Dificultades, Sufrimiento y La Soberanía de Dios

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DIFICULTADES, SUFRIMIENTO Y LA SOBERANÍA DE DIOS

Jesús me dice claramente que no puedo ser Su discípulo a menos que yo haga el compromiso de
seguirle. (Vea Mateo 10:38, Mateo 16:24, Lucas 14:27, Juan 12:26) Con frecuencia, conforme yo
Le siga, Él hará que me encuentre en circunstancias que me parecerán desagradables y con
frecuencia sobrepasando mi capacidad humana para enfrentarlas. El propósito de esta lección es
ayudarme a entender el proceso en el cual todas las circunstancias, aun aquellas que parecen
insignificantes, ya sean buenas o malas, son permitidas por la voluntad de Dios. Él utiliza todas
las circunstancias en Su proceso de transformarme en un instrumento honorable y útil, por medio
del cual Él pueda cumplir Sus propósitos eternos.
Un creyente que no entienda la importancia del control soberano de Dios sobre todas las
circunstancias típicamente responderá con quejas, inculpando, con autocompasión, enojo ó
amargura. A Dios le complace cuando elijo cooperar con Él, reconociendo que estoy de acuerdo
con lo que Él ha diseñado para mí. Él quiere que yo busque Su dirección para responder
apropiadamente, así como para cualquier lección que Él quiera que yo aprenda.

1. ¿Está Dios en control absoluto sobre todo lo que sucede en el universo y en la tierra?
¿Existe alguna persona o fuerza que pueda de algún modo afectar el poder soberano
de Dios? ¿Hace Él siempre lo correcto? ¿Puede Dios hacer el mal? ¿Puede Él cometer
errores? ¿Es Dios totalmente digno de confianza?

Deut. 32:4 Él es la Roca, sus obras son perfectas, y todos sus caminos son justos. Dios es fiel;
no practica la injusticia. Él es recto y justo.
Sal 18:30 El camino de Dios es perfecto; la palabra del Señor es intachable. ...
Pro. 21:30 De nada sirven ante el Señor la sabiduría, la inteligencia y el consejo.
Job 34:12-16 ¡Ni pensar que Dios cometa injusticias! ¡El Todopoderoso no pervierte el
derecho! ...
Isa 46:11 … Lo que he dicho, haré que se cumpla; lo que he planeado, lo realizaré.
Dan 4:35 Ninguno de los pueblos de la tierra merece ser tomado en cuenta. Dios hace lo que
quiere con los poderes celestiales y con los pueblos de la tierra. No hay quien se oponga a
su poder ni quien le pida cuentas de sus actos.

2. ¿Está Dios en control absoluto sobre todas las circunstancias y detalles de mi


vida? (Lea y contemple Salmos 139 juntos.)

Hechos 17:25 ... Él es quien da a todos la vida, el aliento y todas las cosas.
Jeremías 1:55 «Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te
había apartado; ...»
Jer. 1:5 «Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido; ...
Jer. 10:23 Señor, yo sé que el hombre no es dueño de su destino, que no le es dado al
caminante dirigir sus propios pasos.
Salmo 139:1-16 Señor, Tú me examinas, Tú me conoces. Sabes cuándo me siento y cuándo me
levanto; aun a la distancia me lees el pensamiento. Mis trajines y descansos los conoces;
todos mis caminos Te son familiares. No me llega aún la palabra a la lengua cuando Tú,
Señor, ya la sabes toda. Tu protección me envuelve por completo; me cubres con la palma
de tu mano. Conocimiento tan maravilloso rebasa mi comprensión; tan sublime es que no
puedo entenderlo. ¿A dónde podría alejarme de tu Espíritu? ¿A dónde podría huir de tu
presencia? Si subiera al cielo, allí estás Tú; si tendiera mi lecho en el fondo del abismo,

