entre 15 y 19 años de
edad.
En el estado de Tabasco, el Consejo Nacional Contra las Adicciones (CONADIC)
refiere que el consumo diario de alcohol en hombres es de 1.5%, el cual se encuentra dentro
del promedio nacional en 2008, mientras que las mujeres fueron de 0.5%, estando por encima
del promedio nacional, el cual fue de 0.2%, en la población regional, se encontró que el
42.9% ha consumido alcohol alguna vez en la vida, cifra que corresponde al 46.0% de los
hombres y al 39.7% de las mujeres, el 4.1% de los adolescentes presentaron dependencia al
alcohol (Instituto Nacional de Salud Pública [INSP], 2008).
El alcoholismo tiene una etiología multicausal, en el que influyen factores como: la
disfuncionalidad familiar, patrones educativos inadecuados, la presencia de conflictos
psicológicos, limitaciones en el desarrollo personal, la falta de información sobre sus riesgos
y consecuencias, así como la propia representación social que los jóvenes tienen sobre este
problema de salud, cualquier persona que empieza a beber en la adolescencia a una edad muy
temprana sufre mayor riesgo de consumir drogas (Macías, Vinces, Mendoza, Briones &
Mera, 2020).
Por tal motivo, para el presente estudio se planteó el siguiente objetivo: Identificar
los motivos de consumo de alcohol en adolescentes de una institución de educación media
superior del estado de Tabasco.

1110
MATERIAL Y MÉTODOS
Se realizó un estudio de tipo cuantitativo, descriptivo y transversal. La población de estudio
fueron 225 adolescentes inscritos en el quinto semestre en una institución de educación media
superior del estado de Tabasco, la muestra se constituyó por 69 adolescentes. Los
participantes fueron elegidos mediante muestreo no probabilístico por conveniencia. Se
incluyeron a aquellos adolescentes inscritos en la institución, que contaran con la
autorización de su padre/tutor y que hubieran consumido alcohol por lo menos una vez en su
vida.
Para este estudio, se utilizó una Cédula de Datos Personales con 5 reactivos; edad,
sexo, grado escolar, ocupación y convivencia familiar. Asimismo, se aplicó el Cuestionario
de Motivaciones para el Consumo de Alcohol (CMC) desarrollado por Cooper (1994). Dicho
cuestionario está conformado por 20 razones o motivos por los cuales el individuo inicia el
consumo de alcohol; éstos motivos están divididos en cuatro subescalas de cinco razones o
motivos cada una, las cuales son: motivos para manejar los problemas o de afrontamiento
(1,4,6,15,17), motivos para tener conformidad con su vida (reactivos 2,8,12,19,20), motivos
sociales (reactivos 3,5,11,14,16) y motivos para sobresalir o de realce (reactivos
7,9,10,13,18); cada una de estas subescalas tiene un patrón de respuesta del 1 al 5 puntos,
donde 1 corresponde a casi nunca o nunca, 2 pocas veces, 3 la mitad de las veces, 4 la mayoría
de las veces y 5 siempre. Los puntajes promedios son calculados para cada sub escala,
pudiendo obtenerse un puntaje de 25 puntos para cada sub escala con un total de 100 puntos.
El puntaje mínimo esperado del CMC es de 20 mientras que el máximo de 100 puntos. Se
utilizó la versión en español utilizada por Medina (2010), misma que ha sido aplicada en
México. Reporta una consistencia interna por Alpha de Cronbach entre .89 y .91. En este
estudio las sub escalas oscilaron entre .77 y .89 y de manera global en .92.
Para la ejecución de este estudio, se contó con la autorización de los directivos de
la institución educativa, se solicitó el apoyo de los profesores responsables de cada grupo
para la recolección de los datos. A los participantes se les dio a conocer el propósito, riesgos
y beneficios del estudio, así como la libre elección de participar sin temor a alguna represión
por parte de las autoridades escolares, se enfatizó en la confidencialidad de los datos. Por ser
menores de edad, a todos los estudiantes se le proporcionó un formato de autorización de sus
1111
padres o tutores para poder ser incluidos en el estudio, mismo que fue recolectado al día
siguiente. Aquellos que cumplieron con este requisito, así como el de haber consumido
alcohol alguna vez en su vida fueron invitados a participar. Su inclusión se hizo valida con
la firma del consentimiento informado.
Cada adolescente contó con un tiempo aproximado de 20 minutos para responder
los instrumentos, se dieron instrucciones para el correcto llenado de los mismos. Se informó
que, al terminar la aplicación, los participantes colocaran los instrumentos en una mesa que
fue dispuesta para este fin, con el objetivo de garantizar la privacidad de los datos y que
ningún cuestionario pudiera ser identificado. Los datos se procesaron en el programa SPSS,
versión 22, mediante frecuencias, proporciones, medidas de tendencia central y variabilidad
y se presentan en forma de tablas para datos agrupados y no agrupados, en cada subescala se
consideró la distribución porcentual de las respuestas de cada ítem, la opción “nunca” no se
contempló como razón o motivo de consumo. Este estudio se realizó conforme a lo estipulado
en el Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Investigación para la salud
(Diario Oficial de la Federación [DOF], 2014).

RESULTADOS
Del total de los adolescentes encuestados el 84.1% cuentan con una edad de 17 años mientras
que el 15.9% con 16 años. El 53.6% pertenecen al sexo masculino y el 46.4% al femenino.
Respecto al estado civil, el 94.2% son solteros. El 87% solo estudian y el 13% estudia y
trabaja (Tabla 1).

Tabla 1
Características sociodemográficas
Características f %
Edad
16 11 15.9
17 58 84.1
Sexo

1112
Masculino 37 53.6
Femenino 32 46.4
Estado civil
Soltero 65 94.2
Casado 4 5.8
Ocupación
Estudia 60 87
Estudia y trabaja 9 13
Nota. Elaboración propia. f = frecuencia. % = porcentaje. n = 69

En la tabla 2, se puede observar que los Motivos sociales representan la principal


causa para el consumo de alcohol en los adolescentes encuestados en este estudio (M = 9.1,
DE = 4.3), seguido por los Motivos para sobresalir (M = 7.2, DE = 3.0).

Tabla 2
Motivos de consumo de alcohol
Motivos M Mdn DE V. Min V. Max
Afrontamiento 6.8 5 2.8 5 18
Conformidad 5.7 5 1.7 5 16
Sociales 9.1 8 4.3 5 21
Sobresalir 7.2 6 3.0 5 18
Nota. Elaboración propia. M = media. Mdn = mediana. DE = desviación estándar. V. min =
valor mínimo. V. Max = valor máximo. n = 69

Respecto a la subescala de Motivos de afrontamiento, tabla 3, se encontró que el


motivo de afrontamiento para el consumo de alcohol más frecuentes en los adolescentes es
para animarse cuando andan de mal humor (27.5%), seguido del motivo “porque me ayuda
cuando me siento triste o deprimido” (26.1%).

1113
Tabla 3
Distribución porcentual de la sub escala Motivos de afrontamiento
Motivos de afrontamiento Nunca Pocas La mitad La mayoría Siempre
veces de las veces de las veces
Para olvidarme de mis 76.8 18.8 1.4 2.9 0
preocupaciones.
Porque me ayuda cuando 73.9 17.4 2.9 5.8 0
me siento triste o
deprimido.
Para animarme cuando 72.5 15.9 8.7 2.9 0
ando de mal humor.
Porque me siento más 76.8 17.4 1.4 4.3 0
seguro de mí mismo.
Para olvidarme de mis 79.7 14.5 0 2.9 2.9
problemas.
Nota. Elaboración propia. n = 69

“Porque mis amigos me presionan para consumir alcohol” fue el motivo de


conformidad de mayor presencia en este estudio (14.4%), seguido de “Para que no sienta que
no me incluyen mis amigos” (11.5%). Los motivos de menor presencia reportados por los
adolescentes son los relacionados a consumir alcohol para que otros no se burlen y para
caerles bien a los demás, ambos con 7.2% (Tabla 4).

1114
Tabla 4
Distribución porcentual de la sub escala Motivos de conformidad
Motivos de conformidad Nunca Pocas La mitad La mayoría Siempre
veces de las veces de las veces
Porque mis amigos me 85.5 10.1 2.9 1.4 0
presionan para consumir
alcohol.
Para que otros no se 92.8 5.8 1.4 0 0
burlen de mí por no
tomar.
Para pertenecer al grupo 89.9 7.2 2.9 0 0
que quiero.
Para caerles bien a los 92.8 2.9 2.9 1.4 0
demás.
Para que no sienta que no 88.4 8.7 1.4 1.4 0
me incluyen mis amigos.
Nota. Elaboración propia. n = 69

En la tabla 5, se observa que el motivo social con mayor incidencia para que los
adolescentes consuman alcohol es para celebrar una ocasión especial con sus amigos
(69.7%), en segundo lugar, se encontró que consumen alcohol para disfrutar en una fiesta
(56.6%), además de que mejora las fiestas y celebraciones (49.2%).

Tabla 5
Distribución porcentual de la sub escala Motivos sociales
Motivos sociales Nunca Pocas La mitad La mayoría Siempre
veces de las veces de las veces
Porque me ayuda a 43.5 34.8 11.6 10.1 0
disfrutar en una fiesta.

1115
Para ser sociable y hacer 76.8 14.5 7.2 0 1.4
más amigos.
Porque hace las 53.6 29 7.2 7.2 2.9
reuniones sociales más
divertidas.
Porque mejora las fiestas 50.7 27.5 10.1 5.8 5.8
y celebraciones.
Para celebrar una ocasión 30.4 40.6 11.6 11.6 5.8
especial con mis amigos.
Nota. Elaboración propia. n = 69

Se reporta que, dentro de la subescala de Motivos para sobresalir, los principales son:
el consumo de alcohol porque es divertido (44.9%), porque es emocionante (36.2%) y porque
da una sensación placentera (29%). El motivo “para emborracharme” resultó el de menor
porcentaje con el 18.8% (Tabla 6).

Tabla 6
Distribución porcentual de la sub escala Motivos para sobresalir
Motivos para sobresalir Nunca Pocas La mitad La mayoría Siempre
veces de las veces de las veces
Porque me gusta cómo 79.7 13 2.9 4.3 0
me siento consumiendo
alcohol.
Porque es emocionante. 63.8 24.6 11.6 0 0
Para emborracharme. 81.2 13 2.9 2.9 0
Porque me da una 71 17.4 8.7 1.4 1.4
sensación placentera.
Porque es divertido. 55.1 24.6 12 5.8 1.4
Nota. Elaboración propia. n = 69

1116
DISCUSIÓN
Los hallazgos del presente estudio permitieron identificar los motivos que orillan a los
adolescentes del quinto semestre de una institución pública de nivel medio superior del estado
de Tabasco al consumo de alcohol, teniendo en cuenta que es la adolescencia la etapa más
vulnerable para que se inicien el consumo de alcohol que pueda encaminar a una conducta
adictiva a lo largo del tiempo.
Se encontró que los motivos sociales (M = 9.1, DE = 4.3) y los motivos para sobresalir
(M = 7.1, DE = 3.0) son lo de mayor frecuencia en la muestra estudiada, estos hallazgos
coinciden con lo reportado por Peña & Esparza (2017); Casango, Cortaza, & Villar, (2017);
Pardo et al. (2016) y López, Pacheco, Tenahua, & Torres (2016), lo que refleja la gran
influencia que tiene el contexto social sobre los adolescentes y la necesidad de éstos para
sentirse parte del ambiente en que se desarrollan e interactúa con sus pares.
Se profundizó en la observación de los motivos de las subescalas del instrumento
utilizado para la recolección de datos. En la subescala de motivos de afrontamiento, los
principales para el consumo de alcohol por parte de los adolescentes fueron: para animarse
cuando andan de mal humor (27.5%) y, en segundo lugar, porque ayuda cuando se sienten
tristes o deprimidos (26.1%). Estos hallazgos difieren por lo encontrado por Casango et al.
(2017), donde el motivo de afrontamiento más alto fue el consumo de alcohol para olvidarse
de sus preocupaciones (25.2%). Aquí, la población de estudio pudo generar estas diferencias,
debido a que una población fueron adolescentes de nivel medio superior y otra fueron de
nivel secundaria, los adolescentes que cursan la educación secundaria tiene entre 12 a 15
años de edad mientras que en el nivel medio superior es de 15 a 18 años.
Se encontró que los motivos de conformidad que más influyen en el adolescente son:
“Porque mis amigos me presionan para consumir alcohol” (14.4%) y “Para que no sienta que
no me incluyen mis amigos” (11.5%). Datos semejantes son reportado por Peña & Esparza
(2017), en una población universitaria, donde el 22.7% dijo que rara vez consume bebidas
alcohólicas porque sus amigos lo presionan y solo el 2.4% para que no sienta que no lo
incluyen sus amigos o compañeros y difiere con Casango et al. (2017), donde expresaron la
ingesta de alcohol para pertenecer a un grupo (10.2%). La estabilidad emocional y
1117
psicológica del adolescente permite la correcta toma de decisiones, se muestra, quizá, como
un factor primordial para iniciar o evitar el consumo de bebidas alcohólicas.
Los factores sociales para el consumo de alcohol, se reportan en este estudio, como
los que más influyen en los adolescentes. En éstos, es posible observar que los adolescentes
consumen alcohol para celebrar una ocasión especial con sus amigos (69.7%), para disfrutar
en una fiesta (56.6%), expresan también que el consumir alcohol mejora las fiestas y
celebraciones (49.2%). Estos datos es posible observarlos también en los hallazgos
encontrados por López et al. (2016), que muestra que se consume alcohol para celebrar una
ocasión especial con los amigos (M = 2.53, DE = 1.07) y porque ayuda a disfrutar una fiesta
(M = 2.51, DE = 0.91), asimismo con Peña & Esparza (2017), donde el 43.4% casi siempre
y siempre consume bebidas embriagantes para celebrar una ocasión especial y un 26.5% casi
siempre y siempre consume alcohol porque mejora las fiestas y celebraciones, también con
el estudio realizado por J.C García, García, Ortiz, Góngora, & Muñoz (2017), quienes
reportan que los principales motivos para el consumo de alcohol en adolescentes fue para
celebrar en ocasiones especiales con amigos (9.5%) y para mejorar las fiestas (5.6%).
La subescala de Motivos para sobresalir mostró como principales para el consumo
de alcohol, porque es divertido (44.9%), porque es emocionante (36.2%) y porque da una
sensación placentera (29%). Hallazgos similares fueron encontrados por García et al. (2017),
donde el 4,6 % de los adolescentes refirieron que era divertido, por Casango et al. (2017),
que reportan como principales, el consumo alcohol porque es emocionante y divertido
(28.7% y 26.8 %, respectivamente). Peña & Esparza (2017), mencionan acerca de los
motivos para sobresalir que el 17% refieren que casi siempre y siempre consumen alcohol
porque es divertido y un 10.9% casi siempre y siempre porque les da una sensación
placentera. A pesar de ser de diferentes poblaciones de estudio, es notorio el impacto e
influencia que tiene lo social en los adolescentes, mismo que es congruente con las
características de la población, donde una de sus preocupaciones principales es ser aceptado
por sus homólogos.

1118
CONCLUSIÓN
La etapa adolescente representa un reto para los profesionales de la salud, entre ellos, para
Enfermería, que tiene como una de las tareas principales, la prevención de la enfermedad y
la promoción de la salud. Es conocido el impacto que tienen las conductas nocivas en la salud
de las personas y más cuando se trata de adolescentes, por lo tanto, es pertinente entonces
concentrar los esfuerzos para mitigar las acciones que conducen al consumo de sustancias
como el alcohol.
Se pudo identificar que los motivos sociales y los motivos para sobresalir, son los de
mayor influencia en los adolescentes para el consumo alcohol. Esto es de suma importancia
para los profesionales de enfermería, ya que muestra que es necesario reforzar los programas
de prevención, enfocándose en lograr una estabilidad emocional y psicológica en el
adolescente que pudiera mejorar la toma decisiones ante la presión social en que se ven
involucrados. Cabe resaltar que los motivos que mayormente influyen en los adolescentes
son los relacionado a su necesidad de inclusión y aceptación de su entorno social, por lo que
es prioritario acciones que contribuyan a la mejora de la autoestima y puedan evitar este tipo
de situaciones que son muy frecuentes en los adolescentes.
Dentro de las limitaciones encontradas para la realización de este estudio, fue, en
primer lugar, el tamaño de la muestra, donde quizá por temor a represalias escolares o
familiares negaron haber consumido alcohol alguna vez en su vida. Además, es posible que
los participantes pudieron no responder con veracidad por ser un tema de interés legal, debido
a que los menores de edad no tienen autorizado el consumo de alcohol en nuestro país, a
pesar de enfatizar que los datos serian confidenciales y que no tendrían represalia alguna por
la información proporcionada. Se sugieren estudios con una muestra más amplia, así como
en poblaciones tanto de nivel secundaria como de medio superior ya que son parte del mismo
grupo etario. Es pertinente también comparar los hallazgos con poblaciones universitarias,
debido a que el consumo de alcohol puede agravarse en esta etapa.

1119
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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1122
Valoración del cuidado humanizado en pacientes hospitalizados otorgado
por el personal de enfermería

Leticia Vázquez Arreola 277


Sofía Guadalupe Medina Ortiz 278
Ma. Guadalupe Interial Guzmán 279
María Guadalupe Moreno Monsiváis 280

Resumen
Introducción: La humanización en hospitales es una necesidad que demandan los pacientes,
como parte de un derecho. El cuidado humanizado es necesario en la práctica clínica-
profesional, el cual permite mejorar el cuidado que se brinda al paciente con el fin de
propiciar su calidad de vida. Objetivo: Determinar la percepción del paciente en el cuidado
humanizado, otorgado por enfermería en un hospital público, en siete dimensiones. Métodos
y materiales: Diseño descriptivo transversal, pacientes, ambos sexos, mayores de 18 años,
que tuvieran al menos 24 horas de hospitalización, turnos matutino y vespertino, servicios
medicina interna I y II y obstetricia, muestra 70 participantes. Cuestionario de cuidado
humanizado en pacientes hospitalizados por personal de enfermería, Alpha de Cronbach .86.
Resultados: Rango de edad 29 a 39 años y 40 a 49 años, ambos 27.2%. Sexo masculino
51.4%. Turno vespertino 80%. Servicio medicina interna I, 51.4%. Estado civil casado 50%.
Escolaridad secundaria 28.6%. Ocupación empleado y ama de casa, ambos 31.4%.
Dimensión vivencia de la enfermedad, siente que los procedimientos son adecuados 68.2%.
Dimensión procedimientos y cuidados, siente que se apoya con respeto a su personalidad y
cuerpo 80%. Dimensión relación enfermera- paciente y aspectos éticos del cuidado, recibe
un trato amable por enfermería 71.4%. Dimensión enseñanza aprendizaje, conoce la razón
de los cuidados que se le proporcionan 82.8%. Dimensión expresión de sentimientos, la
enfermera sabe cómo se siente y permite que exprese sus sentimientos, ambos 58.6%.
Dimensión espiritualidad, la enfermera ha considerado preferencias religiosas o espirituales

277 1 Facultad de Enfermería, UANL. Correo: [email protected]


278 2 Facultad de Enfermería, UANL. Correo: [email protected]
279 3 Facultad de Enfermería, UANL. Correo: [email protected]
280
Facultad de Enfermería, UANL. Correo: [email protected]

1123
32.8%. Dimensión diferenciación del cuidado, los cuidados que se le proporcionan son
diferentes a los demás 57.1%. Índice general, mayor dimensión enseñanza-aprendizaje,
media 78.4 (DE=17.7). Y menor, espiritualidad media 42.3 (DE=30.4). Conclusiones: Los
resultados aportan información, que permitan establecer proyectos de mejora, para trascender
el cuidado humanizado que brinda enfermería en la atención al paciente hospitalizado.

Palabras clave: cuidado humanizado, paciente, enfermería, hospital.

Introducción
La Organización Mundial de la Salud (OMS), en su promulgación de la política de formación
integral, para el desarrollo humano de los profesionales de la salud y en búsqueda de la
protección de los derechos de las personas, a partir del lema: “Trato humanizado a la persona
sana y enferma”, enfatiza que la humanización “Es un proceso de comunicación y apoyo
mutuo entre las personas, encausada hacia la transformación y comprensión del espíritu
esencial de la vida” (OMS, 2008).
En la actualidad, la humanización en los hospitales es una necesidad que demandan
los pacientes, como parte de un derecho, las políticas de salud están enfocadas a establecer
normativas legales que aseguren el buen trato a los pacientes. El paciente exige hoy en día,
el reconocimiento de su derecho como un acto de dignidad para recibir una atención en salud,
de tal manera, que él se sienta valorado como persona en sus dimensiones humanas” (OMS,
2008).
El cuidado tiene atributos que lo orientan hacia un ideal, que de llegar a ser posible la
integración en la práctica, sus resultados serían los esperados; sin embargo, la realidad en la
práctica de enfermería ha demostrado que deterioran esa integración poco favorable con
efectos en los resultados, la respuesta a los problemas de las personas, a la sociedad y el
reconocimiento social de la enfermería. Esto ha influido en los significados del cuidado para
las pacientes, porque éstos dependen de la dinámica cambiante de la enfermería y de
diferentes enfoques teóricos, filosóficos, prácticos y la variación contextual. (Carón y
Bowers, 2000).

1124
El cuidado humanizado de enfermería es necesario en la práctica clínica-profesional,
el cual permite mejorar el cuidado que se brinda al paciente, con el fin de propiciar su calidad
de vida (Espinoza et al. 2011). De acuerdo con la Teoría del Cuidado Humanizado de Watson
(1979), sustenta la necesidad de integrar sus preceptos teóricos en las diferentes esferas, entre
las que se encuentran: el quehacer enfermero, gestión, asistencia, formación, docencia e
investigación.
El cuidado transpersonal, de acuerdo con Watson (1979) afirma que:
Es una forma singular que aborda la enfermera, es “una clase especial de cuidado
humano, que depende del compromiso moral de la enfermera, de proteger y realzar la
dignidad humana”, lo que permitirá trascender el cuidado humanizado, que brinda enfermería
en la práctica (p. 142).
Los estudios que se han realizado sobre el cuidado humanizado, se encontró en un
hospital de Perú, que el cuidado humanizado que brinda el personal de enfermería es regular,
considerando una escala de bajo, regular y alto. Las dimensiones que más destacaron fueron:
procedimientos y cuidados, espiritualidad y relación enfermera-paciente y aspectos éticos del
cuidado, en esta última dimensión, Watson (1979), señala que, para enfermería el cuidado es
su razón moral, basado en la ética. Otros aspectos que se consideraron fueron los
conocimientos que menciona Watson (1979), en mantener sistemas de creencias profundas
y subjetivas del individuo (Guerrero, et al. 2016).
Otros estudios, determinaron que la principal característica del cuidado humanizado,
es ser un profesional de enfermería proactivo, que se refleja en la realización de acciones
tales como identificarse con el usuario, responder dudas e inquietudes y ayudar en la toma
de decisiones. El análisis de esta categoría reveló que, los usuarios manifestaron percibir
siempre y casi siempre comportamientos proactivos en el personal de enfermería que lo
atendió (Espinoza, et al. 2011). Por otra parte, al observar la enfermería desde el área
asistencial (Poblete y Valenzuela, 2007), refieren que es difícil mantener los valores
humanitarios en el acto de cuidar en las instituciones públicas de salud, en donde parecen
invisibles los cuidados de enfermería por las labores biomédicas, pero el personal de
enfermería debe tener una buena comunicación con el paciente, para ayudarlo y sostenerlo
en esta difícil etapa de su vida.
1125
En este sentido, en un hospital público de tercer nivel de atención, ubicado en el área
metropolitana de Monterrey, Nuevo León, México, se han establecido programas e
indicadores para incrementar la calidad y seguridad del paciente en la atención del cuidado;
sin embargo, no se ha identificado la percepción del paciente en el cuidado humanizado por
el personal de enfermería, siendo éste uno de los procesos de atención del paciente
hospitalizado, que impacta la calidad y seguridad del paciente en el cuidado. De acuerdo con
la teoría de Watson, 1979, el cuidado humanizado de enfermería es necesario en la práctica
clínica profesional, el cual permite mejorar el cuidado que se brinda al paciente, con el fin de
propiciar su calidad de vida.
Por todo lo anterior, el propósito de este estudio fue identificar el cuidado
humanizado, percibido por el paciente de un hospital público, de tercer nivel de atención. Se
espera que los resultados del presente estudio aporten información que servirá para identificar
el cuidado humanizado, que otorga el profesional de enfermería al paciente hospitalizado,
además, de establecer proyectos de mejora, que permitan trascender el cuidado humanizado,
que brinda el personal de enfermería en la práctica clínica y al mismo tiempo, incrementar la
calidad y seguridad en la atención del paciente.
El sustento teórico del presente estudio se basó en la teoría de Watson (1979), quien
sostiene que, ante el riesgo de deshumanización en el cuidado del paciente, a causa de la gran
reestructuración administrativa, de la mayoría de los sistemas de cuidado de salud en el
mundo, se hace necesario, el rescate del aspecto humano, espiritual y transpersonal, en la
práctica clínica, administrativa, educativa y de investigación por parte de los profesionales
en el campo de la enfermería.
Cuidado humanizado según Watson (1979), se refiere:
Al aspecto humano, espiritual y transpersonal, es una forma singular que aborda la
enfermería, una clase especial de cuidado humano, que depende del compromiso moral de la
enfermera, de proteger y realzar la dignidad humana, lo que permitirá que el personal de
enfermería brinde el cuidado con calidad en la atención del paciente, en la práctica, en la
parte administrativa, educativa y de investigación (p. 141).
De acuerdo a Hermosilla, Mendoza y Contreras (2016), el propósito de que el cuidado
de enfermería, ayude a la persona a conseguir un alto nivel de armonía, a través de una visión
1126
humanista y científica, según la Teoría Transpersonal del Cuidado Humanizado de Jean
Watson (1979), plantea siete dimensiones del cuidado humanizado, entre ellas: 1) La
dimensión vivencia de la enfermedad, se relaciona con la vivencia personal de la enfermedad
y como el personal de enfermería le ayuda a vivir el proceso de su enfermedad al paciente;
2) La dimensión procedimientos y cuidados, alude a la percepción directa del paciente
respecto a los cuidados y procedimientos personalizados brindados por el profesional de
enfermería; 3) La dimensión relación enfermera-paciente y aspectos éticos del cuidado,
indican la relación de compromiso personal y confianza entre el profesional de enfermería y
el paciente; 4) La dimensión de enseñanza y aprendizaje, involucra la información y
educación respecto a los cuidados del paciente, que le otorga el profesional de enfermería.
5) La dimensión expresión de sentimientos, expone los sentimientos en la interacción
del profesional de enfermería y el paciente; 6) La dimensión de espiritualidad, se relacionan
con los cuidados y las relaciones espirituales del paciente y 7) La dimensión de diferenciación
del cuidado, hace referencia a la diferencia del cuidado, con lo proporcionado al paciente por
el profesional de enfermería. A continuación, se representa la teoría de Watson (1979), ver
figura 1.

Figura 1. Teoría transpersonal del cuidado humanizado de enfermería

1127
El cuidado humanizado, de acuerdo con la teoría de Watson, se representa por la
experiencia de la situación de salud, donde esta corresponde a tres partes: 1) la relación
profesional de enfermería-paciente, 2) vivencia personal y 3) entrega de cuidados
diferenciados. La relación profesional de enfermera-paciente, otorga expresión de
emociones, espiritualidad y comprensión y confianza. Además, la vivencia personal, otorga
significado de la situación de salud y los cuidados recibidos. Y finalmente, entrega de
cuidados diferenciados, otorga satisfacción de necesidades, procedimientos y enseñanza -
aprendizaje mutuo.
A continuación, se presentan los estudios que dan sustento a la presente investigación.
En estos se busca determinar la percepción del paciente en el cuidado humanizado, otorgado
por el profesional de enfermería.
Monje, Miranda, Oyarzún, Seguel y Flores (2018) realizaron un estudio cuyo
propósito fue determinar la percepción que tienen los pacientes hospitalizados, del cuidado
humanizado que otorgan los profesionales de enfermería y factores relacionados, en el
servicio de medicina adulto de un hospital de alta complejidad en Chile. La encuesta que se
aplicó fue percepción de los comportamientos del cuidado humanizado (PCHE). El diseño
del estudio fue descriptivo, correlacional y transversal. La muestra fueron 171 pacientes
hospitalizados.
Los resultados sociodemográficos fueron 54.4% del sexo femenino, la media de edad
fue 56.2 años y 6.95 días de hospitalización. En el cuidado humanizado un 86% de los
pacientes hospitalizados considera que siempre recibe trato humanizado, 11.7% casi siempre
y 1.8% algunas veces y 0.6% nunca percibió un cuidado humanizado.
En la dimensión vivencia de la enfermedad un 73.1% de los pacientes perciben un
mayor cuidado humanizado. La dimensión procedimientos y cuidados un 85.4% de los
pacientes perciben un mayor cuidado humanizado. La dimensión relación enfermera-
paciente y aspectos éticos del cuidado un 83% los pacientes perciben un mayor cuidado
humanizado. En la dimensión enseñanza-aprendizaje un 84.6%, los pacientes perciben un
mayor cuidado humanizado. En la dimensión expresión de sentimientos un 62.6%, los
pacientes perciben un mayor cuidado humanizado. Y en la dimensión diferenciación del
cuidado un 79.5% los pacientes perciben un mayor cuidado humanizado.
1128
Se obtuvieron los índices generales de las dimensiones antes mencionadas y se
obtuvieron los siguientes resultados: en la dimensión vivencia de la enfermedad fue una
media 14.5 (DE=2.22); la dimensión procedimientos y cuidados con una media de 18.4
(DE=2.13); la dimensión relación enfermera-pacientes y aspectos éticos del cuidado se
obtuvo un media de 21.7 (DE=3.16); la dimensión enseñanza-aprendizaje se obtuvo una
media de 18.3 (DE=2.85); la dimensión expresión de sentimientos se obtuvo una media de
14.2 (DE=1.99) y finalmente la dimensión diferenciación del cuidado se obtuvo una media
de 28.9 (DE=3.59). Los autores concluyen que los profesionales de enfermería respetan la
dignidad humana, al entregar cuidados humanizados, principalmente por la forma en que
proporcionan los cuidados día a día. Este estudio, permitió retro-alimentación positiva al
personal de enfermería, al fortalecer su desempeño y motivación en el cuidado.
Bautista et al. (2015) realizaron un estudio, cuyo propósito fue describir el grado de
percepción de los comportamientos del cuidado de enfermería, en pacientes hospitalizados
en una institución de salud de tercero y cuarto nivel de atención, en Colombia. El diseño del
estudio fue cuantitativo, descriptivo de corte transversal, con una población de 90 pacientes,
de la que se obtuvo una muestra de 269 pacientes hospitalizados, mediante un muestreo
proporcional sistemático, con un nivel de confianza del 95%, una variabilidad positiva de
0.5% y un error del 5%. La recolección de la información se dividió en dos partes: una en la
que se valoró el aspecto sociodemográfico de los pacientes y otra en la que se aplicó el
instrumento denominado Percepción del Comportamiento del Cuidado Humanizado de
Enfermería (PCHE).
Al analizar la percepción del comportamiento del cuidado humanizado se evidenció
que un 72% de los pacientes lo percibe como excelente, un 25% como bueno y solamente un
3% como regular. Cabe destacar que, dentro de lo referido por los pacientes que participaron
en el estudio, ninguna persona evaluó como deficientes, los cuidados brindados por el
personal de enfermería de la institución.
Guerrero, Meneses y De la Cruz (2016) realizaron un estudio, con el propósito de
determinar el cuidado humanizado, que brinda el profesional de enfermería según la teoría
de Jean Watson, en el servicio de medicina del hospital Daniel Alcides Carrión en Perú. El
diseño del estudio fue cuantitativo, descriptivo y de corte transversal, se describen las
1129
características de las variables y se hace un corte en el tiempo para identificar el cuidado
humanizado, en una población de 49 enfermeras de los servicios de medicina. El instrumento
fue un cuestionario del cuidado humano transpersonal basado en la teoría de Watson, el
coeficiente Alfa de Cronbach fue de 0.85-0.98, considerándose aceptable.
Los resultados del cuidado humanizado que ofrece enfermería fue un 52%, el cual
significa que los licenciados de enfermería brindan un cuidado humanizado, medianamente
regular. La dimensión que más predominó fue procedimientos y cuidados con un 91%, ello
refleja la importancia que tiene el personal de enfermería para brindar un cuidado
humanizado. La dimensión que menos predominó fue relación profesional de enfermería-
paciente y aspectos éticos del cuidado con un 65%. Los autores refieren que, para el logro
del cuidado humanizado, solo es posible mediante una relación terapéutica enfermera-
paciente. Los autores concluyen que el cuidado humanizado, está inmerso en la labor de
cuidado enfermero en forma holística, teniendo en cuenta la parte humana del paciente y esto
es, independiente de que la persona esté sana o enferma, con el fin de establecer que los
cuidados de calidad se sustentan a través de una relación enfermera-paciente, interconectado
e intersubjetivo, de sensaciones compartidas, entre la enfermera y el paciente.
Romero, Contreras y Moncada (2016) determinaron la relación entre la
hospitalización y la percepción de cuidado humanizado de enfermería, en pacientes en el
Hospital Universitario del Caribe en Cartagena de Indias, Colombia, 2012. El diseño del
estudio fue transversal analítico. La población estuvo conformada por 510 pacientes
atendidos durante un trimestre, hospitalizados en una institución de salud pública de tercer
nivel de atención. La muestra fue de 132 pacientes, seleccionados aleatoriamente. Se
incluyeron adultos con más de 72 horas de hospitalización, participaron voluntariamente y
firmaron su consentimiento informado; se excluyeron pacientes que, presentaran alteraciones
mentales, incapacitados para contestar el instrumento por su estado de salud.
Se evaluaron los aspectos sociodemográficos de los pacientes que participaron en el
estudio, en el que se consideró su edad, sexo, servicio de hospitalización, hospitalizaciones
previas, número de hospitalizaciones, tiempo de hospitalización, motivo de hospitalización
y el estado de salud. Además, se utilizó el instrumento Percepción de Comportamientos de
Cuidado Humanizado de Enfermería (PCHE), el cual ha sido diseñado y aplicado por Rivera,
1130
y docentes del grupo de cuidado de la Facultad de Enfermería de la Universidad Nacional de
Colombia. Los resultados del proceso de validez a través de las pruebas psicométricas
realizadas por Reina y Vargas (2008), señalan que, el instrumento mencionado tiene una
validez alta con pacientes, con una consistencia interna de 0.94, considerándose aceptable.
Con relación a los comportamientos de cuidado por enfermería, los pacientes lo
percibieron como excelente (55,3%), bueno (35,0%) y (7,9%) aceptable. Al asociar las
variables cuidado humanizado por enfermería y la hospitalización, a través de la prueba
estadística de Kruskal-Wallis, se encontró asociación estadísticamente positiva p > 0.05 entre
cuidado humanizado de enfermería y la hospitalización en relación al servicio o área. Y como
conclusión se determinó que el servicio hospitalario y el estado de salud de pacientes, están
asociados significativamente con la percepción del paciente, sobre el cuidado humanizado
brindado por el personal de enfermería.
Gonzales et al. (2013) realizaron un estudio, cuyo objetivo fue la percepción del
cuidado humanizado de enfermería en familiares de pacientes pediátricos hospitalizados en
una unidad de cuidado del Hospital Universitario Fernando Troconis en Santa Marta,
Venezuela, a partir de la aplicación de la escala de percepción del cuidado humanizado de
enfermería (PHCE), una vez que se aplicó el cuestionario, se pasó al análisis e interpretación
de los datos.
El diseño del estudio fue descriptivo transversal, no experimental, orientado a
identificar la percepción sobre cuidado humanizado; la población de estudio la conformaron,
36 familiares de pacientes de la unidad de pediatría del hospital Fernando Trocinis de Santa
Marta de Venezuela, seleccionados por muestreo casual, o que tuvieran hijos o familiares
hospitalizados en el servicio al momento de la recolección de la información y cuyas edades
oscilaran entre 1 a 10 años. Se utilizó el instrumento de la percepción del comportamiento de
cuidado humanizado de Enfermería (PCHE),
Los resultados arrojaron que un 56.7% de los pacientes de pediatría pertenecían al
género masculino y 67.5% se encontraba en el rango de edad de 1 a 5 años. Los familiares
de los pacientes de pediatría siempre percibieron el cuidado humanizado de enfermería en un
58.7%, casi siempre un 17.5%, algunas veces un 13.3% y nunca un 7.5%. Como conclusión,

