Pena
Pena
Pena
El primer capítulo del trabajo presenta algunas de las definiciones que se han dado sobre
la pena, y los dos capítulos siguientes señalan las funciones que con el trascurso del
tiempo le han sido asignadas a la pena, tanto en la historia universal como en la de
nuestro país.
El cuarto capítulo trata la privación de la libertad como pena dentro del contexto legal en
el cual se prevé su aplicación y la de otras modalidades de pena, las tendencias que se
presentan en esta materia y las consecuencias que éstas generan; se incluye en este
capítulo la privación de la libertad como medida preventiva y la incidencia que ésta tiene
en relación con el tema. El quinto capítulo contiene la distinción entre las Cárceles y las
penitenciarias.
1
cambio social, y finalmente se trata el tema relacionado con las mujeres que se
encuentran en dichos centros.
SISTEMA PENITENCIARIO Y CARCELARIO EN COLOMBIA:
TEORIA Y REALIDAD
Director
CORONEL (R) BERNARDO ECHEVERRI OSSA
ABOGADO
Pág.
INTRODUCCIÓN 1
1. DEFINICIÓN DE LA PENA 3
4. ALTERNATIVIDAD PENAL 28
4.1 LA MULTA 39
5. CÁRCEL Y PENITENCIARIA 49
10.1.2 Funciones 87
10.2.1 Funciones 98
BIBLIOGRAFÍA 187
LISTA DE GRÁFICOS
Pág.
Gráfico 1 29
Gráfico 2 30
Gráfico 3 31
Gráfico 4 100
Gráfico 5 104
Gráfico 6 105
Gráfico 7 106
Gráfico 8 116
Gráfico 9 119
Gráfico 10 120
LISTA DE ANEXOS
Pág.
Anexo A 196
Anexo B 201
INTRODUCCIÓN
Uno de los más graves problemas que afronta nuestro país es la crisis del Sistema
Carcelario y Penitenciario y las noticias al respecto son cada vez más
preocupantes. Aunque no se pueden desconocer los esfuerzos realizados para
mejorar esta situación, las soluciones que han sido planteadas no han dado los
resultados buscados y requeridos, no necesariamente porque no hayan sido
decisiones adecuadas o pertinentes, sino porque el desarrollo de este sistema
depende no sólo de sus elementos internos sino de todas las actuaciones que se
realicen en diferentes materias, tales como el derecho penal, las políticas
gubernamentales, el derecho procesal penal, los problemas sociales, los
problemas económicos, entre otras.
No todos los delincuentes son iguales, no todos los ambientes son iguales, no
todas las legislaciones son iguales, y por esto el análisis debe ser completo, de
todos y cada uno de los aspectos que conforman el sistema, para que éste
realmente sea efectivo.
Así pues, a través de este trabajo se pretende entregar un panorama completo del
Sistema Carcelario y Penitenciario, de tal forma que sus lectores tomen conciencia
acerca de la importancia que éste representa para nuestro país; entiendan de
dónde surgió y por qué se presentan dificultades en el cumplimiento de su misión,
sus objetivos y sus finalidades; vean por qué su aplicación debe implicar
necesariamente el respeto los derechos y deberes tanto de las personas internas
en los centros de reclusión como de sus funcionarios y por supuesto de la
sociedad en general; reflexionen si la pena privativa de la libertad debe ser
eliminada por completo, reemplazada parcialmente dando aplicación a otro tipo de
penas y en qué medida, o si su aplicación no debe sufrir ninguna modificación,
realizando esfuerzos para que los cambios internos y externos que se requieren
para que su correcto funcionamiento se dé en realidad.
1. DEFINICIÓN DE LA PENA
1
GRAN DICCIONARIO Enciclopédico Universal. 2 ed. Bogotá: Prolibros Ltda., 1986. 3 T, p. 970
2
DICCIONARIO de la Lengua Española. Real Academia Española. Editorial Espasa, 2001. p. 1719.
En el Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual la pena se define como:
“sanción, previamente fijada por la ley, para quien comete un delito o falta,
también especificados”3.
Francisco Carrara5, dice que la pena tiene tres definiciones: en sentido general, la
pena expresa cualquier dolor o cualquier mal que causa dolor; en sentido especial,
la pena designa un mal que implica el sufrimiento por un hecho cometido con dolo
o imprudencia; en sentido especialísimo, expresa el mal impuesto al reo por la
autoridad como consecuencia de un delito.
3
DICCIONARIO Enciclopédico de derecho usual. 21 ed. Editorial Heliasta, 1989. 2 T, p. 182.
4
Ibid.
5
Ibid.
6
Ibid.
Emile Durkheim7, sociólogo, considera que la pena es la representación directa del
orden moral de la sociedad y un ejemplo de cómo este orden se representa y
sostiene; en este sentido sostiene que la pena es la reacción de los miembros de
una sociedad, impulsada por sentimientos irracionales y emotivos, frente a una
trasgresión contra el orden moral, que pretende restaurarlo.
7
GARLAND, David. Castigo y sociedad moderna. México: Siglo Veintiuno Editores, 1999. Traducción
Berta Ruiz de la Concha. p. 42.
8
REYES Echandía, Alfonso. Derecho penal. Bogotá: Editorial Temis, 1996. p. 245.
2. FUNCIÓN DE LA PENA
...
Enrico Ferri10, en su libro “Principios del Derecho Criminal”, expresa que en este
período la pena no solo consistió en una simple venganza privada sino que tuvo el
carácter de “venganza defensiva”, pues pretendía en cierta forma prevenir la
11
ocurrencia de hechos iguales que fueran cometidos por el mismo agresor o por
personas diferentes.
9
RUSCHE Y KIRCHHEIMER. Punishment and social structure. Nueva York: Russell & Russell, 1968. p.
207. DEL OLOMO, Rosa. América Latina y su criminología. 4 ed. México: Siglo Veintiuno Editores,
1999. p. 44
10
FERRI, Enrico. Principios de derecho criminal. Traducción José A. Rodríguez M. Madrid: Editorial Reus,
1933. p. 15.
11
REYES ECHANDÍA, Derecho penal, Op. cit., p. 246.
como el concepto de delito llegó a confundirse con el concepto de pecado. La
infracción fue considerada como una ofensa a la divinidad, y por esta razón la
pena se impuso como un modo de expiación, tal y como estaba establecido en
libros como la Biblia, el Código de Manú y el Corán.
12
KANT, Emmanuel. Principios metafísicos del derecho. México: Editorial Cajica, 1962. p. 185. REYES
ECHANDÍA, Derecho penal, Op. cit., p.248.
13
HEGEL, Georg Wilhelm Friedrich. Líneas fundamentales de la filosofía del derecho. Buenos Aires:
Editorial Claridad, 1937. p. 110/116. REYES ECHANDÍA, Derecho penal, Op. cit., p.248
- La retribución moral, porque el delito es violación del orden ético.
2.1.2 Teorías relativas. Las teorías relativas toman la pena como un medio para
alcanzar otras metas: prevención, resocialización, defensa social, etc. Dentro de
estas teorías encontramos las siguientes:
Se destaca la obra de César Beccaria “De los Delitos y de las Penas” que data
del año de 1764 y en la cual se denota la influencia de las teorías del control
social de Hobbes, Montesquieu y Rousseau.
14
CARRARA. Programa de derecho Criminal. REYES ECHANDÍA, Derecho penal, Op. cit., p. 250
organizarse bajo unas condiciones determinadas y sacrificar, cada uno, una parte
de su libertad. La unión en sociedad debía garantizarse y esto se lograría a través
de las penas, es decir, por medio de unos motivos que impidieran que los
individuos quisieran recuperar la parte de su libertad cedida: “...Para evitar estas
usurpaciones se necesitaban motivos sensibles que fuesen bastantes a contener
el ánimo despótico de cada hombre cuando quisiere sumergir las leyes de la
sociedad en su caos antiguo. Estos motivos son las penas establecidas contra los
infractores de aquellas leyes...” 15.
Este daño es para Beccaria una desviación del equilibrio del cuerpo social y la
pena es el medio que permite mantener dicho equilibrio, asegurar el buen
funcionamiento y la supervivencia de la sociedad. Si no hay daño, no hay pena. La
pena entonces desde esta perspectiva sólo podrá ser la retribución del mal que se
comete y solo encontrará su razón de ser en el propio delito. Dependiendo del
daño que se cause se determinará la clase de pena que debe imponerse, porque
hay diferentes tipos de daños, desde los que destruyen inmediatamente a la
sociedad hasta las injusticias más pequeñas que se pueden cometer contra sus
15
BECCARIA, César. De los delitos y de las penas. Edición Latinoamericana. Textos fundamentales de
derecho No. 2. Universidad Externado de Colombia, 1994. p. 9
miembros en particular y el castigo debe corresponder proporcionalmente al daño
causado. La pena debe ser justa y útil. Lo primero, porque el castigo solo puede
darse cuando hay efectivamente un daño y lo segundo, porque la distancia de
tiempo entre el delito y la pena debe ser la menor posible, de tal forma que, quien
cometa un delito sepa que realmente será castigado.
16
CARRARA, Francisco. Programa de derecho criminal. p. 361.
17
AGUDELO BETANCOUR, Nodier. Grandes corrientes del derecho penal. Escuela positiva. Ediciones
Nuevo Foro, 1997. p. 13.
Además, consideran que no cualquier individuo de la sociedad es quien daña o
puede dañar en determinado momento a la sociedad, sino que hay una clase de
personas que son anormales y que por su anormalidad es que delinquen: “ El
delito es un hecho ante todo antropológico y telúrico. Es un hecho condicionado
por causas endógenas y exógenas. Causas endógenas que pueden ser
hereditarias o congénitas; causas exógenas que pueden ser físicas o sociales”18.
18
Ibid., p. 7 y 8.
19
MANTOVANNI, Ferrando. El siglo XIX y las ciencias criminales. Editorial Temis, 1988. p. 20.
evolutivos anteriores, en donde la conducta del delincuente se caracteriza por ser
innata:
Por su parte, Ferri dirige su posición hacia los fenómenos externos que influyen
en el comportamiento de los individuos, tales como el medio ambiente, la situación
económica, la religión, la superpoblación, la familia, etc. En el I Congreso de
Antropología Criminal celebrado en Roma en 1885, Ferri21señala al respecto que
20
AGUDELO BETANCOUR, Op. Cit., p. 66 y 67.
21
DEL OLMO, Op. Cit., p. 68.
29
un hombre puede tener en su interior signos de delincuencia, pero si encuentra en
su medio la fuerza suficiente para resistirlos puede morir sin haber cometido un
delito. De igual forma, un hombre puede encontrar en sus antecedentes
hereditarios, la fuerza para resistir la influencia de su medio.
Esta escuela es una mezcla de varias corrientes que surgieron como respuesta a
las falencias de las escuelas antes mencionadas; su objetivo fue el de superar las
ideas de dichas escuelas con el fin de crear algo diferente y más amplio.
Al igual que la escuela clásica, esta escuela tiene como fundamento teórico el
contrato social; la pena entonces tiene carácter preventivo. Por otra parte, toma
algunas ideas de la escuela positiva, pues considera que existen factores sociales
y físicos que influyen en el comportamiento de los delincuentes. Así las cosas, la
pena es también un tratamiento para acabar con la peligrosidad de los criminales
de tal forma que puedan readaptarse a la vida en sociedad.
moral
22
DURKHEIM, Emile. La división del trabajo social, p.118. GARLAND, David. Castigo y sociedad
moderna. México: Siglo Veintiuno Editores, 1999. p. 51.
23
Ibid., p. 89. GARLAND, David. Castigo y sociedad moderna. México: Siglo Veintiuno Editores, 1999. p.
46.
de las sociedades que determina qué es criminal y qué no lo es. En consecuencia,
si se presenta una agresión contra la conciencia común se genera de manera
inmediata, por parte de la sociedad, una reacción de rechazo a esta actuación que
implica necesariamente la imposición de un castigo al agresor, a través de rituales
penales, es decir, juicios penales a través de los cuales se busca impedir que la
conciencia común se colapse o sufra algún tipo de daño. El efecto de estos
rituales sobre la sociedad es el sentimiento de tranquilidad y seguridad de que el
orden moral se conserva.
24
GARLAND, David. Castigo y sociedad moderna. México: Siglo Veintiuno Editores, 1999. p. 108 y 109
25
FOUCAULT, Michel. Vigilar y Castigar. 27 ed. México. Siglo Veintiuno Editores, 1998. Traducción
Aurelio Garzón del Camino p. 140 y 141.
La pena cumple entonces una función de control social. El poder en este caso no
es un medio utilizado por ciertas clases sociales para imponer su voluntad, sino
que es un conjunto de fuerzas que participan en las relaciones sociales. Su
ejercicio conlleva a controlar a todos los individuos que conforman la sociedad y a
lograr una mejor conducta de los mismos. Es por esta razón que Foucault
denomina a la sociedad como “sociedad disciplinaria”.
Por otra parte, Foucault señala que el control debe ejercerse mediante el
establecimiento de obligaciones determinadas para que sean cumplidas en ciclos
de repetición, teniendo en cuenta unos ritmos 27.