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también estás allí. Si me elevara sobre las alas del alba, o me estableciera en los extremos
del mar, aun allí tu mano me guiaría, ¡me sostendría tu mano derecha! Y si dijera: «Que me
oculten las tinieblas; que la luz se haga noche en torno mío», ni las tinieblas serían oscuras
para Ti, y aun la noche sería clara como el día. ¡Lo mismo son para ti las tinieblas que la luz!
Tú creaste mis entrañas; me formaste en el vientre de mi madre. ¡Te alabo porque soy una
creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien! Mis huesos no te
fueron desconocidos cuando en lo más recóndito era yo formado, cuando en lo más profundo
de la tierra era yo entretejido. Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación: todo estaba ya escrito
en tu libro; todos mis días se estaban diseñando, aunque no existía uno solo de ellos.
Pro. 16:9 El corazón del hombre traza su rumbo, pero sus pasos los dirige el Señor.
Pro. 19:21 El corazón humano genera muchos proyectos, pero al final prevalecen los designios
del Señor.
Jer. 29:11 Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor —,
planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.
Mat. 6:25-27, 34 Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por
su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que
la ropa? Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin
embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas? ... Por lo
tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus
problemas.
Rom. 8:28 Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo
aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.
1 Co. 10:13 Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano.
Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan
aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que
puedan resistir.

3. Dios me dice en Su Palabra que las dificultades y el sufrimiento deben considerarse


una parte “normal” de mi experiencia cristiana aquí en la tierra. Las dificultades y el
sufrimiento no deben ser entendidas como una indicación del disgusto de Dios.
Tampoco debo de pensar que sus bendiciones siempre son resultado de mi fidelidad.
Dios es amoroso, y Él cuida a Sus hijos aun cuando ellos estén desagradándole.
Nota: Definamos “dificultades” como “cualquier cosa que yo personalmente considero
desagradable”. Todos sentimos que el sufrimiento físico es indeseable, sin embargo,
debido a nuestras diversas personalidades, podemos tener muchas reacciones diferentes a la
mayoría de las circunstancias. (Por ejemplo, una persona puede observar o participar en un
deporte u otra actividad, y encontrarla muy agradable, mientras que otro lo considera una
experiencia totalmente desagradable.)

a. Aquí hay dos ejemplos de creyentes que estuvieron sufriendo pobreza desde la
perspectiva del mundo, pero que fueron ricos delante de Dios. Dios no los estaba
castigando, más bien fueron pobres temporalmente de modo que Dios pudo
hacerlos eternamente ricos.

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Marcos 12:41-44 Jesús se sentó frente al lugar donde se depositaban las ofrendas, y estuvo
observando cómo la gente echaba sus monedas en las alcancías del templo. Muchos ricos
echaban grandes cantidades. Pero una viuda pobre llegó y echó dos moneditas de muy
poco valor. Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Les aseguro que esta viuda pobre ha
echado en el tesoro más que todos los demás. Éstos dieron de lo que les sobraba; pero ella,
de su pobreza, echó todo lo que tenía, todo su sustento.
Lucas 16:19-31 Había un hombre rico que se vestía lujosamente y daba espléndidos banquetes
todos los días. A la puerta de su casa se tendía un mendigo llamado Lázaro, que estaba
cubierto de llagas y que hubiera querido llenarse el estómago con lo que caía de la mesa del
rico. Hasta los perros se acercaban y le lamían las llagas. Resulta que murió el mendigo, y
los ángeles se lo llevaron para que estuviera al lado de Abraham. También murió el rico, y lo
sepultaron. En el infierno, en medio de sus tormentos, el rico levantó los ojos y vio de lejos
a Abraham, y a Lázaro junto a él. Así que alzó la voz y lo llamó: “Padre Abraham, ... porque
estoy sufriendo mucho en este fuego.” Pero Abraham le contestó: “Hijo, recuerda que
durante tu vida te fue muy bien, mientras que a Lázaro le fue muy mal; pero ahora a él le
toca recibir consuelo aquí, y a ti, sufrir terriblemente. ...

b. El apóstol Pablo no vio las dificultades como algo raro. De hecho, la larga lista de
dificultades que sigue, son cosas que ocurrieron mientras que Pablo estaba en el
centro de la voluntad de Dios, buscando complacerle como Su siervo.

