Las Olas Del Mar
Las Olas Del Mar
Las Olas Del Mar
Las causas que perturban el equilibrio de la superficie del mar haciendo que sobre
ella se produzcan ondas son las fuerzas de atracción del Sol y la Luna las variaciones
rápidas de la presión atmosférica, los sismos y las erupciones volcánicas en el fondo del
océano, la acción del viento y, en ciertos casos, también los diversos fenómenos
asociados a los movimientos oscilatorios propios de las ondas así generadas.
Según sea la causa que las ha originado, las ondas exhiben propiedades que
dependen principalmente del carácter de esa causa, siendo una de tales propiedades el
período de sus oscilaciones, por lo que y aunque puede procederse atendiendo otros
conceptos, se clasifican aquí de acuerdo con su período.
En virtud de la diversidad de las causas generadoras de las ondas del mar, las hay de
todos los periodos, desde varios milésimos de segundo hasta algunos años, por lo cual
pueden dividirse en ondas "capilares" con período de menos de 0,1 segundo; ondas "de
ultragravedad" con períodos de 0,1 a 1 segundo; ondas " de gravedad" con período de 1 a
30 segundos; ondas "de infragravedad" con período de 0,5 a 5 minutos; ondas " de
marca" con período de 5 minutos a 12 horas; ondas "de marea" con período de 12 a 24
horas; y ondas "transtidales" con período mayor de 24 horas (fig. 27).
Fig. 27. Clasificación de las ondas del mar atendiendo a su periodo ( Munk 1951)
Las ondas del mar pueden ser clasificadas según otros conceptos pero se citan a
continuación solamente algunos casos entre los de mayor interés.
De acuerdo con el lugar donde se las observa, las ondas son "de superficie" cuando
amplitud máxima se manifiesta en la superficie del mar, e "internas" cuando ella se
verifica por debajo de la superficie donde hay una discontinuidad de la densidad. Las
ondas internas tienen períodos cortos en algunos casos y tidales en otros.
Se llaman "progresivas" cuando sus fases, tales como cresta, por ejemplo, se trasladan
con el transcurrir del tiempo avanzando en la dirección de su propagación y
"estacionarias" cuando se mantienen en el mismo lugar (fig. 47 y 48)
Por la profundidad del fondo en el sitio donde se verifican, se clasifican como "ondas
cortas" si la relación entre la profundidad y la longitud de onda es mayor de 0,5; "ondas
intermedias" si esa relación está entre 0,5 y 0,05 y "ondas largas" si ella vale menos de
0,05.
Cuando la relación entre la altura y su longitud es menor de 0,01 se denominan "de altura
pequeña"; cuando esa relación está entre 0,01 y 0,04 "de altura moderada" y si es mayor
de 0.04, "de gran altura".
El viento da lugar, como fuerza generadora, ala formación sobre la superficie del
mar de olas que se distinguen principalmente por su período y altura, hallándose
presentes simultáneamente debido a que la acción del viento no es uniforme, olas de
diversos períodos cubriendo probablemente todo el espectro correspondiente a este tipo
de oscilación natural, y haciendo por lo tanto que el mar aparezca teniendo su conocido
aspecto irregular y confuso con olas de diferentes características, de las cuales las
pequeñas están superpuestas a las más grandes, habiendo algunas que también rompen.
Estando así presente al mismo tiempo alas de diferentes alturas, longitudes y períodos su
interferencia puede hacer que en algunas partes se anulen y en otras se refuercen entre
ellas, complicándose aún más la topografía de la superficie del mar, que cuando también
son diferentes las direcciones de propagación de las olas, exhibe depresiones y
elevaciones aisladas que dan motivo a la existencia de las "olas de cresta corta ", así
llamadas porque se extienden poco normalmente a su dirección de avance (fig. 30).
En la naturaleza, las olas varían mucho en altura y período en intervalos de tiempo
relativamente cortos y en cualquier lugar de observación, haciéndolo especialmente y de
la mayor manera en el área de generación
Fig. 30. Interferencia de olas dando lugar a que estas se propaguen en grupos : A: interferencia de
olas de igual altura y casi igual longitud. B: Interferencia entre olas del viento cortas y una
mar de fondo larga.
.
Sin embargo, algunas de ellas sobresalen impartiendo a la superficie del agua una
carácter lo suficientemente significativo como para que pueda establecerse una
clasificación del "estado del mar" basada principalmente en la altura de las olas que se
observan en el momento considerado, como lo indica la tabla IX.
