Trabajo de Sexualidad Humana

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Sexualidad Humana

Nidia Karina Betances Parra.

12-2540.

Marcelina Rodríguez

Trabajo final
Introducción

La sexualidad humana representa el conjunto de comportamientos que


conciernen la satisfacción de la necesidad y el deseo sexual.

En la sexualidad humana pueden distinguirse aspectos relacionados con


la salud, el placer, legales, religiosos, etc.

La complejidad de los comportamientos sexuales de los humanos es producto


de su cultura, su inteligencia y de sus complejas sociedades, y no están
gobernados enteramente por los instintos, como ocurre en casi todos los
animales.

Más tarde o más temprano, tus hijos empezarán a hacer preguntas sobre sexo.
Algunos padres creen que, cuando llegue el momento, dar información sobre el
tema será fácil, que todo será una cuestión de ponerse a hablar.

.
UNIDAD I

LA SEXUALIDAD EN PERSPECTIVA.

1.1 Sexo y género.

El sexo viene determinado por la naturaleza, una persona nace con sexo
masculino o femenino. En cambio, el género, varón o mujer, se aprende,
puede ser educado, cambiado y manipulado.
Se entiende por género la construcción social y cultural que define las
diferentes características emocionales, afectivas, intelectuales, así como
los comportamientos que cada sociedad asigna como propios y naturales
de hombres o de mujeres.
Ejemplos de esta adscripción de características en nuestra sociedad es
pensar que las mujeres son habladoras, cariñosas y organizadas y los
hombres son activos, fuertes y emprendedores. Podemos decir, usando las
palabras de la doctora Victoria Sau, que el género es la construcción
psicosocial del sexo.
Una primera función implícita en el género es la de hacer patente que
hombres y mujeres son más diferentes que similares, y éste es el motivo de
que la sociedad humana haya establecido la existencia de estos dos
géneros, fenómeno que tiene una dimensión universal.
1.1.1 Historia de los conceptos acerca de la sexualidad: religión y ciencia.

Historia:

La sexualidad ha ido evolucionando junto con la mentalidad del ser humano. En


la Prehistoria era una simple satisfacción del impulso reproductivo. Es probable
que la preocupación por la sexualidad no contara demasiado en las primeras
comunidades cavernarias debido a la vida totalmente insegura de los primeros
hombres. La persecución de la caza y la búsqueda de frutos obligaban a un
constante cambio de refugios.

La sexualidad pasa a ocupar un lugar importante en la civilización con el


descubrimiento de la agricultura, pues permitió a las tribus establecerse por
períodos prolongados en territorios fijos, con lo que hombres y mujeres
pudieron por fin conocer el placer de reproducirse. En ese momento, la
humanidad identifica a la mujer (da vida) con la tierra (da frutos). Así nace un
culto a la sexualidad femenina que sólo relegarían, las religiones judaica,
cristiana e islámica.

En las culturas helénica y latina el acto sexual llegó a ser una manifestación
religiosa. Las orgías dedicadas a Dionisio o

Baco, divinidad masculina de la sexualidad, fueron al principio verdaderos


rituales del amor. En ellos se ofrecía a los dioses un presente para propiciar
sus favores, en forma de fertilidad femenina y terrestre. Con el correr del
tiempo esta creencia perdió su base religiosa y se transformó en exceso
hedonista. Es especialmente famoso el caso de las orgías romanas, que
llegaron a dimensiones monstruosas durante ciertos períodos de su historia
imperial.

En este período se consolidó también la exaltación del potencial sexual


masculino, a través de las imágenes divinas como Zeus y, especialmente
Apolo. La mitología grecolatina está llena de las aventuras eróticas de estos
personajes, el primero padre de los dioses y el segundo, su hijo predilecto.

La gente veneraba a Apolo como un dios pleno de belleza física y espiritual


(era, en cierto modo, el protector de las artes), así como de fortaleza y valor.
De su imagen surgió el concepto de belleza apolínea, que marca hasta la
actualidad, el prototipo del hombre viril y sensual. Su relación de conquistas
divinas y humanas sólo se compara a la de su padre Zeus. Pero Apolo se
acerca más a la simpatía de los mortales porque sus aventuras amorosas no
siempre terminaban bien. Cuando, por ejemplo, engañaba al feo, Vulcano con
su esposa, la bellísima

Afrodita, ambos fueron descubiertos y expuestos al ridículo por el marido.

Una costumbre de aquellos tiempos, fue la prostitución sagrada. Con la que las
mujeres atraían favores de las diosas protectoras de su pueblo. La mujer debía
ofrecer su virginidad y fertilidad a la diosa Venus o a algún de sus equivalentes,
a través de la unión con un sacerdote o un extranjero; el forastero, en este
caso, debía pagar a su vez con una ofrenda en especie o en metálico para
costear los cuidados del templo de la diosa. Esa costumbre ritual degeneró en
la simple venta del cuerpo femenino. Era natural que estos excesos ocurran en
pueblos dominados por las concepciones helénicas y latinas, cuando las
guerras o el desgaste de la sociedad alteraban las costumbres y causaban una
profunda ansiedad por disfrutar placeres. Entre los múltiples descubrimientos e
invenciones de estas culturas no podía faltar la educación sexual.

Religión:

A lo largo de la mayoría de la historia, la religión proporcionaba la mayoría de la


información que la gente tenía sobre la sexualidad. Las personas de diferentes
religiones tienen conceptos diferentes acerca de la sexualidad humana y estás
perspectivas religiosas tienen con frecuencia un profundo impacto

Ciencia de la sexualidad:

Fue contra este trasfondo de ideas religiosas sobre la sexualidad que comenzó
el estudio científico del sexo en el siglo diecinueve. Además, las bases de una
compresión de los aspectos biológicos de la sexualidad se habían establecido
antes a través de la investigación de médico y biólogos. Uno de los principales
avance en la compresión científica de los aspectos psicológicos de la
sexualidad humana provino del trabajo médico vienés Sigmund Freud. Es
importante reconocer el contexto cultural en el que Freud y los demás primero
investigadores diseñaron sus investigaciones y escritos. Las normas sobre la
sexualidad eran extraordinariamente rígidas y opresivas. Henry Havelock, un
médico de Inglaterra victoriana, recopiló una vasta colección de información
sobre la sexualidad.

Creía que las mujeres, al igual que los hombre, eras criaturas sexuales. Como
reformador sexual, consideraba que las desviaciones sexuales con respecto a
las normas frecuentemente eran inocuas e instó a la sociedad a aceptarlas. Se
le puede considerar como un precursor de la investigación sexual moderna.
Para el psiquiatra Richard Von Krafft-.

1.1.3 Perspectiva transculturales sobre la sexualidad.

El Etnocentrismo tendencia a considerar al propio grupo étnico y cultural como


superiores a los demás y a considerar que sus costumbres y modo de vida son
la norma por la que se debería juzgar a las otras culturas. La mayoría de
nosotros hemos tenido experiencia con la sexualidad sólo en una cultura y
tendemos a considerar nuestra conducta sexual como el único patrón existente
y seguramente como el único patrón natural.

Cultura: Se refiere a las ideas y valores tradicionales (es decir, transmitidos de


generación en generación) que se comunican a los miembros del grupo a
través de símbolos (como el lenguaje). Los seres humanos son únicos en
cuanto a la complejidad de sus culturas y en su confianza en la cultura para
adaptarse con éxito. La principal generalización que surge de los estudios
transculturales es que todas las sociedades regulan de alguna manera la
conducta sexual, aunque los reglamentos exactos varían en gran medida de
una cultura a otra. Los tabúes sobre el incesto son casi universales, el sexo se
regula en cuanto a que el coito entre familiares consanguíneos está prohibido.
La mayoría de las sociedades también condenas las relaciones sexuales
forzadas, como la violación.

Masturbación: Las actitudes hacia la masturbación o auto estimulación de los


propios genitales, varían ampliamente entre las culturas. Algunas sociedades
toleran o incluso alientan la masturbación durante la niñez y adolescencia,
mientras que otras condenan la práctica a cualquier edad. En todas las
sociedades existen cuando menos algunos adultos que la practican. La
masturbación femenina ciertamente ocurre en algunas sociedades.

Sexo premarital y extramarital

Las sociedades difieren considerablemente en cuanto a sus reglas


relacionadas con el sexo premarital. Según un estudio, 90 por ciento de las
sociedades de las islas del Pacífico permiten el sexo premarital, al igual que el
88 por ciento de las sociedades africanas y el 82 por ciento de las sociedades
eurasiáticas; sin embargo 73 por ciento de las sociedades alrededor del
Mediterráneo prohíben el sexo prematrimonial. El sexo extramatrimonial se
coloca en segundo lugar únicamente por debajo del incesto como el tipo de
contacto sexual prohibido de manera más estricta. Incluso cuando el sexo
extramarital se permite, está sujeto a reglamentos; el patrón más común de
restricción es permitir el sexo extramarital a los maridos, pero no a las esposas.

Sexo con parejas del mismo género:

Aunque existe una amplia variación en actitudes hacia la homosexualidad y la


conducta sexual del mismo género, parecen surgir tres reglas generales: 1. La
sexualidad del mismo género se encuentra de manera universal en todas las
sociedades. 2. Es más probable que los varones participen en conducta sexual
del mismo género que las mujeres. 3. La conducta sexual del mismo género
nunca es la forma predominante de conducta sexual para los adultos en
ninguna de las sociedades estudiadas.

En Estados Unidos y otros países occidentales, sostenemos la suposición


incuestionable de que las personas tienen una identidad sexual, ya sea gay,
lésbica, bisexual o heterosexual. Aun así, la identidad sexual como
característica inmutable y permanente de sí mismo es desconocida o rara en
algunas culturas, como la de Indonesia.

Estándares de atractivo

En todas las sociedades humanas las características físicas son importantes


para determinar a quién se elige como pareja sexual. La región corporal en la
que se juzga el atractivo vería de una cultura a otra. Para algunos pueblos, la
forma y color de los ojos son especialmente significativos. Para otros, la forma
de las orejas es lo más importante. Los estándares de la sociedad
estadounidense se encuentran de manera alguna entre la minoría; en la
mayoría de las culturas, una mujer corpulenta se considera más atractiva que
una mujer delgada. Un estándar parece ser una regla general; un cutis
imperfecto se considera poco atractivo en la mayoría de las sociedades
humanas.

Variaciones de clase social y grupos étnicos en Estados Unidos Origen étnico y


sexualidad en Estados Unidos

La sexualidad de cualquier grupo particular puede entenderse sólo mediante


comprender la herencia cultural de ese grupo al igual que sus condiciones
sociales y económicas actuales.

Afro-estadounidenses

Tres factores sobre la sexualidad de esta raza: - La herencia africana. - Las


fuerzas que actuaron sobre los afro-estadounidenses durante la esclavitud. -
Las condiciones económicas y sociales actuales. Los afro-estadounidenses
varían en cuanto a su origen si es caribeño, o bien si desciende de personas
traídas a Estados Unidos como esclavos. Los afro-caribeños enfatizan el
decoro en la conducta sexual y enseñan a las niñas a ser recatadas; este grupo
tiende a considerar a los afro-estadounidenses como moralmente sospechosos
y sexualmente indisciplinados.

Latinos.

En las culturas latinoamericanas tradicionales, los roles de género se definen


de manera rígida. Tales roles se enfatizan al inicio del proceso de socialización
de los niños. A los niños varones se les da más libertad y se les alienta a las
andanzas sexuales. De las niñas se espera que sean pasivas, obedientes y
débiles. Los roles de género en la cultura latina tradicional tienen como epítome
los conceptos de machismo y marianismo. El código cultural del machismo
entre los latinoamericanos decreta que el varón debe ser responsable del
bienestar y honor de su familia, pero en las formas extremas también significa
tolerar las infidelidades sexuales del hombre. Marianismo, el equivalente
femenino de machismo, se deriva de la veneración de María, la madre virgen
de Jesús. La maternidad es sumamente valorada, en tanto que la virginidad
previa al matrimonio se protege celosamente.

Asiaticoestadounidense.

Incluye muchos grupos culturales diferentes, como aquellos de los


estadounidenses de origen japonés, de origen chino y de origen indio. Entre los
valores esenciales que son pertinentes para la sexualidad están los siguientes:

Colectivismo:

Las necesidades de otros, especialmente aquellos dentro de la familia,


deberían considerarse antes que las propias.

Conformidad con las normas:

El individuo debería conformarse a las expectativas de la familia y de la


sociedad.

Control emocional:

Las emociones no deberían expresarse abiertamente. En vista de todas estas


fuerzas, no sorprende que los estadounidenses de origen asiático actuales
tiendan a ser del grupo más conservador en sentido sexual entre los diversos
grupos étnicos. Se considera que las lesbianas y los varones gay violan no sólo
una norma sexual sino también la norma cultural preeminente de la familia. En
China el aborto se considera como un método razonable de respaldo para el
control natal, siendo el dispositivo intrauterino el método principal. No
sorprende que los asiáticos estadounidenses, donde el subgrupo más grande
está formado por personas de origen chino, acepten más el aborto que otros
grupos étnicos.
1.14 Perspectiva transespecie acerca de la sexualidad.

Los seres humanos son sólo una de las muchas especies animales y todas
ellas presentan conducta sexual. Colocar la propia conducta sexual en una
perspectiva evolutiva es útil para explorar las semejanzas y diferencias entre
nuestra propia sexualidad y aquella de las demás especies.

Masturbación. Definitivamente los seres humanos no son la única especie que


se masturba. La masturbación se encuentra entre muchas especies de
mamíferos, en particular entre los primates (monos y simios). La masturbación
entre las hembras también se encuentra en muchas especies además de la
humana.

Comportamiento sexual del mismo género.

Las observaciones acerca de otras especies indican que nuestra herencia


básica como mamíferos bisexual. Los machos de muchas especies montan a
otros machos y en algunos primates machos se han observado el coito anal.
Entre las ovejas domésticas, 9 por ciento de los adultos machos prefieren
fuertemente a otros machos como parejas sexuales.

Señalización sexual. Las hembras de los primates realizan señales sexuales


hacia los machos; de hecho, como una forma de coqueteo. Por ejemplo, las
hembras en una especia de macaco realizan un desfile frente a los machos
para indicar su interés.

Características humanas únicas: La conducta sexual está más controlada


por las hormonas (instinto) entre las especies inferiores, y más controlada por
el cerebro (aprendizaje y contexto social) en las superiores. Las experiencias
ambientales son cruciales para moldear el comportamiento sexual de las
especies superiores, en particular los seres humanos; para nosotros, la
conducta sexual es mucho más que simplemente “hacer” aquello que nos viene
por naturaleza.
UNIDAD II

ANATOMÍA FISIOLOGÍA SEXUAL DEL HOMBRE Y LA MUJER.