1131
el estudio evidenció una percepción medianamente favorable sobre el cuidado humanizado
en los familiares de pacientes de pediatría.
Rivera y Triana (2018) realizaron un estudio con el objetivo de describir, la
percepción del comportamiento de cuidado humanizado, brindados por el personal de
enfermería, al paciente hospitalizado y a sus cuidadores principales en la Clínica del Country
de Bogotá, Colombia. El diseño del estudio fue de tipo transversal, descriptivo, exploratorio
con abordaje cuantitativo; la población del estudio correspondió a las pacientes
hospitalizadas en diferentes servicios de la clínica. La muestra fue de 134 pacientes
hospitalizados, el instrumento fue la percepción del comportamiento de cuidado humanizado
de enfermería” PCHE, de Watson.
Los datos sociodemográficos de los pacientes fueron 56.9% del sexo femenino, la
media de edad fue 40.1 años, en un rango de (18-78) años y promedio de estancia hospitalaria
fue de 3.3 días. Los resultados mostraron que un 86.7% de los pacientes hospitalizados,
siempre percibieron un cuidado humanizado; un 12.0% de los pacientes percibieron casi
siempre un cuidado humanizado y un 1.09% de las pacientes hospitalizadas sólo algunas
veces percibieron dicho cuidado. Se destacaron las características de la enfermera con un
89.8%.
En la dimensión vivencia de la enfermedad un 87.2% de los pacientes perciben un
mayor cuidado humanizado. La dimensión procedimientos y cuidados un 79.5% de los
pacientes perciben un mayor cuidado humanizado. La dimensión relación enfermera-
paciente y aspectos éticos del cuidado un 79.5% los pacientes perciben un mayor cuidado
humanizado. En la dimensión enseñanza-aprendizaje un 80.6%, los pacientes perciben un
mayor cuidado humanizado. En la dimensión expresión de sentimientos un 77.7%, los
pacientes perciben un mayor cuidado humanizado. Y en la dimensión diferenciación del
cuidado un 89.4% los pacientes perciben un mayor cuidado humanizado.
Los hallazgos mostraron que el cuidado humanizado lo percibió el paciente como
bueno con un 89.5%. Las dimensiones que predominaron fueron la dimensión de enseñanza-
aprendizaje un 89.41%, seguida de diferenciación del cuidado en un 89.05%. Y las
dimensiones que obtuvieron menor porcentaje, percibidos por el paciente fueron, la
dimensión relación enfermera-paciente y aspectos éticos del cuidado un 79.56%, seguido de
1132
la dimensión expresión de sentimientos con un 77.73%. Los autores concluyen, que al brindar
cuidado humanizado, facilita la consecución de un mayor grado de armonía, entre el personal
de enfermería y el paciente y a la vez, depende del compromiso moral de la enfermera, de
proteger y realzar la dignidad humana.
En resumen, los estudios se han realizado en hospitales públicos y privados en países
como Chile, Colombia, Perú y Venezuela. Los estudios refieren que el cuidado humanizado
los pacientes lo perciben desde excelente hasta regular. Las dimensiones que predominaron
fue la dimensión procedimientos y cuidados, diferenciación del cuidado, expresión de
sentimientos y la relación enfermera-paciente, aspectos éticos del cuidado. La dimensión con
menores porcentajes obtenidos fue vivencia de la enfermedad y espiritualidad, algunos
autores no incluyen esta última dimensión.
Estos resultados, reflejan la importancia del personal de enfermería, al brindar el
cuidado humanizado, percibido tanto por el paciente y familiar y comprometen al personal
de enfermería, a proteger la dignidad del paciente y satisfacer sus necesidades básicas.
Cuidado humanizado se refiere a la percepción que tiene el paciente, sobre lo que
realiza el personal de enfermería para promover y proteger su salud y dignidad, durante su
estancia hospitalaria, en los ámbitos: físico, emotivo, social y espiritual. Este cuidado será
medido a través de siete dimensiones, que se describen a continuación.
La dimensión vivencia de la enfermedad, se refiere a la vivencia personal de la
enfermedad, donde el personal de enfermería le ayuda a vivir el proceso de su enfermedad al
paciente.
La dimensión procedimientos y cuidados, se refiere a la percepción directa del
paciente, respecto a los cuidados y procedimientos personalizados, brindados por el
profesional de enfermería.
La dimensión relación enfermera-paciente y aspectos éticos del cuidado, se refiere a
la relación del compromiso personal y confianza entre el profesional de enfermería y el
paciente.
La dimensión de enseñanza - aprendizaje, se refiere a la información y educación,
respecto a los cuidados del paciente que le otorga el personal de enfermería.

1133
La dimensión expresión de sentimientos, se refiere a la exposición de los
sentimientos, en la interacción del personal de enfermería y el paciente.
La dimensión de espiritualidad se refiere a la relación de los cuidados y las relaciones
espirituales del paciente.
La dimensión de diferenciación del cuidado hace referencia a la relación del cuidado,
con lo proporcionado al paciente por el personal de enfermería.
El objetivo general fue determinar la percepción del paciente en el cuidado
humanizado, otorgado por enfermería, en un hospital público de tercer nivel de atención. Y
el objetivo específico fue identificar las dimensiones del cuidado humanizado de enfermería,
de acuerdo a la percepción del paciente, durante su estancia hospitalaria, entre ellas: vivencia
de la enfermedad, procedimientos y cuidados, relación enfermera-paciente, aspectos éticos
del cuidado, enseñanza y aprendizaje, expresión de sentimientos, espiritualidad y
diferenciación del cuidado.

Material y Métodos
El diseño del estudio fue descriptivo transversal, según Burns y Grove (2012). El diseño
descriptivo permitió determinar y documentar la percepción de paciente sobre el cuidado
humanizado, que le brinda el personal de enfermería. Y el diseño transversal se realizó en un
tiempo determinado de tres meses de febrero a mayo 2019. La población de estudio estuvo
conformada por pacientes de ambos sexos, mayores de 18 años, hospitalizados en una
institución pública de tercer nivel de atención, en los servicios de medicina interna I y II y
obstetricia. El muestreo fue no probabilístico y por conveniencia, la muestra estuvo integrada
por un total de 70 participantes.
Como criterio de inclusión, se consideró que los pacientes tuvieran por lo menos 24
horas de hospitalización, además se incluyeron los turnos matutinos, vespertino para la
recolección de la información. El instrumento que se utilizó fue una cédula de datos del
paciente que incluye el número de cédula, fecha, sexo, edad en años cumplidos, diagnóstico,
escolaridad, turno, servicio, estado civil y ocupación. Además, se utilizó un cuestionario de
percepción del cuidado humanizado en pacientes hospitalizados (CPCHPH) de Hermosilla,
Mendoza y Contreras (2016), este cuestionario mide la percepción del paciente sobre el
1134
cuidado humanizado, brindado por el personal de enfermería, según Watson (1979), mismo
que fue adaptado para esta investigación. Este cuestionario reportó un Alpha de Cronbach de
.86, considerándose aceptable.
Para el Procedimiento de Recolección de la Información, se contó con la autorización
del Comité de Ética en Investigación de la Facultad de Enfermería de la Universidad
Autónoma de Nuevo León, así como la autorización de la institución de salud participante.
La aplicación del instrumento de medición titulado cuestionario de percepción del cuidado
humanizado en pacientes hospitalizados (CPCHPH) estuvo a cargo de los investigadores de
este estudio. Se contó con la autorización a cada uno de los jefes de los servicios
mencionados. Una vez que se contó con la autorización, se le dio a conocer a los participantes
en el estudio, los detalles de la recolección de información y la importancia de la objetividad
de los registros para lograr la confiabilidad de estos. Asimismo, se cuidó la confidencialidad
del paciente relacionado al momento de revisar coincidencias o diferencias de respuestas con
el instrumento de medición aplicado.
Posteriormente, que se obtuvo la información requerida para la aplicación de los
instrumentos, se consideraron los criterios de inclusión y se acudió a las áreas de medicina
interna I y II y obstetricia, para solicitar la lista de pacientes de acuerdo con los servicios
antes mencionadas. Los investigadores se presentaron con los pacientes para invitarlos a
participar en este estudio, al paciente que aceptó participar, se le brindó una explicación clara
y completa de la investigación y se le solicitó que leyeran y firmaran la Carta de
Consentimiento Informado del Paciente, posteriormente, se les aplicó la cédula de datos del
paciente y el instrumento de medición.
Por otra parte, se consideró el momento más apropiado para obtener la información y
para no interferir en las actividades en los tres servicios mencionados (alimentación,
administración de medicamentos, cuidados básicos de enfermería). El tiempo estimado para
el llenado del instrumento que se aplicó a los pacientes que accedieron a participar en este
estudio, fue de un tiempo aproximado de 15 minutos. Al finalizar de aplicar el instrumento,
se agradeció a los pacientes por su participación en este estudio, a los jefes de piso y a la
institución de salud participante por su colaboración.

1135
El presente estudio, se apegó a las disposiciones dictadas en el Reglamento de la Ley
General de Salud en materia de investigación para la salud, según lo estipulado en el Título
Segundo, Capítulo I, de los aspectos éticos de la investigación en seres humanos (Secretaría
de Salud, 1987; Adaptación Secretaria de Salud 2014) en los siguientes apartados:
Con relación a lo establecido en el Artículo 13, se respetaron los derechos y se cuidó
el bienestar de cada uno de los pacientes que participaron en este estudio, así como su
dignidad, por lo que se les brindó un trato digno y serio durante el estudio, también se les
explicó, que tenían derecho de retirarse del estudio en el momento en que así lo decidieran,
sin que afectara sus derechos de atención médica en la institución. (Cabe mencionar que
ningún participante se retiró de este estudio).
Con respecto al Artículo 16, en investigaciones en seres humanos, como es el caso de
pacientes para valorar el cuidado humanizado, se protegió la privacidad del sujeto de
investigación, identificándolo solo cuando los resultados lo requieran y este lo autorice. En
el Artículo 17, Fracción I y II, la investigación se consideró sin riesgo, ya que solo se
utilizaron técnicas de lápiz y papel para llenar los cuestionarios.
En relación al Título Segundo, Capítulo I, con respecto al Artículo 20, 21, Fracción
I, VI, VII, VIII, Artículo 22, Fracciones I y II, el consentimiento informado consiste en un
acuerdo por escrito, realizado por los investigadores y una vez aprobado por la Comisión de
Ética en Investigación y por la institución de salud participante, se indicó el nombre y
dirección de dos testigos y el vínculo que gurda en relación con el participante en la
investigación, debiendo de ser firmado por los testigos y el participante. Fue necesario
brindar información clara y suficiente al participante por parte de los investigadores, esta
información incluyó el objetivo y procedimientos a realizar. Además, se le explicó al
participante en este estudio, que tenía la libertad de retirarse en el momento que así lo
decidiera. También se le mencionó que los datos obtenidos se utilizarían en forma
confidencial. Por seguridad no se identificó el nombre del participante o cualquier otro dato
personal, solo se identificó a través del número de registro en la institución.
Con respecto al Capítulo II, Artículo 29, se contó con la autorización por escrito de
la institución de salud participante, así como, del dictamen favorable de la Comisión de Ética
en Investigación de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Con relación al Capítulo V,
1136
Artículo 57 y 58, Fracción I y II, donde se aborda la investigación en grupos subordinados,
entendiéndose como pacientes hospitalizados, los resultados de la investigación no fueron
utilizados en perjuicio de los participantes, no se vieron afectados en su situación de atención
médica, se respetaron los hallazgos de los acontecimientos de la investigación y se guardó la
confidencialidad de las personas involucradas con el anonimato.
La información se procesó en el paquete estadístico SPSS (Statistical Package for the
Social Sciences) Versión 21 para Windows. Para el análisis estadístico se utilizó estadística
descriptiva, obteniendo variables categóricas, así como, frecuencias y porcentajes. Mientras
que para las variables numéricas se obtuvo medidas de centralidad (media y mediana) de
variabilidad (rango, varianza, desviación estándar) y de posicionamiento (valor mínimo,
valor máximo).

Resultados
La edad del paciente correspondió al rango de 18 a 28 años con un 17%, de 29 a 39 años con
un 27.2%, de 40 a 49 años con un 27.2%, de 50 a 59 años con un 17.3%, y de 60 años en
adelante con un 11.3%, Predominó el sexo masculino con un 51.4%., el turno que prevaleció
fue el vespertino con un 80%, el servicio que predominó fue medicina interna I con un 51.4%,
seguido de medicina interna II con un 41.4%. El estado civil fue casado con un 50%, seguido
de unión libre con un 21.4%. La escolaridad fue secundaria con un 28.6%, seguido de
preparatoria con un 27.1%. La ocupación que predominó fue ama de casa con un 31.4%,
seguido de empleado con un 31.4%.
En la tabla 1, se puede observar que en la dimensión vivencia de la enfermedad,
predominaron los criterios, siente que los procedimientos que se le realizan son adecuados a
su manera de ser con un 68.2%, seguido de la enfermera le ayuda a entender porque está en
esa condición, lugar o estado con un 67.2%. Y el cuidado parcialmente humanizado fue en
el criterio, siente que tiene una relación cercana con la enfermera con un 55.7%, seguido de
siente que la enfermera se conmueve con su situación de salud con un 54.2%.

1137
Tabla 1

Cuidado humanizado de acuerdo a la dimensión vivencia de la enfermedad


Criterios Nunca Algunas Regular- Casi Siempre
veces mente Siempre
(1) (2) (3) (4) (5)
f % f % f % f % f %
8. Siente que tiene una 4 5.7 15 21.4 20 28.6 20 28.6 11 15.7
relación cercana con la
enfermera
9. Siente que la enfermera se 7 10.0 12 17.1 19 27.1 21 30.0 11 15.7
conmueve con su situación de
salud
20. Siente que la enfermera 5 7.1 6 8.6 19 27.1 20 28.6 20 28.6
acepta lo que a usted le pasa
22. Siente que los 1 1.4 8 11.4 14 20.0 24 34.3 23 32.9
procedimientos que se le
realizan son adecuados a su
manera de ser
28. Siente que se le ha incluido 0 0 6 8.6 24 34.3 23 32.9 17 24.3
a usted y a su entorno (familia)
en sus cuidados de salud.
34. La enfermera le ayuda a 1 1.4 5 7.1 17 24.3 24 34.3 23 32.9
entender porque está en esa
condición, lugar o estado.
36. La enfermera lo ayuda a 3 4.3 10 14.3 17 24.3 22 31.4 18 25.7
comprenderse mejor a sí
mismo y los demás.
Nota: CHPHPE; f=frecuencia; %= porcentaje n=70

En la tabla 2 se muestra la dimensión procedimientos y cuidados y los criterios que


predominaron en el cuidado humanizado fue, siente que se apoya con respeto a su
personalidad y cuerpo con un 80%, seguido de siente que ha recibido un trato digno, que
resguarda su integridad con un 77.1%. Y el cuidado parcialmente humanizado fue en el
criterio, siente que la enfermera al cuidarlo le entrega algo de sí mismo con un 55.7%, seguido
de siente que la enfermera trabaja para satisfacer sus necesidades físicas con un 38.6%.

1138
Tabla 2

Cuidado humanizado de acuerdo a la dimensión procedimientos y cuidados


Criterios Nunca Algunas Regular- Casi Siempre
veces mente Siempre
(1) (2) (3) (4) (5)
f % f % f % f % f %
3.-Siente que la enfermera al 5 7.1 16 22.9 18 25.7 16 22.9 15 21.4
cuidarlo le entrega algo de sí
mismo.
21.-Siente que el cuidado 0 0 8 11.4 9 12.9 30 42.9 23 32.9
entregado por la enfermera es
organizada y basada en
conocimientos.
25.-Se le consulta su opinión 1 1.4 10 14.3 6 8.6 22 31.4 31 44.3
en los procedimientos que se le
realizan.
29.-Siente que ha recibido un 1 1.4 6 8.6 9 12.9 26 37.1 28 40.0
trato digno, que resguarda su
integridad.
30.-Siente que se apoya con 2 2.9 5 7.1 7 10.0 25 35.7 31 44.3
respeto a su personalidad y
cuerpo
31.-Siente que la enfermera 2 2.9 6 8.6 19 27.1 18 25.7 25 35.7
trabaja para satisfacer sus
necesidades físicas.
Nota: CHPHPE; f=frecuencia; %= porcentaje n=70

En la tabla 3 se presentan los resultados de la dimensión relación enfermera- paciente


y aspectos éticos del cuidado. Se puede observar, que el paciente percibe el cuidado
humanizado, mayormente en el criterio, recibe un trato amable de parte de la enfermera con
un 71.4%, seguido de los criterios, siente que la enfermera al cuidarlo le transmite esperanza
(formas de sentirse mejor) y siente que la comunicación con la enfermera es verdadera,
ambos con un 64.3%. Y percibe parcialmente el cuidado humanizado en el criterio, logra
comprender el significado de su vida, por medio de la comunicación con la enfermera con
un 52.9%, seguido de la enfermera se pone en su lugar, cuando usted expresa lo que siente
con un 50%.

1139
Tabla 3

Cuidado humanizado de acuerdo a la dimensión relación enfermera-paciente y aspectos

éticos del cuidado


Criterios Nunca Algunas Regular- Casi Siempre
veces mente Siempre
(1) (2) (3) (4) (5)
f % f % f % f % f %
1.- Recibe un trato amable de 1 1.4 4 5.7 15 21.4 26 37.1 24 34.3
parte de la enfermera.
2.-Siente que la actitud de la 0 0 10 14.3 20 28.6 25 35.7 15 21.4
enfermera tiene un efecto
positivo en usted.
7.-Siente que la enfermera al 0 0 7 10.0 18 25.7 32 45.7 13 18.6
cuidarlo le transmite esperanza
(formas de sentirse mejor).
11.-Siente que la 3 4.3 5 7.1 17 24.3 22 31.4 23 32.9
comunicación con la
enfermera es verdadera.
15.-Siente una confianza 3 4.3 8 11.4 19 27.1 24 34.3 16 22.9
mutua entre la enfermera y
usted.
16.-La enfermera se pone en 4 5.7 11 15.7 20 28.6 22 31.4 13 18.6
su lugar cuando usted expresa
lo que siente.
19.-Siente que la enfermera lo 3 4.3 14 20.0 17 24.3 22 31.4 14 20.0
escucha más allá de lo que le
pasa con su enfermedad.
32.-Siente que la enfermera se 8 11.4 6 8.6 20 28.6 25 35.7 11 15.7
preocupa de sus necesidades
sociales.
35.-Logra comprender el 4 5.7 13 18.6 20 28.6 20 28.6 13 18.6
significado de su vida por
medio de la comunicación con
la enfermera
Nota: CHPHPE; f=frecuencia; %= porcentaje n=70

En la tabla 4 se observan los resultados de la dimensión enseñanza-aprendizaje y se


puede observar que predomina el cuidado humanizado en el criterio conoce la razón de los
cuidados que se le proporcionan con un 82.8%. Y el cuidado parcialmente humanizado fue

1140
en el criterio le han informado y educado respecto a los cuidados que le entregan con un
22.8%.

Tabla 4
Cuidado humanizado de acuerdo a la dimensión enseñanza aprendizaje
Criterios Nunca Algunas Regular- Casi Siempre
veces mente Siempre
(1) (2) (3) (4) (5)
f % f % f % f % f %
24.-Le han informado y 1 1.4 5 7.1 10 14.3 26 37.1 28 40.0
educado respecto a los
cuidados que le entregan.
26.-Conoce la razón de los 0 0 3 4.3 9 12.9 32 45.7 26 37.1
cuidados que se le
proporcionan
27.-Reconoce cuál es su 0 0 3 4.3 10 14.3 28 40.0 29 41.4
participación y qué
importancia tiene usted en los
cuidados otorgados
Nota: CHPHPE; f=frecuencia; %= porcentaje n=70

En la tabla 5 se observa en la dimensión expresión de sentimientos, los criterios con


mayor predominio en el cuidado humanizado fueron, la enfermera sabe cómo usted se
siente y le consulta al respecto y, la enfermera favorece o permite que usted exprese sus
sentimientos, ambos con un 58.6%. Y el cuidado parcialmente humanizado fue en el
criterio la enfermera le da tiempo para que usted exprese sus emociones con un 61.4%.

Tabla 5

Cuidado humanizado de acuerdo a la dimensión expresión de sentimientos


Criterios Nunca Algunas Regular- Casi Siempre
veces mente Siempre
(1) (2) (3) (4) (5)
f f f f f
10.-La enfermera sabe cómo 1 1.4 8 11.4 20 28.6 25 35.7 16 22.9
usted se siente y le consulta al
respecto.

1141
12.-Usted puede identificar 5 7.1 11 15.7 18 25.7 24 34.3 12 17.1
cómo se siente a la enfermera
y manifestarlo con confianza.
13.-La enfermera es capaz de 1 1.4 14 20.0 19 27.1 22 31.4 14 20.0
saber cómo se siente usted.
14.-Puede expresarle a la 1 1.4 11 15.7 19 27.1 24 34.3 15 21.4
enfermera sus sentimientos.
17.- La enfermera favorece o 2 2.9 11 15.7 16 22.9 21 30.0 20 28.6
permite que usted exprese sus
sentimientos
18.- La enfermera le da tiempo 5 7.1 9 12.9 29 41.4 16 22.9 11 15.7
para que usted exprese sus
emociones.
Nota: CHPHPE; f=frecuencia; %= porcentaje n=70

En la tabla 6 se muestra la dimensión espiritualidad y se puede observar que el mayor


criterio fue la enfermera ha considerado sus preferencias religiosas o espirituales con un
32.8%. Y el menor criterio fue siente que la enfermera incorpora en los cuidados sus
necesidades espirituales con un 72.9%.

Tabla 6

Cuidado humanizado de acuerdo a la dimensión espiritualidad

Criterios Nunca Algunas Regular- Casi Siempre

veces mente Siempre

(1) (2) (3) (4) (5)

f % f % f % f % f %

5.- La enfermera ha 15 21.4 19 27.1 13 18.6 12 17.1 11 15.7

considerado sus preferencias

religiosas o espirituales en la

atención brindada.

1142
6.-Siente que las acciones de la 17 24.3 19 27.1 13 18.6 12 17.1 9 12.9

enfermera ayudan a fortalecer

su fe

33.-Siente que la enfermera 17 24.3 17 24.3 17 24.3 13 18.6 6 8.6

incorpora en los cuidados sus

necesidades espirituales.
Nota: CHPHPE; f=frecuencia; %= porcentaje n=70

En la tabla 7 se muestran los resultados de la dimensión diferenciación del cuidado y


se puede observar, que el mayor criterio del cuidado humanizado fue, siente que los cuidados
que se le proporcionan son diferentes a lo entregado a las demás pacientes con un 57.1%. Y
en el cuidado parcialmente humanizado fue el criterio, siente que la enfermera al cuidarlo, le
entrega algo propio que las distingue de otros, con un 55.7%.

Tabla 7

Cuidado humanizado de acuerdo a la dimensión diferenciación del cuidado


Criterios Nunca Algunas Regular- Casi Siempre
veces mente Siempre
(1) (2) (3) (4) (5)
f % f % f % f % f %
4.-Siente que la enfermera al 5 7.1 8 11.4 18 25.7 22 31.4 17 24.3
cuidarlo, le entrega algo propio
que las distingue de otras.
23.-Siente que los cuidados 5 7.1 11 15.7 24 34.3 16 22.9 14 20.0
que se le proporcionan, son
diferentes a lo entregado a las
demás personas.
Nota: CHPHPE; f=frecuencia; %= porcentaje n=70

En la tabla 8 se presenta el índice general del cuidado, de acuerdo a las dimensiones


del cuidado humanizado y se muestra que la mayor dimensión que percibe el paciente en el
cuidado humanizado fue, la dimensión enseñanza-aprendizaje con una media de 78.4
(DE=17.7). Y la menor dimensión correspondió a espiritualidad con una media de 42.3
(DE=30.4).

1143
Tabla 8

Índice general de acuerdo a las dimensiones del cuidado humanizado


Dimensiones Media Mediana DE Valor Valor
mínimo máximo
Vivencia de la enfermedad 65.1 64.2 19.4 60.4 69.7
Procedimientos y cuidados 72.0 75.0 19.9 67.2 76.7
Relación enfermera-paciente y 64.7 66.6 20.3 59.8 69.6
aspectos éticos del cuidado
Enseñanza-aprendizaje 78.4 75.0 17.7 74.2 82.6
Expresión de sentimientos 62.7 64.5 21.3 57.6 67.8
Espiritualidad 42.3 41.6 30.4 35.1 49.6
Diferenciación del cuidado 60.8 62.5 28.2 54.1 67.6
Nota: CHPHPE; DE =Desviación Estándar n=70

Discusión
Los resultados del presente estudio permitieron determinar el cuidado humanizado,
otorgado por personal de enfermería, a pacientes de un hospital de tercer nivel de atención,
de acuerdo con lo referido por los pacientes. En relación a la dimensión vivencia de la
enfermedad, el mayor criterio percibido por el paciente en cuidado humanizado fue siente
que los procedimientos que se le realizan, son adecuados, este resultado coincide con Monje
et al. (2018) y Rivera y Triana (2007), de acuerdo a la teoría de Watson, menciona que un
elemento asistencial muy importante, es la satisfacción de las necesidades del paciente al
recibir atención de enfermería y que la enfermera reconoce las necesidades biofísicas,
psicofísicas y psicosociales e interpersonales de ella misma y del paciente.
Con respecto a la dimensión de procedimientos y cuidados, la mayor percepción del
paciente en el cuidado humanizado fue, siente que se apoya con respeto a su personalidad y
cuerpo, este resultado coincide con Monje et al. (2018); Guerrero et al. (2016) y Rivera y
Triana (2007) al mencionar que esta dimensión es la mejor evaluada, porque los pacientes
refieren que las enfermeras le respetan su intimidad y sus decisiones en el cuidado y que el
logro del cuidado humanizado, solo es posible en una relación terapéutica enfermera-
paciente.
La dimensión de relación enfermera-paciente y aspectos éticos del cuidado, la mayor
percepción del paciente en el cuidado humanizado fue trato amable de parte de la enfermera,
1144
de acuerdo a Watson, el que la enfermera desarrolle una relación de ayuda y confianza,
implica coherencia, empatía, afecto y comunicación eficaz con el paciente, resultados que
coinciden con Monje et al. (2018) y Rivera y Triana (2007).
La dimensión enseñanza-aprendizaje, el mayor criterio percibido por el paciente en
el cuidado humanizado fue, conoce la razón de los cuidados que se le proporcionan, este
resultado coincide con Monje et al. (2018) y Rivera y Triana (2007), de acuerdo a Watson,
la promoción de la enseñanza-aprendizaje interpersonal, es un concepto importante de la
enfermería, dado que separa la asistencia de la curación. Permite informar al paciente y
derivar hacia éste la responsabilidad sobre su salud y bienestar.
En relación a la dimensión expresión de sentimientos, el mayor criterio percibido por
el paciente en el cuidado humanizado fue, la enfermera sabe cómo usted se siente y le
consulta al respecto y la enfermera favorece o permite que usted exprese sus sentimientos,
este resultado coincide con Monje et al. (2018) y Rivera y Triana (2007), los autores refieren
que la empatía, son actitudes y acciones positivas que surgen en la interacción del cuidado,
entre ellas, el mantener una relación cercana con el paciente, permitir la expresión de
sentimientos sobre enfermedad y tratamiento, ponerse en el lugar del otro para comprenderlo
y buscar el crecimiento mutuo al cuidar.
La dimensión de espiritualidad, el mayor criterio percibido por el paciente en el
cuidado humanizado fue, la enfermera ha considerado sus preferencias religiosas o
espirituales. De acuerdo a Watson (1979), la enfermera aparte de reconocer las necesidades
del paciente en lo biofísico, psicofísico, psicosocial e interpersonal, debe de reconocer la
provisión de un entorno de apoyo de protección al paciente en la parte sociocultural y
espiritual.
Y la dimensión diferenciación del cuidado, el mayor criterio percibido por el paciente
en el cuidado humanizado fue, siente que los cuidados que se le proporcionan son diferentes
a lo entregado a las demás personas. Este resultado coincide con Monje et al. (2018) y Rivera
y Triana (2007), los autores refieren que, en la entrega del cuidado del personal de enfermería,
hacen referencia al liderazgo, habilidades, trabajo en equipo, facilitar el diálogo con el
paciente y la búsqueda de la excelencia del cuidado.

1145
Se obtuvieron los índices generales de la percepción del paciente en el cuidado
humanizado, brindado por el personal de enfermería. La mayor percepción del paciente en el
cuidado humanizado fue en la dimensión enseñanza-aprendizaje. Los resultados difieren con
Monje et al. (2018) Quienes señalan que, el mayor cuidado humanizado lo percibe el paciente
en la dimensión diferenciación del cuidado, lo que puede atribuirse a que, en este estudio, la
institución de salud es un hospital-escuela y, consideran muy importante para enfermería la
enseñanza-aprendizaje y permite informar al paciente sobre su salud y con técnicas
diseñadas, poder lograr en el paciente un autocuidado, además, de determinar sus necesidades
personales. Y el estudio en comparación de Monje et al. (2018) se realizó en un hospital
privado y considera más importante las cualidades, conocimientos, habilidades y trabajo en
equipo del personal de enfermería, para facilitar el diálogo y la búsqueda en la excelencia del
cuidado.
Cabe mencionar, que en este estudio, se encontró que el índice general, con la menor
percepción del paciente en el cuidado humanizado, fue la dimensión de espiritualidad. Este
hallazgo debe ser considerado por los administradores de enfermería, para que preparen a su
personal, en dar orientación al paciente y/o familiares en sus necesidades religiosas y
espirituales en la atención que se les brinda.

Conclusiones
Los resultados del presente estudio permitieron identificar la percepción del
paciente en el cuidado humanizado que le brinda el personal de enfermería y se encontró que
la mayor percepción del paciente en el cuidado humanizado fue en la dimensión enseñanza-
aprendizaje. Y la menor percepción fue en la dimensión de espiritualidad. Estos resultados
permitirán efectuar proyectos de mejora, donde se le capacite al personal de enfermería, en
orientar a los pacientes, en sus necesidades religiosas y espirituales, ya que la dimensión de
espiritualidad fue la que reportó menor percepción del paciente.

1146
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Brown; University of Michigan.

1148
Identificación de estrategias de atención comunitaria de la diabetes desde
el trabajo social
González García Oscar Adán 281
Cruz del Ángel Maricela 282
Dora Alicia Daza Ponce 283
Silvia Popo García 284
Resumen
La Diabetes Mellitus representa un alarmante problema de salud pública en México. El
presente trabajo desarrolla una reflexión en torno al impacto de esta enfermedad en la salud
de Adultos Diabéticos del ejido Escolin de Olarte, Municipio de Coatzintla, Veracruz.
Productos industrializados y procesados, hábitos alimenticios poco saludables, obesidad y
escasa actividad física, representan factores precipitantes para que la Diabetes Mellitus vaya
en aumento al interior de la comunidad.
El objetivo fue realizar un diagnóstico social para conocer las estrategias de atención a
la Diabetes, así como identificar los factores precipitantes del incremento de la diabetes en
la comunidad y proponer soluciones sustentables como la práctica de técnicas de
agroecología en la producción de cultivos locales, así como el uso y aplicación de la Medicina
Tradicional Herbolaria Local. Este trabajo muestra la fase diagnóstica de Tesis de Maestría
en Trabajo Social, presentado en marzo de 2019 en la Universidad Veracruzana, como un
primer acercamiento a la problemática comunitaria no sólo en términos de salud, sino
también en la generación de procesos participativos para la recuperación de los suelos y el
cuidado de este desde la práctica de la Agroecología.

Palabras clave: Diabetes, Trabajo Social, Agroecología, Medicina Tradicional.

