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La edad de las montañas a la luz de termocronologia

Fundamentos
Conceptuales y
Didácticos
de baja temperatura. Aportaciones para la enseñanza
secundaria

Mountain age through low-temperature


thermochronology. Contributions for Secondary Education


Mercedes Vázquez1, Antonio Jabaloy2, Javier Carrillo-Rosúa1,3 y Ricardo
Casas1
1D  epartamento de Didáctica de Ciencias Experimentales, Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad de
Granada, Campus Universitario La Cartuja, 18071, Granada. E-mails: [email protected]; [email protected]
2
Departamento de Geodinámica. Universidad de Granada; Facultad de Ciencias, Avda. Fuentenueva, Granada.
E-mail: [email protected]
3
Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra. CSIC-UGR, Avda. de las Palmeras 4, 18100 Armilla, Granada

Resumen La formación de cadenas montañosas es uno de los procesos geológicos más importantes,
y el establecer el momento (normalmente millones de años) en que se formó el relieve
que vemos ha sido siempre un desafío para los investigadores en Ciencias de la Tierra.
Existen numerosas técnicas que, en conjunto, permiten conocer la historia de formación
de las cadenas de montañas. Una de las técnicas más usadas en los últimos tiempos es
la termocronología de baja temperatura (huellas de fisión y U-Th/He en apatitos), ya que
informa de la trayectoria tiempo-temperatura que sufre una roca durante su exhumación
(el viaje hacia la superficie desde grandes profundidades). Estos métodos se aplican a
determinados problemas en Geociencias, debido a su baja temperatura de cierre (120 °C
huellas de fisión en apatitos y 60 °C en U-Th/He en apatitos). Esta baja temperatura de
cierre permite conocer, por ejemplo, los últimos estadios de la formación de las cadenas
de montañas. Sin embargo, por lo que se deduce de los manuales de texto de ciencias en
bachillerato, la termocronología de baja temperatura es desconocida para los estudiantes
de Educación obligatoria, y probablemente poco comprendida por sus docentes. Este
trabajo pretende ofrecer una fundamentación básica de las técnicas de termocronología
de baja temperatura y ejemplos de aplicación en la Península Ibérica. Así mismo, se
presenta un análisis curricular y de libros de texto sobre estos temas.

Palabras clave: Edad de las montañas, educación secundaria, libros de texto, termocronología de baja
temperatura, tiempo geológico.

Abstract Mountain formation is one of the most important geological processes in nature, and
the determination of the time (usually millions years) when the relief was formed has
always been a challenge for earth sciences scientist. There are many techniques that,
as a whole, reveal the history of the mountain building. One of most frequently used
in recent times is low-temperature thermochronology (fission tracks and U-Th/He on
apatite) as it provides the time temperature history of the rocks during their surface
exhumation (the travel to surface from depth). These methods allow to manage
extremely low closed temperature (120 °C for fission tracks on apatite and 60 °C for
U-Th/He on apatite), so they can be applied to solve many problems in geosciences.
For example, this low close temperatures permits us to know the last step of mountain
evolution. However, as we can see by studying high school science textbooks,
students know nothing about the use of these techniques, and maybe their teachers
are not very familiar with them either. This paper aims to provide a basic foundation
of these techniques of low-temperature thermochronology, as well as examples of
application in the Iberian Peninsula. In addition, curricula and textbooks are analysed
in relation to this topic.

Keywords: Deep time, low-temperature thermochronology, mountain age, secondary education,


textbooks.

Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2018 (26.1) – 57


ISSN (edición impresa): 1132-9157 - (edición electrónica): 2385-3484 – Pags. 57-67
INTRODUCCIÓN des cuencas ni un adelgazamiento de corteza
importante. En estos casos se produjeron plie-
La formación de cadenas de montañas es uno gues de gran radio y cabalgamientos del basa-
de los procesos geológicos más importantes, ya mento del Macizo Ibérico.
que nos permite observar el resultado de procesos
tectónicos complejos cuyo motor está relacionado Este trabajo pretende contribuir al conocimien-
con la dinámica interna de nuestro planeta. Las to de las cadenas de montañas de la Península Ibé-
cadenas de montañas configuran el relieve, con- rica en el ámbito de la Educación Secundaria. Con-
dicionan el clima, los ecosistemas y, en general,el cretamente, el objetivo de este trabajo es ofrecer
medio donde vivimos, además de constituir una una revisión de las técnicas comúnmente usadas
fuente de numerosos recursos naturales. Asimis- en estos últimos años para datar la edad de for-
mo, las montañas son la fuente de los grandes ríos, mación y evolución de las montañas. También se
suministrando así el agua de aproximadamente la realizará un análisis del currículo en ESO y Bachi-
mitad de la población mundial (Price, 1998). llerato de cara a identificar, a grosso modo, qué se
Los sistemas montañosos de España son muy debe enseñar en relación con la formación de las
numerosos y ocupan casi la mitad del territorio cadenas de montañas, el tiempo geológico y las
nacional. Los Pirineos y la Cordillera Bética, loca- dataciones absolutas. Particularizando en las data-
lizados fuera de la Meseta, son las cordilleras más ciones absolutas en las que se profundiza en este
elevadas. Bordeando la Meseta, se sitúa la Cordi- trabajo, se analizan libros de texto de Bachillerato
llera Cantábrica al Norte, el Sistema Ibérico al Este, donde éstas se presentan.
y Sierra Morena al Sur. Dentro de la Meseta está el
Sistema Central y los Montes de Toledo.
Las cadenas de montañas de la Península Ibéri-
ca se formaron durante la Orogenia Alpina, aunque LA ENSEÑANZA SOBRE LA FORMACIÓN DE
con edades y mecanismos diferentes. Esta oroge- LAS CADENAS DE MONTAÑAS Y EL TIEMPO
nia está relacionada con la colisión de la placa Afri- GEOLÓGICO
cana con la placa Euroasiática. Los movimientos
convergentes de las placas tectónicas comenzaron Origen de las cadenas de montañas, tiempo
en el Cretácico Superior y continúan en la actuali- geológico y dataciones en el currículum de
dad, siendo responsables de la sismicidad actual. secundaria y bachillerato
Los Pirineos y su continuación en la Cordillera Si tomamos como referencia lo que la legisla-
Cantábrica se formaron desde el Cretácico superior ción estatal española en los últimos 10 años pres-
al Mioceno (Roest y Srivastava, 1991; Rosenbaum cribe enseñar en relación con el origen de las mon-
et al, 2002), al producirse la subducción de la li- tañas, el relieve terrestre o con el tiempo geológico,
tosfera oceánica del Golfo de Vizcaya bajo la cor- serán los desarrollos de la LOE (MEC 2007  a,  b)
teza continental del Macizo Ibérico y la colisión de primero y después la LOMCE (MEC, 2015) los que
esta con la corteza continental europea. En los Pi- habrá que considerar. Es en 4º de ESO, en una
rineos, la corteza continental del Macizo Ibérico se materia que no van a cursar todos los estudiantes
introdujo bajo la placa europea (ej.Choukroune y el (troncal de opción), donde se inicia el estudio de
equipo ECORS, 1989; Muñoz, 1992; Pedreira et al, los mismos, si bien en la LOE, en 2º curso se hacía
2003; Campanyà et al, 2012; Chevrot et al, 2015). una primera alusión a las cordilleras como relieves
La Cordillera Bética comenzó a formarse duran- asociados a la energía interna del planeta. Aunque
te el Mioceno al producirse el choque de un terreno puntual, esta primera aproximación que se hacía
exótico alóctono procedente del Mediterráneo oc- en 2º de la ESO era relevante porque tenía lugar en
cidental contra el margen continental Sur y Sureste una materia, Ciencias de la Naturaleza, obligato-
del Macizo Ibérico (ej. Balanyá y García Dueñas, ria para todos los estudiantes. Sin embargo, dado
1987; Chalouan et al, 2008; Platt et al, 2003, 2013; que ahora este tipo de contenido, no se aborda en
Vázquez et al, 2011). la materia obligatoria equivalente de 1º o 3º de la
Entre ambos sistemas montañosos desarrolla- ESO bajo normativa LOMCE, puede ocurrir que una
dos al Norte y Sur de la Península Ibérica hay sec- parte importante de los estudiantes del sistema
tores con poco relieve (meseta norte y sur, valle del educativo finalicen sin haber tratado jamás, ni si-
Ebro, etc.), separados por cadenas de montañas de quiera mínimamente, el problema de las montañas
dos tipos diferentes: y su origen.
Por otra parte, como cabe esperar por su espe-
1) Unos, como el Sistema Ibérico y las Cadenas cificidad, no hay ninguna mención a aspectos tem-
Costero Catalanas, que se caracterizan por la porales en la formación de las montañas, aunque
existencia de una etapa de extensión durante sí genéricas, como se ha mencionado, al tiempo
el Mesozoico que adelgazó la corteza y permi- geológico. En la ESO se introducen los principios
tió el depósito de series sedimentarias Meso- de datación relativa y en referencia al contenido
zoicas (ej. Vegas et al, 2016). Durante el Ceno- sobre la edad de la Tierra y su construcción his-
zoico se produjo la inversión de las cuencas tórica, presente en ambas legislaciones. Pero no
sedimentarias y la formación del relieve. es hasta Bachillerato, en la materia de Biología y
2) Otros, como Sierra Morena, el Sistema Cen- Geología de 1º curso, donde la datación se aborda
tral y los Montes de Toledo (ej. Vegas et al, como un contenido específico, con la mención ex-
2004; De Vicente et al, 2007), donde la etapa presa a datación absoluta solamente bajo la legis-
de extensión del Mesozoico no produjo gran- lación LOMCE.

58 – Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2018 (26.1)