2.1 Órganos sexuales masculinos y femeninos.

Pene: Es un órgano externo con doble función. Por un lado cuando está en
estado de flacidez sirve para conducir la orina a través de la uretra desde la
vejiga hacia el exterior y por el otro, cuando se encuentra en estado de
erección puede penetrar en la vagina durante el coito y transportar el semen
hacia el exterior: la eyaculación. Está formado por dos cuerpos cavernosos y
un cuerpo esponjoso.

Cuerpos Cavernosos: Cuentan con pequeños compartimientos que son


capaces de retener la sangre en el momento de la excitación sexual,
ocurriendo de este modo la erección del pene.

Cuerpo Esponjoso: Es un tejido que envuelve la uretra, que lleva la orina y el


semen hacia el exterior.

Glande: Se encuentra en la punta del pene. Es el remate del cuerpo esponjoso


y una zona altamente sensible. Esta zona cuenta con una gran cantidad de
terminaciones nerviosas sensoriales.

El tamaño del pene puede ser motivo de orgullo o preocupación. Uno de los
grandes mitos ampliamente difundidos tiene que ver con el tamaño del pene,
en el que se presupone que un pene grande se desempeña mejor y puede ser
fuente de mayor placer para el hombre y la mujer. La realidad es que un
hombre con pene chico es capaz de disfrutar el placer de las relaciones
sexuales, lo mismo que su pareja, así como de procrear sin ningún problema.
Para la mujer no es importante el tamaño del pene, durante el coito la
satisfacción está más bien dada por la sensibilidad y habilidad de ambos al
tener relaciones sexuales, sin importar las dimensiones de éste.

Escroto: Es una bolsa constituida de varias capas situada cerca de la base del
pene. Está compuesto de músculo y piel, que durante la pubertad, toma una
coloración más oscura que la del resto del cuerpo y se cubre de vello. En su
interior se encuentra separado en dos compartimentos y cada uno aloja a un
testículo.

Testículos: Son dos cuerpos ovoides (en forma de huevo), que están
envueltos cada uno por una delicada membrana. En su interior presentan
pequeños compartimentos que contienen numerosos conductos. Los testículos
tienen doble función, una de ellas es la producción de espermatozoides y la
otra es la producción de hormonas llamadas andrógenos, de las cuales la más
importante es la testosterona. Esta hormona es la responsable de la aparición y
mantenimiento de los cambios físicos o características sexuales secundarias
que aparecen en la pubertad.

Tubos seminíferos: Son conductos que se encuentran en los compartimentos


de los testículos. Dentro de ellos se lleva a cabo la espermatogénesis, es decir,
la producción constante de espermatozoides.

Epidídimo: Es un tubo en forma de letra “C” situado sobre cada testículo, y la


continuación de los túbulos seminíferos. El final del epidídimo desemboca en
cada testículo para formar el conducto deferente.

Conductos Deferentes: Son un par de conductos en donde desembocan los


espermatozoides maduros que vienen del epidídimo y son transportados hacia
la uretra.

Próstata: Es un órgano músculo-glandular de forma triangular que se


encuentra situado sobre la parte inferior de la vejiga, su función es producir el
líquido prostático, un líquido lechoso, con olor característico, que contiene
proteínas, calcio, colesterol, ácido cítrico y algunas enzimas. Tiene un PH
alcalino (no ácido) que permite al espermatozoide mantenerse vivo dentro de la
vagina, la que tiene un PH ácido. Este líquido constituye el porcentaje más alto
de líquido seminal.

Vesículas Seminales: Son un par de glándulas que producen un líquido que


también forma parte del líquido seminal que es vertido a la uretra.

Glándulas bulbo uretrales o de Cowper: Son dos estructuras del tamaño de


un chícharo, que se encuentran al lado de la uretra, y desembocan en ésta.
Durante la excitación sexual éstas producen un líquido alcalino, cristalino y
adherente cuya función es limpiar la uretra de restos de orina, esto se conoce
como líquido pre-eyaculatorio. Con frecuencia este líquido lleva también
espermatozoides, por lo que pueden presentarse con frecuencia embarazos en
una relación sexual en donde se practicó el coito interrumpido, es decir, el retiro
del pene antes de la eyaculación.

Órganos sexuales externo o vulva.


Los órganos femeninos externos en nuestra anatomía son: los labios (tanto
inferiores como superiores) el clítoris y el monte de Venus. Monte de
Venus: es cómo popularmente conocemos la zona externa en forma de
triángulo que comienza en la parte superior de nuestro hueso púbico (dónde
acaba la tripita más o menos) y llega hasta los labios superiores. La zona
del Monte de Venus quizás es una de las zonas más eróticas para los
hombres, pero ¡también para nosotras! Se trata de una zona de nuestros
órganos sexuales femeninos muy sensible y de fácil excitación. Si te acarician
de arriba hacia abajo o al revés el Monte de Venus notarás mucha sensibilidad
y puede ser una buena manera de comenzar los juegos previos a
las relaciones sexuales con tu pareja.
Labios superiores: los labios superiores o labios mayores en la mujer son
distintos de una mujer a otra. La anatomía de cada cuerpo varía según la
persona y, en este sentido, no hay un estándar. En algunas de nosotras los
labios mayores recubren por completo los inferiores, incluso ocultándolos a la
vista. Sin embargo, en otras personas dejan ver perfectamente los labios
inferiores. Los labios superiores en la configuración de los órganos sexuales
femeninos externos comienzan un poquito más arriba del clítoris y son los que
confieren la forma de nuestro aparato reproductor.
Labios inferiores: en algunas mujeres, cómo decíamos antes están ocultos
por los superiores. En este caso habría que separar los labios superiores para
poder visualizar estos otros pliegues más pequeños. Los labios inferiores o
labios menores protegen la vagina y la uretra del exterior. Además, recubren
por completo el introito vaginal en aquellas mujeres que todavía no han tenido
hijos.
Órganos sexuales femeninos internos
Son los órganos ubicados dentro de nuestro cuerpo. Responsables del ciclo
reproductivo y también de nuestras sensaciones de placer en las relaciones
íntimas. Podemos clasificar los órganos sexuales internos en:
Útero: el útero es un músculo con una forma parecida a un cono ¿Cuál es la
función de este órgano sexual? El útero es el guardián del embrión que resulta
de la fecundación del óvulo, lo protege para que la gestación esté a salvo de
peligros externos.
El útero se localiza entre la vejiga y el ano y mide aproximadamente unos 7 cm
de largo y 3 - 4 cm de ancho. El útero tiene su propio revestimiento formado por
tres capas: el endometrio, el miometrio y el perimetrio. Cuando no hay
fecundación el endometrio, la mucosa vaginal que recubre el útero, se
renueva cada mes para prepararse y recibir al embrión humano. Tras una
fecundación el endometrio es el responsable de la consolidación de la placenta.
Ovarios: Los ovarios son los encargados de la producción de hormonas
femeninas. La progesterona y los estrógenos que son las hormonas
sexuales más importantes para la mujer. Pero los ovarios tienen una función
muy, muy importante: la producción de óvulos. Los óvulos son "la semillita" que
se forma cuando son fecundados por los espermatozoides. Cada mujer tiene
una tipología de ovarios muy diversa, por eso varían en tamaño de una
persona a otra.
Vagina: la vagina muchas veces crea confusión, sobre todo en las
conversaciones populares. Hay que tener en cuenta que vagina y útero o
vagina y vulva no son lo mismo, de hecho tienen funciones muy diferentes
dentro de los órganos sexuales femeninos de la mujer. Gracias a la vagina
podemos tener relaciones sexuales "vaginales", nuestro feto puede viajar hacia
el exterior y permite que el flujo menstrual salga hacia afuera. Además, sobre
todo las partes más internas de la vagina nos pueden producir placenteras
respuestas a la estimulación sexual. De hecho, si controlas bien los músculos
de las paredes vaginales puedes acelerar tu orgasmo.
Trompas de Falopio: las Trompas de Falopio se localizan entre los ovarios y
el útero. Su función es servir de túnel para los espermatozoides en su camino
de búsqueda del óvulo. Una vez que el óvulo es fecundado, las Trompas de
Falopio hacen también de conductor para el embrión hasta el útero dónde se
quedará finalmente para la gestación.

2.2 Ablación genital femenina.

Aunque ya lo había descrito en 1799 William George Browne en su


libro Travels in África, a mediados del siglo XIX el explorador inglés Richard
Francis Burtonobservó que las mujeres somalíes poseían "un temperamento
frío, resultado de causas naturales y artificiales" y escribió que "los
musulmanes creen que este rito fue inventado por Sara, que mutiló a Agar por
celos, y luego Alá le ordenó que se circuncidara ella también. Ahora es una
costumbre universal... y ningún árabe se casaría con una muchacha que 'no
estuviera purificada' por ella". Además, en Somalia se cortaban los labios de la
vulva y se cosían con hilo de cuero o crin de caballo para preservar la
virginidad. Pero la costumbre es de procedencia incierta y se cree que
este ritual de iniciación originalmente se practicaba en las niñas de algunos
países de África, Oriente Medio y otros. Hay algunas versiones que afirman
que comenzó en el antiguo Egipto y a partir de allí se extendió al resto del
continente africano y, aunque se localiza sobre todo en la zona centroafricana,
no se limita al continente africano, pues se observa también en varios países
de Asia, Europa, Oceanía e incluso América.
Practicada en muchos casos como rito de iniciación a la edad adulta, en los
años más recientes este motivo está disminuyendo debido a la prohibición de
su realización en muchos países. En algunos casos se recurre a tradiciones
religiosas para argumentar en su favor, como en el islam. No obstante, se
practica por igual entre animistas, musulmanes, cristianos y judíos y, pese a
numerosas opiniones que así lo afirman, no tiene relación alguna con el islam
ni base en el Corán, ni tampoco en otras escrituras sagradas
La pérdida casi total de sensibilidad es la principal consecuencia para las
afectadas, con el añadido trauma psicológico. Hay mujeres que mueren
desangradas o por infección en las semanas posteriores a la intervención, ya
que se realiza casi siempre de manera rudimentaria, a cargo de curanderas o
mujeres mayores, y con herramientas no muy ortodoxas como cristales,
cuchillos o cuchillas de afeitar y nunca en centros sanitarios.

Tipos de ablación.
Existen varios tipos de ablación:

 Amputación del prepucio del clítoris (circuncisión): el clítoris puede


extirparse en parte o en su totalidad (clitoridectomía).
 Otra forma consiste en la escisión o mutilación total o parcial del
prepucio del clítoris y de los labios menores, conservando solo los labios
mayores. 
 La infibulación es la forma más agresiva, y consiste en la extirpación del
clítoris y de los labios mayores y menores. Después del acto, hay un cosido
de ambos lados de la vulva hasta que esta queda prácticamente cerrada, y
se deja únicamente una abertura para la sangre menstrual y la orina. La
infibulación también se conoce como circuncisión faraónica.
 Cualquier otro procedimiento que lesione los genitales externos con
fines no médicos: perforación, incisión, raspado o cauterización de los
genitales femeninos.
2.3 Órganos sexuales masculinos.

Los órganos sexuales masculinos constituyen la base para que el hombre


pueda engendrar niños. Eso es posible gracias a determinados órganos. Estos
son los siguientes:

 Los testículos, que producen espermatozoides (esperma).


 El pene, que transporta el esperma a la vagina de la mujer.
En los órganos sexuales masculinos se diferencia entre órganos sexuales
externos e internos. El pene y la bolsa escrotal (escroto) pertenecen a los
órganos sexuales externos.

Los testículos y el epidídimo, los conductos deferentes, la próstata, la vesícula


seminal y las glándulas de Cowper se encuentran, por el contrario, en el
abdomen del hombre y conforman los órganos sexuales masculinos internos.

Representación esquemática de los órganos sexuales masculinos externos e


internos.
Junto a las características sexuales primarias existen también las denominadas
características sexuales masculinas secundarias. Las características sexuales
secundarias se desarrollan en la pubertad, cambian la apariencia del hombre y
son una señal externa de la madurez sexual.

Entre las características sexuales secundarias en el hombre se encuentran las


siguientes:

 Vello púbico.
 Mucho más vello corporal en comparación con la mujer en axilas,
espalda, pecho y vientre.
 Barba.
 Cambio de voz en la pubertad: voz más profunda en comparación con la
mujer.
 Laringe marcada (conocida como nuez).
 Estructura corporal “masculina”: hombros más anchos y caderas más
estrechas.
 Estructura muscular más fuerte que la de una mujer.
2.4 Cáncer de los órganos sexuales.

Qué es el cáncer?
El cáncer ocurre cuando las células en el cuerpo crecen fuera de control.
Los canceres llevan el nombre del lugar del cuerpo donde se iniciaron.
¿Cómo se tratan los canceres del sistema reproductor?
El tratamiento depende del tipo de cáncer.

Los canceres que afectan el sistema reproductor frecuentemente se tratan con


cirugía, quimioterapia (medicamentos para matar las células cancerígenas),
terapia hormonal (medicina para bloquear las hormonas relacionadas con los
crecimientos cancerígenos) o la radiación. Uno o más de estos tratamientos se
pueden usar al mismo tiempo.

Un oncólogo (médico especialista en canceres) puede ayudarle a seleccionar el


tratamiento correcto.

¿Cuáles son los canceres del sistema reproductor?


Los canceres que afectan el sistema reproductor empiezan en los órganos
relacionados con la reproducción (sexo).

Los canceres que afectan comúnmente al sistema reproductor masculino


son:
Del pene: empieza en el pene, parte externa de los genitales.
Testicular: empieza en los testículos, las glándulas en forma de huevo que se
encuentran cerca de la base del pene y que hacen el esperma.

Próstata: comienzan en la protesta, la glándula que rodea la uretra (el tubo por
el que se vacía la vejiga).