Hechos 9:15-16 ... insistió el Señor—, porque ese hombre es mi instrumento escogido para dar
a conocer mi nombre tanto a las naciones y a sus reyes como al pueblo de Israel. Yo le
mostraré cuánto tendrá que padecer por mi nombre.
2 Co. 6:4-10 (Pablo escribió) ... Más bien, en todo y con mucha paciencia nos acreditamos como
servidores de Dios: en sufrimientos, privaciones y angustias; en azotes, cárceles y tumultos;
en trabajos pesados, desvelos y hambre. Servimos con pureza, conocimiento, constancia y
bondad; en el Espíritu Santo y en amor sincero; con palabras de verdad y con el poder de
Dios; con armas de justicia, tanto ofensivas como defensivas; por honra y por deshonra, por
mala y por buena fama; veraces, pero tenidos por engañadores; conocidos, pero tenidos por
desconocidos; como moribundos, pero aún con vida; golpeados, pero no muertos;
aparentemente tristes, pero siempre alegres; pobres en apariencia, pero enriqueciendo a
muchos; como si no tuviéramos nada, pero poseyéndolo todo.
2 Co. 11:23-27 ... he sido encarcelado más veces, he recibido los azotes más severos, he estado
en peligro de muerte repetidas veces. Cinco veces recibí de los judíos los treinta y nueve
azotes. Tres veces me golpearon con varas, una vez me apedrearon, tres veces naufragué, y
pasé un día y una noche como náufrago en alta mar. Mi vida ha sido un continuo ir y venir
de un sitio a otro; en peligros de ríos, peligros de bandidos, peligros de parte de mis
compatriotas, peligros a manos de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el campo,
peligros en el mar y peligros de parte de falsos hermanos. He pasado muchos trabajos y
fatigas, y muchas veces me he quedado sin dormir; he sufrido hambre y sed, y muchas veces
me he quedado en ayunas; he sufrido frío y desnudez.
Fil. 3:7-11 (Pablo escribió) ... todo aquello que para mí era ganancia, ahora lo considero pérdida
por causa de Cristo. Es más, todo lo considero pérdida por razón del incomparable valor de
conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, ... Lo he
perdido todo a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó en su
resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su muerte. ...
Fil. 4:11-13.....he aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre. Sé lo
que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y

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cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra
como a sufrir escasez. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Hechos 16:22-34 Entonces la multitud se amotinó contra Pablo y Silas, y los magistrados
mandaron que les arrancaran la ropa y los azotaran. Después de darles muchos golpes, los
echaron en la cárcel, y ordenaron al carcelero que los custodiara con la mayor seguridad. Al
recibir tal orden, éste los metió en el calabozo interior y les sujetó los pies en el cepo. A eso
de la medianoche, Pablo y Silas se pusieron a orar y a cantar himnos a Dios, y los otros
presos los escuchaban. De repente se produjo un terremoto tan fuerte que la cárcel se
estremeció hasta sus cimientos. Al instante se abrieron todas las puertas y a los presos se les
soltaron las cadenas. El carcelero despertó y, al ver las puertas de la cárcel de par en par, sacó
la espada y estuvo a punto de matarse, porque pensaba que los presos se habían escapado.
Pero Pablo le gritó: —¡No te hagas ningún daño! ¡Todos estamos aquí! El carcelero pidió
luz, entró precipitadamente y se echó temblando a los pies de Pablo y de Silas. Luego los
sacó y les preguntó: —Señores, ¿qué tengo que hacer para ser salvo? —Cree en el Señor
Jesús; así tú y tu familia serán salvos —le contestaron. Luego les expusieron la palabra de
Dios a él y a todos los demás que estaban en su casa. A esas horas de la noche, el carcelero
se los llevó y les lavó las heridas; en seguida fueron bautizados él y toda su familia. El
carcelero los llevó a su casa, les sirvió comida y se alegró mucho junto con toda su familia
por haber creído en Dios

c. Tampoco los otros apóstoles consideraron raras las dificultades ni el


sufrimiento.

Hechos 5:40-41 Entonces (los líderes Judíos) llamaron a los apóstoles y, luego de azotarlos, les
ordenaron que no hablaran más en el nombre de Jesús. Después de eso los soltaron. Así,
pues, los apóstoles salieron del Consejo, llenos de gozo por haber sido considerados
dignos de sufrir afrentas por causa del Nombre.
1 Corintios 4:9-13 Por lo que veo, a nosotros los apóstoles Dios nos ha hecho desfilar en el
último lugar, como a los sentenciados a muerte. Hemos llegado a ser un espectáculo para
todo el universo, tanto para los ángeles como para los hombres. ¡Por causa de Cristo,
nosotros somos los ignorantes; ... ¡Los débiles somos nosotros; ... a nosotros se nos
desprecia! Hasta el momento pasamos hambre, tenemos sed, nos falta ropa, se nos
maltrata, no tenemos dónde vivir. Con estas manos nos matamos trabajando. Si nos
maldicen, bendecimos; si nos persiguen, lo soportamos; si nos calumnian, los tratamos con
gentileza. Se nos considera la escoria de la tierra, la basura del mundo, y así hasta el día
de hoy.
Apoc. 1:9 Yo, Juan, hermano de ustedes y compañero en el sufrimiento, en el reino y en la
perseverancia que tenemos en unión con Jesús, estaba en la isla de Patmos por causa de la
palabra de Dios y del testimonio de Jesús.