Cabe señalar que la interpretación del relieve, terial didáctico principal. Hay organismos interna-
ligándolo a fenómenos internos (además de exter- cionales como la UNESCO que incluso utilizan el
nos), tiene lugar fundamentalmente, aunque no ex- coste que un país dedica a estos libros como un
clusivamente, en la materia de Biología y Geología indicador de educación (UNESCO, 2016). Así, se
de 4º de ESO, constituyendo otra aproximación al han analizado 17 libros de texto de 1º de Bachille-
estudio de las montañas. rato de Biología y Geología españoles publicados
Finalmente, hay que subrayar que sólo se ofre- entre el 2008 y la actualidad, periodo en el que la
ce una aproximación desde la geología histórica LOE y la LOMCE han sido las leyes educativas en
a las orogenias que han conformado la Península vigor. Los resultados de dicho análisis centrado
Ibérica, en la materia de Geología de 2º Bachillera- en los métodos de datación absoluta aparecen en
to; sin embargo, ésta es una materia muy minorita- la Tabla I.
ria en cuanto a número de alumnos que la cursan y Cabe señalar que todos los libros presentan un
centros que la ofertan (Brusi et al, 2017). apartado dedicado a las dataciones absolutas. Los
En el ámbito de la investigación en didáctica sistemas isotópicos más comúnmente citados son
de la geología, asociada al origen de las montañas el del K-Ar (n=14) yel del U-Pb (n=14), seguido del
y conectando también comúnmente con aspectos C-N (n=13); es esta última técnica la que realmente
temporales, se han descrito diversas ideas alter- recaba más atención en cuanto a que la inmensa
nativas que pueden suponer dificultades de apren- mayoría de los ejemplos ofrecidos versan sobre
dizaje. Así en Francek (2013) se documentan las ella, aunque paradójicamente tiene una aplicación
siguientes a) el que las montañas se forman por muy limitada en geología. A resaltar el hecho de
el apilamiento en vertical, por el “amontonamien- que solo se ha encontrado un texto que hace re-
to” de fragmentos de roca; b) que las montañas ya ferencia a las huellas de fisión (Ed. Bruño, 2008),
existían tal cual están hoy cuando se formó la Tie- si bien en el mismo no se hace mención a su ca-
rra; c) que aun reconociendo que las montañas se racterística de técnica de datación de procesos de
han generado durante la historia de la Tierra, solo baja temperatura y se establece erróneamente en-
se originaron en el pasado, pero no ya actualmen- tre 300000 y 2500000 años el periodo de datación
te; d) que las montañas se forman rápidamente, posible. Este periodo de tiempo, es incorrecto; de
siendo fruto de un fenómeno catastrófico; e) que la hecho existen numerosos trabajos donde las eda-
altura de las montañas puede ser usada para datar des de huellas de fisión determinadas son cerca-
la Tierra. Por otra parte, se ha señalado la impor- nas a 200 Ma (ej. Vázquez et al, 2015). Además,
tancia para la formación genérica de los estudian- hay tres libros de texto que mencionan el sistema
tes de Educación Secundaria de la comprensión del Be-B, indicando en dos de ellos (Oxford, 2008;
tiempo geológico que se realiza en las materias de Oxford, 2015) como característica únicamente que
geociencias (King, 2008), constituyendo una de las es “muy útil en rocas sedimentarias” (enunciado
principales aportaciones de estas disciplinas a la erróneo ya que en realidad lo que permite datar es
formación científica. La comprensión del tiempo la exposición de una roca –o fragmento de roca- a
geológico resulta generalmente dificultosa para la atmósfera terrestre). Por otra parte, en ningún
el alumnado, asociada principalmente con la di- manual analizado se encuentra referencia alguna
ficultad de comprensión de los números grandes al sistema U-Th/He. Por tanto, se observa que los
(Cheek, 2012), pudiendo implicar a su vez varios libros de texto mayoritariamente mencionan solo
contenidos: edad de la Tierra y de los principales los sistemas de alta temperatura, no haciéndose
eventos, división en eones, eras y periodos, noción alusión expresa en ningún caso a que la datación
de la duración aproximada de los principales pro- guarda relación con la temperatura, y por tanto
cesos geológicos, referencias de las magnitudes que se puede establecer una historia térmica de
temporales usuales en geología, percepción de los las rocas y por ende, reconstruir la evolución de las
cambios geológicos como procesos acumulativos montañas y del relieve. Por otra parte también se
en lugar de como catástrofes instantáneas, rela- observa que solo en poco más de la mitad de los
ción con los procesos biológicos de aparición de la casos (n=10) se menciona que lo que se data es
vida y evolución de la misma, formación del relieve, un mineral que contiene la roca (en la inmensa ma-
etc.. (ej. Sequeiros et al, 1996; Libarkin et al, 2007, yoría de los casos así), o se da alguna información
Jolley et al, 2013). sobre que solo determinadas rocas son datables
Hay disponibles numerosas actividades para (n=10). Además se puede subrayar como elemen-
trabajar con el tiempo geológico, fundamental- to positivo, siguiendo por ejemplo a Fernández-
mente, a través de analogías, abordándose even- González (2000), que hay 3 casos de libros (las 2
tos geológicos o paleontológicos significativos (ej. ediciones de Anaya y la de 2008 de SM) donde se
Alegret, 2001, King et al, 2009). Sin embargo, en alude a la historia de la ciencia en el apartado de
éstas no suele considerarse la duración de even- datación absoluta, concretamente a los intentos
tos muy importantes como son la formación de las de obtener la edad de la Tierra previamente a la
montañas. llegada de los métodos radiométricos. Finalmente,
no se puede apreciar ninguna tendencia temporal
Dataciones absolutas en los libros de texto de evidente en lo que a contenidos referentes a data-
Bachillerato ciones se refiere en el intervalo de tiempo conside-
Los libros de texto siguen siendo una de las rado, que implica las leyes educativas LOE-LOMCE.
herramientas fundamentales en la enseñanza y, Así, libros de la misma editorial son muy similares
pese a las críticas que reciben (e.j. Perales Pala- en ambas ediciones. Si acaso, la tendencia es hacia
cios & Vílchez González, 2012), constituyen el ma- una pérdida de información.

Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2018 (26.1) – 59


Ref/ Hue- Errores
Sm- Rb- U-Th/
Edito- Año Autores ISBN U-Pb K-Ar C-N Be-B llas Min Roc
Nd Sr He
rial fisión Observaciones