Los síntomas tempranos de los canceres que afectan el sistema


reproductivo.
Cada tipo de cáncer en el sistema reproductivo tiene síntomas distintos.
Del pene: Enrojecimiento, malestar, una ampolla o bulto en el pene.
Testicular: dolor, malestar, un bulto en el testículo, dolor en el abdomen bajo
(barriga).
Próstata: flujo lento de orina, sangre en la orina, dolor en la espalda, caderas o
pelvis (abdomen bajo entre las caderas), necesidad de orinar frecuentemente.
Algunas veces el cáncer no muestra síntomas y solo se encuentra cuando se
hace una prueba de laboratorio que sale anormal.
Los canceres que afectan el sistema reproductor empiezan en los
órganos relacionados con la reproducción (sexo).
Los canceres que afectan comúnmente al sistema reproductor de las
mujeres son:
Uterino: comienza en el útero, el órgano donde el bebé crece cuando la mujer
está embarazada.
Cervical: empieza en la cérvix, parte baja del útero que conecta con la vagina.
De ovario: empieza en los ovarios, dos órganos que producen y guardan los
óvulos de las mujeres.
Vaginal: empieza en la vagina, el canal que lleva del útero a la parte exterior
del cuerpo.
De la vulva: empieza en la vulva, el área alrededor de la apertura vaginal.
El cáncer de seno a veces es considerado un cáncer del sistema reproductor
también. El cáncer de seno comienza en los tejidos que hacen parte de los
senos.
Los primeros síntomas de los canceres del sistema reproductor
femenino.
Cada tipo de cáncer tiene frecuentemente síntomas distintos.
Uterino: sangrado vaginal o flujos inusuales, presión o dolor en el área pélvica.
Cervical: sangrado vaginal o flujos inusuales.
Del ovario: sangrado vaginal o flujos inusuales, presión o dolor en el área
pélvica, la espalda o la barriga, hinchazón.
De la vulva: presión o dolor en el área pélvica, ardor, comezón, ampollas o
sarpullido alrededor de la apertura vaginal.
De mama: un bulto en el seno, fluido saliendo de un pezón, cambios en la piel
alrededor del pezón.

2.5 Autoexamen de mama, pélvico, testicular.

Un autoexamen de mamas puede ayudar a las mujeres a detectar quistes u


otros problemas mamarios benignos (no cancerosos) entre los controles.
También puede ayudar a algunas mujeres a detectar el cáncer de mama, una
enfermedad que es extremadamente rara entre las adolescentes.
Realizar un autoexamen de mamas es fácil y sólo lleva unos pocos minutos.
Aunque pueda parecer extraño o incómodo al principio, el autoexamen de
mamas es una habilidad que puedes utilizar durante toda la vida para
garantizar una buena salud mamaria.
¿Cómo me examino las mamas?
Es buena idea examinarte las mamas una vez al mes y parece lógico elegir el
mismo momento cada mes porque las mamas habitualmente cambian con el
ciclo menstrual. El mejor momento para realizar un autoexamen de mamas es
aproximadamente una semana después del comienzo el período.

Verifica si hay cambios en la apariencia de tus senos, tales como hoyuelos en


la piel.

El autoexamen de mamas tiene dos partes:

- cómo se ven las mamas


- cómo se sienten las mamas

La parte del aspecto es fácil. Antes de ponerte un sostén, párate o siéntate


enfrente de un espejo con los brazos relajados a los lados. Asegúrate de estar
en un lugar con buena iluminación. Observa detenidamente tus mamas.

¿Ves algo fuera de lo común, como un cambio en la apariencia de los


pezones? ¿Algún hoyuelo o cambio en la piel?
Luego mírate desde distintos ángulos y posiciones de los brazos. Mantén las
manos a los lados, levanta los brazos encima de la cabeza, coloca las manos
firmemente en las caderas (para contraer los músculos de la pared torácica) e
inclínate hacia adelante. Busca hoyuelos o cambios en la piel. Las mamas de
todas las personas se ven diferentes. No tienes que estar de pie para hacer el
BSE; también lo puedes hacer mientras estas recostada. La siguiente parte es
cómo se sienten las mamas. Al principio, tocarte las mamas puede parecer
extraño. Algunas niñas se sienten avergonzadas por esto, pero no hay razón
para sentirse culpable o incómoda. El autoexamen de mamas es una forma
certera de mantenerse saludable.

Acostarse boca arriba, con una almohada o toalla debajo de un hombro. Coloca
ese brazo bajo la cabeza. Examínate las mamas una por vez. Si comienzas
con la mama derecha, coloca una almohada debajo del hombro derecho,
levanta el brazo derecho, coloca la mano derecha debajo de la cabeza y usa la
mano izquierda para palpar la mama.

Utiliza esta parte de tus dedos para realizar el BSE. Usando las yemas de los
tres dedos medios, mueve los dedos en forma de círculos superpuestos de
aproximadamente el tamaño de una moneda de diez centavos. Mueve hacia
arriba y abajo desde la parte externa de la mama (debajo de la axila) hacia la
parte media del pecho, asegurándote de cubrir toda la superficie de la mama.
Examina hacia arriba hasta la clavícula y hacia abajo hasta la parte inferior de
la caja torácica. Nota lo que se siente normal y lo que puede sentirse diferente
desde la última vez que te examinaste las mamas.

Emplea diferentes niveles de presión (leve, medio y firme) para sentir cada
parte de la mama. Esto te permitirá sentir las diversas capas de tejido de la
mama. Comienza con presión leve, aumenta a presión media y termina con
presión firme para sentir el tejido más profundo. Cuando hayas cubierto toda la
mama, usa un dedo y el pulgar para comprimir suavemente el pezón y observa
si hay alguna secreción. Luego coloca la mano izquierda debajo de la cabeza y
examina la mama izquierda de la misma manera.

Mientras realizas el examen, es buena idea no sacar la mano de la mama de


modo que no omitas ningún punto. También debes comprobar la presencia de
bultos en las axilas. Las niñas que tengan mamas grandes también deben
palparse las mamas desde los lados, mientras están acostadas sobre un lado y
luego sobre el otro.

Al palparte las mamas puedes notar bultos o protuberancias. Por lo general,


esto es normal; al igual que tantas características entre las personas, las
mamas son únicas. Las mamas de algunas niñas son grandes, las de otras son
pequeñas; algunas mamas son simétricas, otras no lo son. Algunas mamas
sanas se sienten muy irregulares, mientras que otras no. La mayoría de las
adolescentes tienen mamas sanas, independientemente de cómo se ven o se
sienten.
Examen Pélvico:

En el examen pélvico el ginecólogo realiza primero una exploración externa del


área chequeando posibles anomalías. Luego, utilizando su tacto, palpa el
estado de los órganos internos. Después realiza un examen más profundo con
un espéculo que mantendrá la vagina abierta.
Papanicolaou:

El Papanicolaou, que puede realizarse también durante el examen pélvico, es


una prueba que chequea el estado del cuello uterino (o cérvix) para detectar
tempranamente posibles anomalías, como el cáncer de cuello de útero. Este
examen se centra en la extracción de muestras de tejido que se toman de tres
zonas: el endocérvix, el cérvix y la parte superior de la vagina.

El examen de Papanicolaou es la prueba más eficaz para detectar a tiempo el


cáncer de cuello uterino y, por lo tanto, un examen sumamente recomendable.
Debe realizarse desde el comienzo de la actividad sexual en la mujer hasta
aproximadamente los 65 años. Si resulta positivo, la especificidad de los
resultados para un mejor diagnóstico podrá asegurarse mediante otro tipo de
examen: una colposcopía.
Colposcopía:

La colposcopía es un método más preciso que el Papanicolaou. Permite ver las


zonas del cuello uterino con mayor detalle y dar paso a otros exámenes como
las biopsias. En éstas se extrae parte de tejido de la vagina o el cuello de útero
para testear posibles casos de cáncer

Autoexamen del testículo.


Después del baño, examine cada testículo separadamente sosteniéndolo con
ambas manos suavemente, y deslizando los dedos con suavidad a lo largo de
toda superficie. La piel de la superficie (escroto) debe deslizarse suavemente.
El examen toma de 30 sgs a 1 minuto por cada testículo.

El cáncer suele ser duro, firme e indoloro en un comienzo. Ante cualquier


masa, o duda que se presente, se debe practicar una ecografía, mejor en color.
UNIDAD III

HORMONAS SEXUALES, DIFERENCIACIÓN SEXUAL, MENSTRUACIÓN Y


MENOPAUSIA.

3.1 Hormonas sexuales: hombre y mujer.

Las hormonas sexuales son sustancias producidas por las glándulas sexuales:
el ovario en la mujer y el testículo en el varón.
El ovario produce hormonas sexuales femeninas (estrógenos y gestágenos),
mientras que el testículo produce hormonas sexuales masculinas
(andrógenos). El estrógeno más importante que sintetiza el ovario es el
estradiol, mientras que la progesterona es el más importante de los
gestágenos. La testosterona es el andrógeno que produce el testículo.
Las hormonas sexuales femeninas desempeñan una función vital en la
preparación del aparato reproductor para la recepción del esperma y la
implantación del óvulo fecundado, mientras que los andrógenos intervienen de
manera fundamental en el desarrollo del aparato genital masculino. Todas las
hormonas sexuales se sintetizan a partir del colesterol.
Los folículos ováricos son el lugar de producción de estrógenos y progesterona.
Estas hormonas se segregan de forma cíclica, con una secuencia que se repite
cada 28 días aproximadamente durante la edad fértil de la mujer, y que se
conoce con el nombre de ciclo menstrual. A partir de una determinada edad,
que oscila entre los 40 y 60 años, la función ovárica se agota, se reduce la
producción hormonal y cesan los ciclos menstruales. Este fenómeno biológico
se conoce como menopausia.
La testosterona se produce en unas células especializadas del testículo
llamadas células de Leydig. La producción de testosterona en el hombre se
reduce también con el envejecimiento, aunque de forma menos brusca y
marcada que en el sexo femenino.

Producción de hormonas sexuales.


La síntesis de las hormonas sexuales está controlada por la hipófisis, una
pequeña glándula que se encuentra en la base del cerebro. Esta glándula
fabrica, entre otras sustancias, las gonadotropinas, que son las hormonas
estimulantes del testículo en el hombre y del ovario en la mujer.
Al llegar la pubertad se produce un incremento en la síntesis y liberación de
gonadotropinas hipofisarias. Estas llegan al testículo o al ovario donde
estimulan la producción de las hormonas sexuales que, a su vez, dan lugar a
los cambios propios de la pubertad. En la mujer la secreción de gonadotropinas
es cíclica, lo que da lugar a la secreción también cíclica de estrógenos y
progesterona y a los ciclos menstruales femeninos.
Función de las hormonas sexuales
Los estrógenos son responsables de buena parte de los cambios que
experimentan las niñas al llegar a la pubertad. Estimulan el crecimiento de la
vagina, ovario y trompas de Falopio, así como el desarrollo de las mamas y
contribuyen a la distribución de la grasa corporal con contornos femeninos.
Participan también en el periodo de crecimiento rápido de la pubertad conocido
como estirón puberal. En las mujeres adultas los estrógenos y la progesterona
participan en el mantenimiento de los ciclos menstruales. En la primera fase del
ciclo hay proliferación de la mucosa de la vagina y del útero. Al final del ciclo el
cese de la secreción de estrógenos y progesterona provoca la menstruación.
Durante la pubertad los andrógenos provocan la transformación del niño en
varón adulto. Producen un aumento del tamaño del pene y del escroto,
aparición de vello pubiano y aumento rápido de la estatura. Los andrógenos
hacen que la piel sea más gruesa y oleosa. Estimulan el crecimiento de la
laringe, con el consiguiente cambio en el tono de voz, y favorecen la aparición
de la barba y la distribución masculina del vello corporal.
Otra consecuencia de la actividad androgénica es el cese del crecimiento de
los huesos largos por fusión de las epífisis después del estirón puberal. Los
andrógenos, junto con las gonadotropinas, son necesarios para la producción y
maduración del esperma. Además, los andrógenos son hormonas anabólicas,
es decir, favorecen la síntesis de proteínas y el desarrollo muscular y son la
causa del mayor tamaño muscular del varón con respecto a la mujer.
3.2 Diferenciación sexual prenatal y durante la pubertad.

Si bien el sexo del embrión queda determinado en el momento de la unión del


óvulo materno con el espermatozoide paterno, existe un período de
aproximadamente 5 semanas en el humano (o sea hasta 7 semanas después
de la fecha de última menstruación de la madre), y de alrededor de 11 días en
el ratón, durante el cual es imposible distinguir un individuo de sexo masculino
de uno de sexo femenino por sus características anatómicas o histológicas.
Esta etapa del desarrollo en la cual, aún bajo el examen con un microscopio
electrónico, no hay diferencias entre individuos de uno y otro sexo se denomina
período indiferenciado del desarrollo sexual.

Los aparatos urinario y genital se desarrollan a partir de los gononefrotomos,


estructuras pares que se forman en el mesodermo intermedio, a ambos lados
de la línea media. El origen común de ambos aparatos explica la existencia de
alteraciones que comprometen en algunos casos tanto al desarrollo sexual
como al del sistema urinario. Del gononefrotomo, sólo el mesonefros interviene
en el desarrollo de estructuras del sistema genital. El mesodermo, recubierto
por el epitelio celómico, hace protrusión en la cavidad celómica del embrión
formando las crestas urogenitales, que ulteriormente se dividen en crestas
gonadales, medialmente, y crestas urinarias, lateralmente. Durante el período
indiferenciado, las crestas gonadales de ambos sexos están constituidas por
células mesenquimáticas, revestidas por epitelio celómico. Estos esbozos de
las futuras gónadas son bipotenciales, es decir que podrán evolucionar hacia
testículos o hacia ovarios según la constitución genética del individuo, dando
origen a los componentes somáticos de las gónadas. Las células germinales se
originan en tejidos extraembrionarios, en el saco vitelino, migrando entre la 5ª y
6ª semanas hacia las crestas gonadales.

En el mesonefros, existe además una estructura tubular que corre en sentido


longitudinal al eje mayor del gononefrotomo: el conducto mesonéfrico de Wolff.
Una invaginación del epitelio celómico sobre el borde lateral de cada cresta
gonadal da origen al conducto paramesonéfrico de Müller, que queda incluido
en el mesodermo mesonéfrico. Estos dos pares de conductos constituyen los
esbozos de los genitales internos; a diferencia de los esbozos gonadales, los
conductos de Wolff y de Müller son unipo-tenciales, como veremos más
adelante.