26
Ibid., p. 146 a 149
27
Ibid., p. 153 a 155.
corrección, es decir, como método de formación y transformación de los individuos
en función de ciertas normas”28.
Foucault afirma al respecto que es una forma de saber que tiene como
fundamento, no la indagación sino algo totalmente diferente 29: el examen. “No se
trata de reconstruir un acontecimiento sino algo, o mejor dicho, se trata vigilar sin
interrupción y totalmente. Vigilancia permanente sobre los individuos por alguien
que ejerce sobre ellos un poder... y que, porque ejerce ese poder, tiene la
posibilidad no sólo de vigilar sino también de constituir un saber sobre aquellos a
quienes vigila”30.
Vale la pena anotar que así como el pensamiento de Rusche y Kirchheimer tiene
influencia marxista, el de Foucault la tiene del pensamiento weberiano. En este
sentido, Foucault se preocupa por describir el proceso que ha seguido el castigo
pasando de ser un ritual moral a ser un proceso con carácter meramente
instrumental, tal y como se verá en un aparte posterior del presente documento.
28
FOUCAULT, Michel. La verdad y las formas jurídicas. Gedisa Editorial. p. 117
29
Ibid., p. 99
30
Ibid., p. 100
3. FUNCION DE LA PENA EN COLOMBIA
Es así como las funciones de la pena quedan definidas de manera distinta a como
lo estaban en el Código Penal de 1980, en su Artículo 12: “Función de la pena ...
La pena tiene función retributiva, preventiva, protectora y resocializadora”.
Cada una de las funciones antes mencionadas, tiene su propia definición 31:
Prevención general: busca evitar que los miembros de la sociedad que aún
observan las normas social y jurídicamente aceptadas cometan actos delictivos.
Prevención especial: va dirigida en particular a los que ya han cometido algún acto
delictivo, con el fin de que no vuelvan a hacerlo.
31
SOCHA SALAMANCA, Gustavo. Políticas penitenciarias en Colombia. T.C. Instituto Nacional
Penitenciario y Carcelario INPEC. Oficina de Planeación. p. 71 y 72.
Protección: busca proteger al agresor de la reacción vengativa de la víctima, pero
también a la sociedad del delito.
(...)
32
REPUBLICA DE COLOMBIA. DEPARTAMENTO NACIONAL DE PLANEACIÓN. Política
penitenciaria y carcelaria. Documento CONPES 2797 Ministerio de Justicia, Ministerio de Hacienda y
Crédito Público, DNP. Bogotá, 1995.
Las funciones de la pena se cumplen con arreglo a los siguientes principios:
razonabilidad, proporcionalidad y necesidad, de acuerdo con el Artículo 3 del
Código Penal de 2000. Estos principios no estaban expresamente señalados en el
Código Penal anterior, pero fueron reconocidos por la Corte Constitucional en la
Sentencia C – 070 de 1996, como consecuencia de la expedición de la
Constitución Política de 1991, en la cual se consagraron nuevos conceptos
teniendo en cuenta las tendencias políticas, sociales y jurídicas aplicables a las
sociedades democráticas actuales33.
Artículo 34. De las penas. Las penas que se puedan imponer con
arreglo a éste código son principales, sustitutivas y accesorias
privativas de otros derechos cuando no obren como principales.
33
REPÚBLICA DE COLOMBIA, Congreso de la República. Exposición de motivos, Código Penal de 2000.
Gaceta del Congreso. Año VII, No. 139. 1998. p. 1
34
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T – 596 de 1992. Magistrado Ponente: Ciro Angarita Barón.
podrá prescindir de la imposición de la sanción penal cuando
ella no resulte necesaria (Subrayado fuera del texto original)
Así las cosas, las penas sólo deben ser utilizadas cuando se pretenda conservar
el orden de la sociedad, de tal forma que se logre que quien cometió un delito no
lo vuelva a hacer y pueda convivir en sociedad sin seguir haciéndole daño, y que
los demás integrantes de este grupo tengan presente las consecuencias que
puede acarrear el hecho de ejecutar dicha conducta.
4. ALTERNATIVIDAD PENAL
Las normas penales prevén una serie de penas, entre las cuales se encuentran: la
privación de la libertad, la multa, la privación de derechos diferentes al derecho de
libertad y el trabajo comunitario. Pero, la tendencia contemporánea en esta
materia ha sido generalizar como pena la privación de la libertad. Actualmente, se
establece para casi todos los delitos, bien sea como única pena o bien,
acompañada de otra, y cada día es mayor el interés por imponerla en más
delitos. Esta tendencia responde, de acuerdo con Morris Tidball-Binz 35, al
incremento real o percibido del índice de delincuencia y a la demanda de mano
dura por parte de la opinión pública.
35
CARRANZA, Elias et al. Justicia penal y sobrepoblación penitenciaria. México: Siglo Veintiuno
Editores, 2001. p. 53
un objeto al cual debe aplicarse el derecho penal, al aumento desproporcionado
de las penas privativas de la libertad... “36.
45%
43%
40%
35%
31%
30%
25%
20%
15%
10%
6% 7%
5% 4%
2% 2%1%2%
0%1% 0% 0% 1% 0%
0%
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15
* Convenciones:
1) Prisión
2) Arresto
3) Pérdida de empleo
4) Interdicción de derechos y función pública
5) Prisión y multa
6) Prisión y pérdida de empleo
7) Prisión e interdicción de derechos y función pública
8) Prisión, multa y pérdida de empleo
9) Prisión, multa e interdicción de derechos y función pública
10) Prisión, multa y Prohibición de ejercer arte, profesión u oficio
11) Arresto y multa
12) Arresto y pérdida de empleo
36
MESSUTTI, Ana. El tiempo como pena y otros escritos. Pontificia Universidad Javeriana, colección
Criminología y Victimología N.2., 1998. p. 11
13) Arresto e interdicción de derechos y función pública
14) Arresto, multa e interdicción de derechos y función pública
15) Multa e interdicción de derechos y función
pública Fuente: Código Penal de 1980.
45%
42%
40%
35%
30%
27%
25%
20%
15%
10%
10% 8%
5% 3% 2% 2%
0% 1% 1% 1% 1% 0% 0 % 1% 0% 0%
0%
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17
* Convenciones:
1) Prisión
2) Multa
3) Prisión y multa
4) Prisión y multa/ Prisión, multa e inhabilidad para el ejercicio de derechos y funciones públicas
5) Prisión y multa/ Prisión, multa, privación del derecho a la tenencia y porte de armas, y privación del derecho a
conducir vehículos automotores y motocicletas.
6) Prisión y pérdida del empleo o cargo público
7) Prisión e inhabilidad para el ejercicio de derechos y funciones públicas
8) Prisión, multa e inhabilidad para el ejercicio de derechos y funciones públicas
9) Prisión, multa y inhabilidad para el ejercicio de profesión, arte, oficio, industria o comercio.
10) Prisión/ Prisión y inhabilidad para el ejercicio de profesión, arte, oficio, industria o comercio Prisión/ Prisión e
interdicción de derechos y función pública
11) Prisión/ Prisión y multa
12) Arresto y multa
13) Multa y pérdida de empleo o cargo público
14) Multa y pérdida de empleo o cargo público/ Prisión
15) Multa/ Prisión
16) Multa/ Prisión y
multa Fuente: Código Penal de
2000.
Gráfico Número 3. Uso comparado de la pena de privación de la libertad.
90%
84%
Hay quienes están en contra de la pena privativa de la libertad y votan porque sea
reemplazada, pues piensan que esta pena es ineficaz en la medida en que no se
ve en la realidad la regeneración de la conducta y de la personalidad del
delincuente, que es su principal función. En opinión de Brian Tkachuk 37, en la
medida en que la cárcel sea la pena por excelencia y su situación sea la que
actualmente la caracteriza, no se presentará un cambio de importancia en la
conducta de los delincuentes, ni se aumentará la protección de la sociedad, ni se
reducirán los índices de delincuencia, ni se retribuirá en debida forma a las
víctimas.
Pero también hay quienes la apoyan, a pesar de todos los inconvenientes que
presenta, porque de todas maneras consideran que es útil. La prisión para ellos es
37
CARRANZA, Op. cit., p. 245 y 246
una forma de protección de la sociedad en contra de la criminalidad y es así como
Eugenio Cuello Calón se expresa al respecto: “...Dejar en libertad al culpable de
la infracción grave vulneraría el sentimiento popular de justicia misma que debe
presidir la represión penal y exige que el delincuente expíe su delito aún cuando
su retribución no sea único fin de la función penal “38.
Las penas tienen una finalidad especifica y en el caso de las prisiones ésta no se
está cumpliendo, ni siquiera en su más mínima expresión. Hoy las prisiones son
una fuente más de generación de delincuencia; las condiciones infrahumanas
producidas por el hacinamiento generan agresividad desmedida entre los reclusos
y problemas de salubridad; la promiscuidad y la drogadicción aumentan a pasos
agigantados; las fugas y los motines ponen en peligro tanto el interior de los
centros de reclusión como su exterior; quien sale de ellos no es visto por la
sociedad como una persona regenerada y merecedora de una nueva oportunidad.
Así pues, esta pena no solamente no socializa, sino que por el contrario genera
efectos deteriorantes para quienes son objeto de ésta y constituye un perjuicio
también para sus familias, para las víctimas y para la sociedad en general.
38
CUELLO, Eugenio. La moderna penología. Barcelona: Casa editorial Bosch, 1958. p. 623
46
pero medido en términos de rehabilitación, es decir, de no
reincidencia, los resultados del sistema son decididamente
negativos.
39
REYES ECHANDIA, Alfonso. La Punibilidad en la dogmática penal y en la política penal. En: Revista
del Instituto de Ciencias Penales y Criminológicas. Derecho Penal y Criminología. Universidad Externado de
Colombia. 6 V Nº 19. Ediciones Librería del Profesional, 1983. p. 93
aseguramiento, existiendo otras medidas con igual o mejor resultado frente a su
finalidad. Este hecho ha generado que la población en los establecimientos
carcelarios y penitenciarios sea tan numerosa que se recluyen personas que ya
fueron enjuiciadas y personas que están en proceso de juzgamiento, sin tener en
cuenta la naturaleza de cada uno de estos centros de reclusión y la clasificación
de los internos como lo ordena la ley.
40
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C – 774 de 2001. Magistrado Ponente: Rodrigo Escobar Gil
41
CORTE STITUCIONAL. Sentencia C- 0549 del 30 de octubre de 1997. Magistrado Ponente: Carlos
Gaviria Díaz. . Sentencia C – 774 de 2001. Magistrado Ponente: Rodrigo Escobar Gil
42
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C – 0106 del 10 de marzo de 1994. Magistrado Ponente: José
Gregorio Hernández Galindo.
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Naciones
Unidas, 1966: Art. 9. 1) Todo individuo tiene derecho a la libertad y a
la seguridad personales. Nadie podrá ser sometido a detención o
prisión arbitrarias. Nadie podrá ser privado de su libertad, salvo por
las causas fijadas por ley y con arreglo al procedimiento establecido
en ésta.
43
NACIONES UNIDAS. Alto Comisionado para los Derechos Humanos. Oficina en Colombia misión
internacional derechos humanos y situación carcelaria. Informe centros de reclusión en Colombia: un estado
de cosas inconstitucional y de flagrante violación de derechos humanos. Octubre, 2001
La necesidad de aplicar medidas alternativas frente al exceso que se ha
presentado en la utilización de la pena privativa de la libertad se ha visto reflejada
de diferentes maneras. Un ejemplo de esta situación se encuentra en Inglaterra en
1972, año a partir del cual se incluyó en la legislación de este país la sanción
denominada “community Service” como una alternativa a las penas de prisión
cortas44. Otra muestra es la expedición de las Reglas Mínimas de las Naciones
Unidas sobre las Medidas No Privativas de la Libertad o Reglas de Tokio, en 1990.
Los numerales 1.5 y 2.3 de estas Reglas disponen:
44
CESANO, José Daniel. De la crítica a la cárcel a la crítica de las alternativas. En: Revista electrónica de
ciencia penal y criminología. RECPC 03-05 2001. www.criminet.ugr.es
51
expidió la Ley 415 de 1997 impulsada por el Ministerio de Justicia (hoy Ministerio
del Interior), en la cual se consagraron los siguientes mecanismos judiciales y
administrativos: Libertad condicional, trabajo comunitario, permiso de salida y
permiso familiar. Pero se debe advertir que esta ley, más que plantear penas que
realmente sustituyeran la aplicación de la privación de la libertad como única pena,
señaló algunas herramientas que permitirían a los condenados a esta pena reducir
en tiempo su duración. En adición a lo anterior, su incidencia en la crisis de
prisiones no fue de mayor significación.
Es preciso anotar que la aplicación de las alternativas penales depende del país,
su legislación, costumbres etc., lo cual pone de presente que el cambio no solo se
debe dar en el tipo de pena sino en todos estos otros factores. Por tal razón,
implementarlas no es tan fácil, pero ante la situación que actualmente se está
viviendo resulta pertinente estudiarlas y analizar su viabilidad, con todo lo que esto
implique. El Doctor Alfonso Reyes Echandía dice al respecto:
45
REYES ECHANDÍA, Alfonso. Punibilidad. Bogotá: Editorial Temis, 1978. p. 339.