281
Universidad Veracruzana, [email protected]
282
Universidad Veracruzana, [email protected]
283
Universidad Veracruzana, [email protected]
284
Universidad Veracruzana, [email protected]
1149
Marco conceptual
Desde el Trabajo Social, y con base en el marco de la agenda mundial de Trabajo Social se
ha promulgado que la visión global del 2012 al 2020 sea promover las igualdades sociales y
económicas, la dignidad y el valor de los pueblos, trabajar hacia la sostenibilidad del medio
ambiente y fortalecer el reconocimiento de la importancia de las relaciones humanas. Es
decir, involucrar a las personas y las estructuras para hacer frente a desafíos de la vida y
aumentar el bienestar (Pardo & Cabello, 2016). De acuerdo con Castro, Chávez & Carapia,
(2013), el Trabajo Social es una disciplina de las ciencias sociales que, a través de una
metodología de intervención científica, conoce los problemas y necesidades sociales y
mediante diversas estrategias de programación, elabora propuestas de atención y promueve
la organización y participación social.
También, Investiga las condiciones sociales y busca estrategias de intervención, por
lo cual su análisis y visión de la realidad social no solo es descriptiva o explicativa, es también
de acción, conlleva a espacios de conocimiento complejo y multidimensional que requiere
de apoyos teórico-metodológicos esenciales, trascendentales y actualizados para que de
manera planeada y organizada se definan las estrategias de intervención (Cano, L., 2013).
Por lo tanto, su objeto de estudio son los problemas y necesidades sociales de la población
en su calidad de sujetos, grupos y comunidades, y que estos problemas y necesidades sociales
son ineludibles conocer y actuar sobre ellos, para que dichos sujetos sociales alcancen su
desarrollo pleno, su bienestar social y calidad de vida.
Como disciplina compleja, crítica y dialéctica requiere abordar sus estudios desde una
metodología que le permita la interacción transdisciplinaria para comprender al objeto/sujeto
de estudio desde varias dimensiones y aristas del conocimiento y establecer las formas y
estrategias de intervención, por lo cual su objeto/sujeto de estudio se conforma en dos
dimensiones , el abordaje científico para conocer la situación de la realidad social y las
formas de intervenir en esa realidad para lograr la calidad de vida acorde al momento
histórico-social. Como área del conocimiento que interactúa entre lo individual, lo colectivo
y lo social para explicar las realidades históricas y para definir sus formas de acción, se ha
conformado como una disciplina social de intervención. Este proceso complejiza de manera
importante sus formas de comprensión, explicación, contribución y mediación social
1150
(Chávez, 2013). La articulación implica distinguir los procesos y resultados de la realidad, y
además establecer relaciones entre estos fenómenos, justificando la idea de que los conceptos
“deben romper con las fronteras disciplinarias” que abordan la realidad de manera
fragmentada”. (Cano, C., Campillo y Aboites, 2013).
Luego entonces la transdisciplinariedad en Trabajo Social significa la estrecha
articulación de saberes, metodologías, teorías y la conjunción epistemológica de las
disciplinas de ciencias sociales y ciencias naturales, presupone la unidad del conocimiento,
independientemente del carácter disciplinar y del objeto de estudio, lo cualitativo y lo
cuantitativo se fusionan en un saber diferente al que cada rama del saber científico representa
en lo particular, conlleva una cierta fusión que reconstituye el conocimiento de la totalidad
de los procesos socio-naturales. (Rodríguez, 2013).
En cuanto a la intervención, esta es una acción estratégica que realiza el Trabajador
Social al interaccionar con su objeto de estudio/intervención, además de responder a las
expectativas y requerimientos que demanda la sociedad actual en un mundo cada vez más
globalizado (Obregón, 2016). Dicha intervención consiste en definir una necesidad o
problema como objeto de intervención, seleccionar alternativas factibles y adecuadas a las
diferentes dimensiones de dicho problema y alcanzar logros tangibles que refuercen la
satisfacción lograda dando credibilidad a la intervención. El Trabajador Social debe brindar
atención directa a sujetos, grupos y comunidades mediante la prevención y capacitación para
hacer frente a sus problemas; investigación e identificación de los factores que generan los
problemas sociales; promoción social mediante la estimulación de medidas tendientes a
lograr una mejor calidad de vida para la población; planificación de alternativas para la
modificación de necesidades sociales, etc. (Contreras, 2014).
la intervención social como un proceso dinámico involucra a los sujetos para su
participación y colaboración en acciones que les permitan un cambio importante en las
formas de ser, pensar y actuar, para lo que establecen un compromiso con los demás
integrantes de grupo, colectivo o comunidad. El proceso de intervención tiene como objetivo
y como meta lograr modificaciones en las condiciones de vida de sus integrantes para una
calidad de vida acorde a su momento histórico, en donde se requiere de una participación que
permita la interacción, el involucramiento y el compromiso de sus sujetos de intervención.
1151
De manera particular, el Trabajo Social en el ámbito de la comunidad implica en la actualidad
una nueva forma de observar la realidad, de imaginar nuevas formas de participación social
que permita la creación de redes que favorezcan la intervención de personas, grupos e
instituciones, donde el punto central sea la organización, promoción y participación, con el
fin de focalizar la intervención comunitaria con mejor impacto y calidad (García, 2014).
Para Castro, Reyna, & Méndez (2017) a comunidad es una población que vive en un
territorio, limitado geográficamente, con recursos y problemas que demandan, la cual está
integrada por las experiencias de un pasado que es común poseen un número de servicios
básicos y están conscientes de su unidad para afrontar las situaciones y problemas que se
presentan en su interior, y que son capaces de transformar la situación social en beneficio de
la colectividad. Por su parte García, (2014) considera que la comunidad es un sistema
dinámico donde los individuos actúan conforme a intereses en común, con una cultura propia,
con sentido de identidad y pertenencia, tienen problemas y necesidades construidos
socialmente en un momento y contexto histórico social.
El proceso de desarrollo comunitario implica la implementación y ejecución de
acciones tanto de planeación, organización y participación de la comunidad en la
construcción de alternativas para dar respuesta a los problemas y necesidades sociales. Por
lo tanto, el desarrollo comunitario va a ser el resultado de múltiples procesos, en los cuales
los sujetos participantes producen significados, se comunican, negocian, sobre todo toman
decisiones con base en las relaciones sociales que establecen (García, 2014). En este sentido,
la participación comunitaria es intervenir en problemas que afectan una comunidad mediante
un estudio de comunidad, reconocerlos y ser partícipes en el enfrentamiento del problema de
una forma consciente y crítica.
Al respecto, el estudio de comunidad es un proceso de investigación que tiene como
propósito identificar desde el punto de vista documental y empírico, información referente a
la comunidad en sus diferentes aspectos, desde la dinámica política, económica, hasta
situaciones socioculturales y ambientales, además de infraestructura, recursos, problemas,
necesidades y antecedentes históricos. Es el punto de partida y aterrizaje de la intervención
social a través de la acción planificada del profesional de la disciplina en Trabajo Social en
estrecha coordinación con la población y las instituciones interesadas en la transformación
1152
de la realidad comunitaria, pero sobre todo como una respuesta conjunta para atender los
problemas de forma integral y mejorar las condiciones de vida de la población (Castro,
Reyna, & Méndez, 2017). Tiene la finalidad de servir de marco de referencia y ayuda a
identificar los comportamientos, reacciones e intereses de los sujetos que son parte del
problema además de configurar los debates, las disputas y las ideas que permitan comprender
el problema desde la propia dinámica de las personas, con base en el modelo de Intervención
que se considere apropiado para dar respuesta a la problemática planteada.
De manera particular, el Modelo de Intervención Crítico, parte de la idea de que los
usuarios no son ni parcial ni totalmente culpables de las circunstancias personales y sociales
a las que se enfrentan, sino que apuntan a los orígenes sociales y a las estructuras sociales
como causantes de dicha situación opresiva es decir, se apuesta por una forma de intervención
liberadora desde el Trabajo Social en la que los usuarios, a través de un proceso de toma de
conciencia de su situación, se transforman en personas activas, el protagonistas del cambio
individual y social (Viscarret, 2009).
Desde la psicología comunitaria, las emociones permiten de manera activa y
consciente, el cuidado de la salud, al tiempo que se promueve el bienestar personal y
colectivo en el interior de la comunidad; esto implica también, hablar de afectividad como
un elemento de la dimensión emocional, es decir, la capacidad que tienen los sujetos de verse
afectados permanentemente desde lo vivencial y corporal (Rodríguez-Ceja 2015). En este
sentido, la comunidad representa un sistema dinámico donde los individuos actúan conforme
a intereses en común, con una cultura propia, con sentido de identidad y pertenencia, con
emociones y sentimientos particulares, tienen problemas y necesidades construidos
socialmente en un momento y contexto histórico (García, 2014).
Trabajo social comunitario
Luego entonces, al ser el Trabajo Social una profesión que procura la justicia social para
garantizar la dignidad humana debe centrar su quehacer en relación con los problemas
sociales; no obstante, esta intervención sobre la realidad social ha estado atravesada por
proyectos ideológicos y de sociedad en la que se promueven modelos ideales sobre cómo ser
individuo, cómo debe ser la familia y qué debe ser una comunidad (León, 2007). Sin

1153
embargo, un trabajador social que se ubique a lado de los grupos y comunidades que se alejan
de estos ideales hace que emerjan una serie de cuestionamientos a las prácticas y discursos
profesionales desde intervenciones que busquen comprender la diversidad étnica, así como
reconocer el Trabajo Social Intercultural.
Al respecto, la relación que establece el Trabajo Social y la interculturalidad implica
un trabajo reflexivo para superar el propio marco de referencia cultural y entrar en la lógica
del marco de referencia del otro (Cohen-Emerique, 2013). Por lo tanto, el Trabajo Social no
es ajeno a la salud intercultural ya que incorporar la perspectiva intercultural en los servicios
de salud debe ayudar a forjar una sociedad democrática y equitativa, pues es la respuesta
desde el sector salud para superar la situación de exclusión en la que se encuentran los
pobladores indígenas por la desconfianza y la distancia que muchos sienten frente a los
servicios de salud. No es ajeno al trabajo de salud mental ya que el profesional en Trabajo
Social contribuye e interviene en el proceso de rehabilitación y recuperación teniendo como
fin último la mejora de la calidad de vida e integración comunitaria.
No es ajeno en el ámbito de la comunidad puesto que implica en la actualidad una
nueva forma de observar la realidad, de imaginar nuevas formas de participación social que
permita la creación de redes que favorezcan la intervención de personas, grupos e
instituciones, donde el punto central sea la organización, promoción y participación, con el
fin de focalizar la intervención comunitaria con mejor impacto y calidad (García, 2014). Da
respuesta a necesidades sociales, pero también es catalizador de estrategias para la
intervención con grupos vulnerables y, sobre todo, no es ajeno al Desarrollo Sostenible ya
que implica la comprensión de las relaciones seres humanos-naturaleza, debe orientarse tanto
a la conservación de recursos naturales como a la equidad social dando prioridad a la
participación y gestión de los grupos y organizaciones de nivel local en las estrategias
regionales y nacionales de desarrollo, como un medio para alcanzar un desarrollo sostenible
en sentido integral, que armonice las respuestas a necesidades sociales, con la conservación
y preservación de recursos biopsicosociales, desde una perspectiva de Investigación-acción
participativa.

1154
Investigación-acción participativa
Para efectos de esta investigación, la metodología de la investigación-acción participativa
permitió hacer comprensible la problemática situacional, así como mejorar la calidad de vida
en pacientes con Diabetes tipo II del ejido Escolin de Olarte, sin excluir a personas con otros
padecimientos derivados de la diabetes o que son propensas a padecer dicha enfermedad
crónica. McKernan (2008), menciona que los profesionales llevan a cabo la investigación-
acción tratando de mejorar su comprensión de los acontecimientos, las situaciones y los
problemas para aumentar la efectividad de su práctica. Es decir, es una forma de desarrollar
la investigación y a la vez una metodología de intervención social.
La investigación-acción participativa buscó generar procesos de participación en
hombres y mujeres del ejido Escolin de Olarte, propiciar la concienciación del cuidado y
conservación de la salud desde la práctica de la agroecología y el fortalecimiento de la
medicina tradicional herbolaria local como estrategia biopsicosocial para el cuidado de la
salud. Por lo tanto, implicó que tanto hombres como mujeres del ejido Escolin de Olarte
participaran, se integraran e involucraran activamente en el proceso de transición mediante
una planeación participativa rural.
Por lo tanto y, para contribuir en el cuidado de la salud de pacientes con diabetes
mellitus tipo II desde una visión de Trabajo Social Sustentable y Sostenible, se consideró el
trabajo con un grupo focal de pacientes con diabetes mellitus tipo II; por lo cual el diseño de
investigación abordó primeramente un diagnóstico rural participativo en la que, mediante
una planeación rural se buscó establecer cursos de acción para llevar a cabo una transición
de los sistemas productivos del ejido Escolin de Olarte, como estrategia para el cuidado de
la salud desde la práctica de técnicas de agroecología. Particularmente, se realizó una
planeación comunitaria participativa sobre el estado actual que observan los diferentes
sistemas productivos y su incidencia en la salud comunitaria.
La investigación-acción participativa dentro de los proyectos sociales, está en una
constante búsqueda y recuperación modelos que permiten la planificación, ejecución y
evaluación de procesos de transformación social mediante la participación colectiva, tanto
en la investigación como en la acción de aquellos sectores considerados como objetos pasivos

1155
de estudio. Por lo tanto, el diagnóstico rural participativo consistió en llevar a los
participantes a reflexionar sobre algunas problemáticas que enfrenta el ejido y la comunidad
Escolin de Olarte utilizando la metodología de los mapas parlantes. A través de un proceso
reflexivo y mediante la utilización de técnicas participativas como elaboración de mapas de
territorio, ubicación de viviendas, mapas de la comunidad y representación gráfica de sus
sistemas de producción como hortalizas, huertos, cultivos de traspatio o milpas, los servicios
con los que cuenta la comunidad, sus infraestructuras y caminos rurales.
Diagnostico social
El Diagnóstico Social, de acuerdo con Díaz & Fernández (2013), cosiste en una descripción,
análisis y valoración de las necesidades sociales; es decir, es un proceso mediante el cual se
establece la naturaleza, el tamaño, los efectos, el origen, las causas y consecuencias de las
necesidades sociales. Por otro lado, el Diagnóstico Rural Participativo da importancia y
relevancia a la validez cualitativa del proceso diagnóstico. Consiste en un proceso de
aprendizaje progresivo en el que los actores sociales interactúan mediante el uso de técnicas
participativas para el reconocimiento de la problemática social (Osorio & Contreras, 2009).
Para efectos de esta investigación, se consideró pertinente realizar en un primer
momento un diagnóstico rural participativo para fortalecer e indagar sobre los procesos
participativos comunitarios desde una visión agroecológica y desde la perspectiva de Trabajo
Social; seguidamente se construyó un instrumento cuantitativo en el que, con base en el
diagnóstico rural participativo, se consideraron las siguientes categorías de análisis:
Prácticas alimentarias, actividad física, atención a la Diabetes Mellitus tipo II, área
emocional, apoyo familiar y práctica de la medicina tradicional y entorno biocultural
comunitario. El instrumento consistió en 50 preguntas abiertas y se aplicaron a 7 sujetos,
cuatro mujeres y tres hombres que formaron el grupo focal, seleccionados con base a las
siguientes condiciones: ser diabético o ser propenso a padecerla y tener al menos 4 meses de
ser diabético.
Los resultados del diagnóstico social nos muestran que, de los 7 sujetos participantes en el
proyecto de intervención, dos sujetos se encuentran en el rango de edad de 45 a 50 años, un
sujeto entre la edad de 51 a 55, un sujeto entre la edad de 56 a 60 años, un sujeto entre la

1156
edad de 61 a 65 años, un sujeto entre la edad de 66 a 70 años un sujeto entre la edad de 71 a
75 años. Es decir, cinco sujetos se encuentran en la etapa de adultez media y dos sujetos en
la etapa de adultez tardía y, debido a esto, la diabetes puede acentuarse más en esta etapa de
la vida, lo que pone en riesgo la salud de los adultos diabéticos, aparte de otros padecimientos
asociados a la diabetes como lo es la insuficiencia renal, el pie diabético e hipertensión
arterial.
En cuanto al tiempo en que han padecido esta enfermedad, un adulto tiene 4 meses
de haber sido diagnosticado, dos adultos tienen 2 años de haber sido diagnosticados, dos
adultos tienen 4 años de haber sido diagnosticados, un adulto tiene 18 años de haber sido
diagnosticado y un adulto tiene 23 años de haber sido diagnosticado. Es decir, hay un sujeto
diabético que fue diagnosticado en la etapa de adultez temprana y otro adulto en la edad de
adultez media; esta situación nos muestra como la diabetes no es exclusiva de la etapa adulta
tardía, sino que se presenta en poblaciones cada vez más jóvenes, que son vulnerables debido
a condiciones como la obesidad, el aumento de triglicéridos y la práctica de estilos de vida
poco saludables.
Aunado a esto, los adultos diabéticos perciben la alimentación que ponen en práctica
en su vida cotidiana como inadecuada. Aunque mantienen un interés por elaborar alimentos
e incluyen en su dieta alimentos propios de su comunidad, el consumo de carnes, frutas y
verduras, también consumen alimentos procesados e industrializados. De los 7 sujetos
diabéticos, el 57.14% consume con mucha frecuencia alimentos industrializados con un total
de 4 sujetos; el 28.57% consumen con frecuencia alimentos industrializados con un total de
2 sujetos y el 14. 29% consume con poca frecuencia alimentos industrializados con un total
de un sujeto. Es decir, el estilo de alimentación y la presencia en la comunidad de alimentos
procesados como embutidos y refrescos ponen en riesgo el cuidado y conservación de la
salud. No obstante, el 71.43% de los adultos diabéticos considera muy difícil dejar de
consumir alimentos industrializados y el 28.57% considera que es difícil dejar el consumo
de alimentos industrializados. Es decir, los alimentos industrializados se han internalizado de
tal manera que, existe una resistencia al dejarlos por el vínculo emocional y estatus social
que se genera al interior de la comunidad. Aunque su unidad de Salud en la que reciben
atención médica los sujetos diabéticos, emite recomendaciones para poner en práctica una
1157
dieta saludable y adecuada, estos esfuerzos no son suficientes para que los adultos diabéticos
tomen conciencia del impacto que estos alimentos generan en su salud.
También, los 7 adultos diabéticos, mencionan que incluyen en su dieta el consumo de
frutas y verduras con mucha frecuencia, con frecuencia y con poca frecuencia; en este
sentido, el 100% de los adultos diabéticos tiene interés por aprender y poner en práctica
alternativas de alimentación saludable para fortalecer su dieta local. En relación con la
activación física el 71% de los sujetos diabéticos pone en práctica el caminar como actividad
física con un total de 5 sujetos y el 29% considera las actividades del hogar como actividad
física con un total de 2 personas. Es decir, el 57.14% considera que la activación física es
muy beneficiosa para el cuidado y preservación de la salud, con un total de 4 sujetos y el
42.86% considera que la activación física es beneficiosa para el cuidado y preservación de la
salud, con un total de 3 sujetos.
La Unidad de Salud en la que son atendidos los adultos diabéticos recomienda como
parte del cuidado de la salud, la realización de activación física; por lo cual, el 57.14%
considera que la activación física ayuda, con un total de 4 sujetos, el 28.57% considera que
la activación física evita enfermedades, con un total de 2 sujetos y el 14.29% considera que
la activación física ayuda a controlar el azúcar y a bajar de peso. De los 7 sujetos diabéticos,
el 85.71% estaría dispuesto a realizar caminatas como activación física y el 14.29% estaría
dispuesto a realizar estiramientos corporales como parte de ejercicios de activación física,
con disposición e interés por realizar ejercicios en grupo, así como de construir materiales y
equipo.
En relación con la control de la diabetes, el 28. 57% de los adultos diabéticos si lleva
un control adecuado de su enfermedad con un total de 2 sujetos, el 28.57% no lleva un control
adecuado, con un total de 2 sujetos, el 28.57% intenta llevar un control, con un total de 2
sujetos y el 14.29% a veces lleva un control adecuado de su padecimiento. el no llevar un
control de la diabetes pueden desencadenar problemas de salud a corto plazo, como la
hipoglucemia, la hiperglucemia o la cetoacidosis diabética. A largo plazo, la falta de control
de la diabetes puede dañar el corazón, los riñones, los ojos y los nervios. Esto significa que
los adultos diabéticos también pueden desarrollar problemas de corazón, problemas renales,
de visión y del sistema nervioso.
1158
En cuanto a la atención de la salud, del total de los 7 adultos diabéticos, el 28.57% si
considera recibir una atención adecuada en su unidad de Salud, con un total de 2 sujetos, el
57.14% considera no recibir una atención adecuada, con un total de 4 sujetos y el 14.29%
considera que a veces recibe una atención adecuada. El 57.14% considera que sí son
atendidos en su Unidad de Salud, el 14. 29% menciona no ser atendido y el 28.57% considera
que la atención que les brinda su unidad de Salud es tardada. Aunado a esto, el 43% de los
adultos diabéticos no cuentan con los medicamentos específicos para el control de su
enfermedad, el 14% menciona que a veces le proporcionan el medicamento específico y el
48% externa que su Unidad de Salud si le proporciona los medicamentos específicos para el
control de su enfermedad; lo que se traduce en que el 57.14% lleva un mes sin recibir
medicamento, el 28.57% tiene 2 meses sin recibir medicamento y el 14.29% lleva más de
dos meses sin recibir tratamiento por parte de su Unidad de Salud.
Dentro de las causas del padecimiento de la diabetes, el 28.57% de los adultos
diabéticos considera que enfermó de diabetes mediante el susto que, de acuerdo con la
Medicina Tradicional Mexicana, es una enfermedad originada por una fuerte y repentina
impresión derivada del encuentro con animales peligrosos, objetos inanimados y entidades
sobrenaturales, así como por sufrir una caída en la tierra o en el agua; y, en general, producto
de cualquier episodio traumático que amenace la integridad física y/o emocional del
individuo. De la misma manera, el 28.57% atribuye su enfermedad al exceso de
preocupaciones, el otro 28.57% señala que su padecimiento se debe a su alimentación y el
14.29% considera que es diabética por condición hereditaria.
Al momento de ser diagnosticados como diabéticos, el 57.14% de los adultos
experimentó tristeza, el 28.57% experimentó frustración y el 14.29% experimentó enojo. El
100% menciona que ha experimentado sentimientos de temor en relación a la enfermedad.
En la actualidad el 85.71% de los sujetos diabéticos se siente bien emocionalmente y el
14.29% se siente desesperado debido a las múltiples consecuencias que trae la diabetes en la
vida de los adultos. Desde lo familiar, Los 7 adultos diabéticos consideran que su familia si
les brinda el apoyo necesario para el cuidado de su salud. Del total de los 7 adultos diabéticos,
el 28.57% recibe apoyo en la asistencia a citas médicas con un total de 2 sujetos, el 57.14%
se siente apoyado en el control en la dieta, con un total de 4 sujetos y el 14.29% siente apoyo
1159
en el control de medicamentos. También, el 100% de los adultos diabéticos percibe como
positivo el comportamiento familiar mientras que el 0% lo considera negativo.
El 42.86% de los adultos diabéticos considera que su dinámica familiar es muy buena,
el 57.14% percibe su dinámica familiar como buena y el 0% percibe a su familia como mala.
En cuanto al cuidado de los adultos diabéticos, el 14.29% menciona que el esposo y los hijos
le acompañan en el tratamiento y cuidado de la salud, el 42.86% mencionan que se sienten
apoyados por algunos familiares, el 28.57% se encuentra bajo el cuidado de los hijos y el
14.29% es cuidado por padres, esposa, hijos y familiares. En relación al autocuidado y control
de la diabetes, el 71.43% de los sujetos considera como alternativa de autocuidado comer
saludable y el 28.57% considera que llevar un control de su dieta es favorable para el cuidado
de su salud. No obstante, el 42.86% tienen algunos familiares diabéticos, el 14.29% tiene
hijos con diabetes, el 14.29% tiene padres y hermanos diabéticos y el 28.57% tiene hijos y
esposa con diabetes. Situación que muestra el incremento de la diabetes en la comunidad y
la necesidad de implementar proyectos que aborden estrategias biopsicosociales en el
tratamiento de dicha enfermedad.
En cuanto a la práctica de la Medicina Tradicional Herbolaria, los siete adultos
diabéticos mencionan que sí la integran en el control de su enfermedad. El 14.29% de los
adultos diabéticos consume el Neen, el 28.57% consume guadalupana, el 28.57% consume
hormiguillo, el 14.29% consume tres hojas y el 14.29% consume boldo para el control de la
diabetes.
El 42.86% de los adultos diabéticos consideran que el consumo de plantas
medicinales ayuda en el cuidado de su salud, el 28.57% considera que es bueno para la salud
y el 28.57% considera que es un tratamiento natural. La barquilla y tres hojas son las plantas
que mayormente se consumen, con un 57.14%, seguidas por la santa maría y albahaca con
un 28.57% y el hormiguillo con un 14.29%. Los 7 adultos diabéticos mantienen una relación
en el conocimiento sobre el uso de las plantas en el cuidado de la salud. El 57% de considera
que su Unidad si promueve el uso de la medicina tradicional herbolaria, mientras que el 43%
menciona que su Unidad de Salud no promueve la práctica de la medicina tradicional
herbolaria como parte del cuidado de la salud. En este sentido, los sietes adultos diabéticos
se muestran dispuestos a participar en el proyecto de Intervención para la práctica de la
1160
agroecología y el aprendizaje de los usos y aplicaciones de las plantas medicinales para el
cuidado de la salud.
El incremento de la Diabetes Mellitus tipo II en la comunidad Escolin de Olarte,
Municipio de Coatzintla, Veracruz, ha generado que tanto habitantes de la comunidad como
el Centro de Salud, estudiantes, profesionales y académicos de varias disciplinas, consideren
pertinente implementar a nivel comunitario estrategias de intervención que involucren
aspectos biopsicosociales que brinden una atención integral a usuarios diabéticos tipo II,
puesto que la parte biocultural, emocional, física y social de la comunidad pueden
fortalecerse mediante un trabajo transdisciplinario y desde una mirada social, particularmente
desde el Trabajo Social Intercultural. Este diagnóstico social comunitario abre el escenario
en que el Trabajo Social, las ciencias sociales, la psicología, el diálogo de saberes y la
agroecología puedan, mediante una relación transdisciplinaria, abordar la problemática de la
Diabetes Mellitus Tipo II a nivel comunitario, encaminado a trabajos de investigación y de
intervención que permitan establecer acciones para afrontar problemáticas de salud pública
actuales y futuras.

1161
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Viscarret, J. (2009). Modelos de Intervención en Trabajo Social. México: ALIANZA
EDITORIAL.

1163
Patrón de consumo en adolescentes estudiantes de secundaria: La
presencia de tabaco, alcohol y otras drogas y su relación con la evitación
escolar desde una perspectiva de género.
Blanca Diamantina López Rangel 285

Virginia Jasso Oyervídes 286


Alma Delia Aguirre Padilla 287
RESUMEN
El consumo de drogas es un fenómeno global que tiene implicaciones en diversas
aristas de la sociedad por ello es importante las investigaciones epidemiológicas que permitan
puntualizar en las intervenciones necesarias para cada población en riesgo y con ello realizar
una detección y canalización oportuna.
Desafortunadamente los adolescentes siguen siendo una población vulnerable y pueden
entrar peligrosamente en contacto con grupos de iguales problemáticos, vinculados a las
adicciones o en la implicación en grupos de pandillas, y esto generar serias consecuencias.
La presente investigación tiene como finalidad establecer el patrón de consumo en relación
con el tabaco, alcohol y drogas ilegales presentadas en estudiantes de secundaria y su
asociación con la evitación escolar desde una perspectiva de género.
La metodología se establece como cuantitativa, siendo un censo ya que se abarca a toda la
población estudiantil de ambos turnos de una escuela secundaria en Saltillo Coahuila,
compuesta por 679 adolescentes, con edades de 11 a los 16 años de edad que cursan el primer,
segundo y tercer grado de la Secundaria General # 5 Gral. Otilio González Morales
El instrumento aplicado cuenta con 92 reactivos los cuales están divididos en 7 apartados,
su estructura fue la Identificación sociodemográfica, las competencias socioemocionales,
masculinidades, la preocupación ambiental, disposición a la delincuencia, evitación escolar,
y la gravedad de depresión. Se concluye la importancia de generar bases epidemiológicas a

285
Universidad Autónoma de Coahuila correo [email protected]
286
Universidad Autónoma de Coahuila correo [email protected]
287
Universidad Autónoma de Coahuila correo [email protected]

1164
nivel local que permitan estructurar políticas de atención dentro de la salud pública y
específicamente de la salud mental.
Así mismo es necesario la generación de modelos de intervención con acciones
específicas ya sea preventiva y/o de tratamiento, para el Trabajo Social implica no sólo la
generación de conocimiento, mediante la investigación, se convierte en área para la
modificación de conductas, actitudes tendientes a mejorar la calidad de vida de la población.
Palabras clave: Consumo, adolescentes, drogas. escuela

Introducción
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS, Informe Mundial sobre
drogas, 2012) el incremento en el número total de consumidores en países en desarrollo como
México, tiene varias explicaciones, una de ellas apunta hacia el mayor crecimiento
demográfico, especialmente de su población joven y a la rápida tasa de urbanización. Otro
elemento que se suma a este panorama es el cierre de la brecha de consumo entre hombres y
mujeres en estas regiones, como consecuencia de la desaparición de las barreras
socioculturales y de una mayor igualdad de género.
En México el consumo de tabaco, alcohol y otras drogas ha tenido su variación estudios
realizados por el Instituto Nacional de Psiquiatría nos permite ver dicha evolución los
estudios en la población escolar han permitido ver anticipadamente diversos fenómenos que
posteriormente se hacen evidentes en la población general.
Sin considerar al tabaco y al alcohol, la marihuana fue la primera droga de uso hasta
principios de los 1980’s cuando los inhalables pasan a ocupar un lugar preponderante,
preferencia que cambia nuevamente hacia principios de los 90’s cuando la mariguana
recupera su primer lugar en la preferencia de la población, mismo que ha mantenido desde
entonces. (Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, 2017).
La Encuesta Nacional de Consumo de drogas en Estudiantes realizada en el 2014, es un
estudio epidemiológico que permite observar el patrón de consumo respecto a la prevalencia
en el consumo de tabaco, alcohol y drogas ilegales en México, la particularidad de esta

1165
encuesta es que se realiza abarcando la población infantil estudiantes de primaria ya que se
ha establecido que la edad de riesgo es a edades cada vez más tempranas.
El consumo de drogas en Coahuila se incrementó de 3.1 a 10.8%, del 2008 al 2016 según
datos de la ENCODAT (Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz,, 2017)
encuesta elaborada por la Comisión Nacional contra las Adicciones en México, respecto al
patrón de consumo de tabaco en Coahuila se establece que la prevalencia de fumadores actual
en el grupo de adolescentes es de 5.9%, siendo el 3.9% en mujeres y 7.8 en hombres.
En los niveles de secundaria y bachillerato el 53.2% de los estudiantes se mencionó haber
consumido alcohol alguna vez en su vida; para cada nivel educativo, el 41.9% de los hombres
y el 39.4% en las mujeres de nivel secundaria han consumido alcohol alguna vez en la vida,
mientras que en el bachillerato estos porcentajes se incrementan a 74.5% y 73.3%,
respectivamente (Tamez, 2016)
La edad en el consumo es importante ya que permite visualizar los grupo de mayor riesgo,
los grupos de edad de inicio del consumo de drogas ilícitas en Coahuila fueron: 10 a 14 años
(20.5%), 15 a 19 años (49.9%), 20 a 24 años (12.3%) y 25 a 29 años (7.2%), (A.C., 2018)
Aunque se podría argumentar que el origen del consumo de drogas se sitúa en la infancia
temprana, la iniciación real en el consumo comienza normalmente, para la mayoría de los
individuos, en la adolescencia temprana, y avanza a partir de aquí, según una secuencia
bastante bien definida, a lo largo de la adolescencia media Millman y Botvin como se citó en
(Becoña, 2002)
Existen diversas condiciones previas al consumo de sustancias denominados factores de
riesgo y protección, se entiende por factor de riesgo un atributo y/o característica individual,
condición situacional y/o contexto ambiental que incrementa la probabilidad del uso y/o
abuso de drogas (inicio) o una transición en el nivel de implicación con las mismas
(mantenimiento) (Clayton, 1992, p. 15) citado por (Becoña, Fernandez, Calafat, &
Fernandez-Hemida, 2014).
(Hawkins, 1992) hace referencia a los siguientes factores de riesgo: genéticos, ser hijos de
consumidores de sustancias psicoactivas, constitucionales, uso temprano de drogas (antes de
los 15 años) dolor o enfermedad crónica, factores fisiológicos, psicológicos, problemas de
salud mental, abuso físico, sexual o emocional socioculturalcia; familia: uso de drogas por
1166
parte de los padres y actitudes positivas hacia el uso de drogas, divorcio o separación de los
padres, problemas de manejo de la familia, bajas expectativas para los niños o para el éxito.
Así mismo tener iguales amigos que usan drogas, actitudes favorables hacia el uso de drogas,
conducta antisocial o delincuente temprana, escuela, carencia de cumplimiento de la política
escolar, poca dedicación a la escuela, fracaso escolar o abandono de la escuela, dificultades
en el paso de uno a otro curso, comunidad, leyes y normas de la comunidad favorables hacia
el uso de drogas carencia de una adecuada vinculación social deprivación económica y social
disponibilidad de drogas (incluyendo alcohol y tabaco). (Becoña, Fernandez, Calafat, &
Fernandez-Hemida, 2014)
Los factores de riesgo individual/iguales, alienación y rebeldía, conducta antisocial en la
adolescencia temprana, amigos que consumen drogas, actitudes favorables hacia el consumo
de drogas, primeros consumos tempranos de drogas. (Becoña, Fernandez, Calafat, &
Fernandez-Hemida, 2014). Dichas condiciones previas al consumo incrementan la
posibilidad de iniciarse en el consumo de drogas legales e ilegales, por lo que es importante
identificar el patrón de consumo entre la población de mayor riesgo que permita el
establecimiento de estrategias preventivas y de tratamiento y modificar la evolución de la
enfermedad.
Metodología
La presente investigación se realiza bajo un enfoque cuantitativo, el censo se
conformó por un total de 679 adolescentes estudiantes de una secundaria pública Gral. Otilio
González Morales ubicada en un polígono de pobreza en Saltillo Coahuila; la información
de esta investigación se recolectó a partir de un instrumento con 90 reactivos, los cuales
estuvieron divididos en 7 apartados, se realizó el análisis del Alfa de Cronbach del cual se
obtuvo una fiabilidad del .870, el alcance de la investigación fue descriptivo de tipo no
experimental y transversal.

1167
Resultados
Información sociodemográfica
Tomando en cuenta el sexo (gráfico 1), de los estudiantes de la secundaria Gral. N° 5 Otilio
González Morales, se puede observar que el total de alumnos es de 679 incluyendo turno
matutino y vespertino, la distribución indica que hay 46.72% de hombres y un 53.28% de
mujeres, puede indicar que en los hombres la tendencia al consumo de sustancias ilegales es
mayor al de las mujeres al ser mayor cantidad de estudiantes de este género.

Sexo de los participantes

53% 47%

Gráfico 1. Sexo de los participantes


Fuente: Elaboración propia

Se realiza una comparación de las edades (grafico 2), en la población general de la secundaria
investigada de las cuales el 36.93% hombres y mujeres encuestados corresponde a 14 años
siendo este rango la respuesta predominante, un 32.06% a 13 años, 19.45% a 12 años, el
10.91% corresponde a 15 años, mientras que el 0.39% simboliza a población de 11,16 y 20
años de edad.

Edad de los participantes


0%
14 años
11%
13 años
20% 37%
12 años
15 años
32%
11,16 y 20 años

Gráfico 2. Edad de los participantes


Fuente: Elaboración propia

1168
La edad en los estudios epidemiológicos es importante ya que permite tener un punto de
partida para definir la edad de riesgo siendo en nuestro país el consumo de sustancias a edades
cada vez más tempranas. Es decir, se ha encontrado que la edad es una variable fuertemente
relacionada con el consumo de drogas; y la precocidad en el uso de sustancias uno de los
principales predictores del abuso en la adolescencia.
Los grupos de edad de inicio del consumo de drogas ilícitas en Coahuila fueron: 10 a 14 años
(20.5%), 15 a 19 años (49.9%), 20 a 24 años (12.3%) y 25 a 29 años (7.2%), (A.C., 2018).
En relación al turno escolar de los estudiantes (grafico 3), se obtiene que el 32.37%
pertenecen al tuno vespertino y el 67.63% al tuno matutino, siendo esta la respuesta más
predominante de los estudiantes del turno matutino incluyendo hombres y mujeres.

Turno de los participantes

32% Turno matutino

68% Turno vespertino

Gráfico 3. Turno de los participantes


Fuente: Elaboración propia

Patrón de consumo: alcohol


La investigación en relación con las bebidas alcohólicas (gráfico 4), se observa que el
consumo de alcohol sigue prevaleciendo en la actualidad aun y cuando la venta de esta sigue
siendo ilegal para los menores de edad, un 9.18% menciona si haber tenido consumo de
alcohol, mientras que un 90.82% de la población estudiantil de ambos sexos comentó no
ingerir bebidas alcohólicas siendo esta una cifra muy pequeña ya que solo representa la
décima parte de los adolescentes consumidores.

1169
INGESTA DE BEBIDAS ALCOHÓLICAS
No ha consumido alcohol Si ha consumido alcohol

9.18

90.82%

Gráfico 4. ¿Ingieres bebidas alcohólicas?