La diferenciación sexual requiere durante la vida fetal el encadenamiento de


una serie de procesos en cuya determinación y regulación interviene un gran
número de genes que codifican la síntesis de factores de transcripción, factores
de crecimiento, enzimas y hormonas. Clásicamente se han distinguido tres
etapas o niveles de diferenciación sexual: el sexo genético, el sexo gonadal y el
sexo genital que quedan determinados durante el periodo fetal. Durante la
infancia, pero sobre todo durante la pubertad y en el adulto, debemos añadir el
sexo fenotípico (caracteres sexuales secundarios), el sexo psicosexual y el
sexo social. El sexo genético queda determinado en el momento de la
fertilización del ovocito por el espermatozoide. Dependiendo de la constitución
gonosómica del espermatozoide, quedará determinado el sexo genético
masculino 46XY si el espermatozoide lleva el cromosoma Y o el femenino
46XX cuando el espermatozoide lleva el gonosoma X. Durante las seis
primeras semanas de vida fetal las estructuras sexuales son idénticas en los
dos sexos y consisten en el «ribete» gonadal o genital que dará lugar al
testículo y al ovario, las células germinales que penetran en la gónada
indiferenciada y que darán lugar a espermatocitos y ovocitos, dos pares de
conductos, denominados de Wolff y de Müller (los primeros darán lugar a los
genitales internos masculinos y los segundos a los femeninos), los genitales
externos constituidos por el tubérculo genital, los pliegues labio escrotales y
uretrales y el seno urogenital. La constitución genética de los cromosomas
sexuales es determinante para la diferenciación masculina o femenina de la
gónada primitiva, siendo 1 1 Fisiología de la diferenciación sexual L. AUDÍ
PARERA imprescindible la expresión de un gen del cromosoma Y para la
diferenciación testicular, aunque otros genes tanto autosómicos como en el
cromosoma X son también necesarios para la diferenciación del testículo fetal.
Los genes necesarios para la diferenciación y mantenimiento del ovario son
aún menos conocidos. En cambio, la determinación del dimorfismo sexual de
los genitales internos y externos depende de la secreción y acción de varias
hormonas por parte de la gónada fetal masculina, es decir, del testículo.

Para imponer la diferenciación masculina, los testículos fetales deben ser


morfológica y funcionalmente normales. Las funciones del testículo tienen una
determinada cronología durante la vida fetal. Dos tipos de secreciones
testiculares son necesarios para la diferenciación masculina: la de andrógenos,
testosterona, por parte de las células de Leydig del intersticio y la del factor
inhibidor de los conductos de Müller (MIF) por parte de las células de Sertoli del
túbulo seminífero. Andrógenos y MIF actúan sobre sus tejidos diana: conductos
de Wolff y genitales externos para los andrógenos y conductos de Müller para
el MIF. Se calcula que por lo menos unos 30 genes distintos (localizados en los
cromosomas X, Y y en algunos autosomas) intervienen en la regulación de los
distintos procesos necesarios para la determinación y diferenciación sexual (3,
4, 6-11).

3.3 Biología y ciclo menstrual.

La menarquia o inicio de la menstruación produce entre los 11−13 años.


Los ciclos iniciales son anovulatorios e irregulares.
Etimológicamente su origen es mensis que significa mes. Se define como una
descarga fisiológica cíclica de sangre y tejido del endometrio del útero no
anidado por óvulo fecundado, a través de la vagina.
Ocurre cada 28 días variación de 5 a 10 días. El intervalo puede ser alterado
por factores emocionales, físicos, enfermedad, fatiga,…
Dura de dos a ocho días, pérdida de sangre de 30− 100 ml. Y de Fe de 0,5 a 1
mg al día.
El ciclo reproductivo femenino está constituido por dos ciclos:

Ovárico: compuesto por dos fases, folicular (1−14 días) y luteinica (15−28


días). Los folículos primarios de Graaf contienen ovocitos inmaduros, que bajo
la influencia de la FSH, y los estrógenos, de 1 a 30 folículos empiezan a
madurar. La subida preovulatoria de LH afecta a un folículo seleccionado y
hace que llegue a madurar, se presenta la ovulación y el óvulo se libera. La
ovulación se produce L8−24 horas después de la producción máxima LH. La
duración de esta fase varía en las mujeres, y después de la ovulación los
estrógenos bajan.
La fase luteínica se inicia inmediatamente después de la ovulación y termina
con el comienzo de la ovulación. La temperatura corporal sube 0,3 a 0,6 C en
la ovulación o poco después. Requiere 14 días. El folículo roto experimenta
grandes cambios y se transforma en cuerpo lúteo. Bajo los efectos de la LH el
cuerpo lúteo hasta 8 días después de la ovulación, segrega estrógenos y
progesterona para terminar de preparar el útero para el embarazo.
Coincidiendo con este tiempo, el huevo de implanta en el endometrio.

El óvulo fecundado segrega la gonadotropina coriónica humana, indispensable


para conservar el cuerpo lúteo. Si no hay anidamiento el cuerpo lúteo regresa y
se transforma en cuerpo blanco. El nivel de hormonas baja.

Uterino:

Menstruación: de 1 a 5 días. Da comienzo al desprendimiento de los dos


tercios funcionales del endometrio, en virtud de la vasoconstricción periódica de
las arterias espirales. La capa basal se conserva. La regeneración comienza
cerca del final de la etapa a partir de la capa basal.

Proliferativa: de 6 a 14 días. Es un periodo de crecimiento rápido, del quinto día


a la ovulación. La superficie endometrial necesita cuatro días
para reestructurarse. Después se presenta un engrosamiento de 8 a 10 veces
el inicial. Se interrumpe en el momento de la ovulación. Esta fase depende de
la estimulación de los estrógenos producidos por los folículos ováricos.

Secretora: de 15 a 26 días. Después el día de la ovulación hasta dos o tres


días antes del siguiente periodo. Después de la ovulación se producen
cantidades superiores de progesterona. El endometrio se transforma en
edematoso, funcional y vascular. Se convierte en el lecho protector y nutritivo
propicio para el huevo. La anidación ocurre entre 7 y 10 días después de la
ovulación.

Isquémica: de 27 a 28 días. Con la rápida caída de los niveles de estrógenos y


progesterona las arterias espirales entran enes pasmo. Se bloquea la irrigación
de sangre al endometrio funcional y se desarrolla su necrosis. La capa
funcionalmente se separa de la basal y comienza el sangrado menstrual,
marcando el primer día del siguiente ciclo.

3.4 Aspectos psicológicos del ciclo menstrual.

El “periodo” o la “regla” es un proceso natural en las mujeres, que ha sido


objeto de mitos, uno de ellos, el miedo y repulsión a tener relaciones durante
los días que se presenta.

La menstruación, también llamada "periodo" o "regla", es un proceso natural en


las mujeres. Alrededor de ella han existido muchos mitos e ideas que la
colocan como algo desagradable.
A las mujeres les impide hacer muchas cosas y repercute determinantemente
en su ánimo; aunque por otro lado, significa que no se está embarazada y en
algunos casos, es un alivio tenerla.
El sexólogo y psicoterapeuta clínico César Pérez, del Imesex comenta:
"En efecto, uno de los principales mitos que ha existido es que la consideran
sucia; siendo más que nada, descripciones valorativas cuando es un evento
natural del cuerpo, incluso muchas mujeres sobre todo en la etapa de la
pubertad. Creen que durante la menstruación pueden quedar embarazadas,
cuando es más probable en la mitad del ciclo menstrual."
Cabe destacar que muchas mujeres confunden la irregularidad con el no ser
exactas, "creen que si les cambia un par de días su ciclo son irregulares,
cuando serlo significa que no sabes exactamente cuándo será, puede ser en
20 días o en dos meses, en este caso la regularidad no es igual a exactitud",
explica el sexólogo.
Otro de los principales mitos y miedos, es lo que respecta al sexo durante la
menstruación, donde por un lado puede ser desagradable estar en una relación
sexual y que llegue el sangrado, a algunos hombres les gusta pero a otros no;
en una práctica como el cunnilingus puede suceder esto y no ser satisfactorio.
Por su parte, a muchas mujeres les gusta porque se sienten más excitadas, y
el tener relaciones durante ese periodo les alivia los cólicos, desinflama mamas
y vientre, además de que les produce orgasmos más intensos; esto no pasa en
todas las mujeres. Una de las explicaciones es que al no haber óvulo que
pudiera ser fecundado no hay riesgo de embarazo.
Sin embargo, este dato tiene sus detalles ya que "muchas mujeres difieren, no
les gustan las relaciones en este periodo, ni lo intentan, precisamente por los
mitos y la apreciación sucia que se tiene, de igual manera pasa con los
hombres; además en la menstruación el nivel de hormonas baja, lo que
conlleva a cambios emocionales, sentimentales, de actitud y comportamiento",
explica el sexólogo.
Por otro lado, no se recomienda tener relaciones sexuales durante la
menstruación sin protección, ya que semen y sangre son medios por los cuales
se transportan microorganismos causantes de enfermedades como hepatitis,
gonorrea o sífilis y por supuesto VIH, que se contagia vía sexual. Se
recomienda si es que la pareja quiere experimentar, que sea al principio o al
final de la menstruación, cuando el flujo es menor.
"Es recomendable el uso de condón para evitar contagios, sólo si se tienen
este tipo de relaciones con una persona que este infectada por alguna ITS o se
desconoce su estado de salud en referencia a este aspecto. De no ser así,
depende del gusto de la pareja para tener relaciones coitales en esta etapa
considerando el ánimo, la energía, las ganas, pues para algunas mujeres es
incómodo" dice el psicoterapeuta.
Mitos de la menstruación
Las mujeres cuando tienen la regla pueden provocar que se corte la mayonesa,
que se marchiten las flores y que se agríe el vino. Este es uno de los mitos más
añejos que surgen por la falsa idea de que la menstruación es algo sucio.
Cuando está menstruando, la mujer no debe comer determinados alimentos
(leche y derivados, huevo, limón). No hay ninguna relación estrecha entre lo
que se come y la menstruación.
La mujer sólo puede quedar embarazada cuando está menstruando. Al
contrario, es menos probable que se quede embarazada durante ese periodo,
aunque no es imposible.
No uses tampón en tu primera regla. Los tampones son muy higiénicos y no
provocan problemas, siempre serán un protector.
El ciclo menstrual es lo mismo que la regla o menstruación. Esta es una
confusión de nombres, el ciclo dura 28 días, en promedio 23, y la menstruación
son los días que se tiene el sangrado que va de 3 a 7 en promedio.
Todas las mujeres padecen de Síndrome Premenstrual. No es una regla que lo
padezcan todas las mujeres, aunque es común en la mayoría, el conjunto de
síntomas no siempre están presentes. Se sabe que afecta hasta el 75% de las
mujeres.

3.5 Ciclos en el hombre.

El ciclo hormonal masculino regulado por los niveles de testosterona. Estos


cambian rápidamente debido al medio ambiente y el estado de ánimo. El ciclo
hormonal masculino es bastante diferente al femenino. Este sucede de la
siguiente forma:

El ciclo masculino dura 24 horas. Tiene entre 6 y 7 picos al día y pequeños


cambios que ocurren cada 15 o 20 minutos.

El nivel de testosterona presente en cada hombre depende de su condición


física y hábitos.

La cantidad  de testosterona que el cuerpo produce varía durante el año. En el


verano los niveles están más altos y durante el invierno más bajos.

El nivel de testosterona es más alto durante la mañana y temprano en la noche.


Este aumento hormonal provoca las erecciones matutinas y nocturnas.

El deseo sexual y los niveles de testosterona de un hombre se incrementan o


se reducen dependiendo de la cantidad de actividad sexual que se tenga. Los
niveles altos de esta hormona nos hacen querer sexo constantemente.

La elevación de testosterona hace que nos mantengamos con humor estable,


mientras que la disminución provoca irritabilidad y enojo.

Para que este ciclo sea más regular, debes mantener una alimentación
balanceada y hacer ejercicio regularmente.

3.6 Menopausia.

La menopausia es la etapa en la vida de una mujer en la que deja de


menstruar. Ello ocurre debido a la disminución gradual de una hormona
llamada estrógeno, que es liberada por los ovarios. Se considera completa
cuando una mujer deja de menstruar durante un año.

Los síntomas pueden incluir periodos menstruales irregulares, bochornos y


sudor nocturno, alteración de los patrones de sueño (que puede convertirse en
insomnio), cambios en el estado de ánimo (que pueden incluir irritabilidad,
ansiedad o depresión), resequedad vaginal y dolor durante las relaciones
sexuales, piel seca, disminución del apetito sexual, orinar frecuentemente o
fuga de orina, entre otros.

El climaterio femenino puede ocurrir en cualquier momento entre los 40 y los 60


años, siendo los 51 la edad promedio en la que se presenta. Sin embargo, se
estima que una de cada 20 mujeres puede adelantar este proceso natural. A
esto se le conoce como menopausia prematura. 

Para explicar este panorama –que puede parecer alarmante– el doctor


Giovanni Casafranca Mendoza, médico ginecólogo de Oncogyn, explica que
este tipo de casos, a los que  se le conoce como menopausia prematura o
precoz, son muy particulares. "Suelen ser producto de causas naturales o
provocadas, como la extirpación quirúrgica de los ovarios, infecciones  o por
tratamientos del cáncer con quimio o radioterapia", manifiesta el especialista. 

Otro aspecto a considerar es el componente hereditario. Si la madre ha tenido


menopausia precoz, las hijas tienen hasta 12 veces más riesgo de presentarla.
Así también el  fumar cigarrillos y la epilepsia pueden aumentar el riesgo de
presentar este problema.  “Estos cambios, algunas veces, pueden afectar la
calidad de vida de la mujer, por lo que se propone el uso de hormonas lo más
pronto posible a fin de prevenir los problemas típicos de la menopausia, así
como para disminuir el riesgo de infarto y enfermedades cardiovasculares.
Todo ello debe hacerse siempre con la evaluación previa, para prevenir
complicaciones por el uso de las hormonas”, agrega Casafranca. 

Para hacer el diagnóstico de menopausia prematura se deben realizar estudios


para determinar otras causas de la ausencia de menstruación, como la pérdida
extrema de peso, el embarazo, alteraciones hormonales y algunas
enfermedades del aparato reproductor, entre otros. También se tienen que
realizar análisis de sangre en las distintas etapas del ciclo menstrual para
verificar los niveles hormonales.
UNIDAD IV:

TÉCNICAS DE EXCITACIÓN Y COMUNICACIÓN

4.1 Zonas erógenas.

Las zonas erógenas son todas aquellas partes del cuerpo humano (no


exclusivamente los órganos genitales) que presentan una mayor sensibilidad y
cuyo estímulo tiene como finalidad y resultado activar sexualmente a una
persona. Distintas zonas del cuerpo pueden resultar más o menos erógenas en
cada persona, es decir, hay en este sentido grandes diferencias individuales.
Se puede clasificar de dos maneras: "no específica" y "mental".
No específica: La piel se compone de infinidad de terminaciones
nerviosas y folículos de pelo, las áreas más proclives a ser clasificadas como
erógenas están situadas a los lados del cuello y su parte posterior, en las axilas
y ambos lados del tórax. Acariciar la zona y el nerviosismo previo cuando se
produce el acercamiento para realizarla son síntomas de que hay respuesta
sensual.