(1) 2008 Almaraz, T., García, 978-84- Sí No No No No No No No No No  


Akal A., García-Mauriño, 460-
J.E., González, F.  2623-5
(2) 2008 Plaza, C., Hernández, 978-84- U238/ No Sí Sí Sí, ej No No No No No Alusión a la historia: Salini-
Anaya J., Martínez, J., Casa- 667- Pb206 dad océanos, enfriamiento
mayor, C., Martínez- 7301-0 Tierra, velocidad sedimen-
Aedo, J.J., Medina, F.J.  tación
(3) 2015 Plaza, C., Hernán- 978-84- No No No No Sí, ej No No No No No Se ilustra la aplicación del
Anaya dez, J., Martínez, 667- C14 sobre un fósil litificado
J., Medina, F.J., 7301-0 y mineralizado
Martínez-Aedo, J.J.,
Alusión a la historia: Salini-
Casamayor, C. 
dad océanos, enfriamiento
Tierra, velocidad sedimen-
tación
(4) 2008 Ferrer, N., García, M., 978- U238/ Sí Sí Sí Sí No No Sí No Sí Error en el intervalo de
Bruño Medina, M. 84-216- Pb206 tiempo datable en las
5971-7 U235/ huellas de fisión
Pb207
Th232/
Pb208
(5) 2015 Panadero, J.E., 978- U238/ Sí Sí Sí Sí No No No Sí Sí U235/Pb207 lo asocia a
Bruño Lozano, A., Olazábal, 84-216- Pb206 datación de rocas sedimen-
A., Argüello, J.A., 7417-8 U235/ tarias; Indica Th230 en lugar
Argüello, H., Fuente, Pb207 de Th232
M.R. Th232/
Pb208
(6) 2008 Fidalgo, A., García- 978- U238/ No Sí Sí Sí No No No Sí Sí Se indica que las rocas más
Casals Echave, M.R., Rogina, 84-218- Pb206 antiguas datables tienen
A.R., Vázquez, M.C. 3888-4 U235/ 3000 Ma; los métodos de
Pb207 U-Pb los asocian solo a
Th232/ rocas graníticas.
Pb208
(7) 2008 García, M., Hoyas, 978-84- Sí No No Sí No Sí No No Sí Sí  
Edelvives M.E., Silgado, A. 263-
6313-8
(8) 2015 García, M., Hoyas, 978-84- No No No Sí, ej No No No No Sí Sí  
Edelvives M.E. 263-
9958-8
(9) 2008  López, N., Fernán- 978-84- U235/ No Si Sí Sí No No No Sí Sí  
Editex dez-Portal, J., Alfage- 9771- Pb207
me, V., Vitoria, V.M., 409-9 Th232/
Somoza, J.J., Gil, M., Pb208
Rico, O.
(10) 2012 García, A., González, 978- No No No No No No No No Sí No  
McGraw- G., Maroto, A.L., Mar- 84-481-
Hill tínez, M.I., Pilar, M.C 8089-8

Tabla I. Mención a
de las estructuras de pliegues y cabalgamientos, el
métodos de datación DATACIÓN DE LAS CADENAS DE MONTAÑAS metamorfismo de las rocas que se han hundido a
absoluta en selección de gran profundidad y calentado a gran temperatura,
libros de texto de 1º de La formación de las cadenas de montañas es un el ascenso posterior de estas rocas metamórficas
Biología y Geología de proceso geológico que sucede en las zonas donde hacia la superficie, etc. Todos estos procesos ocu-
Bachillerato españoles hay una compresión (es decir un acortamiento de las rren a diferentes velocidades, que dependen de la
publicados en el periodo distancias horizontales), sobre todo en los límites velocidad de las placas implicadas, la velocidad de
LOE y LOMCE. convergentes entre placas litosféricas (ej., Johnson la deformación de las rocas, la velocidad de transfe-
y Harley, 2012). Esta compresión es la responsable rencia de calor, y que van a variar de una cadena de
de la deformación de la corteza terrestre, formando montañas a otra.
pliegues y cabalgamientos que son las estructuras La edad de estos procesos que dan lugar a las
que acomodan el acortamiento en la región monta- cordilleras se establece mediante dataciones abso-
ñosa y generan el relieve. lutas de minerales que se van formando y transfor-
La formación de las cadenas de montañas inclu- mando durante estos mismos procesos. Tradicional-
ye varios procesos, como por ejemplo la formación mente, se han usado las dataciones isotópicas de

60 – Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2018 (26.1)