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d. Cuando yo me encuentre en dificultades y sufrimiento, tampoco debo
tomarlos como cosa rara.

Juan 15:18-21 Si el mundo los aborrece, tengan presente que antes que a ustedes, me
aborreció a mí. Si fueran del mundo, el mundo los querría como a los suyos. Pero ustedes
no son del mundo, sino que yo los he escogido de entre el mundo. Por eso el mundo los
aborrece. Recuerden lo que les dije: “Ningún siervo es más que su amo.” Si a mí me han
perseguido, también a ustedes los perseguirán. Si han obedecido mis enseñanzas, también
obedecerán las de ustedes. Los tratarán así por causa de mi nombre, porque no conocen al
que me envió.
Juan. 16:33 Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán
aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.
Hech. 14:22 ... Es necesario pasar por muchas dificultades para entrar en el reino de Dios ...
Fil. 1:29 ... a ustedes se les ha concedido no sólo creer en Cristo, sino también sufrir por él,
1 Tes. 3:2-4 (Pablo escribió a los creyentes de Tesalonicenses) ... Así que les enviamos a
Timoteo, ... con el fin de afianzarlos y animarlos en la fe para que nadie fuera perturbado por
estos sufrimientos. Ustedes mismos saben que se nos destinó para esto, pues cuando
estábamos con ustedes les advertimos que íbamos a padecer sufrimientos. Y así sucedió.
2 Tim. 1:8 ... con el poder de Dios, debes soportar sufrimientos por el evangelio.
2 Tim. 3:12 ... serán perseguidos todos los que quieran llevar una vida piadosa en Cristo
Jesús,
1 Ped. 2:20-21 ... si sufren por hacer el bien, eso merece elogio delante de Dios. Para esto
fueron llamados, porque Cristo sufrió por ustedes, dándoles ejemplo para que sigan sus
pasos.
1 Ped. 4:12-16 Queridos hermanos, no se extrañen del fuego de la prueba que están
soportando, como si fuera algo insólito. Al contrario, alégrense de tener parte en los
sufrimientos de Cristo, para que también sea inmensa su alegría cuando se revele la gloria
de Cristo. Dichosos ustedes si los insultan por causa del nombre de Cristo, porque el
glorioso Espíritu de Dios reposa sobre ustedes. Que ninguno tenga que sufrir por asesino,
ladrón o delincuente, ni siquiera por entrometido. Pero si alguien sufre por ser cristiano, que
no se avergüence, sino que alabe a Dios por llevar el nombre de Cristo.
Rom. 8:35-39 ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la
persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: «Por tu
causa siempre nos llevan a la muerte; ¡nos tratan como a ovejas para el matadero!» Sin
embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. ...

4. DIOS PERMITE LAS DIFICULTADES Y SUFRIMIENTO TÍPICAMENTE POR UNA O MÁS DE


LAS SIGUIENTES RAZONES:

 Para desarrollar carácter en mi vida.


 Como resultado de mi propia desobediencia, negligencia o descuido.
 Para enseñarme.
 Para ayudarme a entender las necesidades de otros.
 Para hacer que mi vida llegue a ser una bendición para los demás.

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a. Dios usa el sufrimiento y las dificultades para desarrollar carácter en mi
vida y para transformarme en un instrumento útil en Sus manos. Sólo Él
sabe cuáles influencias y circunstancias le permitirán bendecirme mejor y
usarme para lograr los propósitos que Él ha elegido para mí en el tiempo
que me queda aquí en la tierra.