Mental: Con la mente se puede llegar a sitios insospechados siempre que se


acompañe de una buena imaginación trayendo imágenes eróticas, y un gran
poder de concentración.
Estas áreas producen una fuerte sensación e incluyen las siguientes
zonas: cuero
cabelludo, ojos, oídos,labios, lengua, cuello, axila, pezón, espalda, cintura, omb
ligo, muslos y pies.

Cuero cabelludo: Dar un masaje en el cuero cabelludo, además de producir


mucha relajación a quien se deja hacer puede también servir para estimular a
la pareja mientras se acompaña con otras caricias o palabras que conduzcan a
la excitación, situación favorable para realizar el acto.

Ojos: Besar la parte de los párpados de los ojos además de ser una
demostración de cariño y confianza el uno en el otro resulta muy estimulante
por los nervios que confluyen en él.

Oídos: A mucha gente le gusta susurrar al oído cosas sensuales, resulta muy
excitante debido a la cantidad de terminaciones nerviosas existentes. Si se
acompaña con un movimiento leve del delicado lóbulo de la oreja lamiéndolo,
soplándole o mordisqueándolo, siempre con cuidado, puede producirse una
gran excitación. Hay que tratar estos puntos con suma delicadeza debido a su
extrema suavidad.
Labios: Los labios (de la boca) son los primeros órganos que pueden ser
excitados (con besos y caricias) para continuar con el resto de zonas de la piel,
si la estimulación de estos labios es acompañada con la estimulación de
los labios vaginales se llega a un punto de no retorno cuando se está
predispuesto a mantener una relación sexual.

Lengua: En la boca se ubica otro órgano retráctil que es la lengua, llena de


sensibles glándulas y da mucho juego a la hora de estimular sensualmente
cualquier zona erógena de la piel. También se acostumbra usar mordidas leves
en la lengua.

Cuello: El área del cuello y de la clavícula es una región muy sensible. Besarlo
y lamerlo, incluso soplarle o acariciarlo sin llegar a tocarlo produce una
sensación tan cercana al placer que incluso llega a erizar el vello en la piel. Al
mismo tiempo el cuerpo reacciona encendiendo la pasión siempre que la
caricia esté correctamente hecha. La zona está llena de vasos sanguíneos, así
que hay que tener mucho cuidado porque si se trata con brusquedad pueden
quedar contusiones conocidas como mordeduras del amor o chupetones. La
nuca también es muy propensa a producir excitación al tiempo que es tratado
con dulzura.

Pezón: El área que forma el pezón y la areola que conlleva tiene infinidad de
terminaciones nerviosas que se excitan con una caricia, pellizco, mordedura,
apretón, una lamida o un soplo de aire procedente de una boca.

Ano: La excitación del ano viene desde atrás del escroto empezando por el


periné y acabando en el mismo esfínter donde se acumulan las terminaciones
nerviosas que producen la excitación que se pretende.

Interior de los muslos: Es una zona muy sensible cuando la mujer ya está
suficientemente excitada, responde al más mínimo roce, debido al fluir de la
sangre acumulada que produce un efecto muy particular. La sangre se desvía
hacia el interior de los muslos, por lo que la temperatura aumenta bastante, y la
parte exterior se va enfriando. A esto se le añade la proximidad del sexo y todo
el oportuno juego (con lengua o la yema de los dedos) que se puede realizar
con el conjunto.
También se pueden acompañar estas caricias con otras caricias añadidas por
otros lugares erógenos del cuerpo que estén al alcance de la mano, de la boca,
de la nariz.
4.2 Afrodisíacos.

Un afrodisíaco es una sustancia que incrementa el deseo sexual. El término


deriva del nombre de la diosa griega del amor, Afrodita (Venus, para los
romanos), divinidad relacionada con la fecundidad y la energía primaveral. A
través de la historia algunas comidas, bebidas y comportamientos han tenido la
reputación de hacer que el sexo sea más placentero. Sin embargo, desde el
punto de vista histórico y científico, los resultados aclamados pudieron haber
sido debido a que funcionaría en realidad el efecto placebo. En concreto, la
ciencia médica occidental no tiene pruebas concluyentes de que alguna comida
en particular aumente el deseo o el rendimiento sexual.
Algunos supuestos afrodisíacos obtienen su reputación de los principios de
la magia simpática, como por ejemplo las ostras, debido a su forma.

Se pueden clasificar en 4 tipos:

1. Afrodisíacos de acción central.


2. Afrodisíacos por asociación sensual.
3. Afrodisíacos por excitación de vías análogas a las sexuales.
4. Afrodisíacos por tradición cultural.

4.3 Comunicación.

Comunicarnos significa intercambiar mensajes con otra persona o personas,


con la intención de conectarnos con ellas y compartir (dar y/o recibir) alguna
idea, valor, emoción, meta, etc. Para ello, es indispensable que esas otras
personas escuchen nuestro mensaje.

Si nosotros hablamos, pero nadie escucha, no podemos hablar realmente de


comunicación, en el sentido que se le da a ésta. Podríamos suponer, que lo
antes mencionado es algo que constantemente se da en la relación de pareja,
pero no es así.

La mayoría de los problemas de pareja surgen por una mala comunicación o


por la falta de ésta. O no se escuchan realmente uno al otro o se dejan de
hablar adecuadamente, es decir, se atacan, insultan, humillan, gritan, etc.
También puede suceder que eviten la comunicación como una manera de
castigar al otro, ignorándolo.

Cuando iniciamos una relación de pareja, uno de nuestros principales objetivos,


sobre todo en un principio, es compartir nuestros aspectos más íntimos y así,
establecer un fuerte lazo de unión. Sin embargo, con frecuencia, desde los
primeros momentos tendemos a cometer tres errores importantes:

No nos conocemos, porque una gran parte de nuestra vida hemos actuado y
pensado como la sociedad espera de nosotros, por lo que no sabemos que
necesitamos y queremos de nuestra pareja y cómo pedirlo de manera
adecuada.

No vemos a nuestra pareja como realmente es, ya que la vemos a través de:

 El enamoramiento,
 de la imagen que nos quiere transmitir,
 y de lo que proyectamos (ponemos en ella, aquella parte que es
de nosotros, pero que desconocemos) y
Creemos que si la otra persona nos quiere, tiene que saber lo que queremos y
necesitamos, para dárnoslo, sin que tengamos que pedirlo.

En los últimos dos aspectos, estamos hablando de conocer a la otra persona y


permitirle que nos conozca.
No podemos establecer una buena relación si la basamos en nuestra
capacidad de adivinar lo que la otra persona quiere, siente y piensa o si
queremos que ella actúe de esta manera.
Por lo tanto, tan importante como preguntar, es expresar nuestros
pensamientos y sobre todo, nuestros sentimientos.

Recuerda que es a través de la comunicación como conocemos a nuestra


pareja, su vida, deseos, valores, inquietudes, etc. y permitimos que ella nos
conozca, por lo que puede ser, también, una de las mejores herramientas para
resolver muchos de nuestros problemas.

Una buena comunicación, fortalece una relación de pareja y cuando esto se da,
la comunicación mejora, estableciéndose un círculo virtuoso que mejora la
calidad de nuestra vida.
Para todo esto es necesario aprender a establecer un diálogo respetuoso y
fluido y que vaya acompañado de una comunicación corporal congruente.

Necesitamos mantener viva nuestra comunicación, es decir, conversar todos


los días, hablando sobre lo que nos interesa o lo que le interesa a nuestra
pareja, animándola a que ella haga lo mismo, a pesar del cansancio y de los
problemas de la vida diaria.

Para que una comunicación sea agradable, no es necesario buscar temas de


gran importancia o grandes problemas, con compartir el día a día de manera
adecuada, puede ser suficiente.

Es necesario entender, que cuando nosotros expresamos algo, verbal o


corporalmente, la persona que recibe el mensaje va a tener una reacción o
respuesta y ésta puede no ser la que esperábamos.
Esto se debe a las experiencias pasadas, valores y creencias personales, que
pueden estar afectándole. Por lo tanto, es necesario hablar con claridad y
preguntar todo lo que no nos quede claro.

Si tenemos un problema o deseamos quejarnos por algún motivo, es


importante hacerlo, pero sin atacar al otro, utilizando el lenguaje “Yo” y evitando
que la mayor parte de nuestra comunicación sean sólo quejas y lamentos.
Cuando éstos son parte constante en la comunicación de pareja, la persona
que recibe las quejas tiende a evitar a su pareja, deja de escucharla o acaban
discutiendo y atacándose mutuamente.

Una de las principales reglas y quizás la más importante debería de ser la de


mantener siempre el respeto, tanto en relación a nuestra pareja como en
cuanto a nosotros mismos.
Nunca vamos a poder mantener una buena comunicación y, sobre todo, una
buena relación de pareja, si la primera está basada en insultos, humillaciones,
deseos de lastimar al otro, etc.

Si estamos enojados, debemos aprender a controlar nuestro enojo y a


expresarlo de manera adecuada. Recuerda que el respeto, la paciencia,
empatía y tolerancia, son la base de una buena comunicación.

Existen diferentes maneras de discutir o expresar una molestia, pero enfocarse


sólo en lo negativo o atacar a nuestra pareja, definitivamente no es la
adecuada.
Además, para enriquecer nuestra relación siempre es importante comunicar lo
positivo, sin ningún otro motivo que simplemente para reconocérselo a la otra
persona.

Con frecuencia, los problemas surgen porque no sabemos escuchar y con esto
no me refiero a simplemente oír.
Escuchar significa poner atención, mostrar nuestro interés, ver qué es lo que la
otra persona está sintiendo y preguntarle cuando tenemos una duda o
deseamos que hable más ampliamente sobre algún aspecto.

Platicar y compartir no significa que tienes hacer tuyos los valores y creencias
de tu pareja, simplemente quiere decir escuchar con empatía y aceptarlos
como suyos.

Uno de los problemas en la comunicación en la relación de pareja es que, por


temor a iniciar un conflicto, nos quedemos callados con nuestra molestia,
permitiendo que ésta vaya creciendo cada vez más, hasta que explotemos y la
expresemos de una manera inadecuada y destructiva.

4.4 Diferencias de género en la comunicación

La búsqueda de alternativas a la desigualdad de oportunidades entre las


mujeres y los varones nos conduce a indagar en las posibles causas de esa
diferencia. En esa indagación, y más concretamente estudiando el área de
Didáctica de la Lengua y la Literatura, hallamos que los distintos aspectos
comunicativos se sitúan en la base del problema. Desde nuestra perspectiva
pensamos que la comunicación entre las mujeres y los varones se convierte en
aspecto principal en la desigualdad. En la comunicación, los aspectos verbales
son los más estudiados pero en nuestro caso pretendemos analizar qué
importancia tienen los elementos no verbales en el proceso de la
comunicación, específicamente, aplicándolos a las diferencias de género.
Además, buscaremos sugerencias didácticas que permitan pensar en un
cambio social y escolar que tenga que ver con las diferencias de género.
UNIDAD V

SEXUALIDAD Y EL PERIODO DE VIDA: INFANCIA, ADOLESCENCIA Y


ADULTEZ.

5.1 Lactancia, temprana infancia.

La lactancia materna es la alimentación con leche del seno materno.


La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de Naciones Unidas
para la Infancia (Unicef) señalan asimismo que la lactancia «es una forma
inigualable de facilitar el alimento ideal para el crecimiento y desarrollo correcto
de los niños».
La OMS y el Unicef recomiendan como imprescindible la lactancia materna
exclusiva durante los seis primeros meses del recién nacido. También
recomiendan seguir amamantando a partir de los seis meses, al mismo tiempo
que se va ofreciendo al bebé otros alimentos propios para su edad
complementarios, hasta un mínimo de dos años. La Academia Americana de
Pediatría recomienda mantener la lactancia al menos durante el primer año. El
Comité de lactancia de la Asociación española de pediatría coincide en sus
recomendaciones con OMS y Unicef.
Según la OMS y el Unicef, a partir de los dos primeros años la lactancia
materna tiene que mantenerse hasta que el niño o la madre decidan, sin que
exista ningún límite de tiempo. No se sabe cuál es la duración "normal" de la
lactancia materna en la especie humana. Los referentes sobre los términos y
características de la lactancia se comprenden desde el contexto cultural de las
madres que lactan, de tal forma que los periodos de lactancia se pueden
extender tanto como la variabilidad de culturas existentes en el mundo. En el
mundo podemos referir casos en donde se considera un acto únicamente de
bebés de pocas semanas o meses, así como también se encuentran casos en
los que se ha mantenido la lactancia durante varios años.
Algunos estudios antropológicos publicados concluyen que la franja natural de
lactancia en humanos se encuentra situada entre los dos años y medio y los
siete.

5.2 Pre adolescencia y adolescencia.

La adolescencia es una etapa del crecimiento que culmina con la llegada a la


adultez y que abarca edades variables en ambos sexos: en las mujeres puede
ir de los 10-12 años a los 18, y en los varones, de los 12-14 a los 20 años.

Desde hace varios años se habla de que la adolescencia se extendió (por eso
se puede considerar adolescentes a algunas personas que han cumplido los 25
años), pero ahora se observa otro fenómeno: también se adelantó.

De los 10 a 12 años en las nenas y de los 12 a los 14 en los varones aparece


la fase llamada “preadolescencia”, que en los últimos años se ha adelantado:
sus características hoy se ven aparecer desde los ocho años –especialmente
en las nenas-.

Por un lado, el desarrollo físico va haciendo que los “niños” empiecen a adquirir
las características sexuales de un adulto: el inicio de la pubertad (el proceso de
cambios biológicos que se manifiestan por el desarrollo de los caracteres
sexuales primarios y secundarios) en la mujer se produce después de los 8
años y antes de los 16 años y en el varón, desde los 9 a los 16.

En el caso de la pubertad femenina, existen signos físicos que indican su inicio:


la "telarca" (aparición del botón mamario, habitualmente unilateral) y la
posterior aparición del vello pubiano (pubarca). La axilarca o aparición del vello
axilar puede presentarse antes o después de la telarca y/o pubarca. La
menarca (primera menstruación) suele presentarse cuando las mamas
alcanzan un mayor desarrollo.

El tiempo que insumen estos cambios es variable (de 2 a 6 años) y depende de


factores individuales, hereditarios o genéticos. El aumento de talla se produce
durante todo este período y puede continuar luego de la menarca.

En el caso de la pubertad masculina, los signos físicos son el aumento del


tamaño de los testículos, pene y escroto, así como la aparición del vello
pubiano, axilar y facial (evolucionando a barba y bigote). El desarrollo de las
glándulas produce cambios en el sudor y puede provocar acné. También se
desarrollan las mamas y se producen cambios en la voz, que en general
aparecen cuando el pene completó su desarrollo.