Desarrollo
Las olas comienzan a formarse cuando el viento alcanza a soplar con una
velocidad de aproximadamente 110 centímetros por segundo y crecen debido a una doble
acción transmisora de energía del viento al agua en la forma de presión normal y esfuerzo
tangencial.
Con la duración y la intensidad del viento las olas así formadas aumentan en altura y
acrecientan su periodo, longitud y velocidad hasta adquirir límites determinantes de un
estado de equilibrio que depende también de la extensión de mar sobre el cual sopla el
viento y que se llama el "alcance del viento".
La magnitud de los elementos de las olas presentes en un determinado lugar y en cierto
instante depende entonces de la velocidad del viento, su alcance, y del tiempo durante el
cual ha soplado el viento denominado la "duración del viento", así como de las olas
existentes en el momento en que éste empezó a soplar.
Tabla IX
Estado del mar
La mar de leva
Tabla X
La mar de fondo que al acercarse a la orilla sufre estas modificaciones recibe el nombre
particular de "mar de leva".
Si las olas que se acercan a la costa no avanzan normalmente a las isóbatas, resultan
también sometidas al fenómeno de la "refracción de las olas", que se manifiesta como una
tendencia de sus crestas a ponerse paralelas a la orilla convergiendo donde las isobaras
muestran su convenida hacia el mar y divergiendo donde la muestran hacia la tierra,
haciéndose más altas sobre los bajos - fondos y en las regiones salientes de la costa y
más bajas sobre las depresiones y en las entradas de la orilla (fig. 32).
Cuando, por otra parte, las olas llegan a una obstrucción que interrumpe parte de su
cresta, giran hacia la zona que está al abrigo de esa obstrucción propagándose en ella
debido a un fenómeno que se conoce como la "difracción de las olas".
Cuando en su progreso hacia la orilla la mar de leva o las olas llegan a una
profundidad tal que el crecimiento de su altura y la disminución de su longitud las lleva a
hacerse inestables, se transforman en rompientes que se vuelcan hacia delante de
manera turbulenta, dando lugar
A la formación de la resaca que dependen de la naturaleza de las orilla y con
características que dependen de la naturaleza de las condiciones generales del lugar y
del momento. Las olas rompen donde la profundidad es igual al 1,3 veces su altura
aproximadamente.
Debido al transporte de agua hacia la playa asociado a las rompientes, ellas producen
una corriente dirigida a lo largo de la orilla y hacia el lado abierto del ángulo de forman
ésta y en ciertos lugares otras dirigidas hacia el mar como "corrientes de resaca".
Fig. 32. Refracción de las olas causada por una depresión ( izq.) y por una elevación (der.).
Las fuerzas que intervienen en el movimiento ondoso del mar son las de la
presión, la gravedad, la rotación terrestre, la tensión superficial y la fricción interna del
agua, pero para estudiarlo teóricamente es aceptable, por su despreciable influencia, no
considerar las tres últimas cuando se trata de las olas producidas por el viento.
Los estudios teóricos fundamentales que han permitido describir satisfactoriamente al
fenómeno son los del Airy (1845) Stokes (1847) y Boussinesq (1871) principalmente, de
los cuales se ha arribado a los resultados que siguen.
Las olas de altura pequeña (Airy; 1845) tienen un perfil sinusoidal y su velocidad de
propagación depende de la longitud y la profundidad del fondo. Las Partículas de agua
describen órbitas elípticas que se van haciendo menores hacia el fondo en el cual el
diámetro vertical es nulo, pero no el horizontal, de modo que allí el movimiento de las
partículas es rectilíneo y periódico.
En el agua profunda, donde la profundidad relativa es mayor de 0,5 la velocidad de
propagación depende sólo de la longitud de la ola, que a su vez depende únicamente del
período, según la siguiente relación.
gL 0
C0 =
√ 2π (5)
donde son C0 la velocidad de propagación en el agua profunda, g la aceleración de la
gravedad y L0 la longitud de la ola en agua profunda.
C0 =3 , 03 T
L0 =5 ,12 T 2 (7)
Las órbitas de las partículas son ahora circulares y van decreciendo hacia el fondo, de
modo que a una distancia de la superficie igual a la mitad de la longitud de la ola no hay
casi movimiento porque su diámetro es 23 veces menor (figura 33).
En el agua poco profunda donde la profundidad relativa es menor a 0,05, la velocidad de
las olas de las olas depende solamente de la profundidad del fondo y es :
C=√ gd (8)
Donde C es la velocidad de propagación, g la aceleración de la gravedad y d la
profundidad.
Las partículas describen órbitas elípticas cuyo diámetro vertical disminuye hacia el fondo
manteniéndose inalterable el diámetro horizontal.