Por su parte, Eugenio Raúl Zaffaroni expresa:
... para que tenga algún sentido la introducción de las alternativas a
las penas privativas de libertad en América Latina, ello no puede ser
producto sólo de una medida de propaganda como a las que nos
tienen acostumbrados nuestras agencias políticas. No se trata de
que el político en turno, que no hizo nada en el ámbito de la justicia
antes de irse, o que para garantizar su clientelismo tiene que elevar
su popularidad, mande de urgencia un proyecto de penas
alternativas al Congreso, para que éste salga en tres días.
4.1 LA MULTA
46
ZAFFARONI, Eugenio Raúl. ¿Qué hacer con la pena? Alternativas a la prisión. Encuentro Internacional
“La Experiencia del Penitenciarismo Contemporáneo: aportes y experiencias”. México, 1993.
www.carlosparma.com.ar
teniendo en cuenta la gravedad de la infracción, el daño causado, la situación
económica del delincuente, en fin todas aquellas circunstancias que indiquen la
posibilidad de pagar dicha suma. Por otra parte, la multa no puede superar el tope
máximo establecido por la ley.
De acuerdo con Hiroshi Iitsuka47, es una pena que debe ser impuesta en cierto tipo
de delitos: negligencia al conducir que provoca muerte o lesiones a otras
personas, por ejemplo, porque considera que en estos casos la pena surtirá
suficientes efectos sobre el delincuente.
47
CARRANZA, Op. Cit., p. 305.
48
REPÚBLICA DE COLOMBIA. Código penal de 2000. Artículo 39.
GRADO UNIDAD MULTA NIVEL DE
INGRESOS
Primero Un (1) salario mínimo legal Entre una (1) y diez Quienes perciban
mensual (10) unidades ingresos promedio,
en el último año,
hasta diez (10)
salarios mínimos
legales mensuales
Segundo Diez (10) salarios mínimos Entre una (1) y diez Quienes perciban
legales mensuales (10) unidades ingresos promedio,
en el último año,
superiores a diez
(10) salarios mínimos
legales mensuales y
hasta cincuenta (50)
Tercero Cien (100) salarios mínimos Entre una (1) y diez Quienes perciban
legales mensuales (10) unidades ingresos promedio,
en el último año,
superiores a
cincuenta (50)
salarios mínimos
legales mensuales
49
Ibid.
con la obligación de pago, bien sea inmediato o en la modalidad de amortización
(por plazos o con trabajo), de la multa determinada por unidad ésta se convertirá
en arresto por fines de semana. No obstante lo anterior, si el condenado cancela
la multa pendiente de pago, cesará la privación de la libertad50.
Las Reglas de Tokio51 señalan que las sanciones verbales son: la amonestación,
la represión y la advertencia. Estas sanciones constituyen una recomendación
por parte del juez al criminal, teniendo en cuenta la trivialidad del delito cometido,
para que éste pueda comprender que cometió un error y por tanto logre su
rehabilitación.
50
REPÚBLICA DE COLOMBIA. Código penal de 2000. Artículo 40
51
NACIONES UNIDAS. Reglas mínimas sobre las medidas no privativas de la libertad. Adoptadas por la
Asamblea General en su resolución 45/110, de 14 de diciembre de 1990. numeral 8.2
4.4 LIBERTAD CONDICIONAL
La selección entre los reclusos para determinar cuales son aptos para un
tratamiento en un régimen abierto debe tener en cuenta la peligrosidad del
individuo, la capacidad de este de adaptarse al lugar y cuáles van a ser los
resultados. También se debe tener en cuenta si puede entrar a esta prisión desde
52
STEFFEN CÁCERES, Arturo. Prisión abierta. Chile: Editorial Jurídica, 1972. p. 34
el principio de la condena o si debe pasar primero un tiempo de esta en un
régimen progresivo.
Arturo Steffen Cáceres en su libro “Prisión Abierta”, señala las ventajas y los
inconvenientes de este tipo de establecimiento:
53
Ibid. p. 49 y 54.
61
cuenta lo expuesto en este capitulo resulta innegable el hecho de que esta pena
no puede seguir siendo la única ni por supuesto la que más tenga acogida en
nuestra legislación para ser utilizada como sanción efectiva de los delitos.
5. CARCEL Y PENITENCIARIA
5.2 PENITENCIARIAS
Son lugares para recluir a los delincuentes que fueron sentenciados a la pena de
privación de la libertad y que tienen como función principal resocializar a estos
individuos para que puedan ser reinsertados en la sociedad. A diferencia de las
cárceles, estos establecimientos de reclusión aparecieron gracias a Beccaria,
como consecuencia de su aversión por la aplicación de la pena de muerte. Fue él
quien le dio a estos establecimientos el carácter de ente resocializador por medio
del trabajo, la educación y la disciplina54.
54
ECHEVERRI OSSA, Bernardo. Enfoques penitenciarios. Publicaciones de la Escuela Penitenciaria
Nacional, 1996. p. 62.
55
ACOSTA MUÑOZ, Daniel. Sistema integral de tratamiento progresivo penitenciario. INPEC 1996. Pág.
89 a 110. INPEC. Sistema Progresivo Penitenciario. Memorias Primer Seminario Internacional. 1996. Pág. 19
a 25
La crítica que se generó sobre este régimen fue el hecho de no tener
prevista ninguna actividad para los reclusos, pues esto motiva al ocio y deja
un espacio al delincuente para que en lugar de reflexionar respecto de sus
actos se dedique a maquinar nuevas modalidades de crimen.
El paso de una etapa a otra depende del comportamiento de cada uno de los
condenados y de sus intenciones de superación, y constituye un estímulo para
seguir adelante porque cada nueva etapa presenta mayores beneficios.
6. HISTORIA UNIVERSAL DE LA PRISIÓN COMO PENA
En épocas primitivas no existieron las prisiones, pues los castigos eran impuestos
directamente por los ofendidos. Estas surgieron como consecuencia del
establecimiento de los primeros gobiernos, de la delimitación de la autoridad y el
poder, y de las guerras generadas entre las civilizaciones en creación.
Utilizarlos como mano de obra para construir obras públicas y/o religiosas.
56
FUNDACIÓN EMMANUEL. Manual del obrero carcelario.Capítulo II. www.prodigyweb.net.mex
6.2 EDAD MEDIA
57
LA INQUISICIÓN. www.herenciacristiana.com
58
Ibid.
también impuestos a los campesinos. De acuerdo con Rusche y Kirchheimer 59 la
sobreoferta de mano de obra que se presentó en este período de la historia,
especialmente en los centros urbanos en crecimiento, ocasionó que las
autoridades sintieran menos aprecio por la vida humana y por tanto que las
sanciones que se aplicaban fueran tan agresivas: “En la medida en que la
remuneración por la mano de obra decreció, el valor de la vida humana se fue
haciendo menor y menor. La dura lucha por la existencia moldeó el sistema penal
hasta convertirlo en uno de los medios para impedir un gran incremento en la
población” 60.
La segunda mitad del Siglo XVI implicó cambios económicos (expansión del
comercio, los mercados y la manufactura debido a las nuevas rutas navales y las
conquistas coloniales) y demográficos (las guerras, las plagas y las hambrunas)
en varios países europeos que generaron una nueva concepción respecto de la
clase de penas que serían utilizadas, debido a la escasez y altos costos de la
mano de obra. Fue así como se comenzaron a utilizar tres nuevos mecanismos de
castigo: la esclavitud, el traslado y el trabajo forzado en instituciones
penitenciarias, principalmente61. Entonces, se construyeron prisiones organizadas
denominadas “casas correccionales” con el fin de adiestrar y disciplinar a los
internos en las actividades industriales, y además para corregir sus actuaciones
59
GARLAND, Op. Cit., p. 121
60
RUSCHE Y KIRCHHEIMER. Punishment and social structure. p. 20. GARLAND, David. Castigo y
sociedad moderna. México: Siglo Veintiuno Editores, 1999. p. 121 y 122.
61
GARLAND, Op. Cit., p. 122
delictivas. Estos establecimientos se utilizaron para albergar a mendigos, vagos,
jóvenes y prostitutas, siendo la casa de corrección en Londres la primera
edificación de este tipo, aunque la fundación de prisiones de Ámsterdam, que se
constituyó más adelante, tuvo mayor importancia 62.
62
SARMIENTO, Arnulfo. Situación jurídica de los internos en el sistema penitenciario mexicano.
www.universidadabierta.edu.mex
63
RUSCHE Y KIRCHHEIMER. Punishment and social structure. p. 63. GARLAND, David. Op. Cit., p.
126.
64
GARLAND, Op. Cit., p. 126.
65
DEL OLMO, Op. cit., p. 44.
y remo, para la guerra y el comercio66, que fueron utilizadas como prisiones
flotantes para castigar a quienes infringían la ley en cierto grado de gravedad, así
como para los mendigos y vagabundos, quienes eran empleados como remeros
sin ninguna retribución a cambio, por tiempo indefinido (hasta cuando el remero
se enfermara), o por tiempo determinado, dándose por terminada en los dos casos
por medio de un reemplazo. Lo anterior, dada la dificultad de conseguir hombres
libres que se dedicaran a esa labor bajo dichas condiciones 67. Rusche y
Kirchheimer señalan al respecto:
66
Barcos mayores. Naves Romanas. www. Alipso.com/monografías
67
GARLAND, Op. Cit., p. 122.
68
RUSCHE Y KIRCHHEIMER. Punishment and social structure. p. 20. GARLAND, David. Castigo y
sociedad moderna. México: Siglo Veintiuno Editores, 1999. p. 1g23
69
GARLAND, Op. cit., p. 171
opinión del profesor Giulius contenida en su libro “Lecciones sobre las prisiones”,
quien considera que la mayor preocupación en esta época fue lograr que el grupo
de personas consideradas como delincuentes fueran observados, ya no de
manera pública como un espectáculo para la sociedad, sino por una sola persona
que se encargara de su vigilancia70. Por otra parte, la humanización del derecho
penal implicó que la cárcel se convirtiera en el reemplazo de las penas crueles y
degradantes que hasta el momento se venían imponiendo a los criminales.
(...)
Se creó entonces la necesidad de mejorar la situación de los reos y fue así como
autores de gran importancia se dedicaron a estudiar las penas y su función, y a
plantear soluciones. John Howard se concentró en aliviar las miserias físicas y
70
FOUCAULT, Michel. La verdad y las formas jurídicas. Gedisa Editorial. p. 119 y 120.
71
FOUCAULT, Michel. Vigilar y castigar. 27 ed. México. Siglo Veintiuno Editores, 1998. Traducción
Aurelio Garzón del Camino..p. 16 y 17
morales de los reos. Con él, las prisiones adoptaron un carácter más humano y la
pena, paso de ser un castigo a ser un medio para corregir y rehabilitar al
delincuente. Simultáneamente, Cesar Beccaria, a través de su obra “De los
Delitos y de las Penas”, señaló que las leyes debían ser respetadas de tal forma
que su aplicación reconociera las garantías individuales de los criminales y limitara
el poder absoluto de las autoridades; se debía aplicar la pena mínima necesaria
para conseguir los objetivos buscados frente a los criminales. Jeremias Bentham,
asoció la concepción penitenciaria con la arquitectura, creando así la arquitectura
penitenciaria. Bentham, diseñó la casa de inspección o “Panópticon”, que era un
edificio circular con celdas individuales cuyas ventanas e iluminación permitían
que sus ocupantes fueran vigilados desde la torre central, sin que ellos vieran
nada; se trataba de una institución benévola pero al mismo tiempo eficaz.
Fue así como el objeto de la penalidad pasó a ser el alma de los delincuentes, en
lugar de su cuerpo, y las penas se dirigen entonces a “a neutralizar su estado
peligroso, a modificar sus disposiciones delictuosas, y a no cesar hasta obtener tal
cambio”72
En este punto se debe advertir la similitud que existió entre las prisiones y otras
instituciones de la época (escuelas, talleres, industrias, etc.), teniendo en cuenta
que todas ellas se regían por el principio de la “disciplina”, pues es a través de
ésta como se consigue educar, formar, manipular, etc. a quienes en se encuentran
recluidas en dichas instituciones, con la finalidad que cada una de ellas buscaba,
72
Ibid., p. 25
por su puesto. Foucault73 define la disciplina como los métodos que permiten el
control minucioso de las operaciones del cuerpo, que garantizan la sujeción
constante de sus fuerzas y les imponen una relación de docilidad – utilidad.
(...)
73
Ibid., p. 141
74
Ibid., p. 219
en cierta manera de toda la dimensión temporal de la vida de los
individuos. 75
De acuerdo con Rosa del Olmo 76, en este período predominó la ideología liberal y
por tanto la privación de la libertad fue la pena más utilizada, pues se convirtió en
75
FOUCAULT, Michel. La verdad y las formas jurídicas. Gedisa Editorial. p. 128 y 129
el elemento fundamental de la sociedad para ejercer control y de esta forma evitar
su inestabilidad. En la sociedad todos los hombres eran libres, razón por la cual
quien atentara en contra de ella debía ser privado de su libertad con el fin de que
reflexionara y llegara a la conclusión de que quería volver a ser libre.