Fuente: Elaboración propia

Se les preguntó a los estudiantes del turno matutino y vespertino si ha consumido un vaso de
bebida que contenga alcohol en los últimos 30 días, (gráfico 5), el 19.50% respondió si haber
bebido alcohol y el 80.50% contestó no haber consumido ninguna bebida que contuviera
alcohol. En comparación con estudiantes de nivel medio superior (Alanis, 2004) identifica
que el consumo actual de alcohol es del 66.3 %. Lo cual permite observar el consumo
incipiente en edades tempranas y la escalonada que se tiene conforme avanza la edad lo cual
implica una mayor autonomía en el individuo.

Consumo de alcohol últimos 30 días

Gráfico 5. ¿Has tomado al menos un vaso, copa o lata de bebidas con alcohol (cerveza,
bebidas preparadas, vino, licores) en los últimos 30 días?
Fuente: Elaboración propia

1170
Al analizar el ítem si ha consumido alcohol en los últimos 12 días (gráfico 6), el 20.85%
mencionó haber consumido bebidas con alcohol y el 79.15% expresó no haber consumido
obteniendo un porcentaje elevado al consumo de tabaco en los últimos 12 días. Debido a que
en los adolescentes el consumo del alcohol se asocia, muchas veces, con la diversión, el ocio
y la modernidad, y constituye un elemento que da estatus con su grupo de pares, lo que hace
más difícil su eliminación a pesar de las consecuencias negativas derivadas del consumo
excesivo.

Consumo en los últimos 12 días

Gráfico 6. ¿Has tomado al menos un vaso, copa o lata de bebidas con alcohol (cerveza,
bebidas preparadas, vino, licores) en los últimos 12 días?
Fuente: Elaboración propia

Continuando con el apartado del consumo de alcohol se tiene que el 37.82% de los alumnos
encuestados contesto haber tomado al menos un vaso de alcohol alguna vez en la vida
(gráfico 7), mientas que el 62.18% menciono no haber consumido.
En estos niveles el 53.2% de los estudiantes mencionó haber consumido alcohol alguna vez
en su vida; para cada nivel educativo, el 41.9% de los hombres y el 39.4% en las mujeres de
nivel secundaria han consumido alcohol alguna vez en la vida, mientras que en el bachillerato
estos porcentajes incrementan a 74.5% y 73.3%, respectivamente (Tamez, 2016). El consumo

1171
de alguna vez en la vida es importante ya que el contacto inicial de alcohol en edad temprana
implica mayor posibilidad de continuar en edades posteriores.

Consumo de alcohol alguna vez en la vida

Gráfico 7. ¿Has tomado al menos un vaso, copa o lata de bebidas con alcohol (cerveza,
bebidas preparadas, vino, licores) alguna vez en la vida?
Fuente: Elaboración propia

Patrón de consumo: tabaco


Siguiendo con el consumo de tabaco se les preguntó a los adolescentes si han consumido
tabaco alguna vez en la vida (gráfico 8) el 22.42% menciono si haberlo consumido y un
77.58% expresó no haber realizado este hecho. Actualmente el consumo de Tabaco es uno
de los principales problemas de salud pública a nivel mundial, no solo por la magnitud que
alcanza, sino por sus consecuencias en la salud individual del fumador activo.
El Banco Mundial señala que el tabaco es un problema mayor de las poblaciones pobres,
jóvenes, de bajo nivel educativo y de bajos ingresos. Las muertes atribuibles al consumo de

1172
tabaco representan sólo 5% en las poblaciones con una educación media y superior mientras
que este porcentaje se incrementa a 19% en los grupos que tienen primaria como máximo
nivel académico (Banco Mundial, 2017).

Tabaco: Consumo alguna vez en la vida

22%
No
Si
78%

Gráfico 8 ¿Has consumido tabaco alguna vez en la vida?


Fuente: Elaboración propia

El 7.47% de los estudiantes encuestados, mencionó si haber consumido tabaco en los últimos
30 días (gráfico 9), existe un 92.53% que expresó no haber consumido tabaco. A pesar de
que actualmente la sociedad conoce más los efectos nocivos del tabaco, los adolescentes
mexicanos y las mujeres siguen con el consumo pese a tener más de 4000 sustancias nocivas.
En un estudio realizado por Fleming, Gwynn y Leventhal (1985), citado en (Calleja, Garcia
Señoran, & Gonzalez Gonzalez, 1996) pudo observarse que los cigarrillos eran la primera
droga utilizada por los adolescentes; también se comprobó que el uso de dichas sustancias
aumentaba la posibilidad de que se consumieran otras drogas dos años más tarde.

1173
Consumo de tabaco en los últimos 30 días

7%
No

93% Si

Gráfico 9. ¿Has consumido tabaco en los últimos 30 días?


Fuente: Elaboración propia
En cuanto al consumo de los estudiantes consumidores de tabaco en los últimos 12 días
(gráfico 10), se obtuvo un 7.93% que respondió si haberlo consumido aún y cuando la
nicotina, en la combustión de un cigarrillo hay más de 4 mil sustancias químicas añadidas,
mientras que el 92.07% de los estudiantes hombres y mujeres comentó no haber consumido
tabaco.

CONSUMO DE TABACO EN LOS


120.00% ÚLTIMOS 12 DÍAS
100.00%
Tabaco últimos 12 dias
97.02%
80.00%

60.00%

40.00%

20.00%
7.93%
0.00%
No si

Gráfico 10. ¿Has consumido tabaco en los últimos 12 días?


Fuente: Elaboración propia

Patrón de consumo: drogas ilegales


Al analizar el apartado de drogas ilegales (gráfico 11), el 1.59% de los estudiantes hombres
y mujeres del tuno matutino y vespertino han consumido alguna droga ilegal de tal manera

1174
que el 98.41% no ha consumido drogas ilegales. Se conoce que el consumo de drogas
constituye en la actualidad un importante fenómeno social que afecta especialmente a los
adolescentes ya que la prevalencia del uso y abuso de drogas en la etapa adolescente son
altas, en la actualidad los adolescentes tienen que aprender a convivir con las drogas,
tomando decisiones sobre su consumo o la abstinencia de las mismas.
En Coahuila el 23.6% de la población de 12 a 65 años ha probado cualquier droga, ilegal o
médica fuera de prescripción médica, porcentaje mayor a la media nacional (1.3%). El
consumo de cualquier droga en el estado es mayor a la nacional 11.4% vs 10.3% En
particular, es mayor el porcentaje en el consumo de drogas ilegales en comparación con el
dato nacional (10.8 vs 9.9%), lo cual varia en el consumo de drogas médicas, porque el dato
estatal y el nacional son parecidos (1.4%, 1.3% respectivamente) (A.C., 2018).

Consumo de alguna droga ilegal


2%

No
Si

98%

Gráfico 11. ¿Consume alguna droga ilegal?


Fuente: Elaboración propia

El 2.36% de la población estudiantil establece si haber consumido alguna sustancia ilegal


(gráfico 12) en los últimos 30 días, aun así, existe el 97.64% de estudiantes que señalo no
haber consumido, es un momento crítico para los adolescentes consumidores porque puede
verse afectado por los efectos tóxicos de las drogas provocando problemas físicos, psíquicos
y los relacionados directamente con los procesos de neuroadaptación cerebral origen de la
enfermedad adictiva.

1175
Un primer acercamiento a las drogas ilegales incrementa el riesgo a desarrollar un consumo
adictivo, la adicción a sustancias es un fenómeno complejo, caracterizado por una evolución
que va desde el uso experimental, al uso social, el abuso y a la dependencia. A lo largo de
este camino el adolescente experimenta efímeras e intensas sensaciones de bienestar;
encuentra un medio rápido para escapar de situaciones emocionales difíciles y vive una falsa
ilusión de dominio ante las tareas del desarrollo psicosocial propias de la edad (Conyer, 2019)
Sustancia ilegal últimos 30 días

Gráfico 12. ¿Has consumido alguna sustancia ilegal en los últimos 30 días?
Fuente: Elaboración propia

En la pregunta que hace relevancia al consumo de alguna sustancia ilegal en los últimos 12
días (gráfico 13), el 3.26% de alumnos respondió si haber consumido, mientras el 96.74%
expreso no haberlo realizado.
Los estudios epidemiológicos que se realizan en el país son de suma importancia ya que
permiten observar el desarrollo de la enfermedad. Las Encuestas Nacionales de Adicciones
se llevan a cabo de manera periódica con la finalidad de medir la evolución del consumo de
sustancias y otras problemáticas de salud mental en población de 12 a 65 años. Los datos
recabados en la encuesta realizada en 2011 mostraron que en esta población incrementó el
uso de drogas ilegales de 4.6% en 2002 a 7.2% en 2011. Por sexo, a pesar de que los hombres
presentan mayor consumo de drogas ilegales (de 8% en 2002 paso a 12.5% en 2011), en las
mujeres el consumo aumenta 2.3 veces (de 1% en 2002 a 2.3% en 2011). (ENA, 2011).

1176
Sustancia ilegal últimos 12 días

Gráfico 13. ¿Has consumido alguna sustancia ilegal en los últimos 12 días?
Fuente: Elaboración propia

De acuerdo con la investigación realizada a estudiantes de la secundaria Gral. N° 5 “Otilio


González Morales”, entre los jóvenes de 11 a 16 años de edad confirmaron que el 6.91%
haber consumido alguna sustancia ilegal alguna vez en la vida (gráfico 14), lo cual es
preocupante debido a que tienen fácil acceso a consumo de ello aun y cuando la droga es
ilegal, mientras que un 93.09% de los alumnos expresó no haber consumido.
Sustancia ilegal alguna vez en la vida

Gráfico 13. ¿Has consumido alguna sustancia ilegal alguna vez en la vida?
Fuente: Elaboración propia

1177
Evitación escolar
Uno de los factores de riesgo hacia el consumo de sustancias tiene que ver con situaciones
que influyen en los adolescentes para evitar la asistencia a la escuela condición que puede
ser caracterizada por el temor y por ende se inicie un desapego que influya en bajo
rendimiento, desinterés y su posible deserción del contexto escolar.
A manera de obtener un análisis de frecuencias sobre la evitación escolar se preguntó a los
adolescentes si les da miedo ir a la escuela (tabla 1) en donde un 70.9% respondió nunca, el
12.6% dijo casi nunca, el 7.2% menciono casi siempre y el 3.3% dijo que siempre le da miedo
ir a la escuela, el no querer asistir a la escuela puede ocurrir en cualquier momento, pero es
más común en los adolescentes de 11 a 14 años, momentos en los que están enfrentando con
nuevos retos en la escuela elemental o intermedia. Estos adolescentes pueden estar
padeciendo un temor paralizante por tener que dejar la seguridad de la familia y del hogar.

Tabla 1. Frecuencias y porcentajes del miedo a acudir a la escuela


f %
Válido Nunca 541 70.9
Casi nunca 96 12.6
Casi siempre 55 7.2
Siempre 25 3.3
Total 717 94.0
Perdidos Sistema 46 6.0
Total 763 100.0
Fuente: Elaboración propia

Patrón de consumo con relación al género y turno escolar


En la presente (tabla 2) se muestra que el 49.7% de las adolescentes mujeres encuestadas
han consumido tabaco, lo cual representa un porcentaje considerable, situación que se
relaciona con lo que a nivel nacional se muestra, mientras que el 53.2% de los hombres
adolescentes encuestados refieren haber consumido tabaco, lo cual es representativo ya que

1178
el tabaco es una droga legal que contiene más de 4000 sustancias dañinas, según las encuestas
de adicciones en nuestro país, población masculina sigue siendo la de mayor consumo entre
la población.
Tabla 2. Frecuencias y porcentajes de tabaco y género.
f % f %
Si 165 21.6 Hombre 406 53.2
No 571 74.8 Mujer 356 46.7
Total 738 96.7 Total 762 99.9
Total 763 100.0
Fuente: Elaboración propia

En el análisis de frecuencias y porcentajes de la variable turno escolar vespertino (tabla 3),


refiere haber consumido tabaco alguna vez en la vida, mientras que el turno escolar matutino
el 67.6% de los adolescentes mostro haber consumido tabaco, obteniendo un porcentaje más
alto con los estudiantes del turno matutino.
Tabla 3. Frecuencias y porcentaje de tabaco y turno escolar.
f % f %
Si 165 21.6 Matutino 516 67.6
No 571 74.8 Vespertino 247 32.4
Total 738 96.7 Total 763 100.0
Total 763 100.0
Fuente: Elaboración propia

En la presente (tabla 4) se muestra que el 46.7% de las estudiantes encuestadas mencionó


haber consumido alcohol alguna vez en la vida, mientras que el 53.2% de los hombres refirió
haber consumido alcohol, lo cual es representativo ya que el alcohol es una droga legal que
contiene dopamina esta conlleva a efectos dentro del cuerpo debido a la cantidad de alcohol
en la sangre excede cierto nivel, En la actualidad, su consumo es una práctica difundida en
todos los sectores de la población mexicana convirtiéndose en la droga de mayor uso (Vallejo
& Valadez Figueroa, 2005).

1179
Tabla 4. Frecuencias y porcentajes de alcohol y género.
f % F %
Si 278 36.4 Hombre 406 53.2
No 457 59.9 Mujer 356 46.7
Total 735 96.3 Total 762 99.9
Total 763 100.0
Fuente: Elaboración propia

Alumnos del turno escolar vespertino el 32.4% menciono haber consumido alcohol alguna
vez en la vida (tabla 5), sin embargo, se muestra un porcentaje más alto con un 67.6% en
adolescentes del turno escolar matutino.
El consumo nocivo de alcohol conlleva una pesada carga social y económica para las
sociedades, también puede perjudicar a otras personas, por ejemplo, familiares, amigos,
compañeros de trabajo y desconocidos. Asimismo, el consumo nocivo de alcohol genera una
carga sanitaria, social y económica considerable para el conjunto de la sociedad (Salud O.
M., 2018).Se puede observar que es en la adolescencia en donde se inicia el consumo de
dicha sustancia que en posteriores períodos se puede desarrollar con mayor intensidad.
(ENA, 2011)

Tabla 5. Frecuencias y porcentajes de alcohol y turno escolar.


f % f %
Si 278 36.4 Matutino 516 67.6
No 457 59.9 Vespertino 247 32.4
Total 735 96.3 Total 763 100.0
Total 763 100.0
Fuente: Elaboración propia

En la presente (tabla 6) se muestra que el 46.7% de las adolescentes mujeres encuestadas han
consumido drogas ilegales, situación que se relaciona con lo que a nivel nacional se muestra,
mientras que el 53.2% de los hombres adolescentes encuestados refieren haber consumido
drogas ilegales. El género es una construcción social que va guiando el comportamiento
masculino y femenino dicha construcción puede influir en el consumo de tabaco, alcohol y
drogas ilegales.

1180
Tabla 6. Frecuencias y porcentajes de drogas ilegales y género.
f % f %
Si 51 6.7 Hombre 406 53.2
No 687 90.0 Mujer 356 46.7
Total 740 97.0 Total 762 99.9
Total 763 100.0
Fuente: Elaboración propia

En relación con el turno escolar (tabla 7) los adolescentes del turno vespertino el 32.4%
menciono haber consumido alguna droga ilegal, por otra parte, adolescentes del turno
matutino el 67.6% dijo haber consumido drogas ilegales, obteniendo un porcentaje con la
población del turno matutino.
Tabla 7.Frecuencias y porcentajes de drogas ilegales y turno escolar.
f % f %
Si 51 6.7 Matutino 516 67.6
No 687 90.0 Vespertino 247 32.4
Total 740 97.0 Total 763 100.0
Total 763 100.0
Fuente: Elaboración propia

Discusión y conclusiones

El consumo de drogas en nuestro país ha tenido sus variaciones después de casi 50 años que
ha sido estudiado en forma cada vez más estructurada, ello está permitiendo que se tenga un
panorama más específico del fenómeno que no está por demás decirlo se muestra con
estragos importantes en materia de salud pública.
El Instituto Nacional de Psiquiatría, ha realizado estudios en materia de adicciones desde el
año de 1975 en donde la droga de mayor uso eran los inhalables siendo el consumidor
principal los niños en condiciones de vulnerabilidad que habían abandonado la escuela o se
encontraban en situación de calle, para los años ochenta la marihuana desplaza a los
inhalables y el perfil sociodemográfico cambia ya que el consumidor se encuentra en
población estudiante (López, 2013)

1181
No obstante, la gran movilidad que ha tenido el consumo de marihuana entre los usuarios en
los últimos años está sentando las bases para que se registre una modificación en el perfil
sociodemográfico del consumidor
El consumo de drogas es una conducta aprendida por lo que el ser humano a través de los
valores, pensamientos y creencias va estructurando su aceptación o rechazo al alcohol, tabaco
y otras drogas (López, 2013).
Es decir, desde edades tempranas el individuo va adoptando estilos de comportamiento que
van marcando su desarrollo humano, el proceso permite la introyección de creencias,
pensamiento, y comportamiento que van estructurando conductas y estilos de vida en el ser
humano estilos y conductas que pueden estar a favor o en desventaja hacia su salud.
Por ello es importante destacar que la atención a esta problemática debe ser atendida no sólo
a los que ya son consumidores, es necesario brindar espacios de intervención para aquellos
que se encuentran en riesgo de consumir cualquier tipo de sustancia desde tabaco, alcohol y
drogas ilegales.
El consumo de drogas debe tener una atención desde la prevención, tratamiento y
rehabilitación así como su pertinente investigación tal como lo señala la (NOM-028, 2005)
para que la población de alto riesgo tenga la oportunidad de realizar dicho tránsito evolutivo
con la menor cantidad de riesgos posible.
Por eso es importante estructurar bases científicas para observar en el patrón de consumo del
tabaco, el alcohol y las drogas ilegales ya que ello permite identificar la población
consumidora para su adecuada atención, detectar aquellos adolescentes mujeres y hombres
que están en riesgo de consumir, e iniciar la prevención en edades cada vez más tempranas.
A nivel local se carece de esta información, por ello se debe plantear políticas que permitan
el desarrollo de la investigación y a su vez de estrategias de intervención tendientes a generar
el bienestar de la población desde la infancia hasta la edad adulta, ya que el consumo tiene
sus primeros inicios en población adolescente, pero se va incrementando con forme el
desarrollo evolutivo de hombres y mujeres.
Es importante recordar que toda la población tiene derecho a la salud, ello consiste en
proporcionar a los pueblos los medios necesarios para mejorar su salud y ejercer un mayor
control sobre la misma. Para alcanzar un estado adecuado de bienestar físico, mental y social
1182
un individuo o grupo debe ser capaz de identificar y realizar sus aspiraciones, de satisfacer
sus necesidades y de cambiar o adaptarse al medio ambiente (OMS, Carta de Otawa, 1986)

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1187
Estado de indefensión aprendida: características en una muestra de
jóvenes cubanos.

Maria Carla Lara Men 288


Chabely Torriente Menéndez 289
Yulior Ramírez Valladares 290 (Expositor)
Iris Rubi Monroy 291
RESUMEN
La indefensión aprendida afecta la actividad diaria de muchos jóvenes, donde la propia vida
puede depender de recursos efectivos de auxilio que brinde una tercera persona. Cuba es un
contexto donde aumenta el saldo migratorio joven, se disminuye los índices de fecundidad y
es cada vez más significativa la población adulta mayor que se mantiene residiendo en el
territorio nacional. El objetivo de nuestra investigación es identificar las variables predictoras
de desesperanza y reactividad interpersonal presentes en un grupo de 61 jóvenes cubanos
entre 18 y 29 años. Se desarrolló a través de un enfoque cuantitativo, utilizando el paradigma
postpositivista. En las subescalas de Desesperanza de Beck, se manifiesta un deterioro de la
motivación, la que puede llevar a dichos individuos a perder la esperanza de alcanzar sus
metas y renunciar a ellas, así como la tendencia a anticipar negativamente su futuro. Las
subescalas de Reactividad Interpersonal arrojaron la Preocupación Empática como elemento
más destacado. Según los resultados constatados, la desesperanza en este grupo de jóvenes
cubanos está sostenida fundamentalmente por la dimensión cognitiva, lo que indica que en
los esquemas mentales de estos sujetos se pueden identificar pensamientos asociados a la
imposibilidad de obtener el éxito o de encontrar solución a sus conflictos, la percepción de
no lograr salir adelante, la pérdida o disminución de su motivación, las actitudes negativas
acerca del futuro, las cuales pueden estar generadas por una interpretación distorsionada de
la realidad. Las conductas prosociales de estos jóvenes cubanos están fuertemente marcadas
por la preocupación empática, su compasión en relación con lo que ocurre en la vida de

1
Universidad Autónoma de Coahuila. [email protected]
289 Universidad Autónoma de Coahuila. [email protected]
290 Universidad Autónoma de Coahuila. [email protected]
291 Universidad Autónoma de Coahuila. [email protected]

1188
“otros”, define fundamentalmente las interacciones sociales que desarrollan, y la importancia
de ellas en su vida. La presencia de esquemas de vulnerabilidad cognitiva en la muestra
constituye un factor de riesgo para la manifestación de psicopatologías relacionadas con la
desesperanza, la depresión, la ansiedad, el estrés, entre otras.

Palabras Claves: desesperanza, reactividad interpersonal y jóvenes.

SUSTENTACIÓN TEÓRICA

Evaluar la salud de los individuos implica un acercamiento multifactorial, más allá del
cuidado físico. Supone tener en cuenta una detenida y minuciosa apreciación de la conducta
y emociones humanas. Ha de considerarse en el proceso que existen estados psicológicos que
inclinan al individuo hacia la enfermedad y el desequilibrio lo cual resulta válido para que la
mencionada evaluación reúna requisitos científicos y objetivos con el fin de revertirse en
intervenciones acertadas.

Tal es el caso, de la indefensión aprendida más allá de un término de academia se


aprecia como una situación que afecta la actividad diaria de muchos jóvenes, en las cuales,
la propia vida puede depender de recursos efectivos de auxilio que brinde una tercera persona.

Partiendo de este supuesto, González y Díaz (2015) en su estudio, asumieron la


base conceptual de la mencionada variable, propuesta por Bernaola (2007) quien apuntó que
la indefensión aprendida se define como el estado psicológico que puede producirse cuando
un individuo no logra controlar ni predecir los acontecimientos que configuran su vida y
como consecuencia se originan una serie de perturbaciones motivacionales, cognoscitivas y
emocionales (Bernaola, 2007 citado en González & Díaz 2015).

Refiriéndose a los efectos del estado psicológico, su frecuencia y relación con el


entorno; Seligman (1967) abordó la indefensión como un estado psicológico que se origina
con determinada frecuencia cuando los acontecimientos no son controlables por el sujeto. El
propio autor define que cuando que cuando una cierta reacción voluntaria del sujeto
permanece sin cambios o no ocurre, las consecuencias no se pueden controlar.

1189
Por otra parte, es mencionada como desesperanza aprendida por diferentes autores,
refiriendo que constituye uno de los conceptos psicológicos más importantes en los últimos
años, y se refiere al estado en que el individuo no emite respuestas para evitar un estímulo
aversivo, ya sea porque no encuentra un reforzador en la conducta de escape o huida, o bien,
porque no le es posible escapar (González & Hernández, 2012). Pierde la motivación, la
esperanza de lograr sus metas, desiste a la posibilidad de que las cosas puedan salir bien, se
solucionen o se mejoren.

Haciendo alusión a las causas que pueden generar este estado psicológico Charca y
Dueñas (2018) demostraron en su estudio como los estilos parentales de crianza influyen y
en determinado contexto educativo, determinan los aprendizajes de indefensión que puede
asumir un individuo. En el mismo sentido Uribe, (2019) propone una reformulación de la
teoría asumida hasta el momento con relación al tema indicando que, en la indefensión
aprendida, cada individuo origina y desarrolla creencias las cuales se fundamentan en la
causa del evento, lo cual se denomina sesgo atribucional mientras el resultado de este sería
locus de control.

Podríamos decir que, el estado clásico de indefensión aprendida surge cuando hay
un sesgo de atribución global, estable e interno ante acontecimientos desagradables. Del
mismo modo, la atribución causal global, se produce cuando el individuo asume que el origen
de los eventos negativos es constante en diversas situaciones, mientras que la atribución
causal específica se genera cuando la persona se explica que es exclusiva de una sola
situación.

La persona desesperanzada se caracteriza por una prevalencia de pesimismo excesivo,


de anticipación del fracaso, así como una visión negativa sobre sí misma y sobre el futuro
que se evidencia en la forma de pensar, actuar e interpretar la realidad. Smallheer, (2011)
encontró una relación directa estadísticamente significativa entre la desesperanza y los
síntomas depresivos, lo que indica que las personas con niveles más altos de indefensión
aprendida también reportan más síntomas depresivos. Abramson, Alloy, Metalsky, Joiner y
Sandin (1997) vinculan la desesperanza con la aparición de la depresión, aludiendo que las

1190
personas con desesperanza manifiestan una vulnerabilidad cognitiva la cual está constituida
por tres patrones inferenciales desadaptativos:

a) La persona tiende a inferir que es probable que los factores que le afecten persistan
durante el tiempo y que es probable que interfiera en distintas áreas de su vida, así como que
causen otros sucesos negativos.

b) Tendencia a inferir que los sucesos negativos presentes, conducirán a eventos


negativos futuros.

c) Tendencia a inferir características negativas sobre si misma cuando ocurren


sucesos negativos.

La antes mencionada teoría establece que la indefensión aprendida se manifiesta a


la par de la creencia de que sobrevino la situación incontrolable por alguna característica
personal. La atribución causal externa indica que la creencia de que la situación
aparentemente incontrolable surgió por fuerzas externas e independientes a la persona.
(Seligman, 1985; Uribe, 2019).

En esta misma línea de pensamiento, la indefensión aprendida reformulada propone


en si una atribución causal interna de indefensión personal o la creencia de que la situación
incontrolable se produjo debido a alguna característica personal implícita, de ahí que las
atribuciones causales internas se asocien a la baja autoestima en el individuo. Estas, por su
parte, indican indefensión universal o la creencia de que la situación, perceptiblemente
incontrolable, surgió debido a fuerzas externas e independientes (Abramson, Seligman &
Teasdeale, 1978).

Puede confirmarse tomando como base los anteriores planteamientos que asumir
patrones de pensamiento desadaptativos como los mencionados formarán parte de esquemas
de aprendizaje donde el individuo desarrollará la expectativa de un futuro donde tampoco
habrá proporción directa entre las acciones y las consecuencias. Por consiguiente, la
indefensión aprendida produce un rápido deterioro cognitivo al no usar mecanismos
adaptativos de respuesta a situaciones traumáticas o iniciar respuestas voluntarias que le

1191
permitan ejercer control sobre los sucesos del ambiente, incluso dificulta y limita a la persona
para aprender que su respuesta ha sido eficaz, aun cuando realmente lo haya sido (Marrero,
2015).

La comprensión conceptual de este fenómeno que explica la forma en que se


aprende la indefensión, se ha incrementado paulatinamente permitiendo a la comunidad
científica acceder a lo que hace pocos años fuera un enigma siendo ahora reconocida como
un factor determinante de graves problemas psicológicos.

Ocasionalmente, se asemejan la desesperanza con la decepción y con la


desesperación. La decepción se refiere a la percepción de una expectativa no alcanzada, y la
desesperación, a la pérdida de la paciencia y de la tranquilidad, la cual detona un estado
ansioso y angustiante, en el que el que se avizora un futuro atemorizante (González &
Hernández, 2012). Por su parte, podríamos decir que la desesperanza, es la percepción
absolutista de que no queda más que hacer, la persona abandona el interés por lograr sus
metas y aspiraciones, desiste de ellos, lo cual perjudica su salud física y mental.

González y Hernández (2012) en alusión al tema refieren que cuando el individuo


no alcanza el logro existencial, desencadena dentro de sí, estados emocionales negativos
asociados a la desesperanza, caracterizada por la duda sobre el sentido de la vida, así como
por incertidumbres e indeterminaciones trayendo consigo la percepción sobre la falta de
control sobre la propia vida, consecuente estado de inactividad. Dicho estado de indefensión
y desesperanza constituyen predictores del riesgo suicida. Del mismo modo, García, Gallego
y Pérez (2009) determinaron una estrecha relación entre los componentes sentido de la vida
y desesperanza, lo cual les dirigió a reafirmar su hipótesis de que mientras menor es el logro
de la vida pues mayor serán los índices de desesperanza.

Un individuo que tiene afectada la percepción de sí mismo, así como la percepción


del entorno se le dificultará experimentar sentimientos y emociones que involucren otras
personas. De hecho, la Teoría Social Cognitiva postula que las creencias de autoeficacia son
claves en la comprensión de la competencia emocional de los individuos, así como para
lograr el éxito durante la interacción humana (Bandura, 2006). Por ello, sentimientos como

1192
la amistad, la conexión social y la cooperación son impulsadas por la autoeficacia del
individuo (Bandura, Caprara, Barbaranelli, Gerbino & Pastorelli, 2003).

En este marco, adquiere vital relevancia la empatía conceptualizada por los autores
Mestre, Frías y Samper (2004) como: “la respuesta emocional que procede de la comprensión
del estado o situación de otra persona y es similar a lo que la otra persona está sintiendo. Por
lo tanto, la respuesta empática incluye la capacidad para comprender al otro y ponerse en su
lugar, a partir de lo que se observa, de la información verbal que la otra persona está
sintiendo” (p.255).

Sobre el mencionado concepto de empatía Eisenberg (2000) refiere que desempeña


un rol determinante en la determinación prosocial de las personas y se concibe como la
reacción afectiva de compartir su estado emocional que puede producir ansiedad, malestar o
tristeza y su definición se amplía si se consideran todos los aspectos de la conducta que
permiten establecer una interacción humana significativa sin limitarse al campo de las
emociones y sentimientos (Gallese, 2001).

Recobra vital interés por parte de los autores del presente artículo, la evaluación o
medición de la variable empatía a través del Índice de Reactividad Interpersonal (IRI) (Davis,
1980,1983) al ser una de las medidas de autoinforme más utilizadas para el efecto. En su
momento fue un trabajo pionero en la construcción de instrumentos de evaluación
psicológica.

El método utilizado por Davis (1983) para la confección de este fue la elaboración de
una piscina de preguntas compiladas considerando otras pruebas ya construidas. Contiene
dos escalas principales, una de ella para medir empatía de tipo cognitivo y la otra basada en
la empatía de tipo emocional. Miden cuatro dimensiones del concepto global de empatía las
cuales serían Toma de perspectiva (PT), Fantasía (FS), Preocupación empática (EC) y
Malestar personal (PD), con siete ítems cada una de ellas. Uno de los aspectos más llamativos
del instrumento es que permite medir tanto el aspecto cognitivo como la reacción emocional
del individuo al adoptar una actitud empática. (Mestre, Frías & Samper, 2004). Este

1193
instrumento ha sido aplicado en diferentes estudios para evaluar las diferencias de género en
la disposición empática, el desarrollo y la conducta prosocial en poblaciones de adolescentes
y jóvenes (Davis,1983).

Adentrándonos en las características de la muestra sobre la que se ha trabajado, cabe


mencionar que la sociedad cubana actual enfrenta importantes retos y desafíos políticos y
sociales ante la actualización de su Modelo Económico. En los últimos años se ha
evidenciado la disminución de los índices de natalidad y por ende de su crecimiento
poblacional, y ante una esperanza de vida entre los 64 a 78 años, se ha convertido en uno de
los países más envejecidos de Latinoamérica (Torrado et al., 2014).

Según el Anuario Demográfico de Cuba (2018) en la isla residen 2,164,346 millones


de habitantes entre los 15 y los 29 años, pero asimismo se ha levantado información relevante
sobre el aumento de la inmigración liderada por jóvenes que buscan nuevas oportunidades y
ventajas en territorios extranjeros, así como se han elevado los índices de embarazo
adolescente (Rodríguez & Albizu-Campos, 2015).

En un contexto donde aumenta el saldo migratorio joven, se disminuye los índices de


fecundidad y es cada vez más significativa la población adulta mayor que se mantiene
residiendo en el territorio nacional, cabe preguntarse ¿qué está pasando con el sector
poblacional joven? ¿Qué expectativas tienen sobre su futuro? ¿Qué relación existe entre sus
motivaciones personales y sus conductas prosociales?

A partir de lo antes expuesto el objetivo general del presente trabajo fue identificar
las variables predictoras de desesperanza y reactividad interpersonal presentes en un grupo
de 61 jóvenes cubanos entre 18 y 29 años.

MÉTODO

La investigación se desarrolló a través de un enfoque cuantitativo desde un paradigma


postpositivista, dado que, los resultados que se obtuvieron describen los estados de
indefensión aprendida y de reactividad interpersonal.

1194
Participantes

La muestra estuvo compuesta por 61 jóvenes cubanos, con edad promedio de 25.69 y
desviación estándar de 2.57. El 6.6% de los sujetos se ubica en las edades entre 18 a 21 años,
el 29.5% de 22 a 25, y, el 63.9% de 26 a 29 años. Un 63.9% (n = 39) estuvo constituido por
mujeres y el 36.1% (n = 22) por hombres.

De los individuos, el 65.6% (n = 40) viven con su familia, 19.7% (n = 12) vive con
su pareja, 8.2% (n = 5) vive solo y el 6.6% (n = 4) vive con sus amigos. Con relación al
estado civil, el 70.5% (n = 43) no tiene pareja y el 29.5% (n = 18) posee pareja actualmente;
el 65.6% (n = 40) trabaja, el 49.2% (n = 30) estudia y el 1.63% (n = 1) ni trabaja ni estudia.
Asimismo, el 57.4% (n = 35) de los participantes no ha acudido a terapia psicológica mientras
que el 42.6% (n = 26) sí lo ha hecho; el 50.8% (n = 31) no realiza actividad física y el 49.2%
(n = 30) si realiza alguna actividad física o deportiva en su tiempo libre.

Materiales o Instrumentos
La recolección de datos se realizó a partir de la implementación de dos instrumentos: la
Escala de Desesperanza de Beck, Weissman y Trexler (1974), en su versión en español
adaptada por Aguilar y colaboradores (1995); y la Escala de Reactividad Interpersonal
(Davis, 1980,1983) en su versión española (Mestre, Frías & Samper, 2004), cuyas principales
características son las siguientes: medir tanto el aspecto cognitivo como la reacción
emocional del individuo al adoptar una actitud empática, las subescalas PT (Toma de
Perspectiva) y FS (Fantasía) evalúan los procesos más cognitivos, la puntuación en Toma de
perspectiva indica los intentos espontáneos del sujeto por adoptar la perspectiva del otro ante
situaciones reales de la vida cotidiana, es decir, la habilidad para comprender el punto de
vista de la otra persona.

La subescala de Fantasía evalúa la tendencia a identificarse con personajes del cine y


de la literatura, es decir, la capacidad imaginativa del sujeto para ponerse en situaciones
ficticias (Mestre, Frías & Samper, 2004: 255).

1195
Escala de Desesperanza de Beck (Beck et al., 1974), constituye una escala dicotómica
emplea una medición los factores cognitivo, afectivo y motivacional. El factor cognitivo hace
alusión a las expectativas del futuro, así como a las anticipaciones negativas respecto a la
propia vida del sujeto, Con un α =0.53, por su parte el factor afectivo explora los sentimientos
de esperanza, entusiasmo, felicidad y momentos agradables. Con un α =0.60. El factor
motivacional se orienta a obtener información referida a la pérdida de motivación de la
persona que se manifiesta en las decisiones de no querer esforzarse por algo que se desea o
no querer conseguir nada en especial (Alamo, Baader, Antúnez, Bagladi & Bejer, 2019). Con
un α =0.45.