minerales formados a altas temperaturas por proce- Fig. 1. Temperatura de
sos magmáticos o metamórficos con el objetivo de cierre de los principales
conocer la evolución de las cadenas de montañas sistemas radiométricos
(ej. Martínez-Martínez et al 2010; López Sánchez- de alta temperatura
Vizcaíno et al, 2001). Pero estas edades no corres- (Modificado de Dobson,
1973).
ponden a la edad de formación del relieve montaño-
so. Por otro lado, también han sido usadas para este
propósito inferencias tectono-estratigráficas que re-
flejan el levantamiento de las cadenas montañosas
y permiten establecer de manera relativa la edad
de dicho levantamiento. De esta forma, Braga et al
(2003) usaron la distribución de facies de las unida-
des sedimentarias que rellenan las cuencas neóge-
nas de la Cordillera Bética orientalpara reconstruir
la generación del relieve y el levantamiento de las
principales sierras. Estos autores determinaron
una velocidad media de levantamiento (en torno a
200  m/Ma) teniendo en cuenta la elevación actual
de antiguos depósitos costeros, tales como corales
y sedimentos marinos someros de edad conocida.
En los últimos tiempos, se han desarrollado téc-
nicas analíticas que permiten datar con precisión los
últimos estadios de la formación de las cadenas de
montañas, concretamente el lapso de tiempo en que Existen numerosos sistemas radiométricos de
las rocas alcanzaron un nivel cercano a la superficie alta temperatura descritos en la literatura (Fig. 1),
terrestre. Este es el caso de la termocronología de cuyas temperaturas de cierre van desde más de
baja temperatura, que permite datar la edad en la 750 °C, en el caso de U-Pb en zircones, hasta 300 °C
que las rocas se enfriaron por debajo de los 300 °C. en el caso de Rb-Sr en biotitas, Ar-Ar y Rb-Sr en mos-
Mediante esta técnica podemos conocer cuando covitas.
se exhumaron las rocas de una cordillera y de esta
forma podemos conocer la evolución del relieve. En Termocronología de baja temperatura
este sentido, se ha podido datar cuando se forma- Existen distintos sistemas isotópicos que per-
ron las principales cordilleras de la Península Ibéri- miten conocer el momento en que una roca alcanzó
ca, como por ejemplo la Cordillera Bética (Johnson et una determinada temperatura durante su enfria-
al, 1997; Barbero et al, 2006; Vázquez et al, 2011.), miento a medida que se iba acercando a la superficie
Sierra Morena (Vázquez et al, 2015), y los Montes de terrestre. Dos de los más ampliamente usados son
Toledo (Barbero et. al, 2005). las huellas de fisión y los contenidos de U-Th/He en
apatitos y circones. Estos minerales son abundantes
Dataciones clásicas de alta temperatura de las rocas en rocas ígneas de composición acida como son los
La datación radiométrica es un procedimiento granitos y sienitas, en rocas metamórficas como los
técnico empleado para determinar la edad absoluta gneises, y en rocas sedimentarias como las arenis-
de rocas. Las rocas susceptibles de ser datadas son cas. Estos minerales se forman a altas temperaturas
aquellas que presentan minerales que incluyen ele- (600-800  °C) durante los procesos magmáticos y
mentos radiactivos que se desintegran a productos también cristalizan durante el metamorfismo de alta
estables a lo largo del tiempo. Los minerales común- temperatura. Tras formarse en zonas profundas de
mente utilizados (Fig. 1) son biotitas, moscovitas, y la corteza, estos minerales pueden concentrarse por
feldespatos (minerales mayoritarios), y circones, la erosión, transporte y posterior sedimentación, en
apatitos y titanitas (minerales accesorios). Estos mi- determinados ambientes sedimentarios que dan lu-
nerales son abundantes en numerosas rocas, princi- gar a rocas de grano grueso, como son las areniscas.
palmente en rocas magmáticas y metamórficas. Sin embargo, con este método no obtenemos
El método de datación radiométrica se basa en edades de formación de los apatitos y circones es-
determinar las proporciones de un isótopo “padre” tudiados, sino que lo que datamos es cuando estos
y de uno o más isótopos “hijos” de los que se cono- minerales alcanzan temperaturas entre 300 y 60 °C,
ce su período de desintegración. La temperatura a a medida que van acercándose a la superficie te-
la cual los isótopos padre e hijos no sufren ningún rrestre. Por lo tanto, estas edades de enfriamiento
proceso importante de difusión fuera del sistema nos permiten obtener información de la trayectoria
se llama temperatura de cierre. Esta temperatura tiempo-temperatura de los minerales. Así, el uso de
generalmente es muy cercana a la temperatura de estas edades de enfriamiento permite reconstruir la
formación de los minerales en sistemas ígneos. Los historia térmica de baja temperatura de las rocas.
isótopos propicios para analizar dependen del tipo Estas técnicas son aplicadas para resolver numero-
de muestra y de la presunta antigüedad de las rocas sos problemas geológicos, tales como, el tiempo y
que se deseen datar. la velocidad de eventos tectónicos, la evolución de
Las dataciones absolutas de minerales formados a cuencas sedimentarias, la edad de generación de
altas temperaturas han sido ampliamente usadas con hidrocarburos y yacimientos, la edad absoluta de
el objetivo de conocer los procesos geológicos ocurri- depósitos volcánicos, los efectos de los cambios
dos en las zonas más profundas de la corteza terrestre. climáticos mayores y la evolución del relieve (ej.

Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2018 (26.1) – 61


Stockli et al, 2001, 2002; Hickey et al, 2003; Carter y de borrado térmico produce un acortamiento en las
Gallaguer, 2004; Cederbom et al, 2004; Ruiz, 2004; longitudes de las huellas que incluso puede llegar a
Clark et al, 2005; Blondes et al, 2006; González et borrarlas completamente. El rango de temperaturas
al, 2006). a la cual las huellas de fisión son borradas se cono-
El método de huellas de fisión está basado en la ce como zona de borrado térmico parcial o “Partial
acumulación de huellas formadas por la desintegra- Annealing Zone”. Para temperaturas mayores se
ción de isótopos de U238 en granos minerales ricos produce el borrado total de las huellas; es lo que se
en uranio. El U238 y el U235 normalmente se trans- conoce como la zona de borrado térmico total “Total
forman en isótopos de plomo mediante emisiones Annealing Zone”.
de partículas alfa y beta. Sin embargo, a veces un La zona de borrado térmico parcial está definida
núcleo de U238 sufre una fisión espontánea y se par- por un límite superior e inferior de temperatura. En
te en dos núcleos hijo que viajan en sentidos opues- apatitos está comprendida entre 60 y 120 °C (Green
tos. Estos núcleos hijo poseen una alta carga eléctri- y Duddy, 1989; Corrigan, 1993). Las últimas estima-
ca que afecta al equilibrio electrónico de los átomos ciones sobre el borrado térmico en circones sugie-
Fig. 2. Huellas de en la estructura cristalina a lo largo de su trayecto- ren unos límites de temperatura de ~390 – 170 °C
fisión en una muestra ria, formándose así un daño lineal en el cristal tam- (Yamada et al, 1995) y de ~310 – 230 °C (Tagami y
irradiada. (A) Huellas bién conocido como huella de fisión (Fleischer et al, Dumitru, 1996; Tagami et al, 1998). En el caso del
espontáneas en el grano 1975). Estas huellas de fisión tienen una longitud apatito, las huellas comienzan a borrarse por enci-
de apatito. (B) Huellas variable (de unas pocas micras hasta 16 µm) y unos ma de los 60 °C. A temperaturas menores de 60 °C
inducidas en la mica. La
pocos nanómetros de anchura. Las huellas produci- todas las huellas presentan una longitud de 16 µm y
imagen fue tomada en un
das por la fisión permanecen después de que los nú- no sufren acortamiento. A temperaturas mayores de
microscopio óptico Carl
Zeiss Axio Imager M1m cleos se hayan detenido, pero un aumento de tem- 120 °C las huellas que se forman son borradas casi
usando un aumento de peratura puede hacer que los átomos desplazados instantáneamente. Si una muestra con una deter-
1250X. Área señalada de vuelvan a su posición original en la red cristalina. minada historia térmica registrada por sus huellas
4.8e-7 cm2 destinada al Este fenómeno de borrado de huellas es conocido de fisión alcanzase 120 °C, todas sus huellas serían
contaje de las huellas. como borrado térmico o “annealing”. Este proceso borradas. Entre los 120 y 60 °C queda una zona en la
que las huellas al sufrir un borrado parcial tendrán
una longitud variable (menores de 16 micras). Por lo
tanto, la distribución de las longitudes de las hue-
llas de fisión muestra la naturaleza de la historia de
enfriamiento sufrida por los minerales estudiados.
Para determinar la edad de las huellas de fisión
necesitamos conocer la cantidad de isótopo U235 en
la muestra, ya que la cantidad de isótopo de U238, no
se puede determinar directamente. Para ello utiliza-
mos la siguiente relación que es constante en la Na-
turaleza U238/U235 = 137.88 (Steiger y Jäger, 1977).
Las muestras se preparan siguiendo el Método del
Detector Externo, el cual consiste en montar los mi-
nerales en una resina con endurecedor y sobre este
montaje se dispone una película de mica de bajo
contenido en uranio. Este montaje se somete a irra-
diación por neutrones térmicos que induce la fisión
de los átomos de U235, creándose nuevas huellas
de fisión en la lámina de mica, llamadas huellas de
fisión inducidas. Las huellas de fisión en el apatito
son denominadas huellas espontáneas. Estas y las
huellas inducidas no se observan directamente y es
necesario revelarlas mediante ataque químico, para
su posterior estudio al microscopio óptico (Price y
Walker, 1962). La figura 2 muestra una imagen de
las huellas de fisión espontáneas e inducidas en una
muestra preparada mediante el Método de Detector
Externo.
En el microscopio óptico, medimos la densidad
de huellas espontáneas en un apatito y ese dato nos
informa de la cantidad de isótopo U238 que ha sufri-
do fisión. Por otro lado, en la mica medimos la densi-
dad de huellas inducidas que nos indica la cantidad
inicial de átomos de U235, y con ese dato calculamos
la cantidad inicial de átomos de U238. Por último, con
los datos de cantidad inicial de U238 y cantidad de
U238 que se ha desintegrado calculamos la edad de
enfriamiento de la muestra.
Por último, el método de datación mediante
U-Th/He en apatitos y circones está basado en la