Estas características se ajustan satisfactoriamente a las que tiene en la naturaleza la mar
de fondo.
Fig. 33. Movimiento de las partículas en una ola de altura pequeña (H/L) < 0,01) que se propaga en
agua profunda (d/L > 0,5) según la teoría de Aury (1845).
¿ ¿¿
C0 ¿ ¿ (9)
¿ (10)
en las que son C0´ la velocidad de propagación, C0 la velocidad de propagación para las
olas de igual longitud pero de altura pequeña, L0 la longitud y H la altura de las olas.
De este modo la altura influye en aumentar la velocidad, pero en un 10% como máximo.
Las partículas describen órbitas abiertas casi circulares (figura 34) de modo de significar
un avance en la dirección de traslado de las olas y por lo tanto, la existencia de un flujo
que en la superficie es:
3 2
o 2π H H2
u0 = 3
=0 . 0632
gT T3 (11)
H2
uo0 =1 .14
T3 (12)
Definiendo una corriente superficial de muy poco espesor que puede tener una velocidad
del 1% de la velocidad del viento, a pesar de lo cual es digna de ser tenida en cuenta
junto con la corriente producida por el viento cuando se trata de determinar, por ejemplo,
la deriva de una balsa salvavidas.
La máxima pendiente que pueden tener la olas sin romper es según éste estudio. Igual a
0,1418, o sea, aproximadamente 1/ 7 en cuyo caso adoptan la forma que muestra la
figura 35.
En la naturaleza la mayor pendiente observada ha sido de 1/ 10.
Estas conclusiones concuerdan bien con las características que tienen las olas en el área
donde son generadas por el viento.
Fig. 34. Movimiento orbital de una partícula durante dos periodos en una ola de altura moderada o
grande que se propaga en agua profunda.
Boussinesq (1871) estudió teóricamente el caso de las olas que por tener las crestas
separadas por senos muy largos pueden considerarse como teniendo una sola cresta y
que se llaman por lo tanto "olas solitarias" (figura 36).
Fig. 35. Perfil de las olas de altura moderada y grande cuando tienen la máxima pendiente
teóricamente posible de1/7
La velocidad de propagación de estas olas depende de su altura y de la profundidad del
fondo según la fórmula :
C=√ ( g + ( d + H ) ) (13)
Las partículas del agua avanzan una cierta distancia en la dirección de traslado de la ola
con el pasaje de ésta para permanecer luego en reposo.
Fig. 36. Perfil de una ola solitaria según la teoría de Boussinesq (1871), donde son z las
elevaciones de la superficie del agua, medidas desde el fondo del mar, h la profundidad desde el
nivel de aguas tranquilas y x la distancia horizontal a partir de la cresta.
La ola solitaria rompe cuando entre la profundidad del fondo y su altura existe la relación
d=1,28 H (14)
Los resultados así obtenidos están en acuerdo satisfactorio con las propiedades de la mar
de leva en el momento próximo al de transformarse en rompientes, como lo ha
demostrado Munk (1949), son de aplicación al caso de las rompientes.
y la velocidad de las olas al final del alcance del viento, es decir al final de esta área de
generación.
A partir de estos últimos resultados se calculan la altura, el periodo, la longitud y la
velocidad de la mar de fondo al final de la región de decadencia, así como el tiempo
empleado por la perturbación ondosa para recorrer la distancia de decadencia.
Conocidos la altura y el periodo de la mar de fondo al final de la región de decadencia que
coincide con el principio del agua poco profunda, se pueden obtener la altura, la longitud,
la velocidad y la dirección de la mar de leva para las diferentes profundidades de la zona
de agua poco profunda.
Para esto es necesario disponer de una carta de la topografía del fondo.
Con los datos de la mar de fondo se determinan la altura, la longitud y la velocidad de las
olas que rompen, la profundidad a que lo hacen y el carácter general del fenómeno de la
resaca incluyendo las corrientes que en ella se producen.
El método para pronosticar olas ha dado resultado satisfactorio y puede emplearse
también para conocer el estado del mar, la mar de fondo, la mar de leva y las rompientes
en situaciones pasadas, proveyendo así con el nombre de "postnóstico" la información
estadística respecto del régimen de olas propio de una localidad, de la cual faltan
observaciones directas, a partir de las cartas del tiempo pasadas existentes.
Fuente: Margaleff R.
Los Océanos
Biblioteca Salvat
Salvat Ediciones 1974 pp. 36 - 42
Panzarini Rodolfo N.
Introducción a la Oceanografía
EUDEBA 1984 pp. 87 - 111
Batt J.J.
Oceanography
Omega 1986 pp. 123 – 134