Este proceso puberal le insume al varón aproximadamente entre 4 y 5 años. El


incremento de peso se produce muchas veces al principio de la pubertad y
luego se manifiesta el aumento de la talla.

Pero la preadolescencia no se refiere sólo a cambios físicos, sino también a


cambios psicológicos y de eso se trata la preadolescencia actual que se
observa, por ejemplo, cuando las nenas de 8 años quieren vestirse y actuar
como adolescentes de 15.

Los chicos entre los 8 y los 12 años transitan hoy una preadolescencia
temprana que hasta tiene nombre propio: se los conoce como tweenies o
tweenagers (palabra que surge de la unión de teenagers -adolescentes- con
wee -pequeñitos-).

La televisión muestra nenas actuando como adolescentes, el diseño de ropa de


niños copia las tendencias de los adolescentes, los “bailes” y los “pijama
parties” comienzan cada vez más pronto y muchos padres, que transitan una
crisis de autoridad o a los que les cuesta ponerse de acuerdo entre ellos,
otorgan permisos que antes eran impensables.
Las chicas quieren maquillarse, hacerse tatuajes, mechitas en el pelo, cuidan
su figura, se encierran en su cuarto a escuchar música, están perdidamente
enamoradas de sus ídolos de la televisión, escriben en sus diarios íntimos y, a
la vez duermen con sus osos de peluche.

La preadolescencia temprana del siglo XXI tiene más que ver con lo social que
con lo físico: el niño tiene poco poder de decisión, en cambio el preadolescente
es consumista y eso lleva a que determinados gustos e intereses se incentiven
por una conveniencia del mercado.

Hoy, muchos niños de 8 años que todavía no terminaron de cambiar los dientes
de leche pueden considerarse preadolescentes. Cada familia deberá
determinar cómo actuar frente a esta contradicción, cómo responder a sus
rebeldías y a los permisos que solicitan, muchas veces basándose en lo que
hacen los demás. Por eso, en cada familia deberán establecerse los códigos
para que estos chicos puedan ubicarse en la edad que tienen, sin saltearse la
infancia ni dejar de jugar antes de tiempo.

5.3 Sexo premarital.

Las relaciones sexuales prematrimoniales son el conjunto de comportamientos


sexuales y prácticas sexuales realizados antes de establecerse el matrimonio.
Pueden referirse tanto a las relaciones sexuales que mantienen los novios -
futuro matrimonio- como a las relaciones sexuales que se mantienen con
distintas parejas antes del matrimonio. La práctica de las relaciones sexuales
prematrimoniales es legal en la inmensa mayoría de países, con las
limitaciones en la edad de consentimiento sexual.
La generalización de las relaciones sexuales prematrimoniales se produce a
partir de la segunda guerra mundial, con la revolución sexual y el desarrollo y
comercialización de distintos métodos anticonceptivos.

5.4 Embarazo adolescente y paternidad.

Embarazo adolescente o embarazo precoz es aquel embarazo que se produce


en una mujer adolescente; entre la adolescencia inicial o pubertad comienzo de
la edad fértil y el final de la adolescencia. La OMS establece la adolescencia
entre los 10 y los 19 años. El término también se refiere a
las mujeres embarazadas que no han alcanzado la mayoría de edad jurídica,
variable según los distintos países del mundo, así como a las
mujeres adolescentes embarazadas que están en dependencia de la familia de
origen.
La mayoría de los embarazos en adolescentes son embarazos no deseados.
El embarazo en una mujer adolescente puede llegar a término, produciéndose
el nacimiento, o interrumpirse por aborto, ya sea
éste espontáneo o inducido (aborto con medicamentos o aborto quirúrgico), en
el caso del aborto inducido de manera legal o ilegal dependiendo de las leyes
sobre el aborto de cada país.
Aunque la OMS considera el embarazo adolescente un problema culturalmente
complejo, alienta a retrasar la maternidad y el matrimonio para evitar los altos
índices de mortalidad materna y mortalidad de recién nacidos así como otras
complicaciones sanitarias parto prematuro, bajo peso, preeclampsia, anemia,
asociadas al embarazo en jóvenes adolescentes. En 2009 se estimaba que 16
millones de adolescentes, con edades comprendidas entre los 15 y 19 años,
daban a luz cada año, un 95 % de esos nacimientos se producen en países en
desarrollo, lo que representa el 11 % de todos los nacimientos en el mundo.
La OMS considera fundamental la promoción de la educación sexual,
la planificación familiar, el acceso a los métodos anticonceptivos y la asistencia
sanitaria universal en el marco de la salud pública y los derechos
reproductivos para evitar los problemas asociados al embarazo adolescente.

5.5 El sexo y la persona soltera.

Sexo casual. Debido a que no tienen ningún compromiso y la oportunidad de


vivir nuevas experiencias, este tipo de relación es frecuente. En México tres de
cada 10 solteros tienen sexo una vez por semana, según la Encuesta Nacional
de Salud y Vida Social.
Un estudio de las universidades de Nueva York y Cornell afirma que este tipo
de encuentros contribuye a reducir el estrés y a mejorar su salud emocional.

Cumplir tus fantasías. La soltería te da la oportunidad para cumplir con tus


sueños eróticos.
 
Un artículo publicado en el Journal of Sex Research confirma que
los solteros que han tenido mayor número de relaciones sexuales antes de
comenzar una relación estable, hay fantaseado con una variedad mayor de
amantes.

Eliges libremente. El psicólogo Raúl Padilla afirma que un temor común entre


las parejas es la infidelidad, puesto que “Los cuernos sin sexo dan más miedo
que los cuernos con sexo”. Por ello, los solteros disfrutan más y no se
preocupan por este problema. 
 
Puedes probar de todo. Sin poner en riesgo su salud y bienestar, se dan la
oportunidad de experimentar más en el plano sexual, sobre todo porque no
están vinculados sentimentalmente con una pareja.
Estás disponible. Hay más oportunidad de salir, divertirse y conocer a alguien
sin ninguna preocupación, así aumentan las probabilidades de encontrar a
la persona que te ofrezca experiencias diferentes en la cama.
 
Los beneficios acerca de la sexualidad entre los solteros tienen un sentido de
recompensa, por la satisfacción que produce la sensación de haber logrado
una conquista, lo cual aumenta el placer. Para ti ¿qué otras ventajas tienen los
solteros en su vida sexual?

5.6 Cohabitación, relaciones maritales y sexo extramatrimonial.

La cohabitación o unión libre es el tipo de relación que establece una pareja


cuando sin estar casada por la Iglesia o por lo civil y sin tener intención
definitiva de casarse, comparten techo y cama. La unión libre "de hecho" es
cuando una pareja vive como matrimonio estable, sin haberse casado. La
diferencia entre la cohabitación y la unión libre de hecho es que la primera
carece de todo compromiso e institucionalidad (matrimonio a prueba), mientras
que en las segundas hay intención de permanecer viviendo así.

Con todo, tanto la cohabitación como la unión libre de hecho, se caracterizan


por su inestabilidad y falta de compromiso de la pareja entre sí, ante la
sociedad y frente a los hijos que puedan surgir de la relación. Por eso, la Iglesia
Católica advierte repetidas veces a sus fieles sobre el gran peligro de arriesgar
sus vidas emotivas dentro de este tipo de relación e invita a las parejas a que
consideren los beneficios de un verdadero matrimonio:

Sexo extramatrimonial, relación extramatrimonial o relación sexual


extraconyugal es aquella relación sexual que se mantiene por al menos un
miembro del matrimonio con al menos una persona ajena al mismo.
Se habla de relaciones sexuales extramatrimoniales cuando al menos un
miembro del matrimonio mantiene relaciones fuera del mismo. En este caso se
habla de adulterio -infidelidad dentro del matrimonio-, estando penada en
algunos países.
Las relaciones extramatrimoniales no deben confundirse con las relaciones
prematrimoniales en las cuales ninguno de los que mantienes relaciones
sexuales está casado pero se presume que mantienen un noviazgo en el que
practican relaciones sexuales antes de establecer la convivencia matrimonial.
Pueden ser relaciones sexuales de carácter estable o esporádico entre
personas que no están casadas. Cuando las relaciones se mantienen con
varias personas se habla de promiscuidad sexual. Tradicionalmente el
mantenimiento de relaciones sexuales fuera del matrimonio ha estado
considerado social y legalmente de manera negativa en la mayoría de países
del mundo. Desde el feminismo se ha reivindicado y conseguido la
despenalización del adulterio en muchos países. La revolución sexual de
mediados del siglo XX contribuyó a normalizar las relaciones sexuales como
algo propio y natural de los seres humanos.4 5

5.7 El sexo en los adultos mayores

A lo largo de la vida, adquirimos creencias que son formadoras de nuestra


personalidad, valores y forma de vida; sin embargo, no todas ellas están
basadas en información verídica y van creando conceptos negativos, erróneos
o confusos que tomamos, de manera incuestionable, como guía.

Y, precisamente, la sexualidad es uno de los temas que, por razones


culturales, se ha tratado de manera velada, aun para los que hoy son jóvenes,
por lo que podemos imaginar cómo fue esta información para generaciones de
la primera mitad del siglo XX. Así, muchos Adultos Mayores además de los
prejuicios sexuales ya adquiridos, se encuentran en esta etapa de su vida con
otros vinculados a su edad: “Los adultos ya no tienen deseo sexual”, “¿Viste a
esos viejos besándose?”, “Ése es un viejo raboverde”, etc.

En primer lugar, hay que descartar la idea de que al Adulto Mayor carece de
sexualidad, lo cual es una falacia. Ésta existe desde que nacemos y sólo
desaparece en el momento de nuestra muerte. La sexualidad entendida aquí
como la forma en que cada quien vive su propio sexo o género y que implica
deseos, sensaciones y, por supuesto, la búsqueda de placer sexual.

Los cambios físicos propios de la vejez son reales: la disminución de


estrógenos y de testosterona, por ejemplo, provocan una respuesta de
excitación más lenta. Lo cual puede ser motivo de decepción o ansiedad; sin
embargo, esto no es un impedimento para continuar la vida sexual, aunque sí
implica una etapa de aceptación de estos cambios físicos y de búsqueda de
nuevos métodos para obtener placer.

La tendencia a la idealización de la juventud origina gran inseguridad al Adulto


Mayor, pues no se percibe físicamente atractivo al ser, ahora, su cuerpo
diferente. Sin embargo, pierde de vista que puede echar mano de su erotismo.
El erotismo es la capacidad de utilizar nuestra imaginación, recuerdos y
pensamientos en favor de la pasión o del placer. La sexualidad en la juventud
está muy ligada al coito, sin embargo, la actual apertura sobre los temas
sexuales ha brindado otra visión de la sexualidad que da prioridad a las
sensaciones sexuales placenteras sin importar la forma de llegar a ellas.

Sea usted Adulto Mayor o no, las siguientes recomendaciones para mantener
una vida sexual satisfactoria pueden serle de utilidad:

No se juzgue. Prejuicios sobre la sexualidad hay muchos, pero son sólo eso.
Usted no daña a nadie, no hay razón para sentir culpa.

Cuide su salud. Aliméntese adecuadamente, realice actividad física, consulte a


su médico especialista y exponga todas sus dudas.
Atrévase a conocer. Explore su cuerpo y/o el de su pareja con caricias, besos,
etc., y aprenda nuevas formas de obtener placer.

Ponga límites. Usted tiene derecho a tener deseo y buscar placer, no permita
que terceros interfieran en su intimidad.

Confíe en su experiencia. No tiene que demostrar nada ni compararse con


nadie, use su sabiduría para conocerse y aceptarse.

UNIDAD VI

GÉNERO Y SEXUALIDAD. ORIENTACIÓN SEXUAL: ¿GAY, BUGA O BI?

6.1 Roles y estereotipos de género.

Los roles determinan acciones y comprenden las expectativas y normas que


una sociedad establece sobre como debe actuar y sentir una persona en
función de que sea mujer o hombre, prefigurando, así, una posición en la
estructura social y representando unas funciones que se atribuyen y que son
asumidas diferencialmente por mujeres y hombres.

Los roles femeninos son los relacionados con todas las tareas asociadas a la
reproducción, crianza, cuidados, sustento emocional… y están inscritos,
fundamentalmente, en el ámbito doméstico.

Los roles masculinos están asociados a las tareas que tienen que ver con el
productivo, el mantenimiento y sustento económico, principalmente
desarrollados en el ámbito público.

Estos elementos, que vertebran cada una de las identidades, exteriorizándose


en conjuntos de comportamientos, en funciones y papeles sociales,
denominados roles femeninos o masculinos, y se transmiten mediante las
creencias sobre lo que deben ser y hacer mujeres y hombres, denominadas
estereotipos.

Los roles están directamente asociados a los ámbitos de relación y estos


marcan tiempos y espacios diferentes.

Los roles determinan acciones y comprenden las expectativas y normas que


una sociedad establece sobre como debe actuar y sentir una persona en
función de que sea mujer o hombre, prefigurando, así, una posición en la
estructura social y representando unas funciones que se atribuyen y que son
asumidas diferencialmente por mujeres y hombres.

Los roles femeninos son los relacionados con todas las tareas asociadas a la
reproducción, crianza, cuidados, sustento emocional… y están inscritos,
fundamentalmente, en el ámbito doméstico.
Los roles masculinos están asociados a las tareas que tienen que ver con el
productivo, el mantenimiento y sustento económico, principalmente
desarrollados en el ámbito público.

Estos elementos, que vertebran cada una de las identidades, exteriorizándose


en conjuntos de comportamientos, en funciones y papeles sociales,
denominados roles femeninos o masculinos, y se transmiten mediante las
creencias sobre lo que deben ser y hacer mujeres y hombres, denominadas
estereotipos.

Los roles están directamente asociados a los ámbitos de relación y estos


marcan tiempos y espacios diferentes.