62 – Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2018 (26.1)


acumulación de 4He en la estructura cristalina de-
bido a la desintegración de 238U, 235U y 232Th. Si se
determina la cantidad de He retenido en un mineral,
y las concentraciones de U y Th en el mismo mine-
ral, podremos saber la edad de enfriamiento de la
muestra. En el caso del apatito, el He es parcialmen-
te retenido entre los 55 y los 80  °C (Farley, 2000),
definiendo así la zona de retención parcial del helio
(Helium Partial Retention Zone). A temperaturas ma-
yores de 80 °C, el He es totalmente liberado del cris-
tal por difusión y por tanto las edades de He serán
próximas a cero. Por debajo de 55 °C prácticamente
todo el He es retenido en la estructura cristalina. En
el caso del circón la zona de retención parcial del
He es entre 160 y 200 °C (Reiners et al, 2004). La
baja temperatura de cierre de este sistema isotópico
permite conocer determinadas características de los
procesos geológicos que ocurren en las capas más
superficiales de la corteza (2-5 Km de profundidad),
como por ejemplo, conocer la paleotopografía, la
edad de movimientos relativos de fallas y determi-
nar el potencial de los reservorios de hidrocarburos.

Modelos de evolución térmica gitudes sesgada, debido a un mayor acortamiento Fig. 3. Ejemplos
Existen numerosos trabajos que han estudia- de las longitudes que pasan más tiempo a altas de distribución de
do el proceso de borrado térmico de las huellas de temperaturas (Fig. 3B). En el caso de que las rocas longitudes para varias
fisión, sobre todo en apatitos (ej. Gleadow et al, sufran un recalentamiento es común una distribu- historias térmicas
1986; Green y Duddy, 1989; Corrigan, 1993) y los ción bimodal, con una concentración de longitudes (Modificado de Ketcham,
modelos de difusión de He (ej. Farley, 2000; Flowers 2005). A) Enfriamiento
cortas correspondientes a las huellas que se forma-
rápido; B) Enfriamiento
et al, 2009). Sin embargo, el conocimiento del bo- ron antes del evento de calentamiento último y otra
constante C)
rrado térmico y los mecanismos de difusión del He concentración de las longitudes largas consistentes Recalentamiento. En las
continúan siendo poco conocidos, en el caso de los con el post-recalentamiento (Fig. 3C). figuras de distribución
circones. Por este motivo, nos centraremos en dos de longitudes, la
termocronómetros de baja temperatura, huellas de Modelos térmicos inversos línea corresponde a
fisión en apatitos y (U-Th)/He en apatitos. La historia térmica de una roca puede ser re- las longitudes de las
construida de forma indirecta y, para ello, se han huellas espontáneas
Modelos térmicos directos desarrollado numerosos algoritmos matemáticos horizontales.
Estos modelos se elaboran a partir de la re- (Ketcham, 2005; Ketcham et al, 2000; 2007). Para
ducción de la longitud de las huellas horizontales, aplicar estos algoritmos, se requiere conocer algu-
que son aquellas que no intersectan la superficie nos datos geológicos, por ejemplo la edad de sedi-
del cristal. El primero de ellos, (Green et al, 1986) mentación, la edad de intrusión, etc. Si mediante
documentó mediante experimentos de laboratorio técnicas de datación radiométrica podemos datar
que las huellas horizontales en cristales de apati- un mineral obtendremos la edad de formación de
to reducían su longitud al aumentar la temperatu- la roca ígnea, por ejemplo, un granito. En el caso
ra. Posteriormente, Laslett et al (1987) realizaron de encontrar clastos de ese mismo granito en una
un análisis estadístico y propusieron una ecuación determinada formación sedimentaria de edad co-
empírica que describía los resultados obtenidos en nocida sabemos cuándo los granitos estudiados se
el laboratorio y permitía extrapolarlos a escalas de estaban erosionándo en la superficie.
tiempo geológico. Finalmente, Green et al (1989) Los modelos térmicos inversos están basados
construyeron un modelo matemático que describía en la comparación de las edades con la distribu-
el acortamiento de las longitudes en función de la ción de las longitudes de las huellas obtenidas en
temperatura y del tiempo. Además, este modelo el laboratorio mediante algoritmos que represen-
matemático relacionaba las longitudes de las hue- tan numerosas historias térmicas conocidas. Estos
llas con la densidad de las mismas que se miden en modelos nos informan de la historia térmica a lo
el microscopio, permitiendo incluir en el modelo la largo del tiempo de una roca. Además, nos permi-
edad de huellas de fisión calculada. Como resulta- ten calcular velocidades de enfriamiento de las ro-
do final se obtiene la variación de la temperatura de cas en su trayectoria de desenterramiento hacia la
una roca a lo largo del tiempo. superficie terrestre. La figura 4 muestra un ejemplo
La figura 3 muestra los efectos más comunes de de modelo térmico inverso. Este modelo presenta
la temperatura en la distribución de las longitudes una etapa de estabilidad térmica hasta aproximada-
de las huellas de fisión. Esta figura muestra la clá- mente 28 Ma, seguido de un enfriamiento rápido a
sica distribución de longitudes para enfriamientos una velocidad aproximada de 13.3 °CMa–1 hasta 22
rápido, lento y recalentamiento (Green et al, 1989). Ma, y finalmente sufre un enfriamiento lento hasta
Un enfriamiento rápido da lugar a una estrecha dis- llegar a superficie. En este caso, se han utilizado
tribución de longitudes (Fig. 3A). Sin embargo, un como datos geológicos la edad de una intrusión y la
enfriamiento lento genera una distribución de lon- edad de una formación sedimentaria que presenta

Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2018 (26.1) – 63


clastos de estas rocas intrusivas. Estos datos permi-
ten delimitar zonas en el modelo por donde pasan
obligatoriamente las diferentes trayectorias tiempo-
temperatura calculadas.

Aplicaciones en la Península Ibérica: el caso de


Sierra Morena (SO España)
Uno de los trabajos donde se determina la edad
de los relieves que componen la Península Ibérica es
el recientemente publicado por Vázquez et al (2015).
Este trabajo fue desarrollado en el SO del Macizo
Ibérico, justo al noroeste del orógeno Bético-Rifeño.
En este trabajo se presentaron las primeras edades
de huellas de fisión y de U-Th/He en apatitos, que
permiten completar el conocimiento de la evolución
tectónica durante el Mesozoico y Cenozoico del SO
del Macizo Ibérico. Para ello se muestrearon litolo-
gías ricas en apatito (rocas graníticas y gneises).
Los datos obtenidos permiten diferenciar dos
grupos de edades (Fig.5). Las muestras localizadas
en determinadas estructuras paleozoicas presen-
tan edades de huellas de fisión más jóvenes (72-54
Ma) que el resto (174-124 Ma). De la misma mane-
ra, las edades más jóvenes de U-Th/He (alrededor
de 20 Ma) están localizadas en esas mismas zonas
Fig. 4. Ejemplo de un modelo térmico inverso. Las posibles historias térmicas presentan
de sutura.
el criterio de fiabilidad:(goodness of fit) que indica como nuestro modelo predice los A partir de los modelos térmicos obtenidos en
valores medidos en el laboratorio (valores próximos a 1 son muy buenos, > 0.5 son este trabajo, se pudieron establecer cuatro epi-
considerados buenos, valores >0.05 son considerados aceptables). Las zonas verde y sodios de exhumación controlados tectónicamen-
rosa encierran las trayectorias tiempo-temperatura que son aceptables y buenas desde el te. Tres de estos episodios ocurrieron durante el
punto de vista estadístico, respectivamente. Los cuadrados representan las restricciones Mesozoico (Triásico medio a Jurásico inferior) a
geológicas utilizadas (edad de U-Pb de 210Ma y edad sedimentaria de 25Ma). bajas velocidades (~1.1 a 2.5  °C Ma-1), separados

Fig. 5. Localización geológica del estudio de termocronología de baja temperatura del SO del Macizo Ibérico (Modificado
de Vázquez et al, 2015). A) Localización del área estudiada del Macizo Ibérico (rectángulo). B) Esquema geológico del SW
del Macizo Ibérico mostrando la localización de los granitoides muestreados. Acrónimos: AF: Falla de Aroche; MPD: Dique
de Messejana-Plasencia; STF: Falla de San Telmo; VMF: Falla de Vidigueira-Mora; VCF: Falla de Villanueva de los Castillejos.

64 – Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2018 (26.1)