Se obtiene una fiabilidad de α =0.93 según informan (Córdova & Rosales, 2011)
quien añaden que el mismo obtiene una consistencia interna y validez obtenida en pacientes
que se encuentran hospitalizados por intento de suicidio (Ibarra, Peñalosa, Jiménez & Díaz,
2000). Consta de 20 ítems, con opciones de respuesta de verdadero o falso. Las puntuaciones
que se obtienen se agrupan en tres subescalas: Afectiva (sentimientos sobre los
acontecimientos futuro); Motivacional (pérdida de motivación del sujeto con relación a su
futuro), y Cognitiva (expectativas que posee acerca del futuro) (Ware,1992).

Por su parte, la Escala de Reactividad interpersonal (Davis, 1980,1983), es una escala


tipo likert que evalúa multidimensionalmente el concepto de empatía a través de 28 ítems,
con cinco opciones de respuesta del 0 al 4. Con un α =0.701. Las puntuaciones resultantes
se distribuyen en cuatro subescalas: Toma de perspectiva (comprender la perspectiva de la
otra persona) con α =0.41, Fantasía (capacidad de recrear situaciones imaginativas) con α
=0.49, Preocupación empática (sentimientos de compasión ante experiencias negativas de los
demás) con α =0.48 y Malestar personal (sentimientos de ansiedad ante el malestar de los
otros) con un α =0.52.

1196
Procedimiento

La selección de la muestra se desarrolló de manera intencional a partir del criterio de


expertos. El levantamiento de información se originó mediante el autorreporte, donde se
diseñó una encuesta en línea, y su aplicación en jóvenes de entre 18 y 29 años, ocurrió durante
un período de 7 días en los que fue divulgada y compartida en diferentes redes sociales, en
las que además se garantizó el anonimato de los participantes.

Análisis de la información:

Para el análisis de la información fueron utilizadas la distribución de frecuencia y


porcentajes, los estadísticos descriptivos, la correlación de Pearson, y modelos de regresión
lineal. Los datos se procesaron mediante el paquete estadístico SPSS versión 24.

RESULTADOS

La Tabla 1, como se visualiza a continuación, describe las subescalas de Desesperanza de


Beck, en las que se manifiesta que la desesperanza total tiene un valor Máx =12, lo cual se
esperaba, pero entre las dimensiones que Beck (1979) define, la cognitiva y motivacional
expresa un valor Máx =5, no siendo así para la afectiva que tiene un resultado Máx =3. Como
refiere la literatura una menor motivación puede llevar a los individuos a perder la esperanza
de alcanzar metas y una renuncia a que salgan bien, con una percepción errónea sobre sus
acontecimientos futuros. Justamente este sentido absolutista, es lo que hace que aparezca un
estado perjudicial, que puede tener una repercusión en la salud mental y física.

Tabla 1.
Estadísticos descriptivos de las subescalas de Desesperanza de Beck (EDB).

N Mín Máx M DE
Desesperanza 61 .00 12.00 2.6721 2.71245
Total
Escala de
Desesperanza de Cognitivo 61 .00 5.00 1.2131 1.25319
Beck
Afectivo 61 .00 3.00 .3607 .73104

1197
Motivación 61 .00 5.00 .6393 1.11105

N válido (por lista) 61


Nota: Mín = Mínimo, Máx = Máximo, M= Media, DE = Desviación Estándar

Por su parte, en la Tabla 2 las subescalas de Reactividad Interpersonal arrojaron la


Preocupación Empática como elemento más destacado con una M =26.27, con una DE =4.26.
La información podría sugerir que la empatía que tienen estos jóvenes con las situaciones o
problemáticas de los otros tiene un impacto emocional negativo que procede de la
comprensión del estado o situación. La reacción emotiva puede producir tristeza, malestar o
ansiedad. Nuevamente nos encontramos ante un factor de riesgo en la salud mental de los
jóvenes cubanos.

Tabla 2.
Estadísticos descriptivos de las subescalas de Reactividad Interpersonal (ERI).

N Mín Máx M DE
Toma de 61 10.00 28.00 19.8689 4.26410
perspectiva
Escala de
Reactividad Fantasía 61 11.00 31.00 20.7705 4.63103
Interpersonal
Preocupación 61 19.00 33.00 26.2787 3.57366
empática

Malestar personal 61 8.00 27.00 17.4590 4.11329

N válido (por lista) 61


Nota: Mín = Mínimo, Máx = Máximo, M =Media, DE = Desviación Estándar

Asimismo, la correlación de Pearson entre las Subescalas de Reactividad


Interpersonal (ERI) y las subescalas de Desesperanza de Beck (EDB), tal como se evidencia
en la Tabla 3, muestran como la subescala Malestar Personal correlaciona positivamente con
las subescalas Afectivo, r =256* y Cognitivo , r =310* de desesperanza, aunque la
correlación más fuerte se alcanzan entre los factores de Malestar Personal y el puntaje total

1198
de la Escala de Desesperanza de Beck, este razonamiento podría señalar una disposición
empática o catastrófica ante las experiencias negativas de los demás, así como la
comprensión del problema del otro, y, podría estar indicando la anticipación de
consecuencias desesperanzadoras hacia el futuro en la muestra estudiada.

Tabla 3.
Correlación entre las Subescalas de Reactividad Interpersonal (ERI) y las subescalas de
Desesperanza de Beck (EDB).
Malestar personal
Desesperanza Total Correlación de Pearson .287*
Sig. (bilateral) .025
N 61
Cognitivo Correlación de Pearson .256*
Sig. (bilateral) .047
N 61
Afectivo Correlación de Pearson .310*
Sig. (bilateral) .015
N 61
* La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).

Como se puede observar en la Tabla 4, se ajustó un modelo de regresión lineal


múltiple mediante el método de pasos sucesivos, utilizando como variable dependiente la
puntuación total directa de la Escala de Desesperanza de Beck (Beck et al., 1974), las
variables independientes fueron las puntuaciones directas de las subescalas de la Escala de
Reactividad Interpersonal (Davis, 1980,1983): Malestar Personal, Toma de Perspectivas,
Fantasía y Preocupación Empática como se observa en la Tabla 6. El modelo arrojó como
variable predictora el Malestar Personal (β =.189 IC95% [0.25/.354]). El porcentaje de
predicción o explicación del modelo fue de 8.2%. Demostrando que los niveles de
desesperanza que reportan los estos jóvenes cubanos dependen principalmente del nivel de
malestar personal.

1199
Tabla 4.
Modelo de regresión lineal por pasos sucesivos para variables dependientes Escala de
Desesperanza de Beck.
CEN CE IC 95.0%
β ES β t p LI LS
(Constante) -.633 1.474 -.429 .669 -3.583 2.317
Malestar .189 .082 .287 2.302 .025 0.25 .354
Personal
Nota: CNE =coeficientes no estandarizados, CE =coeficientes estandarizados, p =nivel de
probabilidad, LI = límite inferior, LS = límite superior, R =.287 a R2 =.082

DISCUSIÓN

Según los resultados constatados, la desesperanza en este grupo de jóvenes cubanos está
sostenida fundamentalmente por la dimensión cognitiva, lo que a decir de Beck y Clark
(1998) indica que los esquemas mentales de los sujetos dirigen su percepción y
procesamiento de la información, orientando su comportamiento en la vida diaria. Los
pensamientos asociados a la imposibilidad de obtener el éxito o de encontrar solución a sus
conflictos, la percepción de no lograr salir adelante, la pérdida o disminución de su
motivación, las actitudes negativas acerca del futuro pueden estar generadas, por su
interpretación distorsionada de la realidad.

Como bien refiere González y Hernández (2012) “los esquemas son estructuras
funcionales de representaciones relativamente duraderas del conocimiento y la experiencia
anterior, y tienen la función de dirigir la percepción y codificar, organizar, almacenar y
recuperar la información del entorno. Los estímulos consistentes con los esquemas se
elaboran y codifican, mientras la información inconsistente se ignora o se olvida. Respecto a
los esquemas disfuncionales, el resultado del proceso anterior es un procesamiento
desadaptativo y distorsionado de la realidad y de la información, así como una ulterior
interpretación igualmente desadaptada y sesgada de la realidad” (p.315).

1200
Como se ha podido apreciar la desesperanza afecta los componentes afectivos,
cognitivo, motivacional y necesariamente influye en la esfera volitiva del sujeto al interferir
en su relación con el entorno, dado que su propio estado de inactividad condiciona una
disminución del interés por la interacción social (García, Gallego & Pérez, 2009).
Por su parte, las conductas prosociales de estos jóvenes están fuertemente marcadas
por la preocupación empática (Escrivá, Frías & Samper, 2004), su compasión en relación con
lo que ocurre en la vida de “otros”, define fundamentalmente las interacciones sociales que
desarrolla, y la importancia de ellas en su vida. La preocupación empática, da cuenta de que
los jóvenes cubanos evalúan las emociones de los otros, priorizándolas y postergando las
propias sin introyectarlas.
Asimismo, de acuerdo con los análisis de regresión, se evidencia que el malestar
personal resulta un predictor de la conducta desesperanzadora de estos jóvenes cubanos,
sostenido por la fuerte conexión entre las dimensiones cognitivas y afectivas, lo que podría
sugerir que los sentimientos de ansiedad que vivencian ante las experiencias negativas de los
otros, les genera pensamientos y emociones desesperanzadoras acerca de su propio futuro.
Teniendo en cuenta las características psicológicas del periodo etario en que se
encuentra la población, no se debe perder de vista que la Concepción del Mundo constituye
su neoformación central (Domínguez, 2007). Sus experiencias y vivencias intervienen
fuertemente en la construcción de significados más universales, por lo que la presencia de
esquemas de vulnerabilidad cognitiva constituye un factor de riesgo para la manifestación de
psicopatologías relacionadas con la desesperanza, la depresión, la ansiedad, el estrés, aunque
son alteraciones sobre las que se puede intervenir.

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1204
Necesidades de información al alta hospitalaria en pacientes con
enfermedad crónica

María Guadalupe Moreno Monsiváis 292


María Guadalupe Interial Guzmán 293
Leticia Vázquez Arreola 294
Julia Teresa López España 295

Resumen
El alta hospitalaria es un proceso vulnerable en la transición de la atención que
requiere de un plan anticipado que incluya identificar las necesidades de información al alta,
desarrollar una intervención educativa de calidad que responda a las necesidades
identificadas y finalmente garantizar que al egreso el paciente está preparado para el manejo
de su tratamiento. El objetivo fue determinar las necesidades de información al alta
hospitalaria en pacientes con enfermedades crónicas como base para diseñar una intervención
educativa que garantice el autocuidado del paciente en el hogar. Se trata de un diseño del
estudio descriptivo. La población se conformó por 200 pacientes con enfermedad crónica
dados de alta de un hospital público. Se utilizó una cédula de datos para perfilar a los
participantes y determinar necesidades de información al alta hospitalaria y la encuesta
MedMaiDE para identificar el dominio en el manejo de la medicación. Se utilizó estadística
descriptiva para el análisis de los datos. En el análisis global se encontró que las principales
necesidades de información corresponden al manejo de la medicación en el hogar, al
desconocimiento de la enfermedad y de la dieta. Respecto al manejo de la medicación 57%
señaló que no se le explicó cómo administrar su medicación, 50% no tiene claro si debe
resurtirlos y dónde, 48% refirió dudas del horario en el que debe tomarlos, 48% respecto a la
dosis y 38% en cuanto a la vía de administración. En conclusión, es relevante que los
administradores de salud fortalezcan el proceso de alta hospitalaria como una medida de

292 Universidad Autónoma de Nuevo León. Facultad de Enfermería. [email protected]


293
Universidad Autónoma de Nuevo León. Facultad de Enfermería. [email protected]
294
Universidad Autónoma de Nuevo León. Facultad de Enfermería. [email protected]
295
Universidad Autónoma de Nuevo León. Facultad de Enfermería. [email protected]

1205
calidad y seguridad a través de un plan estructurado y estandarizado que permita responder
a las necesidades de información de los pacientes con intervenciones educativas efectivas
que apoyen el dominio del conocimiento y habilidades para el manejo adecuado de su
tratamiento en el hogar.
Palabras clave: Necesidades de información, alta hospitalaria, enfermedades crónicas

Introducción
El sector salud se preocupa por otorgar educación a los pacientes durante su
hospitalización; muestra de ello es la estándar educación al paciente y a su familia, en el cual
se señala que es elemental que ellos adquieran los conocimientos y destrezas requeridos para
participar activamente en su cuidado (Consejo de Salubridad General, 2018). Es fundamental
educar a todos los pacientes; sin embargo, una prioridad para la Organización Mundial de la
Salud (2018) son los pacientes con enfermedades crónicas no transmisibles debido a que
requieren de cuidados específicos para evitar o retardar las complicaciones; por lo tanto, la
educación a este grupo de pacientes es una acción preventiva dirigida a evitar o disminuir
complicaciones (Castro-Meza, Pérez-Zumano, & Salcedo-Álvarez, 2017).
Es esencial educar a todos los pacientes con enfermedades crónicas no transmisibles;
sin embargo, en los pacientes hospitalizados es prioritario prepararlos antes de su egreso. De
acuerdo a Tixtha, Alba, Córdoba y Campos (2014) este es un proceso prioritario, es elemental
asegurarse de que el paciente está preparado para sus cuidados en el hogar, la finalidad es
retardar las complicaciones o evitarlas en la medida de lo posible. En los centros hospitalarios
el egreso se debe caracterizar por la implementación de un plan de alta; en el cual es
fundamental la identificación de necesidades de información del paciente, para que de
acuerdo a ellas se dirija una enseñanza de calidad que permita al paciente realizarse su
autocuidado. Al respecto, la literatura reporta que las principales necesidades de información
que requieren los pacientes están relacionadas con conocer respecto a su enfermedad,
medicación, dieta, manejo de complicaciones y disponibilidad de los servicios de salud
(Alkubati, Al Zaru & Ammouri, 2012; Yilmanz, 2017).
Como puede observarse es elemental contar con un plan de alta dirigido a los
pacientes para favorecer su autocuidado; por lo tanto, se plantea este estudio con el objetivo
1206
de determinar las necesidades de información al alta hospitalaria en pacientes con
enfermedades crónicas como base para diseñar una intervención educativa que garantice el
autocuidado del paciente en el hogar.

Material y Métodos:
El diseño del estudio fue estudio descriptivo (Polit & Beck, 2018). La población se
conformó por 200 pacientes con enfermedad crónica dados de alta de un hospital público de
tercer nivel de atención del área metropolitana de Monterrey; Nuevo León. La muestra se
estimó con el paquete estadístico n-Query Advisor 4.0, se calculó para un análisis de
proporciones con un nivel de significancia de 0.05 (Elashoff, Dixon, Crede & Fothenrigham,
2000), dando como resultado 200 participantes. Se consideraron tres criterios de inclusión:
- Pacientes con edad igual o mayor de 60 años de ambos sexos con alta hospitalaria.
- Pacientes con indicación de cuatro o más medicamentos al alta hospitalaria.
- Pacientes que aceptaron participar en el estudio de investigación y firmaron el
consentimiento informado.
Además, se consideró como criterio de exclusión pacientes en estado grave. Respecto
a los instrumentos, se utilizó una cédula de datos para perfilar a los participantes y determinar
sus necesidades de información al alta hospitalaria y para identificar el dominio en el manejo
de la medicación se aplicó la encuesta MedMaiDE. En relación a la cédula de datos de
identificación, ésta contenía información relacionada con edad, sexo, diagnóstico y
escolaridad. Se incluyó además un apartado del que se obtuvo información relacionada con
la prescripción de medicamentos para el alta y de tratamientos farmacológicos que el paciente
toma de manera permanente, se registró el nombre, dosis, vía de administración, horario; se
incluyó una pregunta abierta para identificar las necesidades de información al alta
hospitalaria relacionadas con la enfermedad, dieta y tratamiento farmacológico.
Para identificar el manejo de la medicación al alta hospitalaria se utilizó el
instrumento MedMaIDE de Orwing, Brandt, Gruber-Baldini (2006). Este instrumento consta
de 19 reactivos divididos en tres apartados, en el primero se identificó lo que una persona
debe conocer acerca de su medicación con siete preguntas, de las cuales sólo las primeras
cinco tienen una puntuación sumatoria para identificar las deficiencias en el manejo de la
medicación.
1207
El segundo apartado está dirigido a identificar si el paciente sabe cómo tomar sus
medicamentos y demostrar las habilidades para ello; este apartado contiene seis reactivos, de
los cuales sólo cinco de ellos tienen puntuación para la sumatoria. El tercer apartado
determina si el paciente conoce como obtener o tiene acceso a surtir sus medicamentos, este
apartado consta de seis reactivos, de los cuales solo los primeros tres tienen valor para la
puntuación sumatoria total. El instrumento contiene algunas preguntas que no tienen valor
para la puntuación sumatoria, sin embargo, son de interés para completar la información para
detectar riesgo o necesidades en el uso seguro de la medicación en el hogar.
El instrumento tiene opciones de respuesta dicotómica (sí/no). El paciente debe
contestar correctamente el reactivo, para recibir un “sí” el cual equivale a cero puntos, cuando
la contestación se califica con “no”, este tiene un valor de un punto. Al final se suman los
tres subtotales, donde el total de calificación para deficiencia en el manejo de la medicación
fluctúa desde cero puntos como calificación mínima, identificada como no deficiencia, hasta
13 calificación máxima de deficiencia en el manejo de la medicación. La consistencia interna
reportada a través del índice de K-R 20 ha oscilado de 0.71 a 0.75, lo cual se considera
aceptable.
Para la realización del proyecto de investigación, primero se sometió a revisión por
el comité de Ética e investigación y simultáneamente por el comité de investigación de la
institución donde se realizó el estudio. Una vez aceptado por las instituciones se estableció
coordinación con las Jefas de Enfermeras para establecer los mecanismos de recolección de
datos y los horarios establecidos para este procedimiento.
Se visitó el área hospitalización de Medicina Interna en el horario de 11:00 a 12:00
de la mañana, para la búsqueda de posibles altas, de acuerdo al programa de gestión de camas,
este horario concuerda con el recorrido diario que realizaron los directivos del programa de
gestión para revisar y corroborar juntos con ellos las notificaciones de las altas programadas
o pacientes de pre-altas del área de Medicina Interna para completar la búsqueda de pacientes
potenciales para el estudio.
Una vez identificados los pacientes de acuerdo con el recorrido se confirmó la
indicación del alta con la enfermera responsable y se corroboró en el expediente clínico; así
mismo se revisó la historia clínica y la valoración de enfermería para determinar si el paciente
1208
auto administra su medicación o requería apoyo parcial para su medicación prescrita al alta
hospitalaria. Después se rectificó la entrega de la receta y que se haya proporcionado la
educación para el manejo de la medicación de acuerdo con el plan de alta, estos últimos en
copia anexa al expediente. Se acudió con los pacientes seleccionados y se explicó el objetivo
del estudio, se solicitó su participación de manera voluntaria mediante la firma de la Carta
de Consentimiento informado. En el caso de rechazo a la participación o presencia de alguna
situación que impida la participación del paciente seleccionado se respetó la decisión.
Posterior a la autorización firmada del paciente, se procedió a la recolección de
información, primeramente se registró la medicación que declara el paciente a su ingreso y
la prescripción de los medicamentos para el alta, de acuerdo a la receta médica, se recolectó
los datos para el llenado del cuestionario MedMaIDE. Al finalizar, se agradeció al paciente
y familiar directo por su participación.
El análisis de los datos se realizó a través del paquete estadístico SPSS (Statiscal
Package for the Social Science) versión 19, se utilizó estadística descriptiva como frecuencias
y proporciones. Para describir las características sociodemográficas de los participantes se
aplicó estadística descriptiva correspondiente a frecuencias y porcentaje para las variables
categóricas y medidas de tendencia central y variabilidad para las variables continuas. El
proyecto de investigación se apegó a lo dispuesto por la Ley General de Salud en materia de
Investigación para la Salud (Secretaria de Salud, 1987).

Resultados
El perfil sociodemográfico de los participantes se caracterizó por un predominio del
sexo femenino con un 53.5%, el rango de edad de 60 a 69 años con un 61.5% y una
escolaridad de primaria en un 66.5%.

1209
Tabla 1. Características sociodemográficas de los participantes
Características f %
Género
Masculino 93 46.5
Femenino 107 53.5
Grupo de edad
60-64 77 38.5
65-69 46 23.0
70-74 34 17.0
75-79 18 9.0
80-84 16 8.0
85-89 9 4.5
Escolaridad
Sin estudio 25 12.5
Primaria 133 66.5
Secundaria 24 12.0
Preparatoria 3 1.5
Carrera técnica 13 6.5
Licenciatura 2 1.0
Nota: f=frecuencia, %=porcentaje n=200

Se observa que los diagnósticos que predominaron en los pacientes fueron diabetes
mellitus, hipertensión arterial e insuficiencia renal crónica con un 70% (Tabla 2).

1210
Tabla 2. Diagnósticos de los participantes

Diagnósticos f %

Diabetes mellitus (DM) 11 5.5


Hipertensión arterial (HTA) 38 19.0
DM + HTA 65 32.5
DM + HTA + Insuficiencia Renal Crónica (IRC) 75 37.5
HTA + IRC 11 5.5
Nota: f=frecuencia, %=´porcentaje n=200

En la Tabla 3 se muestra que el promedio de los medicamentos que tienen los


pacientes al ingreso de la hospitalización fue de 8.21 (DE=2.61), los medicamentos prescritos
al alta obtuvieron una media de 9.21 (DE=2.12). En cuanto al total de los medicamentos
similares al ingreso y al egreso correspondió a 5.88 (DE=2.45) y el total de medicamentos
diferentes a 3.98 (DE=2.67). El total de medicamentos con modificación a la dosis al ingreso
y al egreso fue de 1.18 (DE=1.14); similar a los medicamentos con modificación de horarios
al ingreso y al egreso con 1.15 (DE=1.13).

Tabla 3. Medicamentos prescritos de los pacientes


Medicamentos Media Mediana DE Mín Máx

Antes del ingreso 8.21 8.00 .61 3 17


Prescritos al alta 9.21 9.00 2.12 4 15
Medicamentos similares 5.88 5.50 2.45 1 12
al ingreso y al egreso
Medicamentos diferentes 3.98 4.00 2.67 0 12
al ingreso y al egreso
Medicamentos con modificación 1.18 1.00 1.14 0 4
de dosis al ingreso y al egreso
Medicamentos con modificación 1.15 1.00 1.13 0 4

1211
de horario al ingreso y al egreso

Nota: DE= desviación estándar, Mín=mínimo, Máx=máximo n=200


Se identificó que la información de la medicación se ubicó como la principal
necesidad de los pacientes al egreso hospitalario (M=4.98, DE=.10), seguido de información
de su enfermedad (M=4.93, DE=.21) y de la dieta (M=4.83, DE=.30).

Tabla 4
Necesidades de información en pacientes con enfermedad crónica
Necesidades M Mdn DE Valor Min Valor Max
Conocimiento de su
4.93 5 .21 3.75 5
enfermedad
Información de la
4.98 5 .10 3.86 5
medicación
Información de la dieta 4.83 5 .30 3.00 5
Manejo de
4.80 5 .23 2.33 5
complicaciones
Nota: Mdn=mediana, DE= desviación estándar, Mín=mínimo, Máx=máximo n=200
En la Tabla 5 se muestra la proporción de pacientes con déficit de conocimientos de
acuerdo a los dominios de la medicación, predominó la deficiencia acerca de cómo
administrar su medicamento, seguido de cómo obtenerlo.

Tabla 5 Distribución porcentual del déficit de conocimiento por dominios del manejo de la
medicación
Dominio % Sin déficit % Con déficit
Conocimiento:
Acerca de su medicación (horario, dosis) 55.4 44.6
Cómo administrar su medicamento 43.0 57.0
Cómo obtener su medicamento 50.0 50.0
Nota: f=frecuencia, %=´porcentaje n=200

1212
En cuanto al conocimiento acerca de su medicación, las principales deficiencias
correspondieron al desconocimiento acerca del motivo por el cual toman la medicación y la
dosis indicada con un 48%, respectivamente. Seguido del déficit de conocimiento de la
medicación que tomará al alta hospitalaria.

Tabla 6. Conocimiento acerca de su medicación


Conocimiento acerca de la medicación Si No
f % f %
Menciona la medicación que tomará en casa 112 56 88 44
Menciona el horario en que lo tomará 122 61 78 39
Menciona el motivo por el cuál toma 104 52 96 48
cada medicamento
Menciona la cantidad de cada medicamento 104 52 96 48
Nota: f=frecuencia, %=´porcentaje n=200

El desconocimiento del procedimiento en relación a cómo tomar o administrar la


medicación predominó con 90%, seguido de cuántas pastillas tomar según la dosis indicada
con 87%.

Tabla7. Conocimiento de cómo tomar o administrar los medicamentos


Conocimiento de cómo tomar los Si No
Medicamentos f % F %
Demuestra el llenado del vaso con agua 140 70 60 30
Retira la tapa del medicamento 110 55 90 45
Menciona el número de pastillas según la dosis indicada 26 13 174 87
Menciona procedimiento para administrar la medicación 20 10 180 90
Demuestra la cantidad de agua que toma para cada 130 65 70 35
medicamento
Nota: f=frecuencia, %=´porcentaje n=200

1213
En cuanto al dominio de cómo obtener la medicación al alta hospitalaria, se identificó
que predominó el desconocimiento acerca de si debe resurtir, cómo y dónde hacerlo con 66%
y 45%, respectivamente.
Tabla 8. Conocimiento de cómo obtener los medicamentos
Conocimiento de cómo obtener Si No
los medicamento f % f %
Le explicaron si debe resurtir los medicamentos 68 34 132 66
Conoce cómo y dónde resurtir los medicamentos 110 55 90 45
Cuenta con recursos para resurtir los medicamentos 120 60 80 40
Nota: f=frecuencia, %=´porcentaje n=200

Discusión
El identificar las necesidades de información al alta hospitalaria se considera una
prioridad al interior de las instituciones de salud por su vinculación con el apego al
tratamiento e impacto preventivo en las complicaciones de pacientes con enfermedad crónica
(Tixtha et al., 2014). Los resultados del estudio permitieron identificar que las principales
necesidades correspondieron a información acerca de la medicación, la enfermedad y la dieta,
hallazgos consistentes a lo reportado en la literatura por Alkubati et al. (2012) y Yilmanz
(2017). Esto pudiera atribuirse al perfil de los participantes donde predominó la polifarmacia,
pluripatologías, aunado a su condición de adultos mayores. Esto constituye un área de
oportunidad para el sistema de salud que demanda garantizar la existencia de planes de alta
hospitalarios que respondan a las necesidades reales de los usuarios.
Respecto al dominio del conocimiento acerca de la medicación, se encontró que la
principal deficiencia se atribuye a mencionar cómo tomará o administrará su medicación en
el hogar. Este hallazgo es similar a los resultados reportados por Mira, Navarro, Guilabert, y
Aranaz (2012) y por Vargas-Chaves y Sáenz-Campos (2013) quienes señalan que los errores
en la medicación son producto de la falta de conocimiento vinculado con el tratamiento
médico prescrito. Sin embargo, los resultados difieren a lo reportado por Puig, Perramon,
Zara y García (2015), quienes encontraron que un alto porcentaje de pacientes mencionaron

1214
cómo tomar cada uno de los medicamentos indicados y el motivo para el cual toman cada
fármaco. Esta diferencia pudiera atribuirse a que los participantes en este estudio tuvieron un
rango de edad de 18 años a más, lo que permite una mayor apropiación de la información y
dominio de habilidades.
En relación con el dominio correspondiente al conocimiento de cómo tomar sus
medicamentos, la mayoría de los participantes presentaron deficiencia al mencionar el
número de pastillas que se requiere según la dosis indicada, así como no tener claridad acerca
de cómo administrar los medicamentos prescritos. En cuanto a la dosis los hallazgos del
presente estudio coinciden con lo reportado por De Juan, Galán, Pastor, Pagán y De Antonio
(2011) y Vargas et al. (2013) quienes señalan que una alta proporción de sus participantes
tomaba menor dosis de la indicada. Respecto a la falta de claridad acerca de cómo administrar
la medicación, Crespillo, Rivas, Conteras, Castellano, Suarez y Pérez (2013) refieren que el
manejo de la medicación en el domicilio es complicado, por lo que se requiere asegurar
previo al egreso que el paciente reciba una información clara y entendible que le permita
apegarse al tratamiento prescrito.
Respecto al dominio correspondiente al conocimiento de cómo obtener los
medicamentos, se encontró que una alta proporción de los participantes reportaron
deficiencia, estas se relacionaron con no conocer si deben resurtir los medicamentos. Este
resultado es similar a los hallazgos de Orwing et al. (2006) y Moreno, Garza e Interial (2013),
lo cual se puede atribuir a las características de los participantes, una alta proporción de
pacientes son adultos mayores y con padecimientos crónicos degenerativos; que si bien
pueden tener identificado el proceso requerido para obtener su medicación para el
padecimiento crónico; cuando el tratamiento se modifica puede generar confusión para
resurtir la medicación.
En el presente estudio se encontró que al egresar el paciente tiene prescritos más de
nueve medicamentos. Este resultado es relevante, la literatura reporta que a mayor
polifarmacia existe mayor deficiencia en el manejo de la medicación, por lo tanto, se deben
enfatizar las necesidades de información de los pacientes en torno a su medicación; es
elemental implementar un plan de alta que contemple esta información individualizada. Si
las instituciones de salud no implementan protocolos de plan de alta con estas características,
1215
los pacientes están en riesgo de confusiones en el manejo de su medicación, sobre todo
cuando las dosis cambian (Núñez, Montiel, Martin, Torres, Lara, González, 2014).

Estos hallazgos permiten evidenciar la necesidad de establecer un plan de alta


estructurado y estandarizado que permita dar respuesta a las necesidades de información que
tienen los pacientes con enfermedad crónica degenerativa. Al respecto, López, Quijano,
Griñan, Carbajal, Honrubia, Merino, et al. (2010) proponen implementar una intervención
educativa dirigida al personal de enfermería para que desarrolle las competencias requeridas
para brindar un plan de alta que contemple el conocimiento de las enfermedades crónicas, el
manejo de la medicación y la dieta para que el paciente pueda continuar su tratamiento en el
hogar de forma segura. Así mismo, enfatizan que el paciente además de recibir la información
completa acerca de su tratamiento, también se debe reforzar a través de información escrita
que sirva de guía para el manejo de la medicación en el hogar.
Por su parte, Sánchez, Flores, Aguilar, Ruiz, Sánchez, Benítez, et al. (2012) señalan
que es necesario para fortalecer al interior de las instituciones los procesos vinculados con la
seguridad del paciente, que los administrativos desarrollen estrategias de capacitación al
personal, que permitan dar respuesta a las necesidades identificadas. Estos autores afirman
que la estrategia de capacitación al personal de enfermería se considera una medida de
seguridad para promover el conocimiento de este grupo de pacientes para su seguimiento en
el hogar. Así mismo, recomiendan evaluar el impacto en el paciente.
El presente estudio es relevante no sólo por destacar el rol de enfermería por su
participación en el plan de alta, si no por el beneficio que se daría al paciente con enfermedad
crónica de atender sus necesidades de información para evitar, minimizar o retardar
complicaciones que los afectan en su ámbito personal, laboral y social. Además, una vez
estandarizado el plan de alta se puede priorizar el apego del personal a este proceso de
atención. Si bien, existen lineamientos nacionales e internacionales (Consejo de Salubridad
General, 2018; NOM-004-SSA3-2012, Del expediente clínico, Joint Commissión
Internacional, 2011) que marcan las directrices para el desarrollo de políticas y el
cumplimiento de procedimientos vinculados con el plan de alta, estos requieren de estrategias
internas como intervenciones específicas con los profesionales de la salud que permitan
1216
empoderarlos con el conocimiento suficiente y adecuado para garantizar que los usuarios de
la atención, al egreso hospitalario cuenten con el conocimiento esencial para un adecuado
manejo de su enfermedad crónica y de la medicación en el hogar, aspecto fundamental que
de acuerdo a la literatura se vincula con otros resultados favorables como son la disminución
de complicaciones, reingresos hospitalarios y mejor calidad de vida (Sánchez, Gallardo,
Pons, Murgadella, Campins & Merino, 2012).

Conclusiones

Los resultados del presente estudio permitieron identificar las necesidades de


información al alta hospitalaria en pacientes con enfermedades crónicas. Las principales
necesidades correspondieron a información acerca de la medicación, la enfermedad y la dieta.
Respecto al dominio del conocimiento acerca de la medicación, la principal deficiencia se
atribuye a mencionar cómo tomará o administrará su medicación en el hogar. En relación al
dominio del conocimiento de cómo tomar sus medicamentos, la mayoría de los pacientes
presentaron deficiencia al mencionar el número de pastillas que se requiere según la dosis
indicada, así como no tener claridad acerca de cómo administrar los medicamentos prescritos.
En el dominio del conocimiento de cómo obtener los medicamentos, se encontró que la
principal deficiencia que corresponde a no conocer si deben resurtir los medicamentos.
También se encontró que, al egresar, los pacientes con enfermedades crónicas tienen
prescritos más de nueve medicamentos, lo cual hace más complejo el autocuidado. Estos
hallazgos ponen de manifiesto que es prioritario diseñar una intervención educativa dirigida
a los pacientes con enfermedades crónicas, que garantice el autocuidado del paciente al
implementar un plan de alta estandarizado e individualizado, que permita brindarle una
educación de calidad que lo prepare para auto administrarse sus medicamentos, le de los
fundamentos básicos, de su enfermedad para comprender sus cuidados y de nutrición para
basar su dieta en una alimentación adecuada. La transferencia de estos resultados a la práctica

1217
mediante un estudio de intervención fomentará un autocuidado seguro que dará como
resultados una mejor calidad de vida para las personas con enfermedades crónicas.

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1220
Política de atención para personas en situación terminal en México:
Avances y retos pendientes.

Elizabeth Ramírez Rodríguez 296


Héctor A. Mendoza Cárdenas 297
Resumen:

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (2015), en México
aproximadamente el 50% de la población llega al final de su vida padeciendo enfermedades
de las consideradas crónico degenerativas o con algún tipo de cáncer, las cuales se
acompañan de un deterioro en la salud física y psíquica del paciente, de sufrimiento o dolor
requiriendo tratamientos especializados en esa etapa final de la vida.

Considerando lo anterior, el derecho a la protección de la salud abarca la atención y cuidados


que una persona necesita al final de la vida, y este derecho se encuentra contemplado en la
legislación internacional y nacional, a través de los procedimientos denominados cuidados
paliativos.

El objetivo de esta ponencia es, realizar un análisis del contexto mexicano en materia de
políticas de salud, específicamente sobre las políticas para personas con enfermedades
terminales, abordando los cuidados paliativos, atención contemplada como parte de las
posibilidades que un paciente con enfermedad terminal tiene para ejercer su derecho a morir
con dignidad.

Se da inicio con los aspectos generales del tema, en los que se reflexiona la relación entre lo
que es una política social y el por qué los medios para tener una muerte digna es parte de las
políticas sociales de salud en nuestro país.

Posteriormente se da una explicación acerca de los cuidados paliativos contemplados en las


políticas en materia de salud para enfermos terminales que actualmente se implementa en
México, explicando cómo ha sido su evolución y los retos más importantes para que su

296
Facultad de Trabajo Social y Desarrollo Humano de la UANL, [email protected]
297
Facultad de Trabajo Social y Desarrollo Humano de la UANL, [email protected]

1221
aplicación en el país sea efectiva. Se concluye reflexionando acerca de la importancia del
diseño e implementación de un programa integral en cuidados paliativos que represente un
mecanismo efectivo para que las personas en etapas terminales puedan tener una muerte
digna y con el menor sufrimiento posible.

