Rosario A San Judas Tadeo
Rosario A San Judas Tadeo
Rosario A San Judas Tadeo
“Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios nuestro, en el
nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.”
Primer Denario: “Oh San Judas Tadeo, consanguíneo de Jesús, María y José, ven
deprisa, socórreme en nombre de la santísima trinidad, de la preciosísima sangre de
nuestro Señor Jesucristo y de la inmaculada concepción. Amén.”
En la cuenta grande:
R: Como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos.”
En las 10 cuentas del denario:
Oración Final:
“Glorioso Apóstol San Judas Tadeo, el amor a Nuestro Señor Jesucristo te llevó a
entregarte como víctima, sufriendo el martirio en la predicación del evangelio. Te pido la
gracia de amar a Jesús sobre todas las cosas de este mundo y si fuere la santísima
voluntad de Dios, obtenme la gracia que ardientemente te suplico en esta Coronilla.
Amén.”
“San Judas Tadeo, glorioso apóstol de nuestro Señor Jesucristo, dígnate oír nuestras
oraciones, benignísimo apóstol y mártir de nuestro Señor. Te pido que recuerdes la
dulcísima alegría experimentada por tu corazón, cuando Cristo, tu amadísimo maestro, te
enseñó y a tus compañeros de apostolado, la santa oración del Padre nuestro. Oh San
Judas Tadeo, amigo y mártir de Jesucristo, admirable por tus milagros y virtudes, por esas
delicias, te ruego que me alcances la gracia de, con una gran constancia, ser fiel a Jesús
en todo tiempo, hasta el fin de mi vida. Oh mi admirable y fidelísimo abogado, abogado de
todos los que te invocan y te veneran, especialmente gran patrono y protector en las
situaciones difíciles, a ti clamo, para ti grito en mi necesidad y humildemente te suplico,
que siendo favorecido por Dios, con la especial prerrogativa de asistir con admirable
favor y poder a los que perdieron casi toda esperanza, vengas en mi socorro en esta
necesidad en la cual no puedo contar con ningún auxilio de parte de los hombres. Te
aseguro y te prometo San Judas Tadeo, que durante toda mi vida, no olvidaré este favor y
beneficio, y que te he de honrar por todos los modos como mi patrono especial y celebrarte
delante de todo el mundo. Oh Jesús, que diste a tu glorioso apóstol San Judas, uno de los
primeros lugares en tu sagrado corazón, ten compasión de nosotros en consideración de
las virtudes y méritos que lo tornaron tan amable y querido. San Judas Tadeo, apóstol y
pariente de Jesús, María y José, yo te saludo por intermedio del sagrado corazón de Jesús,
exalto y agradezco a Dios las gracias que te concedió. Por ese sagrado corazón, yo
humildemente suplico, arroja sobre mí tu benigna mirada, no desprecies mi pobre oración
y no permitas que sea vana mi confianza. Dios te concedió la gracia mediante tu valiosa
intercesión, amparar a los hombres en los casos más desesperados. Por eso, oh excelso y
glorioso Mártir, ven en mi auxilio, para que yo pueda cantar la infinita misericordia del
Señor. Grato seré a ti, por toda mi vida y tu fiel devoto hasta que pueda agradecerte cara a
cara allí en el cielo. Amén.”
Segundo Denario: “Oh San Judas Tadeo, te pido que recuerdes la dulcísima alegría
experimentada por tu corazón, cuando Cristo te enseñó la oración del Padre nuestro. Te
ruego que me alcances la gracia de, con una gran constancia, adherirme a ese divino
Maestro en todo tiempo, hasta el fin de mi vida. Amén.”
Tercer Denario: “Oh San Judas Tadeo, consérvame el tesoro de la fe, líbrame de toda
herejía, dame la pureza en la fe y la pureza de vida, socórreme en mis necesidades, ven en
mi auxilio, porque nunca abandonas a los que a ti recurren con toda fe y con toda
confianza como ahora lo hago. Amén.”
Cuarto Denario: “Oh dulcísimo Jesús, que diste a tu apóstol San Judas Tadeo uno de los
primeros lugares en tu sagrado corazón, ten compasión de nosotros en consideración de
las virtudes y méritos que lo tornaron tan amable y querido para ti. San Judas, apóstol
amadísimo de nuestro Señor Jesucristo, ruega por nosotros que recurrimos a ti. Amén.”
Quinto Denario: “Oh San Judas Tadeo, dichoso apóstol de Cristo, inspirado por el
Espíritu Santo, escribiste a tus fieles tu carta. Animado de celo, predicaste el evangelio a
los Persas. Varón sabio y generoso, como te llama San Jerónimo, por tu gran caridad, oye
nuestras humildes preces y alcánzanos los favores que por tu intercesión pedimos al Señor,
para que ayudados por tu protección en esta vida, podamos acompañarte en la Gloria por
todos los siglos de los siglos. Amén.”