Rom. 5:2-4 ... en nuestros sufrimientos, ... sabemos que el sufrimiento produce perseverancia;
la perseverancia, entereza de carácter; la entereza de carácter, esperanza.
Stg. 1:2-4 ... considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas,
pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz
término la obra, para que sean perfectos (maduros) e íntegros, sin que les falte nada.
Heb. 5:8-9 (hablando de Jesucristo) Aunque era Hijo, mediante el sufrimiento aprendió a
obedecer; …
1 Pe 4:12-16 Queridos hermanos, no se extrañen del fuego de la prueba que están
soportando, como si fuera algo insólito. ...

b. Algunos sufrimientos son ocasionados como resultado de mi propia


desobediencia, o descuido. Aun así, Dios es fiel y amoroso, y usará mi
situación para enseñarme. Por ejemplo, si descuido mi dieta,
probablemente voy a tener problemas de salud.

1 Co 11:27-34 (Pablo escribió) ... cualquiera que coma el pan o beba de la copa del Señor de
manera indigna, será culpable de pecar contra el cuerpo y la sangre del Señor. Así que cada
uno debe examinarse a sí mismo antes de comer el pan y beber de la copa. Porque el que
come y bebe sin discernir el cuerpo, come y bebe su propia condena. Por eso hay entre
ustedes muchos débiles y enfermos, e incluso varios han muerto. Si nos examináramos a
nosotros mismos, no se nos juzgaría; pero si nos juzga el Señor, nos disciplina para que no
seamos condenados con el mundo. Así que, hermanos míos, cuando se reúnan para comer,
espérense unos a otros. Si alguno tiene hambre, que coma en su casa, para que las reuniones
de ustedes no resulten dignas de condenación. Los demás asuntos los arreglaré cuando los
visite.
Heb. 12:6-11 porque el Señor disciplina a los que ama, y azota a todo el que recibe como hijo.
Lo que soportan es para su disciplina, pues Dios los está tratando como a hijos. ¿Qué hijo
hay a quien el padre no disciplina? Si a ustedes se les deja sin la disciplina que todos
reciben, entonces son bastardos y no hijos legítimos. Después de todo, aunque nuestros
padres humanos nos disciplinaban, los respetábamos. ¿No hemos de someternos, con mayor
razón, al Padre de los espíritus, para que vivamos? En efecto, nuestros padres nos
disciplinaban por un breve tiempo, como mejor les parecía; pero Dios lo hace para nuestro
bien, a fin de que participemos de su santidad. Ciertamente, ninguna disciplina, en el
momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después
produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella.

71 1-14
c. A veces, Dios permite que yo sufra para mostrarme su fidelidad, poder, y
suficiencia, y al mismo tiempo ayudarme a reconocer mis debilidades
personales. (Una liberación, inevitablemente, requiere tener que ser
liberado de algo.)

2 Co 1:8-9 (Pablo escribió) ... no queremos que desconozcan las aflicciones que sufrimos en la
provincia de Asia. Estábamos tan agobiados bajo tanta presión, que hasta perdimos la
esperanza de salir con vida: nos sentíamos como sentenciados a muerte. Pero eso sucedió
para que no confiáramos en nosotros mismos sino en Dios, que resucita a los muertos.
2 Co 12:7-10 Para evitar que me volviera presumido por estas sublimes revelaciones, una
espina me fue clavada en el cuerpo, es decir, un mensajero de Satanás, para que me
atormentara. Tres veces le rogué al Señor que me la quitara; pero él me dijo: Te basta con
mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad. Por lo tanto, gustosamente haré
más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo. Por
eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que
sufro por Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

d. A veces, Dios usa el sufrimiento para ayudarme a entender más el


sufrimiento de otros, con el fin de poder ayudarles con compasión sincera.

2 Co 1:3-5 (Pablo escribió) Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre
misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras
tribulaciones para que con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también
nosotros podamos consolar a todos los que sufren. Pues así como participamos
abundantemente en los sufrimientos de Cristo, así también por medio de él tenemos
abundante consuelo.
Heb 2:10,17-18 En efecto, a fin de llevar a muchos hijos a la gloria, convenía que Dios, para
quien y por medio de quien todo existe, perfeccionara mediante el sufrimiento al autor de
la salvación de ellos. ... 17-18 Por eso era preciso que en todo se asemejara a sus hermanos,
para ser un sumo sacerdote fiel y misericordioso al servicio de Dios, ... Por haber sufrido
él mismo la tentación, puede socorrer a los que son tentados.
1 Pedro 5:9-10 (Pedro escribió) Resístanlo, manteniéndose firmes en la fe, sabiendo que sus
hermanos en todo el mundo están soportando la misma clase de sufrimientos. Y después de
que ustedes hayan sufrido un poco de tiempo, Dios mismo, el Dios de toda gracia que los
llamó a su gloria eterna en Cristo, los restaurará y los hará fuertes, firmes y estables.

e. A veces Dios permite que yo atraviese por duras dificultades con el fin de
que Él resplandezca a través de mi vida en una forma mayor. (Una luz es
más visible y de mayor importancia en la obscuridad.)