Palabras claves: Cuidados Paliativos, Muerte Digna, Vulnerabilidad, Programa Integral.

I Aspectos generales del tema

De acuerdo con Montagut (2014 p.21) define a la política social como “la intervención
pública que incide en el bienestar de las personas ya sea cambiando, manteniendo o
facilitando sus condiciones de vida”. A través de las políticas sociales, se busca mejorar el
bienestar humano y eso se logra por medio de servicios y prestaciones encaminadas a dar
cobertura a las necesidades de las personas en aspectos de educación, salud, vivienda y la
protección en general (Montagut, 2014).

Sin embargo, Adelantado, Noguera, Ramblada, y Sáez (2001), se cuestionan la visión


simplificada que se ha formado respecto a que las políticas sociales son para compensar las
desigualdades sociales producidas por el mercado, ya que las políticas sociales se construyen
en relación a la configuración y dinámica de las esferas de la estructura social (Instituciones
estatales, mercantiles, relacionales y el ámbito doméstico y familiar), esta relación produce
ejes de desigualdad que se reflejan en áreas como la salud. Ortiz, Pérez y Tamez (2014)
indican que, respecto a los servicios de atención médica, la evidencia muestra que en México
su uso y efecto están estratificados por la posición socioeconómica.

Además, de acuerdo una evaluación que se ha realizado sobre las políticas de salud en
México, a pesar de la implementación de políticas sociales, como el seguro popular 298, no se

298
El Seguro Popular como parte de las acciones de protección social impulsada desde la Estrategia Contigo es
Posible consistió en un conjunto separado de beneficios para los trabajadores del sector informal. Con la reforma
de 2002 a la Ley General de Salud se reconoció la protección social en salud, y en mayo de 2003 se creó la
Comisión Nacional de Protección Social en Salud de la Secretaría de Salud. El Seguro Popular forma parte del
sistema de salud y tiene como población objetivo a las personas no afiliadas a servicios de seguridad social
como el Instituto Mexicano del Seguro Social el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores
del Estado, para evitar que realicen gastos catastróficos por atender problemas de salud (Parrillat y Canela,
2016: 164).

1222
ha logrado el acceso total a los servicios de salud (Martínez, 2016). En el año 2018, el
Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (CONEVAL) presentó los avances
sobre el derecho a la salud en México, encontrándose que 109.9 millones de personas cuentan
con algún tipo de servicio médico con alguno de los proveedores del sistema nacional de
salud (IMSS,ISSTE, ISSTE Estatal, Pemex, SEMRNAT, SEDENA, IMSS Prospera y Seguro
Popular), sin embargo el 57% de la población ocupada, se encuentra en empleos informales,
eso equivale a que más de la mitad de la población es la que se encontraba afiliada al Seguro
Popular, servicio que sólo llegó a tener cobertura en 1621 enfermedades, por lo que es
evidente que no se logró alcanzar una cobertura universal.

La recomendación que realizó el CONEVAL (2018) es que se promueva esta cobertura para
todas las personas, entendida no sólo como ampliación de la afiliación sino como el acceso
a los servicios de salud requeridos con calidad y efectividad, para garantizar una atención
equitativa para toda la población y hacer una adecuada promoción del cuidado de la salud,
prevención de enfermedades y tratamiento de patologías (CONEVAL, 2018).

Teniendo lo anterior como contexto, la situación que impera respecto al derecho a la salud,
es desigual en su cobertura y en la calidad de su servicio, lo anterior se ve reflejado en la
atención que reciben los pacientes que enfrentan una enfermedad terminal, es decir que se
encuentran en la etapa final de su vida, dependiendo de un sistema de salud que presenta
deficiencias para dar cumplimiento con su obligación respetar, proteger y garantizar que el
acceso a los servicios médicos se brinden en las mejores condiciones hasta el final de la vida
de las personas.

Es importante señalar que el brindar atención y cuidados a las personas en etapa terminal que
les auxilie a tener una muerte digna, es un tema de atención de las políticas de salud, este
derecho se encuentra contemplado en la legislación internacional y nacional, a través de los
procedimientos denominados cuidados paliativos.

1223
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, los cuidados paliativos son aquellos
procedimientos que:

[…mejoran la calidad de vida de los pacientes y sus allegados cuando afrontan


problemas inherentes a una enfermedad potencialmente mortal. Previenen y alivian el
sufrimiento a través de la identificación temprana, la evaluación y el tratamiento
correctos del dolor y otros problemas, sean estos de orden físico, psicosocial o
espiritual…Los cuidados paliativos están reconocidos expresamente en el contexto del
derecho humano a la salud. Deben proporcionarse a través de servicios de salud
integrados y centrados en la persona…] (OMS, 2018, parr.1,3).

Por otra parte, el Pacto de Derechos Económicos Sociales y Culturales, PDESC (OEA, 1966),
el cual México ratificó en 1981, establece en su artículo 12 el derecho “al disfrute del más
alto disponible estándar de salud mental y físico posible”. Asimismo, el Comité del PDESC
en su Observación General No. 14 señala que es obligación de los Estados dar “prestación
de atenciones y cuidados a los enfermos crónicos y en fase terminal, ahorrándoles dolores
evitables y permitiéndoles morir con dignidad”. Los Estados no pueden negar o limitar el
acceso a los servicios paliativos.

En México, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, contempla


en su artículo 4 la protección de la salud (Diario Oficial de la Federación, 2012). Asimismo,
en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, se señala que el gobierno federal realizará las
acciones necesarias para garantizar que todas y todos los habitantes de México puedan recibir
atención médica y hospitalaria gratuita y que para eso se crea el Instituto Nacional de Salud
para el Bienestar, dando servicio en todo el territorio nacional y dirigido a las personas que
no cuenten con IMSS o al ISSSTE y destaca que dicha atención se basa en los principios de
participación social, competencia técnica, calidad médica, pertinencia cultural, trato no
discriminatorio, digno y humano (Presidencia de la República, 2019).

Asimismo, en México los cuidados paliativos se contemplan en la Ley General de Salud


desde el año 2009, a continuación, se aborda su evolución histórica en el país.

1224
II Evolución de las políticas de atención para personas en situación terminal

Se considera oportuno analizar la evolución que han tenido las políticas de salud para dar
atención a personas con enfermedad terminal; políticas que incluyen la atención a través de
cuidados paliativos. Se comenzará describiendo el desarrollo que han tenido estas políticas
encaminadas a brindar atención integral a las personas que así lo requieran.

El derecho a la protección de la salud abarca la atención y cuidados que una persona requiere
al final de la vida, y este derecho se encuentra contemplado en la legislación internacional y
nacional, a través de los procedimientos denominados cuidados paliativos.

La Organización Mundial de la Salud explica cómo los cuidados paliativos mejoran la calidad
de vida de los pacientes y su familia cuando enfrentan enfermedades mortales, ya que brindan
una atención integral que previene y alivia el sufrimiento y/o el dolor (OMS, 2018, parr.1,3).

De acuerdo con Flores (2019, p. 57), en México, desde la década de 1950, sin importar el
tipo de instituciones (públicas o privadas), se contemplan dos servicios médicos en el sistema
de salud: la medicina preventiva y la medicina curativa o resolutiva; a continuación, las
características de estos servicios:

1. Medicina preventiva: Se caracteriza por tener un impacto masivo en la población,


donde se instruye sobre los diversos métodos para prevención y control de
enfermedades.

2. Medicina curativa o resolutiva: Busca restablecer la salud de las personas y


reintegrarlas a su vida productiva y autosuficiente. Los servicios de medicina curativa
se dividen, a su vez, en tres niveles de atención: primero, segundo y tercer nivel de
atención.

Respecto a los niveles de atención, se describen a continuación (Flores, 2019, p.57):

• Primer nivel: Es la consulta externa, en la que el personal médico atiende la salud


familiar; está a cargo de los programas de prevención del diagnóstico oportuno de
enfermedades que pueden ser controladas de forma domiciliaria. Es en este nivel

1225
donde se pueden detectar enfermedades que por su gravedad requieren ser turnadas a
otro nivel de atención.

• Segundo nivel: Se atienden los padecimientos en hospitales especializados, que


incluyen espacios físicos para la práctica de las diversas especialidades (ginecología,
traumatología, medicina interna, etc.). Cabe destacar que la ubicación de estos
hospitales territorialmente son estratégicos a fin de dar una mayor cobertura.

• Tercer nivel: Se incluyen hospitales de gran tamaño que albergan una cantidad
importante de camas de hospital; se reconocen como unidades médicas de alta
especialidad donde se atiende a pacientes con enfermedades agudas o crónicas, que
requieren diagnósticos y decisiones terapéuticas que implican un alto riesgo y
especialización.

Es precisamente en el tercer nivel de atención en el que la calidad de vida de las personas


cobra preponderancia, ya que en personas con enfermedades crónicas o terminales la calidad
de vida depende de muchos factores, como puede ser el no sentir dolor, o síntomas que le
generen malestar constante o que limitan la autosuficiencia de las personas; y es aquí donde
el personal de salud debe de procurar a los pacientes una mejor calidad de vida a través de
una atención integral que ayude al paciente a sobrellevar algún padecimiento con dignidad.
Esto implica otro nivel de atención médica, que son los cuidados paliativos; estos han sido y
son practicados en diversos países del mundo, sobre todo en aquellos donde prevalece un
importante número de personas adultas mayores y en culturas donde prevalece un sentido
social y compromiso hacia personas con enfermedades crónicas o terminales. (Flores, 2019).

En el caso de México, el desarrollo de los cuidados paliativos surge en la década de los


setentas con las clínicas del dolor; a continuación, se presenta una tabla que
cronológicamente explica cómo fue evolucionando esta política de atención a personas con
enfermedad terminal en el país (Flores, 2019).

1226
Tabla Nº. 1 Evolución de los cuidados paliativos en México.

Año Avances en el tema


1972 Se fundó el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador
Zubiran”, la primera clínica del dolor.
1976 Se fundó una clínica del dolor en el Hospital General de la Secretaría de
Salud en la Ciudad de México.
Finales de Hubo un surgimiento de clínicas del dolor en algunos lugares de México,
80´s y propiciando que anestesiólogos se interesaran por tratar el dolor crónico en
década de los hospitales, sobre todo en pacientes con cáncer. Destaca la clínica del
90´s dolor del Instituto Nacional de Cancerología (INCan) en 1984.
1989 Se creó el primer programa académico en cuidados paliativos en el INCan,
apoyado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
1990 Apareció en el Diario Oficial de la Federación la Norma Técnica No. 329
para la organización, funcionamiento e ingeniería sanitaria de los servicios
de terapéutica del dolor por cáncer. Se firmó la declaración mexicana de
alivio del dolor en cáncer y se reconoció como política oficial de importancia
dentro de la salud pública. Fue a principios de esta década que surgió de
manera importante el desarrollo de clínicas del dolor con un enfoque
primario y especializado en pacientes con enfermedades oncológicas.
2003 Se efectuó el Primer foro sobre dolor y su tratamiento en México que reunió
a médicos y legisladores. Aquí inició el desarrollo de leyes a favor de los
cuidados paliativos en el país.
2004 Los legisladores aprobaron reformas y adiciones a la Ley General de Salud
en materia de dolor y cuidados paliativos. Esto propició una serie de
reformas en el tema.
2008 Se presentó una iniciativa de reforma a la Ley General de Salud retomando
todas las propuestas presentadas en el Senado.
2009 Durante el mandato del presidente Felipe Calderón, en el Diario Oficial de
la Federación se publicó el decreto en el que se reforma y adiciona la ley en
materia de cuidados paliativos.
Fuente: Elaboración propia con base a Flores (2019).

De esta manera, los cuidados paliativos se incluyeron, a partir de 2009, en la Ley General de
Salud, en la que se agregó el Título Octavo Bis, "De los Cuidados Paliativos a los Enfermos
en Situación Terminal"; el artículo 166 BIS refiere el objetivo de salvaguardar la dignidad de

1227
aquellas personas que tienen un padecimiento terminal, especificando que un enfermo
terminal es quien tiene una enfermedad incurable e irreversible, cuyo pronóstico de vida es
menor a 6 meses (Congreso de la Unión, 1984). Al respecto, si bien es cierto que algunas de
las entidades federativas cuentan con una regulación concreta sobre los cuidados paliativos,
tales como la Ciudad de México, Aguascalientes, Jalisco y Tabasco (Comisión Nacional de
Bioética, S/F), la Ley General de Salud tiene aplicabilidad a nivel nacional, por lo que la
definición, procedimientos y alcances de los cuidados paliativos tiene vigencia y
obligatoriedad en todas las entidades del país.

Asimismo, en la referida ley, se define a los cuidados paliativos como el cuidado activo de
enfermedades que no responden a tratamiento curativo, así como el control del dolor, de otros
síntomas y la atención de aspectos psicológicos, sociales y espirituales. La finalidad de los
cuidados paliativos es que el paciente pueda tener una vida de calidad a través de la atención
médica oportuna (Congreso de la Unión, 1984).

Cabe destacar que, también en la Ley General de Salud se establece en su artículo 166 Bis 1
el término de obstinación terapéutica que la define como: “La adopción de medidas
desproporcionadas o inútiles con el objeto de alargar la vida en situación de agonía”.
Asimismo, se contempla la prohibición al personal médico de aplicar tratamientos o medidas
que caigan en la obstinación terapéutica ya que eso va en contra del respeto a la dignidad de
la persona enferma y en detrimento de una vida de calidad (Congreso de la Unión, 1984).

De esta manera, en la ley general de salud se contempla el respeto de pacientes en situación


terminal a no ser sometidos a tratamientos innecesarios y de poder decidir el momento en
que se interrumpa un tratamiento curativo para pasar a uno paliativo.

Posteriormente, el 9 de diciembre de 2014 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la


Norma Oficial Mexicana NOM-11-SSA3-2014, sobre los criterios para la atención de los
enfermos en situación terminal a través de cuidados paliativos (DOF, 9 de diciembre de
2014).

Esta Norma tiene por objeto, establecer los criterios y procedimientos mínimos
indispensables, que permitan prestar, a través de equipos inter y multidisciplinarios de

1228
salud, servicios de cuidados paliativos a los pacientes que padecen una enfermedad en
situación terminal, a fin de contribuir a proporcionarles bienestar y una calidad de vida digna
hasta el momento de su muerte, promoviendo conductas de respeto y fortalecimiento de la
autonomía del paciente y su familia, previniendo posibles acciones y conductas que tengan
como consecuencia el abandono o la prolongación de la agonía, así como evitar la aplicación
de medidas que potencialmente sean susceptibles de constituirse en obstinación terapéutica
(DOF, 9 de diciembre de 2014).

Cabe destacar que dicha Norma es de carácter obligatoria para todo el territorio nacional y
tiene alcance en todos los establecimientos que prestan servicios de atención médica, ya sean
públicos, sociales o privados, mismos que conforman el sistema nacional de salud y que
cuenten con un área o servicio para la prestación de servicios de cuidados paliativos a
pacientes que padecen una enfermedad en situación terminal (DOF, 9 de diciembre de 2014).

Posteriormente, el 26 de diciembre de 2014, se publicó el Acuerdo por el que el Consejo de


Salubridad General declara la Obligatoriedad de los Esquemas de Manejo Integral de
Cuidados Paliativos, así como los procesos señalados en la Guía del Manejo Integral de
Cuidados Paliativos. En dicha guía se establece una serie de objetivos y procesos para
implementar un modelo óptimo de atención paliativa, en el que se considera un abordaje
multidisciplinario, atención integral a los pacientes y sus familias, garantizar el acceso a
medicamentos que controlen el dolor, la atención continua y oportuna, dar atención a la salud
mental y su abordaje y realizar atención domiciliaria (DOF, 26 de diciembre de 2014).

Aunque como se ha señalado, se han tenido avances legislativos en el tema y los mecanismos
para su aplicabilidad, no se ha logrado aún emplear las bases que ya están establecidas para
articular estos procedimientos que organicen el Sistema Nacional de Salud ni implementar
los objetivos y estrategias que aseguren el acceso de todas las personas con enfermedades
terminales a una atención integral que les permita tener una muerte con dignidad.

Prueba de esto se refleja en el informe que, en el año 2014, la organización Human Right
Watch publicó y que fue titulado: "Care When There Is No Cure: Ensuring the Right to
Palliative Care in México"; en dicho informe hacen referencia a que, si bien la ley contempla

1229
desde 2009 que se brinde atención y cuidados paliativos a los pacientes que así lo requieran,
sólo tienen acceso a estos cuidados aquellos pacientes que geográficamente se ubican en las
grandes ciudades, ya que es en esos hospitales donde se brindan los cuidados paliativos
(URW, 2014).

En este mismo informe se señala que, de los 32 estados que hay en el país, en 17 de ellos los
cuidados paliativos se implementan sólo en la capital de esos estados y en 7 simplemente no
están disponibles, y eso hace evidente el pobre avance que se tiene en el tema para dar
cumplimiento a lo señalado en la Ley General de Salud (URW, 2014).

Si bien, del año 2008 al 2011 se diseñó y difundió desde la Secretaría de Salud (federal) el
proyecto de "Programa Nacional de Cuidados Paliativos" (PALIAR), no hubo continuidad
para su institucionalización y nunca se puso en marcha. En 2015 se realizó un taller
convocado por la dirección general de calidad y educación en salud de la mencionada
secretaría, cuyo objetivo fue establecer los componentes fundamentales para establecer un
Programa Nacional de Cuidados Paliativos (Flores, 2018); sin embargo, hasta la fecha no se
ha concretado dicho programa.

Recientemente, se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Acuerdo que modifica el


Anexo Único del diverso por el que el Consejo de Salubridad General declara la
obligatoriedad de los esquemas de manejo integral de cuidados paliativos, así como los
procesos señalados en la Guía del Manejo Integral de Cuidados Paliativos publicada el 26 de
diciembre de 2014 (DOF, 14 de agosto de 2018).

Esas modificaciones a la Guía del 2014 implicaron, además de reiterar la obligatoriedad de


dichos esquemas de atención integral, extender el alcance de los cuidados paliativos a
enfermedades no transmisibles (ENT) que requieren tratamiento contra el dolor, tales como
insuficiencia renal, enfermedades hepáticas, esclerosis múltiples, por mencionar algunas
(DOF, 14 de agosto de 2018).

1230
III Impacto de la política en la población en situación de vulnerabilidad

Para abordar este punto, es importante explicar que la vulnerabilidad implica estar en una
situación de indefensión, fragilidad, con la posibilidad de sufrir algún tipo de daño físico,
emocional, ético o moral, la cual es causada por una situación de discriminación, injusticia,
desprecio o cualquier otra situación que afecte la identidad de las personas (Mendoza, 2019,
p.114).

Asimismo, la vulnerabilidad es parte del ser humano, y tiene que ver con el sufrimiento, con
la enfermedad, con el dolor, con la fragilidad, con la limitación y con la muerte; es decir, la
vulnerabilidad representa a todo aquello que genera una amenaza y hace a las personas
frágiles. Proviene del latín vulnus que significa herida o lesión y del verbo vulnero, que
significa herir o lastimar (Mendoza, 2019, p.114).

La palabra vulnerabilidad está muy ligada a otro término, el de curar, cuyo significado
proviene del verbo latino curo que significa cuidar, preocuparse, y el sustantivo cura, que
significa cuidado, atención, solicitud y tratamiento, por lo que curar y cuidar son dos términos
que se encuentran relacionados y, a su vez, constituyen labores que se realizan ante la
vulnerabilidad humana (Mendoza, 2019, p.114).

Además, la vulnerabilidad tiene relación directa con los derechos humanos y con el derecho
a la salud, ya que hay personas de la población que son más vulnerables que otras respecto a
su posibilidad de acceso a la asistencia sanitaria; es decir, en una importante proporción de
la población del país hay una evidente pobreza y exclusión social; a esto se le puede señalar
como espacios de vulnerabilidad (Mendoza, 2019, p.120).

La Ley General de Desarrollo Social refiere en su artículo 5 que los grupos sociales en
situación de vulnerabilidad son aquellos núcleos de población y personas que, por diferentes
factores o la combinación de ellos, enfrentan situaciones de riesgo o discriminación que les
impiden alcanzar mejores niveles de vida y, por lo tanto, requieren de la atención e inversión
del Gobierno para lograr su bienestar (Congreso de la Unión, 2004).

1231
Teniendo lo anterior como contexto, se presentan algunos datos estadísticos que permiten
dimensionar la vulnerabilidad por tema de salud que presentan miles de personas en México.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI, 2017), en México,
durante el año 2015, se registraron 655,688 defunciones, de las cuales 25% se atribuye a
enfermedades del sistema circulatorio, 17.5% se debió a enfermedades endocrinas,
nutricionales y metabólicas y 13% a tumores malignos. Desglosando estos datos por
enfermedades específicas, las siete principales causas de muerte fueron: diabetes mellitus
(15%), enfermedades isquémicas del corazón (13.4%), enfermedades del hígado (5.4%),
enfermedades cerebrovasculares (5.2%), enfermedades crónicas de las vías respiratorias
inferiores (4%), enfermedades hipertensivas (3.5%) y lesiones (3.2%); estas enfermedades
representan casi la mitad (49.7%) de los fallecimientos totales.

Cabe destacar que, por ejemplo, el cáncer de mama representa la primera causa de muerte de
las mujeres en el país; sucede un fallecimiento cada dos horas por esta enfermedad. Se
pronostica que para el año 2020 habrá 30 millones de mujeres que se encontrarán en un
promedio de edad de 53 años, lo que las ubica como población en riesgo como un número
importante de mujeres que se podrán encontrar en una situación vulnerable a causa de este
padecimiento (Mendoza, 2019).

Dimensionado lo anterior, hay un número importante de la población que llega al final de su


vida padeciendo enfermedades consideradas crónico degenerativas o con algún tipo de
cáncer, las cuales se acompañan de un deterioro en la salud física y psíquica de los pacientes,
así como de sufrimiento o dolor, y que requieren tratamientos especializados y/o cuidados
paliativos.

Es importante destacar que el tema de las políticas en materia de salud para personas que se
encuentran en etapas terminales de su vida, si bien ha sido poco atendido en México,
constituirá una situación que cobrará mayor relevancia en años venideros, a propósito del
envejecimiento poblacional en el país. González (2015) refiere que de acuerdo al Consejo
Nacional de la Población (CONAPO), en el año 2015, 27.6% de los mexicanos eran menores
de 15 años y la población adulta mayor de 60 años representaba 10% de la población total

1232
del país; para el año 2050 se tiene proyectado que esta composición se modifique
notablemente, siendo la población menor de 15 años 20.7% y la proporción de personas
adultas mayores representarán 21.5% de la población de México; es decir, se está hablando
de alrededor de 32.4 millones de habitantes en edad adulta mayor.

Gráfica Nº 1. Envejecimiento poblacional en México

Menores de 15 años Personas mayores de 60 años


27.60%

20.70% 21.50%

10%

2015 2050

Fuente: CONAPO en González (2015).

Como se puede ver, México se enfrentará a una creciente población adulta mayor que, gracias
a los avances científicos, ha ido incrementando su esperanza de vida; sin embargo, ese
incremento no ha ido de la mano con una mejora a la calidad de vida de las personas; la
morbilidad propia del envejecimiento y el estilo de vida de las personas es algo que acompaña
al proceso de envejecimiento; la fragilidad en las condiciones de salud de la población en
edades avanzadas, la mayor incidencia y prevalencia de enfermedades crónicas e
incapacitantes, seguirán en aumento con el cambio demográfico (González, 2015).

1233
Gráfica Nº 2. Principales enfermedades causantes de muerte en personas adultas
mayores en México

Sistema circulatorio

15% Enfermedades endocrinas,


9% 33% nutricionales y
metabólicas
11% Tumores

13% 20%
Enfermedades del sistema
respiratorio

Fuente: INEGI (2015).

Cabe precisar que, aunque el tema cuidados paliativos no tiene una relación directa con la
situación de envejecimiento poblacional, sí lo tiene sobre la calidad de vida de las personas,
situación que puede verse comprometida por esta condición natural de la vida y por el
padecimiento de enfermedades crónicas degenerativas que pueden ser mortales. Es
importante, por lo tanto, poner desde ahora en la agenda pública la necesidad de que las
personas puedan contar con todos los medios para enfrentar la etapa final de su vida cuando
implique sufrimiento, dolor innecesario, desgaste físico y emocional, tanto en ellas mismas,
como en su entorno familiar.

Es conveniente que las políticas sociales en materia de salud aborden las situaciones que
enfrentan personas con enfermedades terminales y que enfrentan sufrimiento derivado de sus
padecimientos.

1234
IV Importancia del diseño e implementación de un programa integral en cuidados
paliativos

De acuerdo con lo expuesto es importante que se avance en concretizar un programa de


atención integral y cuidados paliativos de alcance nacional, que esté a cargo de la Secretaría
de Salud. En él se deben establecen las estrategias y líneas de acción que permitan dar
cumplimiento a la Ley General de Salud respecto a los cuidados paliativos, así como a los
procedimientos establecidos en la Norma 11_SSA3-2014.

Los cuidados paliativos son un derecho humano de las personas, cuya obligación recae en el
Estado, la protección de la salud está garantizado en la constitución mexicana, así como en
tratados internacionales, por lo que es una responsabilidad estatal fortalecer el sistema de
salud y proveer el recurso humano y financiero que haga posible operar un programa de
atención integral.

Es importante que en este programa se involucre a todas las instituciones públicas y privadas
que conforman el Sistema Nacional de Salud, para que brinden atención a pacientes que se
encuentran en estado terminal, otorgándoles cuidados paliativos integrales que les permitan
llevar una mejor calidad de vida.

Asimismo, en esta atención integral encaminada a evitar el sufrimiento y dolor, a través de


modelos de cuidados paliativos; los pacientes deberán recibir atención médica, psicológica y
espiritual, desde un entorno familiar (en su domicilio), en unidades médicas ambulatorias y
de ser necesario en institución hospitalaria.

Es primordial que en su diseño e implementación se realice bajo un enfoque de derechos


humanos, donde el derecho a la protección de la salud se materializa a través del
otorgamiento de cuidados paliativos integrales que cumplan con los estándares
internacionales de derechos humanos, tales como disponibilidad de los servicios,
accesibilidad, calidad y aceptabilidad por parte del paciente 299.

299
Ver Observación General No.14, Comité PDESC.

1235
De tal manera que con este programa se pueda asegurar el acceso a la protección de la salud,
a todas aquellas personas que enfrentan alguna enfermedad terminal, a través del
otorgamiento de cuidados paliativos y atención integral oportuna, suficiente y eficiente, que
les permita tener una vida con calidad y con pleno respeto a su autonomía y dignidad humana.

En la implementación del programa se deberá buscar también:

1. Garantizar que los pacientes que requieren cuidados paliativos tengan acceso a los
diversos modelos de atención domiciliaria, ambulatoria u hospitalaria, que coadyuven
a tener una mejor calidad de vida.

2. Promover la autonomía del paciente y su familia, a través de mecanismos que


prevengan situaciones, medidas desproporcionadas o inútiles con el fin de alargar la
agonía de un paciente.

3. Asegurar el respeto, la protección y cumplimiento de los derechos humanos, de los


pacientes en situación terminal y la aplicación de los estándares internacionales de
derechos humanos, a través de mecanismos de supervisión y evaluación efectivos.

Se proponen las siguientes estrategias y líneas de acción que es oportuno se tomen en cuanta
al delinear un programa integral de cuidados paliativos:

Estrategia 1

Establecer e implementar diversos modelos de cuidados paliativos, involucrando a todas las


unidades médicas del Sistema Nacional de Salud y la atención en el ámbito familiar.

Líneas de acción

1.1 Realizar un diagnóstico de las unidades médicas para evaluar las condiciones tanto
físicas como de recursos humanos para otorgar los cuidados paliativos.

1.2 Establecer un plan para la implementación de los cuidados paliativos con estándares de
calidad, eficacia y eficiencia.

1236
1.3 Implementar en cada unidad médica un área de cuidados paliativos conformada por un
equipo inter y multidisciplinario de salud.

1.4 Implementar un proceso de capacitación sobre cuidados paliativos al personal de salud


(médicos, enfermería, psicología y trabajo social) para que cuenten con conocimientos
que los califique para brindar servicios con calidad, calidez y centrado en la persona.

1.5 Las áreas de cuidados paliativos serán las responsables de brindar acompañamiento e
instrucción a los familiares de los pacientes en etapa terminal, sobre los cuidados y
atención en el ámbito familiar.

Estrategia 2

Garantizar que el paciente cuente con información suficiente y clara respecto al


consentimiento informado y las voluntades anticipadas, a fin de que se respete en todo
momento su autonomía y libertad para decidir bajo qué procedimiento y modelo tratar su
enfermedad.

Líneas de acción

2.1 Establecer protocolos claros y sencillos sobre el proceso a seguir, para que un paciente
conozca y firme el consentimiento informado.

2.2 Difundir qué son y qué procesos se deben de seguir para elaborar el documento de
voluntad anticipada por parte de los pacientes que así lo manifiesten.

2.3 Crear campaña masiva para dar a conocer los derechos de los pacientes en etapa terminal
y los procedimientos para elaboración de una voluntad anticipada.

Estrategia 3

Establecer un sistema de administración efectiva, a través de mecanismos de supervisión y


evaluación que garanticen el cumplimiento de los estándares internacionales en materia de
derechos humanos.

1237
Líneas de acción

3.1 Establecer un registro nacional de pacientes que reciben cuidados paliativos, a fin de
llevar un seguimiento de la atención brindada.

3.2 Generar estadísticas que permitan visualizar los alcances y obstáculos del programa.

3.3 Para cumplir con el estándar de disponibilidad, se deberá contar con suficientes
establecimientos de salud, que brinden cuidados paliativos integrales.

3.4 Elaborar y asegurar un presupuesto anual acorde a las necesidades tanto de medicamentos
requeridos, herramientas médicas y capacitación a personal de salud para la debida aplicación
del programa.

3.5 Verificar la accesibilidad a los cuidados paliativos sin discriminación, se evalúa


accesibilidad física, económica y la suficiente información respecto al tratamiento.

3.6 La aceptabilidad, se cumplirá si los prestadores de los servicios de salud son respetuosos
de la ética médica, de la cultura y autonomía del paciente.

3.7 Establecer servicios de cuidados paliativos a la vanguardia en adelantos científicos, con


equipo de calidad, personal calificado, medicamentos suficientes.

Es necesario y prioritario la importancia de un diseño e implementación de un programa


integral en cuidados paliativos que represente un mecanismo efectivo para que las personas
en etapas terminales puedan tener una muerte digna y con el menor sufrimiento posible, así
como un acompañamiento a las familias que viven este proceso. El programa deberá
establecer mecanismos claros de evaluación para monitorear los avances de la
implementación de los cuidados paliativos en el país y los resultados del programa.

1238
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1241
Percepción y conocimiento de higiene de manos en personal de
Enfermería

María Guadalupe Interial Guzmán 300


María Guadalupe Moreno Monsiváis 301
Leticia Vázquez Arreola 302

Resumen
Introducción: Actualmente las instituciones de salud se preocupan por otorgar una
atención libre de riesgos; en México una acción prioritaria es reducir el riesgo de infecciones
asociadas a la atención sanitaria (IAAS), mediante la higiene de manos (HM). Todo el
personal de salud debe realizarse la HM, sin embargo, enfermería tiene un rol esencial al
otorgar atención continua al paciente. La falta de higiene de manos favorece las IAAS. Se ha
evidenciado impacto positivo de la formación en HM, tanto en percepción como en
conocimiento de profesionales sanitarios.
Objetivo: Determinar la percepción y conocimiento de la HM en el personal de
enfermería de un hospital público de Monterrey, Nuevo León.
Material y métodos: Estudio descriptivo, transversal, muestra de 60 participantes de
cuatro servicios de un hospital público de Monterrey, Nuevo León.
Resultados: La percepción se analizó en escala de 1 a 7, se encontró media de 5.4
(DE=1.6) de realizar HM de forma correcta; media de 5.3 (DE=1.6) de recibir
retroalimentación, media de 4.6 (DE=2.0) de esfuerzos para realizar una buena HM. Respecto
al conocimiento de HM, 32% no conoce la fuente más frecuente de infección; 30% no conoce
la vía de transmisión cruzada de microorganismos. En relación al conocimiento de los
momentos en los que la HM previene la transmisión de microorganismos, 70% desconoce
que después del contacto con el entorno del paciente, 65% que después de la exposición a
líquidos corporales del paciente.

300 Universidad Autónoma de Nuevo León. Facultad de Enfermería. [email protected]


301
Universidad Autónoma de Nuevo León. Facultad de Enfermería. [email protected]
302
Universidad Autónoma de Nuevo León. Facultad de Enfermería. [email protected]

1242
Conclusiones: Se observan áreas de oportunidad en la percepción y conocimiento de
HM en personal de enfermería. Este hallazgo es relevante, se deben implementar medidas
urgentes porque se tiene un contacto directo y continuo con los pacientes, se requiere la HM
porque su ausencia desencadena múltiples complicaciones. Se deben establecer políticas
dirigidas a garantizar a todos los pacientes una atención limpia porque es más segura.
Palabras Clave: Percepción de higiene de manos, conocimiento de higiene de manos,
Enfermería

Introducción
Actualmente las instituciones de salud se preocupan por otorgar una atención libre de
riesgos; en México se han implementado las acciones esenciales para la seguridad del
paciente, una acción prioritaria es reducir el riesgo de infecciones asociadas a la atención
sanitaria (Consejo de Salubridad General, 2018); en la cual realizarse la higiene de manos
(HM) es fundamental. Todo el personal de salud debe realizarse la HM, sin embargo, destaca
enfermería porque tiene un rol esencial al otorgar atención continua al paciente. Se ha
evidenciado el impacto positivo de la formación en la HM, tanto en la percepción como en
el conocimiento de los profesionales sanitarios; así mismo en su adecuación a los estándares
y prácticas seguras (Pérez, Herrera, Bueno, Alonso, Buiza & Vázquez, 2015).
La percepción y el conocimiento han demostrado ser predictores significativos de las
intenciones y la adherencia a la HM en las enfermeras (Cobo, Sánchez, Pelayo, Menezo,
Incera, Gándara & López, 2014). El bajo nivel de conocimientos sobre la HM puede
atribuirse a una pobre formación académica y a la falta de ejemplo de esta práctica por parte
de sus superiores. Una adecuada formación tanto en las etapas pregrado, como en la etapa
profesional, a través de intervenciones formativas específicas, se presenta como un medio de
intervención eficaz para realizar una adecuada HM (Torán & Pareja, 2018).
La falta de una adecuada HM favorece las infecciones intrahospitalarias por contacto
directo e indirecto con el paciente y su entorno inmediato, debido a que las manos tienen dos
tipos de floras microbianas: residentes y transitorias, las cuales pueden ser trasmisoras y
fuentes de vectores (Morán, Gimeno, Martínez, & Sánchez, 2014). Estas infecciones
representan un gran problema de salud pública y así mismo de gran importancia clínica y
1243
epidemiológica, con altas tasas de morbilidad y mortalidad, con incremento en el costo social
de años de vida perdidos, años de vida saludable perdidos por muerte prematura, o bien
vividos con discapacidades (Villafañe, López, Aguado & Leguía, 2018).
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud en un informe emitido en
el 2017, a nivel mundial millones de personas se ven afectadas anualmente por al menos una
infección asociada a la atención de salud (IAAS). Se estima que en países en desarrollo 15%
de los pacientes ingresados en hospitales y 34% de los pacientes en unidades de cuidados
intensivos, desarrollan una IAAS (OPS, 2017).
La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2015), infiere en que miles de personas
mueren diariamente en todo el mundo a causa de las IAAS, dado que las manos son la
principal vía de transmisión de gérmenes. Esta problemática prolonga la hospitalización de
3 a 20 días, en algunos casos origina discapacidad y muerte, además de costos para los
pacientes y carga económica para los sistemas de salud (Zavala, Alvarado, & Nieva, 2016).
En Estados Unidos, los costos provocados por las infecciones hospitalarias han
aumentado, en promedio entre 4500 y 5700 millones de dólares al año; igual ocurre en
Inglaterra, donde estas cuestan 1000 millones de euros al año (González, Sánchez, Campos,
López, López & González, 2017). En México, las infecciones hospitalarias son la tercera
causa de muerte en la población general y las estimaciones del porcentaje de infecciones
hospitalarias que son prevenibles pueden llegar al 40%. De acuerdo con la OMS el costo
anual se aproxima a los 1.500 millones de pesos (Saldarriaga, Barreto & Córdova, 2016).
Es muy preocupante e inaceptable que las infecciones sean el efecto adverso más
común de la atención de salud en el mundo, ya que la mayoría de estas infecciones puede
prevenirse a través de intervenciones simples y de bajo costo, como fortalecer el
conocimiento y modificar la percepción del personal de salud sobre la HM, la cual, es la
medida más importante para evitar la transmisión de gérmenes perjudiciales y evitar las
IAAS. Las manos son las herramientas más poderosas de los profesionales de la salud,
específicamente de Enfermería por tener que proporcionarle una atención continua. Con ellas
se palpa a los pacientes, se identifican sus padecimientos y se les brinda apoyo y esperanza
(OPS, 2017).

