Abejas Asesinas

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Abejas asesinas.

El origen de las abejas asesinas.

Las abejas de la miel más famosas pertenecen a la especie Apis mellifera, la cual se halla


ampliamente distribuida por todo el mundo. Todas sus subespecies son originarias de Europa, África
y Asia, aunque muchas de ellas (sobre todo las europeas) han sido importadas alrededor del
mundo debido a su enorme importancia como polinizadoras y productoras de miel.
El origen de las abejas asesinas se encuentra en la subespecie A. mellifera scutellata o abeja
africana, originaria de África subsahariana y del sudeste de África. A diferencia de las abejas
europeas, éstas son muy agresivas. En América, estas abejas hibridaron con abejas de la miel
europeas importadas, generando unos híbridos conocidos como abejas africanizadas o brasileñas.
Estas abejas híbridas, junto con las abejas africanas originales de la subespecie scutellata y sus
descendientes en el continente americano, son las que recibieron el sobrenombre de abejas asesinas.
¿Cómo y por qué se expandieron?
En los años 50, la importación de abejas europeas a América era una práctica habitual. Sin embargo,
mientras que la apicultura funcionaba bien en los EUA, en Sudamérica el rendimiento era bajo
debido a la inadaptación de las abejas al clima tropical. Así fue como en el año 1956, el científico
brasileño Warwick Kerr propuso la importación de abejas de la miel africanas a Sudamérica,
pues sus requerimientos climáticos encajaban perfectamente con el clima de Brasil; aun así, quedaba
pendiente solucionar el problema de la agresividad. La idea del Dr. Kerr era obtener una variedad
dócil que fuese productiva en climas tropicales mediante la selección artificial y el cruzamiento
de abejas africanas y europeas.
Todo habría sido un éxito si no fuera porque algunas abejas experimentales se escaparon durante
el proyecto, formando rápidamente nuevas colonias en la naturaleza e hibridándose con abejas
europeas (salvajes y en apiarios), dando lugar a las ya mencionadas abejas africanizadas, más
agresivas y menos productivas de lo que Kerr esperaba obtener.
Actualmente, estas abejas se encuentran distribuidas por todo el continente americano. En
EUA, su límite se halla en los estados sureños, pues su origen tropical frenó su avance hacia el norte.
Reactor Nuclear.
El 16 de noviembre de 1942, bajo las gradas de un estadio de fútbol americano abandonado, se
empezó a construir el primer reactor nuclear de la historia. Enrico Fermi, el ya por entonces Nobel
de física, lo describió como una primitiva pila de ladrillos negros con vigas de madera. No le faltaba
razón.

Chicago Pile-1 era una torre de pastillas de uranio y ladrillos de grafito perfectamente ordenados. El
uranio era el combustible y el grafito hacía de moderador nuclear. No tenía sistema de refrigeración
ni protegía a los operarios de la radiación. Se operaba con unas varas de cadmio e indio que, al
introducirse en el reactor, absorbían los neutrones libres para evitar la fisión (con mayor o menor
éxito).
Aquel primer reactor nuclear se levantó ladrillo a ladrillo por personas sin trajes especiales y que
hacían turnos de 12 horas para terminarlo. Estuvo listo el 1 de diciembre. Al día siguiente, Fermi lo
puso a funcionar. Confiaba tanto en sus cálculos que convenció al director del proyecto, el físico
Arthur Compton, de que nada volaría por los aires. Así fue como la primera reacción nuclear en
cadena de la historia se hizo en medio de Chicago, la segunda ciudad más poblada de Estados
Unidos.
Aquel 2 de diciembre de 1942, un grupo de dignatarios se reunió bajo las gradas del Stegg Field para
presenciar la demostración. Un joven científico operaba las varas de control mientras Enrico Fermi
monitorizaba la actividad de los neutrones. A las 3.25 de la tarde, el reactor alcanzó la masa crítica.
Fermi lo apagó veintiocho minutos después.
En enero, la Chicago Pile-1 fue trasladada a las afueras de la ciudad, en una reserva del bosque de
Argonne conocida como Red Gate Woods. Tras añadirle un escudo de protección contra la radiación,
le cambiaron el nombre a Chicago Pile-2. Poco después la enterraron ahí mismo. El gobierno de
Estados Unidos instaló unas advertencias talladas en piedra para que a nadie se le ocurriese ponerse a
cavar en ese sitio. Chicago Pile-1 formó parte del Proyecto Manhattan.
Los accidentes nucleares más graves han sido: Mayak (Rusia) en 1957, Windscale (Gran Bretaña) en
1957, Three Mile Island (Estados Unidos) en 1979, Chernóbil (Ucrania) en 1986, Tokaimura (Japón)
en 1999 y Fukushima (Japón) 2011.

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