Pero, el interés por ejercer un control sobre el derecho penal en esta época originó
la creación de organizaciones benéficas por parte de hombres de empresa y
políticos, las cuales se reunieron para discutir sobre el aislamiento de los
criminales en instituciones carcelarias, sus problemas y los medios para
solucionarlos. Se celebraron tres Congresos: El primero, en la ciudad de Frankfurt
en 1846, en donde propusieron para los países de Europa la implementación del
sistema de aislamiento celular absoluto creado en los Estado Unidos; de esta
forma los reos no podrían reunirse entre ellos para liberarse, pero sí tendrían la
oportunidad de reflexionar sobre los actos que habían cometido 77. El segundo
Congreso se llevó a cabo en la ciudad de Bruselas en 1847; los participantes
tenían una gran preocupación por los jóvenes, pues éstos habían sido los
primeros desplazados en las industrias, como consecuencia de la aparición de la
maquinaria, y por tanto estaban recurriendo al crimen para sobrevivir; se planteó la
idea de implementar tratamientos diferentes a los que se aplicaban a los adultos
para los jóvenes78. El tercer Congreso se celebró nuevamente en Frankfurt en
185779.
76
DEL OLMO, Op. Cit., p. 45
77
Ibid., p. 41.
78
Ibid., p. 41 y 42
79
Ibid
A finales del Siglo XIX y comienzos del Siglo XX el control social del delito,
especialmente tratándose de la aplicación de la pena de cárcel, comenzó una
etapa de internacionalización promovida por el norteamericano Enoch C. Wines.
Así las cosas, los problemas del sistema carcelario y penitenciario fueron
discutidos en Congresos Penitenciarios Internacionales, en los cuales se buscaron
las soluciones que el sistema requería para tener un funcionamiento efectivo 80:
80
Ibid., p. 59 a 78
reclusos y un punto especial sobre el tratamiento de los menores
delincuentes.
81
ACOSTA MUÑOZ, Daniel. Sistema integral de tratamiento progresivo penitenciario. Bogotá, INPEC,
1996. p. 54
capitales, dándole de esta forma a la cárcel el carácter primario de lugar de
castigo82.
Cuando el país entró en el período de las guerras civiles, se olvidó un poco del
tema, y éste volvió a tomar importancia con el General Reyes, cuando firmó el
Decreto Legislativo No. 9 del 21 de enero de 1905, con base en el cual se crearon
82
ECHEVERRI OSSA, Bernardo. Enfoques penitenciarios. Bogotá; publicaciones de la Escuela Penitenciaria
Nacional, 1996. p. 28.
83
Ibid., p. 28 y 29.
las primeras colonias penales y militares, estableciendo un capellán, un médico y
dos maestros de escuela para cada una de estos establecimientos. El decreto
favoreció enormemente a los presos84.
La Ley 35 de 1914, expedida bajo la presidencia del doctor José Vicente Concha,
nacionalizó la casa de presidio y reclusión para las penas impuestas por el poder
judicial o para detener a los sumariados. Con esta ley se creó la Dirección General
de Prisiones, que estaba encargada de:
84
Ibid., p. 29
Adicionalmente, se trazaron las primeras normas de operación de la cárcel como
medio de sanción social.
85
Ibid., p. 31
un nuevo proceso de desjudicialización, el cual implicó que la población carcelaria
se redujera en 12. 771 internos86.
86
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-153 del 28 de abril de 1998. Magistrado Ponente Eduardo
Cifuentes Muñoz.
sociales llevaron a la disminución de la población reclusa, en el año 1973, a
36.500 internos. Durante los años siguientes este número se mantuvo más o
menos estable, aunque se redujo considerablemente con la expedición del
Decreto 1853 en 1985, el cual ordenó la excarcelación de sindicados por delitos
menores87.
Las circunstancias sociales del país, como las dificultades del sistema judicial y la
expedición de nuevas normas que regulan la materia penal, han influido en el
crecimiento de la población en las prisiones, que actualmente alcanza niveles
incalculables, lo cual ha desencadenado una gran crisis en el sistema.
87
Ibid.
8. POLÍTICA DEL GOBIERNO
88
REPUBLICA COLOMBIA, Constitución Política de 1991. Editorial La Nueva Ley S.A. Artículo 2
89
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T- 705 de 1996. Magistrado Ponente: Eduardo Cifuentes Muñoz
Por esto, las normas que rigen el Sistema Carcelario y Penitenciario en nuestro
país buscan que los establecimientos de reclusión sean instrumento de
prevención, frente a los actos que vulneran o ponen en peligro el orden social, y
de resocialización del infractor, de tal forma que éste pueda volver a formar parte
de la sociedad. Todo esto bajo el entendido de que los derechos de los
condenados deben ser respetados.
Por su parte, la garantía del derecho al debido proceso está señala en los
Artículos 29 de la Constitución Política de 1991, 2 y 4 del Código
Penitenciario y Carcelario de 1993, 6 del Código Penal de 2000 y, 6 y 7 del
Código de Procedimiento Penal de 2000.
Respetar, como principio fundamental, la dignidad humana de quienes se
encuentran privados de la libertad. Los Artículos 5 del Código Penitenciario
y Carcelario de 1993, 1 del Código Penal de 2000 y 1 del Código de
Procedimiento Penal de 2000, consagran este principio.
...
...
Los nuevos cuerpos legales, el Código Penal (Ley 599 de 2000) –en
adelante CP- y el Código Procesal Penal (Ley 600 de 2000) –en
adelante CPP-, emitidos por iniciativa de ley del Fiscal General,
contienen de modo ambivalente principios garantistas de una parte y,
de otra, disposiciones de rasgo autoritario y represivo, afectando el
derecho a la libertad individual y las garantías propias del Estado de
Derecho 90
90
NACIONES UNIDAS. Alto Comisionado para los Derechos humanos. Oficina en Colombia misión
internacional derechos humanos y situación carcelaria. Informe centros de reclusión en Colombia: un estado
de cosas inconstitucional y de flagrante violación de derechos humanos, 2001.
9. LOS ESTABLECIMIENTOS DE RECLUSIÓN COMO INSTITUCIÓN LEGAL
En virtud de lo anterior, todas las personas que habitan el territorio colombiano son
libres de elegir y determinar la forma como se desarrollará su vida. Pero, esta
autonomía no es ilimitada, como lo advierte Rafael Sandoval 91: “Pero bien es
sabido que es la misma naturaleza que se encarga de limitar las acciones del
hombre dentro del universo, llámense limitaciones de carácter natural, físico o
psicológico. Pero al lado de las limitaciones de la naturaleza frente al hombre, éste
ha inventado el derecho como instrumento también de limitación de la libertad”.
De igual forma señala el Dr. Juan Camilo Córdoba 92: “ La libertad es después de la
vida el don más preciado del ser humano. Su limitación por parte del Estado sólo
es admisible cuando el ciudadano ha causado un grave perjuicio a la colectividad,
por razón de la comisión de un hecho delictivo” .
91
SANDOVAL LÓPEZ, Rafael. Medidas de aseguramiento y libertad provisional. 2 Ed. Ediciones
Jurídicas Gustavo Ibáñez., 1999. p. 11.
92
CORDOBA ESCAMILLA, Juan Camilo. La labor del Consultorio Jurídico en las cárceles nacionales de
“La Modelo” y “El Buen Pastor”. www.javeriana.edu.co
Así pues, la imposición y ejecución de la restricción del derecho de libertad, debe:
Las normas nacionales que regulan esta materia van de la mano, por supuesto,
de las disposiciones internacionales que se señalan a continuación:
93
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-596 de 1992. Magistrado Ponente: Ciro Angarita Barón.
Los Principios Básicos para el Tratamiento de los Reclusos. Naciones
Unidas, 1990. Principios No. 1y 5.
94
REPUBLICA DE COLOMBIA. Código Penitenciario y Carcelario, Ley 65 de 1993. Artículos 20 a 30.
- Colonias penitenciarias: Destinadas para los condenados de
extracción campesina o para quienes tengan vocación agrícola.
95
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C – 0184 del 6 de mayo de 1998. Magistrado Ponente: Carlos
Gaviria Díaz
teniendo en cuenta que son los elementos de los establecimientos de reclusión en
su consideración como organización y como instrumento de cambio social.
10. LOS ESTABLECIMIENTOS DE RECLUSIÓN COMO ORGANIZACIÓN
10.1.2 Funciones. Las funciones del INPEC son, entre otras: i) dirigir, administrar
y vigilar los establecimientos de reclusión ii) adoptar y desarrollar políticas de
construcción para su propio funcionamiento y el de los centros de reclusión,
incluyendo compraventa y permuta de inmuebles iii) formar y capacitar su personal
iv) atender con los medios necesarios la seguridad de los internos y la
resocialización de los condenados96.
Nivel Central.
96
ECHEVERRI OSSA, Enfoques Penitenciarios, op. cit., p. 47.
- Dirección General. Está integrada por: i) la oficina de planeación ii) la
oficina jurídica iii) la oficina de control interno iv) la oficina de
sistemas v) la oficina de control único disciplinario vi) los órganos de
asesoría y coordinación. El Director General es agente del
Presidente de la República y es funcionario de libre nombramiento y
remoción.
- Subdirección de Construcciones.
Para poder entender de mejor manera la importancia del papel que desempeña el
Cuerpo de Custodia y Vigilancia en el Sistema Carcelario y Penitenciario
colombiano, se debe relatar, brevemente, la historia de la creación y consolidación
del Cuerpo de Custodia en Colombia.
97
NACIONES UNIDAS. Principios Básicos para el Tratamiento de los Reclusos, 1990
cual se ordenó a los Municipios establecer la policía de las cárceles. De acuerdo
98
con el Doctor Echeverri, este podría ser el origen de la Guardia.
98
ECHEVERRI OSSA, Bernardo. Custodia de las Prisiones. Publicaciones de la Escuela Penitenciaria
Nacional. p. 17.
99
Ibid., p. 18
100
Ibid., p. 19
promover la reforma del Código Penitenciario y Carcelario. En virtud de las
facultades extraordinarias otorgadas al Gobierno durante este período, se llevó a
cabo la reforma judicial, proceso dentro del cual se incluyó la reforma al Código
Penitenciario y Carcelario. En consecuencia, se expidió el Decreto 1817 de 1964,
en el cual se consagró la carrera penitenciaria para el Cuerpo de Custodia y
Vigilancia, se estableció que este Cuerpo estaría organizado por categorías, se
determinó que el paso de una a otra categoría estaría determinada por un tiempo
mínimo de duración de servicio en cada una de ellas, etc. De igual forma, se
previó la creación la Escuela Penitenciaria, en donde los guardianes serían
escogidos y encontrarían información sobre sus deberes. Esta Escuela fue
fundada el 1 de marzo de 1965.
Pero, esta organización no era suficiente, y por tanto fue necesario entregarle al
Cuerpo de Custodia y Vigilancia un estatuto propio que reafirmara su situación, le
permitiera ocupar una posición destacada en el escalafón de los servidores
nacionales y un nivel de vida superior101. Fue así como el Doctor Bernardo
101
Ibid., p. 29
Echeverri Ossa presentó al Gobierno el proyecto de Ley de reorganización de la
Guardia, el cual fue aprobado como Ley 32 el 3 de febrero de 1986.
Ahora bien, se debe advertir que lo antes expuesto guarda estrecha relación con
las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos 102:
102
NACIONES UNIDAS. Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos, adoptadas por el Primer
Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, celebrado en
Ginebra en 1955.
10.2.1 Funciones. Están señaladas en el Artículo 4 de la Ley 32 de 1986:i) Velar
por la seguridad de los establecimientos carcelarios ii) Cumplir las órdenes y
requerimientos de las autoridades jurisdiccionales con respecto a los internos de
los establecimientos carcelarios iii) Cumplir las órdenes impartidas por la Dirección
General de Prisiones (hoy Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario) en relación
con las actividades carcelarias iv) Servir como auxiliar en la educación de los
internos, en los establecimientos carcelarios y en la readaptación de los reclusos
v) Ejecutar las demás funciones relacionadas con el cargo que le asigne la ley y
los reglamentos.
103
CONSEJO INTERNACIONAL PARA LA EDUCACIÓN DE ADULTOS. Opiniones. Segunda Parte.
Capitulo IX. Una vía de acción diversa: un enfoque holístico de la educación e los establecimientos
penitenciarios. Tessa West. www.unesco.org
10.2.2 Carrera penitenciaria. La carrera penitenciaria fue instituida en el Decreto
1817 de 1964, organizada por el Decreto 1661 de 1965 y actualmente se
encuentra regulada por la Ley 32 de 1986. Está diseñada para que las personas
que conforman el Cuerpo de Custodia y Vigilancia tengan la posibilidad de
adquirir estabilidad y la oportunidad de ocupar niveles superiores en desarrollo del
cumplimiento de su servicio.