1244
Los conceptos que guían el presente estudio son percepción y conocimiento de la
higiene de manos. La OMS (2012) ha definido la percepción como un proceso cognitivo que
permite, a través de los sentidos, recibir información y conformar una representación más o
menos real del medio. La percepción de la higiene de manos se refiere a la concienciación
sobre la importancia de las infecciones relacionadas a la atención sanitaria (Cobo et al.,
2014). Así mismo, la OMS (2012) conceptualiza el conocimiento como la síntesis, el
intercambio y la aplicación del conocimiento por parte de las partes interesadas para acelerar
los beneficios de la innovación global y local en el fortalecimiento de los sistemas de salud
y para mejorar la salud de las personas.
El conocimiento sobre la higiene de manos es el primer paso para el apego a cualquier
programa de disminución de infecciones relacionadas con la atención sanitaria. De acuerdo
con Torán y Pareja (2018) la formación académica completa se relaciona con un alto nivel
de conocimientos sobre la higiene de manos y representa un medio eficaz para realizar una
adecuada higiene de manos.
La higiene de las manos es fundamental, se debe realizar usando la técnica y el
producto adecuado, para que las manos queden libres de contaminación potencialmente
nociva y segura para la atención al paciente. Los cinco momentos para la higiene de manos
recomendados por OMS son: antes del contacto con el paciente, antes de realizar una tarea
aséptica, después del riesgo de exposición a fluidos corporales, después del contacto con el
paciente y después del contacto con el entorno del paciente.
Existen dos técnicas para la higiene de manos: Técnica con agua y jabón o con
solución alcoholada. La primera es de elección cuando las manos están visiblemente sucias
o manchadas de sangre u otros fluidos corporales, cuando existe una fuerte sospecha o
evidencia de exposición a organismos potencialmente formadores de esporas, o después de
usar los servicios. Como material se requiere de agua, jabón líquido (mejor con dosificador
o dispensador), lavabo y toalla de papel desechable.
En cuanto al procedimiento la duración es de 40 a 60 segundos. Primero se retiran
anillos o joyas de las manos, luego deben humedecer las manos con agua, preferiblemente
templada, posteriormente se aplica una dosis de jabón, con dosificador en la palma de la
mano, después se frotan las palmas de las manos entre sí; se requiere frotar la palma de la
1245
mano derecha contra el dorso de la mano izquierda entrelazando los dedos, y viceversa. Así
mismo, frotarse las palmas de las manos entre sí, con los dedos entrelazados y frotarse el
dorso de los dedos de una mano con la palma de la mano opuesta, agarrándose los dedos. Se
debe frotar con un movimiento de rotación el pulgar izquierdo atrapándolo con la palma de
la mano derecha, y viceversa; y frotarse la punta de los dedos de la mano derecha contra la
palma de la mano izquierda, haciendo un movimiento de rotación, y viceversa. En seguida
enjuagarse con abundante agua y secarse con toalla desechable y cerrar el grifo con la misma
toalla evitando tocarlo.
La técnica con solución alcoholada es de elección cuando las manos están
visiblemente limpias. Como material se requiere solución alcoholada, la duración es 20 a 30
segundos. Se requiere depositar en la palma de la mano una dosis de producto suficiente para
cubrir todas las superficies a tratar. Posteriormente es necesario frotarse las palmas de las
manos entre sí. Frotando la palma de la mano derecha contra el dorso de la mano izquierda
entrelazando los dedos, y viceversa. Y frotando las palmas de las manos entre sí, con los
dedos entrelazados. Es esencial frotarse el dorso de los dedos de una mano con la palma de
la mano opuesta, agarrándose los dedos. Se debe frotar con un movimiento de rotación el
pulgar izquierdo atrapándolo con la palma de la mano derecha, y viceversa. Frótese la punta
de los dedos de la mano derecha contra la palma de la mano izquierda, haciendo un
movimiento de rotación, y viceversa.
La forma más efectiva de asegurar una higiene de manos óptima es realizar una
fricción de las manos con un Preparado de Base Alcohólica (PBA). Según las Directrices de
la OMS, cuando haya disponible un PBA éste debe usarse de manera preferente para la
antisepsia rutinaria de las manos. La fricción de manos con un PBA presenta las siguientes
ventajas inmediatas: Eliminación de la mayoría de los gérmenes (incluyendo los virus),
escaso tiempo que precisa (de 20 a 30 segundos), disponibilidad del producto en el punto de
atención, buena tolerancia de la piel, el hecho de que no se necesite ninguna infraestructura
particular (red de suministro de agua limpia, lavabo, jabón o toalla para las manos).
El jabón y el preparado de base alcohólica no deben utilizarse conjuntamente. Las
acciones de higiene de las manos tienen más eficacia cuando la piel de las manos se encuentra

1246
libre de cortes, las uñas son naturales, cortas y sin esmalte y las manos y los antebrazos no
tienen joyas y están al descubierto.
Si la HM se realiza en el momento adecuado salva vidas, así mismo es un indicador
de calidad y bioseguridad de los servicios de salud. De modo que es esencial reforzar su
práctica y garantizar que la HM se realice con la técnica correcta en los cinco momentos
clave que indica la OMS (2017): antes de tocar al paciente, antes de realizar una tarea
limpia/aséptica, después de estar expuestos a líquidos corporales, después de tocar al
paciente, y después de estar en contacto con el entorno del paciente.
De acuerdo a Cardoso et al. (2017) el lavado de manos, con la técnica correcta y en
el momento adecuados son las medidas que deben ser aplicadas y consideradas esenciales
para proporcionar una atención de calidad; además que permiten lograr la prevención de las
infecciones hospitalarias. Se ha documentado que para que los trabajadores sanitarios tengan
un elevado índice en esta práctica higiénica, se debe educar, motivar y monitorizar
permanentemente; pero también resulta indispensable proporcionar cotidianamente los
recursos necesarios para que la HM se lleve a cabo adecuadamente (Villegas et al., 2017).
Según Ottes, Ignácio, Magnani, y Campos (2018) parte de los factores que influyen en el
incumplimiento del HM son la falta de insumos (toallas de papel, jabón, lavabos situados en
lugares inconvenientes) y de conocimiento sobre la importancia de esta misma.
Torán y Pareja (2018) afirman que para la reducción de las IAAS es esencial que los
trabajadores de la salud posean el conocimiento sobre las prácticas correctas de la HM,
basadas en las directrices de la OMS. Cobo et al. (2014) argumentan que un conocimiento
adecuado de la HM es el primer paso para su adherencia con el fin de disminuir las IAAS.
La literatura en torno a la temática reporta en sus hallazgos que el 70.5% el personal
de salud que está en la práctica ha sido capacitado para realizar la higiene de manos en los
últimos 3 años. Así mismo, se identifica que del personal participante de los estudios percibe
que es extremadamente probable transferir patógenos si no se realiza una desinfección de
manos (Cobo et al., 2014; Lutze, Chaberny, Graf, Krath, Lange, Schwadtke, Stahmeyer &
Lengerke, 2015; Moisiane, Loro, Gehrker, Terezinha, Aozane & Pereira, 2017; Pérez et al.,
2015; Toran & Pareja, 2018; Vita, Weisburd, Beltramino & Bussi, 2014).

1247
Por otro lado, se señala que del 60% del personal de salud tiene conocimiento de los
5 momentos de la higiene de manos (Cobo et al., 2014; Moisiane et al., 2017), en contra
parte, se ha reportado que el 73% del personal no tiene conocimiento de las acciones de
higiene de las manos que son necesarias para prevenir la transmisión de microorganismos
(Vita et al., 2014).
Cobo et al. (2014), así como Torán y Pareja (2017) reportan que el 83.4% de los
profesionales que participaron en sus estudios prefieren utilizar productos de base alcohólica.
Moisiane et al. (2017) y Vita et al., (2014) mencionan que el 61% profesionales desconocían
el tiempo adecuado para la realización de la higiene de manos y reportan que el 47% conocía
que el momento más apropiado para la realización de la higiene de manos es antes de estar
en contacto con el paciente; sin embargo, Maheshwari, Chandra, Kumar, Borle & Kaushal
(2014) encontraron que el 100% del personal conocía este momento como el más apropiado.
Vita et al. (2014) y Moisiane et al. (2017) señalan que el 27% del personal desconoce
cuál es la principal vía o ruta de transmisión cruzada de microorganismos potencialmente
patógenos entre los pacientes, mientras que Torán y Pareja, (2017) reportan que el 92% de
los participantes conocían la principal vía de transmisión de microorganismos. Por su parte,
Sande et al. (2019) refieren que casi la mitad del personal de salud conoce que el contacto
entre ellos mismo es identificado como una de las más importantes rutas de transmisión de
infecciones. Maheshwari et al. (2014) reportan que el 27.5% del personal conoce la fuente
más frecuente de gérmenes responsable de infecciones asociadas al cuidado de salud.
Como puede observarse, la HM se debe realizar al atender a todos los pacientes; sin
embargo, los asignados a los servicios de Medicina Interna, Cirugía General, Ginecología y
Obstetricia; así como Pediatría adquieren relevancia por la naturaleza de sus padecimientos
y por los cuidados que requieren. Los resultados del presente estudio servirán de base para
que los administradores de enfermería diseñen programas de mejora que fomenten la HM.
Por lo anterior, el objetivo general del presente estudio es determinar la percepción y
conocimiento de la HM en el personal de enfermería en un hospital público de Monterrey,
Nuevo León. El objetivo específico es identificar la percepción y el conocimiento de la
higiene de manos en personal de enfermería de acuerdo a las características laborales.

1248
Para la definición de términos se consideraron las variables del estudio percepción de
la higiene de manos, conocimiento de la higiene de manos y características laborales que se
describen a continuación:
Percepción de la higiene de manos: Es la opinión del personal enfermería respecto a
la importancia de cumplir con la higiene de manos para la prevención infecciones, la
efectividad que ésta tiene y como el apoyo de los jefes o mismos pacientes influyen en el
cumplimiento de la higiene de manos. Se midió a través del cuestionario percepción de la
higiene de manos.
Conocimiento de la higiene de manos: Es un conjunto de información almacenada
mediante la experiencia o el aprendizaje, o a través de la introspección; implica que el
personal de enfermería conteste de manera correcta las preguntas sobre los microorganismos
relacionados con las infecciones asociadas a la asistencia sanitaria, los momentos de la
higiene de manos, la técnica correcta con preparado de base alcohólica o con agua y jabón.
Se midió a través del cuestionario conocimiento sobre la higiene de manos.
Características laborales se refiere al sexo en términos de femenino o masculino; nivel
de formación como la educación formal obtenida por el personal de enfermería, en categorías
como técnico en enfermería, enfermera(o) general y licenciado en enfermería y servicio se
refiere al área en que la institución ha ubicado al personal de enfermería, de acuerdo con sus
competencias: Medicina Interna, Cirugía General, Ginecología y obstetricia y Pediatría. Se
midió a través de una cédula de datos.

Material y Métodos
El diseño del estudio fue de tipo descriptivo y transversal (Polit & Beck, 2018); la
población del estudio se conformó por el personal de enfermería de los servicios de Medicina
Interna, Cirugía General, Ginecología y Obstetricia y Pediatría de un hospital público de
Monterrey; Nuevo León. El muestreo fue no probabilístico y la muestra fue de 60
participantes. Para perfilar las características de la población de estudio se diseñó la cédula
de datos del personal que contiene 5 reactivos respecto a la edad en años, sexo, nivel de
formación académica considerando técnico o auxiliar, general o licenciatura, años de
escolaridad (contando desde 1er año de primaria), servicio en el que se encuentre asignado
1249
considerando los servicios señalados previamente y turno en términos de matutino,
vespertino. Para medir la percepción y el conocimiento; se utilizaron dos instrumentos uno
para percepción el cual contó con 16 preguntas para conocer la percepción sobre la higiene
de manos que tiene el personal; y otro para medir el conocimiento el cual consta de preguntas
10 sobre conocimientos que se tienen de la misma.
En el instrumento de percepción en las cinco primeras preguntas se pidieron datos
sobre las infecciones relacionadas con la atención sanitaria y su relación con la HM. Excepto
en las que se les pidieron que estimen el porcentaje medio de pacientes, que contraen una
IAAS y el porcentaje de cumplimiento HM por parte del personal, las tres preguntas restantes
se agruparon las respuestas en dos categorías “Muy Bajo-Bajo” y “Alto Muy-Alto” con el
fin de facilitar la operatividad en la interpretación de los resultados.
Las 8 preguntas siguientes se refirieron a la opinión sobre las acciones destinadas a
mejorar de forma permanente la HM en su institución. Las tres siguientes preguntas hicieron
referencia a la importancia que “conceden sus superiores, sus colegas, sus gestores o los
mismos pacientes a que se realice una correcta HM” y al esfuerzo que supone para ellos
realizarla.
También se les preguntó sobre las características percibidas mediante los sentidos,
como su color, olor y textura de los preparados de base alcohólica, la tolerancia en su piel, si
conoce el resultado de las observaciones que se les hizo y si el hecho de sentirse observado
mejoró su práctica en la HM y les hizo prestar más atención al hacerla y de la misma manera
que la anteriores variables cualitativas se midieron mediante una escala de Likert de 1 a 7
facilitando así la interpretación de los resultados y agrupando las respuestas en dos categorías
“Nada/Ningún” y “Mucho”. Las respuestas para el apartado percepción se midieron en una
escala de Likert de 1 a 7, para medir estas variables las escalas de varios ítems sumados son
más fiables que las preguntas de un solo constructo, donde 1 fue el menos importante y 7 fue
la medida de control de infección más importante. La escala tiene un puntaje mínimo de 16
y un máximo de 112.
En el apartado de conocimientos se repartieron las preguntas en 6 grandes bloques.
El primer bloque evalúo los conocimientos sobre la transmisión y la fuente más frecuente de

1250
gérmenes causantes de las IAAS. El segundo bloque preguntó sobre las acciones de HM que
previenen la transmisión de microorganismos, tanto al paciente como al profesional sanitario.
El tercer bloque midió el conocimiento de distintas afirmaciones sobre HM, dando
dos opciones de respuesta “Verdadero” o “Falso”. En el cuarto bloque la pregunta hizo
referencia al tiempo que emplea en hacer la fricción de manos con preparados de base
alcohólica y en el quinto bloque se preguntó sobre el tipo de HM que se debe utilizar en
diferentes situaciones, teniendo como opciones de respuesta “Fricción”, “Lavado”,
“Ninguno”.
Por último, el sexto bloque implicó conocer las circunstancias que deben evitarse,
puesto que se asocian con una mayor probabilidad de colonización de las manos por
microorganismos patógenos. También se preguntó si se ha recibido formación estipulada
sobre HM en los últimos tres años y si utilizaban habitualmente preparados de base alcohólica
para la HM. Para el puntaje de la escala de conocimiento se tomaron en cuenta las respuestas
correctas, y se generó una escala de cero a 100 donde a mayor número puntaje mayor
conocimiento.
Respecto al procedimiento de recolección de datos, primeramente el estudio fue
revisado por el Comité de Ética en Investigación de la Facultad de Enfermería de la
Universidad Autónoma de Nuevo León. Una vez que se autorizó se acudió a la institución
donde se realizó el estudio y se solicitó la autorización al personal directivo de la institución,
al aceptar; se acudió con los jefes de piso de los servicios de Medicina Interna, Cirugía
General, Ginecología y Obstetricia; así como Pediatría, se solicitaron las listas del personal
de enfermería para seleccionar a los que cumplían con los criterios de inclusión.
Una vez seleccionados los participantes, se acudió con cada uno de ellos y se les invitó
a participar al estudio, para lo cual se les explicó el objetivo del estudio y se les aclararon las
dudas en caso necesario; se les informó que su participación era voluntaria, que era anónima
y que en caso de no querer participar podían retirarse del estudio en el momento que lo
decidieran sin que esto afectara su situación laboral. Si aceptaron participar se les entregó el
consentimiento informado, el cual debieron leer detenidamente y firmar. Posteriormente se
inició con la recolección de la información; primero se aplicó la cédula de datos del personal,
después el cuestionario percepción de la higiene de manos y al final el cuestionario
1251
conocimiento sobre la higiene de manos. Al final se le agradeció a cada participante su
disponibilidad para ser parte del estudio.
Respecto al análisis de datos, éstos se procesaron a través del programa estadístico
Statistical Package for the Social Sciences (SPSS) versión 21. Para describir las
características de los participantes y para dar respuesta al objetivo general se utilizaron
estadística descriptiva a través de frecuencias y porcentajes para las variables categóricas y
medidas de tendencia central para las variables continuas; así mismo se generaron índices
con valores de 0 a 100 y se analizaron a través de medias, medianas e intervalos de confianza
al 95%. El estudio se realizó conforme a lo que dispone el Reglamento de la Ley General de
Salud en Materia de Investigación para la Salud (Secretaría de Salubridad y Asistencia,
1987).
Resultados
En el presente estudio predominó el sexo femenino con un 61.7%; respecto al turno
se consideraron el matutino y el vespertino (ambos con el 50%); en cuanto al nivel de
formación destacan el de licenciado en enfermería y el de enfermero general con un 41.6%
y 31.7%, respectivamente. En relación al servicio la mayor proporción corresponde a
medicina interna con un 31.7% y a ginecología y obstetricia con un 28.3%; en cuanto a si el
personal de enfermería ha recibido formación sobre la higiene de manos en los últimos tres
años, el 98.3% respondió que sí (Ver tabla 1).
Tabla 1. Características laborales del personal de enfermería
Característica f %
Sexo
Masculino 23 38.3
Femenino 37 61.7
Nivel de formación
Técnico auxiliar 16 26.7
Enfermero general 19 31.7
Licenciado en Enfermería 25 41.6
Servicio

1252
Medicina Interna 19 31.7
Cirugía General 14 23.3
Ginecología y Obstetricia 17 28.3
Pediatría 10 16.7
Turno
Matutino 30 50
Vespertino 30 50
Formación recibida en los últimos 3 años
Si
No 59 98.3
1 1.7
Nota: f=frecuencia, %=porcentaje n=60
En la tabla 2 se describen la edad y los años de escolaridad del personal de enfermería;
respecto a la edad la media fue de 25.3 años (DE=6.1); en cuanto a los años de escolaridad
el promedio fue de 14.5 (DE=1.9) años de estudio.
Tabla 2. Edad y años de escolaridad del personal de Enfermería
Característica Media Mediana DE Min. Max
Edad 25.3 25 6.1 18 51
Años de escolaridad 14.5 15 1.9 12 19
Nota: DE=desviación estándar, Min= mínimo, Max= máximo n=60

Respecto a la percepción del desarrollo de las IAAS en los pacientes, en la tabla 3 se


muestra que un 41.7% del personal de enfermería percibe que del 31 al 60% de los pacientes
desarrolla una IAAS; así mismo un 48.3% percibe que del 61 al 100% de sus compañeros
realizan correctamente la HM, por otra parte, un 78.3% perciben que del 61 al 100% de ellos
realizan una HM correctamente.
Tabla 3. Percepción de desarrollo de IAAS e HM
Percepción No se 1 a 30% 31 a 60% 61 a 100%
f % f % f % f %

1253
De pacientes que 11 18.3% 7 11.7 25 41.7 17 28.3
desarrollan IAAS

De compañeros que 7 11.7% 7 11.7 17 28.3 29 48.3


realizan correctamente
la HM
De personal que realiza 0 0% 1 1.7 12 20 47 78.3
correctamente la HM
Nota: f=frecuencia, %=porcentaje n=60
En relación con la percepción de la importancia de la HM para la prevención de las
IAAS, en la tabla 4 se muestra que las mayores proporciones corresponden a un alto impacto
de las IAAS sobre la evolución del paciente (58.3%), a un alto impacto (48.3%) y muy alto
impacto (46.7%) de la efectividad de la HM para la prevención de las IAAS. Así mismo, el
porcentaje más alto es para muy alto impacto (60%) en la percepción del personal de
enfermería de la importancia de la HM de su institución.
Tabla 4. Percepción de la importancia de la higiene de manos para la prevención de las IAAS
Percepción del personal de enfermería Bajo Alto Muy Alto
f % f % f %
Impacto de las IAAS sobre evolución del 13 21.7% 35 58.3 12 20.0
paciente
Efectividad de la HM para prevención de 3 5% 29 48.3 28 46.7
IAAS
Importancia de la HM en su Institución 3 5% 21 35 36 60.0
Nota: f=frecuencia, %=porcentaje n=60
En la tabla 5 se muestra la percepción sobre las medidas destinadas a mejorar la HM
en su institución sanitaria. Respecto a la opinión sobre la efectividad de éstas medidas
destacan que el personal realice correctamente HM (siendo un buen ejemplo para sus colegas)
con una media de 5.4 (DE=1.4) y que los profesionales sanitarios reciban regularmente
retroalimentación sobre como realizan HM con una media de 5.3 (DE=1.6).
Tabla 5. Percepción sobre las medidas destinadas a mejorar la HM

1254
Opinión del personal de Enfermería sobre la Media DE Min. Max.
efectividad de medidas para mejorar la HM en su
institución
Que directivos apoyen y promuevan abiertamente la 5.0 1.5 1.0 7.0
HM
Que existan PBA en cada punto de atención 5.2 1.4 2.0 7.0
Que existan carteles sobre HM como recordatorio 5.0 1.5 2.0 7.0
Que todos los profesionales sanitarios reciban 5.0 1.4 2.0 7.0
formación sobre HM
Que los pacientes recuerden a los profesionales 5.0 1.5 2.0 7.0
sanitarios realizarse la HM
Que haya instrucciones claras y simples sobre HM 5.1 1.7 2.0 7.0
Que los profesionales sanitarios reciban regularmente 5.3 1.6 1.0 7.0
retroalimentación sobre como realizan HM
Que usted realice correctamente HM (siendo un buen 5.4 1.6 1.0 7.0
ejemplo para sus colegas)
Nota: DE=desviación estándar, Min= mínimo, Max= máximo n=60
Respecto a la percepción del personal de enfermería sobre la importancia para realizar
una correcta higiene de manos por tipo de personal y pacientes, en la tabla 6 se muestra que
la media más alta corresponde a Jefe/a de servicio o supervisora de enfermería (Media=5.3;
DE=1.5).
Tabla 6. Percepción sobre la importancia de la realización de la HM por tipo personal y
pacientes
Importancia para realizar una correcta HM Media DE Min. Max.
Jefe/a de servicio o supervisora de enfermería 5.3 1.5 1.0 7.0
Colegas 4.6 1.9 1.0 7.0
Pacientes 4.7 1.9 1.0 7.0
Nota: DE=desviación estándar, Min= mínimo, Max= máximo n=60

1255
En la tabla 7 se muestra la percepción de las estrategias para mejorar la HM, como
puede observarse el personal considera que el ser observado le haría mejorar su práctica de
la HM, con una media de 5.8 (DE= 1.4).
Tabla 7. Percepción de las estrategias para mejorar la HM
Media DE Min. Max.
Conocer los resultados de HM ayudaría a mejorar la 5.5 1.6 1.0 7.0
HM
El ser observado le haría mejorar su práctica de HM 5.8 1.4 1.0 7.0
Nota: DE=desviación estándar, Min= mínimo, Max= máximo n=60

Respecto al conocimiento de la vía y fuente de infección, en la tabla 8 se muestra que


el 70% de los enfermeros encuestados conoce cuál es la principal vía de trasmisión cruzada
de los microorganismos entre pacientes.
Tabla 8. Conocimiento de la vía y fuente de infección
Conocimiento Conoce No conoce
f % f %
Principal vía de transmisión 42 70 18 30
cruzada microorganismos entre
pacientes
Fuente más frecuente de las 41 68 19 32
IAAS
Nota: f=frecuencia, %=porcentaje n=60
Respecto a las ocasiones de la HM para la prevención de transmisión de
microorganismos al paciente, en la tabla 9 se muestra que las mayores proporciones
corresponden a que el personal contestó correctamente que la HM se debe realizar antes de
tocar al paciente (98.3%) y de realizar un procedimiento aséptico (75%); así mismo, los
mayores porcentajes de respuestas incorrectas son después de la exposición de fluidos
corporales (65%) y después del contacto con el entorno del paciente (70%).
Tabla 9. Ocasiones para la prevención de transmisión de microorganismos al paciente

1256
Ocasiones Respuesta Correcta Respuesta Incorrecta
f % f %
Antes de tocar al paciente 59 98.3 1 1.7

Después de la exposición de 21 35 39 65
fluidos corporales
Después del contacto con el 18 30 42 70
entorno del paciente
Antes de realizar un 45 75 15 25
procedimiento aséptico
Nota: f=frecuencia, %=porcentaje n=60
En lo que refiere al conocimiento de la HM con PBA y con agua y jabón, se puede
observar en la tabla 10 que el 91.7% del personal contestaron correctamente que la HM con
PBA es más rápida que con agua y jabón; el 93.3% contestaron correctamente que la HM
con agua y con jabón desinfecta más que con PB, un 52.3% del personal contestó
correctamente que la HM con PBA reseca las manos más que la HM con agua y jabón,
mientras que un 45% respondieron de manera incorrecta que la HM con agua y jabón y con
PBA se deben de realizar secuencialmente.
Tabla 10. Conocimiento de la HM con PBA y con agua y jabón
Respuesta Correcta Incorrecta
f % f %
La HM con PBA es más 55 91.7 5 8.3
rápida que la HM con agua y
jabón
La HM con PBA reseca las 32 52.3 28 46.7
manos más que la HM con
agua y jabón

1257
La HM con PBA desinfecta 56 93.3 4 6.4
más que la HM con agua y
jabón
La HM con agua y jabón y 33 55 27 45
con PBA se deben de
realizar secuencialmente
Nota: f=frecuencia, %=porcentaje n=60

Respecto a la percepción de la higiene de manos del personal de enfermería de


acuerdo a las características laborales, en la tabla 11 se muestra que se encontraron resultados
similares en sexo; de acuerdo con el nivel de formación el licenciado en enfermería tiene una
mayor percepción de la higiene de manos con una media de 76.8 (DE=15.2). En lo que refiere
al servicio se encontró que Medicina Interna tiene un promedio más alto (Media=73.7;
DE=18.0).
Tabla 11. Percepción de la HM de acuerdo con las características laborales
Características laborales Media DE Min Max
Sexo
Masculino 70.9 19.4 31.9 93.0
Femenino 70.5 17.0 30.0 91.6
Nivel de formación
Técnico auxiliar 75.5 19.8 31.9 91.2
Enfermero general 66.7 17.7 33.8 91.6
Lic. Enfermería 76.8 15.2 30.0 93.0
Servicio
Medicina interna 73.7 18.0 32.6 93.0
Cirugía general 73.5 11.5 58.1 91.2
Ginecología y obstetricia 70.2 19.0 30.0 91.6
Pediatría 61.5 21.8 31.9 91.6
Nota: DE=desviación estándar, Min= mínimo, Max= máximo n=60

1258
En lo que refiere al conocimiento de la HM de acuerdo con las características
laborales en la tabla 12 se muestra un resultado ligeramente mayor en el sexo femenino con
un promedio de 72.5 (DE=11.7), en cuanto al nivel de formación el técnico posee mayor
conocimiento con una media de 75.0 (DE=9.5). En lo que respecta al servicio, pediatría tiene
un mayor conocimiento (Media=78.8; DE=9.2).
Tabla 12. Conocimiento de la HM de acuerdo a las características laborales
Características laborales Media DE Min Max
Sexo
Masculino 71.1 14.9 100.0 100.0
Femenino 72.5 11.7 96.0 96.0
Nivel de formación
Técnico auxiliar 75.0 9.5 92.0 92.0
Enfermero general 73.2 12.8 96.0 96.0
Lic. Enfermería 69.1 14.6 100.0 100.0
Servicio
Medicina interna 69.2 15.3 100.0 100.0
Cirugía general 71.4 14.3 96.0 96.0
Ginecología y 71.5 9.7 92.0 92.0
obstetricia
Pediatría 78.8 9.2 92.0 92.0
Nota: DE=desviación estándar, Min= mínimo, Max= máximo n=60

Discusión
En el presente estudio de investigación se abordaron los temas como percepción de
la higiene de manos y conocimiento sobre la higiene de manos; en una muestra de 60
enfermeros y enfermeras que trabajaban en un hospital público de Nuevo León. Se encontró
que ocho de cada 10 enfermeros perciben que sus compañeros realizan una buena higiene de
manos. Este hallazgo es similar a lo reportado por Torán y Pareja (2017); sin embargo, es

1259
importante de considerar, mientras el personal tenga la percepción de que hacen bien el
procedimiento no cambiará y esto llevará a un aumento en las IAAS. Se recomienda enfatizar
la importancia de realizar una adecuada higiene de manos utilizando la técnica correcta.
Se encontró que más de la mitad del personal de enfermería refieren un alto impacto
de las IAAS sobre la evolución del paciente. Este hallazgo es similar a lo reportado por Cobo
et al. (2014) y Torán y Pareja (2017). Este resultado es importante, se recomienda iniciar las
capacitaciones de higiene de manos haciendo referencia al daño invaluable que se hace a los
pacientes, para que el personal se concientice de ello y participe activamente y cambie su
comportamiento dando una atención limpia y segura.
Se encontró que predominó la percepción que el realizar la higiene de manos
correctamente es una medida muy efectiva para mejorar la HM; así mismo, que está medida
es más importante para los Jefes de los servicios y que el ser observado le haría mejorar su
práctica de la HM. Estos hallazgos son similares a lo reportado por Cobo et al. (2014); sin
embargo, contradicen lo señalado por Torán y Pareja (2017). Estos resultados podrían
atribuirse a que la institución en donde se realizó está certificada y está más sensibilizada del
cumplimiento de los estándares establecidos por el Consejo de Salubridad General (CSG,
2018).
En el presente estudio casi una tercera parte de la población de estudio conoce cuál
es la principal vía de transmisión cruzada de microrganismos. Este hallazgo es similar a lo
reportado por Vita et al. (2014) y Maheshwari et al. (2014). Sin embargo, contradice lo
señalado por Pérez, et al. (2015).

En cuanto al conocimiento casi la totalidad del personal contestó correctamente que


la HM se debe realizar antes de tocar al paciente; tres cuartas partes de los encuestados
señalan que se debe hacer antes de realizar un procedimiento aséptico. Así mismo, los
resultados apuntan a falta de conocimiento en la importancia de realizar la HM después de la
exposición a fluidos corporales y después del contacto con el entorno del paciente. Estos
hallazgos son consistentes a lo reportado en la literatura (Maheshwari et al. 2014; Torán &
Pareja, 2017) y contradicen lo señalado por Vita et al. (2014) Estos hallazgos reflejan que la

1260
tendencia en conocimiento es darle más importancia a lavarse las manos antes de tener
contacto con el paciente descuidando la HM al finalizar la atención.
Nueve de cada 10 enfermeros respondieron correctamente que la HM con PBA es
más rápida que agua y jabón; así mismo que el utilizar agua y jabón desinfecta mejor que el
uso de PBA. Estos resultados son relevantes; sin embargo, casi la mitad de la población de
estudio evidenció desconocimiento de la importancia de realizarse ña HM con agua y jabón
y con PBA secuencialmente. Estos hallazgos son similares a lo reportado por Torán y Pareja
(2017) y Vita et al. (2014).
En relación con la percepción y el conocimiento de la higiene de manos del personal
de enfermería de acuerdo a las características laborales, los resultados fueron similares en
cuanto al sexo; en nivel de formación académica destaca el licenciado en enfermería y en
servicio Medicina Interna en cuanto a la percepción de la higiene de manos. Con respecto al
conocimiento de la HM el resultado fue ligeramente mayor en el sexo femenino; en cuanto
al nivel de formación el técnico posee mayor conocimiento, y destaca el servicio de pediatría.
Estos resultados son importantes de considerar; llama la atención que, si bien el personal
profesional tiene mayor percepción de la importancia de la HM, el personal técnico reportó
mayor conocimiento. Respecto al servicio en percepción de la HM destacó Medicina interna,
este hallazgo pudiera explicarse debido a la naturaleza de los diagnósticos que predominan
en esa área; en cuanto al conocimiento resaltó Pediatría, esto pudiera atribuirse a que en la
formación académica se enfatiza la necesidad de tomar mayores medidas de cuidado en los
pacientes pediátricos por ser más vulnerables a las infecciones por sus defensas.

Conclusiones
El personal de enfermería percibe que realiza una buena higiene de manos, más de la
mitad de la población de estudio refiere un alto impacto de la HM en el desarrollo de las
IAAS que afectan negativamente la evolución del paciente. Predominó la percepción que el
realizar la higiene de manos correctamente es una medida muy efectiva para mejorar la HM;
que ésta medida es más importante para los Jefes de los servicios y que el ser observado es
una estrategia para mejorar la práctica de HM.