Mateo 5:14-16 (Jesús dijo) Ustedes son la luz del mundo............Hagan brillar su luz delante de
todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el
cielo.
Juan 9:1-3 A su paso, Jesús vio a un hombre que era ciego de nacimiento. Y sus discípulos le
preguntaron: —Rabí, para que este hombre haya nacido ciego, ¿quién pecó, él o sus padres?
—Ni él pecó, ni sus padres —respondió Jesús—, sino que esto sucedió para que la obra de
Dios se hiciera evidente en su vida.
Hechos 16:22-34 Entonces la multitud se amotinó contra Pablo y Silas, y los magistrados

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mandaron que les arrancaran la ropa y los azotaran. Después de darles muchos golpes, los
echaron en la cárcel, y ordenaron al carcelero que los custodiara con la mayor seguridad.
Al recibir tal orden, éste los metió en el calabozo interior y les sujetó los pies en el cepo. A
eso de la medianoche, Pablo y Silas se pusieron a orar y a cantar himnos a Dios, y los
otros presos los escuchaban. De repente se produjo un terremoto tan fuerte que la cárcel se
estremeció hasta sus cimientos. Al instante se abrieron todas las puertas y a los presos se les
soltaron las cadenas. El carcelero despertó y, al ver las puertas de la cárcel de par en par,
sacó la espada y estuvo a punto de matarse, porque pensaba que los presos se habían
escapado. Pero Pablo le gritó: —¡No te hagas ningún daño! ¡Todos estamos aquí! El
carcelero pidió luz, entró precipitadamente y se echó temblando a los pies de Pablo y de
Silas. Luego los sacó y les preguntó: —Señores, ¿qué tengo que hacer para ser salvo? —
Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos —le contestaron. Luego les
expusieron la palabra de Dios a él y a todos los demás que estaban en su casa. A esas horas
de la noche, el carcelero se los llevó y les lavó las heridas; en seguida fueron bautizados él y
toda su familia. El carcelero los llevó a su casa, les sirvió comida y se alegró mucho junto
con toda su familia por haber creído en Dios.

5. Para seguir fielmente a Dios se requiere a veces una renuncia de cosas que
aprecio, con el fin de que Él las reemplace por lo que es mejor y obtenga
beneficios eternos para mí y otros. (por ejemplo, comodidades, bienes
materiales, salud etc.).

Mat. 5:11-12 (Jesús dijo) »Dichosos serán ustedes cuando por mi causa la gente los insulte, los
persiga y levante contra ustedes toda clase de calumnias. Alégrense y llénense de júbilo,
porque les espera una gran recompensa en el cielo. Así también persiguieron a los
profetas que los precedieron a ustedes.
Lucas 21:1-4 Jesús se detuvo a observar y vio a los ricos que echaban sus ofrendas en las
alcancías del templo. También vio a una viuda pobre que echaba dos moneditas de cobre.
—Les aseguro —dijo— que esta viuda pobre ha echado más que todos los demás. Todos
ellos dieron sus ofrendas de lo que les sobraba; pero ella, de su pobreza, echó todo lo que
tenía para su sustento.
Hechos 4:32-35 Todos los creyentes eran de un solo sentir y pensar. Nadie consideraba suya
ninguna de sus posesiones, sino que las compartían. Los apóstoles, a su vez, con gran
poder seguían dando testimonio de la resurrección del Señor Jesús. La gracia de Dios se
derramaba abundantemente sobre todos ellos, pues no había ningún necesitado en la
comunidad. Quienes poseían casas o terrenos los vendían, llevaban el dinero de las ventas y
lo entregaban a los apóstoles para que se distribuyera a cada uno según su necesidad.
Romanos. 8:17-18 (Pablo escribió) ... si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él
en su gloria. De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con
la gloria que habrá de revelarse en nosotros.
Heb. 11:17-19 Por la fe Abraham, ... fue puesto a prueba y ofreció a Isaac, su hijo único ...
Heb. 11:24-27 Por la fe Moisés, ya adulto, renunció a ser llamado hijo de la hija del faraón.
Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del
pecado. Consideró que el oprobio por causa del Mesías era una mayor riqueza que los
tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa. Por la fe salió de
Egipto sin tenerle miedo a la ira del rey, pues se mantuvo firme como si estuviera viendo al
Invisible.