104
REPUBLICA DE COLOMBIA. DEPARTAMENTO NACIONAL DE PLANEACIÓN. Política
penitenciaria y carcelaria. Documento CONPES 2797 Ministerio de Justicia, Ministerio de Hacienda y
Crédito Público, DNP. Bogotá, 1995
105
NACIONES UNIDAS. Alto Comisionado para los Derechos humanos. Oficina en Colombia misión
internacional derechos humanos y situación carcelaria. Informe centros de reclusión en Colombia: un estado
de cosas inconstitucional y de flagrante violación de derechos humanos. 2001
personal del Cuerpo de Custodia y Vigilancia no es apropiada pues se encuentra
influenciada por presiones políticas; no hay programas de actualización,
complementación y adecuación a nuevas disposiciones en relación con la
formación de los integrantes de este Cuerpo.
106
REPUBLICA DE COLOMBIA. DEPARTAMENTO NACIONAL DE PLANEACIÓN. Política
penitenciaria y carcelaria. Documento CONPES 2797 Ministerio de Justicia, Ministerio de Hacienda y
Crédito Público, DNP. Bogotá, 1995
preocupante el escaso número de guardianes en las cárceles y centros
penitenciarios, su número es notoria y peligrosamente insuficiente para cumplir las
funciones de custodia y vigilancia que le son otorgadas por la Ley 65”107.
10.3 INTERNOS
...
107
NACIONES UNIDAS. Alto Comisionado para los Derechos humanos. Oficina en Colombia misión
internacional derechos humanos y situación carcelaria. Informe centros de reclusión en Colombia: un estado
de cosas inconstitucional y de flagrante violación de derechos humanos. 2001
108
NACIONES UNIDAS. Conjunto de Principios para la Protección de Todas las Personas Sometidas a
Cualquier Forma de Detención o Prisión. 1988.
Por otra parte, los internos deben estar clasificados en categorías teniendo en
cuenta los siguientes criterios: edad, sexo, naturaleza del hecho punible,
personalidad, antecedentes, condiciones de salud física y mental, fase de
tratamiento. Lo anterior, en concordancia con las Reglas Mínimas para el
Tratamiento de los Reclusos109:
109
NACIONES UNIDAS. Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos, adoptadas por el Primer
Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, celebrado en
Ginebra en 1955.
110
Sistema Penitenciario en Colombia. www.colombia.com
10.3.1 Perfil social. La gran mayoría de los presos proviene de los sectores más
pobres de la comunidad nacional y se encuentran entre los 18 y 30 años de edad.
Predomina el analfabetismo, la condición de desempleado y un mal estado de
salud. La población femenina no supera el 6% de la población total de reclusos.
Gráfico número 5.
10.3.2 Perfil jurídico. A todo lo anterior se suma el hecho de que el número de los
internos recluidos de manera preventiva es casi igual al de los condenados, de
acuerdo con la información estadística del INPEC: de la población promedio de 51.
276, registrada durante el año 2002, 21. 199 reclusos eran sindicados y 30. 077
eran condenados.
Gráfico número 6. Situación jurídica de los internos.
41%
sindicados
condenados
59%
En este punto es importante anotar que estos datos no son del todo reales, porque
no se tienen en cuenta las detenciones y retenciones de la Policía y en las
cárceles municipales del país, es decir, las cifras antes mencionadas pueden ser
más alarmantes.
10.3.4 Inimputables
El Código Penal de 2000 los define como las personas que al momento de
ejecutar una conducta típica y antijurídica no tiene la capacidad de comprender
que ésta es ilícita o de determinar su actuación de acuerdo con esa comprensión,
debido a su inmadurez sicológica, trastorno mental, diversidad sociocultural o
estados similares112.
111
CONTRALORÍA GENERAL DE LA NACIÓN. Dirección de Estudios Sectoriales. La Situación
Carcelaria y Penitenciaria en Colombia. 1999.
112
REPUBLICA DE COLOMBIA. Código Penal de 2000. Artículo 33.
Ahora bien, los motivos de inimputabilidad no han sido siempre los mismos que
señala el Código actual. En el Código de 1936 se consideraba inimputables a las
personas que se encontraran en estado de enajenación mental o intoxicación
crónica producida por el alcohol o por cualquier otra sustancia, o padeciera de
grave anomalía psíquica113 . Por su parte, el Código Penal de 1980, disponía
como motivos, la inmadurez psicológica o el trastorno mental 114. Finalmente el
Código Penal de 2000, incluye como motivo la diversidad sociocultural o los
estados similares. En lo que sí coinciden los Códigos antes mencionados es en el
hecho de establecer que el motivo de inimputabilidad debe presentarse en el
mismo momento en que se lleva a cabo el acto que vulnera el interés jurídico
tutelado.
Durante mucho tiempo se consideró que las conductas ilícitas que efectuaban los
inimputables no generaban sobre ellos ningún tipo de responsabilidad. Pero a
partir de la expedición del Código de 1936, se establece en cabeza de los
inimputables responsabilidad penal que conlleva la aplicación de una sanción, que
en este caso no se trata de una pena sino de una medida de seguridad 115. Lo
anterior responde al criterio protector del bien jurídico vulnerado, a pesar de
tratarse de una persona que se encuentra en las condiciones señalas por el
Código Penal. Al respecto, manifiesta el doctor Carlos Lozano y Lozano:
113
Ibid.
114
REPUBLICA DE COLOMBIA. Código Penal de 1980. Artículo 31.
115
REPUBLICA DE COLOMBIA. Código Penal de 1936. Artículos 29, 62, 63 y 64.
convenientes y responden a enseñanzas de la ciencia moderna.
Cabe insistir en que tales preceptos implican responsabilidad legal
para los locos delincuentes116
116
LOZANO Y LOZANO, Carlos. Elementos del derecho penal. Bogotá: Ediciones Lerner, 1961. p. 361
por tres años, y en la obligación de presentarse periódicamente ante las
autoridades encargadas de su control hasta por tres años.
117
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T – 176 de 1993. Magistrado Ponente: Alejandro Martínez
Caballero.
de estos establecimientos que en un término no mayor de cinco años, el
tratamiento psiquiátrico de los inimputables debía ser incorporado al Sistema
Nacional de Salud (hoy denominado Sistema de Seguridad Social), razón por la
cual se debía planear y concretar la construcción de instalaciones propias para
este fin, en lugar de los establecimientos o pabellones que se encontraban bajo la
dirección del INPEC. En el año de 1997 se suscribió un Convenio entre esta
institución y el Sistema de Seguridad Social, por medio del cual se programó la
transferencia gradual de los inimputables recluidos y en ese mismo año se expidió
el Decreto 1542, en virtud del cual se creó un Comité Interdisciplinario con el fin de
facilitar el proceso antes mencionado.
Tal y como se mencionó en el capitulo noveno del presente trabajo, a partir del
año 1998 se hizo efectiva la orden dispuesta en la Ley 65 de 1993, razón por la
cual los inimputables condenados son responsabilidad del Ministerio de Salud (hoy
Ministerio de Protección Social). Vale la pena señalar en este punto que respecto
del traslado de estos inimputables el Ministerio entendía que no era su obligación
y que ésta recaía en cabeza del INPEC. Pero, en virtud de la sentencia T – 1045
de 2002 de la Corte Constitucional (Magistrado Ponente: Jaime Araujo Rentería),
se ordenó al Ministerio la implementación de un sistema adecuado de remisión, en
un plazo de cuatro meses contados a partir de la fecha de notificación de la
decisión de la Corte (29 de enero de 2003). Durante ese tiempo, el INPEC debía
apoyar al Ministerio, prestando el servicio de traslado antes mencionado. En
consecuencia, a partir del 29 de mayo de 2003 el INPEC queda liberado
totalmente de toda obligación respecto de los inimputables condenados.
10.4 INFRAESTRUCTURA
Los establecimientos de reclusión deben contar con una planta física adecuada a
sus fines y a la población que alberga: los internos, y el personal directivo,
administrativo y de vigilancia118.
Ahora bien, los locales en donde van a ser alojados los internos deben construirse
teniendo en cuenta las condiciones de volumen de aire, superficie mínima,
alumbrado, calefacción y ventilación. Las Reglas Mínimas para el Tratamiento de
los Reclusos119 establecen que las celdas destinadas al aislamiento nocturno
deben ser ocupadas por una sola persona, salvo que por un exceso temporal de
población reclusa sea indispensable destinarlas para más de dos personas, y
señalan que la estructura de las mismas debe tener en cuenta criterios tales como
el volumen de aire, una superficie mínima, alumbrado, calefacción y ventilación.
118
REPUBLICA DE COLOMBIA, Código Penitenciario y Carcelario artículo 34.
119
NACIONES UNIDAS, Primer Congreso sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente.
Ginebra, 1955.
habitación; pero esto no quiere decir que se ignoren en la planeación y
construcción de las celdas los estándares corrientes de la arquitectura utilizados
para vivienda familiar, los cuales señalan que no es conveniente ubicar a más de
dos personas en una misma habitación 120. Por otra parte, es claro que las
disposiciones tanto nacionales como internacionales establecen parámetros claros
y definidos para la estructura que deben tener las celdas, de tal forma que se
brinden a sus habitantes mínimas condiciones de higiene y salubridad. Al
respecto, las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos indican:
11. En todo local donde los reclusos tengan que vivir o trabajar:
120
CARRANZA, Op. Cit., p. 23.
Ahora bien, la infraestructura penitenciaria va más allá de las celdas, pues incluye
los espacios comunes, los talleres, las áreas educativas, etc. Estos deben contar
...
En este punto, vale la pena tener en consideración los hechos narrados en las
inspecciones judiciales llevadas a cabo en la Cárcel Modelo de Bogotá y la Cárcel
de Bellavista de Medellín, dentro de los procesos adelantados por Manuel José
Duque Arcila, Jhon Jairo Hernández y otros, contra el Ministerio de Justicia y
Derecho, y el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario INPEC 122. En estas
inspecciones se evidencia que debido al grado de hacinamiento que padecen los
establecimientos de reclusión en Colombia, no solo no se respetan las condiciones
mínimas que deben cumplir las celdas, sino que los otros componentes de la
infraestructura penitenciaria y carcelaria, o no existen o simplemente son utilizados
para fines distintos a los señalados para éstos, en especial para servir de
“habitación” para los reclusos (ANEXO B).
121
NACIONES UNIDAS. Alto Comisionado para los Derechos humanos. Oficina en Colombia misión
internacional derechos humanos y situación carcelaria. Informe centros de reclusión en Colombia: un estado
de cosas inconstitucional y de flagrante violación de derechos humanos. 2001.
122
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T- 153 DE 1998. Magistrado Ponente: Eduardo Cifuentes
Muñoz.
gente y, menos, por tanto tiempo. Agrega que por el sobrecupo es imposible
mantener en condiciones dignas a los retenidos” 123.
10.5 SEGURIDAD
En virtud del concepto de seguridad interna, los centros de reclusión han sido
clasificados en categorías: alta, media y mínima seguridad. Solo el 2% de los
centros en Colombia son considerados de máxima seguridad, lo cual contrasta
123
JORGE LUIS DURAN. Un infierno de 3x3. En: EL TIEMPO, Bogotá. (25, abril, 1999). p. 2F.
tanto con el porcentaje de los penales de media seguridad (23%) y mínima
seguridad (75%), como con el perfeccionamiento de la preparación de las
personas que infringen la ley, con las nuevas modalidades de delitos y con el alto
grado de peligrosidad de los detenidos124.
Gráfico número 8.
124
CONTRALORIA GENERAL DE LA NACIÓN. Dirección de Estudios Sectoriales. La Situación
Carcelaria y Penitenciaria en Colombia. 1999.
Artículo 55. Requisas y porte de armas. Toda persona que entre a un
centro de reclusión o salga de él, por cualquier motivo, deberá ser
razonablemente requisada y sometida los procedimientos de ingreso
y egreso. Nadie, sin excepción, en situación normal podrá entrar
armado a un centro de reclusión. Ningún vehículo podrá ingresar o
abandonar el establecimiento, ni paquete o documento alguno ni
volumen de carga, saldrá de él, sin constatación o requisa. Los
internos deben ser requisados rigurosamente después de cada visita.
(subrayado fuera de texto).
El doctor Bernardo Echeverri Ossa 125 señala que las requisas deben efectuarse
con minuciosidad, pues precisamente se busca evitar el ingreso de objetos
prohibidos a los establecimientos de reclusión. Lo anterior no significa, por
supuesto, ignorar lo dispuesto por la Circular 35 de 1997, emitida por el Director
General del INPEC:
125
ECHEVERRI OSSA, Enfoques Penitenciarios, Op. cit., p. 77
126
NACIONES UNIDAS. Alto Comisionado para los Derechos humanos. Oficina en Colombia misión
internacional derechos humanos y situación carcelaria. Informe centros de reclusión en Colombia: un estado
de cosas inconstitucional y de flagrante violación de derechos humanos, 2001
La delegación comprobó en una de las cárceles visitadas que tales
inspecciones son realizadas por el propio personal femenino de
guardia sin la intervención de profesionales de la medicina, de
manera discrecional y sin autorización judicial y con medios que
ponen en grave riesgo la salud de las mujeres examinadas,
incluyendo el uso del mismo guante para varios exámenes vaginales.
