Renacimiento y Literatura Española - Compartir
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Contexto histórico
EL Renacimiento europeo
Iglesia y religión. El centro del universo es el ser humano (antropocentrismo) y se da una nueva
valoración de sus capacidades y de la razón humana. La divinidad pierde entonces su exagerada
importancia y la naturaleza se convierte en objeto de investigación. Esto lleva a que la religión católica
entre en crisis y se dé una ruptura de la que surge la Reforma luterana y la creación de la religión
protestante.
Sociedad y cultura. Ascenso de la burguesía y pérdida de poder político del alto clero y también de la
nobleza. La aparición de la imprenta facilita la divulgación de las obras literarias. Los libros ya no se copian
a mano en los monasterios, sino que se imprimen por cantidades: esto crea la primera generación de
lectores masivos y géneros de amplia divulgación.
Antropocentrismo. El ser humano es el centro y la medida de todas las cosas, el punto de referencia de
todo lo creado. En contraste con la religiosidad medieval que hace que la vida gire en torno al amor y al
temor de Dios, sucede una actitud antropocéntrica que confía en el ser humano y sus posibilidades.
Además, se piensa que este es bueno por naturaleza, ya que está hecho a imagen y semejanza de Dios.
Progreso y ciencia. La razón, la curiosidad y el espíritu critico serán la base de la ciencia moderna y de los
grandes descubrimientos geográficos, que cambiarán el mundo: descubrimiento de América, Galileo
expone sus teorías astronómicas, Da Vinci plantea propuestas tecnológicas y científicas, etc.
Valor del artista como creador. El individualismo sustituye al colectivismo y al anonimato de la Edad
Media. Se destaca al ser humano y sus obras: se valoran la fama, el dinero, el éxito en la actividad social o
política y se protege la propiedad intelectual y artística.
Vitalismo. El mundo se convierte en un lugar en el que se puede y disfruta vivir. Su único propósito ya no
solo es ser el camino para alcanzar la vida eterna en el cielo; deja de verse como algo triste (valle de
Iágrimas).
El pueblo disfruta de las celebraciones mientras que las cortes reales, papales o de los grandes señores se
convierten en centros de arte y la diversión. Hay que aprovechar el momento presente y vivir la vida: idea
extendida por medio de la expresión Carpe diem, que representa una invitación a disfrutar del presente.
Esta concepción tiene como base dos escuelas filosóficas clásicas de la Grecia antigua que entendían esta
expresión desde su propia visión: el estoicismo, que piensa en la brevedad de la vida y lo absurdo de
pretender riqueza o poder, ya que la muerte nos llegará de improviso; y el epicureísmo, el cual reflexiona
que ante la brevedad de la vida se debe gozar de sus placeres mientras dure. El Renacimiento retoma lo
mejor de estas concepciones y las involucra en un solo concepto que se verá reflejado en varias de sus
manifestaciones artísticas y literarias.