Renuncia A La Herencia
Renuncia A La Herencia
Renuncia A La Herencia
En nuestro sistema jurídico la condición de heredero no es impuesta. Por ello, el llamado a recibir una
herencia puede negarse a la misma. La persona debe manifestar su voluntad de renunciar a la herencia,
careciendo entonces de los derechos a los cuales accedería y exonerándose de las obligaciones que
aparejare la herencia a recibir. Mientras no haya aceptado la herencia, el heredero puede renunciar.
Claramente, el ejercicio del derecho de opción nace a partir de la apertura de la sucesión. El llamado a la
herencia puede ejercer su derecho tanto en la sucesión ab intestato como en la sucesión intestada.
También es imprescindible que el llamado a suceder conozca su llamamiento de manera indubitada. Por
ejemplo, si alguien es instituido como heredero mediante un testamento, no puede oponerse la renuncia si
éste desconocía tal hecho.
Cuando una persona es llamada a recibir una herencia y ésta renuncia a la misma, se toma al renunciante
como si nunca hubiese sido heredero y se sigue la sucesión como si el mismo no hubiese existido. La
renuncia de la herencia debe ser manifestada mediante escritura pública. El heredero renunciante puede
retractar su renuncia en tanto no haya caducado su derecho de opción (esto es, si no han transcurrido diez
años desde la apertura de la sucesión), si la herencia no ha sido aceptada por otros herederos ni se ha
puesto al Estado en posesión de los bienes. La retractación no afecta los derechos adquiridos por terceros
sobre los bienes de la herencia. Como ha establecido Rébora, la renuncia en principio no puede revocarse,
mas hallamos en esta norma un atenuante a tal principio a �n de evitar herencias vacantes y ayudar o
allanar el camino tendiente a una aceptación.