Abejas Asesinas
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Chicago Pile-1 era una torre de pastillas de uranio y ladrillos de grafito perfectamente ordenados. El
uranio era el combustible y el grafito hacía de moderador nuclear. No tenía sistema de refrigeración
ni protegía a los operarios de la radiación. Se operaba con unas varas de cadmio e indio que, al
introducirse en el reactor, absorbían los neutrones libres para evitar la fisión (con mayor o menor
éxito).
Aquel primer reactor nuclear se levantó ladrillo a ladrillo por personas sin trajes especiales y que
hacían turnos de 12 horas para terminarlo. Estuvo listo el 1 de diciembre. Al día siguiente, Fermi lo
puso a funcionar. Confiaba tanto en sus cálculos que convenció al director del proyecto, el físico
Arthur Compton, de que nada volaría por los aires. Así fue como la primera reacción nuclear en
cadena de la historia se hizo en medio de Chicago, la segunda ciudad más poblada de Estados
Unidos.
Aquel 2 de diciembre de 1942, un grupo de dignatarios se reunió bajo las gradas del Stegg Field para
presenciar la demostración. Un joven científico operaba las varas de control mientras Enrico Fermi
monitorizaba la actividad de los neutrones. A las 3.25 de la tarde, el reactor alcanzó la masa crítica.
Fermi lo apagó veintiocho minutos después.
En enero, la Chicago Pile-1 fue trasladada a las afueras de la ciudad, en una reserva del bosque de
Argonne conocida como Red Gate Woods. Tras añadirle un escudo de protección contra la radiación,
le cambiaron el nombre a Chicago Pile-2. Poco después la enterraron ahí mismo. El gobierno de
Estados Unidos instaló unas advertencias talladas en piedra para que a nadie se le ocurriese ponerse a
cavar en ese sitio. Chicago Pile-1 formó parte del Proyecto Manhattan.
Los accidentes nucleares más graves han sido: Mayak (Rusia) en 1957, Windscale (Gran Bretaña) en
1957, Three Mile Island (Estados Unidos) en 1979, Chernóbil (Ucrania) en 1986, Tokaimura (Japón)
en 1999 y Fukushima (Japón) 2011.