1261
Una alta proporción de la población de estudio conoce cuál es la principal vía de
transmisión cruzada de microrganismos. La mayoría del personal de enfermería contestó
correctamente dos momentos en que se debe realizar la HM se debe realizar: antes de tocar
al paciente y de realizar procedimientos asépticos. Hubo falta de conocimiento en los
mementos después de la exposición a fluidos corporales y del contacto con el entorno del
paciente.
Se evidenció conocimiento respecto a que la HM con PBA es más rápida que agua y
jabón; que el utilizar agua y jabón desinfecta mejor que el uso de PBA y desconocimiento de
la importancia de realizarse la HM con agua y jabón y con PBA secuencialmente.
En relación con la percepción de la higiene de manos del personal de enfermería de
acuerdo con las características laborales, los resultados fueron similares en cuanto al sexo;
en nivel de formación académica fue el licenciado en enfermería y en servicio Medicina
Interna. Con respecto al conocimiento de la HM el resultado fue ligeramente mayor en el
sexo femenino; en el técnico de enfermería y en el servicio de pediatría.
Las áreas de oportunidad identificadas en la percepción y conocimiento de HM en
personal de enfermería son relevantes, se deben implementar medidas urgentes porque se
tiene un contacto directo y continuo con los pacientes, se requiere la HM porque su ausencia
desencadena múltiples complicaciones. Se deben establecer políticas dirigidas a garantizar a
todos los pacientes una atención limpia porque es más segura.
Se recomienda capacitar a todo el personal y rediseñar el proceso de la HM que
permita fomentar un mejor apego; así como implementar técnicas innovadoras para que el
personal de enfermería pueda observar si la HM realizada fue exitosa, estas técnicas pudieran
ser: utilización de luz ultravioleta post HM o algún reloj con sensor que le indique al personal
si realizó la HM en el tiempo.

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1265
Análisis de políticas públicas en salud: Caso gimnasios

Juan Ramón Piña-De la Fuente 303


Janet García González 304
Resumen
Cuando las políticas públicas de la actividad física para la salud son insuficientes, los
individuos con cierto poder adquisitivo buscan la asistencia de gimnasios comerciales. Como
tal, la salud está consagrada en la Constitución Mexicana y cuenta con su ley. En estos
documentos, incluyendo los del deporte, se plasman intenciones para el fomento de la salud
de la población. La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que la promoción de
la salud constituye un proceso político y social global, abarcando acciones dirigidas a
fortalecer habilidades y capacidades de los individuos, y a modificar las condiciones sociales,
ambientales y económicas para mitigar su impacto en la salud pública e individual. Los
gimnasios representan una verdadera industria. La “International Health, Racquet &
Sportsclub Association” (IHRSA), de EE.UU., reportó en 2017 ganancias de 87.2 billones
de dólares y en el mundo, según Hontangas (2017), esta actividad generó el 1% del PIB
mundial. Y señala que en México existían 12,376 clubes miembros con 4.1 millones de
usuarios; así, el país fue tercer lugar en esos rubros dentro de ese organismo. Sin embargo,
como empresas comercialmente establecidas, se observa que los gimnasios carecen de
prácticas de responsabilidad social para sus usuarios y la población de su entorno. El presente
trabajo es una investigación documental que dará forma a un estudio sobre este tema, ya que
muchos gimnasios dejan de lado o limitan los programas de actividad física para obesos,
hipertensos, diabéticos y otros tipos de población vulnerable, e incurren en un sinfín de
prácticas indebidas que impactan en la correcta progresión física de la persona, y en su
bolsillo.
Palabras clave: Actividad física, salud, responsabilidad social, educación deportiva

303
Facultad de Ciencias de la Comunicación – UANL | [email protected]
304
Facultad de Ciencias de la Comunicación – UANL | [email protected]

1266
Abstract
When public policies on physical activity for health are insufficient, individuals with
a certain purchasing power seek the assistance of commercial gyms. As such, health is
enshrined in the Mexican Constitution and has its law. In these documents, including those
of sport, intentions are expressed for the promotion of the health of the population. The World
Health Organization (WHO) establishes that health promotion constitutes a global political
and social process, encompassing actions aimed at strengthening individuals' abilities and
capacities, and at modifying social, environmental and economic conditions to mitigate their
impact on public and individual health. Gyms represent a true industry. The “International
Health, Racquet & Sportsclub Association” (IHRSA), from the USA, reported earnings of
87.2 billion dollars in 2017 and in the world, according to Hontangas (2017), this activity
generated 1% of world GDP. And she points out that in Mexico there were 12,376 member
clubs with 4.1 million users; Thus, the country was third in those areas within that body.
However, as commercially established companies, it is observed that gyms lack social
responsibility practices for their users and the surrounding population. In this way, many
gyms neglect or limit physical activity programs for the obese, hypertensive, diabetics and
other vulnerable population types, and they commit an endless number of improper practices
that impact the correct physical progression of the person, and their pocket.
Key words: Physical activity, health, social responsibility, sports education

1267
Introducción
En su programa “La educación para la salud”, la OMS (2018) fomenta la motivación,
habilidades personales y autoestima de las personas como una línea que supone
comunicación de información y de viabilidad política y organizativa dirigida a lograr
cambios sociales, económicos y ambientales que favorezcan la salud.
El mismo organismo aborda el concepto de la Responsabilidad Social para la Salud
(RSS), que se refleja en acciones de los responsables de la toma de decisiones, tanto del
sector público como del privado, para establecer políticas y prácticas que promuevan y
protejan la salud.
De forma similar, la responsabilidad social empresarial (RSE), según la Comisión
Europea, significa cumplir más allá de las obligaciones jurídicas e invertir más en el capital
humano, en el entorno y en las relaciones con los interlocutores.
En México, la carencia de políticas públicas deportivas que fomenten la salud de la
población propicia la oferta comercial de productos deportivos como los gimnasios
comerciales, que a través de diversas estrategias atraen a un mercado ávido de atención en
actividad física para la salud.
Salud
La OMS (2018) define la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental
y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. La Organización extrajo
el concepto del “Preámbulo de la Constitución de la Organización Mundial de la Salud”,
adoptada por la Conferencia Sanitaria Internacional celebrada en Nueva York en 1946 y
firmada por representantes de 61 países, entrando en vigor el 7 de abril de 1948; esta
definición no ha sido modificada desde su creación.
Entre los principios establecidos en el Preámbulo destaca en primer término el concepto
que da forma a la definición de salud y también los siguientes: El goce del grado máximo de
salud que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano sin
distinción de raza, religión, ideología política o condición económica o social; otro es el que
establece que la salud de todos los pueblos es una condición fundamental para lograr la paz
y la seguridad y depende de la más amplia cooperación de las personas y de los Estados, y

1268
que atribuye que, los resultados alcanzados por cada país en el fomento y protección de la
salud, son valiosos para todos.
De las políticas de la OMS se desprenden una serie de recomendaciones, estrategias y
líneas de acción que buscan alcanzar los mejores índices de salud en la población mundial.
La OMS complementa la definición de salud como:
… la salud ha sido considerada no como un estado abstracto sino como un medio
para llegar a un fin, como un recurso que permite a las personas llevar una vida
individual, social y económicamente productiva. La salud es un recurso para la
vida diaria, no el objetivo de la vida. Se trata de un concepto positivo que acentúa
los recursos sociales y personales, así como las aptitudes físicas. (OMS, 1988, p.
10).
La misma Carta de Ottawa identifica tres estrategias básicas para la promoción de la salud:
• Abogar por la salud con el fin de crear las condiciones sanitarias esenciales
• Desarrollar en todas las personas su completo potencial de salud
• Mediar a favor de la salud entre los distintos intereses encontrados en la sociedad
A su vez, estas estrategias tienen soporte en cinco prioritarias áreas de acción para la
promoción de la salud, que se encuentran habilitadas en la misma Carta de Ottawa:
• Establecer una política pública saludable
• Crear entornos que apoyen la salud
• Fortalecer la acción comunitaria para la salud
• Desarrollar las habilidades personales, y
• Reorientar los servicios sanitarios
“Salud para todos” ha sido un programa de aplicación constante de la OMS, que lo
define a asimismo como “la consecución de un nivel de salud que permita llevar a todas las
personas una vida social y económicamente productiva” (OMS, 1988, p.11).
En otro programa la OMS aborda “La educación para la salud”, orientando sobre la
transmisión de información, fomento de la motivación, de las habilidades personales y
autoestima de las personas, como medidas encaminadas a mejorar la salud.

1269
Esta línea supone comunicación de información y desarrollo de habilidades personales
que demuestren la viabilidad política y las posibilidades organizativas de diversas formas de
actuación dirigidas a lograr cambios sociales, económicos y ambientales que favorezcan la
salud.

Concepto de responsabilidad social corporativa


La responsabilidad social corporativa (RSC) o también llamada responsabilidad
social empresarial (RSE), es definida por la Comisión Europea, en su Libro Verde de 2001,
como “la integración voluntaria, por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y
medioambientales en sus operaciones comerciales y sus relaciones con sus interlocutores.
Ser socialmente responsable no significa solamente cumplir plenamente las obligaciones
jurídicas, sino también ir más allá de su cumplimiento invirtiendo ‘más’ en el capital humano,
el entorno y las relaciones con los interlocutores”.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define el mismo concepto como “el
reflejo de la manera en que las empresas toman en consideración las repercusiones que tienen
sus actividades sobre la sociedad, y en la que afirman los principios y valores por los que se
rigen, tanto en sus propios métodos y procesos internos, como en su relación con los demás
actores. La RSE es una iniciativa de carácter voluntario y que sólo depende de la empresa, y
se refiere a actividades que se considera rebasan el mero cumplimiento de la legislación".
Miraglio, Hunter, Lucci y Pinoargote (2007) señalan los elementos que caracterizan la
RSE:
• su carácter es voluntario: las empresas adoptan voluntariamente una conducta
socialmente responsable que va más allá de sus obligaciones jurídicas
• forma parte integral de la gestión empresarial
• sus acciones son sistemáticas, no ocasionales
• está vinculada al concepto de desarrollo sostenible
Los mismos autores subrayan que la RSE no puede sustituir la función de los gobiernos.
En este sentido, Green (2003) señala que, si la ocupación de los negocios ha sido
tradicionalmente hacer negocios, entonces la ocupación de los gobiernos es gobernar. Sin

1270
embargo, añade el especialista, la globalización, con sus consiguientes complejidades
supranacionales, implica que los gobiernos a menudo pueden gobernar menos de lo que lo
han hecho tradicionalmente. “De hecho, los mandatos de los gobiernos deben ser ejercidos
en un contexto de nuevas y cambiantes realidades económicas y políticas” (Green, 2003, p.
3).
Para este mismo autor la demanda de RSE se ha desarrollado en gran medida como
respuesta a la incapacidad, ya sea real o percibida, de la legislación, reglamentación y
ejecución para controlar y regular el impacto de las actividades de empresa en las personas y
el medio ambiente. “También ha surgido conjuntamente con la reducción progresiva de las
medidas de control y dominio de muchos gobiernos en todo el mundo” (p. 1).
Responsabilidad social para la salud
La OMS señala que la Responsabilidad Social para la Salud (RSS) se refleja en
acciones de los responsables de la toma de decisiones, tanto del sector público como privado,
para establecer políticas y prácticas que promuevan y protejan la salud.
La Declaración de Yakarta, de la OMS, identifica cinco prioridades de cara a la promoción
de la salud en el siglo XXI:
• Promover la responsabilidad social para la salud
• Incrementar las inversiones para el desarrollo de la salud
• Expandir la colaboración para la promoción de la salud
• Incrementar la capacidad de la comunidad y el empoderamiento de los individuos
• Garantizar una infraestructura para la promoción de la salud
Otro estudio similar, de Morales, Galeano y Muñoz (2014), realizado en entidades
promotoras de salud en Colombia, encontró que éstas manejan un modelo de RS “reactivo”,
“cada una lleva a cabo diversas acciones que no son suficientes para consolidar una estrategia
del sector para el desarrollo de un modelo integral de salud que contribuya a la dimensión
social del desarrollo sostenible” (p. 1).
Este estudio encontró que, en lo general, no existe en las empresas del sector salud un
enfoque de trabajo explícito en acciones de RSE, ya que el 56% presenta una política o

1271
estrategia definida y, de este grupo, sólo el 12% posee una persona exclusivamente asignada
para la ejecución de las mismas.
También observaron que la RSE, como estrategia de gestión, es entendida por los
empresarios del sector como un modelo “market pull”, donde los principales beneficios se
enfocan en el posicionamiento de las organizaciones (27%) y la posibilidad de acceso a
nichos de mercado diferenciales (16%).

RSE, actividad física, deporte y salud


Borges-Silva, Ruiz-González, Salar y Moreno-Murcia (2015) revisaron la predicción
del motivo “salud” en el ejercicio físico en centros de fitness de España. Sus resultados
indican que el soporte de autonomía generado por el técnico deportivo, así como la
satisfacción de las necesidades psicológicas básicas de los individuos estudiados y la
motivación intrínseca, predicen positivamente el motivo de práctica saludable.
Gallardo, Benavides y Rosales (2016), antes de enfocarse al fomento, muy recurrente
en los últimos años, da una de las estrategias basadas en recomendaciones y buenas prácticas
en materia de salud, como son los programas o eventos deportivos, revalora los atributos de
las actividades físico-deportivas como forma de impactar positivamente en las personas, así
como en su calidad de vida.
Señalan que, al año de su estudio, no existía ninguna herramienta que permitiera
evaluar la calidad de programas a través del análisis del nivel de implantación de buenas
prácticas en materia de salud.
Los programas de buenas prácticas deportivas saludables se definen como los
proyectos y/o actividades que, a través de su estructura, recursos, planificación y
valoración, contribuyen a crear hábitos saludables para la mejora de la calidad de vida
del ciudadano (Consejo de Calificaciones de Sistemas de Australia, 2011, p. 2).
Actividad física
La OMS (2018) define la actividad física como “cualquier movimiento corporal
producido por los músculos esqueléticos, con el consiguiente consumo de energía. Ello
incluye las actividades realizadas al trabajar, jugar y viajar, las tareas domésticas y las
actividades recreativas.”
1272
La Organización señala que expresión actividad física no debe confundirse con
ejercicio, porque señala que éste es una subcategoría de actividad física que conlleva
planeación, estructura, que es repetitiva y cuyo objetivo es mejorar o mantener uno o más
componentes del estado físico.
Sostiene que la actividad física, ya sea moderada o intensa, provoca beneficios la salud.
También sostiene la OMS que, cualquier otra actividad física que se realice en tiempo de
ocio, como desplazarse de un lugar a otro o como parte de un trabajo, también causa
beneficios a la salud.
La misma Organización recomienda diferentes volúmenes de tiempo e intensidad,
dependiendo de los grupos de edad. Para niños y adolescentes de 5 a 17 años: Practicar al
menos 60 minutos diarios de actividad física moderada o intensa. Indica que duraciones
superiores a los 60 minutos procuran mayores beneficios para la salud y aclara que las rutinas
deben incluir actividades que fortalezcan los músculos y huesos, todo con una frecuencia de
por lo menos tres veces a la semana.
Los adultos de 18 a 64 años de edad pueden practicar al menos 150 minutos semanales
de actividad física moderada, o al menos 75 minutos semanales de actividad física intensa, o
una combinación equivalente entre actividad moderada e intensa.
Para la obtención de mayores beneficios para la salud los adultos deben llegar a 300
minutos semanales de actividad física moderada, o su equivalente.
Conviene, señala la OMS, realizar actividades de fortalecimiento muscular 2 o más
días a la semana, de tal manera que se ejerciten grandes conjuntos musculares. Para adultos
de 65 o más años de edad: Practicar al menos 150 minutos semanales de actividad física
moderada, o al menos 75 minutos semanales de actividad física intensa, o una combinación
equivalente entre actividad moderada e intensa.
Para obtener mayores beneficios para la salud este grupo debe llegar a 300 minutos
semanales de actividad física moderada o su equivalente. Las personas con problemas de
movilidad deben practicar actividad física para mejorar su equilibrio y prevenir caídas, por
lo menos 3 días a la semana.
Es recomendable realizar las actividades de fortalecimiento muscular 2 o más días a la
semana, de tal manera que se ejerciten grandes conjuntos musculares. La intensidad con que
1273
se practican distintas formas de actividad física varía según la capacidad de las personas. Para
que exista un beneficio a la salud cardiorrespiratoria, subraya la OMS, toda actividad debe
realizarse en periodos de, por lo menos, 10 minutos de duración.
Entre los beneficios que propicia la actividad física y los riesgos de contar con niveles
insuficientes de actividad física, la OMS apunta que la actividad física regular de intensidad
moderada, como caminar, andar en bicicleta o hacer deporte, tiene considerables beneficios
para la salud. Destaca que, en todas las edades, los beneficios de la actividad física
contrarrestan posibles daños provocados por accidentes u otras situaciones.
Realizar algún tipo de actividad física, enfatiza la OMS, es mejor que no realizar
ninguna. El organismo asegura que la actividad física regular y en niveles adecuados: mejora
los sistemas musculoesquelético, cardiorrespiratorio y funcional; reduce el riesgo de
hipertensión, cardiopatía coronaria, accidente cerebrovascular, diabetes, diferentes tipos de
cáncer (como los de mama y colon) y depresión; reduce el riesgo de caídas y de fracturas de
vértebras o de cadera, y es fundamental para el equilibrio energético y control de peso.
Alertas de la OMS
La insuficiente actividad física va en aumento en todo el mundo, agravando la carga
de enfermedades no transmisibles y afectando el estado general de salud de la población. Es,
además, uno de los factores de riesgo de mortalidad más importantes en toda la escala
mundial.
La OMS acota que las personas que no hacen suficiente ejercicio físico presentan un
riesgo de mortalidad de 20% a 30% superior al de aquellas con suficiente actividad física.
Entre las causas de los niveles insuficientes de actividad física de la población, la OMS
asocia los productos nacionales brutos elevados o crecientes.
También al mayor uso de transporte “pasivo” y factores ambientales relacionados con
la urbanización, que suelen desalentar a las personas a mantenerse más activos, como: miedo
a la violencia y delincuencia en los espacios exteriores, tráfico denso, mala calidad del aire y
contaminación, falta de parques, aceras y de instalaciones deportivas y recreativas.
Como medidas para aumentar la actividad física, la OMS insta a los países y
comunidades a considerar entre sus políticas y colaboración con los sectores
correspondientes, hábitos comunes de la vida diaria: formas activas de transporte, como
1274
caminar y montar en bicicleta, que sean accesibles y seguras para todos; políticas laborales y
las relativas al lugar de trabajo, que fomenten la actividad física; en las escuelas, que cuenten
con espacios e instalaciones seguras para que los alumnos pasen allí su tiempo libre de forma
activa; que los niños reciban educación física de calidad para que les ayude a desarrollar
pautas de comportamiento que los mantenga físicamente activos a lo largo de la vida, y que
las instalaciones deportivas y recreativas ofrezcan a todas las personas oportunidades para
hacer deporte.
La OMS asegura que aproximadamente un 80% de sus estados miembros han
elaborado políticas y planes para reducir la inactividad física, aunque reconoce que sólo 56%
de los países los tenían en operación, hasta febrero de 2018. Ha insistido con diversas
fórmulas para acotar la falta de actividad física en la población mundial.
En la "Estrategia Mundial sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud",
adoptada por la Asamblea Mundial de la Salud en 2004, se describen las medidas necesarias
para aumentar la actividad física y se insta a las partes interesadas a adoptar medidas a nivel
mundial, regional y local para aumentar la actividad física.
Las "Recomendaciones mundiales sobre la actividad física y la salud", publicadas por
la OMS en 2010, se centran en la prevención primaria de las ENT (enfermedades no
transmisibles) mediante la actividad física.
En ellas se proponen opciones políticas para alcanzar los niveles recomendados de
actividad física en el mundo, como: la formulación y aplicación de directrices nacionales
para promover la actividad física y sus beneficios para la salud; la integración de la actividad
física en las políticas relativas a otros sectores conexos, con el fin de facilitar que las políticas
y los planes de acción sean coherentes y complementarios; el uso de los medios de
comunicación de masas para concienciar acerca de los beneficios de la actividad física, y la
vigilancia y seguimiento de las medidas para promover la actividad física.
A fin de cuantificar los niveles de actividad física en la población adulta, la OMS
elaboró el “Global Physical Activity Questionnaire” [GPAQ (por sus siglas en inglés)
Cuestionario Global de Actividad Física], que ayuda a los países a vigilar la insuficiente
actividad física como uno de los principales factores de riesgo de padecer enfermedades no
transmisibles.
1275
El GPAQ ha sido integrado en el método “progresivo” de la OMS, que se aplica a la
vigilancia de los principales factores de riesgo de enfermedades no transmisibles. En su
estrategia sobre vigilancia global de la actividad física, la OMS ha realizado la “Global
School-Based Student Health Survey” [GSHS (por sus siglas en inglés) Encuesta Mundial
de Salud a Escolares, en la que incluyó un módulo para determinar los niveles de actividad
física insuficiente en los escolares.
La encuesta forma parte de un proyecto de vigilancia de la OMS y de los Centros para
el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, concebidos para ayudar
a los países a medir y evaluar en los jóvenes, de 13 a 17 años, los comportamientos que
constituyen factores de riesgo y aquellos que son un factor de protección en 10 ámbitos
básicos.
En 2013 la Asamblea Mundial de la Salud acordó un conjunto de metas mundiales de
aplicación voluntaria entre las que figura la reducción en un 25% de las muertes prematuras
por ENT y una disminución del 10% de la inactividad física para 2025.
El “Plan de Acción Mundial para la Prevención y el Control de las Enfermedades No
Transmisibles 2013-2020” sirve de guía a los estados miembros de la OMS y a otros
organismos de la Organización de las Naciones Unidas para alcanzar de forma efectiva esas
metas.
La OMS prepararía una carpeta de herramientas concebida específicamente para
determinados sectores, que serviría para ayudar a instaurar una serie de medidas y a cumplir
las metas en la materia.
La OMS ha establecido alianzas destinadas a secundar a los estados miembros en su
esfuerzo por promover la actividad física, en particular con la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y con la Oficina de las
Naciones Unidas sobre el Deporte para el Desarrollo y la Paz (UNOSDP).
En México, según el reporte del Módulo de Práctica Deportiva y Ejercicio Físico 2018
(MOPRADEF), del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) y aplicado en 32
ciudades de 100 mil y más habitantes de 18 años de edad y más, revela que el 58.3% de esta
población no realiza actividad deportiva.

1276
El mismo estudio analizó población que “alguna vez” realizó ejercicio físico-deportivo
y que actualmente no se ejercita, encontrando que las tres razones principales para el
abandono de la práctica fueron: Falta de tiempo (45.8%), cansancio por el trabajo (24.8%) y
problemas de salud (18.2%).
La IHRSA (2017) registró que en EE.UU. sólo 5% de la población se activa durante
media hora al día y que una de cada tres personas conoce las “Recomendaciones de Actividad
Física”.
La OMS estima que el 23% de los adultos y 81% de los adolescentes del mundo no son
lo suficientemente activos, lo que contribuye a la epidemia de obesidad, a problemas crónicos
y de salud mental. Y el mismo organismo alerta sobre el costo de esa inactividad física y lo
cataloga como “alto”: es la responsable de más de 5.3 millones de muertes en todo el mundo.
A pesar de estos llamados, apenas poco más de la mitad de las naciones miembro de la
OMS, 56%, han puesto en marcha políticas para reducir la inactividad física. El 10% de los
países miembro han acordado reducir la inactividad física en un 10% para el 2025.
Carta Internacional de la Educación Física y el Deporte
La Carta Internacional de la Educación Física y el Deporte, de la UNESCO de 1978,
es un documento que otorga el derecho a la práctica de la actividad física y del deporte. En
su Artículo 1 designa que “La práctica de la educación física y el deporte es un derecho
fundamental para todos.”. Y en el punto 1.1. acota: “Todo ser humano tiene el derecho
fundamental de acceder a la educación física y al deporte, que son indispensables para el
pleno desarrollo de su personalidad.
El Artículo 5 en su punto 2 establece: “Los gobiernos, los poderes públicos, las escuelas
y los organismos privados competentes deben aunar sus esfuerzos a todos los niveles y
concertarse para planificar el establecimiento y la utilización óptima de las instalaciones, el
equipo y los materiales destinados a la educación física y el deporte.”.
Procesos deportivos:
Entrenamiento deportivo
El entrenamiento deportivo es un proceso psicopedagógico y planificado, basado en
el conocimiento científico y empírico, señalan García, Cancela, Olveira y Mariño (2009).

1277
Este proceso busca integrar las condiciones favorables para el desarrollo del deportista a
través de ejercicios corporales, preparación de la mente y de la preparación técnica y táctica.
El objetivo del entrenamiento deportivo es organizar y administrar de la forma más
correcta las acciones que favorezcan el desarrollo integral del deportista y la consecución de
sus metas deportivas, integrando los conocimientos científicos que permiten conocer los
efectos de la actividad física en el individuo en base a fundamentos teóricos y prácticos de la
preparación físico-atlética.
Proceso de mejora del rendimiento deportivo
Los mismos autores indican que este proceso está conformado por conceptos
integrados que buscan desarrollar el máximo potencial del deportista para que pueda cumplir
su objetivo deportivo. El proceso inicia con la etapa del estímulo, en la que el deportista es
sometido a cargas de actividad física de cierta frecuencia, intensidad y volumen que le
permitan avanzar al siguiente paso, que es de alteraciones en el organismo.
Diversos fenómenos físicos, fisiológicos, biológicos, químicos, mentales y educativos
se presentan en esta fase. Tras las cargas de actividad física se presentan la fase de
recuperación, en la que el organismo asimila el trabajo acumulado y recobra energías para
una nueva sesión de práctica. Bajo este ciclo el deportista entra en la etapa de adaptación, en
la que va acostumbrándose a esfuerzos máximos, medios y bajos en diferentes circunstancias
de temperatura y altitud.
Finalmente llega a la etapa meta, la de mejora del rendimiento, que puede medirse de
diferentes maneras: cantidades, tiempos, medidas, podios o récords. Este proceso es aplicable
a todos los grupos de edad y para cualquier género, considerando que la formación con esta
estructura lleva años, dependiendo de la capacidad de la persona y del deporte o actividad
física que emprenda.
El proceso se complementa con la planificación del entrenamiento, que abarca los
sistemas, métodos y materiales que usará el entrenador para conducir la práctica del
individuo. Esta planificación se traza por tiempos, según sea la necesidad: medio año, un año,
dos años o cuatro años.
Todo el proceso puede aplicarse a la persona que sólo busca ejercitarse por salud,
modificando sustancialmente las cargas en las fases de alteraciones, recuperación y
1278
adaptación; el resto del ciclo se mantiene con la consabida respuesta que los resultados o
mejora del rendimiento estarán en proporción a esa limitación.
Políticas de salud en México
Parte de estas políticas de salud en México que se detallan, incluyen algunas
establecidas en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Ley General de
Salud, Ley General de Cultura Física y Deporte, Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024,
Plan Nacional del Deporte 2019-2024.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos señala, en su Artículo 4o.,
que toda persona tiene derecho a la protección de la salud, y en su párrafo 13º indica que toda
persona tiene derecho a la cultura física y a la práctica del deporte, y que corresponde al
Estado su promoción, fomento y estímulo conforme a las leyes en la materia.
La Ley General de Salud, en su Artículo 2º, establece como derecho la protección de
la salud, con las siguientes finalidades: I. El bienestar físico y mental del hombre para
contribuir al ejercicio pleno de sus capacidades, y II. La prolongación y el mejoramiento de
la calidad de la vida humana. El Artículo 3º, fracción XIII, señala como materia de salubridad
general “la educación para la salud”.
La Ley General de Cultura Física y Deporte, en su Artículo 2 fracción II indica:
“Elevar, por medio de la activación física, la cultura física y el deporte, el nivel de vida social
y cultural de los habitantes…”.
Esta ley señala que los programas en materia de cultura física y deporte deben
responder a las necesidades individuales y sociales, existiendo una responsabilidad pública
en el fomento cualitativo y cuantitativo de la cultura física y el deporte; y que la enseñanza,
capacitación, gestión, administración y desarrollo de la cultura física y el deporte deben
confiarse a un personal calificado.
El Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, en su Sección II (Política social), apartado
“Salud para toda la población”, carece de políticas y estrategias que denoten de forma clara
las tareas que emprenderá la presente Administración, haciendo únicamente mención de las
virtudes de la actividad física y el deporte como aliados fundamentales de la salud, calidad
de vida y bienestar social.

1279
El Proyecto de Plan Nacional de Salud 2019-2024 tiene como objetivo general “hacer
efectivo el artículo 4º constitucional a toda la población”, lo que implica “que toda persona
tiene derecho a la protección de la salud”, pero deja de lado el décimo tercer párrafo que
indica que, “toda persona tiene derecho a la cultura física y a la práctica del deporte, y que
corresponde al Estado su promoción, fomento y estímulo conforme a las leyes en la materia”,
y es de entenderse porque la actividad física y el deporte, en sí, no son esencia principal del
sector. El proyecto del plan no hace ninguna otra referencia directa o indirecta a política
alguna relacionada a la actividad física y la salud.
A la fecha el Gobierno federal no ha publicado el Plan Nacional del Deporte 2019-
2024. El Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 hace una referencia muy escueta a la
actividad física en un primer apartado de tres cortísimos apartados enfocados al deporte. Bajo
el título “Es una prioridad la activación física”, el plan señala:
Como parte de una política de salud integral, la activación física es importante para la
prevención a enfermedades relacionadas con el sedentarismo, el sobrepeso y la obesidad,
particularmente.
Código de comercio
En cuanto a los gimnasios comerciales, como negocios enfocados a ofrecer servicios
de actividad física, y de entrenamiento físico y técnico para la salud de las personas, el Código
de Comercio de México no define como acto comercial los servicios de actividad física o
entrenamiento deportivo, ni en los ofertados como servicios profesionales ni en los
proporcionados en gimnasios o cualquier otra área.
La posibilidad de apertura de los gimnasios comerciales como centros permitidos para
la oferta de programas de actividad física y deporte queda abierta con el Capítulo III de la
Ley General de Salud, que hace referencia a los “Prestadores de Servicios de Salud”, aunque
no establece ningún acatamiento para el servicio de entrenamiento deportivo como producto
comercial.
Esta ley señala que “La comunidad podrá participar en los servicios de salud de los
sectores público, social y privado a través de las siguientes acciones: I. Promoción de hábitos
de conducta que contribuyan a proteger la salud o a solucionar problemas de salud, e

1280
intervención en programas de promoción y mejoramiento de la salud y de prevención de
enfermedades y accidentes”.
Responsabilidad social
Pacto Mundial de orden voluntario para las empresas
El Pacto Mundial de la ONU (2017) fija a las empresas adoptar, apoyar y promulgar,
dentro del ámbito de influencia, valores fundamentales en derechos humanos, normas
laborales, medio ambiente y anticorrupción. Lo presentó la ONU en el Foro Económico
Mundial en 1999 y lo signaron más de 13,000 entidades de 170 países, por lo que ha sido la
mayor iniciativa voluntaria de responsabilidad social empresarial en el mundo.
Tiene como finalidad transformar el mercado global, potenciando un sector privado
sostenible y responsable sobre la base de sus 10 principios; tiene dos objetivos principales:
1) incorporar los 10 principios en las actividades empresariales de todo el mundo, 2) canalizar
acciones en apoyo de los objetivos ampliados de la ONU, incluidos los Objetivos de
Desarrollo Sostenible (ODS).
Los principios del Pacto Mundial son:
Derechos humanos
Principio 1. Apoyar y respetar la protección de los derechos humanos.
Principio 2. No ser cómplice de abusos de los derechos.
Ámbito laboral
Principio 3. Apoyar los principios de la libertad de asociación y sindical y el derecho a la
negociación colectiva.
Principio 4. Eliminar el trabajo forzoso y obligatorio.
Principio 5. Abolir cualquier forma de trabajo infantil.
Principio 6. Eliminar la discriminación en materia de empleo y ocupación.
Medio ambiente
Principio 7. Las empresas deberán mantener un enfoque preventivo que favorezca el medio
ambiente.
Principio 8. Las empresas deben fomentar las iniciativas que promuevan una mayor
responsabilidad ambiental.

1281
Principio 9. Las empresas deben favorecer el desarrollo y la difusión de las tecnologías
respetuosas con el medio ambiente.
Anticorrupción
Principio 10. Las empresas e instituciones deberán trabajar contra la corrupción en todas sus
formas, incluidos extorsión y soborno.
Decálogo de la empresa socialmente responsable
El Centro Mexicano de la Filantropía (Cemefi, 2020) hace alusión al Decálogo de la
Dimensión Social de las Empresas, elaborado por el Consejo Coordinador Empresarial
(CCE) y que contó con la aprobación de más de 150 organismos y empresas adheridas a esta
asamblea.
El Cemefi indica que las empresas pueden adecuar, adoptar o publicar el Decálogo de
la Empresa Socialmente Responsable, que contiene los siguientes preceptos:
La empresa socialmente responsable…
1. Promueve e impulsa una cultura de competitividad responsable que busca las metas y el
éxito del negocio, contribuyendo al mismo tiempo al bienestar de la sociedad.
2. Hace públicos sus valores, combate interna y externamente prácticas de corrupción y se
desempeña con base en un código de ética.
3. Vive esquemas de liderazgo participativo, solidaridad, servicio y de respeto a los derechos
humanos y a la dignidad humana.
4. Promueve condiciones laborales favorables para la calidad de vida, el desarrollo humano
y profesional de toda su comunidad (empleados, familiares, accionistas y proveedores).
5. Respeta el entorno ecológico en todos y cada uno de los procesos de operación y
comercialización, además de contribuir a la preservación del medio ambiente.
6. Identifica las necesidades sociales del entorno en que opera y colabora en su solución,
impulsando el desarrollo y mejoramiento de la calidad de vida.
7. Identifica y apoya causas sociales como parte de su estrategia de acción empresarial.
8. Invierte tiempo, talento y recursos en el desarrollo de las comunidades en las que opera.
9. Participa, mediante alianzas intersectoriales con otras empresas, organizaciones de la
sociedad civil, cámaras, agrupaciones y/o gobierno, en la discusión, propuestas y atención de
temas sociales de interés público.
1282
10. Toma en cuenta e involucra a su personal, accionistas y proveedores en sus programas de
inversión y desarrollo social.
Conclusión: Propuesta de investigación
Los gimnasios ofertan diversos productos de actividad física y deporte, desde los
tradicionales como el fisicoconstructivismo, aeróbicos, pilates o spinning, hasta los de nueva
tendencia como crossfit, acquaspinning, zumba o pole dance.
Las atractivas actividades contrastan con la calidad de los servicios: ambientes
impropios para la práctica, equipamiento obsoleto o en mal estado, desaseo del área,
incapacidad de los instructores; falta de programas metodológicos y de seguimiento técnico
y físico, y de responsabilidad social hacia el propio usuario y con su entorno poblacional.
Por todo ello es conveniente evaluar la RSE en los gimnasios a partir de la aplicación
de políticas públicas de salud, actividad física y deporte, y el efecto de sus programas en la
sociedad.
Es necesario identificar las políticas públicas y los programas que aplican los gimnasios
en su funcionamiento en beneficio de la sociedad; así como analizar las políticas y los
programas de desarrollo sustentable que aplican como parte de su RSE, evaluar el impacto
de los programas de salud y de deporte para que contribuyan en beneficio del desarrollo
sustentable y el de la Sociedad 5.0, conformada por la integración del ciberespacio y el
mundo real, que está alcanzando a la sociedad actual.
La OMS (2018) cuenta con una serie de políticas, preámbulos, cartas, programas,
estrategias, recomendaciones, planes, cartas y alertas que sugieren buenas prácticas públicas
de salud, actividad física, deporte, educación y responsabilidad social, dirigidos a todos los
países, pero no todos la tienen en cuenta, principalmente por falta de recursos o de voluntad
política.
Del mismo modo, México cuenta con un amplio repertorio de documentos que van
desde la Constitución Mexicana hasta leyes, reglamentos, códigos y normativas que
establecen alcances y limitaciones de las políticas públicas de salud, actividad física, deporte,
responsabilidad social y desarrollo sustentable, pero ninguno que regule la prestación del
servicio de gimnasio como práctica comercial para la salud.

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