El estereotipo es una preconcepción generalizada que surge a partir de


adscribir a las personas ciertos atributos, características o roles en razón a su
pertenencia de grupo económico y social, sexo, cultura, etc.
Estereotipar ayuda a implicar el entendimiento y organizar y categorizar la
información, sin embargo resulta problemático cuando opera para marcar para
ignorar habilidades y circunstancias de las personas que puedan traducirse en
la restricción o negación de los derechos fundamentales, por un lado, y en la
jerarquización entre grupos sociales, por el otro.
Estereotipo masculino
Se construye con la imagen necesidad de dominio, agresión y realización.
Los términos frecuentemente utilizados para la descripción
de masculinidad son: independiente, no emocional, agresivo, insensible,
competitivo, descoordinado, experimentado, fuerte, activo, seguro de sí mismo,
duro y sexualmente agresivo.
Estereotipos femeninos
Los términos que suelen usarse para describir la feminidad son: dependiente,
emocional, pasiva, sensible, tranquila, débil, insinuante, suave, sexualmente
sumisa y complaciente.
Relaciona a las mujeres con el cuidado, la dependencia y la afiliación. Sobre la
base del estereotipo de que las mujeres son más protectoras, las
responsabilidades del cuidado de los hijos suele recaer sobre ellas de manera
casi exclusiva.
En el ámbito del trabajo, los estereotipos femeninos establecen la falsa
creencia de que las mujeres hacen mejor trabajos minuciosos y rutinarios con
las manos, que una mujer no tiene la misma autoridad para dirigir a un equipo
de trabajo, que los hombres están más capacitados para llevar la dirección
porque son más racionales, que tienen menor absentismo laboral, que las
mujeres temen ocupar espacios de poder, que la maternidad impide a las
mujeres centrarse en su trabajo, etc.

6.2 Diferencias psicológicas entre el hombre y mujer.


Todos sabemos que hombres y mujeres son diferentes si nos basamos en los
aspectos físicos del cuerpo humano, como también puede haber grandes
diferencias psíquicas entre ambos géneros.
Muchos consideran que hay diferencias emocionales debido a múltiples
factores, tanto internos como externos, de entre los que destacan la genética o
la educación recibida. Mencionamos este último porque, aunque estemos en el
siglo XI, seguimos haciendo diferencias educacionales entre niños y niñas de
manera consciente e inconsciente.
A su vez, seguimos encontrando un diferente trato en otros contextos como
puede ser en lo laboral, el hogar o las posibilidades de un mundo profesional.

6.3 Diferencias en sexualidad entre hombres y mujeres.

El orgasmo es muy similar, en cuanto a contracciones y sensaciones. La mujer


no “eyacula”, aunque puede parecerlo en algunos casos. Las contracciones
vaginales durante el orgasmo pueden provocar la salida del fluido vaginal, que
se segrega desde la excitación hasta el final. En el orgasmo tras la
estimulación del punto G hay una secreción complementaria de las glándulas
peri uretrales; las contracciones pueden provocar emisión (por uretra) de esta
secreción; hay mujeres que cree orinar durante el orgasmo.

La respuesta sexual, en general, es más variable en las mujeres que en los


hombres. Creemos que ello se debe a las diferencias culturales y educativas,
más que a factores estrictamente físicos. La mayor parte de diferencias se
refieren a los aspectos psicosexuales, y éstas son las que vamos a detallar con
mayor precisión.

Hombres

Excitación, en solitario, con estímulos sexuales. Pocos hombres se masturban


sin fantasías eróticas.

El estado de ánimo del varón depende de la excitación conseguida. Un hombre


puede estar enfadado, incluso molesto con su mujer, pero cambia y se anima
cuando advierte la posibilidad de una relación sexual.

Hay varones que intentan “acabar las discusiones en la cama y hacer las
paces”, lo que resulta poco atractivo para las mujeres, las cuales suelen
mandarles al cuerno.

Poca influencia del “clima”. El hombre se excita cuando tiene estímulos


sexuales. No es necesario que “TODO” sea maravilloso.

Preferencia por estímulos visuales. Es una consecuencia de la necesidad de


estímulos sexuales. Al hombre suele gustarle mirar y tener la luz abierta.
Interés prioritario por las caricias genitales, desde el primer momento. La
erección del pene, como mejor se aposenta, es con caricias en el mismo pene.

Admisión (o necesidad) de “variaciones” en la fase de meseta. El hombre,


interesado en los aspectos sexuales, suele buscar incrementos de excitación a
base de cambiar (de posición, de caricia…).

Mujeres

La fantasía no es imprescindible en las mujeres. Muchas de ellas, por ejemplo,


se masturban y llegan al orgasmo mientras piensan en otra cosa. Lo mismo
cabe decir durante la relación de pareja. Hay mujeres que, gozando de la
situación, hablan de cosas que no tienen que ver con el momento, lo que suele
irritar a los hombres. Para ellos sería impensable hablar del colegio de los
niños durante una relación sexual.

La mujer, para excitarse, necesita estar relajada. Primero hará las paces. Quizá
después pueda excitarse. Lo contrario le resultará muy difícil, por no decir
imposible.

Mucha influencia del “clima”. Para empezar la excitación, el ambiente, el


entorno, las circunstancias… deben ser lo más agradables que sea posible.

Preferencia por estímulos auditivos y táctiles, los cuales requieren una actitud
positiva por parte del varón.

La mujer agradece la luz apagada, así como las buenas palabras y las caricias
tiernas, no exigentes.

Desinterés por las caricias genitales, en los primeros momentos. La excitación


inicial se logra mejor con caricias en cualquier otra parte del cuerpo (preguntar
a cada mujer qué es lo que prefiere), con buenas dosis de respeto y nada de
exigencia. Una mujer agradece las caricias genitales cuando está a punto de
llegar a la fase de meseta, pero no antes.

La mujer, una vez llegada a la fase de meseta, tiene un interés prioritario por
llegar al orgasmo. Considera más interesante un tipo de caricia sostenido y
continuo, que la lleve al orgasmo, que no un surtido de variaciones. Corre el
riesgo de perder excitación en los momentos de cambio.

6.4 Sexualidad masculina


La sexualidad masculina ha estado siempre marcada por una serie de mitos
que le han otorgado características, en ocasiones, equivocadas. Esto ocasiona
ciertos temores y situaciones que afectan el desempeño sexual masculino.
 
El miedo a no cumplir las expectativas provoca que, de acuerdo con el Dr. Raúl
Valdebenito, urólogo del Hospital Clínico de la Universidad de Chile,
la ansiedad esté presente en la vida sexual de los hombres, olvidando que
el sexo es un arte lleno de habilidades y destrezas que se deben ir
aprendiendo.
 
Por ello, en Salud180.com te presentamos algunos factores que afectan la
sexualidad masculina:
 
Las mujeres activas y con experiencia en la cama le quitan seguridad al
hombre, acostumbrados a tomar la iniciativa sexual, lo que genera en ellos
desconcierto, preocupación y ansiedad.

Tener un mal desempeño en la cama. El buen sexo es algo que se debe


practicar y tener los conocimientos para poder desempeñarse correctamente, y
éstos se aprenden a través de la comunicación con la pareja y de la
observación durante el acto sexual. Muchos hombres no toman en cuenta esto.
 
El aspecto psicológico en un hombre es, generalmente, su principal problema
al momento de mantener una buena relación sexual. Sus temores ante un mal
desempeño, sus expectativas, el rechazo y la insatisfacción femenina o el
temor a ser comparado con parejas sexuales anteriores, marcan su forma de
actuar.

Miedo a las disfunciones sexuales. Por lo general, los hombres responden casi


instintivamente, siendo frecuente la eyaculación precoz sobre todo si las
relaciones son esporádicas y a la ansiedad.

Preocupaciones y estrés. A partir de los 30 años, un hombre generalmente vive


una relación de pareja y una vida laboral intensa. Las preocupaciones laborales
y económicas generan estrés, que afecta el desempeño sexual.
 
Hoy en día toda disfunción sexual tiene solución. Se pueden emplear
medicamentos, inyecciones intrapeneanas, o dispositivos de aire, entre otras
cosas.
 
La inseguridad en el desempeño sexual de los hombres puede tratarse a través
de terapias conductuales, de pareja o un tratamiento con medicamentos, de
acuerdo con los especialistas.

6.5 Transexualidad.

Transexualidad es una situación que se define cuando la identidad de género


del individuo no coincide con la identidad sexual que se le atribuyó al nacer, a
partir de criterios biológicos. El deseo de modificar las características sexuales
externas que no se corresponden con el género con el que se sienten
identificadas, lleva a estas personas a intentar adecuar su cuerpo con el género
auto percibido, vivir y ser aceptado como una persona del género al que siente
pertenecer. La adecuación del cuerpo supone pasar por una terapia de
reemplazo hormonal, y en ocasiones por un proceso denominado
"transexualizador", conocido vulgarmente como operación de "cambio de sexo"
Algunos especialistas caracterizan la transexualidad como una discordancia
entre la identidad de género y el sexo biológico.

6.6 Actitudes hacia varones gay y lesbianas. Experiencias vitales de los


LGB.
Este estudio descriptivo-transversal busca identificar las actitudes hacia la
homosexualidad masculina y femenina en adolescentes y jóvenes limeños. Se
trabajó con 400 adolescentes y jóvenes heterosexuales, varones y mujeres,
entre 17 y 24 años. Empleando la Escala de Actitudes hacia la
Homosexualidad de Barra (2002), se encontró que la muestra presenta
actitudes menos favorables hacia las personas gays y lesbianas. Los varones
reflejan actitudes negativas en comparación a las mujeres, mientras las
personas que mencionaron conocer a un gay o una lesbiana presenta actitudes
más positivas. Los resultados sostienen la evidencia de actitudes negativas
contra gays y lesbianas en poblaciones de adolescentes y jóvenes, lo que
permite corroborar resultados obtenidos con otras muestras similares de
diversas partes del mundo.

6.7 Diferencias entre varones gay y lesbianas, bisexualidad.

Es la orientación mediante la cual la persona consigue satisfacción sexual y


emocional con miembros de ambos sexos. La bisexualidad es una orientación
permanente, si bien el relacionarse con ambos sexos puede estar limitado a un
periodo en particular. Tanto los hombres como las mujeres pueden ser
bisexuales.

Muchos sexólogos aceptan hoy día la bisexualidad como una orientación tan
genuina como la heterosexualidad y la homosexualidad. Los bisexuales no son
personas cuya orientación primordial sea la homosexualidad pero que tienen
alguna actividad heterosexual; tampoco son personas con orientación
heterosexual pero que tienen alguna actividad homosexual. Dicho esto, es
importante reconocer que hay pocos estudios científicos sobre bisexualidad y
que las descripciones de bisexualidad se basan mucho en generalizaciones y
aproximaciones.

Se desconoce el origen de la bisexualidad en ciertas personas, al igual que


cualquier orientación sexual, aunque muchas veces se atribuye a la relación
con el padre o con la madre. Otros investigadores creen que la respuesta está
en el efecto de ciertas personas en el cerebro del niño cuando aún está en el
vientre materno. Otros creen que no hay necesidad de buscar las raíces de la
bisexualidad, puesto que niegan su existencia: creen que los bisexuales son
homosexuales que niegan su orientación. Otros investigadores creen que todos
nacemos con una capacidad para relacionarnos con ambos sexos, pero que
dicha capacidad pasa a socializarse en heterosexualidad o en homosexualidad,
quedando sólo una minoría en la bisexualidad.

UNIDAD VII

VARIACIONES EN LA CONDUCTA SEXUAL. TRASTORNO SEXUALES Y


TERAPIAS SEXUAL.

7.1 Definición de anormalidad, Fetichismo, travestismo, sadismo y


masoquismo.

Anormalidad: es una característica definida en forma subjetiva que se asigna


a aquellas personas que poseen condiciones raras o disfuncionales. Definir si
una persona es normal o anormal es un tema difícil en el campo de
la psicología de la anormalidad.

Fetichismo: es la devoción hacia los objetos materiales, a los que se ha


denominado fetiches. El fetichismo es una forma de creencia o
práctica religiosa en la cual se considera que ciertos objetos poseen
poderes mágicos o sobrenaturales y que protegen al portador o a las personas
de las fuerzas naturales. Los amuletos también son considerados fetiches.

Travestismo: es un comportamiento e identidad transgénero en la que una


persona de un determinado género biológico expresa a través de la vestimenta,
principalmente, un género socialmente asignado al sexo opuesto
(en inglés, cross-dressing o crossdressing) y que está íntimamente asociado a
la transexualidad.
Generalmente, el travestismo implica o puede implicar un deseo o
condición transexual del individuo en que desea que se le reconozca como una
persona del género opuesto en la que su identidad de género es discordante a
su género biológico.
Sadismo: Forma de manifestación de la pulsión sexual que busca hacer sufrir
a otro un dolor físico o, al menos, hacerle sufrir una dominación o una
humillación. El término sadismo proviene del nombre del marqués de Sade,
escritor francés (1740-1814) cuya considerable obra da un amplio lugar a la
algolagnia (ligazón del placer y del dolor) activa pero también pasiva. El
psicoanálisis reconoce al sadismo como una de las posibilidades inscritas en la
naturaleza misma de la pulsión sexual. Con todo, ni Freud ni sus sucesores
postularon por ello sistemáticamente una agresividad normal como dato
constitutivo de las sociedades humanas. Es cierto que la consideración de la
sexualidad infantil lleva a describir una especie de perversión polimorfa original
en la que el sadismo tiene su lugar.

Masoquismo: es la obtención de placer a través de actos de crueldad o dominio


causados a sí mismo o provocados a uno mismo por medio de una persona
con la que se mantenga un vínculo emocional. Este disfrute también puede ser
sexual o asexual. La característica fundamental del masoquismo que lo
distingue de otros tipos de sumisión es la algolagnia, esto es, la mezcla
causada entre el dolor y el placer.

7.2 Voyerismo, exhibicionismo, hipersexualidad y asfixiofilia.

Voyerismo:
Inclinación sexual por la que el sujeto busca una complacencia erótica en la co
ntemplación de la excitación sexual de otros.

Exhibicionismo: es la inclinación de una persona a exponerse en público, de


forma espontánea, llamativa y excesiva. El término también se refiere,
específica y más convencionalmente, a la conducta o perversión de mostrar los
órganos sexuales y órganos considerados como partes íntimas:
los genitales, glúteos, torso y pechos, a otras personas.

Hipersexualidad: es el aumento repentino o la frecuencia extrema en


la libido o en la actividad sexual. Aunque la hipersexualidad puede presentarse
debido a algunos problemas médicos, al consumo de algunos medicamentos y
a la ingesta de drogas, en la mayoría de los casos la causa es desconocida.
Trastornos de la salud tales como el trastorno bipolar pueden dar lugar a la
hipersexualidad,1 y el consumo de alcohol y de algunas sustancias adictivas
puede afectar el comportamiento sexual en algunas personas.
Hipofixiofilia: es una manera de obtener satisfacción sexual a través de la
disminución de la respiración durante la actividad sexual, puede ser personal o
consistir en la actividad con otra persona.

7.3 Uso, abuso del ciber-sexo.

El cibersexo es una práctica que se lleva a cabo por medio de Internet, y


comenzó a adquirir mayor fuerza con la aparición de cámaras web más
accesibles y mayor ancho de banda en la conexión para transmitir video y voz
en tiempo real.