Todo ello a pesar de la directiva del INPEC que data de 1997.
Así las cosas, aún cuando existen normas que regulan en detalle la forma en que
deben llevarse a cabo las requisas y que el INPEC ha adquirido sofisticados
equipos para detectar los elementos prohibidos, la práctica de las requisas en los
términos antes mencionados pone de presente la ineficacia de éstas y aquellos.
127
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T – 702 de 2001. Magistrado Ponente: Marco Gerardo Monroy
Cabra
128
CONTRALORÍA GENERAL DE LA NACIÓN. Dirección de Estudios Sectoriales. La situación
Penitenciaria y Carcelaria en Colombia. 1999.
supuesto, el escaso personal que conforma la Guardia de Custodia y Vigilancia.
Esta situación se ve agravada por la situación de Orden Público que vive el país,
pues las prisiones son objeto permanente del acoso de la guerrilla, los
paramilitares y el narcotráfico.
Gráfico número 9.
129
Ibidem.
Gráfico número 10. Fuga de Presos y favorecimiento a la fuga
Por regla general, los edificios de las prisiones deben ser planeados y construidos
en lugares aislados, en donde no estén rodeados por vendedores ambulantes,
prostíbulos, cantinas, vecinos de mala fama o invasiones de exconvictos.
...
10.6 REGLAMENTOS
130
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia 0184 de 1998. Magistrado Ponente: Carlos Gaviria Díaz
La organización de los centros de reclusión se prevé mediante la elaboración y
aplicación de reglamentos, los cuales deben contener las normas que permitan
gobernarlos, administrarlos y vigilarlos de modo eficaz.
Ahora bien, la expedición tanto del reglamento general como el de cada uno de los
establecimientos de reclusión, aunque está revestida de discrecionalidad por parte
de sus encargados, debe ser conforme a la Constitución Política de 1991, al
Código Penitenciario y Carcelario y a las disposiciones internacionales.
131
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T – 023 DE 2003. Magistrado Ponente: Clara Inés Vargas
Hernández.
deben seguir las autoridades penitenciarias y carcelarias para aplicar la sanción o
sanciones correspondientes y los recursos de defensa que tienen los reclusos
frente a la sanción impuesta. Ahora bien, también se contemplan en este
reglamento, estímulos para quienes demuestran un comportamiento apropiado.
El estatuto único disciplinario para los funcionarios públicos, que por ende se
aplica a los funcionarios del Sistema Penitenciario y Carcelario, señala los motivos
que implican responsabilidad frente a las faltas disciplinarias que éstos cometan
por la violación de los deberes legales que se les imponen, la violación de las
prohibiciones que limitan su comportamiento en ejecución de sus funciones y por
el desconocimiento de los derechos tanto de los internos como de sus otros
compañeros.
11. LOS ESTABLECIMIENTOS DE RECLUSIÓN COMO INSTRUMENTO
DE CAMBIO SOCIAL
132
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T – 596 de 1992. Magistrado Ponente: Ciro Angarita Barón.
Sentencia T – 705 de 1996. Magistrado Ponente: Eduardo Cifuentes Muñoz. Sentencia T- 023 de 2003.
Magistrada Ponente: Clara Inés Vargas Hernández.
133
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T – 153 de 1998. Magistrado Ponente: Eduardo Cifuentes Muñoz
El Estado puede regular y determinar hasta qué punto pueden ejercer sus
derechos los reclusos, bajo los criterios de razonabilidad y proporcionalidad, pues
esta facultad no puede implicar de ninguna manera el ejercicio de la arbitrariedad.
De igual forma, el Estado tiene la obligación de proteger los derechos de los
reclusos que, no obstante su condición, aún pueden ejercer. La Corte
Constitucional señala al respecto:
134
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T – 596 de 1992. Magistrado Ponente:; Ciro Angarita Barón.
celebrado en Ginebra en 1955. Siguieron el ejemplo, el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos aprobado por la Asamblea General de las Naciones
Unidas el 16 de Diciembre de 1966 y la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, suscrita en San José de Costa Rica el 22 de noviembre de 1969, entre
otros.
135
CEPEDA E. Manuel José. Los Derechos Fundamentales en la Constitución de 1991. Editorial Temis S.A.
Bogotá, 1992. Pág. 35.
142
La dignidad humana se define como el merecimiento de trato especial que tiene
toda persona por el hecho de ser tal. Equivale sin más, a la facultad que tiene toda
persona de exigir de los demás un trato acorde con su condición humana 136. La
Constitución Política de 1991 establece en su Artículo 12: “ Nadie será sometido a
desaparición forzosa, a torturas ni a tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes” (subrayado fuera del texto original).
136
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia SU – 062 de 1999. Magistrado Ponente: Vladimiro Naranjo
Mesa.
14
La grave situación de hacinamiento en Colombia genera frente a los reclusos el
desconocimiento de las condiciones mínimas con las que éstos deben contar: una
celda, una cama, una buena higiene, separación por categorías, etc, vulnerándose
flagrantemente sus derechos. Por otra parte, se han presentado casos en los
cuales funcionarios de los centros de reclusión han efectuado cierto tipo de
requisas, fundadas supuestamente en los reglamentos internos de dichas
instituciones, y contrariando lo dispuesto por la Circular 35 de 1997 al respecto, las
cuales resultan violatorias del derecho a la dignidad humana. Tal es el caso
resuelto por la Corte Constitucional mediante Sentencia T – 702 de 2001, en
donde se determinó que en la Penitenciaria Nacional de Valledupar, los reclusos
estaban siendo sometidos a requisas rutinarias, sin razón necesaria, teniendo en
cuenta que la penitenciaria contaba con los instrumentos tecnológicos
correspondientes para llevar a cabo estas requisas y cumplir con sus fines de
manera apropiada:
...
137
CORTE CONSTITUCIONAL, Sentencia T –702 de 2001. Magistrado Ponente: Marco Gerardo Monroy
Cabra.
El sistema de salud de las prisiones colombianas tiene un régimen especial que no
está cubierto por la Ley 100 de 1993. En virtud de lo anterior, el INPEC debe
proporcionar en todos los establecimientos de reclusión atención médica oportuna
a los internos, durante el tiempo en que permanezcan en reclusión y garantizar
que gozarán de buena salud con posterioridad a su liberación. Los médicos
penitenciarios y carcelarios deberán atender a los internos con la consideración
debida, explicándoles en qué consiste su enfermedad y la incompatibilidad de las
medicinas prescritas138 y tienen la obligación de velar porque las condiciones de
higiene y educación alimenticia se mantengan de acuerdo con las normas de
salubridad139.
138
ECHEVERRI OSSA, Enfoques Penitenciarios. Op. cit., p. 119
139
Ibid. Pág. 120.
En consecuencia, no se están cumpliendo las condiciones mínimas de salubridad,
la atención médica no se acomoda a las necesidades de los internos, los
programas e instrumentos al respecto no son suficientes, y el traslado de los
enfermos para que sean objeto de tratamiento externo es deficiente y muy
demorado.
Las relaciones sexuales en las visitas íntimas se llevan a cabo en las celdas,
espacio que no cuenta con las condiciones mínimas de higiene y seguridad. Por
otra parte, las condiciones bajo las cuales se vive el encierro en las prisiones en
Colombia, permiten que la homosexualidad y los deseos sexuales se presenten
con mayor facilidad, puesto que las celdas son ocupadas por más de dos
personas obligadas a convivir las 24 horas del día. Esta situación, en muchas
ocasiones, termina con la satisfacción de las sensaciones, aunque esto implique
tener relaciones con sus compañeros de reclusión, incluso de carácter forzado.
140
LIGA COLOMBIANA DE LUCHA CONTRA EL SIDA, Informe Preliminar sobre la Situación de los
Privados de la Libertad y el VIH/SIDA en Colombia, 2001.
de 1991. Dicho sea de paso, para los reclusos el ejercicio de estos derechos tiene
carácter de obligatorio, en virtud precisamente del proceso de resocialización.
Tratándose de los sindicados, aunque respecto de ellos no se pretende la
resocialización, su situación los hace merecedores de las oportunidades
necesarias para poder desarrollar estos derechos, que con mayor razón
conservan.
141
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C- 394 DE 1995. Magistrado Ponente: Vladimiro naranjo
Mesa.
142
REPUBLICA DE COLOMBIA. Código Penitenciario y Carcelario. Artículos 79 y 86.
En adición a lo anterior, este Código previó, en su Artículo 90, la creación de una
sociedad de economía mixta denominada “Renacimiento”, con el fin de producir y
comercializar los bienes y servicios generados en las prisiones. Esta sociedad
fue constituida en el año de 1995, pero hasta el momento no ha desempeñado
sus funciones y subsiste como una entidad de papel.
143
ECHEVERRI OSSA, Enfoques Penitenciarios, Op. cit., p. 109
144
Ibid.
145
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T – 352 de 2000. gMagistrado Ponente: José Gregorio
Hernández Galindo.
las Naciones Unidas en octubre de 2001 146, en le cual se señala que las
condiciones de hacinamiento, la falta de recursos y de programas, de personal e
infraestructura adecuados, dificultan considerablemente el acceso a la educación y
al trabajo.
146
NACIONES UNIDAS. Alto Comisionado para los Derechos humanos. Oficina en Colombia misión
internacional derechos humanos y situación carcelaria. Informe centros de reclusión en Colombia: un estado
de cosas inconstitucional y de flagrante violación de derechos humanos, 2001.
147
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C – 176 de 1993. Magistrado Sustanciador: Alejandro Martínez
Caballero.
15
ejercerlos y hacerlos exigibles, pero no así respecto de los derechos que por su
condición les son suspendidos o restringidos.
148
NACIONES UNIDAS. Alto Comisionado para los Derechos humanos. Oficina en Colombia misión
internacional derechos humanos y situación carcelaria. Informe centros de reclusión en Colombia: un estado
de cosas inconstitucional y de flagrante violación de derechos humanos. 2001
manera preventiva conviven con los reclusos que ya fueron condenados, sin
ninguna distinción y la duración de los juicios los lleva casi a cumplir la pena
correspondiente al delito que se les imputa, antes de haber sido comprobada su
culpabilidad.
149
CORTE CONSTITUCIONAL, Sentencia T – 705 de 996. Magistrado Ponente: Eduardo Cifuentes Muñoz
El Artículo 112 señala el régimen de visitas de los sindicados, pero deja a cargo de
los reglamentos internos de cada uno de los centros de reclusión la facultad de
señalar el horario, las condiciones, la frecuencia y las modalidades bajo las cuales
se regirán estas visitas. Por su parte, indica que el régimen de visitas de los
condenados debe ser fijado por el reglamento general.
150
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T – 023 de 2003. Magistrada Ponente: Clara Inés Vargas
Hernández
En virtud de lo anterior, los reclusos tienen derecho a ser informados y a expresar
sus opiniones, bajo ciertas limitaciones por supuesto teniendo en cuenta su
condición. Así las cosas, el Código Penitenciario y Carcelario señala que este
derecho sólo puede ser limitado si se considera que pueda afectar el orden público
o alterar la disciplina interna de los centros de reclusión 151.
151
REPUBLICA DE COLOMBIA, Código Penitenciario y Carcelario. Artículo 110.
152
NACIONES UNIDAS, Alto Comisionado para los Derechos humanos. Oficina en Colombia misión
internacional derechos humanos y situación carcelaria. Informe centros de reclusión en Colombia: un estado
de cosas inconstitucional y de flagrante violación de derechos humanos. 2001
vulneraciones durante la detención particularmente ocurre en las estaciones
policiales, cuando las personas quedan ahí en condición de sindicadas.
153
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T–260 de 1999. Magistrado Ponente: Eduardo Cifuentes Muñoz.
judicial de privación de libertad, lo cual constituye un paso importante.
También cabe aplicar el arriba mencionado Art. 382 CPP.
Tutela. Una de las instituciones legales en las que la ciudadanía tiene más
confianza es la Tutela, y la Corte Constitucional tiene una línea
jurisprudencial en general protectora, incluso en discrepancia con el
Consejo de Estado y la Corte Suprema. De hecho, ya la Corte
Constitucional ha calificado la situación de los centros de reclusión como
“un estado de cosas inconstitucional” por la violación de los derechos
humanos que ahí se perpetra, disponiendo una serie de medidas al
respecto, que incluyen: el deshacinamiento y la separación total de
sindicados de condenados en 4 años (plazo que se vence el 28 de abril del
2002), la investigación por parte de la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del
Consejo Superior de la Judicatura por la falta de asistencia de los jueces de
penas y medidas de Seguridad de Bogotá y Medellín a las cárceles
(Sentencia T-153/98). Del mismo modo se ha pronunciado sobre la
detención de personas en estaciones de policía dando diez días para el
traslado de todas las personas a establecimientos de reclusión y
previniendo tanto al Ministerio de Justicia y del Derecho como al INPEC, la
Policía y otras fuerzas de seguridad de abstenerse de incurrir en los
mismos hechos so pena de las sanciones por desacato (Sentencia T-
847/2000).
