TSF Espec Waldenfels
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Hans WALDENFELS*
Pero sorprende que G. Söhngen hable sólo de in- que los europeos poseamos una cultura presunta-
tento de relación de la teología fundamental. Habla mente superior a la china y nos creamos en el dere-
expresamente, en las explicaciones de su definición, cho y el deber de enseñar a los chinos44 .
de la relación entre teología y las cosmovisiones.
Reclama para una teología de las concepciones del Se trata sólo de que los chinos y otros extremo-
mundo «su lugar apologético actual, ya que la reve- orientales dialoguen desde su pensamiento extre-
lación, la fe y la Iglesia se orientan siempre y esen- mo-oriental con la vía occidental de una teología
cialmente al encuentro y debate con las cosmovi- cristiana sin hacer una mezcla ‘culinaria’ de partes
siones y el espíritu cosmovisivo de la época»43. Todo iguales, sino aportando una nueva forma de teología
esto indica que el autor era consciente del carácter cristiana: la vía de una teología en la que nos sor-
histórico de la enunciación de los principios, sin de- prende el elemento extremo-oriental precisamente
jar de poner todo el énfasis en los principios mis- porque habíamos perdido la sensibilidad desde que
mos. la vista y el oído del espíritu occidental se habitua-
ron a otras vías con los filósofos griegos45.
G. Söhngen ha expresado de modo insuperable
lo que cabe esperar cuando se hace teología par- Estas observaciones sobre el encuentro con la
tiendo de la mentalidad china, por ejemplo: mentalidad china son igualmente válidas respecto a
las otras culturas. La teología sólo puede comuni-
Si hubiera una teología china o extremo-oriental carse si sabe ajustarse a los contextos históricos
de gran relevancia, esta teología no se podría com- concretos. Como ciencia fundamental consciente de
parar en la forma con la teología occidental- su historicidad, la teología fundamental debe ser
meridional; y la diferencia estaría en el método. El hoy contextual46. De no tener en cuenta este postu-
método de una teología realmente cristiana hecha lado, se podría aplicar análogamente a nuestra teo-
desde un espíritu originariamente chino, no sería el logía el juicio que los hindúes han emitido sobre su
método occidental. Una teología realmente cristiana propia teología:
hecha desde un espíritu originariamente chino ten-
dría que afrontar, sin duda, el espíritu y el camino Los teólogos «católicos» hacen teología con un
occidental de la teología cristiano-occidental, por- ingenuo desconocimiento de las tradiciones religio-
que este espíritu y este método es ya una creación sas, salvo la propia. El encuentro de las religiones
espiritual para todos los individuos y todos los pue- universales es, no obstante, un signo de nuestro
blos, que sólo puede desdeñar el que no ha descu- tiempo que ningún teólogo puede ignorar impune-
bierto aún su propio espíritu... Pero los chinos des- mente. Para hacer frente a este reto, la teología de-
cubrieron su propio espíritu desde mucho tiempo bería estar dispuesta a revisar el modo de pensar y
atrás, algo que llamamos una cultura superior. Y el el resto de nuestros esquemas mentales, para de-
resultado de ello es que el debate entre el espíritu terminar lo que hay en ellos de «tradición» y lo que
chino y el espíritu occidental tampoco puede partir, hay de elemento foráneo acumulado en el pasado47.
en el plano teológico, del espíritu occidental, aun-
40
M. Heidegger, Sein, 436s (trad. cast. El ser y el tiem-
*
WALDENFELS, H., «Teología fundamental contextual: po, Madrid 31980).
41
perspectiva y disciplina», en Id., Teología fundamental con- Cf. G. Söhngen, Fundamentaltheologie, en LThK IV,
textual, Salamanca, Sígueme, 1994, p. 102-108. 455s.
42
G. Söhngen, Fundamentaltheologie, 456s.
43
32
Remitimos también a B. Lauret, F. Refoulé (eds.), Ini- Ibid., 458.
44
tiation à la pratique de la théologie I, Introduction, Paris G. Söhngen, Weg, 23s.
45
2
1982, que no se presenta como teología fundamental, Ibid., 24s.
46
sino, en cierto modo, como «introducción a la teología» y se Justamente en tanto que teología fundamental con-
limita al estudio de métodos y factores hermenéuticos y textual especifica también las problemáticas que están
contextuales. Cf. también R. Latourelle, G. O’Collins (eds.), asociadas en la historia de la teología desde el siglo XIII al
Probleme und Aspekte der Fundamentaltheologie, Inns- concepto de praeambula; cf. G. Muschalek, Preambula, en
bruck 1985. LThK VIII, 654-657; J. Alfaro, Fe, preámbulos de, en SM
33
Cf. K. Rahner, Ensayo de esquema para una dogmá- III, 102-106.
47
tica, en Escritos de teología I, 31-36. Así en la declaración final del seminario de investi-
34
Cf. H. Kraemer, Anknüpfung, en RGG I, 392-395 (cf. gación sobre las sagradas escrituras no bíblicas; cf. D. S.
allí bibliografía para ampliación). Amalorpavadass (ed.), Research on Non-Biblical Scriptures,
35
Cf. las indicaciones de I, 4, nota 14. Bangalore 1974, 679 (traducción propia).
36
Cf. C. Boff, Teología de lo político, Salamanca 1980.
37
Cf., por ejemplo, las obras de W. Kasper sobre la
cuestión de Dios y la introducción a la fe.
38
Cf. H. Waldenfels, Theologie der nichtchristlichen Re-
ligionen. Konsequenzen aus «Nostra aetate»; E. Klinger, K.
Wittstadt (eds.), Glaube, 757-775.
39
G. Söhngen, Fundamentaltheologie, en LThK IV, 452.