CASO1
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La posibilidad de una vacuna de este estilo comenzó a tomar forma en 2008, cinco años
después de que se terminara el Proyecto Genoma Humano, cuando los genetistas
publicaron la primera secuencia de una célula cancerosa.
Poco después, comenzaron a comparar el ADN de las células tumorales con el de las
células sanas. Estas comparaciones confirmaron que todas las células cancerosas
contienen cientos, si no miles, de mutaciones específicas, la mayoría de las cuales son
únicas para cada tumor.
Por ahora, uno de los avances más prometedores en la investigación del cáncer sigue
siendo un tratamiento experimental. Puede ser un gran paso adelante en la medicina,
pero se enfrenta a un conocido desafío logístico: cómo gestionar el producto de manera
económica y rápida hasta el enfermo.