Habeas corpus. ¿Qué hacer en los casos en los que las condiciones
penitenciarias no sólo no permiten el cumplimiento de las funciones de la
pena (falta de trabajo y estudio para la resocialización), sino que
abiertamente violan derechos fundamentales, configurándose tortura, tratos
crueles, inhumanos y degradantes?. La Corte Suprema se ha pronunciado
respecto del primer supuesto, indicando que aunque la cárcel no resocialice
ello no autoriza a que se deje de cumplir la privación de libertad “La
circunstancia de que el instituto de la prisión no cumpla las funciones que le
han sido asignadas, no autoriza dejar en libertad a los procesados. Hacerlo
sería avanzar hacia la sinrazón de impedir el funcionamiento de las
instituciones del estado encargadas de la represión penal... e incluso la
impunidad (...)” (Expediente 9993 de casación, de agosto de 1998). Esta
decisión es discutible pues puede amparar situaciones inconstitucionales
que desvirtúan el sentido de la prisión. Lo que no es discutible es que el
Estado colombiano proscribe, sin excepción ni justificación alguna, la tortura
y los tratos crueles, inhumanos y degradantes. Cuando las condiciones de
arresto o prolongación del mismo se dan en violación de las garantías
constitucionales, el Art. 353 del CPP es expreso en indicar que ahí cabe la
libertad inmediata de la persona por la autoridad que la tiene a su cargo.
Del mismo modo el Art. 387 CPP, sanciona la improcedencia de medidas
restrictivas de la libertad a personas capturadas con violación de las
garantías constitucionales, mientras no se restauren las garantías
quebrantadas. Aún en el caso de que la detención tenga un origen legal,
ésta no se debe prolongar en condiciones de violación de derechos
humanos, que convierten a la detención en ilegítima e ilegal.
154
MINISTERIO PUBLICO, Defensoría del Pueblo. Proyecto de ley estatutaria, octubre de 2001
insuficiencia de defensores públicos, en general se les reconoce
compromiso y seriedad en su trabajo, y los presos confían en ellos. Sin
embargo, tal hecho no suple a cabalidad la desproporción entre una
institución como la Fiscalía, con poderes casi absolutos para organizar la
acusación, y una defensa minimizada.
11.3 LA RESOCIALIZACIÓN
La sociedad está organizada por normas que regulan la convivencia entre sus
integrantes. El proceso de socialización consiste entonces en el aprendizaje de los
roles que cada uno de ellos debe desempeñar, teniendo en cuenta las reglas
correspondientes. Cuando se incumple alguna o algunas de estas normas, la
sociedad reacciona imponiendo sanciones por medio de las cuales pretende
educar a los infractores en la aceptación y seguimiento de las normas infringidas,
155
REPÚBLICA DE COLOMBIA. Código Penitenciario y Carcelario, Artículo 9. Código Penal de 2000,
Artículo 4.
156
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T – 153 de 1998. Magistrado Ponente: Eduardo Cifuentes
Muñoz.
con el fin de que éstos no sigan generando desequilibrios en el orden de la
comunidad y puedan entonces pertenecer a ésta sin generarle daño alguno.
157
NACIONES UNIDAS. Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos adoptadas en el Primer
Congreso sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente. Ginebra, 1955. Regla No. 65
programas de tratamiento que se ejecutaban en este centro tenían los siguientes
pasos158:
158
INSTITUTO NACIONAL PENITENCIARIO. Memorias del Primer Seminario Internacional del Sistema
Progresivo. Santafé de Bogotá, 1996. p. 48 y 49.
16
Psíquica y siquiátrica, con reactivos mentales diversos.
159
REPUBLICA DE COLOMBIA. Código Penitenciario y Carcelario de 1993. Artículos 12 y 142.
necesidades particulares de cada uno de los internos; se materializa a través de la
educación, la instrucción, el trabajo, la actividad cultural, recreativa, deportiva y las
relaciones de familia160; y tiene las siguientes fases: i) Observación, diagnóstico y
clasificación del interno ii) Alta seguridad que comprende el período cerrado iii)
Mediana seguridad que comprende el período de semiabierto iv) Mínima
seguridad o período abierto v) De confianza, que coincidirá con la libertad
condicional.
160
Ibid., Artículo 143.
161
INPEC, Subdirección de Tratamiento y Desarrollo. Pautas generales en la aplicación del tratamiento
penitenciario en los centros carcelarios, penitenciarios y pabellones de alta seguridad, 2002. p. 4 y 5
Humanizar la atención a la población de internos, mejorando su bienestar y
orientándolo a la reinserción social progresivamente.
Como estímulos para los internos para la ejecución del trabajo en los
centros de reclusión se encuentran: la posibilidad de redimir la pena (por
dos días de trabajo se disminuye un día de condena), la capacitación en
una labor que le permitirá tener la experiencia para poder ser productivo al
momento de recuperar su libertad y una bonificación (se debe recordar
que el trabajo en el caso de los internos no constituye una relación laboral
en estricto sentido, por esta razón el dinero que se paga a cambio del
trabajo del interno se denomina de esta forma) que depende de la
modalidad del trabajo que se desempeñe.
162
INPEC. Acuerdo 11 de 1995. Artículo 61
- Administración directa: cuando la administración del establecimiento
pone a disposición de los internos los recursos productivos del Estado,
necesarios para el desarrollo de actividades industriales, agropecuarias
y de servicios con carácter empresarial y controla directamente el
desarrollo económico y social de las mismas.
En las penitenciarias y las cárceles del Distrito Judicial debe haber Centros
de Educación de Adultos, por medio de los cuales se presta la educación
formal básica y media. La creación de los centros depende de los recursos
humanos, físicos y técnico-pedagógicos con que cuenten los
establecimientos de reclusión correspondientes. Adicionalmente, éstos
deben contar con el reconocimiento de carácter oficial por parte de la
Secretaría de Educación y con un Proyecto de Educación Institucional.
Ahora bien, resulta importante considerar que las mujeres y los hombres tienen
diferencias físicas, alimenticias, sociales, vocacionales y de salud (por ejemplo:
ginecología, maternidad, cuidado de bebés en prisión, planificación familiar,
drogas y embarazo), diferencias razonables que ameritan un planteamiento
distinto respecto de los centros de reclusión para las mujeres, así como de los
programas de salud, alimentación y actividades a desarrollar en dichos centros. En
este sentido, no basta el simple hecho de tener establecimientos que sólo recluyen
mujeres, pues su estructura, organización y funcionamiento se rige por las
disposiciones generales de los centros de reclusión, tanto nacionales como
internacionales, sin tener en cuenta las diferencias antes mencionadas.
Por otra parte, el contacto con la familia es la prioridad número uno de las mujeres
que se encuentran privadas de la libertad; esto se constituye en un factor
importante para su estabilidad. Cuando una mujer es encarcelada, la vida de su
familia se colapsa, la mayoría de las internas son mamás y sus hijos, en términos
generales, no quedan bajo el cuidado del padre biológico, sino de la mamá de la
presa o de alguna autoridad local encargada. No sucede lo mismo en cuando los
hombres van a prisión y son padres, porque en estos casos, casi en un 90%, sus
hijos quedan bajo el cuidado de la madre biológica.
163
CORTE CONSTITUCIONAL, Sentencia C – 157 DE 2002. Magistrado Ponente: Manuel José Cepeda
Espinosa.
164
Ibid.
Ahora bien, la permanencia de los niños o niñas en los centros de reclusión en
compañía de sus madres debe cumplirse bajo condiciones adecuadas: la madre
debe estar en condiciones de asumir el cuidado de sus hijos y el espacio físico
debe contar con los elementos suficientes para que los niños o niñas puedan
realizar las actividades requeridas para su debido desarrollo físico, psíquico y
moral. En adición a lo anterior, cuando los niños o niñas cumplen la edad máxima,
esto es los tres años, deben salir de la prisión y quedar al cuidado de su papá o de
algún familiar de la mamá o en su defecto, de alguna entidad oficial dedicada a
esto.
Por medio de esta ley se dispone que las madres cabeza de familia que son
condenadas a la pena privativa de la libertad, pueden cumplir esta pena en el
lugar de su residencia, excepto que en ese lugar viva la víctima de la conducta
punible, siempre y cuando se verifiquen los requisitos establecidos para tal fin.
Los elementos normativos que aseguran que el derecho consagrado en esta ley
se ajusta a los mandatos constitucionales son los siguientes165:
Este derecho no lo tienen las mujeres que hayan cometido ciertos delitos,
que hayan incurrido en las conductas muy graves, tales como secuestros,
genocidios, extorsión o desaparición forzada, entre otras.
165
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C – 184 de 2003. Magistrado Ponente: Manuel José Cepeda
Espinosa.
Esta ley fue demandada ante la Corte Constitucional porque supuestamente
violaba el principio de igualdad, pues no era aplicable a los padres que son cabeza
de familia. La Corte Constitucional, al resolver la acción interpuesta, manifestó que
la ley 750 de 2002 tiene fundamento en los Artículos 13 y 43 inciso final de la
Constitución Política de 1991 y en el Artículo 2 de la ley 82 de 1993. En virtud de
estas normas, se configura en cabeza del Estado la obligación de proteger de
manera especial a las mujeres cabeza de familia, teniendo en cuenta las
diferencias razonables que existen entre los hombres y las mujeres. En este punto
resulta pertinente señalar que de acuerdo con estadísticas recientes el 99% de
las mujeres que se encuentran recluidas son madres de menores de edad o tienen
a su cargo un incapaz166, situación que no se presenta en relación con los
hombres recluidos.
Concluyó entonces la Corte que la ley 750 de 2002 no podía ser declarada
inconstitucional. Ello no obstante, la Corte entendió que con esta ley se pretende
la protección de la familia, en especial del interés superior de los niños, es decir,
de los derechos que en su cabeza tienen el carácter de fundamentales y gozan de
la condición de prevalencia, en concordancia con lo dispuesto en el numeral
primero del Artículo 3 de la Convención Sobre Derechos del Niño, adoptada por
las Naciones Unidas y ratificada por Colombia en el año de 1991. Por esta razón
la Corte decidió en todo caso reconocer el derecho consagrado en la ley 750 a los
hombres que se encuentren en la misma situación de hecho que una mujer
cabeza da familia, siempre y cuando se demuestre que su presencia es necesaria
para dar el debido cuidado y el amor requerido para que los derechos de los
166
Ibid.
menores o impedidos no se vean afectados por la privación de la libertad de su
padre en un centro de reclusión.
13. CONCLUSIONES
167
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C – 237 DE 1997. MagistradoPonente: Carlos Gaviria Díaz.
sindicados están en cierta forma cumpliendo con la pena sin haberse comprobado
su responsabilidad, desdibujándose así la función de la pena.
Es sólo hasta el siglo XVIII cuando las prisiones son consideradas como
instrumentos punitivos. Con anterioridad a este período las prisiones fueron
establecimientos en los cuales las autoridades del momento recluían a quienes
cometían delitos, con el fin de asegurar que estuvieran presentes en el momento
del juicio y que se les pudieran aplicar las sanciones correspondientes, que como
se señaló consistían en acciones contra el cuerpo y el patrimonio de los
infractores, no siempre proporcionales a los actos cometidos.
Aunque el derecho penal vigente contempla otras penas, que difieren de las que
venían empleándose en épocas anteriores pues el sentimiento humanitario que se
desarrolló en la sociedad moderna implicó dejar a un lado todas aquellas
sanciones que resultaran lesivas para la vida, la salud física y mental, la
integridad, etc. de los condenados, se considera (a partir de su creación y hasta
nuestros días) que la privación de la libertad en las prisiones es la forma más
efectiva de combatir el crimen, de conseguir que los delincuentes no vuelvan a
cometer faltas contra la sociedad, de crear en los demás miembros de la sociedad
la conciencia de rechazo por dichos actos y de hacer justicia.
Pero esta política no tiene aplicación real en Colombia pues contrasta con las
demás decisiones adoptadas por el Gobierno en relación con asuntos que tienen
incidencia directa en él:
El Gobierno tiene otras prioridades en materia presupuestal razón por la
cual no le es asignada la porción requerida. Adicionalmente, la pequeña
porción que le corresponde se malgasta.
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DEPARTAMENTO NACIONAL DE PLANEACIÓN, 2000
políticas en contra de la criminalidad, la publicación de códigos que
no tienen impacto en la población carcelaria, porque nos e ajustan,
con base en los estudios empíricos, a la tendencia y las
características de la criminalidad, son también causas de esta crisis.
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LIGA COLOMBIANA DE LUCHA CONTRA EL SIDA, Informe Preliminar sobre la Situación de los
Privados de la Libertad y el VIH/SIDA en Colombia. 2001
Proponer políticas que comprometan a los ciudadanos a participar de
manera activa en el proceso tanto preventivo como de reinserción social.
Adoptar políticas que no tiendan a penalizar todos los actos delictivos y que
tengan en consideración las circunstancias que rodean dichos actos, con el
fin de señalar la pena que realmente corresponde y que tendrá un efecto
positivo.