Según la investigación Cibersexualidad: Tendencias de la Maestra en Terapia


Familiar y de Pareja, Robertha Medina, el cibersexo surge de “la conjunción de
lo digital con lo sexual…que engloba una enorme cantidad de actividades que
van desde el erotismo escrito con desconocidos hasta la consolidación de
vínculos afectivos fuertes y duraderos”.

Esta investigación incluye un estudio aplicado a 1071 personas de entre 13 y


63 años de edad, con una media de 30.9 años de edad; 32.8% fueron hombres
y 67.2% mujeres. Estos son algunos datos importantes de la muestra:

La mayoría afirma haber sostenido conversaciones de contenido sexual o


erótico por Internet.

Principalmente se usa el texto, y en segundo lugar el audio y video.

La herramienta que más se utiliza son los chats, seguido por Facebook y la
telefonía fija/celular

Los encuestados tienen estos encuentros con su pareja principalmente; en


segundo lugar están los amigos.
La mayoría de los encuestados consideran que si una persona tiene pareja e
interactúa eróticamente con otra persona vía Internet está cometiendo un acto
de infidelidad

7.4 Prevención y tratamiento de las variaciones sexuales.

Desde el hombre maduro que tiene preferencia tanto por niñas como por
mujeres adultas y ay también a quienes les gusta que su compañero sexual los
domine, desde el culto caballero que colecciona objetos eróticos o aquella
mujer que se estimula ante la belleza de otras mujeres, hasta el viejo que dice
obscenidades a niñas o mujeres, y que se excita cuando la humillan y la
golpean, hay una amplia gama de variaciones y desviaciones en la conducta
sexual humana. Pero ¿Dónde está el límite entre lo simple y normal en
preferencias y la conducta sexual pervertida?
Normalidad y anormalidad sexual.
Un hombre es capaz de excitares sexualmente solo por el olor y la textura de
unas botas altas de cuero y solo puede copular bien con una mujer si ella lleva
puestas esas botas.
Una mujer no puede ser excitada sexualmente por un hombre, pero si se excita
intensamente con un amante femenino y el orgasmo mediante la estimulación
manual u oral de su clítoris por esta amante.
¿Estas cosas son algunas de las actividades sexuales normales o son
trastornos sexuales? Esta pregunta no es fácil de contestar, ya que hay
grandes desacuerdos en la definición de NORMAL. La mayoría de los
conceptos de normal son útiles pero son limitados y tienen defectos al ser
aplicados a las personas.
¿Hasta qué punto son normales o anormales las fantasías eróticas de cada
persona? ¿Cuáles son los criterios que podemos decir si una conducta es
normal o anormal? ¿Qué es normal en el terreno de la sexualidad?
Ningún criterio de normalidad sexual tiene aceptación universal.
Lo que es considerado como normal varía entre una cultura y otra, de un
periodo histórico al otro, y hasta de un individuo a otro de la misma época.
Podemos hablar de muchos ejemplos como: en el Pacifico del sur, s. XIX, las
relaciones heterosexuales entre solteros eran permitidas, las mujeres tenían
derecho a tantos compañeros como quisieran y esperaban el mismo grado de
placer. En la cultura cristiana de Europa Occidental y América las relaciones
sexuales antes del matrimonio eran ilegales y los médicos pensaban que las
mujeres no sentían placer sexual.
En otra cultura oceánica todos los chicos adolescentes vivían en casa de
hombres, segregados de las mujeres y eran receptores pasivos en coitos
anales, esto era hasta que tenía edad suficiente para casarse.
En la cultura cristiana-medieval se pensaba que el deseo sexual estaba
inspirado por Satán,(solo se toleraba dentro del matrimonio y solo cuando no
iba acompañado de mucho placer).
La cultura judeocristiana, occidental cambia constantemente de criterios legales
y sociales, desde la aceptación del placer sexual de hombres y mujeres hasta
el medio sexual de trastornos emocionales.
A mediados del s. XIX en Estados Unidos los miembros de la secta “Shakers”
se comprometían a la castidad (incluso entre marido y mujer); los mormones, la
secta cristiana y numerosa, predicaban el amor libre.
En el occidente actualmente la doctrina católica considera al control de la
natalidad como bien y el aborto como pecado.
Solo hay un TABU, en la actividad sexual que es universal y es incesto entre la
madre biológica y su hijo; pero el del padre e hija existen excepciones en las
que se ha aceptado.
La casi limitada variedad de actividades sexuales aceptadas en los valores de
las culturas no restringe la situación, sin embargo hay aun el esfuerzo por
descubrir la normal frente a la anormal.
7.5 Tipos de trastornos sexuales y terapias para los trastornos sexuales.

Los trastornos sexuales abarcan una amplia gama de dificultades que


producen que los individuos no puedan disfrutar plenamente de actividades
sexuales, y, por lo tanto, provocan malestar y una disminución en la calidad de
vida. Estas dificultades pueden experimentarse en cualquier etapa del sexo:
placer, deseo, excitación o activación, u orgasmo.

Es importante saber que considerar las parafilias como trastornos sexuales es


algo controvertido. La mayoría de los profesionales adoptan la postura de
asumirla como una condición a tratar sólo si ocasionan malestar o problemas
para la persona o los que están alrededor.

Además, hay autores que discuten que las parafilias deban ser consideradas
un trastorno. Ya que la sexualidad es algo muy íntimo de la persona y que, si
no produce daño a nadie, no tiene por qué estigmatizarse.

Lo considerado o no como un trastorno de la sexualidad ha cambiado con el


tiempo y según los distintos criterios de clasificación de la salud.

Ciertamente es un tema controvertido, porque hay condiciones que se han


considerado patológicas cuando no tienen por qué serlo. Por ejemplo, en
versiones anteriores del Manual Diagnóstico de los Trastornos Mentales (DSM)
se incluía la homosexualidad, formando parte de los trastornos sexuales.

Así, lo que se ha considerado como normal, extraño o patológico, depende en


gran medida de la edad, el sexo, la cultura, la historia, las normas sociales, etc.

Para entenderlo mejor vamos a definir la salud sexual. Según la Organización


Mundial de la Salud es “la integración de los elementos somáticos,
emocionales, intelectuales y sociales del ser sexual, por medios que sean
positivamente enriquecedores y que potencien la personalidad, la
comunicación y el amor”.
Mace, Bannerman y Burton (1974) postularon que la sexualidad sana debe
tener 3 componentes esenciales:

La aptitud para disfrutar de la actividad sexual y reproductiva y para regularla


de conformidad con una ética personal y social.

La ausencia de temores, de sentimientos de vergüenza y culpa, de creencias


infundadas y de otros factores psicológicos que inhiban la reacción sexual o
perturben las relaciones sexuales.

La ausencia de trastornos orgánicos, de enfermedades y deficiencias que


entorpezcan la actividad sexual y reproductiva.

Causas de los trastornos sexuales

Las disfunciones sexuales pueden tener múltiples causas, pero suelen


clasificarse en:

Factores psicógenos: factores de índole psicológica como estrés, ansiedad,


incomodidad, estado de ánimo bajo, preocupaciones, etc.

Factores orgánicos: es muy poco común, pero hay algunas situaciones


concretas que pueden asociarse con alguna condición orgánica.

Combinados o asociados: se han definido características asociadas como el


estado de salud, la cultura, factores que tienen que ver con la relación (poca
comunicación, discrepancias entre los gustos sexuales), vulnerabilidad
individual (baja autoestima, mala imagen corporal, haber sufrido abuso
emocional o sexual), presentar otros trastornos psiquiátricos (depresión,
ansiedad), estar pasando por situaciones estresantes como un duelo, factores
religiosos, educativos o, los relacionados con condiciones médicas que pueden
empeorar la disfunción existente.

Tipos de trastornos de la sexualidad


Actualmente se han refinado los criterios para diagnosticar las disfunciones
sexuales y las parafilias. De forma que se evita que ciertos casos sean
considerados patológicos de forma incorrecta.

La 5ª Edición del Manual Diagnóstico de los Trastornos Mentales, es un


ejemplo de esto. En él se ha procurado tener en cuenta varios factores para
que los diagnósticos sean acertados.

Trastornos de la Sexualidad según el DSM V

Aparecen bajo el nombre de “Disfunciones sexuales”. Este manual diagnóstico


describe que las disfunciones sexuales se caracterizan por alteraciones en los
procesos cíclicos de la respuesta sexual o por dolor relacionado con el acto
sexual, y se diferencian según el sexo.

Disfunciones sexuales en las mujeres:

Se asocia con una falta completa o reducción significativa en el interés o


excitación sexual. Para ser diagnosticado, deben darse 3 o más de los
siguientes síntomas: ausencia de interés en la actividad sexual, disminución
voluntaria de dicha actividad y ausencia de fantasías o pensamientos eróticos o
de índole sexual. Además, la mujer tampoco desea iniciar encuentros sexuales:
y si los lleva a cabo, no percibe ninguna sensación de placer.

Es importante mencionar que esto no está causado por condiciones físicas,


biológicas o asociadas con el consumo de sustancias o medicamentos.

Puede tener distintos niveles de gravedad (leve, moderado o grave), y el


problema puede ser situacional (ocurriendo sólo en algunos casos) o
generalizado (siempre sucede).

Dolor genito-pélvico/penetración

Incluyen el vaginismo y la dispareunia. El primero se refiere a la contracción de


los músculos de vagina de manera involuntaria cuando se intenta introducir
algo en ella, pudiendo ser algo persistente o que ocurre sólo en ciertas
ocasiones.

El segundo se trata de la aparición de dolor debido a la penetración antes,


después o durante del coito. Este dolor puede localizarse tanto en el abdomen,
como en la zona de la pelvis o en la interior o exterior de la vagina.

Hay que destacar que estos problemas no están asociados con situaciones
anteriores traumáticas como abusos sexuales, violencia de género, o causas
médicas.

Trastorno orgásmico femenino

Es muy frecuente, afectando aproximadamente en al 42% de las mujeres


fértiles en algún momento de su vida.

Se caracteriza por algún cambio o alteración en el orgasmo, como puede ser


retraso, disminución de la intensidad o simplemente carencia o poca frecuencia
de éstos. Debe durar como mínimo 6 meses y no ser causa directa de otros
problemas, además de tener como requisito provocar un importante malestar
en la vida de la mujer.

Para algunas mujeres ocurre después de un periodo de actividad sexual


normal, en cambio para otras, puede suceder desde el primer encuentro
sexual. En otros casos es situacional y ocurre con ciertas actividades sexuales
o compañeros. En definitiva, su presentación varía mucho de una mujer a otra.

Se ha relacionado comúnmente con estrés, problemas de relaciones (peleas,


abuso, malentendidos, diferencias en la intimidad…), depresión, ansiedad,
historia de abuso, creencias religiosas, ciertas condiciones médicas, o el uso
de algunos fármacos.

Disfunciones sexuales en los hombres:


Eyaculación retardada

Se define como la dificultad recurrente o persistente para conseguir un


orgasmo con una estimulación sexual suficiente, o que necesita una
estimulación anormal, lo que llega a producir ansiedad en la persona que lo
padece. Aunque el DSM lo define simplemente como retardo marcado de la
eyaculación o eyaculación ausente o infrecuente.

La incidencia está entre el 3 y el 11% de la población y entre las posibles


causas se encuentran la edad (si es más avanzada), el consumo de fármacos,
alcohol o drogas, factores psicológicos y factores orgánicos.

Masters y Johnson estimaron que los hombres con esta condición logran
eyacular un 85% de las veces por masturbación y un 50% mediante
estimulación de la pareja (no coital).

Trastorno eréctil

Se considera una incapacidad que es persistente o recurrente para conseguir o


mantener una erección completa hasta el final de la actividad sexual, lo que
causa un gran malestar en el hombre o problemas en sus relaciones
interpersonales.

Además, no es causa directa de otro trastorno o no se debe a efectos de


drogas, medicamentos o enfermedades médicas.

Puede haber ocurrido durante toda la vida de la persona o bien, ser adquirido
después de un tiempo de actividad sexual normal. También puede ser general
(que ocurre siempre) o bien, dependiente de la situación.

Por otro lado, su etiología puede ser psicológica, o bien, combinada. De hecho,
en la mayoría de los casos es algo psicológico, pero es habitual que los
hombres acudan asustados a pedir ayuda médica pensando que tiene algún
origen físico.
Trastorno del deseo sexual hipoactivo

Se define por reducida frecuencia de fantasías sexuales o pensamientos


eróticos, y una disminución del deseo de realizar actividades sexuales.

Debe extenderse durante 6 meses y suponer un malestar importante para el


hombre. La valoración del grado de afectación la realiza el clínico, teniendo en
cuenta la edad y los contextos socioculturales y generales.

También es importante para su diagnóstico que su aparición no esté


directamente vinculada a un trastorno no sexual, una alteración grave en las
relaciones interpersonales, factores estresantes importantes, drogas, fármacos
o condiciones médicas.

No existe mucha información sobre este trastorno, pero se sabe que genera un
importante impacto en el bienestar de la persona y que su prevalencia se
incrementa con la edad (en ambos sexos).

Se considera un problema común: se ha estimado que alrededor del 20% de


los hombres lo ha padecido alguna vez.

Eyaculación prematura (precoz)

Para diagnosticar este trastorno, debe de ocurrir de forma persistente o


frecuente que durante la actividad sexual con una pareja el hombre eyacule
aproximadamente en el minuto siguiente a la penetración, antes de lo que éste
desearía.

Esto debe provocar un malestar significativo en el hombre. Además, debe


ocurrir al menos durante 6 meses y en todas o casi todas las ocasiones que
mantiene relaciones sexuales.

Según Medscape (2016) se estima que la eyaculación precoz es el trastorno


sexual más común en hombres menores de 40 años, siendo algo que puede
generar importantes tensiones en las relaciones de pareja. También esta
condición destaca por no tener una causa orgánica conocida, sino que su
etiología es psicológica.

También se pueden clasificar, independientemente se ser hombre o mujer:

 Disfunción sexual inducida por sustancias/medicamentos: que se


produce claramente por el uso de alguna droga o fármacos, cuando
se está bajo sus efectos, en intoxicación o bien en fase de
abstinencia.
 Otra disfunción sexual especificada/no especificada: cuando se
cumplen algunos síntomas de una disfunción, pero otros necesarios
para su diagnóstico no (como puede ser que esté presente durante
más de 6 meses, por ejemplo).

Debes saber que estas condiciones deben darse durante más de 6 meses y
ocurrir con una frecuencia del 75 al 100% de las veces. Por otro lado, cada uno
puede ser considerado leve, moderado o grave.

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