Act 2 Evaluacion Desempeño Max
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COMPENSACIONES
Actividad de Aprendizaje 2. Evaluación de desempeño
aplicando un método contemporáneo.
ALUMNO
Junio 2020
INTRODUCCIÓN.
¿Qué determina que un sistema de salud sea bueno?, ¿Qué determina que un sistema de
salud sea equitativo?, ¿Cómo podemos saber si el desempeño de un sistema de salud es
el mejor posible? Estas preguntas han sido objeto de debate público en la mayoría de
países en todo el mundo. Es claro que la forma como estas interrogantes sean resueltas
dependerá de cómo cada país ubique o privilegie a la salud dentro de su proyecto de
desarrollo nacional; de cómo conciba, gestione y financie los sistemas de salud; de cómo
considere que la mejora del desempeño de los sistemas de salud pueda contribuir a
mejorar y proteger la salud de la población; y de cómo reconozca que el desempeño de
los servicios de salud puede determinar las diferencias entre la calidad, el valor y la
duración de la vida de los millones de personas a las que atienden.
Para Martha Alles (2005), la evaluación de 360° es una herramienta para el desarrollo del
talento humano e implica un compromiso tanto de la empresa como del personal que
integra la organización; además, se requiere de una plena confianza entre las partes y
demanda la confidencialidad. Este tipo de evaluación consiste en tomar varios puntos de
vistas, en este caso, no solo tu jefe te va a evaluar, también otros se involucrarán a este
proceso de evaluación que creo es muy útil que ayudara a conocer mejor la situación de
manera más general.
La evaluación de desempeño 360 grados es un proceso complejo que los gerentes y
encargados deben enfrentar con mucha sabiduría, esto porque se está tratando con
personas con cultura a veces diversas, pensamientos distintos, emociones variadas. En
este proceso de evaluación no se debe caer en el error de la subjetividad, se debe ser lo
más objetivo posible, hay que recordar que esto no es con propósitos castigadores ni
nada por el estilo, es más bien para mejorar el desempeño de cada individuo que integra
la empresa en sus diferentes áreas o departamentos.
COMPETENCIAS.
Los elementos que estructuran las competencias, son los siguientes:
El saber actuar: Es el conjunto de factores que definen la capacidad inherente que tiene
la persona para poder efectuar las acciones definidas por la organización. Tiene que ver
con su preparación técnica, sus estudios formales, el conocimiento y el maneo adecuado
de los recursos cognitivos puestos al servicio de sus responsabilidades.
El querer actuar: Alude no solo el factor de motivación de logro intrínseco a la persona,
sino también a la condición más subjetiva y situacional que hace que el individuo decida
efectivamente emprender una acción en concreto. Influyen fuertemente la percepción de
sentido que tenga la acción para la persona, la imagen que se ha formado de sí misma
respecto de su grado de efectividad, el reconocimiento por la acción y la confianza que
posee para lograr llevarla a efecto.
El poder actuar: En muchas ocasiones, la persona sabe cómo actuar y tiene los deseos
de hacerlo, pero las condiciones no existen para que realmente pueda efectuarla. Las
condiciones del contexto, así como los medios y recursos de los que disponga la persona,
condicionan fuertemente la efectividad en el ejercicio de sus funciones.
COMPETENCIAS CARDINALES
Competencias cardinales: Son aquellas que deberían poseer todos los integrantes de la
organización.
Compromiso: Sentir como propios los objetivos de la organización. Apoyar e
instrumentar decisiones comprometido por completo con el logro de objetivos comunes.
Prevenir y superar obstáculos que interfieren con el logro de los objetivos del negocio.
Controlar la puesta en marcha de las acciones acordadas. Cumplir con sus
compromisos, tanto los personales como los profesionales.
Ética: Sentir y obrar en todo momento consecuentemente con los valores morales y las
buenas costumbres y prácticas profesionales, respetando las políticas organizacionales.
Implica sentir y obrar de este modo en todo momento, tanto en la vida profesional y
laboral como en la vida privada, aun en forma contraria a supuestos intereses propios o
del sector/organización al que pertenece, ya que las buenas costumbres y los valores
morales están por encima de su accionar, y la empresa así lo desea y, lo comprende.
Prudencia: Sensatez y moderación en todos los actos, en la aplicación de normas y
políticas de la organización sabiendo discernir lo bueno y lo malo para la empresa, para el
personal y para sí mismo. Implica también que piensa y actúa con sentido común. Ambas
características, sensatez y moderación y sentido común, aplicadas en todos los actos, en
todo momento, en todos los aspectos de la vida.