73 1-14
6. Mis reacciones a Sus circunstancias escogidas son un indicador de mi
disposición a aceptar lo que Él tiene planeado para mí.

a. Por medio de Su ejemplo Jesús me muestra como debe ser mi actitud y


respuesta.

Mat. 26:51-53 En eso, uno de los que estaban con él extendió la mano, sacó la espada e hirió al
siervo del sumo sacerdote, cortándole una oreja. —Guarda tu espada —le dijo Jesús—, porque
los que a hierro matan, a hierro mueren. ¿Crees que no puedo acudir a mi Padre, y al instante
pondría a mi disposición más de doce batallones de ángeles?
Juan 19:9-11 (Pilato) ... entró de nuevo en el palacio y le preguntó a Jesús: —¿De dónde eres tú?
Pero Jesús no le contestó nada. —¿Te niegas a hablarme? —le dijo Pilato—. ¿No te das cuenta
de que tengo poder para ponerte en libertad o para mandar que te crucifiquen? —No tendrías
ningún poder sobre mí si no se te hubiera dado de arriba —le contestó Jesús—. ...
Hebreos 5:8 Aunque era Hijo, mediante el sufrimiento aprendió a obedecer;
Hebreos 12:2 Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el
gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y
ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.
1 Pedro 2:19-23 Porque es digno de elogio que, por sentido de responsabilidad delante de Dios, se
soporten las penalidades, aun sufriendo injustamente. Pero ¿cómo pueden ustedes atribuirse
mérito alguno si soportan que los maltraten por hacer el mal? En cambio, si sufren por hacer el
bien, eso merece elogio delante de Dios. Para esto fueron llamados, porque Cristo sufrió por
ustedes, dándoles ejemplo para que sigan sus pasos. «Él no cometió ningún pecado, ni hubo
engaño en su boca.» Cuando proferían insultos contra él, no replicaba con insultos; cuando
padecía, no amenazaba, sino que se entregaba a aquel que juzga con justicia.

b. Confiando en Su amor, el apóstol Pablo escogió encomendarse al cuidado


de Dios.

Hechos 20:22-24 (Pablo escribió) »Y ahora tengan en cuenta que voy a Jerusalén obligado por
el Espíritu, sin saber lo que allí me espera. Lo único que sé es que en todas las ciudades el
Espíritu Santo me asegura que me esperan prisiones y sufrimientos. Sin embargo,
considero que mi vida carece de valor para mí mismo, con tal de que termine mi carrera y
lleve a cabo el servicio que me ha encomendado el Señor Jesús, que es el de dar testimonio
del evangelio de la gracia de Dios.
2 Cor. 12:7-10.......Para evitar que me volviera presumido por estas sublimes revelaciones, una
espina me fue clavada en el cuerpo, es decir, un mensajero de Satanás, para que me
atormentara. Tres veces le rogué al Señor que me la quitara; pero él me dijo: «Te basta con
mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad.» Por lo tanto, gustosamente
haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de
Cristo. Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y
dificultades que sufro por Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
Fil. 3:10 Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó
en su resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su
muerte.
Fil. 4:12 Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a
vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar
hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez.

1-14 74
c. Job había aprendido a encomendarse al cuidado soberano de Dios. En un
solo día Dios permitió que Satanás quitara casi todo lo que Job poseía,
incluyendo a sus hijos (Job 1:4-19). Entonces Dios le dio permiso a Satanás
para afligir severamente la salud física de Job (Job 2:1-8). Aun así, la
reacción de Job Le agradó a Dios.