por periodos de no enfriamiento. Estos tres epi- bIbLiografía
sodios podrían estar relacionados con la creación
de relieves marginales durante la etapa de rifting Alegret, L., Meléndez, A. y Trallero, V. (2001). Didáctica
y apertura del Atlántico Central. El cuarto episodio del tiempo en geología: apuntes en internet. Enseñanza de
de exhumación ocurrió durante el Cenozoico a ve- las Ciencias de la Tierra, 9(3), 261-269.
locidades significativamente mayores (~3.2-3.6 °C Balanyá, J. C. y García-Dueñas, V. (1987). Les directions
Ma-1), siendo solamente recogido en muestras cer- structurales dans le Domaine d’Alborán de part et d’autre
canas a fallas con escarpes topográficos. Concreta- du Détroit de Gibraltar. Comptes Rendus de l’Académie des
Sciences Paris, 304, 929-932.
mente, estas muestras se enfriaron a temperaturas
menores de 80  °C a ~20 Ma, a las mayores velo- Barbero, L., Glasmacher, U.A., Villaseca, C., López-
cidades de exhumación registradas (3-13 °C Ma-1), García, J.A.,y Martín-Romera, C. (2005). Long-term thermo-
debido a una compresión aproximadamente N-S tectonic evolution of the Montes de Toledo area (Central
Hercynian Belt, Spain): Constraints from apatite fission-
relacionada con el empuje de la Cordillera Bético- track analysis. International Journal of Earth Sciences, 94,
Rifeña situada al sur y que reactivó algunas fallas 193-203.
previas paleozoicas.
Barbero L., y López-Garrido, A.C. (2006). Meso-
zoic thermal history of the Prebetic continental margin
(southern Spain): Constraints from apatite fission-track
CONSIDERACIONES FINALES analysis. Tectonophysics, 422, 115-128.
Beamud, E., Muñoz, J.A., Fitzgerald, P.G., Baldwin, S.L.,
Este trabajo contribuye al conocimiento de las Garcés, M., Babrera, L., y Metcalf, J.R. (2010). Magnetostra-
cadenas de montañas de la Península Ibérica en tigraphy and detrital apatite fission track thermochronolo-
Educación Secundaria y Bachillerato. Para ello, se gy in syntectonic conglomerates: constraints on the exhu-
ha realizado una revisión básica de las técnicas de mation of the South-Central Pyrenees. Basin Research, 23,
termocronología de baja temperatura, que son co- 309-331.
múnmente usadas para conocer la edad del relieve Blondes, M.S, Reiners, P.W., Edwards, B.R., y Bisconti-
de la superficie terrestre y por ende de la evolución ni, A. (2006). Dating young basalt eruptions by (U-Th)/He
de las cadenas de montañas, para generar un docu- on xenolithic zircons. Geology, 35, 17-20.
mento que puedan contribuir al conocimiento del Braga, J.C., Martín, J.M., y Quesada, C. (2003). Patterns
profesorado de Educación Secundaria de estas no- and average rates of late Neogene–Recent uplift of the Be-
vedosas técnicas. Éstas, especialmente las de U-Th/ tic Cordillera, SE Spain. Geomorphology, 50, 3-26.
He, usadas solo de una manera más generalizada en Brusi, D., Calonge, A., Alfaro, P., Juan, J., Moreno Gon-
los últimos 20 años, permiten determinar cuándo las zález de Iris, E., González, M., Martínez, M., Ruiz de la Con-
rocas, en su ascenso desde el interior terrestre aso- cha, J.I., y López, A. (2017). La enseñanza de la Geología en
ciado a la conformación de las montañas, se aproxi- el bachillerato en estado crítico. AEPECT Noticias. Disponi-
maron a la superficie terrestre (realmente, cuando ble en:http://www.aepect.org/La_ensenanza_de_la_Geo-
logia_en_el_bachillerato_2017.pdf
alcanzaron temperaturas entre 120 y 60 °C).
Por otra parte, el análisis realizado en libros de Campanyá, J., Ledo, J.J., Queralta, P., Marcuello, A., Lie-
texto de 1º de Bachillerato asociados a las 2 últimas sa, M., y Muñoz, J. A. (2012). New geoelectrical characteri-
sation of a continental collision zone in the West-Central
leyes educativas, muestra que en todos los manua-
Pyrenees: Constraints from long period and broadband
les hay referencias a dataciones absolutas, hacien- magnetotellurics. Earth and Planetary Science Letters,
do alusión en la gran mayoría de los casos al sistema 333-334, 112-121.
C-N (no aplicable al grueso de los problemas geo-
Carter, A, y Gallaguer, K. (2004). Characterizing the
lógicos) y a sistemas de alta temperatura como el significance of provenance on the inference of termal
U-Pb y K-Ar. Sin embargo, son muy escasas o direc- history models from aparite fission-track data-A syntetic
tamente nulas las menciones de geotermómetros de data study. Geological Society of America, Special paper,
baja temperatura: 3 menciones al Be-B, un caso de 378, 7-11.
huellas de fusión y ninguno del sistema de U-Th/He. Cederbom, C.E., Sinclair, H.D., Schlunegger, F.,y Rahn
Además, no se ha encontrado ninguna referencia M.K. (2004). Climate-induced rebound and exhumation of
al propio concepto de temperatura de cierre de un the European Alps. Geology, 32, 709-712.
geotermómetro, esencial para entender como se es- Chalouan, A., Michard, A., El Kadiri, K., Negro, F., Fri-
tablece la historia térmica de una roca, habiéndose zon de Lamotte, D., y Soto, J. I., Saddiqi, O. (2008). The Rif
detectado también algunos errores o imprecisiones Belt. En: Continental Evolution: The Geology of Morocco.
en este apartado de dataciones absolutas en casi la (Eds. A. Michard, D. Frizon de Lamotte, O. Saddiqi y A.
mitad de los manuales consultados. Chalouan). Lecture Notes in Earth Sciences, 116, 203-302,
Springer-Verlag.
Cheek, K. (2012). Students’Understanding of Large
AGRADECIMIENTOS Numbers As a Key Factor in Their Understanding of Geolo-
gic Time. International Journal of Science and Mathematics
Education, 10, 1047-1069.
Se agradece a los Grupos de Investigación de
excelencia de la Junta de Andalucía HUM 613 y RNM Chevrot, S., Sylvander, M., Diaz, J., Ruiz, M., Paul, A.,
148, la financiación de esta investigación. Así mis- y el equipo de trabajo PYROPE (2015). The Pyrenean archi-
tecture as revealed by teleseismic P-to-S converted waves
mo, se agradecen los comentarios y sugerencias de
recorded along two dense transects. Geophysical Journal
los 2 revisores: Antonio Azor y Ángel Luis Cortés, y International, 200, 1094-1105.
de los editores de la revista: Esperanza Fernández y
Choukroune y el equipo ECORS, (1989). The ECORS
Luis Carcavilla que han mejorado la calidad de este
Pyrenean deep seismic profile reflection data and the ove-
artículo.

Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2018 (26.1) – 65


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