Justicia: Actitud permanente de dar a cada uno lo que le corresponde en los negocios, en
la relación con clientes y proveedores, en el manejo del personal; velando siempre por el
cumplimiento de las políticas organizacionales. Implica pensar, sentir y obrar de este
modo en todo momento, en cualquier circunstancia, aunque fuese más cómodo no
hacerlo.
Fortaleza: Implica el obrar en el punto medio en cualquier situación. Entendiendo por
punto medio una actitud permanente de vencer el temor y huir de la temeridad. No se
trata de alardes de fuerza física o de otro tipo, por el contrario, se relaciona con valores
como la prudencia y la sensatez para tomar el punto medio de las distintas circunstancias
sin caer en la tentación de actuar como todopoderoso o, por el contrario, como timorato.
Orientación al cliente: Implica un deseo de ayudar o servir a los clientes, de comprender
y satisfacer sus necesidades, aun aquellas no expresadas. Implica esforzarse por
conocer y resolver los problemas del cliente, tanto del cliente final a quien van dirigidos los
esfuerzos de la empresa como los clientes de los propios clientes y todos aquellos que
cooperen en la relación empresa-cliente, como el personal ajeno a la organización. No se
trata tanto de una conducta concreta frente a un cliente real como de una actitud
permanente de contar con las necesidades del cliente para incorporar este conocimiento a
la forma específica de planificar la actividad.
Orientación a los resultados: Es la capacidad de encaminar todos los actos al logro de
lo esperado, actuando con velocidad y sentido de urgencia ante decisiones importantes
necesarias para cumplir o superar a los competidores, las necesidades del cliente o para
mejorar la organización. Es capaz de administrar los procesos establecidos para que no
interfieran con la consecución de los resultados esperados. Es la tendencia al logro de
resultados, fijando metas desafiantes por encima de los estándares, mejorando y
manteniendo altos niveles de rendimiento, en el marco de las estrategias de la
organización.
Calidad del trabajo: Excelencia en el trabajo a realizar. Implica tener amplios
conocimientos en los temas del área del cual se es responsable. Poseer la capacidad de
comprender la esencia de los aspectos complejos para transformarlos en soluciones
prácticas y operables para la organización, tanto en su propio beneficio como en el de los
clientes y otros involucrados.
Sencillez: Es la capacidad de expresarse sin dobleces ni engaños, diciendo siempre la
verdad y lo que siente. Generar confianza en superiores, supervisados y compañeros de
trabajo. La sencillez es reconocida por otras personas con las que se interactúa, por
ejemplo, los proveedores o los clientes. Buscar nuevos y mejores caminos para hacer las
cosas evitando las soluciones burocráticas.
Adaptabilidad al cambio: Es la capacidad para adaptarse y amoldarse a los cambios.
Hace referencia a la capacidad de modificar la propia conducta para alcanzar
determinados objetivos cuando surgen dificultades, nuevos datos o cambios en el medio.
Se asocia con la versatilidad del comportamiento para adaptarse a distintos contextos,
situaciones, medios y personas rápida y adecuadamente. Implica conducir a su grupo en
función de la correcta comprensión de los escenarios cambiantes dentro de las políticas
de la organización.
Temple: Serenidad y dominio en todas las circunstancias. Implica otras competencias
como prudencia y fortaleza. Es la capacidad para justificar o explicar los problemas
surgidos, los fracasos o los acontecimientos negativos. Implica seguir adelante en medio
de circunstancias adversas, no para llevar a la empresa a un choque o fracaso seguro
sino para resistir tempestades y llegar a buen puerto.
CONCLUSIÓN.
La evolución de la evaluación de desempeño constituye una actividad esencial en
cualquier organización moderna que le permite obtener información del personal que allí
labora para la toma de decisiones, por lo tanto, contar con un sistema de evaluación es
imprescindible para cualquier organización por pequeña que sea, pues permite valorar los
avances y las debilidades y en consecuencia, viabilizar la toma de decisiones para tomar
correctivos, sin que estos sean vistos como castigo o sanción sino como la búsqueda de
un mejor desempeño del trabajador y la organización en general, el éxito de una
organización o negocio dependerá de que tan bien trabajen los colaboradores, hay varios
factores internos e internos que influyen en la productividad de los mismos, unos
controlables pero otros no se pueden controlar fácilmente El fracaso de muchas o algunas
empresas es muchas veces por estas no tener la capacidad de encontrar estas
debilidades que diariamente por más esfuerzos que la empresa haga para ganarse el
mercado y se competitiva, no lo va a lograr, es necesario contrarrestar estas debilidades
con las fortalezas y un programa bien elaborado y planeado previamente.
BIBLIOGRAFIA
- Alles, M. (2005). Desempeño por competencias. Evaluación de 360°. México:
Granica, pp. 141-210, 101-138.
- Arias Galicia, F. (1994). Administración de recursos humanos. México: Trillas.