Job 1:1-3 En la región de Uz había un hombre recto e intachable, que temía a Dios y vivía
apartado del mal. Este hombre se llamaba Job. Tenía siete hijos y tres hijas; era dueño de
siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes y quinientas asnas, y su
servidumbre era muy numerosa. Entre todos los habitantes del oriente era el personaje de
mayor renombre.
Job 1:20-22 Al llegar a este punto, Job se levantó, se rasgó las vestiduras, se rasuró la cabeza, y
luego se dejó caer al suelo en actitud de adoración. Entonces dijo: «Desnudo salí del
vientre de mi madre, y desnudo he de partir. El Señor ha dado; el Señor ha quitado.
¡Bendito sea el nombre del Señor!» A pesar de todo esto, Job no pecó ni le echó la culpa
a Dios.
Job 2:7-8,10 Dicho esto, Satanás se retiró de la presencia del Señor para afligir a Job con
dolorosas llagas desde la planta del pie hasta la coronilla. Y Job, sentado en medio de las
cenizas, tomó un pedazo de teja para rascarse constantemente. Su esposa le reprochó: —
¿Todavía mantienes firme tu integridad? ¡Maldice a Dios y muérete! Job le respondió: —
Mujer, hablas como una necia. Si de Dios sabemos recibir lo bueno, ¿no sabremos también
recibir lo malo? A pesar de todo esto, Job no pecó ni de palabra.

“Cerco de protección”,
que representa la
soberanía de Dios

Espíritu
Santo
Job 1:9-10 Satanás replicó (a Dios): mi espíritu
—¿Y acaso Job te honra sin recibir
nada a cambio? ¿Acaso no están
bajo tu protección él y su familia y alma
todas sus posesiones? … cuerpo
posesione
s

d. Miremos la reacción de José a las dificultades que Dios había permitido.


Sus hermanos celosos le odiaban y lo vendieron a comerciantes
extranjeros, quienes lo llevaron a Egipto (Gen. 37:2-36). Luego fue acusado
falsamente de intento de violación, y sufrió en la cárcel inocentemente.
(Gén. 39:1-40:23 y Sal. 105:17-19)

75 1-14
José habló de la fidelidad y soberanía de Dios a sus

Gén. 41:52 ... dijo: «Dios me ha hecho fecundo en esta tierra donde he sufrido.»
45:5 Pero ahora, por favor no se aflijan más ni se reprochen el haberme vendido, pues
en realidad fue Dios quien me mandó delante de ustedes para salvar vidas.
45:8 Fue Dios quien me envió aquí, y no ustedes. Él me ha puesto como asesor del
faraón y administrador de su casa, y como gobernador de todo Egipto.
50:19-20 —No tengan miedo —les contestó José—. ¿Puedo acaso tomar el lugar de
Dios? Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal
en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente.

hermanos.

CONCLUSIÓN: Dios es digno de mi confianza. Yo puedo contar


siempre con que Él hará lo que es mejor para mí. Cuando yo
me presente delante de Él en el cielo, y entienda lo que Él
estaba haciendo en mi vida aquí en la tierra, no tendré
remordimientos por los momentos en que confié
completamente en Él. Él no desea que yo vea las
dificultades con resignación solemne, ni que busque el
sufrimiento por sí mismo, sino que, con fe como la de un
niño acepte lo que viene de un Padre que me ama más allá
del entendimiento humano. Así pues, los que sufren según la
voluntad de Dios, entréguense a su fiel Creador y sigan
practicando el bien. (1 Pedro 4:19)

Sal. 33:18-21 ... el Señor cuida de los que le temen, de los que
esperan en su gran amor; él los libra de la muerte, y en épocas
de hambre los mantiene con vida. Esperamos confiados en el
Señor; Él es nuestro socorro y nuestro escudo. En Él se
regocija nuestro corazón, porque confiamos en su santo nombre.
Sal. 34:4-8 Busqué al Señor, y él me respondió; me libró de todos
mis temores. Radiantes están los que a él acuden; jamás su
rostro se cubre de vergüenza. Este pobre clamó, y el Señor le
oyó y lo libró de todas sus angustias. El ángel del Señor
acampa en torno a los que le temen; a su lado está para
librarlos. Prueben y vean que el Señor es bueno; dichosos los
que en él se refugian.
Rom 8:31-32 ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra
parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? El que no
escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos
nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto
con él, todas las cosas?
1 Juan 5:18-19 Sabemos [griego = absolutamente] que todo el
que ha nacido de Dios, no peca[deliberadamente y con
conocimiento]; sino que aquel (Cristo) que nació de Dios le
guarda y el maligno no lo toca[la presencia divina de Dios
dentro de él lo preserva del maligno]. Sabemos[seguramente]
que somos de Dios, y que todo el mundo [alrededor nuestro]
yace bajo el poder del maligno. [versión amplificada]
1 Tes. 5:16-18 Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a
Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para
ustedes en Cristo Jesús.

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