Sin embargo, en la vida real de los centros de reclusión lo antes expuesto no pasa
de ser una simple ilusión. En primer lugar se debe advertir que el éxito del
tratamiento penitenciario recae sobre las instrucciones que el INPEC imparta
como guía científico-técnica del mismo, teniendo en cuenta la naturaleza de este
proceso (Artículo 145 de la ley 1993), pero hasta el momento no han sido
expedidas dichas guías, razón por la cual se pierde por completo el sentido de
este tratamiento. Adicionalmente, las precarias condiciones en las que se
encuentran estos establecimientos, por superpoblación, deficiencias en la
infraestructura, problemas de presupuesto, corrupción, etc, impiden que
efectivamente se puedan llevar a cabo cada uno de los pasos del tratamiento
penitenciario bajo el esquema del sistema progresivo y hacen casi imposible que
los programas generen verdaderos efectos.
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SANCHEZ, Sonia Esmeralda. Tratamiento Penitenciario: una preparación para la libertad o un servicio
carcelario. En: Revista Criminología y Ciencias Forenses Fundación Educativa San Francisco de Asís .
Bogotá. No. 3 (abril. 2003). p. 45.
No se pretende asumir una posición de superprotección y vulneración del derecho
igualdad al señalar que el manejo en materia de reclusión de las mujeres
delincuentes debe ser diferente al de los hombres delincuentes, pero tampoco se
puede pensar que puede haber un trato para las mujeres totalmente igual al que
se da a los hombres del Sistema Penitenciario y Carcelario.
Por otra parte, en relación con el tema de las madres internas y sus bebés es
complicada la discusión sobre si éstos deben estar con aquellas o no, pues
resulta tan perjudicial el hecho de que menores de 3 años estén en centros de
reclusión que no cuentan con las condiciones mínimas para asegurar su debido
desarrollo psíquico, físico y moral, como el hecho de separarlos de sus madres,
teniendo en cuenta que es durante esta etapa cuando más necesitan de ella para
su correcto crecimiento.
Como consecuencia de todo lo anterior, surgen las siguientes inquietudes: ¿Se
debe entonces acabar con los centros de reclusión? ¿Se trata de un problema de
legislación penitenciaria y carcelaria? ¿La solución está en tratar de aplicar los
correctivos para que su finalidad se cumpla? Es evidente que las prisiones son un
mal necesario, pues como se vio en el trascurso de la historia, tanto mundial como
colombiana, esta institución se conserva, a pesar de sus detractores. De igual
forma, las normas que regulan el Sistema Penitenciario y Carcelario, en términos
generales son adecuadas y tienen previstas todas las necesidades del mismo.
Pero también es evidente que en las condiciones en las que se desarrolla todo el
sistema carcelario y penitenciario, las funciones de la pena no van a ser nunca
una realidad. La actuación debe ser conjunta y debe estar encaminada a combatir,
paulatinamente, pero de manera decidida, todos las causas internas y externas
que generan la inestabilidad del sistema, de tal forma que la solución que se
presente en relación con una de esas causas se vea compensada y apoyada por
la que se genera respecto de las otras. Así los esfuerzos no serán en vano y se
dejará poco a poco de estar en el círculo vicioso en el que ha caído la situación de
las prisiones en Colombia, porque los pañitos de agua tibia solo sirven para
calmar el dolor de manera precaria y temporal.
BIBLIOGRAFÍA
10. DURAN, Jorge Luis. Un infierno de 3x3. En: EL TIEMPO, Bogotá. (25, abril,
1999). p. 2F
11. ECHEVERRI OSSA, Bernardo. Custodia de las prisiones en Colombia.
Bogotá: Publicaciones de la Escuela Penitenciaria Nacional, 1992.
CONVENCIONES
11.1.2. Inicialmente, se hizo un rápido recorrido por algunas zonas del centro
carcelario en compañía del subdirector de la cárcel, Humberto Salazar. Este
manifestó su desacuerdo con la remodelación, en razón de los problemas que
acarrea para la visita conyugal. Expresó que el número de internos aumentaba de
manera indeclinable, pues diariamente ingresaban 80, y apenas abandonaban el
centro entre 40 y 45 personas. Añadió que dos años atrás, cuando se posesionó
como subdirector de la cárcel, ésta contaba con 3000 internos, mientras que el día
de la visita su número ascendía a 5000.
Los internos expresan: "si las obras son para mayor hacinamiento, que nos dejen
como estamos". Sostienen que la privación de la libertad no acaba con sus
derechos, y que el verdadero respeto a sus derechos fundamentales es que cada
uno tenga su celda.
11.1.4. A la 1:30 p.m. se inició un recorrido por las instalaciones del centro
carcelario, en compañía de algunos miembros del Comité de derechos humanos.
En primer lugar, se visitó el patio del pabellón 5, el pabellón más hacinado
actualmente, según los miembros del comité. En este patio se percibe un fuerte
hacinamiento. El espacio para desplazarse es muy reducido. Muchos internos se
encuentran recostados contra las paredes del patio, cubriéndolas por completo;
otros se encontraban durmiendo en costales sobre el piso; otros estaban parados;
y algunos realizaban una mínima actividad recreativa.
A renglón seguido se procedió a visitar la parte B del patio 4 que, aun cuando se
encuentra todavía en trabajos de remodelación, ya está siendo habitado. En el
recorrido hacia el área de las celdas se percibe la falta de ventilación. Los pasillos
y las escaleras son angostos. Los escalones se encuentran en mal estado,
carcomidos. En los techos se observan filtraciones de agua. Las paredes a la
entrada de las escaleras están deterioradas. Se constató que en las paredes ya
remodeladas hay partes en las que debajo de la pared nueva se puede observar la
vieja y se ve que la nueva tiene un grosor aproximado de 1 centímetro. Las celdas
constan de cuatro camas de cemento (camastros). Manifiestan que en cada celda
se ubican cuatro personas en las camas y tres en el piso. Hay un total de 12
celdas por piso.
En la visita al Patio 3 se constató que éste era el mejor patio de la cárcel. Allí se
encuentran internos con algún poder social o económico. Cuenta con espacio para
384 internos y hay 382. Las celdas ya están remodeladas. En cada una de ellas
pernoctan 4 personas.
En el cuarto piso del pabellón 2 se verificó que los internos habitaban en túneles
húmedos y oscuros. Allí se presenció la existencia de un espacio de 1.12 metros
de ancho por 6 metros de largo y 2 metros de alto, lugar en el cual duermen seis
personas. Los internos adaptaron a la entrada un inodoro, utilizado por todos los
recluidos en piso cuarto, puesto que los demás baños son usados como celdas. El
túnel no tiene ningún tipo de ventilación ni luz y, además, despide un olor
penetrante y desagradable a causa del inodoro que se encuentra en su entrada.
La falta de luz y de aire impidieron continuar el recorrido hasta el fondo del túnel,
en donde duermen más internos. Al salir y recuperar el aire se entiende la razón
de ser del apelativo que le dan los internos al túnel: baño de los fritos. En la
rotonda del pabellón se observa que los antiguos baños han sido adecuados por
los reclusos como dormitorios, con ayuda de cartones y periódicos. Estos internos
utilizan bolsas para depositar sus desperdicios sanitarios.
11.1.5. A las 4:30 p.m. se inició una entrevista con el director de la cárcel, el
teniente de la Guardia Penitenciaria, Pedro José Martínez. Sus declaraciones
fueron grabadas. Ello posibilita la trasncripción de distintos apartes de su
exposición.
Sostiene el director que para lograr el bienestar de los internos se deben mejorar
las instalaciones locativas. Considera que el ideal es individualizar al recluso para
que habite en celda unicelular. Dice que la colectivización lleva a acciones
suicidas y deterioro psicológico, lo cual constituye un peligro para los guardianes.
Señala que la cárcel requiere más espacio, más salud, más vigilancia. Manifiesta
que el área de sanidad no es suficiente y que, además, se dificulta el transporte de
internos a los hospitales por la carencia de guardianes.
Precisa que una cárcel debe ser manejable y debe tener máximo 2000 internos.
Debe tener espacios para manejar núcleos pequeños, patios de 100 personas,
que se adecuan al manejo de la seguridad de cada interno. Sostiene que el
gobierno "va a tener que pagar cuantías respondiendo, porque hay abogados
demandando por todos esos difuntos, y le va costar al erario publico cantidad de
dinero, le sale más cómodo contratar unidades de guardia para que cuiden y
hacer cárceles". Considera que en cuestión de seguridad "entre más tenga uno al
interno un poco dividido, menos ellos tienen concierto para organizarse. Es más
fácil controlar a un interno en una celda que esté haciendo algo irregular. El
interno se siente débil porque está solo, pero cordón de cuatro dobleces no puede
entrar uno a requisarla sino con un poco de personal porque ellos van a arremeter
todos cuatro contra uno".
Afirma que la disposición del código penitenciario sobre separación de los reclusos
por categorías no se cumple porque no hay espacio. Señala que esta separación
debería venir de un estudio de un grupo interdisciplinario, donde se atendiera a las
condiciones personales del individuo, no a los delitos cometidos.
Sostiene que otro problema con el agua es el de las visitas. En las visitas
mensuales, las llamadas "cuarentas", ingresan hasta 20 mil personas.
La construcción de cárceles
El aumento de la planta de guardia. Sostiene que solamente hay 6
mil en todo el país. La falta de guardia ocasiona que se violen los
derechos humanos a los internos, porque se dejan de hacer
remisiones a los médicos y a las diligencias judiciales. Además, no
hay suficiente personal que investigue las faltas de la guardia. Hay
más de 5 mil sumarios sin resolver porque solo hay 5 abogados
encargados.
Concesión de los subrogados penales. Hay internos que podrían
beneficiarse de los subrogados penales, pero los jueces de ejecución
de penas les niegan esta posibilidad, afirmando que requieren aún
de tratamiento penitenciario, a pesar de que las directivas de la
cárcel certifican que "la persona es correcta, de buenas relaciones
públicas y que ha ayudado a crear un clima de paz en la cárcel." Los
jueces no disponen de tiempo para entrevistar a los internos.
Sostiene que los guardias podrían colaborar en esta labor. Señala
que aunque la filosofía que inspiró la creación de los jueces de
ejecución de penas fue buena, éstos no tienen las herramientas
necesarias para cumplir sus funciones. Manifiesta que la cárcel
carece del personal necesario para estar con el recluso. Al respecto
precisa que los trabajadores sociales son vinculados por medio de
contratos a término fijo, razón por la cual no pueden hacer el debido
seguimiento del preso. Solamente hay un trabajador social de planta,
y debe cubrir los cinco mil internos. El director aclara que en los
tres
meses que lleva en funciones, "no me han presentado un juez de
ejecución de penas".
Acerca de las quejas de los reclusos sobre las demoras administrativas para
acreditar el tiempo de trabajo responde que hay insuficiente planta de personal
para resolver la demanda de los cinco mil internos. En la parte administrativa hay
aproximadamente 90 funcionarios. Manifiesta que "esto es un monstruo donde es
imposible resolver las demandas a todos".
11.1.6. A las 8 :30 p.m. se inició la visita nocturna del establecimiento. Estuvieron
presentes el subdirector, la defensora delegada para asuntos carcelarios y
penitenciarios, su asesor jurídico y algunos miembros del comité de derechos
humanos. Luego de finalizado el conteo de los internos, se visitó el Pabellón de
Aislados, en donde se encuentran recluidas las personas sancionadas por causa
de la comisión de una falta, o las que piden ser internadas allí, por motivos de
seguridad personal. En este pabellón se experimenta una impresionante
sensación de hacinamiento. En una celda de 2M x 2.5M, con dos camastros, se
encuentra un promedio de cinco a seis personas. Las celdas dan a un pasillo, el
cual, a su vez, desemboca en un sector de la cárcel por el que pasa una cañería
que despide olores fétidos. No hay luz en el pasillo. Las celdas no tienen suficiente
ventilación.
En el recorrido al tercer piso del pabellón, las escaleras se volvieron aún más
empinadas y oscuras. Las paredes estaban en pésimo estado. Se percibía un olor
fétido, muy penetrante. Sobre el piso de la rotonda - un espacio de 22 metros
cuadrados aproximadamente - había alrededor de 90 personas durmiendo. No
había luz. No se podía ver absolutamente nada. Sólo se sentía la presencia de
muchas personas por su respiración. Faltaba el aire, no había ningún tipo de
ventilación y el olor era nauseabundo.
Para inspeccionar las letrinas, fue necesario caminar solicitando permiso a los
presos que se encontraban durmiendo en el suelo, y pisando una que otra cabeza.
En este espacio también hay presos. Tiene aproximadamente 10 metros
cuadrados y en él se encontraban, según voces de los mismos internos, alrededor
de 60 personas. El olor es nauseabundo. El monitor del patio manifiesta que allí es
donde se incuban las enfermedades. Otro recluso agrega que en ese lugar
empezó la epidemia de varicela, que azotaba en ese momento a la cárcel.
Los internos duermen con una pequeña manta, sobre el mismo piso o sobre
colchonetas muy delgadas. Duermen casi que "uno encima del otro", aguantando
malos olores, faltándoles el aire y completamente hacinados.